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"INSTITUTO BOOSTER PARA HOMBRES" /Larry Stylinson/

by samanthabg_18

Esta es la historia de cómo llegué al instituto Booster para "reforzar" el carácter, al mando de
Madame Dur.

Y tengo un presentimiento.

Este va a ser el mejor año de mi vida.

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"INSTITUTO BOOSTER PARA HOMBRES" /Larry Stylinson/

"INSTITUTO BOOSTER PARA HOMBRES"

El gran letrero de metal negro se yergue ante mí, la cabeza me da vueltas, mis manos sudan y
tengo un tic en el ojo que me molesta. Mi madre llora en el asiento del copiloto y mi padre aprieta
el volante con tanta fuerza que sé, le está haciendo daño.

Hace tres días mi vida estaba en relativa calma, tenía una habitación grande y cómoda en una
casa de los suburbios con un gran y bien cuidado patio donde las flores de todos los colores
daban la bienvenida a las visitas, mi perro Condori movía la cola al verme llegar de la escuela y
yo aún tenía mi secreto muy dentro de mi pecho, creciendo cada día más.

Pero esa noche, cuando mamá me sonrió en el comedor y me dijo, y lo cito: Harry, tu padre y yo
lo hemos hablado y sabemos que hay algo que te preocupa, puedes confiar en nosotros, amor,
siempre estaremos aquí para ti.

Y entonces, como un estúpido adolescente de dieciocho años sonreí, con la vergüenza marcada
en cada una de mis facciones y lo dije, creyendo en sus palabras. "Soy gay"

Y juro que ellos entendieron que había drenado la sangre de mi abuelo en el templo de una
iglesia para invocar al señor de las tinieblas,...porque nunca me habían visto de la forma tan
repulsiva en la que lo hicieron, y mi madre nunca había llorado como lo hizo y mi padre no se
había enojado como aquel día.

Así que, esa es la historia de cómo llegué a este instituto para "reforzar" el carácter, al mando de
Madame Dur.

Y tengo un presentimiento.

Este va a ser el mejor año de mi vida.

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Nota importante:

Mi ortografía, como se darán cuenta no es muy buena. Si no toleran eso, no sigan leyendo.

Voten y Comenten, por favor. Es lo único que pido de ustedes para escribir.

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Capitulo I:"Bienvenido"

“Bienvenido”

Así que, ahora estoy aquí, sentado frente a un gran escritorio de madera vieja y desgastada, en
una habitación que huele a gato mojado y cigarrillos. Las cortinas de color rojo chillante que
cubren el gran ventanal junto al estante con libros tan viejos – de los cuales no reconozco
ninguno de los títulos- son tan pesadas que no me sorprendería si de un momento a otro se nos
vinieran encima. Los cristales están tan pulcros que casi me duelen los ojos por el resplandor, y el
sillón en el que estoy sentado me pica en la piel.
Escucho a un gato maullar pero no sé de dónde viene el sonido. No me gustan los gatos. Quiero
a mi perro Condori, lo quiero aquí, conmigo. Eso es lo más doloroso de dejar mi casa, no se
admiten mascotas en el instituto.

Una puerta a mi derecha- entre un estante con fotografías viejas de París y la torre Eiffel- se abre
con un rechinido, se me ponen los pelos de punta y trato de calmar mis nervios. He empezado a
sudar de nuevo y el cuello me pica, no puedo rascarlo, tengo que demostrar compostura. Una
señora regordeta y muy, pero muy corta de estatura entra a la estancia y los pelos se me quieren
salir de los poros, el cabello gris arreglado perfectamente en una cola de caballo –que parece
dolorosa-, un vestido negro que no le favorece a su muy, muy, muy voluptuoso cuerpo con un
cinturón marrón con una enorme hebilla de metal en forma de circulo, botas de combate negras y
una fusta en la mano. No sonríe y me doy cuenta de que estoy agradecido por ello, tiene ojos
grandes, de color azul y pestañas largas, los labios pintados de color rojo fuerte y una cicatriz en
el pómulo derecho, sus mejillas están pintadas de color rosa y su nariz en pequeña y aguileña. La
mujer es una pieza valiosa de arte. Carece de belleza y es un poco abstracta... como el arte.

Se acerca al escritorio y juro que escucho sus pisadas razonando en el suelo de mármol. Mis
padres la observan con detallada atención y sé que mi padre está tan aterrado como yo, lo leo en
su ceño fruncido y su labio levantado, su expresión es épica.

Mamá está llorando en la silla, no deja de ver a la mujer pero las lágrimas salen de ella como si
fuese una tubería rota y nadie pudiera arreglarla. Yo me limito a rodar los ojos, si tanto le duele
que vaya a vivir en éste internado por los próximos seis meses... es simple como decir: Nos
vamos y llevamos a nuestro hijo gay con nosotros.

Pero ella no llora por esa razón, ella llora porque su hijo es gay.

Malditamente gay.

Se coloca detrás del gran escritorio frente a nosotros y deja caer su peso en la silla. Sus manos
se unen y sus dedos se enredan, nos mira fijamente y siento que no puedo temblar más. Esa
mujer es horrible.
-Buenos días, familia Styles- Oh mi Dios santo, ese acento francés es hermoso, no negaré que su
voz es linda, ojala pudiera hacer algo con su genética.- Así que esperan que aceptemos al
pequeño Harry Styles cuando el semestre ha empezado hace dos meses.

Mi madre sorbe por la nariz y yo solo puedo hacer una mueca. ¡Contrólate mujer! Eso es
repugnante. Mi padre se endereza en su silla, su cuerpo es el de un militar aunque nunca ha
estado en la milicia, le encanta el ejercicio y ser un abogado de respeto no le da mucho tiempo
para ejercitarse, pero por alguna manera siempre tiene ese aspecto, bien parecido y con muchos
músculos.

-Básicamente es lo que esperamos. Tuvimos pocos días para buscar una institución apropiada
para nuestro hijo, mi esposa, Anne y yo esperamos que pueda ayudarlo con su problema.
Corregir su camino, ya sabe, para que se corrija. La homosexualidad es una enfermedad que no
se acepta en mi familia.

¡Una enfermedad! Si papá, eso no me ha roto el corazón, no me ha dado ganas de desear con
todas mis fuerzas una nueva familia.

-¡Mamá deja de llorar!- grito sin importarme que Madame Dur me dé una de sus miradas más
frías y mi padre se avergüence más.

-No le grites a tu madre, jovencito.

Ruedo los ojos, porque no puedo hacer nada más. Cruzo los brazos frente a mi pecho y me
hundo aún más en la silla.

-Bien, podemos hacer algo por ustedes. No me importa la identidad sexual de su hijo, aquí
impartimos disciplina. No puedo hacer nada más que reformarlo.

Mi padre toma la mano de mamá –que no ha dejado de llorar- y asiente con la cabeza.- De
acuerdo.

-Traeré los papeles de inscripción.- dice Madame Dur antes de levantarse y hacer chirriar el suelo
con su peso.

Media hora después me encuentro en la puerta principal, viendo a mis padres salir de aquel
campo minado y gris al que debo llamar hogar. El automóvil arranca y yo debería despedirme,
pero ya nada me importa. ¿Quieren dejar a su único hijo en un maldito instituto por todo un año?
¡Pues que les aproveche! ¡Ahora son padre de una mariquita y no me importa! ¿Mamá no quería
una niña antes? ¡Pues ahora la tiene!

Sí, todo lo que sale de mi cabeza son estupideces de ese tipo, no me siento una niña, siento que
son un hombre al que le gustan los hombres y Dios, se siente tan bien.

-¿Estás listo, Harry?- pregunta Madame Dur.

-¿Importa si no?

-No.

La sigo por los pasillos de aquel enorme y tétrico castillo de mediados de siglo. Subimos las
escaleras de caracol que llevan a las plantas superiores y pasamos por puertas y más puertas de
madera reforzadas, pestillos pesados y juro que he perdido la cuenta después de cincuenta.
Madame Dur golpea la fusta contra cada una de las puertas que pasan y pequeños gritos se
escuchan del otro lado de ellas. ¿Qué clase de padres deja a sus hijos en una institución cono
ésta?

Subimos una escalera aún más grande que llevan al tercer piso y veo una cabellera castaña
obscura, ojos pardos y grandes, unos labios carnosos y una nariz gruesa. Es un chico lindo, tiene
puestos unos lentes rojos y cuando Madame Dur hace sonar la fusta en una de las paredes se le
caen los libros que llevaba en las manos. Trata con todas sus fuerzas meter la llave en la
cerradura pero los nervios lo están comiendo vivo.

-¡Javier Beltran!- grita Madame Dur y el chico se pone pálido.

Javier gira sobre sus talones y nos da la cara, o eso podría decirse, porque no ha subido la
mirada y pareciera que sus pies son más interesantes que nosotros. Ese chico en muy penoso,
aún más que yo. Muerde su labio tan fuerte que temo se haga daño. Los libros siguen en el suelo
y tengo que reprimir el impulso de ir a recogerlos y darle una sonrisa de consolación, siento que
llorará en cualquier momento y es tan tierno que no permitirá eso.

-Javier, ya que eres el único fuera de tu habitación después del toque de queda de esta mañana
tendrás que guiar al señor Styles por el edificio, mostrarle los salones, zonas prohibidas y sobe
todo, las reglas. ¿Entiendes, o tengo que repetirlo?

Si no temiera por mi vida ya le habría dado a esta mujer una buena palmada, pero soy una
hombre respetuoso y... ella ganaría la lucha, al final de cuentas parece la hermana malvada de
Hulk.

-Entiendo, Madame Dur.

-Bien, lo dejaré contigo, puedes instalarlo en una de las habitaciones disponibles en esta área,
que él elija la que más le guste, será su único refugio por un año.

Mis ojos se achican y la veo alejarse, resonando la fusta por las paredes y creando un eco que no
hace las cosas mejores.

-Madame Dur. Vino de Nantes cuando tenía veinte años, era algo así como una soñadora
empedernida y... vio la realidad cuando su novio la dejó con una deuda de miles de dólares en el
banco. Creo que ella antes tenía una bonita ilusión de la vida.

Al ver a Javier a los ojos, esos tímidos ojos cafés decidí que él me caía bien. Era dulce y su tono
de voz no rebasaba la media.

-¿Quieres elegir una habitación ahora?

-¿Hay una que esté cerca a la tuya?

Sus mejillas se tiñeron de rojo y supe que, para ser un chico tímido yo había sonado un podo
pretencioso.

-Sí, justo al lado de la de mi novio.

No podía evitarlo, ese chico era tan único. Dejo que la risa me gane y no quiero hacerlo sentir
mal, pero me puede.

-Bueno, perdón por eso, no era en doble sentido Jav, solo que, eres a la única persona que
conozco aquí y pues... solo quiero ser tu amigo.

-Bien...- pero sus mejillas dicen lo contrario.- Vamos, dejaremos claro cuál es tu habitación y le
avisaremos a la señorita Gala, ella es la persona adecuada para cualquier problema, no molestes
a Madame Dur, nunca. Tu equipaje lo subirá George, él es el conserje, no hables con él, no le
gusta que le molesten.

Avanzamos dos puertas y llegamos a una marcada con el número 265, la madera es cedro y se
siente fría al tacto. La cerradura es medieval pero la han adaptado y es más fácil de abrir. No
mentiré, no era lo que esperaba. Dos ventanas con cortinas blancas transparentes dejan que el
sol entre con todo su resplandor y la cama matrimonial no se ve del todo incomoda. Las paredes
están sin vida pero espero que se me sea permitido hacer algo con mi espacio, ya estoy
suficientemente deprimido.

-Así pues... estamos en toque de queda, lo que significa que no podemos salir de nuestras
habitaciones hasta que Madame Dur lo decida... escucharas una campana cuando esto acabe,
según mis cálculos terminará en diez minutos, iremos a las aulas y te mostraré tu horario,
después te llevaré con los demás chicos... ándate con cuidado con Christopher y no te acerques
a Louis ni Zayn.

No tengo idea de quienes son pero ya lo anoté en mi lista, no acercarse a esos tres chicos. Listo.

Javier abre la boca pero antes de que alguna palabra salga de ella una campana chillante y
estúpida resuena en el aire, enviando un zumbido a mis tímpanos.

-¡¿Qué mierda es eso?!

-La campana, sonará cada que tengamos toque de queda y cuando acabe.

-¿Para qué es eso del toque de queda?

-No lo sé... y nunca lo he preguntado. Y no lo haré. Ahora vamos, tenemos que salir de aquí, hay
mucho que ver.

Bajamos las escaleras en silencio, ninguna voz interrumpe el sonido de nuestras pisadas.

-¿Dónde están todos?- le pregunto a Javier.

-La mayoría se quedan dormidos... otros solo tardan más en salir, Madame Dur tiende a rondar
los pasillos y nadie quiere verla.

Asiento con la cabeza y sigo inspeccionando todo a mi alrededor, hasta el momento he visto un
florero sin flores... un cuadro de Juana de arco y otros lugares de Francia. Las paredes son
grises, en su mayoría y las escaleras interminables. Hay dos pisos más después de donde está
mi dormitorio y no tengo idea del número de chicos olvidados en la perta del infierno al que mis
padres llaman “Instituto Booster”.

Ya en la primera planta Javier toma mi mano y nos escurrimos entre los pasillos, llegamos a un
aula con la marcación de “Biblioteca”, otro con “Sala de estudio”, “Salón #2 Matemáticas”, Salón
#6 Español”... todos son grandes y con ventanales hermosos pero fuera no se ve más allá de los
bosques y cercas que cubren el terreno. Caminamos por más pasillos y llegamos a unas pertas
dobles color carmín, demasiado llamativas para aquel lugar.

-Está bien, aquí conocerás a todo tipo de chicos, los típicos idiotas, los muchachos que solo
hablan de las grandes sumas de dinero que sus padres tienen en el banco, los mataditos, el lame
suelas de Madame Dore; Serafín, no hables con él. Y también están los tres cabrones de esta
escuela, ya sabes los nombres, Zayn, Christopher y Louis... No hables con ellos.

Quiero registrar toda la información... no hablar con los cabrones y existe un lame suelas al que
no debo ni de mirar.

Las puertas se abren y miles de murmullos llenan el espacio, platicas aquí y allá, gritos, risas,
empujones, ojos de miles de colores, diferentes tipos de estructuras físicas, colores de cabello y
peinados raros. Cada uno portando el estúpido uniforme a su manera.

-Bienvenido a la jungla, Harry.

Una risita se escapa de su garganta y camina, jalándome con él. Algunos ojos se posan en mi
pero pierden el interés, Javier me lleva a una mesa junto a un chico alto de cabello negro y ojos
verdes, le abraza y besa su mejilla. Supongo que es su novio y no es nada feo. Un rubio de ojos
azules me sonríe y me hace una seña para acercarme.

Me siento en la mesa, entre Javier y el rubio y un chico de cabello castaño pero rapado me
sonríe.

-Hola, mi nombre es Niall Horan, soy de Irlanda y tengo diecinueve años... me gusta mucho
cantar y odio a los gatos, ¿Has visto al gato de Dur? Es horrible pero todos debemos respetarlo,
más de una vez me han dado ganas de tirarle un balde de agua fría por la cabeza pero la verdad
es que....

-¡Nilla!- lo regaña el chico rapado- Cállate de una vez, siempre hablas de más.

La risa salé de mi boca sin permiso, bueno, son raros pero ¿Quién no lo es?

-Hola, yo soy Liam Payne, un gusto conocerte....

-Harry, Harry Styles.

Todos están sonriendo y yo no puedo verme más incómodo. ¿Qué esperan? Mis padres me
acaban de botar aquí alejándome de mi perro y mis amigos, alegando una “enfermedad” que no
tengo y esperando que vaya por el camino recto. Pues una mierda, no voy a cambiar solo porque
una francesa regordeta lo diga.

-Bueno, Harry... ¿Qué hiciste para terminar aquí?

Sonrío, ¿Por qué no?

-Simplemente admití ser gay en voz alta en la cena hace dos noches...

Carcajadas.... Esa es su reacción.

-Bueno, bienvenido al club, Gay Harry.- dice el novio de Javier- Mi nombre es Axel, un gusto.

-¿Ustedes como terminaron aquí?

Todos se miran sonrientes, al final Niall me mira a los ojos y me dice, con toda la tranquilidad del
mundo:
-Si te decimos, tendríamos que matarte.

Mientras todos vuelven a reír mi mirada recorre la gran cafetería, todos están sumergidos en sus
pláticas, haciendo movimientos bruscos con sus manos, riendo. Y en una mesa, muy al fono de la
cafetería están tres chicos, un moreno de cabello negro, un chico de cabello rosa y gestos muy
marcados, su sonrisa es linda pero hay algo en sus ojos que no me parece del todo amistoso. Y
entonces... está él, un castaño de ojos azules y barba de varios días, una sonrisa socarrona y juro
que mi corazón está saltando.

Su mano recorre la espalda del chico de cabello rosa y cuando llega a su nuca lo atrae hacia él,
besa sus labios y sonríen en el beso. ¡Bueno, nada va mejorando!

Javier me da un golpe en la pierna, le miro y me mira:

-No, ni si quiera lo pienses. Zayn, Christopher y Louis.... ¿Recuerdas?

Y quiero recordarlo, sé que no debo pero... esos ojos azules, esos labios finos.

-Sí, recuerdo. Mantenerme alejando, lo tengo.

Javier asiente y regresa su mirada a Axel, Liam está dibujando tonterías sobre una servilleta y
Niall me mira a los ojos, sonríe y me toma la mano con fuerza.

-Lo sé, Javier exagera un poco pero no son tan malos... a mí me gusta Zayn pero no me acerco a
él. Él y Louis son como propiedad de Christopher... se podría decir que son novios entre los tres...
es algo raro pero, bueno, algunos moriríamos por formar parte de esa relación.
¡JA! Mamá, papá... me enviaron al instituto más gay de Inglaterr

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Capítulo II: "Te conocí en el baño"

“Te conocí en el baño”

Niall sigue hablando de cosas que realmente no me importan pero el chico tiene carisma, así que
es la única razón por la que aún no me levanto de la mesa y me alejo de su voz chillona. Liam
asiente sin poner atención y sonríe en los momentos adecuados. Javier y Axel me tienen
aburrido, no hacen más que susurrarse palabras de amor y robarse besos de vez en cuando.

He perdido de vista a Louis, porque ese es su nombre, Louis Tomlinson... ahora sé algunas cosas
sobre él, Niall me ha dicho que vivía en Doncaster, tiene veinte años y está aquí porque su
padrastro terminó en el hospital gracias a una “inofensiva” broma para alejarlo de su madre y
hermanas. Ama los tatuajes y Madame Dur prefiere hacer caso omiso de su presencia que perder
el tiempo y saliva tratando de corregir a un chico como él.

Christopher y Zayn siguen en la mesa, Zayn recorre el brazo de Christopher con cuidado, como si
pusiese romperse pero el chico de cabello rosa no le toma importancia. La sonrisa de Zayn es
hermosa, sus dientes blancos y esa fina barba hacen de sus rasgos musulmanes aún más
deseables. Y yo me pregunto ¿Cómo es que un chico como él puede ser gay? Digo... los
musulmanes no permitirían eso. Christopher sigue comiendo como si Zayn no estuviera presente
y cuando yo estoy a punto de retirar la vista hace el primer movimiento con el que sé, tiene
sentimientos. Una sonrisa, pequeña, pero es una sonrisa.

-¿No lo crees, Harry?- pregunta Niall.

-¿Qué?

Liam deja de prestar atención a la servilleta rallada frente a él y me mira, serio.


-Niall, deja a Harry en paz, siempre atosigas a los nuevos.

-No, no importa- contesto con rapidez porque Niall ha perdido la sonrisa.- Estoy un poco
abrumado, perdona.

-No importa, solo decía que creo que deberían de servir comida para humanos en esta cafetería...
mi abuela hacia una pasta riquísima, mi madre cocina delicioso pero no puedo regresar a casa
porque tengo problemas con mi padre y ya sabes, no la deja traerme comida y mi....

¡Dios! Él nunca se calla. Su atención regresa a Liam, este solo asiente y sonríe, como todo el
tiempo que le he visto. Creo que tiene mucha paciencia porque, si fuera él ya habría callado a
Niall, y no de un buen modo.

-No tendremos más clases hasta mañana- dice Javier de repente.- Te daré tu horario y las reglas
cuando regresemos a los dormitorios... mientras puedes salir a los jardines o estar en la
biblioteca, en la cafetería o en tu habitación... pero ten cuidado, has cámaras de seguridad por
todos lados aunque nunca hemos visto una Madame Dur se entera de todo... ¡Oh! Una persona
sabe dónde están las cámaras... nunca se lo ha dicho a nadie, es como si pequeño secreto, no es
que le importe mucho, Madame Dur y Louis se omiten siempre.

Una sonrisa se abre paso en mi cara, ni siquiera conozco al tipo pero ya me tiene sonriendo. Pero
debo de dejar eso atrás, no creo que sea buena idea meterme en los territorios de Christopher.

-Tengo que ir al baño.

Liam me da las instrucciones para ir al sanitario más cercano, este internado es enorme pero me
acostumbraré.

Salgo de la cafetería con toda la elegancia que puedo- que no es mucha- y giro a la izquierda
para encontrarme con un pasillo pulcro y con eco, una puerta negra se localiza al final, a un lado
de un ventanal sin cortinas que da a vista a un jardín con flores coloridas... y juro que es la única
parte del exterior que tiene color, o eso he visto hasta ahora. Empiezo a tararear una canción sin
sentido que mi madre me cantaba cuando era pequeño, no me gusta cantarla, es como reconocer
que extraño a la mujer que me abandono hace algunas horas en un punto en alguna parte de
Inglaterra, lejos de mi verdadero hogar. Espero con todas mis fuerzas que llore todo el camino y
que mi padre se harte de ella pero se trague sus palabras como siempre, que la escuche gritar y
berrear, que se le salte esa vena de la frente que indica que está tratando de mantener la
compostura y que apriete el volante con fuerza... por las ocho horas que dura el viaje.

Llegando a la puerta negra noto el silencio del pasillo, por la noche no saldré de mi recamara, se
parece mucho a una de esas historias de miedo donde saldrá algún niño tratando de jugar contigo
y llevarse tu alma en el intento. La perta se abre sin hacer el menor ruido y es una proeza. Me
meto en uno de los cubículos y cierro la puerta detrás de mi. Mientras hago mis necesidades
fisiológicas tarareo aún más fuerte la maldita canción de mi madre y me descubro a mí mismo
creyéndome una estrella del rock, con una mano frente a mí como si fuera un micrófono y la
otra... ya saben dónde. Grito y mi voz se agudiza, de un momento a otro el baño parece un
concierto de Kiss.

Pero incluso los mejores pensamientos terminan. Jalo la palanca del baño y cuando salgo,
sonriendo como un estúpido por la penosa escena que acabo de hacer escucho las palmadas
lentas de un chico frente a mi.

-Perfecto, simplemente glorioso. Ni siquiera November rain de Guns n’ Roses me había llegado
tanto al corazón.

Louis Tomlinson está sentado en el lavamanos, con un cigarrillo en la boca y las piernas
cruzadas, se ve un tanto bajo de estatura pero yo no puedo hacer nada más que quedarme
callado, sonrojarme y bajar la mirada. ¡Acabo de cantar una canción de Barney frente a él! ¡Y en
el estilo de Kiss!

-Vamos, chico nuevo, no te sonrojes.

Sacudo la cabeza y voy hacia el lavamanos más alejado, el agua está fría y espero que eso me
calme un poco. Le veo ponerse de pie con elegancia y depositar el cigarrillo en el bote de basura
más cercano. Se mira en el espejo y acomoda su cabello hacia arriba, me mira por el reflejo pero
intento no prestarle atención. ¡Javier me ha dicho que no lo intentara! ¡Christopher me puede
noquear de un golpe!
Sus Vans hacen un ruido casi inaudible en el mármol cuando se acerca a mí. Siento su presencia
a mi lado más que verla porque soy un cobarde y le he dado la espalda alegando tener que
secarme las manos.

-Mi nombre es Louis- me dice y siento su voz muy, muy cerca de mí oído.- Louis Tomlinson pero
puedes llamarme cuando quieras.

¡JA! ¿Es eso una broma o no se le da para nada bien el ligar?

-Aja... soy Harry.

-Pues hola, Harry.

-Hola.

..........¿Y ahora qué hago? Me doy la vuelta muy lentamente y de repente sus ojos azules entrar
en mi campo se visión.

-Tienes unos lindos ojos.

¡Respira, Harry!

-Y tus mejillas rosadas son tentadoras.

¡No vale la pena ponerte en peligro solo por esos hermosos ojos!

-Tus labios me gustan.

¡Muévete, maldita sea! Le saco la vuelta y me atrevo a caminar a la salida, dejaré de temblar en
algún momento, de eso estoy seguro. Una risita atraviesa mis oídos y de repente ya no estoy
viendo la puerta, mi cabeza rebota en la pared fría y los brazos de Louis me acorralan, tampoco
es que me resista mucho.

Unos ojos azules y demandantes me dan la bienvenida a mi nuevo infierno. Dos en un solo día,
eso es un record.

-No me gusta que me den la espalda, Harry. A ver... vamos a aclarar algunas cosas con respecto
a los buenos modales. Número uno- y como si sufriera de un retraso mental coloco uno de sus
dedos frente a mi, indicándome el punto número uno- cuando uno se presenta, se tiende a dar un
nombre completo... ahora sé que te llamas Harry, pero no se tu apellido, porque no lo diste...
número dos- y un dedo se suma al primero-cuando una persona, muy amablemente te hace un
cumplido... ejemplo: me gustan tus ojos...¿Cómo tiene que responder la persona alagada?

¿Este tío cree que soy estúpido?

-Con un gracias- contesto rodando los ojos.

-¡Bravo!- su sonrisa me puede- número tres...-y un dedo se une a los otros dos, pero ahora,
lentamente recorren mi perfil, desde mis labios a mí oído y de regreso, bajando a mi cuello y
regresando a mis labios.- Nunca se le da la espalda a una persona que ha sido buena contigo...
eso es de muy mala educación, joven Harry.

Estoy a punto de derretirme cuando la puerta se abre por completo, una melena rosa y corta entra
a la habitación y se sitúa frente al espejo. Louis se endereza lentamente y su sonrisa ha
desaparecido por completo, Zayn está recargado en el marco de la puerta y yo me he quedado
clavado en mi sitio.

-Cuando termines de tontear con el nuevo, Louis, te estaría muy agradecido si volvieras a poner
tu maldita atención en mi. Tenemos cosas de que hablar y Madame me ha esperado
pacientemente con la respuesta final, así que déjate de estupideces y hablemos.

Su voz es tranquila pero su actitud lo es más. Está en busca de una imperfección que claramente
no encontrará, su piel morena luce tersa y suave, sus ojos son negros, tanto que parecen que te
robaran el alma y sus labios están brillosos, no tengo claro si s porque Zayn no ha besado o
porque usa brillo labial. Louis carraspea la garganta y siento que tengo que salir de aquí.

Me pego aún más a la pared y empiezo a moverme tranquilo, Louis sigue viendo a Christopher
que a su vez se sigue viendo en el espejo pero cuando le miro de nuevo me está mirando a mi,
con una ceja levantada y los labios fruncidos. Tengo que salir de aquí, ahora. Tomo todo el valor
que puedo y me pongo en marcha, Zayn me sonríe y me hace un pequeño espacio para que
pueda pasar... peor es nada. Me pego al marco y me deslizo, no sin antes sentir toda su virilidad
en el trasero. No está para nada mal dotado.

Una vez fuera me encamino a la cafetería y me siento entre mis nuevos amigos. Nada ha
cambiado, nadie se ha dado cuenta de nada.

---XXXX----

Javier, Axel y yo subimos las escaleras a nuestros dormitorios. Entro a mi habitación sin decir
palabra y me doy cuenta de que mis maletas están junto a mi cama. Tengo que ordenar mis
pertenencias, decorar mi habitación y ponerme al tanto de las reglas, horarios, materias,
maestros... todos mis nuevos deberes.

Sobre el escritorio se encuentra una carpeta con el logo del instituto y mi nombre. Mis horarios y
otras actividades se encuentran acomodadas dentro de ella. No me apetece revisar nada, no
quiero ni siquiera saber que estoy en este lugar. Tomo la primera de mis maletas y la coloco en la
cama, al abrirla mi ropa me da la bienvenida, una secadora de cabello que no es mía está allí,
esperando a que la acomode en un cajón. Anne Cox, se lee en un lado. Pues no mamá, no la
usaré, nunca. Es un símbolo de rebeldía hacia ustedes y sus métodos estúpidos para hacer que
me dejen de gustar los penes. Pues no, ¡Me gustan los penes, y muy adentro!
Una hora y media después todo está en su lugar, el armario está lleno y los cajones también, la
secadora se quedó dentro de la maleta, prefiero vivir despeinado que usarla. No me importa que
me digan estúpido o me tomen de inmaduro, estoy dolido y esa es la mejor solución hasta ahora.

Mi laptop y mi celular se encuentran en el escritorio, es una suerte que no tenga prohibido su uso
pero entre las reglas se especifica que no podemos borrar el historial... lo que significa dos cosas:

1.- No más porno.

2.- Porno y que me hagan pasar la vergüenza de saber que como todo adolescente con miedo al
sexo veo porno.

Ese es un dilema.

Tengo muchas cosas en que pensar. Cámaras de seguridad con localización no definida, amigos
raros, nueva vida, mi perro no está conmigo, no puedo ver porno y Louis Tomlinson. Aunque no
puedo mentir, ahora lo que más me preocupa es no poder borrar mi historial.

Me acuesto en la cama y veo el techo, la ventana abierta deja que entre el aire fresco y el sol ya
está escondiéndose. Javier no ha venido a explicarme las reglas pero puedo esperar hasta
mañana, no es como que quiera hablar con alguien ahora.

La puerta hace un pequeño sonido al ser empujada pero la manija no se mueve, escucho unos
pequeños pasos del otro lado que se alejan, tengo el mundo en mis hombros, la pesadez en los
parpados y me rehúso a salir de la cama, pero también soy curioso. Me levanto tomándome mi
tiempo, dejo los zapatos a un lado y camino descalzo, absorbiendo todo el frio por la piel. La
puerta se abre con facilidad y asomo la cabeza pero todo está en orden, no hay intrusos en los
pasillos y las puertas están cerradas, me encojo de hombros y al cerrar la puerta lo veo, pegado
con cinta en la chapa, una hoja de cuaderno con una mancha de ceniza a un lado, la tomo y leo
las simples palabras que me prometen una serie de eventos desafortunados.
“Seguiremos con la clase de modales en otra ocasión,

Y por cierto, me gustan tus ojos, solo Harry”.

L.T.

Me olvido de las advertencias de Javier, del trío que tiene con Christopher y Zayn y de que soy
una vergüenza gay para mis padres, me olvido hasta del porno. Me olvido de todo porque esas
simples palabras mal escritas en una hoja de cuaderno arrugada y mancha me dicen solo una
cosa:

Harry Styles, te has metido en un lío.

¿Y a quien no le gustan las aventuras? Tal vez solo así valdrá la pena perderme un año de mi
vida en esta escuela... tal vez no todo es tan malo.

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Capítulo III:"Christopher Hilton"

“Christopher Hilton”

La maldita alarma suena en el espacio, no quiero despertar pero tampoco quiero terminar en el
despacho de Madame Dur. Me quito las sabanas del cuerpo y estiro los pies y brazos, seguidos
del típico bostezo de todas las mañanas. Me pesa el cuerpo, los párpados y la saliva seca hace
que mi piel se sienta rara. No recuerdo cuando me quede dormido pero se siente como si hubiera
sido hace poco.

Decidido a no dejar que me castiguen en mi primer día- y viendo el hecho de que es viernes- me
levanto, pongo los pies en el suelo y ya quiero regresar a dormir. No lo pienso más y me pongo
de pie, trastabillando un poco. Javier me visitó anoche, poco antes de que el “toque de queda
nocturno” se llevara a cabo. Me explicó que en cuanto despertara fuera tomara mi ropa y una
toalla y me llevaría a los baños, pero que no tardara mucho porque las clases empezaban a las
ocho y treinta y no quería atrasarse por mi culpa.

Tomo mis cosas y salgo, encontrándome a Axel abrazando a Javier y a Niall y Liam imitándoles.
Es gracioso porque Niall es de la estatura de Javier y Liam y Axel se parecen un poco.

-¡Buenos días, Gay Harry!- le dice Axel y yo solo le doy una inclinación de cabeza.

-Buenos días, Harry, ¿Cómo has dormido?- pregunta Liam mientras todos nos encaminamos a
las duchas.

-Pues... bien, realmente no me he dado cuenta de cuando me quedé dormido o cómo.


Simplemente desperté esta mañana.

Todos sienten pero nadie dice nada, Niall toma lugar a mi lado y su sonrisa es lo único que me
reconforta de este primer día.
Llegamos a las duchas donde solo pueden entrar diez personas a la vez, pero somos los
primeros en despertarnos así que no tenemos problemas. Después de que todos cantamos
animados “Cousins” de Vampire Weekend me dispongo a ponerme la ropa interior y salir para
colocarme los vaqueros de mezclilla negra y la camisa de cuello con la corbata negra y el suéter
negro. Mi cabello está mojado y los rulos se me han alaciado un poco pero no me importa
mucho, me veo bien.

Veinte minutos después salimos de las duchas y una fila se ha formado fuera, algunos aplauden,
otros suspiran, otros nos agreden con palabras poco lindas por –finalmente- darles nuestro lugar
para tomar un merecido baño. Niall sigue hablando, como de costumbre y Liam tiene los
audífonos puestos. Tengo ya hecha una idea de los cuatro chicos del grupo del cual ahora formo
parte. Niall es un irlandés internado por su padre por alguna razón que no me ha dicho pero es
simplemente genial y estresante al mismo tiempo. Liam es un chico al que no molestaría nunca,
tiene unos músculos marcados que me dan miedo y su actitud no es la de un bromista, aunque
parece que no dañaría a nadie... o eso parece. Javier y Axel están enamorados, con eso basta.

Llegando a mi habitación tengo tiempo para guardar algunos cuadernos y plumas en mi mochila,
tomar mi celular y peinarme el cabello de buena forma. Me vendría bien una secadora pero... no
la usaré, es el símbolo de rebeldía a una causa que ya no importa porque mis padres no están
aquí y no pueden verlo.

Tocan a la puerta y mi nueva rutina empieza.

----XXXX----

Mi primera clase del día es sociología. Nunca he tomado ese curso pero da igual, no tengo
ánimos. Las mesas distribuidas por el aula tienen espacio para dos personas, todo mi horario es
distinto al de Javier, Axel y Liam. Comparto tres clases con Niall y en las demás tendré que
arreglármelas por mi cuenta.
Entro al salón y las mesas traseras están ocupadas, tomo lugar en una cerca al ventanal y espero
a que los demás alumnos entren. Coloco un cuaderno frente a mí y con una pluma negra empiezo
a rayar tonterías sin importancia, canciones que me vienen a la mente, frases de mis amigos a los
que ni siquiera despedí y una que otra broma de nock nock que recuerdo. La luz del sol empieza
a entrar por la ventana y me molesta un poco pero no puedo cambiar de lugar, no porque no
existan más lugares disponibles, no, es solo que me da una flojera enorme volver a moverme.

Levanto la cabeza cuando un cuerpo se posa- muy elegantemente- a mí lado. Lo primero que veo
son sus manos, una piel morena pero tersa y después unos ojos negros un poco tapados con
cabello rosa perfectamente peinado.

Se me estruja el corazón y paso saliva con dificultad. Christopher está sentado a mi lado,
viéndome directamente a los ojos y sonriendo como si fuera mi amigo de mil vidas. Una de sus
cejas está levantada y juro que Regina George de la película “Chicas pesadas” parece una
maldita lisiada, invidente y sordomuda a lado de él.

-Buenos días, Harry Styles.- me dice y juro que me está insultando aunque no sé bien porque.

-H-hola... Hola, Christopher.

Su sonrisa se ensancha y ya no escucho a todos los chicos gritando y bromeando a mí


alrededor.- Veo que sabes mi nombre, muy bien, pero aun así me presentaré. Mi nombre es
Christopher Hilton y soy de Manchester, tengo diecinueve años y estoy aquí por razones que no
te diré porque... no quiero asustarte- su cabeza gira un poco y ahora sus ojos me estás
succionado la vida- bueno, es muy temprano y tengo que irme a mí clases así que iré directo al
grano.

-¿No quieres que nos tomemos un café después?- trato de bromear y una sonrisa se posa en sus
labios para dar paso a una carcajada leve y después va en crescendo. ¡Lo he logrado! Le he
hecho reír. Siento que mi corazón palpita a su velocidad normal una vez más y cuando me siento
tranquilo para sonreír para en seco.

Su sonrisa desaparece y yo me pongo pálido. Sus manos se juntan frente a su regazo y me mira
seriamente.-No, Harry. No eres chistoso. Desperdicio mi tiempo contigo solo por una sola cosa.
Ya conoces a Louis Tomlinson. Un bajito de cabello castaño con barba y amor eterno a sus vans-
quiero decir algo pero no me atrevo, con el meñique se acomoda el cabello de su frente y regresa
su atención a mí.- No te quiero cerca, no quiero que le hables, no quiero que respires en su
dirección. Harry, me daré cuenta de todo, no sabes cómo me enerva que traten de quitarme mis
juguetes, Harry.

Trago saliva sonoramente y Christopher vuelve a sonreír.- No quiero que me tengas miedo, Harry,
solo quiero dejarte en claro mis reglas. No permitiré que otro niño nuevo se lleve a uno de mis
juguetes antes de que me canse de jugar con ellos. Mira a tu amigo Javier, cuando llegó aquí era
solo la sobra de un chico sin padre y una madre que lo boto aquí para no verle la cara todos los
días, Axel y yo éramos una buena pareja pero siempre le pudo el ayudar a los demás. No me
importó mucho que empezara a sentir cosas por Javier, es un buen chico y sé que no le
traicionara o lo dejará ante un problema... pero Zayn y Louis, ellos simplemente no pueden
alejarse porque por separado no me sirven para nada. Esos chicos juntos son el hombre perfecto
pero ¿Qué voy a hacer yo si Louis solo se concentra la mitad del tiempo en hacerme feliz a mí y
la otra mitad a tontear contigo? Es algo inaceptable, ¿Me entiendes?- yo asiento rápidamente,
poco a poco se ha acercado a mí y ahora su rostro está tan cerca que puedo oler su perfume de
cereza y vainilla. Varios chicos a mí alrededor nos están mirando pero nadie dice o hace nada.-
bien, me alegra que lo entiendas, creo que nos llevaremos bien si te acoplas a mis normas.

Cuando siento que me voy a mear en los pantalones se levanta de su asiento y me besa las dos
mejillas en un beso al estilo francés. Sonríe y sale del salón despidiéndose de mí con una mano.

Aún estoy recuperando la respiración cuando una melena rubia entra en la sala y me mira
sonriente, pasa de largo y me concentro en sus ojos azules en la mesa de atrás mío. Niall sonríe
al chico que tiene de pareja y se encaminan en una plática aburrida sobre cosas que yo no
entiendo y maestros que no he conocido aún.

Mis ojos regresan al frente y una cabellera castaña y ojos azules expresivos se dirigen con toda
confianza hacia mí lugar. No puedo lidiar con esto ahora. Cruzo los brazos sobre la mesa y
escondo mi cabeza entre ellos, no puedo mirarlo o hacer gran cosa. Christopher se enterará de
esto y no quiero que eso pase, se me da muy bien eso de seguir las reglas.

Louis se sienta mi lado y escucho que silva la canción de Barney que he cantado ayer en el baño,
escucho su sonrisa más que verla y su mano caliente se posa en mi brazo. Me levanto alterado y
su mano sale volando, su sonrisa se petrifica y me mira como preguntándome “¿Cuál es el puto
problema?”
-No me toques, Louis, no quiero ser tu amigo.

-¡Booom! Eso ha sido de mala educación- me dice sonriendo de nuevo- y hablando de eso,
tenemos que seguir con nuestra lección de buenos modales.

Estoy a punto de contestar y la puerta se abre, las pláticas se cortan y Louis se pone recto viendo
al hombre de mediana edad y aspecto de hippie que se sienta- literalmente- en el escritorio, junta
sus pies y los balancea de atrás para adelante y sonríe.

-¿Quién es el padre de la sociología?

----- XXXXX------

La clase es aburrida y el tiempo pasa realmente lento, el profesor Jaquins es un buen hombre y
en verdad ama la materia que imparte pero no es de mi incumbencia el estudiar a las personas,
su entorno y desarrollo. Louis ha estado callado todo el tiempo y eso me alegra en cierto punto.
Pasan los segundos pero los minutos parecen horas, cierro los ojos y de repente una suave hoja
de papel se posa frente a mí.

¿Por qué no quieres ser mi amigo? me has roto el corazón.


Yo no sé si tengo que responder o no, pero no tengo nada mejor que hacer y... con suerte,
Christopher no se enterará.

No soy yo quien me lo impide, de hecho es Javier, Axel, Liam, Niall y... oh si, lo había olvidado.
Tu novio.

Segundos después la nota regresa a mi.

¿Has hablado con Chris? ¡Wow! Eso debió ser algo interesante e incómodo. No te preocupes,
Chris es mucha habladuría y poca acción. ¿Has leído a Maquiavelo? Él deja claro en “El príncipe”
que es mejor ser temido que amado, Chris sigue esa ideología.

¡JA! No te creo Louis Tomlinson, no puedo creerte porque a ti te ve con ojos de deseo y amor y a
mí como al intruso nuevo que quiere quitarle a su juguete.

No me arriesgaré a llevarle la contraria. No seremos amigos al menos que tu amo y señor me dé


un permiso por escrito.
El maestro hace una aclaración final y el timbre suena. Me dispongo a salir del salón cando una
mano toma mi muñeca con fuerza. Louis me mira y yo le miro, me sonríe y yo no quiero sonreír.

-Entonces.... Tendremos que vernos en secreto. Te veo esta noche en tu habitación, no cierres la
puerta.

Y sale, dejándome clavado en el suelo. ¡No puedes hacer esto, Harry! Me repito mentalmente
pero también anoto en mi lista: No cerrar la puerta con seguro.

Niall me espera en la salida del salón y nos ponemos en marcha, mi siguiente clase en Literatura
Inglesa y yo no quiero saber de Shakespeare, Jane Austen o la leyenda del rey Arturo, quiero
regresar a mi casa, encerrarme en mi habitación y escuchar música con mi perro dormido en mis
piernas.

Llegamos a mi próximo salón y Niall se despide de mí, no importa0 que solo tenga cinco clases al
día, no me acostumbraré a esto en un buen rato.

Trato de sonreír para afrontar a los demás alumnos pero todo se va a la mierda cuando localizo el
único lugar vacío- la suerte no está de mi lado- Zayn Malik me recibe con una sonrisa y yo ya
quiero que me trague la tierra.

---XXX----
A la una y media el último timbre del día suena y todos nos dispersamos por el castillo. Algunos a
sus habitaciones otros- según me dijo un chico llamado Samuel- corren a clases extracurriculares
que no cuentan para una mierda para el promedio final.

Zayn resultó ser un tipo genial. Media clase se la pasó explicándome el inglés antiguo de un
poema que teníamos que descifrar en parejas y la otra mitad me hizo reír con sus comentarios.

Ahora estoy en la cafetería, comiendo una hamburguesa doble con papas fritas y un refresco de
fresa que Niall me ha regalado. Liam está sentado en una mesa diferente con dos chicos más,
están entretenidos estructurando una maqueta que según Axel es su proyecto final de ingeniería.
Ahora sé que Liam es el de mejor notas, diez en todas y cada una de las materias.

Mis ojos buscan a Louis sin mi permiso y le veo discutiendo en silencio con Christopher, este solo
le ve y sonríe, pero hay algo en sus ojos que me hace temerle. Louis se tranquiliza y Christopher
le toma la mano, le da un pequeño beso en la parte frontal y dice, tan lentamente que puedo
leerle los labios:

Te quiero lejos de él.

Louis le mira y sus ojos ahora son fríos, su mano deja la de Christopher y sus labios se hacen una
sola línea. Sus fosas nasales se abren y cierran y una vena de su cuello se salta. Se levanta de la
mesa tan rápido y lanza la charola de Christopher en el aire, creando un ruido estruendoso en el
lugar. Todos se callan y les miran. Zayn se encuentra recostado en la silla, con las botas sucias
en la mesa y una sonrisa en su rostro. Tal parece que la disputa entre sus “compañeros” le causa
gracia... pero es al único.

Christopher le da la espalda a Louis y este da la vuelta y camina hacia la salida, las pláticas
vuelven y todos han olvidado la pelea de amantes. Antes de que pueda quitar mi vista de la de
Louis él me ve y me guía un ojo, su sonrisa a regresado a su rostro y con un imperceptible
movimiento me invita a salir de la habitación y seguirle.
¿Qué hago? Es mi maldito segundo día aquí y ya estoy advertido directamente por el dueño del
chico guapo y sexy que me dice que salga con él.

No puedo pensar coherentemente.

Necesito aire.

Tengo que salir.

-Iré a mi habitación a hacer Skype con unos amigos, ¿Nos vemos después?

Los tres chicos asienten pero Javier me mira, como dándome una advertencia. Y yo ya me estoy
hartando de ellas.

Salgo de la habitación pero Louis no está en ninguna parte. Me encojo de hombros y recorro el
pasillo junto a unos estudiantes más que no han entrado a la cafetería, la verdad me sorprende el
número de hombres que hay en el instituto y más aún el hecho de que todos le temen a Madame
Dur. Llego a las grandes puertas de la entrada que están abiertas de par en par y veo a los chicos
que se pasean por los jardines. Podría ir y alejarme, pensar si quiero o no seguir con este
estúpido juego con Louis, la verdad no le conozco y si, es caliente como el infierno pero su novio
es el mismo satán.

Bajo las escaleras hacia el día soleado de un viernes y me pregunto ¿Qué planes tendrán mis
amigos para esta tarde? No dejo de caminar hasta que ya no veo a nadie a mi alrededor y el
instituto es un punto negro en el horizonte, a unos metros de mi se encuentra un lago que no
había visto nunca y me tumbo en el pasto, viendo el cielo y las nubes pasar. Cierro los ojos y me
relajo.

-¡Woo! Pensé que nunca te ibas a detener.


La voz de Louis rompe el silencio. Abro los ojos y lo veo frente a mi, tapándome el sol. Su sonrisa
es reluciente y esa barba de pocos días me hace la boca agua, se ha aflojado la corbata y
desabotonado dos botones de la camisa, el suéter le cuelga de un lado del pantalón y se ve
jodidamente bien.

-¿Qué haces aquí?

-Te seguí, obviamente porque quería estar contigo.

-¿Por qué querrías tu estar conmigo?- pregunto esperando que mi voz no me delate.

Su sonrisa se ensancha más y toma asiento a mi lado, yo aún estoy acostado en el pasto y verlo
desde mi posición es la gloria.

-Pues porque me he montado una escenita en la cafetería con Chris por tu culpa.

La saliva se me atora en la garganta y empiezo a toser tan fuerte que me duele la garganta, me
siento de golpe y Louis me da palmadas en la espalda para ayudarme.

-¿¡QUÉ PUTAS DICES!?

Louis sonríe.- Solo la verdad... me ha estado cansando la actitud de Chris hace un rato, Zayn le
sigue mucho porque está realmente enamorado por él y yo solo estamos juntos por conveniencia.
Me gusta mucho, no me malinterpretes pero... ahora que tu estas aquí, no sé, has cambiado algo,
Harry. Ahora siento la necesidad de estar contigo, no con él, quiero saber de ti porque ya sé todo
sobre él. Hace dos días soñaba con él y anoche simplemente no dormí pensando en tu sonrisa y
ese pequeño hoyuelo que se hace a un lado de tu boca cuando sonríes- una de sus manos se
posa en la mía y mi corazón corre desbocado.- ayer en el baño... cuando te tenía contra la pared
sentía unas ganas enormes de besar tus labios y cuando Christopher nos interrumpió me enojé,
nunca me había enojado con él tanto como ayer. Y después Zayn, restregándose contra ti. No
soy un hombre celoso... pero hay algo en ti que me hizo cambiar todo.
Sus ojos me miran y yo le miro, su mano sube por mi brazo y se posa en mi cuello, me atrae
lentamente y sonríe.

-Quiero besarte, Harry, realmente quiero hacerlo.

Tengo la cara de un animal a medio morir, con los ojos entrecerrados y los labios abiertos, el
aliento de Louis Tomlinson huele a cereza y vainilla y cuando enfoco mi mirada tiene un chupetón
justo bajo al cuello de la camisa.

-¿Y por qué no me besas?-pregunto con sarna al ver esa maldita mordida de amor.

-Porque tengo que hacer algo antes de tocarte o besarte.

-¿Hacer algo?

-Tengo novio, Harry y realmente no me gusta mucho eso de ser infiel.

El corazón se me para. ¿Novio? ¿Te refieres al chico que se refiere a ti como un objeto en lugar
de una persona y que se besa con un chico más aparte de ti? Oh, si, esa historia de amor es
hermosa.

-¿Y por qué no estas con tu novio en estos momentos?

-Sí, esa es una pregunta muy buena.- Yo y mi bocota. Louis se levanta del pasto y me sonríe, da
media vuelta y le veo desaparecer en la distancia.

Me recuesto en el pasto una vez más, cierro los ojos y dejo que el sol me caliente, el aire es algo
frio pero la temperatura en general es agradable.

El tiempo deja de darme importancia y me quedo en aquel lugar hasta que el sol empieza a
meterse. Antes de retirarme me encuentro un papel doblando junto a mí que no había notado
antes. Lo tomo entre mis dedos y veo garabateado el número de celular de Louis Tomlinson.

Por si las amenazas de Chris te dan miedo y quieres hablar conmigo.

Por favor, no me hagas rogar de nuevo.

L.T.

Sonrío y guardo el papel en el bolsillo de mi pantalón. Camino hacia el instituto y siento el peso el
papel en mi costado.

Una vez dentro subo a mi habitación y enciendo la computadora, inicio sesión en Skype y mi
mejor amigo Nick Grimshaw inicia una video llamada.

-¡Harry Styles!- grita al instante en que veo su cara.- Ya te extraño.

----- XXXX----
Son las ocho y cuarenta y cinco de la noche, Nick me ha puesto al tanto de todo lo que ha pasado
en mis dos días de ausencia, me ha dicho que tiene un nuevo novio que debería de conocer y
que ese novio tiene una novia a la que “ama”.

Ahora estoy tumbado en el suelo, jugando con el papel que Louis me ha dejado y no cerré la
puerta con seguro. Una risa suena del otro lado de mi puerta y mi corazón salta, me acomodo el
cabello y voy a la puerta con cuidado de no hacer ruido, abro la puerta cuidadosamente y veo el
cabello castaño de Louis del otro lado del pasillo, siento que una sonrisa se forma en mi rostro
pero para cuando veo más allá, el cabello rosa que se acerca lenta y sensualmente. Louis no me
ha visto pero abre los brazos a Christopher para recibirlo con un abrazo y besa sus labios de una
manera un poco obscena. Louis lo toma y lo empuja hacia una de las paredes y cuando siento
que debo dejar de mirar los ojos negros de Christopher me miran, ahora Louis besa su cuello y
eso me da la oportunidad de ver la sonrisa de suficiencia en su rostro, me guiña un ojo y toma su
cabeza para volver a besar sus labios.

Cierro la puerta con más fuerza de la planeada y pongo el pestillo. Me alejo lentamente y tomo la
hoja de papel para tirarla en la basura. Siento algo dentro del pecho pero no me permito pensar
en nada.

Louis y Christopher son pareja y pueden besarse cuanto quieran. No debe importarme. Tomo mi
celular y marco el número de Nick, quiero escuchar su voz.

Una hora después, cuando por fin se queda sin platica y termina la llamada yo ya estoy soñando
pero vagamente escucho la perilla girar y trabarse repetidamente.

Alguien quiere entrar pero a mí ya no me importa su compañía.


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Capítulo IV:"Un sábado encantador" Parte I.

“Un sábado encantador”

El cuello de duele y no siento un brazo. Me he quedado dormido de una forma no muy cómoda.
Mi brazo está colgando y el celular que ya no tiene batería se encuentra en el suelo, casi bajo la
cama. Abro los ojos encontrándome con una habitación gobernada por el sol de un sábado por la
mañana, no sé qué hora es pero lo que sí sé es que me ha despertado el sonido de la puerta al
ser golpeada con fuerza... y el sonido sigue.

No tengo puesta una camiseta y los boxers se me pegan al cuerpo. Me levanto con cuidado
porque en realidad el cuello me duele y mucho, los rulos se me han desordenado, algunos se
alaciaron y otros se han despegado tanto del resto que luzco realmente cómico. Veo mis
pantalones sobre la silla frente al escritorio y me los pongo con toda la tranquilidad del mundo,
según las reglas los sábados y domingos podemos hacer lo que se nos plazca así que quien sea
que este tocando la puerta puede esperar, ya que no es importante.

Me peino el cabello con los dedos y al no acomodarse y coloco una liga como diadema -¿Qué si
me importa que parezca una chica? Pues no, no realmente-.

El piso está frio y mis pies descalzos lo agradecen, es una sensación reconfortante. Finalmente
me pongo en camino a la puerta y la abro cuando quito el seguro, lo primero que ven mis ojos son
los suyos, azules y fríos.

-Llevo esperando a que abras la bendita puerta como veinte minutos, Harry.- me regaña Niall
entrando a la habitación sin ser invitado.- Tienes el sueño pesado como la mierda, ni siquiera
Liam tarda tanto en despertar... pero no importa, ¿Qué haremos hoy? ¿Por qué no te has
bañado? Toma tus cosas, iremos a las duchas y después a pasear por el prado, ¿Ya viste el
lago? Podemos ir a nadar allí si te gusta... ¿Te gusta nadar?
¡Madre santa! Hazme sordo o a él mudo. Según el reloj de la computadora son las doce y treinta
y ocho, pero sigue siendo demasiado temprano como para lidiar con Niall por la mañana. No
tengo todas las respuestas pero como no tengo nada mejor que hacer sigo sus instrucciones.

Me entretengo con la tarea de recoger mi toalla, la ropa interior, una bermuda y una playera
cualquiera, la temperatura es cálida en el día pero por la noche el frio gobierna. Niall canta una
canción de Ed Sheeran y no puedo hacer más que cantar con el conforme recojo mi celular y lo
pongo a cargar. Una vez que he tomado mi ropa salimos del cuarto y seguimos cantando
mientras reímos al equivocarnos al cantar. Los pasillos están llenos de chicos recientes con ropas
coloridas, todos hablan y ríen, otros más discuten. No tardamos mucho en llegar a las duchas y
encontrarlas vacías, mientras yo me baño seguimos cantando canciones al azar. Estoy jugando
con mi cabello, haciendo varias formas con él pero me detengo y enjuago cuando recuerdo que
Niall tiene planes conmigo y no quiero hacerle esperar. Me ha alagado el que quiera pasar el
sábado conmigo aun cuando no nos conocemos mucho.

Salgo de las duchas y Niall me entrega mi toalla y ropa al tiempo que me dice algo sobre su
hermano mayor y su boda, uno de los motivos por el cual termino aquí. Una pequeña travesura
en la recepción que todos vieron con gracia excepto su padre. Y es aquí cuando me doy cuenta
de que Niall es realmente un chico triste, tras su sonrisa se escondes recuerdos que anhela,
recuerdos a los que se aferra. Me habla sobre su madre, su abuela, su hermano y su cuñada,
sobre una novia con la que no terminó bien y de cómo su padre nunca pudo verle feliz. Es un
sábado por la mañana y me estoy dando a la tarea de escucharlo, ahora sin querer callarlo,
quiero escuchar todo. Y mientras me cuenta de cómo su padre le riño en la cena de navidad y le
tomo del brazo con fuerza para subirlo al auto- donde ya estaban sus maletas- mientras su mamá
gritaba que le dejara y su hermano le reñía a su padre, mientras todo era un caos y el seguía
sonriendo para tranquilizar a su madre, mientras me dice todo eso me hago la promesa de
protegerlo de cualquiera que quiera lastimarle... y hago una promesa más; el escucharle.
Siempre.

-Así que ahora iremos a comer y después al lago, Liam estará hablando con su novia en Skype
así que dudo que le veamos, Javier y Axel siempre se desaparecen los fines de semana, Axel
puede salir de esta cárcel cada que puede, es sobrino de uno de los mayores beneficiarios de la
institución así que lleva a Javier a comer fuera todos los sábados. Son unos malditos románticos
y me dan algo así como celos y asco al mismo tiempo. Pero no te preocupes, siempre regresan
con alitas y mucho refresco para nosotros, y en ocasiones traen pastel- me dice sonriendo-
tenemos de aquí a las cuatro para nosotros, después tengo que ir a hacer un proyecto pero ya
hallarás algo que hacer.- y me guiñe un ojo.

Frunzo el ceño y le miro con mi mejor cara de “¿De qué putas hablas?”

-En mis dos años en este instituto, Louis Tomlinson nunca me había dirigido la palabra ni una sola
vez, deberías de haber visto mi cara cuando esta mañana se presentó frente a mi puerta, yo, te
juro que veía a los pasillos porque creía que me harían una broma o algo parecido- Niall nunca
pierde la sonrisa y mientras me atrapa con el tema se encamina hacia la puerta y la abre, me
hace una seña para que lo siga y eso hago.- pero cuando me dijo que necesitaba hablar conmigo
de cierto chico nuevo de rulos castaños y ojos verdes me sentí como en una maldita misión
imposible... ¡Christopher puede hacer de mi vida una mierda y yo estaba tan mocionado que no
me importó! Así que le dejé pasar y hablamos sobre ti. Obviamente no se mucho sobre ti pero... le
conté el por qué terminaste aquí y esas cosas. Louis estaba complacido y...- mete la mano en uno
de sus bolsillos y sus ojos no dejan los míos en ningún momento mientras sonríe (como
siempre).- me dijo que te diera esto.

Una hoja doblada por la mitad aparece frente a mí, a unos pocos centímetros. Niall tiene esa
sonrisa de maniaco de siempre y cuando me dispongo a tomarla el pequeño rubio sale corriendo,
dejándome medio paralizado por su repentina fuga. Pero es la mañana de un sábado y tengo
muchas ganas de quemar energía.

Tomo mi ropa sucia y la llevo a mi habitación checando rápidamente el estado de mi celular,


tengo tres llamadas perdidas de mi madre y dos mensajes de voz. No me importan realmente, no
tengo ganas de escuchar su voz o lo que quiera decirme. Anne Cox pasó de ser la mejor madre
del mundo a una remplazable (pero claro que lo digo en broma, la amo, pero aun duele su
rechazo).

Dejo mi celular en la cama, aun cargándose y salgo a la búsqueda de Niall. Fuera de las
habitaciones hay chicos y más chicos, algunos bromeando y otros senados en el suelo leyendo
algún libro. Busco frenéticamente a una cabellera rubia a la que ya le hace falta un tinte nuevo y
sus ojos azules me sonríen. Niall está parado en el primer escalón, esperándome para correr
cuesta abajo. No pierdo tiempo y le sigo, correteándolo y gritándole que le atraparé y que no será
lindo cuando lo tome en mis brazos. Niall deja salir gritos de felicidad y todos se apartan a nuestro
alrededor, algunos sonriendo otros haciéndonos caras largas.

Llegamos al primer piso y el irlandés cruza las puertas de salida a tal velocidad que me sorprende
que aún no se canse. Me detengo en seco cuando veo a Christopher y Zayn cruzar el pasto frente
a Niall, los dos están tan perdidos en el otro que no ven a podre irlandés que pierde el paso y se
desploma. Me alarmo y salgo corriendo hacia mi nuevo amigo y me siento a su lado, viendo su
rodilla ensangrentada. Sus ojos están acuosos pero una carcajada en lo único que sale de sus
labios.

-¡Mierda Niall, me has dado un susto de muerte!- le grito al escuchar su risa.

-Harry, no te preocupes tanto, es malo para la salud.

Christopher está atendiendo una llamada y ahora sé que no prestaba verdadera atención a Zayn
si no al IPad que sostiene para él. El morocho se ve aburrido y cuando su “novio” le arrebata el
artefacto y camina sin prestarle verdadera atención veo en sus ojos una pisca de tristeza pero
una más grande de vergüenza y enojo. No es que no me imagine porque, Christopher es un chico
guapo y su actitud no hace más que relazar su atractivo pero, a cualquier hombre que se respete
le duele una actitud tan fría.

-¡No me preocupo!- grito solo para llamar la atención del morocho, logrando mi cometido.- ¡Yo no
puedo llevarte a la enfermería en brazos, yo soy muy debilucho y ni siquiera sé en donde está!
¡No llevo aquí mucho tiempo y Javier no me ha dado la visita guiada que dijo Madame Dur!

Niall me mira con una ceja alzada y sé que piensa que estoy loco, cando veo a Zayn acercarse
curioso le giño un ojo a mi amigo y antes de que me diga algo le meto un manotazo en la herida.
Niall grita y se pone rojo – literalmente- y me mira como si se me fuera a echar encima en un
descuido.

-¿Está todo bien?- pregunta Zayn Malik a la espalda de Niall y veo como el rubio se atraganta con
su saliva y se sonroja.- Eh escuchado un grito y pensé que necesitaban ayuda.

-Sí, la verdad es que sí. Mi amigo Niall se ha caído mientras y se ha lastimado la pierna, no puede
caminar y pues... yo soy nuevo, no sé dónde está la enfermería y no puedo con él.- mi sonrisa es
encantadora, sé que se me están marcando mis adorables y hermosos hoyuelos.

Zayn asiente en comprensión y camina para posarse a mi lado, cuando ve a Niall y este le ve a él
siento como si estuviese viendo una de esas escenas privadas, como si ultrajara algo suyo. Niall
baja la mirada y Zayn sonríe, si Christopher los viera ahora, si supiera que yo he creado este
ambiente puedo darme por muerto.

-¿Podrías llevarlo a la enfermería, Zayn? No puedo pedirte eso realmente pero, bueno, ya te di
mis razones.

El morocho asiente- sin verme- y toma a Niall en brazos como si de un costal de papas se tratara.
El irlandés me mira cando Zayn se pone en marcha y me gesticula un “Gracias” seguido de un
guiño.

Antes de que los vea desaparecer Niall se mete la mano en el bolsillo trasero de sus pantalones y
deja caer la carta que Louis le ha dado para mí. El papel cae lentamente al suelo, tan lento que
me da la oportunidad de ver como Zayn le dice algo a mi rubio amigo y este se sonroja.

------XXXX------

Más que una carta son una serie de instrucciones muy simples para llegar a algún lugar.

Te espero a las dos en punto, Harry.

1. Saliendo del instituto iras a tu derecha hasta llegar a la esquina.

2. Caminaras aproximadamente diez minutos hasta llegar al lado más lejano del lago, donde
no hay ningún alumno.

3. Tras un roble está escondida una cesta de camping. Por favor, llévala al bosque, no es tan
espeso así que no te perderás.

4. Me sentirás antes de verme.

5. Y sigo queriendo besarte.

Pd: Realmente quiero besarte.

El problema es que no tenía idea de que hora era y no quería llegar antes de las dos porque... no
quería verme tan ansioso.

Pero lo estaba.

Pero no, no había olvidado la noche pasada, a Christopher probándome algo: Louis es mío, no
tuyo. Aléjate de aquí, perra.

Pero ya estoy fuera del colegio así que inicio mi travesía. Recorro todo el camino hasta la esquina
y después me encamino lentamente por el pasto, esperando ver el lago lleno de chicos. En algún
punto a la lejanía observo a Liam, sentado en una banca a lado de unos chicos que no le prestan
atención. Su computadora está posicionada frente a él y una sonrisa enorme le atraviesa el
rostro. Sus mejillas se tiñen de rojo y sus manos pasean por su cabello nerviosamente, le veo
rodar los ojos a su alrededor y me mira, asintiendo con la cabeza hacia mi dirección en un saludo
un poco rustico, yo me limito a sonreír y asentir. Es un chico serio pero no cabe duda de que es
un amigo leal, espero llegar a ser parte de su grupo de amigos pronto, sé que tengo que hacer
méritos con los cuatro chicos y lo haré.

Sigo la orilla del lago con cuidado, viendo a uno que otro muchacho nadando o disfrutando del
agua que parece fría pero agradable. Algunos me miran y sonríen otros no me notan, trato de
sonreírles con la mayor calma posible pero ¿Cómo hacer eso si alguno de ellos puede avisarle a
Christopher que veré a su novio numero 1 o 2 en el bosque? ¿Cómo diablos van a saber ellos
eso? ¿Por qué estoy tan nervioso?

Llego a una parte del lago donde ya nadie puede verme con claridad y busco un maldito roble,
aunque no es difícil de localizar. Es viejo y grande, suficiente como para esconder la canastilla de
Louis sin ser detectada. Estoy cada vez más cerca, no se hacia dónde ir pero me ingreso en el
bosque dejando la civilización atrás. Arboles grandes, delgadas y altos me rodean, los rayos del
sol perturban mí alrededor y me doy cuenta de que Louis tiene razón, no es espeso pero es
realmente lindo y acogedor.

Camino por unos cinco minutos y no he visto a Louis, antes de darme por vencido y regresar por
donde he venido unos brazos me toman con fuerza y me aplastan contra un árbol, no me duele el
golpe porque realmente no ha sido violento, me duele el pecho porque mi corazón está a punto
de salirse y tengo los ojos cerrados.

Antes de que todo tome sentido unos labios tocan los míos tan delicadamente que me sorprendo
y abro los ojos, encontrándome con los ojos de Louis mirándome con algo de gracia. ¡Pero quien
se ha creído este idiota! Abro la boca y antes de que se retire por completo tomo su labio interior
con mis dientes y le muerdo. Pega un grito horrible pero eso hace que encaje más mis dientes en
él. Sus ojos están muy abiertos y le suelto antes de que empiece a llorar.

Siento el sabor de óxido y sal en la boca y después le miro. Le he sangrado el labio y ahora me
siento mal.

-Mierda, Harry. No me imaginaba que eras una fiera para esto... de haberlo sabido me hubiera
contenido un poco.

Pero no está enojado, está sonriendo y bromeando mientras se toca el labio y lo chupa a ratos,
tragando la sangre.

-Es una lección que debes de aprender. A ningún Styles se le roba besos, solo una persona ha
salido librado de una mordida como esa.
-¿Puedo saber quién?- pregunta mientras toma la canasta de mis manos y me hace un gesto
para que le siga.

-Mi mejor amigo, Nick. La primera vez que salí del closet fue con él. Nick es gay y pensé que me
entendería, nunca me esperé un beso de su parte. Pero supongo que no hice nada porque es mi
amigo y lo amo como a un hermano.

-Bien, creo que eso fue justo pero... yo te lo advertí. En las instrucciones puse claramente: Me
sentirás antes de verme. Este ataque tendrá que ser vengado algún día.

Su sonrisa me promete algo y no sé si quiero averiguar que es.

Llegamos a un lugar entres tres árboles que nos da el suficiente espacio como para acostarnos,
un mantel ya está ubicado en el lugar y se me detiene el corazón. ¿Esto es una cita?

-¿Tenias todo preparado?-pregunto al sentarme a su lado, donde me lo indica.

-Sí, la verdad es que Chris me ha dejado plantado y tenía que comer con alguien, no había
muchas opciones.

La sonrisa se me diseca y ya no siento el corazón. ¿Dónde lo dejé? Louis nota mi cara y sabe
que ha hecho la broma más estúpida del día.

-Sí, lo note anoche, cuando se estaban revolcando en la pared frente a mi habitación. Me han
dicho que Madame Dur ronda los pasillos, ¿Es que no les da miedo que los cachen o qué?

Louis parece desconcertado, me da una mirada de no saber de lo que estoy hablando y después
se le ilumina la cara.

-¿Es por eso que cerraste tu habitación con seguro cuando te dije que no lo hicieras? ¿Fuiste tú
el que cerró la puerta de ese modo?- ya no tiene una sonrisa en los labios, no, su labio roto se ha
convertido en una linea.- Ese hijo de puta. Ya decía yo, siempre nos vemos en su habitación o la
mía pero... creo que en verdad quiere que te alejes de mí. Chris no suele ser del tipo celoso,
nunca había tenido la necesidad de celarnos hasta ahora...- una sonrisa empieza a crecer- no me
lo puedo creer, eres una amenaza para Chris y no lo había notado. Deberías de sentirte alagado
pero temer al mismo tiempo, Chris no desperdicia su tiempo con alguien que no lo merezca. Creo
que sabe que eres una amenaza en potencia.

No sé qué decir así que tomo las cosas de la cesta y las esparzo por el mantel. Le doy un
sándwich a Louis y un refresco, mientras yo tomo lo mismo. Estamos en silencio por unos
minutos hasta que siento sus dedos jugando con mi cabello.

-¿Puedo hacerte una pregunta, Harry?

-La acabas de hacer.- digo, con la voz algo sosa. Sus caricias son realmente buenas y los bellos
de mis brazos ya sienten la electricidad correr.

-No, eres muy gracioso. ¿Te lo han dicho antes?

-De hecho si, tu novio me lo dejó claro ayer. Gracias. Anda, dispara.

-No es de mi incumbencia pero quiero saberlo. ¿Ya has tenido una relación formal con un
hombre?

Me estoy sonrojando y por eso bajo la mirada.- No, no. Y la verdad solo he besado a un chico en
toda mi vida, y ese es Nick.

-¿Cuándo te robó el beso?

-No- me río recordándolo.- había terminado con su novio y me llamo. Estábamos en una fiesta de
celebración a su soltería (siempre hace una) y entonces me dijo que quería besar a alguien y, yo
quería besar a alguien también. No besamos toda la noche y al otro día fuimos por donas y café.
Todo siguió normal. Por eso amo ser amigo de Nick, nunca va a hacer de una situación
incómoda.
-¿Y te gusta ese chico?

Abro los ojos lo más que se me permite.- ¡¿Nicholas Grimshaw?! Claro de que no. Es mi mejor
amigo, mi hermano de otra madre. Nunca me permitiría enamorarme de él, siquiera pensar en él
de esa forma.

Louis asiente y empieza a comer. Los siguientes trece minutos son de silencio y miradas fortuitas.
Nos limitamos a comer y cuando terminamos nos recostamos en la manta mirando hacia el cielo
azul, el punto que Louis eligió nos permite ver al cielo sin que el sol nos moleste.

-¿Y te enamorarías de un chico que ya tiene novio?

Me limito a inhalar y exhalar. No sé qué decir o que pensar, simplemente no sé nada. ¿Cómo
contestar que si o que no?

-Creo que dependería. Si el chico pudiese sentir lo mismo que yo y que tan deteriorada... o fuera
de lo común sea su relación con su pareja.

Miro con el rabillo del ojo que Louis me ha colocado sobre un codo, de costado y me mira, con
sus ojos azules intensos.

-¿Y si el chico ya empezara a sentir que su relación con su pareja no está dando frutos? ¿Qué tal
si solo necesitaba que alguien, alguien especial llegara para que se decidiera de una vez por
todas en acabar con una farsa?

Trato de controlar mi respiración. No voy a verle, no podría. Ni siquiera conozco al chico, ¿Qué
estoy haciendo?

-Pues, en ese caso sería cuestión de que el chico terminara su relación y esperar un tiempo para
que me enamorara. Yo no soy un chico fácil pero tampoco me gustaría empezar una relación sin
ser, ya sabes, cortejado.
Una sonrisa que no puedo resistir mirar se abre paso en su hermoso rostro. Nos miramos por una
fracción de segundos y por algún motivo tengo que dejar de mirarlo. No puedo empezar a tener
un crush con un chico que está en una relación amoroso fuera de la monogamia. Dejo de mirarle
y en su lugar cierro los ojos, acomodando mis brazos tras mi nuca y dejando mis pies abiertos.
Hacía mucho que no salía a un lugar tan... natural.

Escucho cuando mi acompañante de levanta del suelo y se aleja. No abro los ojos, creo que sé
cómo llegar al instituto. Pero lo que sé realmente es que Louis no me dejaría solo en este lugar.

Mientras siento el calor del sol rodeándome y sacándome algunas gotas de sudor respiro
tranquilamente por primera vez en días. Y le escucho acercarse.

Un suave objeto se posa en mis labios y recorre i mejilla hasta mi frente y de regreso, las
cosquillas me están matando y abro los ojos, encontrándome de frente con los azules de este
hermoso y sexy chico por el cual estoy sintiendo algo, pero nada de qué preocuparse, aun.

Una flor violeta, violeta y con el centro amarillo. Eso era lo que Louis me torneaba la cara.

-¿Cortejarte?- me dice sonriendo y entregándome la flor.- Podría hacer eso.

-----XXXX-----
Guardamos las cosas del picnic y mi acompañante bota la cesta tras el roble. En algún punto de
nuestra caminata nuestros meñiques se rozan y terminan enganchados. Juro que no quiero sentir
esto por un chico que he “conocido” en dos días pero es como si fuese una puta fuerza la que nos
mantiene unidos.

-Cuéntame de ti, Louis.

Le escucho inhalar fuertemente y soltar el aire sin ligereza.- Mi nombre es Louis Tomlinson, tengo
veinte años, cinco hermanas y un hermano. Mi padre nos dejó cuando éramos unos niños así que
no lo conozco pero mis pequeños hermanos gemelos recién nacidos son hijos de mi padrastro.
Es un buen hombre pero yo soy muy celoso con mis mujeres, mi madre y mis hermanas son mi
razón de ser. Le hice una broma que se salió de control y para no mortificar a mi madre él y yo
decidimos que vendría aquí por tres años. Ya ha pasado uno y realmente me la he pasado bien.
Cuando llegué aquí tenía una novia llamada Eleanor pero después de tres meses sin echar un
polvo... bueno, ya sabes.

Me sonrojo, no quiero sonrojarme pero no, no lo sé, Louis. Soy un maldito gay virgen.

-Oh tal vez no...- su sonrisa me enfurece pero al mismo tiempo se hace reír.- Así que el guapo
Harry Styles es virgen, recientemente gay y sus padres lo internaron en un colegio para
hombres... no fue muy inteligente de su parte. Yo tenía a Eleanor antes de esto, ahora tengo a
Chris y mucho lubricante.

¡Este hombre no tiene filtro! ¡Y yo me estoy poniendo celoso sin tener que!

-Okay...

-Lo siento, nunca mido mis palabras. Si te hace sentir mejor no he tenido relaciones con
Christopher desde hace dos días... desde que vi unos ojos verdes y una cabellera alborotada en
la cafetería.
Me guiñe un ojo y se aleja de mi corriendo. Siento que debo ir detrás de él pero cuando estoy por
hacerlo le veo frenar en seco. Regresa a mí y me da un beso fuerte y siento su sonrisa, una de
sus manos se mete en mi bolsillo trasero por unos segundos.

-Y esta vez no hay mordida.

Sale corriendo pero ya no importa. Y estoy bastante seguro de que lo que ha metido en mi bolsillo
es su número de teléfono.

Otra vez.

Saco el papelito y lo leo en voz alta, para creer lo que veo.

Esta noche. Tú. Yo. Tu habitación. Llego a las 11.

Quiero volver a besarte.

L.T

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"Un sábado encantador" Parte II.

Le veo perderse en la puerta del instituto y avanzo, lentamente. Bien, esta noche ira a mi
habitación... quiero pensar que no estoy nervioso, quiero alejar esos escalofríos que me recorren
la columna vertebral.
Hago mi camino hasta el lago y observo a todos a mí alrededor, aún tengo la bermuda puesta y
todos los chicos del algo no tienen la camiseta puesta así que me la quito y la dejo en la orilla
para recostarme en ella. Todos parecen divertirse, no tengo idea de que hora es y me estoy
aburriendo.

Paseo mi vista por el paisaje y veo a Liam, sigue frente a su computadora sonriendo como el
chico enamorado que es. –Tal vez no le conozca mucho pero esa mirada es única- su sonrisa es
realmente encantadora y contagiosa, siento que sonrió solo de verle. Voltea su cara en lo que
pretende ser una señal de vergüenza, su novia debe de ser una gran chica. Trato de retirar la
mirada antes de que me atrape mirándolo pero ya es tarde, me mira y sonríe, con la cabeza hace
una pequeña señal para que vaya a su encuentro.

No sé qué me impulsa pero me levanto de mi lugar y camino hacia él, despacio por si quiere que
me retire.

-Hola Liam, buenas tardes.

-Harry, hola...- palmea la banca a su lado y me siento, obediente.- Mira, ella es mi novia, su
nombre es Danielle- la chica en la pantalla es verdaderamente hermosa, su cabello es ondulado y
largo, su piel algo morena y sus ojos brillan, pero su sonrisa es hermosa, más que la de Liam.-
Quiere saber todo sobre mi semana y pues no podías faltar tú en m relato, el chico nuevo que
quiere al novio de Christopher.

Mis mejillas se calientan mientras Danielle suelta una larga y profunda carcajada, ha de estar al
pendiente de todo lo que pasa- y el trio de amantes cuenta entre ello-.

-¡Liam!-grita ella- No molestes a Harry, lo estas avergonzando. Y Harry, por Dios, solo a un
desquiciado se le ocurre tratar de entablar relaciones con uno de los chicos de Chris.

Su mirada es de reproche pero su sonrisa me tranquiliza. Esa chica es especial.

-Lo sé... o eso estoy aprendiendo.- le respondo con una sonrisa pero mi voz está atrapada en mi
garganta, lo que causa que susurre.

-Vamos Harry, no puede ser tan difícil mantenerse alejado de Louis- me dice Liam dándome un
abrazo de camarería.- Y si no es suficiente que te lo digamos nosotros... lo será cuando
Christopher se entere de que has tenido una cita con su novio número uno en el bosque .

El corazón se me detiene de golpe y es casi doloroso. Danielle suelta un chillido y Liam se dobla
por la risa, no puedo creerlo.

-¿Quién más sabe eso?- pregunto sin levantar la voz.

-Pues yo ya lo venía venir... Louis siempre ha sido un chico impulsivo, cuando recién llegó él y yo
éramos buenos amigos pero después empezó a meterse en muchos problemas, algún día sabrás
por qué Chris es el chico más peligroso en esta escuela. No te conviene hacerle enojar pero no te
preocupes, solo yo les vi. No diré nada Harry pero ándate con cuidado.

Sus ojos me hacen una advertencia y el ver a la computadora puedo ver a Danielle asintiendo, los
dos están serios y juntos me intimidan más.

-Lo entiendo... tendré que terminar con esto.

-Oh Harry, una vez que Louis empieza no se acaba hasta que él dice basta. Solo tengan cuidado.

No me queda más que asentir al momento que me pregunto de qué estará hablando Liam. Sé
que no me conviene meterme con Chris y sus “cosas” pero no entiendo realmente el por qué. Y
no creo querer saberlo.

Unas preguntas después me despido de los dos enamorados y hago mi camino al instituto, tengo
que llamar a mi madre, no estoy contento pero ella sigue siendo mi mamá. Me pongo la camiseta
y me adentro en el edificio cuando subo las escaleras. El primer piso está vacío, todos están fuera
o en sus habitaciones, otros en las salas de estudio o recuperando materias.
Subo las escaleras con calma, sintiendo en mi bolsillo trasero el papel de Louis, es un peso del
que no quiero pero debo liberarme. Si me meterá en tantos problemas como dicen debo alejarme.
Llego a mi puerta y descubro que se encontraba sin seguro, pero claro que yo no la he dejado
abierta. Entro buscando cualquier cosa fuera de lugar, la ropa rota o algo en pedazos, algún tipo
de advertencia pero no hay nada. Nada excepto el gran y muy evidente ramo de flores en mi
cama.

Una rosa por cada día desde que te conocí y por los días donde aún no sabía de tu existencia.

P.D: ¿Cómo va mi cortejo?

L.T

¿Flores? ¿Cómo si fuera una chica? No, la verdad es que no hay nada más que regalar en este
lugar.

Me dejo caer en la cama sin siquiera tocarlas, tomo mi celular y sin revisar los mensajes marco el
número de mi madre. Solo tengo que esperar los primeros tres timbres y me atiende.

-¡Harry! Mi Harry, bebé te extraño tanto mi niño. La casa se siente tan sola sin ti y tu padre no ha
dejado de trabajar en un caso y, estoy tan sola.

Ruedo los ojos y me acomodo en mi espalda, la cama no es tan suave como la que tengo en
casa pero es buena.- Ajam.
-Harry, no me hables así por favor, yo... yo no sabía qué hacer... solo a ti se te ocurre decir una
cosa como esa frente a tu padre en la cena... oh Harry, por favor no me odies.

Anne solloza en la otra línea pero no estoy seguro de hasta qué punto me importa, no me siento
mal, mi madre llora por cualquier cosa, si una cucaracha se mete en casa y mi padre la mata ella
es un mar de lágrimas.

-Las cosas no han estado bien en casa Harry, tu padre se está estresando en el trabajo y tú
simplemente soltaste una gran carga sobre sus hombros. Él no crio a una niña.

Mis ojos se abren al escucharla, ¿Me acaba de decir niña?

-¿Disculpa, Anne?

-Oh, ¡Oh por Dios! Lo siento Harry, no quería llamarte así es solo que... está cansado y habla de ti
todo el tiempo, te quiere en casa, ha pensado en ir por ti desde que nos retiramos de la oficina
pero no podemos amor, él está enojado todo el tiempo y ni siquiera yo quiero estar a su
alrededor. Harry, si estuvieras en casa sería un problema más grande, de verdad que te quiero
aquí, estoy tan sola y aburrida sin ti.

-Bien mamá, lo entiendo pero yo tampoco estoy mejor que tú ¿Sabes? También me siento solo,
me alejaron de mis amigos sin siquiera dejarme despedir y me trajeron a la mitad de la nada. No
te hagas la víctima, Anne, si papá está enojado es su problema. Porque si yo era uno de ellos ya
se decidieron de mí.

-Harry...-su voz suena apagada- por favor.

-Entiendo, me extrañas pero no vendrás por mí porque un hijo gay no es bueno para la familia. Lo
entiendo. ¿Qué les han dicho a los abuelos? ¿Por qué botaron a su hijo en la mitad de la nada?
¿Les han dicho la verdad?

La línea se queda muerta al otro lado, sé que no les han dicho la verdad, les haría tener un paro
cardiaco o un derrame cerebral por el enojo.

-Saben que tienes una beca en el sur y que te has ido por seis meses o un año... aun no estamos
seguros.

-¿No están seguros de que?

-Pues, de cuánto tiempo te tendremos en ese lugar. ¿Cuánto toma que tu hijo de je de ser gay?

Esa pregunta a ha formulado en su cabeza pero la ha dicho en voz alta, por Dios, mi madre
nunca sabe cuándo callarse.

-¿Cómo puedes contradecirte tanto? ¡Toma toda una puta vida, Anne! ¡Voy a ser gay hasta el día
en que me muera! ¡No te daré nietos propios y puedes estar segura de que no irán a mi boda y no
los veré todos los fines de semana para las reuniones familiares, mi padre me aborrecerá por
siempre y tú le seguirás como la maldita esposa sumisa que eres!

Y corto la llamada. Me quedo estático en la cama hasta que grito, todo lo que puedo. La garganta
me está doliendo y siento la sangre acumulándose en mi cabeza al grado de marearme pero no
importa. Tengo los puños cerrados y las unas se me incrustan en la piel.

Cuando termino mi berrinche veo el techo y me pierdo haciéndome ilusiones de cómo hubiera
querido que todo fuese en verdad.

Estoy frente a mis padres, cenando y riendo como todas las noches. Es un martes cualquiera. Mi
madre me pasa el pan mientras mi padre me incita a contarle cómo estuvo mi día. Les digo lo de
siempre, Nick me ha invitado el fin de semana a s casa, sus padres saldrán y hará una fiesta. La
escuela va bien, ningún problema. El perro tiene pulgas, hay que ir al veterinario.

Y mi madre habla:
Harry, tu padre y yo lo hemos hablado y sabemos que hay algo que te preocupa, puedes confiar
en nosotros, amor, siempre estaremos aquí para ti.

Bien, es el momento. Tú puedes hacerlo Harry.

-Soy gay.

Todos dejan la comida, mi padre me mira, mi madre me mira y se toman la mano. Sus miradas
son neutras.

-Bueno, eso es todo- dice mi padre- solo tenías que decirlo, Harry. Nunca te juzgaríamos.

Y mi madre se levanta y rodea la mesa para abrazarme.

-Gracias por confiar en nosotros.- dice en mi oído.

Y seguimos cenando, con sonrisas sinceras esta vez.

Pero claro que la ficción siempre supera a la realidad. Estúpido fue de mi parte pensar que me
apoyarían. Claro de que no, mi abuelo siempre se quejaba de los desfiles del orgullo hay que se
celebraban en la ciudad y mi abuela iba a la iglesia a rezar por sus almas.
Tocan a la perta y como no tengo ganas de levantarme grito un “está abierto”.

La melena rubia de Niall entra en la habitación y cierra la puerta a su espalda. Su rodilla está
cubierta por una venda blanca y tiene una sonrisa que iluminaria el fondo del mar.

-Harry Styles, eres el mejor chico al que he conocido nunca.

Camina con cautela, dejando todo su peso en su rodilla buena y se sienta a mi lado en la cama,
toma las flores y frunce el ceño. No tengo ganas de explicarlo, estoy de mal humor. Quiero que
me cuente que ha pasado y espero que eso me quite el mal sabor de boca que me ha dejado la
llamada de mi madre.

-Solo son flores que he cortado en el jardín, están allí muy solas y mi habitación necesita algo de
vida. Déjalas donde quieras y cuéntame todo.

Toma las flores y las deja sobre mi escritorio, mira mi papeles esparcidos en el por un momento y
regresa a la cama, acostándose a mi lado. Cruza los brazos tras su nuca y suelta un suspiro
mientras sonríe.

-Pues Zayn me llevó a la enfermería... le dije que podía irse ya que me había hecho un gran favor
al ayudarme pero se quedó conmigo. Mientras la enfermera llegaba me preguntó cosas como mi
nombre y mi edad, de donde era y me dijo que.... ¡Que tengo un acento muy lindo!

Su emoción me hace sonreír.- Nunca me habría esperado que Zayn Malik dijera lindo, es una
palabra muy fuera de lugar para él. No sé, esa imagen de “no me importa nada” “e importa una
mierda tu vida”. Bueno, cuando llegó la enfermera me puso alcohol en la herida y grité pero él me
tomó de la mano y no me la soltó hasta que me vendaron... me ayudó a ponerme de pie y me
cargó de nuevo... la verdad no era necesario y él lo hizo. Entonces nos encontramos a
Christopher y nos vio, te juro que sentí el corazón en el suelo y traté con todas mis fuerzas de
bajarme de sus brazos pero él no me dejó, me tomó con un poco de fuerza y me dijo que me
estuviera quiero, que me iba a lastimar y no dejaría que nada me lastimara de nuevo y cuando
Chris le dijo que fuera con él no lo hizo, me dejo frente a tu puerta hace escasos minutos y yo aún
siento sus brazos a mi alrededor.
No puedo reprimir las ganas de verlo y lo hago. Esta sonriendo como un loco y sus ojos azules
brillan. Me gusta ver a las personas así, sonriendo por un motivo especial. Me pregunto si yo me
pongo de ese modo cuando veo a Louis.

-No me estoy haciendo ilusiones, te lo prometo. Es solo que él es tan buena persona, nunca
había hablado con él y gracias a ti.... Gracias a ti Harry. Gracias.

-No hay nada que agradecer, Niall. En verdad.

-Es solo que, él me ha gustado desde que entre en este manicomio y nunca he tenido las fuerzas
suficientes como para reunir coraje y hablarle. Y llegas tú y lo camias todo. No solo para mi si no
para Chris. Pero algo es seguro, Harry. Yo nunca te diré que pares con esto. Si Louis te gusta
tanto como tus ojos los dicen... tienes derecho a jugarte todas las cartas por él.

Niall, que le ha estado hablando al techo todo el tiempo da media vuelta en la cama y nos
miramos la cara.

-Si te gusta algo tienes que luchar por ello, no importa cuánto se tarde en ser tuyo, si no el
esfuerzo y dedicación que estés dispuesto a mostrar. Y ahora me está dando hambre, ¿Qué te
parece si vamos por algo de comer a la cafetería y regresamos a te habitación? Podríamos ver
una película.

-¿No tenías algo que hacer hoy?- pregunto aunque no quiero que se vaya.

-Nada que no se pueda posponer.

------XX-----
Después de una tarde con dulces, pan de chocolate y refresco, tres películas y la noche caer Niall
salió corriendo del cuarto al escuchar a Javier y Axel en el pasillo. Como lo había previsto traían
comida para todos, pastel de vainilla con fresa y muchas, muchas alitas y boneless.

Cenamos en mi habitación junto con Liam. No mencionó nada sobre mi “cita” con Louis en el
bosque y le estoy agradecido por ello. Nos divertimos comiendo y escuché las pláticas entre los
dos amigos, Niall le contó todo lo que había pasado con Zayn y Liam me miró como si de un
padre orgulloso se tratara. Sentí el amor que Liam siente por Niall y me agradó saber que el rubio
tenía a tan buena persona a su alrededor.

Ahora eran las diez con cincuenta y algo y todos empiezan a dispersarse. Niall y Liam se
despiden de mí y salen prometiéndome vernos por la mañana- y yo le advierto a Niall que si
vuelve a despertarme le cortaré el pene-.

Hay basura por todas partes y mi habitación huele a pub barato. Las ventanas están abiertas y
espero que el aire pueda sacar el olor a tiempo. Aun no sé qué haré con Louis. ¿Decirle que se
aleje o que tengamos cuidado?

No quiero enfrentarme a los celos de un chico como Hilton. Pero por otro lado nunca he podido
escuchar a mí conciencia y alejarme de lo que me puede perjudicar.

Dejo de preocuparme por estupideces, crear un plan evasivo no funcionará cuando le vea a los
ojos y se me olvide hasta mi nombre.

Recojo la basura y la tiro en un cesto bajo mi escritorio, por la mañana tendré que tirarla en algún
lugar muy lejos. Prendo la laptop y busco a Scorpions en YouTube, Love Will Keep Us Alive
suena por las bocinas.

Las flores que Louis ha dejado en mi cama siguen en el escritorio y no pienso ponerlas en agua
porque:

1.- No tengo un florero.

2.- No tendré flores en mi habitación como si fuese una niña de quince años enamorada.

Me cambio la bermuda por un pantalón de mezclilla negra y cambio mi camiseta por una
sudadera gris. Me pongo unos calcetines cómodos y me tiro en la cama. Scorpions sigue tocando
la misma canción porque así lo he decidido. Es una canción hermosa y me hace pensar en
buenos tiempos que espero lleguen pronto.

Observo el reloj y veo que son las once y quince. El toque de queda debe de haber acabado ya,
si Louis va a venir tiene que ser pronto.

---XXX----

A las once y cuarenta y siete apago las luces y me meto bajo las sabanas.
-----XXX-----

A las doce ya estoy cansado de pensar en lo que puede ser y mi cerebro se apaga.

---XX----

A alguna hora de la madrugada me despierto y siento un cuerpo extra en la cama. Me doy media
vuelta con el corazón en la mano y veo a un chico de cabello castaño mirándome con esos ojos
azules que congelarían océanos.

-Al fin te despiertas dormilón, es la una y cuarto. Perdona por llegar a tiempo, se me han
complicado algunas cosas y el toque de queda sucedió antes de que pudiera salir de mi cuarto.
Me metí en tu cama porque tenía frio, espero no te importe.

Mi cerebro está procesando poco a poco la información. Tiene los ojos un poco rojos y los labios
hinchados. Su mejor escusa es decir que ha tenido complicaciones cuando claramente tuvo una
visita de su novio. Pero está aquí y eso es lo que importa ¿No? Si no estoy dispuesto a dejar que
me conquiste no puedo prohibirle que vea a su novio y tampoco puedo sentir los celos que estoy
sintiendo en estos momentos.

-¿Tienes mucho tiempo aquí?


-No, no. A lo sumo una media hora o un poco más. Me ha gustado verte dormir, babeas un poco y
tus labios son más rosas que cuando estás despierto. Creo que es la presión de tu cabeza pero
se ven muy bien. Y ¡wow! Tus pestañas parecen las de una chica, no lo había notado.

-¿Eres estúpido o las tonterías te salen al natural?

Sonríe y me ve directamente a los ojos-Y me encanta tu genio al despertar, eres tan...


inesperado. Pero si, son al natural, creí que ya lo tenías claro.

Me siento algo incómodo al estar en la cama con él, puedo sentir su calor ahora que está bajo la
sabana y nunca he dormido con alguien que no sea Nick. Estiro uno de mis pies y toco el suyo,
pienso retirarlo pero Louis me sonríe y enreda mi pierna con la suya. Su mano derecha se acerca
a mi rostro y la incomodidad se va cuando me toca la mejilla.

Juro por Dios que existe algo en Louis Tomlinson que me hace estar conmigo, que me atrae
hacia él.

-Harry Styles, no te conozco en absoluto y mírame, estoy rompiendo más de una regla ahora
mismo y no me importa una mierda. No quiero que pienses que estoy contigo solo para salir de la
rutina de estar con Chris...

-Bueno, no había pensado en eso hasta ahora, no es bueno meterme ideas en la cabeza tan
temprano.

-Sí, pero me he dado cuenta de que piensas mucho en la relación tan rara que tengo con Chris...
¿O me dirás que no tienes curiosidad?

Había pensado en eso, lo admito. Había pensado en lo que me había dicho esta mañana, en su
ex novia Eleanor, en como acabó con Chris, en que era amigo de Liam. Que tenía mucho tiempo
en este lugar y algunas cosas más pero no quería preguntarle sobre todo eso. No si yo iniciaba la
conversación.
-La verdad es que sí, tengo muchas dudas pero no tienes que contestarlas, digo... es tu vida y al
final puedes hacer con ella lo que te plazca.

-Pero quieres saber sobre ello.

-¡Sí! Soy un maldito curioso, pero no tienes que.

Su mano se había detenido hacía un rato en mi cuelo y ahora que caigo en cuenta de ello me
está provocando escalofríos. Siento que los bellos de todo mi cuerpo se erizan y se siente muy
bien.

-Entonces te contaré todo lo que quieras saber, no tenemos nada más que hacer. Si intento
besarme me morderás de nuevo así que no haré eso.

Una sonrisa se crea en mi rostro.- Quiero saber cómo fue que dejaste a tu novia y empezaste a
salir con Chris...

-Bueno, eso es fácil aunque un poco complejo. Antes de que empiece tendrás que prometerme
que no sacarás especulaciones de toco lo que diga, no haré lo mismo contigo, Harry, tú me
gustas, en verdad me gustas. Sé que es muy pronto para decirlo y que no nos conocemos pero
seamos realistas, las relaciones de ahora son una mierda y no seremos la excepción... eso claro
si logras hacerte una idea bien de como soy, no te dejes guiar por como he tratado mis relaciones
anteriores. Toma en cuenta que en verdad nunca he sentido más allá de atracción física.

No puedo decir nada, no hasta que todo haya acabado. Me limito a asentir para que siga.

-Bien. Eleanor y yo fuimos pareja por un año y algo, simplemente porque nos gustaba el sexo fácil
y salir de fiesta, nuestros amigos eran los mismos así que nunca teníamos problemas, ella sabía
que yo le sería fiel pero que no me tendría preocupándome por ella todo el tiempo. Cuando tuve
que venir a este lugar la distancia ya no nos afectaba, nunca estuvimos realmente cerca y no nos
importó mucho pero después de unos meses de solo hablar pos Skype y no tener nada de
acción... pues empecé a necesitar otro tipo de atención. Ella conoció a un chico llamado Thomas
o algo por el estilo y seguimos siendo amigos pero claro, yo había empezado una “relación” con
Chris cuando aún estábamos juntos. Cuando todo terminó con ella Chris y yo establecimos
reglas. Nada de sentimientos y nada de celos, yo estaba seguro de mi sexualidad pero cuando
descubrí que me gustaban los chicos no hice un gran alboroto, ya sabes, solo lo acepte y seguí
adelante. Entonces Zayn apareció en el campo de visión de Chris y a mí no me importó, no me
importa aún ahora que se acercaran. Zayn se tuvo que adaptar pero somos buenos amigos, él
chico si está perdidamente enamorado pero ya has visto la actitud de Chris ante nosotros, no
somos importantes y somos remplazables. Nuestra amistad es rara pero ahora que llegaste tú sé
que tengo que pararla, ya no me importa el sexo, no quiero que pienses que soy un maldito
ninfómana o algo por el estilo, solo importa que ya sé que tengo que parar y hacer algo bueno
con el tiempo que me queda aquí. Sí, tal vez después del instituto no volvamos a vernos pero
¿Por qué no intentar algo?

Es mi turno de hablar y no sé qué diantres decir. ¿Cómo le voy a contestar algo coherente si me
dice que no he tenido sentimientos reales por nadie? Pero no me haré un problema, ya saben,
siempre está esa idea estúpida de ser quien cambie a alguien, podría ser yo quien cambie a Louis
o él será quien me cambie a mi. Todo está en intentarlo.

-Solo voy a hacerte una pregunta, una sola y de la respuesta se derivará todo.

Él asiente y mueve su mano de mi cuello a la mejilla.-Dispara.

Me todo mi tiempo, quiero registrar cualquier cambio en su rostro.

-¿Cuándo dejaras a Christopher?

Y ahí está, ese gesto que me dice que Louis Tomlinson puede ser un mentiroso en acenso, traga
saliva y la manzana de adán se le mueve con el movimiento brusco. Sus pupilas se dilatan un
poco y me mira con algo de duda. Hay algo que no me ha dicho, una pregunta importante que he
olvidado formular pero no toma forma. Sé que tengo que preguntar algo pero no sé lo que es.
-Cuando tú me digas que sí.- responde.

Y si es un mentiroso es de los buenos porque, maldita sea, le creo.

-¿Cuándo yo diga que sí? ¿A qué exactamente?

-A estar conmigo, ya sabes, tener citas y dejar que te bese sin que me muerdas, que me permitas
venir a tu habitación por las tardes y ver películas o que hagamos juntos la tarea. No sé, cosas
que una pareja haga. Los dos estamos perdidos en ese tema y sería una buena experiencia
aprender juntos. No me eres indiferente y eso se nota. Desde ese primer día en la cafetería,
cuando vi tus ojos, Harry, no he visto ojos más hermosos en toda mi vida. Desde ese día en el
baño, la maldita tensión que sentimos los dos, querías que te besara, Styles. No puedes negarlo.

