Sunteți pe pagina 1din 155

PETERB.

MEDAWAR
gD
ila Consejos a un
II lccli()
sigo
t4u
Joven cientÍfico

En este libro, sir Peter


B. Medawar, un
hombre que ha
dedicado su
vida a la
investigación
científica, ü-
rige a los in-
vestigadores jó-
venes una serie
de consej os prác-
ticos que son el re-
sultado de su expe-
riencia en ese campo. El
científico, dice, no es un
io sino un hombre o
muier como todos.
¡ Joven, el Fondo de
¡f. A través de la colección Biblioteca
I Cultura Económica y el Consejo Nacional de Recursos
para la Atención de la Juventud (CREA) pretenden di-
t fundir un acervo de cultura nacional y universal espe-
I cialmente valioso para [a formación intelectual de'los
r
I jóvenes mexicanos.
Í
I La Biblioteca Joven es apenas un punto de ,pqftidal
por ello aba¡ca una -nuy'amplia variedad temátii¿ Al
t ofrecer una primera ventana a las distintas disciplinas
¡
;á del conocimiento actual, hemos procurado elegir textos
de carácter introductorio a fin de que los jóvenes lecto-
I res puedan orientarse en un estudio ulterior, más pro-
r fundo y minucioso, de las materias que les interesen
h
ll
mayormente.
D
F

i
t
¡
I
s
I
¡
I
h

I
i
n

I
i

i
! i. .... ].58*¡ ¡,
'.
I
I
*
ñ
,
,
¡
t
I
Consejos a un jovm cisrtífio

Traducción de
JUAN JosÉ IJTRTLLA

Jnn, Cu,,l^ ["\r,[,nu, Aluo,ur-

Mau lo tgt
NoTp; )e,eon Osca¡ 9ot;a (tqgü
'
lot p'oLln* A*
in'tesl;gac;ón
.nr, nnt.( ."{r¿t'+. a\ iT l-e'"t¿r ¡a¡¿i
5o4t , I
J? tnqe*il?:t.1'^^
1.- ¡\to cabe qoe er t"!,FtóUec'l-D
i.' 6¡ i nve*igzz ,aq d e € ?' t" ?, Y ".tnff-"
- ¡'to r¿ " qosenh. lo rye e) q o e¿ inveshga¿ioh" 7\ rrJl""^{"
-
Á¡.i¡^aorr
;;;i:;';;ia;; ei"js ",iiÁ-¿''l'"si¡t e¡tte \os r:ve'-
r- ñ::"Lf i ;;,' ""fiLr:bJ
I , pbneo' x "¡ulk'
i, u p, o¿ o p p tlatu, rÍll'#
&1"
revi'rióu
.

"
lrleratro ¡aleva,ol e a uu lPtna J"l' ' -
6.-ñ;t" or*o ¡nh''og)rla rea-\¡áal ('\ p.'oLl"^a)='a
e^ Fot'.na. a. pregnr"la A. \^vc!ligcLcí64, o 14; Po+er':l^
" 'q,o sobe,cá"*t
6.-ño eJle*r&t4er,€ ta in¡orntacieíu
"ttorur
rLr*rlÁ ¿" a-a¿ o 6. ux prúlana qoe neceri+a
Aoc¡bv -
\¡val¡gac¿oL
'?" Nf¿ nbe. e,o,ao orqdqizcL' ttu Voge'h Á'e

|eta'.Peia^ (a-r
3 -";:,':7y.. c'''á(
't á
Pono.\ q'e-
esfa óisl¡c.¡ ¿,,n la in're.rf''qacibu ' , \,
\4\'o"4er b \n ve¡I¡pcio-u '
9.- $" *be- \oe, o l"* 't""tit 4e ¡nverf ila -
lb.- ñlo sbe conoá 1'"pt'i^1"¡¡¡es
ci ó r,4 tsü / -9t i+o .
grk tJ** <: ond (arnc,ae' *.'L'uc.,<,'o:u po'a eJa"-
lD dl A' - s{to¡ PtÓb\erhal
{r..f. o [a s.[.rc, '
P.B.MEDAWAR

Cnnsejos a un
joven científico

sc
H
srslo

m0^I¡U&

MÉxrco
Primera edición, en ingles 1979
Primera edición en español, l9B2
Prime¡a edici¡ín en Biblioteca Joven, 1984

'fítulo original:
Aduice to a Young Sctent'lt
o l9?9, Harper & Row, Publishers' Nueva York

D. R. o 1982. li)\lx) l)f (l r'lt Rr E(rrN()rl( \


Av. de la tlniversidad.975:03100 MÉxico' D f"

tsBN 968- l6- 1704-5

hnpreso en México

l
PREFACIO A LA SERIE

La Alfred P. Sloan Foundation ha incluido entre sus campos


de interés, desde hace muchos años, estimular la compren-
sión pública de la ciencia. Este es un ámbito en que resulta
sumamente dificíl gastar dinero con provecho. En este siglo,
la ciencia se ha convertido en un quehacer comple|o. Las
afirmaciones cíentificas se encuentran dentro de un marco
que lleva ya en existencía hasta cuatro siglos de ingeniosos
experimentos y elaboradas teorías: y se les puede expresar
fuera del lenguaje de la alta matemática o bien sólo en éste.
Fijarse como meta un enÍendimiento de la ciencia por el pi-
blico en general acaso fuera razonable hace cien años, mas
hoy parece quimérico.
I
Y sin embargo, una comprensión de Ia empresa cíentifica,
I en contraste con los datos y conceptos y teorías de la ciencia
I
misma, ciertamente es algo que est.í al alcance de todos, Al
l- Jin y al cabo, es una labor {ectuada por hombres y mujeres
i que pueden ser nuestros vecinos, que van y vienen todos los
i días a su lugar de trabajo, alentados por esperanzas y propó-
sitos que son comunes a todos; recompensados, como la
mayoría, por triunfos esporddícos, y enffistecidos por reveses
ocasionales. Es una empresa que tiene sus propias reglas y
costumbres, pero su entendímiento no es inaccesible a nin-
guno de nosotros, porque es esmcíalmente humana. y un
entendimiento de la empresa inevitablemente tae consígo
cierta noción de la naturaleza de sus frutos.
Por consiguiente, Ia Sloan Foundation se ha propuesto
9
|-

l0 PREFACIO A LA SER¡E

alentar a una serie reprcsentativa de hombres de cíencias,


consumados y elocuentes, a relatar sus experiencias cientifi'
cas, La forma que tales relatos tomen se ha deiado, en cada
caso, al juicio de! autor: uno puede escoger el enfoque auto-
biogrdlico, otro puede darnos una coherente serie de
ensa),os, un lercero acaEo nos narre Ia hístoria de una comu'
nidad científica tle Ia que fue miembro. Cada autor es un
hombre o una mujer de merecido renombre en su propio
campo. La palabra "ciencia" no es entendida aquí en su
acepción más estrecha: incluye disciplinas tales como la eco'
nomía y la antropología, ta Jísica, la química y la biología,
EI papel de la Fundación ha consistido en organízar el
programa ! en aportar el apoyo Jinanciero necesario para
Ilevar a su término la elaboracíón de las obras. La Funda-
ción desea expresar su gratitud por la notable y continuada
conlribución brindada al programa por su Comité de Ase-
sores presidido por el Dr. Robert Sinsheimer, rector de la
IJníversity of California-Santa Ctt¿2, y que incWe al Dr.
Howard H. Hialt, catedrátíco de la Esatela de Salubridad
Pública de Hamard, al Dr. Mark Kac, profesor !- matemó-
ticas de la Rockefetler lJnivenity, al Dr. Daniel McFadden,
profesor de economía en el Massachusetts Institute of Tech'
nology, a Robert K. Merton, profesor de la Columbia Univer-
sity, al Dr. George A. Miller, profesor de psicología experi-
mental en la Rockefeller lJnieersity, al Prof. Philip Morrison'
del Massachusetts Institute of Technolog, al Dr. Frederick
E. Terman, preboste eméríto de Ia Stadord University; ,,
representando a la Fundación, a Arthur L. Singer, Jr,, y a
Stephen White; de Harpet & Row, a Winthrop Knowlton y
Simon Michael Bessie.
PREFACIO DELAI.J"TOR

HE TRATADo de escribir el tipo de libro que a mí mismo me


habría gustado leer cuando comencé a investigar, antes de
que naciera la mayoria de mis lectores: este no es un comen-
tario condesccndiente, sino un reconocimiento del hecho de
que la mayoria de los hombres de ciencia son jóvenes en
años, y que nadie que esté activamente dedicado a la investi-
gación se considera jamás viejo.
También estoy consciente de encontrarme en la compañia
de Polonio, de Lord Chesterl¡eld y de William Cobbett,r
todos ellos bien conocidos por haber dado conscjo a los jóve-
nes. Aunque ninguno de sus consejos se dirigió a jóvenes
hombres de ciencia, algunos tienen aplicación aqui. El con-
sejo de Polonio fue básicamente prudencial, y aunque pode-
mos sentir la prisa de Laertes por alejarse (.hu¡nildemente
me despido, Señor"), es un consejo excelente.
El consejo de Chesrcrfield se referia básicamente a los
modales, especialmente al arte de ganarse a la gente, Tiene
poca aplicación en los circulos en que se mueven los hombres
de ciencia, lo cual quizá sea bueno porque recibió un cote-
tazo demodelor det gran Leviatán de las letras inglesas.
Chesterfield, declaró el Dr. Johnson, enseñó los modales de
un maestro de baile y la moral de una prostituta.
t William Shakespeare (t6O3), Hanlet, acto t, csccn¿ 3; phi[ip Dormff
Stanhopc, IV, Earl of Chesterfi€td (t694-1173), Le eñ to His Son (t7:.4ti
Wilfiam Cobb€tt (1763-1835), Advice ,o young Men and (incidentally) to
Young |Yomen (1829)

u
12 PREFACÍO DEL AUTOR

Los consejos de Cobbett fueron morales, en un sentido


má8 amplio, aún cuando t¿mbia¡ se relacionaran con los
modales, Aunque Cobbett ro tenía l¿ formidable fuerz¡ de
€spiritu del Dr. Johnson, hay tan buen sertido en un párrafo
de Cobbett corno en cualquier otro párrafo de la prosa
inglesa. lo$ ojos de uno o de otlo, o de los tres, s€ encon-
traián mi¡ando desde estas páginas en los lugares apropia-
dos, pues casi no es posible escribir u¡ lib¡o de consejos sin
ser influido por lo que ellos dije.on.
Las dirnensiones y el propósito de este librito se explic¿n
en la introducción: no es sólo para homb¡es de ciencia' sino
para todos los que se dedicao a activid¿des de indagación' Y
no es $ólo para los jóvenes; sin pensa¡ en cobrar una carrü-
dad adicional, tanto el auto¡ como los editores rcsolvieron
incluir unos cuaritos párrafos de consejos también pa¡a los
cientificos de mayor edad. Asimismo. he pensado en otro pú-
blico: el de los legos en materia de cie¡cia que, por alguna
razón, sientan cu¡iosidad acerca de los deleitcs y las frustra-
ciones del hombre de ciencia, o ace¡ca de los motivos' capri-
chos ycostumb¡es de los miembros de la profesión.
Cua.lquier pasaje d€ este libro que el lecto¡ pueda consi-
dera¡ especialmente bueno y ¡evelador es el que fue esc¡ito
para él o para ella; lo que ya es bien entendido no se consl
dera¡á interesante, y pasará sin dejar hüella. El capítulo v
pone en claro que todo lo que digo se aplica I las mujeres ta¡
bier como a los hombres.
C¿si ir¡evitablemente, este libro expole una "filosofia" per-
sonal a p¡opósito del luga¡ de la cie¡cia y de los cientiftcos en
el mundo. Es un libro muy obcecado, po¡ Io cu¿l necesito
decir algo más a guisa de disculpa. En Gran B¡etaña, en
tiempos de guerra, para establecer una relación pe¡sonal con
. PREFACIO DEL AUTOR 13

el público, los locutores de los noticia¡ios siempre anuncia-


ban su identidad, ¡ menudo en las siguientes palabras: ..Este
es el noticiario de las nueve en punto, y éste es Stuart Hib-
berd, leyendolo". Del estilo y el contenido de este libro sólo
diré: "Estas son mis opiniones, y este soy. yo, expresán-
dofas". Me valgo de la palabra opinión, para poner en claro
que mis juicios no han sido ya validados por una investiga_
ción sociológica sistemática, ni son hipótesis que ya ha; an
resistido a los repetidos asaltos de la critica. Son tan sólo jui_
cios personales, aunque espero que algunos de ellos sean
recogidos por los sociólogos de la ciencia para su debida
investigación.
La experiencia que justifica el que yo escriba un lib¡o
como éste es la siguiente: durante muchos años fui preceptor
en Oxford, en los dias en que un solo maestro era et único
responsable de la educación intelectual de sus pupilos:
empresa emocionante para ambos lados. Un buen maestro
enseñaba toda la materia, y no sólo esa parte de ella en que
estuviese especialmente interesado o tuviese especial capaci-
tación; desde luego, "enseñar" no significaba ..dar informa_
ción fáctica", aspecto de importancia relativa sino, antes
bien, guiar el pensamiento a las lecturas, y fomentar la
reflexión. Después fui jefe de departamentos universitarios,
primero en la Universidad de Birmingham y después en el
University College de Londres. Luego fui jefe del Instituto
Nacional de Investigación Médica, gran instituto de investi-
gaciones poblado por cientificos de todas las edades y gra_
dos.
En estas esferas, observé con gran interés lo que ocurria a
mi alrededor. Además, yo mismo fui joven alguna vez.
Dejando ahora a un lado las trompetas, deseo expresar mi
14 PREFACIO DEL AUTOR

deuda a mi patrocinadora, la Alfred P. Sloan Foundation,


que hizo posible y agradable escribir este libro cn medio de
una activa vida profesional. Fue deseo de los patrocinadores'
no mío, que en mis recomendaciones o ejemplos yo mencio-
nara mi cxperiencia personal como científico más a menudo
de lo que me inclinaba a hace¡lo.
Las circunstancias especiales de mi vida son tales que nin-
gún escrito sobre ningún tema habria sido posible sin el
apoyo y la compañia de mi esposa. Aunque este libro en par-
ticula¡ es esfuerzo mio, también mi esposa lo ha leido, porque
he llegado a tener la más completa confianza en su oido en
y
su juicio litera¡io.
La labor de preparar el texto para su publicación corrió a
cargo de mi secretaria y ayudante, Mrs. Heys'
También deseo dar las gracias muy especialmcnte a algu-
nos íntimos amigos por su hospitalidad y paciencia mientras
yo escribia o dictaba el libro: Jean y Friedrich Deinhardt'
Barbara y Oliver Poole, y Pamela e lan McAdam'
P. B. MEDAWAR
I.INTRODUCCIÓN

EN EsTE.libro interpreto ta palabra ..ciencia,,


en sentido
bastante lato, para referirme a todas las actividades
de inves_
tigación cuyo propósito es tograr un mejor entendimiento
del
mundo natural. Esta actividad exploratoria es llamada ..in_
vestigación", y la investigación es mi tema
central. aun
cuando solo sea una pequeña fracción de la multitud
de acti_
vidades científicas o basadas en la ciencia que
incluyen la
administración cientifica, el periodismo cientifico
lque cr"ce
en importancia con la ciencia misma), la enseñanza
de Ia
ciencia, la supervisión y a menudo ta ejecución
de muchos
procedimientos industriales, especialmente
con respecto a los
medicamentos, alimentos preparados, maquinar¡a
y otras
manufacturas, y textiles y otros materiales en general,
En los Estados Unidos, 493 00O personas
se clasifican a sí
mismas, en un censo reciente, como científicos,r
número muy
grande aun cuando se redujera a 313 000
al aplicar los más
exigentes criterios taxonómicos adoptados por
la Fundación
Nacional de Ciencias. En la Gran Bretaña los números
son
muy similares en proporción a la población total. El
Depar_
temento de Industria informó que el total de cientifi.o,
cados en la Gran Bretaña en 1976 era de 307 ""|ifi-
00O, de los
cuales 228 0O0 fueron descritos como ..económicamente
activos". Diez años antes, las cifras correspondientes
habían

I Tomo cstas cifras de Harriet Zuckerman, Scientüc


Elire, Macmillan,
t¡ndrcs, 1977.

r5
16 INTRODUCCIÓN

sido de 175 00O y 42 000. El número de sientíficos en el


mundo debe oscilar entre 750 000 y un millón' En su
mayoría aún son jóvenes, y todos ellos necesitan' o en algún
momento necesitaron, un conseJo.
No ofrezco disculpas por concentrarme básicamente en l¿
investigación. Lo hago con el mismo espíritu con que el autor
de "Consejos a los jóvenes escritores" se preocuparía por la
literatura imaginativa, y no por las actividades compl€men-
tarias y de spoyo, como imprimir, publicar o criticar' por
muy importantes. que éstas sean. Aun cuando la investiga-
ción en las ciencias naturales sea mi tema principal' siempre
general,
estaré pensando en las actividades de exploración en
y creo que lo que digo puede aplicarse a la sociología' la
antropologia, la arqueologia y las "ciencias del comporta-
miento" en general, y no sólo al mundo de los laboratorios'
tubos de ensayo y microscopios, pues no estoy olvidando
que los seres humanos se encuentran entre la más notable
fauna de este "mundo natural", del cual he dicho que nuestro
propósito era buscar comprenderlo.
No es fácil ni siempre será necesario trazar una distinción
cla¡a entre los cientilicos que "realmente investigan" los
y
que efectúan operaciones científicas, al parecer de memoria
Entre casi medio millón de practicantes que se clasificaron
como cientificos pudo estar fácilmente el tipo de hombre
empleado por cualquier gran piscina pública grande bien
y
I

administrada: el que revisa la concentración del hidrógeno


del agua y no pierde de vista la flora bacterial y fungal'
Casi
l

puedo oír el desdeñoso gruñido con que se rechazarían las


pretensiones de tal persona de ser un hombre de ciencia'
Pero aguardemos; cientifico es el que actúa como tal' Si
dicho empleado es inteligente y ambicioso' puede tratar
de
INTRODUCCIÓN 11

mcjorar su cienci¡ escolar, estudiando un poco de bac-


teriología o dc micologia médica en un¡ biblioteca pública o
una escuela noctuma, donde ciertamente aprenderá que el
calor y la humedad quc haccn agradable la piscina a los seres
humanos t¡mbién favo¡ecen el crecimiento de los microorga-
nismos. Y a l¿ invctsa, la clorina que combate lss bacterias
es igualmcntc ofensiva para los seres humanos; los pensa-
mientos de csc cmplcado fácilmente pueden enfocar cl pro'
blema dc cómo mantene¡ baja la cantidad de bacterias y
hongos sin un costo enorme psra su p&trono y sin ahuyent¿r
al púbüco. Quizá erpcrirnentará en pequeña escala con su
evaluación dc los diversos métodos de purificación' En todo
c¡so. mantendrá un registro de la relación entre la densidad
de la población de microorganismos y el númEro de usua-
rios dc la piscina, Y experimentará adaptando la concentra-
ción dc clo¡ina de acuerdo con sus expectativas acerca del
número de clientes en cualquier día particular' Si hace tod¡s
que
estas cosas, estará actuando más como un cientifico
como un emflcado cualquiera. Lo importante es la inclina-
ción a llegar a la verdad de las cosas hasta donde pueda
hacerlo, y dar tos pasos que' con r¡zonable probabilidad' le
tleven a ell¡. Por esta razón, no siempre he establecido uns
distinción -y ciertamente, nunca una distinción de clase
(véase el capitulo vt)- entre la ciencia "pura" y la cicncia
aplicad* tema casi i¡remediablemente confundido por un
equivoco causado por la palabra pura'
En el mundo de la ciencia, el principiante cicrtamcntc
leerá, u oirá decir, "El cientif¡co esto" o "El cicntifico
aquello". Que no lo c¡ea. No existe esa persona' el cicntifico'
Hay cientificos, desde luego, y hay una colección t¡n va¡iad¡
de temperam€ntos como entre los fisicos' abogados'
clérigos
13 TNIRODUCCION

dpLados o dcús¡dd d. piFi¡ú, E¡ ni lihro fhe trt d


r¡. s"¡,¿¿ n *¡ilo lo sigüidt :
r,¡ ciárifcB sd pasrs ¡!. l,ñ!r.m4r6 ¡üy ri,!ünlú
qu. h.en div6A cGas d. ñer$ ñuy difdB. E¡lr.16
honb€ d. ciw:i h¡y rdl¿cb6. clúilEldos¡ y ¡¡Dpir.
dú.¡ cof,pulsivor; mchd sn dd.c¡
úúhos sn *dorn@r a¡surc. s ¡ni5i!3, ds dm,
Hry ci. ifÉ6 Dodú y cintili@! liriefor y hrú ürc8 ob-
b5 ñir¡os. ¿Qr¿ .ls d. mrtdidld o eop€@d& pu!&
$roqe qu¿ iodos ¿llos lh.r á cmúf? ls ciodf@r oú
oblir.ció¡ M Fuy r&c, r l¡ myüi! & qli*t d Éalid¡d
id {i.rdfor fácilm..t hlbliú lodü
R.cuado hab.r dicho de 16 dr¿tu¡¡r ¡¿rs¿@, o ¡¡ hi!-
¡od¡ d.l dc$ifiaúníro de la 6L!ctu¡! c.i¡talin. d.l DN^'?
qu. si¿ djfci¡ iragjnú.iquiq. un 8.upo dc pdFú oir
dildnl.s úa de ouú @ su o¡iga y .duc&ión, &r
dú.¡¡s, sw nodal6, s ¡peo.¡¡, su .!do t su! p.oFi.
sit6 ru¡dec qu. Jú¿5 w.ls& Freci3 Cric\ Lawne
B.!aB, Rordi.d Fr.n*lin y Lirw Pauling.
H. @tle.do b pdabú r¡l@ púa r.fcrirnc a ¡qü.Ior
poos c¡.nüa@r qlc ercüc.Fd u¡. Fw6a satbf@ióó .n
s¡b.r q!¿ dso ñ .3 c@ocido y qrc eñpl.ú tal.trotuci¡
cño pEi¿Ío pd! hsc¿r.ídl.r !d ft16 confn4i6¡or
d.l pGilivimo .n .l doninio d.l i.t 1610 d@io¡.li p.ro
ñc sv.rsii.n¿. deü, qe después .¡. "!nos c!.¡lor nirti
d\" tahbiÉn d¿bo .ñadi¡ "y h6t¡ uD$ cuantos can.lls'.
Erci.itifico nes cúala qu. yo @noe ¿s.l que plasi¿

a Tú EoF a¡ Pqw, wrt


INTRODUCCIÓN T9

cierto número de fotografias y varios párrafos del texto de un


compañero y los incluye en un ensayo que presenta para
competir en un concurso de alguna de las universidades más
antiguas. Uno de sus jueces fue el hombre al que robó este
material. Se sigue una batalla terrible p€ro, por fortuna para
el culpable, el organismo que lo emplea tiene interés, ante
todo, en evitar un escánd¿lo público. El culpable fue, por
tanto, rehabilitado en otra institución cientific4 y alli ha pro-
seguido una carrera, con éxito moderado, de pequeños deli-
tos de género muy similar. ¿Cómo puede vivir consigo
mistno semejante hombre? La mayoria se Io pregunta.
¿Cómo puede la psique soportar tan cruel abuso?
En común con muchos de mis colegas, a mi no me parece
que este delito sea pasmoso e inexplicable; me parece una
felonia lisa y llana, de la que se supone que los cientificos no
son menos capaces que ningún otro tipo profesional, Pero lo
que sí es sorprendente es encontrar canalladas de una indole
tal que anula todo lo que hace que la profesión científica sea
atractiva, honorable y digna.
Así pues, no existe e/ cientifico, y a fortiori, no cistc cl
cientifico malo, aún cuando Ia ficción de este tipo en que
podia contarse con que el "chino" era el villano h¡ sido
suplantada hoy por una ficción aún más baja, donde "el cien-
tífico" desempeña un papel bastante similar. La ficción gd-
l¡ca no terminó con los escritos de Mary Shelley y de Ann
Radcliffe. En su equivalente moderno abundan los cientificos
perversos ("Pronto el mundo entero estará en mis manos".
grita uno de ellos, con fuerte acento de la Europa central). Yo
pienso que parte del miedo que los legos tiencn a los cienti-
ficos es un juicio originado por su aceptación pasiva a las
convenciones de esta literatura pueril.
INTRODUCCTÓN

Supongo que cs posibte que cl cetercotipo dcl cicntifico


perverso disu¡da a algunos jóveircs dc ab,raza¡ cats profc-
sión, pcro el mundo de hoy está tan invcrtido que quizá otros
t¡ntos scan atraidos por la petpcciva dc un¡ carrcr¿ de
malhechores en grande.
El cicntifico pcrvcr¡o no es más increíblc que cl otro
estcrcotipo, que data de los dias dc l¡ ütcr¡tur¡ 'cdific¡ntc":
el homb¡e de cxpresión conccnt¡ada y rcsuclta quc, dcssten-
dicndo todo bicnestar personal o ¡eoompcnsas materialcs,
encuentra en la búsqueda dc la verd¡d un complcto alirncnto
intelectual y espiritual. No,, los cientificos son gente: dcxr;u-
brimiento liter¡rio de C, P. Snow; sc¿n cualcs fucrcn los
motivos que pcrsuaden a alguien a abrazar la e¡rrcr¡ dc la
investigación científica, un hombre debc tencr un gran dcseo
de abrazarl¿ En mi ¡fiur porque no se les subcstime, a veccs
he exagerado las amarguras y frustracioncs de l¿ vida cientí-
fica, pero también puede h¡ber cn clla grandcs goces y
r€conlpcnsas (no estoy pensando, aunque no las cxcluyo, cn
las recompensas materiales), con la satisfacción adicional de
emplear nuestras propias enetgias hasta su ümite.
rr. ¿cÓMo PUEDO SABER Sr TENGO
CALIDAD DE INVESTIGADOR
CIENTIFICO?

LAs PERSoNAS que s€ creen hcchas para la üda cicntifica a


vcocs ¡e sienten deprimidas y dcsalentadas por, según pala-
b¡as de Francis Bacon, "L¡ sutileza de la naturaleza, los rin-
cones secretos de la verdad, l¿ oscu¡idad de las cosas, la difi-
cultad dcl expcrimcnto, el ocult¡micnto de las causas y la
incapacidad del poder de discernimiento humano, sicndo
hombres que ya no ss sienten impelidos por deseo o por
esperanza, a p€netrar más allá".
No hay manera cierta de deci¡, de ¡ntcmano, si los ensuc-
ños de una vida dedicada a la búsqueda de la verdad llcva¡án
a un cicntífico bisoño ¡ la frustración de vcr fracasar expcri-
mentos y dc h¡cer el desalentador descubrimicnto dc quc
algunas de sus idc¡s predilectas son infundad¡s.
Dos vcces en mi vida hc pasado un par de años agota-
dores, y cicntific¡mente improducüvos, buscando pruebas
que corroboraran ciertas hipótesis caras a mí, que dcspucs
demostraron sc¡ infundadas; epocas como éstas, son dificiles
para los hombrcs de ciencia: dias de ciclos plomizos que
traen consigo un desdichado senüdo de opresión c impotcn-
cia. Son mis rccue¡dos de estos m¡los ticmpos los que cxpü-
can la seriedad de mi conscjo a los jóvenes cicntíficos dc que
tengan más de una cucrda cn sú arco y cstcn dispucstos a
¿ccpt¡r un *No" como respuesta, si las pruebas apuntan cn
esa dirccción.
2l
7 t--
I

22 ¿TENGO CALIDAD DE INVESTIGADOR?


Es de especial impottancia que ningún cientílico joven se
deje engañar por anticuadas y erróneas representaciones
acerca de cómo es la vida cientifica. ügase lo que se diga, en
reaüdad es muy interesante, un tanto apasionada y -en
materia de horas de trabajo- una ocupación muy exigente y
a veces agotadora. Tambión puede ser dificil para un esposo
o una esposa y para los hijos tener que convivir con una
obsesión sin la compensación de estar poseido por ella (véase
"¿Mala suerte para las esposas?" en el capitulo v).
El cienüfico bisoño debe perseverar hasta que descubra si
las recompensas y satisfacciones de una vida de ciencia están
en proporcién, para é1, con las decepciones y el esfuerzo
requeridos; pero si el cientifico siente una vez la emoción del
descubrimiento y la satisfacción de llevar adelante un experi-
mento verdaderamente dificil -una vez que ha experimen-
tado esa sensación más profunda y más expansiva que Freud
ha ll¿mado el "sentimiento oceánico", que es la recompensa
de cualquier verdadero avance del entendimiento-, entonces
habrá mordido el anzuelo, y no le interesará ningún otro tipo
de vida.

Los Morrvos

¿Qué decir de los motivos para dedicarse, en primer lugar, a


la ciencia? Este es el tipo de tema del que puede esperarse
que los psicólogos tengan algo que decirnos. lpu Andreas
Salome dijo que el amor al detalle minucioso era una de las
manifestaciones anteriores del -hum- "eroüsmo anal", pero
los cier¡tíficos en general no son rnuy melindrosos ni, por for-
tuna, tienen que serlo a menudo. La sabiduría convencional
siempre ha dicho que la curiosidad es la fuente principal de la
labor del hombre de ciencia. Este siempre me ha parecido a
¿TENGO CALIDAD DE INVESTIGADOR? 23

mi un motivo inadecuado; curiosidad es una palabra de


guardería infantil. "La curiosidad mató al gato" es un viejo
dicho de las abuelitas, aunquc también pudo ser la misma
curiosidad la que encontró un remedio para el gato en el quc
bien podria haber sido su lecho de muert€.
Muchos buenos cientificos que yo conozco ticnen algo
que no queda bien descrito como "impulso exploratorio..
Immanuel Kant habló de una "inquietud" por llegar a la vcr-
dad de las cosas, aun en el contexto del argumento, no
enteram€nte convincente, de que la natura¡eza dificilmente
habria plantado tal ambición en nuestros pcchos si no
hubiese sido posible satisfacerla. Un poderoso sentido de in-
quietud e insatisf¡cción siempre acompaña a la falta de
comprensión. T¿mbién los legos lo siente¡; de otra manera.
¿cómo explicar el alivio que sienten al enterarse de que puede
explicarse algún fenómeno extraño y perturbador? No puedc
ser Ia explicación misma la que traiga este alivio. pues es pro-
bable que resulte demasiado técnica para ser comúnmente
comprendida, No es el conocimiento mismo, sino la satisfac-
ción de saber que algo se conoce. [.os escritos de Francis
Bacon y de Jan Amos Comenius
-dos de los filósofos funda-
dores de la ciencia moderna, a cuyos escritos me referiré a
menudo- abundan en la metáfora de la luz. Acaso la inquie-
tud de que estoy hablando sea el equivalentc, para el adulto,
de ese tcmor inf¿ntil s las tinieblas, que puede disiparse. dijo
Bacon, sólo encendiendo una luz en la natur¡leza,
Frecuentemente se me ha preguntado, "¿Qué le hizo a
usted meterse a cientifico?" Pero no logro apartarme lo bas-
tante de mí mismo para ofrecer una respuesta realmente
satisfactoria, pues no puedo recorda¡ claramente una época
en que no pensa¡a yo que lo más interesant€ que cl hombrc
tl
¿TENGO CALIDAD DE INVESTIGADOR?
podia s€r era hombre de ciencia. Ciertamcntr, mc conmo-
vieron y persuadieron los escritos de Juüo Vcrnc y dc H' G.
Wells, y también unas enciclopedias, no neccsa¡i¡mcntc lujo-
sas, que se atraüesan en el camino dc los niño¡ afortun¡dos
que Ieen incesantemente y que continuamcnte están consul-
tando libros. También me ayudaron lss obras dc cicncia
popular: libros baratos -en realidad, b¡¡¡tísimos- sobre
estrell¿s, átomos, la tierra, los ocóanos, y tema¡ similarc¡. Yo
tenia lite¡almente miedo a la obscuridad. Y si mi conjaura
del pónafo anterior es correcta, tambicn eso ¡yudó.

¿TENC'o 1NTELICENCIA SUFICIENTE PARA SER I,'N


CIENTfFICO?

Una angustia que puede ¿ssltar a algunos principiantes, y


quizá en particular a algunas mujeres, por csusa dcl hábito
socialmente engendrado -y por lo ganeral no bastante corre-
gido- del automenosprecio, es la de si tendrán intcügcncia
suficiente para lograr un buc¡t desarrollo en ls cicncis. Es
una angustia que pueden ahorrarse, pues no Ec neccsita sc¡
terriblemente sesudo para desempeñarse bien en l¡ cicncia.
La antipatía o una indiferencia total hacia la vida dcl espíritu
y la intolerancia ante las ideas abstractas suclcn considc¡arsc
como contraindicaciones, desde luego, pero en la ciencia
experimental no hay nada que exija grandca haz¡ñ¡s de
raciocinio o un don sobrenatural para el r¡zonami€nto
deductivo. No se puede prescindir del scntido común, y
mejor nos irá si poseemos algunas de aquellas anticuadas vir-
tudes que, inexplicablemente, parecen haber caido en desc¡ó-
dito. Quiero decir, la aplicación, Ia diligencia, el sentido de
propósito, el poder de concentrarse, de perseverar y no
¿TENCO CALTDAD DE TNVESTIGADOR? 25

dejarse vencer por la adversidad al enconÚar, por ejemplo,


después de una larga y trabajosa investigación, que una hipó-
t€sis que nos era cara en gran medida cs errónea.
Una prueba de íntelígencia. Para no dejar nada en el tin-
tero, interpolaré una prueba de inteligencia, cuyo desempeño
difcrencia¡á el sentido común de las inteleccioncs vcrtiginosa-
mente a¡tas quc a veces s€ c¡ee que los cientificos son c¡p¡-
ccs de hacer, o tienen que hacerlas. A ciertas personas, atgu-
nas dc las figuras (particularmente de santos) de los cu¡d¡os
de El Greco les parecen antinaturalmentc altas y delgadas.
Un oftalmólogo, al que no nombraré, supuso que h¿bian sido
pint¡d¡s asi porque El Greco padecia de un defccto de la
vista que le hacia y¿r a las personas de tal manera y, tal
como las veía, necesariamente las pinteba.
¿Pucde ser válida semejante interpretación? Al pl¡nte¡r
est¡ p¡egunta, a veces ante grandes públicos académicos. hc
añadido: "Cuafquiera que pueda vet instantáneamente qt e
esta explicación es absurda. y que es absurda más por razo-
ncs filosóficas que estéticas, es indudablemente brillante. por
otra pafe, quien no pueda ver que es absurda aun cuando se
lc expliquc por qué es absurda, ha de ser un tanto obtuso".
La crplicación es epistemológica; es decir, se relaciona con t¡
teoría del conocimiento.
Supongamos que el defecto de visión de un pintor fuera, lo
que no es dificil, la diplopia, que consiste en verlo todo dobtc.
Si la explicación del oftalmólogo fuera corrcca, entonces
semejante pintor pintaría sus figuras dobles; pero de hace¡lo
así, entonces, al inspeccionar su bbra, ¿no veria cuádruples
todas las figuras, y acaso sospechara que atgo andaba mat?
Si se trata de un defecto de visión, las únicas figuras que pue-
den parecerle naturales (es decir, represcntacionales) al pin-
¿TENGO CALIDAD DE INVESTIGADOR?

tor también deben parecernos naturales a nosotros, aun si


nosotros tambián padecemos defectos de visión; si algunas
de las figuras de El Greco parecen anünaturalment€ altas
y
delgadas, así lo parecen porque tal fue la intención de El
Greco.
No deseo menospreciar la importancia de las capacidades
intelectuales en las ciencias, pero prefiero menospreciarlas
que exagerarlas hasta un grado que pueda am€drentar a sus
futu¡os reclutas, Las diversas ramas de la ciencia exigen
capacidades distintas, de todos modos, pero, habiendo
negado la idea de que existe eso que llaman ¿/ cientifico, no
debo hablar de la "ciencia" como si fuese una sola especie de
actividad. Coleccionar y clasificar escarabajos requiere
cierta habilidad, talento e incentivos totalmente distintos -no
digo inferiores- a los de dedicarse a la fisica teórica o a la
epidemiologia estadistica' El escalafón dentro de las ciencias
ciertamente coloca la fisica
-esnobismo muy complicado-
teórica por encima de la taxonomía de los escarabajos, quizá
porque en el colecciona¡ y clasificar escarabajos se considera
que el orden de la natur¡leza nos evita tener que hacer gran-
des hazañas de juicio o intelección; ¿no hay una casilla
esperando a que en ella quepa cada escarabajo?
A pesar de todo, cualquiera de tales suposiciones no es
sino mitologia inductiva, y un taxónomo o paleobiologo
experimentado asegurará al principiante que una taxonomia
bien hecha requiere gran reflexión, considerables poderes de
que sólo
iuicio y un buen olfato para discernir afinidades,
pueden venir con la experiencia y la voluntad de adquirirlas'
Sea como fuere, generalmente los cientificos no se consl-
deran como personas de inteligencia muy brillante; y algu-
nos, al menos, gustan de declararse bastante estúpidos' Sin
¿TENGO CALTDAD DE INVESTTOADOR? 27
embargo, ésta es una transpa¡ente ¡fectación, a menos quc
un incómodo reconocimiento de la verdad los tiente a busc¿r
cierto respaldo. Ciertamente, muchos cienüficos no son
intelectu¿les. Yo, por mi parte, no eonozco ningún filistco, ¿
menos que -en un sentido muy especial_ sea f istcísmo
dejarse impresionar tanto por los juicios de los criticos este-
ticos y literarios que se les tome a estos mucho más en scrio
de lo que merecen.
Como tantas ciencias experimentales requkren el uso de
capacidades manipulativas, ya es parte de la sabiduria con-
vencional declarar que Ia predileccién o una buena capaci_
dad en mate¡ia de actividad mecánica o constructiv¡ anuncia
una aptitud especial para las ciencias cxperimentales. Tam_
bién suele considera¡se signiñcativo cierto amo¡ a la experi_
mentación baconiana (véase et capítulo tx). por ejcmplo, un
insistente impulso interior a descubrir qué ocurre cuando se
les prende fuego a varias onzas de una mezcla de azufre, sali_
tre y carbón finamente molido. No podemos saber si ta triun-
fal realización de tal experimento reatmente esté anunciando
un¿ bucna carrera de investigador porque sólo egan a ser
cientificos los que no lo descubren. Inventar algunos medios
de evaluar si estas creencias tradicionales se sostienen es
labor para los sixiólogos de la ciencia. Empero, yo no creo
que un principiante deba apartarse de la ciencia por cierta
torpeza o inhabilidad para reparar radios o biciclet¡s. Estas
habilidades no son instinüvas; se tes puede aprender, como
también se puede aprender la destreza. Un rasgo sin dud¿
incompatible con una carrera científica es considerar el tra_
bajo manual como indigno o inferior, o creer que un cienti-
fico sólo ha triunfado cuando se aparta de los tubos de
ensayo y platos de cultivo, apaga el mechero de Bunsen y se
I ¿TENGO CALIDAD DE INVESTIGADOR?
sienta ante un escrito¡io, elegantemente vestido. Otra idca
que puede incapacitarnos para la ciencia es la de crcer quc
puede efectuarse la investigación experimental dando ór-
denes a mortales inferio¡es que corren hacia aqui y hacia allá
siguiendo nuestras indicaciones. Lo incapacitador cn esta
creencia está en no comprender que la experimentación es
una forma de pensar así como una expresión práctica del
perisamiento.
El abandono. El principiante que prueba sus fuerzas en la
investigación y le resulta indiferente o aburrida dcbe abando-
nar la ciencia sin ningún sentimiento de culpa o de error'
Esto es fácil de decir, pero en la práctica, la formación
requerida a los cientificos es tan especializada y consume
tanto tiempo que no les capacita para abrazar ninguna otra
ocupación; ésta es culpa, especialmente, del actual sistema de
educación inglés, y no se produce con la misma fuerza en
Estados Unidos, cuya experiencia de ls educación universi-
taÁa general es mucho mayor que la nuestra.3
Un cientifico que se retira puede lamentarlo toda su vids' o
puede sentirse liberado; en este último caso, probablcmente
hizo bien en retirarse, pero tdo arrepentimicnto que sienta
puede estar bien fundado, pues varios cientifrcos me han
dicho con un aire de deleitada admiración cuán satisfactorio
era que se les pagara -y quizás hasta se les pa¡ara adecua-
damente- por un trabajo tan absorb€nte y tan profunda-
mente grato como la investigación científica.

t La gran oleada de construcción de univcrsidades quc cn la Gran Brc-


taña transformó los colegios municipales en un¡versidades civic¡s ocu¡rió
cntrc l89O y l9lO, pero en Estados Unidos la época gi8¡ntcs€a dc 18 evolu-
ción universitaria ocurrió hace ¡proximadamente cien años'
rrr. ¿EN QUÉ DEBO TNVESTTGAR?

Los c¡ENTlFrcoS anticu¿dos dirían que todo cl quc sc sientc


obligado a plantear semejante pregunta ha equivocado su
c¡rrera, pero esta actitud data de la epoca en que sc pensaba
quc un cicntífico recién graduado debía scr ya capaz de lan-
z¡rse inmediatamente a hacer investigaciones. Muy distinto
cs hoy, cuando el largo periodo de aprcndizaje es la regla
casi invariable; hoy, un joven espera ser asignado, como
estudiante graduado, a algún cientifico con cxpcdencia, y
espera aprender su oficio y scr recompensado con un
diploma o doctorado, como prueba de que así lolia hccho (cl
doctorado cs un p¡s¿porte válido para la inmigración a casi
cualquier institución ¡cadémica del mundo). Aun así, hay
quc ejercer cierto discernimiento al escoger un directo¡, en
primer lugar, y al decidir qué hacer una vez recibido el
diploma de posrgraduate.
Yo mismo pasé por cl trámite de adquirir un doctorado en
Oxford, fui examinado y recibi Ia autorización necesaria para
pagar la cantidad de dinero (bastante grande, en aquellos
dias) necesaria para ser registrado como doctor, y recibi el
espaldarazo correspondiente, pero decidi no seguir adelante.
Esto prueba que la vida humana puede prescindir del grado
de drxtor (que, en todo caso, estaba muy fucra de moda en el
Oxford de mi época; mi propio maestro, J. Z. Young, no era
doctor, aun cuando desde entoñces le han dado respetabili-
d¡d muchos grados honorarios).
La manera fácil de escoger un patrón es escoger la per-
29
30 ¿EN QUÉ DEBO INVESTIGAR?

sona que se tenga más a mano: el jefe o algún otro alto


miembro del departamento de graduación que puede estar en
busca de discipulos o de otro par de manos útiles' Tal elec-
ción tendrá la ventaja de que el estudiante graduado no nece-
sitará cambiar de opiniones, de alojamientos o de amigos,
pero Ia sabiduria convencional la ve con malos ojos y se
opone mucho a que los jóvenes graduados continúen en el
mismo departamento; se fruncen los ceños, se repiten piado'
samente los males de la "crianza" académica, y al estudiante
graduado con inclinación de quedarse se le recuerdan ciertas
ideas, no mucho más originales ni elevadas que la de que "los
viajes ilustran".
Estas exhortaciones no deben considerarse obligatorias'
que se
Seguir la tradición interna es, a menudo, la manera en
levanta una gran escuela de investigación' Si un graduado
y
comprende la labor que se efectúa en su departamento está
quie-
orgulloso de ella, hará bien en adaptar su paso a los de
nes ya saben adónde se dirigen. Un estudiante graduado debe
permanecer leal, a toda costa' a un departamento que esté
efectuando una labor que haya despertado su entusiasmo' su
admiración o su respeto; nada bueno saldrá simplemente de
irse adonde se le ofrece un trabajo sin que le interese la labor
que se esté realizando alli.
Puede decirse con completa confianza que todo cienti-
fico, de cualquier edad' que desee efectuar descubrímientos
ítnportantes habrti de estudíar probiemas importantes'
l-ns
problemas fútiles o aburridos producen respuestas fútiles o
Casi
aburridas. No basta que un problema sea."interesante":
la pro-
cualquier problema es interesante si se le estudia con
fundidad necesaria.
pena de
Como ejemplo de una investigación que no vale la
¿EN QUÉ DEBO INVESTIGAR? 3I
hacerse, l,ord Zuckerman inventó el ejemplo, cruel pero no
¡idículo ni tirado de los eabellos, de un joven graduado en
zoología que habia decidido descubrir por qué el 36 por
ciento de los huevos de los erizos de mar tienen encima una
manchita negra. Este no es un problema importante; seme-
jante graduado tendrá suerte si la obra despierta la atención
o el interes de alguien, excepto, quizás, del pobre compañero
de al lado que está tratando de descub¡i¡ por qué el 64 por
ciento de los huevos de los erizos de mar no tienen encima
una manchita negra. Tal estudiante habrá cometido una
especie de suicidio científico, y mucho habrá que achacarle a
sus supervisores. El.ejemplo es puramente imaginario, desde
Iuego, pues l¡rd Zuckerman sabe perfectamente que no hay
huevos de erizos de mar manchados.
No, el problema debe ser tal que la ¡espuesta importe: ya
sea a la ciencia en general o a l¿ humanidad. Los cientificos
se consideran colecüvamente como muy simples en sus ideas
acerca de lo que es importante y de lo que no lo es. Si un
estudiante graduado ofrece un seminario y nadie acude o
nadie plantea preguntas, ello es muy triste, mas no tan triste
como la pregunta amablemente planteada por un superior o
colega por la que puede notarse que no ha estado escu_
chando una sola palabra. Pero es una señat de advertencia,
un golpe que penetró la defensa.
El aislamiento es desagradable y malo para los estudiantes
graduados. La necesidad de evitarlo es uno de los mejores
argumentos para lngresar en alguna empresa intelectual-
mente activa. Puede ser su propio departamento, pero si no
lo es, el graduado habrá de resistir a todos los esfuerzos de
.t sus jefes por persuadirlo a ingresar como estudiante gradua-
do: advertencia necesaria por el hecho de que algunos jefes
32 ¿EN QUÉ DEBO INVESTIGAR?
8l post-
no desdeñan ofrecer una recompensa estipendiaris
I
que de
graduado, como señuelo para reclutar estudiantes
ora manera no habrían pensado siquiera en scgur ese
ha vuclto
camino. En estos dias de equipo desechable' s€
el mi¡mo
demasiado fácil tratar al estudiante graduado con
espiritu: como un colega desechable'
obtenido su
l Después de que los estudiantes graduados han
con su labor
doctorado, Por ninguna razón &ben continuar
y tcn-
para el doctorado durante el resto de sus dias' por fácil
des-
tado, qu" resulte ata¡ cabos y reconer bonitos caminos
viados. Muchos buenos científicos prueban sus fue¡zas
en

incontables cosas distintas antes de dedicarse


a una linea
que
principel de investigación, pero éste es un privilegio del
parajefes muy com-
sólo puede disfrutarse cu¿ndo se trabaja
gradudado no ha sido con-
2ranri"o, y cuando el estudiante
t at"do p"ra hacer una labor particular' En caso contrario'
su deber es hacerlo.
un
Como el recién graduado aún es en muchos aspectos
principiante, en la ciencia moderna ha surgido un
nuevo

movimhnto migratorio que está cundiendo tan


rápidamente
en el
como el hábito, nuevo en un tiempo (muy lamentado
Este nuevo
Oxford de mi epoca) de doctorarse en filosofia'
La inves-
movimiento es la migración de los "postdoctores"'
tigación de los graduados y su asistencia a las
conferencias

pir lo general da a los esti¡diantes graduados una capacidad


i" ¡ul"io que a menudo quisieran haber tenido antes de lan-
más de
zaÁe a su trabajo de egresados' Después' conocerán
donde en
lo que supieron al principío acerca de los lugares
de preferen-
realidad está efectuándose una labor importante'
u otro de tales
cia en compañía de personas afines' En uno
empren-
grupos tratarán de ingresar los "postdoctores" más
l'
I
I

¿EN QUÉ DEBO TNVESTTCAR? 33


: dedores. Los científicos con experiencia los reciben porque
por si mismos han decidido acudir, y es probable que sean
buenos colegas; por su parte, los ..postdoctores', son introdu-
cidos en un pequeño nuevo universo de investigación.
Piénsese lo que se piense acerca de la rutina del doctor en
filosofia, esta nueva revolución postdoctorat es algo indiscu-
tiblemente bueno, y hemos de esperar que los patrones bene-
factores de la ciencia no le pcrmitan languidecer,
Al escoger temas para investigación y departamentos para
inscribirse, un joven cientifico debc tcner cuidado con l¡
moda, Una cosa es seguir el ¡itmo de un gran movimiento
concertado de pensamiento, como la genética molecular o l¡
inmunología celular, y otra totalmentc distinta simplemente
seguir la moda prevaleciente en, digamos, algún nuevo proce-
dimiento histoqu¡mico o invcnción técnica.
IV. ,:.CÓMO PUEDO EQUIPARME PARA SER
-
CIENTfFICO. O PARA MEJORAR
COMO TAL?

