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TEMA: Análisis del discurso político de

Donald Trump en contexto con el


incremento de aranceles a las
importaciones chinas.

INTEGRANTES:
1. Centeno Merino, Mayra Valeria
2. Parado Antonio, Luz

ENTREGA FINAL 3.
4.
Córdova Rocca, María
Chipana Mitma, Misael
TEMA: Análisis del discurso político de Donald Trump en
contexto con el incremento de aranceles a las importaciones
chinas.

Resumen

Este ensayo analiza el discurso no como lenguaje oral o escrito, sino


dentro de una relación texto - acción que nos permite apreciar las
diferentes implicaciones políticas, sociológicas y económicas en las
que se dan (Van Djik, 2000). El enfrentamiento económico entre China
y Estados Unidos parece anunciar el límite de la internacionalización
del libre comercio neoliberal como doctrina integradora y expansora
de bienestar. Estados Unidos realizó el primer movimiento (subir
aranceles) y es porque en este ensayo, analizaremos el discurso de
Donald Trump con respecto a China y los argumentos que usa para
validar su accionar. Para entender su lectura oficial internacional.

Palabras clave: Análisis del discurso, Donald Trump, guerra comercial,


China, EE.UU.

Abstract

This essay analyzes discourse not as oral or written language, but within
a text - action relationship that allows us to appreciate the different
political, sociological and economic implications in which they occur
(Van Dijk, 2000). The economic confrontation between China and the
United States seems to announce the limit of the internationalization of
neoliberal free trade as an integrating and expanding doctrine of
welfare. The United States made the first movement (raise tariffs) and
that is why in this essay, we will analyze Donald Trump's discourse
regarding China and the arguments it uses to validate its actions. To
understand your official international reading

Keywords: Discourse analysis, Donald Trump, Trade War, China,


USA.
INTRODUCCIÓN

Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China no atraviesan


su mejor momento, y si debemos marcar un punto de partida factico
esta sería el 22 de marzo del presente año, donde el presidente Trump
firma el documento que establece nuevos impuestos a los productos
importados de China. Dicha medida lograría hacer “más poderosa y
rica” a la nación norteamericana según mencionó en un corto
discurso antes de firmar el documento.

Esto da comienzo a “la mayor guerra comercial en la historia


económica” en palabras del Gobierno de Pekín. En un gesto cargado
de su ya conocida economía nacionalista, Trump ordenó imponer a
China aranceles del 25% a 60.000 millones de dólares en importaciones
y limitar sus inversiones en empresas estadounidenses.

Trump usó como argumento el fuerte saldo negativo comercial que


presenta con China, que comprende de 375.000 millones de dólares,
principalmente por su déficit de ahorro y presupuestario, que sería en
palabras del mandatario “el mayor de la historia de la humanidad”,
pero también “el robo de tecnología” y los abusos contra las
compañías. Unas prácticas que considera sirven a Pekín como punta
de lanza de su gran objetivo: la hegemonía mundial.

En consecuencia, el gobierno Chino impuso un impuesto adicional del


25% a los aviones, los automóviles y la soja, que es la principal
exportación agrícola de Estados Unidos a China. El discurso del ministro
de exteriores de China, Wang Yi, ante la Asamblea General de
Naciones Unidas fue una respuesta directa a las medidas de Trump, en
particular a los aranceles a importaciones chinas por valor de 200.000
millones de dólares.

El objetivo central del presente trabajo es la realización de un estudio


del discurso populista de Donald Trump en EEUU. Para abordar esta
cuestión, estudiaremos en la primera parte del trabajo diferentes
enfoques y aproximaciones del concepto del populismo expuestas por
diferentes autores. Al mismo tiempo, trataremos de analizar cuáles son
los caracteres o rasgos del populismo.

Por un lado, conectaremos elementos discursivos de Trump con la


definición del populismo que optamos por considerar previamente (es
decir, la estilística de Hawkins). Para ello, ejemplificaremos con
fragmentos de diferentes locuciones de Trump las diferentes
dimensiones del concepto.

