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Una lluvia de oro

Levitsky - lVIarshall
Breslau 1912
Defensa Francesa

Frank James Marshall (1877-1944) fue uno de los juga­ el inventor del Ataque (o gambito) que lleva su nombre,
elorcs ele ataque más extraordinarios ele principios ele si­ en la Apertura Española.
glo. Campeón norteamericano en varias ocasiones, par­ Le gustaba compararse con un mítico campeón de
ticipó corno jugador y capitán en cinco olimpiadas de boxeo de los años veinte: "Soy como Jack Dempsey:
los años treinta, con la selección de Estados Unidos, y busco el K.O. desde el primer asalto". Este ímpetu, jun­
tiene en su haber importantes victorias contra los mejo­ to con su poderosa imaginación y voluntad de vencer, le
res ajedrecistas de su época. En 1915 fundó el prestigio­ pennitió conseguir brillantes victorias.
so Marshall Chess Club de Nueva York, y es también Marshall fue el último romántico de su tiempo.

8. i#_gS 0-0
9. dxcS .i.e6

Protegiendo primero el peón de


d5, antes de retomar en c5.

10. tZ:Id4 AxcS


11. '5Dxe6'?!

Una jugada defectuosa, porque


permite reforzar la defensa del peón
negro de d5, así como abrir en fa­
vor de Marshall la columna f, que
podrá ser aprovechada por las to­
rres negras.

11. ... fxe6

Desde el importante torneo de San Petershurgo de 1914,


Marshall (Sef?undo por la izquierda en la segundafila) envió estafotoJ?rcifía a su esposa,
escribiendo directamente sobre ella.

l. d4 e6
2.e4 dS

La Defensa Francesa, por inver­


sión de las dos primeras jugadas.

3. l2Jc3 eS
4. ��f3 1Jlc6
S. exdS exdS
6. �e2 l..llf6
7. 0-0 1_e7 12. i?.g4 �d6
13. �h3?!
Comenta el campeón español de La partida ha terminado práctica­
la época, Manuel Golmayo: "Para meme aquí, puesto que las negras
justificar este movimiento hay que han ganado pieza limpia, sin com­
dar una razón táctica concreta que pe nsaci ón alguna a cambio, pero
no aparece ·en la presente posición. vale la pena ver la jugada final.
Aquí, las blancas emplazan su alfil
más importante, que tendría que • �g3!!
emplearse contra el enroque enemi­
go, con una punt e ría totalmente
ineficaz, apuntando al desierto. Tal
error encontrará, naturalmente, una
terrible sanción".

13. ... Xa e8
Ésta es la jugada que había pre­
Así, las negras completan su de­ visto Levitsky, aprovechando la
sarrollo, centralizando la segunda clavada de la torre eS, pero ..
.

torre.
19. ... lj¡d4!
14. '$/d2 .tb4!
La torre de d5 "cuelga", pen­
Amenaza tanto 15. d4 como diente de un hilo, y las negras tie­
15 . ... 'De 4. nen ya una posición muy superior. Un espectacular sacrificio de da-
ma, sobre el que Lcvitsky ·reflexio-
15 ..\txf6
. .i xf6 20. 'lWhS .ief8 nó durante unos instantes. Al ver
21. Jd.eS que estaba perdido, inclinó su rey
Además de desprenderse de uno en señal de rendición. En ese mo-
de sus alfiles, las blancas han acti­ mento comenzaron a caer sobre el
vado la torre, que ahora puede ju­ tablero infinidad de monedas de oro �
gar, caso necesario, a g6 o h6 para con las que el público quiso agrade-
un ataque directo al enroque blan­ cer a Marshall la joya ajedrecfstica
co. Las negras también pueden do­ que el maestro les había permitido
blar torres en la columna f. presenciar.

16. b!:ad1 '*"eS Así pues, las tres opci ones de


17. •vte2 que di spon ía Levitsky eran igual­
mente fatales, como se muestra a
Las blancas ven que no pueden con tinuac ión :
p ermitir el avance ... d4, por lo que (a) Si 24. hxg3, 24. ... Jte2++.
deciden entregar un peón, pensando (b) Si 24. fxg3, 24. ... Jte2+ 25. <.i?h 1
en un contraataque que... ¡resultará Xxfl++.
incorrecto! 21. ... .ih6! (e:) Si 24. �xg3, 24.... ltle2+ 25. Wh 1
22. �gS .i!&xg3+ 26. txg3 .ixfl++.
17. ... .txc3
18. bxc3 �xc3 Tampoco servía jugar 22. �g4,
19. kXdS? por 22. . .. :! f4! y no es posible to­
mar la torre, 23. �xf4? por 23....
.ilie2+, ganando la dama.

22.... .ixh3

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