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Competencia de los Directores en la Solución y Prevención de Problemas

Por: César Manuel Galán Purizaca

Es innegable la presencia de conflictos en los contextos educativos, que si no son


bien manejados pueden afectar la convivencia escolar al ser considerados en muchos
casos, poco relevantes y no hay una intervención pertinente, de dichos conflictos o
se resuelven de manera vertical y autoritaria, desaprovechando la potencialidad
pedagógica de educar en valores a partir del conflicto y discursos fatalistas. Estos
conflictos y discursos fatalistas que se presentan en el día a día del año escolar dado
se conciben como negativo, y piensan que si hay conflictos o discursos fatalistas, es
un desprestigio para la escuela y muchas veces se brindan medidas inadecuadas
que reprimen dichas conductas como señala BUQUE, M (2007) “concebir el conflicto
como un hecho negativo implica renunciar a una estrategia con gran potencial en el
ámbito de la educación”.

Por lo que es necesario que el líder directivo asuma un nuevo rol para cambiar la
perspectiva desde una mirada positiva del conflicto, es decir, resolver conflictos de
manera pacífica tiene un gran potencial educativo ya que promueve: El desarrollo de
la creatividad para proponer soluciones conciliadoras, a capacidad para observar una
situación desde diferentes perspectivas, desarrollando la empatía. El respeto por las
diferencias y el desarrollo de la tolerancia. El desarrollo de habilidades sociales, la
autorregulación de las emociones. La utilización de canales adecuados para las
demandas de justicia así como el cuidado y enriquecimiento de las relaciones
interpersonales.

Los directores debemos mostrar un rol de mediador para llegar a una comprensión
clara y global del conflicto o problema, una interpretación que nos permita abordar su
solución, poniendo en práctica una escucha activa, que permita que las partes
involucradas reflexionen sobre sus historias personales, durante toda esta etapa el
director mediador debe “estar involucrado”, es decir, no solo debe escuchar lo que
dicen las partes en conflicto, sino que además debe mirar los gestos, los movimientos,
las posturas (Suares M. 1999). A través de la escucha activa permitirá conocer las
necesidades afectivas, emociones, que conlleven a una reflexión de las partes para
que puedan proponer en consenso las alternativas de solución donde ambas partes
asuman compromisos para el cambio.

Por otra parte los discursos fatalistas, tal como los conflictos deben aprovecharse para
generar un cambio de percepciones sobre determinadas situaciones, como por
ejemplo cuando los docentes comentan sobre la falta de interés y motivación por el
estudio de estudiantes provenientes de estratos sociales bajos y de familias
disfuncionales, en el sentido de que dichos estudiantes jamás llegarán a tener éxito
en la vida y que haga lo que se haga desde la escuela jamás cambiaran; perspectivas
erróneas, que a través de un diálogo reflexivo que proponga el director permita poco
a poco cambiar estas creencias para motivar a los estudiantes a esforzarse y trazarse
un proyecto de vida, con metas claras.

Por tanto, la competencia del director en la solución y prevención de problemas es


asumiendo un rol de mediador y comunicador eficaz, determinante para la solución
de conflictos, y discursos fatalistas y que tiene coherencia con el desempeño 5 del
Marco de Buen Desempeño del Directivo “maneja estrategias de prevención y
resolución pacífica de conflictos mediante el diálogo el consenso y la negociación”;
esto garantiza ejercer un liderazgo pedagógico centrado en las personas.

Referencia

Suares M (1999) Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas.

Leithwood, Kenneth. Cómo liderar nuestras escuelas? Aportes desde la investigación


http://repositorio.minedu.gob.pe/handle/MINEDU/5428 consultado el 09/09/2019

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