MARCO TEÓRICO

Teorías del Discurso

La visión crítica del discurso es tal vez la que con más frecuencia
aparece referida; en un inicio francés con la perspectiva materialista
del discurso de Pecheux y Robin. Entiende el discurso como una
práctica social vinculada a sus condiciones sociales de producción, y
a su marco de producción institucional, ideológica cultural e histórico-
coyuntural. Pecheux piensa que el sujeto-emitente no está en el origen
del significado del discurso, sino que está determinado por las
posiciones ideológicas puestas en juego en los procesos sociales en los
que se producen las palabras.

Del mismo modo, Foucault (1999), se preocupa por abordar el análisis


de tres grandes instancias a las que denomina instancia del Saber, del
Poder y Subjetividad. Propone para reconocer o analizar los objetos
del discurso, una serie de categorías que engloba dentro de lo que él
llama “condiciones de existencia de un objeto de discurso”. Señala de
estas condiciones del discurso que “no se puede hablar en cualquier
época de cualquier cosa”, sino que “existe en las condiciones positivas
de un haz complejo de relaciones” (p. 73).

Estas relaciones están establecidas entre instituciones, procesos


económicos y sociales, formas de comportamiento, sistema de
normas, técnicas, tipos de clasificación, modos de caracterización.

La propuesta de Foucault puede ser de gran utilidad para lograr una


mayor compresión de los dispositivos de formación existentes en
nuestro contexto educativo, sobre todo para mirar, de qué forma los
sujetos se encuentran atados por estas líneas de saber y de poder, y
de qué forma se producen procesos de subjetivación, o existen
condiciones de posibilidad para que estos procesos se den.

Análisis Crítico del discurso

A estos marcos teóricos hay que incluir todos los autores y visiones que
estudian la ideología a partir de un modelo lingüístico, etc. Desde
Thompson desde la sociología critica, que tiene su estudio en las
preocupaciones de las ciencias sociales, el llamado Análisis crítico del
Discurso es una reformulación de algunos aspectos que no se quedan
en la dimensión social – política como principal y explora interesantes
relaciones por ejemplo con la psicología social y las perspectivas
sociolingüísticas.

Populismo

Para poder definir el populismo, es importante tener en claro las


diferentes aproximaciones que se han hecho con relación a este
concepto, debido a que puede abarcar diversos enfoques (discursivo
o estilístico, ideológico, estructural, etc.). Consideramos desarrollar
primero la clasificación de Jagers y Walgrave (2007). Ellos proponen
una clasificación de las definiciones de populismo existentes en dos
categorías “thick” (más desarrollada) y “thin” (de mínimos).

Una definición del primer tipo aplicable a las diferentes


manifestaciones históricas del populismo sería la que hace referencia
a los siguientes enunciados:

- “Hace referencia al pueblo” identificándose con el mismo,


- se alimenta de un sentimiento “anti-élites” y
- considera al pueblo un “grupo homogéneo” sin grandes
diferencias internas.

Por el contrario, una definición de mínimos, según Jagers y Walgrave


concebiría el populismo más como un estilo que como una ideología.
Ellos lo definen como “un estilo de comunicación política de los
actores políticos que hace referencia al pueblo” (Jagers y Walgrave,
2007:322). En esta línea se encontraría autores como Canovan o
Hawkins, los cual desarrollaremos a continuación

Respecto a estos autores, Margaret Canovan (1999) entiende el


populismo como un estilo de hacer política, definiéndolo como un
fenómeno político que podría entenderse como aquel que invoca u
tipo de revuelta contra la estructura establecida de poderes y las ideas
y valores dominantes de la sociedad en nombre del pueblo, de la
gente, es por esto, que entra la definición del tipo “thin”.