Estoy en mi cama, con los pies trenzados al chico más sexy que he visto en mi corta vida, en un
internado para hombres en el que esperan mis padres que me reforme para que me gusten los
pechos pronunciados de una chica al pecho plano de un hombre. Quieren que me atreva a tocar
el monte de venus de una chica que el abdomen bien marcado de un chico. Pero estoy aquí, en
mi propia habitación, después del toque de queda, rompiendo las reglas de muchas formas y
quitándole un novio a un chico al que debo temerle.

Scorpions sigue tocando la misma canción y Louis me mira como si quisiera besarme, porque
quiere besarme y yo quiero besarlo a él.

-Bien, vamos a hacer algo. Cuando dejes a Christopher y te des a la tarea de conquistarme como
a la maldita colegiala que soy tendrás tu respuesta. Si vamos a jugar este juego lo jugaremos
bien, desde el principio.
Una sonrisa se abre paso en su maldito y bello rostro, las arrugas a sus costados se hacen
visibles y tengo unas ganas enormes de besar sus labios, sus labios rotos por mi mordida de esta
mañana. Pero ha besado a Christopher y no tengo ganas de sentir su ADN mezclarse con el mío.

-Tenemos un trato, Harry. El juego comienza ahora.

Acerca su rostro al mío y me deja bajo su cuerpo, es más fuerte que yo pero tampoco pongo
resistencia alguna. Sus labios están tan cerca y nuestras narices se rozan. Sus ojos me miran
directamente y cuando creo que va a besarme avanza lentamente por mi cara, sus labios apenas
rozándome. Cuando llega a mi frente y siento su respiración en mi cabello siento sus labios
besándome. ¡Me está besando la frente!

Se quita de encima y se tumba a mi lado en la cama, toma mi mano y trenza sus dedos con los
míos. Yo aún estoy callado.

-Mi madre siempre me ha dicho que un beso en la frente es la muestra de cariño más grande que
le puedas dar a otra persona. No acarrea nada sexual y deja ver tus verdaderas intenciones.
Tenlo en cuanta, Harry. Esto no es un juego para mí pero si así lo ves tú te advertiré. Soy un mal
perdedor, por eso nunca pierdo.

Parezco un pez fuera del agua, mi boca se abre las mismas veces que se cierra. ¿Qué voy a
decir?

-Buenas noches, Harry.

Y se da la vuelta, con mi mano en su cintura y no soy idiota, sé lo que quiere. Me acomodo aún
más cerca de él y le abrazo.

Esta noche no dormiré solo.


Y me sorprende que me guste.

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Capítulo V: "La tormenta"

"La tormenta"

El calor me despierta de golpe. Siento el sudor caer por mi espalda aun cuando el tiempo no lo
amerita. La ventana abierta deja entrar el aire frio de un domingo nublado. El cielo está gris aun
cuando mi celular marca que son las doce con veinte.

Pero el calor viene de alguna parte y es cuando recuerdo que no estoy solo.

Louis me tiene abrazado por la espalda, tan fuerte que su pecho y mi espalda parecen el mismo
infierno por el calor corporal.

Trato de moverme y tener un poco de aire pero Louis se aferra a mi cintura con más fuerza. Su
cabeza se entierra en mi nuca y su respiración se mete por mi playera y me causa estragos en la
columna vertebral. Mis ojos se voltean por la sensación.

-Louis- susurro para despertarlo.

Él solo gruñe y me atrae más hacia su pecho.


-¡Louis, despierta!- grito porque ya no aguanto más el calor.

En un movimiento brusco Louis se sobresalta y me lanza al suelo, se mueve rápidamente en la


cama con los ojos muy abiertos y yo grito porque me he dado de lleno en la cara.

-Mierda, Harry, ¿Estás bien?

-Vete a la mierda, imbécil.

Me pongo de pie lentamente, y veo la mejor imagen que he visto nunca.

Louis tiene el cabello castaño revuelto, se levanta en picos señalado hacia los puntos cardinales.
Los ojos grandes y azules, tan cálidos, parecen las ventanas de su alma, tan suaves y puros.
Unas pequeñas arrugas se ven a los costados de ellos, señalando su alegría matinal. Y sus
labios, sus benditos labios rosas y algo delgados me reciben con una sonrisa burlona.

-Lo siento, no estoy acostumbrado a que me griten por las mañanas. No era mi intención.

-Sí, me di a la tarea de entenderlo.

Me pongo en marcha al closet y saco la ropa que me podre el día de hoy. Un pantalón de
mezclilla y un suéter sencillo, como el día lo amerita. Louis aún está sentado en la cama, con las
piernas cruzadas y los codos sobre sus rodillas.

-¿Vas a salir hoy o solo te vestirás bien para mi?

Ruedo los ojos y le doy la espalda, no tengo ánimos de salir de mi habitación- tengo miedo de
que si me voy a bañar Louis pueda irse también- y por eso me escondo tras una de las puertas
del closet y me cambio el pijama por la ropa de día.

-Louis Tomlinson, ¿Te han dicho alguna vez que no eres el centro del universo?
Su risa de media luna de altera la testosterona.- Me lo ha dicho antes, pero soy como la luna, ya
sabes. Tu satélite natural.

Me guiña un ojo y yo frunzo el ceño.- Eres patético ligando, en verdad no sé cómo es que tantas
personas se fijan en ti.

-Ho, Harry. No los enamoro con palabras, mi boca puede hacer muchas cosas más.

Se me abre la boca de golpe pero la cierro antes de que me vea como un estúpido. Parpadeo
varias veces mientras doy vuelta al rostro y mis mejillas se pintan de carmín. No me gusta
sonrojarme tan fácilmente pero mi maldita palidez no ayuda. No soy un maldito pan de Dios pero
nunca he hecho otra cosa con mi boca que no sea hablar o besar.

-Entonces, ¿Bajamos a desayunar o traemos la comida a tu recamara? Por cierto deberías de


sacar la basura porque ese olor a alitas me está poniendo de los nervios.

-Bien... ammm, iré por el desayuno y comeremos aquí, la verdad no tengo las fuerzas suficientes
para que Christopher o alguien nos vea juntos y, sacaré la basura. Vuelvo enseguida.

Louis se deja caer en la cama con los brazos cruzados tras la nuca y yo tomo el cesto de basura.
Al salir al pasillo veo a Javier frente a la puerta de Axel con algunas lágrimas en las mejillas, trato
de acercarme pero cuando me ve corre a su habitación y cierra la puerta con candado.

Nunca entenderé a ese chico.

Encuentro a la señora de la limpieza –no recuerdo su nombre y me siento mal por eso- le entrego
el cesto y me encamino a la escalera, el día está algo frio y los fríos pisos y grandes espacios del
castillo que ejerce como escuela no ayudan, el frío se aglomera en los techos y las ráfagas de
viento azotan las ventanas. Parece que una tormenta se está formando fuera.

Bajo los escalones con cuidado y noto la presencia de algunos chicos en pijamas o vestidos como
yo, con pantalones y suéteres o chamarras más grandes, todos subiendo sus alimentos a sus
habitaciones. Es un domingo con potencial para acurrucarte en la cama o dormir.

Llego al primer piso y me topo con Madame Dur, me mira con sus ojos penetrantes y sus labios
son una fina línea. Su vestimenta militar me da algo de miedo, siento que en cualquier momento
entrara por la puerta un general que nos reclutará o nos preparará para una batalla inexistente.

-Bueno días, Madame Dur.- digo cuando paso a su lado.

-Harry, necesito habar contigo un momento, ¿Me acompañarías a mi oficina?

Sin dejarme responder emprende el camino a la maldita cueva con olor a gato y donde todo en un
recordatorio constante de que la mujer ya no sonríe nunca y que extraña Francia más de lo que
admite.

Se sienta tras su monumental escritorio y me hace señales para que tome lugar frente a ella.

-¿Cómo ha sido tu semana en el instituto, Harry?-pregunta con su bendito acento, aun me


sorprende que su voz sea tan exquisita.

-Bie-een, gracias, Madame. El instituto es un lugar muy agradable, tiene todo lo que se necesita y
es algo agradable que nos dejen tener internet.

-Sí, es algo que me sugirió Christopher. Los chicos no hacían sus tareas en la biblioteca, tenían
que tener un incentivo.

Me siento como un niño sentado en una silla muy grande, con la mirada de superficialidad que me
dirige Madame Dur.

-Bien, entonces iremos a la que importa. Me han llegado ciertos rumores de que estas
fraternizando con Louis Tomlinson. Es un chico de una moral muy barata y tus padres me han
confiado tu educación, un chico como Louis no debería de ser aceptado entre tus amistades, te
coloqué con Javier Beltrán por una sola razón, ese chico es el único que parece entender que
está bien y que está mal. Sé que te advirtió de Louis, y sé que han hecho caso omiso de sus
consejos. Tus padres tiene un propósito específico al dejarte aquí y bien sabes tú cual es, yo
entiendo que no puedas cambiar tu naturaleza, entiendo todo este asunto de la heterosexualidad,
homosexualidad, bisexualidad, vengo de un país sin prejuicios al amor, Harry, pero me es difícil
verte a ti con alguien como Louis. Tómalo como un consejo de una fuerza más grande.

Sus ojos me están traspasando el alma, no ha parpadeado ni una sola vez.

-Christopher es un chico muy bueno, me ha dicho de este problema que tienes con Louis porque
son amigos y, bueno, él ha visto en ti algo muy puro. Me ha dicho, y lo cito “Harry es una persona
muy voluble, y bien sabemos que Louis Tomlinson es un manipulador. Su boca dice más de lo
que sus acciones realizan”.

Se me ha secado la boca. Christopher ha ido muy lejos.

-Lo tendré en cuenta, Madame Dur, gracias por su preocupación. ¿Puedo retirarme ahora?

Con un asentimiento de cabeza por parte de ella me apresuro a salir por la puerta, el corazón me
está corriendo como un loco y siento que estoy pálido. Sin duda el tener esa plática con el
estómago vacío fue un error. ¿Pero cómo putas iba a saber yo que esa plática iba a ocurrir?

Me apresuro a la cafetería y tomo en una charola lo primero que me encuentro en la barra de


comidas. Es una cantidad considerable de algo pero no me importa en lo más mínimo su
contenido. Me retiro con la charola en las manos y subo las escaleras con calma. Los pasillos
están vacíos y ha empezado a llover quedamente, el cielo se ha puesto negro totalmente y el
paisaje afuera es tétrico pero hermoso.

Campos largos bañados por la obscuridad y las gruesas gotas que se han convertido en una
tromba. Es cielo se está cayendo y el aire castiga al castillo con fuerza. Las cortinas se mueven
violentamente y escena se está poniendo tétrica.

Subo hasta el tercer piso y llego a mi habitación, abro la puerta y me encuentro a Louis vestido
con un pantalón de chándal y una blusa negra de nirvana –obviamente ropa mía- sentado frente
al escritorio en una videollamada con Nick Grimshaw.

Los dos sonríen como los idiotas que son, Nick está usando nada más que un shorts muy corto y
pegado y el cabello negro se encuentra en un peinado algo raro pero muy a su estilo, su sonrisa
me deslumbra pero la de Louis me hace sentir algo en el estómago.

-¿Entonces tu eres un buen amigo de Harry, ha?

-Técnicamente soy su futuro novio- contesta Louis sin siquiera notar mi presencia- veras, anoche
dormimos juntos.

Nick abre los ojos y la mandíbula de le desencaja.

-¿Te cogiste a mi mejor amigo?- grita alegremente- Maldito suertudo de mierda, lo que daría yo
por poder tenerlo una noche. Es como una maldita muñeca rusa, parece porcelana.

Louis pone la mano frente a la computadora simulando un saludo amistoso al “chocar los cinco”.

-Eso es exactamente lo que pienso yo, siempre está tan pálido y sus mejillas rojas. Parece una
muñeca de colección.

-Pero nunca seré de tu colección, Tomlinson.- le digo acercándome con la charola y dejándola en
la cama, regreso al escritorio y miro a Nick al otro lado.- Este chico no me “cogió”, Nick, anoche
dormimos juntos, solo dormimos, nos acostamos en la misma cama, con ropa y una sábana de
por medio, no me tocó nada y no seas estúpido, tú quieres dormir con todos los chicos de
Inglaterra.

Louis me abraza por la cintura y aplica fuerza hacia su cuerpo, caigo en un regazo tan rápido que
se le sale un grito de dolor.

-Madre santa, Harry, me has reventado la fábrica de bebes.


-Ralamente no he sentido nada, tu “fábrica” es más bien una “bodeguita”.

Su mirada se congela al mirarme, una sonrisa que me hace desconfiar se posa en su rostro-
Nick- dice sin siquiera mirar a la computadora.- mi futuro novio y yo tenemos un asunto que
resolver, fue un gusto hablar contigo. Recuerda lo que te dije sobre el próximo fin de semana,
hasta entonces.

Una vez que termina me toma en sus brazos con una facilidad sorprendente. No soy un saco de
huesos, por Dios santo.

Me tumba en la cama y la charola con la comida cae al suelo, por la ventaba se ve el cielo
dibujando relámpagos y por la distracción del momento no me doy cuenta de que tengo frente a
frente a Louis. Sobre mí, en la cama.

Sus manos toman las mías y las llevan por sobre mi cabeza, hasta tenerme bien sujetado. No voy
a mentir, verlo de esa forma y tan cerca me está alborotando la cabeza, todo se está
desvaneciendo.

Su cuerpo se pega al mío mientras sonríe y siento su miembro sobre el mío. Maldito hijo de puta,
en verdad no está mal dotado. Su cabeza desciende hasta que nuestras narices se tocan.

-Me gustan mucho tus ojos, Harry Styles. El verde de tu mirada me recuerda a los bosques cerca
de mi casa. Me recuerdan a una época donde me reía con mis hermanas.

Sus ojos me miran directamente y veo tras ellos, en un instante fugaz, la tristeza que carga.

-Y tus labios, tan rosas y carnosos... Harry, necesito probarlos. Por favor.

Sus finos labios ya están rosando los míos y ¿Quién soy yo para negarme?

-¿Por favor?- me suplica cuando me toma en un beso abrazador.


Simplemente al tocarnos suelta mis manos y yo tomo su cabello con mis dedos, lo jalo hacia
adelante y siento como suelta un suspiro. Mis labios se abren a la vez que los suyos y nuestros
rostros voltean en diferentes direcciones, su lengua profana mi boca pero no me importa porque
la mía entra en contacto con la suya y jalo más de su cabello, sus brazos me abrazan por la
cintura y en un movimiento estoy sobre él, nuestras piernas están entrelazadas y nuestros coxis
se juntan más, haciendo que la fricción nos provoque gemidos, pero no nos importa siquiera el
que nos falte el aire, robamos pequeñas bocanadas cada que hurgamos más en la boca del otro.
Sus manos me recorren la espalda y yo ya estoy tocando sus mejillas, están calientes por nuestro
calor corporal.

Un trueno resuena en el cielo y las luces se cortan de repente. Grito y me separo de Louis con el
corazón pulsándome dolorosamente, el cielo se está cayendo a pedazos y los truenos y
relámpagos me causan un dolor en la cabeza. El paisaje se ha descompuesto tanto en unas
horas y ni siquiera pasan de las cuatro de la tarde.

-¿Estás bien, Harry?- me pregunta Louis, sentándose en la cama y abrazándome por la espalda.

-Todo bien, es solo que, no me gustan los relámpagos. El sonido me pone los pelos de punta.

-No pasa nada, lo que deberíamos de hacer es recostarnos y disfrutar de la vista. Madame Dur se
va a poner furiosa con la madre naturaleza cuando vaya a ver sus flores, quedaran destrozadas.-
me dice riendo.

-Bueno, yo me pondré de nervios en unos cuantos minutos, así me pasa siempre.

Louis me jala a su lado, pegándome a su pecho. Resbalamos en la cama y nos tapa con la gran
manta negra de la cama. No hemos comido nada pero no quiero comer, aún estoy mareado por el
beso. Nunca había besado a nadie de esa forma, ni siquiera Nick era tan apasionado.

La puerta se abre con fuerza y la linterna de un celular nos da de lleno en la cara. Nos
levantamos de la cama con un brinco y veo las botas militares antes de ver su rostro.
-Bien, no quería creer esto pero... están en grabes problemas, jóvenes.- dice con su hermoso
acento.

La sangre ha abandonado mi cuerpo y me siento pesado. Madame Dur me ve con ojos


inquisitorios y Louis gruñe cuando vemos aparecer a Christopher tras ella.

Nos mira con la barbilla en alto, los ojos negros resaltan en la habitación obscura y veo
claramente una de sus cejas alzadas, como retándome o advirtiéndome.

-Cuando la instalación eléctrica sea restablecida quiero verlos a ambos en mi oficina. Esta es una
falta grave al reglamento, jóvenes. Louis, de ti me lo esperaba pero Harry, esto amerita un
castigo.

Madame Dur sale de la habitación y siento el frío en los huesos. Espero que no llamen a mis
padres, no quiero estar soportando sus llamadas.

-¿Por qué, Christopher?- gruñe Louis, mirándole con sus fríos ojos azules.

Una sonrisa se posa en su rostro.- Porque eres mío, Louis Tomlinson. Y lo sabes. Puedes jugar
con tu pequeño amiguito pero al final de la noche, cuando dejes a tu pequeño muñeco en la
repisa volverás a mí- sus ojos me miran fijamente, y por primera vez en el pequeño tiempo que
tengo de conocerlo veo tristeza.- No querrás engañar a Harry, Louis. Es mejor que le hables con
la verdad, no me gustaría que saliera herido. No se lo merece.

Sale de la habitación y cierra la puerta con cuidado. Louis me mira y yo le miro. Cierra los ojos.

-Te veré después, Harry.

Y sale de la habitación, pero yo voy tras él. Pero al llegar al pasillo veo a Christopher en los
brazos de Louis, y no siento celos, no quiero volver a mi habitación y no volver a ver a Louis.
Porque cuando veo esa escena sé que Christopher necesita a Louis, por alguna razón más que la
física.
Porque Christopher Hilton está llorando. Y Louis no le permitirá caer.

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Capítulo VI: "No existe la confianza"

“No existe la confianza”

Un nuevo día comienza, el cielo sigue gris.

Las clases comenzarán en cualquier momento pero yo estoy aquí, sentado frente el escritorio de
Madame Dur. Su oficina siempre huele a gato mojado, papel viejo y humedad. No sé cómo una
mujer tan dominante puede tener una oficina tan maloliente.

Ella aun no llega, según me he enterado está tratando de sacar a Louis de la habitación de
Christopher para que venga a reportarse y cumplir con el castigo que se nos asignará.

No quiero pensar en el porqué está con Christopher y de que no quiera separarse de él. Trato de
recordarme que no me importa, que Louis es solo un chico con un novio posesivo y no estable,
que es más como un amigo al que puedo besar ocasionalmente y que tiene a mi corazón en una
maldita montaña rusa.

Cierro los ojos y trato de dormir algunos minutos, la noche anterior me había quedado tan
preocupado con el incidente penoso por el que había tenido que pasar, daba gracias a Dios
porque no nos habían encontrado en una posición más... incomoda.

Escucho a un gato maullar, no me gustan los gatos, quiero a mi perro. Es –según yo- lo único que
extraño de mi casa, a esa pequeña bola de pelos color negro, ojos verdes y nariz mojada y fría.
Esas pequeñas patas blancas que me molestaban cada que subía a la cama y quería que jugara
con él. Extraño eso, y nada más. No extraño a mis padres y sus estúpidos prejuicios, a mis
abuelos y su palabrería sobre la maldad que se ha extendido en el mundo. No quiero un domingo
de iglesia obligatoria.

La puerta se abre y veo una imagen deteriorada de un Louis Tomlinson con el cabello
despeinado, los labios rojos y ojos del color de la sangre. Ah estado llorando, probablemente toda
la noche y su actitud no es la que me esperaba. No sonríe, no me mira.

Madame Dur entra tras él y nos habla, sin siquiera mirarnos.

-Hoy es un día horrible, chicos. Anoche estaba tan enojada con todo el mundo.- su acento se
marca cuando su garganta de cierra, ella también ha estado llorando.- un ser querido para mí y mi
querido Christopher murió ayer, era un alma joven, como ustedes. Tendré que dejar el colegio por
dos días, Christopher vendrá conmigo y no tengo el coraje necesario para castigarlos por romper
las reglas de este colegio. Es algo desagradable, realmente desagradable para mí haberles
encontrado en esa posición, juntos después de la hora permitida y no solo eso, si no qué me han
puesto al corriente de su...-nos mira a los dos, con sus ojos castigadores pero cansado.- podría
decir relación pero no estoy segura de querer usar ese término.

Observo a Louis pero él está mirando sus zapatos, relamiéndose el labio con la lengua y
mordiendo el extremo que yo había mordido unos días atrás. No me hace caso, es como si yo no
estuviera aquí.

-¡No me importa en lo más mínimo sus preferencias sexuales!-grita y la miro, la pobre mujer está
desecha y me pregunto ¿Quién fue la persona a la que acaba de perder para que este de ese
humor?- Pueden tener una relación si eso es lo que quieren pero, no incumplir las normas. Nadie
en las habitaciones después de las diez, nada de demostraciones públicas de amor en horas de
clase y sobre todo, nada de actividades sexuales tras las puertas. Por favor, chicos, ¿Quieren
tener una relación? Está bien por mí pero fuera de las puertas de la habitación. No quiero que
este colegio caiga más de lo que ya ha caído.

Se sienta en un muebla a un lado de el gran librero, con los codos cobre las rodillas y la frente
entre las manos, la escucho sollozar y me da miedo ver a una persona tan fuerte en esa forma.

-Hoy harán tareas en el bosque y el campo, tendrán que podar el césped y cortar las ramas de los
árboles. No me importa que nadie vaya a ver el bosque, eso harán. Lavaran las duchas y
después la cafetería. Hoy perderán las clases y gran parte de la tarde pero mañana regresarán a
su horario normal. Espero que piensen en lo que han hecho. Ahora retírense.

**

Nos dan todo lo que necesitamos en la entrada, algunos curiosos se asoman por las ventanas
mientras Louis y yo nos perdemos en el enorme campo, la verdad todo está en orden, el césped
no está largo y los arboles están perfectos como están, pero haré todo el tiempo que pueda antes
de entrar a las duchas, no me imagino limpiando los pisos y paredes llenas de sarro inexistente.

-¿Louis?-pregunto casi en un susurro.

-¿Qué pasa, Harry?

Pero su voz suena tan mal que no me apetece escucharlo en ese estado. No me mira, solo
camina con el hacha raspando la tierra. Yo voy empujando la podadora y me siento como un
idiota.

-¿Qué es lo que te pasa? No te veo en tu estado natural, no podía imaginarte nunca sin una
sonrisa.

Llegamos al mismo lugar donde fue nuestra “cita”. Se sienta en el suelo mojado por la lluvia de la
noche anterior y palmea el césped a su lado, con una sonrisa fingida. No me niego a ir con él,
¿Cómo negarme?

-No es nada que me incumba y por consiguiente no te incumbe a ti. Créeme que si fuera un
problema mío te lo contaría pero, no es nada sobre mi.

-¿Entonces?-pregunto intrigado.

El aire frio nos pega de lleno en el cuerpo, los dos temblamos aun cuando tenemos nuestras
chaquetas puestas, Louis me abraza repentinamente y juro por Dios que se siente tan bien, como
si la homosexualidad fuera un mito y solo existiera un sentimiento que se acumula dentro de ti,
algo que no tiene nombre y que no se puede clasificar por géneros.

-Es sobre Christopher. No me siento cómodo hablando contigo sobre él, por nuestra situación... o
lo que sea que nosotros tenemos.

-No tienes que verme como a alguien a quien te quieres ligar, Louis. Podemos ser amigos antes
que otra cosa, antes de que empecemos a sentir algo por el otro.

Me mira a los ojos y el ceño lo tiene fruncido.- ¿Antes de que empecemos a sentir algo por el
otro? ¿Qué clase de estupidez es esa? Yo he sentido algo por ti desde el día que llegaste, es
como una maldita fuerza que me atrae hacia ti, como si todo lo que había hecho antes de ti no
existiera, como si, y esto ya te lo he dicho, me diera cuenta de que lo que tengo con Christopher
ha llegado a su final. Que no queda nada más.

Sus ojos me hablan con la verdad, pero ¿Cómo creerle a alguien que acabas de conocer?

-Entonces seamos amigos, Louis. Hay que conocernos antes de que empecemos con algo. ¿Está
bien? Cuéntame que ha pasado, puedo escucharte sin decir nada, o puedo darte algún consejo.

-No son mis problemas, Harry, son de Christopher.


-Pero claramente te afecta, estas mal por algo que le ha pasado a él, y yo lo entiendo, son
amigos, novios, amantes; tienen algo especial. Y no me gusta verte cuando no sonríes.

Me tira con él sobre el césped mojado y frio, la espalda se me moja rápidamente pero no siento
nada más que los brazos de Louis abrazándome en la intimidad del bosque. Todo está callado,
no existe sonido alguno, no hay pájaros y el viento ya no sopla, pero todo sigue frio. Los paisajes
grises del inicio del invierno en Inglaterra me encantan, no veo la hora en que empiece a nevar.

-Bien, te lo contaré- dice después de soltar un gran suspiro.- Fue el hermano de Chris, ayer
murió.

Se me cierra la garganta de golpe, un nudo se crea en mi estómago y sube hasta mi boca.


Anoche estaba maldiciendo a un chico que había perdido a su hermano.

-Edmun siempre fue un chico adicto a las drogas, es la típica historia detrás de la máscara de una
familia perfecta. Un hijo adicto, un hijo gay y otro más que odiaba a su familia más de lo que
Hitler odiaba a los judíos. Sus padres nunca estuvieron en casa, Edmun no conocía otro mundo
más que el de las drogas desde que tenía unos trece años, Chris trató con todas sus ganas de
ayudarle pero nunca se dejó, la verdad, Chris no es una mala persona, es frio porque es su
naturaleza, aprendió a adaptarse a su alrededor y protegerse del dolor. En el mundo solo hay tres
cosas que pueden dañarlo en realidad: la primera era Edmun, era el chico que necesitaba ayuda
pero no quería recibirla. La segunda es su tía, Charlotte Duret. Y la tercera es enamorarse,
cuando él se enamore de verdad va a ser su perdición. Abrir su corazón no es fácil, su hermano
Dorian vive en Estados Unidos desde que Christopher tenía quince, la principal razón según me
dijo fue tener que cargar con la imagen de un hijo gay en una familia ya desecha.

No soy una persona muy sensible, no lloro con facilidad pero quiero hacerlo, quiero llorar porque
he juzgado mal a un chico que no se lo merece. Todo su teatro de chico malo, toda esa mierda
que carga en sus espaldas, todo lo que tuvo que pasar. Y la muerte de su hermano, una de sus
tres únicas debilidades. Me siento mal, no podría soportar todo lo que él ha pasado, de eso estoy
seguro.

-Es, es realmente triste.

-¡Es una mierda!-grita y se levanta de mi lado. Le veo ir de un lado a otro, tocándose el cabello
desarreglado, sobándose las sienes.- Es una mierda porque no puedo dejarlo ahora, no puedo
solo llegar con él y decirle que no quiero estar más con él. Que me he quedado atrapado por un
par de ojos verdes y una piel pálida como la porcelana.- me mira directamente a los ojos antes de
recorrer su mirada por todo mi cuerpo.- ¿Cómo puedes terminar algo que no ha estado bien
nunca? Quiero hacerlo, Harry, quiero estar contigo, como amigos, como lo que tú quieras, pero
quiero besarte, quiero tocarte, abrazarte. Pero quiero hacerlo sin sentir que los estoy engañando
a los dos. ¡Ni siquiera te conozco bien, Harry! No sé si eres un maldito hijo de perra que juega con
los sentimientos de los demás, uno de esos que enamora para después dejarte tirado. Tal vez
eres un chico que se aprovecha de su apariencia angelical para hacerte vivir en el infierno, pero
no me importa, porque quiero llegar a conocerte y que juegues con mi corazón como yo he
jugado con los de los demás. No me importa, pero no puedo dejar a Christopher, no ahora que
me necesita.

Me quedo sin palabras, nunca sé que decir ante él.

-¿Me entiendes, verdad?

-Lo hago, o eso trato, no importa. Louis, yo entiendo, llegué y cambié las reglas, no quería pero
según tú yo lo he hecho. Lo siento, perdón por hacer de tu vida una mierda pero entiendo que
aquí soy yo el que no tiene lugar. No quiero que te preocupes por eso, yo puedo esperar, no es
que pueda ir a conquistar a alguien más.- y digo eso ultimo con un guiño.

Y una sonrisa se abre paso en su rostro una vez más. Y siento como si el sol saliera porque – por
más estúpido que suene- su sonrisa resplandece. Me gusta verle sonreír, que sus ojos se
achiquen y creen esas pequeñas arrugas a sus costados, que el azul de su mirada se convierta
en agua y siento que puedo ver el océano agitarse.

-Y aunque pudieras, no dejaría que nadie más se te acercara.

Me sonrojo, como es costumbre y siento sus manos abrazar mi cuello, me acerca a él y me


susurra sobre los labios, como si no me estuviera muriendo por besarlos.- Me canta cuando te
sonrojas, te ves malditamente deseable.
**

No hacemos nada en toda la tarde, Louis había chantajeado al conserje para que se hiciera cargo
de neutras tareas.

Estamos tirados en el bosque, abrazados como los dos adolescentes estúpidos que somos. Louis
me besa la frente cada diez segundos, me traza círculos en la espalda y siento que me relajo en
sus brazos, como si nada pudiera salir mal. Sé que Madame Dur se ha ido unas horas atrás pero
Christopher sigue en su habitación, Louis ha estado mandándose mensajes con él toda la tarde.
En verdad estoy controlando mis celos, nunca había sentido esa emoción con nadie, eso de celar
a alguien por no darte tiempo, por no prestarte atención cada segundo. No me gusta, menos en la
posición en la que estamos, son el amante de un chico que es novio de un muchacho que tiene
otro novio. Es una relación extraña, lo sé.

-Tenemos que regresar, Harry. Christopher se irá y tengo que hablar con él antes de su partida.
Es un viaje largo a Manchester.

Suspiro pero le sigo, se ha hecho muy tarde y no he comido desde la mañana. Decido que iré a la
cafetería mientras Louis habla con su novio. Pero qué raro es decir eso.

Caminamos con las manos entrelazadas. Sus dedos me hacen cosquillas mientras los acaricia,
tengo unas ganas enormes de besarlo pero, no puedo. He estado con Christopher toda la noche,
tiene los labios hinchados por lo que sé fue una noche intensa y, por si fuera poco he visto los
tres chupetones que tiene en el cuello, son recientes, y son muy marcados. Su noche fue muy
buena, de eso me doy cuenta.

Y no quiero sentir nada, ni asco, ni celos. Nada. Pero me es imposible, soy humano.
-Iré esta noche, lo haré. Deja la puerta sin seguro, me gusta mucho eso de dormir contigo.

¿Él no entiende? ¿Es estúpido?

-No, definitivamente no. Dormirás en tu habitación, no volveré a meterme en problemas por eso.
Nos veremos mañana, como personas normales.

Su sonrisa me llega al corazón, lo hace palpitar como si no lo hubiera hecho en años y estuviera
retomando el tiempo perdido.

-Eres muy aburrido, Hazza. Si no dejas la puerta sin seguro me encargaré de entrar, a toda costa.
Dormiré contigo todas las noches. Todas.

Se separa de mi cuando llegamos a la puerta del gran castillo. Le veo perderse en las escaleras
principales y me dirijo a la cafetería. Todas las miradas se posan en mi mientras camino y no me
gusta eso, pero ¿Qué puedo hacer para cambiarlo? Me he metido en la mierda yo solo.

Me encuentro a mis amigos en una mesa en el fondo, Niall es el primero en notarme y me sonríe
con ganas igual que Liam. Javier y Axel están sumergidos en una plática de lo más romántica,
como es habitual en ellos. Me gustaría robar un pedazo de sus corazones, hacerlos polvo y
esparcirlos por el mundo, a ver si con eso la sociedad deja de ser una mierda y tratan de amar un
poco a sus semejantes.

-¡Harry! Escuché lo de tu castigo- dice Niall animado.- Los encontraron después del toque de
queda, Dios Harry, no sabía que eras todo un rompe reglas. Es genial, tener algo de acción entre
nosotros, Liam nunca se atrevería a saltarse una sola norma y yo... digamos que si lo hago me
casan de la escuela y no quiero volver a casa tan pronto, no si mi padre está allí. No me
malinterpretes, quiero a mi padre, pero es más fácil ser yo aquí que en casa.

Su sonrisa me hace sonreír a mí, siempre que Niall sonríe el mundo se vuelve pacífico.
Platicamos de cosas sin sentido, justamente lo que necesitaba. Una plática sin drama, sin Louis y
sin Christopher. Solo tonterías sobre que la novia de Liam, Danielle cumple años este fin de
semana -y que todos los últimos viernes del mes nos dejan salir a Londres para divertirnos. Esa
es una buena noticia, no tenía idea de eso y me hace feliz poder salir aunque sea un día se esos
campos verdes sin fin- e iremos a festejarla a “Calle 23”. Va a ser un buen fin de semana.

Todos están saliendo de la cafetería, la noche ha caído rápido y la lluvia suena contra los cristales
nuevamente. Estoy hecho un asco, mi ropa está sucia y aunque no he sudado necesito un baño.
Niall se ofrece a ir conmigo y me despido de Liam, Javier y Axel, este último con su habitual:
Buenas noches, gay Harry.

Y las puertas de la cafetería se abren, Christopher Hilton entra por las puertas con unas botas
negras de combate con estoperoles plateados, un skiny jean negro y una camisa del mismo color
con un collar de plata grueso que le otorga un estilo único, muy él. Tiene una maleta pequeña que
jala con delicadeza. Se nota que es una persona con una educación impecable, aunque aun así
me intimida. Camina directamente hacia mí y ya me estoy preparando para que algo salga mal.
Camina con elegancia, con la mirada fija en mis ojos y la barbilla en alto.

Niall se queda clavado en el suelo junto a mí, la cafetería se queda en silencio y nadie se mueve.
Cuando está frente a mí, sonríe de lado, pero está triste, puedo verlo en sus ojos negros.

-Harry, no sé cómo podrás entender esto pero, me estoy cansando. Te haré este año de lo más
miserable si sigues con lo mismo. Realmente quiero que lo entiendas, he perdido mucho este
año, no estoy dispuesto a perder a alguien más. No estoy dispuesto a perder a Louis por ti. Te lo
digo por tu bien, Louis no es la persona que te ha hecho creer, no sabe amar, no puede. Él y yo
estamos juntos por conveniencia, si, pero así no lastimamos a los demás a nuestro alrededor. Lo
hago por ti, tómalo como un consejo de amigos. Louis te va a lastimar, sus palabras pueden
confundirte pero entiéndeme. ¿Crees que a mí no me gusta cuando dice que quiere besarme?
¿Qué no siento nada cuando me dice que mis ojos son hermosos y que puede ver algo más que
los demás no pueden? Harry, Louis les dice lo mismo a todos. Hay muchos chicos buenos aquí,
fuera de estas paredes.
Me guiña un ojo y se da la vuelta.

Yo me quedo en mi lugar.

Nadie habla.

-Siento mucho tu pérdida, Christopher.

Se detiene, ¿Ahora que dije? Mientras da la vuelta veo las primeras señales de que tiene
sentimientos. Hay lágrimas en sus ojos. Se acerca, cuidadosamente. Su mirada me intimida.

-¿Pérdida? ¿Louis te ha dicho algo?

No puedo hacer otra cosa que no sea asentir, no me gusta cómo me mira.

-No vuelvas a decir que lo sientes, no puedes saber lo que estoy sintiendo ahora, nadie puede.
Seguramente tú tuviste una familia que te apoyaba, Harry, por más que hagas tus estúpidos
shows ahora de no querer hablar con ellos. Tuviste amor, tu mamá estaba para ti cuando la
necesitabas. No vuelvas a decir que lo sientes, no necesito que me tengas lástima, porque yo no
la tengo por ti.

-Yo...yo no quería.... Yo...

-Y por si no te quedó claro, anoche, mientras Louis estaba en mi cama, acariciándome como
siempre, como antes de que tu llegaras, mientras teníamos relaciones- su sonrisa habitual vuelve
a su rostro, esa que no me gusta.- me dijo que tú nunca había tenido relaciones con nadie, que
eres un estúpido virgen que no puede darle lo mismo que yo, por miedo. Harry, no le sirves para
nada, Louis no se quedará si le prometes algunos besos bajo las sabanas, si no estás dispuesto a
entregarle todo no sirves. Así es en su mundo.- ahora quiero llorar, porque ¿Cómo se habría
enterado Christopher de que soy virgen si Louis no le hubiera dicho? Anoche se burlaban de mi
mientras se lo montaban.- Me dijo que, eras un niño estúpido, que solo habías besado a tu mejor
amigo y que, con solo decirte algo sobre tus ojos te sonrojabas. Eres patético, Harry. Patético.

No sé por qué ha dicho todo eso, pero solo Louis lo sabía. Ellos se burlaban de mí. Louis es un
idiota.

Christopher sale de la cafetería y algunos chicos salen tras él, otros se quedan pero nadie dice
nada, nadie se burla y eso ya es algo. Niall me toma de un brazo y me hace caminar por el pasillo
hasta las duchas.

Mientras el agua corre me permito llorar. Niall canta a todo pulmón una canción de amor que no
me ayuda a pensar. Lloro como no lo había hecho hace mucho, con todo lo que mi corazón
destrozado me permite.

Termino y me pongo la misma ropa sucia, Niall me acompaña a mi habitación y me da un beso en


la mejilla antes de darme la espalda y bajar al segundo piso, donde está su habitación. Ya dentro
de mi cuarto me pongo unos boxers y abro la ventana, todo está frio al tacto pero no importa. En
el suelo de mi habitación veo una sudadera negra y no me había dado cuenta de que estaba allí,
y no es mía. Es de Louis.

Soy patético, lo sé. Me la paso por los brazos hasta ponerla en su lugar y la cierro, oliendo el
perfume de vainilla de Christopher en ella. No importa, es de él y solo eso importa.

Tocan a la puerta, sé quién es antes de abrir.

-Hola, hazza.- dice pero antes de que entre lo sostengo por los hombros, lo acerco a mi y lo beso,
con dolor, como si lo necesitara. Su lengua entra en mi boca y la mía pelea contra ella, me abraza
por la cintura y yo le atraigo más por la nuca, mis dedos se enredan en su cabello y no quiero
soltarlo, pero cuando el aire falta nos separamos. Nuestras frentes se juntan y respiramos con
dificultad.- ¿Qué ha sido eso?- pregunta con una sonrisa.

-Eso, es un beso de despedida. ¡Maldito imbécil!

Trato de cerrar la puerta pero, soy una maldita princesa debilucha. Louis toma la puerta y la
empuja, ganándome la batalla. Entra al cuarto y cierra la puerta con un golpe, poniéndole seguro.

-¿Qué te pasa? Apenas hoy te digo que quiero estar contigo y ahora te comportas así, como si
todo lo que te dije fue una mierda.

-¡Porque eso es! ¡Pura mierda!

Se acerca a mi y trato de alejarlo porque no puedo pensar cuando está tan cerca.

-¡Déjame, Louis!

-No, no lo haré hasta que me expliques que mierda pasó en esta hora que te dejé solo.

Le veo, ¿Cómo es posible se me pregunte eso?

-¿Qué que mierda pasó? ¡Dime tú quien mierda te dio el permiso de contarle a tu puto novio
sobre mi vida privada! ¿Necesitabas llegar a mí para burlarte? ¿Querías que te dijera que era
virgen y que solo he besado a una persona para que mientras te cogieras a tu novio se burlaran?
¿Querías eso, Louis? ¿Lo querías? ¡Eres un hijo de puta! Nadie me ha tratado de la forma en la
que tú y Chris lo hacen.- a esas alturas ya estaba llorando.- ¿Qué les hice? Solo quiero que me
dejen en paz, que me dejes en paz, que vuelvas a tu puta vida. ¡Déjame tranquilo!

Louis me ve con los ojos abiertos, las fosas nasales se abren y cierran y trata de respirar
normalmente.

Empieza a negar rápidamente, mientras se deja caer contra la pared.- Yo nunca le dije nada a
Christopher, nunca le diría eso. ¿Qué tipo de persona crees que soy?

-Ni siquiera te conozco, Louis. Pero ahora sé que no eres el tipo de chico que hace las cosas
bien. No eres una buena persona.
Da un golpe en la pared y me asusto, su mano empieza a sangrar.

-¡Yo no le dije eso a él! Nunca me burlaría de ti, Harry. Yo no soy la única persona que sabe eso
sobre ti. Yo nunca podría hacerte eso.

-No quiero escucharte, quiero que te vayas, que me dejes en paz. Que te alejes.

Voy a la puerta y la abro, quiero que se vaya. Pero se acerca a mí, me toma de la cintura con
cuidado y yo me dejo, porque me encanta cuando está cerca de mí.

-Tienes puesta mi sudadera.- la acaricia, mientras siento su tacto en mi cintura.- te ves bien en
ella.

Me sonríe, y antes de que yo pueda sonreírle me da un beso y sale de la habitación. Antes de


cerrar la puerta vuelve, con la cabeza en alto.

-Yo no dije eso, Harry. Nunca lo haría. Cuando vuelva Christopher hablaremos, ya no puedo con
esto. Me engaño a mí mismo diciendo que Chris es alguien con sentimientos pero, esto es lo
último.

Y se va.

Y yo me siento mal. Como si algo me faltara.

Quiero que vuelva.

Pero no lo hace.
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Capítulo VII: "Quédate conmigo"

"Quédate conmigo"

Un nuevo día da inicio. Tomo mi uniforme perfectamente planchado y lo dejo sobre la cama
mientras busco ropa interior en los cajones. Estoy desvelado, la noche anterior apenas pude
pegar ojos por pensar en Louis, no quiero pensar en él, ni siquiera conozco al chico y ya ha
causado un maldito impacto en mi vida, me ha hecho reír como nunca, me ha sacado las sonrisas
más sinceras pero, me ha hecho llorar como nadie. Ni siquiera el desprecio de mis padres me
dolió tanto.

Y hablando de padres...

Mi celular suena al otro lado de la habitación, en el escritorio. Sé que es mi madre gracias a la


canción que suena, especialmente para cuando ella ose echarme a perder un día. Pero estoy tan
enojado de que mis lágrimas sean por Louis que aceptaré cualquier desprecio por parte de mi
madre para llorar por algo que valga la pena.

Me apresuro a llegar al aparato antes de que la llamada se pierda y tomo valor antes de escuchar
la voz de mi madre del otro lado.

-Hola.

-Harry, hola amor.

-¿Por qué llamas tan temprano?- pregunto para que el silencio incomodo no se alargue.
-Quería pedirte perdón por lo que dije en la llamada anterior. No te diré que no quería decir esas
cosas porque, las dije a conciencia pero, me sentí muy mal cuando me recriminaste o... más bien,
me aclaraste que eres mi hijo, y que no estás enfermo.

No me esperaba eso, nunca me esperé que mi madre me pidiera disculpas.

-Es solo que tu padre ha estado diciendo tantas cosas sobre ti, sobre tus... gustos. Yo me he
dejado llevar, me conoces amor, somos igual de volubles ante las palabras de otros. Quiero que
me des tu perdón, Harry. Tal vez no acepte que mi hijo sea homosexual pero, eres mi hijo y te
amo.

Llamaron a la puerta pero yo no atendí, mi madre se estaba disculpando conmigo por haberme
insultado, aun cuando no aprobaba que fuera como soy. Podía notar su nerviosismo y el nudo en
su garganta y sentía como se creaba uno en la mía.

-Te amo, Harry. Siempre lo haré, no quiero que me dejes fuera de tu vida, quiero que nos
tengamos confianza, como antes, quiero que me cuentes todo. Si te enamoras de un chico... será
duro para mi escucharlo pero, quiero saber todo sobre mi bebé. Espero que cuando te
enamores... me dejes saberlo y, como soy tu madre veré que ese chico te merezca. Por favor,
Harry, perdóname.

Tengo la garganta seca, el nudo en mi garganta no me deja hablar. Pero es mi madre, y aunque
trate con todas mis fuerzas odiarla, no puedo. Y ahora ella quiere aceptarme, tratar de hacerlo.

-¿Harry?- escucho la voz de Liam al otro lado de la puerta.

-Mamá, no tengo nada que perdonarte, todo está olvidado. Te amo, tengo que ir a clases.

Cuelgo la llamada antes de que pueda decir algo o mis lágrimas salgan de mis ojos. Dejo el
celular en la cama y voy a la puerta, tratando de recomponerme y tragar el nudo que se ha
formado en mi garganta.

-Hola Niall.- saludo al abrir la puerta y dejarle pasar.


-Buenos días, Harry. ¿Listo para iniciar el día?

Asiento mientras tomo mis cosas y salimos de mi habitación. El día aún está gris, tal parece que
la tormenta durara algunos días así pero el clima es perfecto, frío y gris, perfecto.

Nos apresuramos en las duchas, el aire frío se cuela por las ventanas superiores y hacen de las
regaderas el lugar más frio del instituto. El agua no está totalmente caliente y siento como los
bellos de mi cuerpo se erizan. Niall da saltitos en la regadera continua y le escucho tatarear una
canción de Bastille.

Cuando salimos de las regaderas acompaño a Niall a su habitación para tomar su uniforme y
cambiarnos en mi cuarto. Sé que está preocupado por mí, que está siendo el mejor amigo que
pude tener en este instituto, fue uno de los que escuchó claramente todo lo que Christopher me
dijo el día anterior. Me agrada poder tener a alguien con quien llorar, en el remoto caso de volver
a hacerlo.

Su habitación es totalmente azul, las cortinas blancas y algunos posters de ciudades de todo el
mundo adornan sus paredes. El sol entra como si fuese parte de la decoración. Todo es
espacioso y de colores claros.

-¿Vamos?- pregunta Niall con su ropa y zapatos en la mano.

Al llegar a mi habitación encuentro a Zayn Malik recargado en la pared, está vestido con el
uniforme reglamentario pero tiene algunos detalles que realzan su personalidad. Las mangas se
encuentran dobladas hasta el codo dejando ver algunos tatuajes en sus brazos, la corbata la ha
bajado algunas pulgadas y el cuello no está abotonado.

Niall deja de sonreír cuando lo ve y su mirada se vuelve agua, no puede dejar de verle y parece
que va volando a su encuentro. Pero yo solo me pregunto ¿Qué hace Zayn en mi habitación?
-Harry, Niall- saluda con un asentimiento al llegar a su lado.- al fin llegas, he estado esperando a
que abras la puerta hace unos diez minutos.

-Perdona por hacerte esperar, ¿Qué es lo que quieres?

-Yo nada, es Louis. Me h mandado a darte esto en persona.- me aclara al momento que saca de
su bolsillo un papel blanco, doblado por la mitad.

-No quiero nada que tenga que ver con él, puedes decirle que se vaya a la mierda.

Niall me mira con los ojos tan abiertos que creo que se hará daño.

-De eso nada, Harry.- me advierte Malik y toma mi mano, con algo de fuerza para que tome el
papel.- Louis quiere que lo leas, me envió a mí para que no lo rechazaras. Ahora que he cumplido
con mi deber, te veo en literatura.- y se aleja por el pasillo en dirección a las escaleras, con las
manos en sus bolsillos y sus pasos lentos.

Escucho a Niall reírse y abrir la puerta de mi habitación.- Zayn haría cualquier cosa para ayudar a
Louis a estar contigo, así ya no tendría que pelear por la atención de Chris.

**
Mi primera clase del día es biología. No conozco a nadie en esa clase pero al entrar encuentro la
primera mesa vacía, ya todos están sentados en sus mesas y faltan unos cinco minutos para que
la lección empiece.

Escucho a los chicos susurrar del incidente de ayer en la cafetería, algunos ríen pero otros se
quedan callados, observándome. No me gusta ser el centro de atención pero, es un instituto
donde no tienes más vida social, un incidente como el mío con Christopher no puede pasar
desapercibido.

No tengo nada mejor que hacer que esperar al maestro o que alguien se acerque a mí y empiece
una conversación, pero eso no suena muy probable.

La curiosidad me mata, no he visto el mensaje que Louis me envió y siento su peso en mi bolsillo
delantero. Mi orgullo lastimado y mi curiosidad empiezan una guerra interna, pero gana la
curiosidad.

Saco el papel y lo desdoblo frente a mí.

Harry, sé que piensas que la confianza que teníamos se ha roto pero eso no es verdad, sigo
confiando en ti de todas las formas en las que se es permitido. Podría decirte mi vida entera en
una carta, podría decirte mis errores y mis peores pesadillas, podría decirte todo lo que me hace
daño porque confío en ti, como tú confías en mi.

¿Quieres saber por qué Christopher sabía todas esas cosas? ¿Quieres saber por qué nadie se
opone a lo que hace? ¿Quieres saber por qué seguía con él antes de ti?

Te lo diré, solo si me dejas acercarte a ti.

Porque no soporto que pienses que no valgo la pena. Porque quiero estar contigo.
L.T.

No me había dado cuenta de que mi corazón corría desbocado dentro de mi pecho, las mejillas
se me han puesto calientes y las manos me tiemblan un poco. Él confía en mi, pero yo no puedo
hacerlo ¿O sí? Es decir, él le había dicho a Christopher todo sobre mi, y se habían burlado de
ello.

El timbre suena y me obligo a guardar la nota en mi bolsillo, dejar todos mis sentimientos de lado
y concentrarme en las clases. Ya pensaré en Louis después... sí que lo haré.

El maestro de biología entra al salón con algunos pergaminos en las manos, se sienta tras el
escritorio y empieza a explicar que es y cómo se conforma su materia. No le hago mucho caso,
nadie lo hace pero él no parece notarlo o no le importa. Habla y habla sobre temas que nunca
aplicaré en mi vida futura pero hago un esfuerzo en entender.

La puerta se abre repentinamente y todos en el interior del aula nos quedamos en silencio. La
ayudante de Madame Dur entra con un chico rubio y de media estatura. Tiene brazos bien
definidos y unos labios rosas, sus ojos son claros y su cabello está peinado en un mohicano con
los lados rapados. Su mirada es dura pero hay algo en él que te dice que no es una persona de
mal carácter.

El chico recorre la habitación con la mirada, lentamente nos ve a todos en el interior y vuelve su
mirada a la señora que le explica al maestro que un nuevo integrante se unirá a la clase.

-Señores- dice la mujer.- este es Josh Devine, viene de la academia militar de Georgia, en
Estados Unidos.

Josh nos da una sonrisa de medio lado, eso explica su peinado y su perfil tan serio. Camina hacia
mi mesa, ya que es la única con un espacio libre y se sienta a mi lado. No sé si saludarlo o no
prestarle atención pero no tengo que hacer nada, porque él actúa antes que yo.
-Hola- me dice sonriendo.- Soy Josh, ¿Y tú?

-Harry, Harry Styles.

-Bueno Harry, supongo que tú serás quien me ayude a adaptarme a este instituto.

Le ofrezco una de mis mejores sonrisas ya que la suya es contagiosa.- No puedo ayudarte
mucho, veras, yo también soy nuevo. Es mi primera semana aquí, pero mi amigo Niall puede
ayudarte.

-Niall...-susurra como si recordara algo.- Oh, eso es una suerte. Ahora veo porque estabas tan
solo.- y me da un puñetazo “amistoso” en el brazo. Sí, me duele como la mierda pero no digo
nada.

-Sí.- contesto con una risa estrangulada por el dolor.- no soy muy popular aquí.

**

Las clases pasan y para mi suerte la segunda clase –sociología- la comparto con Louis. Pero
ahora tengo a Josh conmigo, es una ventaja que tengamos el mismo horario.

Entramos al aula y todas las miradas se posan en nosotros, todos viendo a Josh que ni siquiera
se inmuta ante ellos, su rostro ahora está serio y su mandíbula parece de metal. El uniforme se le
pega al cuerpo y le hace ver como uno de los agentes de seguridad del gobierno de su país, se
ve verdaderamente sexy en uniforme.

Nos sentamos en una mesa juntos, y llegamos a tiempo para que Louis Tomlinson entre al salón
y nos vea. Su sonrisa se borra de golpe y su pose se vuelve seria y se ve prepotente al caminar
hacia donde estamos sentados.

-Disculpa- dice a Josh cuando se encuentra frente a la mesa.- Estás en mi lugar.

Noto su voz rasposa y me dan ganas de gritar de emoción ¡Está celoso!

-Oh, disculpa.-contesta Josh mirándolo a los ojos- no vi que este lugar tuviera tu nombre por
ningún lado.

La manzana de Adán de Louis sube y baja lentamente, su mandíbula está apretada con fuerza.-
Pues es mi lugar, junto a mi novio.

-¿Novio? Harry nunca me menciono ningún novio.- le reta sonriendo- ¿Quieres que le dé el lugar
a tu novio, Harry?- me pregunta.

Louis me observa, sus ojos azules parecen que podrían congelar el océano. Sus facciones estás
contraídas. Me advierte con la mirada.

-No, él no es mi novio.

La sonrisa de Josh me hace sonreír pero la mirada de Louis sobre mí me hace que el estómago
se me revuelva.- Bien- le dice Josh con las manos cruzadas frente a su rostro.- eso resuelve el
problema, puedes buscar otro lugar, Louis. La clase está por comenzar.

Le veo ir a los asientos traseros. El maestro llega y la case empieza pero durante toda la hora
siento su mirada sobre mí, como si me traspasara la espalda y llegara a hacer estragos en mis
venas al hacerlas bombear la sangre más rápido.
No puedo concentrarme, no escucho al maestro, no entiendo lo que Josh me dice. Solo lo siento
a él.

Cuando la hora llega a su fin le veo salir del salón, sin mirarme una sola vez. Niall se asoma por
la puerta y su mirada se llena de luz, como si hubiera visto la luna de frente, todo su rostro brilla.

Mientras Josh recoge sus cosas me acerco a él pero su mirada sigue en un solo lugar. Y cuando
llego a su lado encuentro que está mirado a Josh Devine, como si solo existiera él.

-¿Niall?

-Harry... ese chico... ¿Cuál es su nombre?

-Josh Devine.

El irlandés asiente y sus mejillas -y rostro en general- se vuelven de color escarlata. Josh llega a
nosotros y su mirada se pierde en el rubio a mi lado. Una sonrisa aparece en su rostro después
de unos segundos y su mano se dispara hacia adelante, en una saludo que Niall recibe.

-Hola, Niall... tenía tiempo sin saber de ti.

Niall se pone aún más rojo y yo estoy totalmente perdido.

-¿Ya se conocían?

-Sí, podemos decir que Niall y yo fuimos muy buenos amigos por un tiempo.-responde Josh con
una sonrisa dulce dirigida al rubio.

-Fue hace unos años, Harry... nada importante.


Pero sus gestos faciales dicen lo contrario. Josh se acerca a él y le susurra algo al oído que no
logro escuchar pero hace que Niall se sonroje aún más.

-Sí- dice Josh acariciando la mejilla del irlandés.- sabía que no hablabas enserio.

**

Después de la escena de Niall y Josh el rubio salió corriendo y mi nuevo compañero me explicó la
historia. En su colegio militar habían hecho un viaje a Irlanda, fue una semana donde conoció a
Niall en una feria local y donde los dos descubrieron que no eran tan heterosexuales como creían.

Josh hablaba de Niall tan dulcemente que supe en ese instante que la llama dentro de los dos no
había muerto.

Ahora estamos en el comedor, con las clases terminadas y la tarde libre. Dejo a los tortolos
hablando en una mesa separada de Liam, Javier y Axel y salgo por algo de aire.

No he visto a Louis desde la clase de sociología y quiero hablar con él sobre la nota. Aunque mi
orgullo me diga que no, que no le busque.

Lo busco en el primer piso, en los baños, los salones y en la oficina de Madame Dur. En el
segundo piso, en las habitaciones y en todos los lugares que se me ocurren y en los que puedo
acceder. Pero no tengo suerte.

Resignado regreso al comedor pero encuentro a mis amigos dispersos, Liam ya no está pero
Josh y Niall siguen hablando, Axel y Javier como de costumbre no dejan de tocarse y susurrarse
cursilerías y yo no quiero incomodarles.
Salgo decidido a ir a mi habitación y hablar con Nick, tal vez pueda llamar a mi madre y contarle
lo que está pasando. Si quiere empezar a pensar en mí de esa forma, tendré que confiar en ella.

Llego a mi habitación y cierro la puerta a mi espalda. Empiezo por quitarme el saco y la corbata,
seguida de la camisa y los pantalones hasta queda en boxers. Siento que alguien me observa y
me doy la vuelta, soltando un grito que bien podría pasar como el de una chica y trato de taparme
con las manos lo más que puedo del bóxer de licra que marca claramente mi entrepierna.

-¡¿Qué estás haciendo aquí?!- grito a Louis que me ve, sentado en una silla al lado de la ventana.

-Quería hablar contigo sobre la carta que te mandé con Zayn esta mañana. No me gusta para
nada que estés enojado conmigo. Y vengo aquí, con toda la intención de tener una plática
contigo... ¡Y empiezas a seducirme!

Se levanta de la silla como un león al ir por su presa, cuidadosa y lentamente. Lo veo mientras se
acerca a mi y me rodea la cintura con sus brazos, pegándome a su cuerpo.

Tengo la boca abierta como estúpido y siento su aliento en el rostro y mi boca, huele a menta.-
Vengo a hablar contigo sobre el malentendido de ayer y sobre el chico con él que has estado
pegado toda la mañana y tu solo te desvistes frente a mi, y piensas que puedes salir bien librado.

-Yo... yo no sabía... no sabía que estabas aquí... yo...

Su nariz roza la mía y su legua lame mi labio inferior. Estoy perdiendo el control de mi propio
cuerpo.- Harry- susurra sobre mis labios y me besa.

Me atrae por la nuca hacia él y yo me dejo, no quiero alejarme. Nos movemos a un ritmo
apresurado, como si hubiesen pasado años sin vernos, como si necesitáramos del otro. Llevo mis
manos a sus mejillas y loa atraigo con más fuerza, no quiero que se aleje de nuevo.

Louis avanza y me hace retroceder hasta que caemos en la cama. Una sonrisa se aparece en
nuestros rostros y empezamos a reír, me siento liberado, como si todo el enojo y las lágrimas de
la noche anterior no hubieran pasado.

Louis se sienta en la cama, dejándome espacio para que haga la misma acción y me pose a su
lado. Y mis mejillas se tiñen de rojo al recordar que no tengo más que un bóxer de licra puesto.

Su mirada cae en mis ojos y va bajando lentamente, me ve los labios y la mandíbula, el cuello y el
pecho, me mira delicadamente, en sus ojos no hay más que adoración. Me hace sentir bien.

-Eres realmente hermoso, Harry.

Su voz... es tan suave que siento que mi estómago ha creado un hoyo negro y mis sentimientos
se están mesclando. Busca por la habitación algo hasta que da con su sudadera negra, se
levanta de la cama solo para tomarla en sus manos y me la pasa por los hombros, tapándome por
el aire frío que se cuela por la ventana.

-Quiero hablar contigo, Harry. Ayer... ayer me sorprendí mucho con tu actitud, entiendo... sé que
debió de ser horrible que Christopher te tratara de la forma en que lo hizo... Zayn me lo ha
contado todo. Estoy enojado, tanto que si lo viera ahora no sabría controlarme pero, ahora solo
me importa una cosa.

-¿Qué cosa?- pregunto mientras le miro a los ojos, esos hermosos ojos azules.

-Quiero que confíes en mí. Te diré todo lo que quieras saber.

-Solo quiero saber una sola cosa, Louis. ¿Cómo es que Christopher sabe todo eso sobre mí? No
hay manera... no si tú no se lo dijiste.

-¿Recuerdas que te hable sobre la tía de Chris? Él la ve como su madre y ella, al no poder tener
hijos lo adoptó como si lo fuera. ¿Recuerdas su nombre?

-Sí, Charlotte...
-Charlotte Duret. La madre de Christopher es francesa....

-No entiendo.

Louis me toma las manos.- Charlotte Duret... Harry. Madame Dur es la tía de Christopher. Es por
eso que él tiene acceso a toda la información, por eso sabía que eras virgen, por tus registros
médicos. Lo de que has besado a un solo chico... eso no sé de dónde lo habrá sacado, pero te
juro que nunca he hablado de esas cosas con él. Chris tiene oídos en todas partes, siempre sabe
todo. Él sabe de nuestra cita en el boque, sabe sobre que venía a tu habitación, sabe que no
quiero estar con él... lo sabe todo. Yo estaba con él porque, si lo hacía feliz Madame Dur me
dejaba en paz, no más castigos ni regaños porque Christopher se lo pedía. Aquí nadie se mete
con él porque... no es conveniente.

Me quedo quieto. No sé qué decir ante eso.

Intento crear una oración coherente.

-Entonces... estamos en más problemas de los que creí. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

Baja la mirada.- Porque... creía que si te lo decía te alejarías de mi, y no quiero eso, Harry. Confío
en que no dejes que cualquier cosa que Christopher pueda decirte para alejarte de mi te haga
retroceder. No quiero perderte... no cuando empiezo a sentir algo real por alguien.- le escucho
tragar en seco, los nervios invaden su cuerpo.- Por favor, no te alejes de nuevo.

Sus ojos me suplican y yo... no tengo un motivo para alejarme.

-No lo haré, Louis. Y si lo hago... confío en que estarás ahí para traerme de regreso.

Una sonrisa se abre paso en su rostro.


-Puedes apostar a que lo haré.

=================

Capítulo VIII: "Una ducha reconfortante"

"Una ducha reconfortante"

La alarma suena pero ni siquiera la necesito. No he dormido en toda la noche pensando, en


Louis, en lo rápido que mi vida ha cambiado, en que todo lo que tenía antes se ha ido y se ha
remplazado con problemas y drama.

Aun pienso en que hubiera sido mejor quedarme callado, yo y mi secreto. Como antes. Si no
hubiese abierto la boca cuando mi madre me preguntó qué era lo que me estaba callando.

No me hubiera alejado de mi perro, de Nick, de mi escuela, mis amigos. Peor no hubiera conocido
a Louis, a Niall, a ninguna de las personas que están marcando mi vida.

Me levanto para hacer la rutina diaria, el día aun es frio pero el cielo se ha despejado un poco, ya
se pueden ver algunos rayos del sol. Tomo el uniforme y lo aliso sobre la cama, busco mi ropa
interior y mi toalla y salgo al pasillo, encontrándome a Niall en la punta de las escaleras hablando
con Josh. Ninguno de los dos me ha visto, Josh tiene las manos de Niall entre las suyas, y le
habla lentamente, como si quisiera hacerle entender algo. Niall, por su parte, está atento a cada
uno de los movimientos de Josh, sonriendo como un niño en navidad.

Estoy poniendo toda mi atención en ellos que no noto cuando una persona se posa a mi lado
hasta que me empujan contra la puerta de mi habitación y veo los ojos azules de Louis.

-Espiar es de mala educación, Harry. Ahora que lo recuerdo, nunca terminamos nuestras clases
de modales.- su sonrisa por la mañana es una buena forma de iniciar el día.
-No estaba espiándolos... acabo de salir de mi habitación y ellos estaban allí, no quería
interrumpir.

Escucho como la perilla de la puerta gira y de un momento a otro mi cuerpo se precipita al suelo,
grito pero antes de sentir el golpe mi cadera siente los brazos fuertes de Louis.

-Harry, pensé que tenías claro que no te dejaría caer, nunca.- aún tiene esa sonrisa estúpida en
el rostro.

-¿Y por qué has hecho eso?

-Porque... Harry, no llevas puesto un pantalón y, en verdad que no dejaré que andes por todo el
instituto en boxers de licra.

Frunzo en ceño pero antes de verlo lo siento, no me he puesto ropa, y traigo puestos los boxers
más pequeños que tengo ¡Qué vergüenza! Trato de zafarme de los brazos de Louis pero antes de
que me lo permita me toma las piernas con uno de sus brazos y con el otro me toma la espalda,
no sé bien como lo hace pero cuando menos lo espero estoy sobre su hombro, colgando como si
fuera un costal.

-¡Bájame, Tomlinson!

Tengo su trasero en la cara y veo toda la escena al revés, Niall y Josh nos miran sonriendo, yo
estoy pasando la vergüenza de mi vida.

-¡Louis!

-Nada, Harry. Vamos a ir a bañarnos. ¿Niall, Josh... vamos?

Los veo sonreír y bajar las escaleras, no es posible que nadie me ayude. Pataleo como un loco
pero Louis me da un azote en el trasero. ¡Me acaba de golpear el trasero!

-Quédate quiero, Harry. - me advierte.

Estoy humillado y enojado.

-¡Más te vale bajarme ahora, Louis Tomlinson o...!

-¿O...?- se burla.

¡Se está burlando de mí! ¡Me está paseando por el instituto en boxers y sobre su hombro!

-¡Bájame!-grito tan fuerte que me duele la garganta. Y lo siguiente que siento es el suelo.

-Ya está, te he bajado.

Estamos en las duchas y aparte de Niall y Josh tres chicos más nos miran.

-¡Vete a la mierda, Louis!

Me levanto con todo el orgullo que me queda y me meto en la ducha. Mientras me baño trato de
que todo el coraje se me baje. Me tallo la piel tan fuerte que se me pone roja. Una vez que
termino busco mi toalla pero no la encuentro, abro la perta con cuidado para que nadie me vea y
la veo, en las manos de Louis.

Él está sentado en los lavabos, mirándome con una sonrisa y moviendo la toalla de un lado a
otro.

-Louis, dame mi toalla.-digo mientras escondo mi cuerpo tras la puerta, tratando de que no se vea
nada.
Su sonrisa, su maldita sonrisa no duda ni un momento.- Tendrás que venir por ella. - y me guiña
un ojo.

-Por favor, Louis.

Niega lentamente y su cabello mojado hace que escurran gotas de agua por su cuello y pecho. Es
la gloria.- Lo siento, Harry. Tendrás que venir por ella.

-No tengo la ropa interior puesta...

-Y es por eso que tienes que venir por ella.

La mandibular se me desencaja como por siete segundos y luego vuelvo en mi. No, de ninguna
jodida manera voy a salir, no desnudo. No.

-Louis, dame la maldita toalla.

-Ven. Por. Ella.

Giro la cabeza a ambos lados, todo se ve en relativa calma, parece que somos los únicos en las
duchas.

-Niall y Josh se han ido hace unos tres minutos, estamos solos, Harry.

Bien. Ahora que sé que cuando Louis dice algo no se retracta tendré que ir yo a él. Con mis
manos- y ésta vez estoy agradecido de que sean tan grandes- me tapo lo más que puedo al
entrepierna -que es algo que no me agrada, ya que ver a Louis mojado y con esa sonrisa está
provocando que mi testosterona se ponga en marcha-.
Abro la puerta y veo al suelo, todo el tiempo. No es que me queje de mi cuerpo, soy delgado y no
me falta nada, pero, aun así la vergüenza de que alguien me vea desnudo es demasiada. Doy los
primeros pasos con miedo, tropezándome con mis propios pies. Estoy temblando, el pecho me
sube y me baja rápidamente por mi respiración y el corazón me late con fuerza.

Y tomo la decisión de ver su cara.

Y lo que veo me altera más.

Louis me mira, sus ojos recorren mi cuerpo de arriba abajo, su mirada es obscura y sus labios
están entreabiertos. Siento mis mejillas teñirse de rojo y mi cuerpo se pone caliente, la sangre se
hace notar y pronto toda mi piel está sonrosada.

Llego a él, aún con mis manos tapando mi entrepierna y con la cabeza en alto. Eso es nuevo, la
vergüenza se ha ido y siento que mi cuerpo le gusta a Louis, me siento bien con eso, me siento
con la confianza necesaria. Solo con él.

-¿Me darás mi toalla ahora?- pregunto con la voz un poco apagada, los nervios aun no
abandonan mi sistema.

Sus ojos dan una última mirada a mi cuerpo, deteniéndose un largo tiempo en mis labios y
después en mis ojos, oscilando entre ellos.

-¿Cómo es que ningún chico en tu ciudad te tomó antes? Maldita sea, Harry, si yo te hubiera
encontrado antes de venir aquí no te hubiera dejado ir, nunca. No me hubiese alejado. Eres
perfecto.

La respiración se atora en mi pecho, no sé qué decir. Tengo su rostro a menos de diez


centímetros y cuando nos vemos siento esa atracción que me llevó a él desde el primer día.

Una de sus manos -la que no sostiene la toalla- me recorre la espalda, con tanto cuidado que
siento todas mis terminaciones nerviosas explotar, resisto el impulso de retorcerme por su caricia
porque sus ojos me llevan a un lugar donde hay paz.
-Harry...

Es un susurro, su voz es tan suave. Siento la toalla en mi espalda, Louis se da a la tarea de


secarme mientras sigue mirando dentro de mi alma. No puedo seguir con este juego, cuando se
trata de Louis no juego en absoluto.

Mis manos dejan mi entrepierna por impulso y toman su nuca, ¡Maldita tensión sexual! Le atraigo
hacia mí con un movimiento rápido y nuestros labios se encuentran, sus manos me abrazan por
la cintura y termino entre sus piernas- las cuales se enredan por debajo de mis glúteos-. Su boca
se abre, por instinto meto mi lengua en ella y él me da guerra con la suya. Lo atraigo más hacia
mí, su espalda se curvea y el movimiento crea fricción en nuestros miembros. Un gemido sale de
nuestras bocas y es lo único que necesito para separarme de él. ¡Estoy desnudo, en una posición
comprometedora y las clases empezaran en cualquier momento!

Tomo la toalla y me la enredo en la cintura. La vergüenza se vuelve a apoderar de mi, Louis tiene
los labios rojos y no quiero siquiera ver los míos. Tomo si ropa interior de la estantería y me la
pongo por debajo de la toalla, sin mirar a Louis. No tengo idea de cuando tiempo he perdido, ni
cuanto faltan para las clases pero tengo que apurarme. Con todo el orgullo - que milagrosamente
espero aun conservar- me dirijo a la puerta y salgo, sin mirar atrás.

**

Llegué diez minutos tarde a la primera hora, olvidé el libro de psicología y Josh no paró de
molestarme en las primeras tres clases sobre mi "retraso intencional".

Ahora, en la clase de metodología de la información -que hace que más de la mitad de los
alumnos estén roncando- Josh me habla sobre su vida en una academia militar.

-No fue agradable el primer año, eso de levantarte a las cuatro de la mañana y hacer ejercicios
rutinarios, te juro que es la muerte. Te gritaban todo el tiempo, eras la perra del general. A mí me
decía ricitos de oro... ya sabes, por ser el único rubio.- su sonrisa me hace sonreír, es tan
agradable su presencia.- Pero después empecé a ganar masa muscular y ya no parecía un niño.
Y el año siguiente todo era normal, me había acostumbrado a levantarme antes de que el general
nos despertara y el ejercicio me hacía sentir bien. Después viajamos a Irlanda y, conocí a Niall.
Supongo que le debo mucho a la academia, sin ella no le hubiera conocido.

-Entonces... ¿Sigues enamorado de él?

Su sonrisa se ensancha y me mira directamente a los ojos.- Nunca lo dejé de amar, Harry,
supongo que eso pasa cuando encuentras a la persona que estás destinado a amar toda la vida.
Yo no tendría problema con eso.

-Eso es muy cursi, y perdona pero viniendo de ti... digo, por tu aspecto físico... es demasiado raro.

-Lo sé, pero cuando se trata de Niall... todo es diferente.

-Me alegra mucho que Niall te tenga, Josh. Si necesitas ayuda con él, puedes confiar en mí.

-Gracias, Harry.

El resto de la clase pasó en silencio, no sabría decir si me quedé dormido o no.

Tres horas más tarde todo acaba, nos dirigimos a la cafetería y encuentro a Louis y Zayn
sentados en la mesa junto a Liam, Niall, Javier y Axel.
Zayn está jugando con las manos de Niall, los dos sonríen por alguna cosa que Niall dice y
escucho como Josh gruñe. Me trago la risa porque ahora su postura relajada ha cambiado, sus
músculos se tensan y su mandíbula se aprieta.

-¿Quién es él?-me pregunta.

-Oh Josh, no te va a gustar la respuesta.- contesto con una sonrisa y al verlo noto sus fosas
nasales expandirse y contraerse.

Llegamos a la mesa y Louis me mira, con una sonrisa que promete problemas. Me siento entre él
y Liam, que me ha dejado el espacio libre. De reojo veo como Niall deja de jugar con Zayn y baja
la mirada al ver a Josh.

-Ya te he dicho que espiar es de mala educación.- susurra Louis en mi oído.

-No estoy espiando... solo me cercioro de que no estalle una pelea aquí.

Su brazo se desliza desde mi espalda baja a mi hombro, su barbilla se posa en mi hombro y me


mira directo a los ojos. No voy a mentir, me encanta cuando hace pequeños movimientos como
ese, que me abrace, me toque, que me bese.

-Lou...

-¿Qué pasa, Hazza?

-¿Qué estás haciendo conmigo?- susurro para que nadie más que él me escuche.

Suspira y cuando el aire sale por su boca puedo oler menta y cigarrillos mesclados.- Es una
buena pregunta que tendremos que ir resolviendo poco a poco.
Nos acercamos cada vez más pero antes de que nuestros labios se toquen las puertas de la
cafetería se abren y entra la asistente de Madame Dur.

Dos hombres la acompañan y reparten a cada uno de los que estamos en la habitación un abolsa
con lo que parece un uniforme.

Nos miramos entre todos con los seños fruncidos ero Josh y Liam están sonriendo, tanto que
temo que sus caras se partan en dos.

-Atención.- dice la pequeña señora frente a nosotros.- Ya que nos hemos dado cuenta del tiempo
que desperdician todas las tarden en esta pequeña cafetería y en sus habitaciones vamos a crear
un programa de ejercicios. Tosas las tardes tendrás que hacer dos horas de ejercicio, para eso
tendremos al ayuda de Josh Devine, un cadete de la academia de Georgia, que ahora se ha
unido a nuestro alumnado. Si no asisten a las dos horas obligatorias por las tardes tendrán que
dar ocho horas seguidas de entrenamiento intensivo al final de cada mes.

La mitad de la cafetería estalla en recalamos y quejas pero no parecen inmutarla, sigue de pie,
con la espalda recta mirándonos a todos.- Como sea, no se admitirán quejas, ni escucharé
reproches. Son órdenes directas de Madame Dur, esta es una academia, el ejercicio ahora será
obligatorio. Les sugiero que vayan a vestir sus nuevos uniformes en este instante, el primer
entrenamiento comenzará en media hora.

**
Más de doscientos chicos nos encontramos en el enorme patio trasero del instituto, con un nuevo
uniforme de deportes que consta de una sudadera negra con el logotipo del colegio y unos pants
térmicos que se me ven demasiado grandes para mi gusto.

Niall se encuentra en la primera fila, donde lo ha colocado Josh- sospecho que es para tenerle
vigilado, o hacer que se acerque más a él. Cualquiera de las dos razones me gusta, me encanta
ver a Niall tratando de obviar la imponente figura de Josh- muy lejos de la octava fila, donde se
encuentra Zayn.

Todos esperamos que nos empiece a decir lo que tenemos que hacer. Liam se encuentra a mi
lado y sonríe como un niño en navidad, supongo que es porque él también hace ejercicio y esto le
agrada más que a los demás.

Lo veo estirarse y no puedo negar que por un momento me quedo impactado y atontado viendo
sus músculos marcarse por los estiramientos, sus clavículas hacerse más notables... porque
claro, Liam no usa la sudadera y la playera interior se le ha pegado al cuerpo con el sudor de una
caminata que ha dado mientras todos gruñíamos y nos quejábamos en los vestidores.

No presto atención a mí alrededor, Liam la reclama toda... hasta que Louis se pone a mi lado
izquierdo y me da un golpe en la nuca.

-¡¿Qué pasa contigo, estúpido?!

-¿Qué pasa conmigo?- pregunta sonriente.- ¿Qué pasa contigo? Huelo tu testosterona desde la
distancia.

-No sé de qué estás hablando.- pero claro, ya me he sonrojado.

-Mira que no te digo nada más porque a Liam no le van los chicos, pero tienes que saber, Harry,
que soy un chico celoso... y muy posesivo.

-Bien, tú deberías saber que yo soy un chico al que le gusta mirar a otros chicos.
Una de sus cejas se arquea.- Esa boquita, Styles. Deberías de cerrarla cuando lo que saldrá de
ella puede perjudicarte.

Antes de que diga algo Josh reclama nuestra atención.

-En estas dos horas vamos a sudar hasta que nuestro cuerpo nos pida agua, vamos a correr
hasta que nuestras piernas ya no puedan sostenerse sin doblarse. Va a doler, van a pedir por un
descanso que no les voy a dar. Los voy a hacer gritar.- Y una sonrisa habitual en él se crea en un
rostro, mirando directamente a Niall le giña un ojo, su mirada no se dirige a nadie que no sea el
rubio.- voy a hacerlos suplicar que pare... pero no voy a parar.

Bueno, si nadie más lo ha notado a mí me ha quedado claro. Las insinuaciones sexuales no son
sutiles para él.

Nos hace estirar el cuerpo para no tener problemas ni calambre y media hora después, cuando
hemos entrado en calor nos da una rutina de diez sentadillas y veinte lagartijas.

Todos empezamos entre risas y burlas a quienes no pueden hacerlo pero Josh saca el cadete
que lleva dentro y nos reprende con esa voz fuerte y clara. Louis me guiña un ojo cada que sus
brazos se estiran contra el suelo y me provoca sensaciones en la boca del estómago.

Se nos ordena correr tres vueltas alrededor del colegio y después una vuelta más oscilando en
nuestros pies.

Algunos ya han caído o han vomitado, otros simplemente siguen el paso a duras penas -como yo-
y otros, como Liam, Louis y Zayn siguen sin problemas, como si fueran soldaditos entrenados.

Cuando las dos horas llegan a su fin nos arrastramos al instituto, Josh ha vuelto a ser uno más de
nosotros y su voz demandante ha cambiado a una normal.

Algunos chicos se dirigen a la cafetería, botellas de agua se entregan por todas partes pero yo
subo las escaleras a mi habitación. No quiero estar de pie por un buen rato, necesito acostarme.
Llego a mi habitación y cierro la puerta a mi espalda, antes de tirarme al suelo como pienso
hacerlo mi celular suena en el escritorio. Camino lentamente hacia él, como si en el menor paso
en falso pudiera caerme. Al ver la pantalla veo quince llamadas perdidas de Nick. Y una en
espera.

-¿Hola?

-Harry, pensé que nunca me iba a contestar.

-Lo siento, estábamos en clase de deportes... no siento las piernas.

Llevo mi cuerpo con cuidado al suelo y descanso la espalda en el suelo frio. Se siente tan bien.

-Espero te entrenen con fuerza... puedo imaginarte desnudo y con un cuerpo de ensueño.

Una sonrisa cansada se forma en mi rostro, esto es lo que necesito, a Nick.- Tu puedes
imaginarte a cualquiera desnudo.

-Es una don del que estoy muy orgulloso, gracias.

Media hora después de hablar por teléfono sobre su novio y el drama que está siendo su vida la
llamada termina.

Me levanto y tomo ropa del armario, huelo como vagabundo, en el cabello se me han formado
nudos y el uniforme termino se me pega a la piel sudada.

Salgo de mi habitación con toda la fuerza de voluntad en bajar las escaleras, que parecen eternas
para mis piernas de espagueti. Llego a las duchas cuando ya no hay una sola alma en ellas y me
siento mejor, necesito tranquilidad, una ducha larga.
Dejo mi ropa en el estante y me quito la ropa sucia para depositarla junto a donde todos han
dejado las suyas. Me distraigo pensando en Nick, lo extraño, realmente lo hago. Sé que con él
aquí todo sería más divertido y también me hubiera protegido de todo el daño que Christopher me
ha hecho en solo dos semanas.

Antes de volver a la realidad siento una mano en mi boca, grito pero la barrera de piel y huesos
impide que el sonido salga, me arrastra a una de las duchas y la puerta se cierra. Cuando me
deja en libertad doy la vuelta y encuentro a Louis, con el pecho descubierto y unos pequeños
boxers de licra que no dejan nada a la imaginación.

-¿Qu-ué ha sido eso?-pregunto aun tratando de calmar mi corazón.

-Dejamos algo pendiente esta mañana, en este mismo lugar, Harry.

Antes de que me dé tiempo de pensar toma mis labios con los suyos. Mis muñecas son
sostenidas por sus manos arriba de mi cabeza, su cuerpo se acopla al mí de una forma que
parece que estamos hechos el uno para el otro.

Su boca es demandante, su lengua se escurre entre mis dientes y no me queda más que seguir
su paso. Al momento en que deja en libertad mis muñecas me toma de la cadera y me atrae
hacia él, siento sus dedos encajarse en mi piel, con fuerza, tanta que sé me va a dejar marcas.
Pero no tengo problema con eso.

Mis manos se escurren entre su cabello y lo jalo un poco, cuando el beso se rompe los dos
estamos tan alterados que nuestros ojos están obscuros y ya no tenemos control sobre nuestras
acciones. Sus labios van a mi cuello y siento su lengua lamer un punto bajo mi mentón, mi cabeza
cae hacia el lado contrario y un gemido involuntario sale de mi garganta.

Louis lleva su mano a mi cintura y recorre mi abdomen con ella, asiéndome estremecer.

Pero cuando el ambiente se pone más íntimo detengo su mano, no estoy preparado para esto. No
quiero perder mi virginidad en una maldita ducha. Tengo orgullo.
-Harry...- me susurra Louis en el oído, muerde mi lóbulo y me hace poner los bellos de punta.

-No, Louis... no, por favor... yo... no estoy listo, no aun.

Bajo la mirada, él se separa de mí cuerpo y siento su ausencia. Me siento mal, lo eché todo a
perder. Reprimo las ganas de gritarme a mí mismo por ser un cobarde.

Su mano se posa en mi mentón y me hace levantar el rostro. Una sonrisa me recibe y sus ojos
azules son tan brillantes que siento que el estómago se me contrae solo de la confianza que me
transmiten.

-Hazza, no tienes por qué avergonzarte ¿Me entiendes? Si no estás preparado yo lo entiendo,
nunca te obligaría a hacer algo que no quieres.

-Pero yo quiero, quiero hacerlo Louis.

-Entonces.- me dice sonriendo.- Esperaremos a que sea el tiempo de hacerlo, yo no me iré y tú


no te alejaras. Podemos esperar, ya te lo he dicho. Desde que tú llegaste no tengo la necesidad
de tener sexo, solo tengo la necesidad de estar a tu lado. Solo eso.- me da un beso rápido en la
boca y enciende la ducha.- Ahora vamos a tomar una ducha, solo tú y yo.

Gira la llave y el agua cae sobre nosotros, entre risas y bromas me doy el baño más relajante de
mi vida. Junto a una persona que estoy llegando a querer de una manera muy poco convencional.
_________________________________________

Bueno, este capítulo lo escribí porque me voy a ausentar unas dos semanas de wattpad porque
presentaré mis primero exámenes y tengo que estudiar. Perdón si quedó un poco soso.

Espero les guste y bueno, el siguiente capítulo será un poco muy interesante.

Los amo mucho, gracias por leer lo que escribo. Un beso.

PD: Lo sé, querían SMUT, soy una perrrrrrrrraaa y no les daré smut hasta que se desesperen :3

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Capítulo IX: "Hora cero" parte I.

"Hora cero"

Abro los ojos y me arrepiento al instante. La luz del sol me pega de lleno en la cara, parpadeo un
par de veces. La cabeza me está doliendo con cada segundo en que caigo en la realidad.

No estoy en mi habitación del instituto, las paredes blancas y pulcras me desconciertan al


principio. La cama es grande y cómoda, demasiado cómoda. No puedo moverme mucho, el
cuerpo me pesa y duele cuando trato de hacer un movimiento, por más mínimo que sea.
No tengo idea de cómo he llegado aquí, no recuerdo lo que hice anoche.

Me remuevo en la cama, mi mano izquierda sale disparada y toca un cuerpo caliente a mi lado.

-Mierda...

Veintiocho horas antes.

La mañana del viernes me recibe con el sol entrando a mi habitación y despertándome antes de
que la alarma suene, la temperatura aun es baja y aprecio eso, ya siento el invierno en la piel.

Siento que el cuerpo me pesa por las horas de ejercicio extra que Josh ha invertido en Niall y en
mi. Según él, somos un blanco fácil para cualquier depravado en las calles, como si fuéramos
unas malditas damiselas en apuros.

Me levanto para iniciar un nuevo día pero antes de que mis pies toquen el suelo la perilla de mi
habitación se mueve de un lado a otro, el seguro se bota y yo me tiro en la cama, tapándome con
las mantas y pretendiendo estar dormido.

Escucho la puerta abrirse y cerrarse, unos pasos lentos acercarse. La cama se hunde a mi
espalda y tengo que ordenarle a mi corazón que deje de latir de la forma en que lo hace.

-¿Harry?-me pregunta una voz al oído. La voz de Louis.- ¿Harry estás dormido?

Me remuevo entra las sabanas, pero no abro los ojos, doy la vuelta y quedo frente a él, sintiendo
su respiración en mi frente.
-¿Hazza? Dios... eres tan hermoso, dormido pareces un ángel... un ángel muy excitante.- su
respiración baja por mi rostro hasta llegar a mis labios.- Me encantas, no podría mentirme a mi
mismo después de verte en la cafetería, eres un puto ángel. Mi ángel, Hazza. Eres mío.

La respiración se me atora en la garganta, el corazón me está corriendo un maratón y siento la


sangre subir a mi rostro. Y los labios de Louis toman los míos.

Abro los ojos y tomo su cuello con mis manos, atrayéndolo hacia mi. Sus manos se colocan a
ambas partes de mi cabeza y siento su lengua buscando entrar en mi boca. Una de mis manos
recorre su espalda hasta llegar a su cadera y mis piernas se enredan en ellas. No sé qué me está
pasando, pero sé que no quiero parar.

-Sabía que no estabas dormido.- dice mientras me besa.

Sus labios bajan por toda mi barbilla hasta posarse en mi cuello y después de dejar algunos
mordiscos que estoy seguro se tornarán en colores negruzcos y violetas, bajan hasta mi pecho.

-Estaba dormido... hasta que te colaste en mi cuarto y me despertaste.

Siento su sonrisa sobre mi pecho y con un rápido movimiento su cara se posiciona frente a la
mía.

-Tenemos muchas cosas que hacer hoy, Hazza. Así que levántate, ve a bañarte y te veo en la
cafetería en una hora.

Antes de que pueda detenerlo, me da un beso en la frente y salé de la habitación.

Me levanto con una sonrisa estúpida en el rostro, tomo mi ropa interior y mi toalla y salgo.

En el pasillo me encuentro a Javier, está frente a la puerta de Axel, gritándole que abra. Ninguno
de los dos han estado de muy buen modo esta semana y aunque no les conozco mucho me
preocupa su actitud. Eran la pareja perfecta y ahora casi nunca les veo juntos.

Javier me mira y antes de que me acerque a preguntarle cómo está él se acerca a mi.

-¿Vas hacia las duchas?

-Si...

-Bien... ¿Te molesta si te acompaño?

-No, para nada.

Iniciamos el camino en silencio, no me atrevo a preguntarle cómo está o qué ha pasado porque
obviamente no se encuentra bien. Pongo mi atención en que el instituto está casi vacío, ningún
estudiante corriendo de aquí para allá como es normal. Ninguno en las escaleras o fuera de sus
habitaciones, todo está en calma.

Llegando a las duchas Javier abre la puerta y espera a que yo entre, pero ese lugar también está
vacío.

-Javier... ¿Dónde están todos?- pregunto al dejar mis ropa en la canasta de la lavandería.

-Ah... pues, dormidos. Hoy es el último viernes del mes y Madame Dur nos deja salir un día al
mes, ya sabes, para socializar, no volvernos locos, tener contacto con el exterior. Se supone que
este día hay cases ya que todos salimos por la noche pero... los maestros no vienen y pues, no
solemos despertarnos temprano.

-¿Y por qué nos levantamos temprano hoy?

-Siempre lo hacemos...
-Oh...

No tengo más que decir y Javier se da cuenta, toma sus cosas y se mete en regadera más
cercana.

Desde mi regadera escucho como Javier termina de bañarse y sale de la habitación. Me quedo
solo, en esta gran y fría habitación donde el eco reina. Parece una película de terror y trato de
lavarme el cabello con rapidez.

Termino de bañarme y cierro la regadera al tiempo que la puerta se abre y dos pares de zapatos
entran en la habitación. Toco le pomo de la puerta para salir al exterior y recoger mi ropa pero
unas voces me detienen.

-¿Qué es lo que quieres, Axel?- pregunta Christopher. Su voz se escucha cansada y yo me pego
a la pared. ¿Qué es peor que el que Christopher regresara?

-Yo... Chris, te extraño. Sé que fui yo quien te dejó por Javier pero, los dos sabíamos que eso no
iba a durar mucho. Javier es un chico maravilloso pero, tu eres mi chico malo.

-Axel, no tengo tiempo para esto. Sabes que no repito con un chico, tu tomaste tu decisión, yo no
me interpuse. Nunca fuiste lo suficientemente bueno, demasiados sentimientos y esas cosas que
no me van. Ahora tengo a Zayn y a Louis... no te necesito más.

-Pero Louis ya no es tuyo, él va a dejarte, pronto.

Estoy paralizado en mi lugar, tratando de no hacer ruido alguno. La toalla me impide gritar ya que
la estrujo contra mi boca. Axel, el maldito Axel que amaba a Javier... es un idiota, un hijo de puta.

-Louis, Louis no puede alejarse de mí, Javier. Y él lo sabe. Ahora, si me permites, he viajado por
casi veinte horas y no he tenido una buna ducha desde el funeral de mi hermano, adiós.
Escucho a Axel salir y a Christopher entrar en una cabina alejada, tratando de no hacer ruido giro
la perilla y salgo a tomar mis cosas, no me importa siquiera andar en toalla, salgo al pasillo y me
apresuro a llegar a mi habitación. Subo las escaleras con raides y la imagen que me encuentro en
el pasillo me enoja, realmente lo hace.

Axel abraza a Javier por la espalda mientras le ruega que le perdone, pero sus ojos, los que
Javier no puede ver ni siquiera tienen una chispa de sentimientos, se encuentran completamente
vacíos.

Javier trata de abrir la puerta de su habitación pero Axel no le deja, me enoja cuando las
personas mienten, la hipocresía me enferma.

-Hola, Axel.

La pareja -que no había notado mi presencia- gira hacia donde me encuentro.

-Dios, Harry... estás escurriendo.- dice Javier con los ojos tan rojos que me duele verle.

-Lo sé, no pude secarme en las duchas... digamos que, hubo una muy interesante platica entre
dos chicos y, ya sabes, no quería interrumpir.

Axel me mira, ahora con los ojos llenos de preocupación y después, su mirada se vuelve fría. Y
es una nueva cara de este hombre de casi metro noventa y músculos, si, ahora vemos a ver
quién en Axel en realidad.

-Bueno, tienes que cambiarte, los chicos nos están esperando en la cafetería.

Su sonrisa me rompe el alma, esa sonrisa rozada y sin felicidad, no como siempre sonreía. Pobre
Javier.

-Claro.
Doy la vuelta y entro en mi habitación. Pero eso no se quedará así.

Veintiséis horas antes.

Liam está sentado frente a la computadora portátil, tratando de que Danielle y Niall dejen su
charla de buenos amigos para que le prestaran atención a él.

Josh se encuentra frente a mi, sonriendo como un loco. Hemos hablado de Niall durante media
hora y no me canso, me encanta escuchar cómo se expresa del pequeño rubio. Sus ojos se
iluminan y su sonrisa se agranda, siento que Josh podría curar el cáncer solo con esa sonrisa.

Vuelvo a la realidad cuando Niall llega mi lado y se deja caer en la banca, aun le da vergüenza
estar junto con Josh, ya que según él solo son buenos amigos. Reposa su cabeza en mi hombro
y escucho como suspira al ver al chico frente a él.

La escena que se desarrollan los dos es demasiado intensa como para mirar. Aparto la mirada y
veo la puerta principal, Louis tendría que haber llegado ya, solo iba a hacer una llamada. O eso
es lo que él me dijo.

Christopher está de nuevo en el instituto... pero tengo que confiar en Louis, no puedo dejarme
engañar una vez más por mis celos ni mi inseguridad.

-Tengo que ir al baño...- digo a Niall, porque mis malditos celos me están matando.

Salgo de la cafetería y me dirijo a las escaleras. No puedo seguir a Louis, él dijo que terminaría
con Christopher cuando estuviera de vuelta y si eso es lo que está haciendo no quiero toparme
con el chico al que no le gusta ser botado.

Tomo rumbo a mi habitación pero antes de llegar siquiera a las escaleras principales escucho la
voz de Louis.

La curiosidad mató al gato.

-Chris, tiene que ser así. Esto que tenemos no es sano, ya no. Tu no me quieres...

-¡Yo te quiero!

-Yo no te quiero.

-Lou...

-No, Christopher. Ya no más. Todos tus juegos y tus palabras bonitas, eso no funciona conmigo,
Zayn sigue a tu lado porque él no se ha dado cuenta cómo eres realmente, solo espero que tu
llegues a amarlo de la forma en que él te ama a ti.

-Sabes que no me sirven por separado, tu y él, juntos o no son nada.

No soporto la arrogancia de ese chico, realmente quiero abrirle el pecho con una navaja y
descubrir por mi cuenta si en verdad tiene un corazón.

Me alejo del lugar, no me apetece escuchar más. Subo las escaleras corriendo y cuando llego a
mi habitación cierro la puerta tras mi espalda. No tengo nada más que hacer que reponer el
sueño que me ha quedado esta mañana, así que me recuesto en la cama y cierro los ojos.
Veintidós horas antes.

Lo siento antes de verlo. Sus manos tienen mi abrazada mi cintura y mi cabeza está sobre su
pecho. No sé cómo he llegado a esa posición pero no quiero moverme. Su respiración es
constante y relajada, huele a sudor y Armani. Su playera está un poco levantada y puedo ver su
abdomen un poco marcado. Su piel, de un color bronceada.

Todo en este chico me hace querer mirarlo y no dejar de hacerlo nunca.

Mi mano izquierda pasea por su pecho, cada una de sus respiraciones me hace estremecer. Sus
exhalaciones, calientes y suaves me rozan la frente. Con cuidado, toco su barbilla y sus labios,
sus ojos parpadean rápidamente antes de que se queden quietos y me miren, mis labios aun en
sus labios reciben un beso y mis mejillas se tiñen de carmín.

-Hazza...

-Lou...

-Hola, ¿Llevas mucho tiempo despierto?- me pregunta y noto su voz un tanto grave, no chillona
como siempre.

-No mucho, unos diez minutos a lo sumo. ¿Cómo has entrado?- pregunto porque al ver sus ojos
me quedo sin más pensamientos.

Su sonrisa habitual se posa en sus labios.- Pues tengo una llave, tontito.

-¿Y cómo es que tienes una llave de mi habitación? - pregunto sorprendido.

Suelta mi cintra y hace que me levante de su cuerpo, nos sentamos en la cama y se mueve de
una forma en la que queda frente a mi. Sus manos toman las mías y sus ojos me miran, tan
brillantes y soñadores que me derrito.

-Bueno, hace unos días... cando te enojaste conmigo fui al despacho de Madame Dur y le robe la
copia de la llave de tu habitación. Y también robe el duplicado de la mía... y quiero dártela.

¡PAM! Ese fue el último latido de mi corazón.

-¿Q-qué dices?

Se inclina hacia mi y me besa los labios, lentamente, mientras sus manos aprietan las mías. Me
siento como una de esas adolescentes hormonales en su primera cita. Como cuando dicen sentir
miles de mariposas en el estómago.

-¿Qué dices, Hazza? ¿Aceptas mi llave? Así no solo sería yo quien te visita por las noches, tu
podrías romper las reglas de vez en cuando para ir a verme, cuando te sientas mal y necesites
compañía, a la hora que sea, por cualquier problema. No me importa si son las tres de la mañana
y estoy teniendo el mejor sueño de mi vida, si tu llegas y quieres hablar, siempre estaré para ti,
Hazza.

Sus ojos me dicen tantas cosas, tantas promesas.

-Bien... si, está bien.

Su sonrisa se intensifica y me abraza, tanto que duele pero no me quejo, nunca me alejaría de
sus brazos.

-Bien, porque realmente siempre la has tenido tu.

-¿De qué hablas?- pregunto frunciendo el ceño.


-Pues que la he dejado en el cajón de tu escritorio, desde el día en que nos reconciliamos y pues,
ya sabes ahora. Siempre que tengas un problema quiero que vayas a mi habitación, no importa la
hora. Siempre estaré para ti, Harry.

No sé qué más decir, sonriendo me acerco a él y le doy un beso en los labios, fuerte y
demandante. Tomo el cabello de su nuca y lo jalo.

-Tenemos que prepararnos, Harry- dice entre el beso.- tenemos una fiesta a la cual asistir.

Veinte horas antes.

Me visto con mis pantalones skinny de mezclilla negra y una camisa de satín negra, me calzo las
botas y dejo que mis rulos se acomoden solos. Louis se está cambiando frente a mi, con un
pantalón tan ajustado que me hace envidiar por un momento fugas su bien torneado trasero, se
coloca unos vans negros y una playera negra un poco rota y con el nombre de una banda de la
que no he oído hablar nunca.

Se mueve tarareando una canción de heavy metal, me mira y su sonrisa me golpea en el


corazón.

-Bien, te voy a decir ciertas cosas sobre Daniell Peazer; ya chica es realmente hermosa, le
encanta abrazar a las personas y por lo que he escuchado tiene un interés particular en ti. Eres el
nuevo amigo de Liam, el que se metió con uno de los novios de Christopher Hilton- y sonríe al
decirlo, como si fuese una broma divertida.- También escuche que quiere tocar tu cabello.

Camina hacia mi y me da la mano, la tomo y salimos del cuarto.

El sol está en su punto y los taxis están llegando. Todos están listos para salir. Liam tiene puesto
un pantalón de mezclilla y una playera blanca con una americana que le da un aspecto formal e
informal a la vez, Niall viste de azul con beige y sorprendentemente Josh viste igual que él. Javier
viste de negro, desde la cabeza a los pies y Axel simplemente no está. Una buena noticia.

-Danielle nos estará esperando para darnos nuestras entradas... amm, Louis, no tenemos
entradas para ti y Zayn pero todos aquí sabemos que entraras por tus propios méritos así que no
hay de qué preocuparse.