Er. NtJueno y la complcjidad de las técnicas y disciplinas de


apoyo que se emplean en la investigación es tan grande que
el principiante fácilmente puede atemorizarse y aplazar la
investigación para seguir el proceso de "equiparse". Como
no puede saberse de antemano adónde irá a conducir una
empresa de investigación y qué tipo de capacidades requerirá
al avanzar, este proceso de "equiparse a si mismo" no tiene
limites predecibles, y de todos modos es una mala poiitica
psicológica. Siempre debemos saber y comprender mucho
más de lo que ya sabemos y dominar muchas más tecnicas
de las que ya poseemos. El gran incentivo de aprender una
nueva capacidad o disciplina de apoyo es una urgente necesi
dad de aplicarla. Por esta razón, incontables cientificos (cier-
tamente, yo entre ellos) no aprenden nuevas tácticas ni domi-
nan nuevas disciplinas hasta que sienten la pr$ión encima;
cn adelante, podrán dominarla con bastante rapidcz. Es la
falta de esta presión sobre quienes están cternamentc "equi-
púrndose" y que muestran una ominosa tendencia ¡ volvcrsc
"habituados a las clases nocturnas" la que a veces les h¡ce
scnü¡ cansancio y frustración, pese a todos sus diplomar y
certificados.
Las lecturas. Consideraciones muy similares puedcn apü-
carse a la inclinación del principiante a pasar seman¡s o
meses "empapándose en literatura"' Demasiadas lecturas de
34
'o¡t¡Jts ue a¡uBtlnx, o¡ed 'osojolqus¡ 'esl?¡uts E Ja^lo^
rp¡nd ot.nl ,( '..€6 la anb rofau se aluar¡¡B^q¡ugep t6 urnlp
-¡u¡ p'JrF pJBd ot¡sgdord qso Br¡d anb ru¡dece e ou¡¡c
-u! a¡{,, o '.¡sopE{n$J sot¡¡sFu sol alueu¡ElcExe e^n¡qo oÁ,,
o ..-'enJ r¡cue¡.ndxa urdord ¡¡a¡,, 4mp apend sotlllu¡tc op
s¡ruolunal o soplultuas so¡ ue Á'qnlc ¡ap oJqu¡arur un o¡r¡ot
.lr¡.!s as uu tB ocupuelc ua,rof ¡a :ousll¡¡ ts ue BzuBUuoc
¡l ap olrfr¡unB uu.f un oQsuoc rBJl '8o.qo ep roqBl Bl opu.!¡
-$cr unr 'sopBlFsa¡ reuelqg 'saputuo uos ou Js uns 'soP
-otlnsit¿ ¿euttqo se elur¡odut¡ sqrü ol 'olmtue4tgpcFd
'q.reoBq ou BJ¿d sssncxs Jr¡ue u.t enb ¡eue¡ ou
¡( e¡¡¡Bld¡tqud F rlpnfl rte¡oc un e.nd ¡¡m,¡ s-Bu¡ Bas 'rtlrt
rl 3 1¡nb eludüetutlslsu! uE¡ Epn,(t opua¡p¡d 'ogBsó3u ¡as
cp osBr ua :s¡lla uoc JBzt¡BAa se ug¡cetpsa,ru¡ BI ue EltueFd
-uoo .nrmbpe s¡sd 'oqcnu ¡od 'opor?u rofeu ¡a :cteloÍqlq
q ue 83uF3pq a¡gos optuIJcu! e¡du¡als ¡opBtllsaAu¡ ua^of
pp p anb se$Fl sgtu uoo so¡ncgFadse socod 'opa¡sru¡ep
ou i( -'sr.rn¡ce¡ sns uetq opue¡tocse 'p?p!suep! uot oJad
'rlrrl aqep a¡ur¡d¡cuud lg 'J"qtnJsa ua sPe¡u! uauap so¡to
mb sauorurdo Dualsos BJBd ou¡oc aluB¡suq ol opBzI¡BAs ucrl
¡l s¡ua.mb srll3 ap uBtn{sp lsope¡te¡.rpd so¡ erud uos sau
qrBqrmu¡oo s.¡r¡ 'otJBqu. uls 'soFa.touoc ue s?¡alq uauaF
saualnb Jod foplrtuoc Jas ? uttá[ ulcuelt €l u5 seJuBAa sol
¡rnc p rod saroqu¡El .P JnBq ese ap Á ur¡ncr¡c enb ..suqarud,,
w 'ato.r D¡|.r¡r uglc?ü¡JoJu¡ ap opua¡puadep 'ocod Ánu ueel
sountp :..BJnpJeU sl,n tp BcJacB sglr¡r¡s¡p i(nut seuo¡u¡do
u.rüepsos soo$I¡utlc sol '?p!^ B¡epüpft^ BI ep sauolcou¡a sBl
ap o$lpsns un rac epend Bcpt¡gu¡oJ e.rn¡B¡elÍ Je.tl oruoc lsB
'uorcet¡lsa,ru¡ ?l ep o$lFsns un btueu¡Etltgloctsd 'opnutr¡¡
a 'sa so¡o 3p seuoltol!¡sa^q sBI aJgos Bnu$uoc uort
-B¡Jpeu Bl ¡( 'uglcBqtEtü! BI ¡B{tull Á rBcoJos uspend so.rqn
9g ¿ocrd¡rNalJ ues vxvd eI {xvdlnos o}t¡gc?
36 ¿CÓMO EQUIPARME PARA SER cIENTfFIco?
Al aumentar su experiancia, los cicntíficos llegan a una
etapa en que pueden echar una ojeada retrospectiva a sus
propios comienzos en la invesügación y preguntarsc cómo
tuvieron la temcridad de lanzarse a ella, considerando lo
absolutamente ignorantes y mal prcparados que estaban.
Bicn pudo scr asi; pcro por fortuna, sus tcmpcramcntos
debieron scr lo bastantc optimistas para asegurarles que no
era probable que fracasaran donde tantos otros, no muy dis-
tintos de ellos, habian triunfado; y lo bastante realistas, tam-
bién, para comprender que su prcparación nunca habria sido
completa hasta donde podia serlo, quc siempre habría lagu-
nas e insuficiencias cn su conocimiento, y que para colmarlas
h¡brian tenido que scguir aprendiendo durantc todas sus
vidas. No conozco ningún cientifico de cicrta edad que no
cxulte en la oportunidad de aprender continuamente,
El apa.rato. f.os cientificos snticuados a veces insisten en
cl valor disciplinario de quc un cientifico construya sus pro-
pios aparatos, Si sc trat¡ tan sólo dc unir piezas, cstá muy
bien, pero si son oscilógrafos, mtonces ya no. La mayoría de
los aparatos modcrnos son dcm¿siado cornplejos y complica-
dos para permitir proccdimientos de "hágalo usted mismo";
tan solo en l¡ circunstancia muy espccial de que el cquipo
ncccsario no pueda cncontr¡rse cn el mcrcado resulta sen-
sato construirlo. Inventa¡ y construir apafatos c8 una fama
dc la profesión científica; el cientifico joven deb€ contentarse
con una carrera cientifrca, en lugs¡ de trstar de l¡nza¡se a
dos. De todas maneras, no tcndr¡a tiempo.
l,ord Norwich Quiso él mismo rcparar
un dcsperfecto clectrico en su hogar.
Murió elcctrocut¡do. Moralcja:
¡Mu€ra cl quc al pobre sin trabajo dcja!
'aJqI¡¡o¡l
ori¡o uBtlB ep o uol€r or|o ultp ap 'l? 8 opslu?lds8r¡
oucful m B¡|uoc BJ¡senIu a¡qu¡o¡l un o uo,la¡ un enb u-o¡ccua:
Bl ap poprsuelu B¡ 4pout erd o¡peru un ¡B¡luoct¡l, ¡e gzedrue
Bqrtpeu¡ BI ap oJllpuelJ olJes oruoc r.n.uuc r¡do.ld ¡¡,1¡
'epnfu ¡s '¡so¡q rod! 'o¡ed ocgpuep uanq un Jás sa
ou JBsUpuBnC 'suure¡qord raa¡ose¡ ? ¡BpnÁB ap ¡e anb o¡u9tu
o¡o auan ou Fl otuo(, ugrcBcl¡FuEnc s'I '(..uglct8e¡ BPBo
-JBu¡ rrm gco.rord ug¡ccefu¡ Btü Ánu¡,, -BcUIl
"'LJ ..opB
-ue!c Bmprtlll E¡ ap urranE ¡p o[aqBc eganJ sgl¡¡ la- o ú.oqc
-ntu,, '..souau¡ ottB,, '..qu otF,, opuelclp opEnp^á uBlgtq
3s olgs seJuolue Bls?q enb sopc¡sa o soustügual JBc!¡.t¡u?nc
3p olperü u$t¡e rr¡uocua ap apuadop ug!'nps Bun 'opnua¡¡¡
r Án¡'ser¡.nu¡s Á sepuslq sqlBd sel:p e ruEe¡ ep sure¡¡Btu
op¡nr¡uoirua oura¡qord un elqqos Jattq ep p se uglcBtlt
-selu! Bl ap q¡s la aab an¡ 'otan1 apsap tfcap cslnb of enb o.I
'es¡o^pee¡ ur¡pod ou enb ore (so¡a und) o,rpca4e ¡ednuud
oÁnc srua¡qo.rd opuslpntse uBgz|se enb 'socr¡Fc slu¡ ap Bn
-ueJrr,tlp B 'srp¡dgr seuo¡cn¡oe uu.nrpu!¡ anb sa¡¡ce.¡ seue¡qo:d
ap olpn$o p Blpua¡ap of enb ap oprc¡nutrs ¡e a¡opugp 'etrti¡¡
-moqc¡rdrc ¡sal ¡o¡se seunt¡y
IBU¡ uo¡4a¡dJelu¡ ssuos¡ad
..alqnlos ol ap a¡e p,, oruoo
u-orcrtnsairur Bl tp e¡.te la o{rcsop eq oÁ '..elq!sod o¡ aP tus
Io,, ou¡oo acp¡od r¡ tp e¡JB p uolanlrsep enb'Jno^?C ap
f ¡creurs¡g ap o¡druefa ¡e opuanftg onryos ol ?P arro lg
'oFBsaoeu od¡nbe ¡a ¡¡¡du¡or uapend anb
sJor¡Brü lB¡ ap Bpe¡dupr g¡sa ¡ereuei o¡ rod seuopua^qns sns
ep BFos3 BI or.d 'otanl apstp 'soqJ uos ou socuFuelc so.l
'ro[ag eJTBFH an¡,¡s ord
'qcLruoN pJo'I BJ3nJ ou üatv
Lf, ¿ocId¡rNiIIJ uas vüvd e¡^¡uvdnoa oI IgJ?
V. EL SEXISMO Y EL RACISMO EN LA
CIENCIA

LAS MUJERES EN LA C¡ENCIA

EN ToDo el mundo, decenas de miles de mujeres se dedican


a la investigación cientifica o a ciertas ocupaciones basadas
en la ciencia, actividades en que son buenas o malas, de
maneras muy similares y por razones muy parecidas a las de
los hombres: prosperan cuando son enérgicas, ¡nteligentes'
"dedicadas" y laboriosas, pero languidecen cuando son pere-
zosas, falt¿s de imaginación u obtusas.
En vista de la importancia atribuida a la "intuición" y a la
apariencia en el capitulo xI dedicado a la naturaleza del
proceso científico, bien podemos -sobre la base del engaño
sexista de que las mujeres son especialmente intuitivas en su
carácter- vernos tentados a esperar que las mujeres sean
especialmente buenas para la ciencia. Esta üsión no es com-
partida por muchas mujeres' y no creo probable que sea
cicrta porque la "intuición" a la que nos hemos referido (esa
con que se piensa que el sexo femenino ha sido especialmente
bien dotado), connota ciert¡ perceptividad especial en las
relaciones humanas, antes que la labor imaginativa de conje-
tura que es el acto generativo en las ciencias. Pero aún si no
son especialmente competentes, la profesión científica ejerce
atractivos especiales para las mujeres inteligentes; su propio
interés ha persuadido desde hace largo tiempo a las univer-
sidades y a las grandes organizaciones de investigación a
conceder a las mujeres una igualdad de trato con los hom-
'18
* ..ó u. ¡o!¡o¡úoqq r@^ .p .J.t opF e{ .nbü¡V
rrPf¡d @o. e¡su urt.p ¡¡b q .nu¡u2rpJ opnEB
. .t doq€.dd eq¡t q s $ps5!prp ssl¡u
¡p Ftu .p É0*p '.!JFE!5
et ous ¡.u¡J ¡@pfh¡ € oo :!6
' @ q ,rd
pñr8u pDn& Em wgu¡r ¡¡b .p .rpru ¿ n. e
N^u@ ou sprr{r so¡¡to.f. .p lr¡d 3 4.!¡!j.urr , s,,
.btütl srF úpo¡ :E mE !¡ u¡ uáq ¡slEdu¡s¿p ED.¡d
rulnu B¡ .nb + 8q.nd oúor ¡unt .$p¡¡¡r¡ s sr,r ¡p
Et p Eq¡p rpúr.8ntDh q ¡p sdB*ú ¡! un, I ¡r¡tu
rN + $¡o¡st@ !.uobrrqó srr E¡r!ó, ,qnu.r. ,r.rJ
tun .p u9p..t 3¡ DFu.Jrp Dd s¡sols@ s.u.^91 ¡ú1
mlq-
ñ¡ + oFpúc r¡d eo!*¡¡3o! .p uoahod ou o uor,
-!¡dd q F !¡M3 F ¡.u.¡ .p !!r!p ugm¡p¡suo, ¡¡to ..D
¡u.¡DJ¡!! o¡ s¡rD!ú opFr¡ áp soi
uF {qf odú.¡ I..psp
j¡@¡u ¡p F@fu^ ñt .p rr¡J¡ ,s¡jd@ Bnn¡ .¡ ¡p
3oruMÉü tur tu@8h u¡q+
tnb ¡ ¡q4¡u.p @tr.Jort q ¡¡m4! .nb sq¡qjnú syr
ssfnu q .p squo¡t e¡ e .I.@.J!p ¡Dú.¡q
júnud.nbüon¡ imtp &d oü .nb6r .ot4 .ps¡,p .orU¡
-u¡6 r* opD^rD.r 'olerÚ¡ ns u, ¡r@sq! I sspsuotssqo
¡o|ro ou Á ¡¡iquo¡{ Enbrúr ..b p8p,udd ¡, .p orb,B
-Éouosr or¡nr t: Jod sp@e¡u .p Fn8! nEú4r,D ú¡
{¡nu ¡ ¡f ¡ur¡du6 r.b u¡r¡t.roro bd.ort rernb ,rrr4¡
oN .,4¡¡dü6 .nb (@u¡t ou .nbjod ,le u¡
's[..p ¡h ol¡p u_ qEU.F .p Df¡u J.s -udss
opu.^tp 5g¡
5o¡m¡rl ór., !8¡.nJ s ouoj
Ml¡u $l ¡ E¡r¡ do¡¡.I rq I u.pd ¡{oq .nb rRl¡ryr¡.
¡do!.¡lhqo s¡p.r@aq u?.@¡ q u. ¡q6n@ Énb ¡ssd
-rcJ ugslupÉ re 4¡EH.rn r.b q ou ¿o¡plu
q
a FpPns.r
ú
ep.qo fb ¡¡ ¡. orR¡.p fdpFnt' .u¡! 3!t{ b¡q
'|s.
ór o¡{sr3Yt T¡ I O¡r¡Stxas 1g
40 EL SEXISMO Y EL RACISMO

emplean mujeres, nunca pude discernir un estilo distintivo


en
puede
su trabajo cientifico, ni tengo la menor idea de cómo
demostr¿rse semejante distinción.
La ¡azón de regocijarse de ver un número creciente de
mujeres ingresar en las profesiones culturales no tiene nada
que ver con darles un empleo lucrativo o una oportunidad de
desempeñar todo su potencial. Ante todo, se debe al hecho de
que el mundo es hoy un lugar tan complicado, de cambios
tan rápidos, que siquiera se le puede mantener (ya no diga-
mos mejorar, como pensamos tos mejoristas que se puede)
sin emplear la inteligencia y las capacidades de aproximada-
mente el 50 por ciento de la especie humana.
que
¿Mala suerte para las esposas? Una de las escenas
más vivamente recuerdo de mi periodo (1951-1962) como
profesor (presidente) de zoologia en el University College de
l¡ndres, la más antigua y mayor universidad de la federa-
ción que forma la "l,ondon University", era la reunión del
personal de enseñanza e investigación para tomar café en la
mañana del dia de Navidad.
¿Qué podían estar haciendo allí en Navidad?
Uno o dos
claramente se sentían solitarios, y habian llegado a disfrutar
de la especial camaraderia de sus "compañeros de viaje" (por
el camino que serpentea hacia arriba todo el tiempo). Otros
habian llegado a echar una ojeada a experimentos que tenian
en progreso e incidentalmente a dar a los ratones su comida
de Navidad: el rumor creado por mil ratones devorando
hojuelas de maiz es grato a los oidos de quienes gustan de los
ratones y les desean bien' Pero la mayoría de los hombres de
aquella pequeña reunión tenian en común que eran jóvenes
padres de familia. Por tanto, allá en el rancho' srrs esposas
estaban haciendo el diario milagro de la tnaternidad joven:
'se¡opBt$saÁq ep saFtuou¡lll?¡u sBfaJ€d sBl ep ollx? ¡Bnl lo
-s^e JB Seuo¡crsodns sou¡e¡Bq olos .egpaJs ?l ¡nb .Á Erc
-u3!r Bl ep otolo¡Jos elueFdr¡roJ un 3p uolc?3qsa^ul "lsEq
?l BJBd
BFolEu¡ Inb? r{e¡¡ 'ue¡q uraa¡ as anb so¡ enb ueceqsap es enb
refnru f op¡.luu ep ..sod¡nbe,, so¡ e¡uaullce.J sgru sol¡¡BpJocel
busd B$o ue oplJaJal 3¡¡ al'u enb sol ? E^lpa¡3s Buo¡uol¡¡ BI
ep socnJl sos3 ap oun B op¡qap .enbJod EIqEs r(nru eleprsuoc
es otuarueluenm{ u¡ial e1 'uorcutgsaau¡ BI rp úrE^!lefqo,,
4ueu¡aluerJl¡nsu! uolcpnF^e Bun ap pspq¡qlsod u¡ ,{ sorusr¡
-FO,re¡ :rpedurr eJEd ope¡¡.lc orutslrllJ4sa ap srtop€4stut¡¡¡p€
.lod upu¡ua,ru¡ enJ a¡ue¡¡¡alquqoJd sru¡ou s'1 .salopcEllsa u¡
ap sefsrod ap uglc?ruJoJ IsB opuelq¡lold .oluer.ueg€dap
orüslü p ue ráfntü Á opfJrr,u"l rBaldrue ou ep epe.¡ al opsdopE
uaq seuolcntpsu¡ suunt¡y 'n{nu Í oplrDu ap sodlnbg
'asodsa ns ep F onb ropau¡nJgc soueru aluau¡alqBq
-ord ofuqe¡ un ep'.ruEoq F ¡e^lo^ ls Esau Bl ut aulolo{¿Dn
ap nadot of p UE atratnod ap ,o3!3 t?,quo}ua e¡edse ou anb
'"!Jue!o ep ráfnu¡ Eun ep osodsa p 'Esra^u BI E .sarBlllu¡q
sauofctJa^ srl J?zlu€EJo n lno¡¡¡olne IB o¡ ^ JBp
^la6
'sa¡qnn¡ .re.reder ap elB$ as opuEnr Bs?c e¡ ep :a[nu u¡ o¡os
ou Á e¡quoq It se B¡le anb u:qncsep za^ pt oclrnuelc un ap
Jafnu¡ BI ,{ 'soglu sol uor sozo¡eJ soqcnru efuq ou osaJe :ol¡
-uep utlqru?¡ e¡ueure¡quqo.rd f -':uEoq lep EtanJ s"pr^ sns ue
.rcEn¡ raruud ¡e adnco etueue¡qeqo:d anb uorsasqo esorapod
ap s€¡JBt ua sJluentua ás Bfajsd ns anb ep '-Ic!J¡p Bl^
"un
e¡:od- sandsep o¡:epuelde ap.ratn¡ ue'ousu¡aluu ep.sop
-EJalua alueuBJ¿lJ JBlso uegep.'E¡cue¡c ep a¡uet uoc as$sBJ
ep Epparu ErüaJlxe B[ usruot anb so¡ofnru o salguoH
'uBJa p?p![eal ue anb ol rp sosoJeunu elueuelqop
uBlca&d enb sogru ap sllllur¡ Bun ap ¡ofeu o¡ opuetus Á
seJejn¡au solu!¡sul sof opuaruljdns ¡opuBr¡¡FJ'opualualeJluá
tt ot^¡st3vu .Ia owstxEs ra
^
42 EL SEXISMO Y EL RACISMO
A mi me resulta dificil creer que las condicioncs quc dcben
satisfacerse si ha de haber una buena colaboración (vé¡se el
capítulo vt) son menos exigentes para las parejas casadas
que par¡ los equipos formados aI aza¡'
Supongo que es condición necesaria p¡ra una col¡bora-
ción eficiente que marido y mujer se ¡men en el pleno sentido
adulto, que trabajen unidos dcsde el principio con esa
generosidad y entendimiento mutuo, que las parejas feliz-
mente casadas pueden necesitar muchos años en lograr.
La competencia entre marido y mujcr cs esp€cialmente
destructiva, y aun cuando yo pensé en un tiempo que no
debia haber una gf,an desigualdad de méritos en los equipos
de invesügación de marido y mujer' hoy no estoy tan s€gufo.
Las cosas pueden ser más fáciles cu¡ndo l¡ competencia es
claramente infructuosa.
Sin embargo cs un punto import¡nte' en cuestión de bue-
nos modales, que los miembros dc las parejas de investiga-
dores casadas nunca hagan en público una atribución de
méritos por los resultados de una investigación conjunta; el
intento resulta tan desagradable cuando uno de los miembros
arribuye todo el crédito al otro como cu¡ndo se lo asigna
todo a sí mismo.
Mi advertencia (en el capitulo vI ) de que todo miembro de
un equipo de investigación puede tener hábitos personales
dcsagradables que hagan de la colaboración más un castigo
que un gozo, sc aplica igualmente a las parejas c¿s¡das,
aunque con l¿ lamentable diferencia de que la tradicional
franqueza de comunicación entre hombre y mujer puede
suprimir los buenos modales al decirle al "colega" cuán
odioeo es; los buenos modales hacen por la colaboración
tanto como la magnanimidad, principio que no sc aplica con
¡F nu!'b rr ¡ ¡pnqur !p@úu I
.p 4s¡i4., 9B9f rp o@¡ .oürqnqm fo¡.9 q¡p u. .p
nq F ür @p opto r¡t ¡*ot4 ¿psio,, ópép úr ú@ Dlourp
3!4ód op¡sd.d úlq otolgpos rFbFnr .nb ¡¡!!q.nrd-
E¡!. ¡olmun¡@ u61.c.^ ¡ f .i!ru.!3 3t sjrd 5{ofr0 301
@¡ ¡oll. ab oPE)u$ ¡od wp ¡o@.!rtu8.r$ü soqr.N
¡.Pwú,F sopú¡óLop spe¡r u?l-r sol tp óur $u{qo
rEd .8przw^r B.rur.b Eáó¡o¡q Et u. auRr.rür E rr@u.tv
¡ t.(|o¡ ü. 6Pn$ so.rur4 f soú¿r6uFxd su. ófsol
flb Fslp m¡,Ot6r 898D i,qúH zruJ ¡{ {6tó1,¿98t) i.q.
-sJ Iú4¡ .p 53!p s.twl? sot ur uúu.¡r @umb u4¡Is rd
sqqr d oppod sgqEq .|u.ú8prru'$nf tu oq..u .rb
¡uglt!¡dltu 8rcnruns.d wr nu r¡ors .p úodltrpur ,u
apl@ op.nd unE ¡{ ¡rnp^rt ¿p oüuod@t¡üor u¡ o¡p
'..aelt5úr4úu48 buñ tttP'.tútf, rz, loglrJ áp oJU.¡¡ o¡
8!er{ o 0qu9ú rr¡Ds ú ]¡u!F.u E 43 Fq¡ rm rP uoE.s
-df q ..b rP¡¡.I. s_Éú Füo@u olF&o .p .|u.nJ s¡ E!.8 .
q ¡rd $r¡d¡r .NauF¡r.ds. 6Bq st .nb slF u. oiF ÁE!
fb $u.d ¡1st 3.1 tt@lc¡u sútsopor v oustulanD¡lr tg
stp@. p8prffi u. str
-3m Fl¡uoEn¡¡su@ $oor¡rJlp ua3*r tnb u. FDUd s9u
3!r@3 q .p tu$¡¡ rP h¡¡s.@oP rúroJ 3ün 5. r!,¡Ft.
p¡pF d¡. uá t9!tnlrr$o. n5 iod 'sú¡ooq ¡o¡ .p $¡q{p
tH rb *i.dÉ .q.p ¡
'ro5 5.8Ínu sI .nb .p ¡.p'
'I
1v¡itNo Ñ¡ O{SI3V! Áo srNmYsJ
o¡¡s¡Jvt IE I o¡^¡stxas fr
U EL SEXTSMO Y EL RACISMO
negocios, "lo malode los japoneses es que solo sabc¡r imitar
a otros; no tienen ideas propias originales". Me he pregun-
tado si et propietario de esa voz tan sonora y confiada -la
misma voz que en otras ocasiones suele decla¡¡r que la alta
velocidad en los vehiculos de motor, lejos de ser una causa
que contribuye a los accidentes, en realidad conduce a la
seguridad- se da cuenta de que los japoncscs son inagotable-
mente ingeniosos e inventivos. El florecimiento, a partir de la
postguena, dc la cbncia japonesa y de su industria bas¡da
en la ciencia ya ha dado gran vigor a la ciencia y la tecnolo-
gia universales.
En la carrcra por tán grandes premios, no conozco nin-
guna nación quc no haya producido un buen número de muy
capaces hombres de cicncia y efectuado una contribución a
la ciencia universal, proporcionada a sus dimensiones. [¿s
diferencias regiondes son intrinsccamente improbables por
¡azones metodoló8lcas, y ningún científico experimentado
cree seri¡mente que existan. La jerga del nacionalismo no es
partc del habla vernácula de los hombres de ciencia. Después
de una conferencia cientifica, nadie ha oido dccir nunca:
"Desde luego, la mitad de sus transparencias estab¿n dc
cabeza pero, después de todo, á es un serbocróata".
En aquellas grandes instituciones de investigación a las
que acude gente de todas las naciones -cl Instituto Pasteur
en París, el Instituto Nacional para la Investigación Médica
en Londres, el Instituto Max Planck en Friburgo, el Instituto
de Patologia Cetular en Bruselas y la Universidad Rocke-
feller en Nueva Yo¡k-, la nacionalidad de los internos es de
poco interés, y casi nunca se piensa en ella. El predominio
numérico de los norteamericanos, su gran generosidad en las
fundaciones de investigación por todo el mundo y en organi-
'81-€t 'dd'(¿¿61 ap ora¡qeJ ap
e) lz s\oog Io ,Áar{au trol .n¿/v Fjn¡Buufl- 'rE^\Bpel{ 'g 'd I
".atua|!sap 8¡tBJ ¡p Bep! 8l E oJslc opBl
'euualqsq I o!^lo^ EJUnN 'srJtr¡trl¡r¡ur
-$!utlE uÍ op8lcosE 8!qsq orugc ?lqnt¡¡d al opr¡snJ ou¡lEt ¡s or¡ ,{ o¡selou¡ ¡s
lg 'e¡uc8lP¡ur or¿ ¡|.¡Euall gurnJo au ,s anb ol Jod 'opouas opo¡ ap alriuac
ElJu¡¡tla¡u! 3p 8ep! 8l tnb ou¡¡l¡B u3mb 'ú|si3ll3uet un ap elqBq za^ aun ¿
sol B g^a[ srsllg¡¡B ofnr 'o¡!p?Jc ap Bu8lpu! aluau?resuF¡u!
'BJIqrünu uolr8u¡JoJu! tp BsBtü ElsE^ Bun 3p ugtcE[dt¡¡oc
sl ofnpord 's{|g ep BIs! 3l 'soplun sope¡sg eP Ero¡dacar uglc
-Btse q ue seluúJtlu¡u! sol B 'saluB tpsep Á JB¡PunI{ B¡Jano
BJaUtPd ue soplun sopElsa ue sBpBrüJs sBzranJ stl ap
"l
sBlnlcer sol € ..?rcuetlelul ap s8qarud,, ap ugltEclldB o'I
'8r¡¡rl F ollp?Jrsep JasnBJ ap uolJuelu! Etlun El uoc sEqtaq
uoJsnJ ou anb JaeJs IIJg¡p ?lJnsal enb sspJnsqe uE¡ seuorc
-BJBlCap Jar¿q ¿ soPB^a opls u8tl seuoluldoisB¡sa uáueqsos
anb sotolgJlsd so.J r'sa¡sFuls o 'O'I un :u{!J Blos Bun elop
-¡rBrcosB asJBcg¡luEn3 Bpand 3nb lEptse uolJElop elduF eun
¿ás B¡J¡r3 lla¡u! ?l enb oarc ou ortd 'pnFelelu! p?p!3Bdsc El
ap sBpBpa¡aq $lrurJaJrp uálsFe ánb oorc ualqlüB¡ d ...utcuet
-!lelu!,, ap sap! El ua oen oL 'popnwolcou I opua8¡¡a¡u¡
'socens .¡od sep€lcunu
-o:d se:n¡ca¡ sBI ua oclrugc uu¡ sasa¡tu¡ sol E Á 'EseÉul ¿Jnl
-Jrl Bun ua oclruoc uE¡ acered sa¡ soutJueueeuou so¡ u enb
zog u¡ ep ru.feq f :rqns ¡a uoc '?p!ue^!p Breuu¡u ap 'sñBrluoJ
or¡BJlJarueauou JEüolJau olltse un JBzuelsBJ?J opand rofaur
o¡üoJ se anb euo¡guoru f efuq zo,r s1 'sooglluatt sotuau
-ncop ep EJn¡cat sl uo saFuolt?u sol$st sosJa^Ip ap o¡uefiü
-¡lJns p ¡od ours ?cg!luá!c uglccEnsa^ut ap soJ!$a sns ¡od
uentugsrp as ou seuo¡tgu sul 'seJeuolJeuJa¡ut sosa.tEuoc sq
uA '¿¡ruero Bl ap JeuorteuJetu¡ tntua¡ BI Bas -ot¡B3uauw l
-lou oluer? uoc- s9¡Eur ¡a anb opusneo uq se¡cua.re3uoc rrz
9T OWSIJVU 'IA A ONSIXAS 'IA
46 EL SEXISMO Y EL RACISMO
psicológos del "I.Q." a extremos de insensatez como el
siguiente (que acaso nunc¡ hayan sido sobrepasados): la
investigación lrecha por Henry Goddard de la inteügencia de
los inmigrantes le llevó a Ia conclusión de que el 83 por
ciento de los judios y el 80 por ciento de los húngaros que
trataban de entrar en el país cr¿n débiles mentalcs''
Tal juicio sobre los húngaros y los judíos será considerado
especialmente ofensivo para quienes, con razón o sin ella'
han llegado a creer que los judios tienen una aptitud cspecial
para la ciencia y para las profesiones' y que una constelación
de talento como la formada por Thomas Balogh' Nicholas
Kaldor, George Klein, Arthur Koestler, John von Neumann'
Michael Polanyi, Albert Szent-Gyorgyi, Lco Szilard, Edward
Tetler y Eugene Wigner, parece mostrar algo distinto acerca
de la constitución de los húngaros.
Pero tales opiniones, ¿no son tan ofensivamentc racistas
como las que, con razón, son objeto del esca¡nio público?
No. no son racistas en absoluto, pues aqui no hay ninguna
implicación del elitismo genético; los húngaros son una enti-
dad política, no una raza' y aun cuando el pueblo judío
muestre muchas de las caracteristicas biológicas dc un¿ raz&
hay muchas buenas razones no genéticas para quc pudieran
ser especialmente cap¿ces pa¡a las ciencias y las actividades
judíos a
culturales en general: la tradicional reverencia dc los
la cultura, los sacrificios que las familias judias cstán dis-
puestas a hacer para ofrecer a sus hilos iniciar cstudios en
judíos
algunas de las profesiones cultas, la disposición de los
a ayudarse unos a otros; y ta larga y triste histori¿ que ha
' L. J, Ka¡,ri¡, The Sctence and Pollrt?s o/te, John wilcy & sons, Nucva
York, l9?4, p. 16. Las opinioncs dc Goddsrd han sido tomadas dcl Jo'¡na¡
oJ' Ptlyho-Asthenlcs ls¡c) prra 1913.
'souEunq seuop sol sopol rp oplnql4srp
queuB^llBl¡nba sg¡u la se u4uor opllues ¡e anb ap 'sauBc
-seQ ap uolcaurrJe €l J¿i(od? arerBd r¡Juelc sl .3J?rrlcEJd"
ap p¿plcDdEJ El ue elu¿uodu¡r lEuop?u ?rcuoJeJrp ppol ap
?¡cuasns BI secuolut ruf,lrüoc op¡lues lap uorJ?rcue¡od ouJoua
BUn Sá eCUqUerC UOTCE8¡ISa^U¡ ¿l 'OtUOdnS Od Or¡¡O¡ .ls
'ueFJdJelu¡ el ,{ elle aJgos ouofxoueJ otclotJos
JOpETJOISFI ¡e Í BJnllnr BI ep ¡op8¡Jolsq le anb €Jsd otp sa
o¡uoFl ep seuolcBlelsuoc seJqslou s?lse ep ¿¡uaEousos B.I
'ulelsuatul/t\ tr^rpn1 ,( ro?urporqcs ur,rug'ráddod lrE)
'zlnJed xsrt lFssoN 'Jeulraw esr.I 'zluaro'I p€Juox
^Blsno
'{áÁ¿H uo^ 'V'd ¡qcuquoo lsuJg ¡qJsuC uo^ IIB){ .pnsjC
punut¡s 'rpuog u?rüJáH :seJopapeJlB sns Á ?üof^ uá 'uorc
-urlsrP roÁsrü unB o pn6f ap (oJlo esr€lnlJoJ BlJpod ..s¿llárlsa
ep odmbe,, ase ¿ olJelua{ue EJ?d anb sorr¡Euorxauol rs ¿p?d
-!slp elueu?euBluB¡sut 9J¿ponb ?Jr¡aue8 uorc?F¡drá¡ur ep
Eapl ¿pol '(os¿d ep ¿as oqcp 'so¡pnr souo ep soqcn¡¡¡) sol¿8
-unq salBnlJála¡ur sol ap..rEJá¡sá,r olunfuoc le oluenJ ul
's3JBJnllnc souorseJoJd sEI u3 ?Jluencue es osá¡told
f pepr:ntos ap zzuuradse Jofru¡ el 'Ilsoq opnuou ¿ Á o¡rl
-qódluoJ opunu un ue enb ap solpnf soqcnu B optcuá^uot
LN ot^tstf,vu 'Ig oh¡slxlts 'IE
^
' -' ASPECTOS DE LA VIDA
VI. Y LOS
üó-oÁlns DEL cleNilrlco

EL cIENTÍFIco descubre pronto que ha pasado a ser


"¿Qué
miembro del grupo de aquellos en fr¡ses como éstas:
que
maldad estarán planeando aquellos?" ', o "dicen aquellos
coloni¿aremos la luna dentro dc cincuenta años"'
piense bien de
Los cientificos, naturalmente, desean que se
que su profesión
ellos, y, como otros profesionales, desean
,e" r"rpetadu. Sin embargo, desde el principio encontrarán
de que son hombres de ciencia' la gente a
la
qu" al
"nter"r."podria adoptar una de dos opiniones' que no
qu"
"onor"on que como un hombre es cienti-
iued"n ,e, .ori""t", ambas:
(a) especial-
fico, su juicio sobre cualquier tema es' o bien
son de
mente valioso o (b) virtualmente nulo' Estas opiniones
esa indole habitual e inflexible que solemos asociar
a las
con ellas o
creencias politicas, y no menos dihcil es razonar
intento por
tratar de alterarlas. Sin embargo, debe hacerse un
hecho de que yo
no exacerbar tales actitudes del espíritu' "El
sea científico no significa que soy un experto
en".'' es una
de
fórmula para todos los casos; la frase puede completarse
La
tantas mane¡as como existen temas de conversación'
representación proporcional, los rollos del
Mar Negro' la
proble-
d. 1", tujeres para las órdenes sagradas b los
"ptitud del
.as gubernamentales en las provincias más orientales
l.p"io ,ot*o son suñcientes ejemplos' pero cuando el
probabilidad de que se
tema es la datación por carbono o la
perpetuo' puede per-
construya una máquina de movimiento
48
'r¡u3t Bl saJt .nb ue ssoc J3Fbpno Is?c J3¡i ,pend r 'oüel
-uor r¡$ ug '..drun aluau4rer sa r rrue¡¡ e¡urE e¡ ap r¡rofrru
r¡ enb o¡ :r Bun ou¡oc Bsot e$!xe ou 'oEanl 3psac,, :se¡
-u.!nt!s sq enb opotolrlBs lep sBcllsF ¡ct¡Bc agu sB¡qqsd
ÁBq oN 'rrtql olr3^ F uepros.p t¡t uafnq otgpualc l3p ¡oreg
-rduoc sonEpue sol 'e¡u¡l.pB ut 'enb ?rrq anb o¡ed 'pupfisa¡
ua 'azuBtue^ BJBgJqg 's3UB sBntq sBl eJqos stcluc?so¡ sol ap
Blru Uu! ep opu:t p if 'ÁIsuoqC ap EcqslBiu[ 8l ap rlcu8l
-rodru¡ e¡ '¡apgg ap Bu¡oJoe¡ p 'sBtütlPBJBd '?pou¡ ep solusu¡
-nl¡¡ eol sacuo¡uo r¡o anb euep oc¡qr¡d ng 'opoP¡aqos un ua
asJFfrAuor sa sBp¡luas3J senblsd BJad ouoltuslsn ono 'se¡¡e
sB|Fq g3l Á sapepruaumq sq ap opunu¡ pp o4pJ opBt¡Eu¡?
rm e¡uBlpeu asJuzqps elens setal s '?fulrc^srp ua Elu3ls
es u-ozB¡ sJ¡O BIm3l8 JOd enb o B¡nlln eP sauopstnc ua op?u
-!rüFJs!p e¡rq as anb oc¡Jpualc sn'Pntqt ozuoEuat o7
'solJclnJu auad u¡ tt¡e,r anb g.lu.np¡s
-uoc a¡peu enb sop¡rlJt uBl salsJqFc se¡o¡¡a ¡od o glEauoc
olpsu anb ug¡cr¡cunuold Bpür eluqpeu¡ ssJBrslap ugJpod
quar¡UcgJ Ánu¡ '"!¡B¡oU o p$tqt¡u! Bl¡Bqt Bl B sopBn{qBq
r¡gls3 ou ¡s sond 'apoi(uru u¡ ua onb alEIülJt?J sql¡¡ B¡cualc
ap sl,Jqu¡og 8ol r¡a ¡( 'J8clJFuepl .p tlctJ ,¡.ts elens ug¡cBclJls
-¡r¡ 11 'eip.rnt ut J8lso uoqtp soc¡Jf¡uelt sol 'otjBgu¡á r4S
Tsuog lEEo¿ lau?p'tor lap sauopDtlpaw srl ?P
sopup¡oce¡ rruil¡¡qceJradu¡! soluatuta{ ep o '"pot¡¡ .p socp
-r¡' ep 'ou3u¡ rpunEm ap seFJnlFc seuo¡cdocrad ap anEa¡¡d
-sap o¡.n!t ¡suodos anb glpua¡ ocllqld ns'sotüe4xa sosut
ue:racod ou pBplFoJ uo anb rrn¡¡nc Bt ep otuálu¡lpuaue
un ¡( sqBJnllnc sase¡elu! JsFulls B ocl¡puelc un ? ¡e^o[u
epend sacea B ou¡sltlslg ns 3p üg¡c¡sodnsard ¡en lc e1
'el¡¡suoc orod un oluá38 un zo^ ns B JBp sJEd su¡x3
seFqpaP solusns soun ep olc!¡eufl p octJpuelc p es4{üI
6t vqIA v.I qO SOTCSdSV
50 ASPECTOS DE LA VIDA

como el Renacimiento, et resurgimiento románüco o la


/
Revolución Indusfiial; es usualmente declarado como algo
que sc agita por primera vez en el pecho del prolctariado' Sin
,n,b"rgo, volverse un sabelotodo no consütuye un se¡io
riesgo ocupacional de los hombres de ciencia; los peores
sab€lotodo que he conocido fueron dos economistas'
Sea cual fuerc l¿ forrn¡ de venganza que escoja el cientí-
fico, ya sea retirarse de los intereses culturales o deslumbrar
pre-
a sus congéneres con su omnisciencie' ciertamente debc
¡
gunta¡s€ sí mismo: "¿A quién estoy castigando?"
La barbarie c*lnral y Ia hístoria de Ia ciencia' Supne
quc los cientifico¡ son ilctrados y tienen scnsibilidades este-
ticas burdas o vulgares hasta quc se demuestren lo contrario;
por muy irritante que csto pueda ser' üna vez más hay que
poner cn guardia al jovcn cicntífico contra todo despliegue de
cultura para rechaza¡ esta iinputación. Se¿ como fuere' l¡
pen-
acusación es, en cicrto asp€cto' bien fundada: estoy
sando en ta totat indiferencia de muchos jóvenes cientificos
ante la historia de las ideas, aun de las ideas que se encuen-
tran en las raices de sus propias investigaciones' He inten-
tado, en The Hope of Progress, excusar esta actitud espiri-
tual, scñalando que el crecimiento de la ciencia es dc una
indole especial, y que la ciencia' en cierto sentido, contiene su
propia cultura dentro de si misma; todo lo que un cientifico
h¿ce es función de lo que otros han hecho antes que él: el
pasado se encuentra encarnado en cada nuevo' concepto y
aun en la posibilidad de que algo sea siquiera concebido'
LJn distinguidisimo hi5toriador francés, Fernand Braudel'
ha dicho que la historia "devora al presente"' No entiendo
completamente qué quiere decir (esas profundas f¡ases fran-
pre-
ccsas, ya se sabe), pcro en la ciencia, desde luego, ocurre
'?!cua!c 3P seJquoq soqJnu¡
¡p 8so!t!pr uo. !t3!^uot ap ?ltBJ Bl ap BtJlu?ln¿ s?tu ugft
-drrasap run ua ¡uaFuoc rs orad o¡n¡osqu uá BJofau ou Bsoc
El ..oJrlpqrc,,3p JE nl u. ..o.Ut¡ue!t,, soruauod !S 'elpuu
B otlpflc up ou cnb ¡( 'elglpu:taseP e¡ueru¡euo¡cdacxe sa
otop¡p ep otuaufu.r¡ a¡se anb opcl.plsuoc eq a:due¡s o¡
'ug¡t¡e.r rp uaFcslp ou so¡efaq?c so1-
¿osa sa anb?'eu¡rltep oEen.l a¡'rogag-
¡a
'oto¡rp uza¡due -so:e¡eqec
ep u_oltlor Bun euop 1g- 'uo1fi1at o1I opuap o7
'sBsoc sEl op ?u¡anbsa
pp o¡uap p sclgn es opugp ¡a epend ¡s ¡euos.nd prplruepl
rp osorpod s?ur oppuos un opualuel g¡Bulru¡a¡ tlueu¡an
-Bqo¡d 'olporü ns Eas ou slslota sflatq ¡e enbuny 'sapn¡cu
seuo¡u¡do sBl ep ou3lu¡lceJc ¡a i( uaiuo lo rEcuFuapt ep
¡a18Jt .qrp a¡uau¡B¡xrlJ uglc8tl¡sa^q ?l ep opszuB^B odruEt
m ue opuslbqaJ¡ flsa tnb ocgFuelJ ueirof u¡ 'n¡¡:¡dsa ¡ap
sp!^ q ¡¡e Bps¡e.taluf g$a ou atue¡¡¡alqrqord suap¡ ssl ep ofng
F ¡{ olr¡alr¡¡.rcr¡a p ua Bsn¡eu! es ou anb euos¡ed ¿un anb
-Jod'J.rcop B oAo¡B au¡ 'ügzBJ uoc 'sBrueps '¡( -'JBmlF a!J?q
-rBq 3p pgas ouroc apt¡ard.n¡ur e¡uaurl¿¡euat s, sBapr srt
ep B¡Jotslq BI 3tU? ?lau9¡rJlpu Bun 'aran¡ enb o¡ o¡¡a ap ra5
'op8p o¡uer¡¡oru
Jqnbpnc ua BJruelr Bl áp opr¡sa ¡a e¡ruluesa.rdar aluau
-pg sgu¡ enb o¡ sop sal áüua spelnruma lrtot BaJg le ou¡oo
'esBq ap Baul¡ BI rp su¡lcue rod BArnJ Bl ap eJn{B al otuEl
BrJes ou 'odu¡aF p B$uoJ Bcltgrt sun ¡sn{ i( olua!¡u¡puqua
ap oplrt le o o¡uelu¡lcouoc p ¡Bc!¡guBnr e¡q¡sod e.ren¡ ¡g
's?ep! stsl tp Euo$¡q Bl BlrBq ocu
-Fu¡lc Fp aromreJlpm Bp¡tglp Fru tl .lenuep rod ot¡e aceq
o¡sg 'opusrd lB Bloi$p aluaaa¡d le :olJs¡uoo ol a¡uaüBs¡c
I9 V(IIA V'I gq SO¿3!IdSV
52 ASPECTOS DE LA VIDA
No hay manera más rápidá para que el científico arroje
descrédito sobre si mismo y sobre su profesión que declarar
rotundamente -en particular cuando no se le pide ninguna
declaración- que la ciencia conoce o pronto conocerá las
respuestas a todas las preguntas dignas de plantearse' y que
las preguntas que no admiten una respuesta cientifica son, en
cierta manera, "no-preguntas" o "pseudo-preguntas" que
sólo los ingenuos preguntan y sólo los crédulos creen poder
respondef.
Me complace decir que aunque muchos cientihcos acaso
piensen esto, muy pocos hoy dia son lo bastante imprudentes
o mal educados para decirlo en público. Las personas entera-
das de filosofia saben que un ataque "científico" a las creen-
cias religiosas por lo general no es menos endeble que una
defensa de ellas. Los cientificos no hablan de religión desde
una posición aventajada, salvo hasta el punto en que aquellos
que sienten una predilección por el "{rgumento del Designio
Divino" tienen mejores oportunidades que los legos para ver
la grandeza del orden natural de las cosas, cualquiera que sea
el sentido que den a éste.

