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Enfocar el gasto para ello necesita recursos, éstos provienen del financiamiento

interno y externo. En el ámbito nacional, el Estado se financia por medio de los


impuestos y colocación de valores, también algunos ingresos tributarios. El
financiamiento externo proviene de los préstamos, colocación de valores públicos
en los mercados internacionales y transferencias. Según el PNUD (2010), los fines
del gasto público son: 1. El estimulo al crecimiento. 2. La estabilización
económica. 3. La redistribución del ingreso.

Los recursos públicos en el país provienen de la recaudación tributaria


que representan cerca del 73% de los ingresos totales. Dentro de los ingresos
tributarios el 30% son impuestos directos y el 70% son indirectos, también hay
que tomar en cuenta que el IVA constituye el 70% de estos últimos gravámenes.
El resto de impuestos como los selectivos al consumo y derechos arancelarios han
perdido peso progresivo debido a la apertura comercial. El Estado de Guatemala
no dispone de fuertes alternativas de ingresos sostenibles por lo que centra su
atención en fortalecer la recaudación tributaria. Esta situación grava más el
consumo final y limita una mejor redistribución de la riqueza.

Otro aspecto importante es que Guatemala ha tenido históricamente una


carga tributaria menor al 12% del PIB, una de las más bajas de América Latina;
para el año 2010 se ubico en el 10.4% del PIB (Infolatam, 2011). Algunos de los
factores que explican esta situación de acuerdo al PNUD (2010) son: a) una
arraigada cultura anti fiscal que se manifiesta en altos niveles de evasión y
elusión; b) una acentuada debilidad legal para hacer cumplir las obligaciones
tributarias; c) la alta desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza. d) la
existencia de un sistema de privilegios, exoneraciones y exenciones; e) la
prevalencia de una gran proporción de la actividad informal que incide sobre todo
en una baja recaudación directa.

La tributación directa ha sido acompañada por impuestos de carácter


temporal como el impuesto de solidaridad y extraordinario y temporal, luego el
impuesto de empresas mercantiles y agropecuarias, después el impuesto
extraordinario y temporal de apoyo a los acuerdos de paz, lo cual ha generado
incertidumbre en la tributación. Otra debilidad de este tipo de aporte para el
Estado es la baja recaudación de la renta personal que represento 4% del PIB en
el año 2009, lo anterior se explica por un sistema de abundantes exenciones y alto
porcentaje de la economía informal.
Los acuerdos de paz y en los pactos fiscales incluyeron el compromiso de
tener un sistema tributario de carácter progresivo, lo que significa que en la
medida que aumenta el ingreso de las personas, deben pagar una proporción
mayor a los impuestos y viceversa. La importancia relativa de los impuestos
indirectos en la recaudación, imprimen un carácter regresivo y volátil al sistema
tributario guatemalteco, por lo que se hace necesario mejorar la recaudación
directa.

Otro aspecto importante acerca d este temes la desobediencia, el


incumplimiento tributario y por otro lado la debilidad de Estado para hacer cumplir
las leyes en este campo. Este problema se presenta principalmente en el IVA e
ISR, que constituyen casi la totalidad de los ingresos tributario esto se grava con
las exenciones y estímulos a ciertos contribuyentes.

Normalmente los gastos del Estado en consumo e inversión son superiores


y crecientes con respecto a los ingresos, y se atienden con préstamos internos y
externos. Si bien, la deuda pública total guatemalteca se ha ensanchado en los
últimos años, se encuentra en una situación moderada con respecto a América
latina que en el 2010, era del 53. 7% del PIB; la deuda pública de Estado
Guatemalteco era del 20.4% del PIB en el 2008 y ascendió a 24.5% en el 2010
(CEPAL, 2011).

Para el presupuesto del 2012 se contempla un déficit del 20% de los gastos
con respecto a los ingresos proyectados. El déficit fiscal en relación con el PIB en
se ha incrementado durante los últimos años, en el 2008 se situó en el 2% en
proporción al PIB, mientras que en el 2011 era el 2.9% y en 2012 se proyecta un
déficit fiscal del 2.5% en relación al PIB.

El gasto público total del Gobierno central es el más bajo de Centroamérica,


en el 2008 represento el 14% del PIB. “El modesto gasto público revela un Estado
con poca incidencia en la dinámica del crecimiento económico, en su potencial
efecto multiplicador y en el cumplimiento de sus funciones básicas en beneficio de
la población” (PNU, 2010, p.102).

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