Louis le sonríe y siento como si estuvieran retomando la amistad que tenían en un principio.

-Bien, hay que encontrar a Zayn y...-pero la voz de Liam apaga a la vez que mira hacia las
escaleras.

Zayn Malik baja las escaleras con los puños cerrados, tanto que puedo ver las venas saltándose,
sus ojos están negros y sus labios parecen una sola línea. Javier y Christopher le ven desde la
punta de las escaleras, los dos sonriendo despistadamente.

-¿Za...?-pero Louis no termina de hacer la pregunta.

El puño de Zayn le da directo en la mejilla, la cara se le voltea y el impulso lo lleva directo al


suelo, escucho como su codo toca el suelo antes de que caiga completamente. Me dejo caer a su
lado, ayudándolo a levantarse.

-¿¡Qué putas ha sido eso, imbécil!?- le grita Louis.

-Eso, hijo de puta, es para que mantengas tu puta boca cerrada, Louis Tomlinson. Sabes lo que
yo siento por Chris, no voy a dejar que tus putos juegos acaben con los mío con él, ¿Quieres a
Harry? Quédatelo, pero jugar con él y hacer que Christopher se vuelva en mi contra.... ¡Vete a la
jodida mierda, Louis!

Se da la vuelta y le vemos alejarse, con los puños aun cerrados y el rostro en alto.
-¿Qué mierda está diciendo?- pregunta Javier.

-Ya conoces a Christopher, está jugando con él. Se le pasará en unos días.- contesta Louis.

Un hilo de sangre le sale de la boca y escupe en el suelo cuando le ayudo a levantarse, espero a
que se mueva hacia los baños pero en lugar de eso toma mi mano y atravesamos las puertas.

-¿Lou... estás bien?- me atrevo a preguntar.

Escucho a los demás tras de nosotros, Louis sonríe y cuando llegamos al taxi me toma el rostro
entre sus manos.

-Estoy acostumbrado a los arranques de estupidez de Zayn, créeme, no golpea tan fuerte como lo
hace Liam.- y le guiña un ojo al castaño.- y también estoy acostumbrado a que me rompan el
labio, si no mal lo recuerdo, tú te me abalanzaste un día y me rompiste el labio con tus dientes.

Las risas de todos hacen que se me ponga la cara roja.

-Eso no es verd...

-No, ni siquiera te atrevas a negarlo, es verdad y lo sabes. O díganme que ustedes no me vieron
con el labio mordido la semana pasada...- dice al tiempo que los mira a todos, ganándose sus
sentimientos y la risa de Niall.- Y vamos, que por un simple golpe no me perderé una fiesta, no
una donde podre bailar y emborracharte.

Abre la puerta del taxi y me hace una seña para entrar. Cuando se sienta a mi lado y me toma la
mano, siento que va a ser una buena noche.
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La segunda parte la subiré esta semana, escribí esto porque estoy saliendo bien en mis
exámenes y tuve un poco de tiempo :) Bueno, ciao :)

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"Hora cero" Parte II.

Veinte horas antes.

La música suena en los altavoces del bar, las luces de colores moviéndose a velocidades
realmente rápidas hacen parecer que el tiempo pasa lento. Las personas a mí alrededor bailan y
gritan como si sus voces pudiesen ser escuchadas.

Niall y Josh se encuentran a mis costados, seguimos a Liam y a Javier de cerca, esperando ver la
melena de chinos de Danielle. Louis se ha quedado fuera, esperando a que uno de sus amigos
–que trabaja en el bar según me ha dicho Niall- le deje entrar.

-¡Danielle!-grita Liam para que la chica le vea. Y cuando lo hace, los ojos de Liam se iluminan a
pesar de la obscuridad que nos rodea.

Danielle Peazer es una chica hermosa, realmente hermosa. Su cabello color chocolate es una
melena de rulos aún más marcados que los míos, alta y con una figura que cualquier chica
envidiaría, pero lo que la hace ver tan amistosa y bella es la sonrisa en sus labios y sus ojos tan
brillosos y llenos de amor por Liam. Y cuando los dos se abrazan, frente a mi, siento que estoy
conociendo el amor, es como ver a Josh y Niall y aunque no sea un amor muy memorable o
reconocido, es como ver a Zayn mirar a Christopher.

Niall le sonríe y ella deja a Liam para abrazar al rubio. La sonrisa de los dos me deslumbra,
cuando se separan y Danielle me mira, siento que la chica es una persona sensible y alegre,
como si fuese Niall en mujer.

-Hola, Harry Styles.- me dice mientras sus brazos me rodean la cintura.- Oh, eres tan suave,
parece el cuerpecito de una niña.

Sus risita me resuena en el pecho y me rio con ella.- Si, me lo han dicho.

Liam se acerca a nosotros y toma a su novia en un beso. Niall, Josh y yo nos vamos a encontrar
la mesa que se ha reservado para nosotros y Javier se pierde entre la gente. Al sentarnos, Niall y
Josh se toman de la mano y el rubio se sonroja, tanto que puedo ver la acción aun estando en
penumbras. Las luces me marean pero trato de concentrarme en las voces de mis amigos a mí
alrededor.

-¿Qué fue eso, en la escuela con Louis y su amigo?- le pregunta Josh a Niall.

-Oh, bueno, supongo que no te hemos explicado el drama de esa historia. Lo resumiré para ti:
Louis, Zayn y Christopher eran novios, si, los tres. Harry llegó hace unas dos semanas, Louis y él
se enamoraron a primera vista, Christopher odia a Harry, Harry le teme a Christopher. Louis
quiere a Harry, Harry quiere a Louis. Así que Harry y Louis se veían a escondidas, Christopher lo
supo, los metió en problemas, inventó cosas, dijo otras que no debía decir.- Niall para, y se lleva
una mano al mentón, como si estuviera recordando más información.- ¡AH! Claro, Louis trató de
dejar a Chris está mañana pero algo no salió bien y pues, sigue siendo complicado. Pero Chris
no quiere a Zayn si no tiene a Louis y Louis no quiere a Chris y quiere a Zayn como su amigo y es
estúpido de Chris lo puso en su contra y... creo que eso es todo. Hasta ahora.
Josh se ríe y Niall me mira, con una sonrisa en el rostro.- Vete a la mierda, Niall.

Javier llega a la mesa y veo que tras él se encuentra Axel y otros chicos que he visto por los
pasillos. Algunos con los que comparto clase me sonríen o saludan y yo regreso el saludo.

-Axel- dice Javier sin verle.- He estado tratando de hablar contigo toda la semana, he estado
tratando de llegar a ti. Tu actitud... es como si ya no te conociera.

Sus ojos forman lágrimas pero no las deja caer y por primera vez siento que Javier no es tan débil
como pensaba.

-Javier... por favor.

Antes de que digan más, me levanto de la mesa y tomo la mano de Javier, bajo la mirada fría de
Axel.

-Vamos por las bebidas, Javo.

Nos hacemos nuestro camino entre los cuerpos calientes y sudorosos hasta la barra. Dos chicas
tras ella nos reciben con una sonrisa a la vez que preparan bebidas para los demás clientes.

-¿Tienes algo que decirme, no es así?- pregunta Javier.- ¿Tú también los has visto juntos de
nuevo?

Una de las chicas se acerca nosotros y nos interrumpe amablemente para pedir nuestros tragos.
Después de ordenar una ronda de mojitos para todos y abrir una cuenta en el nombre de Danielle
me atrevo a mirarle a los ojos.

-Sí. Esta mañana, estaba en las duchas y, los escuché.


Sonríe mientras asiente con la cabeza y fija su mirada en un punto tras mi cabeza.

-Disculpa- escucho una voz tras mi oreja.- ¿Quieres bailar?

Javier me mira a los ojos y sonríe, toma los primeros tragos y se pierde entre las personas para
llegar a nuestra mesa. La mano del desconocido se posa en mi cintura y volteo con toda la
intención de darla un buen golpe, como me ha enseñado Josh. Pero cuando me doy cuenta de
quién es solo quiero gritar.

Nos fundimos en un abrazo y siento su barba de días rasparme la oreja, abrazo su cintura como
si fuera un salvavidas y estuviera ahogándome. Siento sus besos en mi cuello y sonrío al instante.

-Harry Styles, te ves más gay que cuando me dejaste.- susurra Nick en mi oído.

-Oh, cállate imbécil.

Al soltarnos, sus manos viajan desde mi cintura hasta mis mejillas y sus ojos hacen el mismo
recorrido. Sus dientes blancos y su sonrisa me hacen ir a una zona de confort, vuelvo a los días
donde estoy en mi habitación y él llega y pone música como la que se escucha en este momento,
baila frente a mí y me hace sonreír, esos días donde se tiraba a mi lado en la cama y me contaba
sobre sus relaciones amorosas.

-Te he extrañado, Harry. Nada es lo mismo sin ti.

Y como siempre, y porque es Nick Grimshaw y no le importa un carajo su alrededor, atrae mi


rostro al suyo y me besa los labios. Sus labios son suaves y sus manos toman mi nuca. Tengo los
ojos abiertos y por los cinco minutos que dura el beso ya veo a Louis acercándose a nosotros.

-¿Y dónde está ese novio tuyo?- me susurra sobre los labios.

-Pues, se está acercando a nosotros, y no es mi novio.


Nick se aparta de mi y sonriendo recibe a Louis.- Tomlinson, eres mucho más sexy en persona.

Las manos de Louis se posan en mi cintura y me atraen a su cuerpo, como si me estuviera


reclamando, una acción un poco estúpida ya que Nick no está interesado en mi.

-Sí, me lo dicen siempre.- contesta y siento su sonrisa.- Nick Grimshaw, si vuelves a besar a mi
novio...

-Oh, Louis, pero si Harry nunca ha dicho que sea tu novio- y sus risa es la misma que recuerdo
cuando se burla de alguien.- lo ha negado siempre que pregunto por ti, así que estás haciendo
algo mal.

-Sí, pero pronto eso va a cambiar.

Nick da la vuelta y pide una bebida a la chica tras la barra. Louis me toma la cintura y me hace
girar lentamente. Sus ojos azules se vuelven brillosos por las luces a nuestro alrededor. Mis
brazos van a su cuello sin pensarlo y los suyos me atraen a él. Y sus labios tocan los míos, peor
no me besa, solo sonríe mientras me toca con ellos. Y yo sonrío con él.

Dieciséis horas antes.

-Maldita sea, Harry, te he necesitado tanto estas semanas. No podré soportar un año sin ti, es
decir, eres mi Harry, ¿A quién podré contarle todo lo que me pasa sin que me juzgue por ello?

-Tendrás que encontrar un nuevo mejor amigo, Nick, porque yo no podré serlo por mucho tiempo.
Su brazo derecho me abraza la espalda, vemos a las personas bailar en la pista, a Louis hablar
con Liam y Danielle y a Josh y Niall en un concurso de quien bebe más. Claro que Josh tiene una
tolerancia mayor que la del pequeño rubio pero todos sabemos que es una más de sus
estrategias. Mantenerlo borracho y lejos de los depredadores.

-No, Harry. Nadie puede remplazarte. Tu llegas a la vida de las personas y no vuelves a irte. Es
como si, por más que quisiera alejarte no me dejaras. Pero eso está bien, esperaré por mi Harry
el tiempo que sea necesario. Y ahora- me dice mientras su mirada se pierde entre las personas
hasta llegar a donde Javier y Axel se encuentran.- Tienes que decirme como se llama tu amigo.
No sé, tiene un aura inocente, como la tuya.

Mi ceño se frunce y le hago voltear el rostro hasta lograr que me mire.- Ni se te ocurra acercarte a
Javier, te lo advierto Nick, tiene suficiente mierda en su vida como para que llegues tu, te lo tires y
lo dejes. No es tu tipo, además, no creo que tú seas su tipo.

-Yo soy el tipo de todos.

Ruedo los ojos mientras sonrió.- Eres igual a Louis, realmente son iguales.

Todos estamos sentados en la mesa, Liam ha conseguido –de algún modo- un pastel de
cumpleaños para Danielle. Brindamos por los veinte años de la chica de chinos y reímos a la vez
que Liam la atrae hacia él para darle el primer beso del día. Son las doce con seis del sábado y
estoy perdiendo la noción de la realidad.

Louis me toma de la mano y le sigo entre los cuerpos en movimiento de la pista. Todos bailan,
gritan, se sacuden pero yo solo puedo ver ese chico frente a mi, que toma mi mano con tanta
fuerza para que no me separe de él. Ese que ni siquiera mira a las personas a su alrededor, solo
a mi.

Se detiene a la mitad de la pista y me mira directo a los ojos, las pequeñas arrugas a los lados
que me hacen caer en cuenta que está sonriéndome. A mí.

-Vamos a bailar, Harry, baila conmigo.

Sus manos bajan desde mis hombros hasta mis caderas y yo estoy:

#1.-Demasiado borracho como para reaccionar.

#2.-Caliente como el infierno.

Llevo mis manos a sus hombros y mientras nuestros cuerpos se mueven con la música y mi
cerebro se desconecta lo atraigo hacia mi y lo beso. Mis manos llegan a ese lugar en su nuca el
cual me encanta tocar y profundizo el beso, su lengua juega con la mía y algunos gruñidos salen
desde su garganta. Muerdo su labio inferior y lo jalo mientras me separa de él, para mirarle.

Lo veo por unos segundos, con la boca abierta, algo hinchada y el moretón que Zayn le ha dejado
en la mejilla, con sus parpados cerrados y a la espera. Y siento una necesidad de besarlo, de
tenerlo todo. De que me haga suyo, de que me marque de verdad. Y también me siento estúpido
y engañado, porque no sé qué es lo que somos, si somos amigos o amigos con derecho, si me
quiere en verdad o si solo está jugando. Y quiero entregarme a él pero tengo miedo de que me
deje cuando el sol salga. Y...

Y una de sus manos se posa en mi nuca y me hacen regresar a sus labios. Su mano recorre mi
espalda y su lengua mi boca. Nos besamos tan rudamente que nuestros dientes se golpean en
momentos alternos entre besos y respiraciones.

Y empezamos a caminar, en reversa, golpeando cuerpos pero sin importarnos. Mi espalda golea
la pared más alejada de nuestra mesa, no veo a ninguno de los chicos y quienes están a nuestro
alrededor parecen no vernos.
Nos escondemos entre la obscuridad y Louis, besa mi mejilla y baja a mi barbilla y finalmente, mi
cuello. Mi cabeza cae a un costado sin siquiera pensarlo y mis manos toman su espalda, tratando
de acercarlo un poco más a mi, pero eso ya es imposible.

Su entrepierna roza la mía y sus movimientos coordinados con la música me hacen gemir. No
puedo pararlo, el alcohol no me deja pensar con claridad y... la verdad no creo que pudiese
pararlo. No quiero que pare.

Una de mis piernas se enreda en su cadera y sus brazos dejan mi nuca para ir a mi cadera, sus
besos y mordidas están dejándome la piel de colores y dolorida.

-Louis...

Su rostro se posa frente a mi, sus labios rojos y llenos de saliva, sus ojos del color del mar
después de la tormenta, azules y negros, confusos.

-¿Sí, Harry?

-Te quiero.

Sus ojos, sus labios, la forma de su sonrisa al escucharme decirlo. Su frente toca la mía y
nuestras respiraciones se hacen una. No puedo controlar mis ganas de tocarlo y lo hago. Mis
manos toman sus mejillas y pronto sus manos toman las mías.

-Dilo de nuevo.- me exige.

-Te q-quiero, Louis. Te quiero.

-Maldita sea, ¡Sí!


Y sus labios vuelven a tomar los míos pero su sonrisa sigue ahí, y me besa, y yo le beso y estoy
decidido.

No me importa si me deja cuando salga el sol. Quiero que me tome. Quiero darle todo lo que
pueda darle esta noche. Que lo tome todo.

¿Quién dijo que los hombres no tenemos miedo? También pueden lastimarnos.

-Louis, vámonos de aquí.

-¿Qué? ¿A dónde quieres ir?

La vergüenza se apodera de mí, pero quiero esto, lo quiero más que nada.

-Si esta noche podemos hacer lo que queramos y no rompemos las reglas... creo que estoy listo.

Sus ojos me muestran su confusión pero no tarda mucho en descubrir lo que quiero.

-¿Estás seguro?

Sonrío y tomo su mano con la mía.- Vamos a despedirnos de los chicos.

Trato de salir de entre la pared y su cuerpo pero no me deja. Solo está allí, mirándome serio. Sus
ojos son una tormenta, todas sus emociones se encuentran revueltas.

Su mano suelta la mía y me abraza, con fuerza.- No puedo, Harry. No puedo hacer esto aún.
Maldición, no puedo hacerte esto.
-¿De qué estás hablando, Lou?

-Yo... no he terminado las cosas con Christopher, Harry. Yo... seguimos siendo lo que sea que
éramos antes, él estaba tan mal hoy, yo quiero dejarlo pero, acaba de perder a su hermano y, no
puedo ser tan cruel. Necesita a alguien...

-Pero tiene a Zayn, ¡Tiene a Zayn! Louis, tu no quieres dejarlo. Eso es todo... dímelo, dime que no
quieres dejarle aun, que estás confundido, que no sabes si lo quieres o me quieres a mi, o si lo
que sea que ustedes tengan es solo por lastima. No me molesta, Louis. Maldita sea, no me
molestaré contigo, nunca. Solo quiero que tú también sepas lo que quieres.

-Lo siento, Harry.

-No. No vas a sentirte mal y yo tampoco. Vamos a ir a beber y a bailar, es una fiesta, por Dios. Y
después de eso, cuando estemos borrachos y no nos importe una mierda algo que no sea dejar
de tocarnos yo voy a ser tuyo y tú vas a ser mío. ¿Me entiendes?

-Si.

-Bien. Ahora vamos a beber.

**
Actualidad.

Abro los ojos y me arrepiento al instante. La luz del sol me pega de lleno en la cara, parpadeo un
par de veces. La cabeza me está doliendo con cada segundo en que caigo en la realidad.

No estoy en mi habitación del instituto, las paredes blancas y pulcras me desconciertan al


principio. La cama es grande y cómoda, demasiado cómoda. No puedo moverme mucho, el
cuerpo me pesa y duele cuando trato de hacer un movimiento, por más mínimo que sea.

No tengo idea de cómo he llegado aquí, no recuerdo lo que hice anoche.

Me remuevo en la cama, mi mano izquierda sale disparada y toca un cuerpo caliente a mi lado.

-Mierda...

Tengo que recordar algo, pero no puedo hacerlo. Me levanto lentamente, esperando que la
persona a mi lado sea él.
Bien... cuento hasta diez y le miro.

-Mierda...

El chico abre los ojos, me sonríe.- Hola, extraño.

-Tu no eres Louis...-digo en un susurro. ¿Qué putas?

-No, no soy Louis pero...

-¡No! No, no, no. Tengo que irme, maldita sea.

Me levanto de la cama, todo me da vueltas y tengo la necesidad de vomitar. Mis zapatos y mi


camiseta están tirado en el suelo, peor los pantalones siguen en su lugar.

-Chico... Harry, cálmate, no es lo que...

Pero no le escucho. ¿Qué putas hice anoche? ¿Dónde está Louis y cómo regreso al instituto?

Salgo de la habitación casi corriendo y cuando llego a la puerta delantera me freno en seco. Louis
está ahí, con dos tazas de café en la mano y sonriendo.

-¿A dónde piensas ir?

Estoy en blanco. Me duele la cabeza, el corazón me está latiendo a toda prisa y Louis se ve
realmente bien con el cabello revuelto y en boxers.

-Hay alguien en la habitación.- y eso es lo único que mi cerebro puede decir.


-Eso es porque esa es mi habitación, Harry...-contesta una voz a mi espalda.- Por cierto, me
llamo Luke.

-Es mi primo.-dice Louis mientras se acerca y me da un café.- Anoche dijiste muy enserio eso de
emborracharte y no podíamos regresar así al instituto, le llamé a Luke para que me ayudara
contigo. No volverás a beber mientras estés conmigo. Te pones de un humor insoportable, en
verdad que si. Ahora, tomate el café y espera a que me vista, tenemos hasta la una para
regresar.

Le veo entrar a la habitación al final del pasillo y Luke me sonríe.- Bueno, espero que los dos se
decidan pronto a ser algo, no entiendo cómo pueden las personas de ese instituto vivir bajo tal
tensión sexual.

-Créeme, Luke. En ese instituto solo hay tensión, creo que todos están acostumbrados.

Diez minutos después, cuando Louis finalmente está listo y nos despedimos de Luke, tomamos
un taxi al instituto. Y yo solo digo una cosa, una simple frase que dice mucho.

-Sé que dije que no me importa que no te decidas por lo que quieres, estaba mintiendo. Hoy,
Louis, quiero que tomes la decisión, o Christopher o yo. Porque yo te quiero, a ti, te quiero y
ahora que me has hecho decirlo no voy a esperar a ser una opción para decidir a quién quieres.
Es simple y sencillo, él o yo. Porque no quiero y no voy a compartirte. Yo soy monógamo y no
aceptaré una relación como la que tenías con él... y si eso es mucho para ti, pues este es el
principio del fin.
____________________________________________

Okay, sé que quieren smut, y se los voy a dar pronto, lo prometo. Solo no me he sentido con
ganas de escribir o pensar en smut ahora, es mucho problema porque obviamente yo no tengo
pene y se me hace difícil explicar las escenas... y yo soy muy pero muuuuy gráfica cuando
escribo smut :3

Pero pronto lo tendrán, no desesperen.

Los amo.

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Capítulo X:"Dime que me necesitas como yo a ti"

“Dime que me necesitas como yo a ti”

Han pasado dos días desde la fiesta de la novia de Liam. Danielle ha estado llamándome por
Skype y tenemos un juego en el que yo le digo todo lo que Liam hace en el día y ella me cuenta
las novedades fuera del instituto, en el mundo exterior. Donde todo es mejor.

Hoy llego tarde a las duchas y tengo que hacer la fila hasta que todos se encuentran limpios y en
sus habitaciones. Veo a Liam y Niall en la cafetería y antes de que me miren me meto a las
duchas. No tengo ganas de hablar con nadie, solo quiero bañarme.

Entro a la pulcra habitación y cierro la puerta a mi espalda. Louis ha estado lejos porque así lo he
decidido, cada vez que intenta hablarme las primeras palabras que salen de mi boca son:
¿Ahora estas soltero o quieres iniciarte en otro puto triángulo amoroso?

Danielle es la que me ha ayudado a ser como soy ahora, dice que tengo que ayudarlo con mi
indiferencia y creo que es un rol divertido, ver sus expresiones cuando le respondo o simplemente
lo alejo. Pero duele, cuando sus ojos pierden el brillo y solo niega con la cabeza antes de dar la
vuelta e irse.

¿Y para qué se va? No es que vaya a buscar a Christopher y acabar con todo. No, él va tras Zayn
y trata de recuperar su amistad. Y talvez -me digo a mi mismo cuando no noto su interés en
terminar su relación- pensaba que le importaba cuando solo me veía como un chico nuevo con el
cual jugar.

Y entonces llega Niall y hablar de cómo Louis trata de acercarse a mi y Josh me informa que le
tiene harto con tantas preguntas sobre mi estado de ánimo. Y vuelvo a caer en sus ojos azules y
su cabello castaño. Y quiero lamerle el cuello cada que le veo sudando en la clase de deportes y
siento unas ganas enormes de tocarlo y besarlo.

Ahora uso su llave como pulsera. No he ido a su habitación pero Niall me ha mostrado el camino
y cada noche de estos dos días que han pasado voy a su puerta y la observo, como si pudiera
traspasarla con la mirada... y me voy.

Y ahora, en el baño, mientas me desnudo y fantaseo con sentir sus labios sobre los míos y siento
el agua caer desde mi cabeza... no puedo hacer nada más que cerrar los ojos y tragarme mis
malditas ganas de ir a buscarlo.

Me pongo el shampoo en la cabeza y hago espuma para entretenerme con ella en lugar de
tallarme y limpiarlo rápido. Porque, claro, no tengo mucho tiempo para que las clases comiencen.
Y la espuma se escurre por mi frente hasta llegar a mi sien y después se mete en mi ojo derecho.
Doy un brinco y trato de abrir la llave del grifo pero es imposible ahora que la espuma se ha
metido dentro de mi otro ojo y no sé dónde se encuentra la llave.

Y me doy cuenta de que soy un idiota, justo ahí, en las duchas, con jabón en los ojos.

Y la llave se abre, el agua me pega directo en la cara y dejo de brincar como estúpido, y de
quejarme.

Mis ojos se abren y los tallo como si quisiera sacarlos de sus cuencas, parpadeo un par de veces
y veo una mano, aun sosteniendo la llave. La piel es bronceada y el brazo es delgado, tiene un
par de tatuajes pequeños que había notado en momentos diferentes. Y ese brazo está conectado
con una torso denudo que he acariciado con mis manos y ese torso se conecta a su vez con el
rostro más hermoso que algún día podré contemplar. Y sus ojos azules como el océano se ven
obscuros, como una noche de tormenta en altamar, y sus labios están un poco rotos porque la
última vez que le vi, le besé con tanta fuerza y rudeza que lo mordí. Y no puedo detenerme,
porque... ese chico es MI chico, al que quiero. El que me quiere. Aun cuando mi mente grite que
no lo hace, puedo sentirlo.

Mis ojos se encuentran con los suyos y mi lengua hace su camino fuera de mi boca y siento como
me lamo los labios pero, es como si alguien lo hiciera por mi, porque yo no estoy en el suelo,
estoy en otro mundo, con Louis.

Y cuando sus labios tocan los míos y sus manos rodean mi nuca para que yo no pueda escapar,
mis brazos rodean su espalda y estando desnudos siento cada parte de su anatomía en la mía.
Somos tan bruscos que golpeamos nuestros dientes de vez en cuando y nos jalamos el cabello,
mis dedos se hunden en su espalda y le escucho gritar cunado mis uñas se encajan en su piel.
Gime en mi boca y yo en la suya y de un momento a otro me separa de él y me golpeo la espalda
en la fría pared del baño.

Sus labios me besan el lóbulo y después bajo mi oreja, mi cuello cae y sigue su camino por mis
clavícula, muerdo mis labios por todas las sensaciones que me provoca mientras succiona toda
mi piel hasta que llega a mi pecho y siento que mis piernas flaquean. Sus manos me toman la
cadera y me sostienen con fuerza contra la pared.

-Trata de estarte quiero, Harry. No iras a ninguna parte esta vez.

Y no quiero ir a ningún lado, aunque me lo pidiera.

Su mano derecha deja mi cintura para iniciar un viaje por mi abdomen y mi pelvis y... y llega a mi
miembro. Son solo pequeños roces que da de vez en cuando pero estoy gimiendo como loco. Si,
talvez sea porque nadie me ha tocado nunca pero se debe más a que sea ÉL quien lo hace.
-Lou...Lou.- gimo y me muero el labio cuando siento sus besos en mi abdomen.

Bajo el rostro y le miro, arrodillado frente a mi, abrazado a mi cadera y besándome, marcándome.
Mi piel se encuentra roja y negra y se van multiplicando los morados a los que ya tenía antes.

-Te he extrañado tanto, Harry -dice sobre mi pelvis, siento su respiración agitada en la piel.- Y sé
que tú también lo has hecho. Por favor, dime que me has extrañado como yo lo hago. Que me
necesitas y que quieres que te bese y te toque y que sea yo y no otro el que lo haga. Si quieres
que me detenga lo haré, no importa, lo haré... pero quiero saber que me necesitas como yo te
necesito a ti... por favor.

No puedo decir nada, el corazón y su constante palpitar me han paralizado pero mis manos
actúan por mi. Todo su cabeza y él me mira, es una imagen tan erótica la que se lleva acabo y es
tan íntima que me hace pensar en lo que sentimos el uno por el otro. No es amor, el amor se
gana con el tiempo pero nos queremos... y nos deseamos. Y nos necesitamos.

Y le sonrío, asiento con la cabeza y cuando mis labios se abren para tratar de decir algo lo
siento... una mordida en mi cadera y antes de gritar con todas mis fuerzas por el dolor... toma mi
miembro y se lo mete en la boca.

¡Maldita sea!

No sé si gritar o gemir o hacer las dos cosas a la vez. Y sale un sonido estrangulado desde mi
interior. Mis manos siguen en su cabello y lo tomo entre mis puños. Escucho como emite un
gruñido que provoca una vibración que va desde mi pene en su boca a mi estómago. Son miles
de emociones diferentes, todo es diferente.

Y mis manos se mueven solas, hacia atrás y hacia adelante, ayudándole a hacer su tarea. Y
cuando recuerdo que su boca ha estado en la de Christopher y el su cuerpo, haciendo lo mismo
que me hace a mi ahora, algo que o veo tan íntimo y especial y él lo toma como algo que haría
normalmente solo por diversión, el enojo brota en mi.
Mis venas se encienden, arden... como si las hubieran drenado e insertado gasolina y todo
estuviera en llamas. La imagen a mis pies es algo tan vulgar pero por Dios que se siente como el
cielo. Mis manos jalan su cabello y lo atraen hacia mi, con dolor y rencor.

Sus manos me estrujan las caderas con fuerza, tanta que me duele el hueso pero no le tomo
importancia. Mis caderas empiezan a moverse con cada gemido que sale de mi boca y siento la
lengua de Louis jugando conmigo, provocándome más.

Pero es demasiado lo que siento, el placer, la emoción y el coraje... todo en un solo momento, y
siento esa sensación en mis pies, me recorre cada uno de los dedos, la nuca se me eriza y la
respiración empieza a fallarme, todo mi interior de endurecer y mi estómago se siente como la
maldita fábrica de fuegos artificiales. Louis abre los ojos y yo le miro, y así, juntos, los dos
escuchamos y sentimos como llego al orgasmo más significante de mi vida.

-¡Louis!-grito como si la vida se me fuera de entre las manos y esas fueran mis últimas palabras.
Mi espalda se despega de la pared y siento mi cabeza caer a mi espalda, tras mis parpados miles
de luces blancas de forman y la obscuridad va llegando poco a poco. Y mis pies no pueden
sostenerme más, me dejo caer en el suelo, frente a Louis que aún tiene algo de secreciones en el
labio y que me está sonriendo.

-Harry...-me dice con calma.- Te quiero.

Estoy exhausto y sonriendo y enojado y siento todo. Pero es por él, todo es gracias a él.

-Yo también, Louis, lo hago.

**
Llego tarde a la segunda clase del día, Josh me espera en nuestras habitual mesa y me da una
de sus miradas de; Sé lo que hiciste pero no te juzgo porque desearía hacer lo mismo con Niall.

Mi celular vibra en mi bolsillo y lo saco sin que la maestra de francés se de cuenta. Un mensaje
de un número que no tengo registrado.

Ha pasado media hora y ya te extraño. ¿Por qué no tenemos una cita hoy en el
bosque, como la primera?

L.T

Mi sonrisa me delata ente Josh pero no hace preguntas. No sé qué decir, aún estoy en el cielo de
los orgasmos y estoy demasiado confundido. Así que escribo lo primero que se me viene a la
cabeza.

¿Quién te ha dado mi número de celular?

Harry S.

Una pregunta un poco tonta, Harry. Pero la responderé, Nick Grimshaw.

L.T
Ruedo los ojos y sonrío.

Bien, entonces. ¿Una cita? No lo sé, no salgo con hombres que tienen una
relación. No me va eso de ser el amante.

Harry S.

Ese fue un golpe bajo a mi moral y mi ego. Solucionaré ese problema lo antes
posible, Harry. Solo te pido paciencia.

Es, complicado.

L.T

Las complicaciones acarran problemas. No sé si estoy dispuesto a tener más solo por una
cita y unos labios calientes.

Harry S.
Pasan tres minutos y no llega su respuesta. Dejo el celular sobre mi regazo y trato de poner
atención a la case, pero es inútil, no puedo dejar de pensar en él. En sus labios, en la forma en la
que me tocó.

¿Labios calientes? Te hice venir en menos de cinco minutos. Eso es una record... estoy
seguro que nadie te ha hecho correrte en menos. Soy el ¡puto amo!

Pd: ¿Quisieras repetirlo pronto?

L.T

Me río al leer las estupideces que salen de su pequeño cerebro. Y al darme cuenta lo mucho que
lo extrañaba.

Tienes razón, pero es solo porque no he tenido experiencias previas. Estoy seguro de que
dos o tres chicos más podrían superarte, solo es cuestión de seleccionarlos de entre una gama y
¡Voilá!

Empezaré con la selección hoy, en una semana te tengo lo resultados. El límite es


cinco minutos, si alguien me hace venir antes tendrás que ser mi puto sirviente, “amo”.
Harry S.

Presiono el botón de enviar y reprimo una sonrisa. No sé a qué estamos jugando, pero me gusta.
Esta vez, su mensaje no demora tanto y es claro y conciso. Va directo al punto.

Si alguien se atreve a poner sus labios sobre ti, o cualquier parte de tu cuerpo.

Aplastaré su cabeza con mis propias manos.

Harry.... No me conoces cuando estoy enojado.

L.T

Algo se remueve en mi interior y dejo mi celular de nuevo en mis pantalones. ¿Está celoso? ¿En
verdad?

¿Celoso, Louis?

Harry S.

El celular vibra una vez más y al darme cuenta de que la maestra está explicando algo en el
pizarrón saco el celular y abro le mensaje.

Si, estoy celoso. Soy un hombre posesivo, Harry. ¿Por qué crees que te he marcado
esta mañana? Y no me refiero a todas las mordidas de amor que te he dejado en el cuerpo, si no
a la marca que te dejará una cicatriz en tu cadera, lo siento si ha dolido pero... tengo que marcar
mi territorio como el animal que soy.

Realmente nunca lo había hecho, a nadie, pero he sentido la necesidad.

Te quiero. Y eres mío –y yo soy tuyo- y no voy a dejar que nadie más tenga lo que es mío.

L.T

La respiración se me atora en el pecho y Josh me da una mirada de complicidad. Llevo mi mano


sobre mi pantalón y toco el lugar dolorido.

Me ha marcado.

Soy suyo.

...y me siento bien con eso.

**
Al entrar a la cafetería -al acabar las clases- me recibe su sonrisa. Esa que me deja ver sus
blancos dientes y sus labios rosas tan delgados.

-¿Cansado?- me pregunta cuando tomo lugar a su lado.

-Un poco, gracias por notarlo.

Su brazo me recorre la espalda hasta que se posa en mi hombro en forma de abrazo.- ¿Te he
dicho este día que te quiero?

-¿Por qué eres tan romántico? ¿Sabes que no soy una chica, cierto?

Su sonrisa se hace aún más grande.- Lo sé, lo sé. Es solo que me gusta demostrarte lo que
siento. No has dicho que me quieres y no perderé la oportunidad de decirlo tantas veces me
plazca. Por Dios, Harry, yo nunca le había dicho te quiero a ninguna de mis parejas pero tú eres
diferente. Te quiero hoy como te quise ayer y como lo hice el día en que te vi por primera vez. Te
querré mañana y el día después de ese y no creo dejar de quererte alguna vez. Así que, aclarado
el punto, rulitos, te diré cuanto te quiero en cualquier momento, en compañía de quien sea. No me
importa. Y sé que en el fondo, a ti tampoco te importa lo que puedan decir los demás.

Y al terminar de dar su discurso sobre el amor que me tiene me toma el rostro y me besa, frente a
todos los chicos de la cafetería, sin importarle una mierda quien nos pueda ver.

Y está claro que a mi ya no me importa lo que digan sobre mí o sobre él, sobre nosotros. Porque
lo que ha tomado importancia es que somos nosotros.

Sus dedos se enredan en mi cabello mientras me besa pausadamente, sin la necesidad habitual.
Siento su sonrisa mientras su lengua juega con la mía y cuando nos quedamos sin aire solo nos
separamos lo suficiente para que nuestras frentes queden unidas. Sus manso toman las mías y
mientras siento su respiración sobre la mía veo sus ojos. Tan cerca de los míos.

-¿Qué dices sobre esa cita?-pregunto.


-Que estamos llegando tarde.

**

Mientras Josh tiene a media escuela correteando en el patio del instituto Louis y yo ingresamos
en el bosque, exactamente en el mismo lugar donde fue nuestra primera cita. Él lleva la delantera
y jala de mi mano mientras avanza en la calidad de la tarde.

-Casi estamos ahí...

Caminamos por lo que parecen ser cinco minutos más y finalmente para.

-Binen, hemos llegado. Ahora vamos a pasar una tarde tranquila y recuperaremos el tiempo que
hemos perdido estos dos días- se sienta sobre las hojas secas que se han desprendido de los
árboles y me hace sentarme a su lado.

-Tienes un ultimátum, lo sabes, yo... Louis, trato de ser condescendiente pero no puedo. Pensaba
que no podría afectarme el hecho de que aún no termines tus cosas con Chris pero me he
mentido. No has dicho que ves su verdadera cara y que te alejarías de él pero no lo has hecho,
no quieres hacerlo o no te lo permites, nos ha perjudicado ya una vez y me ha amenazado y
puede que para ti sea una broma pero para mi no lo es, en absoluto. No quiero ser el chico que
se queda esperando para que le des tu amor por completo.

-No sabía que te sentías de esa forma.

-Ni siquiera yo lo sabía... o no quería aceptarlo.


Sus ojos, esos hermosos ojos que me pueden ver el alma me miran fijamente. Su boca forma una
fina línea y una de sus manos me acaricia el rostro, hemos ido demasiado rápido en tan poco
tiempo y sé que nada bueno puede salir de esta “relación”. No tendremos un final feliz ni
viviremos juntos una aventura después de esto. Cuando mi año se cumpla el habrá terminado
aquí e iniciará en la universidad y yo regresaré a casa y nos olvidaremos eventualmente. Pasaran
años y solo recordaré el brillo de sus azules ojos pero habré olvidado como me tocaba y su voz,
olvidaré sus besos y su tacto. Pero ahora lo tengo, y no quiero alejarme de él.

-Bien... acabaré esto. Lo haré. Te quiero a ti, Harry. Eres al único que he querido. Ahora ven,
vamos a tratar de disfrutar de la compañía del otro sin que nuestros estúpidos problemas se
interpongan.

**

Ahora estoy frente a su habitación, como lo había estado días antes. El toque de queda a pasado
y los pasillos se encuentran vacíos, no escucho ruido alguno y lo decido.

Dijo que no importaba la hora y no importaba el motivo, lo cual es bueno ya que son las dos de la
mañana y no tengo un motivo para estar aquí.

Me dirijo a la puerta, saco la llave del bolsillo donde la he guardado para no arrancármela de la
muñeca por los nervios y la meto en la cerradura. Giro lentamente y cuando se abre la puerta solo
veo obscuridad. Las paredes deben ser negras y las ventanas estás cerradas, solo llega un poco
de luz que me muestra el camino a la cama.

Cierro la puerta a mi espalda y emprendo mi camino, tengo que esquivar varios objetos que se
encuentran regados por el suelo y vuelvo a ponerme la llave como pulsera.
Louis está dormido, un hijo de baba le sale de entre la boca y su cabello parece que ha sido
atacado por un animal, está vestido solo con unos boxers de licra muy finos y pequeños y tiene
un brazo alargado, como si estuviera esperando que llegara y me tendiera a su lado.

Me quito la ropa y movido aun por los nervios me meto en la cama. Su cuerpo caliente toca el mío
frio y produce un pequeño gruñido. Se mueve un poco y cuando me poso a su lado y abrazo su
cintura, su brazo sale disparado a mi cadera y me produce un grito cuando toca la mordida que
me ha dado en la mañana.

-¿Hazza?-pregunta con la voz ronca por el sueño.- creí que no vendrías nunca. Llevo esperando
tres días a que la maldita puerta se abra y te metas a la cama conmigo.

Me abraza por la cintura y su cabeza se recuesta en mi pecho. Estoy seguro que escucha los
latidos de mi corazón correr una maratón pero no importa.

-Ahora podré dormir, dormir de verdad. Buenas noches, mi Hazza.

Y vuelve a dormirse, mis latidos se van calmando poco a poco y me relajo. Oliendo a cigarrillos y
vainilla.

Su olor.

-Buenas noches, Lou.

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Capítulo XI: "¿Novios?"


“¿Novios?”

Abro los ojos y el mundo aun duerme. La habitación es obscura y la luna se ha tapado hasta la
mitad con grandes nubes negras que traerán consigo otra tormenta.

Parpadeo rápidamente para encontrar el ruido que me ha despertado y entonces lo veo.

Louis tiene una pequeña lámpara encendida y me da la espalda. Se encuentra concentrado o eso
es lo que parece, escribiendo y mordiéndose el labio. En sus piernas se encuentra una guitarra
acústica que emite un sonido suave cada vez que sus dedos tocan las cuerdas.

No ha notado que he despertado y en voz muy baja escucho la letra de la canción que está
componiendo.

-Las luces se apagan y la noche está llamándome, escucho voces cantando en las calles y sé
que no iremos a casa por mucho tiempo, pero sé que no estaré solo...

Su voz es tan suave y baja que tengo que hacer un esfuerzo para escucharlo. Me muevo un poco
en la cama para que mis oído estén libres y él deja de tocar. Cierro los ojos y siento su mirada
sobre mí solo unos segundos.

-Sí, amo este sentimiento y ahora... desearía que estuvieras aquí conmigo, porque ahora todo es
nuevo para mí...

Su voz, al cantar es dulce y un poco rasposa. La guitarra es una dulce compañía y la melodía me
hace poner los bellos de punta. Deseo que siga tocando pero no lo hace, escucho como pone la
guitarra en el suelo y la lámpara apagarse.

Sus pasos suenan en el suelo y la cama se hunde a mi lado, su brazo me recorre la cintura y me
atrae hacia su cuerpo, con mucho cuidado.

-¿Harry, sigues dormido?- pregunta en un susurro.


-No...

-¿Te he despertado?

-Si...

-¿Contestaras con monosílabos a todo lo que te pregunte?

-No...

-Venga ya, deja de jugar- La risa sale de mi garganta antes de poder frenarla. Louis trepa sobre
mi cuerpo y de la nada tengo su rostro frente al mío.- ¿No tienes sueño? Son las cuatro de la
mañana.

-No. Me gustó escucharte cantar, no sabía que tocaras la guitarra...

Su sonrisa se extiende y antes de que me responda un bostezo sale de su boca.- Si, en casa
tengo un amigo que me enseñó a tocar, va a la universidad de artes en Londres y fui algo así
como su pupilo.

Sus ojos brillan por el sueño y estoy seguro de que los míos igual.- Eso es genial, a mí solo
trataron de enseñarme a fumar y a besar...

-Si... no creo que te enteres, Harry, pero por si la dudas te diré que cada que mencionas a alguien
que te ha besado siento un nudo en el estómago y ganas de patear a alguien, la sangre se me
congela en las venas y quiero besarte hasta que no recuerdes a nadie más que te haya besado
nunca.

Siento una parvada de cuervos en el estómago ¡Las putas mariposas son para los estúpidos que
no han aprendido a querer a alguien! Los malditos cuervos revolotean de aquí para allá,
recordándome que estoy enamorándome muy rápido y que no saldrá bien, porque, seamos
realistas... a los dieciocho años nada sale bien.

-Me gusta cuando me hablas así.

-¿Así cómo?- me pregunta mientras me acaricia el rostro con su mano, tan suave que siento que
el contacto no es real y lo he imaginado.

-Como si fueras mi novio.

Y lo dije en voz alta, y sueno como una de esas niñitas desesperadas porque sus novios les
repitan una y otra vez que están juntos y que las quieren. Pero me justifico con el sueño que
tengo y doy la vuelta en la cama, no quiero verle a los ojos, no después de haber dicho eso y no
tener respuesta.

Pasan varios segundos, ni siquiera un minuto pero no lo puedo soportar. Nick siempre me dice
que me altero por cualquier cosa, por más pequeña que sea y talvez es verdad.

-¿Harry?

-Tengo que irme, si alguien se da cuenta de que no estoy en mi habitación... si Christopher se


entera y decide llamar a su tía de nuevo...- me excuso al salir de la cama.- No quiero tener más
problemas por tu culpa.

Escucho un “click” a mi espalda y de la anda la habitación se llena de una luz fluorescente, un


poco amarillenta. Me pongo los zapatos y una de las sudaderas de Louis y trato de camianr hacia
la puerta pero su mano me toma la muñeca con un poco de fuerza.

-¿Mi culpa?- pregunta con un tono de voz muy bajo.- No, Harry, no es mi puñetera culpa. Tu
quieres esto, yo quiero esto, es culpa de los dos. Me pudiste haber rechazado o mandado a la
mierda desde un principio pero sigues aquí, ¡No es mi culpa que seas tú el que no sabe lo que
quiere o no quiera luchar por eso!
-¡No estamos hablando de mi!- le suelto a la vez que jalo mi mano lejos de la suya.

-Por supuesto que no, a ti nunca te ha gustado hablar de ti. No me has dicho más de lo que yo te
he contado, no sabemos nada el uno del otro. No nos conocemos en lo absoluto.

-Pues es porque nunca hemos hablado realmente.

-¿Eso es lo que quieres, Harry? ¿Quieres ser mi novio y que nos contemos cosas estúpidas el
uno al otro?

Ya no recuerdo como empezó la discusión pero no me gusta el giro que ha tomado. Son las
cuatro de la mañana, no estoy de humor para más drama.

-Contéstame, Harry ¿Eso es lo que quieres?

Bajo la mirada, mis zapatos lucen más interesantes que sus labios y sus ojos turbios por el sueño.

-Porque, Harry, eso es lo que yo quiero. Quiero ser tu novio y hablar de estupideces y de nuestros
problemas y que te enojes porque voy a hacer las mayores estupideces del mundo, te prometo
que en unos meses o años vas a lamentar que tu primer novio haya sido yo pero, por Dios que
quiero estar contigo el tiempo que se nos sea otorgado este año.

¿Por qué tienes que ser tan malditamente perfecto? Digo, si, es un idiota y en ocasiones quisiera
no haberlo conocido pero es un idiota perfecto.

-¿Entonces qué es lo que vamos a hacer?

-¿Con qué?

-Con nosotros, con esta platica irrelevante a las cuatro y algo dela mañana en tu habitación.
Se levanta de la cama y la rodea para posarse frente a mí. Su mano derecha toma la mía me
atrae a él. Siempre hace ese gesto y me gusta cómo me hace caminar sin que mi cerebro lo
decida o que parezca que ni siquiera toco el suelo, solo por verlo a los ojos.

-Pues vamos a solucionarlos, aquí y ahora. Recuerdo que te dije que te iba a conquistar y te iba a
cortejar pero alguna fuerza muy grande me ayudó y me permitió estar contigo antes de lo previsto
así que, vamos a aprovechar esto, yo te voy a cortejar todos los días pero hay una condición.

Sonrío al verlo sonreír como cuando le das un dulce a un bebé, tan infantilmente.- Dispara, ¿Cuál
es la condición?

-Si quieres que te corteje todos los días tendrás que cumplir con lo que te pido.

Mi corazón ya está moviéndose a una velocidad exuberante.

-Tienes que ser mi novio, Harry Styles. Y no acepto un no como respuesta.

El corazón se me atora en la garganta.- Si no puedo negarme...- es lo único que puedo contestar.

Y entonces cerramos la distancia entre los dos y nos besamos. Como siempre mis manos van a
su nuca y juegan con su cabello y por primera vez él me abraza por la cintura mientras su lengua
juega con la mía, me abraza tanto que temo me parta en dos pero no importa ¿Qué realmente
importa en el puto mundo a los dieciocho años?

Podría hacer una lista:

1. No me importa ser gay.

2. No me importa que mi padre me odie y que mi madre trate de entenderme.


3. No me importa que mi mejor amigo sea un idiota ninfómano que solo piense en quitarle el
novio a chicas ilusionadas.

4. No me importa una mierda la población en el mundo ni cómo se conjugan los verbos en


idiomas que nunca hablaré por completo.

5. No me importa ser dramático ni inseguro.

6. Me importa una mierda el mundo y sus problemas.

7. Pero, sobre todas las cosas... no me importa lo que yo mismo pueda pensar de mi, en este
preciso momento, ahora que pienso que todo lo que está mal no puede cambiar y me gusta de
ese modo. Me importo una mierda yo y mis sentimientos.

Ahora lo único que me importa es Louis Tomlinson.

-----XXX-----

Cuando la alarma del celular de Louis suena sobre el escritorio y nos despertamos para poder
llegar a mi habitación y no levantar sospechas tengo la sonrisa más feliz que he tenido desde que
llegué a este instituto.

Llegamos a la puerta y aun nadie ha salido al pasillo, Louis me da la vuelta y mi espalda se


recuesta en la pared. No he dejado de ver sus ojos ni un segundo después de que nos
besáramos en su habitación, mi abuela siempre dijo que los ojos son las ventanas del alma, que
podrías ver las mentiras y las verdades si sabes interpretar las miradas. Y Louis no miente, o
sabe fingir muy bien.

-Entonces, te veré en la cafetería al terminar las clases.

-¿No iras a sociología?

Veo como se tensa y la manzana de adán se le mueve lentamente.- No, tengo cosas que resolver
con Zayn antes de meterme más cosas a la cabeza.

Me da un rápido beso en la frente y lo veo alejarse por el pasillo, aun con la postura rígida y la
cabeza baja. Antes de perderlo de vista grito:

-¡Pensé que no tendríamos secretos!

Y él da la vuelta y tratando de sonreír me responde:

-Yo nunca dije eso.

__________________________________
Vale, no ha estado muy largo o muy ¡WOW! Que digamos xD

Pero tengo muuuchas cosas en la cabeza que si no subía algo hoy no sabría cuando lo haría.

Ammm.... Si quieren dedicaciones para los siguientes capítulos, solo tienen que pedirla, ya saben
:)

Los amo.

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Capítulo XII: "Al anochecer"

ATENCIÓN: Capitulo con contenido +18.

“Al anochecer”

-Tengo la sensación de que me estás escondiendo algo.- me dice Nick al otro lado de la línea.- y
si no me lo dices voy a colgar y no responderé a tus llamadas hasta que te decidas por decirme
todo lo que me ocultas.

La primera clase está por comenzar y no puedo perder mucho tiempo, antes de que todos entren
tengo que decidirme si decirle la noticia a Nick o guardar el secreto. No es que no quiera gritarlo a
los cuatro vientos, es solo que después de que la nube en la que me había subido cuando Louis
me pidió ser su novio se esfumó vi la realidad. Él no ha terminado las cosas con Chris y eso es
algo que me impide ver lo feliz que me hacer ser realmente suyo.

-¿Harry? Te lo advierto, contaré hasta tres para que me lo digas.

Por otro lado, Nick no está matriculado en esta escuela y no le dirá a nadie sobre mis secretos,
nunca lo ha hecho.

-Uno...

-¡Bien! Tengo novio.

Se hace el silencio y creo imaginar la expresión de Nick.- ¿Quién es?

-¿En verdad?- pregunto mientras ruedo los ojos.- ¿Cómo es que haces preguntas tan estúpidas?

-¡Venga ya, que esa escuela si te está sirviendo con el carácter de pasiva que tienes!- me dice
mientras ríe.- ¿Louis? ¿Te lo ha pedido él o se lo has rogado tu?

¿Y qué respondo a eso? Me lo ha pedido él pero solo porque yo se lo he dado a pensar. Pero
tengo orgullo y no diré esa parte de la historia.

-Idiota, me lo ha pedido él.

-Bueno, ya iba siendo hora de que tuvieras un novio, Harry y mejor aún si puedes ver todos sus
movimientos. El chico está bueno y tiene un trasero de burbuja tan bien formado que...

Deja la frase a mi imaginación, si, Louis tiene un trasero realmente asombroso y bien formado,
me encanta tocarlo cada vez que se queda dormido y no se entera.
La campana que anuncia el inicio de clases resuena en alguna parte del instituto y pronto llegan
los chicos. Me despido de Nick con un simple “tengo que irme” y espero a que Josh entre a la
clase. La primera clase es literatura inglesa y antes de que el profesor entre Zayn Malik se
aparece en el umbral de la puerta buscando a alguien con la mirada y el entrecejo fruncido.
Volteo la mirada para que no me note viéndole, no sé cómo están él y Louis ahora pero si algo
tengo claro es que no es mi problema.

El siento a mi lado ahora tiene dueño y levanto la mirada sonriendo para saludar a Josh, pero no
es él. Malik me mira sonriente, tiene una postura despreocupada y ha subido las botas sucias al
escritorio. Lleva la camisa y el saco doblado hasta los codos y algunos tatuajes se dejan ver en
su piel, la tinta es de colores fuertes y no puedo negar que se ve muy sexy. La corbata se
encuentra desecha y colgando por su cuello y los tres primeros botones no están abrochados.

No puedo der de verlo, me siento hipnotizado. Veo su rostro, esas abundantes pestañas largas
que cubren sus ojos cafés y sus mejillas ahuecadas, su nariz alargada y los labios rosas que se
remoja con la lengua cada cinco segundos. El chico me está volviendo loco.

-Hola, Harry.

-Hola...

-¿Te incomoda mi presencia?- pregunta aun sonriendo pero sus ojos están fríos.

-No... es solo que pensé que estarías con Louis... él me ha dicho que...

-Sí, fue a buscarme y me ha explicado todo, supongo que no tiene caso que estemos
distanciados ahora que tengo lo que quiero.

-¿Lo que quieres?

Su sonrisa se extiende aún más por su rostro al punto que siento que su rostro se partirá en dos.-
Pues si, lo que quiero. Si está contigo eso significa que yo tengo a Christopher, han terminado las
cosas hace un rato, no terminó nada bien... de hecho no creo que pueda estar en las clases por
hoy. Supongo que él te ha contado sobre Chris y quien es él para Madame Dur.

Trago saliva en seco, se ha terminado, al fin lo ha dejado.

-¿Está en problemas? – le pregunto con un nudo en la garganta.

-No por mucho, tiene que hacer limpieza en el bosque hasta tarde, no sé qué tiene Madame Dur
con ese bosque, siempre que se empieza un año esos son los castigos que impone, en cierta
forma es para que te acostumbres.

-¿Para que te acostumbres?

Una carcajada sale desde el fondo de su garganta.- Harry, no tiene la fama de “reforzar” el
carácter solo para hacerse los interesantes. Aprenderás a sufrir en uno o dos meses más y ahora
que Louis no es propiedad de Chris, él también va a sufrir.

Antes de que nuestra conversación avance Josh Devine entra al salón, está imponente, con la
mirada seria y los labios formando una sola línea. El uniforme le queda impresionante, hace notar
cada uno de sus músculos y sé que podría convertir en homosexual a cualquier heterosexual de
este instituto. Pero sus ojos están puestos en Zayn que le regresa la mirada. Me siento en uno de
esos programas de Discovery Chanel donde se muestra como se enfrentan los leones para ser
los líderes de la manada.

-Estas en mi lugar.- le escupe Josh sin quitarle la mirada y con los puños cerrados.- Muévete.

-No lo creo, chico. Hay más lugares disponibles por allá- dice mientras señala la parte trasera del
salón con el pulgar.- Así que muévete y no estorbes.

Y lo que creí que sería un día tranquilo se convierte en un desastre. Josh toma la nuca de Zayn
con tanta fuerza que escucho la piel chocando a gran velocidad y baja la mano con fuerza hasta
que la cabeza del morocho golpea la mesa. Me quedo helado viendo a Zayn responderle con un
golpe en el esternón, la fuerza que tiene los dos me recuerda a una guerra entre titanes,
despiadados y sin sentir dolor gracias a la adrenalina. Zayn se pone de pie y mientras Josh
recobra el aliento le da un golpe en la mejilla, pero Josh es rápido y le da una patada en la rodilla.
Escucho el hueso crujir pero no estoy seguro si está roto. Los dos empiezan una pelea que me
hace temblar, los demás han sacado sus celulares y graban la pelea entre gritos y burlas,
apoyando a Josh y otros a Zayn pero yo no sé qué hacer, escucho los golpes de la piel al chocar
con la del otro y sus huesos crujir. Los dos sueltan gritos pero no se dan por vencidos, la sangre
ya se hace visible y no puedo aguantarlo más, soy pacifista y ver esto me está sacando de quicio.

Tomo el valor que no tengo y tomo el brazo de Josh pero la fuerza que tiene me jala hacia
adelante y ahora estoy en el suelo. Me duele el rostro tanto que las lágrimas empiezan a salir sin
permiso. La pelea ha cesado y veo a Josh gritándole a Zayn y los dos me miran pero no puedo
escucharles con tato ruido en mi cabeza, siento que me ahogo y tomo aire por la boca solo para
sentir el sabor de la sangre.

La cabeza me da vueltas y cierro los ojos por unos segundos para recobrar el equilibrio.

-¿Harry?- la voz de Louis me despierta y ahora escucho todo, a Josh pidiéndome perdón desde lo
lejos y a Zayn gritándole que es un “hijo de puta”.- ¿Harry, estas bien?

Me llevo una de las manos a la boca y no siento dolor alguno pero cuando me toco la nariz grito
como loco. La sangre que me ha llegado a la boca se ha escurrido desde la nariz.

-¿Qué putas me pasó?- pregunto aun sintiendo punzadas de dolor.

-Pues por hacerte el valiente te han metido un bien derechazo. ¿En qué putas estabas
pensando?- pregunta con el ceño fruncido.

Me siento estúpido y adolorido. Trato de ponerme de pie y Louis me toma por la cintura para
hacerme todo más fácil.- No me gustan las peleas, no soporto que las personas se comporten
como animales. Pelear no es necesario, si pueden hablar, resolver sus problemas con palabras...

Louis me mira y sonríe.- Eres un niño, Harry. Malditamente dulce.


Cuando logro ponerme en pie con su ayuda veo a Josh venir hacia mi con el labio temblando y
sangre saliendo por su ceja izquierda y otros golpes en las mejillas. Antes de que siquiera pueda
llegar a tocarme o decirme algo Louis da la vuelta y le toma por el cuello de la camisa, sus fosas
nasales se abren y cierran al tiempo que le hace retroceder. No quiero que se inicie otra pelea y
de cierta forma Josh no ha tenido la culpa, el idiota he sido yo por meterme en una pelea en la
que claramente no tenía oportunidad.

-Mantente lejos de él, maldita sea, no te quiero cerca.- le gruñe Louis en la cara.

Josh no dice nada, sus ojos se posan en mí y yo le gesticulo un “No importa, todo está bien”.
Madame Dur ha llegado a la escena y por como sus cejas se juntan con su ceño fruncido y el
movimiento de la fusta en la mano me doy cuenta de que no está contenta. Sus ojos recorren el
salón con cuidado, escrupulosamente nos observa a todos. Cuando ve a Zayn y Josh con el
uniforme hecho añicos y la sangre escurriendo por sus rostros y manos solo hace falta un
movimiento leve de cabeza para que los dos se acerquen a ella.

Me mira, tratando de entender si estoy involucrado.- A la enfermería.

Es una orden y la sigo como si fuera un robot programado. Louis sale detrás de mi, caminamos
por el ancho pasillo hasta que los salones están demasiado lejos pero escucho como la fusta
corta el aire antes de impactar contra la piel de Josh, suelta un grito de dolor y a continuación lo
hace Zayn.- ¡Disciplina!- grita Madame Dur y es ahí cuando me doy cuenta de la verdad del
instituto y que la fusta no es solo un adorno.

Louis me toma de la mano y salimos por una pequeña puerta trasera, el aire frío me pega en el
rostro y mueve mi cabello igual que el de Louis. Me jala tras él y cruzamos el prado para llegar a
una pequeña casucha de madera que huele a alcohol y pastillas. Al abrirla se ve un cuarto
cuidado y limpio con estantería llenas de todo tipo de medicinas y vendas, férulas, una silla de
ruedas y un par de muletas se encuentras en una esquina.

Louis toma una botella chica alcohol y unos palillos. Cuando se da cuenta de que es todo lo que
buscaba me hace una señal para que le siga fuera y volvemos a la pequeña puerta pero no la
abre. Su cabeza gira en todas direcciones y hago lo mismo, no hay nadie por los alrededores, se
mete el alcohol y los palillos a una de las bolsas del pantalón y empieza a trepar por una escalera
que se encuentras escondida entre la enredadera que crece por la pared.
-Vamos, Harry, no puede vernos nadie, sube rápido.

Cuando va a la mitad del edificio me propongo seguirlo. No sé porque lo hago, si me caigo me


voy a romper algo, si alguien nos ve me meteré en problemas y me dan pavor las alturas. Lo miro
a él trepar rápidamente, como si hiciera esto siempre- y no dudo que lo haga-. Cuando voy a
medio camino se me ocurre la brillante idea de ver hacia abajo y el corazón se me desinfla. El
suelo está muy lejos y me estoy mareando. La nariz aun me tiene sin la coordinación motora y yo
estoy escalando unas escaleras que me llevaran al techo de un edificio de tres pisos y de más de
¿Qué? ¿Unos treinta metros de altura?

-¡Harry! no veas el suelo, veme a mi. Ya casi estás arriba, vamos, Hazza.

No, no, no. No puedo. Las manos me están sudando, el suelo está muy lejos y Louis me sigue
gritando. Pongo un pie en el siguiente escalón y trato de despegar la mirada de los metros que
me separan de la tierra. Le veo a él, las nube se alzan a su alrededor, el cielo nublado me da una
perspectiva más obscura, como si me tratara de advertir que Louis no es quien dice ser, que tiene
intenciones ocultas pero me quito esos pensamientos de la cabeza.

Tiene una de sus manos estirada hacia mí. Retomo el camino con cuidado de no caer y viendo
sus ojos dejo de pensar en mí alrededor.

Cuando llego al techo Louis me abraza por la cintura para ayudarme a pisar por fin suelo fijo. El
corazón deja de latirme con fuerza y solo entonces observo la vista. Son cientos de kilómetros
verdes, a mi alrededor no veo más que árboles y campo. El cielo está casi negro pero no impide
que la vista sea magnifica.

-Es hermoso.

-Lo sé.- me responde mientras me abraza por la cintura.- siempre vengo aquí a pensar. Me
resulta muy fácil estar solo y tengo mucho en que pensar, me estoy metiendo en un gran
problema, Harry. He tomado muchas decisiones y la verdad no son muy buenas. Tiendo a ser
destructivo y no quiero lastimarte, en verdad que no, pero no puedo dejar que te alejes, por algún
motivo.
-No puedes lastimarme, Lou. No creo que seas capaz de hacerme algo así.

Sus brazos me atraen más hacia él, no podríamos estar más juntos. Le siento besando mi cabeza
y bajando hasta mi cuello, su respiración se cuela por mi camisa y me pone los bellos de punta, le
escucho respirar mi aroma y siento una excitación muy grande. Sus manos comienzan a acariciar
mi abdomen y mi cabeza cae para posarse en su hombro. Sus dedos desabrochan no por uno los
botones y se cuelan dentro para rozar mi piel con sus yemas. Mis terminaciones nerviosas se han
encendido. Louis besa mi cuello mientras me quita la camisa, el aire me pega de repente y
cuando Louis me da media vuelta y trata de besarme su nariz pega con la mía y grito. Ya no me
duele tanto o puede que esté tan excitado que ya no sienta nada pero las punzadas siguen.

-Lo siento, olvidaba lo de tu nariz, vamos a limpiarte.

Toma mi camisa y el saco del suelo y me lleva a una banca improvisada que se encuentra en una
esquina.

Nos sentamos y saca la botella de alcohol de su pantalón y moja mi camisa- ya que había
olvidado las gasas- y sin avisarme me la pone en la nariz. Arde como el mismo infierno pero no
trato de quitármela porque quiero que toda la sangre seca se desvanezca y que mi nariz vulva a
tomar su forma natural. Louis tarda unos minutos para limpiarme totalmente y saca los palillos de
bolsillo, no sé qué quiere hacer pero confío en él.

-Puede que esto duela un poco pero es necesario... nunca lo he hecho pero lo he visto en las
películas.

¿Películas?

Me pone los palillos en la nariz, y antes de que me dé cuenta los tuerce. Grito porque me ha
dolido hasta la mierda y le quito los brazos de un golpe. Me doblo por el dolor y dejo la cabeza
entre mis rodillas. Las lágrimas vuelven a salir sin permiso.

-Eres un hijo de puta, Louis.


-Lo siento, en las películas solo duele un poco...

-Idiota.

-¿Puedes darme un beso ahora?- me pregunta y siento su sonrisa sin verla.

-Vete a la mierda.

-Me gusta cuando dices palabrotas.

-Créeme, tengo un repertorio completo. Te las puedo decir ahora.

Se ríe y es como música en mis oídos.- No, gracias. Prefiero que las digas eventualmente, Novio.

Y esa palabra me causa un nudo en el estómago que me sube hasta la garganta. No sé qué decir
pero se siente bien. Y ahora es mío, Louis Tomlinson es mío.

-Tengo que regresar a cumplir con mi castigo, ahora haz visto bien a Madame Dur, su fusta es
una buena amiga y ya no estoy exento de ella... y tú tienes que regresar a clases.

Se levanta y yo me pongo la camisa y el saco, cuando me arreglo bien Louis ya está bajando por
las escaleras y me apresuro a llegar a él. Bajamos con cuidado, él tiene una mano en mi espalda,
ayudándome a bajar lentamente.

Al pisar el suelo me da un beso rápido en la frente y se encamina al lago para perderse en el


bosque y yo vuelvo al instituto.

Tomo las siguientes clases solo, Josh y Zayn están castigados, desde las ventanas se les puede
ver corriendo por todo el pastizal. Según me han dicho tienen que dar veinte vueltas al terreno de
la institución y después irán a dar veinte vueltas en el lago, con el frío y el cielo nublado. Era eso
o seguir con la fusta. Y también me han llegado los rumores de que Christopher no ayudó a Zayn
porque la pelea fue por Niall.

Y estoy intrigado porque Josh nunca habría actuado de ese modo si no fuera por algo importante
como eso. Niall era el chico que hacía que su máscara de cadete se callera y sus sentimientos
estuvieran a flote, y claro, los celos son n sentimientos.

Tomo las clases que quedan en silencio, tratando de concentrarme porque mi cabeza no deja de
pensar en la imagen de Louis, tan obscuro como las nubes a su alrededor. Hay algo en él que me
atrae como si fuera un imán pero... no me tiene la confianza necesaria. Tiene secretos y quiero
saber cuáles son, quiero conocerlos pero sé que no serán buenos.

---XX---

Las clases terminan a la una de la tarde en punto y salgo del aula para ir directamente a la
cafetería. Zayn y Josh siguen con los ejercicios y Louis en el bosque.

Entro a la cafetería y distingo a Liam en la mesa que en ocasiones comparte con dos otros chicos
“avanzados” para terminar proyectos y en nuestra mesa habitual están Javier y Niall, riéndose de
algo a carcajadas. Los dos se miran por un instante y Niall vuelve a reír contagiando a Javier.

Tomo una bandeja y me acerco a la barra de alimentos. Tomo una hamburguesa y papas fritas
junto con algunas verduras y una gelatina, un refresco de uva y al darme la vuelta veo a Axel en
la mesa de Christopher, los dos retándose con la mirada y Axel explota, nadie se da cuenta de la
pelea pero yo los observo de reojo mientras me acerco a con mis amigos.

Christopher, como siempre se encuentra tranquilo, escuchando o ignorando la palabrería pesada


de Axel y al no obtener respuesta el aludido tira en su rostro un afiche. Hojas blancas llenas de
impresiones salen volando y Christopher solo se limita a quitar las que han caído en su bandeja
sin darle la mayor importancia.

-¡Harry!- escucho a Niall antes de darme cuenta de que me he quedado parado a la mitad del
camino.

Retomo mi andar y me siento en la mesa frente a ellos. Los dos tienen comidas distintas. Niall se
va por el lado de la pizza y Javier por el de la comida un poco más nutritiva. En sus ojos veo un
atisbo de pesar y antes de preguntar nada Niall me informa de todo.

-Siento mucho lo de tu nariz, Harry.- dice bajando la cabeza.- Yo solo bromeaba con Josh y él se
volvió loco, le dije algo sobre Zayn y lo mucho que me atraía antes de todo. No pensé realmente
que haría algo pero claro, Josh siempre hace algo. Pero hombre, ¿Cómo se te ha ocurrido
meterte en una pelea entre esos dos? Tienes suerte de que Madame Dur te haya dejado ir sin
castigo, no te veo haciendo la de ejercicios que esos dos.

Javier se ríe pero cuando Axel pasa a su lado y sus miradas se encuentran el gesto alegre se va
a la mierda.

-Axel se va.- me informa Niall.- Christopher le ha dicho que no lo necesita y Javier lo está
superando. Ha estado molestando al uno y al otro por días, desde la fiesta de Danielle.
Christopher se hartó y lo mando echar. Lo han dado de baja hoy y se irá mañana.- Javier baja la
mirada y Niall le abraza por los hombros.- Me parece perfecto, tenemos suficientes estúpidos en
esta escuela como para conservar a los que no tienen cabida en ninguna parte.
Los observo por unos segundos y cuando Javier parece recomponerse mi celular suena y me
saca de mis pensamientos. Observo la pantalla y veo el nombre de Nick, claro que no se ha
quedado satisfecho con nuestra platica.

-¿Hola?

-Entonces, ¿Vas a coger con él?- pregunta sin el mayor tacto, como se le caracteriza.

-¿Tengo que contestar a la pregunta?

-Estas más que obligado.

Lo pienso por un instante. Está claro que en toda la escuela soy el único virgen a los dieciocho
años... siendo hombre y gay, sin riesgo de embarazar a alguien. Soy un perdedor miedoso.

-Tal vez, si se da la oportunidad.

-Bien, porque te hace falta un buen polvo y que mejor si es con tu novio. Créeme, Harry, una vez
que empiezas... no puedes dejarlo. Es como la tabla del uno, te la aprendes a la primera y la
repasas todos los días.

-Nick...-a la mención del nombre Javier levanta el rostro y se sonroja, sabía que algo había
pasado, algo de lo que no tengo conciencia.- ¿Me estás ocultando algo?

La risa al otro lado me deja ver que lo hace.- Adiós, Harry. Hablaré contigo pronto... no seas un
marica y ten sexo con tu novio, si lo quieres y confías en él... ¿Qué puedes perder?

-Me debes una explicación.- digo antes de que la línea se corte y veo a Javier.- Y tú también.
---XXX---

La noche ha llegado y el toque de queda se ha cumplido. Ya tengo puesto el pijama y me preparo


para ir a dormir. El negro de la noche se complementa con el aire frío que llama al inverno. Me tiro
en la cama, con toda la intención de callar mi mente y dormir.

Mi celular vibra en la mesa de noche y lo tomo.

Deja la puerta abierta. Llego en diez minutos.

L.T

Me levanto como si tuviera un resorte en los pies, camino a la puerta para sacar el seguro. Estoy
inquieto y las palabras de Nick resuenan en mi cabeza. ¿Qué tengo que perder? Nada. Ya me
cansé de ser un idiota inofensivo, quiero saber qué se siente que exploren mi cuerpo. Quiero que
él lo haga.
Cuando la puerta se abre en completo silencio y Louis entra tirando su chaqueta en el suelo voy
hacia él y lo abrazo. Me siento como una niña enamorada pero ¿Qué puedo hacer? Me crió una
madre feminista en un hogar machista. Mis tendencias no están equilibradas y se me enseñó que
los sentimientos se expresan. Y cuando sus manos recorren mi espalda regresándome el abrazo
tomo la decisión. Lo quiero, quiero que él me haga explorar otras partes de mi, lo seguiré hasta el
fin del mundo y aunque esa eternidad de mi cabeza solo me durará un año no me importa. Nadie
sabe qué pasará al siguiente día.

Una de sus manos sube por mi espalda hasta mi nuca y me atrae hacia él. Nos besamos con
fuerza, como si todo nuestro alrededor dependiera de ese beso. Mis manos van a sus hombros y
cuando no queda aire en mis pulmones me separo de él.

-¿Confías en mi, Louis?- pregunto con algo de nerviosismo. He tomado una decisión.

-Confío en ti más que en nadie aquí, Hazza.

Sus labios rojos por mis besos me llaman de nuevo, sus ojos me piden a gritos que me acerque.

-Bien, porque yo confío en ti.

Me acerco casi sin pensarlo, tomo su nuca entre mis manos y le beso. Lentamente, solo quiero
sentirlo cerca pero con forme pasa el tiempo todo adquiere un matiz más intenso. Sus brazos me
toman por la cintura con fuerza y pegamos nuestros cuerpos aún más. No quiero soltarlo y no
quiero que me deje ir, he tomado mi decisión, no me arrepentiré de ello nunca.

Le hago retroceder y caemos en mi cama. Su lengua se apodera de la mía y e hace jugar con él.
Sigue abrazándome, me duelen los labios por la presión que ejercemos y sus pequeñas
mordidas, nuestros dientes chocan con brusquedad. En un movimiento inesperado Louis nos da
la vuelta sobre la cama y se posa sobre mi, deja de besarme los labios y baja desde mi
mandíbula a mi cuello y después a mi pecho hasta llegar a mi camisa. Los botones se
desabrochan uno por uno y él sigue el camino de piel que se va abriendo cada vez más.

Mis terminaciones nerviosas se van despertando una a una, siento una sensación de calor en
todo el cuerpo. Necesito más de él, mucho más. Cuando toda mi camisa se encuentra abierta me
hace levantarme para quitármela y yo me dejo hacer. Me mira, preguntándome con la mirada si
es lo que realmente quiero y claro que lo quiero, lo quiero a él. Mis manos van al borde de su
playera y la levanto con cuidado, tratando de que mis temblorosas manos paren de una vez.

La habitación a mi alrededor ha desaparecido, ahora solo lo veo a él, con su abdomen trabajado y
algunos tatuajes repartidos por su piel cobriza. Su cabello está revuelto y tiene labios rojos, pero
está sonriendo, como yo sonrío por él.

-Puedes tocarme, Harry. Hazlo, por favor.

Mis manos recorren su pecho, con cuidado, como si pudiera romperlo y veo como su cabeza cae
hacia atrás, tiene los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Estoy excitado, de verlo, de tenerlo,
de que sea mío.

-Harry...-me suplica.

Bajo mis manos hasta su abdomen y desabrocho el botón de sus pantalones. En realidad no sé
qué hacer pero no importa. Con mis manos bajo lentamente sus pantalones, en parte porque
estoy temblando y porque me gusta ver su pecho subiendo y bajando como si un tambor
estuviese sustituyendo su corazón y no parara de sonar.

Cuando la prenda está en el suelo y lo único que queda en él es su bóxer negro y puedo notar su
erección frente a mi, antes de que pueda siquiera tocarlo Louis me empuja por los hombros y
caigo en la cama, sus ojos se han vuelto negros y su boca va directo a la mía.

Mientras me besa una de sus manos baja por mi pecho y me quita los pantalones del pijama con
una experiencia que me enoja y desconcierta.

Él sabe hacer esto, lo ha hecho muchas veces antes pero no puedo enojarme por ello.

-Lou...-gimo en su boca cuando su mano se cuela por dentro de mi bóxer y me tocar lentamente.
Lo abrazo con fuerza mientras él me recorre el miembro con la mano, de abajo hacia arriba, muy
lento. Mis caderas empiezan a moverse por voluntad propia, necesito más de él, lo quiero todo.
Tomo su rostro entre mis manos y él sabe lo que quiero, no puedo hablar pero lo sabe.

Mis manos bajan por sus contados y al llegar a la orilla de sus boxers los quito con algo de
brusquedad. Y después quito los mío y al momento en que nos tocamos sin que nada se
interponga entre nosotros me siento reventar.

Louis vuelve a mi, mientras me besa y yo tomo su cabello entre mis manos, como me gusta. Sus
caderas y la mías crean fricción al moverse y no he sentido algo como eso nunca, mi respiración
se aloca y necesito respirar pero no quiero dejar de besarlo.

Mis piernas se elevan y le rodeo la espalda para que la fricción se eleve. Los dos gemimos y
aunque no deberíamos hacer tanto ruido nos olvidamos de que estamos en una escuela y que
pueden castigarnos por lo que hacemos.

-Te quiero, Harry.- me dice mientras sus besos bajan por mi cuello a los costados de mi cuerpo,
me remuevo por la adrenalina que estoy sintiendo.

Deja besos en mi abdomen, por todas partes y besa la mordida que está cicatrizando que me ha
dejado en la piel. Mis manos van a su cabello cuando toma mi miembro y me mira, sus ojos me
penetran y no puedo dejar de verlo.

-Bien, Harry. Relájate, puede que la primera vez duela un poco pero... no voy a lastimarte, nunca
lo haría.

-Confío en ti.- respondo con un gemido a la vez que él empieza a succionar.

Su lengua me acaricia, su boca está caliente, no puedo hacer otra cosa que jalar su cabello y
tratar de no gritar. Su cabeza sube y baja, no su lengua juega conmigo y ahora entiendo porque
Nick me decía que tenía que empezar mi vida sexual. Ahora entiendo porque el sexo es la base
de todo.
Sus manos me recorren el trasero y llegan a ese punto que nadie ha tocado jamás. Juega
conmigo y las sensaciones me ciegan. Quiero gritar, gemir tan alto y quedarme sin voz.

Tengo los ojos cerrados con fuerza y el pecho me está martilleando con fuerza. Y entonces ya no
lo siento. Se aleja de mi y trato de recuperarme. Cuando abro los ojos le veo, frente a mi,
mordiéndose el labio. Me mira y siento que me ruborizo, mira cada parte de mi piel, cada
centímetro.

-Te quiero tanto.- dice al acercarse.- Juro que no te lastimaré, nunca.

Viene hacia mi y yo me recorro en la cama para que venga conmigo. No puedo dejar de verlo, es
perfecto. Se sienta en la orilla y voy hacia él.

-Si alguna vez te lastimo, Harry...

-No creo que puedas lastimarme, Louis. Y yo no te lastimaré a ti, nunca. Aquí y ahora somos tú y
yo, solo los dos. ¿Me querías? Me tienes, soy tuyo.

Su mano izquierda ahueca mi mejilla y su pulgar me acaricia. Tomo su mano derecha y sin saber
bien porque me la llevo a los labios, reparto besos en ella, en cada uno de sus dedos, en su
palma y cuando abro la boca y pongo en ella dos de sus dedos percibo ese brillo en su mirada.
Me gusta que me mire así, como si fuera el único chico con el que quiere estar. Como si fuera
más que un estúpido chico más.

Mi lengua juega con sus dedos, la saliva se acumula en mi boca y entonces lo dejo ir y él me
toma en un beso rápidamente mientras los dos caemos en la cama. Su mano recorre mi pecho y
baja a mis caderas y entonces se escabulle a mi trasero y llega a mi hendidura. Con cuidado y
mientras me besa deja entrar su dedo con lentitud y no sé si es por mi excitación o si mi cuerpo
ya está preparado pero no duele, solo lo siento a él.

Entra y sale de mi cada vez con más fuerza. Y agrega un segundo dedo. Gimo en su boca y él
hace lo mismo. Siento como abre sus dedos para dilatarme. Unos minutos después, cuando me
siento demasiado expuesto y excitado paro sus movimientos.
-Hazlo, hazlo ahora.- digo en voz baja porque me apena pedirle lo que le pido pero quiero sentirlo
a él.- Por favor, hazlo.

Me mira y siento que me dice algo que no expresa. Mis piernas se separan aún más cuando se
pone en posición y siento su glande en mi entrada. Trago saliva y cierro los ojos mientras entra en
mi, duele, duele mucho pero él entra con la mayor suavidad posible, sus manos se encuentran a
los lados de mi cabeza sosteniendo su peso y yo le abrazo, esperando que el dolor se vaya. Se
queda inmóvil cuando ha entrado por completo. El dolor es soportable y necesito, en verdad
necesito que se mueva.

-Muévete, Lou...-suplico sintiéndome tonto y excitado.

Loa traigo hacia a mi, sintiendo su peso en mi pecho, quiero sentirlo todo. Una de sus manos me
toma por las caderas y cumple con mis deseos. Se mueve lentamente y después entra y sale de
mi con fuerza. Me está desgarrando pero se siente bien. Mis manos arañan su espalda mientras
que los dos jadeamos y gruñimos.

-Estas. Muy. Apretado.- gime en mi oreja.- Muy. Caliente.

Su lengua caricia mi lóbulo y mi espalda se retuerce cuando toca ese punto en mi interior que me
hace gemir y doblar la espalda. Cierro los ojos, mis uñas se encajan aún más en su espalda y la
siento doblarse. Sus embestidas se vuelven más bruscas y rápidas. Es mi primera maldita vez y
no me importa que me esté partiendo en dos y tenga que callarme porque puedo meterme en
problemas por esto. Le abrazo con fuerza. Siento ese calambre en mis dedos que sube hasta mis
piernas y a mi estómago creando una corriente eléctrica. Estoy a punto de llegar al orgasmo, y él
también, siento sus caderas tensarse y sus últimas embestidas más rápidas y concisas me llevan
al orgasmo y grito, gimo y jadeo, todo al mismo tiempo. Mi espalda se dobla y él llega dentro de
mi. Siento el calor de su semilla dentro de mi y cuando gime mi nombre al terminar se me dispara
el corazón.

-Te quiero.- susurra en mi oído. Y aunque no puedo responder espero que sepa que yo lo quiero
a él.
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Vale. Traté de hacerlo largo y les di el smut que tanto imploraban xD

No fue mi mejor narración pero hacerlo en primera persona es algo desconcertante /LOL/ y
también me interrumpió mi madre cuando estaba con la inspiración al tope. Les prometo que
redactaré mejor a la próxima y que no seré interrumpida /LOL/

Amm... no me queda más quepedirles sus votos y comentarios y si tienen sugerencias /Solo las
críticas constructivas por favor, porque tengo sentimientos y me duele cuando critican de mala
manera/ pueden dejarlas en comentarios.

Los AMO mucho :3

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Capítulo XIII: "El paraíso tiene un límite"

"El paraíso tiene un límite"

Despierto y estoy solo. Como en mi sueño. Supongo que no dormía mientras sentía la cama
hundirse y escuchaba la puerta cerrarse. El cuerpo me duele, siento punzadas en el parte baja de
la espalda y un repiqueteo de emociones dentro de mi.
El reloj marca las siete y treinta de la mañana, no tengo ánimos de levantarme pero tampoco
quiero una visita de Madame Dur y que me obligue a entrar en clases. Ruedo en la cama y
percibo el roce de las sabanas en mi cuerpo desnudo. El cuello me duele y siento el abdomen
pegajoso. El lado de la cama en el que ha dormido Louis sigue tibio pero no mucho.

Debo admitir que me hubiese gustado despertar a su lado pero entiendo las normas. No sería
conveniente que nos encontraran en estas condiciones.

Me levanto y tomo mis cosas. Hago el ya conocido y monótono ritual de cada día y cuando
termino de bañarme y me pongo la ropa interior salgo de la ducha, con la toalla amarrada a mis
caderas. Subo las escaleras entre trombas de chicos que se apresuran en todas direcciones,
algunos en calzoncillos, otros acomodándose la corbata y corriendo a la cafetería y otros como
Niall y Javier, bajando con calma, completamente despiertos y riendo, como ya es natural en
ellos.

-Se te ha hecho un poco tarde, ¿No es así, Harry?- pregunta Niall, con un deje de burla y
socarronería.- Claro que no queríamos despertarte, Javier dijo que fue una noche muy...
¿Movida?

Me guiña un ojo al pasar por mi lado y Javier suelta una risotada. Me sonrojo como un loco y
cuando ellos salen de mi vista corro por las escaleras hasta llegar a mi habitación. La mano en la
perilla me incita a entrar pero la veo, la llave que Louis me ha dado aún sigue en mi muñeca,
como un accesorio muy útil. No lo pienso mucho, sigo mi camino por el pasillo hasta llegar a las
escaleras siguientes y llego al piso siguiente, donde está su habitación.

Doy vuelta en la esquina para llegar a su puerta pero antes de estar remotamente cerca Zayn
Malik me cierra el paso. Se le ve nervioso y con el cuello lleno de mordidas profundas. Me mira
con esos ojos tan peculiares y al tratar de rodearlo me toma por la cintura y me pega a la pared,
pero no se acerca más de lo necesario.

-Harry, quiero pedirte una disculpa por lo de ayer. La verdad es que no sé porque actué de ese
modo con tu amigo y fue una estupidez el no haberme movido.- su mano sube por mi pecho y me
roza lentamente, me siento desconcertado. Su mano llega a mi rostro y un dedo se posa en mi
nariz, con delicadeza.- Tú no merecías ese golpe y me siento un poco responsable. Espero me
perdones.

Quito su mano lo más amablemente posible y me alejo unos pasos de él. Su mirada me agobia y
siento mis bellos erizarse en todo mi cuerpo.

-No hay nada que perdonar...Zayn. Fui un idiota al tratar de pararlos, la verdad solo pensaba en
que pararan de una buena vez, no me gusta la violencia.- doy un paso hacia atrás, mientras él da
uno hacia mi.- Todo está bien, en verdad.

-Bien... porque no me ha gustado nada eso de lastimarte.

Su mirada es fuerte y penetrante. Sus ojos me traspasan y siento que puede ver mi alma, que
puede ver como funciono por dentro, que lee mi mente. Su boca se abre y cierra varias veces
para finalizar con una sonrisa, una enorme sonrisa.

Y entes de que uno de los dos haga o diga algo Christopher aparece, sonriendo como un niño en
navidad, con los labios rojos y me guiña un ojo. Pasa a mi lado y toma la mano de Zayn,
entrelazan sus dedos y los dos me dan un asentimiento de cabeza como despedida.

-...¿Y cómo fue?-escucho la voz de Zayn quedamente.- ¿Sigue en el juego?

Dejo de escucharlos al avanzar y encuentro la habitación de Louis. Puedo meter la llave y entrar
como él me ha dicho pero prefiero tocar, como lo haría la gente decente.

-Vamos, que te he dicho que dejes de molestar, sig...-al abrir la puerta deja de hablar. Su rostro
se encuentra lleno de gotas de lo que supongo es sudor y sus azules ojos me miran como si
fuese un fantasma.-¿Qué haces aquí?

¡BOOM! Yo no esperaba eso. Doy un paso hacia atrás, bajando la mirada y doy media vuelta.

-No quería molestar, lo siento.


-No, Harry, alto. Perdón. Pensé que eras Zayn, nos hemos reconciliado... un poco, ahora está
molestando con unos asuntos que no me importan una mierda pero tengo que hacer. Lo siento.

Su mano toma mi muñeca y su pulgar causa estragos en mi mientras me acaricia el punto exacto
donde mis venas hacen acto de presencia. Me atrae hacia él lentamente y cuando estoy
abrazado a su pecho entramos en su habitación y cierra la puerta. La iluminación es baja pero
puedo ver una mordida en su cuello, parece reciente, como si... ¿Se la he hecho yo? No
recuerdo, aunque no es que recuerde mucho de anoche, es como un sueño vago pero el dolor en
mi trasero me advierte que fue real. Y esa mordida es mía.

-Te quiero, Lou.

Siento que se tensa, sus hombros se ponen rígidos.- ¿Lo haces, Harry? ¿En verdad lo haces?

-Lou Lou, te quiero como no que querido a nadie. Bien, sé que es muy pronto y que tal vez nos
apresuramos un poco con todo esto que tenemos pero lo siento y no quiero callarme. No quiero
callar ningún sentimiento o emoción que sienta o cada descubrimiento que haga. Si sientes que
es muy apresurado... puedo dejar de decirlo.

-No.- exclama abrazándome aún más fuerte.- Harry, no quiero que lo dejes de decir nunca...
nunca. Pero haré estupideces, lo sé, y cuando te enteres me odiaras como no has odiado a
nadie. Porque te habré fallado.

-Anoche dijiste que no me harías daño, nunca.

-Anoche... anoche no podía pensar con claridad, me estabas mirando con esos ojos del color de
la primavera. Tan verdes que me dolía solo al verte, Harry, me duele mirarte. Eres la mejor cosa
que me ha pasado en años y yo simplemente estoy haciendo todo mal.

Me alejo de él, pero no de su toque. Tomo sus manos con las mías y le miro. Es cierto, si mis ojos
son del color de la primavera los de él son el invierno. Fríos y azules, pero tienen la aurora boreal
en ellos. Tomo aire, siento que me ahogo con la intensidad de sus emociones.
-Confió en ti, Louis.

-Diablos, sí. Si, Harry.- me abraza de nuevo.- Te quiero.

--XX--

La mitad de las clases han sido canceladas por la tormenta que ha caído de la nada. Fue como si
después de que Louis me dijera que me quería el cielo se hubiera malhumorado y hubiera soltado
la tromba que acabaría con el mundo. Relámpagos empezaron a pintar el cielo a la segunda hora
y el generador explotó al finalizar la tercera.

El instituto quedó en penumbras y todos los alumnos -incluyéndome- corrimos fuera como si el
cabrón de La masacre de Texas estuviera tras nuestro. Los focos explotaron y el viento se
intensificó.

Encuentro a Niall y a Javier abrazados a un Liam que trataba de calmarlos a los dos al mismo
tiempo, batiendo las manos sobre sus espaldas en símbolo de coraje. Josh corre dentro junto con
un chico al que no conocía más que de vista y ayudan a Madame Dur a salir.

Estoy empapado y he llagado al lado de Liam. Niall se me ha prendido al cuello como si fuera su
madre y yo lo abrazo pero la verdad es que los putos rayos y truenos que tenemos como
espectáculo me aterran como la mierda.
El conserje sale junto con la secretaria de Madame Dur y corren a la parte trasera del edificio.
Diez minutos después, cuando creo que nos dará la hipotermia las luces se encienden, tenues y
como si fueran velas en lugar de engería eléctrica.

Josh corre hacia nosotros y al verme su paso disminuye. Todos entran corriendo para protegerse
del frio pero Niall y yo le esperamos. El chico de cabello rubio y cuerpo de gorila de antro me mira
con ojos de cachorro después de un regaño. Yo solo le doy una sonrisa.

-Vamos, Josh, no estoy enojado contigo. Que va, si me encanta que me golpeen, es una
costumbre mía, tratado de meterme en pelas para recibir un golpe y alardear de lo sucedido.- digo
sonriendo y parece que él entiende mi broma porque me sonríe, como solo Josh Devine puede
hacerlo.

-Lo siento, he sido un bruto, estaba cegado y no to vi, Harry, perdón.

-Nada que perdonar, te lo he dicho... me va lo duro.- guiño un ojo y se da por sentada la


conversación.

Un trueno resuena los tres volvemos a la realidad. Niall tiembla digno de ser un chihuahua y Josh
le toma en brazos, acunando su espalda y la parte trasera de sus rodillas. El irlandés le abraza el
cuello y corremos hacia la entrada pero antes incluso de que toque el primer escalón escucho una
voz gritando mi nombre.

Volteo hacia atrás, veo el lago que parece un pozo negro, el bosque donde los árboles se mueven
como si tuvieran vida propia, el cielo negro se pinta con hilos plateados y sonidos dignos de una
ópera.

-¡Harry!-vuelve a gritar alguien en algún lugar. Y cuando un rayo pinta el cielo y mi vista lo sigue lo
veo. Louis está en el techo, a lo que parecen miles de kilómetros del suelo. El cielo a su espalda
le da la impresión de un ángel malvado. Mueve una de sus manos hacia donde se encuentra la
escalera pero no iré ahí, no subiré.

Pero mi cerebro revoca mis órdenes y camino hacia las pequeñas escaleras que llevan al cielo.
Las toco y se encuentran mojadas y resbaladizas. Él quiere que me mate o que un rayo me caiga
encima.

Me aferro al primer "escalón" y trepo. Lentamente y con cuidado, parando cada que un trueno
interrumpe la paz. La lluvia es fuerte y me duele al chocar contra mi cabeza pero quiero llegar a
Louis.

Cuando toco el borde del techo Louis ya me está esperando, me toma de la cintura y caigo de
bruces en el piso frío. Louis se ríe y yo sigo su broma. Al ayudarme a levantar me lleva al centro
de la azotea y me toma la cintura con la mano derecha y mi mano con la izquierda, la pone en
alto y se acerca a mi oído.

-¿Me concedes este baile?-pregunta y su exhalación caliente me recorre el cuello hasta instalarse
bajo mi piel. Donde se está metiendo él.

Mi brazo sube a su hombro y bajo la mirada, estoy sonrojado, tengo una sensación en la boca del
estómago y quiero gritarle a mis padres que los amo por haberme tratado como si fuese toxico y
se deslindaran de mí en esta escuela.- Te concedo todo lo que me pidas, Louis.

Empieza a balancearse lentamente hacia la derecha y me acoplo a sus movimientos. Nos vemos
a los ojos mientras el cielo se cae y no nos importa una mierda. El sonido ensordecedor de los
truenos es nuestra canción de fondo mientras él susurra quedamente una canción de Ed
Sheeran.

Nos movemos de un lado a otro, al frente y atrás. Primero con delicadeza y después con
maestría. El cielo es nuestro techo y sus hermosos desastres naturales nos indican el desastre
que somos nosotros. Pero somos como el trueno y el rayo, él ruidoso y ensordecedor y yo callado
y fugaz, solo dejo una breve estela antes de extinguirme.

Su mano guía la mía hacia su cintura, y me abraza por el cuello, a la vez que yo le abrazo
fuertemente. Cierro los ojos y escucho su pecho saltar rápidamente, sus músculos se tensan y
toma una rápida inhalación antes de hablar. Su tono es bajo y peligroso, una advertencia.

-Me enamoré.
-¿Disculpa?-pregunto sin entender.

-Que lo estoy fastidiando todo. Me enamoré de ti, Harry. Te quiero y estoy enamorado. Te pude
decir muchas cosas antes de hoy pro ahora lo sé, estoy cien por ciento seguro de que siento
demasiadas cosas por ti. No puedo explicarlo todo pero anoche, cuando te entregaste a mi sin
siquiera pensarlo, yo no podía reaccionar coherentemente, yo quería tocarte pero algo me lo
impedía. Yo me lo impedía. Pero eres como un maldito ángel que vino a redimirme y entonces yo
me cargo todo con mis acciones. No estoy siendo justo.

-No te entiendo, Louis.

-Lo sé y no voy a explicártelo porque cuando lo haga te alejaras y prometiste que no lo harías.

-Yo no rompo mis promesas, Louis. No me alejaré, no de nuevo.

-¡Lo harás!-grita y en mis oídos su voz suena aún más fuerte que el trueno que ha movido el
suelo.- No eres tan tonto ni estúpido como para quedarte a mi lado, lo sé y me gusta eso de ti.
Maldita sea, te alejaras y yo solo quiero saber si me perdonaras algún día.

Quiero responderle que no lo haré, no lo dejaré ni lo odiaré pero me toma el rostro con sus frías
manos y me roza los labios. No me besa pero su lengua sale y me dibuja la línea del labio inferior,
está caliente y su aliento me pega de lleno en el rostro. Sus ojos permanecen cerrados y cierro
los míos a la vez que toma mi labio entre sus dientes y lo muerde, jalándolo. Suelto un gemido y
mi labio queda libre, antes de poder reponerme me toma la nuca y me besa, sus labios toman los
míos con ansias y su lengua entra sin premeditación. La lluvia cae sobre nuestros rostros y gotas
de lluvia se cuelan entre nuestras bocas.

Ya no siento el mundo alrededor de nosotros. No existe nada más que sus labios y sus ojos, solo
él y yo.

Al acabar el beso se aleja de mi, tomándose el cabello en puños y gritando. No sé qué le ha


pasado o que piensa, tal vez es igual de inseguro que yo. Siento el frío calándome los huesos. Me
envuelvo con mis brazos y trato de crear fricción.

-¿Y qué pasa si yo también me he enamorado? ¿Qué pasa con eso, Louis?- digo mientras él me
da la espalda.- Me enamoré de ti, de tus ojos, de tu carácter, de tu sonrisa... de ti. Eres el chico
por el que he estado esperando todos estos años. Lou.. te quiero, tanto que duele.- no reacciona,
no se mueve, no se si me escucha y grito.- ¡Carajo, Louis! Sé que es demasiado pronto para esto
que estoy sintiendo por ti y si conociera un modo de pararlo lo haría, juro que lo haría. No quiero
caer tan rápido por ti pero ¡Mirame! Ya lo hice, te quiero y tus malditas inseguridades no van a
cambiar ese hecho.

Por fin da la vuelta, sus ojos me miran directamente y abre la boca, solo para que lo que acabo de
decir se quede en el olvido, como si nunca hubieran salido de mi maldito corazón.

-Es hora de bajar, toma una ducha caliente y te veré en dos horas.- me ordena.

Trato de calamar las ganas de ir y golpearlo, de patearle el trasero y dejarlo caer por el borde del
tejado pero no lo hago, aprieto los puños y camino a donde él se encuentra, al lado de la
escalera. Bajamos con cuidado, él primero para ayudarme y cuando tocamos el suelo se aleja, sin
siquiera mirarme una segunda vez.

Entro por la puerta que se encuentra a mi lado y dejo un charco de agua y pisadas de lodo en el
pasillo hasta mi habitación. Es una suerte que haya dejado el celular. Al llegar arriba me despojo
de mi ropa para tomar un baño pero no me siento con la fuerza necesaria. La cabeza me da
vueltas y solo quiero estás en la cama, cubierto con las sabanas.

Me visto con un pants gris y la sudadera negra de Louis. Unos calcetines y me tiro a la cama
tomando mi celular. Tengo dos llamadas perdidas de mi madre y un mensaje de Nick.

Así que... ¿Javier no ha dicho nada sobre nosotros?

¿Ha preguntado por mi?


Nick G.

Bien, necesito una distracción. Y respuestas.

¿Tendría que hacerlo?

La verdad es que ha estado muy ocupado hablando con su exnovio como para hablar
de ti.

H.S

Al enviar el mensaje espero medio minuto y mi celular suena.

-¿Hola...?

-¡¿Qué putas estas diciendo?!-me grita al otro lado del teléfono.- ¡De ninguna jodida manera,
dime que es mentira antes de que me suba al puñetero coche y conduzca a la mitad de la anda y
vuelva a hacer que se corra mientras grita mi nombre!

Y así es como se consigue información.

-¡Lo sabía! Ustedes dos, malditos, me estaban ocultando algo.


Nick guarda silencio y escucho el sonido de su automóvil al ser apagado. Vaya que iba a venir.

-No quería decírtelo... sabía que ibas a burlarte o algo. Ese jodido niño me ha echado algo en la
bebida, no dejo de pensar en él y en el hijo de puta de su novio.

-Exnovio.- corrijo entre risas.

-¿De qué te burlas?

-De ti, te han atrapado, Nick, estás jodido.

-¡Al igual que tu, marica de mierda!