CUANDO HAY QUE DEFENDER LA CIENCIA

Espero que nadie crea que estoy pidiendo un comporta-


miento humitde de parte de los científicos en general; pero, en
nombre de la profesión, deben tratar de no desacreditarla; ya
no se da por sentado que ciencia y civilización se encuentran
hombro con hombro, en un esfuerzo común por el bien de la
humanidad. Los cientificos ciertamente encontrarán y cierta-
mente deberán trabajar con algunos medios apropiados para
rechazar el concepto de que, lejos de tratar de mejorar la
sou¡
-nlosqB sol¡B¡t tp oqteq ued la anb uoJ?Jlsou¡ap saueFb
-s!u soJUI¡Ualc sol uo¡anJ :Blcualc ?l uoc solsn[ sou¡eas ojed
'op8c¡3r¡¡Jadns JE olJtdse J?[op EJBd BPIOU¡ep l3s ap sal¡¡s
sqnbse q ep BFopBuBd ?uenbad Bl uo JBJdU¡oc so¡üBJIos
gtso P¡n18u
anb lep los le rod oplnqu¡l e¡ua¡u?punJord sBu¡ '{
enb
seru'pepg¡ear ue'se uBd áp op?uBqojeJd olnl$sns un
ap ug¡serAur¡ Bl uceJc anb secu¡z¡ sopunu? ep epeueduoce
,i ,. alueu¡Je¡ncplud '?Pu?ruep sl eert u¡re¡o e¡ anb {
"g"¡o "¡
ap oJll¡¡guo3e o¡d¡cu¡rd oPlcouoc ¡a o¡¡e :od esed esua¡ep
anb se lsE uaas sBsoc
lB¡ :saFB¡dr¡¡oc u¡snE e¡ aluat el E
se¡ anb ep u9z¿¡ Bl anb 4cep .últo¡tulueu¡lp Bl ep "¡cuap"
Bu.¡epou¡ 8l tp BpBncePB ?suaJtp Bun st ou eluarüpau
.
'r.s?lqEl ep uFres?
ol¡u.tt ¡ep IBJnlBu BJnqnp" ?l i
Ia ue E$uencua es enb ?l enb
uoc
ap s9¡¡¡ Jeua¡ ou ep Á'Bd?d ap Á rupeq ep oua 'erqrünlB
opBIJzeIu rB¡sa ap oppugsnJs 'osolcllep opBJeplsuoc sotü
-e¡rqeq auaurqqeqo:d sor¡osou enb 'sBpuep ap uud ¡a alueu
-e¡u3lol^ -o!.unuap tpd otdo¡d ns ¡Bulcoc Elqap ssoFoq?l
sl ?pol anb opuaiÍe:c '$.qqoC u¡€$!^\ ' xtx o¡Ets ¡ap
'1uo8
sozuel¡¡oc v'Bpuelc al uoc anb sgtü 'zspEruoq Esopnp ap
Bl
sálu¿lB¡¡ so¡ r( saluuc¡rqt¡ sol ap sltuelue^uoJ Bl 'E!JIJB^8
uoc EpauoJcsls¡ 'e¡rots¡q efer,r eun se 8'( BNe 'otJ"qu¡e
qs
'oue¡Po¡¡od ue o¡lan ut
¡( ¡ode,r F oplcoc 'oP8ulu¡BlpeJ 'op?u¡r¡¡B¡ eP '¿Jau€u
e¡o ap ..operofaur,, o opBanbuElq alueu¡Btll¡¡Jnb'opBusqer
-a.rd oped;de¡a¡u¡ed un ¡od urd ap u4soc entpue a¡ f
sopeseco.td so¡nlpsns .rod ep¡uoc Buenq El :{uznry Jod
?^!^
opez
Bclsn¡¡¡ BI:8!3rto1oJ pl ¡od ols¡p¡ Ia:olt!FJ? ¡a rod
¡Blcuep Bl ep s?
-u¡dureu oPls sq e¡J? Iá 'asJlo ?pand osEcB
-e¡ V '?u¡E ?uBup¡o eluat ¿l anb ol ep oqJnu JanPAep ue
uátslsuoc ¡oqq ns ap sop€{nseJ so¡ 'pBplusutfiq q aP 3u',ns
€s vol^ v1 gq sorJ:Idsv
5¡I ASPECTOS DE LA VIDA
tament€ naturales y dc arroz con cáscara es mucho mejor
para ncotros quc el aroz blanco pulido o esa materia blan-
queada, devitamin¡da, revitaminada..., etc. pero es inútil
espcrar qu€ la gentc aplauda un remcdio para una enferme-
dad quc nunc¡ tuvo por qué tener.

¿EsrA MENospRecrA,oe r_/{, cExc¡e ?

Los científicos a veces se sienten un poco agraviados al ver


que la mayoría de la gente ordin¿ria se muestfa tan poco
interesada e impresionada por su vocación.
En la explicación de esta indiferencia, verdadera o fingida,
convinieron Voltaire y Samuel Johnson: una conjugación dc
opiniones tan improbables s€guramentc debe de tener algo
cicrto cn clla. La explicación cs verdadera" y asi más les vale
a los hombres de ciencia sceptarla, ¿un cuando pueda no
gustarles. La ciencia no üene una influencia directa sobre las
relaciones humanas; sobre la relación de los gobcrnantes con
fos gobernados, wbte les passlons de l,dme, ni sobre las cau_
sas dc exaltación o de depresión y el carácter y la intcnsidad
de los placeres estéücos.
En s Dlctiomahe philosophique, Voltaire dijo que la cien-
ci¿ natural "es tan poco esencia! para la conducta de l¿ üda
que los filósofos no la necesitaron,'. Se requerian siglos para
aprcndcr parte de las leyes de la naturaleza, pero un día bas_
tsba pafa que un sabio aprendiera los deberes del hombre.
En su Yida de Mllton, el Dr. Samuel Johnson, regañando
¡ Milton y a Abraham Cowley por sostener l¡ idea de una
academia cn que los sabiós dcbian estudiar astronomi& fisic¡
y química, además del programa común de materias escol¿-
res, cscribió:
t!¡t¡lu¡ ¡l l!| pr8ppo¡nB B¡¡n o¡eplruo3 .t¡¡ o¡( 'uglJsrog
-rpo ut ¡palq.qF oPls 8q Bt!rp¡¡.!r roq¡l Jtu
spol FB. ou¡o3
N9¡CVü@YIO3V'I
'lBr.u.t u. ocltgld
p 3q.p sq ¡ugluldo ns ue 'enb ol3ds.¡ opol B -uglcBsuaú¡¡(x,
Bp|Bnccpú Bun a¡nlFsuoo ols3 3lu.l¡¡s}¡.!t ¡{- 8t¡tDrtJlpu¡
arsq qo$a i{'ou¡slr¡¡ ol utfl¡.ls sB¡8pJs foqcnu¡ :ftpl.p
3p opfuas orusrru p r¡e¡JBdr¡oc ou saurJnb rod ru¡q¡ trap
-¡p¡a^ u,lrn 8 uorctE!¡s3 u! ns .¡od sops¡¡odsue.¡l i( eoyorqa
a¡mqrrpuqJo¡d ¡¡Bru¡ncu¡ es mb ¡( Jcledso¡d sa ¡oqrl BÁnt
B.¡rr¡.lr cp sa¡qu¡oq so'I 'oq¡pue¡c Jas ep -ozot ns ulB-
otr!¡Ju¡¡lr¡a¡ucr ns {rtnpe¡ o 'octJFu?ro un ap uo¡cr¡carduo¡no
q {mqru¡slP r¡Bt8g s3Ít?p¡e^ sqsa anb rrud ugzrr i(eq o¡
'eluru¡B?Blpeuru! eocJrd¡ Fltutpnld ¿{ pJou¡ Jal3?lBc ns oJcd
:Blr¡¡ouo4ss ,f Itp$so¡P$l ue PBP3adac n3 ¡su¡F ¡3Pod q¡s t
sp.r¡r oito B fltouoc epcnd alquoq un cnb
ns ap paqu u¡ tp3eP
za B¡B¡ uBl atrne oo¡sg olu.tlu¡trnuoo lg 'oqcudec o¡$rnu G
'f8lrsrmp^ uos sFsl¡u¡ 3l a4os s3l¡oltsFcadse sa.qs.nu :quBs
€ocu 8a FruroF¡u! sz¡p¡$su Bl uoo u9lcBleJ 8¡¡¡enu :88.q¿u
-et ¡ou¡o¡ paplpnssc rod o¡gc ored '88¡8!Fntu¡ 8ot¡¡oc t¡ueu¡
-Bn|odJad :sa¡Etnl ¡f sodu¡aF sot sopol rP 88lar¡q¡oxa Á $pn¡J¡
uod úl.p¡nf ,{ BlcuápnJd 'scuo¡u¡do s34r.nu aP elqsuor3¡ ol
coqccq auslpeu¡ ¡rqo¡d Á 'pBPJ3A q uBuJ8cuc ¿nb as{coP ¿pcnd
enb so¡ ap soldu¡afa sollenbs ap i( 'papnraunq 8l .p ouo¡Eq BI
ip oI¡alu¡lto{roJun 8. tlu.lntF p:olsnÍu ol Á o¡snf ol aP FJot!
Á ooo.ú¡e.r ol¡i¡tu¡ttouoc P 8. o¡lrFbeJ ¡au¡ud P $elqrp8¡tB
o salF!¡ ¡rs áaJe¡u! sou B¡( 'u-olcasJa^uoo al o uo. ltcB Bl 3eaJa¡u!
roú E¡ 'ouB¡rmq n{¡Fst l. rrad cluenco.l¡ ¡u awuodut! ugfi
-¡ana sa ou a¡hpu¡ o ax'mbe¡ o¡r¡aru¡bouoceJ ¡rl cnb sr¡cueo su¡
ap I sE¡3lrc úze¡B¡¡qBu 8l cP o¡l¡au¡¡¡lcouot p 3nb sa PBpJaA I'I
vcIA v'r ec so¿3lldsv
ASPECTOS DE LA VIDA

La colaboración científica no se parece en nada a dos

cocineros que. a codazos. tratan de apartarse uno al otro del


perol con caldo: tampoco es como artistas trabajañdo en un
mismo lienzo, o ingenieros calculando cómo empezar a cons-
truir un túnel simultáneamente desde ambos lados de una
montaña, de manera que los contratistas no los echen en el
medio y surjan, independientemente, en extremos opuestos'
Es más bien, al menos en la etapa de planeación, como
una sesión de escritores de chistes' pues aun cuando cada
uno sabe, como lo saben todos los científicos, que terier una
idea -una ocurrencia- sólo puede s€r un acontecimiento
personal, cada uno sabe también que puede crea¡se una
atmósfera en que uno de los miembros del equipo inspirc a
los demás, de modo que todos puedan desarrollar las ideas
de otros y edificar sobre ellas. Al final, nadie está muy seguro
de quién pensó qué. Lo principal fue que algo se pensara' Un
joven científico que sienta una gran necesidad de decir "Esta
*Ahora que lós he con-
idea fue mí4, ¿sabe usted?", o bien,
vencido a todos ustedes..." no sirve para un trabajo en cola-
boración, y a él y a sus colegas les irá mejor si él trabaja p9-¡
,su cuenta. Los viejos
siempre felicitarán a un principiante por
una idea brillante que fue genuinamente suya y no producto
del sinergismo espiritual que tales sesiones promueven'
Sinergismo es la palabra clave en la colaboración -indica
que el esfuerzo conjunto es mayor que la suma de las diver-
sas aportaciones-, pero la colaboración no es obligatoria'
por muchos pomposos pronunciamientos que pucdan
hacerse respecto a la superioridad del equipo sobre cl indivi-
duo. La colaboración es un gózo cuando funciona bien' pero
muchos cientificos pueden desempeñarse muy bien traba-
jando por su cuenta.
ASPECTOS DP LA r,lDA
U@ tuut6 Dr.eDt$ polonimos pucdcD n@ ¡tgo
pú. i¡rticú ri un ci¿nrl6@ sir¿ o ño pu¡ lrab¿jú c¡ cot¡
bo6ción. A ncnor qú. ¡. 3iñp¡tic4 rus co¡cgs y ros
a¡hic !ü !u! dor6 .eeiatca, d.bró .vitúrosr h col.-
bd&íó¡ ¡lqui.rc cidr¡ s@.o¡.t¡d d. dpirir¡ y ú jovd
cid|riú@ qe pucd. @ñM d r¡ di@ ú r.nDú¡lMto
.widi@ y qú. ia8¡ c.lor .t ¡u coñúñ.ro!, por ,insún
Dot¡w d.baá rr¡b¡jú @r otro.
cÍla aiñb¡o d¿ u cquipo d¿bj.ra d4ir5¿ dc cuúdo o
cusdo: ror Mb¡olo q¡. pndc!, rambi¿¡ yo r.nso ur
búqn nim.ro dc cú¡ctdidis qu. h&cn cei mitrg.oso qE
.lsu¡6 pücdr epon.ft: ñi t ntirud púa to! ¡úDdor, por
.jhplo, o ñi 6!tuñbr. d. rnbú o6¡a5 ncrr¡as dc rr ¡iffi
! kav¿! dcl rsuj@ qú r.¡ro orie ¡o! di.nrci y ¡i hi¡,ilo
dc r.rdá ileuato! mcid6 (coño ú¡ic. c¡src d. t¡

"¿Mis prepia fdls cotu coLsa?" ¿p&guftó ak¡jen?


Mc púEió qu. rls!rc pr!útdi¡ a!to, c.¡rr y ¡ú@
rd, d6de lu¿so, pft ¡o h'r. 1¿l!r.do qe yo h¡y¡ p.ts
di.¡o l. .ñ¡!t¿d .t núdi. co. quicn h¡yr tt.bsjÍto yo
sozo
.!rei.lndr. d. l. @¡¡to!ció¡, y h. 6ido reonmsado
b.¡dici¡ndonc todr Di vid¡ d Ir cot.boieió¡ d. urs
L'3¡ sucdión dc @Lr.! extr¡ordinúim¿.!. capa@ y

Cuú.lo lL!. .l ñ(,Mto d. pobücú l. obn h€nañ


.qúipo, ú j@o ci..rlñ@ 6p.reá, narú¡tM1q ¡úar€
dr. Io! drlbs d. cÉdjro, p.¡o ¡o d. ndd¡ ná¡ Doni-
..rL d. lo qu. 6rF .o¡c!a coNid!&n jurlo: ¡o to olvidúin,
A ní. d dDeid, n Su¡l¡ y lrdp¡c h. ¡dopr¡do L rcg¡.
rlr.lttic¡ d. li R.¡l S@jcd¡d, convcrcjdo d. ouc t$ mú-
8u¡!s y dcs¿nc¡nros .¡.lo! Zys¡lsno¡dis d.l nudo qudar
ASPECTOS DE LA VIDA

contrap€sados por la fortuna, injustamcnte


buen¡' de que '
disfrutan los Aaronsons del mundo'
la invcsti-
Los técnicos como colegas' Cuando me inicié cn
gación, se daba por sentado en el Lo¡d's Cricket Groun{
y social
Iuartel general del cricket, que un abismo cultural
,* gr-d, separaba a los profesionales de los simples aficio-
juego por distintas
nadJs qu" debisn entrar en el campo de
pu"rtas, aún siendo miembros del mismo equipo; cn Wimbie-
ion, a los profesionales no se tes permitía siquicra compctir;
el tcnis los aficio-
más sentidl üene csta ütima regla' pues en
mientras qle
nados deben ser protegidos de los profesionales'
la notable dis-
el cricket, como lo indicó George Orwell, tiene
contra
tinción de que los aficionados bien pueden defendcrsc
los profesionales.
Algo de ese esnobismo se extendió por cntonccs' como
-natur¡I, sir-
cosa a los tecnicos, quc eran considerados como
vientcs dc laboratorio, para tra€r y llevar cos¡g'
h¡ccr l¡
y y
m¿yor partc de los trabsjos más tcdiosos maloüentcs'
sent¿do antc
ejecutar frelmentc las instrucciones del m¡cstro'
pensamientos' Todo
su cscritorio inmerso cn profundisimos
pucstos de tccnico
esto ha c¡¡nbiado... y para bien' Hoy, los
jefcs puedcn cxigir
son codiciados h¡gta tal punto que sus
normas tan elevadas como l¡s de l¡s univcrsidadcs'
Con

una reconocida estn¡ctl¡r¿ de carrera y una crecicnte


con-
han
Ii¡nza en su propia capacidad, también los tccnicos
mejorado en su propia estimación: elemento
importantisimo
y
enia "satisfacción l¡boral". L¡s tecnicos a menudo son'
personal "académico" o
siempre dcbieran ser, mejórcs que el
docette ciertas operaciohes teoricas o prácticas' "De-
"n puede ser más espe-
bieran ser" porque un tecnico a vcces
cializ¡do que el catcdrático al que ayuda: a
menudo' los
!¡q@ prp.ñrq q r ü!J sp .r .5 .¡. ot o¡ !, ¡ !.*d
un ¡E llmbq.p. ¡ñr 9rq+
4 fn E| $urEúsu uos .rop
'Eioq¡p. sol Eliflt ¡F:p ¡3r¡uud ,r v ,@fl4r^ €1,
-n¡!¡!.D o eplrs¡@ r ¡Ípuo. .pond u9! ¡oq¡ror ,.¡
. .s!,¡o¡ s¡'o
.p roprll.d 4 @'uqt F bqd r5zn¡D¡d .nb mFo El
uB ou ¡o¡t. .¡u. ¡{or.6Fr r8t rnb r¡dÉ .p b abunú
il.pDf¡ .p sulprf 5ol @¡.lt!'t o¡ @* ouoc !!o mFqu¡
.9u .nb sÍaln¡d sotFnb¡ 4ür@r!úd op¡¡¡ bDnb
. ¡3u6!d BI E ¡óp E Err!.F@r q $t¡. u.{.p r¡tu.!!
¡6tü41 3or.(.¡@Fp¡ rlu ¡¡prpD 11, .¡q6 u9!¡4 sl
8? ) ae m ¡od r.roprrdlrl@ o@ ¡ó'uc?¡ q I l!1¡¡
@9o ¡p q 16 n@fir su e boÉt tmru_o f ¡¡.utru,o
úgtot!¡F^ur q .p r.@ Dpud¡ ¡.b oFru ur@¡ ü4!
e¿rr? @ .ns ¡ nuq(llD ¡nr .p réd s enb rogqBF
süt/gfst ¡ ruolgdü' oulgc @qE otuo:d soqdúr rs b
r¡.r,¡dd 3¡d u¡úo. op¡16 tlG¡rsq ¡oc !oqü4 rü1
(ú@.s) .@,b! pp run¡ q ! 1bnpü6c¡ @p
,nd ¡nrnu ar¡¡.u6 ¡od @par.lopr soruu¡!.rojd 3ol ú9o
,p lc$¡ f ¡sq¡¡..pE|.d ¡ o¡@uu.db ün ür r¡b o¡
.p soPrFrb ¡@ú@¡d le¡wu *t p e¡.¡ :úg!3rioqqo.
u. ¡p¡nraJ. ud.¡8!rs^ü! rpol o. 6t16 üG s@úd ¡ol
¡a¡Fw. Ft rp.opn¡m mmJ sFúots.Jo¡d q ánb opB'd
d.b ¡q.Dp¡r!@ s db 6 stp ¡ót u. E !^ ut¡ ¡b $p
-rurr{@ ¡q . ¡,laFpw¡. !9m41út ¡Er.us unv
'E¡r¡ r.pod Erlq.p .nb ssc lq rpot .p ot¡rj
¡pr o'u@@ un $,nbPl .Fnd .nb ¿ed rop¡.p!¡tqn,
o sopmput s.twlPnrF mpflsú.t DrEt .F.nd ¡ .or!uó?
un .nb .4r P u. slor.d 9!u D@r@u ¡ @!u?ps.s F!ós.d
I.p o4u1u u¡ I a8lrqo Ep.trd ¡@od¡@ s¡o.p p¡p
-.tu^ EUn
8Fr ¡ u9!f¡r!r¡úp8 3¡ ó ¡zBgru. q .p ¡.¡.q.p
YOr^ vt ¡¡o solf,adsv
l.---
60 ASPECTOS DE LA VIDA

O BLIGACIONES MORALES Y CONTRACTUALES

contractuales
Un científico normalmente tendrá obligaciones
especial e
con su patrón, y siempre tiene un compromiso
incondicional con la verdad'
que disminuya la
Ño f,"y nada en el hecho de ser cientifico
oUiigaciOn de obedecer a la Ley de
Secetos Oficiales y a las
acerca
,"gú. d" la compañia sobre no hablar' en confianza'
ante unos desconoci
1"" to, pro".aitnientos de fabricación'
tampoco hay
dos barbudos y con gafas negras' Sin embargo'
llamados de su
nada que le obligue a volverse sordo a los
conciencia.
parte' y el deseo
Las obligaciones contractuales' por una
plantear problemas-ver-
de hacer lo justo' por la otra, pueden
que tendrán que enfren'
daderamente perturbadores, a los
tarse muchos hombres de ciencia'
El momento de enfrentalse
de que surja el dilema moral' Si un
cientifico tiene
"r-orrlx
razones para suponer que una investigación
no puede dejar

l" p.o.out. el descubrimiento de un mal terrible para la


en ella"'
humanidad' entonces no debe participar "-l:not
Es dificil que
qu" ..té .n fuuo, de semejante curso de acción'
ambición la
un científico reconozca su horror a semejante
Si entra en una
primera vez que se siente a remover el caldo'
y públicamente lo
investigación moralmente dudosa después
hueco y
deplori, los latidos de su corazón tendrán un sonido
nada convincente.
LA VERDAD
inventivo e imagina-
Todo cientifico que sea razonablemente
por cuestiones de interpre-
tivo ciertamente aot.t"tá errores
una opinión errónea o
tación; es decir' ciertamente, adoptará
auodnsaJd:otenl epsap 'opEJutldruls op¿rs¿uap so o¡sa
'solueruol¡¡ solBru ur¡ ?tual
BCunu 3nb ocultuorc Ie _sJes opBun¡JoJv 'arn¡DN € uo¡cEl
-3EJleJ Op S"UB' OpUE¡JepáJ O^n¡SO OÁ SOIBnJ SEI ¡luErnp 'SSt
-oq oJl?ncllura^ sot¡¡¿pJunEB :sauorccnJlsur sBl € 3¡ueu¡lBn¡
-xel 3s¡BE3dE ozlq el Elrl"d ¿l B olc|^ras 3p s€lp sns ep ¡E^su
sulldlcslp ?l oJad 'o¡uerul?l¿4 Ia JBlAe¡qE ? e¡r¡¡eJd? el oÁ
'sBJOq OJlEnCrlUlaA
eluB¡np op¡fet un ¿ olueJrüBlE4 ouetc JB4s¡uF¡¡p? BurnbáJ
anb ?cfi¡¡glsrrBoJ ¡¡¡ €cucel ?un ep glpuodep €JopBzr[¡nb
-r¡s4 ugrJcB Blsg 'ar¡¡JBruFt gJtol Í 'oP€prnc uEJt uor old¡J
-upd Ja ápsep olunse Ia gruolal anb BteloJ uerofun B pnlnu¡t
!r¡¡ opJencá¡ u?!qiu?I 'EJnpqnuE¡¡r e¡ erud se¡pg so¡ueut¡d
opls uclJgeq oJncso Joloo ep so r¡uurruu so¡ ue enb s?Flec ssl
B o8opu€ oluerü?¡d-ou un ap 'soJuelq supur ap so¡rfauoc so¡
ep ¡e¡d u¡ ua '?!cuels!xa BI op ?tJe3? eAeJt elu3u¡Faj ¡oJJa un
usua.rd u¡ e ope¡,ruá f opllou¡oJ BIqBq enb IerJ Fnc El e¡r¡?Jnp
'Bpl^ ru¡ ap €rulsllslJl Ecod? aun olueure,r!^ opJanteJ uqv
'solla sopol ? epo¡¡¡ocG
es enb slsaqodlq ¿un uot ?p rJlcep sa :ocgnuát' pp so¡ueFüljq
-nosep sol ue¡q eprd.nlu¡ uelnEJB enb a¡q¡sodur¡ unB o lrJ!¡lp
¡acsq 3pend uelq JoJJa elu8faues sand 'opBlrPaJcBsep 3A as
eJqruor{ p rnb ua JBuadsep pp solualruBsued selenJc soso ¡od
opulurruJolu Jes i( ogans ¡a rep:ed e¡sd sauozu¡ seuenq Áoq
'pBplJEoJ ue 'secuolue -lnzz:oJ Io ás p?plJEaJ ue opuBnt
ofor g¡,r¡o,r es oul ap Jeded fe enb ofrp ocultuorc le ¡s-
BJ!¡JB,J ug!¡srnJ BUn lod se JoJre fe 'olqruBr ue '!s 'ualq J?Jn¡
-afuoc epand oJlo 'l?u urn¡afuoc uamt¡a apuop send 'aABJt
s3 ou :"JUFuelc spr^ ?l ap ?unru ?l ue unuor sg 'ouans lá Jep
-red 9nb rod auao elpEu Á 'ou"p le epuerE se ou 'JoJJe la opo¡
sa o¡sa ls 'ec!11r3 3l ?lslser ou enb s¡sapd¡q eun e:puodord
I9 vcl^ v'I aq sorf,adsv
ASPECTOS DE LA VIDA
presuponer- que existe
-como todos los cientificos suclcn
una distinción clara y fácilmente reconociblc entre el hecho y
la teoria, entre ls información que nos dan los sentidos y la
construcción que se hace sobre ella Ningún psicólogo
moderno adoptaría tal dpinión, oomo no lo hizo William
Whewell cuando indicó que aún aquello quc parece la
aprehensión senso¡ia más scncilla depcnde, para su interpre-
tación, de un acto del espiritu: "Hay una máscar¿ dc teoría
sobre toda la faz de la Natur¡leza".r
Los etores. Si, a pesar de las más angustiosas precaucio-
nes, un científico comete un enor aceria de una cuestión férc-
tica -si los resultados se debieron a una impureza en una
preparación de enzim¡s supuestamente pura, o ¿ que por
error se utitiza¡on ratones hibridos, en lugar de ratones de
una línea pura- entonces, deberá reconocer el error a l¿ bre-
vedad posible. La naturaleza humana es tal que el cientifico
acaso salga con mayor credito de semejante declaración y
sin quedar en ¡idículo... salvo, quizás, ante el espcjo del
cuarto de baño.
Lo importante es no tratar de proyectar alguna volumi-
nosa cortina de humo para ocultar un error. En ciert¡ oca-
sión conocí a un buen cientifico que afirmó que unas élulas
cancerígenas que habian quedado congeladas y secas aún
podian propagar un tumor. La afnnnación fue errónca, pues
los tejidos que él penso que estaban secos -aunquc lo pare-
cian (y el sutor nos habia dadosu palabra de que se les podía
hacer votar a través de la habitación)- aún contenían cerca
de 25 por ciento de humedad' En lugar de retractarse' el

t William Whewell, The Phttosophy ol tt¡c lüuctive Sciertces' 2d& cdi-

ción. Lond¡es. 1847. PP. t1-42'


-FualJ ugpE8nsa^ur EI e¡srsuoc 'solle uq8ás 'enb uá írtutdse
¡p a¡uárut upanbsgq ?se ep otr¡sualce.rec
oso¡a¡nec a¡ueu
I
-olsrJ¡ se ofesuoc a¡sa onb ¡esued uapand socrsgru i( se¡ao¿
'EJqlJJ uorc
-Bnls^á ?un BJIlslsaJ srsalod¡q BI rs Juqnrsap ured osorepod
aluauleuorc¡odo.¡d o,r¡uocur un ru¡:ode ue o¡srsuoJ olos
uoroJr^uor ap EzJenJ uJlsenu ap stcueyodru¡ e1 'ou o DualJ
sa ls arqos o¡cuan¡fu1 oun8ulu auay ou DuaD sa s¡sa¡gdu1
oun anb ap uglJJlduoJ q ap popsuatu o7 :a¡sa anb o[asuoc
n{aw popa nlnb¡ont ap ot¿llituap un8utu o top opand oN
'uernqulE a¡ as enb sepep
-oldord sBI €rual ou glueuáldu¡rs 'sojgfueJlxa so¡ ap euoÁuur
e¡ ap uo¡urdo ua 'onb orens un ep B¡cEJga e¡ ap e¡puadep
Brcuolsrxe sÁnr osn: or¡oluloq¿l un uo oluarr.urpácord o¡se
opercuasa:d aq oA 'ugbelnJal ap oEseu ¡u e¡sa rouodxo urs
'srse¡gdrq E[ uoJ BlroJrpur uo¡oalo: €un uauarl onb seleJel¿l
s?ur uantrs o 's?uerprsqns sauorcec¡drur se¡ o¡os eqenrd
e opue¡uod 'sr¡lon^ u¿p al '( x¡ oln¡fd?c lo os€JA 'ouauo
/r B) scnuc a¡ueulenJc Eqerud Eun e srselg<irq ?un Jou
-odxa op ze^ ua 'saJá^ V 'f8luou¡ljodxe e¡sendso.r oruoJ ..oN,,
un Je¡de3u ? stluenueJ e¡ueruo¡usrpuodseJJoc uEJgenu¡
as srsá¡gdrq sns áp áluorüBp¡prad u¿¡orueue es anb socgr¡usgc
so¡ anb:od 'ueuorlsos su¡ sauamb e souep sa,ru:t J?snuc uop
-3nd 'srlg?ldors s?Jlo Jod s?plosarqos ue.repenb anb ep uozer
e¡ .rod 'se¡qesncxa uos sBpJIIEJ slsetgd¡q sul opuunc unv
'erJuolc EI s uo¡cnquluoc uu8p eun racuq
op¡pod ?l¡qeq une sesot r.t¡o e opesed ,{ ¡o¡¡e ns oprcouoJrJ
eserqnq rS'"l^gr¡qos EI'pqBJeplsuor as untas 'enb p?pard
-o.id u¡ ou i( .rc¡n¡ar ugrJ?lotuoc erdord z¡ ap Errsgo¡q El BJe
opu?lpn1so ?qulsá p¿p¡lua¡ ue enb ouaruoue¡ ¡a anb opueru
-e¡sos ¡ouelln BJe¡¡€c ns sgrü uB¿ gclpnF d oErue e:qod
€9 vat^ Y'I ao sorSlldsv
ASPECTOS DE LA VIDA
64
lo gue se hace en un ¡rrelato d:
fica. Supongo que para ellos
i"ür'*iJ.-.,*":ly::':liÍ"iilTji"l""f,H;U:
so
esto también es cierto tan
dantc con el genio.
--ü a si mismo va
o"e habitualmente sc cngaña
"J"i¡"" óe engañar a los dcmás' Polonio lo prwió
*r- ut-""tino
('Esto ante todo"")'
"1"r"fn*t"
EL Esrrlo DE VIDA

creatividad:"
Aunque yo creo firmemente que la 1t-11|t]:
u" fi-l¿""t está emparentada con la. cr..catividf
"l*t¡t"as pintores y similares' srn
tal como se manifiesta en Poetas'
to, tipo. de sabiduria convencional o
dbparate

t .¿tiu"" 0"" ian crecido en torno de l¡s circunst¡ncias


"loarr"
dc
;;;l; une qotra forma de creatividad difie¡e¡¡
much¡s maneras'
bibliotecas y
;; ; cresdores, los cientificos necesitan
cientificos; ciert¡ncnte'
t"Uortt*1o., y la compariia de otros
La obra
Ñi tn modo de vida apaciblc y sin dificultades' por
L oi a*,¡ft"o no rcsulta más profunda ni convincentc
,os- prina"ioo"s, angustias' miserias
o acoso cmocional'
i""t los cicntíficos pueden rcr
il"sj" , las vidas privadas de
pero no dc una mane-
e.trañas y aun cómicamente confusas'
la naturaleza v la
;;;;;* una inlluurcia espocial sobrc
una orcjs'
¿.'ru trabajo' Si un científico se cortar¡
"ltilt¿
oJi. int"tpt tari" tal 8do cQmo una
prucb¿ dc un desv€Nr-
cé¡tivid¡d; tampoco sc lc cxcusará
d
;;;;;;" dc
rirgtna blzarrerle' por muy extravagantc 9oo.y'
p.t J motivo dc quc-es cientifico' y aun cicntifico
il"i*rin"o sobrc la vida de J'B'S'
brillantc. Ronald Cl¡rkc, cscribiendo
'LL-iL'dd e¡utu¡lBtttdse asuEa^ '8961 'sá.rP
-u(}'l 'uorqinots pus ¡eppoH '¿uoPIoH 's'g'fIo voÁ't wD alli'l ,4J t
¡soc
so¡do¡d sol ueuaqsos ou 3nb) BaPI ?l eluátuFlttdse i(
-!¡Fuatc so! E J8¡¡peJJtsáp Jod sosotsuB uaJls3n¡u es saualnb
ov(Ilüolüd v'I
'ocpaod Is3¡¡á{ rm rod opPsod 4uau¡
-BJJpomd ,{ osolnc¡3gnl Ezlnb 'opBualeursaP úolJns óeJqod
Elaod lep BI enb sJnlBc!¡Bc Eun souau¡ se ou solle ue sop
-Bsrq soFcFs Jac€q ,( soqceq J"qEcaJ E opBc¡pop eNauBFJ
uarnEp ou.¡oJ '..o3$rtutfc P,, sttrtsaJdal anb odrpeJeNa ¡g
'uourtN Á t:l3o.J'uoceg E'Glp üo3
i('..[Euolt?J uolJEr¡so¡¡¡ap ?pol BzBtlcal anb uglcBJldsu! EI
ap ozapuert a¡ uo epzta¡,, ns ,{ a{EJg luulltlitt eluu as:apuatd
-Jos uBprnd enbunu 'ueJpsJrr as ou socgpuep sol 'Bpruots
-Ed8 eluau¡FnpeJálq e aueqJosqB a¡uaurepun¡ord apt^ Eun
3fr{o r¡-olcBtlFanu¡ e¡ snb ap o¡uaF¡lcouoc ns ut so¡ntás
'o8. oPot Á aw?qog ap a!.t r/ : x¡x ol8ls
Jap arpugruoJ ugJtcg q ep rop?a$ ?lsFJE ¡ep odltoerqst
l3p q3ualáJlp ? 'a¡gB¡ueu¡?t ,{ oPurnqB slueu¡alqurel lac
-urd u¡racaq epend ug¡ceá¡ua,ru ¿¡ ep Jopsfuqc$ o¡p ¡alnb
-pnc o oclJFuelr un ¡euel epend anb ztd ap prp¡sacou e1
'ec¡ugc rrdo Brm ap oprqlJ p usterBd ptplFal ue auBp
-FI{ ep osodsa srarupd e¡ lx'ured stqtJng e¡rolJoqC s -oJeqlt
anb o¡cro,r¡p la uo¡BgBdI¡¡oJB enb suuatst sc'I 'PBp¡FJou¡ul
ep Bsnal rod (otunfpr 'ope.losa¡old un ap s?lEq aluap^
-rnbe ¡s) rrpe¡gc ns ep euuplBg ? ¡Eirud ap gluq anb f b3puq
-!¡¡BC ua iuJorü Juls3ua¡q p alqos sqcp^ anb oSnq oqlntseu¡
op¡xas ap apedso er¡n '!,t!A xag lep u-olcual8 E¡ uo¡efsJts
seppor¡¡lrt8l¡¡ sapsppsF á¡.q slrs ou¡gc glguts.p r'euspFH
vcr^ v.I ao sorcadsv
66 ASPECTOS DE LA VIDA
y desapasio-
cientificos) de que sc dedican a una fria, ajena
nada búsqueda de la verdad, gustan de llamar la atcnción
preocu-
hacia su preocupación por cuestiones de prioridad'
pación de que la labor y las ideas que el cientifico considera
propias le sean atribuidas a algún otro y no a él'
A veces se considera que esta preocupación es algo nuevo'
moderno
consecuencia natu¡al de la necesidad del cientifico
y
de conservar su puesto en un mundo atestado competitivo;
pero en realidad tro es nueva; la investigación del Dr' Robert
que
K. Merton,' y su escuela' ha puesto enteramente en claro
las disputas por la prioridad. a veces de índole especialmente
enconada y vengativa' son tan antiguas como la ciencia
misma, Es consecuencia natural del hecho de que cuando
pro-
varios científicos están trstando de resolver el mismo
blema, más de uno puede dar con una solución"' o con
/¿

solución, si sólo haY una.


