Sunteți pe pagina 1din 18

Como exilio se denomina la separación de una persona de la tierra en que vive.

La
palabra, como tal, proviene del latín exilĭum, y significa ‘desterrado’.

El exilio puede ser voluntario, cuando es la propia persona la que determina,


unilateralmente, irse de su patria; o forzado, cuando son factores externos los que
ejercen presión u obligan a la persona a salir del país donde vive. Un exilio forzado,
además, se caracteriza porque, para el exiliado, volver a la patria supone un riesgo,
pues pueden recaer en él penas de prisión, o incluso su integridad física y su vida
podrían encontrarse amenazadas.

La cuestión política es sin dudas la razón por excelencia de los exilios y siempre está
asociada a un ejercicio de poder totalitario, a una dictadura, sistemas en los cuales el
poder recae en una sola persona o grupo que lo ejerce de manera autocrática sin que
medien restricciones ni controles de otros poderes a su acción

Por otro lado, el tema religioso también se debe mencionar porque en algunos
momentos de la historia, la fe que alguien profesaba también fue objeto de
persecuciones políticas y llevó a que miles de personas debiesen dejar su patria porque
estaban marcados por las autoridades por la fe religiosa que expresaban.

La finalidad primaria que persigue una persona que sufre en su país natal persecución
de algún tipo, por su ideología, por sus creencias religiosas, entre otras razones, cuando
decide exiliarse, es salvar su vida, ponerse a salvo, evitar la muerte, tanto la propia como
la de su familia, ya que normalmente la amenaza de daño se extiende a todo el grupo
familiar. Por eso es normal encontrarse con que familias enteras se exiliaron.

Un acontecimiento histórico cercano cronológicamente a nuestros días, es el golpe


de estado de 1976, sucedido en la República Argentina, que también dejó como saldo
un importante número de ciudadanos del país exiliados en el exterior, que buscaban con
esta decisión escapar a una violenta e intensa persecución política de parte del
terrorismo de estado, que implicaba torturas, secuestros y encarcelamientos para
aquellos ciudadanos que no compartían las propuestas que sostenía el régimen militar
en el poder.

España, Francia, México, Uruguay resultaron ser algunos de los lugares que más
argentinos exiliados recibieron durante aquellos tiempos, encontrándose entre los
mismos muchísimas personalidades de la cultura, de la política y el arte.
En la mayoría de los casos, una vez que cayeron los regímenes totalitarios
generadores del exilio e instaurados los gobiernos democráticos, se promovieron
diversos programas cuyos objetivos eran la repatriación de los exiliados.

En el caso de muchos artistas e intelectuales, el exilio, aunque fuera por donde se lo


analice un hecho muy triste y trágico que los hacía dejar sus raíces y sus afectos de
manera intempestiva, también significó la apertura y el conocimiento de sus trabajos
artísticos y literarios en otros lugares del mundo, especialmente en aquel que les abría
las puertas para residir y continuar con su vida y su labor.

Porque justamente eso hizo la mayoría de los exiliados, continuaron sus actividades
y muchos de ellos consiguieron ganarse un espacio de importancia en la nación que los
acogió, y al momento que pudieron regresar a su patria lo hicieron algunos, otros no,
pero los que regresaron a su país siempre mantuvieron un contacto constante con la
nación que los adoptó en tan terrible momento de sus vidas.

Pero también debemos decir que así como la patria receptora de exiliados sumó
talentos en sus momentos, la patria que conminó a exiliar intelectuales, artistas,
investigadores, entre otros, perdió sin dudas un gran patrimonio cultural y científico en
ese momento, que por supuesto es irremplazable e irrecuperable.
Obras de autores argentinos y latinoamericanos
“La casa y el viento” de Héctor Tizón
Héctor Tizón (1929-2012). Nació en Yala, un pueblo de la provincia de Jujuy.
Además de su labor literaria, trabajó como periodista, abogado, diplomático y
juez de la Corte Suprema de su provincia natal.

Mientras se desempeñaba como agregado cultural en México, tuvo


oportunidad de relacionarse con los escritores como Juan Rulfo, Ernesto
Cardenal, Ezequiel Martínez Estrada, Augusto Monterroso y Tomás Segovia.
Precisamente fue en ese país donde publicó, en 1960, su primer libro, un
compendio de relatos titulado A un costado de los rieles.