No puedo evitarlo, suelto la carcajada de mi vida.- Que vocabulario tan extenso, ¿Te han dado
por culo últimamente o solo estás experimentando un caso de bolas azules por la abstinencia?

-Búrlate... hijo de puta, pero pronto será mi turno. Maldito virgen de mierda.

Se me atora la risa en la garganta y me ahogo con la saliva.

-¿Harry?... ¡Hijo de la vil puta! ¿Ya te dieron por culo a ti?

-No voy a hablar contigo de eso.

-¡Estás obligado!

-Y una mierda, si me ocultas cosas yo lo haré igual.


Y corto la llama. Y sopeso la idea de llamar a mi madre pero se va con la misma facilidad con la
que vino. Si quiere saber cómo estoy que llame a la escuela, le dirán lo mismo que yo.

La puerta suena y me levanto sin ganas. Pateo la ropa sucia bajo la cama, la llevaré a la
lavandería después y cuando abro la puerta me recuerdo que cerrarla en la cara d alguien es de
mala educación.

-¿Puedo pasar?- me pregunta Christopher con esa voz que me chupa la felicidad.

No contesto pero abro la puerta hasta que termina dentro y se encamina a la silla del escritorio,
pasa una de sus piernas sobre la otra y coloca su mejor sonrisa.- Bonita sudadera...

-No quiero ser grosero, pero ¿A qué has venido?

Su mirada pasea por cada rincón de mi habitación. Estudiando mi creatividad.

-He venido a advertirte.

Cierro los ojos y suspiro, estoy cansado de esto. El chico no sabe perder.

-Christopher...

-No.- me interrumpe.- Me vas a escuchar. He venido a decirte que no te enamores, Harry. si,
Louis es un chico guapo y tiene ese no sé qué que te hace sentir especial pero, el chico está
jodido y es un fiasco. Te ha dicho que no se ha enamorado nunca y si lo ha hecho... contigo,
quiero decir. ¿Qué te hace pensar que sabrá corresponderte de la manera en la que tiene que
hacerlo? Estoy aquí batiendo la bandera blanca ya dándote un consejo para pensar.

-Confío en él.- digo sin titubear aunque me duele la mandíbula por contener mi rabia y mis
lágrimas.
-La confianza es como el papel, Harry. se puede romper con cualquier soplo excesivo.

Se levanta de la silla y me da la espalda. Me levanto como un resorte y le sigo, listo para cerrarle
la puerta en la cara.

-Recuerda, Harry. No debes confiar en nadie... ni siquiera en ti mismo. Tus sentimientos se harán
caer.

-Vete. A. La. Mierda.

Sonríe y abre la puerta. Mis lágrimas por la ira que tengo caen sobre mis mejillas. Frente a
nosotros aparece Louis, con el ceño fruncido viendo a Christopher y cuando sus ojos me ven el
rostro se le pone como la cal. No hay colores.

-¿Qué....?

-Recuerda... lo que te he dicho, Harry. Nos veremos pronto.

Pasa a un lado de Louis, tocándole el pecho con cuidado y se aleja, moviendo las caderas como
solo él puede hacerlo.

-¿Qué te ha dicho?

No respondo porque sus palabras siguen en mi cabeza. Pasan en diferentes letras y colores.

"No debes confiar en nadie... ni siquiera en ti mismo"

-Quiero dormir, Louis.- digo mientras cierro la puerta.


-Puedo dormir contigo...

-No, no. Hoy no.

La puerta se para bruscamente. Louis entra sin que le importe si quiero que este ahí o no. No
escucha mis reclamos.

-Hoy sí, y mañana si quiero. ¿Qué te ha dicho Christopher?

Sus ojos son dos tímpanos de hielo. Me congela con solo mirarme, nunca había visto esta parte
de él.

-Solo... que quería saber por qué la pelea entre Zayn y Josh...- miento pero él no me cree. No
importa, no diré nada más.

-¿No confías en mi?- pregunta dolido.

-Ahora mismo, Lou.- respondo sonriendo.- No confío ni en mi puta sombra.

--XX--
Salí de la habitación dejando a Louis con una mirada perdida. Ahora estoy en la habitación de
Niall, viendo películas junto con Josh, Javier y Liam.

Niall tiene abrazado a Josh. Los dos acostados en la cama y nosotros tres acurrucados en el
suelo. Las películas de miedo nunca me han hecho gran cosa cuando estoy en compañía pero sé
que en la noche no dormiré bien.

Gritamos, nos reímos y volvemos a gritar hasta que la hora de dormir llega. La alarma suena
queda en los altavoces y nos dispersamos en los pasillos.

Josh llega a mi lado después de besar la nariz de Niall. Camina conmigo sin decir nada hasta que
llegamos a mi puerta, él se acerca a mi oído y susurra:

-Tengo que hablar contigo, ¿Puedo venir en una hora?

Sus ojos tienen una chispa vivas y quiero saber qué es lo que quiere decirme. Asiento como loco
mientras sonrió.

Se aleja rápidamente. Entro en mi habitación y saco la ropa de debajo de la cama, hago limpieza
general y todo porque las ansias me están matando. Quiero saber qué es lo que pasa, quiero
saber cómo le está yendo con Niall.

Pasa la hora mientras yo reviso mi Facebook y leo los mensajes de mis amigos de la escuela
anterior pidiéndome explicaciones que no daré y escuchando música en YouTube.

Cuando la puerta suena quedamente me levanto para abrirla lo primero que veo es un pecho
definido y unos brazos trabajados. Josh solo tiene puesta una playera sin mangas apretada al
cuerpo y unos pantalones cortos de baloncesto. Va descalzo y me pregunto si no sentirá el frio
del mármol. Nos dirigimos a mi cama y nos sentamos uno frente al otro. Mis piernas se
encuentran cruzadas y mis manos entrelazadas. Josh me mira y sonríe.

-Primero que nada quiero disculparme nuevamente contigo por lo de tu nariz, me alegra que no
esté rota. En verdad lo siento y no pararé hasta que me digas que me perdonas.
-Te perdono, Joshy.

-Bien. Ahora... quiero explicarte por qué la disputa entre Zayn y yo.- toma aire y sonríe como si
estuviera apenado de lo que dirá.- Bien, me le declaré a Niall ese día. Estábamos en la cafetería y
puse todo de mi, en verdad que sí, estaba esperando por ti pero no llegaste así que lo hice y él
me sonrió pero dijo que su corazón estaba en otro chico. ¡Me dolió! Ni siquiera los golpes del
coronel me habían dolido tanto como eso. Yo no sabía que era una broma por su parte, que había
dicho que si a su modo porque me cegué de celos. Javier gritó el nombre de Malik y entonces
solo necesité eso. Tome mi camino sin siquiera escuchar sus gritos y entonces lo vi, necesitaba
una excusa y... te utilicé para eso, te puse como pretexto para que él me provocara y pudiera
sacarle la mierda a golpes.

Sonríe y se tapa la cara con las manos, es un gesto tierno pero si el chico por el que he estado
muriendo por años he hace eso...y tuviera la fuerza y decisión de Josh hubiese hecho lo mismo.
Lo comprendo, le aplaudo en mi mente.

-Pero entonces se salió de control y saliste lastimado y me dolió como su hubiera herido a alguien
de mi propia familia. Eres mi hermano, Harry. Te quiero como si compartieras mi sangre. Me sentí
la mierda más grande de todas y no podía con la culpa...

Le abrazo con fuerza por el cuello, casi siento como lo estrangulo pero él me regresa el gesto.
Reímos como tontos y caemos en la cama, me siento completo, he encontrado a mi verdadera
familia en este castillo con reglas.

Reímos como locos mientras nos acostamos con la espalda en el colchón, mirando el techo. Josh
empieza a hacerme cosquillas en el cuello. Estamos muy cerca pero no sentimos una tracción por
el otro. Eso es lo que sirve en nuestra amistad.

Y entonces todo se va a la mierda.

Josh y yo nos levantamos como un resorte cuando la puerta se cierra y vemos a Louis frente a
nosotros, con los ojos negros y los puños cerrados.
-¿No te dije, maldito hijo de puta, que te alejaras de él?-gruñe en voz baja, muy baja.

-Lou...

-¡Cállate! Maldita sea, ¿Ahora que has probado que es que te den por culo iras tras de todas las
pollas de los maricones del instituto? ¿Aunque sean las pollas que se montan tus amigos?

Estoy helado. ¿Cómo se atreve el muy hijo de perra?

-No tienes derecho, Louis. No puedes reclamarme, no te lo permito. No sabes nada, Josh y yo
somos amigos. ¡Amigos!-grito y trato de aparentar que sus palabras no se me clavan bajo la piel.

-¿Amigos?-suelta una carcajada sin el menor indicio de alegría.- ¡Eres un niño malo con cara de
ángel! ¿Por eso estas tan distante?- ahora su voz es un susurro. Me levanto de la cama, quiero
llegar a él pero se aleja.-No me toques.

-¿Vas a escucharme?- pregunto sin dejar de verlo. No quiero alterarlo más, su rechazo duele.

Su mirada sigue a Josh mientras se levanta y trata de ir a la puerta. Me lanzo sobre él cuando
trata de golpearlo y me toma entre sus brazos, pienso que va a detenerse y me equivoco, me
empuja lejos de él, mi cuerpo toma vuelo y me golpeo la cabeza con el escritorio.

Louis me ha terminado de reventar la cara. Siento la sangre bajar por mi ceja. Los dos chicos me
miran atontados, se ha ido la furia y solo queda ese deje de preocupación.

-¿Harry?-pregunta Louis como si fuese a morderlo.

Estoy adolorido, mareado y con dolor de cabeza, pero no pienso empeorar la situación.

-Bien, iré al despacho de Madame Dur y ella me dirá que hacer. Cuando regrese no quiero verlos
aquí. Josh, me parece perfecto lo de tu noviazgo con Niall, sabes que los apoyo...Louis, mañana
tú y yo vamos a hablar seriamente. No pienso perderte por tus celos mal infundados. Los veo
mañana.

Salgo de la habitación sin cerrar la puerta hasta que ellos se encuentran fuera y caminando lejos
de mi.

No voy con Madame Dur. Me encierro en mihabitación y limpio mi ceja con un papel. Después de
diez minutos deja de sangrar y antes de dormirme si mente cansada suelta una frase al azar.

-Tal vez... el paraíso tiene un límite.

______________________________________________

Okay... y vengo otra vez con esto. Me despido de Wattpad por un mes más, volveré el 10 de
noviembre, comienzo exámenes nuevamente así que... tendrémos que parar esto un tiempo y
espero pensar en más ideas para la novela.
Me dicen que quieren drama y más Christopher, pues se viene algo fuerte, solo es cuestión de
esperar haha:)

Traté de hacer este capítulo interesante y lárgo, espero les guste.

Hasta noviembre, los amo :*

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Capítulo XIV: "Te daría el mundo si pudiera"

“Te daría el mundo si pudiera"

El sol se cuela por la ventana. Es un día frio pero el cielo está despejado. Me quito las cobijas del
cuerpo y me siento en la cama, me duele la cabeza por no dormir las horas necesarias y siento
ganas de vaciar el estómago.

Mi celular suena en la mesa de noche pero no respondo. No quiero escuchar a nadie ahora, no
cuando tengo muchas cosas en la cabeza que aún no se resuelven. Tengo un mes en éste
instituto y mis problemas se han multiplicado muy rápido. Y no voy a mentir, ahora mi vida es más
divertida que antes, tengo amigos que me hacen reír, un novio perfecto y hasta tengo un enemigo
declarado.

Pero todo eso me ha llevado a tener la nariz hinchada y una herida en la frente.

El celular suena una vez más y veo en la pantalla el nombre de mi madre. Si, había tardado
mucho en llamarme desde la última vez. Pero no estoy seguro de querer contestar.
Me levanto y voy al armario para sacar mi uniforme. Y el celular suena de nuevo.

Tomo mi ropa y salgo de la habitación. No quiero saber nada de nadie, ni de mis padres, de mis
amigos, de Louis. No quiero nada más que una ducha caliente con el vapor abrazando mi cuerpo
y la mente en blanco.

El pasillo se encuentra vacío y hago el camino a las duchas. Todo está en calma, demasiada
calma. Bajo las escaleras y recorro todo el pasillo hasta las duchas.

Al entrar dejo mi ropa en la taquilla y me introduzco en una de las cabinas. El agua caliente me
pega de lleno en la cara al abrir la llave y dejo que me empape el cabello, las gotas queman en mi
piel y se torna roja pero es una sensación agradable. La frente me escuece por la herida pero no
quiero alejarme de esa pequeña sensación de dolor.

No sé cuantos minutos me quedo parado bajo la lluvia artificial pero siento que es una eternidad.
No muevo ni un solo músculo y siento como me relajo. No más dolor, ni estrés, ni remordimientos.

Cuando siento que es suficiente me lavo el cuerpo y el cabello rápidamente. Cojo la toalla y seco
mi cabello con ella y después la enredo en mi cintura. El vapor se aglomera en la habitación y al
salir solo puedo ver –con mucho esfuerzo- los lavabos y el espejo frente a mi. Tomo la ropa de la
taquilla y comienzo por ponerme los boxers.

Al volver la mirada al espejo veo la sombra de una persona, está sentado con la mirada baja y las
manos entrelazadas. Su cabello castaño lacio cae en su frente y no puedo ver sus ojos azules
intensos. Está vestido con un pantalón obscuro, sus vans y una chamarra de mezclilla. Y yo solo
le miro por el reflejo, no tengo la fuerza para afrontarlo ahora.

¿Ahora que has probado que es que te den por culo iras tras de todas las pollas de los maricones
del instituto? ¿Aunque sean las pollas que se montan tus amigos?
No, existen frases que nunca deben ser dichas. Y hay cosas que uno quiere olvidar pero es difícil.

Me coloco el resto de la ropa y cuando me cubro con la chaqueta del uniforme me siento en el
lavamanos y cruzo los brazos en mi pecho.

-Lou...

-Hoy no habrá clases...-me interrumpe con la voz baja.- Mañana es Halloween e iremos a
comprar los disfraces para la fiesta de mañana.

¿Mañana es Halloween? Pero... bien, entré en septiembre, dos meses después de que el
semestre había empezado y ya ha pasado un mes y... y estamos en octubre y mañana es
Halloween. Una de mis festividades favoritas y yo no había reparado en eso.

-Bien... entonces iré a mi habitación y me cambiaré la ropa.

Me levanto y tomo la ropa sucia para ponerla en la sesta y al pasar por la puerta, al lado de mi
novio -con el que no puedo sostener una mirada sin sentirme incómodo- me toma la mano con
tanta delicadeza que me duele. Y yo me detengo para sentir su tacto.

-Yo... no tengo las palabras para expresar lo mal que me siento, por haberte lastimado y haberme
comportado como un idiota anoche. Yo, no podía pensar con claridad, Harry. No tengo escusa
pero yo, solo no podía dejar de pensar en todo lo que me está pasando y verte reír con Josh, yo
solo... no sé qué me pasó. Lo siento, y aunque es una palabra muy vaga y no puede cubrir todo el
daño que te he hecho... yo lo siento.

Y cuando veo a sus ojos, azules y tranquilos, sin un solo rayo de luz. Es como si me hubiesen
encerrado en una habitación sin ventanas y la obscuridad me cubriera. Louis está apagado,
completamente. Sin sonrisa, sin sarcasmo, sin nada. Y sé que no es por lo que me ha hecho, es
algo más.
-¿Quieres contarme qué es lo que te pasa?- pregunto viéndole a los ojos, porque no puedo dejar
de verlos.

-Sí, eso quiero.

Y me toma de la mano con fuerza. Como si fuera el ancla que le mantiene estable en el puerto.
Como si quisiera que le asegurara que todo está bien. Aunque no lo está.

--XX—

Me he cambiado el uniforme por un pantalón y un suéter de cuello alto que tapa las marcas que
Louis me ha dejado y están desvaneciéndose. Todas excepto la de mi cadera, que será una
marca para la prosperidad.

Nos tiramos en la cama, viendo el techo sin decir nada y solo escuchamos nuestras
respiraciones. Y entonces alguien tiene que romper el silencio.

-Louis, tenías algo que contarme.

Su respiración se acelera y se remueve en la cama. Nuestras manos siguen juntas y mientras las
aprieta lo dice.

-Mi mamá me llamó ayer y dijo que quería que fuera a casa para mi cumpleaños. No he estado en
mi casa desde que llegué aquí. Yo, quiero ver a mis chicas y abrazar a mi madre, incluso bromear
con Mark, pero tengo miedo de ir y volver a hacer una de mis estupideces. No quiero arruinarlo
todo. Y yo quería... yo quería que vinieras conmigo, a casa. A conocer a mis padres y mis
hermanas. Porque solo tú puedes hacerme ver lo que está bien y lo que está mal... y quiero que
mi madre te conozca, y que te quiera tanto como lo hago yo.- mi respiración se detiene, no siento
el corazón.- Y sé que no estoy en posición para pedírtelo después de todo lo que hice anoche
pero, yo en verdad quiero que vengas conmigo.

Trato de encontrar mi voz, pero no puedo. Él quiere que vaya a su casa, que su familia me
conozca, algo que nunca podré hacer yo.

-Claro que tampoco quiero que pierdas una navidad con tu familia... mi cumpleaños es el
veinticuatro de diciembre así que... si, lo siento por pedírtelo.

-Sí.- contesto sin pensarlo de nuevo, porque no hay mucho que pensar.- Sí, Louis, iré contigo. No
te dejaré solo.

Y hace un movimiento rápido, antes de que pueda parpadear él ya está sobre mi, con sus manos
tomando las mías por sobre mi cabeza y viéndome a los ojos. Y ahí está, brillando como una
maldita luz de navidad, su sonrisa, sonríe porque yo le he dado una respuesta y yo sonrío porque
él me hace feliz.

-Te quiero, Harry.

Y me besa, sus labios atrapan los míos y me toma, toma todo lo que yo le doy. Y entonces
recuerdo cuando me robó el primer beso, ese día que le mordí el labio... y sé que más que un
beso, me robó el corazón. Y quizás yo se lo entregué.

-Te quiero, Louis.


--XX--

Madame Dur nos ha dejado salir del instituto e ir a Londres para comprar los disfraces para la
fiesta que se dará en el “46°street!”, y por lo que me ha dicho Louis será la fiesta del año.

Se han recaudado más de siete mil libras solo por las entradas. Asistirán chicos de escuelas de
Londres y siento que no será una noche muy tranquila.

Louis se ha ido con Zayn a una tienda de vans y yo estoy con Javier y Niall en la tienda de
disfraces más atiborrada que he visto en años. La mayoría chicos de nuestra edad corren por
todos lados, sosteniendo máscaras y trajes de colores brillantes, sombreros, accesorios y todas
las estupideces que uno puede comprar para una noche de Halloween. Niall ha elegido un traje
del hombre de hojalata del mago de Oz y Javier ha optado por uno de Vampiro, con toda la
sangre y maquillaje blanco que pudo comprar.

En un rincón de la tienda, al lado de las colas y orejas de gato, Christopher ve las estanterías de
disfraces exuberantes, con brillantina y colores fosforescentes. No tengo idea de que es lo que
busca, pero será espectacular, de eso no tengo duda.

No me he había pasado por la cabeza el escoger un traje- ya que no sabía siquiera que
estábamos a un día de celebrar la fiesta del año- y mientras busco entre las bolsas y percheros
un vestido azul brillante con un mandil al frente me cae en la cabeza. Es el vestido de Dorothy en
el mago de Oz y antes de que vea quien lo ha lanzado escucho su risa.

-Si te lo pones yo me vestiré de la bruja mala del oeste.

-Claro- respondo mientras lo cuelgo en el perchero y sigo buscando.- Y dejaremos de ser una
pareja gay para convertirnos en las lesbianas de la noche.

La sonrisa de Louis me hipnotiza y es lo único que veo hasta que vuelvo a centrar mi atención en
los disfraces.

-Bueno, en ese caso deberíamos de ser Batman y Robin, ya sabes lo que se rumorea... tu serias
Robin, porque eres el pasivo.

-No eres gracioso, Louis.

-No pretendo serlo, solo soy sincero.- y me sonríe, como solo él puede hacerlo.

-Y ¿Quién ha dicho que voy a acoplar mi disfraz con el tuyo?

Su sonrisa se agranda más, viene hacia mi y me rodea la cintura con sus brazos bien tonificados.-
Pues, eso es lo que las parejas hacen. Mira, Niall se vestirá como un personaje del mago de Oz y
Josh igual, Javier se vestirá de vampiro y no soy nadie para contártelo, pero Nick me ha dicho
que le dijera como iría él y bueno, se vestirá como un caza vampiros... Liam y Danielle irán como
Homero y Morticia, y tú y yo iremos como algún personaje, algo así como...

-¡Beetlejuice!- grito al ver el traje a rayas y la peluca verde.- Amo esta película.

-Entonces, está decidido, tú serás el fantasma raro y asqueroso que saca gusanos de sus dientes
y yo seré la adorable Lydia Deetz, con mi ropa negra y mi cámara.

-¿Te pondrás un vestido y un velo?

-Me pondré hasta una peluca negra, si tú eres mi cita.

Sonrío sin siquiera pensarlo y le beso, un beso fugaz mientras el mundo se pone en Mute y se
oprime el botón de Pausa.
-Entonces...- digo sobre sus labios.- Yo elegiré el vestido.

--XX--

-¡Pásame las papas fritas!- grita Niall desde el otro lado de la mesa a nadie en especial, pero solo
una persona está atento a él. Josh le da el plato lleno de las papas escurriendo en grasa que han
preparado las cocineras por una pequeña fiesta de Halloween en la escuela.

-¡Harry!-grita Danielle al otro lado de la cámara, mientras Liam le sonríe como un loco enamorado
y ella hace lo mismo.- ¿Ya tienes tu disfraz para mañana? Yo seré Morticia, ya estudié algunas
frases en francés que pondrán loco a mi Homero.

Daniell se ha planchado el cabello y su cabello cae como una cascada sobre sus hombros. De
fondo se ve una pared llena de fotografías y por lo que alcanzo a visualizar son de ella y Liam en
Glasgow. Donde me han dicho, pasaron la navidad pasada.

-Sí, Louis y yo seremos los trágicos amantes de Beetlejuice...

-¡Louis y yo!- me arremeda ella.- ¿Son una pareja oficialmente?

Sus ojos brillan y la sonrisa de su rostro parece que le partirá la cabeza en dos en cualquier
momento.

-Sí, digamos que me lo ha pedido hace unos días...

-Mañana me contaras todo ¿No es así?

Después de asentir y alejarme del computador me siento a un lado de Javier, frente a Louis. El
celular me vuelve a sonar en el bolsillo por centésima vez en el día y decido que es tiempo de
contestarle a Anne.

Saco el celular y marco su número, pero la voz al otro lado no es la de mi madre. Es la de mi


padre.

-Harry...

-Papá, hola.

-No me llames papá- gruñe- yo no tengo hijos.

Y después de tragarme las lágrimas que se me han formado y dejar al nudo en mi garganta
descansar solo me queda escuchar lo que quiere.

-Escucha, Harry. Anne quiere que vengas a casa para las fiestas de navidad... pero yo no quiero
verte hasta que me puedas decir que te gusta una chica decente con la que tendrás una familia.
Le diré a tu madre que te has quedado castigado en el internado y que no puedes salir. No
quiero que vuelvas a hablar con esta familia hasta que te hayas curado de esa enfermedad. Estoy
haciendo todo esto por tu bien, no lo dudes ni un segundo. Tienes que ser normal, tienes que
cumplir con tu trabajo, tienes que ser un ¡hombre!

Me despego el celular del oído y trato de tomar aire. No, no ha sido una buena idea el responder,
no ha sido una buena idea nacer en esa familia.
-¡Eres un maldito estúpido! ¡Solo tienes que ser un hombre, Harry! Nunca has hecho nada bien...
nunca has podido hacer nada bien, ¡Maldita sea!...

Y corto la llamada, porque ya no puedo seguir escuchando todo lo que mi padre quiere
reprocharme y porque no quiero llorar frente a mis amigos.

Pero Louis siempre se da cuenta de todo. Él me conoce mejor de lo que nadie ha podido hacerlo.

-¿Quieres ver algo hermoso?- me pregunta mientras se levanta y me tiende la mano.

Y yo solo la tomo. Porque ahora él es mi ancla, y yo el barco que se pierde en la niebla.

--XX--

Estamos en la azotea. El lugar favorito de Louis. El cielo se encuentra lleno de estrellas brillantes,
lo llenan todo, una noche negra y llena de brillantes perlas que son el techo sobre nuestras
cabezas.

Es una vista hermosa y los brazos de Louis a mi alrededor me llevan a mi ligar favorito. Sus
brazos, sus abrazos, su cercanía. Él es el chico al que quiero, lo quiero tanto que el día que esto
llegue a su fin será el momento más doloroso de mi vida.

-¿Estás bien?- pregunta abrazándome aún más fuerte.


-Sí, ahora lo estoy.

-Escuché la voz de tu padre al otro lado de la línea. No tiene derecho a hablarte de esa forma,
Harry. Nadie tiene derecho a llamarte como él lo ha hecho.

Sonrío sin sentir esa sensación de felicidad, sonrío para saber que aún puedo hacerlo.

-No siempre ha sido así. Él es un gran padre pero, bueno, mis abuelos lo criaron de esa forma.
Sé que me quiere, porque de otra forma me hubiera echado de casa, es solo que, es como tú...
no tiene filtro.

-No quiero que creas sus palabras. No eres un estúpido.

-Tal vez si lo soy, me enamoré de ti. Vaya estúpido estoy hecho.

Sus labios me besan la frente y siento su sonrisa.- Bueno, yo me he enamorado de ti. Vaya par
de estúpidos que estamos hechos.

Reprimo la sonrisa en mi rostro. Maldita sea. Estoy enamorado.

-¿Cómo ti sientes ahora?

-Seguro.- contesto mientras me alejo de su pecho para verle a los ojos.- Cuando estoy contigo...
me siento seguro.

Su mano derecha sube hasta mi mejilla y me acaricia lentamente. Cierro los ojos para sentir cada
una de mis terminaciones nerviosas explotar.

-Ya sabes lo que dicen. Cuando amas a alguien lo amas con sus cicatrices, sus miedos, su
tristeza y sus fallas.
-Y de esas tenemos un montón.- digo, es una frase vaga, mientras sus labios toman los míos y su
lengua encuentra la mía.

Sus manos me toman por las mejillas y me acercan a él. Y mientras caemos en el frio cemento
nuestros labios no se separan, mis piernas terminan a cada lado de sus caderas y mis manos se
apoyan en el cemento para no caer sobre él. Sus manos bajan por mi cuello a mis brazos y
después a mis caderas, bajan tan lento que puedo sentir cada roce de sus yemas sobre mi piel.
Me abrazan por la espalda baja y nuestras pelvis chocan y al roce muerdo su labio antes de
soltarlo.

Y veo la imagen más hermosa de mi vida.

Louis tiene la cara sonrosada y los labios rojos e hinchados. Su cabello se ha pasado
suavemente en el asfalto y sus ojos están entrecerrados. Sus labios entreabiertos y su cuello
despejado, solo marcado por una pequeña mancha roja que parece reciente. Pero que yo no he
hecho.

-¿Qué te pasó ahí, Lou?- pregunto tocando en lugar.

-Ah, eso... me he dado un buen golpe ayer por la noche cuando regresé a mi cuarto. Zayn estaba
esperándome y me asustó. Me golpee con la perilla de la puerta.

Mis labios van a su cuello y besan el moretón con cuidado, sin lastimarlo. Y suben por su cuello a
su barbilla y al llegar a sus labios me detengo, a centímetros de besarlo.

-Louis Tomlinson.

-Harry Styles.

-Te daría el mundo... si pudiera.


Y mientras sonríe y mi mundo se reduce a esa sonrisa, sé que estoy estúpidamente enamorado.

-Ya lo has hecho, Harry. Y te quiero por eso.

=================

Capítulo XV: "Booooooooo!"

"Booooooooo!"

Y entonces el días tan esperado llega. En mi celular son más de las doce del mediodía y fuera de
la habitación ya se escuchan los gritos de mis compañeros. No quiero salir de la cama en un día
frio como el de hoy, las sabanas se adhieren a mi cuerpo y la sudadera de Louis –que uso
siempre que no está cerca y aún tiene su olor- tiene una temperatura confortable.

Pero la paz no dura mucho.

Porque soy amigo de Niall Horan.

-¡Harry!-grita al otro lado de la puerta.- Vamos, maldito flojo, tenemos que hacer muchas cosas
para esta noche.

Maldigo en mi mente y me levanto, siento el cuerpo flojo y el frio del mármol me congela los pies.
Voy a la puerta y al dejarlo entrar, solo verle, me provoca ganas de regresar a la cama.

-Entonces, tenemos cosas que hacer, ponte los zapatos y vámonos, ahora. No me importa si no
estás presentable, si tu cabello es un asco, si te huele la boca.- dice mientras saca del closet mis
converse negros y me los arroja al pecho.- Iremos a poner la decoración y regresaremos justo a
tiempo para arreglarnos.

Y antes de poder decir algo, siquiera gruñir por incluirme en el plan de ayudar para la fiesta me
toma de la mano y me lleva por el pasillo, aun con los tenis en la mano. A mi espalda solo
escucho la puerta de mi cuarto cerrarse.

**

En la planta baja nada es mejor. Todos los chicos se encuentran corriendo de un lado para el
otro, llevando accesorios de Halloween de un lado para el otro. Miles de murciélagos negros para
colgar del techo, rastras de colores naranjas, morados y negros, esqueletos, vampiros, bolsas de
sangre falsa... y todas esas tonterías que se usan para una buena fiesta.

-Harry, buenos días.- saluda Liam cuando llegamos a las escaleras de la entrada y me tomo mi
tiempo para colocarme los tenis.

-Buenos días, Li.

El castaño de grandes músculos se sienta a mi lado y sonríe mientras Niall le da órdenes


especificas a todos a su alrededor. El taxi que nos llevara a Londres se encuentra frente a
nosotros pero no lo abordaremos hasta que Niall deje de gritar sus instrucciones.

-Parece que tenemos a nuestro propio Christopher en el grupo, son igual de mandones.- se burla
Liam mientras el rubio hace ademanes y los ojos parecen salirse de sus orbitas.
Antes de que la carótida se le reviente, Josh llega a la escena y lo carga sobre un hombro. Es
nuestra señal para seguirlo al automóvil.

-Así que... ¿Tu y Louis ya son pareja, he?-pregunta Liam.

-Si... podría decirse que si, somos... novios.- contesto mientras me sonrojo y entro al auto, junto a
Niall y Josh y Liam se sienta enfrente.

Hacemos el viaje en silencio y me quedo dormido antes de darme cuenta. Al abrir de nuevo los
ojos veo las tiendas del centro a reventar mientras las personas van de aquí para allá sin siquiera
ver a su alrededor. El centro está atiborrado, todos enfrascados en su mundo y yo solo quiero
salir y caminar, dejar de sentirme tan aislado y encerrado tras la reja del instituto.

Llegamos al edificio donde se celebrará la fiesta y bajamos con las bolsas y cajas que Niall ha
cargado en el maletero. Entramos y en cuanto veo el espacio del edificio se me seca la boca. Es
enorme, con palcos y privados, pistas con coloridas luces en el techo y pareciera que fuese de
noche. Las paredes son negras y las luces tenues, el bar se encuentra en la esquina más alejada
pero es de una proporción grande, donde según mis caculos pueden sentarse más de veinte
personas y aun así dejar un espacio para que las personas hagan sus pedidos.

La mitad de la sala ya se encuentra arreglada. Del techo cuelgan algunos esqueletos bañados en
colores fluorescentes, murciélagos y calaveras bañadas en pequeñas lentejuelas plateadas que
brillan de acuerdo con los colores del reflector.

Nos dedicamos a decorar de acuerdo a las órdenes de Niall, corremos de un lado a otro y
empezamos a sudar como si el infierno se hubiera abierto en el centro de la pista. Josh se
encuentra al otro lado de la habitación y no he hablado con él desde la noche anterior, no sé qué
decirle, aunque no estoy para nada enojado con él siento que al acercarme será incómodo. Pero
lo haré, porque Josh es mi amigo y es uno de los mejores.
Los pies me duelen cuando terminamos de colocar los adornos en los palcos y escaleras, los
muñecos de los monstruos más conocidos y las calabazas que no pueden faltar. Me siento en las
escaleras del foro donde se encuentra el D.J. y observo el lugar mientras cierro los ojos por el
cansancio.

Mi celular suena y al sacarlo la hora en la pantalla marca las cuatro de la tarde, y la llamada
entrante es de Louis.

Antes de poder contestar un par de manos me tapan la boca y me jalan hacia la parte trasera del
local, entre los parlantes, micrófonos y los instrumentos del D.J.

Trato de soltarme, me revuelvo entre sus manos y cuando al fin me deja en libertad volteo con los
ojos tan abiertos que he de verme cómico. Y claro, como siempre me recibe su sonrisa.

-¿Asustado?- dice mientras sonríe y me toma las mejillas con sus manos.

-¡Eres un idiota! ¿Qué es lo que está mal contigo?- grito aun tomando aire.

-¿Conmigo?- pregunta alzando una de sus cejas.- No hay ni una sola cosa mal conmigo. Es decir,
mírame.

Ruedo los ojos y cruzo los brazos frente a mi pecho.

-Estas de muy mal humor hoy, Hazza. Espero que para esta noche te encentres mejor, aunque
me gusta cuando te enojas, tu ceño se frunce- dice mientras su mano va a mi frente y toca el
punto exacto.- justo aquí.

-No estoy de mal humos... solamente que me has asustado.


Me mira directo a los ojos y antes de que sea él quien haga el primer movimiento decido que
dejaré de ser un idiota que espera a que le besen a ser el idiota que besa.

Mis manos toman sus mejillas y lo atraigo hacia mi, rápidamente, sin darle lugar a saber lo que
está pasando. Sus labios se juntan con los míos y lentamente nos besamos, solo pequeños roces
mientras sus manos viajan por mis caderas y me abrazan por la cintura, le abrazo el cuello y el
beso se vuelve violento de una manera agradable, nuestros dientes chocan repentinamente y el
aire me está faltando, me duelen los pulmones pero no quiero dejar de besarlo, no puedo.

Pero respirar es una necesidad vital, así que nos separamos pero nuestras frentes quedan juntas.
Respiro su aliento caliente y sus ojos están cerrados. Louis Tomlinson es todo lo que una vez
soñé: atento, carismático, con una sonrisa encantadora, detallista, burlista, soñador, con unos
labios suaves y es muy apasionado. Y lo más importante, me quiere, a mi.

-Harry...-susurra sobre mis labios.- ¿Quién te dio el derecho de llegar a mi vida y cambiarlo todo?

-Louis...

-Llegas, con todas tus inseguridades sobre lo que haces en la escuela, cargando con el odio de
tus padres, con la amenaza de Christopher, con un acosador como yo, con Liam y Niall, con
Javier y el idiota de su exnovio, conmigo otra vez, y contigo y tu familia y aun así te das el tiempo
de meterte bajo mi piel.

Sigue abrazando mi cintura, tanto que me quita el aliento pero no me importa una mierda. Le
quiero, con todo y los problemas que me traiga, con todo y las lágrimas, las sonrisas, los enfados.
Lo quiero cuando me levanto por la mañana y él está ahí, cuando me deja entrar en su
habitación, cuando me toca, cuando me besa, cuando está ahí para mi.

Lo quiero.

Así de simple.
Que se joda el mundo.

Que se jodan mis padres.

Que se jodan los prejuicios sociales y los homofóbicos de mierda.

Que me jodan a mi y mis pensamientos estúpidos.

Lo quiero.

-Tu también me gustas, Louis...-digo sonriendo y atrayéndolo a mi.

Porque maldita sea, lo quiero.

--XX—

El viaje de regreso es tranquilo. Louis se queda dormido sobre mi hombro y Javier al lado de
nosotros no para de hablar por celular con Nick. Liam en el asiento del copiloto está roncando.
Yo solo me concentro en las respiraciones de Louis. Me tranquiliza saber que está ahí, que se
encuentra conmigo, a mi lado.

Media hora de camino después la reja de hierro se yergue ante nosotros y entramos al instituto.
Todo se ve sumido en las penumbras, la luz del sol se desvanece tras las nubes. Al bajar mis
amigos corren dentro para arreglarse, Louis me toma de la mano y caminamos sin prisa a mi
habitación. Todos corren de un lado a otro entre disfraces brillantes y obscuros, todos tratan de
arreglarse lo mejor posible. Pero eso me sorprende hasta que Louis me aclara que todas las
fiestas que da el instituto son las más esperadas por todos en Londres.

Sí, es un maldito reformatorio que sabe divertirse.

Louis abre la puerta de mi habitación y al entrar, sobre la cama están nuestros disfraces. Y juro
por Dios que no estaban allí antes.

Antes de que pueda formular la pregunta Louis ve mi cara de confusión y responde.- Vine a
buscarte por la mañana pero me dijeron que ya estaban en el bar. Dejé las cosas y tomé el taxi
siguiente, me quedé hablando con Nick fuera hasta que Niall y Josh salieron y fui por ti.

-¿Nick está en Londres?

-Obviamente, nunca se perdería una fiesta... y pensé que tú lo conocías mejor que yo.

-Idiota.

-Calla, Harry. Tenemos que ir a bañarnos, toma tus cosas. Y préstame unos boxers...

-Eso es anti-higiénico.

-Bien- dice al momento que se quita la ropa, toda.- Entonces no usaré boxers.
Sale de la habitación sin importarle una mierda nada. Escucho los chiflidos y risas de los chicos
en el pasillo, tomo mis cosas rápidamente y salgo tras él.

Camina con elegancia y porte, como si estar desnudo frente a todos fuera algo natural. Su trasero
se mueve de un lado a otro frente a mi y seguiría perdido en mi mundo su Zayn no sonriera hacia
mi, con sus ojos negros diciéndome algo profundo que no logro entender. Y ahí está Christopher,
viéndole como seguramente le ha visto infinidad de veces, con sus ojos vacíos brillantes por el
deseo de verlo. Su lengua sale para lamer sus labios y morderlos con sus dientes. En su cabeza,
decorando su cabello rosa se encuentran unas orejas de gato con diamantina, brillantes y
doradas como el sol, su cara tiene los dibujos -muy bien hechos- de un jaguar y sus bigotes de
felino se mueven a la vez que le sonríe a MI MALDITO NOVIO.

Me congelo en el pasillo, mientras todos a mi alrededor sonríen y gritan estúpidos cumplidos


como parte de una broma, mientras otros redan los ojos y se alejan para ir a los taxis que los
llevaran al bar. Yo me congelo porque Louis nota que él le mira y solo sonríe, como el idiota que
es.

Paso a su lado sin siquiera verlo de nuevo y bajo las escaleras rápidamente. Llego al pasillo y de
ahí tomo mi camino a las duchas. Lo olvido todo, Louis es un jugador, y si ese es su juego yo no
me voy a meter. Yo podría hacer lo mismo si fuera él, así es Louis. No puedo ni quiero cambiarlo.

Entro a la habitación y el vapor de las duchas anteriores se está evaporando. Dejo mis cosas en
la repisa y entro en uno de los cubículos, el agua caliente tarda en salir y cuando me meto bajo
ella la puerta a mi espalda se abre.

Y un cuerpo caliente me abraza.

Y antes de que siquiera pueda sonreír noto el tamaño de sus manos. Y después de eso escucho
su voz.

-¿Estabas celoso hace un rato, Harry?

La voz de Zayn me pone los bellos de punta. Me tiene abrazado de la cintura y su aliento me
pega de lleno en la espalda desnuda.

-¿Qué haces aquí?- pregunto sin moverme. No quiero voltearme para que me vea desnudo por
completo y no me muevo para no restregarme contra él.

Esto es demasiado. Se ha pasado, las miradas y las sonrisas son una cosa pero esto...

-Te seguí... y quería tomar una ducha.

-Puedes tomar una ducha en otra cabina, Zayn.

-Sí, pero eso no es tan divertido.

Una de sus brazos toma los míos y ahora no puedo moverme, en realidad no puedo hacerlo.

-¡Esto es acoso, maldito idiota!-grito.

-Relájate Harry, Louis y yo estamos acostumbrados a compartir las cosas...

No me da tiempo de pensar en un insulto, un golpe o siquiera respirar. Caigo sobre Zayn cuando
algo nos hace salir disparados hacia atrás.

Louis me toma de la muleca con fuerza y me pone tras él entregándome una toalla para taparme
–y lo hago rápidamente-.

-¿Qué mierda, Zayn?-pregunta en voz baja, casi un susurro mientras su enojo va en aumento.-
Esto no estaba en los maldito planes. Él no es parte de esto.

-Vamos Louis, es solamente un chico...- sus ojos vuelven a mi.- Un chico realmente hermoso.
La espalda de Louis se tensa y cuando Zayn vuelve a estar de pie y camina hacia nosotros, Louis
da la vuelta, siempre mirándole mientras me jala consigo tras su espalda.

-Si no es hoy, Harry... habrá otros días cuando necesitarás de alguien. Y Louis no será una
opción.

Me guiña un ojo y sale por la puerta, silbando una melodía de The Ramones. Y yo me pongo a
temblar.

Por los celos estúpidos hacia Christopher, porque Zayn es un idiota monumental pero su voz
causó estragos en mi y porque Louis está conmigo.

-¿Estas bien?- pregunta cuando da la vuelta y me mira de frente.- ¿Te hizo algo? ¿Te tocó?

-¡No! No, Dios no, no lo hizo. Solo se metió a la ducha y me abrazó pero no... no me tocó.

Tiene los ojos como el mar después de una tormenta, fríos y turbios. Mira cada rincón de mi
rostro, sus ojos viajan a toda velocidad entre mi cara y mi cuerpo semidesnudo.

-¿Terminaste de bañarte?

-No.

-Pues vamos.

Toma mi mano y camina dentro de la cabina. Los dos, desnudos bajo el agua caliente.

Sus manos suben por mis brazos empapados y vaporosos hasta llegar a mis hombros y le veo
acercarse lentamente, sus labios besan mi cuello con cuidado y mis manos van a sus caderas.
Sus labios rozan cada centímetro hasta mis hombros y siento como sus labios muerden mi piel.
Muevo mis manos sobre su espalda y le abrazo con fuerza cuando él hace la misma acción y me
lleva contra la pared. Sus labios viajan hasta mi barbilla su lengua hace un camino caliente hasta
mis labios. Y cuando me besa su cuerpo se junta con el mío y fricción hace su magia.

Nuestros miembros chocan entre si y tomo el labio inferior de mi novio con mis dientes. Una de
mis piernas sube hacia su espalda y los dos gemimos sobre los labios del otro.

Tomo su cabello entre mis dedos –como me gusta hacerlo siempre que me besa- y suspiro sobre
sus labios. Al igual que el gime sobre los míos.

Nos quedamos sin aire y nos separamos. Sonriendo, como dos estúpidos al vernos a los ojos y
notar nuestros rostros sonrojados.

-Eres... malditamente hermoso.

-Te quiero, Louis.

Y ahí está.

Su maldita sonrisa.

Su cabeza cae un poco al lado derecho y mientras me toma de las manos para volver bajo el
agua me responde, con su típica sonrisa:

-Lo sé.
--XX—

Al terminar de bañarnos salimos al pasillo y los chicos ya están abordando los taxis. Todos riendo
y sonriendo, gritando y cantando a gritos.

Subimos las escaleras y entramos a mi habitación. Al momento en que cierro la puerta puedo ver
a Louis tirar su toalla en el suelo y dejar su escultural cuerpo a la vista. Me muerdo el labio sin
pensarlo, y me sonrojo pero no aparto la vista.

No puedo.

-¿Admirando el paisaje?- brome Louis al verme.

-Tal vez...

-Solo espero que sepas que... también puedes tocar.

Sonrió de lado y me acerco a él, me pongo a su espalda y toco donde su columna vertebral se
marca.

-¿Puedo tocar aquí?- pregunto en un susurro en su oreja mientras mis dado hacen su camino
hacia su trasero, lentamente.- ¿Y aquí?

Las yemas de mis manos lo acarician lentamente pero antes de llegar a mi destino curvo en su
cadera y le abrazo el abdomen. Mis labios van a la parte trasera de su oreja y le beso.

Bajo mi mano despacio hacia su pelvis y cuando llego a su miembro lo rozo, solo eso. Su espalda
se tensa y escucho su respiración, lenta.

-Har...

Pero antes de que pueda decir algo me alejo de él y rodeo la cama. Tomo mi ropa interior y me la
pongo sin verlo. Cuando junto el valor necesario le miro y sus labios están abiertos, sus ojos
incrédulos me observan y su pecho sube y baja lentamente.

-¿Qué pasa, Louis?

-Eres un cabrón, Styles.

Sonrió al tomar el disfraz y ponérmelo.- Aprendí del mejor.

**
Al final Louis se viste de soldado y yo de ángel. Javier me consiguió las alas en una tienda de
disfraces a la que fuimos cuando ya estaba acabando el tiempo para que regresáramos al
instituto.

Lo único malo era que el disfraz solo constaba de un pantalón blanco muy pegado al cuerpo y
una camisa blanca con los lados recortados, dejando mis costados el aire. Las alas blancas son
enormes pero me dan un aspecto más estilizado.

Louis sigue mirándome mientras bajamos las escaleras. Aunque no es que yo pueda dejar de
verle a él. Solo tiene los pantalones militares con las botas y el pecho y abdomen está pintado
con tinta verde y negra.

Sus músculos resaltan y su cabello se encuentra revuelto, viendo hacia todos los puntos
cardinales. No puedo dejar de verlo, nunca puedo dejar de hacerlo.

Siempre necesito más de él.

Somos los últimos en el instituto junto con Javier y un chico al que no conozco pero los cuatro
abordamos el taxi. Javier ve vestido de vampiro y no es como esos disfraces aniñados que se
usan en Halloween. El chico sabe cómo resaltar su cuerpo, se ha puesto algunos aretes en la
oreja y no puedo evitar el compararlo con el Drácula de Van Helsing.

-Que guapo te ves, Javier - le dice Louis cuando el taxi se pone en marcha.- ¿Preparado para
chpar algunas... venas esta noche?- y su sonrisa descarada sale a la luz.

-Oh... Yo...y-yo...- Javier se sonroja y voltea la mirada.

-Seguro que Nick se volverá loco esta noche. Escuché que tiene un fetiche por los hombres que
chupan cosas...
Me atoro con la saliva al reírme de la cara de mi amigo. Javier está rojo y con la boca abierta
mientras Louis y yo nos reímos.

-Par de idiotas...- susurra enojado.

**

Una hora después entramos a Londres y no acercamos al centro donde está el bar. Los chicos
con disfraces resaltan en las calles, todos sonriendo, tomando fotografías y corriendo mientras
gritan y tratan de escapar de sus amigos.

Fuera del bar están mis amigos y algunos otros chicos, aunque no muchos.

Bajamos del taxi y Louis me toma de la mano con fuerza. Niall y Josh se adentran mientras el
irlandés sonríe como un loco y da pequeños saltos. Javier se ruboriza cuando Nick llega en su
flamante Jaguar y yo sonrío ante la escena.

Cuando todos entran al bar, Louis y yo nos quedamos solos y antes de entrar, como si fuera una
necesidad me da un beso en la frente y después lo labios, con cuidado y mucha calma.

-¿Vamos?-pregunta sonriendo.

-Vamos...
Entramos y las luces de colores nos dan de lleno en la cara. Más de doscientas personas se
agrupan a los alrededores haciendo casi imposible el caminar, pero Louis me lleva con el sin
soltar mi mano ni un solo momento.

Mientras atravesamos la pista hacia la mesa que se nos ha reservado me tocan el trasero unas
diez veces hasta que dejo de contarlas. Sigo mi camino sin molestarme en voltear, Louis aumenta
la velocidad y le sigo tratando de no caer, cuando llegamos a las escaleras las subimos
rápidamente y nos sentamos en la mesa más alejada y grande, junto con nuestros amigos.
Aunque es una sorpresa enorme que en la misma mesa se encuentren Zayn y Christopher. Y
Louis aún se encuentra tenso por lo sucedido en la tarde. Le beso en el hombro para tratar de
calmarlo y que no empiece una de sus estúpidas peleas.

Nos sentamos junto a Javier y Nick. Mi más viejo amigo me sonríe mientras intenta esquivar los
rechazos de Javier, rechazos que no son muy decididos.

Al llegar Liam y Danielle la mesa se llena. Y las pláticas se vuelven más fuertes conforme la
música va en acenso.

-¡Harry!-grita Nick.-Vamos por unos tragos.

Asiento y nos levantamos para volver a pasar la pista.

Bajamos las escaleras y nos tomamos las manos mientras esquivar los cuerpos en la pista. Veo
cientos de disfraces diferentes y unos de una temática parecida. Todos bailan y otros brindan y al
llegar al bar Nick pide dos chupitos para nosotros. Los tomamos de un solo trago cuando los
ponen frente a nosotros y después pedimos una ronda para todos en la mesa.

Regresamos a los palcos y tomo mi lugar al lado de Louis.

-¿Quieres bailar?- pregunta en mi oído.


-Vamos...

Vamos a la pista y encontramos un lugar entre todos esos cuerpos sudados y pintados. Boneless
de Steve Aoki suena por los parlantes y no sé muy bien cómo bailar pero Louis hace el trabajo
por mi. Se pone a mi espalda y toma mi cintura con sus manos, su cuerpo se pega al mio y nos
balanceamos de un lado al otro mientras mi cabeza cae en su hombro. Sus labios me besan la
piel descubierta y nuestras manos juegan en el aire, no dejamos de tocarnos por lo que dura la
canción y al abrir los ojos veo a mis amigos a nuestro alrededor, bailando con sus respectivas
parejas.

Liam abraza a Danielle por la cintura y más que bailar se besan mientras sonríen. Javier y Nick se
encuentran hablando mientras los dos sonríen y Niall y Josh están más que perdidos en su
abrazo-beso-platica.

Pasan las horas mientras reímos y bailamos. Tomamos más de lo que nuestros cuerpos aceptan
y entonces empiezan los retos en el Karaoke.

Un chico que reconozco del instituto como Jason sube a la plataforma y un chico con traje de
marino le sigue. Entre gritos y burlas por todos empiezan a cantar Just one yesterday de Fallo ut
boy.

Pasan tres minutos y gana el chico vestido de marino y sube otra pareja. Cuando pasa unos diez
minutos Louis me carga en su hombro y camina hacia la plataforma.

Sé lo que quiere pero no, no cantaré ¡Qué vergüenza!

Cuando mis pies tocan el suelo estoy frente a cientos de personas con sonrisas, cámaras y
alzando sus copas hacia el escenario.

Y entonces está mi rival. Christopher Hilton sube al escenario con toda y su gracia natural.
Me sonríe como si fuésemos los mejores amigos y toma su lugar mientras la canción que ha
elegido suena en los parlantes.

-Know I’ve done wrong, left your heart torn, Is that what devils do?

Love me again de John Newman resuena en las bocinas y la mirada y sonrisa de Christopher
están puestos en Louis, que tiene el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho desnudo.

-Took yoy so long, where only fools go, I shook the angel in you...

Toma el micrófono en una mano y empieza a hacer una verdadera actuación, llamando la
atención del público en general. Louis da una media sonrisa y una de sus cejas sube, mirándolo
con diversión.

-Now I’m rising from the ground, rising up to you...

Canta como si un verdadero ángel estuviera poseyendo su cuerpo y el diablo manejara su


cuerpo. Sus movimientos, sus facciones, el manejo del público.

-I need to know now, know now... Louis, Can you love me again?

Y ese es el fin de Christopher Hilton y su actuación de mierda. Tomo el micrófono y me acerco al


D.J. No sé si es el alcohol el que me da el coraje pero antes de que siga cantando paro la música
y pongo una canción de mi gusto.

¿Quieres guerra? Tengo ganas de pelear.

La música suena y entes de empezar a cantar veo a Christopher, tratando de matarme con la
mirada.
-Say my name and his in the same breath, I dare you to say they taste the same... Let the leaves
fall off in the summer and let December glow in flames.

Mi mirada se posa en Louis que ahora me sonríe como si estuviera viendo la escena más
divertida de su vida. Y no aparto la mirada mientras sigo.

-Erase myself and let go, start it over again in Mexico... These Friends don’t love you, they just
love the hotel suits, now I don’t care what you think as long as it’s about ME.

Todos empiezan a saltar mientras yo tomo el valor para ir de un lado a otro en el escenario y me
apodero de la canción. Me gritan y cantan conmigo, más de doscientas personas gritan mi
nombre y cantan conmigo.

-The best of us can find happiness in misery...

Termino la canción sudado y con la camisa blanca pegada al cuerpo. Las alas se han desplegado
un poco y me siento superior, como si en verdad fuese un ángel que tiene el poder de controlarlos
a todos.

Pero mi atención solo la tiene Louis que tiene los brazos por detrás de su nuca, sonriéndome y
viéndome con esa mirada tan misteriosa que hace cuando quiere algo.

El público se vuelve loco y cuando el D.J pregunta quién es el ganador escucho en coro mi
nombre. Todo gritan una y otra vez mi nombre, sin siquiera pensar en el de Chris. Y sonrió,
porque...

-No siempre se puede ganar, Chris.- digo en el micrófono mientras le veo a los ojos y le guiño.
**

Estoy en el abr esperando a que Louis regrese del sanitario. El bar-tender me sirve una piña
colada con mucho alcohol y frente a mi se sienta un chico con un disfraz de Beetlejuice. Su
cabello rubio está teñido de las puntas de color verde, y tiene una perforación en la nariz y una
expansión negra. Por el cuello puedo ver un tatuaje de dragón en tinta negra y tiene una hermosa
sonrisa.

-Hola.

-Hola...

-Mi nombre es Jasper.- me informa a la vez que extiende su mano hacia mi.

-Harry.-respondo a su saludo y me sonrojo cuando sonríe. Pero vamos, yo siempre me sonrojo.

-Has acabado con ese chico hace un rato, creo que no está acostumbrado a perder.

-No, Christopher Hilton no puede manejar el rechazo.

Sonreímos aun más y pedimos na ronda de mojitos. Vamos, el chico es muy guapo pero yo solo
puedo pensar en Louis Tomlinson.

-En verdad... eres un chico realmente guapo, Harry. El traje de ángel te queda a la medida- una
de sus manos va a mi cabeza y quita un riso rebelde de mi frente.- Eres por mucho el chico más
guapo al que he visto hoy.

-Gracias... yo... amm, gracias.


No sé si es el alcohol o soy yo que no estoy funcionando bien pero mi cuerpo deja de reaccionar
cuando mis labios son atrapados por los de él.

Está bien. Esto no está nada bien.

Trato de quitarlo de mi boca pero como ya es normal este día Louis aparece antes de que yo
pueda hacer algo.

-¡Maldita sea!-grita agarrando al chico por la nuca- ¿Acaso tengo que tatuarle a mi maldito novio:
Propiedad de Louis Tomlinson? ¿Es que nadie sabe que no me gusta que toquen lo que es mío?

Me quedo sin palabras cuando le da un rodillazo en el estómago a Jasper y lo lleva lejos de la


barra, no sin antes darme una de sus miradas de: corre mientras puedas.

-Que novio tan imbécil te cargas.

La voz de una chica a mi espalda me saca de mis pensamientos.

-¿Disculpa?

Viste un vestido negro con las medias más rotas que he visto en una chica y unas botas de
plataforma negras. Su cabello es azul y tiene expansiones.

-Que tu novio es un idiota. No necesitaba golpear a ese chico, Dios, eres guapo, seguro tiene que
cargar con esa mierda todo el tiempo.

-Él no es así...

-Vamos, es Louis Tomlinson de quien hablamos- responde rodando los ojos.- Es un hijo de puta
declarado.

Frunzo en ceño, no porque me enoje lo que la chica diga –ya que es verdad-, lo hago porque ¿De
dónde lo conoce ella?

-¿Conoces a Louis?

-Claro que lo conozco.- responde mientras tiende su mano y toma la mía.-Me llama Charlotte,
Charlotté Johnson pero puedes decirme Char.

-Harry, Harry Styles.- respondo mientras le sonrío.

-Un gusto.

Una mano conocida se posa en mi cintura y me abraza con fuerza pegándome a su cuerpo.

-¿Qué putas haces aquí, Char?-gruñe Louis.

-Pues, me dijeron que se celebraría una fiesta y viene.- responde ella, pero algo me dice que
Louis no es de su agrado.

-Tú vives en Doncaster...

-Fuimos invitadas, ¿Vale? Por un amigo tuyo...-contesta mientras busca con la mirada a alguien.-
Ah, mira, es él. Christian algo... no importa, el chico le habló a Ele y...

-¿Ella está aquí?


¿Ella?

-No, no quiero interferir en tu vida pero, por Dios que necesitaba alejarme de su drama. Y ¿Por
qué no una fiesta en Londres?

-No deberías estar aquí.

-Pero lo estoy, acéptalo. Mira Louis, ni a mi me importa tu mierda ni a ti la mía.

Vaya que puedo sentir la antipatía de los dos al estar cerca. Pero de alguna manera esa chica me
agrada.

-En fin, he conocido a tu novio Harry y déjame decirte que eres una mierda enorme pero el chico
está enamorado de ti y no se puede hacer nada. Pero si le haces algo a él... bueno, el castigo se
pondrá solo cuando lo pierdas.

Los dos se sonríen mutuamente pero no es alegre. Más bien solo es una sonrisa falsa.

-Piérdete, Char.

La chica se acerca a mi y me toma de las manos.- De ninguna jodida manera. Ve por unos tragos,
Louis. Yo voy a bailar con Harry.

Y esta vez no es el alcohol el que me mueve. Soy yo tratando de alejarme de Louis y todo el
drama de la fiesta.

Me alejo con su mirada calándome en la espalda.

Sé que está enojado.


Quiere que regrese.

Me exige que vuelva.

Pero esta noche, todo lo que debería hacer no importa.

Porque esta noche soy más que un chico.

Soy Harry Styles.

Y es hora de creer que soy algo más.

=================

Capítulo XVI: "Cuenta regresiva"

“Cuenta regresiva”

Y entonces noviembre llegó.

La cama se remueve a mi lado y veo el cabello azul de Char. Tiene la boca abierta y la nariz
arrugada, el ceño fruncido y suelta una que otra incoherencia cada dos o tres segundos. Aunque
es muy simpática anoche bebió más de lo normal y le pedí a Madame Dur que la dejara quedarse
en mihabitación porque... era una invitada de Cristopher, así que tenía que dormir en el instituto y
ella no quería a ir a ninguna otra habitación.
Así que entre maldiciones y gestos por parte de Louis cargamos con ella hasta dejarla en mi
cama y verla dormir al momento en que su cabeza tocó la almohada.

Me levanto con cuidado para no despertarla y me cubro con la sudadera de Louis, me calzo las
pantuflas y salgo de la habitación.

Fuera no hay nadie y tal vez sea porque no hay mucho que hacer un sábado por la mañana
mientras se tiene resaca.

Bajo las escaleras con calma mientras me peino el cabello con las manos. Cuando llego al primer
piso camino hacia la cafetería y solo hay dos chicos sentados en distintas mesas con algo muy
parecido a café o chocolate caliente en las manos y pan en un plato. Uno de ellos tiene los ojos
cerrados y el otro no parece poder estás en pie por mucho tiempo.

Sigo mi camino a los baños y al entrar corro a los lavabos. El espejo me refleja la imagen de un
chico acabado. Tengo ojeras de color morado bajo los ojos, los labios rosas tienen algunas
heridas por los besos de Louis y mi piel parece que ha perdido dos tonos. El cabello se me alza
en todas las direcciones en que puede hacerlo y en pijama parece que me he escapado de una
casa de la risa.

Me lavo la cara con agua fría y me tomo el cabello con una liga. No sé cómo ha crecido tanto pero
no me molestaré en cortarlo, tal vez un cambio de imagen me ayude a avanzar y dejar todo lo que
no necesito –como la estupidez de mi padre- atrás.

Una vez que me limpio salgo de los baños y voy a la cafetería. Tomo dos cafés y dos chocolates
calientes, dos piezas de pan y después de desearle un buen día a la señora tres la barra me dirijo
nuevamente a mi habitación.

*
Char sigue dormida, dejo el desayuno sobre el escritorio y al estirar la mano veo la llave de la
habitación de Louis que me ha decorado como una pulsera y que solo he utilizado una vez. Tal
vez pueda ir con él y quitarme la duda que me carcome la cabeza desde la noche anterior.

Cuando la mencionaron a “Ella”, ni Louis ni Char me dieron una explicación.

Así que sin hacer ruido salgo del cuarto y tomo camino al de Louis. Las escaleras están vacías y
no rechisto en el momento de meter la llave a la cerradura y entrar.

Todo está obscuro, en completa calma. Estiro los brazos y camino a pasos lentos para no
tropezar con nada hasta que toco la cama y la rodeo guiándome por el colchón. Cuando llego a la
cabecera siento el cabello de Louis disperso por la almohada y mi vista ya se ha acostumbrado a
la obscuridad así que distingo su cara.

Tiene los ojos cerrados y la boca un poco abierta, suaves ronquidos salen desde su garganta y
mueve un poco el cuerpo por el sueño. Pero yo no me detengo, he venido para hablar, y no me
importa despertarle.

-Lou...- digo sobre su oreja.- Lou, despierta.

Pero mi novio no se mueve, no reacciona a mi voz.

-¡Louis!

Retrocedo en el momento en el que Louis despierta y salta en la cama, su rostro va de un lado a


otro y sus brazos están en posición de defensa, preparado para golpear a quien sea que esté en
la habitación.

-¡¿Qué?!-grita a nadie en particular.

-Louis... soy Harry...


Escucho las sabanas siendo retiradas de su cuerpo y se hace la luz. La lámpara fluorescente
sobre su mesa de noche lanza un brillo amarillo y sus ojos se ven de un azul obscuro, casi
pueden verse verdes.

-Maldita sea, Harry, me has dado un susto de la mierda. Ven aquí.- abre un espacio en la cama y
me acurruco en su pecho.- ¿Qué haces aquí de todos modos?

-Quería hablar contigo.

-Sobre...

-La chica que mencionaron anoche tú y Char.

Su mano derecha viaja por mi pecho hasta mi cadera y me atrae hacia él, quedando abrazados y
con mi cabeza bajo su barbilla.

-¿Qué es lo que quieres saber de ella?

-Pues, solo quiero saber quién es y porque estabas tan nervioso cuando la mencionaron.

La habitación se queda en silencio por algunos segundos y aunque no me importa estar así, en
silencio con Louis a mi lado, vine por respuestas. Tal vez no las necesite, pero las quiero.

-O puedes empezar por decirme como es que conoces a Char... y porque tanta tensión entre
ustedes.

Las manos de Louis vagan por mi cuerpo, una en mi cadera y mis costados y la otra en mi
cabello, siento su respiración y sus latidos en aumento.
-Bien, pero promete que todo lo que diga lo dejaras en el pasado. Ya nada de eso importa, ¿Está
bien?

-Lo prometo.

-Bien. Char y yo nos conocimos en una fiesta hace unos tres años o más. No pudimos congeniar,
ella y yo somos demasiado parecidos como para no tener esa rivalidad inminente, queremos ser
mejor que el otro, tener mejores cosas que el otro, ya sabes, la supremacía del más fuerte. Pero,
cuando empecé mi relación con Eleanor todo cambió entre nosotros, ya no solo era la rivalidad
sino lo celos. Ellas son primas y yo le quitaba el tiempo de convivencia con Eleanor, o eso era lo
que ella creía, porque como ya te lo dije, Eleanor y yo siempre estábamos alejados y nos veíamos
muy pocas veces para satisfacer nuestras... necesidades.

Eso no podía negarlo, Louis y Char eran tan parecidos en el carácter y hasta en su forma de
vestir.

-Y cuando dejé a Eleanor por Christopher todo fue peor. Eleanor lo olvidó pero a Char no le
pareció el que yo hubiera engañado a su prima y estas tonterías.

-¿Y te odia por eso?-pregunto curioso.

Una risa se escapa de su garganta, una burla.- La verdad es que me odia más por haber besado
a su exnovia en una fiesta frente a ella. Pero solucionamos eso cuando ella se metió con uno de
mis mejores amigos y después con una chica a la que había querido... amm... complacer... hacía
mucho.

-¿Char es bisexual?

-Char es una zorra. Y no discrimina géneros.

Antes de que pueda preguntar algo más hace un movimiento y ahora tengo su rostro frente a mi.
-Ya me cansé de hablar- me dice son una sonrisa.- Hay que darle un mejor uso a tus labios.

Sus labios toman los míos, cierro los ojos porque, como dicen, las mejores cosas de la vida no se
ven, solo pasan.

Nuestros labios se acopian, sus manos suben por mi cuerpo hasta mi cuello, acariciándome y
provocando en mi cuerpo sensaciones que solo Louis puede causar en mi. Mi pecho sube y baja
por la excitación y cuando los besos van a mi cuello siento mi miembro despertar. Y Louis lo
siente también, porque sonríe sobre mis labios y su mano izquierda va de mi cuello a mi pelvis.

Su mano se mete bajo mi pijama y ropa interior y su tacto me provoca un gemido, me siento como
un idiota pero su tacto es reconfortante y excitante.

-Harry, irás a casa de mis padres, ¿Verdad?-pregunta mientras su mano recorre mi miembro.

No puedo pensar con claridad, abro los ojos para regresar a la realidad pero los ojos negros de
Louis me dan un golpe. Está tan cerca, puedo ver detalladamente cada una de sus facciones,
pero no es que necesite verlo, podría hacer un dibujo a ciegas y sabría exactamente donde
colocar cada una de sus curvas y líneas, cada ángulo, mancha, pestaña, ceja. La forma de sus
labios, sus expresiones.

-Sí- logro expresar entre mis respiraciones fallidas, sus movimientos se vuelven más fuertes y las
palabras son remplazadas por gemidos a la hora de habalr.- Si-i, maldit-ta sea, iré contigo a
donde vayas, siempre.

Y me besa, sonriendo sobre mis labios.

Y yo tengo el mejor orgasmo de mi vida, ahí, en su cama, donde pertenezco.


--xx--

Char y yo desayunamos en mi cuarto. Louis se rehusó totalmente a acompañarnos pero no es


como que importe mucho. Siempre puedo estar con él y Char es una chica encantadora –aunque
un poco burlista, depravada y no conoce el espacio personal- igual que Louis.

Mi celular suena en el escritorio, el tono de llamada es el de mi madre y no tengo muchas ganas


de contestar, aún menos cuando mi padre le ha quitado el celular a Anne y no tiene nada bueno
que decir.

-¿No vas a contestar?-pregunta Char desde la cama.

-No.

-¿Por qué?

-Porque quien llama es mi padre, y no quiero escucharlo insultarme de nuevo.

-Y te insulta porque...

-Soy gay.

-Y eso es un problema porque...


-Porque ser gay es una enfermedad. Eso es lo que él piensa.

La veo levantarse de la cama y venir hacia mi. Toma el celular del escritorio y se lleva el aparato
a la oreja.

-¿Hola?...Si, es el celular de Harry...aja, está en la escuela... si, soy una chica...-rueda los ojos y
frunce el ceño- Señor, me veo en la necesidad de preguntarle muy seriamente si está estúpido o
si sufre de alguna enfermedad en el cerebro que no lo deja pensar con claridad... si, una chica,
una chica, si... con pechos y vagina... ¿Que lo he insultado?... por Dios, no lo entiendo, su hijo
gay se ha metido con una chica y usted me dice... No, que no es una broma... No, no puede
hablar ahora, está indispuesto... ¿Haciendo qué? Sería una falta de respeto decírselo pero si
insiste... estamos teniendo sex...

Se queda a la mitad de la frase, con una sonrisa muy parecida a la de Louis cuando sabe que
hizo algo estúpido pero divertido y deja el celular frente a mi.

-Creo que se ha enojado, me colgó el celular. Es un maleducado, ¿No le han enseñado como se
trata a una dama?

-No le han enseñado como se educa a un hijo, dudo mucho que sepa cómo tratar a alguien que
no piense como él.

-Que se joda.- dice sin siquiera pensarlo.

Los dos nos sonreímos. Venir a esta escuela me está dejando muchas buenas amistades, y es
algo que tengo que agradecerle a mi padre. Siquiera ha hecho algo bueno por mi este año.

**
El día pasó lento, a las cinco Char estaba abordando un taxi que la llevaría a Londres y regresaría
a Doncaster.

Niall y yo vimos películas hasta las ocho y Javier no había regresado hasta las nueve de una
salida con Nick –autorizada por Francis, el representante legal de los Grimshaw-.

**

Ahora estoy en mi habitación, preparándome para dormir aunque no tenga seño porque no tengo
nada mejor que hacer.

La puerta se abre y Louis aparece con una rosa roja en la mano y una sonrisa.

-Vamos Harry, hoy dormirás en mí habitación.

Me siento en la cama con tanta rapidez que la vista se me pone negra por el mareo y no digo
nada mientras me calzo los tenis y me pongo la sudadera de Louis –que ya está perdiendo su
olor- y lo sigo, mientras me da la flor y yo la tomo, como si fuera el mayor regalo que me pueden
hacer.

-¿Una rosa? ¿Por qué una rosa?

-Cortejarte, ¿Recuerdas? Era parte del plan, tú tenías que ser mi novio y yo tenía que cortejarte.
No voy a ir a un juicio por incumplimiento de contrato.
Salimos de la habitación y me toma de la mano. Me gustan sus manos, son un poco más
pequeñas que las mías pero son suaves y fuertes, Louis podría sostener un mundo con ellas, él
ya está sosteniendo mi mundo. Me gusta la forma de sus brazos, como sus bíceps y tríceps
siempre se marcan, me gusta verle caminar frente a mi, me gusta su cabello largo y cuando sus
manos o despeinan aún más –pero me gusta aún más cuando soy yo quien lo despeina-. No
puedo decir que es lo que me gusta más de él, su sonrisa, su cuerpo, sus ojos, su forma de ser.
El que haya dejado todo lo que tenía por mi, que me demostrara que me quería a su lado, que me
haga reír, que me proteja.

Louis Tomlinson es el chico que todos quieren.

Pero es mi chico, mío.

Ya hemos recorrido medio camino pero antes de llegar a su puerta vemos en el pasillo a Zayn.
Ahora veo esa intensidad en sus ojos negros, no es un chico que deja lo que quiere porque no le
permiten tenerlo, me mira directo a los ojos con esa sonrisa que derrite a cualquiera que lo vea- y
yo no puedo excluirme-.

Louis le ve, puedo ver su espalda tensarse y su mano toma la mía con algo de fuerza. Pasamos a
velocidad por la puerta de Zayn y no puedo evitar no verlo. El chico está semidesnudo, con el
abdomen bien marcado al descubierto y me entretengo al ver sus tatuajes, no los había notado en
las duchas, estaba un poco asustado como para prestar atención. El cabello negro le cae por un
lado y puedo ver una parte de su nuca rapada. Se ha rapado el cabello y su mirada misteriosa, su
cuerpo, su gesto cuando me guiña el ojo, su sonrisa al verlo entrar a la habitación.

Maldito sea el demonio que creó a Zayn Malik. Maldigo a su descendencia, maldigo a su madre, a
su padre, a sus abuelos, los maldigo porque aunque el chico sea un idiota monumental... no
puedo apartar mi mirada de él.

Al final llegamos a la habitación de Louis y nos encerramos con llave.

Trato de dar un paso hacia la cama pero su mano aun no deja la mía y me atrae hacia él con
fuerza. La rosa cae de mi mano y tengo que tomarle por los hombros para no perder el equilibrio.
Me abraza por la cintura y su mano izquierda va a mi nuca pero no hace nada, solo se queda ahí,
viéndome a los ojos. Y claro, sonriendo.
-A donde crees que vas...

-¿A dormir...?

Sus ojos azules me envuelven. No puedo dejar de verlos, nunca tengo suficiente de él, no puedes
satisfacerte una vez que te mira de esa forma.

-Ho, no lo creo. Tú y yo vamos a tener una charla.

-¿Sobre qué?

-Pues sobre nosotros, tontito. La verdad no nos conocemos lo suficiente, vamos a tener la charla
que debimos de haber tenido hace mucho.- da un paso hacia adelante y cuando intento
retroceder da la vuelta y mi espalda golpea contra la puerta.- Por ejemplo, algo que deberías
saber sobre mi es que... Quiero hacerte el amor suavemente, dejarte demostrarte todo lo que
siento sin hablar, hacerte sentir cuan especial eres para mi. Quiero acariciarte y besar cada parte
de tu cuerpo, que no quede ni un solo espacio sin ser tocado, quiero tratarte como a un
caballero...- una de sus manos va a mi espalda y no sé con qué fuerza me levanta y tengo que
rodear su cadera con mis piernas.- Y entonces veo tu maldito rostro y toda la jodida inocencia que
quiero hacerte dejar atrás, veo tus labios rosas incitándome a besarte y tu piel tan malditamente
suave y quiero, simplemente quiero tomarte contra esta pared y hacerte gritar mi maldito nombre
hasta que te quedes sin voz, quiero que recuerdes que yo fui el primer chico con el que estuviste,
quiero tomarte con fuerza, Harry, hacerte lo que nadie ha hecho contigo.

No sé si dejé de respirar o simplemente mi cuerpo siente tantas cosas al mismo tiempo que no
puedo manejar mis emociones, ni respirar, ni pensar, ni sentir algo más allá de mi maldito corazón
latiendo con fuerza.

Sus ojos tan azules como el mar, maldita sea, Louis me vuelve loco, siempre lo ha hecho, desde
el primer día que lo vi en la cafetería, desde que Javier me advirtió que no me acercara a él, me
atrae desde antes de saber de su existencia. Es el chico con el que soñé desde que me descubrí
a mi mismo.
Es todo lo que pude haber pedido.

-Una cosa sobre mi que no sabes...-contesto sin dejar de verlo, con la garganta temblando y la
voz un poco rota por mis emociones.- Es que necesito que me necesites.

Su sonrisa desaparece lentamente, su abrazo se vuelve más fuerte y su respiración es pesada.


Me mira como nunca me ha mirado, hay algo nuevo, algo especial.

-Te necesito, Harry. Para ser sincero no sé cuando empecé a necesitarte pero es así. Yo, te
quiero, en verdad lo hago.

-Bien, porque yo te quiero a ti.

Me toma entre sus brazos y hace el camino hacia la cama. Cuando mi cuerpo toca el colchón el
no se mueve de sobre mi cuerpo y nos quedamos así, el sobre mi, manteniendo su peso en sus
brazos y yo abrazándole por la nuca, tomando su cabello en mis manos.

-Desearía ser un mejor yo, para ti.

Una sonrisa lenta se abre paso en mi cara. No sé qué hice en otra vida para merecerlo.

-No puedes ser mejor de lo que ya eres.

-¿Sabes lo primero que pensé cunado te vi en la cafería?-pregunta, y sonríe.- Lo que pensé al


verte fue: Maldita sea, quiero ser el responsable de su próximo orgasmo.

-Estúpido.
¿Qué puedo decir? Louis Tomlinson es un idiota declarado pero lo quiero. Es todo lo que quiero.

-¿Hay algo más que tenga que saber sobre ti?- pregunto sonriendo, mientras atraigo su rostro al
mío.

-No, no por el momento... no por ahora.- Su rostro está cerca, sus labios sobre los míos.- Solo
recuerda que te quiero.

Y lo beso.

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Capítulo XVII: "Hola Diciembre, Hola Problemas"

“Hola Diciembre, Hola Problemas”

Noviembre pasó rápido, entre exámenes, proyectos y sonrisas por parte de Louis. Todo a mi
alrededor se llenó de tensión, ansias, falta de sueño y mala alimentación.

Pero los exámenes finales me quitaban tiempo y me estaban succionando la vida. Eso hasta que
Liam se ofreció a ser mi tutor.
Ahora sé que quiero a Liam como amigo y no como un profesor gruñón y gritón. Pero era mejor
cuando Niall estudiaba con nosotros, tratando de entender de algebra lineal y yo matándome por
entender francés tan fluido como Liam o como Madame Dur exigía.

El mes fue obscuro, pero pasó rápido, pasó entre miles de emociones.

Y yo pasé mis exámenes. Absolutamente todos con un promedio más que aceptable.

Pero el veintiocho de noviembre, cuando mi vida ya estaba volviendo a la normalidad y dormía en


el día como si fuese a invernar- y Louis no salía de mi habitación aunque ni siquiera pudiera estar
consiente- mi padre llamó a mi celular a la media noche mientras mi novio y yo nos estábamos
poniendo un poco más amistosos.

-Harry- su voz sonaba estrangulada- tu madre y yo... lo hablamos y, si, olvida lo que dije. Tienes
que venir a casa para navidad. Mandaré un permiso formado para que te dejen salir cando
comiencen tus vacaciones y dinero para el avión, solo recuerda que la conversación que tuvimos
antes... tu madre no debe enterarse. ¿Entiendes?

Pero claro que no iría, me había dado lo que más me preocupaba antes. Ahora tenía el permiso
de mi padre para salir de la escuela y dinero para poder volar a Doncaster.

Así que noviembre había sido de todo, pero había sido para bien.

**

El calor me despierta de golpe, estoy sudando y se supone que el aire frío de diciembre no
permitiría eso. Una mano me toma la cintura con tanta fuerza que tengo que tomar grandes
bocanadas de aire y una pierna tiene de rehén a la mía.

El cabello me tapa la vista pero no hay mucho que ver. La habitación de Louis siempre está en
penumbras, como si no quisiera o aceptara que allá afuera brilla el sol.
Me muevo lentamente, no quiero despertarle, es temprano, las clases acabaron hace una
semana, el instituto está casi vacío. Pero tengo que ir a desayunar con Niall, se irá en dos días y
no puedo permitirme el no estar con él lo más que pueda.

Salgo de la cama después de pelear con el fuerte abrazo de Louis y tomo mis zapatos a ciegas
para calzármelos.

Tengo que salir con cuidado, mi vista se acostumbra lentamente a la obscuridad pero aun así es
difícil caminar. Cuando toco la puerta y la abro con cuidado salgo lentamente cerrándola mi
espalda. Los pasillos están vacíos, ningún ruido perturba la paz, el sol se encuentra nítido y entra
pesadamente por las ventanas. El suelo de mármol marca mis pisadas por la prisa que tengo al
correr del tercer al primer piso.

Me cabello es un asco, la pijama me queda grande y la sudadera de Louis está arrugada. Siento
la baba seca en la mejilla y antes de entrar a la cafetería voy a lavarme el rostro.

Frente al espejo el chico que me recibe no es el mismo que se reflejaba en octubre. Mi cabello se
encuentra tan largo que puedo hacerle una coleta pequeña, mis músculos resaltan un poco
gracias a las clases de dos horas de ejercicios forzados de Josh y las horas extras que nos da a
mi y a su novio. Me siento maduro, más grande, siento que estoy cambiando.

Después de asearme entro a la cafetería y ahí están, Niall, Javier y Liam, sentados en una mesa
alejada de la puerta pero son los únicos en aquella grande estancia. Me acerco sonriendo, es
genial poder pasar tiempo con ellos, es grandioso haber encontrado a personas tan distintas y tan
buenas a su modo.

-Entonces iré a casa de mis abuelos, mi padre no está allí en navidad ni año nuevo así que será
genial.- escucho decir a Niall.- Mi madre vendrá por mí, ¡Ella vendrá de Irlanda por mi!

Me siento al lado de Javier y sigo escuchando la plática mientras tomo un café caliente y algunas
donas.
-Eso es muy bueno, Niall. Siempre es bueno ver a Maura por aquí- contesta un sonriente Liam.-
Yo iré a New York con mi familia y la de Danielle. Queremos pasar una navidad alejada de los
problemas.

El café me quema la lengua y la garganta al tomarlo pero es una sensación muy placentera.

-Yo no tengo idea de a donde iré- nos informa Javier.- Pero sea donde sea ya quiero estar ahí.

Y entonces las miradas se vuelven a mi.

-¿Y tú, Harry?-pregunta Liam.

Yo pasaré la navidad al lado de mi novio, con su familia, algo que me pone de nervios pero
espero con ansias.

-Pues... iré a casa con Louis. Me pidió que fuera con él a Doncaster y claro que no me negué.

-Pues claro que no....-se burla Niall y Javier se ríe.

-Eso es genial, Harry- me dice Liam.- Jay es un amor de mujer y Mark un hombre excepcional. No
dudo en que las gemelas te van a amar.

Sonrío porque no sé qué más hacer. Quiero conocer a la familia de Louis, ir con él y apoyarlo, me
lo ha pedido y no pienso fallarle.

-Pues, espero que no te equivoques, Liam.

**

Madame Dur ha sacado las luces navideñas del desván, algunas figaras de Santa Claus y de
hombres de nieve.

Niall se ha enredado en las luces y Josh trata de encontrar una salida de ese montón de focos
brillosos. Javier sigue limpiando las figuras y yo me encuentro –muy incómodo a decir verdad- al
lado de Christopher, tratando de averiguar donde se verán bien los adornos.

-¿Tú qué opinas, ricitos?- me pregunta mientras se muerde el labio inferior y tiene una ceja
levantada. Su cabello ya no es rosa, no había reparado en eso, una capa de verde nítido le cubre
el cabello largo. No parece que le moleste que esté ahí, junto a él tratando de decidir cómo
decorar.

-Podríamos poner a uno de los santa Claus en la entrada, y decorar el letrero con luces
brillantes... y por sobre el camino algunos bastones brillosos, ya sabes...rojo y blanco- su mirada
se dirige a mi, pareciera que en verdad me presta atención.- Y decoramos las ventanas, y la
puerta con esa cortina de luces blancas que tiene Niall... y podemos decorar uno de los árboles
que están frente al lago para que no se vea tan solo, los arbustos...

Una sonrisa lenta se abre paso en su cara.- Si, me gusta la idea... me gusta como piensas, Harry.
Si no me estorbaras en el camino con Louis me atrevería a decir que podríamos ser buenos
amigos. La verdad no me caes mal, eres un pobre chico atrapado en este instituto y con malos
ratos, tienes un pasado como todos nosotros pero está eso que odio de ti...- me da la espalda y le
sigo mientras inspecciona a los setenta chicos que quedan en el instituto mientras hacen
diferentes tareas.- Tus manos alrededor de mi Louis, maldita sea, en verdad me exaspera pero
bueno, todo cambiará muy pronto. Si terminamos sin rencores podremos ser amigos, nunca está
de más.

Su cuerpo se balancea de un lado al otro, su atuendo invernal me da algo de envidia, el negro es


un color elegante y él sabe lucirlo. Una gabardina de Calvin Klein y pantalones de mezclilla
obscura ajustados, una bufanda color carne y zapatos bien lustrados. El chico huele a vainilla,
siempre huele a vainilla.

-Bueno, ¡Escuchen todos!-grita- Harry se hará cargo de la decoración del exterior, lo que ricitos
de oro diga será lo que harán, ¿Me entienden? No quiero quejas, si él lo dice se hace.

Me quedo con la boca abierta mientras todos asienten y Christopher me sonríe y entra al instituto
con treinta de los sesenta chicos. Me ha dado autoridad, está haciendo que singan mis órdenes, y
no me ha insultado ni una sola vez.

Tal vez sea verdad y pudimos haber sido buenos amigos. Pero Louis Tomlinson es el santo grial
entre nosotros, y solo uno puede tenerlo.

Y hablando de Louis...

-Así que lo que tu ordenes es lo que tendré que hacer- se burla mientras me abraza por la
espalda. Hace frío, lo suficiente para que una sudadera te cubra pero Louis no lo siente así, no
tiene puesto más que un pantalón de pijama y una camisa interior que se le pega al cuerpo.- Tus
deseos son ordenes, Harry. Pídeme lo que quieras y te lo daré. Pídeme cualquier cosa, me
pondré en mis rodillas si es necesario.

-¿Siempre tienes que hacer alguna referencia sexual cuando hablas?

Doy media vuelta aun entre sus manos para verle a la cara.- Pues claro, nunca perderé la
oportunidad de que digas que si.

-Eres un idiota.

-Me lo has dicho antes, nada con lo que no se pueda vivir.

Su sonrisa me paraliza pero antes de siquiera pensar en besarlo una tira de focos de colores me
caen en la cara.

-Hey, tortolitos, necesitamos decorar el instituto hoy.- nos recuerda Javier.

Y empiezo a dar órdenes.

Todos se mueven de un lugar a otro, algunos decorando la entrada, otros las ventanas, algunos
entran al edificio para decorar los marcos de los pisos superiores. Y yo tomo luces y extensiones
para decorar los arboles del lago. Y Louis me sigue de cerca, pero sin ayudar en absoluto.

-Estaba pensando en cuando sería un buen día para irnos, tal vez podríamos pasar unos diez
días en casa, si no te molesta. Nos vamos en una semana, pasamos mi cumpleaños –que es
navidad- en casa y una semana más y regresamos para antes de año nuevo, o si quieres
quedarte en casa para año nuevo...

Llegamos al lago y dejo las cosas frente al primer árbol que veo, se verá desde la escuela, será
un poco de navidad en un lugar tan abandonado.

Pero lo que en verdad veo es a Louis, sonriendo de media luna y con las mejillas un poco
sonrosadas. Sus manos se encuentran juntas frente a su abdomen, parece que está apenado.
Maldita sea ¡Louis Tomlinson tiene vergüenza de pedirme que esté con él en año nuevo!

-Podemos irnos en cuanto mi padre me envíe dinero y el permiso para abandonar la escuela. No
me importa en lo más mínimo la fecha de regreso. Podría pasarme cada día de este año contigo,
de hecho es lo que quiero hacer.

Le veo sonreír pero no puedo con la imagen. Esa sonrisa, nunca la había visto, tiene vergüenza,
está avergonzado de haberme pedido pasar todas mis vacaciones de diciembre con él.

Pero tengo que resolver algunos problemas. No puedo simplemente ir, alguien tiene que saber a
dónde voy y con quien estaré.

-Louis, ayúdame a decorar este árbol, tengo que hacer una llamada.

Saco mi celular del bolsillo y camino hacia una mesa de picnic a unos escasos tres metros de mi
novio, que batalla para deshacer las luces y colgarlas con cuidado.

El timbre suena dos veces y escucho la voz de mi madre.


-¡Harry!- grita emocionado.- Te he extrañado mucho, amorcito. No puedo esperar para verte en
navidad, prepararé cualquier cosa que quieras, olvídate del pavo relleno, haré lo que me pidas.
Dios, Harry, me has dejado tan olvidada, si... sé que lo merezco, te dejé en ese instituto, lo siento
mi bebé, perdóname.

Anne, siempre tan feliz y parlanchina, pero no puedo negar que extraño a mi madre. Tal vez me
duela no estar con ella esta navidad, pero no importa mucho.

-Anne...-interrumpo.- No iré a casa para vacaciones ni año nuevo. Iré a casa de Louis y necesito
que entiendas que quiero a este chico y no me importa si piensas que iré al infierno por eso o si
piensas que soy una vergüenza, estoy enamorado, Anne, y voy a ir a Doncaster a conocer a la
familia de mi novio.

La línea se queda en silencio, ni siquiera escucho la respiración de mi madre al otro lado.

Pero cuando Anne vuelve a hablar siento que volveremos a tener esa unidad que teníamos antes
de que les revelara mi secreto en esa cena.

-Bien, pero tendrás que venir a visitarme en enero antes de que comiencen tus clases, por favor.
Yo veré que hago con tu padre pero quiero que vengas a verme. Te amo, Harry, eres mi hijo, dije
que iba a apoyarte y eso haré, pero tienes que venir a mi.

-Lo prometo, mamá, iré antes de que empiecen las clases.

-Bien... entonces hablaremos después. Te amo.

Sonrío, porque yo también amo a mi madre y vuelvo a sentirlo.- Te amo, Anne. Nos vemos en
enero.

**

Louis ha terminado de decorar el árbol y no ha quedado del todo mal, al dar la vuelta puedo ver el
instituto reluciente, miles de luces brillan por todo el exterior y los colores alumbran el cielo que se
ha nublado.

-Se ve como una fábrica de caramelos- opina Louis mientras se sienta a mi lado y me abraza por
los hombros.- Me gusta mucho como ha quedado y conociendo a Chris le encantará.

No puedo apartar la mirada de todas esas luces, ya no parece el instituto sobrio y gris del que no
puedo salir, ahora es todo color y alegría. Veo a mis amigos correr tras Josh por alguna corona
que deben de colgar en la puerta y a los otros chicos animando a Niall para que lo alcance, veo a
Javier sonreír como nunca lo había hecho y siento el calor del cuerpo de Louis.

Todo es perfecto, todo a mi alrededor se ve bien. Tengo una sensación muy buena, como si nada
pudiera romper la burbuja en la que me he metido.

Christopher sale por la puerta y tras él un Zayn muy bien vestido. Los dos parecen un entero, se
ven tan bien y elegantes juntos que no puedo creer que Christopher no se dé cuenta del chico tan
asombroso – y un poco siniestro- que tiene frente a él. Los dos son igual de doble cara, son
guapos e inteligentes, muy vanidosos y no puedo imaginarme un escenario donde no se
conozcan.

Los dos discuten sobre algo pero cuando Chris ve la decoración se queda helado, los brazos
levantados y la boca abierta. Hace una pregunta y alguien nos señala y le veo venir con paso
decidido.

Si muero díganle a Louis que me gusta más que el chocolate y a mi madre que la amo aunque no
se lo demuestre.

El chico de cabello verde se posa frente a nosotros y antes de que me deje defenderme levanta
un dedo en mi dirección para callarme.

-Es simplemente perfecto, ricitos de oro. Buen trabajo.

No dice nada más pero sus ojos me dan esa sensación de aprobación que por algún extraño
motivo me hace sentir bien.

-Yo... gracias....

Pero él ya ha dado la vuelta y se retira con toda la gracia que tiene, que es mucha y me hace
sentir como un idiota.

-Bueno, es un paso adelante.- me dice Louis en el odio.- Ahora a cuidarte las espaldas, Chris
nunca ha sido tan bueno con alguien si no actuará después.

Mierda.

-¿Crees que solo lo dijo porque hice un buen trabajo?- pregunto esperanzado.

-Eso es lo malo, Harry. Hiciste un buen trabajo, le haz ganado hoy, el día de la fiesta, le haz
ganado al tenerme a mi. Lo siento bebé, pero ese es un problema grave.

Supongo que no todo puede ser bueno.

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Capítulo XVIII: "Que empiecen las vacaciones"

NOTA: A partir de este capítulo pondré partes que narre Louis. Porque es necesario para los
capítulos que vienen :)

“Que empiecen las vacaciones”

Diciembre quince y casi todos se han ido.


Niall y Josh se despidieron una semana atrás, mientras Maura, la amorosa madre de Niall
abrazaba a su hijo con tanto amor que sentí celos. Josh regresó a Estados Unidos y Javier fue a
casa de su tío en Paris.

Solo quedamos Liam y yo, pero mi amigo se la pasa ordenando cosas en el despacho de
Madame Dur, tratando de hacerle la vida más fácil. Y después está Louis y sus nervios de volver
a casa y enfrentarse a todos los problemas que dejó atrás.

Christopher viajará a París con su tía y Zayn se ha perdido desde que un taxi vino a recogerlo tres
días atrás. Y solo quedan por los pasillos unos diez chicos que se irán a Londres junto con
Madame Dur.

No hay nada más que hacer, la temperatura baja cada vez más, el instituto aprese sacado de una
maldita película de terror navideña, el cielo siempre se encuentra nublado, casi negro, las luces
de colores y adornos resplandecen por todas partes y por las noches, cuando el viento azota las
ventanas me dan ganas de correr fuera de la escuela y dormir lejos de todo el ambiente lúgubre.

Pero Louis ha estado durmiendo conmigo todas las noches, en mi habitación o la suya, no
importa. Si no duermo con él, él viene a mi habitación por la noche y al despertar siempre está
ahí, abrazándome tan fuerte que me cuesta respirar.

Pero se siente bien, me gusta despertar por su calor robándome el aire, por sus abrazos, por sus
constantes gruñidos incomprensibles. Me gusta despertar y verlo, tan tranquilo y siempre
sonriendo, hasta en sus sueños.

Y ahora yo soy el que está temblando.

Porque ha llegado el taxi que nos llevará a la estación de trenes para un viaje de dos horas a
Doncaster donde la familia de Louis -que consta de ocho personas sin contarlo a él- nos espera.
Son las siete de la noche, estoy temblando de frio y nervios y no puedo hacer otra cosa que ver a
Louis cargar las maletas y sonreír como un maldito loco. Quiere ver a su familia más de lo que
puede admitir pero soy consciente de que no le es fácil volver a su hogar, donde dejó a su madre
preocupada por su marido y las bromas de su hijo hacia él.

Liam se acerca a mí y me da el abrazo más largo y doloroso que he experimentado en mi vida, el


chico no se da cuenta de la fuerza que tiene o simplemente es muy amistoso en esta época del
año.

-Que tengas un buen viaje, Harry.- me dice sonriendo.

-Gracias, Li.

-Y que tengas una buena navidad, no creo que puedas quejarte, Jay es un amor de persona, lo
verás ponto. Te traeré un regalo de N.Y.

Su sonrisa hace que los pliegues de sus ojos se arruguen y su nariz redonda y pequeña hace que
su rostro parezca tan amigable y tierno que me dan ganas de abrazarlo de nuevo, pero ya me
duele la espalda y no quiero sentir sus músculos de nuevo.

-¿Listo?-pregunta Louis mientras me abraza por la espalda.

-Es muy tarde para retractarme...

-Lo es, ahora vamos, el tren sale a las ocho y treinta, ya vamos retrasados.

Nos despedimos de Liam y a lo lejos, en la puerta del instituto veo la figara estilizada de
Christopher, sonríe y me guiña un ojo antes de dar la vuelta y que las puertas se cierren a su
espalda.

Necesito un descanso de todo este drama y antipatía. Necesito saber que por un momento puedo
voltear y no ver a ese chico de cabello de colores, tratando de echar a perder mi maldita y
estúpida relación.

-Vamos, Harry.

Louis toma mi mano y entramos en el taxi. Los dos estamos nerviosos, mis uñas están
masticadas y Louis no deja de mover las piernas, tengo que hacer algo para calmarlo pero ni
siquiera yo puedo calmarme.

El auto arranca y Louis me abraza, no deja ese molesto repiqueteo con la pierna pero me
concentro en él, en su mandíbula fuerte y sus ojos obscuros.

-Tengo miedo.

Su voz es tan baja que difícilmente puedo escucharlo, pero lo hago y siento el peso de sus
palabras.

-¿De qué?

-De volver a hacerlo todo mal, maldita sea, no quiero que mi familia vuelva a preocuparse de mi
haciendo alguna de mis estupideces habituales, que mis hermanas vuelvan a querer imitarme o
que Mark tenga que protegerme de mi madre y sus regaños. Dios, Harry, pienso en como trate a
Mark todo este tiempo y me arrepiento tanto, eran bromas pero pude lastimarlo, lo hacía y él no
decía nada. Nos quiere como si fuéramos sus hijos, fue mi padre y yo no hacía más que darle
problemas.

-Pero no lo harás de nuevo, solo tienes que creer un poco más en ti. No vas a dañar a nadie, no
podrías dañar a nadie.

Su abrazo se vuelve más fuerte y siento como respira sobre mi cabello. Una de sus manos me
recorre el brazo y la otra toma la mía y la sostiene.

-Siempre lastimo a las personas que quiero, Harry.


-No me has lastimado a mí, no vas a lastimas a tu familia. Solo te torturas pensando cosas que no
pasaran, Louis, deja de pensar.

-Pero...

-No, si vas a hablar quiero que me digas cosas sobre tu familia. Dime todo lo que necesite saber
de ellos.

Siento su sonrisa aunque no pueda verla.- Bien, mi madre se llama Jay y ama las flores, la casa
siempre huele a primavera, no importa la época del año en la que estemos, siempre huele a
flores. Le gusta mucho el color azul y siempre se encuentra sonriendo, no puedo recordar un día
en el que me gritara, ni cuando estaba enojada podía hacerlo, daría el mundo por nosotros y por
Mark. Es una mujer realmente hermosa, y quiero que la conozcas y así sentirme tan
malditamente afortunado de tenerlos a los dos.

Fuera del taxi la noche está gobernando, no puedo ver más allá de los cristales empañados y los
faros del taxi sobre la carretera. Llevaremos veinte minutos de camino y no puedo esperar para
conocer a la madre de Louis.

-Mark, por otra parte es un hombre serio pero siempre sonríe cuando es lo adecuado, trabaja
mucho para cuidar de mi madre y hermanas, siempre dijo que no quería ocupar el lugar de mi
padre pero estaría feliz de compartir sus genes. Siempre me cubría las espaldas cuando me
metía en algún lío, no preguntaba si le llamaba a la mitad de la noche y se presentaba en
cualquier lugar del que necesitaba ser recogido.

-Suena como un gran hombre.

-Es el mejor hombre al que he conocido, y odio decepcionarlo tanto.- suelta mis hombros y veo
como una lágrima recorre su rostro pero la quita rápidamente.- Peor por una vez sé que he hecho
algo bien, y él estará orgulloso esta vez.

Su rostro voltea hacia mi y nos vemos por largos segundos. Sonríe y siento mi interior derretirse
ante su mirada.

-Te he encontrado a ti, Harry. Y Mark estará orgulloso de que por primera vez en mi vida amo a
alguien que merece ser amado, y que me quiere a mi.

¿Cómo se supone que responda a eso? No puedo ver más que verdad en sus ojos, no juega
conmigo, no trata de hacerme sentir bien. Todo lo que dice es lo que siente, y yo no puedo
contestar porque mi cerebro no encuentra las palabras y mi corazón no deja de golpear mi
maldito pecho.

-Y mis hermanas...- continúa al aceptar mi silencio.- Ellas son ruidosas, mucho. Felicite es la
mayor, ella entiende los límites, calla cuando debe hacerlo, sabe comportarse. Después está
Charlotte, te advierto de una vez que te mantengas alejado de ella, no quiero terminar odiando a
mi hermana por querer a mi novio. Eres su tipo de chico soñado, alto, guapo, cabello ondulado y
ojos verdes, eres magnifico y no sabes decir que no, así que será un problema para mí el
mantenerte alejado de ella. Después están las gemelas, Phoebe y Daisy, no tengo nada que decir
sobre ellas, tienen diez años, no tengo idea de cómo van a reaccionar al verte, y por último los
nuevos integrantes de la familia, Doris y Ernest, recién nacidos, ni siquiera sé cómo se ven en
persona, eso será una sorpresa para los dos.