Cuando hay una solución única -como, por ejemplo' la
estructura cristalina del DNA- la presión es especialmente
seria. Yo sospecho que los artistas ven con cierto desdén
la
angustia del cientiñco por obtener crédito' pero es
que su
situación de ninguna manefa es comparable' Si más de un

3 R. K. Mcñon. ¡'Behavior Patterns of Scientists"' '{ttler¡c¿¡t Sc¡entist 57


(1969): l-21. Véase tambÉn R. K' Menon, "Priorities in Scientific Disso-
tcry';, Americon Sociological Review 22 (Diciembrc de 1957):
635-6591
Proceedings oÍ the
"singlaons snd Multiplcs in Scientific Discovery"'
Anerican Phitosoph¡cat Socie$'IOS (Octubre 196l); 4?0-48é¡ "Thc Ambi-
valcncc of Scientist", Bulletin of the lohns Hopkins Hospítal ll2 (1963)\
Study of Multiple Discovcries in
??-9?; "Res¡sranc€ to the Systematic
(19ó3): 237-282; On the Shoul
Sciencc", European Journol ol Sticilogs 4
Bracc and
der\ ¡,f G¡ants, Nueva York: The Free Press' 1965; Harcourt'
(5 de enero de
World. 196?, "The Matthew E fect in Science"' Scierce 159

l96ltr 56 63.
oJlun l¡ enb opou ep '¿cllqnd pepetdoJd ua^len^ ás oJlsod
Bl B SeJUI¡uárc ssapl s8l ánbJod'slJuetc BI ua sopn8E uotu
-lE¡redse uos pEPIJOIJd BI UOC SOpEUOIJ?IáJ S?l¡¡slqoJd so'l
'op¡J5Járü BJa OU opuÉn3 "osnlcu! 'sáca^ B 'l8uoslod olp?Jt
rp pes ns ue zBdeJ oluátuBJepepJo^ ?Jo ulou¡?lv Jep,{¡ár¡¡
-ottuol ¡ pJo'I pcstJ?u Iá enb oplqes eH '"AIseJtE €tJu?t
-oJJE 9un ap ¡¡uaualduts ?¡Bl¡ os sáJa^ ? olad 'Bpt^ ep opolu
ns JBrntos? ap uonsenJ sá'edoJ 3p o s3ll^oluolnB 0p seJop
-Bges¡p sol B e¡rnJo ot¡¡oJ ¡sacá^ v 'Bp!^ ap solau?t sol sopol
uá uEj¡uenJuá ás pBptjo¡rd ?l Jod ss¡lsntu? sEl 'pBpIl¿aJ
ug 'elesJ?couocoJ aqep Is¿ '?,{ns tnJ ¿ap¡ E[ rs enb 3luáls oun
spsJ :ssnJuot o EsoJEtlod ugrc?nlls Bun JBI¡Á' gJEt{ Ol enb
p¿pllq?suodsáJ o sopuoJ oP uolJlsods¡p Bse uoc Bzaldo4 ánb
ropgJlsru[up? lá ¡sesot sBl Ja^ op BAIlEcIdxa Eleueu¡ ns uoc
lopsrJolstq o oJosolu le 'p¡tads3 a¡qu¡nlsr^ o olEpJ ns uoc
'¡opBErtso^ur ?lsrpouod la 'pEpeldoJd ap opltuas osoJepod
un eluals etuo6 Bl 3p Epof?tü 8l -stpt sun se ?lndslp
uá p¿pa¡dojd ?l opu¿nc eluetul?rcadso- elu?uodutl uolJ€lop
-fsuoc sun allnsar uolsesod El ep o[n8lo lá anb alduals
'saso!p
sol ap orycsrd J 1!r uot 15 anb sals€ asBluoseJd as uetneF
anb ap ro¡ual Ie Jod sopBgsdue uoJanJ ou o luy I3p sBJado
sereu¡Jd saJ¡ s?l opuáruodu¡oc osEd JeuE?A\ anb sou¿ alula^
sol -uo¡s¿co ?¡lo ua op?pges eq o[ otrros- f 'a¡qtqecuocut
olu¡ruucrlsrp?lsa el¡nsar efuudruoq op solce so^qceds3J
sns ¿¡sd ¿¡nl¡uud Bu¡slru BI uoc sa:o¡tsodtuoc sop o es?¡J
Brüslr¡¡ ?un uoc uep selaod sop. anb :uctu¡ uottnlos Eun u3u
-all ou u?¡uo{uá es anb so¡ r srrua¡qo:d sol oJed 'oJlo ep e¡q
-rüou Io uoJ esacuqnd es u¡rre¡ue¡ o Bpo ns Is osoIJnJ ?lJpuod
rs Br¡o n ¿un op JotnB Io ?uol?Jqolal €llJ?Ju€J Bun o 'Ec,¡l
-gutBd ?po ¿un ¡auodruoo B opB esan¡ octsqtu o eleod
^ul
L9 vql^ vl ao solJadsv
ASPECTOS DS LA VIDA
es el
sentido de propiedad de que puede disfrutar el cientifico
de haber xb el primero en tencr una idea: en haber dado
una solución o con l¿ solución antes que nadie' No
veo
con
nada malo en el orgullo de la posesión, aun cuando en
el

marco cienüfico, como €n cualquier otro, la posesividad'


bajeza, amor al misterio y egoísmo merecen tdo el desprecio
que suele dárseles. Una actitud desdeñosa ante el orgullo de
posesión del cientifico muestra una triste falta de compren-
sión del ser humano.
El amor al secreto en un hombre de ciencia es una defor-
m¡cién, desde luego, pero tiene su lado cómico; uno de los
joven
rasgos más cémicamcnte simpáticos del invest[ador
es la idea de que todo el mundo tiene prisa
por ef'ectuar su
misma investigación antes que él' En realidad, sus colegas
desean hacer sus propias investigacioncs, no las de él'
Un
cientifico dernasiado suqÉcaz o desconfiado, al decirl€s algo
a sus colegas pronto verá qüe' a su wz, no le dicen nada'
(de adi-
Según cuentan, G. F. Kettering, el conocido inventor
tivos para la gasolina) y cofundador de la General Motors
observó que todo el que cierra sus puertas deja más cosas
fuera que dentro. La regla convenida del pequeño grupo de
colegas con que continuamente he trabajsdo ha sido siem-
pre: "Diles a todos todo lo que sepas"; y no sé de nadie que
haya sido perjudicado. Es una buena regla, porque la labor
q'ue está
del propio científico cs tan apasionante € importante
cosfi¡iendo al colega un gfan honor 8l decirle todo' Pero tal
cientifico debe jugar lirrpio; si les dice a sus colegas todo
para
acerc¿ de su trabajo, támbién debe abrir su espíritu
poder quedar fascinado pc ia labor de los demás' De todos
podemos
los pequsios episodios de la comedia humana que
presenciar en un laboratorio de investigación, ninguno es
'9961 'PoJ¡O 'ssaJd uoPrü)¡EtJ
'.J;ola¿'rití qsltaug lo tuDuoltttg Ptolxo aqJ 'po 'suoluo 'I'3 t
ou [a¡neqfil 3puq5 rP a.4r¡roq un ? 4qgcsep tpand Brqqsd
BW OrEoC aP suteno¡d F se¡¡opfilos ssl áp Btm oEoo sllt
ol ,orlsqou¡pe ouEuo¡Jtlp ns ue SuoF¡o ..ocgFrarrodo' FP
sJorF sou¡arlq?H 'otgFuelc oc¡¡B¡! un ue ou¡sFn¡Jodo p sa
..qJuermuodo,, al :rsllod ueqdels 8 'ot ol spseP'eq9P 3s "¡q
-BFd q ap uo, ttBu¡roJ !'I {d$tsusu¡fueqs) apua¿nuúO
'elus¡¿rodur {¡Bl ledsd
un ggadrua$P e¡b ue oplpuildse elueu¡BJ.paPri' oueFü
-¡Jqms.P Pp úin¡P Bl u Ja$a BJ?d ep¡¡Brt 4w¡seq ol J3s oü
E¡?4SOU¡ uoqr.ll\ uo^of Ie -?lte&¡¡ü ol anb p oIp€lc ¡Bp ou
IB els?¡r¡lslcedsa- saj¡tuBt¡¡ nu ap anb elqs¡nsuec enb 3ls!:¡¡
squ¡ se 'o¡r¡Bl Jod ?qs?p B¡qo eun eA E xflaII qwaQ aq¿
anb 4r¡p ua oIJB^ ou oÁ I'eluBll.uq o]ultu¡B¡spBpre^ m o[
un BJe uoqa,¿t\ sau¡Bf 'oluat oc$t¡g¡nB un so[e u3 alt^eJ
sjqo ns !s $es tnb alu?t"Aa¡lxa o en8psjt8sep i(nu¡ ¡od
'oluepr¡suodtuoJ ¡alnbpn3 ¡843 salásJgsncxa epns saJolucs!
sol B anb ¡auolx€lIal u?Jalqep solsrtu sol'uosl?/t\ oldo¡d
F Jstznf ep saluv 'oluelutcouocal ep pa6 BI Blc€tl €cueueq
pqpce Bun ¡Bluol s opa^en ueq eru anb seuoz?J sau¡sllu sEI
¡od al¡er¡epexe 'ssartoq p ado¡¡ a{J ut uosle/l\ B lpmJep
oÁ ?pn6e sgu¡ Bu¡¡oJ ns ue pep¡ro¡rd ap uqJB p sorue^
+tuop '4IaH alqnog aq¿ f uostB/tyq sa¡¡¡Bf e¡qos seuols
-noslp ua uuqsur¡u3l ¡a.raoa8 o¡ .rod pep¡.to¡d eP souolsn3slp
sBI 'Bplregnse qnud aun ue oFcJ!3 u3 ¡¿rlt eP sendsaq
'ug z ordtcuud ap'"uols¡g Bl Bpol elJuluoc ep 8lsJl
Á sstelo3 sns ap (seJl ?lsBg 4ueu¡alqlsod f) oun I eualpp
(ou sgz.mb o 'opsq¡8q ¡( 's9anb 'se¡u?llFg sofo uot) ocgPualt
ue¡of rm enb üe 'Jopa¡¡oJ un r¡! 'suacsá sl enb €Hu3'qp $9[u
vqIA v'Mq sorJ3dsv
ASPECTOS DE LA VIDA

acuñó la palabrt cizntífico hasta 1840. lVhewell fuc' por


mucho, el más grande nomenclador de Ia ciencia. Una dc l¡s
pubticaciones de la Rcal Sociedad ha registrado la corres-
pondencia entre Whewell y Michael Faranday acerca de qué
nombres habís de dar a los polos opuestos de la celula elcc-
troliüca. Faraday habia propuesto voltoide y galvanoide'
skiodo, eastodo y w$todo, zincodo y platinodo. Pero hay un
aire de consciente frnalidad cn Whewell cuando dice: "Esti-
mado señor.,. estoy dispuesto a recomendar'.. dnodo y có-
todo", Y asi se han quedado desde entonces.
La "oportunencia" ab¿rca las téc¡ricas empleadas con la
esperanza de aumentar la propia reputación como cientificos
o disminuir la reputación de los demás' por medios no cientí-
frcos. Las prácticas de la "oportunencia" son totalmente
desacreditables, y reflej¿n tristemente una total falta de mag-
nanimidad. Sin embargo, la historia ya es vieja: R. K. Mer-
ton ha recordado la sensación de amargura de Galileo ante
un rival que "trataba de disminuir todo elogio que le corres-
pondiera a él por la inve¡rción del telescopio para emplearlo
en astronomia",
Esta cs una forma especialmente baja de "oportunenci¡";
un cientifico que ha tomado las ideas de algún oüo puede tle-
gar hasta ciertos extremos pa¡a crcar la impresión de que
t¡nto él como el científico al que le debe todo derivaron la
ide¡, independientemente, de alguna fuente mucho más anti-
gua. Recue.rdo mi sorpresa e indignación al ver hasta dónde
llegó un antiguo amigo -empleando la técnica que acabo de
mencionar- para no terer.que reconocer su deuda conmigo
por la idea que habia originado su investigación.
Otra jugada sucia consiste en citar sólo los más recientes
de toda una larga cadena de escritos cientif¡cos, obra de
'B^rlc€
pBlslu¡¡rft sl B Bg0te lsBa enb oluelüquesal ap opB¡t un
¡qBto^oJd B[t B ugrrlsdo BPol :Bap! EldoJd ns e¡uE o|np t
o¡nlosqs un BJa :¡¡BqBiqnu as s83!l!¡t sapullntBJ sns sapo¡
.Bu¡a¡ qsa r¡uv 'oPjJouot es.lgnq sguEr opunu¡ Ia enb Brop
-8u!unl! a quBudu¡! sgu¡ tep! sl 8ra ¡oF¡¡ solo! -'sldord
Bapl ¡un Blutl u¡J ¡od op¡rBnt oJad '(sEtlrlJc sns JE lldxe E
J?pw(B aptnd anb oD sEldoJd s8epl ap or¡¡J3i( lsBc 'asJBJedse
Blpod or¡¡oc tra e¡cuet¡¡a1u álgPPnpu! ns ap olqtuBc
v 'Joo¡c ap pap¡¡q¡sod epor u¡padtu al Btrsg uglcnl¡¡suoc
ns n as¡¿¡rmta¡d e oun rqola¡ enb sgu¡ap sot sopol áp sauo¡c
-Bf¡$s3Aul sll ap sBcl¡sngt u?l sEcrluJ BPsq enb oc¡pgl¡¡ aluB¡
-.rodu4 un B ltou(xt uorsaco Eun ug 'c.'BuepEssd ua s3JBlllüls
sopBlFsal e^nlqo opuBnJ esuad enb ol a¡uauB¡JExa sa os¡',)
selr¡s opol oqteq rq o¡ o opusued Bq ol oun anb .lepue¡ue
B JBp ue als¡suoc srpetnf saFl aP BJIO '(..-'rod oplcue^
-uoc eluau8uqd Áotsa ou enb r¡cap oqtp,,'..'-uot o¡ualuoc
Ánu¡ Áo¡se ou,) ?utnq 3luB¡seq sguref sa eqan:d auntu¡u anb
oq4¡c tlrrttü?utJ ur¡ q¡.r¡dse un ap uo¡sesod El ¡ltuu uá e$!s
-uoc ..u¡cueungodo,, u¡ uecpcu.rd saua¡nb ep ocn4 0116
'alqBdJnc ¡a as.ruuu8 B¡alsmb uglu
-¡do euenq oi(nc soqtnlu Jod'p?pllErJ ua :sopsJelua sol sopol
.rod upr.urduroc sa ugprdo elsa i( 'ol¡ocEq [B sofo sotdord sns
B B[BgaJ as etue¡¡ralq8qo¡d socn¡l sal"] ep ap^ es anb aluat
e'I '¡.uglctlJ clcuqc,, Brnd sa olüle¡ J4 anb aqsanrueit ualnlp
anb 4pcdru¡ BrBd uelq o :ofap o¡ Jo¡nE ns apuop oqcJ le
aruo¡ ou ua¡nE¡o anb ured lc¡uc9t ul ap sefiB|ap sountlB opst
-rqnd oluau¡ncop untF ua ¡Buortuetu ou p ..€lcuaun¡Jodo"
El ep -elqBuopJtdut 'pEPlluu ue- alqellpertBsep ocnJl un
sg 'sgJ¡c sog? Á sogE l¡Gluou¡el as uolca8llse^u! uldod e¡ ep
sBllJ sBl enb se4ua¡ur 'oqtnu eqep se¡ as seuatnb B sa¡o¡nE
vqIA v'r 3(I sol3adsv
ASPECTOS DE LA VIDA

Los cientificos saben muy bien cuándo están valiéndose de


trucos como éstos, y sospecho quc cada vez que los usan
experimentan cierto sentido de incomodidad y rebajamiento
personal. Lástima, pues la propia buena opinión no es la me-
nos irnportante de las gue el hómbre de ciencia debe tratar de
garafS€.

EL ESNOB¡SMO DE LA CIENC¡A PURA Y LA APLICADA

Un¡ de las form¿s más dañinas dc esnobismo en la ciencia es


la quc Úaza una distinción de clasc entre la ciencia pura y la
aplicada, Acaso sc manifieste en su pcor form¡ en Inglsterr&
donde la aristocracia tiene una larga historla de repugnancia
h¡cia el connercio o hacia cualquier activid¿d que pueda pro-
moverlo.
Scmejantc distinción de clase es particularmcnte ofensiva
porque sc basa cn una conccpción completamcnte errónea
del significado original de la palabra puro: significado que,
según s€ pcnsaba, conferi¡ una categoría más elcv¡da a la
cicncia pura que a la apücada. La palabra sc empleó original-
mcnte par¡ distinguir una ciencia cuyos axiomas o primeros
principios no cran cognocibles mediante la observación o la
experimentación -actividades vulgares, ambas- sino por
medio ile la intuición pura, la revelación o cierta cualidad dc
cvidcncia. Seguro en su privilegiado acc€so'a lo Absoluto, el
cicntilico puro se sentía muy supcrior d hombre qüe dise-
cab¡ animales muerto$, calcinaba metales o mezclaba pro-
ductos quimicos para producir varias conjugacioncs ines-
peradas dc hechos naturalcs; Todas csas acüvidades les pare-
cian a los eruditos -y aún a mis colegas humanistas cuando
yo era un joven maestro en Oxford- un tanto inferioreg y
con el tufillo del connerciante o dcl artesano; los cicntilicos
.Z6E ,d ,1991 .eEpafiouY
IDrnroN Io Aulaordwl
ttlt nt aquoT Í, Íte|dd.S ptbv lt lo tuotsrH a{J.¡BrdS sBu¡orll
,
r?lruepn¡d rl
.P 38ltcJ s¡¡3,rac sq ¡od srpBuopJcd ¡rElBs etueü{lrgtP ¡nb sos
-eoxá r( scpBpp8F'3lJ¡ 83untp .r!¡!u¡pB mb ,(3q :olBF¡¡Bsued
.p
JoSl^ f Bpr¡.lo!.r sqrnu¡ s JIJJnccJ anb fsq ..8¡ruBurt ¡B¡tol uls
8(xo8c¡ soqrnu¡ ¡sJ8sj.dslp u.qcp :opElFsa¡ untulu Jaur¡go u!¡
eo¡ua¡u! Sorpnur ¡acsq anb rtrq :ou.mbzaur ugzlxxr un B ua!¡B¡
-ueFcep.nb seps{nrg¡p frü ¡ esJBtrr¡{ue anb ÁBq :oprnbul
e e¡q¡x3¡¡ 'zBpnB .o^pc8 n¡!¡Fse unrr.lnbe¿ .Jsi¡na Á qfaq o¡uat
pp Bu¡lcue ¡od BpBroloc .sclo¡.q ssoc sun sa uolcue^u! 11
:(uopc? ue oplcnp?rl o
opru.ncue Bpmb ofu.Ju¡8srütd p anb sol Jod sopeu sosJs^lp
so¡ '4tep so :so¡s¡8d? ¡( sos¡nce¡ .sepEprlrq?q uos
.rse¡¡?,,
s8l '-!B¡nFu olualr¡¡¡couoJ J3 ¡s¡ofau¡ eJBd SCJpUO.I 3p ptsp
€lros peu BJ uor re^ enb BpEu suep oü .nb_ seuv ap pBp
€lcog Faü Bl áp o ..srtcuel3 su¡ f seUy sB,J,, rod prpe¡cos
páU q ep slpquq pp oua o. t¡ uA .seus sq .Jrmp sa .seprc
-¡JtIl¡B SBr¡¡arlsls Á sop¡BdB uos e¡3ueJ as enb su¡ E
..SaUOIC
-ue q,, s3D ¿ggl üa lcB glqF sa pEparsos peu Bl ap ropBl¡ol
-s!q un :souB loft¡rlJse.q ap sgru opBrnp sq ouslqous3 qsA
¿epec¡¡de ?!Jue!c Bl BIcaq solueru¡Es
-ued sns .nrllo^ ep selus anl ei rearc sorq ope¡dolde ope.rop
-lsuoc BFIBq ou ¡? ¿uzep¡n¡uu q ur znl ?l ¡apulJue uo,
'zq al uo) rrnd orcua¡c Bl opocgn¡¡apr uocBg plopü s¡qcq
o¡? '(.¿opec¡dB ocgpuelc un uoJ es¡Bsac rrarsnb ruaur:eq
nl !s BFID¡Bd e¡ ?nD?J so^r¡[r uBgB4sou as sosorpurteu'
soueu¡ sol rma .ouarlur rp pn¡lldu¡? ,rumbpr rod sozFnJse
so¡ s os3d i( .pBpelJos ue s¡lqqua$rd u?.re ou soprcr¡de
V(IIA vl go sorcadsv
ASPECTOS DE LA VIDA
que la
Pero Thomas Sprat no era hombre que creyera
trasfondo de filosoña
ciencia aplicada podia avanzar sin un
*El avance más seguro que queda por hacer en
experimeital:
manuales habrá de efectuarse medi¡nte
la conduc-
f". *..
poder se apoya en el
ción de la filosoña experimental"' El
discordante si yo
conocimiento".6 Puede sonar una nota *Lo pri
qu" antes' en su History, Sprat habia dicho:
roo qut debe mejorar en la nación inglesa es su industria"'
"ñ"do
es el curso
Un veidadero m&odo de aumentar la industria
por obras y
que la Real Sociedad h¡ iniciado en filosofia'
palabras u órdenes
esfue."or, y no por las prescripciones de
en el papel".7
en su con-
Las opiniones de Sprat son muy comprensibles
,r*t, Ootq* la industria mecánica estaba crecienao 1 11s
teniendo ouestra prF
agiganiados en Inglaterras estábamos
n*.lu"i¿n Industrial' Acaso sca más sorprendente
"i"1"
quri"t*l Taylor Coleridge, en su Introducciít a
la Ency-

clopaedia Metropolitana, escribiera


la siguiente reconven-
ciin: "No es, desde luego, en el pais de ARKWRTGHT
puede considerarse ila¡-
donde la filosofia del comercio
pronunciado
p""Ji.",. de la mecánicai y donde DAVY ha
decir que las opi-
,oni"r"n"i", sobre agricultura' seria locura
tet filosóficas de la quimica no tendieron a llenar
"io".*
nuestros valles de granos"'
desdén a la
La consecuencia más siniestra de mirar con
que ha hecho disminuir la
ciencia aplicada fue una reagÓión
prácticas' y que €n
ciencia pura en favor de sus. aplicaciones
que trstó de fundar
;;;;;" culminó en la imprudente idea

6 lbid., p. 393
1 lbid., P. 421
'srz .d .'prqr s
opuEuBEe¡ aJduals Js$e eqep ou sotluau3 sns ep oJ.u¡nu
I,
J?lueu¡nB ou ,{ sotlrr.:B sns JB^r¡¡suoc aesep anb ocuFuors un
oJrllüc nIIu!dsa .la
¿pBpJ.^?
.ogaüa sg
s.¡Iu¡Ipu.^ ?l Jersq ¡( $qrasoc .¡ates eJBd oga
Itp seuorc?$e sal sBpo¡ oqúq Bq ou rnb .sorc ep Btcuaphord Bl
cp BuárE JBll Bc u3 uslBq ualq .Fnl'a BqtesoJ Bun ,( alrrpoutur
BrcuruBt Bun uecnpoJd anb so¡ o,rJus .soluau¡Fedrc sol sopol
JBuapuoc ue u4slsJád rS .paprsognc ¡{ o¡uarusu¡o ÉJBd op,s
uB¡sountF :sandsop soF8zllqn { .,(oq sou.reulun¡ r:rd sount¡u
:oqce oJd e¡ueJBdr urs ¡Buasua EJBd.sountp :e¡tepp uBJt urs
'ouBn,( oJrpBpla^ opgeuaq un rafap uepánd sountF :pBplFn ep
foprri soqmu ,(Bq .so¡u.¡uFadxg sol óp alse ouor opúus^ ual
,( ¿puuJt us¡ a¡.ry un ue anb .teqBs ueqap or.d
¿otsa ap ?rnos
arqttuo, utlq 2nQ7,, \m*q enb ol opol ua soutstu¡ ¡s B usFBl
-unia¡d es a$aq :6euoJtr? rt srplt seldord sns ue uJqu¡al ou¡s
'so¡ugu¡Fadrg sol cp arl|oB Jot!^ 4sa urrarc.nfo o¡9s ou anb
¡Besep rp BF.d Á 'u3!q pp s.Jo¡cBxA soJa^as uB¡ Jes lod ¡Brtop
eqtp 8.1 ás r¡ucrulBe¿ ¿] o ap grpuar
qqltuD, uan ?nA? ,se I.$
-lq¡q cc8{ nS .oluC .p ou¡or rsB .zn.t ap so¡ue¡¡¡u¿dxg JaqBq
eq3p anb'uorrg plo¡u¡ ep ugrcut¡slp BII3nbE .p prplslJ.u BI
soqcnu ap sn¡u¡dsa sq ue Jar¡n ut corüBpod oq 3nb ogr¡xe s¡I
1
:p8penos t8eu Bl ap ollrse
ns ua ofip o¡ oruoc ¡oturlurBsüed cp olgur8r l?l oErEJtxá atuau¡
-¡uns oplc.,Jrd Bpq?q á¡ ¡?¡ds v .unrüoc alurrüqnpsqE
J3s B gta -JBnFeplur Bp$ El ep sBfBq sgu s8ruroJ sBI
.nu3 o¡uoJr¡.r rs anb- octu?polD u.rqepd u¡ ap o^ílrlofoil
o8n lg'BtspB¡tuoJ ,¡( Joplu¡nsuoc a4ue oldlcupd opsu¡oll
¡a :mpnuou¡ lB o¡Jja¡¡¡oc l3p sasBq sBl sJqos uglcBEFsa^u! EI
voIA v1 3q solSedsv
ASPECTOS DE LA VIDA

y criticando, asi ganándose una reput¡ción de habitual


y
incredulidad. Mas por respeto a su profesión no deb€ acept¡r
ni parecer condonar la insensatez, la superstición o la creen-
cia demostrablemente errónea. El reconocimiento y castigo
de la insensatez no le gmarán amigos, pero si le valdrán
cie¡to respeto.
A lo largo de los años, he coleccionado un pequeño tesoro
de frases más o menos falaces, y un análisis de algunas de
que estoy
eltas nos ayudará a ejemplificar la critica del tipo
pensando.
que "la
¿Cuán a menudo no se ha dicho dcspecüvamente
medicina moderna ni siquiera puede curar el resfriado
común?" Lo que es ofensivo aquí no es la falsedad dcl hecho
(que es cierto) sino su implicación: ¿no es inrltil invertir rrihs
de millones de dólares en la invcstigaeión del cánce¡ cuando
la medicina moderna... etc., etc.? to erróneo aqui es la ctecn-
cia casi universal de que las enfermedades clinicame¡te leves
graves
tienen causas sencillas, mientras que las enfermedades
son profundamente complejas y sus causas son proporcio-
nalmente dificiles de dhcernir o de curar. No es cierta nin-
guna de estas dos afirmaciones; el resfriado común' causado
por uno o más de una multiplicidad de virus del aparato res-
piratorio superior, y con una capa de reactividad alergica' es
una enfermedad extremadamente comphja; lo mismo es el
eczemq la mayor parte de cuyas formas aún nos desconcier-
tan. En cambio, algunas enftrmcdades rnuy gr¿ves, como la
fenilcetonuria, tienen origenes relativarnente scncfllos; algu-
nas pueden prevenirse, @tno sé puede prcvenir la fcnflceto-
nuria, o cura¡se, como pueden curarse tantas ir¡fecciones
bacteriales. Algunas formas de cáncer tienen un origen sen-
cillo y se les puede circunvenir: por ejemplo; los cánceres
u3 sauorsBJo s¿l &pJorar ErEd o^rluecur ,(uq ou :se¡qe¡ou
sErcuaprJuroJ s€l olgs sou?PJorad ¿sBrp sol sopol lsBJ Br¡¡Bll
e¡e enb oqceq un se ou A? ¿?JEUTDII a¡ e¡e enb u¡s po{rul¡\
erupd e¡ uoJ palsn ouos seca^ sqr¡?nt? 'ocgFuarc uoAof
¡a ai(ntra'oJed '.,ol:e eq upend anb ás ou seJuo¡ue'ornlnJ .j,
p Je^erd uapend souens sol ánb Egenjd ou ose IS 'or¡oJ
-9¡et :od gruBII eu :¡uamtrs erp ¡u Á 'pa:¡ru1¡1 euud e¡ uoc
egos ¡souau Bun ru 'seJa saJL, :oueluc l? el¡etnf epand EA¡l
-Jeps El¡oura¡u al anb sBruorq sel BrcEq ugr3uálB El JE¡¡¡BII se
sorgpua¡c so¡ u so3¡ure raprad raceq apend anb Bsoc
"rt6
'ocqsouE¿rp 3p ppprJEd¿J Buenq ep s¿rJuaJaJrp
s"l 'ou¡srr.u-¡s¿ 'BluenJ ue opu?ruol'p"pa ep seuo¡crsodu¡oc
sns o¡uol salqprJ¿^ s olcadse¡ uoc ugzrJupuelsa es seuort
-e¡qod su¡ ¡s sop¡ts^ uos olos puprp¡or¡r op seuooereduoc
sB'I 'B[¿rU Se BTCUaJaJUT el ánb OJ.rOd '-UpUzUene O €UADalü
pBpe Bl ep pBpeuraJue- JrcuEt ¡e?rluoc ep pepr¡rqeqo:d e¡¡e
eluau¿^pslal ns Ftueprcco aJquoq p o:eguoc enb e¡ -sou
-ozBJ sEJlo Jod Juor¡r ou ep '¿es o- ?lp alueu¿^p€lal '"p¡^
ap uzue.radsa ns sA 'uos ol ou ¡( 'solq?Jedu¡oc e¡ueu¡per uos
opue:uduroc ugtsa es InbB anb sauolcelqod se¡ rs .ru¡untard
u¡Eo¡orurapde u¡ o ugcrtoruap e¡ uot sepuzlrerllrue¡ seuos:ed
s?l ap BzrFrn¡eu ?punEes ¿l ap au?d sa ui( o:a¿ 'ollo¡Jssap
ue seuolcsu su¡ ua onb letuoprcco opunrü lep sop"z
-qerJtsnpu! sas¡ed so¡ ue sgu oqcnu ecepaa:d :ecugc ¡e enb
rp oqcaq P ue EpBsBq'PJnlgu JeJ3Jgd p ebueJaJur :..ug¡c
-?zll!^!o el ap pupeuJeJuá Eun sa JotusJ ¡a,, anb sa unruoc
opsl{str lep sJJecB oJtu?E ousrt¡¡ lap uortBrBlsáp ¿¡lo
'o¡uarc :od 69 ap anb soueu epau se socesul4u!
saluaSe Jod sopssneo Jecugo ap sos¿c sol sopol ep ug¡c
-:odold a¡ enb opeFcpc uaq secenf souanq 'oqccq aO 's5lEI4
-snpq soeFulnb solcnpojd solrerc .rod ,{ .rcurn3 :od sopesnBc
LL vcrr^ v'l ao solJadsv
ASPECTOS DE LA VIDA
y
que los infortunios vienen aislados o en parejas' no
por ter-

cias (o cualquier otro número que imponga la superstición)'


muy
Viendo un ejemplo de alguien que conduce su coche
notará y
mal, un hombre de cierto temperamento sólo lo
y asi se
recordará si el auto es conducido por una mujer"'
sin percatarse
convence de la poca habilidad de las mujeres'
de sus ProPios errores de juicio'
Escribiendo sobre un tema como éste' el endocrinólogo
Dr. Dwight Ingle ha narrado la siguiente variación de una
broma de origen Ya inmemorial:

Pstqllerne: ¿Por qué agita los brazos asi?


P¡t-l¡¡rt: Para que no se acerquen los elefantes'
Psleut¡n¡: Pero no hay elefantes por aqui'
P¡cteNre : Ex¿cto. Eficaz, ¿verdad?

propter l¡oc cuenta con muchos devotos' y


Post hoc, ergo
Por ejem-
temo que algunos de ellos hayan sido cientificos'
plo, los embriólogos clásicos durante un tiempo solieron
qu" un completo registro anatómico de los estados
"rr",
antecedentes aportaba causas que bastaban
para explicar el
desarrollo
No es fácil enfrentarse a las supersticiones' Probablemente
predicciones astrológi-
lo mejor será no tratar de razonar con
pena llamar la atención
cas, pero pof una vez acaso valga la
que sean clenas' y
hacia la extrema improbilidad a priorí de
que si lo sean'
mostrar la falta de pruebas bonvincentes de
Pero, después de todo' acaqo [o mejor sea
dejar dormir a los
que me he abstenido
unicorniosi yo mismo hace ya tiempo
de discurir sobre los que doblan cucharas
u otras manifesta-
ciones de "Psicokinesis"'
ciertos esfuer-
Los cientificos y médicos prudentes hacen
'pB¡unlo^ Buenq 3p uglc?Jldsuor slsa Jod JEuBEua
esJ8fep ou ¡od ozJrnJse un sa sp?lot¡uoc EJ¡utlc ?qenJd B-I
'olJsrBrl 3p Japod Ia oqpetu pp souEr¡¡ ue olsond JeqBq BJols
-Jnb BcFn?,cBu¡$J ?Fsdu¡or El Á 'Jofau ase anb Basep oclp
-?rü ns 'u3!q 3sJlluas Besap etualc?d M 'seuoFualul seJofeu¡
sBl olg8 opluat s¡l opunru le opo¡ 3nb ue uofcaJrdsuoc
BUElu3q Bun ep opB{nsal lo uos a¡ueuFnsn :EgEEue ep
uglcuelu! Eun ap BlcuanJesuoc uos sace^ secod Ánur o¡uau
-Bclperu un ap Blcarge ep seuorsua¡a¡d szprreEuxa se1
.aluerc?o
lap !u oclp?u¡ lap soasap sol 3p urs .erqafqo
t¡u¡r¡¡?qnuet assg ¿un a¡qos oqBc ?"truenuu
es&^a erpod olua¡ru
-slt¡ ltp uglcenlc^a ¿¡ {oqpgc lep e^Elc e¡ oppred uq ou
sBIp ep olqssuodser od¡nba ¡ap o.rquen¡¡ f3 ls i( .alueurprrtsá
oq8r B uBÁen 3s sssoc sBl !s '¡oqBs d r¡cuauude eruslru
BI ¡aue¡ sJBd oqcáq oqao?ld un o zec¡Je e¡ueruu¡sandns
olr¡ou¡?clpou¡ rm oplqlJo¡ Br{ oluarcBd ¡e ri uaqrs a¡ue¡ced
Ie ru oc¡p3, r¡¡ le !u enb ua se¡enbe :..a¡qop ote¡c,, ap ssqarud
sBI ep qusu¡llc8.J BJo¡u?ua ,s ?nBJouoq ,{ opeluau¡¡radxa sgur
oclullc Ie B$Bq 'unB s?tt '?p"JoqoJJoc rarr aua¡snt sou eno-
qse¡gdlrt E o,ttuoJ 'uoo?rl. of rnb se Is ,uBlrunuord as JoJrá
ap senep¡tuocu! $tuenJ sBI enb opour F¡ ep uauodsrp es
sBsos srl ¡oluau¡lFdxa un eluar¡¡Buold JEloJluoc elg¡sod sa ou.
fs 'or¡o ou ,{ ptuauryadxa op"¡Fsal un Jeuelqo lód uo¡cce¡p
-aJd Bl ap uet¡ns enb so:Í¡ad sol ar¡uor asJeA?JeJd E¡ad soz
V(IIA \n ao soJ.Jtdsv
VU, SOBRE CIENTÍFICOS JÓVENES
Y VIE OS

sus trampas' y ningún


LA JUVENTUD, aünque hermosa, tiene
menos que llamara
i¡uro ¿. .*t" naturaleza seria completo s
atención esPecial hacia ellas'
--;l;;t"t; de hubris. El éxito a veces ejerce un mal efecto
pronto' resulta que la obra
,obrc lo, cientificos jóvcnes' De
plancada' o incom-
á. todo, los demás está deficientemente
*,.n,.rn.n . llevad a cabo; el joven genio no la aceptará
Sí' ciertamEnte pre-
hasta que "la haya üsto por si mismo"'
*rtij-;" .."ri o la próxima reunión de la socicdad'
"n pero
ii"rto, ya presentó un documento en la ultima reunión'
;, ;;;;t ian cambiado desde entonces' v ahora mucha
de estos últimos acon-
gente estará impaciente pof entefarse
tecimientos.
un buen golpe en
El remedio anticuado para las /rabnb e¡a
con una vejiga de cerdo inflad¡"' esto
y con el
f"
""U.r"
espiritu del correctivo que acaso se deba
administrar sntes de
la opinón
ñ;l; cientifico se haga daño a si mismo en
toda
;;;t;;.t, por lo demás, simpatizan con él v le desean
- de bien.
clase
es joven y si es real-
Et brillante cientifico ioven' Mient¡as
indulgencia y hasta
mente brillante, sus colegas ñiostrarán
ante las manifestaciones
O"tit"-t.*n un orgullo afectuoso comprensión' v la mis-
á" ." intelecá, su instantánea
"*"¿" o ideas tan sólo
teriosa facilidad con que recaba hechos
of
t tftit"¿* en los Proceedings of rhe Nationa! Academy
80
sq ?nFs q sBnuelü,{'o[.! ?¡.p!suoc .s pBpl pJE ua ot$
-FUaD Untu|N 'SAUOsled saultp s?f sJrut tnb BlruelJ ep sá¡q
-ufo¡l asu3 soeuo¡¡i, s9lü uos solu3!¡¡¡?suád SOUq!üOS l¡BI
'..oÁ anb suur orod un arnP
ofbqen ¡ur er eutd anb o¡edsa Á 'amlsodruoc Á pnpruip uoc
odu¡.n J. JBsBd Jrf.p ?Danb olgs ?JoI¡B o¡ád 'opnrá,\Ip fntu
opF BH 's¡cuolut 'st ,s3 'outnq qo,' :Bp8cap 3pB3 .p ouF¡¡
-¡fl F ?¡lp as e¡uaure¡qeqord oreu!¡d o¡ ras ap oourfap e,r
anh ocr¡pua¡c uc,rof rm "ouer¡¡nq .¡48 oüo .romb¡enc omo3
üI}EIAAN EI
'oz!q ol F .nb $uldse ep opt¡st ¡m ep oqf
-Bruolr4s .nJ 'ogrp ugiqnr ganac e¡ ou ra¡nc¡¡red ua ornos¡da
3$a anbunc Á 'ocpgdl¡¡,¡s o¡lsou¡ ás oN 'atmat IIIB op¡mu*J
oqrrsa onb EI 8 oPBuo¡c!¡? 'osopJpuoq ofe¡a ur'. ep
cpuBlg8q pjo.Ilo
"ltu.lJtp o8oltlqürE ue^o[ un m ¡un oflp át[ './?
sloBc salgBps¡t? so¡uB¡sot¡t anb sou¡nlue¡ ou rnb oradsg,,
'.raceq mpand ol ou sauelnb BItBq I rtu! aueu¡auo¡arodord
a.qsrnru as f'reea¡álul sns JacÉuoABJ uepond anbso¡anbe uoc
sagoc Ánur J.r 3p opspmt euen u qwB¡ osolclqüB lA'sona
eJqoc J.nnrsp ep soestp utucg saua¡nb r sosorBl soun BJepls
-uoc Á'rmsa¡'l|4 al ou ItuoltBcg[trEo uBp ou tnb s?lcuoJeJuoc
sq o sopamües soT 'P e¡ap¡ rÁngu¡ o ofroeg ns e,ranuo¡d
ou enb rpeu ered ,{ o¡pru r¡sd od¡uan eusp ou anbrod oso¡c
-rgu¡r otllpualc u.aof ¡e eooüotr¡¡ eS '.ugltclruoJáp alm Jás
apand agauruua¡c uglslqrür ep osttxe Ie or.d 'Fuou¡ op*a.d
rm $r eluau¡Euasraxtu otr ug!t!qu¡8 al 'sBsoc sBl rec8¡{ 8
epni(e anb arororu BzltnJ ol¡¡oc BpBJtplguoS 'uqlclqao o7
ua&uowt¡s1¡ puo DcoJg ,t/J tp orar¡¡
-nu oulsrftll un txt o r¡au?tuld ro¡¡qr¡del ttm tp srt r¿.tt5'
I8 SOJIiIJNEIJ :IUf,OS
32 SOBRE CIENIIPICOS

eg¡a d. j¡b¡l.ción y É aorti¡m l. p.ñits @ntiruú su


¡nv¿6ri¡rcón, dbfotúá d.l nisño privilegio d.¡ ciddf@
jo@: e¡üG. E¡¡cido cad¡ ñañúe Est cdtlliM afdn
lu¿ r! d¿ Is cú¡crcrisfc6 ñi6 b.lla d. .qu¿lla r¡s
s.n.r¡ción d. bi¡tlosos non údcmd ¿n cuyo favd iodtt
I¡s l¿yes ordinarias d¿ la no¡talid¡d, c incluso sus leo¡da
ronos ffsicoq pftcic.on qu¿d& cñ susp€nro: Perto¡ Rou¡
(187919?0), G. E. Ps¡ts (1864 1955), Ro$ C. Hads.
(t870.1959),E.C.Conklin(18ó3 1952),yChúLsB.Hü3.
Bir! (190t),
Tod¡ la cu¿r¡ón d. qu¿ facult.dB $ d.r.iioiú ñá. r¡Lp¡
dd@tc ot ¡unotú ls.d¡d !ú¡ no na sido suficidtn.n|Ó
crDld.d!. E¡ !n. suposición gr¡on¡ cr6 q@ ¡¡ cEat¡li
dad 3¿ d.Lrio¡s asudd..re. Por lo 8.¡cral .l ocloserúio
V..di d. ¡¿tsl4f.s Im.do ¡¡ búquillo d. ld tc$¡sor pú.
Ehe¿¡l& y o.¡do él de¡cid&, €n igu¡l fmda p61á
Erironio .l Ticim d. ¡a ú¡tims 3.úd.! rintu¡d, No ¿5
ci.ro qoc ¡. "invcltisacióñ-.r u. jl.3o dc nüchrcno ni
q@ 16 úó! al¡! r@onp.ns sucLn s.r g&¡d¡l. @n f¡..
cudcir d¿¡pmporcion¡d& por 16 jóvcó6. Hsrict Zuct(
n¡n h¡ ñoltr¡do 6 sct€¡¡lic t¡lré, .! 61ud¡o de lor ror
t ¡tuiúor q!. gddM 4 pmio Nob€l, qe o rc¡rció!
co ¡¡ pob¡@jón "co¡ úca8ó". .ono di.¿n Id etu¡.io¡
+@ ri63o d. ha€ !!! 6ntribuci6 ¡ l¡ .idc¡a-. l¡ ¿d¡d
nod.l.r quc lor l¡uÉa.lós ru¡i¿¡ron ¿l ú.b¡lo qu.lcs t.lió
sus ú.mi@ aE .¡ con¿nzo dc Ia .dad n d¡ú4.
L¡ndb d.cn qu. cuúdo ti.ns ei los cidúficosd.
'o
E¡yor .d.d, .l cu¡drc qu. !.lorma.n m epintu * d. uh
Mni d. crb.¿ú 3rier. ro¿os .llos onfia.ros .n la lur'ci¡
dc !u¡ oFnion6. ) hri.ndo prcnlnci¡m¡.ntor ¡c?rcr dcl
luruo d*dollo d. l.s id.6 ci.nüfic6. prcnu¡ciamknto!
'sBJn¡nJ sBepl ssl
*.qJ6pa¡d l¡.pend enb 3p o¡deouo¡ fcp Fru.roJ ugtcBlnJa¡ run uot azeldu¡'
mb '66 'd .¡üat¡¡F!€dsa '(¿9ól 'I¡oA s^tnN'¡lqoN pu8 s¡ur88) ¿/gtrros
aq, lo s&// au u¡ '¡.¡cedso¡.t Fqtqqs v,, 'rB¿tr8pert 'g 'd .s8?^ |
-rl¡s soJü?tJo soclultnb so¡tnPoJd sol Á sep¡¡r¡BuoJlns sBI ep
BCJcTB Uglu¡do sl enb se elqEuopJed¡¡¡t $áJed eu¡- enb o-I
's^qgluel alus tÉ^
^
ssur uglqdo sl qqBtlpsnf BJa olos tnb ua oc¡?u¡ un ue
'op8¡Juor opBrs?uttp o¡c¡nf un gruJoJ es enbJod o[BJ elluoc
p :opBuuot aluatuB^tseJt? f aluatcedul aJquoq un asanJ
,{aro¡¡ anb -Bluonc s¿sot s"tsa lsal ?p!^ e¡ ue enbune- J?¡
-uoc orqtp ocodtuu¡ '?pentape ssueJep €un so ou €ls? ored
:se3uolut .rod o¡qeuozer e¡uaruu¡co¡ed era opztdopu ue;qeq
anb ug¡urdo el onb opuelcrp 'op€^Fd ue Fü elu? glpuaJep ol
opuepgeJ fotsa au enb ls selueuodu¡t seJogas ap ou¡slu¿tro
pp JopBlrotslrf un 'I Butcse 'Atotcv 'ragrDw ap eadoceru
-¡BJ sl B Jaúuo¡r¡d uu¡corad anb ss¡uue¡ceq o se¡elun¡ soa
-nr?J¡xe sol ou alu3l¡¡sualt Í 'ItBIüoO pJBWeC ep uplru¿Fu
-BJIns BI era uut¡purud o,{nt sBcq?tu¡s suctug?ro szcttu¡nb
ssrrr¡B$ns sB¡ utuc ?qg$uocue es puelJeqFu¿ Bld¿rol ?[ ep
o¡nlru Ia onb uo¡u¡cunuo¡d opusnJ oJlo s op?l un ep (felolC
of¡p '..uo&lqu¡á¡ eluaura¡du¡s rzlnb o,) uo¡atpncPs es
s?cu8lq s?zaq8c ssrgBs s?l 'ou o¡ed :wJalp !l anb as¡e:adsa
oprpod u¡rqeq anb se¡ ep so¡us odu¡t sa¡úaE ep glturoc
un B epnÁ€ op¡pod e¡qu¡¡ 'uolcetr¡selut ns ap ofoda ue sop
-uoJ opr¡Etsnq Jets?t tp BtqBq onb u¡8raua eJ ,{ odtuol¡ la ¿:au
-auerqos usqB¡¡r¡l a¡ ib:o¡¿ v 'E llcs4xe pEun¡ euq¡c1uád
BI op¿lloJJesáp elq?q s.¡uB anb'ug.rled Jeu¡ud tu¡'l(alolC
pre^roH JrS ap ottu.re usJt áJJq au¡'pepo Pu?Ipeu nu ua
f'uouo¡Ja aluetu
-Bcosu,rJ¡ur sa onb uaqes uolq soJosg[J so¡ anb a¡opul eun ap
f8 soJrJIrN¡¡I3 AUSOS
84 SOBRE CIENTfFTCOS
falts de furiagina-
téticos en general fuera tan absoiut¿mente
tiende
;;;";;d""a' Aunque la ['cv de sec¡etos ofisialcs
me
un íio imper,etrable sobre to<ias las ¿ct¿s' fácilmente
que los miembros dc este
im¿gino el aire de conocedores con
verdad de la idea
comité se aseguraron unos a otros dc la
(ah' ¿pero cuándo? La
absolutamente trivial de que un dia
adelante, después de todo) los organismos
qui
t""."'*t " acabarian con aqucllos caidos que los bió'
iri"o, ,iritéti"o,
logos se tomaban tantos trabqios en
preparar'H*t d""9:
verdader¡mente sabios del
vTt¿, trn crnbargo, los miembros
Florcy y de Flcming
comiÉ acaso pensaran quc las ideas de
convencer por alguien
eran dignas de probar, pero se dejaron
o* t" aire t¿n conf¡ado y una voz tan firme que les dio
"tii" pasar por crédulos, por defensores de una visión
"tui¡*""
ostensiblemente anticuad&
Et exceso de confianza en sus propias opiniones es -'una
los viejos cientificos
especie de fraóris senil, tan ofens¡va cn
como el exceso de hubñs $ los jóvenes'
¡cconocido a
El tono de las observaciones arteriores será
que piensan
la vez como burdamente injusto por aquelios
y qu€ hay que
que el dinero para la investigación es limitado
hacer una elecciÓn entre una émpresa
y otra' Todo ell'o cstá
juicio como sus
muy bicnl p€ro no son unto los errores d€
de los
pránsion"s de exacütud las que ¡traen la animosidad
pronosticadorcs o
cientificos más jóvenes, asi como los
por la falscdad
augurcs profesionales no son tan censurados
con que afirman
de sus pionósticos como .por la seguridad
s€r cxastos. Un hombrc dé ciencia cn
un puesto de gran res-
la que recor-
ponsabilidad siernprc oirá ras él una voz como
voz
iab¡ a un triunfante emperador rorn&no su mortalidad'
puede
qu" frov debc recordar El ciendfico cuán fácilmcnte
'scuo¡[d ¡3¡uótua ?p sBzt¡B¡edse Jnuat uepend saüa^gf sol ,( salnlSe¡
J8JSnq Uopcnd pBpe roÁaru 3p sol anb ua 'socuFu¡tt áp selur u.PntB anb P
(XJnsuOc un se 'f¡rc cFu3tlv u3 tPBrqaF¡ opnuou¡ B 'F¡ueu¡lJedxa
'rüJOr¡A
8Fqot8 cp sau8c!¡eu¡seroN :5P8Pe!coS
sBl 3P FnuE uglcua^uoc B'I .
'ú.scr¿JanJse sold
-ord sns ep Á o¡!4ru ns op u?FpuadaP olgs enb ugzÉ r(x, Ís ua
uBq!¡cse :s?ntu! p Br¡¡BIl 3s 3nb ose o Pstslru8 t¡ Á psP.Ilelc
-¡Bd q 'sejo BJ so¡ uá dJunFl Ia anbsnq es oN,, :uglcs|npB
BI ap sepu sol ep srJácB sruru ¡{nu¡ enJ rFqqoc '8lsryoJ mb
sgu¡ seua^gf sol ep uB¡edse ou pBPe roÁBu¡ ep socuFuslc so¡I
'spsprrdsep Brllqgd ucppc eun r e¡sg ep soap! ¡'?l opue¡uodxe
r¡gqBd p$¡ttod un ep .¡o^rJ 13 g.¡Bual es ou oogpl¡erc r¡a,rof rm
'otJsqu¡e qS 'opBFu¡ts eluerüsr,rqo seJáA B Á ¡aras opdse,t
rm .rod enb ucp¡.rc Blras ep ruel
uos seep¡ sns enb .nr ¡e opuE
-Bprl sgu¡ oqcnu¡ eluaF es prpe rofeu áp oógpuep un
'sopsp.¡ lo ?Jás Joler¡¡
o¡ mb opnuaur a uBl r¡ssucB¡J sque¡Iq salBt :seJoÁsu¡ sns
e r¡crrt uo salre8c ep rÉtB¡| seuaAgf 8ol ueg3p ocodü¡Bl
'ogra un saueo€ erBq
zuglJBjápeJ EI ep seuopnal 8'8t ue ¡t{J cll¡t8ffv áp sBJoos
s8l ue Bl¡EqJ rlqBtFuB Bsa B esed'so¡¡soj sns unB soueu
o 'se¡quou sns r¡EplencoJ sa¡oi(su¡ sns anb opuluas lod rup
ueqep ou seue gf sol 'pspe ¡o¡(Bu¡ ep sot$Fuelc B JB¡uJ¡ IV
'seua^g| sol ep
JB¡saua¡g ¡a .re.,rouro.rd ¡e pcpe ro,{tu ep otuFuelc lep ug!5unJ
¡ed¡cqud ourot BrBr¡plsuoc ,a¡! ¡a tmrüoc oplluás oredsg Á
pBpuoq ¿JapBp¡e ns tp oJlfsFep¡rBt anJ o¡.d 'ugp8t!$e^u!
al B uuJBclpep es so.r1o anb e¡q¡sod .lereq u odruep ns ap e¡.red
rorÍuur u¡ rec¡pep r;cered a¡ anb ap ¡ru a1w gfenb as ib.to¡¡
rosa¡ord p'ouolBlogul ns ue sdge so¡uanc soun opesed
aqnq oi( opuun3 'e8eq o¡ a¡uaue¡qtqo.ld ¡( as¡¿co¡mb¡
98 socldlrNlllc eusos
86 SOBRE CIENTfFICOS
que
Por su parte, los de mayor edad deben recordar -lo
yo olvido constantemente- que ni siquiera el más brillante de
por el
sus jóvenes puede recordar el gran revuelo causado
anuncio de O. T. Avery de que la transformación del tipo de
los neumococos queda meiliatizada por la acción del DNA'
La mayoria de los estudiantes graduados de hoy no había
nacido siquiera en 1944. y acontecimientos qué ocurrieton
jóvenes como
hace tanto tiempo son considerados por los
pertenecientes a la época precámbrica del pensamiento cien-
tifico. Además, los jóvenes deben cansarse de oir qué gran
tipo era el viejo Dale, qué estrafalario era Astbury y cuán
cruelmente aficionado a humillar a los jóvenes era J' J'
Thompson. Sin embargo, el científico joven encontrará
Chesterfield- que si simula
-como habría podido decir Lord
cierto interés en estas historias, puede llegar a interesarse a
pesar de si mismo, y aprender algo que le ensanchará el espíritu'
Aun si el n¡óvil es la autofelicitación, a todos nos parece
natural y agradable que un viejo nos diga, "Sentí un orgullo
pre-
inmenso cuando supe que Wotherspoon habia ganado el I
mio de química de este año: ¿sabe usted? Fue mi alumno' y
en aquellos dias yá era tan brillante como una monedita
nucva". Esta generosa actitud de espiritu no es universal por' I