Para finalizar, analizaremos el concepto de “populismo” según


Hawkins. Siguiendo la línea de Conovan, en el sentido que también lo
percibe como un discurso, pero además como una cosmovisión. Lo
define como “una maniquea cosmovisión o discurso que asocia el
lado del bien con la putativa voluntad del pueblo y el lado del mal con
una minoría conspiradora” (Hawkins, 2010:50). Lo que Hawkins realiza
no es sino una integración de la definición ideológica en la lógica del
discurso. De esta manera, identifica en la ideología del discurso
populista una serie de dimensiones:
- Político-social: Hawkins hace referencia a una noción de
dualismo en términos morales, una lucha entre el mal y el bien
que ha alcanzado su clímax con el movimiento populista.
- Bien = Voluntad del pueblo: La identificación del bien con la
voluntad del pueblo, homogénea.
- Mal = Minoría (élite) conspiradora: De nuevo nos encontramos
ante un discurso que abarca los dos grupos enfrentados: el
“pueblo puro” y la “élite corrupta”.
- Necesidad de un cambio sistémico: En el discurso es una
constante el énfasis en el cambio. Hawkins lo identifica con una
ruptura del sistema, dado que se concibe que el mismo ha sido
tomado por las fuerzas del mal (élites) y debe recuperarse.
- Una actitud de “todo vale”: Como consecuencia de la visión
maniquea populista, se desarrolla una actitud de todo vale,
enfrentándose a la oposición mediante el falseo del espíritu de
determinados procedimientos e incluso violándolos.

Si bien podríamos optar también por la conceptualización de


Canovan, encontramos la de Hawkins mucho más completa para
analizar el caso de Donald Trump.

TRUMP EN DEBATE PRESIDENCIAL

Después de iniciar su campaña electoral con controversiales


declaraciones sobre los mexicanos (como violadores y
narcotraficantes), y continuado el discurso contra los árabes,
musulmanes, contra los refugiados y luego de vuelta México,
insistiendo en que construiría el mejor muro fronterizo del mundo
y se lo cobrará a México y que estaría dispuesto a enviar al
ejercito al vecino país.

Se ve un claro intento de crear un enemigo, y unificar a la


sociedad en contra de esta supuesta amenaza, haciéndoles
pensar que ese enemigo los va a aniquilar, para luego postular
su eficiencia y capacidad para enfrentar a este enemigo y
ganar. Esta táctica política no es nueva pero no por ello menos
efectiva.

Podemos arrogar su éxito electoral, a la crisis profunda de la


clase media en EE.UU. Durante los últimos 30 años, la clase media
está desapareciendo como consecuencia de altos niveles de
desigualdad. De hecho hoy, los EE.UU tienes los más altos niveles
de desigualdad desde 1920, existe una minoría que controla el
proceso político a través del financiamiento de las campañas
electores, es una minoría que esta recibiendo más los beneficios
del crecimiento económico, mientras que la mayoría de los
ciudadanos tiene que trabajar cada vez más, para sostener más
su nivel de vida.

“Nuestro movimiento trata de reemplazar un


establecimiento político fallido y corrupto. Y cuando digo
corrupto me refiero a un establecimiento político
totalmente corrupto con un nuevo gobierno controlado
por ustedes, el pueblo norteamericano”

Donald Trump, combina un discurso de derecha, autoritarista y


nacionalista, con un discurso anti globalista de la izquierda. Él
también propone poner fin a los tratados del comercio libre, que
han perjudicado a los trabajadores estadounidenses. De esta
manera, él atrae también la clase trabajadora, especialmente
blanca, que se siente amenazada por los inmigrantes y por el
comercio libre. A diferencia de los otros dos candidatos, Donald
Trump, viene fuera de la clase política y no recibía
financiamiento de los poderosos grupos económicos. Es por esta
razón, que el gozaba mayor credibilidad con la base del partido
republicano comparado con los otros dos candidatos que se
perciben como políticos de carrera y dependientes de
financiamientos de los grupos poderosos de interés. Por esta
razón, el éxito en encarnar el discurso de protesta, dentro del
partido republicano.

EL DISCURSO DE POSESIÓN: POPULISTA Y CONSERVADOR (20 de


enero del 2017)

En esta clase de discursos, se habla de lo que efectivamente el


presidente quiere hacer en función. A diferencia que el de
campaña, en el cual muchas veces se busca ganar votos, como
ya lo hemos analizado antes. Donald Trump, aquí presenta su
visión y que es lo quiere hacer.

“… hoy no solo estamos traspasando el poder de un


gobierno a otro ni de un partido a otro, sino que estamos
transfiriéndolo de Washington, D.C. al pueblo americano.”

Esto es un claro ejemplo, de la retórica populista. Como ya


hemos explicado anteriormente en el marco teórico y en el
análisis de su discurso como candidato, el populismo es una
forma de construir lo político articulando demandas dispersas,
creando una frontera contra un enemigo común. Se presente
Donald Trump como un este líder carismático viene a quitar el
poder a la oligarquía y devolvérselo al pueblo.

