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El miedo a volar es una emoción que se experimenta cuando se utiliza el avión

como medio de transporte. Esta emoción se convierte en patológica cuando


produce reacciones físicas y psicológicas de tal intensidad que inducen a ciertas
personas a eludir sistemáticamente los viajes en avión.
Entre los síntomas de la aerofobia se encuentran muchos de los que son típicos
en el resto de fobias:
Mucha sudoración.
Subida del ritmo cardíaco y de la respiración.
Boca seca.
Náuseas.
Dolor de cabeza.
Malestar general..
Del mismo modo, una propensión general a la ansiedad hace que se analice lo
que ocurre en el entorno de manera que se encuentran muchas claves que
pueden ser interpretadas como indicios de un accidente que está por suceder.
Todo eso hace que suba el estrés, lo cual a su vez hace que se sigan buscando
falsos indicios de peligro.
https://psicologiaymente.net/clinica/aerofobia-miedo-a-volar
Los elevados síntomas que el sujeto puede llegar a experimentar se pueden
plasmar en diferentes áreas:
A nivel del sistema fisiológico: se da un aumento importante de las reacciones
del mismo y tienen que ver con las taquicardias, sudoración, enrojecimiento,
palidez, malestar estomacal, sequedad dela boca, diarreas, vómitos etc
A nivel del sistema motor: se producen conductas de evitación o escape.
Cuando el sujeto se ve en la situación temida se produce una
intencionalidad de evasión como modo de huida del sufrimiento generado por
la misma
A nivel cognitivo: se produce una evaluación catastrofista de la situación a la
que el sujeto se va a enfrentar así como de las propias capacidades y
habilidades (resultando como conclusión los escasos recursos para asimilarla
de forma efectiva)

http://docplayer.es/11111755-Aerofobia-resulta-normal-que-el-mero-hecho-de-
volar-genere-que-muchos-de-los.html
Una fobia es un miedo irracional e intenso a algo (objeto o estimulo fóbico) que se
traduce en una intensa ansiedad cuando el sujeto se ve expuesto a la (ansiedad
situacional) y cuando el sujeto considera simplemente exponerse a él (ansiedad
anticipatoria). En la fobia el sujeto desarrolla estrategias para evitar la exposición
al objeto fóbico
FOBIA Fisiología y anatomía
Las emociones en función de la organización motivacional se pueden clasificar en
dos grupos destacados: agradables y desagradables. Las primeras están
asociadas a impulsos apetitivos, mientras que las segundas lo hacen frente a
reacciones defensivas. De las reacciones defensivas se producirán los
componentes emocionales y psicofisiológicos, que se asociarán a las emociones
negativas de la ansiedad y del miedo. La ansiedad se genera por la participación
de diversas estructuras del cerebro. De entre todas ellas, la amígdala es una de
las más importantes. Es una masa de sustancia gris (en forma de almendra) que
se encuentra situada en el polo rostral del lóbulo temporal. Es un componente
primordial del sistema límbico. Comprende tres núcleos, los cuales están en
conexión con otras partes importantes del encéfalo. Estos son: los núcleos
corticomediales, los núcleos basolaterales y el núcleo central (ACe). La amígdala
actúa como un procesador emocional. Participa activamente en la experiencia y la
expresión de las emociones. Se ha comprobado que su núcleo central y el núcleo
lateral (un componente de los núcleos basolaterales), están involucrados en la
experiencia y adquisición de la emoción negativa del miedo.La información
sensorial (estímulo emocional) entra a la amígdala a través de diversos
canales aferentes que la conducen hacia los núcleos lateral y
basolateral. Una vez allí, se organizan los componentes de respuesta
emocional, que saldrán proyectados a través del núcleo central a través de
diversos canales eferentes, que conducirán esta información hacia la sustancia
gris periacueductal, el hipotálamo lateral, el hipotálamo paraventricular y el
núcleo motor dorsal del vago y núcleos ambiguos. Desde cada uno de
ellos, pasará la información a través de sus vías respectivas, que darán
lugar a cuatro categorías de respuesta emocional de miedo condicionado o
aprendido. Éstas son:
la conducta emocional .
la respuesta simpática: aumento de la presión arterial)
la respuesta endocrina: ación de cortisol y adrenalina).
la respuesta parasimpática: padecer bradicardia)
Por su parte, el núcleo lateral de la amígdala tiene la capacidad de
procesar información en paralelo desde varios canales de estímulo. Recibe
información desde zonas de orden superior de la neocorteza y del
hipocampo (circuito cortical lento), y desde las áreas de procesamiento sensorial
de la neocorteza y el tálamo (circuito subcortical rápido). Estos dos circuitos
ayudarán para hacer posible la adquisición del miedo. También es importante
recordar que el circuito cortical está implicado en la formación de los recuerdos
explícitos. Penick y cols., (1994) y Stein (2005), indican que la salida de la
nformación de la amígdala se puede agrupar en dos grandes clases:
las de acción defensiva: respuesta de (lucha - huída),
las de inmovilidad o matomotora
También se ha apreciado, que cuando un estímulo no condicionado (ENC)
se asocia o aparea a una amenaza (estímulo condicionado, EC), en las
futuras exposiciones a dicho estímulo se producirá una respuesta intensa
de sobresalto, que será reflejo del miedo. A éste fenómeno se le conoce
como: sobresalto potenciado por el miedo. Otras estructuras cerebrales, como el
hipocampo que se ubica en el interior del lóbulo temporal, intervienen en las
respuestas defensivas, como la evitación de los estímulos temidos. También
participarán en la memoria y en la orientación espacial. Así mismo, se ha
comprobado que la hormona CRH o CRF (hormona liberadora o factor
liberador de corticotropina) , es un neuropéptido abundante en la amígdala. Ésta
es liberada a través de las neuronas del núcleo central (ACe), y desde aquí
se proyectarán hacia el núcleo del lecho. De esta manera cuando la
amígdala se activa, activará al mismo tiempo y a largo plazo el núcleo del lecho
por la acción de la hormona (CRH), causando un efecto ansiogénico
duradero. Por otra parte, la CRH también posee un efecto potenciador ansiogénico
sobre la respuesta (reflejo) de sobresalto en los individuos. Igualmente interviene
enla respuesta de los estímulos estresantes. La predisposición biológica a
adquirir determinados miedos (miedos preparados evolutivamente) en los
seres humanos, junto con la posibilidad de la hiperactivación del sistema
amigdalino (activación con rapidez ante estímulos de baja potencia), y la
activación diferencial de diversas vías eferentes han facilitado la aparición de
la fobia específica, que se manifiesta como una activación anómala del circuito
neuronal del miedo.