que, por complejas razones psicológicas, se sabe que algunos


preceptores y supervisores habitualmente quisieran comerse I

a sus discípulos.
Viendo la misma relación désde el otro exhemo de la vida'
creo yo que una actitud de amistoso respeto hacia sus men-
tores sienta bien a los jóvenes. No hay observación más
desagradable en labios jóvenes que "lamento que el viejo
Wctherspoon h¿ya muerto, desde luego, pero' en realidad'
nunca fue gran cosa". l,ord Chesterfield se habria sentido
€¡ds B$pn8u! zepldBJ uoc 'sog? soluanc soun as¡Bluolo¡d
BJrlpnd osaJtoJd ua g¡sa anb BJqo Bl Is onb ap olusr¡¡nljB
p JBInJpJBd ua Á 'sopuoJ ¡?qBta¡ ep JBleJl lB uBsn os anb
sorru¡ sol sopo¡ ueJouoc tuau¡olq?qoJd 'sousl¡¡¡ solp sell¡Bc
-lldnt o¡uBl rod f 'socupue¡t opfs opu.lq8q sand :sepBplseoeu
sns 3 r¡EpueFa EF?druls ¡oftu¡ uoc e¡ueuBFss3Jeu sauelnb
ugJes sBcrJpuerc sEJeJJBt ueuen u?¡qu¡Bl enb se¡opB4stu
-!¡üpB sol enb ueuodns ¡s esJ?coAlnb3 uaPend saus^oÍ so"I
'soP8dlnbe sluetüasouuns soFolEJoqBl sotm ue or¡ue¡(
rm JF¡eAuoc 'EuBgfsru Bl E eqcou ?l ap 'uapend oJodu¡sl A
'sopuoJ ¡BqEceJ ap u¿l8Jl enb sáJopBJlslu¡u¡pB sol ¡od qua¡ü
-?pBlp sBpB¡ue¡u! o s8P8lntefa s€uBz¿q :Brpeld ?un ep oJtulp
4rülidxa o 'oJlll opeu¡ ap elut¡dlceJ un ep o¡ un lacBs
o ¡.r¡o¡¡¡ epend enb JopEJlslultüp8 [8 ejnttsB anb utlu¡oc og3
-3¡.p 3p sBAltB.r¡slultuPB saÁ3J ap elqBJBdl¡¡oc olunfuoc utlt
-ulu ÁBg ou olq¡u3J ue 'Btrugqpor¡¡raI Bl 3P i(a-¡ epuntag
Bl 4PBA3 eP ou oclll¡u3lJ uaaof ¡e anb uacsq BzelBrnl?u
BI ap stÁcl'1B¡scplcelqe¡se uelg sBJ enb su¡ue¡ru send '[c
-glp 8gu¡ el se ¡opar¡sruuupB ep BaJBI u¡ anb ocgpuo¡c uaaof
un B 3s4c3p rqop lB¡euBu¡ BlJslc ua 'BJnllns 8¡ 3p etu€Aa Ie
.rod opwfbqaa ugtsa so[a u?!qu¡81 enb f 'uos outoo lBl 'sBu
-e¡gord ap sa¡opelpsa¡ uos sooUpuelc seroparlslu¡upu sol
anb ue.n¡puudtuoc enb JB¡npBru B BFspnÁs sr¡ 'aran¡ anb
q Bas 'uglrB¡tslulup? Bl B JBcgFr i( ¡Btselou¡. ap PBp¡unyodo
u.rpJard ou uo6 clueurFal enb Q ep sopelueu¡.ndxeu¡ sgtu ,{
sam.rgf sgur ugu racared ¡p.soso€sep seuaÁg[ soJgl¡u3lc so'-I
Ng¡cvursiNlr{cv Y't ,\ v¡JNaIc v'I
'asJlcap ueqep ou'uBsueld ss seioc sese rg
'ugrc?JuJcop oluBfeues ¡od opszrJupuscsa alueu¡elqcsaJdxau!
so3IJ¡rNlIr3 AUSOS
del cinccr o el
surada nuestro entcndimiento de la etiologia
mecanismo dc l¿ drvisión celula¡'
se
Un hombre de ciencis con cxperiencia' habrtualmcnte
vuelve admin¡strador porque crec que esta
es la major
del conocimientoi
manera en gue puede conribuir al avance
fo t".U¿" es, o debe ser, la ambición del cientifico
"o"f pcrson¡l;
jovur. Tal decisión no puede tomarse sin sacrificio
tuy a menudo sig¡rifrca ¡bandonar l¿ investigación' pues los
exigen-
traúajos administrativos irnport¡ntes son dennasiado
tes pert que see posible continuar con ün[
actividad que
por casi cualguier
exige la obsesión más absoluta requerida
la
.*f.o" humana que deba hacerse bien y pronto' incluso
propia admimsFaclón.
üs jóveme¡ no deben quejarse, por ninguna razón' dc que
no üenen voto suficientc en l¡s cosas, se
y guejan más aún
quc les dan opor-
cuando se les invita a particiorr en comites
El servicio
tunidad de expresar las cosas que quieren decir'
jóvenes cientificos' con-
en los comites. como descubrirán los
pasar en el
sume tiempo que ellos prcferinan, con mueho'
los admi-
labo¡atorio, a peser de todas esas quejas accrc¿ de
que no deja¡ &.
eríc, *1at nisrradores ":o:Ito:: "1t-11-T:fl1: es hoy
I-l "[n imoortancia de la ciencia, la ¡dministración dc¡tifica
como la admi-
á*t,,L,otolun" labbr'ien im¡ñit""'-té-vtan Ui1 !¡frnial pensaría
ü'i'á,"i** ¡, ación de ho*pirales, y ningún medico o cirujaho
"irt
en dejar su cctetoscopio o su bisturi para dedicarse
a la labor
administra-
dc lo¡ limoeneros o administradores: deja a los
dores cncargarsc de ello- Un
joven científico haria lo mismo;
debe consi-
si ticne ten bajo conccpto dc la administración'
dera¡sc afortunsdo al no tener que dedicarse a ella'
'El scrvicio cn comitcs y otras distraccioncs extramr¡ros
investi-
nunca debcn crnplearse como excusa para no hacer
'Á¡¡sea Je$eqC .JaruBc
la le a¡uoc ocrugluq otnl
-!|3u! aps8Jt sBr¡¡ ¡ep áJef soua soqcnru e¡¡¡alnp r¡soppBH
lapuBxalv ¡; r
.E!.npB.¡su¡?c
ap BJeJsoru¡B aun ocelB^a¡d rs
Joferu ?^ opo¡ enb lepuelduoc se BlJuoFedxe
JoÁEut r!¡nbpu
f pspa ua Jsluaün? ep solcgeueq sol ap
oun .saJopEJ¡
-slulu¡p? f socUrrualJ e¡¡ua uo¡sue¡ eun ardue¡s Jaq€q
eqap
anb (utto¿ tto{wo7 pto) u.¡ .erueJAB.I op*irr, .ru*O,O
BIlt¡S s opuútrJ Áo$a) oueJr se onb Bsuerd " as opuanc uny
.¡üUliür-óá orunuerc
Étt'Bt f"iora6
.reQüC5.r-'sá-iopurrs¡u¡üpe
¡ap roqE¡ q ¡^opp"¡¡ rr1
al als¡^ ep.rap:ed egep a¡Ju*c €l ep JopsJlslu.n¡¡pc "p
unáulu
'aUBd ns Jod 'oluaruernf ns uoJ Bplqáq ap so.rageduoc sns u
JepuoJdu¡or áp e¡er1 anb.opeu:o3el ocllorlocJB un áp
opou¡
-Fse¡ ou¡oc operaJdJolq .les u¡:pod uofcu4sJ¡¡ru¡pc
sl aJqos
sffruop€^.trsqo s¡u¡ ap ounugu&ru f o¡lo¡r¡¡ouoc
ouot ¡A
.orulstpBuec?
olue!ü¡
-:rgruou m opls ofl"q ¡enbe ...ou¡a
¡ Fp ?rJu¡o, J8 uo.Bu
-t¡sap aur .-op¿npuÉ JpJgu¡ áp eJJs un uoc .ofp
atu_ ouenq
' ' 'r¡O,, o^pÉ4sJu!rüp? ot"sg?¡t ns opls
BlqBq lB¡ ?nb flunEard
el 'sa.¡oqq sBse ¿ lá u3lqu¡sl opBclpáp Blqsq es enb
ap Btuenc
es.¡rp uls .¡.Je e.¡qos ug¡sa;d upr¡seuep opuelcurl,,
ope5e
Blq8rl Bp8lls.¡aÁrun uorcsJlsrulu¡DB ?l :opstr¡Bcu3 Eqalse
enb oflp etu ¡a i( .o¡qruec le uoc Bq! q
IBl ?nb alunlud *1
'oJqRocalu¡tJ ouolsjoqEl un ue
FlcJáIuoc qrldu¡at¡n e es.¡Bc
-lpóp BJsd pBpfsJá^lun rJgalac Bun
.ouoputgc enb zsduc ¿{nu
uta¡oc uaaof ün B rü)uor oA .sparuns*,¡gos erdtua¡S
fsuc
sr ocgquelo un eJgos solgsJls[r¡tu¡pe se.Fqsp sol ep eirec
?l3nb olrotBJoqBt ap JoclB¡ Bl ep o sa epuy.rE
Fcs4s_B4uoc ¡a
uel .oJsur ountqu orodrü?l .osec p B¡sd .¡ .snsncxe.ss¡urf
-auas e¡uesald enb BlJualc ep á.¡qu¡oq uenq unturu orzouoc
oN 'ocgnuerc Jap JoqÉl ¡edrcuud Bl sa send .ugpst
Fl
ó8 soJld¡rNalc eugos
SOBRE CIENTÍFICOS
puedo recordar
El tiempo necesario para la reflexión' Aún
a asistir' con
a mis jefes diciendo' mientras se apresuraban
a los que nunca
aire de mártires, a las reuniones de comités
parezco tener un
tuvieron necesidad de pertenecer, "Nunca
poco de tiempo para reflexionar en estos dias"'
En aquellos
porque
li"rpor, tal observación me resultó desconcertante'
posible dedicar un tiempo a pensar' como
para
no me parecia
jugar
- al squash, pata comer o tomar un trago'
io qu" querian decir era que no tenían tiempo para leer
pertinente' para la
sobre literatura afin pero no directamente
reflexión. para meditar sin prisas' en resultados experimen-
de inesperadas
tales -los suyos y los de otros-, en busca
direcciones que
fuentes de error' y para pensar en las nuevas
que está profun'
pudiera tomar la investigación' Un cientifico
problema encon-
d"rn"nr" preocupado por la solución de un
a pensar en él'
trurá qu" no está asignando tiempo especial
problema es el
sino, antes bien, que la reflexión sob¡e el
el cuadrante' al que su
estado de equilibrio, o el punto cero en
ti.nO. automáticamente a retornar cuando no está
"spi.itu en otra cosa. En realidad' cuando un científico sin
ocupudo
profundamente
responsabilidades administrativas está muy
es no tanto encon-
entregado a su investigación, el problema
como
trar iiempo para reflexionar sobre su investigación
encontrar tiempo para no reflexionar en ella
y' en camblo'
que les interesan a los bue-
hacer una de las cien otras cosas
nos Dadres, esposas, caseros o ciudadanos'
VIII. LAS PRESENTACIONES

La ci¿¡rífica no.stá @mpl.¡a has¡ ¡tu. s.


'NvEsr¡cac¡óN
dm aco¡G$sus ¡csult¿dos. Entre los cientificos.la publicá.
ció¡ casi 3i.npre romal¡ iorna dc un"afticülo'escrilo par.
un¿ revist¡ .sp€cializsd¡i en cónk¡r. con 1os huñ!.¡l¡sj
que a oenudo plblicd sus inrcdtació.es e¡ forna de
librós. Córó lós honb¡.s d¿ ci¿¡cis rúas v.c.s cscriben
librós. los h¡ma¡a¡¿s ¡¡licu¿dos cono las qü. áún se
cnc¡e¡tan e¡ los colesios de Oxfo¡d o d. C,mbnd8.- a
vÉ.s se inclinan a cu.stiona! sü produclividad y sc pregu¡
tar sil¡s largas horas pasadA en un tabolalorio no se dedi-
can o r.alidld a ci.dos pasati.ñDós ó a ahuna fo¡qs de

La enlresa de un "lrlrculo á lna sei.dad espeializsd¿


es un¡ lorna de publicació., pe¡o nó s. ñnridera definitivs
hasrr que ¡psrec. en leúa3 de nolde. En abu.a etapr de su
vida, úr joven ciemifico inevitablem.¡i. tendrá quc presentar
u¡ articulo'- ¿ una soci.dad. aunqle no .nl.s d. háb€rlo
lcido a sus compañ.ros, por ejerplo. en un scmina¡iodepd
lamen¡al. Est¡ es una ocasión añislos! y calmad¿, pe¡o un
escrilo p¡esunlldo a una sociedád especialDad¡ lequ¡m ud
poco más dé sol¿mnidd- t, rdsin.atudebe 1e6e un ar
lierlD en un ba.ra¿ót. Diñcil s.da erag.rar el resntiñiento
y la ffiración d. un público que riene que sopor.r un ari
culo leido p¡.cpir¿damen¡e y en voz monótona, Hablad sn
nor¿s. jóre¡cs .icnliñcos, hsbhr sin elLas cs una forma de
pedan¡erie y soLo crea la inptsión (quizá bien fun¡la¡la) de
92 LAS PRESENTACIONES

que lo mismo ya se he repetido una y otra vez. Les not¡s


deben ser breves, y no consistir nunca en largos párrafbs de
prosa majestuosa. Si unas cuantas cleves no b¡stan para
poner al orador en movimiento, entonces tendrá que volver
una y otra vez al tema princind -no necesa¡i¡mente en voz
alta- hasta que las palabras adecuadas provcngan del esti-
mulo apropiado' Yo descubri pronto que, al tretar de expo-
ner un concepto dificil, era una gran ayuda escribir ('Expli-
ca¡ esto") después de que había aparecido en la¡ notas: un
recurso que, desde luego" obüga al orador a encontrar pals-
bras naturales.
Una toffenciat lluüa de palabras puede hacer pensar al
orador que es muy brilla¡te, pero es más probnble gue su pú-
blico lo considere demasiado locuaz. Un¿ prcsentación
medida, quizá con un toque de gravedad es, sin duda' lo que
Polonio h¿bría recomendado. Trátcse también de no aburrir
a nadie. El científico que tengs tiempo de dsr clases ¡ niños
de primaria pronto sabrá si tiene a su público o no en la
ma¡o: los niños no pueden mantenerse quietos, y si se
aburren. empiezan a moverse. El conferenci¡nte a v@es s€n-
ti¡á que está dirigiéndose a un vasto público de ratones' pero
en el momento en que los muy jóvenes se interesan, permane-
cen quietos.
Un conferenciante puede ser un latoso no solo por ser
insufriblemente locuaz' o porque su obra sea intrínsecemente
aburrida, sino porgue entra a:n detalles innecesarios acerca de
cuestiones técnicas. A veces es juicioso ahorrarle los detalles
al público. Si es im@rtante conocer el o¡den en que el orador
disolvió los diversos ingredientes de su medio de cultura
nutritiva, se le preguntará inmediatamente después de la con-
ferencia" o nnás tarde, en Privado.

_) I
se send lEes lga enb aluárur^uoc 3a i( 'El¡pr.lc pun ap sJluB sos
-orAreu ualurrs rf¡ sopJ¡u3u¡Fedxe s9u¡ satueuod sol ErsEH
'oualdsap Fs3 eplsord ánb p ¡s rlJJnco eqap Erunu
'sBJaupu¡ sspol rp 'osá :oduráB ns rp auEd Bun Jousodxa
?luqnlls p eF8qo¡ anb Ep¡ Jod ap o3u¡.ue un es¡BuBt
ep sxrtes sFu¡ alaufi¡¡ i("q ou 'a¡uárutrBluáptcul .sBsuFr¡elc
sBlJuá¡aJuor sBl ua 'soueu¡ JB :opolu JoÁBu¡ Ia ¡co¡ro¡d anb
Ia sá Jodos le 'ucptH tlcue¡r BI ap sonrtsuoru sol sopo¡ e(I
.orung ap Bun
-JOO BLm opualpr¡al ?Jr!¡rms3 ¡s o¡¡roJ 'a¡u?lapB ¡nErs ¡( an3rs
J¡.COp anb ?DEt¡ Auep ou anb roor.n un olgs u?l :popá^rrq uoc
olqcep rpand ¡ereu.t ol ¡od 'nrep mb oilB arnn enb auei e¡
an| :oursru ¡u rod ./t poo5 Urqo¿ .Jq ¡a Jod uglsroo B¡¡¡slru
al ua Á quru¡arurlpuadapur o$ando¡d en¡ zarr r.raruud .rod
anb oaJ3 of enb'BuEluo|¡r{eu lsBr B¡ntE$e ap ordrcuud un
JBpJoJaJ ueqap seJop"ro sc1 'eura¡oo:d un sa prytrtuo¡ o.y
.lBáull s, etr¡.¡¡n¡epBpJ. uglislal sl
anb epnp epor áp BJanJ ¿J?nsotu Fnc o.I ..¿¿ ulcu:.redsue¡
BI rBJlsolu ep püpuoq r¡ r¡rpua¡?,, :BlsF e,(o¡d p aruáu¡sfl
-.ror etp onb oFBsrJáu gr.s otgs'opnp ue ENand se ¡op?Jo
pp B¡qrlsd r¡ ¡g 'se¡cue.mdsr¡BJl sns g.rrrdecu ocodu¡sl .sau
-oltrrü.¡l¡p sns oJrJ¡tualt un B eoJc a¡ ou ocggnd ¡e rg .asetp
seeuorue '-pBpllBuorclodo.rd a¡durs .p- IBeu[ si, s.lqruB^
s€¡ e¡rue uo¡rBlá¡ El ¡s :uos ol ou opnuárü a fnl{ 's?Al¡cslp?J
sr¡uánr ep olunfuoc un ep sob¡.nurnu seJoJBA sotrcxe sol o
'sB^Jnc ep EÍlruBJ Bun ap O Eünc Brm ep srtrrfa s?u¡JoJ sBl
pll Blcu?uodu¡! ep uos opusnc u?illdt es ou seuolJcJaprs
-uoo srtB¡ 'o8anl epsáC 'seJ?u¡JoJ seuot'¿¡o i( seicua$dsuar¡
cEI srpol sep¡q¡q.ord u¡orrsa anb rn srrcuemruoc suueirq
fnur oprprserd aq o¡( :s?lcua¡?ds¡¡s¡¡ sel arqos BlrurJrJe¡d
ap'u_ór.razrd p aslasn ?¡eqap ra¡qtsd eas anb a:druerg
SÍINOICVTNaSAUd SV'r
LAS PRESENTACIONES

señal de que tambíén les interesa quedar bien. Los públicos


no quedan realmente impresionados cuando un orador busca
en sus bolsillos algún sobre arrugado y dice (como una vez oí
decir a J. B. S. Haldane), "Cuando venia yo pensando en el
tren en lo que debía decirles a ustedes..." El público responde
mejor a la prueba de que el orador se ha tomado molestias
para preparar lo que vaya a decir. Las transparencias que
muestran las huellas de los dedos del conferenciante o unos
cristales rotos deberán evitarse a toda costa.
La regla de autodisciplina más dificil de aprender consiste
en no confundirse cuando ocurra algún desastre, como a
veces inevitablemente ocurrirá. El público se muestra más
indulgente hacia el ponente que pierde sus gafas, confunde
sus transparencias o hasta se cae del estrado, que hacia el
que no parece tfatarlo con el respeto debido'
No hace mucho tiempo, después de una grave enfermedao
que me había afectado la vista y me impedía valerme de una
mano, revolvi des¿strosamente mis notas en una conferencia
ante un numeroso público. Mi esposa acudió al estrado
para
ayudarme. y el público, que había estado sufriendo vicaria-
y
mente como suele hacerlo la gente buena' quedó encantado
aliviado al oirme decirle a mi esposa, por el sistema de sonido
"Veo exactamente lo que quieres decir: la página cinco viene
después de la Página cuatro".
En la Gran Bretaña, la Institución de lngenieros Electricis-
que se reco-
tas publica un ad mirable Speaker's Handbook en
mienda al orador permanecer con los pies separados
por 40O
milimetros "para dejar ile temblar". Esta recomendación es
divertida no porque los ingeiieros electricistas sean especial-
mente temblorosos, sino por su alto grado de precisión cuan-
titatiya: es como si mediante la experimentación se hubiese
'uo¡rl un ap sopunSás soluEnJ soun etuBlnp opueaa
-aqBc ás¡?8del uapend sáuolcBJádo !p uo¡sas e8tEl eun áp
o aqrou EIBIü Bun ap so8¿Jtse sololuold uenr lá^ osorq¡uose
sá ¡"Éolo¡s! el áp Elst^ ap otund .l¿lnlJstp € Btl^ul
lo ápseo
sou etua¡¡¡aluolslsu! uEt oáJlol l .s¿rcue¡áJuoa sBl eluE.¡np
'ánb poruoc lop?¡Bda¡ eluaauepunJold u€l osens
ou ánb opussuád ocod sn osDuoJuocel áp r€¡ell uáqáp selol ^eq
,lsodxa sol ¡s?¡cuá¡áJuot sns ua e!ülánp es eluo8 El rs
o.lad
'olu0luP¡fiqe F eluáru
-a¡¡Bsereu ou -.op€J!¡ua^ prü sErcue¡eJuoc ap uojBs un ue
Blxoorq B áqap as opnuau¡ ? ,{ntu ouens fa ,opuoü¡¡np sqalsá
¡s ánb opalues.¡od ?¡Epoa¡lqfid ¡a ..,¿uo¡aetgsá^u! ns ua OS¿d
álua¡¡trs p sr ánb palsn EJop¡suoa [BnJ?,, .Oa¡p orqwBc ue
¡s orod ir¡oplurop Isec Eq¿tse .oJ¡acúq lápod ou o¡ugnrB.L, :ál
-uer¡¡asol¡¿ ,{nu.¡¡tap €lpod ou uorrElr^ut ¿l$e aSFrp as uomb
a Buos¡ed E.I ..¿Jgzeduta pelsn elátnb? ,uo¡snrs¡p EI B¡ed
soluoruou¡ socod soun souaua¡ ¡¡o¡5oq,, ,ácrp el ,{ p Étceq
á^lon^ as eluopFe¡d le Is lod ?¡un3a.¡d ?ün uo ssuad u, ue¡q
BJsq '¡oltsodx. le opuslqEq 9lse enb lrp su¡ál le ue o¡redxá
eos anb €ledsa es enb lep oclnld Fp o¡qrue¡u un .cle
'sszaqac sq ep soaueu¡ sá^BJ8 ,{ soluel .soues sE¡¡¡ soluor¡¡or¡¡
sol ue €su ,sefolálsol s €so¡uel$o ú¡lnsuoc .s4uaosÉ $o!n$ns
:(lauor.uelu¡ les epend ¡oEenl epsáp .lsnc ol) ¡opBto un a
rá¿¡lsp áp.nd onb ol opol op osncep ápend ou¡s¡ru o-J .enb6d
BI áp UO¡CU¡}Xa A¡aJdU¡OC r$EC el s?rSEsald enb sozáFoq sos
-ou¡o^Ec ¡( sárü¡ouá sose ,lturrol o i sozetsoq uBá^ á¡durárs
selu¿¡rüáJeJuoc 8ol onb ?zelg¡nlBu ?l ep g^qcnput ¡tal gun
sg 'JBtnJ ns uá t¡úJBuodruoa ás so¡lo ánb Eue¡sn8 sel o¡üoc
esjrlodwoc uáqáp socrJqua¡c sol .sErcuáloJuoa sal ua
.seuorcF^uot áp enbDls
un BltsnEt sárd sol
ártuá so¡¡eu¡lF¡¡ ost o 0g€ op uorJEDdas 8un ánb opBqold
sañoIJvINSSAüd SV'I
96 LAS PRESENTACIONES
.ARTÍCULO"
L A ESCR¡TURA DE IJN

comuni-
No hay número de conferencias, semin¿rios u otras
de una contribu-
caciones verbales que pueda ocupar el lugar
sabe bien
ción a una revista especializad¿ Sin embargo' se
que la perspectiva de áscribir llena dc espanto a los cientí-
frau, y-au*" toclo un revuelo de actividades de desplaza-
miento: experimentos que no informan de nada' constn¡cción
y ¿ún'
de aparatos que no I'uncionan o que son innecesarios
¡
in extremis, asisrcncia comiÉs ('Si ocasionalmente no
pensará quc yo
asisro al comite de seguridad, todo el mundo
soy el ladrón').
L razén tradicion¡l de la habitu¡l renuenci¡ del científico
a elaborar un artículo es que le aparta de la invesdgación;
pero la verdadera explicación es que escribir un.a¡ticuio -es-
si
. cribir cualqurcr cosa, aún las cartas que son indispensables
que la
ttiÚ ,^ un laboratorio na de permanecer sotvente- es aigo
de los cientificos t":tn.-l:"- p*" ello no sirven:
es
(\¿\\t ,. -,t"t.ría
.I"',i".,.a,rrrg
na habilidad que no han adquirido'
ciL ---=-\
rge supog;)ue los hombres.de- c**i" tt"-"T-"11:1f::
) ¿"¿E¡i¡r¡f" iara cscribir artículos porque han consultado
' muchos. asi co¡no se $upone que los maestros
jóvenes scrán
han oido con-
buenos conferenciantes porque muy a menudo
i!-ferencias. sincero ¡l decir que
Me siento desleal pero absolutamente
pues
la rnayoria de ios cientif¡cos ¿o saben cómo escribir'
h*" .l ponao que el'esülo traicions l'homme métfle' esci-
"u ante todo' acabar
ben como si detest¡ran haceilo y desearan,
pdmer
pronto. L¿ úlrica m¿nera de aprender ¡ escribir es' €n
N9
lugar, le"r, estudiar bue.los modelos, y practicar' Tto{
jóvenes practican
J¡fui¿. practicar en el sentido en que los
'¡otrpo lep au¿d ap 9¡se anb rr¡urs epend 'zotp
¡p ¡oqBl Bl BEBq ¿JqsFd Eun anb arEol 3nb ocuquarr le ánb
opou.¡ ep'led?d ¡3p sauolsuorulp s¿l u¿lnufl seJol¡pa sol enb
se lsB JlqpJsa BJed o^PueJu¡ un 'sesoluEdsá JlusulenSr sas
-B{ sBJ¡o sEuntp oP!ál or¡ rs olqu¡Ec u3 '..ugrcc?á¡ op sopBp
€rdord sEl ep peprlqlsuesredrq ep odn le ue ej'grp onb sBlpu¡
rp o ¡feuoJ 3p leld ap oplcg lep op?rntEsurqod p¡atá^ á¡recB,,
ep Bc¡otE oplal eq ou olrrslu¡ o,{ ts f 'otdrcuFd It B$snfr
ojed'pEpJ.^ se ou olsg '..oJrtglooz Ia uo sotutu¡op sol l"s
-ejtur BJBd 'soplcnpal solcard € ¡sBpBJlue s"l eUEdeJ enb e¡q
-ruoq lap BmuBlur^ sl,, BJBd EJqBlBd p¡os Eun ÁBq uguáF ut
enb ofip au¡'pntlqEq oso4¡uau oJad s$r!!tuI Uqgq un 'aslec
-Eqsep ep oJtrJed e¡uelsuor uá ou¡suorü osuetuut un JBrü
-JOJ 8ls"rl 'sorlo ep oPBI lB soun opueluod sem^ B .(so^Fefp?
usranJ ¡s oruoc) so^nnqF¡B sa¡quoü JBaldue ep 3l :B[¡Br¡¡¡{v
epsep soprun sopE¡sg ep s?ltu! ¡e ue splrnpo¡¡ul enJ sslla
ep Bun'sucrltgJd seunEp ¡¿¡¡¡o anb Áeq'elueus¡arJ o¡od
'..es?tgq,, un et¡ua enb ..eteq es ou,, ep ore1{ru Ágq 9-\[_*
.sose¡Eo¡d soJ$enu .rod souop
-uglunterd ¿qelsa anb elueuodur ¡ouas olb unf¡u u d óiüJü
-Ét¡¿dap- ó:Jóenu ep a¡af ¡e souopüarf¡r¡lt- Tótüosá-i^ñis5-i¡
óiüó- 'uerq setus 'ou¡s sl¡"u¡pro Blq€q lep EpEfalB oprrsuuep
¡u oJentrnu¡op aFll un ouoc Bp"uJopu ou .JJrp so :elq
-!sod ?as apuop B¡sEt¡ '[BJn¡Eu les oqep EJnl¡¡rse Bl .sBruopv
'soloJ salúlsrJr eJtus 'sozlBcsap'os?d souopu?lJqB o .opol
ap ¡Bru rm opr¡"znjc souas rs ouroJ tlluas eJ"q sou
^nlse
ecunu Jólucsa uenq un .ops¡loJaJluo f opJnq ou souau ol
¡od 'olu?tale ou ¡s 'o[lsá un Á pBprJBIr Bl opEzu?c¡e ue,{eq es
anb ?lsaq 'ze^ ?Jlo Á ¿un 'ouBsrceu tas op .trqursa Á .oFaJeq
ou ¿¡ed sEsncxe l?p áp JEEnI ue ouEseráu ?es olle anb
arduran opua¡qr:css ¡¿cllc¿¡d ouls ...ou¡sedruac el8eF lA,,
SANOIJVINIIS!¡Ud SY'I
LAS PRESENTACIONES
de l¡
Otra pequeña regla (especialmente para cientifrcos
medicina) es que ratones, ratas y otros animales
de labora-
torio, nunca se inyectan. Pocas jeringuillas hipodérmicas
son
el más
lo bastante grandes para que por ellas pase ni siquiera
(Leemos:
pequeño r¿tón, esp€aialmente si se le inyecta algo'
de conejo
"Se inyectaron ratones con albúmina de sucro
.e""lada con sustaticia de Freund"' ¡Ah! Pero' ¿qué sc les
que inyectarles' o
inyectó?, surge el grito.) A los ratones hay
bien hay que inyectar sustancias a los ratones' ¿Danasiado
pero es la acumula-
melindre? Considerado aisladamente' sí'
ción de errores de estilo lo que desfigura lo
que de otra
y
manera podria ser un documcnto claro legible'
Evitensc
papel de (o el papel
también iropos tan gastados como "el
en la inmu-
desempeñado por) las hormonas adrenocorticales
de
nidad';, ¿Por tué no escribir, en cambio "la contribución
las
las horrnonas corticales adrenales a""', etc'? Piénsese
en

preposiciones: la regulación de los electrolitos en el cuerpo


Asi-
no es mediana e¿ sino a través de la glándula adrenal'
d€ los
mismo somos (o no somos) tolerantes ¿, no tolerantes
errores de redacción' etc.
que la buena
Otra cosa que hay que tom¡r en cuenta es
quc la
escritura acerca de un tema casi siempre cs más breve
mala escritura sobre el mismo tema' A menudo' t¡mbién
cs

mucho más memo¡able. ¿Quién, si no Winston Churchill'


pudo.haber dicho tanto en t¡n pocas' palabras como
el
poütico rivsl:
tomcntario de Lord Bacorrtobre un smbicioso
"Le gusta imitar al mo-no.i cuanto
.más
atto ¡Úbe' más mues-
tra ¡u... tras€ro".
Pero si un cientifico ha de e¡tudiar modetbs' ¿quiencs
deberán ser? Podria ser cualquier buen escritor
tecnico' eqpc-
y de todas
cialmentc si ca un autor at que el lector admira
1'$ ¡¡o|'ietlpaJd ns ap ot8¡¡¡ll uenq D¡nbpn¡ ap ouoc lss 'sa¡s!(Bsue
sl anrD ztd o sot¡oq 's9f¡t 'uuozv 13s8sC Á 8t4¡O ¿P lrlcua¡a ep
¡a¡quoq sot eJ¡us Ff¡C Á ugtusU .p ,( uog8Jar{ .p B¡np¿l al el¡!.pueiuocaJ
r Eua¡aA¡J¡t sou.or¡tlp¡sa5 u? uorccar¡ot uot Ja¡cspat aogap rnb ocg
-$¡afo |¡¡ of F 'slpuotnu íltomat 'sofasuoa Bots¡ JBtdBps ep soruaq !S r
oN '..lou¡¡?ru la ouoc opJlnd ."ouBll ot¡Bgtue u¡8 Á r¡^,,
Jes aP Blq3q 'u n sry¿ u, orq!¡rsa .orlJFuelc un ap oIJJsa
EI 'srF¡nlru 8oJos.olg sol 8 BtpJEnt u3 Jsud opBnJap8
g¡3prsuor (oggl-gsgl) .s 'u .d .l¡l uBtc qdesof .rq le .afss
-r&¡u¡ Í olpeur o 3lcuBlsns d oJpse e4ue oplur¡or rp otueuqa
m sfpq rmr onb uá sBrD sol ue orad .rcu_op.r ap olr|sr otp
.ep o¡c!r¡.f. rm sBos socUgso¡g Á soJupuap so¡¡rcea so¡ anb
clr¡t¡ad s rcunu .("pr¡sJú ua sBsoc sü$a ap Bc¡tr? BJcuBtu
B¡o op Bsu¡¡d rtm BD esa¡tu¡ a¡quq ap opunu J. uA
*'uosuqof 'sq pp'sotaod sol ap sDpU su¡ ua anb sopeurq
-uoo amur¿¡clF 8?¡u opts uBq rcunu ofuelu4puelue oJBlc Í
o¡u.tu¡ ?üpe^r¡O 'sBpBptr Áoq .au"plBll .S.g.f ep sErgo
8lqJnE m.!gu¡?I 'solyc6a aluru¡aluBFQ u?¡.. (so4rd?csa
so.frn¿l sns .oFuefe Jod) flcssnu pr¡srU3g .p so¡ rp sormt¡u
Á 'solqJaqos uos uoJrg rp so,(tsu3 sol :solspotü souenq ¡Ep
ue¡ens sr¡qifusua so¡J 'soJJo illu¡, ur:luencue e6 ¡r¡leqllo1¡\
p¡Bqc[ ,( su¡sllll/l\ pr8urag .e4qsdr¡fE{ uBnrs .¡.fv .f .v
:sa¡puql ap atqlo3 &tsrcllufl lc rra Bgoso¡U ep sa.rose3ord
opls usq .nb sol .oÁ ooJc .queu¡&FcF¡rd .e¡ua¡acxe uo¡cca¡a
srm uos lB¡euat ue .olualr[.urnb3¡ e$, uaosJsnBs soJosglu
sot sopol ou anbrmv ?puepúa sq 3s tnb JaBq ? so{enser
f
uglse 5el,¡c!¡p ssu¡3¡ @uodxa anb so¡¡gnbe ep sofBqBJ¡
sol opua¡uoceJ a¡uau¡r¡cedse ored .sqlqcq elueru?so[¡¡ABJcru
uos aauEuo3 ap sotuccr so¡ rp sormt¡r .o[tso uenq ÁnrüI
uoJ olquJse ,rr?rls pJBuJeg la¡uauu¡ca¡ed ua^J¡.s soclucfl ou
solucse so4o n uolccg ap sB¡qO ,o¡.na¡ ruarsnE rl soJáu?u¡
SIINOICV¡NSS:Tüd SV'I
IOO LAS PRESENTACIONES

habia de ser "interrumpido por trozos de latin ni por citas


impertinentes... ni intrincado." por cosas traídas de
los

cabellos ni Por circunloquios"'


La mayor parte de estas adv€rtencias ya no son pertinen-
tes, como tampoco lo'es él conscjo'de Abraham Cowley en
su oda a la Real Sociedad para que abjurara "las escenas
pintadas y pompas del cerebro". Por entonces, el pelo largo y
ondulado estaba de moda, y el peinado corto apropiado a los
activistas radicales puritanos, que desempۖaron un papel
tan importante augurando la revolución científica' había de
implantarse como moda del dia. Considerese, por ejemplo' el
primer párrafo de los Ersayos escépticos, de Bertrand Rus-
sell, aquél en que aclara sus intenciones. Resulta dificil imagi
nar una escritura más clara, más aguda y más sucinta; nó-
podemos
tese tamb¡én lo mucho que se parece al habla; casi
oir su seca y quebrada voz voltaireana:

Deseo proponer s la favorable consideración del lector uns doc-


y
tr¡na que, según temo, puede parecer terriblemente paradójica
subversivs, La doctrina en cuestión es bta: que es indeseable

creer en una proposición cuando no hay ningún motivo para


suponerla cierta. Desde luego, debo r€conocer que si semejante
opinión se volviera común, transforma¡ia por completo nuestra
vida social y nuestro sistema politico; como ambos son impeca-
bles hoy, esto podria p€sar en contr& suya' También estoy cons-
ciente"(lo cual es más grave) de que tendeiía a disminuir los
ingresos de los clarividentes' íós pronosticadores de las carreras'
los obispos y otros que viven {e las esperanzas irracionales de
quienes no han hecho núda para merecer buena fo¡tuna ni aqui
ni en el más allá. Pese a estos graves Brgumentos' sostengo que
nuede defenderse mi paradoja, y trataré de explicarla
so$o ap spuaulued Bl e¡ntslP es,, o¡uoc es?{ Bun Jlgl¡cs3
5nb lg?p alueuBtcaÁqB s9tü sa 8p€N 'ug!c?np^á ns uoc J¿u
-¡ural l{ uglce8lNe^q ue slsálgdH BI ep uglc?u¡rtJ" ?l uot rBz
-edure ápond uetg 'sál¡lu¡l soldo¡d sns eP o¡tuep o¡alduoJ Jas
oqep ue¡¡¡nso¡ un 'BJenJ esJefáp apond anb o¡ ep i( atrue¡odtu¡
otuaü¡leeJ se anb o¡ ep oPpues ¡a:ug¡uodold e¡ ap opllues ns
f :olne ¡ep ugtce¡dec ap se:apod so¡ eqarud e euod uau¡nsa¡
un ap ugloc?par e'I 'sosolpnNs sol 3P BropeeJc ug¡ce4dsu¡ u¡
rEcoJos e ¡oruel ¡od 's€lencsa sal oP BIJoÁEtu e¡ ue uuu:to.td
anb ue sulp ue
lep op¡t€s eq tnb oEP sa r.sauau¡lrse¡ 4qpJse,,
o¡uerure¡ncprud 'Jolm lep e¡rt:e¡¡¡ pep¡cudtc u¡ e.nd ela'ras
sgur eqerud u¡ se ug¡clsoduroJ ns Á '(osec Ie utl?es 'ouel
uqrcec¡¡qnd
top pnt¡Euol e¡ ap e¡red slxas €un o Blulnb eun)
€l ap o¡cEdsa ep uglc8J 8l spol ap osn ¡3 ?q tqep anb 'oFt
-FJE lap ueunsal la uot es¡Bluol uaqap so[uqer¡ sapu?¡O
'ugi5nlos'ns ü.linq¡r¡uoc grpod anb a¡ue¡s
, Joln" p enb ua eu:o3 ?l ap solueluBeu¡¡ sa¡ed¡cuud so¡ ,,(
op-ii?t¡$á^ur glse ts ánb uure¡QifJd ¡c o4ñffp 3s enb ua uglc
-ecns sal opnueu a i(- sopq¡r:¡ esJpues ap oqceJep u9jp
-ue¡ Á 'seJop?ctPnfpe i( son¡q:g Jod'sullJtsa s€Jqo sns Jod
oputznf gres enb ua uroq el ErBEa[ 'o8r8que u¡S 'l? BclpeP
es gnb u raqes saFEsaJatln apend i( '¡un¡ca¡e1u¡ oelcáJ ns eJ€d
uJnlBJalJI ?l utálotl a¡ueruqqeqold selua8llelu! sglu soJág
-¿druoc sns anb ¡ssuad egep ocgpualJ uft 'olJet€q ep BJeueu
¿l se ou etsg 'oÁns ¡e uge odurec un ua uufeqerl sauetnb
B olgs u?l 'so a eJluá f:saFuolsaJoJd sefe¡oc so4senu e o¡gs
uBr olJISl4p ue e$Isuot Ica.J ounust ¡g 'es:¡tlttp a s^ u?lnb
¿ rrplrep oqep otgpualt uo^of Ie 'oFclua un rlqFJso fV
IOt sgNoISvrNSSllUd sv'l
IO2 LÁS PRESENIAC¡ONES