Cultivó varios géneros narrativos: novela (Fuego en Casabindo, 1969; El


hombre que llegó a un pueblo, 1988; La mujer de Strasser, 1997; etc.), cuento
(El jactancioso y la bella, 1972; El traidor venerado, 1978; El gallo blanco, 1992),
literatura juvenil (El viaje, 1988), y también se acercó al ensayo (Tierras de
frontera, 2000).

Recibió numerosos galardones, entre ellos varios premios Konex, y fue


Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y miembro de la
Academia de Letras argentina.
“Cuando salí de Cuba” de Celia Cruz
“Por si acaso no regreso” de Celia Cruz

Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso, conocida artísticamente por el


nombre de Celia Cruz nació en La Habana, Cuba, el 21 de octubre del año 1925,
y murió en Fort Lee, Nueva Jersey, Estados Unidos, el 16 de julio del año
2003. Fue una distinguida cantante que popularizó los estilos musicales
tradicionales de Cuba como el son, son montuno, guaguancó, rumba, guaracha
y bolero. No obstante el ritmo en el que más se desempeñó fue la salsa,
llevándola a ser reconocida como una de las cantantes femeninas más
destacadas de Latinoamérica en el siglo XX y ostentar el apodo de La Reina de
la Salsa.

Celia Cruz nació como la segunda mujer en un hogar humilde, perteneciente


al barrio de Santos Suárez, su padre Simón Cruz se desempeñaba como
fogonero en los ferrocarriles, mientras que su madre Catalina Alfonso Ramos, se
encargaba de las labores del hogar. Su infancia y educación la vivió rodeada de
sus 3 hermanos y 11 primos. Sus primeras relaciones con la música iniciaron
con su actividad de nana con miembros más jóvenes de su familia, a los cuales
les cantaba canciones de cuna para arrullarles.

Las canciones que compuso como Cao cao maní picao yBurundanga se
perfilaron prontamente como grandes éxitos, llevándola a Nueva York en 1957
para recibir su primera condecoración de alto rango: un Disco de oro. En 1960,
recibe junto a la orquesta Matancera un contrato para presentarse en México,
lamentablemente el mismo año surgió la Revolución cubana, y tras su partida se
le prohibió el reingreso a su patria. Un mes después de esto, recibe la noticia del
fallecimiento de su padre. En 1961, se traslada a Estados Unidos y se radica ahí
con su esposo Pedro Knight, quien tenía el cargo de trompeta en la orquesta.

El Exilio de Celia Cruz fue algo muy doloroso que le afecto toda su vida. Su exilio
comenzó El 15 de julio de 1960, ya iniciada la Revolución cubana dirigida por Fidel
Castro. Celia partió sin imaginarse que jamás volvería a pisar suelo cubano.

Celia decidió quedarse en el exilio debido a su oposición al régimen comunista, su


conflicto con el gobierno Castrista fue tan severo que inclusive censuraron y prohibieron
su música en toda la Isla, también el mismo régimen cubano le negó la posibilidad a
Celia cruz de asistir al funeral de su madre

Todo este dolor la llevo a interpretar canciones de exilio con letras que reflejaban lo
que ella sentía, la mayoría de estas canciones fueron compuestas por otros músicos y
algunas de estas letras habían sido escritas como canciones de amor, sin embargo Celia
las personalizo y convirtió en canciones del Exilio.
“La patria” de Julio Cortázar

“El encubridor” de Julio Cortázar

Julio Cortázar. (Bruselas –Bélgica–, 26 de agosto de 1914 - París –Francia–, 12 de


febrero de 1984). Escritor, profesor y guionista.

Hijo de padres argentinos. Su padre fue destinado a la Embajada de Argentina en


Bélgica. Su familia se refugia en Suiza durante la Primera Guerra Mundial hasta 1918,
que regresan a Buenos Aires (Argentina). Obtiene el título de maestro en 1932.

Se identifica con el Surrealismo a través del estudio de autores franceses. Sus obras
se reconocen por su alto nivel intelectual y por su forma de tratar los sentimientos y las
emociones. Fue un gran seguidor de Jorge Luis Borges.

En 1935 comienza la carrera de Filosofía y Letras, da clases y publica estudios de


crítica literaria. De esta época es conocida su colección de sonetos Presencia (1938),
que publica bajo el seudónimo de Julio Denis.