La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta


inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia
situacional o más o menos relacionada con una situación determinada
http://docplayer.es/3018170-Ataques-de-panico-o-de-ansiedad.html
LA ANSIEDAD
Los síntomas pueden incluir: • Palpitaciones rápidas o violentas con elevación de
la frecuencia cardíaca (taquicardia) • Dolores o malestar en el pecho y/o opresión
tórax • Vértigo, mareo, desmayo, náusea ó sequedad de boca • Sofoco,
transpiración intensa o escalofrío • Sensación de ahogo o falta de oxigeno (le
cuesta respirar o que le falta el aire) • Sensación de atragantarse • Molestias
abdominales (dolor de estómago, calambres, retorcijones, diarrea) • Cosquilleo o
entumecimiento en las manos • Sensación de estar soñando o deformación de
percepción • Terror, angustia ansiedad de sentir que algo horrible va a pasar y que
no puede evitarlo • Miedo de perder el control y hacer algo que le cause a uno
vergüenza • Miedo de morir y/o padecer ataque al corazón • Sudores en las
manos, pies, axilas... • Sensación de mucho frío o mucho calor • Dolor cabeza y/o
llanto • Tremendo cansancio después del ataque • Sentirte inestable, débil y
extenuado/a, "con la cabeza vacía" • Sensación de terror, de desrealización
(sentimientos de irrealidad) o de despersonalización (sentirse desapegado de uno
mismo como que se vive en una fantasía) • Miedo o sensación de perder el control
o a volverte loco/a • Parestesias (calambres, hormigueos o "electricidad" en los
miembros), temblores, sacudidas entorpecimiento o sensación de parálisis,
zumbidos en los oídos.