Llegamos a Londres después de una hora de viaje, recorremos la ciudad entre el trafico vehicular
y peatonal. Todo está decorado por las fiestas de navidad y el frio se ha intensificado, casi puedo
ver los copos de nieve formarse y derretirse antes de tocar el suelo, aun dentro del automóvil
puedo notar el frío de la noche.

Louis tiene los ojos brillosos y siento volver su nerviosismo. Fuera de las ventanas los peatones
caminan lentamente por las calles, algunos sonríen otros no reparan a ver el mundo a su
alrededor. Cuando hablan el calor sale en forma de vapor y siento como se me eriza la piel al
imaginarme la temperatura.
Llegamos a la estación, el reloj marca las ocho quince y tenemos que correr con las maletas por
los andenes para tomar nuestro tren. Hay más personas de las que puedo contar y es un poco
tedioso el correr empujando y tratando de no caer, Louis tiene mi mano atrapada como si el
pegamento la hubiera sellado, no sé a dónde vamos pero mientras no cometa la torpeza de
caernos todo estará de maravilla.

Una chica con una gabardina negra sale de una de las puertas del tren y antes de poder frenar la
tiro al suelo. Quiero disculparme por el golpe, veo su cara de dolor pero Louis no es consiente del
incidente y sigue corriendo, llevándome a mi con él.

Finalmente encontramos el andén correcto y entramos al tren. Buscamos nuestros asientos entre
las personas que ocupan el pasillo y cuando los encontramos nos permitimos respirar de nuevo.
El aire frio de la noche me duele en los pulmones y espero no resfriarme, siento la cara arder y no
dudo en que me veo más rojo que el maldito traje de Santa Claus que uno de los pasajeros tiene
puesto, Louis tiene el cabello alborotado, los ojos cerrados y la boca abierta, tratando de
recuperar el aire que perdió al correr.

Estamos frente a frente, puedo ver claramente como su pecho sube y baja, sus labios rojos y su
piel que ya está perdiendo el bronceado que le caracteriza.

-¿Te encuentras bien?-pregunto con dificultad.

-Sí- contesta mientras una sonrisa se dibuja en su rostro.- Es la adrenalina del viaje, no pasa
nada.

-Bien...

Louis mantiene los ojos cerrados y me molesta de alguna manera no verlos. Saco mi celular y los
audífonos de la mochila y los coloco en mis orejas, empieza el reproductor aleatorio y The Killers
suena por los auriculares. Cierro los ojos y recargo mi cabeza en el vidrio empañado y frío.

Unos minutos después el mundo se pone en movimiento y mi corazón empieza a latir.


Dos horas para conocer a la familia de Louis.

Nunca pensé estar en una situación así.

No este año.

O el siguiente.

Mantengo los ojos cerrados, escuchando canción tras canción y me quedo dormido.

**

Tengo un molesto sentimiento de pánico. Abro los ojos y la respiración se me atora en la


garganta, mi corazón deja de latir y me regaño mentalmente por dejar que me siga afectando de
este modo.

-Louis... deja de verme.

-No puedo.

-Es muy molesto despertar y ver que me miras como un maldito acosador.

-No te veo como un acosador... te veo como un chico ve a su malditamente perfecto novio.
-Acosador.

No dice nada más, se recuesta en el asiento que se encuentra inclinado hacia atrás y pasa sus
brazos por detrás de la cabeza, sus ojos siguen sobre los míos y no deja esa maldita sonrisa.

-No dejaré de verte, si te molesta vuelve a dormir, aún queda una hora de camino y solo con verte
puedo tranquilizarme. No me importa si te molesta, te veré si eso es lo que quiero hacer.

Cierro los ojos, reclino me cabeza en el asiento y vuelvo a ponerle play a la música.

Aunque todo lo que sienta sea solo a él, mirándome.

Solo a mi.

**

Es perfecto, es simplemente perfecto. Sus risos largos que caen sobre su frente, sus mejillas
siempre sonrosadas, su piel pálida. Es el chico perfecto, aunque no había pensado terminar
enamorado de uno, mucho menos de él, y enamorarme no es bueno, no puedo, no de él.

No puedo dejar de mirarlo, es como si toda la maldita atención que tengo se centrara solo en
Harry, como si solo él pudiera tenerla.

Tras la ventana puedo ver las luces fugaces de la vía, solo tengo una hora para volver a ver a mi
familia y afrontar mi realidad una vez más.
Pero Harry está conmigo, y no puedo pensar en un escenario mejor para tranquilizarme.

-Te quiero, Harry.- digo aunque sé que no puede escucharme. Eso es preferible, no quiero que lo
sepa, no quiero que me escuche. Lo digo para mí, para poder saborear lo que significan esas dos
palabras, para comprender el maldito sentimiento.

Las manos me sudan y tengo la necesidad de fumarme un cigarrillo.

Tengo que tacar algo, tengo que tocarlo a él.

Una maldita necesidad que tengo desde que lo toqué por primera vez en el baño del instituto. Su
piel caliente me tranquiliza, su voz tan gruesa pero calmada, ver sus ojos verdes brillar cada vez
que sonríe.

El chico está causando estragos en mi.

Quiero pararlo, terminar con todo, bajarme de este juego.

Pero Harry Styles es uno de esos malditos chicos que se meten bajo tu piel sin pedir permiso.

“No dejes que los bastardos te venzan” me recuerdo, pero es un bastardo que sabe jugar.

No puedo tocarlo, así que lo veo.

Lo veo por una hora, lo veo cuando el tren para en la estación de mi ciudad natal. Lo veo cuando
todos bajan y solo quedamos nosotros.

Y cuando lo toco me recuerdo que estoy jodido. Porque me enamoré de este chico. Y el
sentimiento me está matando.
Enamórate- dicen- y encontraras la manera más lenta y dolorosa para morir.

Harry abre los ojos y el verde de su mirada me golpea el pecho, siento como mi corazón vuelve a
latir, como siempre que me mira. Su cara está marcada por las costuras del asiento y sus labios
rojos, su frente tiene una mancha roja por la presión del vidrio y su cabello se ve aplastado solo
de un lado.

-Llegamos- le informo.

Se sienta con determinación y toma mi mano mientras sonríe, esa sonrisa que me trasmite
sensaciones que no había experimentado nunca, con ninguna otra persona.

-Vamos, Lou...

Siento el calor de su mano sobre la mía, me quema el toque, me gusta. Él me gusta.

Maldita sea.

Me gusta.

-Vamos.

Y mi maldita necesidad regresa y antes de que abandonemos el tren le beso.

Porque quiero.

Porque se siente bien.


Es malditamente correcto.

**

Recogemos las maletas y tomados de la mano- porque no pienso soltarla- salimos de la estación.

Y ahí, entre todas esas personas está ella.

Mi madre me ve y sus ojos brillan, su sonrisa aparece y siento que las piernas me van a fallar en
cualquier momento. Si Harry no estuviera conmigo ya hubiera caído, pero él me da la fuerza para
seguir mi camino hasta los brazos abiertos de mi madre.

-Louis...-la escucho susurrar cuando me abalanzo contra ella. La doy el abrazo más fuerte de
toda mi vida, puedo sentir su respiración irregular en mi cuello y también siento sus lágrimas.- Mi
Louis...

Nos separamos y sus manos toman mis mejillas. Está muy cambiada, el cabello más largo, su
rostro un poco más cambiado. Pero sigue sonriendo como siempre.

-Jay...

-¿Quién es este chico tan guapo, Lou?-pregunta mi madre.

Mi mirada se dirige a Harry, con la mirada baja y las mejillas rojas, los brazos tras la espalda,
avergonzado.
-Él es Harry Styles, Jay... es mi novio.

Mi madre me mira y sus ojos se agrandan, y hace lo que mejor sabe hacer. Abraza a mi chico, mi
malditamente perfecto chico.

Viéndolos a los dos frente a mi, abrasándose, me siento el hombre más afortunado del maldito
mundo. Porque siempre he hecho todo mal pero me rodean personas tan únicas como ellos, y no
sé si agradecerlo o reclamarme por ser un estúpido, pero no puedo dejar de ver a mi madre y a
mi novio hablar y sonreír, ver a Harry avergonzarse y a mi madre encantada con el chico.

-Mark y tus hermanas nos esperan, Louis - me informa mi madre.- No hay que hacerlos esperar.

Los tres subimos a la camioneta. El silencio no me molesta, puedo ver por el retrovisor a Harry,
sonriendo y sus ojos verdes resplandecen en la obscuridad. Sus manos se encuentran cruzadas
sobre su regazo y juega con sus pulgares.

Estoy enamorado.

Y juro por mi vida, que este sentimiento nos va a hundir a los dos.

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Ya no sé a quién dedicarle capítulos, si quieren una dedicación... pues pídanla LOL.

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Capítulo XIX: "La familia T."

Nota: Contenido +18.

“La familia T.”

La casa de Louis es enorme, la pintura blanca y techos negros la hacen ver realmente elegante,
los vidrios pulcros y el jardín bien cuidado. La entrada es de piedra negra y los arbustos brillan
con las luces navideñas, todo se encuentra decorado, desde los pinos al frente de la casa hasta
las ventanas y puertas.

Bajamos de la camioneta que la madre de Louis –que me ha pedido que la llame Jay y no señora
Deakin- ha estacionado en la cochera y cuando bajamos tomamos nuestras maletas.

Louis me toma de la mano antes de siquiera ver a mi alrededor, no puedo quitar la mirada de ese
hermoso y enorme hogar.

-Vamos chicos, que la noche es fría y las niñas y Mark no pueden esperar más por su llegada...-
nos dice Jay antes de iniciar su camino.

La veo entrar a la casa y dejar la puerta abierta para nosotros. Trago saliva antes de que mi novio
me tome la cara entre sus manos y me mire, con esos ojos azules que tanto me gusta mirar.

-¿Listo?
No.

Para nada.

Estoy temblando.

-Sí.

Me da un beso rápido y vamos hacia la entrada.

A unos cuantos pasos de la recepción ya escucho los gritos de dos niñas y el la suave risa de
Jay.

Respiro hondo mientras doy pequeños pasos a su lado, las manos me sudan por los nervios
aunque estemos a casi cero grados.

Y entonces las veo, frente a la puerta se encuentran dos niñas casi idénticas sonriendo casi al
grado de ser doloroso. Las dos se miran antes de entrar a la casa tomadas de las manos y gritar
el nombre de Louis repetidamente.

Dentro puedo sentir el calor de la chimenea, Louis me aprieta la mano y la suelta cuando cuatro
chicas corren hacia él y lo abrazan. Veo el acto de amor más hermoso que nunca pude sentir, no
tuve hermanos o hermanas, no sabía lo que era el amor fraternal, hasta hoy.

-¡Louis!-grita una de las gemelas.- Te hemos extrañado mucho.

Mi novio sonríe como nunca, se ve ese brillo en su mirada que no había visto hasta el día de hoy.

-Y yo a ustedes, enanas.
Rompen el abrazo y las chicas se paras frente a nosotros, todas rubias excepto una, la más
grande.

-¿Quién es tu amigo, Boo?-pregunta la rubia de ojos azules de aproximadamente dieciséis años.

-Si, quien es tu amigo, Boo....-preguntan las gemelas al unísono y me provoca algo de miedo.

El castaño del que me enamoré me toma de la mano y siento su espalda rígida, sus ojos miran
directamente a la rubia mayor que no deja de mirarme y sonreír mientras se toma un mechón de
cabello entre sus dedos.

-Él...-gruñe y su hermana le mira sin dejar de sonreír, como si le gustara provocarlo.- Es mi novio,
Harry.

Ocho pares de ojos igual de azules que los de Louis pero llenos de curiosidad me revisan de la
cabeza a los pies, me siento avergonzado y las mejillas se me tiñen de rojo.

-¿Novio?-pregunta la castaña- No sabía que te gustaran los chicos.

-Una mejor pregunta es... ¿Cómo alguien tan lindo puede andar con alguien como... tu?-pregunta
la rubia.

Louis me suelta la mano y me abraza por la espalda, siento sus dedos encajarse en mi cintura.

-Es muy lindo...- “susurra” una de las gemelas a la otra pero todos podemos escucharla.

-Sí, es guapo... quiero un novio como él.- contesta la otra niña.

-¡Yo también!
-Y yo...- dice la rubia mayor y me guiña un ojo.

-Basta Lottie, deja las tonterías y vayamos al comedor, Mark preparó la cena y quiero comer en
calma.- sentencia la castaña.

Louis deja nuestras maletas en la sala de estar y yo le sigo hasta llegar al comedor, las paredes
están pintadas de color carmín y la mesa se encuentra llena de platillos que huelen exquisitos.

Jay se acerca a mi y me toma de la mano.

-Ven Harry, quiero presentarte a mi familia.

Un hombre sale de la cocina mientras las gemelas le toman cada una de los brazos y lo hacen
sentarse en una de las sillas. Las dos se sientan juntas al lado de la castaña y Louis toma asiento
mientras sonríe.

-Él- señala Jay- es mi esposo Mark, las gemelas son Phoebe y Daisy, ella es Felicite- me dice
mientras señala a la castaña y ella sonríe avergonzada- y ella es Charlotte- me informa señalando
a la rubia.- y ese chico castaño de ojos azules es mi hijo Louis, pero eso ya lo sabías.

La mujer me sonríe y me lleva a la mesa donde jalo la silla que queda al lado de Louis pero antes
de poder sentarme Charlotte lo hace.

-Gracias... pero si eres todo un caballero.

Me siento en la única silla que queda, que es a su lado y veo a mi novio. Louis tiene el ceño
fruncido y sus labios forman una sola línea. No lo había visto tan enojado desde nuestra pelea y
la confusión que creyó sobre Josh y yo.

-Y dinos Harry, ¿Por qué terminaste en el instituto?- pregunta Mark mientras sirve la comida en
los platos.
Trago saliva y me seco las palmas de las manos en el pantalón. Todas las miradas están puestas
sobre mi.

-Yo... pues mis padres... ellos, ellos no están de acuerdo con mi orientación sexual y mi padre
dice que es una enfermedad que tiene que ser curada... y encontraron el instituto de Madame
Dur... pero creo que no les salió muy bien el plan.

Jay estira una de sus manos y toma la mía con fuerza.

-Oh, Harry, eso es realmente estúpido. Si ellos no te apoyan yo estaré encantada de apoyarte, en
esta casa nadie tiene la autoridad de decirle a los demás a quien puede amar, y si haces feliz a
mi hijo yo seré feliz por eso.

-Gracias.

-No agradezcas. Este es un hogar limpio de toda discriminación. Ahora todos vamos a cenar.

Cuando su mano deja la mía me siento feliz, veo a Louis y me sonríe y yo sonrío por y para él.

-¿Quién hará la oración de esta noche?- pregunta Mark.

Louis rueda los ojos y Charlotte se recuesta en la silla sin ver a nadie en particular, las gemelas
se tapan el rostro y Falicite se aclara la garganta.

-Yo, lo haré yo... como siempre.

-¿Son religiosos?- digo en voz alta por error.

-Pero claro que si- responde Jay.


-¿Y aun así aceptan la homosexualidad?

-Harry- dice Mark mientras todos se toman de las manos.- Si Dios no quisiera a los
homosexuales... sería tan simple como no haberlos creado.

¿Por qué no pude nacer en esta familia?

**

Terminando la cena Mark lleva nuestras maletas a la habitación de Louis y nosotros lo seguimos
de cerca. La casa es muy grande, en el primer piso se encuentra la cocina más grande y limpia
que he visto en una casa, la sala color marrón llena de adornos y una chimenea que calienta el
hogar por completo. El comedor puede acomodar a veinte personas y los tonos que utilizan para
la decoración siembre son relajantes.

Las escaleras tienen un estil antiguo y están pintadas de blanco, cuando llegamos a la sima
puedo ver claramente diez puertas alrededor de las escaleras.

Cuatro de ellas tienen los nombres de sus respectivas dueñas escritos sobre la madera con letras
muy diferentes, y se encuentran pintadas de diferentes colores.

Mark nos guía hasta el final del pasillo y Louis abre la puerta para ayudar a su padrastro a entrar.
Les miro desde la distancia, Louis parece realmente feliz de ver a Mark, los dos han estado
hablando y sonriendo durante toda la cena y me gusta verlo de esa forma. Feliz, sabiendo que
sus miedos a regresar a su hogar eran irracionales.

-Ven Harry, desempaca tus maletas.- dice Mark mientras me sonríe y él y Louis salen de la
habitación.

Entro a la habitación y es casi igual que la del instituto. Cortinas negras que no dejan el paso de
la luz y la cama tenida con una manta azul marino, una lámpara fosforescente y las repisas y
paredes atiborradas de recuerdos.

-Puedes dejar tus cosas en el primer cajón- me informa Louis.- Volveré en un momento.

La puerta se cierra y me envuelvo en la tarea de desempacar pero hay muy poca luz y tengo que
encender el foco. Al llegar a la pared escucho susurros del otro lado del pasillo y aunque no
debería pego mi cuerpo a la pared para poder escucharlos.

-Es un chico encantador el que tienes ahí, Louis... siempre supe que podías recomponer tu
camino y encontrar a alguien que te quisiera. Ese chico en tu habitación te adora... su sonrisa lo
dice todo, sus ojos brillan cuando te ve... y tu lo quieres a él, puedo verlo en la forma en que lo
miras, como te pusiste celoso de la actitud de Lottie.

-Lo sé... lo quiero, en verdad.

-¿Y por qué lo dices en ese tono?

-Porque hay un problema que tengo que resolver antes... Mark, quiero a Harry, talvez más de lo
que debería. Pero...

-Siempre hay un problema, esa es tu excusa Louis.


-Esta vez es real... Mark, no podrías entender lo que es vivir en ese instituto al lado de
Christopher...

-¿Quién es ese?

-Un chico sin importancia... o con más importancia de la que debería, ese no es el punto. Aquí
quien importa es Harry y lo que siento por ese maldito chico.

-No maldigas, Louis.

-Lo siento...

-Ahora repite conmigo; Amo a ese chico, lo quiero más de lo que debería quererlo y se siente
maravilloso, y él me quiere a mí como necesitaba ser querido, y estoy agradecido por ello.

Me quedo pasmado escuchando su voz al repetirlo. Decidida. Y me lo creo, en ese momento lo


creo... aunque en el futuro pueda que quiera olvidar este día.

Los escucho despedirse y corro hacia la cama para sacar la ropa en tiempo record y dar la
impresión de que estaba ocupado en mis asuntos. Pero aún me retumban sus palabras dentro de
la cabeza.

-Te quiero...

Su voz cruza todo el camino desde la puerta a mis oídos y doy la vuelta para verlo. Está ahí, con
los brazos cruzados sobre el pecho, recargado en el marco de la puerta y con una pierna doblada
tras a otra. Me sonríe y sus ojos azules parecen brillar más de lo normal.

-¿Disculpa?

-Lo que escuchaste, te quiero.


-Y yo a ti.

-Dilo.

Sus brazos caen a sus costados y avanza hacia mi, cierra la puerta con una sola mano, coloca el
seguro y sigue su camino hacia mi, después de apagar la luz y quedar solo iluminados por las
luces navideñas fuera de la ventana.

-¿Qué quieres que diga?-pregunto para provocarlo.

-Quiero que me digas que me quieres.

-Te quiero.

Sus manos van a mi rostro y me da el beso más violento y necesitado, siento que necesita
creérselo. Sus manos bajan por mis brazos y caderas hasta llegar a mi trasero y lo toma con
fuerza, me levanta con una facilidad que no comprendo y tengo que poner mis piernas alrededor
de su cadera.

-¿Me quieres ahora?-pregunta sobre mis labios y siento su respiración caliente.

¿Lo quiero ahora? Es algo así como la una de la mañana y estamos en el hogar religioso de sus
padres con sus hermanas en los cuartos cercanos. Pero maldita sea, lo quiero.

-Sí, maldita sea, sí.

**
No puedo controlarme. No puedo dejar de mover mis manos sobre él.

No cuando me besa de esa forma y jala mi cabello con necesidad. Lo llevo hacia la cama y dejo
que ponga las rodillas sobre el colchón sin dejar de besarlo. Soy consciente de que debemos ser
cuidadosos y silenciosos, que estamos en casa de mi madre y mis hermanas están cerca pero no
he estado con Harry desde su primera vez y no pedo seguir aguantando esta necesidad de volver
a hacerlo mío. Mis manos viajan a su cintura y se cuelan por dentro de su camisa, su piel sabe
está caliente y puedo sentir como tiembla un poco cuando levanto la prenda para quitarla de en
medio.

Sus manos se mueven por mi espalda y jalan mi camiseta hasta apartarla, le veo a los ojos, esos
verdes claros que ahora han cambiado de color. Me gusta cuando Harry se pone en ese modo,
cuando deja su miedo a avanzar y toma iniciativa, cuando se vuelve diferente pero aún puedo
sentir su inocencia.

Vuelvo a tomar su boca con la mía y con cuidado lo empujo suavemente sobre el colchón, sus
piernas tornean mi cintura y la fricción de nuestros movimientos me causa una erección aún
mayor. Casi duele sentir la presión de la mezclilla, bajo mis besos a su barbilla y cuello y dejo
algunas mordidas sobre él, pero no tan notorias, no quiero que mi madre las vea.

Su piel tan caliente se torna rosa y aun siento como tiembla cuando llevo mi boca sobre su pecho
y su respiración alterada me alienta a seguir adelante. No es como que mi corazón esté en calma,
siento que se saldrá de mi pecho en cualquier momento.

Mis manos viajan por su cuerpo y cuando llegan a su pantalón lo quitan con urgencia, no puedo
tener suficiente de Harry Styles, na die podría tener suficiente de él. Quito su pantalón con fuerza,
casi asiéndole daño, llevo mis labios a su erección que aún está escondida tras los boxers negros
de licra, escucho sus gemidos suaves, tratando de que se queden dentro de él, sé que se está
conteniendo.

Me quito el pantalón junto con los boxers y veo su rostro al mirarme desnudo. Se muerde el labio
inferior y sus ojos me recorren desde los pies a la cabeza, su pecho sube y baja lentamente y sus
ojos se vuelven brillosos, me gusta cuando me mira de esa forma. Me gusta que solo me haya
visto a mi de esta forma.

-¿Te gusta lo que ves?-pregunta sonriendo, mientras vuelvo a mis lugar entre sus piernas para
tener su rostro frente al mío.

-Me gusta... mucho.- susurra sobre mis labios y me toma el cabello de la nuca entre sus dedo
para volver a besarme.

Los dos nos movemos para crear fricción entre nuestros miembros y siento como se arquea su
espalda, nuestros gemidos se atoran en nuestras gargantas y los exhalamos en la boca del otro.
Una me mis manos baja por su pecho y jalo el elástico de sus boxers para quitarlo y liberar su
erección bajo la mía.

Rompo el beso cuando siento su miembro en mi mano solo para ver su rostro al acariciarlo de
arriba abajo. Cierra los ojos y lleva una de sus manos a su boca para evitar gemir en voz alta,
sonrío al verlo de esa forma y bajo por su pecho hasta llegar a su erección y no lo pienso dos
veces antes de meterla en mi boca.

Hace dos años nunca hubiera pensado en hacer algo como esto pero la vida da muchas vueltas,
y no me importa estar haciéndolo con Harry, este chico hermoso que he conocido por que el
destino así lo quiso.

Su miembro está caliente y es suave, lo lamo con delicadeza, tratando de causarle placer y
adorándolo como debe hacerse. Mis mejillas se ahuecan cuando succiono y escucho los gemidos
de Harry bloqueados por su mano, veo cunado arquea la espalda y mientras lo trago se revuelve
entre mi cama por el placer. Cierro los ojos y sigo lamiendo y dándolo pequeños roces con mis
dientes en los puntos adecuados para no lastimarlo, siento una de sus manos tomar mi cabello y
jalarlo hacia arriba para que me mueva, se revuelve un poco en la cama y me causa gracia su
desesperación, pero no quiero moverme, quiero saborearlo.

-Lou...-dice o gime, suavemente y siento su desesperación.- Maldita sea, por favor para....
Finalmente saca fuerzas de algún lado y me jala el cabello tan fuerte que es doloroso y tengo que
separarme de él, sus ojos se ven perezosos y un poco brillosos, su pecho tiene algunos matices
rojos y sobre su abdomen puedo ver la marca de la mordida que he dejado en él.

-¿Me quieres?

-Si, por favor...

Tomo sus piernas y le doy la vuelta, dejando frente a mi su pequeño trasero. Su espalda tiene
algunos lunares que he contado cuando duerme entre mis brazos y no tengo el sueño necesario
para dormirme, he recorrido cada centímetro de su piel.

Mis manos recorren su espalda hasta su cuello y pego mi cuerpo al suyo, beso su nuca y él
mueve la cabeza para darme más acceso a su cuello. Sus músculos se relajan y tomo una de sus
manos, mi miembro se restriega en su trasero y gime en voz alta cuando hago presión en su
hendidura. Tapo su boca con mi mano para evitar que vuelva a gritar.

Con la otra mano acaricio su hendidura. Trato de mantener la cordura mientras escucho sus
gemidos sobre mi mano y siento como se mueve bajo mi cuerpo.

Cuando siento que está preparado no puedo evitar entrar en él con fuerza, con toda la necesidad
que tenía de volver a sentirlo. Su espalda se arquea tanto que parece doloroso y siento el aire
que exhala y como trata de formar un gemido mientras me muevo en él.

Lo abrazo por la espalda mientras me muevo lentamente dentro de él, estoy empezando a sudar
por la temperatura corporal tan elevada y trato de que mis gemidos no salgan de mi garganta
como deberían de hacerlo.

-Lou...-escucho a mi chico decir mi nombre y siento miles de emociones.- Te quiero, te querré


siempre.

Pero por alguna razón no puedo creérmelo. Sé que algo me impide creerme sus palabras.
-Yo también te quiero, Harry.

Su respiración se vuelve más pesada y siento como un hormigueo sube por mis piernas hasta mi
abdomen y estoy muy cerca de uno de los mejores orgasmos que he tenido en estos meses.
Harry gruñe y abrazo su cuerpo mientras siento como tiembla por su orgasmo y lo envisto
fuertemente haciendo que nuestros cuerpos choquen y después dejo mi semilla dentro de él, grito
pero me muero el labio rápidamente para no alertar a toda la casa que he tenido sexo con mi
novio en el cuarto de mi infancia.

Las fuerzas se me van y me tiro a un lado de Harry, los dos tratando de obtener aire de entre la
atmosfera tan subida de tono que hemos creado.

Cuando nos reponemos unos minutos después Harry se levanta y se coloca el bóxer de nuevo y
después busca un pijama en su maleta. Cuando se viste me avienta algo de ropa y aunque no
tengo las fuerzas necesarias me coloco la ropa y abro los brazos para que mi novio se duerma
entre ellos.

-Buenas noches, Lou.

-Buenas noches, amor...

Y nos quedamos dormidos, y tengo una estúpida sonrisa en mi rostro.

Porque este chico es increíble.

Y es mío.
**

Me despierto por un movimiento brusco a mi lado y después siento la constante molestia de un


dedo picando mi mejilla.

-Despierta dormilón...-escucho a Louis y antes de abrir los ojos ya sé que está sonriendo.

La luz del sol entra por las ventanas y me sorprende que lo haga, en el instituto Louis no deja
entrar ni un solo rayo de luz a s habitación.

-Buenos días, Lou.

-¿Dormiste bien?

-Tan bien como siempre que duermo entre tus brazos.

-Que romántico es usted, señor Styles.

Sonrío y veo su rostro, por la mañana sus ojos azules brilla más de lo acostumbrado. Se acerca a
mi y toma mis labios entre los suyos solo por un momento, antes de que la puerta se abra con
fuerza y una de las gemelas entre a la habitación.

Empujo a Louis lejos de mi y me siento como puedo en la cama. Los ojos azules de la pequeña
rubia nos miran con alegría.
-¿Cómo abriste la puerta?-pregunta Louis con escepticismo mirando a su hermana y sobando su
cabeza después del golpe que se dio contra el marco de la ventana.

-¿Qué estaban haciendo, Lou?- pregunta la niña sonriendo hacia nosotros.

-Nada.

-Tengo diez años, Louis, no soy tonta... ¿Sé estaban besando?- pregunta ahora solo mirándome
a mi.

-No.-contesta Louis por mi.

-¿Pueden darse un beso ahora?

-No, tu no debes ver eso.

-¿Por qué no?-pregunta con el ceño fruncido, y juro que es una copia en niña de mi novio.

-No es algo que debas ver, no es muy común por aquí ver a dos hombres besándose, Daisy.

-¿Por qué? Mami habló con nosotras anoche. Ella dijo que si los vemos dándose un beso no
pasaba nada, que no es algo malo. Un beso es una demostración de amor y cariño, y que
ustedes se quieren mucho. Nos dijo que no hay nada malo en ser como eres, Boo.

Louis se queda sin expresión, no sonríe, parecería que ni siquiera está respirando.

-¿Ella dijo eso?...

-Sí, pero no sé a qué se refería a... “ser como eres”- contesta marcando las comillas con sus
manos.
-Soy gay, enana...-le dice pero su expresión aún está ausente.

-¿Y qué es ser gay?

-Alguien a quien le gustan los hombres.

-¡Entonces yo soy gay, Boo!

-¡No! Me refiero a un hombre a quien le gustan los....

-¡Mamá!-grita Daisy mientras sale de la habitación corriendo.- ¡Soy gay!- se escucha su voz en el
pasillo.

-¡Daisy!- grita Louis mientras sale de la habitación tras su hermana.

Bueno... la familia Tomlinson se ve muy entretenida.

=================

Capítulo XX: "Mis cinco razones"


           âMis cinco razonesâ

Su mano siempre se encuentra cálida. Es reconfortante.

Mientras caminamos y su mano sostiene la mÃÂ-a con fuerza veo su rostro, concentrado en el
paisaje que se extiende alrededor. Me dijo que nunca habÃÂ-a visitado Doncaster y aunque no es
la octava maravilla del mundo él quiere conocer mi ciudad, está realmente interesado.

Esta mañana, cuando Lottie no dejaba de mirarlo terminé de ver lo perfecto que es Harry,
no solo para mi, él es perfecto ante los ojos de cualquier persona. Y eso me asusta, porque yo
soy un idiota y ya no tengo tiempo para seguir con él y no quiero que termine. Pero yo no
controlo esto, yo no puedo controlarlo.

Finalmente nos acercamos a un parque cerca del centro y nos sentamos en una de las frÃÂ-as
bancas.

-Es un bonito lugar.- dice viéndome a los ojos.

Tomo sus manos con las mÃÂ-as y trato- aunque las suyas son más grandes- de acurrucarlas
entre las mÃÂ-as para llenarme de su calor.

-SÃÂ-, es un lugar muy tranquilo⦠me gusta mucho estar aquÃÂ-.

-Tu madre te extrañaba mucho, Lou. ÿNo habÃÂ-as regresado desde que entraste al
instituto?

-No.

-Y ÿPor qué?

Sus ojos ya no me ven, miran más allá de mi espalda. Quiero que me vea, que solo me vea
a mi.

-Pues- empiezo pero él sigue sin mirarme.- Yo querÃÂ-a regresar, pero habÃÂ-a hecho tantas
cosas estúpidas que pensaba que mi madre no me querÃÂ-a aquÃÂ- hasta que dejara de ser
idiota que soy. Pensaba en Mark y lo mal que la pasaba cuando yo estaba en casa, él nunca
lo decÃÂ-a pero era un idiota total.

-Ellos te aman.

-Lo sé.

-ÿY tú te quieres a ti mismo, Lou? Porque yo pienso que no lo haces, siempre piensas lo
peor de ti. Siempre, desde que llegué al instituto me has dicho que no puedo enamorarme de
ti por esto o por aquello, pura mierda.- y esta vez sÃÂ- que me mira.- No puedes solo decirme que
no me enamore de ti por tales motivos y no darme tus buenas referencias.

Una ráfaga de viento vuela las últimas hojas secas que quedan en el suelo y se elevan,
algunas se quedan atascadas en los risos de Harry y el aire frÃÂ-o hace que me duela la cara.
Veo más allá del solitario parque, veo más allá del café de la esquina.

-Dame buenas razones para quedarme a tu lado, Louis.

Y aunque no deberÃÂ-a quiero hacerlo. Quiero que entienda que no soy un total hijo de perra.

Tomo sus manos con fuerza y después de pensarlo un rato me levanto y lo llevo conmigo.
Antes de empezar a caminar tomo su rostro con mis manos y veo sus ojos. Son verdes y brillan
por alguna razón. El chico es perfecto, y trataré de hacerlo feliz por lo que nos queda de
tiempo.

-Vamos- digo mientras empiezo a caminar y él me sigue.- Te llevaré por mis cinco lugares
favoritos en todo Doncaster. Cada uno tiene algo especial para mi, son mis cinco razones para
mantenerte a mi lado.
**

No caminamos una distancia muy larga, llegamos a un café frente al parque y cuando
entramos una mujer de edad avanzada sonrÃÂ-e tanto que sus ojos desaparecen tras sus
arrugas. La mujer deja a una chica atendiendo la fila frente a la caja registradora y sale del
mostrador con los brazos en alto mientras se acerca a Louis.

Y él sonrÃÂ-e tanto que podrÃÂ-a recordar esa sonrisa por el resto de mi vida.

-LouLou.- canturrea la anciana y se abrazan.- Dios, pensé que no te verÃÂ-a por aquÃÂ- hasta
el año que viene. Jay no paraba de lloriquear cuando pasaba por aquÃÂ-, tenÃÂ-as a tu madre
muy olvidada, eres un niño muy malo.

-Lo sé, lo siento. Tampoco tenÃÂ-a pensado venir esta navidad, pero ahora tengo una razón
para poner mi vida en orden.

-ÿY cuál es esa razón, cariño?- pregunta la mujer de cabello blanco y ojos amorosos.

Siento el tirón de las manos de Louis y ahora tengo a esa señora frente a mi. Solo puedo
sonreÃÂ-r mientras el rostro me estalla de vergüenza.

-ÃÂl, nana, es Harry Styles. Mi novio.

Los ojos casi se le salen de las cuencas y tengo miedo de que pueda darle un paro cardiaco en
algún momento. Puede que la señora no acepte las relaciones entre hombres, ella fue
criada en una época más⦠cerrada.

-ÿÃÂl es tu novio, Lou Lou?

Louis asiente con esa sonrisa que me encanta y acto seguido la dulce nana me rodea con sus
brazos. Me aprieta tan fuerte como sus viejos brazos pueden hacerlo.
-Esto es tan lindo, LouLou. Al fin encontraste alguien a quien amar, estoy tan feliz.- se aparta un
poco de mi y me toma de los brazos.- Bueno, Harry, yo soy nana.

La dulce anciana toma mi mano y Louis toma la que tengo libre y nos guÃÂ-a a una de las mesas
libres frente a la ventana. Para ser una cafeterÃÂ-a pequeña hay muchas personas en ella,
algunos sentados en las mesas y unos más haciendo sus pedidos.

-Les traeré un café y pan de jengibre. Con eso de la navidad tan cerca solo tengo este
estúpido menú.

Cuando se aleja de nosotros Louis me besa la mejilla y yo le veo, con una estúpida sonrisa en
el rostro.

-Mi razón número uno, es nana. Ella sabe todo sobre mi vida, lo malos y malos momentos.
PodrÃÂ-a decirte ahora mismo que sin esa mujer de casi ochenta años yo no hubiera
sobrevivido hasta ahora. Ella es mi soporte desde hace más de cinco años. Me conoció en
mis peores etapas, me alentó a seguir cuando nadie creÃÂ-a en mi. Nana es mi razón
número uno porque, si esa mujer pudo con mi carácter y mis malos ratos, tú debes ser
capaz de enamorarte de un caso perdido. Y no tener miedo de hacerlo.

-Me gusta ésta razón, es algo lindo que puedas abrirte de esa forma ante una persona como
nana.

-Lo sé, ella tiene algo mágico. A pesar de su edad es muy abierta a los cambios, nunca ha
discriminado a nadie, siempre trata de ayudar a todo el mundo. Es por eso que esta cafeterÃÂ-a
tiene más clientes que cualquier Starbucks por la zona.

Recorro el local y veo caras sonrientes por cada recoveco, todos con tazas de café y galletas
en sus platos, la fila aumentó al doble y aunque el dÃÂ-a es muy frÃÂ-o las personas parecen
encantadas de esperar fuera por una taza de café de nana.

-Cuando nana se vaya, Doncaster no será lo mismo.


Escucho tristeza en su voz y tomo su mano con fuerza, entrelazando nuestros dedos.

-No eres un bastardo sin corazón después de todo.- bromeo y él sonrÃÂ-e.

-Eso dices ahora, ricitos.

Sus manos atraen las mÃÂ-as a su regazo y el movimiento me hace inclinarme hacia él,
teniendo su rostro muy cerca.

-Te quiero, Harry.

No puedo responder nada, él ya me está besando.

**

Nana llega después de diez minutos y nos estrega nuestros cafés. No quiero demorarme
tanto, ya he visto a dos de mis viejos amigos y no quiero estar aquÃÂ- cuando Char y Eleanor
lleguen a la reunión, no quiero ver a la estúpida niña mimada de Char junto a Harry,
abrazándolo como si fuera de su maldita propiedad y mucho menos quiero que Harry vea a
Eleanor, no tengo ningún problema con ella, los dos hicimos nuestras vidas pero Harry se
sentirÃÂ-a incomodo, tal vez pensarÃÂ-a cosas estúpidas como:

âÂÂEleanor es muy linda, no sé por qué terminaste con ellaâÂÂ

âÂÂÿLa sigues queriendo, Lou? Dime la verdadâÂÂ

Si, la chica es linda pero Harry Styles es el octavo pecado capital. El chico es apasionado y un
amante asombroso y de alguna manera aún tiene esa inocencia que cautiva, aun cuando ha
gritado mi nombre -entre orgasmos- más ocasiones de las que recuerdo.
-El café es delicioso.- le escucho decir un con la taza en la boca, sorbiendo de poco a poco y
oliendo el café recién molido de nana.

-SÃÂ-, nana es la mejor de todo Doncaster. Aun me pregunto si usa algo de droga para que los
clientes vuelvan, una vez que pasas esas puertas estas condenado a venir aquÃÂ- siquiera un vez
cada dos semanas.

-ÿCómo conociste a nana?- pregunta ahora comiendo una de las galletas de jengibre.

-Eso lo puedo contestar yo.- escuchamos a nana, mientras se sienta en la silla frente a nosotros.-
Lou habÃÂ-a tenido una estúpida pelea con un niñito malcriado en su preparatoria, llegó
aquÃÂ- más enojado que un buey, me pidió un café⦠más bien me ordeno que le
sirviera un âÂÂmalditoâ café de mierda y me arrojó el dinero al mostrador.

Gimo, recordando ese vergonzoso dÃÂ-a.

-En fin, tenÃÂ-a que demostrarle a ese chico que los modales son la base de toda sociedad. AsÃÂ-
que preparé su café de âÂÂmierdaâ y se lo llevé. Cuando terminó me senté
a la mesa con él y le obligué a decirme lo que habÃÂ-a pasado para que un chico tan lindo
como él le gritara a una pobre anciana como yo. Y cuando terminó de contarme todo lo que
le habÃÂ-a pasado le di un castigo por ser un irrespetuoso.

-ÿCastigo?-pregunta mi chico sonriendo, tiene las manos entrelazadas bajo la barbilla y su


mirada no deja de ver a nana.

-Si, esa tarde Louis se quedó conmigo y me ayudó a lavar los trastes sucios. Y después
me acompañó a casa.

-Y el otro dÃÂ-a estaba de vuelta, para ayudarla en todo lo que pudiera. Se convirtió en una
rutina y me mantenÃÂ-a alejado de los problemas.

Sus ojos verdes me miran y está sonriendo. Me gusta verlo sonreÃÂ-r aunque una parte de mi
se rompe por dentro.

La puerta se abre y la campana suena, escucho su risa antes de verla y sé que es hora de
irnos. Nana da vuelta y cuando la ve su semblante cambia. Ella nunca estuvo de acuerdo con
nuestra relación tan âÂÂlibertina y promiscuaâÂÂ.

-Es hora de irnos- anuncio y Harry hace una mueca.- Tenemos cuatro razones más por
explorar.

Mi chico se levanta y nana le abraza mientras deposita un beso es su mejilla. Harry le devuelve el
abrazo y besa su cabello. Es la escena más jodidamente sentimental que he visto. Dos
personas que me importan demostrando tal afecto.

Eleanor sigue en la fila y espero salir antes de que ella nos vea o que Char llegue. Me despido de
nana con un abrazo y antes de que me separe de ella me dice algo que ya es como mi mantra:

-Ese chico es un encanto, Louis. No lo dejes ir.

Salimos de la cafeterÃÂ-a sin ser vistos y nos tomamos de la mano casi por inercia. No puedo
dejar de tocarlo por más de un par de horas, cuando no lo tengo cerca tengo ese cosquilleo en
las manos que me irrita. Necesito tocarlo, solo a él.

Bajamos por la calle y recorremos las dos manzanas de distancia entre la cafeterÃÂ-a y la
librerÃÂ-a âÂÂJohn DanielâÂÂsâÂÂ.

-Una librerÃÂ-aâ¦

-Si, John DanielâÂÂs.

-ÿEs una de tus razones? ÿMe leerás una historia de amor o algo por el estilo?
-De ninguna jodida manera.

-No entiendo.

-Y para entender tenemos que entrar.

Harry se encoje de hombros y camina para entrar en el local. Lo detengo antes de que pueda
tocar la puerta.

-No vamos por ahÃÂ-, Harry. Vamos por la escalera de emergencias. SÃÂ-gueme.

Nos escabullimos por el callejón a un lado de la librerÃÂ-a y veo a Harry tratando se esquivar los
charcos de agua estancada y la basura que cae de los contenedores.

-Vamos princesita, que no te mueres por ensuciarte un poco.

Cuando llegamos a la escalera de metal pegada a la pared Harry sube a mi lado, con cuidado
porque me he dado cuenta de que mi chico le teme a las alturas.

Tomo su mano y lo sostengo con fuerza mientras subimos.

-Yo te tengo, Harry. No dejaré que caigas.

Cuando llegamos al techo podemos ver gran parte de Doncaster, Harry aún tiene mi mano
entrelazada con la suya y me sigue por el cemento hasta el borde inicial, donde John âÂÂel
dueño de la tienda- habÃÂ-a colocado un sillón viejo para todos aquellos que quisieran pasar
un tiempo a solas, o leyendo un libro en un lugar más tranquilo.

Solo hay pocas personas que saben de aquel rincón en la librerÃÂ-a, y por eso es mi razón
número dos. Para él. Para Harry.
-Ya veo que te gustan mucho las azoteas.- me dice Harry sonriendo, mientras toma asiento a mi
lado.

-Me gusta, si, puedo ver todo a mi alrededor, se la pequeña parte que soy en toda la
ciudad⦠en el mundo. Me gusta sentir que soy tan pequeño, tanto que mis problemas
siquiera existen.

-ÿQué problemas?

-No puedo decÃÂ-rtelo, estoy en la azotea y aquÃÂ- no existen problemas.

-Entonces dame la razón porque la que nos escabullimos a este lugar.

Me levanto del sillón y me recargo en el borde, esta tan frÃÂ-o que me duelen las manos, doy la
vuelta y veo a Harry, mirándome atentamente. Ha subido las piernas al sillón y las abraza con
sus manos. No hace buen tiempo para estar en ese lugar, el viento sopla y la temperatura es
baja.

-Mi razón número dos es precisamente esta azotea. Y ya te he dicho el por qué, todos mis
problemas se olvidan cuando estoy en un lugar como este, que me recuerde lo pequeño que
soy en el mundo. Si alguna vez tenemos un problema puedes llevarme a cualquier lugar a más
de tres metros de distancia del suelo y olvidaremos todo.

-ÿOlvidaras todo? ÿAun si soy yo el que mete la pata y te lastima? ÿLo olvidarás?

Lo veo, tan perfecto como cada maldito instante desde que llegó al instituto.

-Lo olvidaré. No importa que haya sido, lo haré.

-Lo tendré en cuenta.


Le hace un gesto con la mano para que me acerque a él y lo hago, se ha recostado en el viejo
sillón y tengo que trepar por su cuerpo para sentarme sobre su cadera.

-ÿLo tendrás en cuenta?

-Nunca se sabe cuándo te seré infiel o el dÃÂ-a en que caiga ante los encantos de Zayn, ya
sabes, es un chico guapoâ¦

-Imprudente.- exclamo mientras le sonrÃÂ-o.

Sus labios rojos sonrÃÂ-en mientras bajo lentamente con intenciones claras, sus ojos verdes de
cristalizan mientras siguen los mÃÂ-os hasta que es necesario cerrarlos para que nuestros labios
so junten.

Sus manos van âÂÂcomo de costumbre- a mi nuca y toman mi cabello entre sus dedos. Me
gusta cuando hace eso, es como una señal de que estamos bien, de que me quiere, que
quiere que no deje de besarlo.

-Tenemos que ir a tres sitios más, Louis.- dice sobre mis labios.- Vamos.

Bajo de su cuerpo y tomo sus manos para llevarlo conmigo. Tres sitios más, y cada uno guarda
cosas personales que nadie más conoce sobre mi.

-Vamos.

**

Pasamos por algunos locales y llegamos el centro de la ciudad pero no estamos cerca de mi
próximo destino. Conozco a algunas de las personas que caminan por las calles pero no me
detengo a saludar. Finalmente, después de un viaje realmente largo en el que hablamos de
trivialidades llegamos al estadio Keepmoat.
-Punto número tres.- le escucho canturrear estúpidamente.

Nos sentamos en el gran estacionamiento. Se encuentra vacÃÂ-o ya que no están en


temporada pero es un lugar especial.

-Si, razón número tres, el estadio Keepmoat. ÿSabes que me gusta el fútbol?

-No, no lo sabÃÂ-a pero ahora lo hago.

-Bueno, siempre me ha gustado, es mi deporte favorito. En realidad no veo una razón para que
te enamores de mi solo porque me gusta el fútbol pero, es algo especial para mi, y lo tenÃÂ-a
que compartir contigo. Es mi mayor sueño, ÿSabes? Ser un jugador para DRFC.

-ÿDRFC?- pregunta con su mirada brillante. Realmente está interesado.

-Doncaster Rovers. Es un club de fútbol.

-Y quieres ser un jugador de Doncaster Rovers⦠es genial, Lou, que sepas lo que quieres.
DeberÃÂ-as de ingresar al club, jugar para la división menor.

-Lo hacÃÂ-a, antes de que me ingresaran en el Instituto tenÃÂ-a mi puesto en el equipo, ahora solo
quiero volver y seguir mi sueño.

-ÿPor qué sigues en el instituto?

-Tengo miedo de volver antes de tiempo, solo me queda un año y después iré a la
universidad o si me aceptan volveré al equipo. Tengo un año para madurar o dejar de ser
un total imbécil.
-No eres unâ¦

-Bueno, mi razón número cuatro está en casa.- interrumpo antes de que me defienda de mi
mismo une vez más.- Regresaremos en autobús, no quiero caminar tanto. Y bueno, esta
razón número tres, ahora sabes mi mayor aspiración, mi sueño, sabes lo que quiero
hacer en mi vida. No es una razón, pero es algo personal.

Siento cuando su brazo me rodea los hombros en un abrazo y sonrÃÂ-o sin poder evitarlo.

-Me gusta que me digas cosas personales sobre ti. Algún dÃÂ-a será mi turno.

Nos separamos y vamos a la parada del autobús, subimos después de un tiempo


esperando su llegada y nos sentamos hasta el final. Harry se recuesta sobre mi hombro y se
queda dormido después de un tiempo.

Yo no puedo dormir, aunque estemos lejos de casa, no puedo dormir porque me gusta verlo
cuando se relaja a tal punto que siento que es de cristal y cualquier movimiento brusco puede
romperlo.

Quiero cuidar de él.

Aunque yo sea a causa de las fracturas que tiene el cristal.

**

Llegamos a casa de Louis después de unos cuarenta minutos. La razón número cuatro
para enamorarme de él. Aunque no necesito razones, porque ya me enamoré.

-Bueno, hemos llegado.-dice mi novio mientras entramos a la casa.- Ellos son mi razón
número cuatro.
En la sala Jay y Mark cargan cada uno a uno de los gemelos recién nacidos. Las gemelas
mayores juegan en el suelo con un IPad, Lottie ve una pelÃÂ-cula y Felicite tiene los auriculares
puestos, todos reunidos en una misma habitación, todos reunidos como familia mientras hacen
rutinas diferentes.

Uno de los gemelos empieza a llorar y todos en la sala vuelcan la mirada sobre él o ella, todos
con esas miradas de preocupación.

-No es nada- dice Jay sonriendo mientras rueda los ojos.- Solo tiene hambre, ustedes siempre
exageran las cosas.

La mujer se levanta y al veros nos sonrÃÂ-e, su mirada viaja a nuestras manos entrelazadas y
sonrÃÂ-e aún más, sube las escaleras y Mark atrás de ella.

-Mi razón- le escucho tras mi oreja, me ha saltado la mano y ahora me abraza por la espalda.-
número cuatro para que te enamores de mi es mi familia. Porque seamos sinceros, ÿNo
quisiera que Jay fuese tu suegra? O que Mark te tratara como un hijo, que todas mis hermanas
quisieran saber de ti y que una en especial- dice mientras señala a Lottie y ella nos mira con el
ceño fruncido.- se muera de celos porque le has gustado.

-Yo lo quiero, si, me gusta.

-Que bien que lo quieras, porque lo tienes. Es tuyo, solo ha sido tuyo. Nadie más a entrado en
esta casa para que mi familia le tratara como a ti, tu eres especial, Harry.

-AsÃÂ- que, ÿLa razón para que me enamore de ti es porque tu familia solo me ha conocido a
mi como tu novio y solo me ha tratado a mi con tal respeto y tÃÂ-tulo?

-Exacto.

-Pues es genial, porque me gusta esta razón. Estoy ansioso por saber la quinta.
-Entonces vamos a mi habitación.

Subimos las escaleras en silencio y al llegar al pasillo puedo ver como los padres de Louis
arrullan entre sus brazos a sus hijos, los dos son tan amorosos, se ven a los ojos y sonrÃÂ-en
mientras duermen a sus hijos. La imagen es tan ÃÂ-ntima que me avergüenza solo mirarla.

Al entrar en la habitación Louis toma su celular y escribe un mensaje rápidamente mientras


sonrÃÂ-e y segundos después recibe una respuesta.

Guarda su celular y se sienta en la cama a mi lado.

-Mi razón número cinco llegará en diez minutos.

Su sonrisa es juguetona y me arriesgo a decir que se siente realmente feliz por quien sea que
este en camino. Pasamos los siguientes diez minutos acostados en la cama, abrazados y
besándonos por tiempos.

Y entonces las puerta se abre rápidamente, tanto que suelto un grito poco masculino.

Louis salta de la cama a los brazos del chico frente a nosotros y los dos sonrÃÂ-en tanto que me
pregunto si eso no dolerá. Dan vueltas aun abrazados y cuando terminan Louis me mira, y el
chico también.

-Harry Styles, te presento a Stanley Lucas. Mi razón número cinco para que te enamores de
mi.

Stanley abre los ojos, tanto que se me hace doloroso y me mira.

-ÿTú eres Harry Styles?- pregunta mientras viene hacia mi.- Estas jodidamente bueno.

La risa de Louis se me contagia y Stanley se sienta mi lado, sin dejar de mirarme y tocarme el
cabello y el rostro.

-Si, eres guapo, mucho. Maldito Louis âÂÂSoy heterosexualâ Tomlinson. Llevo siendo gay
más tiempo que tú y no he tenido un solo novio que se le compare a este chico, es un
castigo divino hacia mi o tienes pacto con el diablo. Â

-Simplemente fue el destino.

-áEl destino me lo paso por elâ¦!

-áStanley!-grita Jay desde la puerta.- No digas groserÃÂ-as en esta casa.

-Lo siento, Johanna, lo sé, hogar cristiano, lo tengo.- dice mientras sonrÃÂ-e y le guiña un
ojo a la mujer que se retira con una sonrisa y negando con la cabeza.

-Harry, te presento al Nick Grimshaw de Doncaster. Stanley Lucas, el chico más gay e
imprudente de esta ciudad y a quien tengo el honor de llamar: Mi mejor amigo.

Stanley me abraza y terminamos tendidos en la cama, él sobre mi.

-Un verdadero placer, guapo.

Y sus labios besan los mÃÂ-os.

-De ninguna jodida manera, Stan.- dice Louis mientras lo quita de encima de mi cuerpo.- No
besaras a mi novio, imbécil.

-Pero ya lo he hecho, y tu chico sabe a dulce.

Louis no está celoso, no veo en su rostro algo más que una sonrisa y sé el poder que el
chico tiene sobre él.

Me agrada.

Su razón número cinco es su mejor amigo.

Uno que se parece de sobremanera al mÃÂ-o.

Me gustan sus cinco razones pero que me enamore. Me gusta que ahora puedo ver un lado de
él que no me hubiera podido contar si no me llevara a los lugares que más aprecia de su
ciudad, si no me hubiera presentado a nana y a Stanley.

Los dos amigos se sonrÃÂ-en y hablan sobre algo que no entiendo, no escucho su plática. Solo
puedo verlo a él, a mi novio, a Louis Tomlinson.

No necesito razones.

Ya estoy enamorado.

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Me gustarÃÂ-a que comentaran, Que dejarán sus opiniones o lo que piensan de la novela
porque ya no lo hacen, y no es muy reconfortante para mi. Si no pueden hacer eso yo tampoco
me molestaré es subir capÃÂ-tulos.Â

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Capítulo XXI: "Navidad...feliz navidad"

“Navidad...feliz navidad”
Sus brazos me abrazan por la cintura, mi cabeza encontró su lugar entre su hombro y su cuello,
nuestras respiraciones se han acompasado de algún modo y nuestros corazones siguen latiendo
desbocados cada vez que sentimos el calor que desprendemos para el otro.

Con los pulgares dibuja el contorno de mis manos y la sabana sobre nuestras piernas nos cubre
del frío.

Lottie y Felicite están en el centro comercial comprando en las rebajas de navidad. Jay prepara la
cena en la cocina y no ha dejado que ninguno entre para ayudarla, ya puedo oler los diferentes
platillos y juro que escucho el estómago de Louis gruñir cada que la puerta se abre y el olor llega
hasta la sala.

Las gemelas se encuentran sobre la alfombra, Louis y yo en el sofá y los cuatro vemos el maratón
navidad, todas las películas navideñas, desde las comedias hasta las románticas.

-Harry...-susurra Louis en mi oído.- Esta es la mejor navidad que he pasado.

-¿Y el mejor cumpleaños?- pregunto sonriendo.

Siento su sonrisa sobre mi nuca y sus labios dejan pequeños besos sobre toda mi piel expuesta
en mi espalda, me acurruca más entre sus brazos y sus dedos se entrelazan con los míos.
Acostados en el sillón, viendo películas como si fuese una maldita rutina, como si esto lo
hiciéramos año por año.

-Si... el mejor cumpleaños.

Me remuevo entre sus brazos para dar media vuelta y quedar frente a él. Sus ojos azules me
impactan como todos los malditos días que le veo, no sé si pueda acostumbrarme a su mirada.

-Hola.- me dice sonriendo.


-Hola...

-¿Harry?

-¿Si?

-¿Estás triste?

Frunzo el ceño, no porque no sepa a lo que se refiere si no porque no quiero pensar en eso. No
quiero pensar en que mis padres no estarán conmigo esta navidad, que mi mejor amigo está a
horas de distancia de mi y que mi siento solo. De alguna forma me siento solo aun cuando estoy
rodeado de personas increíbles.

-No quiero hablar de eso.

-Lo siento.

-No es tu culpa, me trajiste aquí, hubiera sido peor estar en casa de mis abuelos y aparentar ser
alguien que no soy. Lo hice durante dieciocho años, Louis, aquí no tengo que esconderme. Tu
familia es genial.

-Lo sé, y no puedo dejar de ver los errores que cometo, este día más que ningún otro. Estas aquí,
Harry, estas a mi lado, me dan ese algo que buscaba, no pensaba que esto iba a salirse del
camino, tenía un plan para nosotros y mírame ahora. Traté de advertirte, traté de que me dejaras
antes de que esto pasara pero, estas aquí. Y no voy a parar de decir que estoy malditamente
agradecido con Dios o cualquier ser sobrenatural que nos rija por dejar que te quiera del modo en
que lo hago ahora y porque me correspondas de este modo.

Ruedo los ojos porque ya me harté de ese cuento. Estoy enamorado de ti, supéralo Louis
Tomlinson.
-Bueno, estoy aquí y tú estás aquí, tenemos que disfrutarlo mientras dure lo nuestro.

Cierra los ojos y veo esa arruga sobre su frente que hace cuando algo no es de su agrado.

-¿Qué pasa?

-No quiero que vuelvas a referirte a lo nuestro en cuestión de tiempo, Harry.

-¿Por qué?-pregunto mientras mi mano recorre su cuerpo hasta llegar a su rostro, acaricio su piel,
esa arruga en su frente.

-Porque no tenemos mucho.

Y antes de que pueda preguntar algo más me besa. Sube sobre mi cuerpo y nuestras piernas se
entrelazan, sus manos toman mi cara y me besa suavemente, cierro los ojos y me dejo llevar por
las sensaciones que me hace sentir.

Cuando deja de besarme recuesta su cabeza sobre mi pecho y lo abrazo por la espalda. Cierro
los ojos y sonrío, trato de concentrarme en la televisión pero el chico al que le confío mi mundo se
encuentra entre mis brazos.

-¿Estás cansado?- pregunta mi novio.- Es muy temprano para estar despierto.

-Un poco, anoche no dormí muy bien.

-¿Por qué no me despertaste? Podríamos haber perdido el sueño juntos...

Su cabeza se levanta y termina mirándome a los ojos con esa sonrisa de media luna que tanto
me gusta, sus ojos azules brillan y su lengua recorre su labio inferior cuando mi mirada va a su
boca. Se mueve lentamente sobre mi y crea fricción entre nuestros cuerpos.
-Louis...-susurro con dificultad.- Tus hermanas menores están justo a un lado de nosotros.
Compórtate.

-Eres un maldito aguafiestas, Harry.

Su mano derecha recorre mi costado hasta llegar a mi cintura. Trata de meterse entre mi pantalón
pero lo detengo antes de que lo haga.

-Louis.

-Harry.

-Tengo sueño.

-Bien... pero esto no se queda así.

Cierro los ojos y siento sus besos por todo mi rostro y cuello. Y tal vez si estoy cansado, porque
me quedo dormido al instante.

**
Harry sigue durmiendo en el sillón y las gemelas siguen viendo películas de navidad sobre la
alfombra. Lottie trata de hablar por teléfono con alguna de sus amigas mientras ve a mi novio
dormir en el sillón de alado. Me molesta pero tengo que soportar como mi hermana de dieciséis
años sufre de un enamoramiento fugaz.

Son las cuatro y treinta, Felicite ayuda a mi madre a preparar la cena y yo me encargo de
preparar la mesa, coloco los manteles de color rojo y los platos con estampados de alusiones
navideñas, los tenedores, cucharas y cuchillos, las copas y vasos.

Cuando termino voy a la escalera y cuelgo un pequeño muérdago, un poco escondido.

-Louis.- escucho la voz de mi madre a mi espalda.- ¿Puedo hablar contigo un momento?

-Claro.

Nos retiramos un poco para que nuestra plática sea privada y mi madre me toma las manos con
cuidado, sus ojos me miran pero son dulces y cálidos.

No hay nada de la mirada de desaprobación de unos años atrás, cuando la broma para Mark salió
mal, cuando la decisión de alejarme de ellos fue tomada.

-No había tenido tiempo para hablar contigo, te he extrañado mucho.- su mano va a mi mejilla y
con su pulgar me hace círculos en forma de caricia.- Estaba pensando en que podrías volver a
casa, no tendrías que regresar para el nuevo semestre, podrías volver al equipo y...

-No.

-¿Disculpa?

-No volveré a casa, no entraré al equipo...


-Ya he hablado con el entrenador, Louis, te quieren de vuelta... tu lugar no fue remplazado. Están
esperando por ti.

-Jay...

-¿Qué?

-No voy a volver a casa hasta que esto termine.

-¿Hasta que termine? ¿Qué es lo que va a terminar?

-Tengo cosas que resolver en el instituto, Jay. Quiero estar con Harry, solo estará un año y no
quiero desperdiciar nuestro tiempo juntos, encontré a alguien que merece la pena, mamá, él me
hace sentir que lo que hago está bien... Lo encontré.

-Le quieres realmente, ¿Verdad, Boo?

Sus ojos brillan y sus manos tienen mis mejillas atrapadas. No puedo mentirle, no tengo el
derecho de mentir.

-Es complicado.

-Amar no debe ser complicado a tu edad, Louis.

Tomo las manos de mi madre, las alejo de mi rostro y retrocedo, alejándome de ella. No, no
debería de ser complicado, pero lo es. Es tiempo de cambiar algo en mi estúpida mente. No
puedo seguir jodiendo cada una de las magníficas cosas que pasan a mi alrededor.

-Lo sé, y es una mierda.


Le doy la espalda y hago mi camino a la sala. Me siento en el suelo, con la espalda recargada en
el sillón donde Harry duerme y veo películas con mis hermanas, no he estado tan relajado en dos
años hasta ahora, con todas las personas a las que amo en el mismo lugar.

**

El sol sale de entre las nubes por algunos minutos y vuelve a ser eclipsado. El día es frío, el
viento sopla y todas las casas parecen haber sido vomitadas por un duende de navidad, con
todas esas luces y adornos.

Me siento en el pasto y puedo sentir las gotas del rocío que aún se encuentran frescas en las
plantas. El vapor sale en forma de humo cada que respiro y termino por acostarme con los brazos
tras la cabeza.

Una estúpida y molesta canción de navidad suena en alguna de las casas alrededor y escucho la
puerta abrirse y cerrarse.

-¿Puedo sentarme?- su voz aún tiene esa lentitud por el sueño.

-No tienes que preguntarlo.

Harry se sienta a mi lado y veo como se ajusta la chamarra y el vapor que sale de su boca.

-Hace mucho frío... ¿Qué haces afuera?

-Solo necesitaba pensar. Estar solo.

-¿Quieres que me vaya?


-No.- digo en lo que parece un susurro estrangulado.- No quiero que te vayas. Recuéstate
conmigo.

Cuando siento su calor a mi costado dejo de sentir todo a mi alrededor. El frío, la música, las
luces, las nubes que parecen anteriores a una tormenta. Solo lo siento a él, es como un maldito
radar interno, cuando Harry está cerca solo puedo sentirlo a él.

-Mañana se celebrará una fiesta en casa de unos amigos y... sería una buena oportunidad para
presentarte a algunas personas importantes...

-¿Quieres presentarme a tus amigos?

-Claro, quiero exhibirte como a un maldito trofeo. Stanley me ha amenazado así que no podemos
faltar, él realmente quiere volver a verte, creo que también se enamoró de ti.

Su sonrisa se dibuja en su perfecto y pálido rostro.- Pues que mala suerte, yo ya estoy
enamorado y no puedo corresponderle.

-Más te vale que sea así, no te dejaré ir, Harry. ¿Recuerdas lo que te dije hace unos meses? No
dejaré que nadie se te acerque. Eres mío.

-Posesivo...

-Y celoso. Jodidamente celoso.

-¿Char estará allí?- pregunta con algo de alegría en la voz.

-Sí, la maldita siempre está allí. ¿Re cuerdas lo que te acabo de decir? Soy malditamente celoso.-
gruño.
-No hables así de ella, es una chica increíble... ustedes dos son muy parecidos.

Resoplo a la vez que ruedo los ojos. Doy media vuelta solo para verlo, una de sus manos tras la
nuca y la otra sobre su pecho, jugando con el cierre de la chamarra. Sus mejillas se han teñido de
rojo igual que la punta de su nariz, y sus labios están un poco menos rosas.

-Y una mierda...

-Lou...

-No, ella y yo no somos iguales, ella es una hija de puta...

-Y tu un bastardo sin corazón. No son tan diferentes.- Da la vuelta y me mira.- Vamos, entremos...
me estoy congelando.

Cuando se levanta y entra en la casa sigo acostado por algunos minutos, sólo, tratado de pensar
con claridad una vez más.

“Y tu un bastardo sin corazón”... cuanta maldita razón.

**

El agua está caliente y el vapor sale de mi cuerpo cuando me meto bajo la regadera. Ya todos
están preparándose y eso me da un poco de tiempo a solas para pensar.

Aunque no haya nada que pensar.

Cada uno de mis músculos se relaja cuando el agua caliente recorre mi piel, se siente como una
caricia.

Cuando pasa el tiempo -tal vez unos quince minutos- cierro las llaves y me seco con la toalla, me
coloco la ropa interior y la bata de baño -que Louis me ha prestado para poder hacer mi recorrido
del cuarto de baño a su habitación sin incomodar a ninguna de las mujeres en la casa, y no
incomodarme yo- y me dirijo a su habitación.

Sobre la cama se encuentra la ropa que usaré para la cena, es algo muy raro el festejar su
cumpleaños y noche buena el mismo día pero de algún modo se siente algo más alegre.

Dejo la bata sobre la silla del escritorio y me pongo los pantalones, me siento en la cama para
poder calzarme los zapatos y escucho que un celular suena bajo una de las almohadas, y no es
el mío. Lo tomo para avisar a Louis cuando regrese sobre el nuevo mensaje pero no puedo
contenerme cuando veo su maldito nombre en la pantalla.

DE: C.Hilton.

9:45 p.m

No debería hacerlo, no permitiría jamás que alguien traicionara mi privacidad de este modo pero
ese chico me ha hecho demasiado como para que mi intriga se alimente. No abro el mensaje,
pero leo el anterior.

DE: C. Hilton
9:27 p.m

Feliz cumpleaños, amor. Espero que esta noche te la pases bien, te daré tu regalo personalmente
cuando volvamos a vernos.

Un beso desde París.

Christopher Hilton quiere que lo asesine con mis malditas manos.

DE: Louis Tomlinson

PARA: C. Hilton.

9:39 p.m

Ya te he dicho que no me envíes mensajes, no me llames, no me busques. Estoy harto de ti,


aléjate, maldita sea, acepta que perdiste. No eres el centro del puto universo y no eres el maldito
centro de mi puta vida, Christopher.

Deja de ser tan patético, concéntrate en mantener a Zayn a tu lado antes de que se dé cuenta de
que está perdiendo el tiempo contigo.

Y no puedo. Tengo que leer lo que él ha contestado.

DE: C. Hilton
9:45 p.m.

Tarde o temprano volverás. Sabes que la única opción que tienes es seguir con el plan o decirle
la verdad... y eres demasiado cobarde para decirla.

PD: No te preocupes por Zayn, él sabe lo que quiere.

La puerta se abre y Louis entra sonriendo. Yo aún tengo el celular en la mano y a estas alturas ya
no me importa la privacidad.

-¿Qué haces con mi celular?- pregunta mientras su sonrisa se borra y su ceño se frunce.

-Sonaba... y lo tomé para dártelo.

-¿Y en el camino revisabas mis conversaciones?- dice con la voz más fría que le he escuchado
nunca mientras me arrebata el aparato de las manos y después de leer el nuevo mensaje lo
bloquea y lo avienta a la cama.

-Fue un error, lo abrí sin darme cuenta.

-No me mientas.

Me pongo los zapatos y me levanto de la cama para ponerme la camisa negra de manga larga
con estampado de cruces que Lottie me regaló esta tarde y una bufanda negra que me ha
regalado Felicite.

-Harry... ¿Leíste todos los mensajes?


-No.

-Harry...

-Solo... no quiero pelear, Louis. No debí hacerlo, es tu maldita privacidad y yo no la respeté y lo


siento, pero no quiero pelear, no por él, no me importa que es lo que escondes o lo que tienen
planeado ustedes en su plan de los putos tres mosqueteros.

-No es nada de...

-No, Louis, en verdad. No quiero saberlo, ¿No es así?

-No...

-Entonces no lo digas, la verdad siempre sale a la luz, deja que me entere cuando tenga que
hacerlo.

-No dejaré que esperes tanto.

-Bueno.- digo mientras termino de secar y arreglar mi cabello.- Entonces esperaré hasta que
tengas el valor suficiente para decirme de una vez por todas que mierda estas ocultando.

-Quiero decírtelo.

-Pero no tienes el puto valor de hacerlo... en eso tiene razón Christopher. Eres un cobarde.

Doy media vuelta y le veo, con un pantalón de mezclilla negro que se ajusta a sus fuertes piernas,
zapatos de vestir negros y una camisa blanca con una americana azul marino, el cabello se lo ha
peinado hacia atrás y parece un maldito dios griego que ha bajado a la tierra solo para burlarse
de las personas a su alrededor por no tener ni una pisca de la sensualidad que él tiene.

Su mirada, sin embargo, ha perdido el brillo y alegría de siempre. Sus labios forman una fina línea
y me siento una mierda. Es su cumpleaños, no tengo el derecho de hacerlo sentir de esa manera,
no debería reclamarle, no hoy.

-Lo siento... Lou, es solo que estoy harto de que él aparezca cada que todo entre nosotros va
bien.

Lo sé, no te mereces todo esto, Harry.

-Que bien que lo entiendas, ahora bajemos...

-Bien.

Sale de la habitación y yo busco bajo la cama a esa pequeña caja de cartón donde espera su
regalo. La abro una vez más para verificar que siga ahí y me recuerdo agradecerle a Felicite una
vez más por haberlo comprado.

Claro que me hubiera encantado ir yo, pero Louis no se ha despegado de mi lado desde que
pisamos Doncaster.

Me coloco la gabardina, guardo la pequeña caja en una de las bolsas y salgo tras mi novio, mi
maldito y mentiroso novio.

**
Todos están vestidos para la ocasión, elegantes pero no en extremo. Las gemelas bailan al ritmo
de la música en la sala, Felicite sigue dando los últimos toques a la comida y Mark y Jay cargan
cada uno a uno de los pequeños recién nacidos.

Louis habla por teléfono con algunos de sus familiares que le desean un feliz cumpleaños y yo
trato de escuchar la plática de Lottie. Algo sobre un chico que la dejó plantada para el baile
escolar o algo que tiene que ver con un chico, no importa el tema, no puedo concentrarme.

La chica es agradable pero dice más palabras de las que mi cerebro puede entender en un día.

Al cabo de diez minutos Jay nos llama a todos a la mesa y tomamos asiento, Louis se sienta a mi
lado derecho y Lottie al izquierdo y frente a nosotros las gemelas y Felicite, Mark y Jay a cada
extremo y los bebés en la cuna junto a su madre.

La mesa se encuentra llena de platos como pavo y pan de ajo, ensalada, puré de papa y postres,
entre otros alimentos. Todo huele exquisito y la mezcla de olores solo sirven para recalcar el
hambre que tengo.

-Ahora vamos a celebrar el cumpleaños de mi primogénito.- dice Jay mientras le sonríe a su hijo
mayor.- vamos a celebrar esta cena por el chico más maravilloso y alegre que he tenido el placer
de llamar hijo... este día es especial por muchas razones, entre ellas el que Louis esté con
nosotros este año y que haya traído con él a la persona de la que está enamorado. Feliz
cumpleaños, amor, te amamos.

Louis sonríe y baja la mirada, siento demasiadas cosas en este momento. Y justo cuando me
lamento porque es la primera navidad que no pasaré con mi familia mi celular suena en mi
bolsillo.

Todos empiezan a pasar los platos y tomo la oportunidad para leer el mensaje que me ha llegado.
DE: Anne Cox.

10:49 p.m

Harry, amor... no te llamo porque no quiero interrumpirte pero espero que comprendas que te
extraño y que siento mucho que no hayas querido venir a vernos en navidad. Sé que mis
acciones este año no han sido las mejores, te di la espalda cuando más me necesitaste y no
puedo ser perdonada tan pronto, lo comprendo.

Espero te diviertas este día, feliz noche buena y navidad, bebé.

PD: Salúdame a tu novio... si eso no te incomoda.

Claro que no me incomoda, maldita sea. No me incomoda para nada.

Lottie me pasa el plato con el puré de papa y lo tomo. La escena a mi alrededor parece salida de
una típica película de navidad, todos sonriendo, es como si lo viera en cámara lenta, toda una
familia pasando un gran día con las personas que aman. Y yo lo veo todo tras un cristal.

Mi familia nunca hizo algo parecido, mi madre y yo hacíamos la cena en casa de mis abuelos y
mientras mi abuela llamaba a la familia mi padre y mi abuelo hablaban de casos del despacho y
sobre la bolsa de valores. Comíamos y un feliz navidad salía de la boca de mi madre, me daban
algunos obsequios y entonces regresábamos a casa para dormir.

Nunca algo tan familiar ni alegre, nunca muestras de afecto. Solo una estúpida cena con regalos
inútiles.

Viéndolos, a esta familia tan alegre y amorosa, me siento fuera de lugar.


Y entonces es como si él supiera lo que estoy pensando porque toma mi mano con delicadeza,
como si pudiera romperme. Y tal vez pueda hacerlo.

-Feliz navidad, Harry.

Es como si el mundo a nuestro alrededor se detuviera. Como si el mundo dejara de girar por
algunos segundos.

-Feliz navidad, Lou.

**

Cuando terminamos la cena todos nos retiramos a la sala y nos dispersamos en la habitación.
Las gemelas se sientan junto al pino y Lottie enciende la televisión en uno de los muchos canales
que transmiten películas navideñas.

Mis padres cargan a los bebés y todos sonríen mientras en la televisión anuncian que faltan solo
quince minutos para que mi cumpleaños termine.

-Lou, tienes que abrir mi regalo primero.- dice Felicite entregándome una caja bien envuelta en
papel blanco. Ruedo los ojos pero sonrío a mi hermana mientras abro su regalo y me encuentro
con unos vans rojos que he querido por más de seis meses.

-Felicite... eres la mejor de todas.

Mi hermana me abraza y deposito un beso en su mejilla. Cuando se aleja veo a las gemelas y me
entregan una bolsa de Nike con una sudadera blanca –muy parecida a la que Harry se apoderó
en el instituto-. Lottie me da una caja pequeña y dentro hay un encendedor de plata con mis
iniciales grabadas.

Mi madre y Mark se acercan y me abrazan, los dos al mismo tiempo.

-No sabemos que regalarte, Louis, así que decidimos darte el dinero para que tú elijas algo de tu
agrado.- me anuncia Mark mientras me da un sobre con una cantidad considerable de efectivo.-
Feliz cumpleaños.

Mi madre me abraza tan fuerte que me asombro de su fuerza y deja un beso en mi mejilla antes
de alejarse.

Y la última persona que queda es Harry que sonríe mientras se acerca a mi. Me toma de la mano
y me lleva al comedor.

-Quiero hacer esto un poco más... íntimo.- comienza mientras me toma las manos y me atrae
hacia él.- No tengo mucho que decir más que espero que hayas tenido un buen cumpleaños...-
una de sus manos va a su bolsillo y de él saca una pequeña caja de joyería.- Quería darte algo
especial y...yo... espero que te guste.

Me entrega la caja, trato de abrirla con calma pero mi ritmo cardiaco va en aumento. Dentro de
ella hay un anillo con mis iniciales grabadas en letra cursiva.

-Es de oro blanco... e hice que grabaran algo en él.

Mi chico tiene la cara roja, baja la cabeza cuando nuestras miradas chocan y vuelvo a ver el
anillo. Le doy vueltas entre mis dedos y veo la inscripción grabada en él.

No me arrepiento de haberme enamorado de ti.

Quiero gritar de la impotencia que siento, no puedo dejar que se engañe de esta manera. Lo
quiero, lo quiero maldita sea, estoy jodidamente enamorado de él.
-¿Lo prometes?- pregunto mientras me coloco el anillo en el dedo anular de la mano izquierda.

-Lo prometo.

-Bien...

Le abrazo por la cintura y él me abraza por el cuello. Llevo su cuerpo hacia atrás y cuando
quedamos bajo la escalera escucho a mi familia desearse feliz navidad en la sala.

-Feliz navidad, Lou...

-Feliz maldita navidad, amor.

Me separo de él y tomo su rostro entre mis manos.

-Según la tradición, ahora tengo que besarte.

Su mirada sigue la mía hasta que el muérdago se hace visible sobre nuestras cabezas.

-Entonces -dice abrazándome por el cuello una vez más.- bésame.

Lo hago. Lo beso como si algo dentro de mi se pegara con cada suspiro, con cada emoción.

Cuando beso a Harry algo dentro de mi vuelve a la vida.

Cuando lo beso, maldita sea, cuando lo beso todo vuelve a ser bueno.
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Y ya que hablamaos de navidad pueden leer mi OS llamado "1 de Diciembre de 2014".

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Capítulo XXII: "HO-HO-HOLLY SHIT."

“HO-HO-HOLLY SHIT.”

Sentados en la camioneta de Jay siento la mano de Louis sobre la mía, dándome el valor
suficiente para salir y enfrentarme a todos esos chicos y chicas dentro de la casa iluminada con
decoraciones navideñas y la música tan alta que puedo escuchar claramente las letras.

Pero él tampoco está tranquilo. Puedo sentir su mano temblar un poco y su respiración desigual,
su mirada fija en la casa.

Suelto su mano y me desabrocho el cinturón de seguridad, me inclino sobre mi costado y apago


la camioneta. Me mira, sus ojos algo dudosos pero tenemos que ir. Ya estamos aquí, no podemos
irnos.
-Vamos Lou, te están esperando.

-No quiero... fue un error haber venido.

-Son tus amigos, Louis... ¿Qué puede pasarte? Ellos quieren verte de nuevo, podemos estar solo
una hora si eso quieres pero tenemos que ir.

Cierra los ojos por un instante y asiente, toma las llaves, las guarda en un bolsillo y me da un
beso rápido en los labios.

-¿Solo una hora?

-Si así lo quieres.

Cuando bajamos de la camioneta y hacemos nuestro camino a la entrada tomo su mano para
aferrarme a algo que conozco. Nunca he sido bueno para socializar, nunca tengo temas
interesantes.

Nos detenemos frente a la puerta, dentro puedo ver destellos de luces de colores y la música es
ensordecedora. Louis me toma la mano con fuerza, no quiere estar ahí por algún motivo. Tal vez
sus nervios son exagerados, no lo sé.

-¡El marica ha llegado!-grita un chico a lo lejos cuando se abre la puerta y algunas miradas se
posan en nosotros.

-¡Hey!- escucho su voz.- Pero si yo llegué hace media hora...

Stanley nos sonríe mientras hace su camino hacia nosotros, un morocho le toma de la cintura
pero él no presta la menor atención.
-Los estaba esperando, ¿Por qué han tardado tanto?

-Trafico...

-Mentiroso, vi la camioneta de tu madre estacionada cuando llegue. No sé por qué estás tan
distante, somos los mismos que hace dos años. Vamos, tienes muchas personas que quieren
verte y claro, todos quieren conocer a tu novio.

Se interpone entre nosotros, separando nuestras manos y nos abraza por el cuello, mientras
caminamos los chicos alrededor nos miran. Algunos sonríen, otros no nos prestan atención.

Al llegar a lo que parece ser la sala se ve un bar improvisado a un lado de la chimenea encendida
y las luces están apagadas. Se pueden distinguir algunos cuerpos bailando melosamente sobre
una pista improvisada.

Un chico se acerca a nosotros y me entrega una cerveza. No me gusta mucho beber pero no
quiero verme como un tonto frente a todos. Tomo la botella y le doy un trago, está fría y me
quema al bajar por la garganta, el sabor es amargo pero agradable a la vez.

-¿Y tú quién eres?- pregunta una chica que ha salido de la nada, su mano va a mi pecho y se
recarga un poco sobre mi.- No te había visto por aquí... eres muy guapo.

Stanley ríe y se separa de nosotros, Louis toma mi cintura y aleja a la chica, ella abre los ojos al
tope cuando le ve y sonríe como loca.

-¡Louis!

-Cindy.

-¿Quién es el bombón?
Su voz suena algo pastosa, lenta, sus tacones se balancean por su inestabilidad y los parpados
se le notan un poco caídos, soñolientos.

-Él es Harry, mi novio.

-Tu novio... ya veo... me mantendré alejada.- sonríe y después de guiñarme un ojo se aleja.

Vuelvo a darle un trago a la botella, esta vez más grande y largo hasta que Louis la aleja de mis
labios.

-Calmado, Harry, no quiero que...

-Lo sé, no pasa nada, solo tomare una.

Sus brazos me rodean por la espalda, Stanley nos mira de frente y sonríe mientras algunos
chicos se acercan a nosotros. Me presenta a algunos pero no puedo recordar sus nombres,
Henry, Jennet, Ernest... muchos chicos, casi todos iguales en físico.

Pero reconozco una cara entre todos ellos.

-Harry- me dice al acercarse.- ¿Me recuerdas?

Luke, el primo de Louis se acerca y me da un abrazo amistoso, junto a él se encuentran otros tres
chicos, un morocho, uno con cabello verde que me hace recordar por un momento fugaz a
Christopher y uno más que a pesar del frío infernal está usando pantalones rasgados.

-Si, hola Luke.

-Me alegra verte por aquí, ya veo que superaron el drama y todos los malos royos.- dice con una
sonrisa mientras su mirada va de mi a su primo.
-Estamos en eso, algo me dice que no hemos terminado.

-Bueno, con Louis nunca se sabe. Todo es muy... inestable.- y le guiña un ojo a mi novio cuando
lo dice.- Pero bueno, tengo que irme, mis amigos y yo vamos a tocar en un rato, espero nos
escuches y nos des tu opinión.

Se aleja, los tres chicos sonríen y se despiden con un asentimiento de cabeza.

-¿Una banda?-pregunto a Louis mientras Stanley aun no aparta su mirada del primo de mi novio y
sus amigos.

-Si, son buenos. Ya verás.

Algunas personas se detienen donde nosotros para hablar con Louis, él me presentan y ellos
tratan de entablar una conversación pero mis pensamientos están en la música. Escucho todas
esas canciones que me gustan y me separo de Louis lentamente, él no nota que me alejo y llego
al bar.

La cerveza se me ha acabado y aún tengo el sabor en la boca. No había probado nunca una que
me dejara esa sensación y quiero disfrutarla. ¿Qué puede pasar?

El chico frente a la barra me sonríe y me entrega una botella, doy la vuelta para volver con mi
novio pero Louis ya no está allí, se ha ido.

-¿Perdido?-escucho su voz tras de mi y una sonrisa se posa en mi rostro.- Porque si es así yo


puedo llevarte a donde está tu novio de mierda.

-Char...-susurro al verla.

-Hola Harry.
Voy hacia ella y la tomo entre mis brazos, ella me abraza de igual forma.

-No pensaba verte esta noche.

-La sorpresa me la he llevado yo, pensé que ya abrías acabado con Tomlinson.

Sonrío pero antes de responder Stanley llega a nuestra conversación.

-Mira nada más a quien tenemos aquí, la zorra número uno de Doncaster.- expresa con una
sonrisa falsa.- No se te escapa uno, ¿Verdad Char?...

-Te me has escapado tú, Stan... pero solo por tu necesidad de ponerte en tus rodillas cada que
ves a un chico. Si tuviera un pene ya hubieras pasado por mi cama, y lo sabes.

-Nunca... a saber cuántas enfermedades tienes. No te tocaría ni con un palo para verificar que
estuvieses viva.

Los dos sonríen pero yo no sé qué decir. Parecen amigos cercanos pero se insultan como los
peores enemigos.

-A la mierda contigo, Stanley Lucas.

Me toma la mano y me lleva con ella, Stanley me mira y me advierte algo en silencio.

Char atraviesa la sala y salimos al patio trasero. Hay alrededor de treinta personas afuera y
algunas dentro de un jacuzzi pequeño, estamos a cero grados pero ellos parecen estar en pleno
verano.

Avanzamos hasta llegar a un círculo de chicos sentados junto a un árbol. Todos vestidos de
negro y algunos con cabello de colores, entre ellos uno de los amigos de Luke.

-Chicos, quiero presentarles a Harry Styles, es el novio de Louis.

Todos me miran y se presentan, más nombres que no recordaré. Excepto por el de Michael, el
Christopher Hilton de Doncaster.

-¿Novio de Louis, he?-pregunta Michael.- No sabía que a él le iban los hombres.

-No era así- responde Char entre dientes.- pero cuando llegó al instituto tenía que descargar su
frustración sexual con alguien, todos lo sabemos, Louis necesita del sexo más de lo que necesita
respirar.

Bajo la mirada ante el comentario, no me gusta que todos tengan esa imagen de él, Louis
conmigo no es solo sexo, él es algo más que eso. Y parece que Michael me entiende porque
frunce el ceño y se cruza de brazos para responderle a Char.

-Podrías ser algo más delicada, su novio está justo aquí y se nota que Louis no es un jodido
ninfómano, tiene sentimientos... solo que no los tenía para tu prima y ya es tiempo de que
superes eso, Charlotte.

La mirada de mi amiga se congela, con el cabello azul y la ropa negra parece una sombra son
alma.

-Él la engañó, la dejó botada para acostarse con un chico...- dice entre dientes, casi parece una
víbora anunciando peligro.

-Y ella lo superó- contesta Michael.- No tenían un trato especial, Eleanor lo olvidó a los dos
meces y siguió con su vida, ni siquiera debería importarte.

-Estoy harta de Louis Tomlinson y no voy a parar hasta verlo sufrir como lo hizo mi prima, solo yo
pude ver como lloraba por él. Jódete Michael.
Se da la vuelta y se aleja casi corriendo, no sé qué ha pasado pero no quiero drama, no esta
noche, no en Doncaster.

-Discúlpala, ella es muy sensible.- me dice Michael.

-Eso puedo verlo...

-Siempre ha odiado a Louis, busca cualquier pretexto para maldecir sobre su nombre.

-Si, ya sé la historia. Louis tampoco la adora mucho.

-Se odian a muerte, si algún día estás solo con ellos en una habitación corre por tu vida.

-Gracias por el consejo.

**

Rostros por todos lados, palabras, gritos, música.

Pero no está Harry. No sé dónde está, donde se ha metido o con quien y todos estos estúpidos
que se dicen mis amigos solo me impiden ir a buscarle.
-Tu novio es muy guapo, Louis.

-Me gusta su cabello.

-Es encantador.

Lo sé, yo sé que él es perfecto, no tienen que decirlo. Solo tiene que decirme dónde está.

Una cerveza se posa frente a mi y al ver a Stanley sonreír me alejo de todos para hablar con él.
Mi único amigo verdadero, el único que ha estado cuando necesité de alguien.

-¿Has visto a Harry? No sé dónde se metió.

-No quieres saberlo.

-Stan...

-Bien, Char ha llegado.

-Pero Eleanor me dijo que no podría venir...

-Pues Char se ha hecho un espacio en la agenda, y creo que saber por qué.

Mis manos se vuelven puños y la sangre se me calienta, no la quiero cerca de él.

-Él se fue con ella, creo que salieron al jardín. Lo siento, Lou, ella juega sucio.

-Lo sé... maldita sea, lo sé.


Me tomo la cerveza de un solo golpe, no puedo beber mucho tengo que conducir y no puedo
perderme y dejar a Harry solo. Dejo la botella sobre una mesa y voy hacia el jardín, Stanley me
sigue de cerca.

Recorro todo mi alrededor y lo veo, sonriendo con Michael, sobando sus brazos para crear calor.
Michael se encuentra a una distancia prudente y sonríe cada que Harry dice algo. No siento
celos, ni la más mínima punzada de celos, no con Michael que sabe los límites.

Me gusta verlo así, feliz, sonriendo. Me gusta verlo cuando sus ojos se hacen tan pequeños que
casi desaparecen, cuando sus hoyuelos se marcan al sonreír de esa manera tan peculiar, como
su cuerpo se dobla un poco y sus manos hacen ademanes.

Voy hacia ellos y abrazo a mi chico por la espalda, al sentir su cuerpo el frío a mí alrededor
desaparece. Una de sus manos va a mi mejilla y la acaricia lentamente.

-Aquí estas... no sabía dónde estabas.

-Fui al bar por una cerveza y cuando di la vuelta te había ido.

-Fui a buscarte, pensé que te había pasado algo.

Le escucho resoplar y Stan y Michael se burlan.- Fueron solo unos segundos, Louis... no me pudo
haber pasado nada.

Le doy la vuelta entre mis brazos y al verle de frente lo beso rápidamente.

-Pueden pasar muchas cosas en solo segundos, Harry. No quiero que te hagas daño.

-Estoy en una casa donde nadie me toca solo por ser tu novio. No sé cómo jodidos lo has hecho
pero nadie se me acerca tanto como para llegar a ser incomodo porque... al parecer, soy
propiedad de Louis Tomlinson. No puede pasarme nada, no aquí.

-Lo han entendido rápido, eh...- expreso sonriente.

-Idiota.

-Si, lo soy. Lo siento.

Sus brazos me abrazan por el cuello y sus dedos se meten por entre mi cabello. Es una manía
que tiene que me vuelve loco.

-Te quiero así, estúpido y posesivo.

-Y yo te quiero a ti, Harry. Demasiado.

Lo atraigo hacia mi y lo beso, lentamente, no tengo prisa. Quiero sentir todas las emociones que
él tiene para mi.

Cuando vuelvo a recuperar la conciencia escucho aplausos y me recuerdo no volver a hacer una
escena así frente a Stanley Lucas.

-Ustedes dos son la pareja más melosa de toda Inglaterra. Maldita sea, ¿Cómo es que yo no
puedo tener algo así?

Michael se acerca a él y le abraza por los hombros.

-La respuesta a eso, Stanley, es la fila de chicos que tienes tras de ti pero no te importan porque
ahora solo tienes en mente a uno, y a él no le van los chicos.

-Pero algún día querrás aprovechar esta oportunidad, Michael.


-Tal vez si, tal vez no. Pero ahora tengo novia y sabes que la quiero y tú deberías de jugar con
alguno de tus chicos, no puedes esperar por mi.

Mi amigo sonríe y se aleja de Michael.- Odio cuando tienes razón...- y se aleja de nosotros,
mientras sonríe a un chico junto al jacuzzi y este le sigue.

La novia de Michael llega a donde nosotros y después de presentarnos nos alejamos de la pareja
y los dejamos atrás, entramos a la casa, tomo dos cervezas del bar y le paso una a mi chico.
Todos a nuestro alrededor bailan mientras Calvin Harris suena por los parlantes.

Tomo a Harry por la cintura y lo atraigo hacia mí, una cerveza reposa en mi mano y doy un trago
a la vez que él da un trago a la suya. Su cuerpo se pega al mío y nos balanceamos de un lado al
otro, rozando nuestros cuerpos lentamente. Su trasero se restriega contra mi pelvis y mis manos
viajan a su cadera para atraerlo más hacia mi, quiero sentirlo cerca.

Su cuello cae a un lado y aprovecho la oportunidad para besarlo es esa zona pálida y caliente,
escucho como su respiración sale de entre su garganta y muerdo su piel sin causarle gran daño,
solo dejando una marca pequeña.

-Louis...

-¿Qué pasa, amor?

-No hagas eso... no aquí.

Su voz suena un poco lenta, como si la cerveza estuviera causando un efecto rápido en él.

-¿No quieres que siga?- pregunto mientras vuelvo a besar su piel y mis manos lo abrazan.

-Si... quiero que sigas, pero no aquí.


-¿Quieres que siga cuando lleguemos a casa?

-¡Sí! Por favor...

Cuando la canción termina bailamos la siguiente, y la que sigue a esa. Bailo con mi chico, el me
abraza y yo lo beso.

Y cuando Harry me abraza siento esa sensación, como si todos los pedazos de ser humano que
era se volvieran a juntar.

Ya han pasado más de tres horas y casi todos a mí alrededor se encuentran borrachos. Personas
bailando en la sala otros haciendo el ridículo en el jardín –aunque yo no me sienta de la mejor
manera-. Louis ha ido por más bebidas al bar y yo estoy escuchando la plática de Luke y sus
amigos.

Cuando los escuché tocar hace una rato no podía creer tanto talento, y sé que si siguen así
podrán triunfar. Los cuatro son muy alegres y parecen ser amigos desde hace mucho tiempo
aunque hay algunas miradas raras entre Ashton y Michael, como si no pudieran verse a ratos y
después su rivalidad pasara de largo.
-Entonces... ¿Te ha gustado?- pregunta Luke.

-Si, son geniales.

-Lo sabemos, solo verificaba.- responde Calum sonriendo y golpeando el hombro de Luke
mientras abraza a una chica que parece ser su novia y ella le sonríe.

-Harry...-la voz de Char me hace voltear.- ¿Quieres un trago?

Me mira y ya no hay rastro de enojo o alegría en ella.

-Claro... vamos.

Me despido de los cuatro chicos – y la chica- que sonríen y me alejo junto con Char.

-Lo siento por lo de hace un rato... es solo que me exaspero muy rápido. Y si, sé lo que dirás, soy
muy parecida a Louis...

-Lo eres.

Sonríe de medio lado pero su mirada aún se encuentra baja. No me gusta, es como ver a un
cachorro regañado.

-Vamos por esas bebidas.- digo abrazándola y adentrándonos en la casa.

Al llegar al bar hacemos un concurso de bebidas y a los diez minutos ya puedo notar que la
habitación empieza a dar vueltas. No paramos hasta que la garganta nos arde y nos reímos por
cualquier cosa. Los dos, juntos, sentados frente al bar improvisado.
Siento que la cara se me duerme poco a poco, los movimientos se vuelven lentos y el suelo da
vueltas lentas. Char me mira y yo a ella, nos sonreímos mutuamente.

-¿Ya haz conocido a los amigos de tu novio?

-Sí, son muy agradables.

-Algunos... otros son un desastre, igual que él.

-No es tan malo.

Su mano se posa en mi rodilla y me hace callar levantando una mano.

-¿Has besado a una chica antes?-pregunta y su voz no suena pastosa como la mía. De hecho, no
parece ni un poco mareada como yo.

-No... nunca.

-¿Te gustaría intentarlo?

-No lo sé...

-Mmmmm.... Bien, vamos a jugar a algo.

Me toma de la mano y nos levantamos, tengo que tomar un momento para recuperar la
estabilidad y la sigo por un pasillo hasta llegar a una sala donde hay chicos y chicas formando
una rueda en el suelo, algunos solo miran y otros se ríen. Entre ellos pasa una botella y cuando
se detiene frente a uno de ellos uno lanza un reto.

-Vamos Harry...
-¿Qué es eso?

-Pues... es un juego que hacemos aquí. Tienes que cumplir con una reto cuando la botella se
detiene frente a ti.

-No...-digo alejándome de ella.- No quiero jugarlo, gracias.

-Vamos... no pasará nada, ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué beses a una chica?

Me mira y sonríe de lado. Y estoy tan mareado que no sé cómo interpretar su gesto.

**

-Se ha ido hace unos minutos con una chica de cabello azul... no sé dónde está, lo siento Lou.

Hago tanta fuerza que la botella se rompe en mi mano y los cuatro chicos frente a mi me miran
como si estuviera loco. Porque así es como me siento. Charlotte Johnson, esa maldita chica pide
a gritos que le ponga un alto.

Tiro la botella que había empezado a beber al suelo y se hace añicos, estoy realmente enojado,
como nunca lo he estado. Entro a la casa y todos me miran, lo saben, saben que alguien la ha
jodido y no quieren estar cerca.

-¿Dónde está mi maldito novio?- pregunto a nadie en particular pero nadie me responde.-
¡¿Dónde?!
Algunos se encojen de hombros y otros simplemente se alejan, hasta que un chico se acerca a
mi.

-En la biblioteca... Charlotte estaba con él, se veía un poco...ammm.... Borracho.

¿Borracho? ¡¿Borracho?! El muy hijo de puta...

Hago mi camino a la biblioteca, cada persona que se atraviesa en mi camino recibe un golpe,
sabía que no debíamos venir, sabía que esa chica lo haría, lo jodería todo.

La puerta está abierta y puedo ver a una bola de chicos en el suelo, veo como toda esa bola de
idiotas se pasan una botella y cuando se detiene frente a Harry el corazón se me detiene para
volver a latir dolorosamente cuando ello lo toca para darle ánimos.

-¿Harry?-pregunta Clark.-No creo que a Louis le guste esto...-no termina de decirlo, Charlotte ha
dejado la botella de lado y lo está besando.

Toma su cabello entre sus manos y lo acerca a ella, sus labios se mueven rudamente sobre los
suyos, lentos y perdidos. Trato de controlarme lo más que puedo, quiero esperar el momento en
el que él se dé cuenta que no soy yo, que la aparte.

Pero no pasa.

Y mi furia va en aumento.

Entro en la habitación y todos me miran y después ven a la pareja de idiotas que se besan. Ellos
lo saben, todos sabían sobre Harry, saben de mi relación con él.

-De. Ninguna. Jodida. Manera. Acabas de rebasar los límites, Charlotte.


Tomo a Harry por la cintura con mis manos y lo jalo con fuerza. Char pierde la estabilidad y cae al
suelo cuando lo cargo sobre mi hombro y lo llevo fuera, camino y él ni siquiera se mueve. Busco
las llaves en mi bolsa y las saco cuando abro la puerta y camino hasta la camioneta.

Lo dejo sobre sus pies solo cuando estamos frente al vehículo y abro la puerta. Al verlo- aunque
no quiero verlo ahora- noto que una de sus manos se encuentra sobre sus labios y tiene los ojos
abiertos.

-Louis...

Pero no quiero escucharlo. Maldita sea, no quiero hacer nada más que salir de allí.

-¡Harry!- escucho a Cher gritar tras nosotros.- Sobre nuestra apuesta... ya sé qué es lo que
quiero.- una sonrisa de media luna se marca en su rostro y mi chico la ve aunque no expresa
nada.- Cuando el estúpido de tu novio te rompa el corazón... tendrás que salir conmigo, en una
cita... Y yo te ayudaré a ver lo mal que haces limitándote a solo estar con hombres.

Me hierve la sangre en las venas. No puedo controlarme. Tomo a Harry por la cintura y lo empujo
tras de mi, abro la puerta cuando ella avanza hacia nosotros y meto a mi chico en al asiento,
ajustando el cinturón de seguridad. Cierro la puerta con tanto coraje que escucho el chasquido del
metal al tocarse y doy la vuelta para entrarme con ella.

-¿Una apuesta?- ladro.

-Sí, una apuesta.- me contesta sonriendo.

-Olvídalo Charlotte, estoy harto de este jueguito que te traes. No quiero que te acerques a él,
déjame en paz de una puta vez, tu prima lo superó, Eleanor es feliz y yo también. Si sé que
vuelves a acercarte te voy a hundir, sabes que puedo hacerlo. Ya estoy harto, un movimiento en
falso y será el último.