En los años cuarenta, por problemas políticos, tiene que abandonar su puesto de
profesor en la universidad, y comienza la publicación de artículos y relatos en revistas
literarias. Tras conseguir el título de traductor oficial de inglés y francés se traslada a
París, donde trabaja como traductor de la UNESCO.

En 1951 comienza su exilio. Dedica su vida a viajar, pero reside principalmente en


París. Las traducciones que realiza de Edgar Allan Poe (entre otros) influyen en su obra,
como por ejemplo en su colección de relatos Bestiario (1951).

A pesar de haber realizado distintas publicaciones durante todos estos años, no se


hace famoso hasta la publicación de Rayuela (1963), su obra maestra que refunda el
género.

Cortázar destaca por sus misceláneas o del género “almanaque”, donde mezcla
narrativa, crónica, poesía y ensayo, como por ejemplo en La vuelta al día en ochenta
mundos (1967) y 62, modelo para armar (1968).

El viaje que realiza a Cuba en los sesenta, le marca tanto que comienza su andadura
política. Apoya a líderes políticos como Fidel Castro, Salvador Allende o Carlos Fonseca
Amador. Forma parte del Tribunal Internacional Russell, que estudiaba las violaciones
de Derechos Humanos en Hispanoamérica. En su Libro de Manuel (1973), queda
reflejado su compromiso político.
En los años siguientes se destacan los poemas Pameos y meopas (1971), los relatos
de Octaedro (1974) y Queremos tanto a Glenda (1980) o Un tal Lucas (1979) y Los
autonautas de la cosmopista (1983) de su obra miscelánea. Éste último fue escrito en
colaboración con su tercera y última esposa, Carol Dunlop. En 1984, recibe el Premio
Konex de Honor en Argentina.

Poco antes de fallecer, publica su libro de poemas Salvo el crepúsculo (1984) y los
artículos Argentina, años de alambradas culturales (1984).

En 1996, se publica póstumamente su ensayo Imagen de John Keats y en el 2009


aparece Papeles inesperados, una obra miscelánea encontrada por su primera esposa,
Aurora Bernárdez.
“Cuando Salí de Cuba” de Celia Cruz

Nunca podré morirme,


mi corazón no lo tengo aquí.
Alguién me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.
Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.
Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.
Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.
Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.
Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.
Composición: Luis Aguil
Siento La Nostalgia De Palmeras
Siento la nostalgia de palmeras
de un danzón silbándome en la brisa
nostalgia de un mar azul y verde
con calidez de manos que acarician
Siento la nostalgia de palmeras
de un verdor que embriaga los sentidos
añoranza de montañas habitadas
por las flores que había en el paraíso
Siento la nostalgia de mi tierra
de una manera intensa, de una manera eterna
porque hasta el día que yo vuelva
siempre seré extranjera, siempre seré extranjera
Siento la nostalgia de palmeras
de un verdor que embriaga los sentidos
añoranza de montañas habitadas
por las flores que había en el paraíso
Siento la nostalgia de mi tierra
de una manera intensa, de una manera eterna
porque hasta el día que yo vuelva
siempre seré extranjera, siempre seré extranjera
Siento la nostalgia de palmeras
agitándose en el viento cual pañuelo
despidiéndose de mí, cuando me fui
cuando me vean llegar me reconocerán…
y me saludarán el día de mi regreso
“Siento la nostalgia de palmeras”, de Ángel Cucco Peña y Guadalupe Lupillo
García
“Por si acaso no regreso” de Celia Cruz