“Durante demasiado tiempo, un pequeño grupo de


personas en la capital de nuestra nación ha cosechado los
frutos del gobierno mientras el pueblo soportaba los
costes. Washington prosperaba, pero el pueblo no
compartía su riqueza. Los políticos prosperaban, pero el
empleo desaparecía y las fábricas cerraban. El aparato se
protegía a sí mismo, pero no a los ciudadanos de nuestro
país.

Sus victorias no han sido vuestras victorias; sus triunfos no


han sido vuestros triunfos; y, aunque había celebraciones
en la capital de nuestra nación, había poco que celebrar
para las familias que sufrían penalidades en todo el país.
Todo eso va a cambiar, a partir de este mismo instante,
porque este momento es vuestro momento, os pertenece
a vosotros. Pertenece a todos los que se han reunido hoy
aquí y a todos los que nos están viendo desde sus
hogares.”

Nuevamente, el enemigo queda señalado y la analogía


Washington-Pueblo queda marcada. ¿Cuáles son las demandas
populares que Trump intenta enlazar?

“Los americanos quieren buenas escuelas para sus


hijos, barrios seguros para sus familias y buenos puestos de
trabajo para sí mismos. Son las demandas justas y
razonables de un pueblo honrado. Pero, para muchos
ciudadanos, la realidad es muy diferente: madres e hijos
atrapados en la pobreza en nuestros barrios más
deprimidos; fábricas herrumbrosas y esparcidas como
lápidas funerarias en el paisaje; un sistema educativo lleno
de dinero pero que deja a nuestros jóvenes y hermosos
alumnos sin conocimientos…”

Este párrafo, nos lleva a un segundo análisis acerca de sus


contenidos conservadores.
“Somos una sola nación, y su sufrimiento es el nuestro. Sus
sueños son nuestros sueños; y sus triunfos serán nuestros
triunfos. Tenemos un mismo corazón, un hogar y un glorioso
destino.”

Esto nos recuerda a la Doctrina del Destino Manifiesto, donde


básicamente Estados Unidos tiene una especie de “misión” para
con el mundo.

Continuando con el discurso, tiene una interesante anáfora, que


ya se le ha escuchado referir antes y lo usa para generar
atención: “America first, America first”. Tiene ese regusto a la
Doctrina Monroe (“América para los americanos”). Y agregado
a esto, la afirmación de que EE.UU es una nación protegida
tanto por su ejército como por Dios.

“No hay que temer nada, estamos protegidos, y siempre lo


estaremos. Estamos protegidos por los grandes hombres y
mujeres de nuestras fuerzas armadas y policiales y, sobre
todo, estamos protegidos por Dios.”

El discurso acaba de forma muy potente, con la conclusión de


todo lo citado anteriormente.

“Por eso les digo a todos los estadounidenses, en todas las


ciudades próximas y lejanas, pequeñas y grandes, de
montaña a montaña y de océano a océano, que
escuchen estas palabras:

Nunca volverán a ser ignorados. Nuestra voz, vuestras


esperanzas y vuestros sueños definirán nuestro destino
como nación. Y vuestro valor, vuestra bondad y vuestro
amor nos guiarán siempre en el camino. Juntos vamos a
hacer que América vuelva a ser fuerte. Vamos a hacer
que América vuelva a ser rica. Vamos a hacer que
América vuelva a estar orgulloso. Vamos a hacer que
América vuelva a ser seguro. Y sí, juntos, vamos a hacer
que América vuelva a ser grande. Gracias, que Dios nos
bendiga y que Dios bendiga a América”

Volviendo a mencionar la lejanía en la que se encuentra


Washington y el pueblo americano.

EE. UU VS CHINA

Las relaciones diplomáticas entre Washington y Pekín


nunca han sido sencillas debido a que son dos potencias
económicas que han liderado el comercio mundial en los
últimos años. Y Trump ha afirmado la idea de que es un
peligroso enemigo para Estados Unidos desde mucho
antes de empezar su campaña.

"China es nuestro enemigo, ellos nos quieren destruir". "En


el ámbito comercial, los chinos son unos tramposos" (2011),
llegó a decir.