Fisiología y anatomía

El cerebro humano está constituido por tres capas, que se han desarrollado a lo
largo de los años y con la evolución del hombre. La capa más antigua está en el
centro del cerebro y se conoce como cerebro reptiliano. Esta capa se encarga de
regular acciones esenciales para la supervivencia como comer y respirar.
(comportamiento controlado por los instintos) Al menos cinco conductas humanas
se originan en el cerebro reptiliano. Estas se han señalado en la expresión de
Rituales personales diarios y actos supersticiosos Conformidad servil a las viejas
formas de hacer las cosas Recreaciones ceremoniales Obediencia sin
precedentes, tanto en asuntos legales, religiosos, culturales u otros Responder a
representaciones parciales.
Después se desarrolló una segunda capa sobre la primera, que se encarga de la
conservación de la especie y de la persona. Aquí se encuentran las estructuras
que corresponden al sistema límbico y que se encargan de regular emociones,
alimentación, lucha, escape, evitación del dolor, y la búsqueda del placer.
La tercera capa es la corteza cerebral y en ella se da el pensamiento racional y
abstracto. Cuando la persona detecta algo que representa un peligro, se activa un
sistema de alarma en el organismo que lo prepara para sobrevivir,
desencadenando toda una serie de reacciones fisiológicas.
El miedo al dolor psicológico provoca las mismas reacciones fisiológicas que el
miedo al dolor físico. Este sistema de alarma se encuentra en la segunda capa del
cerebro humano, el sistema límbico. El sistema límbico también se encarga de
controlar las respuestas de “huir o pelear”.
La alarma interna solamente se activa cuando hay una situación de verdadero
peligro. Dentro del sistema límbico se encuentra una estructura llamada la
amígdala, la cual se encarga de controlar y mediar emociones principales como el
afecto, la agresión y el miedo. Es el centro de identificación de peligro, y es
fundamental para la conservación. Al ser activada, desencadena miedo y ansiedad
que ponen a la persona o animal en un estado de alerta total, alistándose para huir
o pelear.
La amígdala cerebral es la responsable de que la persona no borre las huellas de
los traumas infantiles. Toda la información que entra a través de los sentidos pasa
por la amígdala, y ésta detecta cualquier señal de peligro.
Mientras se realiza cualquier actividad, la amígdala está monitoreando todo lo que
sucede en el entorno. Incluso cuando la persona duerme, la amígdala está atenta
y ante cualquier sonido que pueda representar una amenaza, activa sus
conexiones y hace que la persona despierte asustada o temerosa.
La amígdala y las estructuras cerebrales que detectan peligro no identifican
detalles, sino que están atentas a cualquier percepción grosera que pueda
representar una amenaza, como puede ser una sombra, un movimiento extraño,
un ruido, entre otros. Ante la primera percepción de un posible peligro, se desata
una reacción de alerta en el organismo y sólo es hasta después que la persona se
percata de lo que sucede y de si realmente existe un peligro o no.
La función de alarma en el sistema nervioso produce un aumento de actividad de
diversas funciones corporales: aumento en la presión arterial, intensificación del
metabolismo celular, incremento de glucosa en la sangre, aumento en la
coagulación sanguínea e incluso un aumento en la actividad mental.
La médula o glándulas suprarrenales (se encuentran localizadas en la parte
superior de los riñones también están involucradas en las crisis de ansiedad o de
pánico, ya que ellas segregan dos hormonas importantes: adrenalina y
noradrenalina, que son las responsables de algunas de las reacciones que se
producen en casos de ansiedad y de furia.
La función de las glándulas suprarrenales es regular la respuesta al estrés, y son
vitales cuando una persona se encuentra en situaciones de emergencia porque
preparan al organismo para combatir o huir de un peligro potencial, echando mano
de toda su energía.
La sangre se va a los músculos mayores, principalmente a las piernas, para lograr
una velocidad muy por encima de lo habitual, llevando rápidamente hormonas
como la adrenalina a todo el cuerpo y a los músculos. El sistema inmunológico se
detiene, así como todas las funciones no esenciales en el cuerpo, para prepararlo
para lo que venga: la huida o la pelea. Todas estas reacciones son
extremadamente útiles para la supervivencia.
El cuerpo sabe exactamente qué debe de hacer ante la percepción de un peligro
para maximizar las posibilidades de salir con vida. Ante la percepción de un
peligro se agudizan todos los sentidos. La persona abre más los ojos, y las pupilas
se dilatan para recabar la mayor cantidad de información posible. En realidad es
una gran ventaja que todo esto suceda de manera automática, y que no sea la
persona quien tenga que activar la alarma y provocar todas estas reacciones.
El trabajo de cualquier persona, simplemente se concentra en analizar la situación
para tomar la mejor decisión según sea la amenaza. En algunas personas esta
alarma se activa sin ninguna razón aparente. Cuando esto sucede, se da lo que se
conoce como un ataque de ansiedad o ataque de pánico.
El sistema límbico reacciona a esta situación una vez más, lo cual provoca un
aumento aún mayor en los niveles de miedo. La respiración se altera, provocando
cambios en la química sanguínea y las glándulas endocrinas empiezan a bombear
hormonas (adrenalina y serotonina), a la sangre. Las personas presentan un
aumento en su ritmo cardiaco y su presión sanguínea. La función de alarma
produce un aumento de actividad de diversas funciones corporales como aumento
en la presión arterial, intensificación del metabolismo celular, incremento de
glucosa en la sangre, aumento en la coagulación sanguínea e incluso un aumento
en la actividad mental.
http://slideplayer.es/slide/4032426/
http://slideplayer.es/slide/2854017/
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