dscubiiñG¡to! D&¡ la ctiolo3i! d¿ l. dfdñ.d¡d dc


B¡ight1 S¡ e ¡. ¡¿ úaÜtldo, t!ñbi¿n se d.b. &¡m¡l d
@ili¡ú. Si no, .o e ¿irs n!¡¿, l¡ !f.&¡t¡ción d. f-3nd-
td é un 6ric¡o públi@ qú uú jovm cn¡dñ@ | ñ6ü&)
¿.b. h.€. Au¡ d su ¡¡bot 4 lut rvilad. po¡ un .ditor m
dFidci¡ úré d. tM a r.n5¡. .l ¡.suñn t @sFndiú
red. s brci¡ r!¡ctca püa ¡! r.dúci¡óú.
El ¡úúdo d¿ Ea@nciss cil¿¡ú o ¡¡ ütu bibliosr¡fa
{n¡y qúc t M G@pulm eid¡dodc ob&rú.l6ü10 d.l¡
caa) d.!. &r ¡ufrciht y re.rúoi pú.d. s un t¡t|m. {t
.ihiuci@isno (ú@ cl c¡Dn¡do vO ci¿ü r.fddcis dc
públc@m r¡n úti8uú q¡.lo! Ubüd4üio& d.gpd¿
dor por épeio, d.edc h.É dsi¡ ridpo & lú h.yd üc-
v¡do ¡ la r¡l.rlú d. ñi¡.s .budmrde, El d.Mo hoF
n.j. y júlti.iá ¡ Io¡ prqÍ$ ü.d..@B en noljÚ qú. e
dcbcn tonú d c!..ta, !ün cuúdo ¡l¡rn6 norbc @ ¡n
¡.e.i¿¡ y .lsuns ids tú fañjlier qu¿ l¡ óntió¡ Gulls
ñ.yor hm.nqi. qG l¡ e¡od. D.d¿ lu.ro, e ¡4rit! u
hum úüdo dcl juicio¡ pür drüi.& ¿l onpüdo pucdc ú lo
qlc pú. dor m¡ cau!¡ e p.sar
Bc¡iros hechos con ba¡¡¡¡e trabajo puedenserrchaz¡
dos @¡ ur.ditor, lor u.¡ bmr vúi.dld d¿ r&oná, A ¡ot
.dirorc! dc Evi3¡s ci.rriñcs ls sur¡ den qe s. 6tá¡
qucd.rdo d l. mi*ri¡ dcbido ¿ ¡! prcliiidad dc sú co¡¡-
boEdorB y. d Ealidd, ür. ¡oqit¡d d6tropo..i@.d¡ .l
dtdido ca ¡. ca¡sa ni! coñú. dG los tÉh.zG. 01¡!.5 h
ci& .r ¡. l¡¡t¡ b¡bliq¡fica, d. .niculd . los qE no E hc
..f@rci. .n .l r.xlo. o vi€v.rs¿ En tat c@. d @núo 6
j!!üñcrdo Sé cu.l fucE la ¡aan d¡d& cl réh@ de un
lrjcdo snmpr. Blr14 @iro túr cl otSullo, t .o por lo
8.*rd 4 ñ¿jo. ú¡¡¡ d¿ mconúe ót ! publiceión qe
8l ap mltgl uo. rcBlndJuBru o u-olcBdlue¡uoc Bl Jod sotltoq
.p uglc8[drüoc Bun se BsuFuelJ uo. !r8t!D.^u! Bl onb u3
aJ ¡f.p uglcBu¡3Jue leu 3un :ous!^ptnpu! l+ unP¿flsqo po
olpnpa¿ q sa B$g 'oE¡d ucgluEts anb sa ¡s '"ctJxuEls .nb 4Jq
-nc83p rp o1¡sgdod Ir uoc 'B^I|e[go a¡un¡¡Ftol uolcB^Fsqo
B¡m rtuBlpor¡¡ opruelqo aq enb ug¡tarüroJu! u¡ epo¡ randes f
JBqBceJ B aA u:oqu anb ap rs.m¡ ugenbed Bl aoutl ¡olno F tnb
u3 ..u9!sncs!c,, opBFrltul efBsBd un $cuol¡a anEls 'oJp ap
.rrtn¡ ue 'olueuFadxe un o u-oltalJesqo Btm eanq as 9nb rod
anblldxe anb 'alueJaqoc E^!¡BJJau ¡¡¡s aluauqBnllgBq '8'FJB,J
uglJEruroJul áp BqJr¡Bf?^B alqnlo Bun r..oPB¡lnscu,, BpBFlp
-su! uo. lrtes aun Jeua¡uoc epond fauorcua^uoo ols¡uloJ p uoc
otFcse rm 'opo¡ ap :oad o¡ '¡ 'ru¡anar auodo:d c8 BJoqB JolnB
¡a anb sepapraa sq rrt?g su¡uep B osEd o¡t¡qB urq as sorndr
so.r1o anb .npacuoc epend ú.seJo!¡slr¡B seJqo,, ap oJnln Ia uoc
?pBJ?das uo. rccas Bun 'sacea y 'uotcrtpsa,ru¡ ns ue opua¡dtle
Í
Bq ¡olnl ¡a enb sa.rolcue: sol soclucfl solualtülplr
-ord so¡ souesaceuu! settÁ u sa¡lslap uoJ aqFcsap ..opor?u¡,,
apBuBII uglccas Bun 'I¡uo¡tua^uoc olFse eNe uA '( x o¡n¡tdec
le esB?^) o^!pnpu! osaco.rd ¡e :od ep¡E¡ur se Ec$lluelt u9!c
-BtFsaAq Bl enb ,p ug¡sn¡ e¡ a¡radrd enb o¡ se JBuolcue^uoc
ouror lps¡aplsuoc ros E opstefl eq enb o¡xe¡ ¡ap ug¡c¡sods¡p
gJ '¡o¡nu ¡ap nu¡dse ¡e rod epuor tnb Bualqord Ia 'opaJa
ue '"qprsrp anb 'o^¡¡Bqldxe o¡u.rryd :eu¡rd ün ¡aqeq aqep
anb oqc¡p.q olos olncFrB un ap Bu¡olul BJnlcfu¡sa Bl tCI
.9ECIOT¡AJBO
sBrcuepu3l euop rolnc ¡a enb ep opaJue^uoc g.tpod o¡gs uo¡
'Jolrpo un B o$s áp .erua,ruoc rod o¡uelo|^ opBrsBluep olua¡ul
un'oEreqrua us :otlsuoc eaJ¡ ozaqceJ opol anb o¡uetpsep
Ie JBsnrc e¡snE sal f 'sapuosrad sauozB¡ ¡od 'sotlu¡aua uos
sor!q¡-? sálBl anb ue sauo¡seco fe¡¡ 'sanuengu¡ B ¡I¡¡ncer
for saNoIJVrNASsUd SV'I
l--,,* LAS PRESENTACIONES

cual ha de seguirse un aumento del entendimiento. Acaso se


considere que esta división de los "Resultados" y la "Discu-
sión" tiene su paralelo en la laudable política editorial de
aquellos dignos paiódicos que dividen las noticias de los
comentarios editoriales sobre ellas. Pero los dos casos de nin-
guna manera son paralelos; el razonamiento que es consi-
derado "Discusión" en un artículo científico es, en la vida
real, integral al procedimiento de recabar información y tener
el incentivo de hacerlo. La separación de los "Resultados" y
las "Discusiones" constituye una subdivisión totalmente arbi-
trafia de lo que en realidad no es más que un solo proceso de
pensamiento. Nada de esta índole se aplica a la disociación
de las noticias o a la acción legislativa de los comentarios
editoriales, pues estos dos pueden variar independientemente,
Un cientifico que completa un escrito debe sentirse
orgulloso de él; en realidad, debe pensar, "esto hará que la
gente comprenda". Es señal de poco ánimo, o quizá de buen
juicio, el que semejante idea no pase por la cabeza del autor.
Cuando yo era director del Instituto Nacional para la
Investigación Médica, un joven colega mio completó una
breve carta a NatuÍe -el vehiculo tradicional de las grandes
noticias científicas-, la cual era tan importante, en su opi-
nión, y tan impacientemente aguardada por el mundo que no
era posible confiarla al correo, sino que habia que llevarla a
mano. Y así fue. Pero entonces, por desgracia, se perdió, y
hubo que volver a escribírla. Esta vez, se fue por correo.
Todos pensamos que en la ocasón anterior la había arrojado
por debajo de la puerta, y probablemente terminó debajo del
felpudo que dice "Bienvenidos". Moraleja: Empléense los
canales reconocidos de comunicación.
50r
'EltfeprlrJ) f¡abos paqdosotr¡{d tncu.ut¡,,qnnorlJ rlítÍ',
"rt¡,r","r
'lntul PUD uqDnpq lu¡ ua o¡sendo¡deg!¡srüsBp jt;ü¡ñEü.
nbe BNE¡{
anb a¡uru¡?ucld sau opuBr¡rdx¡ r op-üinrrslr¡sa qffi
eria q ,
DlusJ Bl -.s[ueJ E¡ BJ?uBt
UIB Á o^ánu oAp uoc ep ¡opour aNa op
'anb Ig 'sBleuBru sEqtnru ¡p .olu:truuadxe ¡a reuu aDend g¡a¡nb
-qp 1ónr;üolo i¡pnue o e¡sa ua a¡Sueunsffioe ffia
qczarü os r.s aJJnro anñi Ja^ Bpánd .salue¡rBd so¡ueru¡:adxe
álu?lpou .enb aJá¡nblunc -.Bouquatc uorcaEnse^ur u¡ .lrcqce.d
epand unruoc ssrsg ,( p¡u3ru pn¡Bs Bun Btuá¡ anb a:ernb¡un3
13 OIqlJCse opupnJ opu'sued eqe¡sa
".,,r, ";ü;j :ñ:T::
-*;;is e!:¡uñ5o-añó-ñtunB-aOaal a¡fn6uii u¡ u napuñsu
enb-so¡- souBruoJuq so¡uauuadxa sol ua enJ elueuumEes
oJad'alu¿lápp s¿ru ecqdxa as odr¡ o¡se ap soluarur¡adxa sol
¿
ercu¿t¡odur apuerB ue¡ e.la,{nqrrte uoceg anb ep u ozer e-l
'se¡.re¡óJqua ep ürie ó
..setoc sz¡ reqord,, ep
Brcuencesuor ?Lge :pJnt?u p uo¡crsodo ue .op?luo^u osaJns
o ebue¡¡edxe Bun''dT-o1trJúüeatx5 un .ouBruocEq
opques
¡eurErro ¡a ue ¡isalopur oJlEnJ op uos so¡uauuadxe so.-¡
oruor E¡o¡nbrs ru s'p'curs'rr Jes € oqJerep uau"o ou offi
B selplueuuedxe ou suuo¡uro¡dxe sapep¡^llc? s¿l enb .?¡J
-uerc ¿l ap eued Eun alueuEuEssoOu,( epunS0rd usl
se uglcB¡
"ueu.¡¡¡edxa EI anb op?suad Bq es ruoc?g ep serp sol g(tsaq
O¿NAII^IIUSNJSiIq A O¿NS'AIIUIIdXA'XI
06 EXPERIMENTO Y DESCL
su€rtc y l¡ laboriosidad' No será cl
será cl producto dc la bu€na
prodoio dc un tslc¡tto espccial'2

primeros dias de la
La experimentación baconiana' En
los

t" crcia que la ve¡dad estaba en torno de nosotros


"i.n"i",ie* la tomáscmos- aguardando' como rlna cosecha
-p"t" y reunirla' La verdad se
O" grroo, t¡n sóto para cosech¡rla
obsenar la naturaleza'
daria a conocer a nosoros con sólo
y asombrada que se supone que
con esa pcrcepción inocente
días arcádicos anteriores a
ia humanidadposeyó en aquellos
embotaran por el
i" C¡¿", antes d€ que nuestros sentidos se para tomarla'
alli
;ü;;;i ;ado' Asi, larctdad estaba
-apa,tátemos
i"" t¿1" qu" el vclo del prejuicio y la precon-
como realmente son; pe¡o'
ccpción y oóserlrÍs emos las cosas
r".rf . pasar toda una vida observando la naturaleza
-á"aoa que pue-
lii o*."n nunca aquella conjunción de hechos nuestro
i*
;;';;;"-". la verd¡d si la suerte s€ cruza en
No tiene objeto' explicó Bacon' Aenc{a
Ae
¡a
"".ino. felicidad de hechos parti-
Uo.n" forton" de "la cssual
información fáctica que
;;;r;- ;*" cue,-DeréÉJoda la
;;;;;"; pari-álrenen¿ñla verdad; po¡ tanto hcmos
ilitr-lo}t,ñiüim* v expcriencias' En palabras de
iitHffi
-;;;^d" rd;€ti"ti""l"¿tut*¡et"archimaesrro"que
del áunbar por
ír experiencia' La "electrif¡cación"
a
;;;;;tótt ; ia comunicación de propiedadcs magn&icasde
;ñ; ¿ ii"no a partir de un imán son buenos ejemplos
¡ dc cit¡s rcl¡cionsd-es con la cicrrcia:
Citsdo dc un¡ rdmir¡blc titologi¡
of Physics' Bristol'
vJ"t' The Hetvvsi of o @iei Ete On¡titutc
^t--i.
'-i'K.¡..
1917). cn
popo"', "On thc Sourccs of Knowlcdgc ¡nd of lSnotancc"'
ona n4untao" (B¡sic Books' Nucva
York' 1972)'
C^W*t
Je Iu ouBJuoc8q oplluás le r.N'sorle pE souawlradxa soT
'..sauolcrsodojd sEIJBc
-erd sns B ofoda ¡Bp Á ¡Btl{ns e urcue!¡adra r¡ B rEtllqo ua
g$SlSUOr Br¡¡alSrS nS 'SEpOCl sns alUa¡¡¡BuB4lqJB opBInu¡JoJ
opuerqeq anb oqs :supoel sns 4rulsuoJel ¡¡ed solueuuedxa
on¡ceJa !u qatdu¡e ou -'satc¡gsl¡V,, :solucur¡.rdxe sal¿l ep
lss olqFcsa D4ln sq¿ ug 'sJnl|nc 8l eP acrn^B le soluerüP
-adru¡ sepur:E oruoc g¡eprsuor sazuBuesue sBÁnc .sep¡-olsFv
BIcBt{ o¡oeJdsep ¡oÁBru p gpuls 'pBpelJos [BeU Bl ep solcos
soeue¡od¡ualuoc sns ep soqrnu uoc unutoc ue 'l[AuB¡g
qdeso¡'o:rad fB JBeqBq glsrl Brrudu¡Bc e¡ ap anbo¡ oJos ¡a
oluoJd'¡pt¡rlu! 'Á Butdr¡¡BJ aun ep op¡uos ¡e rod o:rad un ap
otu.rülF lap uglcBtuaseJd a¡ pepecard :.¡ueuatüalon a^enu
as B|Bd q '¡pB¡.n¡¡! ',( BUB¡ Bun ep ocFglo ol^Jeu [B sopojDep
soun pBcJldV :iiiüqiif¡Fc ro¡EgEoprf eiriri.rr rp odn uqt¡e
BulJst ua ¡auod ¡¡sd o aepr Bun rp pBPJeA BI
rvt¡Sóurap rred ope¡nüiófen¡ orue¡¡uadx¡ a$a u?lqu¡Bl -lF^
-uBlO qdcsot ap Bepr rirln qprntas eq uorcr¡uouuedxe ap od¡t
opuntas a¡sr rBqdxa 1t¡ 'o-ciiVtrr yl u.opotuauTtadxa 07
'..sa¡puat,, so¡ Jod olreJdsap oualc uoc sopllnü ¡¡rsnnJ
socrJpualc sol anb oz¡t{ rnb sl -soAlsuaJo c¡¡oJo uns Á 'sau
-olcuFdluBu¡ susnJuoc rpanbc.r opnue¡u s anb- a¡opu¡ rlsa
rp ug!$lucu¡Fadxr Bl ue Blcr¡Bje^esJ3d ns ras opnd ua¡g
r 'pJnlBu oPunu pp oluarülpualua
Ilr-or¡sanu glquautnu t¡utruBpss¡c3u (..oJUI¡Ero osaoold lA,,
J ' rx o¡nt;dec ¡a xrg,r)JolgE4ncnpu! Jep uol¡Br oouo;!a/ le uoc
loprancuap'I?nrBf tf, ?5$t$u-otcstütojittlcpil-$slnrsaferu
\sa re¡orne¡ sorua.r@¡redxa o¡gs
uBI ¿za rpunEesJod ope¡rep l. sol¡¡Blllsep !s 3¡Jnco enb?
'oJad :sopnuau¡JtJ sarocll ze^ Bun sou¡BlFsap Is eünco anb
ol sou¡eqls 'ou¡slu¡lsr leruodord uoceg anb so¡ueu¡:adxa so¡
LOt orNau uüSncseo .( orNanluadx:l
orirol¿¡i@, si¡o mt s bi.n cl glliLio. cs aquél 6
qú l¡
ñá,vo¡i¡ de los ci.ntífi6s dc hoy .dpL¡n l.
p¡labt! ¿tP¿t¿

Un ¿¡p.rine.ro g¡lilei@ .6 un
di$nmin! l¡s P9$ülid.d61 d ht6lo'-o bi6 nL
crr.
lq¡f,¡¡¡c-cLb,oiiÉ¡"q't !,.!'"!!t3! o*!gc !t*, P¡1t¡g 91
" -iiiú;"ñ. c"lil.. pk¡. r¡c i'cvibbl' qo¿ cu
^""¡¡. "" 8{vn¡
sup.nalivo .¡pcrm(nb cnLio sobrc la
cnn'l f!.rr considerado pd iodo.l 'Él6eión
ñúndo 6mo
'Jalls
d.jrndo c@r bs¡a! d. .añón. d. dktnbs tss d'sd' l¡
Tore lnclir¡d! En E¡l'dld los.lecr!ó sin pon'r pcrqrc
'n
c¡lil¿o vio ¿stc tipo d. ¿xpdm..to 6no eglqql-
.rñ?n,¿, a l, ouc e\pon.noqnu¿rras hiÉbis o l's implic!
ciones qu. d. .l!,5 s. d.n!d
por cauiq d. ls dlñqti¿ & las pru'bs dpüc¡dÚ m4
¡del,.¡.. lo5 .r D.riñ.nlos I ;erúdo no mn plÚ"do¡ de td
ú¡.et¿ que 2n¿¡e, algo coñó ci.¡to +npÉ!a inútil- sino
oue. ¡nlé bi.n, r.füleñ !¡a "hiÉt ¡is ¡ul! co@ b na
eñalado K¡¡l PópDer' I. ñavú p¿d. de 16 Lv€ 8Énsd's
pu¿d.i eslár @nstrúids d¿ lal nodo qu' pro'O¿r la
ocui¡.¡cia o .i¿suen l. e¡isl¿ncia d. cieltos fenómdos o
¡¡let dc la bios¿t'5it" d¿cle! qu'
a@nreciñi.ntd, Asi, 1¡
rodo! ló¡ $d vtro¡ bn y $cnpr.fu@n pro3di' dt 16
vrvG. y. por bn!o. * pu.d. co¡sid'rar qu' pohib'n d !Ú"&_
niúto de Iá s.ner.ción áPofiánea. 'uv¡ drdcE r!'
Du.st¿ cn dud¡ por lo¡ b.illaot¿r .xF rindtos
r'$
& Lub
ior $bÉ puúer¡ñion badriil Dc ma¡rá em'idi' l'
sesundá Lcy d. h rermodi.ánica prohibc ¿l suBiñi'nto
d'
muchos f.iómos qü. no duÍcn ¡i liq¡i'ra c¡
¿stor drti
iJvwol aqap sop?llnseJ soÁnc seruJoJ ssl áp uotrdeJuocaJd
¿rElJ eun urs oluer¡¡rJodxe un3utu esJepua¡duá eqep oN
'plueur
-lJedxo uolcE3¡¡sa^ur ur g$e ánb srsálodtq el
¡,uoJ saluelsts
-uot (uos ou o) uos,, sápluerurJodxa srsrt?uu o so¡ualuuqnt
-sep sns enb .uárq selue .Jbep 3 sorunuerJ soJ 3 opBuasuá ?q
Euuunq p?pr[qrlBJ ul ep ErJuárredxá s8rEl uun sand .uo¡c?8
-llse^u ue slse¡gdrq 8[ ..u"qenrd,, rnb sotuaruuadxe ap aues
BUnEF ap aJ¡p es ze^ €¡?u .so¡unsE sns ue ueua¡^Jolur enb
ue euJoJ EJ ua S?A¡lUqSut UeCelEd rssc ánb alueu¡lEJnl?u Á
u?l eldacu sBI socuquerr sol ep EuoÁp¡¡¡ ¿l .aluau¡?rlt
"prd¿J
-ol esJEáluBJd uepend seuo¡caleprsuoJ ssrJEA sglsá anbunv
.auans BI
B olos usl eslaqep opnd uerq solarJBsep ¿( sourpu ep uglJsc
-UlFr ns rnb se €¡nu srselgd¡q e¡ anb ue ,ouaulJ e o¡sendxe
epanb 'sandsap o salu? o¡sand €q a[ es egJel ¿l rs taqas
usa¡ord anb ?r ap ropeqeq un :ojlo rembpno o¡uoc ournq
uul se Jrqs¡C 'y .¡ ep o¡durafe un epuop .sucllslpelse seqanrd
.saJBlu¡ts Á .eJ¿J
un ¡e¡eda:d u:ed erqp entu ep sauo¡et a¡ulo^ ua:geldrue ánb
o'on¡ed¡od otuallu¡ ou ep ssi¡¡rtbsru o ¿lE¡aueo¡na ap suumb
-9ur :eut¡sep u:ud sesoqcalo.rd ua¡ce.red anb Í sa¡qrsnr¡d ses
-ardua sur.¡cnu .urcertsap Jod .uaÁnlcur sauorc¡qrqord sulsq
'a¡qgqoJd souru ollo E alqsqoJd ssru op¿tse un rp aluaueeu
-gluodse resud ep pspr¡lq?qordu{ auar¡xa Ánu El ep €lqpq
anb o¡drcuud Iáp set¡¡BIJBA sElr¡Bl sB4o uos Áa1 upuntag
el ¡od s¿puc¡Ide seuo¡c¡q¡qo:d sel sepol .elcuu¡elol ep
ó0r olNarh¡IusnJs:Iq^oJ.NgwtdSdxll
I IO EXPERIMENTO Y DESCUBRIMIENTO

pues a mcnos quc una hiÉtesis limitc cl númcro total dc


acontecimientos posibles o conjuncioncs posibles cn el uni-
verso, el experimcnto no nos da¡á ninguna información. Si
una hipótesis es totalmente tolerante -si es tal que cualquicr
cosa te vendrá bien-, entonses no habremos aprendido nada.
Una hiporcsis totalmente tolerante no dice nada.
*
El "resultado" de un experimento nuu,rca la totalidad de
los observables; el resultado de un experimcnto casi sicmprc
es la diferencia entre, al menos, dos coqiuntos observ¡blcs.
En un experimento sencillo, de un solo f¡ctor, los dos conjun-
tos de observables son llamados cl "cxpcrimento" y cl "con-
t¡ol". En el primero, se pcrmite al factor en invcstigación
estar prescnte o ejercer sus dectos, y en el ú,ltimo, no. El "¡e-
sultado" del experimento cs, entonccs, la difcrencia entre la
lectura o la cuenta del expcrimento y del con$ol. Un¿
experiencia ejecutada sin un conüol no es de estilo galileico
sino quc aún sc le podria c¡lificar como ¡l estilo baconiano:
es decir, como una actu¿ción un poco rcbuscada de la
naturaleza, aunquc no muy informativa. gq dd9&mP9-!q-de
lo que se ha intentado como expcrimento critico, claridad de

-Gi-r¡la común -que yo mismo he padecido- es ena-


morarse de una hipótesis y no esta¡ dispuesto a ¡ceptar utt
"no" como respuesta. Una ¡elación amorosa con una hipó-
tesis puede costar preciosos años de vida. Muy a menudo no
hay un "si", decisivo, aun cüando con g¡an frecuencia puede
habc¡ un "no" decisivo.
Los experimentos kantianos, Los baconianos, aristotélicos
y galileicos no son los únicos üpos de experimento. También .

hav expcrimentos mentales; les he llamado kantianos en


'Ltt 'd '(LL6l
¡t¡oÁ 3^fiN '¡roü ? ).draB) atuaps anT a{¿ '¡3,$Bper{ 'S 'f ,( 'g 'd ,
-B¡JOdU¡OC pp 'SBCp-OrSlq qBICürrJ SBI UA .SelAJn¡BU SBrcuets
8Bl s?pot uri(odB es sB¡le u3 3nb 3sJlcep epend :sBc¡al¡lBE Á
uO.
gguSJuooBq uos r¡al8¡n¡Bü sBtcuolc sBl ep sBcFsFelcBJEs rC
-B¡UeU4¡drc ap 8BU¡JOJ SrJ 'BJOpE$d¡uOC BUn ú$Ce^ E .enb
oFJBdB o¡to eJalnbJ ou BUB!¡uB)t uglc?¡ueuyedxe B"I
tl,tá.vaíJtr !t> ,16lJola?a.u a1 ! <- ..-EIUO¡¡¡¡p olUi¡
. ..-....' ._ |..r J
m ugls¡ rrm eour¡dopr ¡s onEs anb soruao¡,, :ur¡B$uBI
uglcelr¡aurp.dxe sl 3p solduofa sorto uo6 sBcll¡¡guoca f sacg
-grEoruep $uolccei(o¡d sB.I'sBrü¡oJ sar¡o rod (l? s afuap¡ j!-
-Jnbe otp o) $plpng op so¡o¡end sB¡ ap Br¡¡olxl ¡a opuuzr¡d
-uraar (uc¡ld¡¡a'BtrloqJad¡q) Buolpllcne-ou u¡rpruoat ec¡su¡c
u¡ ereurt enb p s¡ ouBpuBl oluau¡ledxo ejgapc oJtO ,.?u
-8nu?:l s9u¡ zrA apBr 8lJuepusl ap asopu?.¡ ¡o^ glse [BFosuas
Blto8olu sl anb rauoF.Uer u8ralqap socgFuelr sol .sBts8lusJ
s"l ep sclsllul3ru sgru Bl or¡¡oc ugnndo e¡urfaruao r?uapsap op
ee¡uy '.,sr¡cue¡.rdu ou¡oc sbsoc sBl ep Blcu¡rtslxe Bl rp seuo¡c
-!puot,, uos olgrs seFl otuor anb .¡( 'F¡Josues uo¡rlnlq ap srr¿
-.ro3f
uos odurart ¡a oruoc o¡cudsa ¡e o¡ua¡ anb guozu.r :iiñlJ
1to1td o oyenilnóóuóilá anb ap ugrsrdo pplcouoc ns rrFruroJ
B r^e[ 3l otse Á 'op!3sldu¡or 'luBx süesgo ..,3sJse$p Epend
ou¡oc ualq u3l B nseJ oluárH¡edxe 3lsg,, 'lBrJosues ug¡c
-!n1ul ap s.psllncBJ sur1senu ap ¡epgroc Jap BlnBd Bl Br¡¡ot E¡c
-utuadxe q op opunu¡ anb ap uglurdo u¡ c¡dopo .p sou¡aq
¡a
'-souq¡c.rad anb o¡ e-
..so¡afqo,, so¡ u u¡nad ns uaq3p
sBFosues seuolc¡nlu¡ suJ¡senu anb ap euuurp.lo uorudo e¡
¡Bldsc3 rp .rBtnl ue 'anb ep luB)I ep ug$setns GI :Blfosotg Bl
ep Bpots$¡ q se pnldecuo.
sgmzBq esousrd srru u¡ ep .rouoq
ilt oJ,Natl^rlugncsgc^o¿NaI4rIUlIdXe
n2 EXPERIMENTO Y DESCUBRIMIENTO

miento y básicamente de la observación, las actividadcs ex-


ploratorias terminan con la formulación de opiniones, cuyas
implicaciones pueden ponerse a prueba ya sea por campos de
observación sociológicos, datación por medio del carbono,
evaluación de los hechol de la materia' referencia a docu-
mentos históricos, o volver un telescopio hacia una región
predeterminada del cielo. Estas actividades son de espirihr
galileico: es decir, son evatuaciones c¡iticas de ideas.'
El efecto de la experimentación galileica consiste en pre-
servarnos de la indignidad filosófica de persistir innecesaria-
mente en el er¡or (la constante elaboración del proceso de
rectificación se discute extensamente en el capitulox ). Todo
científico experimentado sab€, en el fondo de su co¡azón, lo
que es un buen experimento: no sólo es ingenioso o bien ejc-
cutado en cuestión de técnica; a veces es algo cortante; la
hipótesis tiene que mostrarse a su altura- Asi, el mérito de
una experimentación se encuentra principalmente en su
diseño y en el espiritu critico con que se le efectúa-
A veces se requerirá un aparato claborado y costoso' pero
nadie debe dejarse engañar por la idea romántica de que
algún cientifico digno de este nombr€ pueda efectuar un
experimento sin más aparato que una cuerda, cera y unas
cuantas latas vacías; no existe método concebible por el cual
un coeficiente de sedimentación pueda ser calculado con una
lata y una cuerda, a m€nos que alguien sea capaz de dar
vueltas a la lata por encimú'de su c¡beza más dc mil veces
por segundo.r Por otra parte, los hombres de ciencia deben
ejercér discreción acerc¿ 'de los costos y la complejidad de

5 lrs rotor€s dc l¡s ültfaccntrifugas modcrnas giran más de 60 000 veces


por mnuto.
¡p Blqsq enb ¡od? .BlauBu¡ EJ¡o ep .sand Buotqncuo srsolodrq
Eun ¡p uolcEu¡loJ ¿l ap op"llnsal sa opnusu s l¡soJ un ep le
otüoc o¡Jej¡p olururalüeJBd€ uBl oluel¡ulJqnf,sap un BISEH
.esopuBuEtue BqB¡se aluer¡¡eldurs
.¡ou?luorBq
oJapBpJaA,, tm ousfu¡ ¡s B esJaaJJ F óenb u?jlsenu¡ u!,ru¿O
du¡at? rd
r,o ,?t\ cp s8¡JEc sB'I 'BruJoJ ¡?U¡O¡ sslse¡gdlq ?un ? B^a anb
- Fi.r tt ol Besr
ña
¡nAnt ¡e
¡o6nl tDe
ffi -6
:ain-én'ioc -tóáp- ó61&ualqiriue ii¡5i-c.,itirt-óuoc-ü?tfáf ru;
8o¡ueruFqncsep sose sopo¡ onb ,¡.s ¿.rrdP
J¡cap ep¿P BJeu?u¡ uJltJ
r,¿¿uv.! eJ¡o
,,,/ se anb o1 'epuncepB Bpuo ap pn¡ltuo¡ a¡ ua ra¡se aqap n¡4dsa
/ Ir nnO ua opuá^uoJ uBIJgsr{ (lx oln}ldBc Ie asega) a¡aue¡
/.|----'../-||---.
-uod ,{ rnetsu¿ anb oer3 .r¡eu¡u¡ ?$a ep u¿flp3Je es solue¡u
{
I -.^-^-^-
\\ -uqncsap sount¡e anb lauodns r¡cup¡ eun sa anb oa:c o¡
\ -'
.3jalou .od¡uap
Ino opurredsa 'oqluap
ol ueFtF anb Je opol
Ja opol_lIB,jg¡!3
-rJpuBü¡qsa
uQntsaD--
oiñ' ó¡ áp ..óóiü¡¡tur¡Cf sBu¡ Jes
i6p,, enb saru les ou ap
ab aJ¡l rr.rr
tr u?u
a.Im le
¿ii :a:.lnco onb o¡ ap 3fu.r¡¡apllu¡nq Elou opüBruo¡ .sou¡Btrp
'srp¡pueldt seuolccel uos iuzepJn¡au BI sa anb ue BuJoJ
B¡ ep uolsuaqeJde Bun o o¡ua¡u4couocrJ un anb suru ua¡an¡
ou fs ouoc uaza¿ú sovrtly .solualu¡pqncsep sol uarquB¡
uos lsB Á'sssle^Ip salopu! ap.sand.uos so¡uaruuedxa so1
so¡Nlrl11¡tüsncsnq so'I
'..uerq olJacBq
rp ouE¡p sa ou 'olxrJEr¡ ep outrp s3 ou oluauuadxa un
n,, enb oqc¡p rq as ua¡g 'eslec?q ep soutrp uos so¡ueu¡radxe
sns anb op as¡s¡ntxu ua ualq uuJorl socgpuelJ sol .aqcou
.{ BIp alurnp sela¡oc ap solclues so¡ f seso¡soc se¡uu¡d
rrDed ap sa¡uv 'r¡B¡rsmeu anb uelua¡s anb soluerun.qsur so¡
tlt oJ,Nau^uusncsa(I¡,orNa¡^uuadxg
It4 EXPERIMENTO Y DESCUBRIMIENTO

mirar alguien unos restos fósiles dos veces y acaso llevárselos


para investigarlos después más detalladamente? Pero, ¿cómo
podemos m€ter en este esquema un descubrimiento tan nota-
ble como el del pez "fósil vivo", el celacanto latimería? Lo
que hizo tan asombroso. este descubrimiento fue que la
mayor parte de los fósiles -por ejemplo, peces- son descu-
biertos después de que sus descendientes vivos han sido ya
reconocidos y descritos; es sumamente insólito que un fósil
sea degcubierto antes que algún pariente vivo, como ocurrió
con la latimeria. Por ello, su descubrimiento produjo la
impresión de una visión privilegiada, en cierto modo atemori-
zadora, del mundo de hace muchos millones de años.
Aunque yo creo que los mismos actos del espíritu subya-
cen en ambos casos, me parece ,-úül-t¡er1: una !lq¡!49i,ó1-
seneral entre los descubrimientosQ$é!!99} ns folüticoD
Un descubrimiento sintético siempre es un primgl r9c91j'91
proce_so o estado de cosas,
Tl9!to_{9-Cg-¡9ghg,-&_ggne¡o,
.1i"9*¡99-o-nocido- 9-
c,9-499¡C9-¿4gs. La mayoi larte ile'iés
descubrimientos sensacionales y de profunda influencia efec-
tuados en la ciencia pueden caber en esta categoría, Es
caracteristico de un descubrimiento sintético que no tuvo que
scr hecho entonces y allí; que, concebibiemente, pudo no ser
hecho nunca. Acaso por ello le tengamos tanto respeto,
Mi ejemplo predilecto de esta especie es el hecho por Fred
Griflith del fenómeno de la transformación neumococócica,ó

6 La t¡ansformac¡ón n"uro"o"o"i"" una especie de transmutación de


",
cspccies que pucdc ocurrir cu¡Ídb unos neumococos vivos con una indole
dc cápsula dc carbohidrato sc mezcl¿ con ncumococos muettos que tienen
cápsulas dc otro tipo, A vcccs ocuffe que los organismos vivos adquieren
algunas dc lar caractcristicas de ¡os muertos. Véase Medawar y Medawar;
The Lfe Science, p. 88.
S'nna0,l) s.,".,¡4 :i r:* ..ri) I rrr ¡ j j:* r, o
a,l
uoa,t l2l z 5ri1¡¿t* ia e-i1ré.1r":r:)c.trt")3
+.
I 'leceq r¡relsn8 sal suru socunuotc
sol r rnb so¡pnbr uos
I -r¡qos as ou sacuolue e¡seq BlJue¡slxe
I ri{nc 'sopunru so,rmu ua.rqo anb so¡¡enba- sorqalurs solueru
| +qn".cp sot anb u. ¡lruáerc BppünJp Ánu¡ q ap opuetqBr¡
t fo¡st .epuerl sru ¡e,, o¡uor opg!¡csap fB f .o¡ueFüuq
\rw -ncsep rpuo.É sB¡ü
p ar¡nJ ryanb a¡sgiE{ffi1ió. frñfrrr
\ 4¡FüSU?$ A JBCUIpO' BJBO BqBOmDe ol anb JBI Ble ?Jn¡cnJ$e
\@ oun r( ocp¡pue olueueJa
rm z3^ 8l B oqnq vNq lep BJnlrn¡sr 8t op oluanüFqnc$p
¡a uc sand'r¡segp?u¡,{ ere¡c se ouqffijfr6o-i-ITfia_E] ,

e.que uolcupslp BI .otenJ rp."p.o.lad,@i?,¡n@-ób r,
equa op¡ue¡sos oSoplp un rp ope¡¡nseilGpTl.¡x o¡n¡¡duc
p ue out$plry¡peplu osacoq pP op?lFsar Io enJ \
arnl \
-Jütsa Else a¡y'otua¡u¡rgncsap E .Bleu¡llod o s,r¡¡qode¡ alop
i
-u¡ ep a¡ue¡/a¡qeqoJd 'EurIBtsFJ Brn¡cnr¡sr Bün Btuol VNC Ia I
anb o¡'olrocel es 'uB¡anJ enb su¡ca¡adrur fnu¡ ¡od .VNq lap
r+ofrr ap srgeÉop¡spc sureuud su¡ ocrtqnd ¡funq¡sy .¡ .^\ :
?tv anb epsag 'vNq I.p srnlrn4sa E¡ ap o¡uelu¡lrgncsap
I
lB
olnpuoc enb solualu¡Bsuad.p ?uapsc a¡ opuernl¡s asJBJlsn[
\
epend ua.¡qruu¡ ocqllsus otuelruuqncsep un ap ra¡curuc lg ]
'¡rluaur.uadxe psplllqEq r¡ ap I uorcn¡qsur u¡ ap
_- I /
:t i o.,pnu¡ un enJ sena.¿!ffiñ)olrBu¡BJl fu oruerugqncsap p ,/
;; 5- u¡ca:dsoueur as upeuft(ifif,O óiápnuoqri''*osafficu [/
ll- ñ s¡á oñinEÍorensoñ ,{uBCr¡{ Í poe--Ic¡^1../fta^V opuanc
b BuJapou¡ a!3ueÍr Bl ep so¡poffa f,epuBrt sol ep oun and
r.gÉx_r 'uglc?¡¡uoJsucn BI ep rlt¡?snlr res glqap .repcg.red ecnumb
! + uolc¡sodruoc eunE¡y opa¡o orüqu ¡r uel¡ns solcerue so¡
:_ ;* -:erc anbrod.so¡ce¡q a sore¡ua rB¡so anb uerue¡ ou nIJJFC ep .
i !. ofuaruuedxa arqe¡ec lá ua so^¡ soJocou¡neu sol s suJpspel
-ce.rec sns ap seunt¡e uola¡p enb so¡.ranru sococournau so¡
:' t - anb
" o¡FseU .JsFcelour ecgauat aruapou¡ ?¡ lecsu oz¡q enb
5Il OJNlIIlttruSn3SlIq OINIU ItUgdXA
^
I 16 EXPERTMENTO Y DESCUBRIMIENTO

Pero sería un error exagerar tales descubrimientos' Los


avances más grandes en la biologia moderna han brotado del
estudio intenso e incansable de las características de un solo
fenómeno biológico o un solo "sistema" biológico. Esta fue
la historia de la transformación neumocóciea y de la síntesis
proteinica en Escherichia coli, que mostró las etapas por las
cuales la estructura del ácido nucleico pueden trazarse en la
estructura de una proteína. Asi ocurrirá ahora, sospecho yo,
con el detallado trazo de la superficie celular con respecto a
los antigenes de "histocompatibilidad". Aqui, un descubri-
miento individual es menos importante que el profundo aná-
lisis que a la postre dará a conocer la base molecular de la
especilicidad que ayudará a explicar por qué, en el desarro-
llo. algunas células van aquí y no allá' y algunas permanecen
unidas, mienras que otras no. Análisis profundos como los
de la biología molecular nos capacitarán un día para trazar
detalladas especificaciones moleculares para la sintesis de
una enzima o de una cascada de enzimas que, digamos'
degradará el polietileno, reduciendo asi la proporción de las
superficies de la tierra ocupada por los detritos de la riqueza
excesiva.
Por estas razones. un joven cientifico ho debe desalentarse
si no llega a ser epónimo de un principio natulal, un fenó-
meno, o una enfermedad. Aun cuando la importancia de los
descubrimientos pueda exagerarse. ninguno necesita pensar
que cobrará gran reputacióñ o gran preferencia tan sólo
cornpilando información, particularmente información del
tipo qüe realmente a nadie le importa. Pero si hace que el
mundo sea más fáciimente comprensible por algún medio
-ya sea reórico o experimental- se ganará, en cambio, la
gratitud y el respero de sus colegas.
Ltl
'9¿ót's.rpuol .quo,rue¡¡n8' t99 I, 9z 9 I w¿oja¿
Puo .u!"'lPtn '.Juaps :uoltotnorsul toat, a{J 'I'lsq?At s¿Fsqc 3s8a^ ,
-nBu ro¡¡¿¡unq ntFldsa Iáp uorcnlo^eJ uB¡t Bun ánb uo s?!p
sol B aluoruáJ as enb E¡Jo¡srq pun eu3!l pEporJos I?áu e'I
'sqqrc PrslF1l\ rlE¡sof
,{ u¡¡ue:g u¡ruefueg '[eArxBW UelJ seu¡Bf .Á^B( ÁJr{d
-u¡nH ',{BpErEd p8qc¡W'uer^\ reqdo¡spq3 'e¡,{og ¡reqo¿
'uo¡ \aN c?ssl B aÁnlcu! anb eruedruoc sun ua osj?t¡uocue
F JB¡Fxe apend uarq pBpllEoJ uá orqusr¡ü o^ánu un :Br3ualc
Bl ep sFolslq BI ap se:nEg sapuert suru s?l ep suqcnu ep surü
-¡U sBI tuelluot anb o:q¡1 un r?u¡l¡ aprd a¡ as S'U'C un V
?suelxe sB¡¡¡ per aun ua,{nlr6uoc sBusJouorl sauolcElJ¡J? sBl
o¡ed'soJrugtuq souBpspnJt sol E uBl¡tuJl as souEu¡pjo sorq
-ualru so1 'urJua.n uo ogoduesap uanq un ufaga: sand epec
-snq aluau¡¿pf^g asuadu¡ocáJ Bun sa'..ugfJults¡p ep epflunq
aluttu?Alla¡sdu¡oc le^¡u un' o¡üoc papelros páU ?f e Brcuou
-euad sl s glJger ás ,(p¡eH 'H 'C oc¡¡g¡uol¿ru ueÉ ¡a socrd
-tüIo sanbuslJu sns ep oun ua onbunv 'Jouoq Io oz?qce: ou
¡p?pertos
tBtU ¿l ap oJqruelu opBJqu¡ou ros ep peprungodo
o^nl opuant oJad '-sEsoc seunE¡e ered ser¡o enb sarofau
uos s¿uos:ed seunt¡e anb ep 's¡¡osr^rp atuor.u[eroos 'uorcou
gl- ou¡sorle B rolo ouerc ucua¡¡ anb 'suso¡po seuorJul¡slp
sá[El op B¡cuálsua e¡ ep ugráeqord?sáp ns uoc eu:euorsardu.r¡
ap peprun¡odo uyprad ou ánb oJg¡¡uerc un G lJouoc oA
'susuedruoce¡ ep sourard ap pgpaus^ u¿.¡t uun s€Jl ugpue
f
'seJol¡J5so so¡ ,( su¡s¡¡odap sol o¡¡roJ 'sof,tglJ-NgtJ SO.I
SVSNAdI^IOJIIU A SOINIIUd'X
II8 PREMIOS Y RECOMPENSAS

guró el mundo moderno. Muy distinto es el premio Nobel,


por la sencilla y suficiente razón de que la mayoría de los
más grandes cientificos vivieron mucho antes de que a Alfred
Nobel se le ocurriera l¿ idea de estabilizar los éteres de
ácidos nitricos de los alcoholes polihídricos (especialmente en
gliceriltrinitrato) y funóara el premio con sus ganancias,2 El
Premio Nobel debe su gran reputación poputar a muchas
cosas: satisfacción púbüca en el elemento expiatorio que
existe en la fundación del premio, la gran ceremonia del
espaldarazo, la gran suma que cambia de manos y los ele-
mentos de verdadera distinción que simboliza, Pero -y este
es, en mi opinión, el único argumento válido para objetar
t¿les distinciones- todos los elementos procedurales son fali-
bles, y el no ganar una distinción de la que un científico es
digno, y así sientc serlo, no sólo puede causar gran infelici
dad sino también daño personal a aquellos cuya vida e inves-
tigación dependen del juicio de la gente (por ejemplo, los jefes
de la administración) o de otros cuerpos comparables. Lo
mismo puede decirse del premio Nobel, aunque sea difícil
sentir la misma comprensión porque aquellos que no son
laureados por el Nobel pero son cientif¡cos lo bastante con-
sumados no es probable que s€ vean en aprietos por falta de
fondos para su investigación.
La sabiduría conyencional dice que es "malo" pard los jó-
vencs triunfar demasiado pronto: demasiados premios y un
¡dco¡d escolástico demasiado elevado no causan ningún bien,
sc nos dice a veces. "Creo que no fui demasidado brillante en