-¿Me estas amenazando?- dice con los ojos inyectados de veneno.


-Yo no amenazo, yo advierto. Tómalo como un consejo, no sabes de lo que soy capaz. O tal vez
si y estas tentando al destino.

Paso a su lado y la empujo con el hombro, escucho que se queja pero no me importa una mierda.

Subo a la camioneta y tomo el volante con fuerza, meto la llave al contacto y la enciendo. Piso el
acelerador y me pongo en marcha.

-Louis... ella me besó.

Prendo el estéreo y subo el volumen. No quiero escuchar su voz, no quiero verlo.

-¡Louis!

Aumento la velocidad al tomar la autopista. El frío y al lluvia han hecho un poco de hielo en el
cemento pero no pienso con claridad.

-¡Louis baja la velocidad!

Creo que ya no está borracho, trata de tomar mi mano pero la alejo de él. Si lo toco ahora perderé
el control, aún más.

-Por favor, te estas comportando como un inmaduro. Yo no la besé, ¿De acuerdo? Yo no lo hice.

-Pero no te alejaste, no hiciste nada. ¡Nada, maldito idiota!

-No. No lo hice y no lo siento. Quería ver si había algo mal conmigo pero no, no sentí nada
cuando la besé, no siento nada por nadie que no seas tú... y no tienes el derecho de enojarte...
¿Qué no tengo el derecho?, ¡¿Qué no tengo el derecho?! ¡Y una mierda!

-¿Qué mierda estas diciendo? ¿Te estas escuchando?

-Si, no tienes el pudo derecho de enojarte porque yo sentí exactamente lo mismo cuando te vi
besándote con Christopher, cuando decías que querías estar conmigo y solo estabas jugando.
¿Cómo crees que me siento ahora que sé que tienes algo con él que no puedes decirme? ¡No
tienes el maldito derecho de ponerte así!

Presiono el volante con tanta fuerza que me duele, siento la sangre dejar de circular. El
acelerador sigue aumentando.

-Me lastimaste... nunca me había importado tanto una escena como esa. Yo... Harry, yo fui a esa
fiesta por ti, porque quería que todos vieran al magnifico chico que tenía el puto honor de decir
MÍO y lo que recibí a cambio fue a ese chico asombroso besando a la chica a la que más
desprecio. Su amistad no me afectaba... pero esto, Harry, que la besaras, que lo permitieras... me
haz dejado en ridículo allí, mientras yo decía a todos lo genial que eras otros se burlaban a mis
espaldas porque mi chico se estaba besando con otra en una habitación. Y eso no es lo que
importa, lo que digan los demás me importa poco... tu eres lo importante, y me haz lastimado.

Finalmente suelto el volante y la velocidad va en descenso. Entro a la calle donde se encuentra


mi casa y al llegar estaciono y bajo rápidamente. Harry me pisa los talones y entramos sin hacer
ruido, nadie habla, nadie dice nada.

Subimos las escaleras y al llegar a mi habitación me quito los tenis y trepo a la cama. Harry hace
lo mismo y cierro los ojos dándole la espalda.

-Lou... te quiero, ¿Vale? Eso es lo que importa. No te diré que lo siento, no lo hago... y puede que
sea algo duro de entender pero lo merecías, ahora sientes lo que yo cuando me mientes, cuando
besabas a Christopher, cuando...

-Ya cállate, Harry.


-Te quiero ¿Vale?

-Vale.

-Louis...

-No importa, ya no importa. Sabía que no debíamos ir hoy, pero Eleanor me había dicho que todo
estaría en calma, que ello no iría y que Char se mantendría alejada.

-Yo no quiero a Char, te quiero a ti y deja de preocuparte.

-Buenas noches, Harry.

Me abraza por la cintura y se pega a mi. Y yo acepto su abrazo porque tiene razón, ahora siento
lo que él. Pero no ha terminado, no he terminado de lastimarlo.

Y tengo que parar esto antes de que suceda.


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Últimamente me estoy quedando sin ideas LOL por si este capítulo lo sintieron muy tonto o
rápido, que se yo. Solo son de relleno, después viene lo fuerte :P

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Capítulo XXIII: "Ultimas sonrisas a tu lado"

“Ultimas sonrisas a tu lado”

Me gusta verlo dormir. Esa arruga en su frente y sus parpados moviéndose frenéticamente, sus
labios entreabiertos y rosas, sus mejillas sonrosadas. El cabello se aglomera sobre su frente y
algunos risos ya se encuentran lacios, otros fuera de lugar. Es imperfectamente perfecta la forma
en como sus muecas me dejan ver de qué tratan sus sueños. Ese tic nerviosos que tiene su nariz
justo antes de gemir o gruñir, me gusta ver sus lunares y contar las veces que dice mi nombre
entre susurros.

Aun puedo recordar la primera vez que lo escuché. En el instituto, mientras lo abrazaba en su
habitación, él no sabía que yo estaba allí, no hasta que despertó por la mañana. Pero nunca ha
sabido esto, que susurra mi nombre, es mi secreto. Un secreto que me guardo para mi deleite
personal.

El reloj sobre el escritorio marca las cuatro quince de la madrugada, no tengo sueño y dado que
es mi último día con mi familia no puedo dormir por los nervios mal infundados. Tengo miedo de
irme y de que mi familia vuelva a estar bien sin mí, que todos vuelvan a la rutina y que yo me
quede extrañándolos en el instituto. Sé que mis miedos son egoístas, que tratan solo de mí. Pero
¿Qué puedo hacer? Yo seré el que sufra por mi cuenta cuando esto acabe.

Así que por eso lo veo a él, para tratar de decirme que aun cuando vuelva habrá algo bueno para
mí.

Que Harry estará allí.


Para mí.

Que no me dejará.

Gruñe y da la vuelta sobre mi pecho, aferrándose a mis caderas. Sus piernas se entrelazan con
las mías y su cabeza se recuesta bajo mi mandíbula, encontrando se lugar entre mis clavículas.
Su cabello me hace cosquillas en la piel y está tan caliente que aunque la temperatura es fría me
hará sudar en cualquier momento. Sus brazos hacen fuerza sobre mi cuerpo y se engancha, no
sé dónde empiezo yo y dónde termina él.

Mis brazos van a su espalda, un poco sudorosa y caliente y lo tomo con fuerza, inhalo el olor de
su cabello y trato de relajarme.

La habitación está tan obscura que mis ojos aún no se acostumbran a la poca luz que sale del
reloj-despertador. Cierro los ojos y me concentro en las respiraciones pausadas de Harry,
tratando de acoplarme a sus latimos e inhalaciones. Cuando nuestros corazones empiezan a latir
al mismo ritmo la pesadez de todos mis problemas caen sobre mis parpados y finalmente el
sueño viene a mi.

Es pesado y obscuro y presiona justo en mis sienes. Es abrumador. Y me quedo dormido.

**

Me despierto y el lado de la cama donde debería estar él se encuentra frío. No está en la


habitación. Me levanto y trato de acomodar mi cabello pero no tengo éxito, me coloco las
pantuflas y hago mi camino a las escaleras, y es ahí cuando los escucho.
Risas, risas muy agudas y graves, gritos de alegría.

Bajo las escaleras lentamente, con cuidado, no quiero que noten mi presencia- aunque sería
imposible que lo hicieran-, al llegar al último escalón busco el sonido y me adentro a la sala de
estar.

Harry tiene a Lottie en el suelo, le hace cosquillas mientras Phoebe y Daisy tratan de trepar por su
espalda para defender a mi hermana y Felicite solo ríe desde el sofá. Todos se encuentran en
pijama, sonriendo y gritando frente a la chimenea encendida. Mis hermanas sonríen con tanta
alegría que me hacen sonreír a mí y mi chico tiene marcados esos hermosos hoyuelos que me
roban la respiración.

-¡Harry!-grita Daisy mientras jala de su cabello pero él no da tregua.

La risa de Lottie aumenta y Phoebe abraza el rostro de Harry y jala hacia atrás. Y espero que no
lo rompan, porque veo en la vena de su cuello que está empezando a doler.

-¡Vamos Harry, dijiste que haríamos Hot-Cakes!- grita Phoebe esta vez.

-Bien.- dice y pone las manos en alto, en símbolo de rendición.- Vamos por esos Hot-Cakes.

Se levanta de la alfombra con mis hermanas en la espalda y sonriendo da la vuelta. Si, el chico es
alto pero nunca creí que podría cargar tanto peso, no tan fácilmente.

Cuando sus ojos me ven sonrío involuntariamente y él sonríe para mí, sus mejillas se vuelven
rosas y hace su camino hacia donde me encuentro.

-Buenos días, Boo.

Mi maldito apodo de la infancia.


-Buenos días, Hazza.

Mis hermanas bajan de su espalda y se susurran algo que no comprendo, sus ojos van de mi
novio hacia mí.

-¿Qué están tramando?

-Nada, Boo... ahora que ya estás despierto puedes hacer tú el desayuno junto con Harry.
Nosotras estaremos esperándolos en la sala.

Y nos dan la espalda.

-Pues... nos toca hacer el desayuno.- me dice Harry mientras sonríe y toma mi mano para
adentrarnos en la cocina.

Todo está en perfecto orden, las sartenes en el colgante sobre la barra donde está el tostador, el
horno de microondas y las especias. En las alacenas se encuentran los cubiertos, los platos,
vasos y tazas, el suelo se encuentra reluciente y puedo ver por la ventana como el cielo se
encuentra nublado y el viento sopla hasta golpear el cristal.

Es un día frío y parece que va de acuerdo con mi estado de ánimo.

-¿Dónde están los utensilios, Lou?- pregunta mi chico.

-En la repisa de la izquierda.

Veo cómo va hacia ella y la abre, tiene que pararse en sus puntas para alcanzar la batidora y la
playera se levanta sobre su espalda, dejándome ver tres de sus lunares, el pijama se baja un
poco mientras se estira y me deja ver aún más piel.
-¿Piensas ayudarme?

-La verdad es que estoy en un buen lugar disfrutando de la vista.

-Lou...

-Harry...

-Eres un idiota.

-Soy un idiota por ti.

Cuando al fin alcanza la batidora empieza a reunir las cosas, y yo solo lo observo, sentado sobre
la barra. Él hace todo el procedimiento y prepara la sartén para cocerlos. La harina ha volado
hasta su cabello y ahora tiene ese olor dulce.

Cando pasa media hora Harry ya tiene una pila de hot-cakes en un plato y ha preparado
chocolate caliente, y juro que aún estoy en otro lado por verlo actuar tan hogareño, como si
estuviera preparando el desayuno –y juro que no sé porque pienso esto- para nuestros hijos.

-Listo.

Le ayudo a llevar los paltos a la sala y los reparto entre mis hermanas mientras él les entrega el
chocolate. Y nos sentamos en el suelo, tapándonos con las colchas y desayunamos mientras
vemos “F.R.I.E.N.D.S”.

La atención de todos está en la televisión pero yo aún siento esa presión en el pecho. Es
abrumadora, es como si alguien arremetiera contra mi pecho. Es el peso de cargar con este
secreto, es ver a Harry sonreír mientras todo a mis alrededor me dice que termine con esto, que
mientras más tiempo pasa más tardará él en perdonarme.
Yo y mis estúpidos juegos.

-¿Lou?- escucho su voz en mi oído.- ¿Te encentras bien?

Tan bien como la mierda.

Tan bien como un puto barco a la deriva.

Tan bien como tú lo estarás cuando junte el valor para hablar.

-Si.

-Estás raro.

-Solo un poco... metido en mi mente.

-Eso es malo, tu mente es un desastre.

-Igual que yo, Harry.

-Claro que si.- susurra contra mi barbilla y siento su sonrisa.- Tú, maldito bastardo sin corazón.

Una sonrisa aparece en mi rostro pero yo siento la urgencia de borrarla. Aunque no puedo. No
cuando él me mira y me abraza de la forma en que lo hace.

-Mi abuela solía decirme: Harry, si alguna vez alguien te pregunta cómo estás y tú no tienes el
valor suficiente para decir la verdad puedes excusarte con simples palabras como: Estoy
respirando, y por el momento estoy bien con eso.
-Bueno, Harry. Estoy respirando... y siento que por el momento esto está bien.

-Louis, ¿Qué pasa? Puedes confiar en mi.

Sí, pero tú no. Siento como el pecho se me contrae y la nariz empieza a picarme, es otro de esos
ataques de ansiedad o llanto. No sufría uno desde la última vez que estuve en casa, cuando vi a
mi madre y pude leer la decepción en sus ojos.

-No sé lo que pasa, solo sé que este día no es un buen día para mi. Creo que volveré a la cama.

Me levanto del suelo y veo a Harry posar sus manos sobre la alfombra, viéndome mientras le doy
la espalda. Su mirada es de preocupación y mientras subo las escaleras dejo caer una sola
lágrima de coraje. Coraje hacia mí y mi estúpida forma de ver todo como un reto.

-Lou...-dice su voz a mi espalda.- Voy contigo.

**

Nos recostamos en la cama y nos tapamos con las cobijas. En alguna parte del cielo un trueno
interrumpe la calma y segundos después la lluvia repiquetea en la ventana junto a nosotros. Louis
extiende la mano y jala la cortina para que se abra, y ahí está, el cielo cayéndose y creando hielo
sobre las banquetas.

-No puedo dejar de pensar en esos hoyuelos tuyos ¿Sabes?- dice Louis mientras su mano
recorre mi espalda bajo la camisa.- Y, Dios.... Harry, el color de sus ojos es mi nuevo color
favorito.
Sus ojos dejan la ventana pare finalmente verme. Su mirada es pacifica, no tiene el brillo habitual.
No desde el día de la fiesta, desde que año nuevo pasó y Nana tuvo esa platica que no pude
escuchar en la fiesta que organizó en su casa.

-Quisiera poder estar contigo hasta el día en que tengamos que dejar el instituto y no volvamos a
vernos, iniciamos el año juntos y quisiera terminarlo de la misma forma...-su mano libre va a mi
mejilla y su pulgar me acaricia la piel hasta llegar a mis labios.- Pero el futuro es una perra y
vamos a tener que separarnos antes de lo previsto.

-Lou...

-No, Harry, vamos a tener que hablar de eso en algún futuro cercano.

-¿Y tiene que ser necesariamente hoy? Porque no tengo la fuerza suficiente para hablar de eso
en este momento.

Llevo mi mano a su rostro, sus ojos azules me miran con pesar. Sus labios se abren y aprovecho
la oportunidad para besarlo. Mis labios toman los suyos y me abraza con fuerza la espalda y yo
trepo sobre su cuerpo, con mis piernas a ambos lados de su cadera.

Nos movemos lentamente, tan pesados como el tiempo a nuestro alrededor. Su lengua recorre mi
labio inferior y nuestros alientos se mezclan hasta que tenemos que separarnos.

-Siéntete libre de usar los besos como el método para hacerme callar, en cualquier momento.
Hablo seriamente.- susurra contra mis labios y sonríe.

-Lo haré.

-Bien.

Sus manos van a mi cadera y sus pulgares dibujan círculos y aún sobre el pijama puedo sentir el
calor que me brindan sus caricias.
-Podría besarte por horas.

Su sonrisa se extiende y el brillo de sus ojos aparece tenuemente.- Pues, maldita respiración y la
necesidad de aire en nuestros cuerpos.

Me alejo de su rostro y me siento sobre sus caderas. Sus manos toman las mías y nuestros
dedos se entrelazan.

-Ahí arriba te vez muy bien, deberíamos probar esta postura la próxima vez que te haga el amor.

-Eres un imbécil.

-Sabes que te encanta.

-Lo jodidamente amo.

Lleva nuestras manos juntas a sus labios y deja un pequeño beso en cada uno de mis nudillos.
Cierro los ojos cuando él lo hace y me concentro en escuchar la lluvia tras el cristal. Es un día frío
y de alguna manera me hace recordar a la soledad, como si todo lo que hay alrededor es un
recordatorio de todo lo que puedo perder.

Cuando abro los ojos él ya me está mirando. Y es el chico más perfecto que he conocido en años,
él es perfecto en todos los sentidos de la palabra.

Es el chico perfecto.

El novio perfecto.
El mentiroso perfecto.

-Eres hermoso, Lou.

-Harry...

-¿Sabes lo que dicen de las caras bonitas?

Él niega y aprieta mis manos con las suyas para que siga.

-Dicen que una cara bonita no significa un buen corazón.

Su manzana de adán se mueve lentamente y sus ojos me miran fríamente. Su sonrisa se ha


borrado de su rostro.

-¿Qué dijiste?

Le miro. Ya me cansé de que me escondan las cosas.

-Vamos, Lou. Demuéstrame que tienes un buen corazón.

-Harry...

-Dime que es lo que me haz estado ocultando. Dime tu maldito secreto.

Trata de hacer que me mueva de su cuerpo pero llevo mis manos junto con las suyas sobre su
cabeza. Estoy cansado, ya no quiero seguir con esto.
-¡Dímelo! Me va a afectar a mí, yo soy el que va a salir lastimado.

-No, en eso te equivocas. Si te lo digo nos vamos a lastimar los dos. Harry, por favor.

-Por favor, Lou. Solo dilo de una vez.

Sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas, miran a todas direcciones excepto a mi.

-Todo lo que amo se convierte en... mierda. Siempre hay algo.

-Bien, vamos a hacer algo.- y al fin me ve, con esos ojos acuosos que no soporto mirar.- Te voy a
prometer que tal vez las cosas no vaya a ser fáciles al principio, pero no me voy a ir.

Me mira y algo en él ha cambiado. Su fuerza supera la mía y en un movimiento rápido ya estoy


bajo su cuerpo.

Cuando me habla su voz es gélida, sus ojos fríos y sus labios tiemblan.

-Solo te diré que no has sido tratado de la manera en que mereces ser tratado.

Y después ya no está. Solo escucho el ruido sordo de la puerta al cerrarse.

¿Cuántos secretos puedes guardar, Louis Tomlinson? O mejor aún... ¿Por cuánto tiempo más
vas a seguir guardándolos?
Cierro los ojos y me doy la vuelta en la cama, no quiero pensar más. Quiero dormir.

**

Sueño con sombras y ruidos lejanos, no entiendo lo que dicen y cuando me acerco al sonido abro
los ojos. Alguien está moviendo mi brazo con fuerza.

-Levanta Harry, y ponte algo bonito.

Louis arregla su cabello y después se enlaza las agujetas. Tiene puestos zapatos negros y muy
formales, un pantalón de mezclilla negro y una camisa de vestir blanca, con una americana negra.
Su cabello está peinado hacia atrás y se ve limpio y serio.

-¿Te vas a quedar ahí toda la noche? Tenemos una reservación en dos horas.

-¿Reservación?- pregunto confundido mientras quito las mantas de sobre mi cuerpo y me levanto
para sacar algo parecido a lo que está usando él.- ¿Iremos a algún lado con tu familia?

-No.

-No entiendo.

-Solo vístete. Te esperaré en la sala.

Sale de la habitación, no sin antes darme un beso en el hombro desnudo. Su mirada y voz siguen
frías pero ese beso me ha dado a entender otra cosa.

Me pongo un pantalón de mezclilla obscura, una camisa de cuello negra y la gabardina, unas
botas negras y me arreglo el cabello. Hago lo mejor que puedo y no queda nada mal, aunque ya
está muy largo y necesito un corte.

Tomo mi billetera, el celular y salgo, con el corazón latiéndome dolorosamente en el pecho.


Cuando bajo las escaleras veo a las hermanas de Louis aun en pijama y a Jay y Mark con los
gemelos en la sala, viendo televisión. El cielo afuera se encuentra obscuro y estoy algo perdido,
dormí todo el día y cuando caigo en esa realidad el hambre llega a mi.

-¡Que se diviertan!- grita Jay y me guiña un ojo.

Louis llega a mi y toma las llaves de la camioneta, toma su mano y salimos, con las sonrisas
cómplices de sus hermanas a mi espalda.

El aire está frío, tanto que siento que quema. Louis abre la puerta para mí y entro al vehículo, le
veo dar la vuelta hasta que entra y enciende la camioneta.

-Vamos a ir al centro, tenemos una hora para llegar pero la carretera está congelada y tenemos
que ir con cuidado. Abrocha tu cinturón.

Le hago caso y sigo sin comprender su tono de voz. No ha sonreído y me intriga un poco.

-¿Listo?

Solo puedo asentir.

-Bien.

Y se pone en marcha.
**

Pasamos por calles solitarias, las luces de las casas reflejan el interior y a las personas tras las
cortinas. Y cuando entramos al centro puedo ver a cientos de personas yendo de un lado para
otro, sus respiraciones causando que su aliento salga en forma de humo, algunos ríen, otros solo
caminan ignorando al mundo. Son las siete pero el sol se ha escondido totalmente. Algunas
personas caminan en pareja, tomando sus manos, entrelazando sus dedos, otros va con amigos,
otros lloran.

Y no sé cómo mi cerebro ha recibido la orden, pero mi mano vuela hacia la que Louis tiene libre
sobre su regazo y entrelazo nuestros dedos. Se siente correcto, después de todo lo que nos
dijimos por la mañana.

Seguimos por calles cada vez más elegantes hasta llegar a un restaurante llamado Heaven. Louis
baja de la camioneta y antes de que me dé cuenta ya está abriendo mi puerta y toma mi mano, y
veo el primer destello de una sonrisa en su rostro.

-¿Qué hacemos aquí, Louis?

Entramos a la recepción y un señor de mediana edad con calvicie pero bien vestido nos da la
bienvenida. Louis da su nombre pero utilizando un apellido que no había escuchado antes. El
señor nos sonríe y nos hace seguirlo dentro del restaurante extremadamente elegante hasta
llegar a una mesa junto a un gran ventanal y con velas encendidas sobre la mesa.

El local se encuentra pintado de suaves tonos, cafés y beige. Lámparas cuelgan del techo y la luz
es tenue, música instrumental suena en vivo, la orquesta sobre un hermoso escenario.
-Gracias.- dice Louis y yo solo asiento en señal de agradecimiento.

-En un momento serán atendidos.

Y cuando nos quedamos solos y yo estoy estupefacto viendo a mi alrededor Louis toma mis
manos sobre la mesa y lo veo directamente a los ojos.

-Esta mañana dijimos cosas un poco fuera de lugar, y era verdad lo que decía sobre no ser
tratado como te mereces... así que estamos aquí hoy, fue difícil pero era tiempo de tener un cita
de verdad y eres tan especial para mi que no podía llevarte al cine o a comer a un restaurante
estúpido porque sería una falta de respeto total a mis sentimientos hacia ti.- me mira con esos ojo
azules que tanto me gustan y puedo sentir su sinceridad.- Así que mientras dormías llamé a mi
padre, es la primera vez que lo llamo y él me ayudó a conseguir esta reservación, él puede
permitírselo así que no hay problema... Harry, eres muy especial para mi, te quiero, siento esa
necesidad de decírtelo cuantas veces sea necesario para que lo creas y si, estoy jodido y talvez
soy el idiota más grande del mundo pero te quiero, estoy enamorado y me siento jodidamente
bien contigo, yo... yo te quiero demasiado y...

Pero no puede terminar porque una chica rubia se acerca a nosotros y nos entrega el menú,
Louis deja mis manos en libertad y pide lasaña y una pizza vegetariana y yo pollo con salsa de
tamarindo y pedimos vino tinto, y me siento tan malditamente especial.

-¿Una ocasión especial?- pregunta la chica sonriéndonos mientras retira nuestros menús.

-Estoy en mi primera cita con mi jodidamente perfecto novio, es el mejor día de mi vida.- contesta
mi novio sonriendo hacia la chica y ella me mira.

-Sí, si yo tuviera un novio como él también sonreiría de la forma en la que tú lo haces.

Mis mejillas estallan en rojo y bajo la mirada. No es vergüenza, es algo que no puedo explicar.

Cuando la chica se va Louis toma mis manos nuevamente y esperamos en silencio – un silencio
que no puede y no es para nada incomodo- hasta que la chica vuelve con nuestros pedidos casi
veinte minutos después.

Cenamos entre risas y miradas, actos tontos y sonrisas. Louis me lanza besos cuando trato de
quedarme quieto para comer y me hace reír nuevamente. Las personas a nuestro alrededor no
parecen molestarse, al contrario, ríen con nosotros.

-Louis, para. Vas a hacer que me ahogue con la comida.

Pero él no lo hace, su sonrisa me hace sonreír y siento el corazón latiendo. Es como si estuviera
sobre mis palmas, como si estuviera allí esperando a ser entregado a Louis.

La chica rubia llega y sirve vino en dos finas copas y Louis le susurra algo al oído. Ella sonríe,
asiente y se retira. Mi chico toma la copa y da un trago pequeño, veo como tienta el saber en su
lengua y decido probarlo por mi cuenta. El sabor estalla en mi boca y doy un trago más antes de
que él tome mi mano nuevamente y veo el anillo en su dedo. Mi promesa para él.

-Harry.- dice y la música se detiene.- Nunca había sentido esa... ¿Sensación? De ver a alguien a
la cara y querer despertar con ella al otro lado de la cama todos los días, nunca había sentido esa
necesidad de escuchar la respiración de alguien al compás de la mía. Amor, mírame... he caído
como un tonto por ti.- la música vuelve a sonar y reconozco la canción, es una de mis favoritas,
C'est la Mort.- Odio este sentimiento, es como si fuera a perderte un día y no volverás a mí y lo
odio tanto y esta mañana, cuando me dijiste que no sabías si yo tenía un buen corazón me
disguste tanto conmigo mismo porque no puedo responderte, no sé si lo tengo o no. Así que en
lugar de eso trataré de hacerte sentir especial para que pueda pensar que puedo ser bueno para
ti.

-Louis...

-Te quiero, Harry.

-Y yo te quiero a ti.

-Rompí mis reglas por ti.


-Louis... yo...

-Quiero que sepas que nada, nada en este jodido mundo se siente mejor que saber que tú eres el
chico que me quiere de la misma manera en la que yo lo hago, que me gusta la forma en la que
me haces sentir.

Las personas a nuestro alrededor nos miran, algunos sonríen hacia nosotros y algunas señoras
de edad avanzada nos miran como si fuéramos parte de una telenovela, con sus manos frente a
sus regazos y sonriendo tanto que espero no duela.

-Lo que quiero decir es que lo haría todo por ti, Harry. Si me dijeras que me alejara lo haría, si me
pidieras que me quedara me quedaría. Todo lo que quieras, Harry. Y lo único que pido es que me
ames como lo haces. Todo lo que quiero es estar contigo, solo contigo. Te quiero, quiero esto, a
nosotros. Te quiero, solo a ti.

No sé qué decir, sigo paralizado por su actitud, sus palabras.

No sé qué decir así que solo me levanto y rodeo la mesa, no me importan las miradas de los
intrusos a nuestro alrededor y me concentro en la música que sigue sonando y tomo sus manos
para que se ponga sobre sus pies y quede a mi altura.

-Te quiero, Louis Tomlinson y nada de lo que pase podrá hacer que eso deje de ser así. Te quiero
y la única manera de demostrártelo es esta.

Tomo su cuello y mis dedos van a su cabello perfectamente peinado y lo atraigo hacia mi.
Nuestros labios apenas se rozan y dejo pequeños besos sobre ellos. Él toma mi cintura y me
abraza y la noche se vuelve perfecta.

-No me importa que tan complicado sea.- susurro sobre sus labios.- Aun así te quiero.
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Capítulo XXIV: "Oro de tontos"

“Oro de tontos”

Abro los ojos cuando la puerta se abre. Niall aparece con su brillante sonrisa y cabello rubio
–ahora más brillante-. Entra a la habitación sin ser invitado y se recuesta a mi lado en la cama.
Solo llevo tres horas en el instituto y ya siento la pesadez de volver, como si todo se redujera a
ese relativamente pequeño espacio de tierra en el mundo.

-Hola, Harry.

Su voz llega a mis oídos y me traspasan un poco de su felicidad.

-Hola, Ni. ¿Cómo estuvieron las vacaciones?

Siento como se revuelve sobre las sabanas y de repente su mano toma la mía, el calor me
traspasa la piel.

-Fueron... buenas, supongo. Mi madre me llevó a casa de mis abuelos y mi hermano estaba ahí
con su esposa y ella está embarazada- y escucho su sonrisa más que verla.- pero papá nunca
apareció y yo quería verlo pero... mamá dijo que estaban separándose. Él ya no vive en Irlanda y
no quisieron decirme a donde se ha ido y, es un poco jodido todo esto porque sé que tengo
aunque sea un poco de culpa y no sé, lo jodí todo para mi madre.

Suelto el suspiro que estoy reteniendo y aprieto su mano.

-Lo siento mucho, Niall.


-No importa, ya era una mierda antes. ¿Cómo estuvieron tus vacaciones con los Tomlinson?

¿Qué puedo decir? Todo está mejorando... o talvez no.

-Su familia es... podría decir perfecta. Sus hermanas son ridículamente tiernas y sus padres lo
entienden todo, ellos no se molestaron con él por mi, ellos me aceptaron y se sintió bien,
¿Sabes? El ser aceptado se siente muy bien. Louis es muy diferente cuando está con ellos y me
resulto muy fácil terminar de enamorarme de él en esas semanas. Hiso cosas muy románticas
para mi.

-¿Como qué?- pregunta y siento como toma asiento a mi lado.

-Pues, me llevó a dar un paseo por la ciudad y me presentó a la mujer más linda que he conocido
nunca, le dicen Nana y es realmente especial. Y ayer por la noche me llevó a una cita... en un
restaurante muy elegante y me dijo cosas que hicieron estragos en mi mente y tengo los
sentimientos muy, muy revueltos.

-Amarlo en complicado, ¿No?

-No podría haberlo dicho mejor.

Y entonces empieza a contarme su historia de amor con Josh y como hablaron por Skype todos
los días, como presentaron a sus familias por ese medio y como Maura lloró porque su pequeño
niño estaba enamorado. Me dice cosas sobre sus familiares y escucho cada una de sus palabras
aunque no entienda nada.

Pero me juré escucharlo, siempre.

Así que me paso una hora escuchándolo parlotear sobre todo, hasta que calla y vuelve a
tenderse a mi lado. Y nos quedamos dormidos.
**

Esta mañana, cuando volvimos al instituto mi madre y mis hermanas lloraron, Mark me abrazó y
yo tuve que tragarme las lágrimas y las ganas de gritar de impotencia. Porque los extrañaría, ya
los extraño, pero necesito arreglar las cosas en este maldito castillo.

El instituto se ve como el primer día en que llegué, grande, sombrío y frío. Me siento fuera de
lugar, nostálgico, quiero llorar pero no me lo permito, claro de que no. Nadie me ha visto llorar
antes, no dejaré que lo hagan ahora.

Me tiro en la cama y cierro los ojos, ya he juntado el valor suficiente para contarle a Harry el gran
secreto estúpido que he estado guardando pero ¿Cómo lo tomará él? Le afectará mucho, tal vez
se enoje demasiado, tal vez quiera alejarse, pero tengo que decírselo ¿No es así? Antes de que
alguien más lo haga.

Antes de que Christopher –Maldito- Hilton lo haga.

Así que solo necesito ir a su habitación, sentarme con él en su cama y soltar la noticia, explicarlo
y después hablarle con la verdad, decirle que me enamoré de él –decirlo una vez más-, y
convencerlo de que es verdad.

Y después veré si me corre de su habitación o me dará una bofetada o algo que haga Harry
cuando se enoja.

Entonces tengo que ponerme en marcha. Pero tal vez el miedo no me deja abrir los ojos y
avanzar. O tal vez es el hecho de que la puerta se ha abierto y alguien se ha recostado a mi lado
en la cama.
-Harry...

-Persona equivocada, Louis.

Abro los ojos rápidamente y tan grandes que duele y me siento para alejarme de él. Hace algunos
meses no me hubiera molestado la intromisión pero ahora lo hace, ni siquiera quiero verlo. Ya me
harté de esto. De todo lo que tenga que ver con él.

-¿Qué haces aquí?

-Acabo de volver de Francia, quería verte.

-Creo que sabes de sobra que el sentimiento no es mutuo.

Sonríe y se sienta en la cama con las piernas cruzadas, una sobre otra y sus manos juegan con
la sabana.

-¿Te he estado causando problemas con tu noviecito?

-Christopher...

-Pero si todo es mentira, Louis.

-No, no lo es. Ahora vete.

-Podrías volver a lo que teníamos antes, no sé por qué te has alejado tanto.

-Sabes la respuesta pero no puedes aceptarla. No quiere creer que las personas se pueden
enamorar, que pueden ser amados.
-Louis, Louis, Louis... no te reconocería si no te estuviera escuchando ahora, todo esa bola de
estupideces que sale de tu boca, Dios, pareces un idiota.

-Fuera de mi habitación.- ladro mientras tomo su brazo para sacarlo con mis propias manos, no lo
quiero aquí, no ahora.

El brazo que nos sostengo vuela hacia mi pecho y con su mano jala mi playera, haciéndome caer
sobre él.

-No te equivoques Louis, soy lo único que te quedará cuando tu preciado novio de juguete sepa lo
que hay tras ese enamoramiento estúpido tuyo.

-Preferiría estar solo.

Veo sus ojos brillar y maldita sea, he encendido esa llama en él.

-¿Solo? Bien, lo entiendo.

Me empuja lo suficiente para volver a estar de pie y le veo salir elegantemente de la habitación.
Cuando la puerta se cierra quiero volver a recostarme pero algo me detiene.

Sobre la cama hay una caja blanca con un listón rojo. Un Feliz cumpleaños se encuentra escrito
con tinta rosa y la tomo entre mis dedos. Después de pensarlo unos segundos la dejo en la mesa
del escritorio, intacta.

Y vuelvo a la cama, son las dos de la tarde y habrá una fiesta para celebrar el nuevo curso a las
ocho, puedo dormir seis horas. Después de eso hablaré con Harry.

Tengo que.
Maldita sea.

Tengo que.

**

La tarde transcurre lentamente, Niall se ha ido de mi habitación y ahora trato de poner orden en
algo, pero todo se encuentra en su lugar así que tomo mi gabardina y salgo de la habitación para
dar una vuelta por el instituto. El mármol está frío y hace que los anchos pasillos se sientan
tétricos, aun cuando los chicos empiezan a llegar y el ruido a mi alrededor aumenta, bajo las
escaleras y veo el momento exacto de la llegada de Liam, con un corte de cabello nuevo, se
encuentra casi rapado y tiene una fina barba en el rostro, su cuerpo se ve un poco más
voluptuoso y tras de él se encuentra Danielle, cargando un cesto de ropa mientras él carga varias
cajas. Los dos entran y Liam me sonríe y Danielle suelta el cesto para abrazarme.

-¡Harry! Qué lindo estás, cada vez que vuelto a verte te vuelves un poco más lindo. Me encanta tu
cabello largo, te favorece mucho. ¿No es así, Li?

-Danielle... no molestes a Harry.

-No lo estoy molestando.- dice con una mueca mientras toma el cesto en sus brazos.- Lo que
pasa es que tú estás celoso.

-Siempre estoy celoso.

-Gruñón.
La pareja sigue avanzando, mientras pelean y ríen y yo sigo bajando, salgo por la puerta principal
y mis pies siguen una dirección que mi cerebro procesa lentamente, hasta llegar al lago.

El clima no es muy favorable pero yo me siento en las bancas de picnic y observo todo a mi
alrededor. La línea de carros frente a las puertas, los chicos bajando de los automóviles con
maletas y los padres volviendo a la carretera, las nubes se mueven lentamente y el sol se
esconde entre ellas a ratos. El aire me pega directo en la cara y me llevo las manos a los brazos
para frotarlos y darme calor.

Veo llegar a Javier y Josh en un mismo taxi y veo a Niall ir hacia ellos y abrazarlos mientras
sonríe y aunque quisiera ir a recibirlos de igual manera pero no quiero abandonar este lugar y la
vista privilegiada que me da.

No he visto a Louis desde que llegamos por la mañana pero no iré a buscarlo, Zayn ha llegado
hace una hora y podría ser que estén hablando o que simplemente no quiera hablar con nadie, ni
siquiera conmigo. Estaba triste y un poco gruñón cuando dejó a su familia y pienso que lo mejor
es no molestarlo por ahora.

Y cuando vuelvo a la realidad y dejo de pensar en Louis veo esa melena rosa y bien peinada que
se dirige hacia mi, con una sonrisa amistosa pero falsa y toma asiento a mi lado, cruza una pierna
sobre la otra y me recuerda a toda la elegancia que yo nunca podré poseer.

-Harry.

-Christopher.

-Necesito tu ayuda una vez más, ya sabes, para la decoración de la cafetería. Necesito personas
que sepan organizar a una bola de estúpidos.

Aun sostengo el aire en mis pulmones, trato de pensar en algo lógico para decir pero antes de
que pueda siquiera abrir la boca él me toma de la mano y me lleva con él dentro del edificio.

Al llegar a la cafetería ya hay un montón de chicos tratando de poner todo en orden y una vez
más me doy a la tarea de ayudarle a Christopher a poner orden, y aunque no me gusta este
pequeño roce de solidaridad entre nosotros lo hago para distraerme, dejar de pensar en todo lo
que pasará de ahora en adelante.

Cubren las paredes con serpentina y algunos globos y las luces bajan hasta hacer de la escena
un poco más nítida, ponen música de todo tipo y alguien ha puesto una de esas esferas con
cristales de colores que hacen parecer a la gran cafetería un antro privado.

Gritos por aquí y por allá y las mesas cambian de lugar, los chicos van de un lado a otro y
después de unas dos horas de risas y gritos finalmente terminamos con el caos.

-Bien, eso fue todo- oigo decir a Christopher y me dejo caer en una de las sillas, cerrando los
ojos.- Gracias por la ayuda, Harry.

-No hay problema.

-Espero que esta noche te diviertas.- y su voz se escucha diferente, casa burlista.

Y cuando abro los ojos él ya está saliendo por las puertas y me quedo solo.

**

-¿Hola?

-¡Harry!-grita Nick al otro lado del teléfono.


-¿Cómo estás?

-Bien, eso es lo que pienso... nunca me habían dejado ¿Sabes?

-No entiendo, Nick.

Una risa sarcástica suena al otro lado.- Que tu amigo Javier me ha botado, me dejó por un chico
que conoció en Francia. ¡Me dejó por un francés! ¿Sabes lo que es eso? ¡Yo quisiera tener un
francés para mi! Pero nunca me habían botado, es algo raro.

-¿Te encuentras bien?- pregunto aunque conozco a Nick, ahora mismo ha de estar en algún café,
tratando de entender cómo se siente estar del otro lado de la moneda.

-Estoy bien, pero es difícil eso de que te dejen. Tendré que encontrar a un chico antes de lo
previsto, Jav y yo no teníamos futuro ¿Sabes? Él dentro de ese instituto y yo fuera, con cientos de
chicos a la vista. Pero no fue por eso que te hable, ¿Cómo estuvo todo con Louis estas
vacaciones? Fui a casa de tus padres y ellos no estaban muy bien, tu padre me corrió cuando le
dije que estaba solo porque no sabía mantener a las buenas personas a su lado. Pero tu madre
me dio galletas.

-Todo estuvo... perfecto, Nick.

-Estás enamorado.

-Si.

-No te estaba preguntando. Es una afirmación.- y puedo imaginar cómo rueda los ojos.

-Estas muy pesado hoy, Nick. Mejor hablemos cuando encuentres a un chico para liberar tu
estrés.
Y cuelgo, porque tengo cosas más importantes que hacer.

**

La habitación de Louis está en silencio, las cortinas cerradas y las luces apagadas. Camino hacia
la cama con cuidado, esperando el momento en el que mis ojos se acostumbren a la oscuridad y
cuando llego a mi destino lo escucho roncar quedamente y me recuesto a su lado.

Faltan unos minutos para las ocho y todos los chicos se encuentran ya en la cafetería excepto
nosotros.

-Louis, despierta.

Tomo su brazo y lo muevo con cuidado, tratando de despertarlo suavemente.

-Vamos Louis, ya tenemos que irnos.

Gruñe y se mueve un poco y yo sigo moviendo su brazo hasta que siento su mano tomar la mía.

-Para, Harry. Ya estoy despierto.


Me toma entre sus brazos y termino recostando mi cabeza sobre su pecho.

-¿Tenemos que ir? Digo, podríamos tener esta noche para nosotros, en paz.-su aliento recorre mi
piel y me hace suspirar.

-Lou, es una fiesta.

-¿Y olvidas lo que pasó en la última fiesta a la que fuimos?

Ruedo los ojos y me alejo de sus brazos.- Vamos Louis, no todas las fiestas tienen que ser un
desastre.

-Iré solo si prometes que esta noche dormirás aquí, conmigo.

Sonrío y voy hacia la puerta para encender la luz. Louis cierra los ojos y se cubre con la manta y
tengo que ir hacia él para hacerlo poner en pie. Cuando al fin logro sacarlo de la cama nos
ponemos en marcha y él toma mi mano entre la suya, entrelazando nuestros dedos.

Bajamos las escaleras y recorremos los pasillos desiertos hasta escuchar el sonido de la música
un piso más abajo y caminamos en silencio. Al llegar al piso inferior la música se vuelve más
fuerte y entramos a la cafetería para encontrar a doscientos chicos dentro de ella, riendo y
bromeando, gritando, comiendo, algunos bailando.

Y ahí están ellos, los cuatro chicos que me han brindado su amistad desde el primer día que
llegué.

-¡Harry!- escucho gritar a Niall por sobre la música y al llegar a la mesa recibo una oleada de
abrazos. Todos mis amigos sonríen y saldan a Louis.

-Así que, ¿Se divirtieron estas vacaciones?- pregunta Javier mientras revisa su celular con una
sonrisa. Y ha de ser ese chico francés que conoció porque Nick no ruega, y Javier lo ha botado.
-Dímelo tú- contesto y su mirada viaja a la mía. Me mira y trata de averiguar si es un reproche o
una burla pero yo estoy bien con él, me alegra que esté feliz.

-Me divertí mucho- contesta sonriendo y vuelve a su celular.

-Liam, cuéntanos sobre tus vacaciones.- pide Niall, cruza sus manos y coloca su barbilla sobre
ellas mientras le sonríe y Josh le abraza por la cintura.

Liam nos mira a todos, lentamente, inspeccionándonos. Pone las manos sobre la mesa y suspira
mientras rueda los ojos.

-Pues New York es muy... brillante en Navidad y realmente ruidoso en Año nuevo. Y Danielle me
hiso ir a todas las fiestas que dieron en el hotel y otras cuantas a las que fuimos invitados.

-Liam Payne socializando...-dice Niall con los ojos abiertos.- Eso es un logro.

-Y le pedí que viviera conmigo.

Todos nos quedamos callados, Niall abre la boca y esta vez lo hace por la sorpresa. Javier deja el
celular a un lado y Louis sonríe como un loco.

-Eso es genial, Liam. Ustedes ya estaban tardando mucho, llevan toda la preparatoria juntos y
estos dos años que has estado aquí, y eso es genial.

-Lo sé, es un gran paso pero iremos a la universidad en agosto y yo la amo.

-¡Felicidades, Li!- grita Niall y se levanta para ir hacia él y abrazarlo. Liam le devuelve el abrazo y
sonríen y siento la conexión entre ellos, un vínculo fraternal.

Todos felicitamos a Liam y empezamos a contar historias sobre las vacaciones, escuchamos la
historia de Javier y Jean-Paul, escuchamos a Josh y sus anécdotas, vuelvo a escuchar a Niall.

-¿Y cómo les fue a los tortolos?-pregunta Josh abrazando a Niall.

Veo como Louis se tensa un poco cuando Josh nos mira, como si no superara completamente
nuestra amistad y lo unido que estamos.

-Fueron unas buenas semanas para terminar.

-¿Terminar?

-De conocernos.

Mi mano va a la suya y nuestros dedos se entrelazan, él me aprieta un poco la mano y me


recuesto un su hombro.

Las pláticas a nuestro alrededor siguen, las risas y la felicidad de iniciar de nuevo y aunque solo
tengo cinco meses con ellos trataré de que esos cinco meses sean realmente, los mejores de mi
vida aquí.

**

La mesa está llena de cajas de pizza y refrescos, y algunos postres que Niall ha traído para
nosotros. Harry y Javier están discutiendo algo sin importancia y ríen cada vez que el otro se
equivoca en un punto a favor.
Josh y Niall siguen comiendo mientras ven a los demás chicos en la cafetería bailando y haciendo
bromas y Liam está a mi lado, viéndome seriamente. Pero mis ojos no dejan el perfil de Harry.

-¿Enamorado?- le escucho preguntar.

-¿Es evidente?

-Sólo al principio, cuando te veo babeando y con la respiración entrecortada.

-Imbécil.

-Oh, tranquilo ahí, chico malo.

Nos reímos, como antes. No recuerdo el momento exacto en el que me alejé de Liam, éramos
buenos amigos al principio, antes de que Christopher se hartara de Axel y me viera a mi como el
próximo reto.

-Sí, estoy enamorado.

Veo su sonrisa por el rabillo del ojo y sonrío con él.

-Bien. Ya era tiempo de que lo admitieras.

La puerta se abre y entra Zayn al lado de Christopher, se dirige hacia nuestra mesa y Harry
vuelve a mi lado antes de que él pueda llegar. Todos en la mesa –y los chicos en la cafetería en
general- los miran cuando llegan a donde nosotros.

-Lo prometido es deuda.- le escucho decir antes de que me lance un billete de cincuenta libras.

Sé en qué dirección va esto y mi corazón empieza a bombear sangre rápidamente, tomo el billete
y trato de pararme para alejarme, alejarlo de nosotros pero es más rápido.

-Cincuenta libras, como lo acordamos en primer día.- su sonrisa es fría, no llega a sus ojos.-
Ahora puedes terminar con esta mierda, Louis.

-Déjalo así, Christopher.

-No. Ya estoy cansado de esto. Se lo dices tú, o termino de aclararlo yo.

Harry me mira, puedo sentir su mirada pero yo estoy congelado. No debí haber esperado tanto
tiempo.

-¿De qué está hablando, Louis?- pregunta mi chico con la voz rara.

-No es nada importante, te lo explicaré después.

-No, ahora Louis.- me pide y me siento miserable.

Christopher toma asiento frente a nosotros pero Zayn sólo nos mira, y sé que no está de acuerdo
con esto.

-Veamos, Harry. ¿Nunca te preguntaste por qué Louis fue por ti tan rápido? Solo llevabas en el
instituto dos días cuando empezó a tratar de conquistarte y te lo dije muchas veces, Louis es un
hijo de perra.

-¡¿De qué está hablando?!- grita Harry y yo tomo su mano para alejarnos de ahí pero él me aleja.-
No, maldita sea ¿Este es tu secreto, Louis? Porque quiero escucharlo ahora.

-Harry, Louis hiso todo esto para tenerte, claro que si. Porque tu perfecto novio, tenía que
enamorarte, porque eso era en lo que habíamos quedado. Cincuenta libras por romperte el
corazón. Pero ¿Cómo dijiste esa vez, ricitos? Ah si, no siempre se puede ganar.
El rostro de Harry se transforma frente a mis ojos, todo ese amor y las promesas que nos hicimos
se van a la mierda en menos de tres segundos y lo invade una ola de coraje, puedo verlo y
sentirlo, sus ojos me traspasan la piel quemándome, recordándome lo jodido que es todo.

-¿Eso es verdad, Louis?- dice pero su voz a cambiado.- ¿Solo fui una puta apesta para ti? Totas
esas palabras y noches contigo, todo era mentira.

-No, no Harry, yo te quiero, maldita sea, me enamoré de ti. Si, talvez primero fue una apuesta
pero yo te...

No me esperaba eso, aunque tampoco es que no lo mereciera.

-¡Eres el hijo de puta más grande de todos, Louis!- grita Josh Devine mientras yo trato de
contener el sangrado de mi boca.

Harry ya ha salido de la habitación.

-¿Preferirías estar solo, no era así Louis?- escucho decir a Christopher.- Pues ahora lo estarás,
más solo que nunca.

Pero por ahora sus palabras no importan. Porque mi chico piensa que soy la mierda más grande
sobre el puto mundo, y talvez lo soy pero lo amo.

**
Cierro la puerta tras mi espala y me dejo caer en el suelo. Las lágrimas salen una tras otra, sin
poder detenerlas. Me duele todo, la cabeza, el pecho, el corazón. Ahora veo por qué todo fue tan
rápido, por qué decía lo que decía. Solo me estaba usando y yo caí como un tonto.

No puedo evitar las lágrimas, quiero parar de llorar, no me merezco esto, él no se merece mis
lágrimas.

-¡Te odio, Louis Tomlinson!

La manija de la puerta se mueve frenéticamente y siento como golpean la madera.

-Abre la puerta, Harry. Por favor, déjame explicarte.

-Dejé que me usara desde el primer día que nos conocimos.

-No, Harry por favor.

Los golpes llegan hasta mi espalda pero yo pongo todas mis fuerzas contra la puerta, no quiero
siquiera mirarlo, ni estar cerca de él.

-Tu amor no es real.

-Es lo más real que he sentido por alguien antes, Harry, yo no te hubiera llevado a casa de mis
padres si no sintiera algo por ti, no hubiera hecho nada de lo que hice. Te quiero, maldita sea, me
enamoré de ti. Si, todo esto empezó por una maldita apuesta pero encontré a la persona que
amo, Harry, te encontré a ti. Nos enamoramos.

-No te creo.- y es verdad. No puedo creerle.

-Por favor.
-Vete, Louis.

La puerta tiembla una vez más y me duele la espalda por la patada que Louis ha dado a la
madera pero aun lo siento al otro lado.

-Te quiero.

-Basta.

-Te quiero.

Las lágrimas siguen cayendo, y mi cerebro sigue pasando todos esos momentos que tuvimos
juntos como si se tratara de una película.

Me duele, duele haberme enamorado de él, de un maldito bastardo sin corazón.

Pero ¿Qué puedo decir? No me arrepiento de haberme enamorado de él. Duele, pero lo quiero.

Y este sentimiento me está matando por dentro.


_________________________________-

Ahora al fin saben el secreto, como dije, no era taaaaaan importante :P

*Gracias a mi BFF Yesica por darme la idea -Lo hiciste bebé, y nunca te diste cuenta-.

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Capítulo XXV: "Dos pueden jugar"

“Dos pueden jugar”

Los días después de Louis fueron difíciles. Podía escucharlo tras la puerta todas las mañanas,
esperando a que saliera, para seguir diciéndome mentiras.

Empecé a llegar tarde a clases, me duchaba por la noche y no salía de mi habitación hasta que lo
escuchaba marchar.

Josh era de gran ayuda, acompañándome a todas las clases, sentándose a mi lado, alejándolo
con la mirada. Y claro que Louis guardaba la distancia, ya había probado que era ser golpeado
por Josh, el moretón en su mandíbula se lo recordaba día tras día.

Así ha sido durante toda la semana.

Pero nunca había tratado de entrar a mi habitación a la fuerza, no había utilizado la llave que
tiene en su poder.

No hasta ahora.
Son aproximadamente las cuatro de la mañana del viernes, la ventana se encuentra abierta y una
fresca brisa entra y se cuela por las sabanas, hasta llegar a mi piel y me hace temblar
intencionalmente.

Pero no puedo quitar mi mirada de él, de su rostro relajado y sus parpados cerrados. No sé
cuando entró, ni cuanto habrá estado mirándome dormir antes de que él callera dormido, pero no
me importa porque lo que siento por él es más grande que cualquier engaño, que cualquier enojo.

Lo quiero y me hacía falta tenerlo cerca, extrañaba su aroma y su calor. Lo extraño. Pero eso no
quiere decir que le perdone, que vaya a olvidar tan rápido la humillación, el saber que Christopher
tenía razón, que se burlaban de mi a mis espaldas.

Lo veo y cuando he decidido que empieza a doler su cercanía le despierto. Muevo su cuerpo con
fuerza hasta que sus ojos se abren y se adaptan a la obscuridad.

-Harry...

-¿Qué haces aquí?

Se sienta frente a mi y sus ojos azules me miran con cuidado.- Quería verte, lo siento.

-No debes estar aquí.

-No me importa lo que digan las reglas, Harry, quiero estar contigo.

-¡No es sobre lo que digan o no las reglas, Louis! Es sobre lo que yo quiero, y yo no te quiero
aquí.

Me mira y siento la pesadez de su mirada, siento todo lo que quiere decirme, puedo sentir su
miedo al rechazo.
-Harry...

-Quiero que me dejes solo, que te alejes. Ya me has hecho mucho daño.- siento un nudo en la
garganta pero no son lágrimas, es todo el enojo y el miedo que he estado conteniendo, las ganas
de gritar.- ¡Maldita sea, Tomlinson! Si me lo hubieras dicho, si me hubieras dicho sobre lo que
tramabas... eso no habría sido tan doloroso, te hubiera creído como un tonto, hubiera creído en
tus palabras. Habría dejado que me lastimaras, habría aceptado la humillación... te quiero Louis,
pero eres un hijo de puta.

Baja la mirada y su mano viaja a la mía. Quiero alejarla, rechazarlo como dicta el sentido común.
Pero a la vez quiero sentir su toque, quiero conservar esa sensación.

Lo quiero a él.

-Lo siento, Harry.

-No me sirven tus palabras, Louis. Yo ya no confío en ti.

Su mano toma la mía con fuerza, como si mis palabras realmente dolieran, su mirada sigue baja y
solo puedo limitarme a ver su cabello caer por su frente, no me mira y es mejor así, porque su
mirada tiene un efecto en mi.

-Lo siento, Harry. Fui... soy un idiota.- y me jala hacia él, caigo sobre su pecho y se recuesta
sobre la cama, abrazándome.- Te extraño.

-Louis...

-Solo quiero que me perdones por haber sido el hombre más estúpido sobre el planeta, por
haberte lastimado, por hacerte llorar. Dame una oportunidad, por favor, Harry, yo te quiero, en
realidad me enamoré de ti desde el primer momento en que nuestras miradas se encontraron,
sentía la necesidad de estar contigo, de conocerte. Harry, todo lo que yo dije es verdad, eres
especial, eres la primera persona de la que me he enamorado y no creo amar a alguien de la
forma en la que te amo a ti.

-¿Qué es lo que quieres de mi, Louis?- pregunto tratando de aguantar las lágrimas. No quiero
llorar por él, ya no.

-Te quiero a ti. Eso es lo único que quiero.

Da la vuelta y cuando mi espalda se presiona contra el colchón tengo su rostro tan cerca que el
respirar se vuelve una tarea malditamente difícil.

-Quiero recostarme a tu lado.- su rostro va a mi cuello y siento su respiración caliente sobre mi


piel.- Y quiero besarte... y hacerte sentir todo el amor que tengo por ti y que no puedo poner en
palabras.

Cierro los ojos y me muerdo el labio para no soltar los pequeños gemidos que sus labios contra
mi cuello están produciendo.

-¿Recuerdas lo que me prometiste?- y antes de que pueda siquiera pensar en una respuesta él
deja de besarme y su rostro regresa a mi altura, sus ojos me miran con calidez.- Dijiste que
aunque no fuese fácil no ibas a marcharte.

Su mano recorre mi rostro con cuidado, acariciando mi piel y alejando los rebeldes mechones de
cabello que caen sobre mi frente. Aun usa el anillo que le he dado en su cumpleaños y mi pecho
se contrae cuando recuerdo todo lo que nos hemos prometido.

-¿Recuerdas el primer día que me dijiste que me querías?- pregunta sonriendo-. Cuando escuche
esas palabras salir de tu boca... yo, yo me quede sin palabras, casi sentí a mi corazón dejar de
latir. Fue cuestión de segundos, Harry, pero nunca había deseado tanto escuchar esas palabras
salir de la boca de alguien hacia mi. Me tuviste desde el primer día pero yo no estaba seguro de
lo que tú sentías y entonces lo dijiste, y ya no podía ver más allá de lo que teníamos... de lo que
tenemos.
Aparto la mirada y muevo su cuerpo lejos de mi, me asfixia sentir su calor a mi alrededor, sus
palabras, sus caricias. No puedo mirarlo más.

-No deberíamos de hablar de amor, Louis. Somos los dos un par de idiotas, uno que miente y otro
que lo cree todo.

Le doy la espalda y trato de pensar con claridad. Es jodidamente difícil pensar en alejarme de él
cuando le veo.

Siento el movimiento sobre la cama, cierro los ojos y recargo mi frente sobre la palma de mis
manos cuando siento sus piernas a mis costados y sus brazos abrazarme por la cadera. Me
abraza fuertemente pero sin hacerme daño, y siento el calor de su pecho en mi espalda desnuda.

-Talvez de eso se tratan las relaciones, Harry. Dos idiotas que no saben jodidamente nada
excepto que tienen que estar juntos por alguna maldita razón, dos idiotas que sientes que falta
algo cuando no están juntos.

Siento los pequeños besos que deja sobre mi cuello y me olvido de todo lo que está pasando por
un momento. Siento que estamos bien, que lo que hizo no dolió, que no traiciono mi confianza.

Me concentro en sus besos, en sus caricias, su cercanía.

Pero todo tiene un fin. Y nosotros ya lo tuvimos.

-Tienes que irte.- susurro.

Mi corazón deja de latir por algunos segundos y cuando Louis se aleja los latidos regresan,
rápidos, haciéndome daño.

-Lo siento ¿Bien? Me convencí a mi mismo de que te tenía y que no te irías, dejé de preocuparme
y olvidé las cosas importantes que tenía que resolver por el placer de disfrutar de tu compañía. Si,
tuve infinidad de oportunidades para aclararte la verdad pero sabía que te ibas a alejar, que iba a
quebrar esa confianza que tenías en mi.

-Vete, por favor, porque cada vez que escucho tu voz, cada vez que te veo, cada vez siento esa
necesidad de personarte e ir hacia ti y besarte, de amarte. Pero, Louis, yo no puedo hacer eso.

Una mano de posa en mi hombro y l veo, a mi lado, viéndome.

Me levanto y él toma mi mano, y no he sentido nada como esto desde hace una semana, no me
había sentido vivo en todos esos días. Sus dedos se entrelazan con los míos y vamos juntos
hacia la puerta.

-Louis...- digo a la vez que él sale de la habitación-. Quiero que me des la llave.

Me mira sin entender a lo que me refiero y el entendimiento llega a él abre los ojos tanto que
parece doloroso.

-No. No, eso no, Harry.

-No estoy discutiéndolo contigo, quiero esa llave.

Suelto mi mano de la suya y tomo la lleve de su habitación que seguía usando como pulsera. Y
se la entrego.

-No, Harry.- y su voz suena desesperada.

-Louis.

-¡No!

Tiro la llave al pasillo y él me mira con algo de impotencia y puedo sentir que se ha enfadado pero
si vamos a cerrar el círculo es mejor dejar de bromear.

-Bien. Si eso es lo que quieres, toma.- y saca de su pantalón la pequeña llave y me la entrega
antes de dar la vuelta y alejarse.

Y cada que da un paso termino de romperme.

**

La alarma suena sobre el buró y me levanto rápidamente. No he dormido casi nada desde que
Louis se fue y tengo un dolor de cabeza impresionante.

Tomo mi ropa y salgo de la habitación, preparado para ir a tomar un baño y prepararme para las
clases. Hago el recorrido hacia las duchas y paso al lado de chicos rezagados, un grupo de
chicos que se han puesto a platicar en las escaleras y tardo un momento en encontrar a Josh y
Niall en la fila, somos los últimos pero tenemos el tiempo suficiente para bañarnos, desayunar e ir
a clases.

Los escucho hablar sobre sus planes para esta tarde, porque claro, Josh ha arreglado con
Madame Dur un permiso para que él y Niall vayan a Londres esta tarde, cuando las clases
terminen.

-¿Estas bien?- escucho preguntar a Josh y solo puedo asentir.

-¿Seguro? Te ves horrible.- dice Niall viéndome con preocupación.


-No pude dormir bien. Terrores nocturnos...

Josh resopla y Niall le da un golpe en el pecho, me mira serio, como nunca lo ha estado y sus
ojos azules me traspasan el alma. Es como si supiera que estoy mintiendo.

-Harry, no mientas.

-No lo hago, no pude dormir bien, es todo.

-Que te rompan el corazón es un asco, lo sé. Pero tienes que empezar a escuchar a Louis, tal vez
tiene un buen argumento a su favor.

-¿Estas bromeando, no?- pregunta Josh y al verlo noto que tiene el ceño fruncido y los hombros
tensionados.- El chico le mintió en la cara y se burló de lo que sentía y tú le aconsejas que vaya y
escuche una sarta de mentiras, como si no tuviera suficientes...

Y así ha sido toda la semana. Es como si todos se sintieran con el derecho de opinar sobre mi
situación. Todos me dicen lo que debería hacer, hablar con él, mandarlo a la mierda, olvidarlo.

-¡Chicos!- escucho la voz de Javier a mi espalda y doy vuelta para verlo correr hacia nosotros.-
Se han cancelado las clases de hoy por una emergencia. Madame Dur me ha dicho que les avise
así que...

Y parece que todos han escuchado y planean volver a la cama, porque la fila frente a nosotros se
dispersa y algunos regresan a sus habitaciones, otros van a la cafetería y otros van a repartir la
noticia entre todos los chicos.

La puerta de las regaderas se abre y veo salir a Zayn y a Christopher, pero algo en sus rostros
me dice que algo no anda bien entre ellos. Y veo a Louis, tras ellos, sonriendo como si el mundo
fuera un lugar feliz. Me enojo al verlo de esa forma, sonriendo como si nada cuando yo no he
podido sonreír en una semana.
Siento unas ganas enfermizas de ir hacia él y borrar su estúpida sonrisa de un golpe pero la
escena a continuación me deja estático.

-¡Ya te dije que te alejes de mi!- grita Zayn y no veo más a ese chico serio, no veo esa admiración
en su mirada.- Me tienes harto, Christopher Hilton.

Josh, Niall, Javier y yo nos quedamos pegados al suelo mientras Louis se recarga en la pared,
con los brazos cruzados y una sonrisa que ahora me transmite cierto miedo. Su rostro parece
estar tallado con rencor.

-No me vas a volver a tratar como a un puto títere.- escucho decir al morocho y Christopher
retrocede cuando Zayn se acerca a él, con los ojos inyectados en furia.- Me has estado jodiendo
desde el primer día que llegue a este lugar, te burlas de lo que siento hacia ti y si, me dejé llevar
por tus malditas trampas pero ya estoy harto. No me merezco esto, Chris.

Christopher retrocede – pero conserva esa pose elegante y determinada, con la barbilla en alto- y
cuando su espalda golpea la pared Zayn toma sus muñecas con algo de fuerza.

-Yo no voy a soportar más tus desplantes.

Vemos como toma su rostro y deja un beso sobre sus labios, cierra los ojos y veo dolor en esa
despedida. Veo lo que yo sentí cuando besé a Louis por última vez.

Zayn se aleja y Christopher se queda ahí, frente a nosotros con la mirada perdida. Como si no
entendiera lo que acaba de pasar.

Cuando vuelvo a la realidad me encuentro solo, mis amigos se han retirado y solo puedo ver a
Christopher y a Louis mirándose. Louis sonríe –se burla de él- y Chris trata de aguantar las
lágrimas que se han formado en sus ojos.

Veo a Louis caminar hacia él, con esa mirada fría y risa burlona. Pasa a mi lado y me mira, como
si quisiera darme a entender algo que no logro comprender y se detiene frente a ese chico que
me ha causado tanta infelicidad desde que llegué a este instituto.

-¿Lo amas, no es así?- pregunta en voz baja.- Al fin te has dado cuenta de cuanto amas a Zayn.

-Cállate.

-Pero él ya no quiere estar a tu lado, Chris.

-¡Cállate!

-Se ha dado cuenta la clase de persona que eres. Dices que soy un hijo de puta, pero
Christopher, tu ni siquiera puedes admitir que amas a alguien. ¿En qué te convierte eso? Sigues
alejando a todos.

Veo a esos dos chicos que parecían tan inseparables cuando los vi por primera vez, se miran con
odio, casi puedo sentir la rabia que existe entre los dos.

-Zayn no volverá. Tú me quitaste a la persona que yo quería, ¿Querías que terminara solo? Bien,
voy a demostrarte que dos pueden jugar este juego.

Se aleja y Christopher se queda ahí, plantado en la pared, y casi puedo ver como todas sus
estrategias y su fortaleza empiezan a caer.

Zayn es el talón de Aquiles de Christopher. Su única debilidad.

Doy la vuelta y retomo el camino a las duchas. Dejando atrás todo lo que me importa, dejo atrás a
Louis, dejo atrás a mi desprecio por Christopher, dejo atrás a mis amigos.

Ahora solo se trata de mi.


Dicen que la parte más difícil de recuperarte de una decepción es cuando no estás seguro de
querer recuperarte.

Tal vez no quiero recuperarme.

___________________

Otro capítulo de relleno, lo siento, pero si no subía ahora no sabría cuándo podría escribir.

Trataré de no tardar mucho en escribir algo bueno, pero la universidad me trae un poco alterada
jaja (:

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Capítulo XXVI: "¿Qué tal una segunda oportunidad?"

“¿Qué tal una segunda oportunidad?”


-¡Nick!

Veo bajar a mi mejor amigo de su automóvil, estacionado frente a la puerta del instituto. Su
cabello se encuentra algo revuelto y su ropa negra tan pulcra como siempre, su sonrisa me
contagia de alegría y salgo corriendo en su dirección.

Es sábado por la mañana y Madame Dur me ha dado un permiso especial –autorizado por mi
madre- para ir a Londres y despejar mi cabeza de todo lo que pasa a mi alrededor.

Quiero alejarme de Christopher y Louis, y de sus problemas.

Mis brazos rodean el cuello de mi fiel amigo y él me abraza por la cintura, y gracias al impulso
termino rodeando su cadera con mis piernas.

-¿Listo?-pregunta en mi oído.

-Solo vámonos que aquí.

Su abrazo se vuelve más fuerte y es su manera de darme ánimos. No dice nada, solo me abraza
con fuerza, como siempre lo ha hecho.

-Bueno, vamos.

Cuando mis pies tocan el suelo él sigue tomando mi cintura y avanzamos a su coche, entramos y
nos ponemos en marcha.

Veo a Josh y a Niall sonreírnos y a Javier hablando por teléfono mientras nos despide. Y tras
ellos, mirándonos y sonriendo está Louis.

Tomo la mano libre de Nick y trato de concentrarme en el momento. Solo Nick Grimshaw y yo,
como antes, como siempre que necesitaba de alguien. Solo él.
**

Recorremos todo el camino en silencio pero la música llena los espacios vacíos. Nick no separa
la mirada de la carretera y yo solo cierro los ojos, tratando de relajarme. Nuestras manos siguen
juntas y puedo sentir todo el apoyo que este chico me ha dado por años.

A su lado me siento como si estuviera de vuelta a casa.

Cuando finalmente llegamos a Londres, Nick deja el automóvil en un estacionamiento y nos


damos a la tarea de caminar por el centro, entre las miles de personas que cruzan por nuestro
camino, cientos de caras sonrientes y serias, risas y gritos. Cientos de colores distintos.

Nick me dirige por las calles hasta llegar a una pequeña cafetería frente al St. James Park y
tomamos asiento en una de las mesas al aire libre, no es el mejor clima para estar fuera, pero es
reconfortante.

-¿Y qué es lo que pedirás?

-Un cappuccino de vainilla.

-Bien.
Nick se levanta del asiento y se abre paso dentro del local. Mi mirada viaja por todo el escenario,
solo he estado en Londres unas cuantas veces y definitivamente el St. James Park es uno de mis
lugares favoritos.

La tranquilidad y su silencio, es como si no pudiera dejar de ver los arboles moverse con el soplo
del viento o el rio, en calma, solo escuchando lo que hay a su alrededor, prestando atención y
guardando secretos.

-¿Harry?- escucho la voz de Nick y le veo, sentado frente a mi, mirándome como si fuese un
experimento.- Vaya que estás pensando profundamente, tomo tu café.

Nos quedamos en silencio por unos segundos y después de darle un trago a mi bebida él
pregunta.

-¿Piensas perdonarlo alguna vez?

Sus ojos me miran directamente, empiezo a morderme el labio como un tic nervioso y finalmente
aparto la mirada de él.

-No.

-No te creo, Harry.

Me encojo de hombros y tomo del cappuccino nuevamente, veo todo a mi alrededor excepto a mi
mejor amigo, ese que puede ver más allá de mi, de lo que soy, de lo que siento.

-Bien, dime lo que pasó.

-Me engañó, él jugó conmigo.


-Cuéntamelo.

Ruedo los ojos y lo miro nuevamente.

-Él y Christopher tenían esta clase de apuesta, ¿Sabes? Él tenía que enamorarme, fue por eso
que empezó con todo eso desde el primer día que llegué a ese instituto de mierda. Y yo lo hice,
Nick, me enamoré de él, le conté cosas sobre mi, sobre mi familia. Conocí a su encantadora
familia, pasamos juntos todo un mes, no peleamos y nos reímos, y yo me entregué a él, de todas
las formas que una persona puede hacerlo, lo quiero, Nick, y me duele estar lejos de él pero no
puedo perdonarlo tan rápidamente. Él es el chico al que quiero, pero me hizo daño.

-¿Te llevó a casa de sus padres?- pregunta y tiene los ojos entrecerrados, como si pensara algo.-
Eso es algo inusual, yo no hubiera hecho algo así por una apuesta ¿Sabes? No hubiera llevado a
un donnadie a mi casa, con mi padres y hermanos a un chico que no vale nada para mi.

-Pues él lo hizo.

-O talvez él dice la verdad y te quiere.

El corazón empieza una carrera contra el tiempo en mi pecho, late tan fuerte que siento mi sangre
recorrer el cuerpo y calentar todo a su alrededor. Las palabras se quedan atoradas en mi
garganta, no puedo articular una negativa a lo que acaba de decir.

-Él sabe cómo jugar.

-Me dijiste que fue a tu habitación y te pidió perdón, que dijo que te quería y que todo sobre la
apuesta había acabado en algún momento. Yo le creo.

-Pero...

-Harry, puedes negarlo todo el tiempo que quieras, no cambiaras el hecho de estar enamorado y
de que él te quiere a ti. Solo tienes unos cuantos meses para acabar en ese lugar, después de
eso sus caminos se van a separar, no sabes cuándo será la próxima vez que lo veas.

Sonríe y le da un sorbo a su café, su mirada se pierde tras de mi y se levanta con cuidado.

-Maldita sea, solo admítelo. El chico rompió tu corazón y crees odiar todo lo que antes te gustaba
de él, crees que sus palabras no tiene valor y lo odias porque jugó contigo, pero solo lo crees,
porque lo amas, lo amas y no puedes negar ese hecho, porque él te ama a ti y solo están
perdiendo el tiempo con este jueguito de “Quien es el primero en caer”.

-No estoy jugando...

-Entonces déjame preguntarte algo, Harry.- me interrumpe.- Supongamos que dejas ir a Louis,
que él deja de luchar por ti y tu tratas de olvidarlo, y piensan que es tiempo se seguir adelante y
piensa en él besando a otra persona, tocándola como lo hace contigo.

-En ocasiones el amor es sobre dejar ir.

Lo veo suspirar y negar lentamente, como si no entendiera mi punto de vista, o como si yo no le


entendiera a él.

Pero la verdad es que no quiero imaginar a Louis con nadie más, no puedo verlo sonreír para
nadie más.

-Harry, no desperdicies lo que tienes ahora ¿Vale? Talvez nunca he estado enamorado, pero el
día que o esté, nunca dejaré ir a esa persona tan especial.- camina hacia mi y me da un beso
rápido en los labios.- Estaré de vuelta en dos horas para llevarte al instituto. Te quiero, Harry.

Da la vuelta y le veo alejarse entre un grupo de personas que se cruzan en el camino, y lo pierdo
de vista. Sigo sin procesar el hecho de estar solo, de que me dejara.

Pero no estoy solo.


**

Le veo voltear el rostro, como si pudiera sentir mi presencia. Sus ojos verdes me miran, y su
cabello ondulado se despeina con el viento. No puedo estar lejos de él, no quiero que siga
pensando que soy un bastardo, aunque lo soy, y también un cobarde.

-Harry, ¿Quieres dar un paseo conmigo?

No sé qué está pensando pero se levanta y empieza a caminar a mi lado. Cruzamos la calle y nos
internamos en el parque y seguimos el sendero, en silencio y con una distancia prudente.

No me voy a dar por vencido con él. Pero le he dicho toda la verdad y ahora todo depende de él.

-Pensé que este día estaría solo con Nick.- le escucho decir mientras patea una piedra para no
verme a los ojos.

-Yo pensaba lo miso. Pero Nick tenía una mejor idea.

Veo den el rabillo del ojo que se detiene a medio camino y se cruza de brazos, doy la vuelta para
ver su rostro, el ceño fruncido y muerde su labio inferior. Cuando lo veo de esa forma, me dan
ganas de besarlo, tomarlo entre mis manos y abrazarlo.

-¿Qué es lo que quieres, Louis?-pregunta y yo me acerco a él.

-Ya te lo he dicho, te quiero a ti de vuelta.

-Louis...
Me acerco a él, tanto como me lo permite y tomo sus manos con las mías. Nos vemos a los ojos
sin apartar la mirada, nunca había sentido nada igual a lo que siento por él y me rehúso a dejarlo
partir, no voy a dejar que se aleje de mi.

-Pensé que te tenía, Harry y dejé que todo lo que sentía por ti me hicieran olvidar del juego que
tenía con Christopher, te dije que rompí mis propias reglas por ti.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- pregunta y hace su camino hacia una banca fuera del sendero,
pero lo que me desconcierta es que me lleva con él y no separa su mano de la mía.

-Tal vez porque cuando estaba contigo me olvidaba de que esto debería se run simple juego,
empecé a verte de un modo diferente, no podía olvidar el color de tus ojos y el sonido de tu
maldita risa, era como... si ya hubiera perdido el juego, habías ganado. Me enamoré y no dije
nada por miedo a perderte, a nadie le gusta que jueguen con sus sentimientos y sabía que no
entenderías, y si, tuve muchas oportunidades para decírtelo pero simplemente no me importaba
hacerlo, porque yo ya no jugaba.

-Siempre lo haces todo mal.- me dice, pero tiene una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.

-Hay algo que no hago nada mal.

-¿Y qué es eso?

Me acerco más, lentamente porque no quiero presionarlo pero él no se opone. Mis labios llegan a
los suyos pero no le beso, solo siento su suave piel sobre los míos, nuestras respiraciones se
mezclan y escucho un suspiro de su parte.

-Puedo hacer que tu respiración cambie rápidamente con solo un toque.

No dejo que responda, tomo su rostro entre mis manos y cierro el espacio entre nosotros. Primero
es un simple roce y después sus labios envuelven los míos, nos movemos lentamente, con mis
pulgares acaricio sus mejillas y entonces vuelvo a sentir sus manos entre mi cabello,
atrayéndome hacia él, haciendo nuestro beso más profundo.

Su boca es caliente y sus labios suaves, muerde mis labios cada que vuelve a besarme y sujeta
mi cabello con fuerza.

-Harry...-

Susurro contra sus labios y siento su sonrisa sobre los míos.

-Mu gusta la forma en la que dices mi nombre.

Sonrío, porque no puedo hacer otra cosa más que sonreír y abrazarlo para atraerlo a mi.

-Harry.

Me besa una vez más y se levanta para sacar su celular del bolsillo.

-¿Anne?

Empieza una conversación con su madre y veo como empieza a alertarse, después rueda los
ojos y se aparta de mi. Camina de un lado a otro frente a mi, gritándole a su madre y escuchando
lo que ella tiene que decir. No entiendo mucho de lo que hablan pero Harry no se ve contento.

Pasan unos diez minutos y finalmente corta la llamada, viene a mi lado y me mira.

-Bien, te quiero ¿Vale? Lo acepto pero no voy a perdonarte tan rápido, me lastimaste y vas a
tener que trabajar duro para retomar lo que teníamos. Los dos vamos a hacerlo, aun no puedo
confiar en ti pero trataré, pero no puedes volver a guardarme cosas como lo haz hecho. Y no
tendremos una relación, seremos amigos, Louis, solo eso.
-Bien, si, lo entiendo.

Muerde su labio y después sonríe y me abraza, besando mi cuello.

-Bien.

Lo tomo entre mis brazos y beso su frente.

-¿Podré tener la llave de tu habitación?- pregunto esperanzado.

-La tendrás, cuando encuentre una buena razón para dártela.

**

Dejé a Louis en el parque cuando Nick llamó para regresar al instituto, talvez tomé la decisión
correcta o talvez no, pero no importa. Nick tiene razón, tengo que dejar de perder el tiempo a su
lado, solo tenemos algunos meses para volver a nuestras casas, para que yo vaya a la
universidad y que él vuelva a jugar futbol en el club de Doncaster.

Ahora estoy en mi habitación, pensando en lo que dijo mi madre. Me han aceptado en cuatro de
las cinco universidades a las que apliqué y tengo que mejorar mis notas y decidir mi futuro, y
dejarle en claro a mi padre que no me iré a New York para estudiar la carrera que él ha elegido
para mi.

No hay mucho que hacer, Niall y Josh se han ido y Javier ayuda a Madame Dur en algunas cosas
del instituto, y no he visto a Liam y aun no sé dónde queda se habitación. No creo que Louis haya
regresado aun y no salgo de mi habitación para no encontrarme a Christopher, no quiero lidiar
con su actitud o sentirme mal por él.

Tomo la decisión de dormir un rato para despertar cunado mis amigos hayan regresado, me
coloco un pijama y la sudadera negra de Louis –que no pienso regresarle nunca porque: a) Es
muy cómoda, b) Él no me la ha pedido- y hago mi camino a la cama mientras trato torpemente de
ponerme unos calcetines.

Antes de llegar a la cama escucho que alguien pelea en el pasillo, algunos gritos y golpes contra
alguna puerta y –aun con el miedo de volver a ser golpeado- salgo de la habitación para ver cuál
es el problema.

Me quedo fuera de la puerta, viendo a Christopher y Zayn viéndose como nunca imagine, Zayn
tiene el labio roto y Christopher suelta algunas lágrimas antes de quitarlas con su mano, su
cabello rosa que debería estar perfectamente peina se encuentra lacio y contra su fleco, solo viste
un pijama negro y sus labios se encuentran rojos. Zayn tiene la playera doblada hasta los
hombros y arrugada, la sangre empieza a mancharla y sus manos están vueltas puños, tanto que
sus nudillos se vuelven blancos.

-Nunca entendiste lo que sentía por ti, Christopher- dice el morocho y su voz se escucha lejana
pero llena de furia.- Dejé que me tratarás como una mierda porque te amo, dejé que me dejaras
de lado y esperé pacientemente a que te enteraras de mis sentimientos, pero me harté de esto.
Te amo, no puedo evitar amarte como lo hago pero merezco algo mejor, si tan solo me amaras un
poco de lo que te amas a ti mismo.

-Yo lo hago, Zayn.

-Eres una persona manipuladora, puedes controlar a todos a tu alrededor pero no puedes amar a
nadie. Yo no puedo creerte ahora, solo dices cosas para tenerme bajo tu control otra vez.

El rostro de Zayn da vuelta cuando Christopher le da un golpe en la mejilla y después abre los
ojos, como si no creyera que eso acaba de suceder.

-¿No lo entiendes? ¡Yo puedo tener a cualquier chico que quiera sin necesidad de manipularlo!
Pero ¡Solo te quiero a ti!

Ahogo un grito cunado Zayn toma las manos de Chris y lo golpea contra la pared, deja sus manos
encima de su cabeza y después esconde su frente en la nuca de Chris, las respiraciones de
ambos están al borde de un ataque y yo no puedo apartar la mirada de ellos, aunque no debería
de estar observando una escena tan íntima de dos personas prácticamente inestables.

Zayn vuelve su mirada a la de Christopher y lleva su nariz por todo el rostro del chico, cierra los
ojos, dejándome ver el dolor que le causa su “rompimiento”.

-Bien, Christopher. Ya no me necesitas.

Cuando se separan vuelvo a mi habitación antes de que se den cuenta de mi intromisión y cierro
la puerta a mi espalda. El pecho me late rápidamente y siento un nudo en la garganta, Louis hizo
una tonta apuesta por mi, pero Zayn era consiente todo este tiempo del juego de Christopher, y
aun así se enamoró y se quedó a su lado.

Doy un brinco cuando escucho la puerta ser golpeada y trato de calmar a mi corazón antes de
abrirla y encontrar a Zayn frente a mi, con el cabello revuelto y los ojos un poco rojos, se ha
dejado la barba y me atrevo a decir que de esa forma tan vulnerable se ve aún más jodidamente
guapo de lo que ya es.

-Za-ayn, hola... ¿Necesitas algo?

Sé que sueno alterado pero es normal –en esta situación, donde lo acabo de escuchar pelear con
Christopher, ser abofeteado y claro, donde yo lo he estado espiando-.

-Vine a darte algo, Harry.

-Bien... ¿Quieres pasar?

Abro un poco la puerta para que entre y la cierro antes que de alguien pase por el pasillo y se dé
cuenta de la intromisión. No quiero más ridículos rumores sobre mi.

Le veo caminar hasta el marco de la ventana y sacar una caja de cigarrillos, enciende uno y se
levanta la playera dejando ver algo de su piel y algunos tatuajes, pero entre su pantalón y su piel
hay una hoja blanca que se ve un poco arrugada, la toma y me la ofrece.

-¿Te importa si fumo aquí?- pregunta encendiendo el cigarrillo con la otra mano.

Niego mientras me acerco a él y tomo la hoja, pero mi mirad debe demostrar lo confundido que
estoy porque siente la necesidad de explicarme.

-Es un correo que Louis le envió a Christopher en navidad, cuando ustedes estaban juntos. Sé
que Louis te quiere, Harry y lo que Christopher hizo fue algo muy bajo, me disculpo por haberte
hecho pasar momentos incomodos pero, yo solo quería que él confiara en mi y molestarte era
una buena forma de hacerlo sonreír- suelta una risa y le da una calada al cigarro-. Lo siento por
eso, pero yo haría cualquier cosa por hacerlo sonreír.

Me siento en la cama, frente a Zayn y abro la hoja para leer su interior.

-Espero que no te importe que la haya leído antes, tuve que hacerlo para darme cuenta de la
persona que era Christopher.

-No importa, Zayn.

-Bien.

Para: Christopher_hilton@gmail.uk
De: Louis_TM@gmail.uk

Estoy fuera. No puedo seguir con toda esta mierda contra él.

Entiendo que no puedas comprender como me siento a su lado pero yo me enamoré de él, lo hice
desde el primer día que él dijo que me quería, no soporto pensar en el daño que le haré si se
entera de este estúpido juego y yo ya estoy harto de ti también.

No puedo quitar su nombre de mi mente y no puedes entender lo jodidamente bien que se siente
que Harry te diga cosas como “Te quiero” y “Estaré conmigo no importa que”, él no juzga y nunca
había visto a mi familia tan feliz con una de mis decisiones hasta que tomé la decisión de amarlo
a él.

Somos dos polos opuestos, como el fuego y el hielo, él ya controla mis decisiones y mis palabras,
puede conmigo, Christopher, él es lo que necesitaba. Tu puedes tener algo como esto al lado de
Zayn, dejar de atormentar a todos a tu alrededor, dejar de ahuyentarlos y empezar amar a ese
chico que está a tu lado.

Voy a luchar por Harry, siempre lucharé para que lo que tenemos funcione, aun cuando eso no te
guste a ti.

Lo quiero, y si él elige no amarme ahora, haré todo lo posible para que me ame después.

Y espero que no te metas en mi camino esta vez.

Porque si Harry se aleja, también haré que Zayn se aleje de ti.


Veo a Zayn, que ha encendido otro cigarrillo y ve hacia el lago, con la mirada perdida. Puedo ver
un pequeño rasguño en la mejilla, donde Christopher le abofeteo y dejo la hoja a mi lado para ir a
donde se encuentra él.

-Gracias por la carta, Zayn.

-Tienes que saber que Louis te quiere realmente, Harry.

Tomo su mano con la mía y me mira.

-¿Amas a Christopher?

Una sonrisa de media luna se posa en su rostro.- Es el único chico en el que pienso desde que
llegué a esta mierda de instituto.

El humo sale por su boca cada que dice una palabra y sus ojos, negros como la noche me miran
directamente. Me acerco y le abrazo por la nuca y él me abraza por la cintura, escucho como
traga y se pone rígido al contacto.

Cuando me alejo de él nuestras miradas se encuentran y me atrae hacia él, nuestros labios se
encentran y nos damos un beso, tan puro que no puede confundirse con nada sexual o amoroso,
e solo el beso de dos personas que están sufriendo porque un par de idiotas decidieron
rompernos el corazón.

Solo dura segundos pero al separarnos sonreímos el uno para el otro y Zayn se levanta, hace su
camino a la puerta y antes de salir me da algo en que pensar.

-¿En realidad quieres seguir haciendo feliz a Christopher? Porque eso y tu sufrimiento es lo único
que logras con estar lejos de Louis.
Cierra la puerta y yo me dejo caer en la cama.

No puedo pensar en nada.

Todo es tan confuso.

**

Faltan diez minutos para el toque de queda y que Madame Dur de su regular recorrido. Escucho
Artic Monkeys mientras dejo que el sueño llegue a mi y cierro los ojos, esperando relajarme.

Alguien llama a la puerta y tengo que interrumpir mi ensoñación para ir hacia ella, cruzo la
habitación y al abrirla veo a Harry, con el pijama y mi sudadera y siento ganas de sonreír como un
loco porque él sigue guardándola.

-Me han dado una buena razón, así que...- extiende la mano y me entrega la llave de su
habitación y ahora no puedo sonreír, las palabras no me salen. Lo veo, es lo único que puedo
hacer.- Es una segunda oportunidad y juro que no habrá una tercera, no podrás entrar cuando
quieras, y definitivamente no te he perdonado pero trabajaremos en hacer que funcione
nuevamente, el perdón se gana... y quiero perdonarte.

Da la vuelta y baja las escaleras, unos minutos después escucho la alarma que nos avisa que
tenemos que estar en nuestras habitaciones, cierro la puerta y vuelvo a la cama, con la llave en la
mano y una sonrisa estúpida en mi rostro.
Porque tengo una oportunidad más de hacer las cosas bien, y por primera vez en mi vida no
desperdiciare las oportunidades que me dan.

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Capítulo XXVII: "Oh, Romeo"

"Oh, Romeo" Parte I.

Zayn me mira desde el otro lado de la mesa, un cigarrillo encendido en la mano izquierda y un
libro viejo de Shakespeare en la derecha. No se permite fumar en la biblioteca pero no parece
que alguno de los chicos vaya a aclararle ese punto.

Llevamos días estudiando todas las obras del autor para crear una exposición. Tenemos dos
semanas para terminar el proyecto que tendrá un valor del 50% de nuestra calificación, y aunque
ni yo mismo lo crea, Zayn Malik es un chico muy inteligente y demasiado dedicado.

Y yo quiero seguir su ritmo.

-Podríamos hacer una interpretación de Macbeth y explicar el mar augurio que trae ese nombre a
los teatros.- propone Zayn y yo solo asiento, porque no he leído Macbeth y no sé nada sobre la
obra.

-No has leído la obra, ¿No es así?

-No.

-Bien, ven- hace un ademan para que vaya a su lado y lo hago, tomo mis libros y rodeo la mesa
hasta llegar a donde él.- Es una tragedia, como todo lo que Shakespeare escribía, está dividido
en cinco actos y habla sobre la ambición y la traición...
Sigue hablando y explicándome, contándome todos los detalles que he de saber y que al parecer
le gustan, cuando no hay nada más que decir empieza a leer la obra, y no presto atención a las
palabras pero lo hago con su voz, tan fuerte pero silenciosa, escucho cuando hace pausas para
calar el cigarro y después escucho sus palabras mescladas con el siseo del humo al salir.

Cuando termina de leer la obra nos quedamos debatiendo por media hora más antes de darnos
cuenta de que la noche ha caído y tenemos que ir a nuestras habitaciones.

-Gracias por haberme elegido como compañero, Zayn.

Se coloca la americana del uniforme y pasa su mano por entre su cabello, dejándolo desordenado
pero muy atractivo.

-Era lo menos que podía hacer por ti, he visto tus calificaciones en literatura y son un asco, puedo
ayudarte con esto. Además, si yo no leyera las obras, juraría que tu no lo harías, así que yo leo y
tu escuchas, los dos pensamos en ideas y tenemos una calificación aprobatoria.

-Suena como un plan.

-Es un buen plan. Así que no me decepciones.

Recogemos todos nuestros libros y hacemos nuestro camino a la salida, ya no hay nadie en las
mesas de estudio y el chico que se supone tiene que estar tras del escritorio se ha retirado, fuera
la luna brilla pero el clima aun es frío, salimos al pasillo y caminamos en silencio, Zayn saca un
cigarrillo de su pantalón y lo enciende.

-¿No te da miedo el morir de cáncer?- me atrevo a preguntar.

-Morir de cáncer, de un accidente en la carretera, suicidio, todo es relativo, Harry, podría morir
ahora mismo de un paro cardiaco y daría igual, así que si quieres hacer algo, solo hazlo.

Cuando llegamos a la escalera principal vemos a Christopher junto a dos chicos que parecen
demasiado ocupados tomando notas que les dicta, no deja de mirar su celular mientras habla a
toda velocidad y rueda los ojos cuando uno de ellos pide que repita lo que dice, pero no lo hace,
sigue hablando sin parar.

Escucho a Zayn reír desde su garganta, lo veo y tiene una muy bien disimulada sonrisa en el
rostro.

-Está de mal humor- me aclara y tardo unos segundos en entender que habla de Christopher.

-Yo creía que siempre estaba de mal humor.

Sonreímos mientras caminamos y siento como si hubiese ganado a un amigo en estos días, uno
que sabe escuchar y da consejos, uno que está pasando por lo mismo que yo, con el que puedo
hablar seriamente.

Subimos los primeros escalones y cuando llegamos a la altura de Christopher este nos mira y
deja el celular de lado, deja de hablar y hace un ademan para que los chicos que alejen.

-¿Así que ahora son amigos?- pregunta mientras se cruza de brazos, sonríe pero no llega a sus
ojos.

Sigo caminando y Zayn me sigue de cerca pero noto que su rostro ha cambiado, es como si se
hubiera puesto una máscara que no deja ver ninguna emoción.

-No me hablaras más, ¿Zayn?

El chico a mi lado deja de caminar y yo no estoy seguro de si seguir mi camino o no.

-Si, Chris, somos amigos.

-¿Y Louis está bien con eso?


-Lo que Louis piense sobre nosotros no me importa, y es igual con tu opinión. ¿Adivina qué?
Resultó que después de todo, no eras tan importante para mi.

Volteo rápidamente al escuchar sus palabras y veo su rostro que no muestra ninguna emoción,
nada, y observo a Christopher que le ve como si fuese a golpearlo en cualquier momento. Y se ve
realmente dolido pero mantiene la compostura y elegancia.

-Es bueno saberlo.- contesta y su voz suena muy baja.

-Merecías saber la verdad.

Zayn da la vuelta y sigue caminando dejándome atrás, yo sigo viendo a Christopher, me mira y
me provoca escalofríos, está furioso, su respiración está alterada.

-¿Te divierte la vista?- pregunta casi gruñendo.

-Lo siento.

-Lo último que necesito es tu maldita lastima, Harry.

Nos vemos unos segundos más y doy la vuelta. Si el chico no quiere ablandarse un poco no
puedo ayudarlo, si no quiere un amigo no le voy a dar uno.

Sigo hasta llegar a mi habitación y veo a Zayn fuera de ella hablando con Louis. Y no es que lo
haya perdonado pero se está convirtiendo en una verdadera molestia, no ha utilizado la llave de
mi habitación pero siempre le veo sentado en el pasillo, esperando a que aparezca.

Aún tiene el uniforme y se ve un poco cansado, talvez se deba a que Josh ha estado
presionándolo hasta el límite en las clases extras de ejercicio después de las horas de estudio. Es
su forma de vengar lo que me ha hecho pero sé que es también una forma para desgastarlo,
porque claro, el chico al que considero casi mi hermano no soporta al chico al que amo, y
viceversa.

-Harry, mañana seguiremos con las obras. Vuelve a leer Macbeth y veremos que podemos sacar
de ella para la exposición, nos vemos en literatura.- da un leve asentimiento de cabeza y se retira.

Lo veo perderse en el pasillo mientras enciende uno más de sus cigarrillos y me recargo en la
pared.

-Hoy les tomó mucho más tiempo, ¿Hasta cuándo seguirán con ese proyecto?- pregunta Louis
mientras se deja caer al suelo, frente a mi.

-Unos cuantos días.

-Estas pasando mucho tiempo con Zayn. Y aún recuerdo que me dijiste que se te hacía un chico
muy guapo.

-Pues si, Louis, Zayn es guapo, cada día encuentro en él un nuevo lunar o una nueva expresión,
pero somos amigos y tendrás que acostumbrarte a eso.

-Confieso que estoy celoso.

-No tienes porque, tú y yo no somos más que amigos. Soy libre de...

-Eso - me interrumpe.- eso es lo que no me gusta, eres libre de estar con quien quieras y yo sigo
pensando que eres mío.

-Somos amigos, Louis.

No le miro pero puedo sentir sus ojos sobre mi, viendo cada uno de mis movimientos.
-No Harry, no somos solo amigos. Tú y yo somos mucho más que eso.

-No por ahora.

-Los amigos no se aman ni la mitad de lo que nosotros lo hacemos, no han pasado por lo que
nosotros, no han hecho lo que tú y yo.

Mi mirada va a la suya y no tengo mucho que decir, solo puedo verlo.

-Pues tendremos que aprender a ser lo que nunca fuimos.

Saco la llave de mi bolsillo y le doy la espalda. Siempre tenemos la misma plática, ya hace
algunos días que no puedo alejarlo de mi puerta sin ser un poco cruel con él. Pero Louis sigue
insistiendo y eso me dice que si soy importante para él, que talvez no todo fue una mentira.

Dejo los libros sobre el escritorio y la mochila en alguna parte del suelo, me quito el uniforme y
dejo que la ropa caiga en cualquier parte, hasta quedar en ropa interior me subo a la cama y
cierro los ojos.

Tengo sueño y frío pero estoy tan cansado que no tengo la fuerza para ir a cerrar la ventana.

Pasan algunos minutos u horas, realmente no lo sé, y cuando el sueño me está venciendo
escucho mi celular sonar a lo lejos, son alrededor de las once, la alarma ya a sonado y no tengo
idea de quien me esté llamando tan tarde. Y dejo que suene una, dos, tres veces, pero siguen
llamando y al final tengo que levantarme a por él.

Veo la pantalla brillar sobre la mesa de noche y alargo el brazo hasta llegar a ella y lo tomo.

-Louis...
-Bien, entiendo que seamos amigos pero los amigos hablan con los otros cuando se sienten solos
¿No?

-No a las once de la noche, cuando interrumpes lo sueños de los demás.

-Por favor, necesito un consejo y tú eres el único amigo que tengo que sabe dar buenos consejos.

-¿Por qué no hablas con Stand?

Su risa me atraviesa el oído, llegando a lo más recóndito de mi cerebro.

-Por favor, Stand ahora mismo ha de estar un poco ocupado, no atendería el teléfono nunca.

-Bien, entonces cuéntame.

-Tengo un problema con un chico, ¿sabes? Estoy enamorado de él pero, Dios, es un chico
difícil... él cree que no lo quiero pero realmente es más que eso, y no tengo mucho tiempo para
estar junto a él porque como sabes solo tenemos cuatro meses más en este instituto de mierda.

No puedo negar que tengo una estúpida sonrisa en el rostro pero el sueño está ganando en esta
conversación.

-Así que estoy enamorado de este chico, se llama Harry Styles, pero cree que soy un malnacido y
si, lo soy pero debes decirme que hacer. ¿Qué puedo hacer?

-¿Tal vez darle algo de tiempo?

-Mmm.... No, no lo creo. No tengo tiempo que perder. Y es que ¿Sabes? Tiene un hermoso hábito
de tocar mi cabello cuando nos besamos y me gusta mucho contar los lunares de su rostro
cuando no me está mirando, me gusta ver sus ojos cuando me mira y observarlo cuando está
distraído y parece estar en otro mundo. Y extraño sus abrazos cuando dormimos juntos y
escuchar cuando dice cosas en sueños, extraño que me diga que me quiere porque te juro que
cuando lo hace algo en mi cambia, me siento una mejor persona. Y necesito su perdón, porque
mi madre y Mark están tan decepcionados de mi por haberlo lastimado que... te extraño, Harry.
Eso es todo. Te extraño y te quiero y estoy tan jodidamente celoso del tiempo que Zayn tiene
para estar contigo, y sé que es algo académico pero eso no contiene mis ganas de ir y alejarte de
él, y los conozco, ninguno de los dos haría algo para lastimarme... pero contigo todo están
diferente. Eres como Helena de Troya, a donde quiera que vas creas un maldito problema en mi
interior.

Trato de mantenerme despierto, de mantener la conversación pero los ojos se me cierran solos y
me duerno escuchando a Louis repetir mi nombre una y otra vez.

**

El día se pasa lentamente, después de las clases y el montón de tarea que tengo pendiente,
después de las dos horas de ejercicio obligatorias con Josh y la hora extra para mi y Niall, y luego
de una rápida ducha llego a la biblioteca, donde Zayn ya me está esperando.

Tiene un montón de libros a su alrededor y transcribe cosas de un libro a su libreta. Se le ve tan


concentrado que no me gustaría molestarlo pero tengo que hacerlo, mientras más rápido
acabemos con el proyecto más rápido podré hacer mis tareas y empezar a estudiar para los
exámenes finales – y los de admisión a la universidad-.

Me acerco a la mesa y antes de que mi mochila toque el suelo escucho su voz.

-Llegas tarde- dice Zayn en voz baja, tanto que casi no puedo entenderle.

-Lo siento, tengo una hora de ejercicio extra con Josh, lo siento.

-No importa, Harry. Ahora que esas aquí vamos a empezar.

Deja sus cuadernos de lado y saca el libro de obras de Shakespeare y yo tomo el mío.
-Así que... ¿Estabas escribiendo algo importante antes de que llegara?

-Solo hacia las tareas.

-¿Los buscaste en un libro?- pregunto algo extrañado.

-El internet no siempre es confiable, Harry, es por eso que estás mal en tus clases, Wikipedia no
siempre es la mejor opción.

Me siento como un niño regañado, sus palabras suenan un poco duras pero está sonriendo. Sus
ojos negros ya no se ven tan vacíos como antes, ahora solo son un poco tristes ero intento no
presionarlo con el tema de Christopher. Así como él no lo hace con el tema de Louis.