Por si acaso no regreso,


yo me llevo tu bandera;
lamentando que mis ojos,
liberada no te vieran.
Porque tuve que marcharme,
todos pueden comprender;
Yo pensé que en cualquier momento
a tu suelo iba a volver.
Pero el tiempo va pasando,
y tu sol sigue llorando.
Las cadenas siguen atando,
pero yo sigo esperando,
y al cielo rezando.
Y siempre me sentí dichosa,
de haber nacido entre tus brazos.
Y anunque ya no esté,
de mi corazón te dejo un pedazo-
por si acaso,
por si acaso no regreso.
Pronto llegará el momento
que se borre el sufrimiento;
guardaremos los rencores – Dios mío,
y compartiremos todos,
un mismo sentimiento.
Aunque el tiempo haya pasado,
con orgullo y dignidad,
tu nombre lo he llevado;
a todo mundo entero,
le he contado tu verdad.
Pero, tierra ya no sufras,
corazón no te quebrantes;
no hay mal que dure cien años,
ni mi cuerpo que aguante.
Y nunca quize abandonarte,
te llevaba en cada paso;
y quedará mi amor,
para siempre como flor de un regazo –
por si acaso,
por si acaso no regreso.
Si acaso no regreso,
me matará el dolor;
Y si no vuelvo a mi tierra,
me muero de dolor.
Si acaso no regreso
me matará el dolor;
A esa tierra yo la adoro,
con todo el corazón.
Si acaso no regreso,
me matará el dolor;
Tierra mía, tierra linda,
te quiero con amor.
Si acaso no regreso
me matará el dolor;
Tanto tiempo sin verla,
me duele el corazón.
Si acaso no regreso,
cuando me muera,
que en mi tumba pongan mi bandera.
Si acaso no regreso,
y que me entierren con la música,
de mi tierra querida.
Si acaso no regreso,
si no regreso recuerden,
que la quise con mi vida.
Si acaso no regreso,
ay, me muero de dolor;
me estoy muriendo ya.
Me matará el dolor;
me matará el dolor.
Me matará el dolor.
Ay, ya me está matando ese dolor,
me matará el dolor.
Siempre te quise y te querré;
me matará el dolor.
Me matará el dolor, me matará el dolor.
me matará el dolor.
Si no regreso a esa tierra,
me duele el corazón
Composición: Angie Chirino / Emilio Estefan, Jr
JULIO CORTAZAR
“La patria”

Esta tierra sobre los ojos,


este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles,
esta noche continua, esta distancia.
Te quiero, país tirado más abajo del mar, pez panza arriba,
pobre sombra de país, lleno de vientos,
de monumentos y espamentos,
de orgullo sin objeto, sujeto para asaltos,
escupido curdela inofensivo puteando y sacudiendo banderitas,
repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando
de babas y estupor canchas de fútbol y ringsides.

Pobres negros.

Te estás quemando a fuego lento, y dónde el fuego,


dónde el que come los asados y te tira los huesos.
Malandras, cajetillas, señores y cafishos,
diputados, tilingas de apellido compuesto,
gordas tejiendo en los zaguanes, maestras normales, curas,
escribanos,
centroforwards, livianos, Fangio solo, tenientes
primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales,
obispos,
bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos,
secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco,
contraflor al resto. Y qué carajo,
si la casita era su sueño, si lo mataron en
pelea, si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva.

Liquidación forzosa, se remata hasta lo último.

Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía,


te quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña
envuelto en la bandera que nos legó Belgrano,
mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate
con su verde consuelo, lotería del pobre,
y en cada piso hay alguien que nació haciendo discursos
para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos.
Pobres negros que juntan las ganas de ser blancos,
pobres blancos que viven un carnaval de negros,
qué quiniela, hermanito, en Boedo, en la Boca,
en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera,
en los ranchos que paran la mugre de la pampa,
en las casas blanqueadas del silencio del norte,
en las chapas de zinc donde el frío se frota,
en la Plaza de Mayo donde ronda la muerte trajeada de Mentira.
Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking,
vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga,
tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas,
tango, coraje, puños, viveza y elegancia.
Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado
en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.
Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo
saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga,
no te metás, qué vachaché, dale que va, paciencia.
La tierra entre los dedos, la basura en los ojos,
ser argentino es estar triste,
ser argentino es estar lejos.
Y no decir: mañana,
porque ya basta con ser flojo ahora.
Tapándome la cara
(el poncho te lo dejo, folklorista infeliz)
me acuerdo de una estrella en pleno campo,
me acuerdo de un amanecer de puna,
de Tilcara de tarde, de Paraná fragante,
de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos
quemando un horizonte de bañados.
Te quiero, país, pañuelo sucio, con tus calles
cubiertas de carteles peronistas, te quiero
sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho,
nada más que de lejos y amargado y de noche
Julio Cortázar

“El encubridor”
Ese que sale de su país porque tiene miedo,
no sabe de qué,
miedo del queso con ratón,
de la cuerda entre los locos,
de la espuma en la sopa.