Y sus certezas acerca del papel de Estados Unidos debe tener


en esta competencia tiene a su cuenta oficial de twitter como
un instrumento más de propaganda. Desde el cual ha lanzado
incendiarios tuits como:

“El Partido Demócrata de hoy preferiría


proteger a los extranjeros criminales que, a
los CIUDADANOS AMERICANOS, ¡por eso los
demócratas deben ser expulsados de la
OFICINA!”
de este texto podemos resaltar como polariza una situación
compleja y de difícil solución (migración), orientándonos a
escoger el lado “correcto”, el lado de respeto y preocupación a
norte américa.

¿Qué puede pretender un político, como Donald Trump cuando


pone sobre la mesa políticas proteccionistas? Ganar votos, no
es la única respuesta, aunque sea el mayor propósito de
cualquier político, debemos centrarnos en los objetivos de las
políticas proteccionistas. Podemos decir que entre ellos se
encuentra defender los empleos industriales, castigar una
supuesta competencia desleal e impulsar la economía local.
Estas son las intenciones, pero los resultados a los que lleva Trump,
no serían esos.

“Bajo mi administración, el robo a la prosperidad


americana terminará. Vamos a defender nuestra industria
y crear unas reglas de juego igualadas para el trabajador
americano” –

No pierde oportunidad de resaltar la rivalidad y las medidas


tomadas para defender “los intereses norteamericanos” aún a
costa de sus detractores más acérrimos. Restándoles
importancia en lo sustancial, pero remarcando la tensión
existente en esta guerra comercial.

“El New York Times tiene una nueva


historia falsa que ahora los rusos y
los chinos (me alegro de que
finalmente agregaron a China)
están escuchando todas mis
llamadas desde teléfonos celulares.
Excepto que rara vez uso un
teléfono celular, y cuando lo hago
está autorizado por el gobierno. Me
gustan las líneas duras. ¡Sólo más
noticias falsas!”

Una guerra comercial, no sabemos si reduciría el déficit del


exterior, pero tendría otras consecuencias no precisamente
deseables. No solo porque estos serían quienes paguen los
incrementos arancelarios, a través de los productos finales sino
porque el precio de la mano de obra norteamericana no puede
competir con la de otros países latinoamericanos.

Lejos de esta perspectiva más cauta, Trump sigue confiado y se


reafirma en base a lo que considera clara señal del progreso de
su plan

“China en realidad está colocando


anuncios de propaganda en el Registro
de Des Moines y en otros documentos,
hechos para parecer noticias. ¡Eso es
porque les estamos ganando en
Comercio, abriendo mercados, y los
agricultores harán una fortuna cuando
esto termine!”

“…China ha estado aprovechando los


Estados Unidos en el comercio durante
muchos años. También saben que soy
yo quien sabe cómo detenerlo. ¡Habrá
grandes y rápidas represalias
económicas contra China si nuestros
agricultores, rancheros y / o
trabajadores industriales son atacados”

Nuevamente, encontramos aquí la idea de Donald Trump, viene


a “salvar a todos”. Esto es como se ya se vio párrafos arriba, la
misma excusa que usa para perseguir la inmigración “defender
al trabajador estadounidense”. Sin embargo, esto los datos
muestran algo diferente, la tasa del desempleo se sitúa
alrededor del 4%.

Cuando se trata de defender sus medidas no da datos


verificables de lo afirmado. Se calcula que los próximos 10 años
los EE.UU tendrán más de 8 millones de puestos de trabajo sin
cubrir. Obvia la otra posibilidad dentro de su plan, el que
también los norteamericanos se verán afectados por su accionar

“Miles de millones de dólares ingresan a las


arcas de los Estados Unidos debido a los
aranceles. Excelente también para las
negociaciones: si un país no nos otorga un
acuerdo comercial justo, estableceremos
tarifas sobre ellos. Usados o no, se crearán
empleos y negocios. ¡Estados Unidos, respetó
de nuevo!”

Es verdad que el empleo en la industria siderúrgica se ha


reducido a casi la mitad en la última década, pero la inmensa
mayor parte de los puestos de trabajos perdidos, no se deben a
China ni al comercio internacional sino a la tecnología y esto
evidentemente una Guerra Comercial no lo cambiaría, pero
esto tampoco algo precisamente malo, hoy en los estados
Unidos hay más empleo que nunca.