-Bien, entonces hoy veremos Romeo y Julieta, anoche pensé en hacer una recopilación de sus
obras en una sola presentación, podremos hallar una forma de conectarlas entre todas.

Busco la obra en mi compilado y empezamos a leer por turnos. Pasan algunos minutos antes de
que Zayn interrumpa la lectura y sonría mientras rueda los ojos, sus dientes blancos respaldasen
cuando sonríe y antes de que pueda preguntar qué es lo que le pasa escucho su voz.

-Ojos mirad por última vez, brazos, dad vuestro ultimo abrazo.- su mano se posa en mi nuca.- y
vosotros, labios puertas del aliento, sellad con legitimo beso una confesión sin termino a la muerte
rapaz.

Sus ojos brillan como siempre y una sonrisa se posa en su rostro.

-O también puedes llamarme Julieta, el papel que quieras será tuyo.

Veo a Zayn, que sigue sonriendo para que me dé una explicación.- ¿Qué hace aquí?
-Pues, aunque no lo creas, Louis ha representado esta obra cuando iba en la secundaria, así que
podrá ayudarnos.

-Y además...- dice mientras se acerca más a mi rostro.- Es una forma segura que tendré para
besarte una vez más.

Pero claro que no esperará por ese beso.

Así que cierra el especio entre nosotros.

Y es una mierda, porque quiero mantenerme lejos de él, aclararme. Pero no puedo, talvez no
sirvamos para estar separados.

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Capítulo XXVIII: "Cuando dije lo que significabas para mi"

“Cuando dije lo que significabas para mi”

El aire frio de los últimos días de enero me pega en el rostro. El cielo sigue obscuro y los árboles
se ven secos. Cada que abro la boca puedo ver mi respiración convertirse en vapor.

Zayn me ve desde el otro lado de la banca, sus ojos aun llorosos pero determinado a no dejar
caer una lágrima más.

El chico está hecho una verdadera catástrofe, su cabello revuelto y sus mejillas ahuecadas, tiene
ojeras que hacer que sus ojos se vean profundos y dañados, y lo qué pasa es que no puedo
ayudarlo, porque todo está dentro de su cabeza y Zayn no me deja entrar.
Hemos trabajados por días en nuestro proyecto y al fin hemos terminado, todo está listo para
nuestra presentación pero en estos días he visto a Zayn decaer, como si todo lo que hiciera o
antes le gustara simplemente no fuera suficiente para recobrar el ánimo. Y es una mierda que
alguien como él sufra por alguien como Christopher –aunque él tampoco esté llevando bien todo
lo que ha pasado-.

-¿Te encuentras bien?

Sus ojos me miran, esos ojos negros y vacíos me miran y siento tanta pena por él que tengo que
voltear el rostro y dejar de mirarlo.

-Creo que sabes la respuesta. Pero gracias por preguntar.

Lleva las manos a su cabeza y revuelve su cabello mientras recorre el paisaje a mi espalda. No
hay una razón para que estemos hablando hoy, nuestro trabajo está hecho y podría simplemente
estar con mis amigos ahora pero Zayn necesita a alguien, su único compañero es Louis y está
demasiado ocupado molestándome a mí como para darse cuenta de que Zayn no está bien.

-¿Quieres hablar de algo, Zayn? Puedes hacerlo conmigo, quiero ser tu amigo.

Veo su mirada bajar hasta su regazo, nunca le había visto tan abatido.

-Quiero decir tantas cosas pero no puedo siquiera encontrar las palabras para comenzar. Si mi
padre supiera que estoy enamorado de un chico, Harry si el supiera sobre esto simplemente
estaría muerto para toda mi familia, no podría acercarme a mi madre o mis hermanas, mi padre
olvidaría que tuvo un hijo.- una sonrisa triste de marca en su rostro pero no me mira-. Me
inculcaron valores muy diferentes a los de todos ustedes, cuando recién llegué a Londres yo no
sabía cómo debía comportarme y cuando hice las cosas más y tuve que ser enviado aquí... nunca
pensé caer por un chico... pero Christopher es muy diferente cuando está conmigo. Claro que yo
quería a ese chico tan vivaz y divertido solo para mí pero tuve que aprender sus reglas, contra
todo lo que se me había enseñado, tuve que aprender a jugar como él y me convertí en un
estúpido juguete remplazable. Porque...- su sonrisa se hace más grande y una risita dolorosa sale
del fondo de su garganta-. Si no nos tenía a los dos, simplemente no servíamos para nada.
-Zayn...

-Y es una mierda muy grande, porque yo hubiera enfrentado a mi padre por él. Supongo que caí
muy fuerte por Chris, me olvidé de todo lo que me habían enseñado, dejé de pensar en lindas
chicas cuando lo vi a él. Pero a mí ni siquiera me gustan los hombres, Harry... solo me gusta él.

Me quedo en silencio escuchando su voz rota y viendo nuevas lágrimas en sus ojos. Pero no sé
cómo tiene tanta fuerza para no dejarlas caer.

-Supongo que fui yo quien ganó el juego de “Yo te amo más”. Al final de cuentas, era el único que
estaba jugando.

Le veo mientras saca una caja de cigarrillos de su chaqueta y enciende uno. El humos se
aglomera frente a su rostro y una ráfaga de viento lo atrae hacia mi. Solo he fumado unas veces y
siempre termino ahogándome con el humo pero en estas circunstancias, supongo, que no
debería dejarlo fumar solo.

Es como una muestra de que estoy para él. Que quiero estar ahí para él.

-¿Puedo tener uno?- pregunto señalando la cajetilla.

-Claro.- responde encogiéndose de hombros y entregándome un cigarro junto con el encendedor.

El silencio reina y solo puedo escuchar el viendo cuando las ráfagas vienen hacia nosotros. Me
llevo el cigarro a los labios y aspiro un poco, solo para sentir el humo luchar contra mi lengua
dentro de mi boca y tomo aire para que vaya a mis pulmones. Pero nunca he sido bueno
haciéndolo y cuando escapa por mi nariz empiezo a toser.

Escucho la risa de Zayn al otro lado de la mesa y abro los ojos para verle caminar hacia mí. Sigo
sus movimientos hasta que se sienta a mi lado, con la vista hacia el instituto y los codos sobre la
madera.
-Lo que pasa cuando una persona te pide un cigarrillo, es que piensas que esa persona
realmente sabe fumar.- dice sonriente hacia mí y algo en mí se enciende porque he hecho que
sonría-. Vamos, te enseñaré como se hace, primero tienes que dar caladas muy leves para que tu
garganta pueda recibirlo y respiras al tiempo que el humo va deslizándose por tu tráquea.- hago
lo que dice y antes de soltar el aire de golpe y volver a toser siento su mano en mi pecho-. El
humo tiene que llegar a tus pulmones y separas los labios, lo suficiente para dejar que el aire
fluya poco a poco y el humo saldrá... lentamente.

Su mano presiona sobre mi pecho al seguir sus instrucciones y siento como mi pulso se altera.
Sus ojos me ven y no puedo dejar de mirarlo, es como una fuerza que me tiene ahí, tratando de
leer lo que no dice en voz alta. Sus labios se abren un poco y cuando el aire me falta y vuelvo a
respirar su mano baja sobre mi pecho hasta llegar a mi muslo y entonces se levanta.

-Supongo que debo decir gracias por escuchar, se siente bien tener un amigo en estos
momentos.

Abro la boca para que las palabras salgan pero no hay nada. Tengo un nudo en la garganta que
me impide hablar. Zayn se aleja y yo aún no puedo decir nada, solo lo veo entrar al instituto y
perderse, y siento unas ganas enormes de ir a buscar a Christopher y gritarle cualquier cosa para
dañarlo como él ha dañado a Zayn, porque el chico no lo merece, él no merece sufrir así.

Apago el cigarrillo y me pongo de pie, no sé dónde está Louis y mis amigos están en la habitación
de Liam, me pongo en marcha, con las manos dentro de los bolsillos de la gabardina y mi mente
no deja de pensar miles de insultos hacia Christopher, miles de formas distintas para lastimarlo.

Camino hasta llegar a la entrada y subo las escaleras esquivando a los chicos a mí alrededor.

Llego a mi habitación y entro para recoger mi celular. Recojo la ropa sucia que he tirado al suelo y
trato de poner mi escritorio en orden para liberar mi mente, nunca he estado tan enojado con
ninguna persona, nunca había pensado en lastimar a una persona hasta este día.

Cuando dejo las cosas en orden tomo si celular y veo los mensajes que no he leído. Tengo dos
mensajes de Nick hablando sobre un chico con potencial para ser su nueva conquista, un
mensaje de mi madre que aún sigue reprochándome que no cumplí mi promesa de ir a casa
antes de que las clases comenzaran y varios mensajes de Louis.

“Mierda, Harry. Necesito besarte ahora mismo.

L.T.”

“Extraño que hables dormido cuando duermes en mi habitación.

L.T.”

“Me siento tan solo, Harry, siento que estoy roto.

Perdóname, por favor.

Solo te necesito a ti.

L.T”

“Mereces algo mejor que yo, pero te quiero, ¿Eso cuenta de algo para que te quedes a mi lado?
L.T”

“La verdad me sentiría mejor si respondieras a mis mensajes.

Me siento algo ignorado aquí.

L.T”

“Dijiste que no te ibas a alejar. Y jodidamente lo hiciste.

L.T”

“Bien, supongo que ese mensaje estuvo muy fuera de lugar.

Pero te extraño.

Harry, te amo.

L.T.”

Guardo el celular en mi bolsillo y salgo de la habitación para ir a donde Liam y los demás me
esperan. Y entonces tengo la oportunidad de gritar frente a mí, cuando veo a Christopher
recargado sobre la puerta de Javier, esperando por mí con los brazos cruzados y la barbilla en
alto, como si pudiera intimidarme. Pero no lo hace, ya no tiene el mismo efecto.

-Quiero hablar contigo.

Cruzo los brazos y me recargo en la pared, copiando su postura. Sus ojos me ven, pero no siento
la timidez de antes, ya no me importa el poder que puede tener Christopher.

-¿Quieres hablar sobre...?

-Zayn.

-¿De Zayn?

-Quiero que me ayudes Harry, yo no sé qué hacer para recuperarlo, Louis juega bien sus cartas.

-Al igual que tu -interrumpo-. Me sorprende que pienses que puedo ayudarte...

-He visto cómo te mira, Zayn confía en ti, puedes ayudarme... te rogaré si eso es lo que quieres.
Pienso humillarme por él.

Sus ojos no dejan los míos, sus brazos ahora están a sus costados, como si estuviera derrotado.
Y lo está.

-No quiero eso, Chris, a diferencia de ti yo puedo ayudar a las personas cuando tengo la
oportunidad. Y talvez pueda ayudarte pero Zayn ya sufrió lo suficiente y tú eres el mismo bastardo
de siempre. ¿Cómo quieres que te ayude a tener a Zayn de nuevo cuando...?

-¿Cuándo fui yo quien te separó de Louis?- me interrumpe y su voz es dura pero sus ojos llorosos
me hacer ver que el chico está sufriendo internamente-. Porque Louis nunca fue el chico al que
quise, todo fue un juego, Harry. Estaba celoso de ver como él hablaba de ti, como te veía y te
tocaba y yo no tenía esa atención de su parte... porque siempre fue Zayn. Harry tu amas a Louis
como yo a Zayn y puedes entender el puto infierno en el que estoy metido... por favor.

Sus ojos están inyectados en sangre pero no deja caer las lágrimas, su voz se escucha baja, casi
amenazadora. Pero yo también estoy enojado con él, no por lastimarme a mi sino por lastimar a
todos a su alrededor con esa actitud déspota, ni siquiera es su verdadera persona, nadie puede
ser tan hijo de puta.

Sacudo la cabeza para quitarme el bonche de pensamientos que vienen a mí y empiezo a


caminar lejos de él. No me importaría ayudarlo, no me importaría si supiera que ha cambiado y
que tomará a Zayn en serio.

-Harry...

Doy la vuelta y le miro, nuestras miradas retándose.

-¿Lo amaste realmente? ¿O simplemente no querías estar solo? Piensa en la respuesta


Christopher y cuando entiendas todo el daño que le has causado puedes venir y hablarme de
perdón y amor.

Cuando veo una lágrima solitaria recorrer su mejilla doy la vuelta y no me detengo hasta que
estoy fuera de su rango de visión.

**

Sigo esperando una respuesta de su parte. Talvez declarar mi amor en un mensaje de texto no
fue la mejor de las ideas pero si él no me deja acercarme no tengo muchas opciones.

Estoy recostado en la cama, tratando de buscar una manera de acercarme a él, de que vuelva a
confiar en mi y que su perdón sea real, no quiero ser solamente su amigo, quiero serlo todo.
Extraño que ente a mi habitación cuando estoy teniendo el mejor sueño de maldita existencia y
que me despierte solo para hablar de algo que ha estado pensando, quiero escuchar mi nombre
salir de sus labios cuando duerme a mi lado, que sus dedos vayan mi cabello y lo jalen cuando
nos besamos.

Simplemente extraño estar en la misma habitación que él.

Solo quiero una nueva oportunidad. ¿Pero cómo puedo avanzar si él me lo impide?

Cierro los ojos y trato de dormir. Zayn ha pasado por aquí antes, hemos hablado un rato hasta
que él decidió que era suficiente y simplemente dejó de hablar. Y es algo cómico que todos
tengamos el maldito corazón roto y no podamos ayudar al otro a salir de la puta depresión, que
no podamos pensar en algo para cambiar el juego.

Mi celular vibra en algún lado de la cama y tiento las colchas hasta dar con él, esperando leer el
nombre de Harry en la pantalla pero viendo el nombre de Stanley en una llamada entrante.

-¿Louis?

-Hola, Stan.

-Perdona por no hablar contigo antes, he estado un poco ocupado con la universidad y el maldito
trabajo, siento mucho lo que pasó entre Harry y tú, aunque siendo sinceros mereces todo esta
mierda.

Escucho música de fondo y ruedo los ojos, claro que si, Stanley siempre tiene que estar en una
fiesta o pub.
-Si, lo merezco.

-Sé de una persona que está dando saltos de alegría ahora. Sería mejor si mantienes vigilado a
Harry y su celular.

Frunzo el ceño y me doy un golpe mental, había olvidado a Charlotte y su estúpida obsesión por
Harry.

-¿Cómo se ha enterado?

-Bien...- dice en un tono muy lento, casi precavido-. Digamos que me he puesto un poco borracho
y se lo he dicho a un amigo que le dijo a un amigo que le dijo a un amigo que le dijo a Char lo que
ha pasado entre ustedes.

-Eres un idiota monumental, Stan.

-Vamos, que aún me siento como la mierda más grande. Lo siento, Louis, ella está planeando ir a
visitar a Harry muy pronto. Juro que no tiene algo más interesante que hacer con su vida pero
está un poco muy enamorada de tu chico.

Mis puños se cierran en un auto reflejo y trato de calmarme. Si Char habla con Harry antes de
que yo lo haga no sería algo muy bueno a mi favor.

-A propósito de Char, hay alguien aquí que quiere hablar contigo.

Escucho como el teléfono de Stan cambia de manos y después escucho su voz. No recordaba
que tan baja y tranquila era su voz hasta hoy.

-Louis, hola.

-Hola, Eleanor.
Escucho como respira sobre el auricular y una risita nerviosa resuena en mi oído.

-Sé que esto es algo incómodo para los dos pero me enteré de lo que ha pasado con tu chico.
Cuando me dijeron que habías encontrado a alguien me sentí muy bien por ti, Lou, mereces tener
a alguien a tu lado que pueda ver más allá de todo lo que tú ves mal en ti. En fin, solo quería decir
que por mi parte haré todo lo posible para que Char te deje de una vez y que no se acerque a
Harry. Es hora de que todos maduremos. Harry va a perdonarte pronto, es decir, todas las
personas que se aman saben que el perdón es la mejor forma de demostrarlo.

La línea se corta antes de que pueda responder. Y supongo que acabo de cerrar un ciclo que no
había cerrado cando llegué aquí. Acabo de terminar con Eleanor de la manera en que ella
merecía, sin engaños y conservando el respeto mutuo entre los dos.

-Gracias-. Susurro al celular aunque ya nadie está escuchando.

Dejo caer el móvil y llevo los brazos tras mi cabeza, la habitación obscura y mis pensamientos se
revuelven y trato de concentrarme solo en una cosa.

Estoy enamorado, y las personas duramente encuentran el amor una vez en la vida. No voy a
dejar que nada ni nadie se interponga entre nosotros, una vez que vuelva a mí no dejaré que
nadie, ni la maldita distancia pueda con nosotros.

**
Liam sigue riendo al grado de proferir sonidos extraños, Niall tiene los brazos cruzados frente al
pecho y el ceño fruncido. Javier se dobla sobre sus rodillas por su ataque de risa y Josh trata
–fallidamente- de mantenerse serio.

-No es gracioso, pude haberme lastimado seriamente-. Dice cambiado su postura defensiva.

No tengo idea de lo que ha ocurrido, acabo de llegar a la habitación después de un largo camino
para relajar mis emociones, estoy alterado, abrumado y siento unas ganas enormes de ir a con
Louis y pedirle que me abrace –porque él no preguntaría que es lo que ha pasado, él solo me
dejaría estar ahí, sin decir nada mientras mis pensamientos se calman-, pero no puedo hacerlo.

Trato de esconder mis ganas de gritar tras una sonrisa y me siento en el suelo, a un lado de Josh.

-¿Qué pasa?

Niall me mira cuando nadie responde y su voz suena enfadada.

-Que esta bola de estúpidos me han espantado y me han hecho caer de la cama, ¡Me he
golpeado la nuca! Pude haber muerto y ellos solo se burlan.

Josh suelta finalmente una carcajada y le golpeo el hombro para que deje de hacerlo, nunca
había visto a Niall enojado y sus ojos se llenan de lágrimas porque lo que supongo es la
impotencia y la vergüenza que siente.

Abro mis brazos para él y se sienta a mi lado mientras lo abrazo.- No es gracioso, pudo haberse
lastimado.

-Solo lo dices porque no lo has visto, Harry, fue épico-. Contesta Javier.

-Épica va a ser la patada en el culo que te voy a dar si no paras ahora-. Sisea Niall con la mirada
fría.
-Dale, que tú si puedes reírte de nosotros y no viceversa, no es justo Ni.

-Claro que pueden... pero solo se han burlado de mí, ni siquiera han visto si me he lastimado
seriamente o si me he cortado, solo se burlan.

Su voz ha vuelto a ser dulce y pacífica, su mano va a su nuca y me doy a la tarea de revistarlo. La
piel se encuentra roja, como si estuviera al rojo vivo pero no parece haber pasado a mayores. Lo
acaricio con cuidado y dejo un beso sobre su piel, ganándome un golpe de Josh.

-Anda Harry, que ese chico es el mío.

-Tú no me cuidas- contesta Niall sonriendo-. Deja que alguien más lo haga.

-¿Que no te cuido? Niall, eres lo más preciado que tengo en este instituto de mierda y fuera de él,
no digas tonterías.

Dejo en libertad a Niall y me levanto del suelo para dejarme caer en el sillón de lectura de Liam,
dejo caer la cabeza hacia atrás y me tapo los ojos con el antebrazo para evitar que la luz me
moleste.

De fondo escucho la televisión, alguna película de acción con muchos disparos y autos rápidos,
escucho a Liam y Javier reírse y a Niall tratando de callar a Josh por algún comentario que no he
captado. Y pienso que todo hubiera sido mejor si hubiera escuchado a Javier el primer día,
haberme mantenido alejado de esos tres chicos con una relación más que complicada. Si no
hubiera caído por esos ojos azules que prometían tantas cosas pero ocultaban aún más.

-¿Harry?- escucho la voz de Javier y abro los ojos pero no le veo-. ¿Te encuentras bien?

-Creo que no me sentido bien en un rato.


-¿Quieres hablar de algo?

Lo pienso, talvez si saco todo lo que llevo dentro pueda calmar mis emociones, dejar de pensar y
solo hablarlo, desahogarme. Pero mi único tema es la vida de otras personas, el dolor de Zayn, la
desesperación de Christopher por recobrar el amor del chico al que ama, el ya muy esperado
divorcio de mis padres. Pero no puedo hablar de Louis, es como si mi cerebro quisiera torturarme
y dejar ese tema para mi sola.

-¿Harry?

-Sí, sí quiero pero no sé cómo empezar. ¿Te han roto el corazón alguna vez?

Una sonrisa melancólica se apodera de su rostro y lo recuerdo, y me maldigo interiormente por


haber dicho eso.

-Lo siento, no recordaba a Axel.

Le resta importancia encogiéndose de hombros pero sé que he metido la pata hasta el fondo.- No
importa, pero sabes la respuesta. Puedes hablar conmigo, me gustaría que hablaras conmigo y
dejes de pensar en todo eso que te está haciendo daño.

Estoy rodeado de personas maravillosas pero yo solo quiero hablar con una, solo quiero escuchar
a una persona consolarme y decirme que todo es una mierda y que algún día –no sé cómo ni
cuándo- todo va a mejorar.

Solo quiero a Louis.

Solamente a él.

-O talvez no soy yo con quien debes hablar.


Finalmente le miro y sus ojos son tan tranquilos que me hacen decidirme. No pueden juzgarme
por ir a él y perdonarlo, no es lógico el sentir que has encontrado a la persona que te
complementa y la dejes ir. Si, jugó conmigo pero se enamoró igual que yo me enamoré... y
siempre se sale lastimado cuando se involucran los sentimientos. Así que si ya permití que me
rompiera el corazón dejaré que trate de hacer algo para volverlo a juntar y mantenerlo así.

-Gracias, Javs.

-Todos merecemos segundas oportunidades, Harry. Hasta las personas más estúpidas merecen
ser perdonados.

Me ayuda a levantarme y salgo de la habitación, ninguno de mis amigos preguntan porque me


voy pero parece como si todos hubieran estado esperando que no me quedara. Javier vuelve a la
cama y se tira a un lado de Liam, los cuatro viendo la pantalla.

Salgo de la habitación y me pongo en marcha. Si voy a caer, voy a caer hasta el fondo.

**

-Lou...-escucho su voz y mierda, pensaba que ya no soñaría con el nunca más-. Lou, despierta.
Tenemos que hablar.

Siento sus dedos recorrer mi rostro, con cuidado, como si tuviese miedo de despertarme. Y yo
tengo miedo de despertar, me aferro a la sensación pero se hace más fuerte, hasta que por fin
despierto y la obscuridad de la habitación me abruma.

Pero hay alguien ahí, conmigo.

-Lou, al fin.

Me siento pesado y los ojos me arden por el sueño, pero él está aquí, a mi lado.

-Hazza.

-Quería decirte algo, es algo muy serio y que llevo pensando alrededor de diez minutos.

Trato de que mis ojos se acostumbren a la oscuridad y poder verlo pero me es imposible. Es
como si no hubiera nadie y las palabras salieran de las paredes. Como si las estuviera inventando
mi cabeza.

-Una vez leí que si una persona te rompe el corazón no se queda a tu lado para tratar de ayudarte
a salir de la miseria... pero tú no te has ido de mi lado, has tratado de volver a lo que teníamos.
No te has rendido ni has dejado de rogarme que te perdone. No te has dado por vencido.

-Y no lo haré, no lo haré nunca.

-Lo sé, déjame terminar. Mira, con todo esto que pasó me olvide de todo lo que me habías dicho,
de los días felices que tuve a tu lado –que han sido más de lo que había pasado antes de
conocerte- y de todo lo que has hecho por mi. Me presentaste ante tu familia, me presentaste a
Nana y me llevaste por Doncaster, contándome tus sueños e historias. Me olvidé de todo eso
porque nunca me habían roto el corazón antes y se siente como la mierda pero no me has dejado
y eso es lo que realmente importa. Te quedaste y soportaste mis desplantes y... yo también te
amo.

Las palabras se aglomeran dentro de mi cabeza, como si no pudiera procesarlas. Él lo dijo, me


está perdonando.
-Harry...

-Bien, esta historia de amor nuestra está yendo realmente rápido pero si es lo que siento no tengo
que callarlo. Pero si vuelves a romperme el corazón me olvidaré de ti, olvidaré que te conocí
algún día.

-No lo haré, nunca más.

-Bien, entonces ¿Puedo besarte ahora?

Si esto es un puto sueño no quiero que nadie me despierte nunca. Siento como mi chico trepa a
mi regazo y sus manos toman mis mejillas, su respiración golpeando con la mía.

Ya hora lo veo, sus ojos verdes hacen que mi corazón empiece a latir rápida y dolorosamente, no
puedo dejar de verlo hasta que cierra el espacio entre nosotros. Sus labios calientes toman los
míos y Dios, no me había sentido tan vivo desde que ultima vez que me besó sin que fuera yo
quien iniciara. La última vez que me besó y éramos algo, cuando me decía que me quería.

No sé cuánto dura nuestro beso pero cuando termina y se recuesta sobre mi pecho es como si
me hubieran quitado un peso de encima.

No digo nada, aún tengo miedo de alejarlo, de decir algo y que salga huyendo como la última vez.
Así que cierro los ojos y me relajo con el golpeteo de su corazón sobre mi piel, escuchando su
respiración. Me quedo dormido sintiendo su cercanía y sus caricias sobre mis costados. Es como
si me hubieran devuelto algo, como si estuviera completo de nuevo.
Si dos personas están hechas para estar juntos,

Eventualmente encontraran el camino de regreso.

-Chuck B.

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Capítulo XXIX:"Daños colaterales"

“Daños colaterales”

Cuando me retire de la habitación de Louis ayer por la noche no podía dejar de sonreír. Había
recuperado a mi chico, talvez fue una decisión estúpida o muy precipitada pero tiempo para
perder... no tengo mucho.

Hoy es el último viernes del mes y no tenemos clases pero una llamada entrante me hace
despertar. Es el tono de llamada que le he puesto a mi madre y que me llame a esta hora no es
algo muy bueno. Me siento en la cama para poder tomar mi celular de alguna parte entre las
cobijas y mis movimientos lentos no ayudan en mucho.

Cuando finalmente lo encuentro la llamada se ha perdido pero mi madre insiste una vez más. Me
tiro en la cama y contesto mientras trato de quedarme despierto y escuchar todo lo que tiene para
decir.

-¿Harry?

-Anne...

-¡Harry!- y esta vez escucho sus sollozos.


-¿Mamá? ¿Qué ha pasado?

Su llanto va en crescendo y abro los ojos asustado. Estoma a cientos de kilómetros de distancia
de ella, si ha pasado algo me tomará mucho tiempo el llegar a su lado.

-Tu padre y yo... nosotros, Harry, nosotros peleamos y me salí de casa, tomé todo lo que pude y
subí a tu perro y estamos en casa de Granny, ella me está ayudando con los papeles para el
divorcio.

Estoy perplejo. Mi madre ha dejado a papá.

-¿Por qué han peleado?-pregunto atragantándome con las palabras. Esto no es real.

-Digamos que... cometí la estupidez de contarle que estabas saliendo con un chico del instituto y
él simplemente se puso como loco, dijo cosas horribles sobre ti y Harry, yo te amo, eres mi hijo
maldita sea, te amo y no permitiré que nadie hable de esa forma sobre ti. Yo le di una bofetada e
hice las maletas y ahora estoy con el abogado y lo siento Harry, pero yo ya no podía con tu padre.
Desde que nos dijiste que eras... gay... él había cambiado mucho, era un auténtico hijo de puta.

No sé qué decir o pensar. Que Anne dejara a papá ya es algo increíble, que lo haga por mí es
algo que no me esperaba. Ella me ama sobre él. Aunque la noticia me pone feliz por otros
motivos, ella al fin vio su verdadero yo, al fin pudo ver que su relación no era la más sana del
mundo.

-¿Harry, me odias por lo que hice?

Siento muchas cosas por ella ahora mismo, pero odio, jamás.

-Mamá, estoy orgulloso de ti. Te veré en cuatro meses ¿Okay?

Un suspiro al otro lado de la línea me tranquiliza.


-Harry... cuando vengas a casa... ¿Crees que pueda conocer a Louis?

Una sonrisa estúpida me cruza el rostro.

-Todo depende de lo que pase en estos meses. Pero Louis se volvería loco por conocerte, y
también a Granny.

-Bien, entonces cuídate... te veré en cuatro meses, amor.

-Adiós, Anne.

La línea se queda en silencio y después ella cuelga. Tiro el celular a un lado y coloco una
almohada sobre mi cabeza, parece que mi vida está llena de problemas y drama, estoy harto de
todo esto. Trato de dormir nuevamente pero es imposible, porque sigo pensado que si mi madre
dejó a mi padre, y si él sabe lo de Louis nada será bueno para mí. Y tal vez no tenga que esperar
mucho para verlo, quizá viene para acá en este preciso momento. Pero tal vez no, tal vez esté
bebiendo en el sofá mientras blasfema sobre mi nombre y trata de poner su vida en orden.

No puedo relajarme, me levanto de la cama y tomo mis cosas para ir a las duchas, tengo que
hacer algo para no torturarme con mis pensamientos.

Al salir al pasillo todo está tranquilo, son cerca de las nueve de la mañana y todo el mundo se
encuentra dormido. Hago el ya conocido camino hacia las regaderas y al llegar al pasillo bajo las
escaleras con cuidado, tomándome del barandal, el cuerpo me pesa y la cabeza me empieza a
punzar.

No es justo que tenga tantas preocupaciones y solo dieciocho años, aunque mi cumpleaños se
acerca, pero eso no es lo importante, aquí lo que importa es que la vida me odia.

Al fin llego a las duchas y entro en la primera que veo, abro la llave del agua y me meto cuando
está caliente. El vapor empieza a aglomerarse a mí alrededor y la respiración se me empieza a
complicar pero no hago nada más que relajarme y dejar que el agua caliente me golpee la piel.

Pienso en muchas cosas, todos son recuerdos de mis padres. Anne siempre fue una mujer fuerte
y sonriente pero mi padre la hacía menos. Si, se aman – o la hacían- pero su matrimonio nunca
fue el mejor. Y todo empeoró gracias a mí y mis malditas preferencias sexuales.

Vuelvo a la realidad cuando el agua caliente empieza a acabarse y tengo que lavarme el cabello y
el cuerpo rápidamente. Cuando termino de bañarme me seco y me coloco un pants deportivo y
una camisa que he tomado a la carrera, si no tendremos clases hoy bien puedo hacer cualquier
cosa. Excepto regresar a la cama, ya no puedo dormir.

Salgo de las duchas con el cabello aun mojado y me dirijo a la cafetería. Escucho voces a lo lejos
y al entrar veo a varios chicos repartidos en algunas mesas, todos llevan la pijama y algunos ni
siquiera se dieron el tiempo para peinarse antes de salir de sus habitaciones.

Tomo una charola y empiezo a llenar mi plato con Hot-cakes y fruta, tomo un jugo de naranja y
me siento en una mesa alejada de los demás. Siento que estoy en otra parte, atrapado en mis
recuerdos. De repente no recuerdo como he llegado aquí, a este instituto, olvido todo lo que me
ha traído aquí, lo que me ha pasado, a quien conozco. Recuerdo mi vieja escuela, a Nick y sus
problemas, a mis compañeros y a las chicas que trataban de acercarse pero yo no estaba
interesado. Recuerdo mi vida antes de decir mi gran noticia, la vida que debería estar llevando
ahora, es viernes y debería estar en clase a un lado de Nick, escuchando a alguno de mis
profesores pero pensando en algún chico que vi por la calle y por el que tuve un flechazo
momentáneo, pensando en el lugar al que Nick me arrastraría esta tarde.

Pienso en que si no hubiera dicho nada no estaría aquí, no habría conocido a Niall, Javier, Liam,
no habría visto a nadie como Christopher o Zayn... no existiría Louis.

Tal vez habría terminado en una relación a escondidas con Nick, habría arruinado mi amistad con
él después de romper y estaría solo, sin nadie dispuesto a estar con alguien como yo, inseguro y
estúpido. Tendría que llevar a una chica a casa para que mis padres fueran felices, y yo tendría
que cargar con esa decisión toda mi maldita vida – o hasta acabar mi carrera, huir de casa y tener
mi propia vida, con mis reglas-.

Divago sobre todos los caminos que hubiera tenido que pasar si me hubiese quedado callado. Y
vuelvo a la realidad cuando afronto que estar aquí era lo que debía de pasar. Me enfrente a mis
padres, revelé un secreto que me estaba consumiendo, no está mal ser como soy, no hay anda
de malo conmigo, no tiene nada de malo ser quien en verdad eres.

Desayuno es silencio, escuchando a los chicos alrededor y pensando en trivialidades.

Cuando termino dejo la bandeja sobre la mesa, ni siquiera me molesto en ponerla en su lugar y
salgo de la cafetería. Estoy cansado de pensar, de dudar de todas mis decisiones. Hago mi
camino a las escaleras y escucho una voz rota y casi incomprensible pero llena de furia. Trato de
ignorar a la persona y su plática pero cuando reconozco su voz me quedo pegado al suelo,
escuchando todo.

-No es mi problema, Dorian, te ofrecí mi ayuda igual que lo hice con Edmun antes de que... pero
está muerto y lo sabes- su voz tiene algo que me hace hundirme con él- él también era mi
hermano y yo no lo dejé solo como lo hiciste tú con todos nosotros. No éramos suficiente para el
gran Dorian Hilton, claro de que no, te fuiste y no viste hacia atrás, a lo que dejabas.- Sus
palabras parecen veneno y aunque escucho sus lágrimas no puedo evitar notar la dureza con la
que habla-. Te fuiste hace tres años y no viniste al funeral de Edmun, ¿Ahora quieres jugar a la
familia? No puedes ser parte de ella, ya me cansé de esto, te rogué por años y no quisiste
escucharme, ya no existe una familia.

Christopher se queda en silencio y me pregunto si es tiempo de salir huyendo antes de que me


vea espiándolo pero entonces lo escucho. Es un grito desgarrador, lleno de sentimientos
negativos que sale desde lo más recóndito de su garganta. Me pone los pelos de punta y el
corazón empieza a latirme rápidamente. Sus sollozos aumentan hasta crear un eco en las
paredes y el sonido llega de todas partes.

Voy a su encuentro, consciente de que puede mandarme a la mierda o gritarme como modo de
defensa pero no me importa, nunca he escuchado a alguien romperse de ese modo y una parte
de mi no soporta escucharlo.

Le veo al otro lado de la escalera, en el pasillo que lleva a la oficina de Madame Dur. Se
encuentra sentado en el suelo, con los brazos abrazando sus piernas frente a su pecho y la
cabeza sobre las rodillas. El celular está a su lado, la pantalla hecha añicos (no escuché el
momento en el que lo tiró). Su pecho se comprime y los sollozos se vuelven más fuertes mientras
me acerco –genial, tengo mis propios problemas pero siempre tengo que meterme en las
preocupaciones de otros para terminar haciéndolas mías-.

-¿Christopher?- pregunto cauteloso al llegar a su lado.

Sus músculos se tensionan y me preparo para sus palabras, levanta la cabeza y sus ojos se han
vuelto rojos, su cabello está hecho un desastre y sus labios se encuentran rojos, todo en él se ha
vuelto patético –y esa palabra no va con su personalidad-.

-¿Te encuentras bien?

Su mirada se vuelve indescifrable. Me mira pero es como si viera algo más, no estoy seguro si me
entiende.

-Has hecho la pregunta más estúpida de tu vida, Harry.

Al menos, su sentido de defensa sigue intacto.

-Lo siento, pero intencionalmente escuché tu platica y después todo tu numerito de las lágrimas y
solo quería saber si estabas bien. No diré que me diste lástima porque eso no te gustaría pero me
preocupo por las personas y de algún modo tu entras en la categoría de “persona”.

Una pequeña sonrisa se abre paso en su rostro y me siento un poco mejor.- Bueno, mi familia es
una mierda... la verdad no puedo decir que tenga una familia. Un hermano muerto y uno que no
recuerdo, padres a los que no he visto en años... es difícil.

-¿Problemas con tu hermano?

-Quiere volver de Estados Unidos y ser el hermano mayor que nunca fue. Que vivamos juntos en
Londres y cenas familiares y todas esas mierdas pero es algo tarde para todo eso, y nunca lo
dejaría pisar mi departamento en la ciudad.
Por alguna extraña razón no me sorprende que tenga un departamento para él solo en Londres.
Pero me sorprende que no quiera recuperar a su hermano.

-Supongo que te cansaste de intentar.

Me mira a los ojos y se levanta del suelo con cuidado, siento le impulso de ayudarle pero me
abstengo.- Supongo que no quiero a un extraño en mi hogar.

Siento algo en el pecho al escucharlo, como si estuviera viendo al ser más quebrado del universo
y entendiera su fachada de niño malo, perfecto, su fachada de ser superior. Se protege de su
alrededor, del dolor y la ausencia de algo. De du familia.

Christopher vuelve a romperse antes de que diga algo y sus manos toman su rostro. Me quedo
inmóvil, sin saber qué hacer. ¿Debería irme o quedarme? ¿Debería decir algo?

-¿Necesitas algo?

Escucho pasos y risas en las escaleras, ya están bajando los chicos y nosotros estamos a la vista
de todos. No creo que Christopher quiera dar una escena antes ellos.

-Solo necesito a una persona, Harry...- le escucho decir y en ese preciso instante veo a Zayn
junto a Niall, sonriendo como si fueran amigos por años. Christopher los ve y se limpia las
lágrimas en vano, tras cada lágrima viene una nueva. Zayn nos mira y su sonrisa se borra cuando
ve a ese chico del que está enamorado, al verlo llorar como si estuviera perdido y entonces hace
algo que me deja helado, que me duele aunque el gesto no es contra mi. Zayn voltea la mirada,
su rostro no dice nada, es como si no tuviera una pisca de compasión por Chris-. Solo necesito a
una persona... y se ha dado cuenta de que soy un ser despreciable. Como lo hicieron mis padres,
y mis hermanos, como lo hacen todos.

Me quedo pegado al suelo mientras le veo alejarse. No sabía que alguien que se veía tan fuerte
como él podría ser tan inseguro y pensar tan bajo de sí mismo.

Decido moverme cuando las piernas empiezan a sentir la circulación de nuevo y subo las
escaleras hacia la habitación. La puerta está abierta así que tengo compañía.

-En mi defensa...- escucho decir a Louis pero se queda callado al verme.- ¿Estas bien?

Trato de normalizarme, de organizar todo en mi cabeza.

-Mis padres se divorciaron.

Louis me mira y su boca se abre. Sus ojos azules me miran como si fuese un objeto extraño y
viene hacia mi, me rodea con sus brazos y me da un beso en la frente.

-Lo siento, Harry.

-No deberías. Yo no lo siento en absoluto, es como la mejor noticia que he tenido en meses.

Me abraza con más fuerza y deja besos por todo mi rostro. Cuando pasan unos minutos de
separar de él pero sin dejar de tocarme, sus manos bajan y suben por mis brazos y me mira, sus
ojos azules y pacíficos, su cabello largo y revuelto, tiene barba de algunos días que le dan un
aspecto más maduro y le hace ver más grande. Sus labios están rojos y una sonrisa se posa en
ellos.

-Entonces no hay nada que lamentar.

Asiento porque no puedo dejar de pensar en que estoy frente a un chico que solo necesita alas
para ser un maldito ángel por completo.

-No hay nada que lamentar.

Y es algo que me digo a mí mismo. No hay nada que lamentar, no lamento ser como soy o las
decisiones que he tomado. No lamento nada.
**

-¿A qué le temes?

Estamos en mi habitación, abrazados en la cama. Louis me dibuja figuras sin sentido en el


abdomen con el pulgar mientras vemos el techo y jugamos a las veinte preguntas. No había
estado tan relajado en un tiempo.

-¿En estos momentos? A que llegue el final.

-¿El final de mundo? Porque eso no es muy probable, Lou.

Sus caricias paran y siento su mirada sobre mí. Y le miro.

-Me refiero al final de esto. De nosotros. Tenemos solo unos meses para estar así y después yo
iré a Doncaster y tú iras a alguna universidad lejos de mí y... Harry, no podré soportarlo.

-Nada dura para siempre, Louis. Las relaciones son así, hay personas que no están hechas para
durar.
-Pero nosotros estamos hechos para amarnos Harry, es nuestra misión en la vida.

-En ocasiones dices cosas más cursis que una chica.

-Estoy enamorado y quiero hacer eso serio, ¿No tengo derecho a decirte lo que siento? Te amo,
Styles, y es algo que no puedo evitar y no quiero dejar que esto que tenemos se quede en el
pasado cuando termine el maldito semestre. Eres una parte de mi y... no quiero que te conviertas
en un bonito recuerdo.

Yo tampoco quiero ser un recuerdo para él.

-Concentrémonos en el ahora, ¿Si?

Le veo asentir mientras se acerca a mi, sus ojos no se apartan de los míos y nuestros labios se
tocan, pero él no trata de besarme, solo estamos así, con los ojos cerrados y sintiéndonos.

-¿Qué habilidad desearías tener?

Lo pienso un instante. No es una pregunta difícil pero son muchas las posibles respuestas.

-En ocasiones, desearía poder leer tu mente... pero no estoy seguro si podría manejarlo, si
pudiera soportar ver dentro de ti.

No dice nada, su labios toman los míos mientras mis manos van a su nuca, tomando su cabello y
atrayéndolo a mi. No besamos lentamente, sin prisas. Sus manos se meten bajo mi camisa y
dibuja figuras sin patrón, mis terminaciones nerviosas sienten cada uno de sus movimientos.
Nuestras piernas se entrelazan y sonreímos mientras nos besamos, es algo único, el sentirse
amado, el amar. Es como pocas cosas en la vida que te hacen pensar que todo está bien, aunque
no sea así. Ese sentimiento de ver más allá de lo que hay frente a ti, como si no hubiera barreras.
En ocasiones no es fácil pero nada que valga la pena lo es. Así que por ahora disfruto de lo que
tenemos, disfruto de esto.
Disfruto de Louis.

De nosotros.

**

Abro los ojos cuando la puerta de la habitación es golpeada, me levanto rápidamente antes de
que alguien la tire abajo. Josh está al otro lado, sudoroso y con los ojos abiertos, tanto que me da
miedo.

-Harry, ven conmigo.

El corazón empieza a correr dentro de mi pecho, duele y escucho el sonido en mis oídos. Louis
aún está dormido en la cama, y decido no despertarlo. No me había dado cuenta de que el sol se
está metiendo, así que debimos de quedarnos dormidos por mucho tiempo. Me coloco los tenis
rápido bajo la mirada de Josh.

Salimos de la habitación y cierro la puerta con cuidado, Josh está nervioso y tiene un tic en la
mano que me desconcierta. Bajamos las escaleras y veo a mis amigos en la entrada, y también
veo a Zayn a un lado de Liam.

-¿Qué sucede?

Nadie dice nada, no tienen que hacerlo. Puedo escuchar la voz de mi padre desde la oficina de
Madame Dur y escucho a esta gritarle del mismo modo. No entiendo lo que dicen pero que él esté
aquí me seca la garganta.

Miles de preguntas llenan mi mente pero no puedo tomar una y formarla. Estoy seco.

-¿Harry?- escucho a la secretaria de Madame Dur y la veo. Tiene el ceño fruncido pero es más
preocupación que enfado, sus manos se mueven frente a ella con nerviosismo.- ¿Puedes venir un
momento conmigo?

No, por favor no.

-Claro.

Camino tras ella mientras nos acercamos a la oficina de Madame Dur. Los gritos de vuelven
insoportables y ahora sé de qué va todo esto.

-¡Es mi hijo, puedo llevármelo cuando yo quiera!

-Harry es mayor de edad y puede tomar decisiones por si mismo.

La puerta de abre y mi padre y Madame Dur me miran. Los dos están parados frente al escritorio,
mi padre tiene una vena del cuello saltada y las manos hechas puños.

-Harry, gracias por venir. Necesito tus firmas en estos papeles.


-¡Él no firmará nada, se va conmigo!

Me acerco a Madame Dur, que sostiene frente a mí una pluma. Un montón de papeles esperan
por mi firma pero no sé de qué va todo esto.

-Tu madre ha abogado por tu custodia pero eres mayor de edad así que tienes que tú eres quien
decide si quieres trasladarte a tu antigua escuela o seguir aquí. Tu madre pagará por tus estudios
estos meses que quedan y ha librado a tu padre de toda responsabilidad. Necesito tus firmas
para anexarlas a su expediente y que puedas continuar tus estudios en esta institución.

Tomo la pluma y trato de firmar, no hay que pensar nada, no quiero irme, no quiero dejar a mis
amigos ni a Louis, no quiero ir con mi padre.

-¡No vas a firmar nada, Harry, vendrás conmigo!- grita mi padre y me toma del brazo con fuerza.
Siento como sus dedos se clavan en mi piel, como si me mordieran con furia.

-¡Usted no tiene derecho a tratarlo así!

-Soy su padre. Tengo todo el derecho de decidir sobre él.

-Harry es mayor de edad, puede tomar sus decisiones-. Dice Madame Dur.

-¡Lo dejé bajo su cuidado para que curara su maldita enfermedad! ¡Tiene un maldito novio! Este
estúpido no se ha curado.

Cada una de sus palabras se meten dentro de mi piel. Duele.

Madame Dur le mira, con algo más que furia.

-¡La homosexualidad no es una enfermedad, maldito imbécil! Usted es el único enfermo aquí.
Aprovecho el momento de debilidad de mi padre y suelto su agarre. Me quedará una marca, estoy
seguro.

Me alejo de él y salgo por la puerta. Ya está, espero no ver nunca más su rostro o escuchar su
voz. Para él solo soy una enfermedad, un error genético, algo que debe arreglarse.

Camino sin levantar la mirada, se han formado lágrimas que no quiero dejar caer. Unos brazos
fuertes me toman y es como el sustento que necesito para no derrumbarme. Es Louis, sé que es
él sin siquiera mirarlo.

-¿Harry?

Escucho pasos a mi espalda, unos tacones resonar contra el mármol y más gritos.

-¿Es él? ¿Es el maldito hijo de puta que te esta llevando por el camino de los maricones?

Las palabras de mi padre no hacen más que causar estragos en mi interior. Me duele el pecho.

-¡Contéstame Harry, se un maldito hombre y dame la cara!

Vuelvo a sentir su mano en mi brazo pero esta vez no dura mucho. Louis me aparta de él
mientras Josh lo toma para alejarlo. Escucho como grita y trata de defenderse pero no tiene
oportunidad contra Josh.

-¡Maldito marica! ¡Yo no crié a una niña!- grita una y otra vez.

Louis me abraza y siento como sus músculos se tensan. Está enojado, pero no se aparta de mí.
Las lágrimas caen y empieza a besar cada marte de mi rostro, borrándolas con sus labios.

-¡Y tu madre me ha dejado por tu culpa! ¡Me arruinaste la vida!


No soporto más. No quiero escuchar nada más. Subo las escaleras y Louis va conmigo. Escucho
a mis amigos a mi espalda, todos apoyándome en silencio.

Al entrar a mi habitación ellos entran conmigo y se dispersan a mí alrededor. Unos minutos


después Zayn y Josh entran- supongo que después de sacar a mi padre del instituto- y todos
están en silencio.

Las lágrimas empiezan a parar, ya las he llorado todas.

-¿Josh, en el colegio militar no te enseñaron a hacer bombas?- escucho la voz de Niall-. Porque
tengo ganas de hacer una ahora mismo, metérsela por el culo y detonarla.

Comienzo a reír, primero para que los nervios dejen mi cuerpo y después porque yo quisiera
hacer lo mismo. Todos ríen y me siento tranquilo.

Estoy bien.

Ya ha pasado todo.

Tengo a mis amigos conmigo, nunca me dejaran. No importa que tan difícil sea todo.

Y me tengo a mi mismo. Y mientras siga en pie nada podrá conmigo.

Louis me abraza por la espalda y entrelazamos nuestras manos. Él me da la fuerza que tengo,
desde que lo encontré nada puede dañarme.

Su respiración se cuela por mi cuello hasta mi espalda y me recorre la columna. Siento sus labios
besar mi nuca y mi cuello, dejando mercas tras sus besos. Su aliento caliente me relaja mientras
sus manos me abrazan por el pecho y nos recostamos en la cama, mientras mis amigos van
saliendo mientras sonríen. Veo a Javier hablar con Zayn y a Josh besar a Niall mientras nos guiña
un ojo.

Y cuando estamos solos Louis trepa sobre mi cuerpo y mis manos son puestas sobre mi cabeza,
lejos de mi lugar favorito, su nuca.

-¿Qué haces?- pregunto sin pensar.

-Voy a recordarte que hay personas que te aman, que tu padre no es una de las personas que
valen la pena, que sus palabras no deben de afectarte. Voy a amarte, Harry, a recordarte que
vales, que no eres solo palabras dañinas.

Me besa suavemente, mientras cierro los ojos y algunas lágrimas salen.

Pero esta vez por motivos totalmente diferentes.

Esta vez es por amor: porque se siente como el cielo, pero cuando duele... es como el maldito
infierno.

=================

Capítulo XXX: "R. to run"

"R. to run"

Harry duerme y yo no puedo concentrarme. Tiene los ojos hinchados y sus parpados aun están
rosas por todo el llanto, sus labios rojos y un poco mordidos por sus ataques nerviosos y sus
manos aun hacen ese tic, como si tratara de agarrar algo pero no pudiera encontrar que.
Las palabras de su padre lo afectaron más de lo que quiere dejar ver. Antes de que durmiera las
lágrimas seguían saliendo en intervalos irregulares, era como si su cerebro recordara lo que su
padre había dicho y las lágrimas salieran sin su permiso.

Finalmente se durmió sobre mi pecho pero yo no he podido hacerlo, aun sigo pensando en
alguna forma de animarlo. Y creo que sé cómo podría hacerlo, pero tengo que esperar a que
salga el sol. Cierro los ojos y me abrazo a su cuerpo, trato de dormir, escucho su respiración y la
acoplo con la mía.

Susurra algunas cosas pero no puedo entenderlas del todo, me voy quedado dormido mientras su
cabeza se acomoda entre mis clavículas. Y antes de perder la conciencia escucho mi nombre
salir de sus labios.

Siempre será una de las cosas que más amo de él.

**

Abro los ojos y siento el calor llegar de golpe, el calor del cuerpo de Louis bajo el mío. Tiene los
ojos cerrados y los labios un poco abiertos pero no está dormido, su respiración es demasiado
irregular.

-¿Lou?

-Al fin despiertas.

Su voz es un poco ronca, su boca se transforma en una sonrisa pero sus ojos siguen ocultos bajo
sus parpados.
-¿Tienes mucho tiempo despierto?

-Solo una hora, o una hora y media... no llevo la cuenta. Pero muévete, tenemos que
prepararnos.

-¿Prepararnos para qué?- pregunto mientras me pongo de pie pero él no hace nada para
levantarse.

-Pues saldremos, sé que tu cumpleaños es mañana, vamos a festejar por adelantado. Nosotros
solos.

Abre los ojos y el azul me tortura. Es como ver al ser más perfecto del mundo pero con todas sus
imperfecciones a la vista.

-En marcha.

Salimos de la habitación, Louis sigue riendo mientras yo trato de calmarme, me tiene cargado
sobre su hombro, como su fuera un costal de papas. Ahora no sé qué hacer, su trasero está tan
cerca de mi rostro que me sería fácil morderlo y hacer que me baje, pero estoy cómodo así,
jugando con él como si nuestra relación fuera lo más normal del mundo.

Al llegar a las escaleras veo a algunos chicos que nos miran y sonríen, ya están acostumbrados a
nuestras escenas estúpidas y dramas innecesarios. Algunos nos señalan y otros nos ignoran,
pero todo es perfecto.

Llegamos a las regaderas y Louis nos mete a los dos en la misma ducha. Se entretiene lavando
mi cabello y yo me pierdo en sus caricias, en el suave movimiento de sus dedos y en el patrón
que siguen al recorrer mi cabeza. Cuando termina sigue con mi cuello y mi pecho, me toca como
si estuviera a punto de romperme -tal vez así sea pero no me he dado cuenta-, me toca con
cuidado, limpia mi cuerpo y va quitando de mi toda la tensión del día anterior.

Terminamos después de una hora en silencio, lo dos limpios y tratando de sonreír sinceramente -
y lo hago, siempre soy sincero con él-.

-Ahora sí, bebé, estas limpio.

Su voz es suave, delicada, lo beso rápidamente antes de salir de las regaderas y ponernos la
ropa interior. Aun me avergüenza un poco es desnudarme frente a él pero trato de restarle
importancia, confío en él más de lo que debería, y puede que no deba... [pero es así].

-¿Listo?

Asiento en su dirección y salimos, me toma de la mano mientras dirige la marcha y lo sigo, al


llegar a mi habitación entramos, me deja solo para que pueda vestirme y se dirige a su cuarto.
Decido ponerme un pantalón negro, unas botas del mismo color y una camisa blanca que me
regalo Granny hace un año para mi cumpleaños. Me acomodo el cabello -que ahora está
demasiado largo- y espero a Louis mientras reviso mi celular.

Mañana es tu cumpleaños y es el primer día en años que no lo festejaremos juntos.

Me siento nostálgico.

Los exámenes me impiden viajar a Londres y verte.

Es una mierda.

N. Grimshaw.
Sonrío sin poder evitarlo, yo también extrañaré a Nick y sus constantes demostraciones de afecto
en mi cumpleaños. Siempre tenía preparada una sorpresa y nunca, nunca, olvidaba la fecha -no
como yo, que aun no son capaz de recordar su cumpleaños-.

Es una mierda, amigo.

te extraño.

H. Styles.

Louis toca a la puerta y la abre pero no entra por completo, se ha peinado y viste completamente
de negro, se ve elegante y estilizado. Me sonríe y tiene una de sus manos hacia mí, guardo mi
celular y mi cartera en la bolsa del pantalón y lo sigo.

No me importa a donde vamos.

No es que me importe mucho.

Podría llevarme a la muerte segura, y yo lo seguiría sin reclamos.

**
Salimos del instituto y frente a nosotros no está el taxi que nos llevará a Londres, hay un maldito
BMW negro que solo he visto en mis sueños más locos.

-¿Louis?- pregunto un poco inquieto.

-Es un préstamo.- responde mientras avanzamos al automóvil y abre la puerta para mí. Lo veo
rodear el auto y entra, sonríe como niño en navidad y enciende el motor-. Christopher me ha
prestado su hermoso automóvil para llevarte a la ciudad, se enteró de lo que pasó ayer con tu
padre y, bueno, él es muy sensible con esos temas, sufrió de mucha discriminación -
principalmente por su hermano Dorian- y quiso que tuvieras un momento de paz. Está batiendo la
bandera blanca, creo que ya ha perdido demasiado, no tiene nada más que ofrecer para luchar.

Alejo mi mirada de sus ojos, me mira con tanta intensidad que me incomoda. El auto se pone en
marcha, la música empieza, lenta y suave y cierro los ojos, me olvido de todo a mi alrededor por
la hora de camino en la que nos sumergimos.

**

-Ya llegamos, despierta, Haz.

Abro los ojos rápidamente, mi mirada se llena de personas andando por la calle, todas demasiado
ocupadas para mirar alrededor. Bajamos del auto y Louis llega a mi lado para tomar y mano y
empezamos a caminar.

-Bueno, ¿Qué quieres hacer?


Hay muchas cosas que quiero hacer, quiero correr, gritar, sentirme libre. Quiero respirar,
escuchar, sentir.

Algunos transeúntes nos miran, miran nuestras manos entrelazadas y hacen caras de desprecio,
otras sonríen. Y yo sigo preguntándome ¿Qué es lo que pasa por sus mentes? ¿Por qué se
sienten con la libertad de juzgarte por amar a alguien que te hace feliz?

-¿Harry?- insiste Louis y vuelvo en mi.

-Tu guíame, yo te seguiré.

-Bien, entones iremos a comer a uno de mis restaurantes favoritos.

Empieza a caminar y yo le sigo, las personas al pasar golpean mi hombro y no se disculpan pero
estos momentos son de libertad total. No tengo que apegarme a las reglas estúpidas del instituto,
me siento una persona de nuevo. Veo movimiento, colores, escucho voces diferentes, diferentes
idiomas, risas, gruñidos, rostros amables, otros no tanto. Veo toda una gama de emociones y
escucho a mi alrededor, veo vida.

Seguimos caminando hasta llegar a un restaurante frente al St. James park y entramos.

-Louis Tomlinson.- anuncia Louis y el maître nos conduce dentro con una sonrisa forzada.

Tomamos asiento en una mesa junto a la ventana, viendo pasar al mundo frente a mis ojos. Veo
el parque y a las personas en él, sonriendo y pasando el tiempo mientras disfrutan de un día
nublado pero cálido, un día perfecto.

-¿Es hermoso, no es cierto?- escucho decir a Louis.- La libertad de todos ellos, gobiernan su vida
y su tiempo.
-En algunos meses volveremos a salir, Louis, tendremos el control de todo alrededor.

-Pero ¿A qué precio?

Le veo y sus ojos me atrapan. Una fugaz mirada de tristeza cruza su rostro antes de que sonría.

-¿Aun no sabes que harás cuando salgas? ¿A qué universidad asistirás?

-No he pensado en una. No me siento preparado para decidir.

Sus manos toman las mías sobre la mesa y nuestros dedos se entrelazan. Nos miramos por un
tiempo hasta que el mesero se acerca a nosotros y pedimos la comida. En el reloj del restaurante
dice que son las dos de la tarde, y yo no sé cómo pude estar tanto tiempo sin probar bocado.
Ahora que me doy cuenta mi estómago empieza a gruñir.

-¿Y tú, qué harás?

Está viendo fuera, su mirada perdida en algún punto. Creo que no me ha escuchado pero antes
de repetir la pregunta contesta, aun sin verme-. Regresaré a Doncaster y entrenaré para ser
futbolista. Es mi sueño y esta vez no dejaré que algo estúpido como lo que hice hace unos años
me detenga. Creo que ya es momento de madurar.

-Me alegro por ti, Lou. Sé que llegaras muy lejos.

-Llegaremos, bebé. Los dos.

-Algún día estaré viendo la televisión y veré una entrevista tuya. Recordaré este día, Lou, y estaré
muy orgulloso de decir que fuiste la persona a la que más he amado.

Su rostro voltea rápidamente hacia mi, me mira con los ojos entrecerrados y una sonrisa de
media luna.
-Harry, el día que eso pase tu y yo estaremos felizmente casados, con dos hijos y yo seré el
hombre más feliz sobre la faz de la tierra. ¿Entendido?

Siento que el nudo de mi garganta se vuelve más doloroso mientras una sonrisa se revela en mis
labios y las mejillas se inundan de carmín. No sé qué decir.

-¿Me estas proponiendo matrimonio?

-Tómalo como quieras, una propuesta, una orden. Tu y yo vamos a tener una hermosa familia, tal
vez un niño y una niña. Nuestro hijo tendrá que ser mayor para que cuide de su hermana, tu les
enseñaras valores y yo... tal vez sea el responsable de sus travesuras, pero Harry, seremos los
mejores padres del puto mundo. Criaremos a nuestro hijos con amor y sin prejuicios.

-Lou...

-Te amo, Harry.

Mi sistema se congela. Mi cerebro deja de razonar y los pulmones cierran la reserva de aire. Me
quedo paralizado. Esa palabra, esas malditas cinco letras tienen un peso considerable en una
relación, no se dicen a la ligera.

Abro los labios pero nada sale, siento como tiemblan mis manos sobre la mesa. Lo veo
directamente a los ojos. ¿Lo amo? Claro que si, tanto que es algo doloroso.

Mis labios se separan y las palabras luchan por salir. Pero nos interrumpen antes de poder
decirlas.

-Gracias. - escucho decir a Louis pero mi cuerpo no funciona bien.- Come, Haz.

Comemos en silencio, viéndonos fortuitamente y regalándonos sonrisas. La comida en deliciosa


pero aun no entiendo cómo es que podremos pagarla.

Terminamos la comida y estoy repleto, el reloj marca las tres con cincuenta. Nos ponemos de pie
y Louis toma mi mano de nuevo, vamos hacia la caja y estando allí nos informan que nuestra
comida ha sido pagada con anterioridad. Louis le da al maître una sonrisa incomoda y salimos del
restaurante.

-¿Qué fue eso?

-Eso fue mi padre queriendo recuperar estos años de lejanía. Ya sabes, pagando las cuentas y
enviándote más dinero del que necesitas realmente. Parece que le ha ido bien en la vida y trata
de sobornarnos. Pero si así puedo tener comidas como estas y llevarte a citas... me parece bien.

El agarre de su mano se hace más fuerte, como si necesitara que dijera que está bien, que no
importa que venga de una familia disfuncional, los dos somos imperfectamente perfectos, el uno
para el otro. Tomo su mano con más fuerza, tratando de que entienda que está bien. Que lo amo.

Pasamos un tiempo recorriendo el parque y bromeando. Louis me carga en su espalda y corre


cargando conmigo en el pasto hasta que caemos y no podemos parar de reír. Nos besamos y
reímos, nos recostamos en el pasto y Louis recarga su cabeza sobre mi pecho. Le abrazo y nos
quedamos así por un tiempo. No necesito nada más.

-Cuéntame una historia, Haz.- pide Louis, y su voz suena un poco adormilada.

-Hay un chico, Louis... él se ríe mientras su sonrisa se forma lentamente. ¿Sabes lo hermoso que
es verlo sonreír? Escuchar su risa es, casi mágico. Él es muy diferente a cualquier persona que
he conocido antes, ¿Sabes? es especial. Tiene este poder especial; cuando ves a sus ojos,
puedes perderte en ellos por todo un día, y cuando sales de ese estupor... no lamentas haber
perdido un día de tu vida con él. Tiene la capacidad de hacerte sentir en el cielo mientras te
hundes en el maldito infierno. Una parte de ti muere cada vez que él se aleja, tienes la necesidad
que ser alguien mejor para él, lo quieres todo de él aunque sea el pensamiento más egoísta del
mundo, esperar que sus miradas y palabras, que todo de él sea solo para ti. Es apasionado y un
poco estúpido, es imperfecto pero todo a tu alrededor brilla cuando él llega a la habitación.
Siempre piensas en que puedes decir en su presencia, en algo que mantenga su interés en ti...
pero cuando lo ves...[te quedas sin habla]. No puedo pensar en el día en el que él no me necesite
más, Lou... ese día será el más triste.

Su respiración se ha vuelto irregular; como la mía.

-Maldita sea, Lou... [estoy tan enamorado de ti...]

**

Llegamos a la parada de autobuses -ya que Louis no confía en su criterio para manejar y no
quiere dañar el auto de Christopher- y me hace subir a uno pero omite decirme el destino al que
vamos. Nos sentamos en las asientos más alejados y recuesto mi cabeza sobre su hombro
mentiras el me abraza y su nariz juega con mi cabello. Siento su respiración y me provoca que se
me erice la piel.

-Harry...

-Louis...

Siento su sonrisa en mi cabeza y sonrío. No necesitamos decir mucho, nunca hay silencios
incómodos o que necesiten ser rellenados.

Cuando pasamos el puente de Westminster veo el palacio y a cientos de turistas tomándose y


disfrutando del paisaje, como yo lo hago ahora. El London eye se ve a la distancia... y solo puedo
pensar que es hermoso.
-¿Listo para el mejor cumpleaños que algunas ves tuviste?

-Ya estoy teniendo el mejor cumpleaños.

-Bien. Eso es bueno.

Viajamos un poco más y Louis bromea sobre algunas coas que vemos en la calle. Sobre una
pareja que peleaba y como la chica intimidaba a su pareja, vemos un par de ansíanos que
parecen estar aun enamorados. Vemos a los turistas y sus grandes maletas, como fotografían
todo lo que ven a su alrededor, pero también a esas personas que viven en la ciudad y se olvidan
de ver todo eso que los rodea, toda la historia y los detalles de una ciudad hermosa como esta.

Al fin bajamos del autobús y llegamos a una calle transitada, frente a un edificio de cristal que
parece no tener fin. Luces de colores moradas y doradas rodean cada uno de los cristales,
creando un efecto mágico. Louis me hace seguirlo y entramos en el edificio, hay algunas
personas en la recepción, y otras más suben con nosotros al elevador.

-Este, Harry, es el Shard.- me explica Louis-. Es el edificios más alto de toda la ciudad y bueno...
espero que no le temas a las alturas.

El elevador para en el piso 54, ya bajamos para encontrar a algunas personas más, tomando
fotos y disfrutando de la vista. Y me pierdo al ver a Londres mientras el sol se esconde en la
lejanía y cuando las farolas de las calles se encienden y el London eye se ilumina con cientos de
colores, todo brilla y el río refleja las luces.

Louis me abraza por la espalda y su mandíbula descansa en mi hombro.

-Es hermoso, ¿No es cierto?

-Lo es.
-Siempre quise venir aquí, pero venir solo era algo deprimente... Zayn odia las alturas y no tengo
mucho amigos dentro del instituto. Así que decidí esperar por alguien especial para que me
acompañara, y míranos ahora.

-Lou... gracias.

Me besa el cuello mientras nos acercamos al cristal. El mundo bajo nosotros se ve pequeño e
insignificante. Y recuerdo que Louis me había dicho "Si alguna vez tenemos un problema puedes
llevarme a cualquier lugar a más de tres metros de distancia del suelo y olvidaremos todo".

Así que le soy fiel a sus palabras. Olvido a mi padre y sus palabras, olvido que no he decidido
nada sobre mi fututo, olvido todo lo bueno y lo malo, olvido palabras y sentimientos. Solo me
concentro en una sola persona.

-Escapemos.

Louis ríe un poco y siento su pecho dar brincos, su corazón corriendo al misma carrera que el
mío.- ¿Qué dijiste?

-Escapemos, Lou... hagámoslo.

-No podemos hacer eso, Haz.

-Nadie lo notaría hasta mañana, para ese entonces estaríamos perdidos en la ciudad. Podríamos
alejarnos de todo.

-No creo que esa sea la mejor manera de resolver nuestros problemas-. dice a la vez que me da
la vuelta entre sus brazos para quedar cara a cara-. no me malentiendas, yo me iría contigo ahora
mismo si fuera lo correcto, dejaría todo atrás por ti. Pero no es el momento.

-¿Cundo será el momento?


-No puedo responderte esa pregunta-. dice mientras besa mi nariz y une nuestras frentes-. pero
ciertamente no es ahora.

-Te amo, Louis Tomlinson.

Una sonrisa se forma en su rostro y me abraza. Sus labios van a los míos y me besa lentamente,
sonriendo mientras lo hace. No es tiempo de dejarlo todo atrás, pero sé que algún día no
soportaré más todo lo que tengo encima y él estará ahí, dispuesto a dejarlo todo y seguir
conmigo.

Y por el momento, es suficiente.

Vemos la ciudad por un largo rato hasta que es hora de regresar. Volvemos caminando, tomados
de la mano y en silencio.

**

Llegamos al instituto y mis amigos me llenan de preguntas mientras Louis va a su habitación a


ponerse la pijama. Pienso en el maravilloso día que pasé a su lado y en todo lo que sentí cuando
habló sobre formar una familia.

Alguien toca a la puerta y Niall la abre, pero su sonrisa es remplazada por preocupación.

-¿Estás bien, Louis?

Todos lo vemos entrar, su cuerpo parece cansado, lágrimas caen de sus ojos. Toda la alegría de
hace unas horas se ha desvanecido.

-¿Lou?-pregunto con un nudo en la garganta.

-Escapemos, Harry... por favor.

Su voz está rota y el nudo en mi garganta se hace más intenso. Casi insoportable.

-¿Lou, qué ha pasado?

Sube a la cama y me abraza, su cuerpo está muerto y caemos al colchón por el peso. Todos mis
amigos están en silencio, cuando los veo ahora Zayn también está en la habitación.

-¿Lou?

-Harry...-me dice pero su voz está cargada de dolor-. Nana murió hoy. Harry... Nana está muerta.

Me congelo en mi lugar, abrazándolo con más fuerza. No, esa mujer tan dulce que Louis veía
como una segunda madre, la que me acepto y que había hablado conmigo sobre nunca dejar a
Louis, la que me dijo todo lo que me hizo enamorarme de él. No, ella no.

-Harry...

Me siento impotente. Tanta tristeza en su voz, y yo no puedo hacer nada. Nada que no sea
abrazarlo y decirle que todo estará bien.

Aunque todo es una mierda.

La vida puede ser una patada en el trasero cuando quiere.


___________________________

Gracias por esperar con paciencia a que suba capítulos, es jodidamente estresante cuando la
inspiración no llega.

Ah, lo olvidaba: ya no falta mucho para el final de la novela. Si sienten que un hecho que
mencioné en capítulos pasados se me está olvidando por favor recuérdenmelo, algo que es
importante y no le esté dando importancia. Sería de ayuda jaja :)

Si alguien quiere una dedicación, díganlo aquí :D

Los amo :*

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Capítulo XXXI: "Atentamente, con todo mi amor"

"Atentamente, con todo mi amor"

Louis se fue por la mañana, cuando nadie estaba despierto.

No pude decirle adiós, salió de mi habitación en silencio. No dejó ninguna nota, nada para
despedirse. El lado de la cama donde debería estar él se ha enfriado unas horas atrás, no puedo
siquiera levantarme, tengo un dolor en el pecho que crece cada que recuerdo las lágrimas que
brotaban de sus ojos, cada hipido, cada muestra de dolor. Nunca esperé ver a Louis de esa
forma, es algo cruel ver esa faceta en una persona tan risueña.
Me quedo mirando al techo por un largo rato, me pierdo en la nada hasta que escucho la puerta
ser golpeada con fuerza y tengo que levantarme para abrir. El cuerpo me pesa y la cabeza me
empieza a punzar pero sigo mi camino hasta que veo a Zayn Malik al otro lado de la puerta.

-Hola, Harry... sé que es muy temprano pero quería hablar con Louis. ¿Puedes despertarlo?

-Lou se fue a Doncaster, Zayn.

Sus ojos se cierran y vuelven a abrirse pero ahora tienen una capa de nostalgia y tristeza. Yo aun
no sé cómo es capaz de manipular de esa forma sus emociones.

-Oh, bueno... está bien.

Da la vuelta pero mi mano toma su muñeca sin poder evitarlo, es un autoreflejo. Su rostro da
vuelta y nos miramos por una fracción de segundos.

-¿Necesitas hablar de algo?

-No es nada importante.

-Parece importante si querías que despertara a Louis por ello. Puedes hablar conmigo.

Lo piensa por un momento y creo que decide que es mejor sacar lo que está molestándolo.
Asiente con la mirada baja y me reúno con él en el pasillo después de tomar mi llave y cerrar la
puerta. Bajamos las escaleras en total silencio, no son más de las nueve de la mañana, el sol
está escondido tras algunas nubes y la tranquilidad del instituto casi es fúnebre.

Al entrar a la cafetería vemos a tres chicos dispersos entre las mesas y dejo a Zayn escoger un
lugar mientras voy a los sanitarios a lavarme el rostro y tratar de quitarme los recuerdos de la
noche.
Al entrar a los baños veo a Christopher sentado sobre la barra de los lavabos fumando un
cigarrillo con olor a fresa. Tiene una sonrisa en el rostro y va vestido completamente de negro,
con el cabello ahora de un color azul fuerte.

-Buenos días, H.

Me detengo a unos pasos de él y abro el grifo para lavar mis manos. Su mirada no deja mi perfil
mientras se aseo.

-Buenos días, Christopher.

Le da una calada al cigarro y el humo sale por su nariz mientras sigue sonriéndome.

-Me enteré de lo que pasó con tu padre hace unos días, lo siento por eso, sé cómo se siente ser
tratado como un animal cuando te discriminan por elegir a quien amar.- sus ojos negros me ven y
su sonrisa ha dudado un poco-. Tu padre casi termina con un brazo roto gracias a Josh. Supongo
que no necesitas mis palabras de ánimo pero...

Su voz suena lejana, perdida. Me doy cuenta que prefiero mil veces al engreído y egocéntrico
Christopher que ha este chico triste y abatido.

-Nada de eso, gracias por tus palabras, Chris.

-Bueno-. dice mientras le resta importancia con sus manos-. Todos necesitamos de palabras de
apoyo alguna vez.

Baja de los lavabos y tira el cigarrillo por al coladera, sale de la habitación giñándome un ojo y lo
pierdo de vista.

Y pienso en lo que ha dicho... Todos necesitamos de palabras de apoyo alguna vez, él las
necesita, siempre ha necesitado a alguien que sea su amigo, alguien que le lleve la contraria y
que le muestre apoyo. Pero lo que más necesita ahora es a Zayn de vuelta.

**

Zayn me mira y después vuelve la mirada a su café. Sus ojos repiten el vieja una y otra vez
mientras decide como empezar.

-Lo extraño.

Eso es todo lo que necesito saber -lo que ya sabía-.

-He sido un estúpido por estar lejos de él, Chris está afectado... su hermano quiere regresar y
hacer el papel de la familia feliz y yo... no he hecho nada para ayudarlo. ¿Sabes cuánto ha
llorado? Mi habitación está al lado de la suya y todas las noches lo escucho. Harry, él es fuerte
pero esto lo sobrepasa.

Pasa sus manos entre su cabello y lo despeina mientras se tortura internamente. No puedo
ayudarlo, la única forma de hacerlo es cortando el problema desde la raíz.

Me levanto y tomo su mano, cuando me aseguro de que camina tras de mí lo llevo por las
escaleras hasta el tercer piso y ahí está él. Siento a Zayn tensarse pero no aminora la marcha.

-Bien, vamos a acabar con esto.


Me detengo cuando Christopher nos ve y Zayn se detiene a mi lado.

-Los dos tiene mucha mierda de que hablar, y no pueden huir por siempre.

-Harry...-susurra Zayn a mi lado.

-No sé de que hablas, H. Zayn y yo ya acabamos con nuestra mierda.

Su postura defensiva vuelve, su mentón en alto y la espalda recta. Sus manos son víctimas del
nerviosismo del chico, moviéndolas sin control.

-No, no han acabado nada, no pudieron haberlo hecho. Y van a decir todo lo que no se han dicho,
me iré y cuando...

-¡No!- gritan los dos al unísono.- No te vayas, por favor- termina diciendo Zayn.

Me recargo en la pared y espero a que uno de los dos hable pero no dicen nada, solo se miran a
los ojos. Es un poco incomodo, sus miradas sacan chispas de enojo y anhelo, pero son
demasiado intensas, demasiado intimas.

Bajo la vista y trato de concentrarme en otra cosa, no me amarré bien las cuerdas de los tenis,
creo que necesito cortarme el cabello, extraño a Louis...

-Bien, empieza.

-Bien.- escucho a Zayn decir-. Te extraño mucho, Christopher y no sé cómo he podido estar lejos
de ti todo este tiempo, no puedo ignorar que esto que estoy haciendo está mal, que va en contra
de todo lo que se me ha enseñado pero simplemente te amo y no puedo cambiar los hechos. Tal
vez a ti no te importa mucho pero para mí es algo... incomprensible. Me enamoré de ti contra
todas mis creencias, te amo ¿Bien? pero tú no te das cuenta o no te importa en absoluto, eres un
completo estúpido en esto de los sentimientos y para mi no es fácil pero... Chris, si no me querías
no tenías porque seguir con esto.

Los veo a ambos, Zayn con las venas de cuello algo exaltadas y a Christopher con los brazos
cruzados sobre el pecho y una mueca en el rostro, pero ya no se ve débil, es el mismo de antes.

-Tienes mucha razón, Zayn. Yo no te quiero.

Zayn suelta el aire que tenia reprimido y asiente rapiditamente mientras da la vuelta. Veo una
última vez a Christopher y no lo comprendo, en verdad no lo hago.

-Zayn...

Mi amigo se para en el pasillo, con todo el coraje que puede reunir y voltea. Me quito de su línea
de visión y vuelvo a presenciar esas miradas intimas entre la pareja.

-Te amo, Zayn.

**
He perdido tres trenes a Doncaster y aun no paro de llorar. Siento que hay algo dentro de mí que
preferiría que me deshidratara por las lágrimas que hacerlas parar.

Los rostros a mi alrededor son diferentes cada que levanto la vista, algunos me miran
preocupados otros no notan mi presencia. Tengo que ser todo un espectáculo, llorando como un
estúpido frente a todos estos extraños.

Necesito a alguien, necesito a Harry. No quiero a nadie más que a él.

Nana sería feliz si él estuviera conmigo, si él fuera a Doncaster conmigo. Si Nana estuviera viva
querría verlo una vez más.

Cuando mi madre me dio la noticia no podía creerlo, lloré sin asimilarlo. Nana murió mientras
dormía y creo que es la forma más hermosa de irte, pero es injusto para los que nos quedamos
atrás, sufriendo por ella.

Un nuevo tren llega y todos abordan, la estación queda casi vacía y me siento más solo que
nunca.

El celular vibra en la bolsa del pantalón y lo saco para ver el nuevo mensaje.

De: Jay.

"Llámame cuando estés en la estación, te estaremos esperando"

Puede que nunca me suba al tren, puede que tome uno que me lleve a otro lado. No sé qué
hacer. No debería doler tanto.
Trato de escribir una respuesta pero llega un nuevo mensaje.

De: Hazza.

"¿Estas bien? Llámame cuando llegues a Doncaster"

Veo el celular por un lapso de tiempo considerable. Escucho las voces a mi alrededor, veo los
colores de la ropa de cientos de extraños, sus facciones. Y el celular vibra nuevamente en mis
manos.

De: Hazza.

"No quiero molestarte pero quiero saber si estás bien. Si no lo estás no hay nada malo con eso...
quien puede estar bien en un momento así... solo dime como estás"

Algo parecido a una sonrisa se forma en mis labios, ¿Qué hice yo para tener a Harry a mi lado?

Para: Hazza.
"No puedo responderte, Hazza, todo esto es la mierda más grande que alguien ha puesto sobre
mis hombros. No he abordado ningún tren, tal vez no lo haga nunca. No quiero ir y saber que
nunca más voy a verla, ha escucharla. Desearía haberte traído conmigo"

Envío el mensaje y guardo el celular en mi mochila. Me recuesto en la banca y espero el tren


siguiente.

Todo está mal.

El mundo es una mierda.

Desearía nunca haberme levantado de la cama, seguir abrazando a Harry, escuchando su


corazón palpitar. Lo hubiera abrazado con más fuerza, lo hubiera besado por la mañana y
volvería a abrazarlo mientras él me dice algo interesante, como siempre.

Pero estoy aquí, y un nuevo tren se para frente a mí. Tomo la mochila y la pongo sobre mi
hombro. Es hora de madurar y despedirme, enfrentarme a todo. Es lo que Nana querría.

**

Louis no contesta a mis mensajes, Niall y Josh se ríen al otro lado de la mesa y Javier sigue
recostando su cabeza sobre mi hombro. El lago a mi espalda está en relativa calma, el viento
casi no sopla pero el día está nublado y frío.

Algunos chicos -entre ellos Liam- están jugando futbol y mis amigos y otros más gritan como
idiotas cada que un gol está por suceder. Javier está quedándose dormido sobre mí, aun lleva la
pijama puesta y no me quejo, el chico huele a chicle y su cabello me hace cosquillas en la mejilla.

-¿Todo va bien con Louis?- pregunta adormilado.

-No me contesta, me preocupa que le pase algo.

-No pasará nada, me has dicho que ella era especial, está afrontándolo a su modo.

-Quisiera estar con él, Javs.

-Bueno-. dice pero es interrumpido por un bostezo-. Si en verdad lo quieres ve a Doncaster y


apóyalo.

-No tengo dinero, ni permiso, ni autoridad moral para hacerlo.

-Yo tengo dinero y puedo dártelo, habla con tu madre y pide un permiso de dos días... seguro te
lo dará y ¿Autoridad moral? Conociste a la mujer, hablaste con ella y por Dios que Louis estará
más que contento de verte allí, de ver que le importas y que estarás para él en momentos difíciles
como este.

Estoy a punto de contestar algo pero el balón sale volando hasta golpear a un chico que sale del
instituto. No puedo ver exactamente de quien se trata pero Liam viene hacia nosotros sin
contener la risa.

-Casi le rompen la nariz a Zayn.


Todos volteamos la vista hacia donde Zayn, sentado en las escaleras de la entrada del instituto
con una mano en la cara y tras de él veo ese punto azul que casi se cae por el ataque de risa.
Zayn grita algo y Christopher se ríe más fuerte.

-Parece que ellos están bien ahora.- comenta Niall.

-Ya era hora, no soportaba verlos tan decaídos, creo que Chris me cae mejor cuando me dice
estúpido o me ignora que cuando me da los buenos días en el desayuno.- dice Javier.

Todos asentimos en silencio, Liam está sudando y se sienta a un lado de Niall, este grita que se
aleje y Liam le abraza para dejarlo empapado. Josh se aleja de ellos haciendo muecas de asco y
Javier cae dormido en la mesa.

-¿Por qué está tan cansado?- pregunto señalando a Javier.

-Anoche se quedó hablando hasta tarde con alguien, casi no durmió.

-Oh, bueno. Tengo que hacer algunas cosas, los veré más tarde.

Josh asiente y toma mi lugar al lado de Javier, hago mi camino al instituto con el celular entre las
manos, tal vez debería mandarle un mensaje más.

**
Cando llegué a la ciudad mi madre y Mark estaban esperándome, Jay lloraba y Mark le daba
palpadas en la espalda para que se tranquilizara. Yo ya me había roto, algo en mi interior se
rompió y las lágrimas pararon.

Llegamos a casa y mis hermanas me abrazaron, cenamos y me fui a mi habitación.

Ahora que ya dormí lo suficiente me levanto para encontrar a las gemelas a mi lado, dormidas.
Han de haber entrado por la noche, siempre son muy silenciosas cuando entran a las
habitaciones.

El sol apenas está saliendo, el cielo afuera aun está obscuro y según el reloj de mesa son las seis
de la mañana. Tomo mi celular y vuelvo a acomodarme en la cama, con cuidado para no
despertar a las gemelas.

Tengo diez mensajes de Harry y dos llamadas perdidas. No quiero escuchar su voz, no si no
puedo abrazarlo y pedirle que haga el mundo mejor. Así que veo los mensajes, pero no devuelvo
las llamadas.

De: Hazza.

"Yo también desearía estar contigo, apoyandote"

De: Hazza.

"Espero me llames cuando decidas que es hora de subir al tren y llegues a Doncaster, estaré
esperando tu llamada"
De: Hazza.

"¿Ya estás con tu familia? Me sentiría mejor si me dices que estas acompañado"

De: Hazza.

"No quiero ser una molestia pero estoy preocupado realmente, por favor solo dime que estas en
casa"

De: Hazza.

"¿Lou?"

De: Hazza.

"Bien, dejaré de molestar. Espero que todo esté bien y que llames cuando estés listo"

Los mensajes siguientes dicen solo dos palabras, pero son todo lo que necesito.
De: Hazza.

"Te amo"

**

Tengo dinero y permiso para ir a Doncaster y estar con Louis.

Lo que aun estoy tratando de reunir son agallas.

Tal vez quiera estar solo o sea algo que quiere manejar con su familia. Quizá yo solo estorbaría.
No ha respondido mis mensajes y tal vez deba de ser así, que esté solo por un tiempo, que pueda
llorar.

Me siento en la cama y Javier me mira desde la silla frente al escritorio.

-No lo pienses tanto.


-Es tan fácil decirlo.

-Harry, solo saca tu escaso culo de mi habitación y ve a Doncaster.

-Él no me quiere allá.

-¿Te lo dijo?

-No-. respondo tumbándome en la cama-. pero no ha respondido a mis mensajes, eso es una
negativa.

-Son las seis treinta de la mañana de un lunes, tengo que ir a clases en dos horas y has estado
aquí desde las cinco. Me considero un amigo excelente, pero esto es demasiado, si no vas a ir
acompáñame a las duchas y vayamos a clases.

-Javier...

El celular suena y cuando lo tomo veo el nombre de Louis en la pantalla, contesto su llamada y
Javier sale de la habitación sonriendo.

-¿Lou?

-Yo también te amo, Harry.

No quiero sonreír, pero no puedo evitarlo.- ¿Estás bien?

-Te necesito, perdón por irme sin avisar.

-Eso no importa, Lou. Te amo mucho.


-Y yo a ti, Hazza. Todo esto es una mierda, gracias por preocuparte por mi.

-Siempre estoy preocupado por ti.

Escucho un suspiro salir de sus labios y después se queda en silencio. Es casi reconfortable.

-Estaba pensando en ti, ¿Sabes?, siempre estoy pensando en ti. Aun cuando estas frente a mi,
siempre pienso en ti.

-Lou...

-Te necesito tanto, Hazz.

La voz se le quiebra y antes de que pueda contestar la línea muere. Me ha colgado y siento un
nudo en la garganta, la importancia es demasiada.

Salgo de la habitación decidido a llegar a la estación, bajo las escaleras, me acerco a la puerta y
es cuando recuerdo que no llamé a un taxi, que tardará una hora en llegar aquí y una más en
llegar a la estación.

Contengo un grito y doy la vuelta para llamar a uno cuando veo a Christopher en el primer
escalón, con una sonrisita que me provoca escalofríos, el cabello peinado y bien vestido. Vate las
llaves de su automóvil en una mano y me mira casi intimidante.

Es el Christopher que conocí al llegar a este instituto, y sonrío por ello.

-¿Necesitas que te lleven?


**

Llegamos a la estación en menos de cuarenta minutos pero yo aun tengo ganas de vomitar. No
sé quien le dio su licencia pero seguro como el maldito infierno que no fue por un examen de
conducción normal.

-Ya puedes abrir los ojos, eres una niñita, Styles.

Bajamos del automóvil bajo la mirada curiosa de algunos, todos miran el hermoso coche de
Christopher pero a él no le importa. Vamos hacia las taquillas y todas están atiborradas.

-Gracias por traerme, Chris. Te debo una.

-Nada de eso.- dice restándole importancia a mis palabras.- Me ayudaste con lo que más
importaba, así que yo estoy en deuda. ¿Necesitas algo más?

Sus ojos me miran con algo de agradecimiento y felicidad, su postura es la del vencedor de
siempre.

-Necesito un amigo. Tu serías perfecto para ese papel.

La sonrisa ya está en su rostro y asiente lentamente.

-Bueno... si eso es lo que quieres, no puedo negarme.

-No, no puedes.
-Entonces, déjame hacer algo por ti.

Camina y me hace seguirlo hasta que llegamos a una de las ultimas taquillas, solamente con tres
personas frente a nosotros.

-Si vas a viajar a un funeral espero siquiera que estés cómodo en tu viaje.

Cuando llegamos Christopher pide un boleto a Doncaster y la vendedora cobra más de la tarifa
normal. Y no es hasta que él lo paga y me entrega el boleto que me doy cuenta que me enviará a
con Louis en la zona de primera clase.

-Christopher yo no...

-Si rechazas esto dejaremos de ser amigos en este instante. Mira, he sido un idiota contigo y
espero que me perdones, este boleto no es nada, tengo dinero Harry, puedo comprarme tres
coches más con la mensualidad que mis padres ponen en mi tarjeta. Todo está bien, ¿Entendido?

Asiento y escucho el anuncio para abordar. Chris me da un abrazo rápido y me empuja entre el
montón de personas que tratan de entrar a la sala de espera.

Murmuro un gracias y él da la vuelta, se pierde cuando las personas a mi alrededor logran


moverme del lugar y me dirijo a la zona respectiva. Todos ahí usan trajes y algunas mujeres
visten elegante, me siento como una hormiga insignificante pero entro al vagón sin problemas.

Encuentro mi lugar sin problemas y al caer en el asiento y comprobar su comodidad sé que será
un viaje muy corto.

**
Mis hermanas me han convencido de ver una maratón de Harry Potter en la sala y mi madre
prepara el almuerzo. Iremos al entierro de Nana en cuatro horas y todos se empeñan en
mantenerme ocupado, pensando en otras cosas.

Mark fue a trabajar pero antes de irse fue a mi habitación a comprobar que todo estuviera bien.
Me dijo que todo es parte de la vida.

Que se pudra lo que la vida cree que es justo.

Cuando comienza la tercera película subo a mi habitación para comenzar a arreglarme, voy hacia
el baño y tomo una ducha larga, el agua caliente me relaja. El timbre suena pero todo lo que
escucho es la caída del agua.

Quince minutos después voy a mi habitación y me cambio con ese estúpido traje negro que mi
madre me compró para utilizar en los funerales. Me arreglo el cabello y salgo para apresurar a
mis hermanas. Bajo las escaleras cuando no las encuentro en sus habitaciones y veo a Stand
sentado en la sala, viendo Harry Potter con Fizzy y Lottie.

-¿Stand, qué haces aquí?

-Pues, no te iba a dejar hacer esto solo, ¿No es cierto? Voy a ir a esa mierda por ti, Louis, y no
voy a dejar que te rompas.

-Muy tarde...

-Y tengo un regalo.

-No estoy de ánimos.


-Pero si mi regalo es de exportación, esta mañana lo encargué al Instituto Booster, llegó hace
unos minutos.

Me señala a la cocina y voy hacia ella, escucho la voz de mi madre y la risa de las gemelas, pero
nada más. Abro la puerta y veo una mata de risos cafés, unos ojos verdes y una hermosa sonrisa,
todo eso me golpea en el pecho como si no le hubiera visto en años, aunque solo fuese un día.

Su risa resuena en mis oídos y me acelera el pulso.

-¡Lou!- gritan mis hermanas y Harry me mira.

-¿Harry?- pregunto pero escucho mi voz a la lejanía.

-¿Qué haces aquí?

-Me necesitas, o eso es lo que dijiste... y no quiero que sufras, si quieres que esté contigo este
día pues lo estaré, si quieres llorar lloraré contigo, si quieres ir a robar un banco, maldita sea, yo
consigo las armas. No importa lo que quieras hacer, si me necesitas voy a estar aquí.

Me acerco a él y lo abrazo, él me rodea la espalda y el calor de sus manos me traspasa la piel.

-Te amo, Lou.


"Ámame cando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite"

=================

Capítulo XXXII: "Rosas y dagas"

Capitulo dedicado a:

*Calixto_Calzada

*MicaelaHoran

*worldinsane

*LarryMiReligion66 (Quisiera dedicarles un capítulo a cada un@ pero son much@s


y muy pocos capítulos los que sobran)

*hiandoopsx

*feelmypoison

*dnmlarry
*ReadlsADream

*tomlinsxn_styles (pequeña acosadora <3)

"Rosas y dagas"

Harry me sostiene mientras vamos a la camioneta, sus dedos jugando con los míos.

Yo solo quiero que todo termine pronto.

El silencio llena el espacio cuando la camioneta se pone en marcha y es casi insoportable, mis
hermanas no dicen nada y es algo muy raro en ellas, mi madre conduce con la mirada fija en la
carretera y Harry posa la vista en sus manos cruzadas sobre su regazo.

Pasamos rápidamente por el centro de la ciudad hasta llegar al cementerio y ya no siento nada,
estoy vacío, he llorado todo lo que tenía para llorar en una vida. Bajamos de la camioneta cuando
Jay estaciona y Harry vuelve a tomar mi mano para iniciar nuestro camino, Stan aparca su coche
a un lado de donde mi madre y nos alcanza cuando llegamos a donde se reúnen todos a darle el
ultimo adiós.

-¿Estás bien, Lou?- pregunta Harry pero me limito a apretar su mano. Espero que piense que
todo está bien.

-Bien, empecemos.- dice el padre frente al féretro.

Tomamos asiento y escuchamos el protocolo, Harry no deja mi mano en ningún momento y Stan
trata de quedarse quieto -aunque los funerales nunca han sido de su agrado-, mi madre y
hermanas estás atentas y las personas a mi alrededor -aunque son demasiadas para verlas a
todas- sueltan lágrimas esporádicamente. Siento como se empapa un poco mi hombro y centro
mi atención en Harry, llorando en silencio pero tranquilo.
Y ahora es mi turno de preguntar.-¿Te encuentras bien?

-Si, es solo que... no es justo que las mejores personas tengan que morir.

Lo abrazo por los hombros y lo acerco a mí, apoyo la mandíbula sobre su cabeza y trato de no
escuchar las últimas palabras del sacerdote.

-Lo sé, Harry. Por eso la vida es injusta.

**

Los familiares de Nana se despidieron de ella y bajaron el féretro, eso era todo, era el final de su
recuerdo.

Dejamos el cementerio pero Louis decidió que tenía hambre y que deberíamos hacer algo
estúpido.

Yo simplemente lo seguí.

Stan maneja con la música alta y sobrepasando el límite de velocidad, sigo dando golpes contra
la ventana cada que invade un carril o da una vuelta. Louis parece feliz y es un poco preocupante,
pero él está afrontando el problema a su manera.
-¿Primera parada?- pregunta Stan deteniéndose en un semáforo.

-Francklyn's-. anuncia y Stan asiente poniéndose en marcha.

Diez minutos más de camino y llegamos a lo que parece una hamburguesería vieja y
deshabitada, bajamos del coche y Louis entra sin siquiera mirarnos.

-Es su forma de defenderse, rechazar el dolor...

-Ya lo he visto así.- confieso.- no es nada nuevo.

-Así que ¿Problemas en el paraíso?

-No, ya pasamos por la tormenta... espero que no volvamos a eso, es una mierda ¿Sabes?

Me mira a los ojos y sonríe.- No, la verdad no, nunca he estado realmente con alguien, no creo en
eso de las relaciones y el amor.

-Oh.

-No me malinterpretes, sé que existe el amor y esas cosas estúpidas, sin ánimos de ofender, pero
eso no es para mí, ¿Sabes? No quiero estar con una persona y que todo se vuelva monótono...
que se apague la ilusión.

Empezamos a caminar y entramos al restaurante, dentro está lleno de vida para ser un lunes,
todos dentro son jóvenes de no más de treinta y menos de diecisiete. Gritos y risas nos reciben y
Stan toma mi mano para guiarme entre la multitud hasta donde se encuentra Louis, sonriéndole a
la mesera que se encuentra muy cerca de él-.

-¿Qué vamos a comer?- pregunta sonriente.


Stan se sienta y cuando voy a hacerlo yo Louis quita educadamente a la chica de su lado y toma
mi brazo, halándome hacia él y haciéndome sentar a su lado, me abraza por la cintura y da un
beso en mi cuello. La chica con mira y trata de recomponer su cara de sorpresa, pero es muy
tarde, ya lo he notado.

-Tres hamburguesas dobles con queso y papas extras.- decide Stan y la chica siente, ve a Louis
una vez más y se aleja sonrojada.

-Bien, Harry, ¿Cómo te trata este intento de ser humano?

Louis le da una patada por debajo de la mesa y debió de dar en el blanco porque Stan suelta un
grito y su cara se convierte en una mueca de dolor.

-Cuidado con tus palabras.

-Siempre me golpeas, debería denunciarte por maltrato.

-¿A quién llamaras? ¿A PETA?

-Jodete, Tomlinson.

Stan nos cuenta una de sus aventuras más recientes sobre él y un chico que no quería salir de
closet, me recuerda tanto a Nick que me pongo nostálgico por algunos segundos antes de reír
con su gestos y ademanes.

Comemos entre risas y gritos, algunas miradas se posan en nosotros, hay chicas lindas que
miran a Louis y a Stan.

Mi celular vibra en mi bolsillo y ve un nuevo mensaje de Nick.


De: Grimmy

"Me enteré de lo que pasó, espero que Louis esté bien"

-¿Quién es?- pregunta Louis sobre mi oído y su aliento me pone los vellos de punta.

-Nick.

-Ya veo...-dice dando besos sobre mi cuello y mejilla, su brazo me toma por los hombros y me
atrae hacia él.

-Lou...-digo porque no es el lugar para hacer esto.- Para.

-No lo haré hasta que esas estúpidas chicas entiendan que eres mío y dejen de mirarte.

Mis ojos viajan hasta la mesa continua y veo a cinco chicas mirándonos "discretamente", algunas
sonriendo otras con el rostro comprimido.

-Ellas te están viendo a ti, Lou.

-Oh, claro que no, Harry. Ellas están comiéndote con la mirada hace un rato y no soy tan cruel
como para dejarlas creer que estas disponible... ¿No es así?

Le miro y una sonrisa de medio lado le atraviesa el rostro, sus ojos azules parecen un mar
tormentoso. Antes de poner reaccionar me toma por al cuello me atrae hacia sus labios,
besándome suavemente.

-Wow, Louis Tomlinson haciendo una escena de celos, ahora puedo morir tranquilo.
La voz de Stan me vuele a la realidad y me aparto de Louis, por el rabillo del ojo veo a las chicas
que nos miraban con anterioridad y encuentro a más personas mirando hacia nuestra mesa.

Trato de hacerme pequeño en el asiento porque nunca me ha gustado ser el centro de atención.

-Ya lo había dicho, Stanley. Cuando se trata de Harry todo es diferente.

**

Salimos del restaurante y entramos al automóvil, Stan no pregunta el rumbo que debemos tomar,
sonríe y comienza a manejar. Louis tiene una sonrisa en su rostro que me tiene preocupado pero
se le ve tan feliz que casi me convence.

-¿A dónde vamos?- me atrevo a preguntar.

-Vamos a la tienda de tatuajes, Hazza.

Stan da un grito cómico y aumenta la velocidad, Louis suelta una carcajada y yo no sé qué decir o
pensar.

Después de unos veinte minutos nos detenemos en un centro comercial y entramos siendo
presas de cientos de personas yendo de un lado para otro, escucho el estruendo de sus voces en
asenso y todos esos colores que visten me golpean de repente.

-¡Muévete, Harry!- escucho decir a Stan y hago mi camino hacia donde ellos ya han avanzado.-
¿Ya pensaste lo que quieres?- pregunta a Louis.

-Lo tengo en mente pero todo depende de...

-¿De?

Me mira cuando entramos a un local y veo dibujos en las paredes, muchos tatuajes coloridos y en
blanco y negro, algunos con tinta blanca. Es una explosión de imaginación. Louis me toma la
mano y me atrae hacia él, su mano -junto con la mía- sube hasta su boca y deja un beso sobre mi
piel.

-Depende si Harry quiere hacerse el tatuaje conmigo.

La garganta se me seca y la voz se me pierde dentro de la cabeza, siento mis ojos abrirse tanto
que tengo miedo que se salgan de sus orbitas.

-¿Qué dices?

**

Después de repetirle lo mismo por diez minutos, Harry aceptó.