Entonces quiere cambiarse como una figurita,


el pelo que antes se alambraba
con gomina y espejo lo suelta en jopo,
se abre la camisa, muda de costumbres,
de vino, de idioma.
Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor,
y duerme a pata ancha.
Hasta de estilo cambia,
y tiene amigos que no saben su historia provinciana,
ridícula y casera.

A ratos se pregunta cómo pudo esperar


todo ese tiempo
para salirse del río sin orillas,
de los cuellos garrote,
de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves.

A fojas uno, sí, pero cuidado:


un mismo espejo es todos los espejos,
y el pasaporte dice que naciste y que eres
y cutis color blanco, nariz de dorso recto,
Buenos Aires, septiembre.

Aparte que no olvida,


porque es arte de pocos,
lo que quiso,
esa sopa de estrellas y letras que infatigable comerá
en numerosas mesas de variados hoteles,
la misma sopa, pobre tipo,
hasta que el pescadito intercostal
se plante y diga basta
“La casa y el viento” de Héctor Tizón
Sinopsis
La historia de un hombre es un largo rodeo alrededor de su casa. Cuando se
clausuran las puertas y es forzoso abandonar la tierra, cuando huir es la única
forma de irse, ¿cómo escapar al olvido y al silencio? Héctor Tizón convierte la
memoria en palabras y el viaje, en reflexión y exorcismo. El derrotero de un
hombre que se niega a dormir entre asesinos, y que no se resigna a la espera.

Éste será el testimonio balbuciente de mi exilio; pero quisiera que también lo


fuese de mi amor a esta tierra y a los hombres, a mis vecinos, en los días en que
se acobarda, aterroriza y mata. En el prólogo a esta edición definitiva Tizón
advierte que «el regreso no existe», pero esta novela, en su dolorosa belleza, es
también plegaria, promesa y esperanza. Porque aunque la casa se desvanezca,
en el corazón permanece intacta
“Septiembre del '88” Cacho Castaña

Septiembre de 1988, Buenos Aires, Argentina


Querido amigo:
Recibí tu carta de Italia
Y me alegra mucho saber que todo está bien
Aquí la cosa sigue igual, no es tan transparente
La crisis se pasea por las calles
Y la tristeza del pueblo
Es como un barco que no llega a destino
¡No sé que pasó! ¡No sé cómo fue!
Pero no te vuelvas
Te diré por qué

Si vieras que triste que está la Argentina


Tiene la mirada de los caminantes que ya no caminan
Se muere de pena por tanta mentira
De tanta promesa por nadie cumplida
Si vieras sus calles que tanto reían
Ya no son las mismas

Si vieras que triste que está la Argentina


Tiene la nostalgia de aquellos amantes que nunca se olvidan
La hicieron de goma, parece mentira
La gente se escapa pero no hay salida
Y hasta los gorriones, de tanta tristeza
Se fueron de gira

Septiembre de 1988, Buenos Aires, Argentina


Querido amigo:
Se me acaba de volcar el mate sobre la carta que te iba mandar
Por eso te vuelvo a escribir
Me alegra mucho saber que te va bien
Aquí la cosa sigue igual
Pero, de una manera u otra, vamos a salir adelante
Hay algo que no se debe perder nunca, y es la esperanza
Si vieras que linda que está la Argentina
Tiene la mirada de la primer novia que nunca se olvida
Desde los balcones llueven las glicinas
Y a pesar de todo, camina y camina
Si vieras de nuevo que linda y que grande que está mi Argentina

Buenos Aires sigue llena de gorriones


Hay nuevos poetas que escriben sus tangos
Y hay nuevos cantores
Y sigue teniendo la vieja locura
Que al doblar la esquina haya una aventura
Ya ves: sigue viva y, a pesar de todo, llena de ternura

Si acaso te encuentras con otro emigrante


Decile que vuelva, que pronto seremos mejores que antes
Que todo fue culpa de cuatro atorrantes
Que sólo lograran que el pueblo no cante
Volvé cuando quieras que juntos podremos salir adelante
Fuente: Musixmatch

Compositores: Humberto Vicente Castagna


Letra de Septiembre del '88 © S.I.A.E. Direzione Generale, Korn Intersong Ed.
Mus, WB Music Corp. O/B/o Warner/ Chappell Music Argentina S.A., SADAIC
LATIN COPYRIGHTS, INC.

S-ar putea să vă placă și