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LA VANGUARDIA - 14/03/2005
Preocupantes son los resultados de una reciente encuesta que señala que la mitad
de los españoles asocia el consumo de drogas a la diversión y la moda. Eso
sucede porque la mayoría de la gente no ve de una forma clara y evidente en qué
medida le afecta negativamente. Falta información amplia y precisa al respecto,
porque la realidad es que estas drogas, contrariamente a su falsa imagen de
diversión y de progresismo mal entendido, resultan altamente dañinas para la
salud. El cannabis, pese a la buena fama que le ha dado su utilización como
paliativo en los tratamientos de quimioterapia, es una droga que engancha, que
distorsiona la memoria, que dificulta la concentración y que es una de las causas
del fracaso escolar y de la apatía profesional. A ello se suma la relación existente
entre el consumo de cannabis y la aparición de cuadros psicóticos, incluido el
riesgo de brotes esquizofrénicos, según recientes informes médicos. La cocaína
puede provocar también una larga serie de problemas de salud, como graves
alteraciones del sistema nervioso, cardiopatías de diversa índole, trastornos
psicopáticos, embotamiento afectivo o lesiones cerebrales, entre otros. Ylo mismo
puede decirse de las drogas de diseño, con el agravante de que las lesiones
cerebrales que provocan pueden llegar a ser irreversibles.