Sobre el Déficit comercial, a pesar de lo que diga Trump, no es


tan malo, supone menos del 3% del PBI y de hecho se ha
reducido bastante en los últimos años.

Los mayores afectados por una guerra comercial contra las


importaciones chinas, serían las propias empresas de los EE. UU.
Debido a que no solo importa de China productos para
consumir, también importa muchos bienes intermedios y bienes
de capital, como maquinaria, por ejemplo. De hecho, más de la
mitad de todas las importaciones de China se corresponden con
este tipo de productos.

Los aranceles, como se dijo anteriormente, reducirían la


competitividad de las empresas norteamericanas. Encarecer el
costo de producción de bienes mucho más avanzados donde
hoy la industria de EE. UU es líder. Lo que supondría por ejemplo
reducir sus exportaciones al resto del mundo y también la
capacidad de consumo de los propios estadounidenses. El
resultado, millones de empleos perdidos.

Por ejemplo, el nuevo arancel sobre el acero o el aluminio hará


que la producción en EE. UU, se vea encarecida debido a que
este material es necesario en las etapas medias de producción.

Además, cuando tu fijas aranceles, lo normal es que la otra parte


se defienda.

“Si los Estados Unidos anuncian una serie de nuevos


aranceles por valor de 100.000 millones. China ya se ha
preparado completamente, y no va a dudar en hacer un
duro contra ataque” – Gao Feng, portavoz del Ministerio
de Comercio de China.

Donald Trump tiene razón cuando menciona esto, China no es


precisamente un país que juegue del todo limpio (incluso otros
países han acusado a China de hacer dumping) y no solo se
trata de que:

“China ha declarado abiertamente que están


intentando activamente impactar y cambiar nuestra
elección al atacar a nuestros agricultores, ganaderos y
trabajadores industriales debido a su lealtad hacia mí.
Lo que China no entiende es que estas personas son
grandes patriotas y entienden perfectamente que
estamos peleando cada día por nuestras fábricas,
nuestros ranchos, nuestra gran minería, nuestros
granjeros, y somos el más grande productor de energía
del mundo entero”

Trump entiende el interés de estos productores internos como el


del país en general, debido a que la autonomía industrial de
estos es fundamental para un plan de predominio internacional.
Una vez más muestra la visión proteccionista y conservadora que
maneja y se infieren las contradicciones con el modelo
neoliberal que no esta dispuesto a tolerar. Y el enemigo que ha
de ser el chivo expiatorio que ha de representar este malestar es
China, al tener la delantera en cuanto crecimiento comercial. Y
por ello, verse muy beneficiada por ella.
CONCLUSIONES:

El incremento de aranceles que Trump ha llevado a cabo hacia


el aluminio chino tiene un antecedente en el gobierno de
George Bush, con resultados nada favorables (la perdida de
doscientos mil puestos de trabajo). Tampoco podemos dejar de
lado que el discurso de Trump, desde el inicio de su campaña
presidencial y el que haya retomado el eslogan que Ronald
Reagan nos dejara (“Let's Make America Great Again”)
respondería a una necesidad de recuperar el poder comercial
internacional que, gracias a las políticas internas de China, y su
cada vez mayor crecimiento comercial, Estados Unidos va
perdiendo.

Aunque la excusa oficial sea la defensa de la industria local


norteamericana, la imposición de aranceles generaría la
trasferencia de costos al consumidor norteamericano. Revés que
perjudicaría la permanencia de los votos trabajadores.
Recordemos que ellos fueron parte importante de la victoria de
Trump. En una elección tan reñida como la del 2006, fueron los
votos trabajadores la fuente del respaldo social, la solidez y
prevalencia de Trump. Es decir, él recogió la insatisfacción de
estos sectores conservadores a los que la candidata contraria
poco o nada tenía para ofrecerles. Eso sin contemplar que la
respuesta china también afecta a una, comparativamente
minoritaria, cantidad de exportaciones norteamericanas. Bajo
estas aproximaciones, solo cabe preguntarse: ¿quién se rendirá
primero? A nuestro entender Estados Unidos tiene las de perder.
REFERENCIAS

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