' Asi uir "Equipo mundiat" (I. ñe*.on, capitári) de los más grandes cien-
tílicos dc todos los ticmpos escogido para enfrcntarsc al cquipo reprcsen-
tar¡tc dc M8rte, en cl espacio exterior, tan sólo contendría una mino¡ía de
8at¿dorcs dcl premio Nobel.
'&/ory ?,"21'414
soln¡n uoJ salc'lDuerJunuoJd sace,r ¿
Yr
f sgrJuetoJuoc € opuaq
-srsa 'opunu [a opueuJoJeJ oduap f uoJce8rlselur
¡a uesed
Bl usuopu8gs enb ¡rqo¡ orruard ¡ap se:opuuu8 ue¡sua ,( ,sau
-olcupslp sBlse Ezeq¿c E[ ? u3qns as sáJoA ¿ ,otanl ápsoc
'uglclqrue elqouul r¡El erezq¿dr anb ap ug¡suco e¡ u:e¡ueserd
3s Bcunu enb ucr¡9od ?lcqsnf enJ Jace¡Bd
lV ...ug¡oeEr¡salur
8l u¿uopuBq¿ .Fau ?l u0 34ua oluBnc uo,, .oqJrp BrqEr¡
enb opel¡s.rea¡un rosa¡o.ld un áp sopuz¡lepu¿Jse opuulqsq
'p¡oJxo ua .F¡¡ ? ,i oppnperE o:ouudruo¡ un oproncoU
'olsando op¡Je [o ueuap .?rcBJEsáp :od .seca,r e o:ad
'soso¡Jgeueq alueu¡J¿lol uos soru¡e:d sol .opadss elso uA
'auens ep enbol un e otgep es epeu anb sopol p srlJ?.rt
-so¡x ?Jeasep opeuop:e¡et ¡a enb e¡qeqo:d i(nru sa uerqure¿
'salue anb Jofeu¡ sEsoc sel Jec¿r¡ e u:upn,{e se¡ ezrnb ¡( uorc¿E
-Fsa¡q ns s¡e¡ouo¡d s¿u¡ap soJ ep B¡urNa Á Bzu?Uuo, sl ap
uolse¡dxa a$á :F¡otu oJnl¡¡nsá u¿¡B un se o¡ua¡d un ¡uu¿B
ep sor¡Jpue¡c souenq sol qos olcaJe ¡g .sorageduoc sns ap
uorp¡do e¡¡e El .socgpualc sol ug5a sopr^? sgtu anb ap uoru
-rdo Br¡anq e¡ ep uepuadap soluo¡u¡?lquou o seuorJrola s¿so
supol :alu"Jluq op?l un aplxe uarqrue¡ o:ed .susueduocáJ sul
ap ,( so¡ura:d sol ap oJncso o¡cedse un opzfe.rqns aq e¡
.sos"t€{ sol sot¡¡?pJocel olos rs€ f .J?ledsa
ep aJ3 ose 'ouenq -.uolqunul $ :o¡E¡po¡d sBc¡qc sBl ,{ socrqc
sol B se so¡ugpJoca: rofeut enb sol E .o^Jod ¡e ua uaec seuamb
ap :e¡rud ue oppJel eq aru enb sof e ?^qJalos ?rJo¡üeu¡
"Jlo
Bl rp so3n4 sose ep oun ep .oÁ.oqradsos .a':ns osecer3 :oua¡
-sod Ie ,( oJunpl oue:du¡e¡ [á rJluá uolJElaJJoc Blsendns s-I
.or¡¡lunu
szu¡ oJ ue ¡a e ocpnf:ed a¡ ou o¡anbz .oÉolo 3p seut¡p suru
uqE 'sepEplcBdBc s¿Jlo sns .rod enb rua¡ul souopuefep ,sorur
-ard so¡ ule4ue enb ¡oues osodu¡od Je eclp sou ...slancsa ¿l
óII SVSNIIdI^¡OJIIU SOI¡lgud
^
r20 PREMIOS Y RECOMPENSAS
tales como Ia Ciencia, la Humanidad, los Valores y el
Esfuerzo Humano (o cualquier otra yuxtaposición de nom-
bres abstractos). La vanidad de tales galardonados constan-
temente se inflama por haber sido invitados a firmar y así a
inclinar las escalas en favor de la aceptación de algún mani-
liesto como éste: "Las naciones del mundo en adelante
deberán vivir juntas en amistad y concordia y abjurar el uso
de la guerra como medio de resolver las disputas políticas".
¿Es posible que un número considerable de personas sos-
.tenga una opinión contraria, pero suspendan el juicio hasta
que las hrmas de cincuenta galardonados con el premio
Nobel les convenzan de su verdad? Todo es parte de la
comedia humana, desde luego, pero el exagerado respeto a
los galardonados a veces puede utilizarse con fines útiles:
particularmente en ayudar a la liberación de los prisioneros
de conciencia, labor en que Amnistia Internacional se ha
mostrado particularmente activa.
Es afortunado que se pueda trabajar para obtener honores
cientificos como se puede trabajar para un examen; el joven
científico sólo puede esperar que su labor sea lo bastante
buena para ocupar un dia su lugar entre la candidatura a
tales distinciones.
No hay nada noble en semejante ambición, y que los jó-
venes cientiñcos la cultiven fue a menudo un propósito prin-
cipal de los fundadores o patrocinadores del premio.
tzl
ap uo¡cnlos el ?l¿l¡ltJpJ uorcnlos E{nJ ,ouenbad eu.ra¡qord
un u¡as enb o¡n8es rsec s3 .JÉzedrua ered .soporu sopo¡ eC
'Jeunuexa op¡pád Bq e¡ a¡ef un mb o opeolue¡d ¿q as oustr¡¡
fe onb BuFlqoJd un I scelollqlq El ue &Jlua e¡ud uorc¿z
-uolnE'BJuBIq uun ,sou¡e6¡p.€ruuq eun uo orcedse ap
"l?q.oJlau
'souáu.r o s?u.¡ ocod un {oq eue¡ eg¡g3rc ualof u¡
.solr¡arltr¡Bsued so^enu
c E uo¡rJaJlp
] Ep ^ sapBpltaqasód stl eJiue Burru¡rcsrp rnb @5-o.*@
I
¿-ú- ¡5 ¡pi5Etr uEu¡tr5dxa B I ue q tupl' uorre ^resqo ep-Glltqo
saJq¡sod ap oru¡ruop Ie opol ap eganbad a¡ud uun olos uut
se a¡duers E^rásqo orurluarc ¡e enu o1 Iiló sp ¡eañilia uo. rp
-T,rrosqo uun .nce qiña-üc g-.-ilue¡c uoii:iün f e q : olrsodord
un se uo¡3?Ajasqo ?-I ?l
,, !t -e erwweeúorevurs ua¡¡nco ou anb soqceq ep sauorcunfuoc
''. sóueu¡oueJ lEap¡
cr\11c,. o SoueuoueJ le 'JÉep
rrap¡ .rÉep se : XI oln¡rdEc lo ue ou?lu
]',6,,
o', ' ,-.-/-ocBQ oruoc op€cursElJ 3q od onb od$ olgs ou uotra¡
¡ap se olos
odr¡ láp
"."-;;;,.,;;;; ep Bltuapl^o sl ep uotrducsu¿ll
e¡du¡s uun 'F¡Josues uglr€ru:oJur uorcJosqB
se ou uo¡cE^Jesqo B-J .sB^JeSaJ UO3 e¡ as o:ad
"Bp?xa se ou 'e¡ueu?Ue¡c ... uorcua:esqo.rod,,
'leuolclpun ENandser o¡uo¡rü¡purlua la rgqc
"1 ¿ouer¡¡nq
-ursue BJar¡Erü B:¡o remb¡znc ap o ..sa,(e¡,, ¡auodo¡d .so¡uetu
-Fqntsop raceq u.ted soruquelc so¡ ue¡Ea.l:e ssl es owgJ?
ooNol{ s3no)Yf
atpuatdwot o atlctatlt a¡
ocrdlrNalS osaJoud "ra'IX
122 EL PROCESO CIENTÍFICO
algo más importante, y asi sucesivamente' hasta que quede a
la vista el objetivo a largo plazo de la empresa. Los legos en
materia de ciencia no pueden ver inmediatamente la conexión
entre los problemas menor y mayor. A menudo se le habrá
ocurrido a un humanista, al leer las minutas del pizarrón de
la facultad de ciencias, que los jóvenes cientificos se dedican
a actividades cómicamente especializadas. Y el cientifico
también puede asombrarse de que pueda haber un adulto
dedicado a los asuntos parroquiales de Cornualles en la
época de los Tudor, porque no se da cuenta de que semejante
investigación es acerca de la Reforma, indiscutiblemente un
gran asunto.
Pero. ¿qué hará el cientifico paraiesolver su problemañ
Algo de lo que puede estar coñpletamente segui-o es de que
no es una simple compilación de i{formes fácticos Ia que ser-
viría a su propósito.r Ninguna nuevi-veidad se declarará por
si sola saliendo de una pila de hechoi. Cierto es que también
Bacon, Comenius y Condorcet (véase más adelante) escri-
bieron a veces como si creyeran que la recopilación y clasifi-
cación de hechos empiricos les conduciría a un entendi-
miento de la naturaleza, pero al adoptar esta opinión se
dejaron guiar por una conside¡ación un tanto especial: se sin-
tielq¡ e!- la urgente obligación de refutar la idea de que la
t&fu!@-tru un act-o del espiritu que podía conducir al des-
cubrinliento d9 nue1q5. ye,¡dades: que un acto del espíritu, por
ii solo, podía ensanchar el entendimiento. Los escritos filosó-
¡Para no repetir continuamente rBis dcudas, mencionaré aqui de una vez
por todas que mi versión siguiente del proceso cientifico se basa notable-
mente en los escritos de Sir K¿rl Poppe¡, F.R.S". especialmentc 1náe Logic of
Scie tlfic Discovery,3a. ed. (Londres: Hulchinson' 1912\ y Conietures and
Reíitat¡ors,4a ed. (l,ondres: Routledge E Kegan Paul' lt72)'

r:a': F0r''vrri':?¡'ri ':.J . ' ' ' ':


foal '
BI U3 Blse Oü pEpJ€A s'J .rsB s3 ou l?áJ ¿pt^ ?l ua
7-.-'_
\jglurFutrqncsoDep olncFr un rBuolrunJ epend
$pnJ sol a¡qosfol¿F-sol ep uorsasod uo oruquarJ F áuod
enb se .uorug i( IIr!^t orüor sa:¡Qrrtó[*áp-sñ6"-¡ió¡re.t a6il6J
e1 .uoreg pcrpap sá¡.nu ,.uá,""jx"
Tm@unJo:d
SB¡JBI sel ep soutrp uos rser unuoc oplluos ap d ¡etuorue¡e
uc¡39¡ ep sorc¡crefe sol¡3ues solsu .Bu¡rlr!^
Bl ap olunuoJur
JeJn8urs lá Jmrtdxa opond otser.l ¡e uoc olre¡uoc ap pgpr¡¿lna
-urs ?un olos r¡BI 'ErUSJt Ap OltEJlXe gruol a¡ü¡¡cr^ 9l olos
anb e¡¡nsu :uo¡?z?qoeJ sopol enb ollF?ld le ocodruBl ru .slos
ep pupeuJaJue El ep solqedpc r¡?as uoJa¡r¡¡o, sopol ánb
"un
sBsoc sBI enb e¡qeqo.rd se ou Tü6i5iñññ s?p€¡ü?tl
rñiffi
su¡ asluaqde uepend esuq elsa e¡qos 'sendsep sou¿s uo.¡arnt¡s
euqcr^ soueru sopol onb ,{ ,¿sau¡ Bl p ásJgluas p soues
"l
u?qqsa sountle enb soruequs .uoJa¡qeq Á uoreruroc soqcnu
anb soueqes :euec eun uá Bq?Jluotua as anb euosrad eun op
p¿pau¡JeJue etua¡o¡,r e¡6ñ5-Iltr4nb ocrtololrueplde orclcretá
un J?nlmJe a sopeu¡?fi les soruápod uelq .¡sV 'peple,r u¡ anb
f
sgu¡ ?p?u p¿pJel ?l Bpol .so e olos Á."rüátqoJd oJlsenu ep
üo¡cnlos ?l ¿ saluauruad soqceq sol sopo-l soJlosou elus sor¡¡
j3?llPgnc :sa¡etcadsa sa¡cuuNuncr¡r ua salq?rlldB uos olos
q)ltclpgl3p se¡Ea.r su¡sg 'r!3o7to uatsrts ns ual@
-sep 3p sBfdeJ oluoc osndoJd t W Uun¡S uqo¡ sandsep soue
so¡ue¡csop anb sel B sáJellu¡ls 3Jueurlo¡3uase Sesor ap p?pJe^
e¡ e raEe¡ eled se¡ta: ap o:eurliu uanq un osndo.rd 'ua¡qurel
:uJUIluá¡c ?lIosoH ns ap ?qqstq u¡ epol eluenc ou JB¡ueu¡
-lJadxa ,{ ¡E^lásqo B uoceg'b¡r uo¡cu¡orIxa
--- B¡
.otenl apsaq
'soua sopo¡ oplceJJ u?lq8q ug¡crpe:¡ u,(nc
ue 'oollglols¡Js :esuad ap opotü p s"souepsep sercúua¡e:'
ap souell uglsa -oldu¡afa rod .fll^u?Jo ,( ali(og .uocBg ap
sollrcse sol oluarur?Fclued- ¡¡¡ o¡E¡s lep socgllualJ Á socg
t¿t oJrcJJ.NaIJ OSACOXd'r!r
t24 EL PROCESO CIENTÍFICO

naturaleza, sguardando declararse, y no


podemos saber a
priori qué observaciones son pertinentes y cuáles no lo son;
iodo descubrimiento' todgjgnent g" i:"tt1: :T11T1:
comien-2,-4 como precoí99@je cuál puede=ser
lá verdad, esta orñññpción imaginaiila\-una
:-=+
i¡f]p surge por un proceso c'il o'dificil de col
,-_,-, -.,,,
^--,-"... es una oleada
éñ-o cualquier otro acto creador del espíritu;
producto de una
cerebral, una corazonada bien inspirada, el
dentro y
visión como un relámpago. Sea como fuere' viene de
no se puede llegar a él por el ejercicio de ningún cálculo
una especle oe
conocido de descubrimiento' Unjr hipótesis es
o algún
propuesta de ley acerca de cómo puede ser el mundo
asoecto particularmente interesante de éh o' en
un sentido
rá, ganar¡, puede ser una invención mecánica' una hipó-
tesis sólida o encarnada, cuya pfutba es su desempeño'
en andar
Así. el asunto cotidiano de la ciencia no

decir, asegurarse de que


sean afirmaciones acerca de la vida real o' si son inventos'
(véase el capi-
ver si funcionan o no. En el sentido galileico

üq5h #;ffi,;;;;
la
final, ciencia es una de
de
reoresentan nuestra opinión corriente
ñles el mundo natural. --s ot)e''lot'-' fo'l
el hombre
Una vez que tiene unfnip¿tes!)ara trabajar'
* .tij.n rr ñipótesis le guiará a hacer
"-"i"""'" ""hi
unas observaciones en lugar de otras
y l6ugerirá expedqlll?
tos que de otra manera no habria egtggcs_PgRKefl|fficta'
los cientilicos pronto conocen 1"q"":lt"iPe lorman

Z Gue .!
L
ünc! fccrr! 11 '-? '.
osEs uá .o
Bpssr^31 Ees stselodrq sl ánb uaJBq ualq o .seq
-anJd sEpunJold suu¡,{ sB^enu uEáuBld es s?Jluo[u Bqánjd D
uen8ls I¿nJ le uá osBJ .uo¡JeJeplsuoc ua s¡sálodrq sBI uoc ueu
-er^uoó uerq o sop?llnsáJ sirs :sauotc¿Jncedsa se,ianu ¡rE¡ns
uoc?q socrolrls8 o soclluc ou¡oJ olrJJsap áq onb sotuatu¡:adxa
so-I 'suuárJ uos ánb ,o¡usruout ap .:auodns ep s?rcuánc
-asuoc sBI 'Jrcap se :srsalodlq se¡ ep secr8o¡ souorcelqdurr
sgl elueufB¡uárüuadxe uqanrd e ¡auod uc elsrsuoc seiijiilüá
dEi5ü5ñ seJ ap seuurp¡¡oJ sauonsenc sBI rp a¡rud ro,{eu z1
's.5iii'rñüce:d bo¡uau¡r¡adxa aluulpáur
Bqánraf.it ásl-5úbd úeponri-lirú irseroOrq retuá,rui áp auv
p se anryos ol ap auD ¡ap oUed ue:t eu¡ .lor:a1xa oroedsa
IE af?r^ un Jeceq tu seuo¡cB8rlso^ur áp olnlr¡sur oAenu un
rBpunJ enb reuel urs .r¡cop se :s{q¿jn'aúrd ,i ioicá'¡ip;¡uoru
-eÁnFjsdr¡¡óJ-sorDeu¡-.rttluQ5rudq_raúoclap-anilá¡ls-lb-s:
srsaloolq eun ue BJrtol za¡?rpol¡¡ur pl ap pnut^ ue:E e.¡ .,.¡eu
-ouroq uo¡caJcas ep sefnpuelt sBI ep o¡uaruuuotcunJ pu,,
un 3p €rJuentasuoJ oruoJ otüslu¡laJc o uosrppv ap pspeur
-JeJuo ¿lr?laJdJr¡ul lql opErseuop ocodtuut o¡ed .oauolro sá
oN'sati¡átu-6-riTTotftñEt-soíffi uói5ülillilAun óii ,f roput
seluB ¡Jes áqap anb ¡cap olernb 3nb ol zatD!pauu
op relc€rBc q.a¡odrq euanq
tt!ffi'5q-d
az.. xll 1,. ,. Q!¿4Z4J17D a_y=llBuuoJurssu, 'oqrqoJo souauouáJ
tp oJe¡.unu JoÁBr¡¡ olu?nc :epsü átueussrJe:d ocrp sou ou
oueugueJ n¡nblonc I
EprqeJ ?p anb olupJa¡ol uul srsalodrq
Bun 'aluáru¿JEIC '(uauu¡uodse uorcu¡euoE u¡ e.lrnco onb ep
'srsougto¡q e¡ ap ,(e¡ u¡ .rod
.uorcrgrqo:d u b oldu¡áta
Ia) souauoual souerr ap grcusJjnJo anb anb '
ptáuutu ¡ut5{ esreel uepand srserodrq iS I sepot ¡sEt
'xt oFlldec ¡o ua opucr¡dxa eq as ouloc :stsa¡odrq Buanq Bun
s¿r oSIdlJNlII3 OSgf,OUd 'I:l
t'
126 EL PROCESO CIENTIFICO
extremo, abandonada por completo, y en este caso el diálogo
debe recomenzar. El diálogo en que estoy pensando es entre
lo posible y lo real, ertlr9 lo que puede ser verdad y lo qu9

procesos_ giergqente no se
_ex_ploralorio.g,_y.'
a lag cien-
cias éxperimentales, pues es así esencialr¡ como proc_9-
derá un antropólogo, un sociólogot un dedicado al
diagnóstico. También es el
mecánico que trata de imaginar qué mal en un auto.
Y está muy lejos de la caza de hechos del inductivismo clá-
sico. Como punto de lógica que tiene cierta relación con la
forma en que piensa que efectúa sq ggsio'el joven cienti-
fico debe siempre tratar de (o de_cir ni pensai que "deduce" o
"infiere"
'--'_€\\,-_ -. _- -_--- -'
lorlo,.9qa-t-14¡io,u!9!!PÉ!9CE_e9ac!9119
de lo cual ldeducimos ;d, inferimos\ afirmaciones acerca de

noció el gran filósofo norteamericano C. S. Peirce, el proceso


por el cual tratamos de concebir las hipotesis de las que se
seguirán nuestras observaciones es una forma inver$a de
deducción: un proceso para el cual acuñó los términos retro'
ducción y abducción, ninguno de los cuales ha prendido en el
idioma.

ALGUNAS IMPL¡CACIONES DE ESTAS IDEAS

La retioalimentación. Aunque se ha señalado muy a


que si las
Fenudo-¡o causa daño indicar una vez más
(-.-=---,...
inferencias due sacamos de una hipótesis se consideran como
un-piófucto lógico. entonces el proceso por el cual modifica-
sl Js 'JIJap sr- lsuou¡ SsenJ ou sel¿lcos ts anb
"rcuaJeJu¡ plnlosq¿
arqu¡npruec uoJ JlJap so¡¡¡apod .otrBqlue urs .saF¡
-JOtü UeSenJ Seted sol sopol Á .zed un asanJ selsJcos rs solJo¡
-Etllqo alueu¡pnE¡ uupes ercuolaJul u¡ Á oursrSo¡rs ¡g .¡ureus8
ue eJqruoq lap pEpllGuou¡u! ¿l ap o .arqluoq un opls osorqnq
enb ep elqrsod pup¡rnEes Bun ?p sou ou .ásuu.rJlluoc ¿l
sJug$lq ugnetpsairu¡ e¡ anb opuaruodns .selerJos ap p¿p¡t?l
-Jou¡ eJ:uobJeJlp BIos pun uo oseco¡d un so o¡sa oJOd .o¡ueu
-elqnncs¡pq 'puoru Jes 'Epnp uls .áqep sel?¡ros 'suelc res
eqep ?pue¡rJu! El ualqu¡€¡ secuolue .seUelJ uos sesuald se¡
¡s enb ep puorJlpuocu! a a¡a¡duroc pepun3as u¡ otlsuoc au:¡
uol3cnpep ap osecoJd le 'opslnJefá eluau¡Eloeror Jes e(J
'lEuou sa sq¿r.s, :D!Juab{u!
orquoq un sa selBJcos rouaut DslwdJd
sapuorü uos sáJgrüoq sol sopo¡:totow os¡watd
:o¡xo¡
ep oJqll op ?c¡Eg¡ e¡ ep orus¡Bo¡¡s ofllcuás un sorualeprsuoC
(..o^q¡npep-oclB¡odrq,, eurenbsa Ie) r¿zoqse
ep so¡¡¡¿q?cu anb oluanuusuod ap eulenbse lep oluenurpualue
opo¡ urud lplueurepunJ se eqan:d z¡ ep err¡srü¡s? sl op oluonu
-rcouoror 1g 'oqanñ DI ap o]uawrsD o1 { u011711o1[_g
_
' 'ofalduoc Á olu¿l
solü?lueuo
sbl¡en5-lTroa otpau un '-ugl:1lgug? €un- oc¡nuroi¡_c
oseco¡d un 'opol áp s?ndsep 'se ug¡ca:o¡dxe ep s"r¡¡roJ s?Jlo
ou¡ói aü5üi!¡ü5!t uo¡C¿-ftlso¡ilii onb up.renca: sou o¡e¡erud
elsa '(olu?Iap? sg¡ü '..ug¡ruslEg,, oseoa) earleteu ugrc
-BlueultBoJtáJ ?l ep ?ncrqn ,{ Iplueu¿punJ euretulur¡sa u¡ ep
s?rü oldu¡efe oJto se pepllBel El uoc sauorccrpard sns ap erc
-uapuodserrol ep opzr3 p uoc op¡onJ" ep srsorgd¡q €un sou
LZt OJTCITNIrrC OSAJOUd 'ra
rl
0)anáo lA
?n¡grevicPa e/
r28 EL PROCESO
Pcisa,
fuera falsa- entonces estarí¡mos en form¿ errada:
o bien Sócrates no era un hombre. o todos los hombres
eran mortales.
El resultado de que la fal-
sación es un proceso Que aquello a lo
que a veces la gente, un tanto irreflexivamente, llama "prue-
ba": en realidad, el científico no habla muy a menudo con
completa confianza de la "prueba", Cuanto más experimen-
tado sea, probablemente menos hablará asi. Al crecer su
experiencia, los cientificos pronto llega! a apreciar b fueg"
especial de la hEeción ¡r.{b-precario de lo que los princr-
F@lFletL l{Ugqq", pues como he explicado en el capí-
tulo tx (donde se ofreció una razón distinta para este d¡seño
experimental), es una bien conocida est¡atagema de la inves-
tigación investigar y, en caso necesario, refute{S¡lP_o€Ciq"
"lu_!{1,_t-q_q949fi r¡n_q.-pleclgggqQ]q_qp99*g_.d*rlos-us
pry{g ., C!g¡,p¡- lnveslg4gió_ry Por todas estas razones, nin-
guna hipótesis de la ciencia y ninguna teo¡ía cientifica
alcanza nunca una certidumbre apodíctica: nunca alcanza
un grado de certidumbre más allá del alcance de la crítica o
la posibilidad de modificación.
Asi pues. un cientifico es un buscador de la verdad. La
verdad es aquello a lo que tiende, la dirección en que vuelve
la cara. La certidumbre completa está más allá de su alcance,
sin embargo, y muchas cuestiones cuyas respuestas quisiera
encontrar yacen fuera del universo del discu¡so de la ciencia
natural. Las últimas palabras de uno de los más grandes
cientificos del siglo xx, Jacques Lucien Monod, que he
colocado comc epígrafe de este capítulo, resumen una ambi-
ción que el científico siempre puede lograr: puede tratar dÉ
entellb.
'(J) ozJsnJst untulu uls saJllal so¡usluluqncscp ¡p
ás¡lJ 8ff!¡ J¡JBq Jp uop l¡ BJutuils ..,(l!dlPuaJct,, slqBFd Bl 's?lEur u3 t
r'..Álrdtpus¡es,, BJqBIBd 3l llle áp :ellans suanq BÍ ?
olos uB¡ soprqap 'sacflal so¡uo^u o soluolrupqntsap opuolcBq
uequ¡sa arduets drpua.r95 ap sadrcupd ser sof anb ap uols
-a.rdru¡ a¡ o,rn¡ e¡od¡u¡ acBJoH'ug¡lal ap alqruou ontllue
un ura ..d¡puare5,, ¿otsa opot ua auans o¡ oaua apugg ?
'solur¡slp o¡uau¡lalol so¡rsgdo:d B uBlAJaS f :€Clsgu¡eu Bl B
oJ¡o lo 'ur.ru¡ot oplluss la i( r¡ruetc Bl ap opunu p oun atuetc
-áue!ád 'osJncsrp ep solu!¡s¡p sopunu sop aJlua olgs uEl ou¡s
'op!¡uesu¡s Á opquas arlua B¡e olgg:?,B.r¿PtlL?PreP ?3u,1 e^enu
e¡ anb ua grrsrsu¡ (ó-r3ñürlü-ua pepr¡rqes¡e.¡r\ e¡ rod ,.ord
-rcur.rd u¡ poprl'qe:¡¡-fficet¡u1 e¡ ep e'"
-sJUe BI olqos sBp¿punJ uarq,( se¡ercedsa s¿ap! sns ap psnEc
rod '.reddo¿ ¡.rey '.,etu:udstp,, lod otusture¡na ou¡ot EP€ztlqn
aluou¡BJBIJ erqu¡ed :,,sectsg¿tot¡¡,, ouoc s¿P€gapsap uoJonJ
ordrcu¡¡d ua salqutulJa^ ou sáuolc?t¡lJg? s€'I 'se¡J?cllrla^
errd asrup u€lqáp o ue;pod sosed enb ásre^ e¡pod anb se¡
uo sauolc?r¡¡rt¡B r"¡.11y yyglllrJ:tp ánl Et af_:1e r.gldlgullg
ua,, puptlsc,Uira^ üá o óqceq áp ¿dái{üógr:s,r uu:e
"t.:of¡IiJ¡ti
s€cul¡u¡rJ sauorcBr¡¡Jg? s€'I '..UOr3SCtJUe^,, Sl ap Eapt Bl uá
elsandsa¡ sl opBJruocue legtt a¡sá ¿ zo^
ry]e4?¡*g{loJd
BJeu¡lJd Jod uor€lg?¿lu0 á84oJlEgl s€¡sl^nlsoo)sq opu¿n J
( ,_ . ' 'osrnJslp lap opmu oJlo un¡ls P
uccauauad enb i?¡funuroc opnues lep Á et¡uarc BI áp opunur
¡e uapuodsar.roc anb seuotcuut:ge sEl áJlua ltnButlstp a¡qtsod
uluq sou enb uotcucruutap ap ¿eulJ Bun 'oueluJ un raua¡
I¡¡l gJos onb ol Jod '.,sooupuá¡cql¡3,, les eP so¡lo E t¿snJu
e solsondsrp opBlseuep ¡elsa uapend satá^ ? 's¿tuquelJ sou
-olcú¡¡¡¡Uu urJBq saleuolstJo.td sepup¡elcadsa sns ua ánb Btc
-ua¡' rp serquor¡ ss'l ¿ocll|ualr uglcowgfo oun sa 1n8?
6Zt oJICITNIIIJ OSgCOüd 'IA
130 EL PROCESO CTENTIFICO
La buena suerte desempeñ¿ un papel en la investigación
cientifica, y después de largos periodos de desaliento, o de
seguir senderos de investigación que no conducian a ninguna
parte, los cientificos a menudo dicen o piensan que ya les
toc¿ una racha de buena suerte. Con ello no quieran decir
nada qué pudiera juzgarse afortunado según el criterio de la
inducción: una afortunada presentación ante sus sentidos, ya
hecha y completa, de algún nuevo fenómeno importante o
conjunción de acontecimientos. Lo que significan es que ya
es tiimpo de que tengan una buena idea en lugar de una
mala, tiempo de que den con una hipótesis que no sólo expli-
que ostensiblemente--lo-Sl¡g_trgy- que explicar, sino que tam-
bier soporte un
El Dr. Roger Short nos ha ofrecido un ejemplo interesanti-
simo de lo inadecuado de la simple observación en el descu-
brimiento. Cobra especial fuerza por el hecho de que William
Harvey fue un soberbio obsemador, Escribiendo sobre el
concepto harveyano de la óoncepción, Short señala que des-
deñó por completo la complicidad de los ovarios en la repro-
ducción de los mamíferos, creyendo, con Aristóteles, que el
huevo era producto de la concepción y especialmente de la
"semilla" masculi¡ia. Añade Short: "Las disecciones y obser-
vaciones de Harvey fueron casi impecables, y fue sólo en su
interpretación donde falló. Su error puede servir de lección
actualmente a muchos de nosotros."2
Pero, ¿qué decir de la suerte en un sentido más familiar,
menos intelectual? ¿Qué decir, por ejemplo, del descubri-
miento. de la penicilina por Alexander Fleming?
r R. V, Shon. "Harvey's Conceptio n", en Proceed¡ngs of the Physiotogi'
cal Society Qllio 14- l5l l9?8). Véase también R. v. short, cn zucketmann,
d. The Ovary, vol. I, 2a. cd. (Academic Press, Nueva York, 1977).
¡od 'BPBlJsJu! Bppeq úun ?P sáuolJrslldruoJ sBI Is8 opusl
-uru¡m 'sBpe¡rBq sq anb s?tu odrenc ¡ap sopl[al sol op?gep
uspgBq ¡( odranc ¡ap soplnu sot rod sope,r¡¡ceu¡ e¡ueurul
-l¡druoc ¡src uBg8Penb 'Bruods¡D as enb ap socJul 'socJlgu.J
rd^rl a.P q.E_llErsq .sPJ
¡oc sBsgtggdsa seJlo I
py-a-s:qB-9'E?p--Br9t{_"j'"_-o3313_{*o!_-"*'llgg9!rpgl"'"n"q
,pj as enb 'ouElueq i{ osopepuoq alquog un era tutua¡g 'e¡rens
_$1";i ¿uánq EI ep ¿rJBJge el 3p eJres¿ oqcnru opelo^er ?lJq"q sou
ou 'op!s opoqBq ap unt o¡ad :ouelc BJenJ anb opetsnE u¡.rquq
erü anbrod 'ocpuc oppnJcse un rBuodos um¡pnd ou Eu¡ua¡g
3p o¡ualu!.uqnrsaP pp Fuolclp?Jt ol?¡ar ¡a anb ?¡uetüBl oÁ
'Er¡B¡r¡.r Bl Jod opuBlol¡ g.4ua enb
rrodse e¡ ap o¡uanr Ia mB ?tsE¡l :sBrullllr sBlse ap ?¡e Eulualg
ep s'I 'uBFgB ou o uEqsüal ou sBI¡Blue^ sur(nc 'ofa¡,r o¡cg¡pa
un u.ra fru¡,\¡ 'tS anb s?ndsep of¡p aru oEo¡gualtsq ¡g 'JBIrel
-cBq olueF¡¡lcejc pp ugl3rqJ¡{u¡ tp úuoz Bun ¡l8rns J}JBq El?d
aj3uBrü alsa ap greu¡ruraE ou ru¡¡p¡uad ep urodsa Bun 'opot
e¡uv 'sauoz?¡ sspB^ Jod glnJeJ ul 'qlrrüsJeuu¡BH ua 'sop?np
-¿¡l¡sod u.tBd Buplpary ap ?lencsA e¡ ep oto¡oue¡cuq oc¡u
-¡c rm o.rad 'opB¡uot o¡ e:rd u_o¡ceu¡¡cr4 ¡u ugzer uuntu¡u
BJuel ou anbJod tpotsl¡l B¡se fldetB sogB soqenp alu?Jnq
'surüep oJ opot g¡nE¡s as anb ¡ep
¡ru.nuret oluolü¡pqncsap'pFe¡c?q oluelu¡l''rc Jap ug¡crqqur
ap olaq un o¡loJJBsap as e¡odsa E¡ ep ouJol ug .o¡BId ns ue
g,sod es Á euu¡ua,r r¡ :od opue¡og gJlue 'usd pp tqÁc ,o1¡t
-yad ap ercils ?un 'soco¡oldeJlsá o sococolUElse ep o¡r¡d
un opusradard uqu¡so tu¡ure¡g opu?nc ?!p u¡ .a¡uarnt¡s
ol eclp 'oEJBgu¡e uls '(se ol enb oqclp ?rl eu¡ es [81 send) o¡¡ru '
,
Ig 'seuáp¿q ep o^rtlnr ep so¡e¡d sordord sns roczq outrpur
o. rtaJBd al ou
olr¡Bl;od f 'ocgpua¡c uanq un e.re Eu¡ua1¡
!€l ocrdltNarJ osecoüd 'ra
132 EL PROCESO CIENTIFICO

tanto, Fleming pensó claramente en las ventajas especiales de


una sustancia antibacterial que no dañara los tejidos.
Metodológicamente, no es exagerado decir que Fleming
llegó a descubrir la penicilina porque habia estado buscán-
dola. Mil personas podían haber observado lo que él observó,
sin sacar nada de ello ni edifica¡ sobre ia observación; pero
Fleming tenia [a idea correcta en la menfe, aguardando. La_-
buena suerte casi siempre va precedida por una expectativa,
a la que gratificará. s_&!-sahidCs. que Pasteur dijo que la
fortuna favorece a y Fontenelle observó,
"Ces hasartls;;;")?t Ñqui jouent bienl" (¡Estos
toques de buena suerte sólo son para los que juegan bien!").
Sí hubo un asombroso golpe de pura suerte en la peni-
cilina, para ei que ningún espiritu pudo estar preparado, por-
que tan sólo la investigación reciente lo ha sacado a luz: la
mayor parte de los antibióticos son excesivamente tóxicos,
porque intervienen en un departamer¡to de metabolismo bac-
terial compartido por las bacterias y por las céiulas ordi-
narias del cuerpo. La actinomicina D nos ofrece un buen
ejenrplo, poique interviene en el trazo del DNA del núcleo
celular, en el RNA a través del cual se ejercen sus efectos
genéticos; como el mecanismo es común a ambos, la actino-
micina afecta las células del cuerpo, tanto como afecta a las
bacterias. I-a penicilina no es tóxica porque afecta el meta-
bolismo de una índole peculiar de las bacterias.
Las limitaciones de la ciencia. Si aceptamos, como temo
que habremos de hacerlo, que la ciencia no puede responder
a las preguntas acerca de las primeras y últimas cosas o pro-
pósitos, hasta hoy no hay un límite conocido o concebible a
su poder de responder a las preguntas del tipo que la ciencia
p"ctle respnder, Los ciendficos del sigio xvll no se equivo-
'orcEJaJd'(8¿6t'u¡[¡ag
'ratuuds) ¡ri¿.¡€' stl puo JAaS aVJ
ls?lcrg 'C uqof ,( raddod .f,
FB, r
'Sa ?aV
-eF^eJ c¡url el so op?zoqsa aq anb euenbse
¡e enb a@ártfurl ?l Jearc o¡snfur uuas oJed :olroleJcldxe
osaco:d ¡ep uorce¡uaserdal ?$nf aun se enb :usuad u oprt
-e¡ ueq anb soorp?ru i( socgquen ap apue.rt eluBls?q o:árü
-r¡u ¡ep seuorurdo rod op¡ta:orre3 'o¡uetu¡esued ep sosecotd
sordo:d snu eJqos etu?¡ápe re,ro¡ e¡q¡sod oprs Bq eu¡ ou¡ot
osrcald uu¡ o¡pn¡so un ue ¿puseq opslse ?q oc¡pue¡c oseco:d
Iep 3.u^qcnpop-ocn9¡od¡q,, ugrcec¡¡dxe e¡ rod pupr¡erc:ud r¡,r¡
q,^¿.J .ir.a ¡*!' SV¡r{CICVUVd SO.I gq VHJüVW V.I
¡1:rd4r, ó¡a5¿¡¿ .
üoJ oo¡ii0L4_>¡alYV.'??Z.T5.2Y*,¿^_:
- c'auor ra LDL: i6p\l
t c> v<\Ol,
)u¿t2- { -'ópüntas un ur r?sü
dnb o ry 'lJol f<qD UaOw! vua
|
Ilc¿J Sá Ou o:ad ,'oun :es apend eluaur el d oJqeJec ¡3 aJ¡uo
uolxeuoc El anb opElueuo3 usq salccg uqo¡ Á .reddo¿ ¡ruy
:sálqnlosrll :as uapend seua¡qo.rd sountp .otanl apsaq
'sau" sBJleq se¡ ep o e,rqeuÉei¡r eJn¡Bjellf Bl ap ulJ un Jsu
-¡t?u¡! sou¡rpod anb ol ep s-Blu Brrua¡r ?l ap uU un
sou¡3Pod
la o .lepod lá sol !s olos
ual g.leces as ?.I .sellur¡t aue!¡ ou anb ep pupunEas
"!cua!r
pdlcr¡¡Jd g.qsanu ,{ ?tsueJc ul ep ser:o¡E sepuert seJ ap eun
se rult ? glu¿dsa mb ol 'otl?qur u¡s i?u¡stru uolJBurtEu¡¡ Bl
ap so¡ anb sel¡¡¡rl soJ¡o ua¡uel ou .o¡uBl Jod .Í uortauÉgu¡r
?¡ op sopnpotd uBJa s¡sqgdtr{ su¡ enb ap uo¡xagal sl oluu
gzlt?Pu?bsr osn¡ uBn¡s uqof oljBsrá^p€ ns
.oFldruoc Burat
-sts un Jes p¡s?q opBlloJjusep uqJaddo¿ ¡.rey enb ¡e:auat
alopu,r Brüs¡¡üEl ap B¡Juelc El ap ugrs!^ uun ze^ ?JeruFd'
rod osndord ¡¡a,naq¡1 opue n¡JijE3!úffii?-frE urc ii5iffi
-uerc Bl ua anb ¡ee¡c p,eurq ouioryElniilSwol
Is uo¡Bc
t€¡ oOIJIINAIJ OSACOUd 1e
134 EL PROCESO CrENrÍFrqO?13 u,: rj €:7
ciente del proceso científico. Granlnterés despertaron las
opiniones expuestas por(Thomas Kuhn ]n The Structure of
Scientilic Revolutions v mh Téflenterñé nte en Essential Ten-
sion.a Hay una discusión reveladora de las ideas de Kuhn,
por él mismo y por otros en un simposium intitulado Crili-
cism and the Growth of Knowledge.s
Las ideas de Kuhn han "prendido": señal segura de que
los cientificos las encuentran iluminadoras porque no tienen
mucho tiempo para lo que ellos consideran como simple filo-
sofar. Las ideas de Kuhn y las de Popper no son antitéticas.
La posición de Kuhn es, en resumen, ésta. En la evalua-
ción critica de las hipótesis a la que Popper, con razón, atri-
buye tan grande importancia, la evaluación de una hipótesis
no es una transacción privada enre el científico y la realidad,
una competencia, por decirlo asi, entre el hecho y la fantasía.

4ggg!o_ qg.nlre
lo cual el cientifico mide sus hipóteqiq e¡_9-!
actual "establecimiento" de la opinión científica -ef agtg4l
m1_c9 de compromisos teóricos y cr.gencia¡ reclbidas-,
9l_
prevaleciente "paradigma" en cuyos términos suelen ser
interpreiados. Los problemas que cotidianamente surgen en
una ciencia. Ur! c_ig¡1ific.o ,qge explora dentro de su ambiente
está.ejecutando lo que Kuhn llama la "Ciencia Normal", y
sus investigaciones son otras tantas soluciones de enigmas.
No es de sorprender que J. W, N. Watkins, en el simpo-
sium al que antes me he referido, observara que fu!¡
-ggqsj-
dera la comunidad científica sobre la analogía de una comu-

' Thoñas Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions (University Chi-


cago Press. 19ó21 2d. ed., l9?0). (La Estructura de las Revoluciones Cienti-
ficas FCE, 1973)i Essent¡al T¿r¡rio, (Univcrsity Press, Chicago, In. l9?8),
r l. Latakosy A. Musgrave. eds., Cril¡c¡sm and the Gro\r,th oÍ Knoúedge
lCafrbridgc Un¡ve¡sity Press. Cambr¡dge, I 970).
n
'bl?I'la\t
tav\ r wa v),t)de 'ai a.,'b o.!€ )4qt)9/\
, ^-P
\11 3.r/.á )D f o
¡1 ,-, '.hI|J'
'1 '¡Q '3'ñ',7¿\ rr U)
)- \ I
ap soIJsss sol m otIB Ár¡¡ 'pn¡arnbur ap so¡ua[uhorü sonu
-quoc lBq oFolBJoqB¡ un ug':asuad op opou¡ ns ep FcJp?r
u-op¡nFm¡ Bm 8$8q alueualqlsod f 'BIJB f JnbB ug_IlgtR
olqrurJ Im ursnec suta¡oc sns uoc seuo¡sncs¡p sul {u_ouageJl
¡J lsBml3ol s"l s3nd lorto IB B¡p un ap u-orcst¡rseiutlls--'-ap
suetr scuoprdo se-üs¡ur se¡ e¡ueu¡Elc"xe ouagsos ou ocgl
-rcp rm :osaJeoJd ue uglsa eluou¡aluB¡suo3 'seuo¡rnlo^al srl
B ol'uBnc ug 'e¡dord Bep! Bun eurecr¡.r rs ug¡sesod ap
olntJo
.soc
. ouelJ rod ?z¡nb opBzJoJaJ '¡uuosrad Bu¡tlpE¡Ed ns
\ -uotua 'sa e¡sA ?soa+{o roeJc BJEd sauoz?J euen anb ulseq
It s¡satgdlg eun (e .rae:c e)ens ocgnuarc un 'lpeJ spr^ el uA
'uorceEnsffp sauou?c ep Bu¡e$ls un :e€o¡opoleur
Btm JBr¡uoJ ? uezuec¡e ou o:ed trcut¡t Bl ep ?¡lolsrq ?l aJqos
tlr¡BssJelu¡ olJBluauor un uai(n¡qsuoc ,( socgnuarc sol ep ett
-o¡ocnd r¡ arqos.znl sgalr ucfoxu uqn1 ap seuo¡u¡do s?'I
'.rc¡ndod
oqceq Bq uqn¡ anb e6o¡ou¡ru.n¡ Bl ua ,..?u6!pBJ?d,,
olanu un ¡¡BJntnsuJ onb se¡uuo¡seco soruolsetl so¡ f erc
-uert al B uqcaJs or¡¡oc IBI uu6op ¡a i( euulcop El ep ¿¡cuoJeq
BJlsenu e¡u.r s3 oJglJ ou¡Flg ns ep olnrl¡ p ue arauar es uqnx
anb Bl B ..lclcuesa u_olsuel, B,I 'Buuuorcnlo^al uo, rcenpAa
BI t{deJ es anb a¡suq slnp anb ,{ ,o^enu ep ú.lu¡uJou,, ¿rcus¡c
Bun eulpp enb Bu¡t¡pBJBd oAanu un :Blxopouo B^anu Bun
Jod e¡uartepleJd B¡¡Élpa¡sd p Blueldns oJUFue¡c oue¡¡¡oueJ
ouBu.fPJoB¡lxa un o orJ3r¡¡pJog4xe o3gllu3tc un 'u¡cuanc
-a{ Br¡¡sI¡ü B¡
uor :odu¡áp otJBI álu?Jnp BpeuBsep ¡as urs
algr,s¡ad ou IBruJou alcuelc Bl oJrd 'álualcalB,rald autpu.rud
pp ¿¡enJ uaac enb sauopou scl elu? ueluarJ?dru¡ es sece,r
E sBPtqlcár sBIruaeJJ s?l 3sJlpncBs lcglp 8¡lnser sol Btc
^
-m!c ap saJquoq sol B opnueu e enb pep.ro,r se 'o¡uetue¡arJ
'oJulluorc ¡ap ugrt¡¡er sa Ercuelc e¡ anb ua '¡sóñla¡ p¿-ñú
"l
gEr OCrdl¿NlIIC OS!rJOUd ',ra
I3ó EL PROCESO CIENTIFICO

Kuhn que me hace pensar que considera la vida científica


normal como un contentamiento burgués, establecido,
temeroso de Dios. dentro de un orden establecido de cosas,
pero en realidad. es más como un maoísta microcosmo de
revolución continuada: en cualquier laboratorio en que esté
efectuándose una investigación original, todo está en flujo.
Desde luego, puede ser distinto en las ciencias sociales, que
tienen una pulsación más lenta y en que una opinión necesita
mucho más tiempo para ser evaluada. Aquí podremos
hablar. acaso, de una "ciencia normal", y el proceso por el
cual es suplantada podrá compararse mejor con una revolu
ción.
¿Se habla demasiado de método? Aun cuando en retros-
fnectiva pueda mostrarse que un episodio de la investigación
.n;'¡ científica tiene un carácter hipotético-deductivo, el joven
,-, r '*l científico bien podrá preguntarse si se necesita una gran for-
v i ] mahdad para todo ellol puede pensar que la mayoría de los
de ciencia no han recibido ninguna instrucción for-
]hombres
I mal en
gl método _cientilj,c.-9. y que quienes parecen haberla

{recibido no muestran una superioridad sobre


quienes no la
\ecibieron.
Un joven cientifico no necesita ejercer una metodologia en
algún sentido elevado: sin e.b^rgá. pr.d. @pt"=ffiuy
claramente que recabar hectros p-ueae ,... .n-Jhépl
j. to.
casos, una especie de pasatiempo. No hay formulario de pen-
samiento ni programa de raciocinio que pueda llevarlo rápi-
damente de las observaciones empirices a la verdad. Un acto
de la interpone entre alguna observación y
ella. E¡ acto generativo en la ciencia.

nanz3. Los asuntos cotidianos de la ciencia requieren el ejer- -


.J¿Zaqula
¿rEd 'olJaceq áp soua¡q?q ánb lod Je^ llcg¡p ?l¡nso¡ .s¿ep¡
serdoJd sns osl^áJ uern3p onb Jaceq ap ppptlrqtsod BI BÁode
ou oluáturJádxa un
ou onD 0p oJUnua¡J ánb
sJlun El sa:settuotJ sEI oD ¿pol 0p esoJepod
sElu BrüJ? Ia se ¿JnuJ El .áluouJelsuoE s?I 'SOqJeq
¡ I?[u Á
sopBuesrp lE¡u u?¡se u3uerlsos el e¡uatüqsandns anb so¡ueu¡
-¡¡edxo sol opuunJ selueJáqoJ uos Jlueu¡?lápspJa^ seuofutdo
sns enb Á alueoutluoJ Á u:u¡c sa urgo ns anb oUeJnBás¿
-oE
-ru¡aua un ap olce l0 Jas epond .puprl¿oJ ua_ e8a¡oc un ¿lcuq
pepuoq uunáuru sá oN .olue¡,ueJaJuls J¿lqeq .lod o¡rpa:c
elos?p'BJqo ns p ¿8eloJ un áp BcuD{ pJnuc ?[ aprd ocgltuarc
un rS'oun É olnpa:c u¡¡optsuoc o¡ enb ered sauoze: rep anb
JoJUaAUOC aSJBfep ep [lJUrp Jas op uolcElndeJ úl ¡auel .oqcnul
:od':o[au sa:ru:8o¡ ep I¡J?,J op¿lseuep sa ou olsA.ousru
rs ? áslaJualuor aqap s?lu? ocuquolr ¡a .souorurdo n seu
-orJe^lesqo sns ep so:lo ¿ J¡JuaAuoJ p eslauod ap seluv
{¿rrrefl ol ás sece^ s
@
ou¡oc',.ocu¡tuorr opolau¡ Ig,,'ott6fá¡u¡-láp-sÉá!6jtq-d;gtt;q
- uslrsaJau.as z0^ sJs¡ .z¡ca¡rpald srsa¡odtq ¿un áp
-BrEElü Bl
unE lu- ol Joo ru oqJoq Iap Prsuap
rrs-sfld¡f -r:_üEBü5-o3lA6p
6i op ugrrsurulalep Bllonser ¿un
uor op¿ urqruoc'so¡e lgJe-if 3oi--lii¡i5Ílp op,{ SEEbne cft Iü r
sBl JEldeJ op peprcuduc'e¡ o,{n¡cur anb oBJe .eu¿rp ¿pl^ BI ue
urJ?zrlqn ás seJou€ru sBpol ap anb o¡ ap uotcrnpáp B o¡uenc
xII. MEJoRrsMo crENTÍrrco coNTRA
MESTANISMo creNrlrlco I

Los cIENTiFtcos son caracteristicamente optimistas, y este


estado de espíritu a veces suele pensarse que contrasta, para
su descrédito, con lo que Stephen Graubard ha llamado l¿
"depresión habitual de los humanistas literatos". Sin
embargo, no es de sorprender, tomando en cuenta el hecho
de que, de acuerdo con la realización de las intenciones
declaradas, la cienci¿ es, incomparablemente, la actividad
más triunfante a la que jamás se hayan dedicado los se¡es
humanos, aun cuando no oigamos hablar mucho de los ae¡o-
planos que no volaron, y la mayor parte de las hipótesis des-
cartadas son otros tantos pesares secretos.
Por muy optimistas que puedan ser los cientificos, sería un
error filosófico describirlos como "los opümistas", pues si lo
fueran desaparecería gran parte de su razón de ser. El opti-
mismo, creencia metañsica que brota de la teodicea de Leib-
niz. no sobrevivió la sátira de Voltaire; el Candíde le dio
muerte. No todo está bien, dice su mensaje; éste no es el
mejor de los mundos posibles.

UropfA Y ARCADIA

Los científicos también suelen ser de temperamento utópico:


creen en-la posibilidad, en principio y quizás hasta de hecho'
de un mundo distinto y absolutamente mejor. [.os grandes
dias del pensamiento utópico fueron los dias en que los viajes
138
4
¡
I
'r¡olllrt ap BsoJd uc saJqo s8l ep u8u¡/fta^a uoprpa Bl uá ?p¡J
-npoJdar .{ .(tt9t) qTIUBH Fnr¡¡BS B sp8¡^ua 'uonEcnpa El arqos eu?c ns ep
epeco¡d uolll ¡ ep B¡lr B.I (9¿6t 'sa¡puo'I ¡quo,n¡a¡tn
A) 0ggt-gzgt urol¿A
PUo au!¿lpan 'atualts :uo_ttotnorsul toal, aqJ .rslsqert\ sel¡rrl] ,
3lu3rüBlllcues :¡(or{ ougnu sq ou oc¡pBcl? olue¡u¡Bsued Ig
'ollan^ ?!qBq
as olüoc f?¡ opunu¡ la uoJ ?tü3Jlxa uobc¿JsrlEsul pun ep
sruorcBNeJruuru uoJonJ ?gosolg B^enu ¿l ap ?sueJep ns ou¡oc
sec|pgcJB s?l3ueálJ sns oluul sand .sn¡ueu¡o3 ep rt uoJsg
aP BJg¡¡uelc ugrcnlo^eJ BI ap elu¿uodru-¡ Ínu¡ aued ?un
,atuaús :uonornDtsul
10991-g7gI wnlav puo aulclpan
tDat, aqJ ua Je¡sqa^\ salJ?qc op¿4sou¡ Eq ol e¡uáruElElt
u3¡ or¡¡oc- l¡BJ?gtdu¡esáp enb 3p so¡uepua¡dlos 3p sou¡eq
oN 'uollll\l ap soeuEJodu¡etuoJ soue Jnd selBnpolelu sol
ep sEuauclrü s?lcuaeJr s?l ua sB*lgsul r¡?Ja ou sBc¡pEc& seu
-olclquB s8'I 'EplEc Bl B JolreluB opunu¡ lap BlJueJou! zlleJ
Bl B J?U¡OleJ '..Se¡p?d soJau¡ljd soJlsenu ep s"qu
s¿l r.¡?J€d
-eJ,, EJe uor3sonpa BI rp ollsgdoJd ¡a anb omprsuoc 'opu8lrc
f
,(o¡se anb F 'uolg I '..spsruorl epr,r pep:e,r,, ep opunu¡ un
:uolc¡qruE urs r( eqcn¡ uls 's?soc sBI 3p op¡celq?lse uepJo lep
uolc?ldece esop?¡d op opunu¡ un 'u_olc?Eqse^ur Bl Á uolr¡qr¡¡B
e¡ rod oprduro.r.roo ou uqe Brcuaco¡¡r ap opunu un sa ?tp
-?cJV 'ruuloleJ u¡.pod uge anb o:o ep pepa ?un Ercuq 's?J¡?
Ánu orrs.e¡ue¡ape atceq ?r¡u¡ ou otrpgoJu oluonüEsuad Ig
'oue¡qncsop
ou ¡os ouefe¡ un ap epue¡d un ue o eluu¡slp oJnlnJ Ie ue u?Jl
-uenrue as saJquoq soJ u¿gáns i(oq anb uoc serdoln se¡ orad
's¿lou¡aj sBeugJodr¡¡a¡uor sapEpalJos u?Je los lap p€pn¡J ¿l
Á sr¡odoueqsu3 ¿l 'Epllugnv E^anN ?l :sprdoln senErlue se1
'orcadsa ¡o :od sef¿¡¡ sol ueuaq ,(oq enb op?cgluils orus¡r¡¡
Ia uoJe¡^n¡ €JJelI €l 3p elJgJedns u¡ .rod o¡usnur.rqnJsáp ep
ó€r ohlsrNvrsarr vu¿NoJ ol^¡sruoftIt^l
140 MEJORISMO CONTRA MESIANISMO

ha adoptado una forma distinta. Aun cuando la noción de


una recurrencia ciclica de las épocas históricas ha sido aban-
donada. todavía es motivada por la insatisfacción, especial-
mente por el mundo del cual, según se cree, "la ciencia es
resoonsable".
Una de tales arcadias recientes considera que la suprema
condición del hombre es el estado del próspero terrateniente
inglés del siglo xvttt . Viviendo de los productos saludables y
abundantes de su granja. se veía rodeado por un campesinado
contento y respetuoso, cuyos intereses genuinamente aten-
dia; además, daba trabajo a un gran número de leales servi-
dores de la casa y del campo, a quienes su convocatoría para
la plegaria m¿tutina o la asistencia regular a la iglesia daba
un ejemplo de piedad. El caballero terrateniente criaba una
nurnerosa familia, cuyos miemb¡os varones de mayor edad le
sucederían en el cuidado y la administración de sus posesio-
nesi sus hijas, cuando no estaban ayudando a su rnadre en
todo tipo de buenos trabajos, daban rnayor lustre aún al
nombre famíliar, mediante matrimonios ventajosos' Y para
completar el microcosmo arcádico, un joven preceptor, resi-
dente, sin dejar de echar un ojo a las muchachas, hacia todo
lo que podia por educar a los jóvenes en un estilo que el Dr.
Johnson habria aprobado.
Éste era, sin la menor duda, un mundo maravilloso para el
propio terrateniente, pero no tanto para el personal domés-
tico, ninguno de cuyos miembros se iba a la cama mientras
uno solo de los patrones estuviera en pie' y algunos de los
cuales estaban ya levantados por la madrugada para encen-
der fuego en las habitaciones y las salas para tenerlo todo
listo para cuando bajara la "gente de calidad". También la
gente de los campos trabajaba arduamente, derivando proba-
'sBllsuBc sBl opuEoBtsap tEpuB
anb B¡uat inb uoed lep BI 'a¡uauolqBqoJd s€u .o eluaprsal Jol
-daca:d ¡ap'os?cg ¡s 'Epr^ pl plJos oruoc uulunEa.¡d as á¡uau¡
-alquqord sgrü Á 'lBdrculrd ¡eded ¡e ua as¡euod u¡¿d seuss
-3rou ?uapunu BlJnplqEs e¡ f ug¡cucnpa sl ueuall zel ¿¡EJ
soJU!¡udc so'I 'Ec¡p9rJB Els€luq ?¡sa uor Jsuos ue¡luJed
as anb sol sopol or¡¡or ¡alualua¡BJra¡ o¡allEqBc le ouoc ot¡¡slu
rs B ?rá^ as shra.I 'o8sn¡ apsop .oJed :qñuarts snoeplH
,DYJ U3 Olq¡JJSe '".OsenqBS un rU uoCpr{ un tu .oJo lep ollrq
.pBp¡pel u3
la !u 'sBltE sBlps ap spBN,,:?¡e^ ol la ouoc lE¡
'oluJaÁ opunu un :¿J¡u¡rnb a:n¡¡nc¡.rEu r( sgcruBcau sgfue¡f
ap orcnpold ¡a rod equue ¡a enb opunru ¡o le¡ur¡dns uled
sope:nfuoc u?qu¡sa soJlrr¡uerc so¡ enb EqEsuad .Elcaflcqu
Iá anb 'BrJuerc sl ue opBsEg opunur F elup¡lJJlsJ¡oJ ouor
'a¡u3s?Jd erua¡ o¡ o.rdua¡s ¡ocrpycrp ouans otso ap sa¡qupu.rEu
sErü solueualo sol lrnllsuoceJ opelEo¡ aq 'soue sous^ opBJnp
ueq enb sauorcusra^uoJ sesolsrr.uu uo uernb op ¡sl^ro'l 'S'J
'oeqsaruop ¡euos.lad ¡ep ¡a enb 'a¡uaErxa suru
soporü so¡relc uo gz¡nb Á 'o¡n¡osqe soueu plo ou susoc s?l ep
oprcalqu¡sá uapJo [€ oluaruu¡r¡¡os ordord ng .oJrp?ru o¡ueruel
-eJ¡ opol ap Bicuárrua el ap ¿pnp up¿punJ u3rq eun € ,( oleJal
p 'ollnEro I? oprqep'JpJBlcap llnul eqsllnsoJ anb suropelrc
-edscu¡ o susorolop sepupouJeJuo
-o¡alJes ua- ásJepuol? B
?peuepuoJ relsa u¡pod Á lpue.¡ur puprlB¡Jor¡t a¡qece¡drur nun
ap sog€p so¡ rc:edar áp Eq€¡¿rl so ed soprpdar querpeu
:oJ.[pq?r ¡ap usodsa u¡ e:zd op¡ua,rrp Ánu uuas ocodue¡
'soluatB sns tp o
eluaruatpJrel orálleqeJ lap p?lunlo^ Buanq i( uorceqordu e¡ ep
uulpuadap s¿lJnr¡q sns ep Je I ued ns snb ap olue¡uolü opo¡
ue salusrcsuoc 's¿sor sEl 0p oprtalqB¡sa uopJo ¡o ue JBEn!
ns.m¡druetuoc F sorue sns anb uorcceSsr¡us Joueu¡ olue¡uelq
Itr ohrsrNvtsat{ vurNoJ owsluof:thr
142 MEJORISMO CONTRA MESIANISMO

La Arcadia que acabo de delinear es, desde luego, bas-


tante reciente; está muy lejos de aquel primitivismo que
encontró su más conocida expresión en el noble salvaje de
Jean-Jacques Rousseau. Mucho antes que Rousseau ya
habia habido amplia especulación acerca de un mundo de
inocencia y abundancia primitivas: por ejernplo, acerca de
una comunidad hiperbórea que viüera donde la tierra derra-
maba sus bienes y las cabras acudían por si solas a que las
ordeñaran.
Este primitivismo ha sido elemento importante en la his-
toria cultural de la humanidad, y lejos de anula¡lo, el creci-
miento de la ciencia lo ha hecho aún más atractivo, si bicn
menos verosímil que nunca. Todo el que hoy lo busque,
encontrará en la vida cotidiana y en el pensamiento moderno
abundante evidencia de que Rousseau una vez más anda
suelto,

EL MEs¡AN¡sMo cIENTlFlco

Optimistas o deprimidos, utópicos o arcádicos en su tem-


peramento, los cientificos, como casi toda la demás gente,
desean sentir que tienen alguna razón especial para estar
vivos: no sólo para "estar en este mundo", como se dice, sino
para ser científicos antes que nada.
Frecuentemente oímos en las conve¡saciones o en las opi-
niones de Jos hombres de cienci4 especialmente de los más
jóvenes, que la creencia que anim¿ a muchos de ellos es lo
que Sir Emst Gombrich ha llamado el "mesianismo cienti-
ñco", Va de la mano naturalmente con el utopianismo: un
mundo meior es ysele
tencia mediante una La.
creen ellos, será el agente de esta transformación, y
F-
sol ap BlpatoJd ?uosolu ?^tnu PI ep uorcD^rlolü El op átlBd
uBrE ánb oJlpul ¡opfJeJar .q au¡ eÁ snruorüoc ep A uoJBg
op opunu Ie eJqos €Jqo u¿rE Bdnc B 'lelsqe^,\ ,rFr,l,?*--
'sollá
5p-^ó:lu"'tl-?Jun's5rpüi- óü bred'iiorccu áp sóJ5püos ¡alqFó'd
a:qEE¡5ü-5.|J-ú-1 'urcuerc e¡do:d ?l op srenJ uupanb enb orcmf
ep sotre rod'osec opol ue'o dÉcp¡od seuorsrcep lod epeuru
-re¡ap epenb ocgqualc ozJenJse lep uorcrol¡p ?l anb sa prp.rea
Slsa ap ouBloJoc un 'Bplua¡sos elu?ls€q ol if euenJ eluBlseq
ol se_q;rá!94 3It- Jgltualq! _B_1.19 asracEq epand -¡e.rn¡eu Áa¡
¡uf ouer,re:luoc ou enb- o¡d¡cu¡.rd ua e¡qrsod sa anb o[ opol
anb ep pupra,r Ef ep o¡uorcsuoc olueru¡rJouocoJ Ia :B¡cuelc
-.n.(ú
1!"/' I El ep ?zuuou¡B u¡ otuoc e¡lo¡E ?l olu"l sur?cua enb oluou¡alá
le o^lEs 'uocBg áp ocr¡ugllB ouons lap upeu epanb ou ,(o¡¡
'ouB¡ünq oluaru¡rpualua Jap
oluarupqcu"sue op¡uuepur 4so e¡u¿lparü sa¡q¡sod sasoJ sol
sopot DnlJaIa ? sopBcPap u"q¿lse opunu a¡se ueqeu.reqoE
anb socgnuelc-soJosglu so-l 'sa¡auetuoc soJ$anu ep u?lqu¡El
ou¡s IE¡Ja¡Br¡¡ opunu lep olgs ou 'oluanu¡puslue lop znl €l :znl
€l B:a oJnrl¡J¿ ¡ud¡cu¡:d o,(nc opunru 'Bgosol$ €^ánu Etse Jod
opcaploru opunu¡ un :as uupod ougc áp ogens ns enJ uoc€g
ap ontu?lly DAanN E1 '(B¡oqB sou¡lcap '.,E¡rue¡c p^onu
El,,) ¿lJosolu E^anu El olcun¡rB 'uoJBg srcuBJd an3 e¡sr¡e3uele
.o,{nr '¿¡au¡ud e.I 'ou"u¡nq n¡u¡dsa ¡ep sauorcn¡orre: soluot
-ur sop ep 9r3:ns ?rcuarJ el ua eJ spunJo¡d ,( opuu.6 ulsg
'oqce¡llur¡¡ a¡ue¡seq Á ope¡
-oEz opunur un E JBInras o¡op un uareJud rnb .ps le Jod s"p
-uguq 'pn1¡ua¡d el L zed EJ ep surnll€ su¡enbu ercuq ounuzc
le apgas anb Ecg¡¡ualc uglcrtrlso^ur ¿un elue r¡B¡epec
-au"unq ezál¿JnlEu u¡ ep sauorcce¡redu¡! sBI ep uet¡ns anb
sol Jlnlcxo urs- p"pp¡¿u¡nq BI ? u?u¡nJge anb serue¡qord so¡
trt onsrNvlsan vurNoJ on$uor¡n
t41 MEJORISMO CONTRA MESIANISMO

radicales activistas puritanos que vieron en la nueva cieneia


los medios de hacer de Inglaterra la nación huésped del inmi-
nente milenio, cumpliendo así con la profecia que aparece en
Daniel l2:4: "Muchos lo recorrerán, y se aumentará el cono-
cimiento". No fue un azar que la edición <ie ló20 de la /ns-
tauratio Magna de Bacon mostrara unos barcos que pasa'
ban libremente por el Estrecho de Gibraltar' del que en un
tiempo se habia pensado que constituia el limite del mundo-
Vastos mares son visibles más allá de las Columnas de Hér-
cules, prres siempre ha habido un plus ulta: más allá' "Ve-
nid, venid, venid", escribió Samuel Hartlib en una carta a Jan
Amos Comenius, exhortándole a acudir a Inglaterra, "es
tiempo de que los servidores del Señor se reúnan en un lugar
y preparen la mesa para la llegada del ungido del Señor"' El
desarrollo de las ciencias y las artes útiles sería el elemento
más importante en la preparación de la mesa'
Una de las principales lecciones del tratado de Webster
para quienes fueron criados en opiniones más
-sorprendente
convencionales- es que la ciencia moderna tenga origenes
reiigiosos y literalmente evangélicos más profundos de lo
que

generalmente se ha reconocido' El periodo escogido por


Webster para su investigación especial, de 1626 a 1660' fue'
en lo intelectual, el periodo más emocionante y activo Cel
mundo moderno, una época de grandes esperanzas y
comienzos: la cie¡rcia sería do¡ninada por hombres de las ór-
denes sagradas, cuyo avance profesional dependería, en alto
grado, del Patrocinio Puritano.
Aunque Bacon se describió a si mismo como el "Íompe-
tero" de la nueva filosofia. mucho de su pensamiento tenía un
cariz medieval o más antiguo aún (ei profesor Paulo Rossi le
ha llamado "un filósofo medieval obsesionado por un sueño
..,áJqu¡oq
.pBuoqll sl
Irp saprnlBu sor{r3rap sol ? oledsoJ lá Á pnur^ El
cp ossjtord le uoJ oluefurcouor Jop ácu?^B Je olurualqnlos
-lpur oplun,, B¡qBq 'oc¡ldxa 'azalBJnlsu €'l '..o¡rp?¡np oJunlJl
un sJpue¡go eJ¡sod ¿l B 'eluat Bl ep o souJerqoS sol op uotr
-dn:roc el ep uaqrcoJ ánb oi(odu lB Á sorrrnfeJd sol op or¡ol
-ls¡¡B¡¡ oJun¡¡l F esad 'p¿pJa^ ¿1,, ou¡or ,( ,.¡rce,.¡ unu Á a¡qrsod
Buos aluaf¡¡fanpErt 'JotáJ?d upand ánb ocr¡aurnb ¡od,, ,osaJ3
-oJd o¡se ouoc r¿rlsou¡ orprJáp lecJopuoJ .srcuonoesuoc
ua :BzaJBJntBu BI ep seÁel sBl ap BrJu?lsuoc Bl Jod op¿rnE
-as8 opspenb ?!qEq osorEoJd p enb ep oprcuo^uoJ sq?lsg
'..sruBd sBsJe^¡p sns eJqos su¡ruancesuoc so¡ua:aJrp s?l
op Á 'o¡unfuoJ ua sollr áp ue¡otq enb solql sop?pJo^ ssl
Jrqlqxa Á 'soq3áq sol l€uepjo Á JBquce: sa :acrq anb euar¡ anb
ol opol :JrtuJoJ onb sslsandns seuortBu¡qu¡oc seur ef aueq
ou 'lBul^lp? anb Bp?u Bi( ouo¡l ou,, (Br3ue¡c sl) sgosolU ul
anb 'áJp sou 'Fl aJe .,edorng ap sopB4snF sgu sesrcd so¡,,
ua pBplrEunq Bl ep op8lse JBn¡J8 la 'BJlrolsFl psplllq?t!^
-eu Bun ?¡uol oseJtoJd Je .op8Jpap elueu¡?Jope^ou¡uoc sB¡¡¡
zo^s¡Jod ns'¡aJJopuoJ €Jsd'uo¡cBJlsnfl el solu?u?lf onb
ol sa o1{I 'sBsol¡l^?JBru oluauBtepEpja^ ousll¡¡ rs ua ?zu€g
-uoc ¡{ urtueJ?ldr¡¡oc Eun Jod oruoc of¡cotal Io Jod op?c:Er¡¡
uul olnNo ou Ercuelc B[ ep Bcruelsau uondacuoc e¡ na.lc
B opnl¿ enb o¡uoru¡ssuad ap olue¡u¡r^ou¡ ue,rt opunias ¡g
'sorür^¡^ foq onb ue opünu¡ lap uo¡ceJn8nuur BI ¿ uoJeg
-Bdr¡¡ocu snb s¡nu¡a¡d Bpepsep ,{ u_orou¡¡nxe sl JEldBc sorü
-epod snruauro3 ap uoJEg ap solucsa sol ua :sulslletue^a
f
so¡ ap apuBJE sBr¡¡ lo .srcuelJ u¡ ep zoire¡od u€J? Ia opuols
entrg 'foq ulu olJác?q uapánd Á .seJolcel sns e uo:e:¡d
-sul 3 uo¡erpuerus uocEg 0p sollrf,se sol úJ¿uobunJ Elpod
!u guoltunJ ou otulluarJ opofu¡ ns opu?nc unB i( (.,ouJapou
gtl o¡lslNvlsgn vüINoJ o¡ lstüofal^¡
l4ó MEJORISMO CONTRA MESIANISMO

Aún nbs deja sin aliento esta tranquila seguridad acerca de


la inevitabilidad del progreso por medio del aprendizaje cien-
tífico. tln hombre de la inocencia y la esperanza de Condor-
cet no pudo evitar -ni evitó- la enemistad de los revolucio-
narios. La obra de la que estoy citando (en traducción con-
temporánea) fue publicada después de su muerte, a manos de
aquéllos.
Los bientíficos como clase son racionalistas, al nenos en
el sentido limitado de creer incondicionalmente en la necesi
dad de la razón. Se sentirían sorprendidos y ofendidos si se
les imputara cierta reserva á tales opiniones. El racionalismo
lleva óonsigo una obligación profesional de combatir el
moderno gusto por el irracionalismo: no sólo el doblar
cucharas (forma de psicokinesis hoy en boga) o sus equi-
valentes filosóficos, sino la inclinación a sustituir el contem-
poráneo raciobinio que hasta entonces había satisfecho a
todos los grandes pensadores del mundo por una intelección
"intuitiva". Entre los principales movimientos anticientificos
se encuentran el culto de la sabiduria de Oriente y la teología
mistica -una ofrenda en prosa al Todopoderoso, dÜo
George Carnpbell, que, donde antes una víctima habria sido
privada de la vida, hoy ha sido privada, en cambio... del buen
sentido.
Sin embargo, los jóvenes cientificos irunca deben verse
tentados a confundir la necesidad de la razón con la suficien-
cia de Ia razón. El racionalismo no alcanza a responder
muchas preguntas sencillas e infantiles que a la Sente le gusta
plantearse: preguntas acerca de origenes y propósitos como
las que a menudo son desdeñosamente tildadas de no pregun-
tas, o pseudopreguntas, aun cuando la gente las comprenda
con suficiente claridad, y anhelaría conocer las respuestas.
.3¡tPuol 'plsuoctBr{) Prts¿o¿lJ ot J sP1o41o¿'eet8r{ r¡B&g ¡
\tgól
sol[pnu sol ua lrr^rp8q3 u!,npg B a¡uau¡auanJ .dpe saulJ
arlJ 'soJauljd sol aj¡ua odur¡l un ue esJBluor oPnd srJpue-l
1p sarulJ aqJ z'*¡tBl l uBfrg opBlsuas uq ol oruoc 'opu¿nt
unB 'rfsuaJp uenq E afeua¡P Jsru uB¡J¡JeJsJd aluau¡Bu¡nue8
sEuosJed ssJod Ánu lo¡ajJas ur 'sa¡ua,(eJ3 uos -osaJEo¡d lo
BCUlUtls ..e¡ueurl€aJ,, anb ol ap ¿rJarB ou3lcuocsrp opElnurs
un ue 'opldrüoc Jod 'ugrcou Bl B¡slA ep uapjeld rnb o-
u''Bq o¡ tnb soqcnu ,nbuna 'oserto¡d op Bapl Bl ap uElrnq
es seuelnb ap sB¡callFJd sq ap Bun se lBnllJldsa olus¡tü
-lcaJqodu¡e EgEJlue JEpál?¡ü peplredsord El anb ep B'I
'e¡uaulBn|J? pBpruEu¡nq"apr
?l B ueá
-!UB enb selEu¡ saFdlcuFd sol ep ountulu JBrpnr¡rr ap psau
-o:d e¡ uoc a¡drunc ou ¡s¡JatBu¡ oseltoJd ¡e onb sa 'BIJes srlu
oqcnu rrpuntas BI .,{.
:JuntlJldsá o¡uenurce.lqodrua un au?Jlue
F!¡ateu¡ peplledso:d a¡ anb ap op¡luac lo ue ouuru BpunEas ap
Btllpc BI tp ?rlc!¡c opltouoc ¡a u0 EpBuJBJua B anb¿ sa BJau
-lJd Bt :srlul¡slp seuoz?r sop Jod Á'sofo solBu¡ uor ols!^ gras
'Fl orüoc Á 'lEpelBu¡ osaJtord ¡ap a¡ueEe -sa ol opnueu
s f- .tas apand sr:n¡ca¡nuBu sB¡ ¡s¡ofeu¡ o sJntlnc¡Jtu
?l o ?ulclptr¡¡ sl JBzuB,tB racaq EJBd efuqell enb ocgque¡c ul"I
ocld¡¡Nal3 o¡¡s¡'tvluarv¡,{ .Iiro Nlu rvxa
'opol
o¡.lr¡dua¡uoc áp ozJan¡sr ¡e sofo so¡ru uoc a^ ous¡tuuo¡JuJ
¡a anbrod 'sBlunteJd ssll¡Jt¡¿ü se¡sa z su¡sendseJ ap Bcsnq
ue soure^lo^ sou¡oqap enb [B ou¡st¡Buo¡ruJ JB so oN ..¡uorc
-euÉurur,, áp sotopurplg Jegápsrp ua¡ens
-JBJnc tu Jecr¡
-soutsp ueqBs ou enb sepEperüJaJua a¡uB socrpo¡u soFr¡¡ sol
oluor- sBlsll?uofc?J soJ anb salunlceleluJ saJolop uos solsg
Ltt or¡slNvlsgnvuJNoJol{sluof:t¡^t
I48 MEJORISMO CONTRA MESIANISMO

por tratar de mejorar la salud de los londinenses poniendo


una cañeria adecuada. No, declaró The Times, hablando con
la voz de la anticiencia de todas las épocas, los londinenses
"preferirian arriesgarse al cólera y a lo demás que a ser desa-
fiados a tener salud por Mr. Chadwick y sus colegas"' Iróni-
camente, porque era un gran creyente en el progreso, el prín-
cipe consorte Alberto fue uno de los que luvieron que correr
este riesgo. Al morir de tifoidea, se descubrió que los veinte
pozos de las letrinas del castillo de Windsor estaban iniecta-
dos.
El espíritu de la denuncia de The Tímes a Edwin Cha-
dwick aún está vivo; cada vez que el alcalde de una munici-
palidad norteamericana se declara contra la fluoridación o
cada vez que alguien en Inglaterra declara que es ineficaz o
aun dañina, surge un clamor de regocijo en aquel rincón del
Monte Olimpo presidido por... el Dios de la Descomposición
Dental.
Una vez más. nos vemos obligados a establecer una
distinción entre Io suficiente y lo necesario. Para el pleno des-
pliegue del espiritu humano, no basta con buen drenaje.
comunicaciones expeditas y buenos dientes... pero estas
cosas ayudan. No hay nada en la pobrbza, la privación y la
enfermedad que conduzca a Ia creatividadl que nadie se
engañe por este romántico absurdo. En su mejor época.
Florencia fue un gran centro mercantil y bancario: la Ingla-
terra de los Tudor fue un país próspero y ajetreado; y pode-
mos buscar en vano, en la Amsterdam de Rembrandt, alguna
prueba de que las artes florecen en la adve¡sidad' Aun
cuando no oigo frecuentemente observaciones de tan notable
estupidez, recuerdo que alguien me aseguró que Suiza era
buen ejemplo de un país en que la prosperidad y las con:odi-
Bl z8[8J Bes anb aluár¡¡pu¡]oJ opsqord sq 'o,{ ooJJ 'Bp?N
'e¡uecou¡ uobdarrod ns ap Á
oeugtuodse JopBalc Japod ns ep soglu sol u ut^Ijd pPprrolne
El ep o¡clcJaÍa un o ezouJU ¿l onb uátuol :¡opuoJd¿ ou o Jop
-ueJdB uaqap ?nb uorqurel outs 'Joctq ,{ ¡auoc se¿u euálluoc
s3l ?nb ueqBs olos ou sog¡u so¡ anb aluaruetrás ueáJc soce^
B B¡CUá|JOdXA U¡S Saua^gf SAJpEd Á Sorlsaetü sO'I 'SOndSáp
Á o¡uaruour le rod 'sollá e euetluoc se¡ enb o¡ op B^quqsul
ugrcdeclod gJ?lt Bun ep opu€ln.¡Jstp 'sotlruB sns uoc oluo¡u
-Baugtuodsa seuorsosod sPJlo sns ¿( solantnf sns ugrqreduoc
'sopBsaJa¡ursep I so¡:arqu 'sálq¿u¡? ,{ selueu¡? uglos,{'uglt
-Je¡oJd I ro¡ac f :oruu sogru sol B p¿C 'unu¡oc uotq Ie Jod
refeqe.r¡ ap i( so:¡o e soun ásrBpnÁ¿ áp sopt^E 'so^tlEtádooc
,{ seluBu¡? 'socg¡ced ugJa^lo^ es :lurnlau p¿puoq ns greJ
-eÍBAeJd Á 'Jolop opol op p?Uaqll f ottn¡ar 'roJeJ 'otuáunB op
pBpunEas El sor¡Bunq sejes sol e peg 1ou13uo pntr!^ q ap
DulttJop ul:¡eurtlro opecad ¡ap EurrlJop pl ap Jclncás eluelB^
-rnbe ouropou: le se onb FurJlJop ¿rJ¿l¿J ¿llrsuás pun ap
uorc¡sodxe u¡ ua esBq ás €lJuelt e¡ rod a¡q¡sod oqceq luuolpt¡¡
osa:to:d lep opsnoops ol ¿rluoc o:epep:o^ o¡uaurnSre ¡g
'sslugrl ep os?lJ €pol
ep so.r¡t¡tn¡,{ ug¡ceurluurr uoc serotlrJsa 'soJulluárc 'soJos
-o¡g urud o:qar un oduou oAr¿J áJBq epsap ulle ap oqJaq uuq
snb pepr¡utrdsoq ,{ ¿rcusJtlot e[ 3p 'l?uotrsuqlnu peptunuoJ
sun uá BcglJsd ¿ltue¡s¡xeoc ep oPunu Is opPp BI{ uztn5 anb
ugrJcol gl E BrJ¡¡€uodrür eunEuru ai{nqtrle ou ánb osoJquos¿
o¡c¡nf un sa pI 'ollllcnc ep to¡ar Ja ?¡a 'zo^ ellenbE gnunuoc
'¿p¿zllr^lt gpr^ El e pz¡ns op uoIJnqIJ¡uoJ ¡edrcur:d u1
':opealc nlu¡dsa F elueu€^rtruuep op€c
-oJos u¿n¿q 'ug¡cuJlsrurupu ?uang BI ,{ peptrcEnr3 e¡ ep o
BFlsnpu e¡ ,( urcuarc 3l áp olcnpord uosanJ 'sept¡el¿u sapsp
6rr Ot^tsrNvlsgr¡ vurNoJ ows¡uorgi ¡
MFJORISMO CONTRA MESIAN¡SMO

doclrir¡ d. Ia vinud o¡iginll, eu¡ @ando hay muy po@s


i.ceniivos p¿.á cr¿ú que sca cierta, Si. cñbúeo, ¡o pode-
nos d.jú d. p.nsar qu. 16 érdercia a ccr e¡ clla c¡ u.

EL MEoRrsMo c¡ENrFrco, UNA aMstcroN

Si la dockina d. ¡a ünud orisinal rura cictta, d1onc6 ¿l


rcsia¡isúo cie¡tifico encar.aria úa aúbiciór vrÁ¡ida, po¡
qüc l¡ ciencia u¡ dia p.d.iá ftar .l ambierrc o qu. prcvale
ci¿ra l¿ d¡tud nalurali p.¡o consid¿r.úo.,.n canbió, q!¿
mbiciones ncnores pued.n ab¡iear los ciendficor pa¡a la

Muchos cient¡fi@s jóv.n s cspsan qüe l¡ ci.¡ci¡ qu¿ han


l¡esado a 6ñ¡r pueda s asente d. üna h¡nsforñación
social q¡e @nduzca a le mejora d. Ia huúdidadi por consi-
guienr¿,lmémú qle tú pd¡s polil¡c6 hayú r.cibido u¡r
p¡.püa€ió¡ ci¿ntiÍc¿. y qu. lan pocos r¿rsan un drcrdi
ñiento profundo de I¿s promcsas y rc¡liz.cion¿s d.l. cien-
cia. Estas lañertacioné ¡eve¡¡r una p¡olund¡ inconper-
¡iór d. la n.turalcza d. los problcñas ñás ap¡.mi¿ntcs ! los
qu. 5¿ ¿nfcm¡ el ñ!ndo: lo¡ próbLm$ dc l¡ $brcpobla,
ción y de losnr una .xúl¿ncia úmonios¡ ¿n u.¡ sci.d¡d
mullimci¿1. Estos no son problenas ci.ntifcos.ri admnen
blucio.és c¡.nli,icas. El¡o no signil¡cd quc tG honbEs d.
ci.¡ci¿ d.b.¡ linirae a ser espectadorcs cspútados d.los
a@nt cinidlos o d. ld dkpo!¡cion$ loliücás quc ¡md¡.
¿ar el bi.n.r¡¡ d.las n.cion4 y.. Ia pdlrrc, de la huñani,
dadi ld5 cie¡¡ifi@s. como tal6, ¿nmnt¡úán qu. d.nd quc.
hac¿r aponaciones ¡ecesari¡s y disündvd a l. &l!ció. d.
u¡tüq ¡nb sruorJEr¡¡rug s¿l ls o sBsolpuEJE opBlsEr.¡¡ep uof,
s¡uorsur¡áJd sns !s Jarrafe uepend enb srcuenuur Bl ugJepJad
soJg!¡uárJ sol Á 'otrBqua uls 'soutnbzau solualulluas uslJts
so$a 'opunu le ua -alJuarJ BI ep EI Á- uolclsod Btdo¡d ns
sJBd S?Soruoqsep ou¡oJ sotunuelJ soqcnu Jod sBpBJaptsuos
Jes urPgnd l8¡cos Btr¡lJt o EJtugJeu Bun ap sauolcunJ sg'I
'soueu¡nq
solunsB sol JaJofeu ?rgé:Jafuqu.q uapand soJu!¡uelo sol
enb ua ss¡auu¡¡ selq8rarunuu! ,(Bq 'Bu¡ns ua 'sapBplsu¡ sns
ap ud¡ncs¡p o ug¡cE¡¡¡Juuoc Eun BlJUtrJ Bl r¡.¡ rscsnq uagap ou
enb ap 'sa¡orcu: sauolJular s¿l tp otulruop ¡a ua soc¡¡;¡od sat
-uonculep sol ? Bzut^uo3 osBt8 rarFod Bl v 'uo¡lBo s¡cuBJc
rr5 ofaur osreuad láp so{risá sol ep -o¡oJq ánb ocqguat ousq
-¡a ap olurrz.¡ la opot ep Á or¡¡slcBj ¡ap sauo¡sue¡a:d sslnJlptj
se¡ 'gz¡nb grpuodxa :ucg¡¡od anb sJ!¡Fr sgru Bas ugltunJ
ns a¡uau¡alqcqoJd ¡nby ¿sa¡unerra¡ul stuolsuet sEI 3p Bcraos
'lg¡ ou¡oc'oJgnurlr un JácBq apend anb? 'sgu ze^ Eun
a¡q¡sod ues sal ou¡oc sofiq solu4 Jeua¡
us.rsep osBr?'sopor¡¡ sopot ep'tnb Á gauortnBJtJd sBuelc
Jer¡¡ol a sBpEJgun¡soJB ug¡sa ou sauo¡ce¡:oqxo sns lae¡
f
uápeñd ou anb sguos¡ad áJ¡úe osn ua s¡,rqdú¿¡luoc s¿plpau¡
ss¡so .¡auod ured selqesuadspur so^llBtnpe ,{ soaqu.qstu
-rupu 'socn¡¡od suu¡a¡qord olua¡nt¡s sol le^losu BJEd sep¡f,
-adsa sapeprcuduc úg.rpua1 ou :o¡!xa u.mp enb sotu¿iuodns
oJed ,elredse ns ap ug¡cetudord úl s soprclpap ug¡sa o¡utlr¡¡
f
-suodtuoc ap opouede: ¡a ous¡uatro un op rtEo¡o¡sg u¡
ap a¡ud us.¡t anb opuu:aplsuoc '¡!JgJ ?aJ4 se ou :pBpllstcu
e¡ ap ¡oriuoc ap sa¡qrldacu Á sontou! soPo9tu re¡ue^ur ep
¡B¡?Jt uepeñd 'olduafa rod 'ug¡ce¡qodrrqos B[ ? oluBnt ug
'o¡u.l!t{ Ia re:nEnuu¡
ap sofel ,{nu¡ uglse enb s3uoltnp6 uos o¡ad :s8u¡elqold solse
I9I Or^¡SrNVISit¡^l VürNoJ onslüofan
152 MEJORISMO CONTRA MESIANISMO

sobre la eficacia de la ciencia son superiores a su capacidad'


El papel que estoy pensando para el científico es el que
puede describirse como "mejorismo científico". Un mejorista
es simplemente quien cree que el mundo puede ser un lugar
mejo¡ ("ah. pero. ¿qué entiende usted por mejor?". etc" etc')
gracias a una acción humana sabiamente emprendida; los
mejoristas, además, creen que pueden emprenderla. Legisla-
dores y administradores son característicamente mejoristas,
y el pensamiento de lo que son es elemento importante de su
razón de ser personal. Ellos se dan cuenta de que como más
probablemente se efectúen las mejoras es identificando lo que
anda mal y tratando de corregirlo, mediante procedimientos
que no llegan a transformar toda la sociedad ni a remodelar
todo el sistema jurídico. Los mejoristas son personas com-
parativamente humildes que tratan de hacer el bien y son feli-
ces al comprobar que esto se ha logrado. Esta ambición es
suficiente para un científico sabio, y por ninguna razón dis-
minuye la cienciai el propósito declarado de la sociedad cien-
tifica más antigua y más famosa del mundo no es más gran-
dioso que el de "mejorar el conocimiento natural"'
Los científicos que he considerado en los dos ejemplos
antes citados estaban conscientemente dedicados a esfuerzos
prácticos o "pertinentes". Pero. ¿qué decir de los muchos
científicos que se dedican a la investigación erróneamente lla-
mada "pura"? ¿De dónde sacan su satisfacción? De ninguna
parte, sino del avance del conocimiento mismo.
Jan Amos Comenius habló por todos ellos' Dedicó su lzla
Lucisr ala Real Sociedad de Londres para mejorar el conoci-

' No habia muchos ejemplares de l ¡a Luc¡s {t6681 en el mundo cuando


!-. T. Camíagnac hizo la tradlcción de que he tomado las citas (Liverpool.
Unrvertitv Prcss. Londres. 1938).
'znl ¿l 3p Br^
e(eJry DM BI sluau¿rápEpje^ sa r.un¡,üoc uelq lo ¿l?d sorq
-ruorl sol sopot op otogeuoq ue opsclldu Á opr:rnbpe .ras erud,,
pslá^tun olualu¡lcouoc tap upanbsflq u¡ anb ep sntueu¡oc
op opoJJ lo uoc u?Jpuá^uoc ts ap or¡uap ezuetedso alttotc
-Uns uauáIl anb so1 ',,:ornbop Jod soJqu¡oq so¡ sopo¡ ered
'sou?u¡n¡{ solunsu sol sopol ep o¡ueltuurofeu ¡a anb souau:
upBu,, EJa-o¡rsodoJd o,{nc .,¿u€r¡¡nq Blcualcstut¡¡o ap o}sEA
,{ oflrruas utuanbso un :afat,, :oXfosuod eun EIJEq rB[?q¿.¡l ¿Já
'BrcBpnB ns ue aluer{ol¿csá ,{ pnt¡uEBu ns uo eJopá^otüuoo
'snlusr.uoJ op uorcrquB utdord e1 '..op€lsa Ie (uoclp un8ás)
,{ odJanJ ¡e 'nltr¡dsa l€ uerq ecsq enb ol oPol ap ontsorSord
aluauetuelsuoc oluáu¡nE 1a,, e¡:u:ncord '¡9 gi(e:c 'uotccoi
-rad e¡ u opu?^all uEq¿lse anb ¿Uosolu 8'I '(.,salogas saltsnlt
's?sa¡drüo s?croJáq s?Jlson^ usos sBtlpuog,,) PlnlBu oluatu
fsr onslNvlsSl^l vurNof, ol^¡sluof3l^l
ACERCA DEL AUTOR

Sir Peter Medawar empezó sus investigacíones en el tabora-


torio del profesor H. W. Florey, en Oxford, en los pri-
meros días de ta c¡eación de la penicilina. Dcspues invcstigó
las causas y buscó los posibles remedios para el rechazo en
los seres humanos a los órganos y tejidos trasplantados de
otros sercs humanos. Por esta investig¡ción recibió el Premio
Nobel en l9é0, y su investigación personal se ha extendido
por todo el campo de la patología experimental. Fue Director
del British National Institute for Medical Research' de 1962
a 1971. Actualmente se dedica a investigar la biología de los
tumores en el Clinical Research Centcr, del Mcdical
Research Council. Entre sus obras anteriores se incluyen The
A rt oÍ t he Solubte (1967). The Hope of Progress 1974)
( y' cn
colaboración con su esposa, J. S. Medawar, The Lde Scíence
(r977).

t54
s9r
!¿ oculrc n¡uldse la
LL ¿PBtttdB Bl Í ¿lnd Etcuarc ?l ep ousqouse la
99 pspuoud B.l
,9 BPr^ aP olNa la
09 pBpJa^ 8'l
ss ugr-c?roqc loc 8'I
9S ¿Brcuárr el apBrcsJdsoueui a¡sa?
zs ' Elcualc 8l $pu3Jep anb ÁEr{ opuBnS
8t ocuFuerc lep sapporü sol ,{ sPr^ Bl ap sopadsv
ET l?Jáual m ou¡stt¿l Á orüsrur^nBqJ
8€ B|SUSIJ ?l Ue Serálnur s?'I
8€ ' Ercualc El ue ouslsBJ la i( orustxas la
te
;-; ""*;,,;",.
,., -"0 .**o,l'o'l iln fi'i.:l ;t
' ¿;eir¡so,rur oqap 9ub ug? '¡¡¡
tz ¿ooglluarc un:as ¿¡ed álueriuns ¿rcuetrtalu¡ oEual?
so^!¡ou¡ so'l
ag ¿ocullu3!t
:opetpsa,rur áp psplr?o otuel !s ¡eqEs opand ou93? '¡
sf ugrcrnporlul'I
II rornD lap olJDfat¿
6 alras ol D otJDJbt¿
!IJICNI
l5ó IND¡CE

VII. Sobre cientificos jóvenes y v¡ejos 80

Envejecer 8l
La ciencia y la administración 8?i
/ur,,. ru. presentaciones 9l
La escritura de un "articulo" 96

f lX. E*perimento y descubrimiento 105

Los descubrimientos I t3

r Premios y recomPensas

, xl. El proceso cientifico


I t"l

t2l
t26
Algunas implicaciones de estas ideas
La marcha de los Paradigmas r33

mesianismo cientifico 138


XII. Mejorismo cientilico contra
138
Utopia y Arcadia
El mesianismo cientifico r42
Examen del materialismo cientifico t47
El mejorismo científico: una ambición realista para
150
la ciencia
154
Acerca del autor
'otFocz¿*1 plw ap qálp ooge'I
ottso) otpqlv ¡p se¡¡g!.i ^
:ePP¡¡od
'saPldu¡ab
. Ir(ü m ¿p rnJ o¡r¡ l1 J'c'00gt0o{x
-tw '881 ,¡q!'l oldplunw 'v s 'osJra
-o¡d uglf,eur+¿fif,r¡3 rD gu¡Jp¿trx¡J ¡fi
'l 'c '00990@!x?rtl 601 en!¡rs -v 's
'¿¡du¡llo sruol4trf, o¡!1 rP s¡¡rilsl sol
u¡ ü86tápe¡$¡¡n¡d¡s+g It rr¡ü¡¡du!
ep gur¡r¡rJt¡s ¿tru¡-ouoJl ¿lnll¡|9 ¡p
opuoJ odn¡8 IJP seseldü¡¡ ut oPsu
-¡¡P¿nrr¡¡ ,t osr¡du¡! rnt o¡qll rttJ
sólo que sus esfuerzos se dirigen a la búsqueda
de la verdad. En esa dirección debe valerse del
sentido común, la reflexión, la experimentación
y el máximo de su energía, a fin de enconrar
. el por qué de las cosas.
El resultado es una obra como la que a él
le habría gustado leer cuando iniciaba sus in-
vestigaciones. Un libro que satisface la curio-
sidad en torno a la verdadera índole del hom-
bre de ciencia, de sus dudas, esperanzas y frus-
üaciones.
El científico puede verse recom des-
oués de una ta P'íl^'t,
rea difícil
lo que
llamó: "El
sentrmrento ?6 *t
oceánico" y sa-
ber que ha esco-11 \.o
gido bien su
destino; pero :t?
uede
reconocer que
sus años de esfuerzo
han sido infructuo-
sos y tendrá que exa-
minar si las satisfac-
ciones se equilibran I
con los fracasos.

lIPrf I
I
l

S-ar putea să vă placă și