Ahora estamos en la parte trasera del estudio, esperando a que Paul termine de darme el
medicamente e instrucciones necesarias -aunque para estas alturas ya las sé de memoria-.
Cuando termina conmigo va hacia Harry, mi chico extiende el brazo sobre la camilla esterilizada y
sonríe nerviosamente, mi corazón también trata de salirse de mi pecho, no es algo muy correcto
el compartir un tatuaje con tu pareja, porque el día de nuestra separación llevaremos algo del otro
en la piel para siempre... pero esa es mi idea, tener algo que compartiré con Harry toda mi vida.

-Entonces, ¿Estás seguro de esto?- pregunta Paul mientras prepara la tinta.

-Louis dijo que no dolería mucho.

Paul tiene esa sonrisa que te da seguridad, que te hipnotiza, le ve a los ojos y después ve su
brazo, con la silueta ya dibujada, y comienza su trabajo.

-Bueno, Louis es un mentiroso de mierda.

Harry abre los ojos y muerde su labio cuando la tinta empieza a meterse bajo su piel, su piel
empieza a ponerse roja poco a poco pero no emite sonido alguno, me mira como si fuera a
matarme cuando todo acabe y sonrío hacia él, lo amo y está haciendo esto para mí.

-Te voy a matar, Tomlinson.

-Oh, vamos, está quedando muy bien.

Rueda los ojos y Paul suelta una carcajada.

-Te odio.

-Si, yo también te amo, Hazza.


**

Cuando termino de escuchar las instrucciones del hombre frente a mi salimos del local y
encontramos con que Stan tuvo que irse y nos dejó, Louis se encoje de hombros y sigue
caminando lentamente a mi lado, viendo todo a nuestro alrededor.

Las voces se escuchan muy dentro de mi cerebro, Louis va hasta el área de comida y paramos
frente a una tienda de helados.

-¿Qué sabor, Hazza?

-Oh...yo... creo que Napolitano.

-Bien, Napolitano será.

El chico al otro lado del mostrador asiente y da la vuelta para servirlos, Louis toma mi brazo y
acaricia suavemente el plástico pero puedo sentir su calor hasta mi piel hinchada.

-Es un hermoso tatuaje.

-Tú lo elegiste, claro que es hermoso.

-¿Preferirías haberte hecho otro?- pregunta preocupado y abrazándome. Mi rostro se esconde en


su cuello por inercia.- Perdón por presionarte.

-No es eso, Louis, para nada... es un tatuaje hermoso, en verdad.


Del otro lado del plástico, sobre mi piel se encuentra pintada una hermosa rosa, con un tallo largo
y torcido y algunas hojas en el, se ven unas pequeñas espinas y los pétalos parecen estás
abriendo en primavera.

-Vi el diseño ayer en el tren, una señora tenía una revista y la imagen estaba en ella, pero quería
hacerlo especial.

Sobre su brazo, tras el plástico se encuentra una daga con el mango negro y las orillas
irregulares.

-Es interesante, pero tiene que tener un significado.- digo mientras el chico nos entrega los
helados y retomamos nuestro camino.

-Lo tiene, la rosa blanca significa pureza y paz, es signo de belleza y divinidad. Es todo lo que tú
tienes, Harry, todo lo que posees ante mis ojos.

Bajo la mirada porque no me gusta cuando me provoca estas sensaciones tan fuertes, mi piel
empieza a hormiguear y sé que me he sonrojado. Mi mano toma la suya y salimos del centro
comercial para tomar un taxi.

En el camino vamos en silencio, Louis me abraza por los hombros y yo descanso mi cabeza
sobre su pecho, sus manos juegan con mi cabello y respiro su aroma. Este chico es todo lo que
he querido y aunque tengamos problemas él siempre hace todo para que volvamos a estar juntos.

Tal vez es mi tiempo de dar algo a esta relación.

**
-¡Estamos en casa!- grita Louis cuando entramos a la pequeña recepción y dejamos nuestros
sacos en el colgador.

El silencio es abrumador y la obscuridad gobierna dentro de la casa.

-Bueno, parece que estamos solos. Estoy realmente agotado, ¿Quieres ir a dormir?

-Si.

Subimos las escaleras y me tropiezo de vez en cuando con los escalones, al final, cuando
estamos en el pasillo me caigo una última vez y Louis se ríe de mi a la vez que me ayuda a
ponerme de pie.

-Eres muy torpe.

-Cállate, está muy obscuro aquí.

Lo sigo hasta que llegamos a su habitación y sin prender la luz nos adentramos hasta la cama.
Veo ligeramente como empieza a quitarse el traje y yo hago lo miso hasta que los dos quedamos
en boxers.

-Buenas noches, amor.- dice cuando ya estamos acostados.

Le abrazo por la cintura y noto el calor que despide su cuerpo, su mano toma la mía pero no
puedo dormirme, voy hacia él y doy pequeños besos sobre su piel, sé que no es el mejor
momento para esto pero es algo que me incita, una necesidad que no puedo controlar.
-Ha..Harry...

No puedo parar, sigo besando su cuello hasta dejar marcas que se notan dolorosas, de su boca
salen gemidos pausados y su corazón late rápidamente, como el mío. Me levanto lo suficiente
para pasar mis piernas a cada lado de su cadera y él toma mi cintura, empezando a acariciar la
piel desnuda. Vuelvo a bajar hasta sus labios y esta vez los dos nos perdemos en el otro, sus
manos toman mi espalda con fuerza, las mías toman su cabello, halando un poco hasta que
nuestros gemidos se funden y mezclan en nuestras bocas.

-¿Estas seguro?

-Cállate, Louis.

Mis manos siguen su piel hasta su pecho y empiezo a bajar besando cada espacio de piel que
encuentro en mi camino, sus manos toman mi cabello mientras succiono la piel y al llegar a su
cadera me tomo la molestia de morder para dejar marcas por todo su cuerpo -porque la mordida
que me dio un día quedó en mi piel para siempre, siempre tendré a Louis conmigo, y quiero que
me recuerde a mi también-.

Sus piernas se abren cuando dejo besos sobre su boxer, hasta sentir la humedad sobre mis
labios. Nunca he hecho lo que haré a continuación, pero es Louis y confío en él. Su cuerpo se
sacude cuando toco el bulto tras la tela y saco su miembro, veo a Louis a los ojos mientras con mi
lengua recorro su longitud hasta su glande y de regreso, es algo incomodo al principio -pero si él
puede hacerlo por mi yo tengo que hacerlo por él-.

-Ha...Hazza...

Cierro los ojos y me dejo llevar por sus manos, subiendo y bajando lentamente, sin ser violento,
acoplo mis movimientos al ritmo de su cadera y mi lengua acaricia su piel, es caliente y tiene un
sabor salado pero hay algo en su sabor que me atrae.

Mi cabeza sube y baja mientras Louis me guía tomando mi cabello, mis manos recorren su piel y
disfruto de la suavidad y de su calor. Siento un sabor aun más salado y caigo en cuenta que es su
presemen.

-Harry....para...ahora.

Abro los ojos y le veos entado frente a mí, tiene la frente sudada y su pecho sube y baja con
intensidad. De un momento a otro sus brazos me toman y me llevan hasta su altura, nuestros
labios se juntan y me deja bajo su cuerpo mientras tocamos toda la piel que podemos. Sus labios
bajan por mi cuerpo y quita mi boxer con algo de fuerza cuando ninguno de los dos podemos
contenernos más.

Me besa el pecho mientras una de sus manos va a mi miembro y lo acaricia lentamente, de arriba
hacia abajo y me muerdo el labio contendiendo mis gemidos y jadeos.

-Todo está bien, Hazza. Quiero escucharte cuando te corras.

Sus palabras se instalan en alguna parte de mi cerebro, mi cuerpo empieza a temblar por sus
caricias y besos y llevo mis manos a su cabello, jalando de él mientras los movimientos sobre mi
miembro aumenta y trato de durar más.

-Vamos, Hazza, déjate ir.- susurra contra mis labios y es lo único que necesito para liberarme.

El pecho me duele por los latidos erráticos del corazón, Louis me abraza con fuerza y se aloja
entre mis piernas, siento su miembro entre mis glúteos. Lo abrazo por el cuello mientras empieza
a penetrarme lentamente, es muy delicado y no parece tener prisa.

-¿Sabes que te amo, verdad?

Lo sé, Louis.

-Yo también te amo a ti.


-Nunca haré algo que pueda lastimarte otra vez, te ama mucho Harry Styles.

Ahogo un grito cuando entra en mí y me aferro a su cuerpo, encajando las pocas uñas que tengo
en su espalda. No se mueve hasta que empiezo a acostumbrarme a él, escucho como jadea en
mi oreja y empiezo a mover mis caderas para que él sepa que estoy bien, que estamos bien.

Y así empieza a moverse lentamente hasta que sus movimientos se convierten en violentos,
siento como las lágrimas caen de sus ojos y ruedan sobre mi piel caliente. Sus movimientos no
me hieren, él no me lastima pero abrazo su espalda con más fuerza hasta que los dos llegamos al
orgasmo casi al mismo tiempo.

Se acuesta boca abajo en el colchón y le abrazo por la espalda después de poner una sabana
sobre nuestros cuerpos. Lo escucho llorar mientras se queda dormido y me aferro a su cuerpo
mientras los espasmos terminan.

-Te amo mucho, Louis Tomlinson.- susurro sobre su oído.

Mi celular suena en alguna parte de la habitación y m levanto de la cama para contestar.

Cando veo la pantalla tengo que salir del cuarto para que Louis no me escuche, tengo que
terminar las cosas con Char para que Louis esté tranquilo.

-¿Hola?

-¡Harry! Ya era hora de que me contestaras ¿Dónde te has metido? Te he llamado muchas veces.

-Creía que habías entendido el mensaje.

-¿De qué hablas?- pregunta pero su voz suena vacía.


-No podemos ser amigos, Char, yo amo a Louis y tu...

-No, Harry, no lo amas... él te engañó, jugó contigo, no puedes amar a una persona como él.

-Lo hago.

-¡No! ¿Eres estúpido? Él volverá a dejarte cuando tenga a alguien mejor, hay personas mejores
que tu, Harry, y él se irá algún día, cuando vea que eres un estúpido.

-No te permito que me hables de ese modo.

-Pero es la verdad, él no te ama... seguramente está jugando contigo otra vez, ¿Qué pedirá
ahora? ¿Cinco euros?

-Char...

-Yo lo amo.- dice casi gritando.- ¿Entiendes?... Louis tiene que amarme sobre ti. El prefirió a
Eleanor sobre mí, prefirió a todo el mundo sobre mi... ¡Yo lo amo! ¿Sabes lo es amar a alguien y
odiarlo al mismo tiempo? Vas a alejarte de él, Harry.

Me quedo plantado en mi lugar, así que eso era... todo el odio es porque Louis nunca la vio como
algo más, todo su odio es obra de sus celos hacia su prima y hacia mí, hacia todas las chicas con
las que Louis estuvo.

-Púdrete, Charlotte.

Cuelgo el celular y lo apago, regreso a la cama y Louis sigue dormido. Se ve cansado pero una
leve sonrisa se muestra sobre sus labios.

-Buenas noches, amor.- digo besando sus labios y abrazándolo mientras dejo que Morfeo me
llame a dormir usando su espalda como almohada.
Antes de quedarme completamente dormido lo escucho, mi nombre salir de sus labios.

Amo cuando eso pasa.

Es mi pequeño secreto.

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Capítulo XXXIII: "Nunca dejes de decirlo"

Capítulo dedicado a :

*Mafertostado

*JulieRamosV

*pxtriLS

*daniasdf

*americasantanacerezo

*danna1504
*Fernandaaaaaaa9

*larryforever

*braverystxlinson

*dannamattivi

*Tati_Mellark

*Kiaru12

*karacr

*Zareth14Gonzalez

Y especialmente a :

*ShippingLarryStylins; Porque juro por Dios que el mensaje que dejaste el 28 de abril en el
capítulo XXX de esta novela me emocionó tanto y me hiciste sentir que estoy haciendo algo bien.
Gracias por hacerme confiar en mi misma (:
"Nunca dejes de decirlo"

Harry se ha quedó dormido a la mitad del viaje, sus suaves ronquidos se cuelan por mi oído y su
aliento caliente me traspasa la camisa.

Trato de relajarme, dormir un poco pero me es imposible, Harry siempre causa estragos en mi,
cuando me ve, cuando me habla, cuando duerme sobre mi hombro. Todo en él me causa una
sensación extraña-.

El tren empieza a disminuir la velocidad después de un tiempo, entramos a la estación y por la


ventana veo al montón de personas que esperan subir.

-Harry, ya llegamos.-digo en su oído pero él no responde.- Vamos Harry, tenemos que bajar.

Muevo su hombro hasta que sus ojos se abren, su mirada verde y llorosa me produce unas ganas
enormes de besarlo.

-¿Qué pasa?-pregunta y su voz grave suena dulce y delicada.

-Tenemos que irnos, llegaremos de noche al instituto.

Le veo tratar de despertar, talla sus ojos y da un último bostezo antes de reunir sus cosas, nos
ponemos de piel y tomamos nuestras maletas, sentimos los últimos movientes del vagón y
salimos cuando el tren está completamente detenido y bajamos tomados de la mano.

-No quiero volver.- escucho que susurra.

Le miro y una sonrisa me recibe.


-Vamos Louis, podríamos huir ahora mismo, perdernos en alguna parte del mundo. No
separarnos nunca.

Me detengo y él hace lo mismo, mis manos van a las suyas y las tomo con fuerza. Mi corazón
empieza una carrera dolorosa en mi pecho y siento en sus manos sus pulsaciones aceleradas.
Sus ojos se conectan con los míos y solo pienso en agradecer el haber nacido en la misma época
que Harry Styles, agradezco por tenerlo, porque es mío, porque me ama.

-Vamos a escapar algún días, Hazza, lo prometo.

-Pero no hoy...

-No- digo tomando sus mejillas.- Hoy no...

Estamos tan juntos que siento que somos uno mismo, su aliento caliente me pega en el rostro y
mis dedos tocan algunos de sus cabellos rebeldes.

-¿Vas a besarme o qué?

-Tal vez lo haga... tal vez solo quiero mirarte, no lo he decidido.

-Idiota.

Sus labios toman los míos, sus dedos van a esa parte en mi nuca que siempre acaricia y su
sonrisa no se borra mientras su dulce boca se acopla con la mía. Mis manos van a su espalda y
lo abrazo con fuerza, como si no pudiera soportar la idea de dejarlo ir, porque no lo hago.

Cuando nos separamos los dos sonreímos como estúpidos, Harry tiene las mejillas rosadas y
solo no puedo apartar la mirada de él.
-¿Nos vamos?

Seguimos caminando, esta vez bajo la mirada disgustada de algunas personas. Pero ¡Hey! No
hay nada malo con amar a quien sientas que es correcto.

El amor no es un genero.

Salimos de la estación y el sol ya ha desaparecido, el bullicio me trae a la realidad. Una bocina


suena en alguna parte del estacionamiento y Harry me aprieta la mano cuando ya he localizado a
un taxi.

-¿Qué pasa?

-Pasa que han venido por nosotros.

Mi mirada va a donde él señala y puedo verlos a lo lejos, Zayn fuma un cigarrillo mientras rueda
los ojos a algo que un sonriente Niall dice mientras nos señala. Christopher está sentado en el
asiento del conductor y no tiene una buena cara.

Empezamos nuestro camino, aún no entiendo cómo es que están ahí, yo solo le mandé un
mensaje a Zayn cuando salimos para que informara a Madame Dur.

-¡Ya los hemos visto, Niall!- grita Christopher.- Ahora cierra la maldita boca.

El irlandés ignora la orden directa de Chris y sigue gritando un "Están aquí", aun cuando ya
estamos frente a él.

-Hola....

-Suban al auto.- demanda Chris y lo hago, porque quiero llegar y dormir hasta que la alarma
suene el día siguiente.

Niall entra y Harry tras él, Zayn ocupa su lugar el frente y yo guardo las maletas en la cajuela.
Cuando tomo asiento Chris comienza el viaje sin siquiera esperar que cierre la puerta.

-Ya era hora de que aparecieran...- dice Chris y pisa el acelerador.

-El tren se retrasó, un problema con las vías.

-No me interesa, Louis, estoy harto de esperar, sabes que odio esperar.

-Nosotros no pedimos ser llevados.- contesto a la defensiva.

-Claro que no pero Zayn no entendió eso cuando llegó tu mensaje, y claro que Niall se quedó
callado cuando el idiota de Josh dio la idea de venir a por ti. Pero claro, el único con automóvil
soy yo y ni siquiera me caen tan bien como para esperar una hora por su llegada... no con un
irlandés hiperactivo y un novio que es más callado con las putas cloacas del infierno.

El auto gira y entramos en terracería, el camino al instituto.

-Es muy cortes de tu parte el esperar, Chris...- dice Harry que vuelve a colocar su cabeza sobre
mi hombro y cierra los ojos.

-Lo sé, soy un maldito con modales.

-Lo eres.

-Tengo educación, dúdalo o no.

Zayn enciende otro cigarro pero Christopher se lo arranca de entre los labios y lo tira.
-Estoy cansado de ti matándote de ese modo, y no me vengas con tus rollos existencialistas
baratos de "todos moriremos de algo", aparte los asientos son de piel y los impregnaras con el
olor.

-Estas muy gruñón hoy.- dice mi amigo entre dientes pero una sonrisa se dibuja en su rostro.

-Yo siempre estoy gruñón.

Empiezan una discusión y me concentro en Harry y sus pulsaciones calmadas, su respiración


pausada.

-¿Estas mejor?-esta vez es la voz de Niall.

-¿Por lo de Nana? Cosas malas pasan todos los días...

-Eso es muy cierto. De todas maneras, espero que estés bien, Louis.

-Lo estoy ahora.

-Bien.

El resto del camino es en silencio, nadie dice nada, todo a nuestro alrededor permanece obscuro,
el camino no puede verse más allá de la luz que lanzan las farolas. Christopher maneja como si
no estuviera estropeando un automóvil de más de medio millón de libras. Los ojos me pican y
cuando los cierro no quieren abrirse. Es como morir, se siente como si estuviera dejando que algo
entrara en mi para luchar contra mi voluntad y obligarme a dormir. No peleo. Me dejo llevar.
**

-¡Te has hecho un tatuaje!

Mis amigos vienen hacia mí y siento como una ola que trata de ahogarme. Todos me miran y
tocan mi brazo, tratan de remover la tinta de él.

-Joder Harry... eso es genial.- dice Javier mientras sonríe.- Eres todo un niño grande ahora.

-Es solo un tatuaje...

-Pero Louis tiene un tatuaje nuevo también.- dice Niall sonriendo.- ¿Se lo han hecho juntos?

-¿Tatuajes en pareja?- pregunta Josh.- Eso está muy jodido.

-Yo creo que es genial.- vuelve a decir Javier y me guiña un ojo antes de alejarse y volver con su
celular.

-Pues yo creo que es una mierda.- continua Josh.- ¿Te imaginas cuando ya no estén juntos? Ese
tatuaje es como un recordatorio permanente de todo lo que tuviste y ya no. Todo lo que soñaste y
ya no será, todo lo que dijiste y escuchaste. Será un recuerdo doloroso de lo que amabas... de la
persona a la que amaste.

La respiración se me atora en la garganta. No pensé en eso... yo solo quería tener este momento
intimo con Louis, no estaba pensando en las posibles consecuencias. En el dolor de tener algo de
él conmigo para siempre, marcado en mi piel... para no olvidarlo jamás.

-Lo estas espantando, idiota.- le reclama Niall.


-Solo estoy marcado un punto.

-Cierra la boca, Josh.

-Pero...

-Cállate.

Josh da la vuelta y se tira en la cama, una película empieza a ser reproducida en la televisión y
Niall se tira en la cama frente a Josh.

Liam sigue tirado en el suelo, según Javier se quedó dormido a la mitad de una plática con
Danielle y nadie ha podido despertarlo desde la tarde. Me sorprende que no despertara con el
sonido de sus propios ronquidos.

Javier llega a mi lado y salimos de la habitación cuando la pareja deja la película en segundo
plano para comenzar una actividad más interesante.

-¿Deberíamos despertar a Liam?- pregunto antes de cerrar la puerta.

-No creo que despierte hasta mañana, no causará problemas.

-Bien.

Caminamos en silencio. Son más de las diez de la noche y los pasillos ya se encuentran vacíos,
Madame Dur está en su oficina haciendo papeleo y Louis duerme en su habitación. Estoy
cansado pero no quiero ir a dormir, es frustrante.

-¿Y cómo han estado las cosas por aquí?


Javier me ignora, parece que su celular es más importante que mantener una conversación real.

-¿Con quién hablas tanto?

No hay respuesta.

-¿Javier?

Un nuevo mensaje llega y me veo en la necesidad de apartar el aparato de sus manos. Estamos
cerca de nuestras habitaciones pero no pienso dormir en la mía esta noche.

-¡Harry!- grita mi amigo mientras abro el nuevo mensaje, sé que lo que hago es de mala
educación pero no estoy en modo de dejar que me ignoren.-¡Dame eso!

-Así que un nuevo mensaje de... Grimmy.

Me quedo parado en mi sitio, Javier se sonroja y toma el celular cuando se lo entrego.

-Nosotros...

-No quiero saber.- contesto antes de escuchar explicación alguna.- Pero si vuelves a romperle el
corazón no será algo que pueda perdonarte.

Me mira con una sonrisa y asiente.- Lo sé, pero estamos bien... retomamos lo que sea que
teníamos y estamos tratando de formalizarlo.

-Así que domaste a la fiera.

-Solo le puse un collar...


Reímos y seguimos caminando. Al llegar a nuestro pasillo Javier entra en su habitación y yo sigo
para subir las escaleras y llegar a la de Louis.

Los pasillos son grandes y fríos, estoy solo y las luces son tenues. Es como caminar en una
película de miedo, solo que el terror es solo psicológico. El corazón me late con fuerza cuando
subo las escaleras y mientras recorro el largo camino hasta estar frente a la puerta que estaba
buscando.

Meto la llave en la cerradura y la obscuridad de la habitación me recibe. Ya sé el camino para


llegar a él así que no es problema el encontrar su cama aun cuando mis ojos no se adaptan al
ambiente. Me recuesto a su lado y siento su cuerpo y su calor corporal, mi cuerpo se acopla al
suyo como si estuviéramos amoldados para el otro.

-Buenas noches, Lou.- susurro y cierro los ojos.

Tardo en dormir pero cuando lo hago, sueño con él y con una vida futura.

**

Josh sigue contestando las preguntas del profesor como si las respuestas las tuviera escritas en
alguna parte de su cerebro. Yo sigo tratando de apagar el celular sin que el profesor se dé
cuenta.

Tengo hasta ahora más de siete mensajes y todos son de Louis "estoy aburrido" Tomlinson.

Algunos de mis compañeros están atentos a la clase, otros tratan de no quedarse dormidos. Yo
pienso en muchas cosas pero nada relacionado con historia.

Aprieto un botón y el celular vibra una vez más, ni siquiera puedo mirar si está apagado, el
profesor no deja de mirar a mi dirección cada que puede. Es como si oliera mi miedo.

-Harry ¿Usted que piensa sobre la guerra fría?

¿La guerra fría? ¿Qué es eso? ¿Se golpearon con nieve? ¿Pelearon por helados?

-Yo...yo pienso... yo...

El celular suena, al máximo volumen y la sangre se me va a los pies.

El profesor Gustav viene a mí y puedo sentir su presencia más de lo que quisiera. El hombre es
un ruso amargado de cuarenta años, no soporta tonterías y aparentemente yo soy una de ellas.
Extiende su gran mano en mi dirección y me veo en la tarea de entregar mi celular.

-Bien, veamos que es más importante que la historia del mundo en el que vive, señor Styles
¿Podría por favor desbloquear su aparato?- dice entregándomelo y estoy en automático,
haciendo lo que me pide aunque me perjudique.- Gracias.

Unos cuantos toques en la pantalla, raspa su garganta y empieza a leer mis mensajes. Y
sabiendo cómo es Louis me preparo para una gran vergüenza.

"Estoy aburrido y pienso en ti en clase de literatura. Eres como uno de esos amantes de los
libros, Harry"

"Poder besarte ahora mismo sería como lo mejor que podría pasar"

"Somos como la mejor pareja del planeta ¿No estás de acuerdo? Podrían escribir libros con
nuestra historia"
"¿podrías responder? no es lindo hablar solo"

Y hubiera seguido si el timbre no hubiese soñado. Me entrega el celular y rueda los ojos antes de
alejarse. Tomo mis libros y salgo corriendo del aula. Estoy avergonzado y me he puesto rojo
hasta las orejas.

Un nuevo mensaje llega:

"Te estoy imaginado ahora mismo, recostado en mi cama, con las manos entre tus piernas- eres
un maldito ángel- tal vez te dibujaré en clase de arte"

**

La última hamburguesa se la ha llevado Niall.

La última rebanada de pizza la tomó Liam.

La última pieza de lasagna la tomó Christopher.

Y yo estoy odiando al mundo entero.

Tengo que comer la comida china de aspecto dudoso que sobra en las bandejas ¿Y por que pasa
esto? Pues resulta que la clase de artes salió al pateo y Louis decido pintar SOBRE mí,
literalmente. Usarme como lienzo le dio más calificación por originalidad. A mí me dejó hecho un
payaso y con el uniforme arruinado.

Y tuve que cambiarlo.

Y perdí la hora del almuerzo.

Y ya no hay pizza.

Dejo la charola sobre la mesa con tanta fuerza que el contenido se dispersa alrededor. Pero no
importa porque no pretendía comerlo.

-Parece que hoy no es el día de suerte de alguien...

-Púdrete Louis.

-Oh, vamos... ¿Sigues enojado?

Me abraza por la espalda pero me alejo de su contacto. No puedo siquiera tomar aire para
tranquilizarme. Y no sé siquiera la verdadera razón por la que tengo mal humor. Yo solo tengo un
mal día.

-Vamos, Harry. Mira lo que conseguí para ti.

Frente a mí, sobre la mesa se posa un plato con tres pedazos calientes y humeantes de pizza de
tres quesos y salami, tan grasosa que me quedo satisfecho solo con verlos.

-¿De dónde has sacado esto?- pregunto llevándome una rebanada a la boca.
-Digamos que solo necesite una cosa.

-¿Y cuál fue?

-Ser Louis Tomlinson.

Ruedo los ojos y disfruto de la explosión de sabores en mis papilas. La mirada de todos está
sobre mí, como si tuviera que decir algo.

-Esto es trampa.- escucho decir a Liam.- Nosotros tenemos los pedazos de pizza fríos y Harry
tiene la pizza recién hecha.

-Y todo lo que él quiera, Liam.- dice Louis mientras me abraza por la cintura y su mandíbula
descansa sobre mi hombro.- Si él lo quiere, él lo tiene.

**

-¡Muévanse!-grita Josh desde el frente del edificio, antes de ponerse en movimiento.

Los chicos empiezan a seguirlo formados en una línea, todo con el uniforme térmico y sudando
como animales. Niall sonríe como tonto mientras juega con Javier unas carreras, los dos perdidos
en su fantasía mientras Liam y Zayn tienen una pequeña competencia unos metros adelante.
Christopher camina mientras checa algo en su celular pero se pone en marcha cuando Josh lo
descubre y grita algo en su dirección -pero claro que lo hace de maña gana y rueda los ojos
cuando los chicos a su alrededor sueltan algunas carcajadas-.

-¡Mueve el trasero Harry!- me grita Louis cuando pasa a mi lado y después siento que me arde un
glúteo.

-¿Me diste un azote?- pregunto mientras trato de alcanzarlo.

-Claro que sí, lo tuyo es mío lo mío es tuyo. Puedes golpear el mío si quieres.

Ruedo los ojos y sigo la ruta que ha marcado Josh. Los chicos a mi alrededor están igual de
cansados que yo pero no nos atrevemos a contradecir las ordenes del chico que viene de una
escuela militar y músculos de hierro.

-¡Muévanse niñitas!- vuelve a gritar mi amigo y empezamos a correr hacia el lago.

Después de trece vueltas y algunos ejercicios extra volvemos al instituto y Josh vuelve a ser una
persona simple y deja de dar órdenes. Louis sigue burlándose de mi cuando pasa a mi lado, con
toda la energía que se me han quitado. Llegamos y tomo una botella de agua y voy a mi
habitación por ropa limpia, al llegar no puedo evitar la tentación de tirarme al suelo y disfrutar del
frío que emana del mármol.

No sé cuento tiempo me quedo en el suelo pero vuelvo a la realidad cuando la puerta se abre y
alguien entra, escucho las pisadas hasta llegar a mi cama.

-¿No piensas ir a tomar una ducha?- pregunta Louis.

-No puedo levantarme.

-¿Te cansaste?

-Creo que es obvio.

-Has estado haciendo ejercicio por meses, todos los días por dos horas ¿Y no tienes condición?
-¿Has estado a mi lado por meses y no te has dado cuenta de cuando odio el ejercitarme?

-Ve a bañarte, estaremos en la habitación de Christopher viendo algunas películas.

Abro los ojos cuando escucho que se levanta y me pongo de pie en tiempo record.

-Yo no sé donde es el habitación de Christopher.

-Entonces vamos a las duchas y te llevaré.

Él ya está limpio y tiene puesto un pantalón negro con una camisa blanca con superhéroes de
Marvel, su cabello está despeinado y lleva unos tenis negros raídos. Sus azules ojos brillan y sus
labios están algo mojados porque tiene esa manía de pasar su lengua sobre ellos.

Tomo mis cosas del closet y salimos de la habitación, Louis empieza a tararear una canción que
no conozco pero suena increíble en él. Hacemos el recorrido y entro en la única ducha disponible,
trato de no tardar mucho pero cuando el agua fría pega en mi piel es como si me quitaran una
gran peso de la espalda, me relajo de más y tardo casi media hora para tomar la decisión de
cerrar el grifo.

Cuando salgo Louis tiene mi toalla en su regazo y me sonríe, todavía hay chicos bañándose y no
me gusta el exhibicionismo.

-Vamos Louis, no bromees.

-No lo hago. La quieres, ven por ella.

-Louis...

-Harry...- me imita poniendo una mueca.


-Estúpido, dame esa...- pero no termino la frase porque la lanza y me cae en el rostro, callándome
al momento.

-No tardes, no quiero perderme el inicio de la película.

No me tardo, me seco y me pongo la ropa rápidamente. Cuando salimos solo hay pocos chicos
en los pasillos pero antes de subir Louis hace una parada en la cafetería, tomando dos pizzas
enormes que las cocineras han hecho para nosotros.

-¿Ahora ves lo bueno de ser amigo de Chris? Si, el chico es un maldito pero tiene muchos
beneficios.

-Tiene muchas cualidades...

-Si, es un buena amigo pero él prefiere ser un maldito.

No tardamos en llegar a muestro destino, la habitación de Chris también está en el tercer piso, a
algunas puertas de la de Louis. En la madera no hay un numero tallado, no hay nada, y ni
siquiera es una puerta de cedro normal, es negra y con una perilla plateada. Louis toca dos veces
y escucho a Niall gritar "Yo voy". Segundos después la puerta se abre y parece que me transporté
al maldito palacio de Buckingham.

Tras la puerta las paredes son del un color crema y dorado, hay detalles en los pilares que hacen
que me da miedo entrar, no quiero manchar los muebles blancos, la cama es de color dorada y
puedo ver la suavidad de la tela antes de siquiera sentirla.

El piso de mármol me devuelve el reflejo y hay una pantalla de 62" en una pequeña sala de estar
dentro del jodido dormitorio. Todos mis amigos están sentados en unos sillones que parecen los
de un cine normal.

Louis me toma de la mano y lo sigo medio estupefacto. Mi mente todavía no procesa todo el lujo
que veo.

-Cuando termines de verlo todo cierra la boca, no vayas a dejar baba sobre los sillones.- escucho
decir a Christopher.

Él está frente a una computadora que ocupa una considerable parte de la pared, es como el
capricho de cualquier genio de la tecnología, Zayn se encuentra conectando algunos cables para
la función de cine privada.

Javier habla con Nick por teléfono, está sonriente y parece una colegiala enamorada, al igual que
Niall cuando de a Josh o Josh cuando ve a Niall. Al igual que yo con Louis.

Mi novio se sienta un en uno de los sillones y me jala para caer a su lado, se reclina y una
pequeña plataforma levanta nuestros pies del suelo.

-¡Wow! Esto es genial.

-Si, uno puede acostumbrarse a esta vida.

Unos minutos después Zayn y Chris toman asiento y las luces se apagan. En la pantalla aparece
el título de una película de terror, la primera imagen es una señora tratando de romper una caja
pero no parece salir nada bueno de eso.

Louis me abraza y mi mejilla se aplasta contra su pecho, pedo oler la vainilla que emana de su
camiseta. La película avanza, gritos se escuchan por la habitación, yo brinco cada que el sonido
aumenta y cierro los ojos cuando la tensión en palpable. Louis tiene un pedazo de pizza en la
mano, yo no he podido comer nada para no ahogarme cuando grito. Una niña aparece en
pantalla, con el rostro lleno de sangre y una sonrisa macabra y grito, Louis da un brinco y la salsa
de tomate de la pizza se cae del pan hasta llegar a mi frente.

-¡Mierda!- grita Louis y pasa su lengua sobre mi frente para quitar la salsa.
-¡Louis eres un cerdo!- grito antes de apartarlo de mi, pero su saliva ya está en mi piel.

-Lo siento, tu grito me espantó.

Una risa a lo lejos me hace voltear el rostro, la escena a continuación es igualmente tierra que
perturbadora.

Zayn tiene abrazado a Christopher por la cintura, con sus piernas sobre las suyas. Se besan y
ríen, a mi derecha Niall y Josh hacen casi lo mismo pero mi rubio amigo está más interesado en
la pantalla que en su musculoso y bien parecido novio.

Y Javier tiene medio pedazo de pizza en la boca y no mastica porque no puede dejar de ver la
pantalla y las imágenes grotescas que aparecen en ella.

Cuando la película termina sigue otra y después de esa una más y no nos vamos hasta después
de que la alarma suene.

Nos despedimos de todos y cuando estoy a punto de marcharme por el pasillo Louis me carga
sobre su hombro y me lleva con él hacia su habitación. Ya ni siquiera trato de luchar cuando hace
eso. Siempre termino perdiendo.

Me lleva hasta su cama y me deja en ella con suavidad, se tira a mi lado y me abraza
escondiendo su rostro entre mi hombro y mi cuello. Trato de abrazarlo pero la postura en al que
me encuentro me lo impide.

-¿Lou?

-¿Harry?

-¿Algo está mal?


Siento su aliento sobre mi piel, sus suspiros se alojan en mi oído.

-Es solo que... tú siempre cumples tus promesas y necesito que me hagas una ahora mismo.

Se levanta y toma asiento a mi lado, tengo que hacer la misma acción para poder estar a su
altura. Mis manos son tomadas por las suyas y sus ojos me miran fijamente. No sonríe, está
serio.

-Mira, estamos a dos meses o algo así de decir adiós. Quiero que me prometas algo Harry.

-Bien, ¿De qué se trata?

-Bien... es sobre la suerte. Mira, en el mundo hay millones de personas y solo pocas de ellas
pueden encontrar a una persona que les guste, pocas de ellas pueden encontrar a alguien que
les entienda, pocas de ellas pueden encontrar a alguien con quien tengas gustos en común. Pero
Harry... si tienes suerte, y me refiero a que si eres la persona más suertuda de todo el maldito
universo la persona a la que amas decide amarte a ti. Y Harry, tu y yo nos amamos y tenemos
muchas cosas en común y simplemente vamos a terminar cuando el semestre termine ¿Sabes
por qué? Porque así es esto. Pero tú vas a prometerme algo.

-¿Qué no te dejaré?- digo porque es lo único que se me ocurre. Lo único que parece probable.

-No, no es eso. Vas a prometerme que después de dejarme... después de dejarnos vamos a
volver a vernos algún día.

No respondo, no quiero hacerlo.

Y parece que él tampoco quiere una respuesta.

Nos recostamos en la cama y me abraza por la espalda. Nuestras manos de entrelazan y su


alineto me pega en la nuca.
-Hasta mañana, Lou.

-Hasta siempre, Hazza.

******************************************************

Bien, sé que tardé una eternidad pero como saben cuando tengo exámenes me pierdo de
wattpad. Ya los terminé así que ahora podré escribir cada que tenga inspiración gasta que
empiecen los exámenes finales.

Otra cosa..... Estoy a unos capítulos del final así que empiezo a despedirme de ustedes Jajajaja
:C

Los amo mucho, gracias por tanto <3

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Capítulo XXXIV: "Hola, Harry"

"Hola, Harry"

Terminé los exámenes finales hace aproximadamente tres minutos. Estoy agotado mentalmente,
no puedo siquiera respirar sin sentir que me duele el cerebro. Cierro los ojos y solo veo formulas
químicas y estúpidos poemas ingleses.

El trabajo que presenté junto con Zayn me salvó de reprobar literatura... A él no le sirvió de
mucho: Sacó un diez en el examen... y antes de eso ya tenía un diez en la materia.

El timbre suena y mis compañeros dejan las plumas a un lado, algunos de ellos se ven realmente
estezados, otros caen sobre el escritorio y solo veo que respiran rápidamente. Josh está tratando
de sonreír como de costumbre pero no lo logra. Supongo que es por el hecho de que no estudió
la noche anterior para ayudar a Niall a estudiar -ya que él no podía aprender las formulas de
cálculo que no repasó en todo el semestre-.

Empezamos a salir cando caemos en la cuenta de que es el último timbre, el que marca nuestro
fin de clases. Ahora podemos ir a nuestras habitaciones y llorar de impotencia, o dormir, o
lamentarnos. O podemos ir a la cafetería y comer por los nervios, estar con los amigos, hacer
llamadas, mandar mensajes. Cualquier cosa para olvidarnos del estrés.

Los pasillos se llenan, el ruido se hace presente. Josh y yo hacemos el camino hacia la cafetería
donde deben de estar los demás.

-¿Todo bien?- pregunta sonriente.

-Creo que puedo pasarla con un siete...- respondo mientras me aparto del camino de algunos
chicos que pasan corriendo a mi lado. Pareciera que nos acaban de dar la cura para la flojera
porque parece que todos han recuperado a energía.- ¿Cómo te ha ido a ti?

Parece pensarlo, su ceño se frunce y muerde un poco su labio inferior. Algunas ojeras adornan su
rostro, si piel blanca parece traslucida- porque no salía de su habitación en ningún momento
cuando empezaba a estudiar un tema-.

-Tal vez solo pueda tener un nueve... podría haber hecho algo mejor pero Niall necesitaba ayuda.

Claro que si... solo un maldito nueve, como si yo estuviera de acuerdo con mis calificaciones.
Al llegar a la cafetería vemos a nuestros amigos en una de las mesas más alejadas, hoy es un día
especial, solo queda una semana más en este lugar así que Madame Dur ha hecho que preparen
los mejores platillos, sin importar cuanta grasa contengan. Se han cancelado las clases de
"tortura" con Josh así que más de la mitad de los casi trescientos chicos del instituto están en sus
habitaciones, los demás nos hemos dispersado por los alrededores.

Louis, Zayn y Javier aun no aparecen cuando Josh y yo tomamos asiento. Niall está tratando de
mantener los ojos abiertos mientras toma un pedazo de pizza y lo muerde con dificultad.
Christopher está gritando algo a su celular - la persona del otro lado debe estar ahogándose en
su propio miedo-, tiene el ceño fruncido y hace ademanes para remarcar cada palabra. Liam tiene
una libreta frente a él, pareciera que está repasando algunas cosas en ella pero su rostro es
neutro, no puedo descifrarlo.

Vuelvo a la realidad cuando las puertas de la cafetería se abren y alguien entra gritando. El
sonido entra por mis tímpanos y me hace estremecer. Volteo el rostro y veo entrar a Javier con el
uniforme lleno de tierra, deja un poco de lodo en el mármol. Tras él entra Zayn con el rostro rojo
de coraje y el uniforme igual de sucio, su expresión es incómoda, no puedo verlo por mucho
tiempo.

Y entonces está él. Lleno hasta el cuello con lodo seco y algo que no puedo ver a la distancia. El
cabello se le ha despeinado en todas las direcciones, sus ojos azules resaltan en su rostro,
camina lentamente hacia nosotros, no puedo dejar de mirarlo cuando nuestras miradas se
encuentran. Pero tengo que interrumpir el momento cuando Niall se percata de lo que está
pasando y empieza a reír tan fuerte que me contagia y pronto todos estamos riendo -exceptuando
a Javier y Zayn-.

-¿Qué ha pasado?- pregunta Liam.

-Pues que el experimento de ciencias ha ido mal gracias a Louis.- contesta Javier sentándose y
tratando de quitar el lodo seco de su cara.

-Pensé que Louis no iba con ustedes.- Dice Christopher mientras se aleja de Zayn para no
mancharse el pulcro uniforme.
-No estaba con nosotros. Por eso es que todo ha ido mal.- responde Zayn.

-Se le ocurrió que sería una buena idea agregar medio kilo de bicarbonato y un litro de coca-cola
a la mezcla. Pero claro que no calculó nada y terminó explotando el recipiente.- Nos informa
Javier.

-Es un imbécil.

-Esa no es una linda palabra, Zayn.- dice Louis cuando llega a nuestro lado.- Pídeme perdón.

-¿Qué te pida perdón?- Zayn se levanta de la mesa y va hacia Louis, es un choque de dos
mundos, la furia de Zayn choca contra la alegría de Louis y la tensión va en aumento.- ¡Casi
reprobamos por tu culpa!

-Pero no paso.- contesta giñándole un ojos y sentándose a mi lado.

-Eres un estúpido Louis, ¿Cuándo vas a empezar a madurar?

-¿Esa es tu disculpa?

-Púdrete....

-Disculpa aceptada.

Tengo que alejarme de Louis para que no me ensucie pero claro que a él no le importa eso y me
atrae hacia él en un abrazo que no puedo negarle -no porque no quiera o no me resista, es
porque es más fuerte y no tengo oportunidad contra él-.

-¿Qué pasa? ¿Le tienes miedo a unas pequeñas manchas?


-Louis...

-¿Qué? o me digas que vas a regañarme.... No estoy de ánimos para eso. Acabo de explotar un
experimento ajeno en el patio, ya fue mucha emoción por un día.

Lo veo pero a él parece no importarle en absoluto. Zayn se ha ido y Javier está comiendo junto a
Niall, no parece enojado y entonces caigo en cuenta de que todo está bien.

-Zayn siempre se enoja si saca menos de un ocho en una materia.- escucho decir a Christopher y
me entero de que lo dice para mi, para dejar de pensar.- Estará enojado por hoy pero mañana
estará bien, no te preocupes, si no puede con el coraje ira a buscar a Louis por la noche y le dará
unos cuantos golpes, Louis no dirá nada, solo va a sonreír y después se darán las buenas noches
y serán amigos de nuevo. Ya sabes, son un par de estúpidos.

-Exactamente eso...-escucho a Louis mientras me pasa un braza por el hombro y me atrae hacia
su costado.- Chris siempre sabe cómo reaccionará Zayn así que esta noche no te espantes si
escuchas algún ruido extraño.

****

La nubes pasan lentas, como si el tiempo tuviera que detenerse solo para que ellas puedan hacer
su recorrido sin prisa. Algunos rayos del sol pasan entre ellas y pegan en el pasto, la brisa golpea
mi cuerpo pero no es fría, el invierno se ha ido, ahora tengo que disfrutar de los pocos días
cálidos que Inglaterra nos provee.

Estoy recostado sobre el pecho de Louis, se ha quitado la americana y la camisa del uniforme,
está fumando un cigarrillo y su respiración es lenta. Puedo escuchar los latidos de su corazón en
mi oído.

Nos hemos quitado los zapatos para sentir la brisa y el pasto, para sentirnos libres de ataduras.
Liam ha organizado un partido de futbol, Zayn sigue sin dejarse ver -Christopher asegura que
está durmiendo en su habitación-, Niall y Javier están en una clase extracurricular de arte, Louis
solo está esperando que todos se reúnan para empezar el partido.
Yo disfruto de todo a mi alrededor.

-¿Harry?- escucho que alguien pregunta pero no reconozco la voz.- ¿Harry Styles?

Me siento para ver a la chica frente a mi. Es hermosa aunque con facciones que reconozco, tiene
unos veinte años o más, su cabello rubio con mechas rosas cae sobre sus hombros, tiene ojos
grandes y verdes como los míos, una nariz respingada y labios rosas y carnosos. Tiene puesto un
vestido blanco de flores tejidas, pero sus botas militares crean un golpe al verla.

-¿Sí?-pregunto pero mi voz sale algo rota.

-Oh, Dios mío.

Viene hacia mi y me abraza por los hombros, sus ojos se han llenado de lágrimas y por alguna
razón que desconozco la abrazo para que no llore. Tiene la piel suave y sus manos viajan por mi
espalda, como si estuviera corroborando que soy real.

-Yo...amm....estoy un poco perdido.

La chica me suelta y se limpia las lágrimas que ha dejado caer sobre sus mejillas. Una sonrisa se
posa en sus labios y juro que la he visto en algún lado.

-Lo siento... yo me llamo Gemma.

-Bien... hola, Gemma. Soy Harry peor supongo que eso ya lo sabías.

Ella ríe y sus risa es dulce pero cómica, me provoca reír con ella.

-Si, lo sé. Es solo que... bueno, esto es toda una sorpresa. Y ahora seguramente te estoy
espantando pero lo siento, estoy muy emocionada.
Decido que no es muy caballeroso de mi parte que ella este arrodillada y manchando su vestido
así que me pongo de pie y la ayudo para que imite mi acción. Louis toma lugar a mi lado y tiene la
misma cara de confusión que -imagino- tengo yo.

Liam grita el nombre de Louis a lo lejos, ya están todos reunidos frente al lago para empezar el
partido. Mi chico me mira y ve a Liam, como si decidiera que debe hacer.

-Louis, creo que será mejor que vayas. Creo...yo...creo que tengo que hablar en privado con
Gemma.

Nos mira, sus ojos haciendo un camino repetitivo entre la chica y yo.

-No sé quien es ella, no me gusta eso de dejarte con desconocidos.

Ella lanza una carcajada, literalmente se burla de Louis.

-Oh, no tienes que preocuparte por eso, él y yo somos muy cercanos.

La miro, porque parece que ha perdido la cabeza.

-¿Lo somos?- ella me mira y Dios, hay algo en ella que me atrae como un loco pero no es nada
sexual, es un lazo verdadero.- Pero claro que si, tontín. Ahora vamos, Anne está esperando en el
despacho de Madame Brus.

-Madame Dur...- corrijo.

Me toma de la mano y empieza a caminar, despidiéndose de Louis con una sonrisa.

-¿Ah?
-Que el nombre de ella es Madame Dur...

-No me podría importar menos, Harry.

Dejo que me guíe, los chicos alrededor la miran, sonríen y dicen cosas en su dirección. Ella solo
los ignora rodando los ojos. Llegamos al edificio y atravesamos la puerta, haciendo el camino a la
oficina de Madame Dur.

Unos segundos después ya estamos frente a ella y antes de que Gemma toque a la puerta me da
un abrazo rápido.

-No sabes cuánto tiempo he esperado por esto, Harry.

No dice nada más, abre la puerta y ahí está mi madre. Es raro verla después de casi siete meses.
Su cabello negro a crecido considerablemente, su rostro luce tan joven como su edad, sus ojos
han recuperado el brillo que había perdido hace mucho. Ella es hermosa.

-Harry...- susurra levantándose de su asiento y viniendo a mi.

-Hola, Anne...mamá.

Nos abrazamos y esto es lo que necesito, es esto lo que necesito en días que la tristeza llega
apra quedarse, una que ni siquiera los abrazos de Louis pueden quitar.

Necesitaba a mi madre más de lo que quisiera reconocer.

-Te ves muy bien, Anne.

Nos alejamos y hacerlo me cuesta pero tengo que hacerlo para verla. Su ropa y su estilo es
diferente, ahora sonríe constantemente.

-Me siento bien... como hacía mucho no me sentía.

Bien, eso es bueno. Supongo que ha superado a papá.

-Pero bueno, la razón por la que estoy aquí ahora es algo... delicado. Tu padre quería posponer
esto por tiempo indefinido pero no te lo mereces, vamos a empezar a ser una familia unida y sin
secretos ¿Entendido? Nosotros tres vamos a estar bien.

-¿Nosotros tres?- no sé si quiero escuchar la respuesta- ¿Papá volverá a la casa?

Sus ojos se abren tanto que parece doloroso.- Pero claro que no, él no volverá jamás, no después
de toda la mierda que ha tirado sobre ti. Lo siento mucho, Harry, no te mereces que te haya dado
la espalda meses atrás... eres mi hijo y te amo no importa que.

-¿Entonces?

-Este es el asunto... antes de que conociera a tu padre yo era... pues era una chica que se
divertía en serio. Una noche no medí las consecuencias y... solo tenía dieciocho años Harry, y
una vida por delante pero yo... quedé embarazada.

Okay, no trataré de siquiera tratar de expresar lo que acabo de sentir en el pecho. Aun estoy
atónito.

-¿Embarazada? Siempre pensé que me habías tenido a los veintidós, cuando ya estabas cazada
con papá...

-Y fue así, te tuve a los veintidós... pero a Gemma la tuve a los dieciocho.

Si, sigo vivo y es por milagro. El corazón me está taladrando el pecho. Ahora veo las similitudes,
Gemma y mamá se parecen mucho... y yo me parezco a mamá... y por consiguiente a Gemma.

-Tengo una hermana...

-Era una chica tonta y tenía miedo y la di en adopción, su padre era un estúpido de casi treinta,
no quería problemas legales así que firmó el permiso y dejamos a Gemma con una pareja que
había hecho todo para tener un hijo propio, nunca lo lograron... así que me sentí bien al darles
esa pequeña ilusión.

-Tengo una hermana....

-Ellos me informaron todo sobre su crecimiento, nunca me dejaron a un lado. Le contaron la


verdad a los quince y ella lo tomó my bien... nos conocimos cuando tenía dieciocho. Tenemos
encuentros desde entonces... queríamos incluirte pero tu padre se oponía.

Aun estoy tratando se analizar la información, de procesarla. Esa chica es mi hermana mayor, yo
nunca había tenido una hermana mayor antes... ¿Qué se supone que debo decirle?

-Entonces decidimos que te lo diríamos, Anne esperó a que pudiera viajar de New York para
Londres, entonces lo decidimos sobre la marcha. Espero que no sea un gran shock para ti.- dice
sonriente mientras se acerca a mi y me abraza con tanta naturalidad que parece que siempre
hemos estado juntos.

La abrazo de vuelta, mi cabeza hundiéndose en su cuello, su cabello huele a chicle y fresa, es


realmente delgada pero tiene todo en sl lugar adecuado. La chica es perfecta y es mi hermana y
eso lo hace aún más perfecto.

-¿Qué piensas de esto, Harry?- pregunta mi madre.

-Pues no sé qué decir... ojalá lo hubieras dicho mucho antes, cuando ya sabes... necesitaba
apoyo.
-Lo sé, lo siento pero tu padre... él es un idiota y yo tenía una venda en los ojos.

-Lo sé, Anne. Lo sé.

Gemma se aleja de mi y toma algo de una mochila que se encuentra en el sillón de Madame Dur,
ella no está en la habitación y no había notado eso hasta ahora.

-Te tenemos una sorpresa más.- anuncia Gemma viniendo hacia mí con un paquete sellado.-
Anne y yo nos tomamos la molestia de enviar en tu nombre una solicitud a la "Academia nacional
de las artes y la música de la ciudad de New York".

Me entrega el paquete de color manila, una gran etiqueta con todos mis datos aparece frente a
mi. Me están temblando las manos y empiezo a sudar discretamente, Anne era la única que
sabía, que en verdad conocía esto de mi. Cantar no es algo que se me dé mal, pero escribir las
letras, transmitir sentimientos... es algo que me apasiona.

Tengo que sentarme para abrir el sobre y ver en ella una interminable fila de papeles, en la
primera pagina puedo leer claramente un: "Felicidades, ha sido aceptado en la Universidad....."
Las hojas siguientes muestras horarios de visitas y materias que podré llevar si decido aplicar
completamente para ella.

Algo que ha sido mi sueño desde que recuerdo.

Pero ahora hay dos problemas:

a)Se encuentra en Estados Unidos, en New York para ser exactos

b)Louis Tomlinson estará ya no solo a unas horas de distancia sino a todo un maldito océano.

-Podrás vivir conmigo en la ciudad, ¿Lo imaginas? Sé que no me conoces en absoluto pero Harry
nos llevaremos muy bien, yo te conozco, suena algo muy raro pero sé todo sobre ti así que la
mitad del trabajo está hecho. Ahora solo tienes que conocerme pero no es algo muy complicado,
tengo veinticuatro años, soy diseñadora de modas, trabajo para DKNY, tengo una gran
departamento y amo la pizza ¿Lo ves? Soy fácil de conocer.

-Bueno... yo creo que tengo que pensarlo... es algo... yo... es algo muy apresurado.

-Es lo que siempre has querido, ¿No es así?

-Si...

-Entonces no lo pienses mucho. ¿Es por Louis?

Ya no me sorprende que sepa sobre él, mamá la ha puesto al corriente de todo.

-Tal vez.

-Harry... si quieres esto él va a entenderlo. Y si no es así es porque es un egoísta de mierda. Si


se quieren tanto como dicen pueden superar esto... si amas a alguien déjalo ir.

Estoy confundido. Muchas noticias para un días. Muchas cosas para un días.

-Y hablando de Louis- escucho decir a mi madre mientras toma su bolsa y va hacia la puerta-.
Dijiste que podría conocerlo.

****

El partido ha acabado y todos están sudados y cansados. Gemma se me ha colgado a la espalda


y sigue insistiendo en que soy un caballo blanco con afro y una estatura considerada deformidad
entre los equinos. Es muy fácil encariñarse con ella.

Louis nos ve y se acerca trotando, mi hermana deja de gritar y fija su mirada en mi novio. No la
culpo, Louis es algo así como perfecto. Lo vemos con su cabello suelto y largo, con su pecho
descubierto y sus tatuajes al aire. Creo que los dos estamos concentrados en eso mientras mamá
lo mira como si quisiera tener veinte años menos y lanzársele encima.

Llega a donde nosotros y Gemma vuelve al suelo, mi madre recobra la postura y yo sonrío porque
"Demonios si, ese chico es mio".

-Louis, quiero presentarte a mi madre, Anne Cox.- él saca todos sus encantos y toma la mano de
mi madre depositando un pequeño beso en ella, y dice un "Encantado de conocerla finalmente",
con el que mi madre cae rendida.- Y ella es Gemma... mi hermana.

Se queda mudo y me ve pero recobra la cordura y la saluda como todo un caballero de novela
antigua. Mi familia ríe ante sus actos y algunos que otro comentario que dice para hacerlas perder
los nervios.

Y de repente tengo todo lo que quiero.

Tengo el amor de mi madre.

Tengo a Louis Tomlinson.

Y ahora tengo a una hermana que parece ser la chica más genial en el universo.

"Siempre solía pensar de un modo, un modo en el que lo que quería y mis decisiones estaban
mal. Pero en este momento lo sé. Las personas son solo personas y ese simple hecho -que me
recuerda que todos somos diferentes- es lo que necesitaba para saber: Las personas son solo
personas y a veces cambia nuestra mente".

hz7
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Capítulo XXXV: "Antes de decir adiós"

Capítulo dedicado a:

*larrylovescake

*xxharryxs

*ShaarStylinson23

*-LarryisLove-

*ToriMartinezRubio

*ClaudiaHuento

*Si quieren una dedicación pídanmela aquí, no en otra parte (:

"Antes de decir adiós"

Harry sigue sonriendo mientras él y Gemma se conocen un poco más. A decir verdad los dos se
parecen mucho, tienen los mismos rasgos finos y el carisma de su madre.

Anne es una mujer encantadora pero ahora sé porque actuaba como lo hacía, Harry es algo
como ella, los dos se dejan llevar por lo que los demás quieren de ellos en logar de expresar lo
que ellos quieren. Pero toda su familia es muy noble y encantadora -exceptuando a su padre-.
-¿Y qué harás cuando termine el año, Louis?- la voz de Anne irrumpe en mis pensamientos.

-Oh, pues...yo... regresaré a Doncaster y entrenaré en el equipo de futbol de mi ciudad.

-¿Te gustan los deportes?

-Solo un poco, pero el futbol es mi pasión. Algún día jugaré con los profesionales.

-Claro que si, Louis. Si en verdad lo deseas todo estará a tu favor.

Le sonrío y ella a mí, nuestras miradas regresan a los hermanos sentados en una banca más allá
de la nuestra. Ellos ríen y cuentan anécdotas, como si se conocieran desde siempre. Es bueno
saber que Harry tiene a una persona más que lo apoya.

-Espero que Harry piense igual cuando vaya a New York.- sus palabras entran por mis oídos pero
tardo en procesarlas-. ¿Crees que puedas ayudarme con eso, Louis?- siento las pupilas dilatarse,
un nudo se forma en mi garganta.- ¿Podrías alentar a Harry para que vaya a New York y siga sus
sueños como tu seguirás los tuyos?

La mujer me mira, un deje de esperanza en su mirada. Ella en verdad quiere que Harry vaya tras
sus sueños y yo también lo quiero pero... ¿En New York? Eso está a... muchos kilómetros de
aquí, a un maldito océano de aquí.

-¿Louis? Por favor.

La miro, esa mujer ya ha pasado por mucho y solo quiere lo mejor para su hijo.- Yo... Si, Anne,
haré algo por Harry, hablaré con él.

-Gracias, Louis.
Su sonrisa se ve borrosa, ya no puedo enfocar la vista en ella, todo lo que veo es a Harry. Ese
chico al que he llegado a querer como a nadie, ese que me hiso cambiar todo lo que era. Mi
Harry.

-Es un chico encantador, ¿No es así?

No puedo responder, mi garganta está seca. No quiero dejarlo ir, no quiero separarme de su lado.

Su cabello -ahora más largo- vuela un poco con las ráfagas de viento, sus mejillas sonrosadas
por la risa, su voz al romper el silencio, sus verdes ojos. ¿Cómo alguien puede dejarlo ir? ¿Cómo
podré yo dejarlo ir?

¿Cómo dejas ir a la persona que amas?

-Él me ha dicho mucho sobre ti, no pensé que Harry fuese a encontrar a alguien tan... asombroso,
porque eso es lo que él dice sobre ti. Y tienes que escuchar a Nick hablar de ti, parece que lo has
asombrado a él también. Cuando me enteré de tu pequeño desliz con esa estúpida apuesta...
Nick siempre te defendió, no sé, creo que ayudaste mucho a Harry aunque también lo heriste.

Bajo la cabeza por la vergüenza. No esperaba que ella lo dijera -ni siquiera esperaba que lo
supiera-.

-Yo... lo siento mucho.

Su risa me sorprende, con una mano tapa su boca para comprimir la sonrisa. Esa mujer es muy
parecida a Harry, le dejó muchos de sus gestos y manías.

-Oh, no seas tonto, Louis. No te estoy reprochando por lo que hiciste en el pasado, Harry te
perdonó y es lo único que debe importarte. En realidad te estoy agradeciendo por todo lo que has
hecho por Harry. Siempre pensé que mi hijo tendría una familia muy típica, una esposa y dos
hijos... pero por alguna razón nunca lo imaginé feliz. Pero él es feliz ahora, gracias a ti.
Anne se levanta de su lugar y rodea la pequeña mesa de madera para sentarse a mi lado, es
imposible no ver algo de Harry en ella.

Sus brazos rodean mi cuello y me atraen hacia ella, yo respondo el abrazo.

-Gracias por hacerlo feliz, Louis.

-No hay nada que agradecer, al contrario, él me ha hecho feliz a mí, y lo agradezco.

Cuando nos separamos mis ojos se conectan con los de Harry, verdes y brillantes. Recorro cada
parte de su rostro, casa pequeño detalle. Hasta que llego a sus labios y lo dice.

"Te amo"

Yo también te amo, Harry.

Y te ayudaré a cumplir tus seños... no importa si tienes que alejarte.

***

Cuando Anne y Gemma se fueron Harry estaba tratando de retener las lágrimas. Pero Niall llegó
a salvar el momento, y con él Josh, Liam y Javier, y sorpresivamente Christopher y Zayn.

-Así que Madame Dur ya da por acabado el semestre, los maestros ya solo vendrás
opcionalmente y las materias ya no están siendo evaluadas.- nos comenta Niall con una sonrisa
en el rostro.- Y se nos ocurrió una idea, Javier, Liam y yo hemos estado hablando de esto hace
unos días y ahora que está la oportunidad no podemos rechazarla.

Todos esperamos expectantes hasta que el rubio siga hablando pero ya puedo ver a Christopher
desesperado por saber la noticia.
-¿De qué estás hablando? Escúpelo ya, idiota.

-Pues que todos, -y estoy hablando de los doscientos chicos de está muy respetable institución-
iremos, gracias a Madame Dur, a la playa de Brighton.

Todos festejamos la noticia, Harry aplaude como un loco junto a Javier. Las sonrisas y gritos se
hacen presentes pero es que un viaje a Brighton es especial, la playa me encanta.

-¿Y cuando nos iremos?- pregunta Josh.

-Por la mañana, estaremos un día entero y regresaremos por la madrugada. Madama Dur ha
hecho algunos convenios para que nos dejen acampar en la playa... los permisos ya fueron
enviados solo necesitamos la aprobación de nuestros padres, exceptuando a Harry porque su
madre ya firmó.

-Así que vayan a preparar sus cosas y duerman bien, son nuestros últimos días juntos, chicos...
tenemos que maximizarlos.- dice Niall y da la vuelta para retirarse, Josh siguiéndolo de cerca.

Cuando se pierden de nuestra vista el sol ya está ocultándose así que empezamos a caminar
para entrar al instituto y tal vez comer algo.

-¿Qué pasa con Niall?-pregunta Harry.

-Esta triste, Josh regresará a Georgia y él se irá a Irlanda, solo no quiere separarse de él.

-Oh, eso es... deprimente.- Javier asiente y vuelve la mirada al frente, Harry me mira por una
fracción de segundos, lo he visto pero él no parece darse cuenta.

-Pero existen todas estas cosas, ya sabes...- trato de alentarlo, de que sepa que todo estará bien
si se va.- Los mensajes de texto, las llamadas, Skype... pueden pasar un verano juntos, no sé,
una relación a distancia no es muy extraña... todos lo hacen.

Mis ojos van a donde Harry, tiene el ceño fruncido pero trata de formar una sonrisa.

-Si, pero en la academia no dejan que Josh tenga un celular o una computadora, y ahora
regresará para instrucción en combate... tal vez lo manden a una zona de guerra mínima, como
refuerzo. Es algo muy triste, Josh quiere hacerlo pero Niall tiene miedo por él.

Todos nos quedamos en nuestro lugar, eso es algo delicado, algo que no se había comentado
antes. Javier nos ve pero baja la mirada, sabe que ha dicho demasiado, pero ya no puede
retractarse.

-¿Qué has dicho?- le ánima Liam.- ¿Josh en zona militar?

-Es solo practica... dice que todo estará bien, que no hay peligro alguno.

-Pensé que él no volvería.- escucho a Harry.

-No iba a hacerlo... pero es requerido, le han llamado y no puede negarse.

-Es una mierda muy grande.- escucho decir a Chris y parece que lo dice en serio.

-Si, pero no deben saber que lo he dicho, ellos no querían preocuparlos... por favor.

Asentimos, retoman el camino ahora con más preocupaciones pero yo retengo a Harry. Tomo su
mano y lo atraigo hacia mi, abrazándolo. Mi nariz encuentra su cabello y mi mejilla descansa
sobre su cabeza. Harry me rodea con sus delicados brazos y se pega más a mi.

-¿Pasa algo, Lou?


-Eso quería preguntarte a ti. ¿Hay algo que quieras contarme?

Lo piensa un poco, puedo imaginarme su cerebro procesando todo lo que ha pasado este día.

-Tengo una hermana... y eso es algo realmente sorprendente.

Respiro el aroma que destilan sus rizos, cierro los ojos para evitar gritarle que todo va a estar
bien, que nosotros si podremos comunicarnos siempre, que lo voy a querer siempre.

-¿Algo más?

-No.

¿Por qué no quiere decirlo? ¿Por qué no me tiene esa confianza?

-¿Seguro?

-Si, Lou... ahora vamos a comer, tengo un poco de hambre.

Se separa de mi y emprende el camino, el cielo ya está obscureciéndose y cuando le veo entrar


al instituto algo en mi se enciende, encentra su lugar.

¿Cuántas historias como la nuestra terminan bien?

Sigo caminando pero ahora con una nueva idea en la cabeza.

Tal vez no será ahora, pero lo será algún día. No dejaré ir a Harry, estaremos juntos.

**
Abro los ojos cuando el sol aun no sale, alguien está tocando a la puerta con tanta insistencia que
me retumba en los oídos. Grito que me dejen en paz, el celular marca que son las cinco de la
mañana.

-¡Louis levanta ese enorme trasero y tráelo aquí ahora mismo!- escucho que grita Chris.

Gruño y vuelvo a tirarme sobre el colchón, cubriendo mi rostro con la almohada para amortiguar
los gritos. Pero no cesan, no paran y se vuelven más y más fuertes.

-¡Mierda! ¡No estés jodiendo, Chris!

-Abre la puerta o la voy a tirar de una patada.

Vuelvo a relajarme, pasan unos momentos y el sonido para. Al fin se ha alejado.

Quiero retomar mi sueño, los parpados se cierran solos pero no puedo hacerlo porque ahora el
ruido es mayor y la puerta está siendo pateada, realmente la está pateando.

-¡Pon tu mierda junta y vámonos, Louis!

Tengo que levantarme de la cama torpemente, no puedo ver nada por la oscuridad y aunque
siempre he podido caminar entre mi habitación sin problema hoy me falla la coordinación. Caigo
dos veces antes de legar por fin a la puerta y encender la luz, el brillo me molesta al instante pero
el ruido es lo que me está volviendo loco.

Abro la puerta con rudeza, Chris se encuentra cruzado de brazos y recostado contra la pared. Su
cabello azul brilla como si lo hubiera pintado recientemente. Una sonrisa estúpida cubre su rostro.

-Ya era hora, solo te estamos esperando a ti... perdón por no mandar a Harry, quiero eficiencia no
más retardos. Ahora cámbiate, trae tu maleta y sube al maldito autobús.

Da la vuelta y yo trato de no ir tras él y matarlo ahora que nadie ve. Regreso a la habitación y me
visto con unos pantalones negros, una playera de The Ramones y unos vans negros. Me moldeo
el cabello pero cuando no llego a anda me pongo una gorra negra y tomo mi mochila con todo lo
que necesitaré para nuestro viaje de un día a la playa.

Bajo rápidamente las escaleras y Madame Dur me mira fríamente, como si fuera mi culpa que
nadie me despertara antes -aunque claro que es mi culpa-.

-Buenos días, señor Tomlinson.

-Madame.- digo haciendo una reverencia.

-Tarde.

-El tiempo no existe, Madame.

-Sube al autobús.- gruñe y me entrega una bolsa que contiene el desayuno, entro al autobús. Al
momento todos empiezan a gritarme y abuchearme, como si me importara una mierda haber
dormido más que ellos.

-¡Lento!- escucho a alguien gritar- ¡Siempre al último!, ¡Milagro que despertó el rey!, todos los
insultos más estúpidos que se les ocurre en el momento salen de sus bocas pero yo sigo
buscando a Harry entre la multitud.

-¡Louis!- escucho a Zayn gritar en la parte trasera y voy hacia él, ahí están todos, Niall y Josh
sentados juntos, Javier y Liam compartiendo un libro - aunque aun no hay luz suficiente para leer-
, Zayn y Christopher... Y Harry, sonriéndome perezosamente.

-¿Alguien se quedó dormido?


-Lo siento, mi novio no fue a levantarme.

Beso sus labios y tomo asiento a su lado, él me sonríe y pone sus piernas sobre las mías.

-No fue mi culpa, Christopher insistió en que yo solo te retrasaría más.

-Pues Christopher es molesto pero eficaz, a ti te hubiera acostado a mi lado mientras te abrazaba
y tendríamos problemas.

Un bostezo sale de él y cierra los ojos una sonriendo, trato de dormir yo también pero ya no
puedo, el sueño se ha ido. Saco el bote de café frío y las donas que Madame Dur me ha dado y
desayuno mientras el autobús arranca. Son unas tres horas hasta Brighton, un camino rápido.
Coloco mis audífonos y Black Veil Brides empieza a torturar mis oídos. Cierro los ojos, doy tragos
a mi café y me relajo.

Hoy será un buen día.

Hay que hacer memorias.... antes de decir adiós.

**

Despierto y el sol ya está brillando, Harry sigue recostado sobre mi hombro y trato de no
moverme para no despertarlo. Javier habla por teléfono en voz baja y presiento que Nick se
dejará ver hoy. Liam está dormido y Niall aprovecha la oportunidad para manchar su rostro con el
glaseado de chocolate de su dona. Josh rueda los ojos y sonríe por las travesuras de su pequeño
novio, pero hay algo que me intriga más, en sus manos se encuentran papeles importantes, el
sello de Estados Unidos se encuentra impreso en las hojas. Sus manos tratan de no hacer
presión pero puedo ver sus venas marcarse por la fuerza reprimida.

El celular marca las nueve y treinta, ya estamos entrando a la ciudad. Cuando se dan cuenta del
hecho de que hemos llegado a nuestro destino todos se levantan de sus asientos y empiezan a
hacer ruido. Cincuenta chicos gritando como locos hacen que Harry despierte alterado, que Liam
grite y Niall se burle de su rostro pegajoso, Josh tira sus papeles y Javier trata de calmar a todo el
mundo. Zayn y Christopher sigues dormidos, con los audífonos y la música creando una barrera
para todo el barullo que se ha creado.

Veinte minutos más tarde ya estamos en el muelle, los otros tres autobuses se estacionan en
línea y todos bajamos, algunos con mucha energía, otros entumidos por el viaje. El sol brilla y el
mar suena frente a nosotros, el viento es agradable.

Madame Dur nos llama y da algunas instrucciones, no meternos en problemas es la más


esencial. Nos dispersamos por el puerto y la ciudad, seguimos a Christopher a un restaurante
cercano donde venden todo tipo de comida, desde hamburguesas hasta tacos, todo.

Pedimos nuestras ordenes y esperamos por ellas para ir a dar un paseo por el muelle. Algunas
chicas sonríen en nuestra dirección, algunas de ellas tan hermosas pero a la vez tan suprimidas
por lo que veo en mi chico.

-¿Qué haremos ahora?

Así es como me empieza una discusión estúpida pero divertida, Harry vota por ir a la rueda de la
fortuna, Javier por ir a la feria que hay a una distancia prudente del muelle, Niall quiere ir a la
playa, Josh, Zayn y yo nos quedamos callados mientras Liam habla por teléfono y Christopher
toma la decisión final.

-Por ahora vamos a ir a la feria porque: 1.- Estamos comiendo y no podemos entrar al mar así, y
2.- La rueda de la fortuna es mejor por la noche, no quieres estar atrapado en metal caliente por
veinte minutos ¿No es así, Harry?

Seguimos el camino hasta que llegamos a la feria, algunas personas abren el paso para no
chocar contra nosotros, parecemos niños pequeños corriendo por todas partes. Harry me toma la
mano y corremos juntos tratando de alcanzar a los demás pero nos es imposible correr con la risa
y nuestras manos juntas impidiendo un mejor impulso.

Paramos cuando la risa es incontenible y escuchar el sonido salir de lo más profundo de él me


causa esta clase de nostalgia, es como si el tiempo se congelara a mi alrededor, solo él y yo,
nadie más a nuestro alrededor. El mundo es nuestro, está a nuestros pies.

Cuando deja de reír viene hacia mí y me toma de la nuca, me atrae hacia él y me besa. Sus
brazos abrazando mi nuca y haciendo el momento único. Mis brazos lo toman por la cintura y lo
acerco un poco más a mi, con miedo de lastimarlo.

Sus labios toman los míos como si estuviera sediento y yo fuese el agua que lo ayuda a
sobrevivir. Nos movemos a ritmo lento y por un momento olvido que estamos en un lugar público,
olvido que hay personas que aun no ven este tipo de amor como algo que deba ser aceptado. Por
esos segundos que estamos juntos no me importa nada más que él.

Que aun estamos juntos.

Cuando el beso se rompe Harry tiene las mejillas sonrosadas y estoy seguro que me encuentro
en la misma situación. Sus pulgares van a mis labios y los recorren con suavidad, le veo a los
ojos, esos verdes ojos que me recuerdan a muchos tiempos felices.

-Te amo, Lou.

El susurro solo puedo escucharlo yo, pero con eso es suficiente. Nadie más tiene que saberlo.

-Y yo te amo a ti, Harry Styles.

Entrelazamos nuestros dedos y seguimos el camino, no veo que pasa a mi alrededor, me importa
muy poco que las personas acepten o no lo mío con Harry.

**

Al llegar a donde los demás nos relajamos con los juegos, gano un par de veces pero Harry es
mejor en habilidad -y eso me sorprende un poco-. Comemos nieve y algo de algodón de azúcar,
la verdad todo lo que consumimos se verá como un problema a la hora de tener que dormir.
Zayn y Josh se retan en un torneo de gotcha, Harry y Javier deciden que es una buena idea
intentarlo pero la idea parece mala desde el principio.

Así que ahora son Harry y Josh contra Javier y Zayn.

Las bolas de pintura empiezan a salir de las pistolas, los chicos corren y marcan una estrategia.
Los disparos se vuelven más y más frecuentes. Harry se ve ralamente gracioso con todas las
protecciones sobre él, aunque su cuerpo es ahora un poco más tonificado y su estatura es
aceptable la forma en la que huye es graciosa, corriendo de un lado a otro, tratando de usar a
Josh como escudo.

Diez minutos después solo están compitiendo Zayn y Josh. Javier ha caído por una bala de Harry,
y mi chico por una bala de pintura por parte de Zayn.

-¡Ese juego un muy desesperante!- grita Harry al llegar a mi lado, ya se ha quitado las
protecciones y tiene algo de pintura en el cabello pero sus ojos brillan como u niño en navidad.-
Nunca lo había jugado antes, es genial, Lou.

-Lo sé, tal vez podríamos ir a jugarlo en algún tiempo libre, podremos vernos... solo estaremos a
unas horas de distancia.

Su sonrisa se extingue lentamente, y recuerdo que él no estará a unas horas, estará a un océano
distancia. Bueno, tal vez es hora de escucharlo de sus labios y hacerme a la idea.

-Si... sería genial poder hacerlo.

Su mirada baja y se entretiene con un moretón que está brotando gracias al juego. Pero no dice
nada más.

-¿O tal vez no podremos porque tu estarás lejos?


-No, Londres no está tan lejos de Doncaster.

-Tú no quieres ir a Londres a estudiar, Harry.

-Si, si quiero. Estudiaré en la academia de artes...

-Si, pero no en Inglaterra.

Sus ojos van a los míos rápidamente cuando tomo su mentón y hago que me mire.

-Irás a estudiar a New York como siempre lo has querido, Harry. Sé lo que es tener un sueño que
quieres cumplir. Yo siempre voy a estar contigo, te amo y eso no va a dejar de ser así por tu
decisión de ir a por lo que quieres.

-Pero no vamos a estar juntos, Louis. No sé cuándo podré volver o si es que lo hago algún día.

Sonrío y lo atraigo hacia mi, una de mis manos va a la suya.

-Yo sé que estaremos juntos después de todo esto, el tiempo ahora es solo un obstáculo tonto
que vamos a vencer juntos.

-¿Cómo estás tan seguro de eso, Louis?- pregunta viéndome directamente. Me encanta la forma
en la que trata de confiar en mi, en mis palabras.

-Pues veras, tu siempre cumples tus promesas, Harry. Y me prometiste una familia y dos hijos,
así que no me preocuparé de nada hasta que no me rechaces formalmente.

Sonríe después de lo que parece una eternidad.

-Parece que tengo que ser más cuidadoso con lo que prometo.
-Tal vez deberías serlo.

-Nunca se sabe cuando aceptaré casarme contigo.

-Oh, mi querido Harry, ya lo has hecho.

**

El resto de la tarde la gastamos en juegos y recorrer los alrededores de la playa, vemos algunos
de los shows callejeros que estaban presentando, un monociclista sobre una cuerda tratando de
hacer equilibrio, escuchamos a una niña de unos nueve años tocar el violín como los ángeles,
vimos una reta de baile entre profesionales.

Comimos mariscos en el puerto y vimos la puesta de sol desde lo más alto de la rueda de la
fortuna. Pudimos ver a las personas a nuestros pies, tan pequeñas como nuestras
preocupaciones.

-Más de tres metros desde nosotros hasta el suelo- dijo Harry-. Aun recuerdo que esa es tu regla
para dejar los problemas atrás, para olvidarlos. Más de tres metros de nosotros al suelo...

Cuando la noche se hizo presente volvimos a la playa con cervezas y risas, algunos chicos ya
estaban ahí celebrando y emborrachándose.

Nos sentamos alejados de los demás y Josh encendió una fogata. Ahora Harry está entre mis
brazos y vemos como nuestros amigos juegan en la playa, no puedo imaginarme el frío que
deben sentir por la baja temperatura del agua pero eso no parece importarles, nadan y brincan,
ríen y siguen tomando mientras la noche pasa.

Una chica pasa frente a nosotros y guiña un ojo en mi dirección. Siento a Harry moverse más
hacia mi y la chica sonríe mientras aleja la mirada.
-¡Wow! Aun tengo el toque.

El codo de Harry se incrusta en mi costilla derecha, me hace dar un grito de dolor.

-Calmado ahí, Romeo. No vienes solo.

-Wow... mi chico está celoso.

Puedo sentir como rueda los ojos.- No me interesa quien trate de ligar contigo, ni siquiera me
interesa si quieres ir tras ella y pedirle su número o cualquier mierda que hacías antes.

-Oh... pero Harry, antes no les pedía su número... solo las llevaba a un lugar más intimo.

El codazo en la costilla izquierda no me lo esperaba. Tengo que parar para recuperar el aliento.

-Eres un cerdo sexista.

-Calmado, Martha Stewart.

Siento como trata de alejarse pero lo tomo entre mis brazos y lo aprisiono. No puede alejarse tan
fácilmente.

-Harry, tu eres mi chico. No te pongas celoso de una chica que no significa nada para mi. Tú
tienes mi atención y mucho más que eso, soy tuyo en todos los sentidos. Eres mío y yo soy tuyo,
eso no es algo de lo que debas preocuparte.

Su mano cubre la mía sobre su pecho, sus labios dejan un beso sobre mi brazo.

-¿Recuerdas cuando te enamoraste de mi?


La pregunta me saca el aire de los pulmones. Me quedo en silencio. ¿Debería decirle la verdad
continuar con el recuerdo solo para mi?

Decido que la segunda opción es la más adecuada.

-No recuerdo cómo o cuando, solo recuerdo que un día sostuve tu mano y escuché tu risa y me di
cuenta que tan doloroso iba a ser cuando tuviera que dejarte ir.

Lo dejo ir cuando vuelve a removerse y da la vuelta, su rostro tan seca de mi que es hipnotizante.

Sus manos van a mis mejillas y trepa sobre mi cuerpo para poder besarme, su lengua tratando de
entrar en mi boca y yo otorgándole permiso. Mis brazos van a sus caderas y caemos sobre la
arena fría.

Nos besamos con tanta urgencia que escucho nuestros gemidos al tratar de tener más del otro.
Lo abrazo y él me besa, me corresponde a su manera.

Cando el beso se rompe se recuesta sobre mi pecho y cierro los ojos, tratando de calmar a mi
corazón antes de que se salga de mi pecho.

-Louis...

-¿Si, Harry?

-Una parte de mi siempre esperará por tu regreso.

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Capítulo XXXVI:"A la distancia"

Capítulo dedicado a:

*nataliapinedalargo

*StylesYouSwag29

*soyNiallHoran

*Ichers

*LsZmShipp

*namyli

*Girl-Almighty-

*AdrianaHernandez2010

*wxldestdreamss

*BeWonder

*Caamu116

*DannyBeHere

*H4RRYTOLITO
*larryftni4ll

*Alf_larry

*LarryftMuke

*Larryforever_16

*LOUIS_RELIGION

*jessyksandherr

*MarieBeky12

*LarryBiebsMahone

*FredoGodofredoLS

*cutegaycouple

*IngridPatricioE

*DoriiMtz

*OmarMalave

*glovziam
*BurroPiola

*_Vanessa_Torres_

*ocealoux

*AndyPlz

Y a todas esas personas que se dieron el tiempo de leer mi novela. Los amo :*

"A la distancia"

-¿Mi regreso?- preguntó Louis mientras me abrazaba con fuerza.

¿Cómo puedes afrontar la perdida de alguien a quien amas? Alguien a quien en realidad amas.
No puedo quedarme, y lo sé. Tengo que seguir mi camino, el que había decidido desde que supe
que la música y el arte era mi pasión.

Él estará bien, siempre lo está. Entrenará y será el mejor jugador que alguna vez ha existido en
Doncaster. Y entonces un día nos encontraremos y todo estará bien. Porque si somos el uno para
el otro la vida va a juntarnos, porque el mundo es redondo y si caminamos en direcciones
distintas algún día nuestros caminos se juntaran nuevamente. No me preocupa, solo quiero que él
lo entienda.

Todo está bien, y seguirá así por los próximos mil años -o lo que tome para volver a vernos-.

-Si, cuando regreses a ocupar el lugar que te corresponde.

-¿Y ese lugar sería?


-A mi lado, por supuesto.

Veo una sonrisa formarse lentamente en su rostro, sus ojos azules de miran directamente. La
brisa ha hecho con nuestras cabelleras un desastre, él parece un niño travieso, con miles de
promesas y travesuras corriendo en su imaginación.

-Hay muchas cosas que quisiera decirte...

-Y no lo harás, porque no pienso escucharte ahora. Solo quiero sentirte, Louis, saber que estas
aquí.

Su rostro se esconde en cuello, su aliento haciendo estragos en mi piel.

-Nunca fue mi plan enamorarme de ti.

Sonrío. Para ser sincero no puedo hacer otra cosa, no quiero.

-Yo tampoco había previsto enamorarme este año.

-Enamorarme de ti fue la forma más dolorosa de autodestrucción. ¿Qué haré yo cuando te


vayas? En unos días no seremos más que un lindo recuerdo y miles de mensajes de texto.

Mi respiración se atora en mi pecho, el nudo en mi garganta me impide hablar. Cierro los ojos y
me concentro en el sonido del mar a nuestros pies, en la brisa que acaricia mis mejillas con
calma. El ruido a mi alrededor se desaparece. Estoy en calma.

-Fue un buen año.- le escucho murmurar y entonces se aleja, su calor ahora es solo una mancha
fría sobre mi piel. Abro los ojos en busca de su cuerpo pero él no está aquí. Su ropa esparcida
por la arena, y lo encuentro en la orilla, con el agua helada pegando sobre sus pies.-
¡Definitivamente fue un buen año, Harry!- grita y acto seguido corre hacia el mar, donde mis
amigos esperan y aplauden su acción.

"No me enamoré de Louis Tomlinson por que fuese el chic más guapo sobre la tierra, ni por sus
constantes muestras de afecto. No me enamoré porque era lo que debía hacer para perder el
tiempo mientras estaba en el instituto y mucho menos porque yo lo hubiera deseado de ese
modo. Me enamoré de él por su esencia, por su sonrisa. Porque se es fiel a sí mismo."

Me siento y tengo que hacer un esfuerzo para verlos en la oscuridad. Escucho las olas al romper
en la orilla, el sonido del viento insistente. A mis compañeros en el agua o alrededor de las
fogatas. Siento emociones grandes, siento todo y nada.

Es como estar en la cima de una montaña, sabiendo que una vez que he llegado al borde solo me
queda el descenso.

Me levanto y me quito la ropa hasta quedar solo en mis boxers negros. Camino con cuidado hasta
la orilla, antes de tocar el agua pero una vez que mi temperatura corporal se adapta a mi
alrededor no hago otra cosa que correr, corro hacia el mar, corro contra las olas que quieren
impedirme el paso. Y cuando llego a donde las persona más importantes que he conocido este
año empiezo a reír, como un loco, y todos ríen conmigo.

En ocasiones eso es todo lo que se necesita, reírse como un maldito psicópata para sacar las
preocupaciones de nuestros sistemas.

-¿Seguiremos viéndonos?- escucho a Niall preguntar.

¿Quieres una respuesta sincera?- contesta Christopher.- Porque la respuesta es un muy probable
no. Tu iras a Irlanda, Josh a Estados Unidos, Zayn regresará a Londres, Javier se irá... al igual
que Louis y Harry. Y no puedo decir que yo estaré aquí para todo ustedes. Siendo realista puede
que olvide todo esto en unos años, tal vez ustedes me olviden a mi pero está bien, de eso va la
vida, ¿No es cierto? Un día estás, el otro eres solo un recuerdo... o no ere siquiera eso. Pero no
hay que sentirnos mal, fue una buena experiencia mientras duró.

-Lo fue...- concuerda Javier.


-Fue memorable... tal vez algún día nos encontremos por ahí y nos tomaremos una copa mientras
recordamos este día- dice Josh- o tal vez ya no estaremos aquí... todo puede pasar. Pero maldita
sea, que los recordaré, a todos.

Seguimos platicando de cosas sin sentido, de recuerdos de los primeros meses. Contamos
anécdotas de antes de conocernos pero todo tenemos ese nudo en la garganta que nos delata.
Es difícil decir adiós cuando te has acostumbrado a la presencia constante de una persona, pero
alejarme de estas siete personas va a ser un golpe muy duro.

Media hora después, cuando empezamos a dudar de la hipotermia salimos y nos calentamos
alrededor de nuestra fogata. Nos vestimos y al final, cuando todos estamos lo suficientemente
calmados para dormir Louis viene a mi lado y dormimos abrazados, viendo a las estrellas y
pidiendo un poco más de tiempo.

-Buenas noches, Harry.

-Buenas noches, Louis.

"Si me preguntaran diría que este ha sido uno de los mejores días de toda mi vida. Pero podría
mentir solo para retener el momento para mí, como un tesoro.

Nadie tiene que saber sobre el momento exacto en el que la mano de Louis tocó mi piel bajo mi
playera y como mis terminaciones nerviosas bailaron una danza alocada. No tienen que saber de
cómo su respiración golpeaba mi nuca y el calor de sus brazos me daba refugio.

No tienen que saber nada. Así que no, este día no existe para nadie, olvídalo. Es solo mío. Es mi
recuerdo. El recuerdo de cómo nos amamos con solo un toque, con solo una mirada."

____________

Me despierto con un dolor de cabeza impresionante. El sol me pega directo en el rostro y la arena
se ha metido en mi cabello como si fuera parte de él. Me muevo con dificultad, Louis está
abrazado a mí y el calor es insoportable.

A lo lejos escucho como Madame Dur empieza a levantar a los chicos, es hora de irnos, de volver
a nuestros últimos días, aunque ya no queda nada más que esperar que llegue el viernes y
decirle adiós a todo. Tengo que mover a Louis con fuerza para que despierte y podamos irnos,
pero tiene el sueño pesado, no se inquieta ante mis movimientos.

Ruedo los ojos y trato de salir de su agarre, el calor se está haciendo presente pero es agradable,
nunca hace demasiado calor. Doy una vuelta hasta que sus brazos se resbalan de mi cuerpo y
quedo libre.

-Buenos días, Harry.- saluda Madame Dur.

-Buenos días, Madame.- respondo con la mejor sonrisa que puedo fingir por la mañana. No
quiero acercarme a ella, mi aliento matutino es horrible y parezco un vagabundo arenoso a
comparación con ella, que porta su ropa en excelentes condiciones. Y ni siquiera hablaré de mi
cabello.

-¿Tuviste un buen día de descanso?

Me rasco la nuca y evito su mirada. En todo el semestre solo hablé con ella en condiciones no
muy favorables como cuando nos encontró a mí y a Louis rompiendo las reglas o cuando mi pare
fue al instituto a reclamar por mí.

-Fue una buena idea, me ayudo a despejarme. Gracias.

-No ha sido nada, la verdad es que ya no hay nada para ustedes en el instituto, en unos días
volverás a tu vida, de la que nunca quisiste separarte.

"Pero ahora todo es diferente, Madame" pienso pero solo sonrío hacia ella mientras me da la
espalda y despierta a mis amigos. Javier, Liam y Zayn despiertan rápidamente al escuchar su
voz, Niall casi da un brinco y se lleva la mano al pecho, Louis tarda un poco más en acatar la
orden de despertar y cuando Madame llega a donde Chris puedo ver todo el amor que profesa
hacia su sobrino. Lo mese con cuidado para que despierte y cuando Chris abre los ojos ella
sonríe a su dirección y él le regresa el gesto y no es falso, está sonriendo de verdad.

Y después caigo en cuenta de que Josh no está con nosotros, que ha desaparecido.

Niall llega a mi lado mientras Liam y Javier recogen las cosas para marcharnos. Los ojos azules
de Niall están llorosos y un poco rojos por el sueño.

-Buenos días, Harry.

-Niall.- respondo con un asentimiento-. ¿Dónde está Josh?

Él me mira y sonríe.- Pues seguramente fue a correr por la playa, todas las mañanas hace una
rutina en su habitación, siempre despierta a las cinco y hace ejercicio.

Asiento y aparto la mirada de él. Es un chico encantador y tiene una actitud que vale oro. Niall ha
hecho de este año uno muy especial, no creo poder olvidarme de él nunca. Los buenos amigos
son pocos, y él encabeza la lista.

-¿Van a ayudar o solo se quedarán ahí parados?- dice Liam y nos ponemos en marcha.

Diez minutos después un sonriente Josh llega con nosotros y nos entrega una bolsa de plástico
llena de donas recién hechas -y chicles de menta para el camino-. Todos tomamos una
rápidamente.

-Hay una panadería excelente como a medio kilometro de aquí, tenía que traerles el desayuno.

Mientras comemos Madame Dur hace un llamado y recogemos nuestras cosas, después de
escuchar nuestros nombres entramos al autobús y nos dejamos caer en los asientos. Aun
tenemos arena en el cabello y en todo lo que puedo pensar es en una ducha.
Louis llega a mi lado y toma asiento, tiene un poco de chocolate en la comisura de la boca y me
acerco a él para quitarla con mis dedos pero él me detiene en el acto.

-Si vas a hacerlo hazlo bien.

Me toma de la nuca y me atrae hacia su rostro. Veo su sonrisa mientras quito el chocolate con
mis labios y dejo un beso rápido sobre ellos.

-Si, así está mejor.

-Eres un bastardo.

-Lo sé, Harry, pero tu amas a este bastardo y mientras sea así no importa.

Vuelvo a mi lugar pero recuesto mi cabeza en su pecho, él pasa un brazo por mi hombro y nos
quedamos en la misma posición por lo que resta del viaje. No decimos nada, Louis se queda
dormido rápidamente y yo escucho música para evitar todo el ruido de los chicos al hablar.

****

-¿Quieren ver una película?-pregunta Christopher cuando bajamos del autobús.

-Sí, está bien- responde alguien pero yo ya estoy adentrándome al instituto. Necesito cargar mi
celular y una ducha urgente.

Subo las escaleras corriendo y al llegar a mi habitación tomo ropa y vuelvo al primer piso, las
duchas están casi vacías así que entro en una de ellas y abro el grifo para que el agua me quite
la arena que se ha pegado a mi cuerpo. Mi cabello está duro y la cabeza empieza a picarme. Me
quedo bajo el agua para que la arena caiga y después de un tiempo empiezo a enjabonar mi
cuerpo, tallando sobre la piel con la esponja y arremetiendo contra mi cabello con las manos
llenas de shampoo.
No sé cuento tiempo pasa o cuantas veces me llené de jabón el cuerpo pero cuando salgo me
siento como una nueva persona, ahora me siento limpio y salgo vestido y sonriente.

Al salir busco a Louis entre los chicos que hacen fila para las duchas pero al no encontrarlo voy a
la cafetería, y ahí están todos, sorprendentemente bañados y vestidos.

-Al fin saliste, Harry. Pensábamos que te quedarías ahí todo el día.

-¿Disculpa?

-Has estado en el baño durante casi dos horas, rulitos.- me informa Louis y lo veo palmear el
asiento a su lado, me pongo en marcha y al llegar a donde él me abraza por los hombros.- Nos
hemos bañado y secado y cambiado y tu seguías ahí dentro. Pero te entiendo, si yo tuviera ese
cabello también tardaría una eternidad en sacar la arena de él.

Su mano va a mi cabello aun mojado, lo masajea mientras los demás nos miran como a dos
fenómenos de feria.

-Esto es encantador pero si no les molesta prefiero ir a ver una buena película en los maravillosos
sillones de la habitación de Christopher.- escucho a Josh decir.

Nos levantamos y emprendemos el camino hasta el tercer piso, esquivando a los chicos que
juegan en los pasillos y a aquellos que estás sentados en el suelo. Ya no hay nada más que
hacer, y es un poco deprimente.

Nos detenemos frente a mi habitación para que pueda tomar mi celular y seguimos el camino
hasta que Chris abre la puerta y nos dispersamos en el cuarto. Ya está empezando a guardar sus
cosas en cajas y las paredes se encuentran vacías.

Nos sentamos frente al televisor y empieza una película de acción. Mi celular vibra y un número
desconocido se ve en la pantalla.
"Hola, Harry. Soy Gemma, pensé que te gustaría tener mi número para poder hablar antes de que
vengas a NY"

Para: Gemma

"Hola, quería agradecerte por haber enviado la solicitud pero no tuve la oportunidad"

De: Gemma

"No te preocupes, H. Espero verte pronto"

Louis toma mi celular y lo aleja de mi, cuando voy a decir algo lo veo a los ojos y él ya me está
mirando.

-Tendrás mucho tiempo para hablar con ella cuando te vayas, por ahora estás conmigo.

Mi pecho sube y baja violentamente, no puedo apartar los ojos de él.

Me levanto del sillón y lo tomo de la mano, los demás no dicen nada cuando salimos de la
habitación y recorremos el pasillo hasta llegar a la suya.

Una vez adentro nos tiramos en la cama y tomo su mano con la mía.

-¿Hay algo más que debamos decir antes de separarnos?- pregunta Louis.

-Creo que ya lo hemos dicho todo.

-Bien.
-Bien.

Nos quedamos en silencio por segundos hasta que el cuerpo de Louis termina sobre el mío en un
movimiento que ni siquiera pude procesar.

-¿Crees que puedas enamorarte de otra persona mientras estés lejos?

-¿Qué clase de pregunta es esa?

-La clase de pregunta que exige una respuesta de la otra persona.

Su ceño está fruncido y sus labios es una fina línea.

-No creo que pase, Louis. Yo te quiero a ti.

-Si, si... lo sé, pero ¿Sabes? Si cometes un error mientras estemos lejos solo espero que me lo
digas.

-¿Qué? ¿Me estas pidiendo que te diga si estoy con otra persona?

-Serán cuatro años, Harry... o puede que toda una vida si decides quedarte allá.

-Eres un imbécil.

Reúno toda la fuerza que necesito para mover su cuerpo y me siento en la cama un poco
molesto.

-Lo siento, no me mal interpretes...


-Estas pensando en que te engañaré y ni siquiera me he ido aun.

Siento su mano en mi hombro, sus dedos clavarse con suavidad en mi camisa. Su calor traspasa
la prenda y termina reconfortándome.

-No, es solo que yo no quiero ser un estorbo para ti. ¿No es mejor que vayas a tu nueva vida
libre?

El aliento se me atora en la garganta, abro y cierro la boca sin nada que decir, el corazón corre
una dolorosa carrera dentro de mi pecho. Parpadeo para que el mareo repentino que siento se
aleje.

-¿Quieres terminar conmigo?

-No, no Harry no es eso... yo te amo.- Contesta mientras me abraza por la espalda, sus piernas
me abrazan la cadera. Siento su nariz en mi cuello, su respiración haciendo estragos en mis
sentidos. Deja una serie de besos en mi piel, puedo sentir el momento exacto en el que sus
pestañas rozan el hueco de mi clavícula.

-Entonces deja de decir tantas estupideces.

Volteo el rostro para mirarlo y antes de que pueda hacer algo toma mi boca y empieza un beso
lento, nos movemos en sincronía, como si supiéramos que es lo que el otro hará en el momento.
Giro el cuerpo para abrazarlo y termino sobre él en la cama, Louis tiene los ojos cerrados
mientras me besa y yo los cierro después de ver que tan hermoso es mi chico.

Seguimos besándonos hasta que el calor empieza a ser insoportable, estoy cansado y tengo
sueño por todo el viaje pero nada podría impedirme estar con él ahora.

Mis manos bajan hasta su cadera y acaricio la piel bajo su camisa, su abdomen sube y baja por
las contracciones de mi toque, subo hasta que siento su pecho y su corazón golpeando contra él.
Nos separamos lo suficiente para retirar la prenda y veo sus ojos azules convertidos en una
tormenta. Esta tan excitado como yo, sus labios rojos y mejillas sonrosadas. Sus manos vuelan a
mi cabello y me atrae a él para seguir besándonos. Mis manos se dan a la tarea de recorrer cada
centímetro de su piel, cada parte de él.

Aparto mi boca de la suya para escucharlo decir mi nombre mientras bajo repartiendo besos
fugaces por su mandíbula y cuello, hasta llegar a sus clavículas y su pecho. Lo veo retorcerse
bajo mi toque, escucho sus gemidos. Sus piernas se abren para mi, mi mano recorre su cerradura
en busca de la liberación. Tenemos que parar un momento -entre risas- para despojarnos de la
ropa que aun llevamos puerta y dejar nuestros cuerpos al descubierto, frente al otro, sin
ocultarnos nada.

Unos meses atrás me hubiera escondido bajo las sabanas o ni siquiera estaría aquí, pero cuando
amas a una persona realmente no te da miedo mostrarte ante ella, en ningún sentido.

-¿Harry?- escucho decir mi nombre entre sus labios y le miro, su rostro es mucho más joven de lo
que debería ser. Puedo ver un deje de inocencia que no muestra hacia nadie.- Te amo.

-Y yo te amo a ti, Louis.

Lo beso con fuerza mientras él toma mi cabello y me abraza por la nuca, atrayéndome a él. Mi
mano baja por su piel hasta llegar a su entrepierna y lo tomo con delicadeza, acariciándolo
lentamente, no siento la lujuria que algunas personas sienten cuando se encuentran en la misma
situación, yo siento como quiero amarlo, como quiero tocarlo para que sepa que lo seguiré
amando por la mañana y cuando me vaya, que él será el único en quien voy a pensar. Lo tomo
para demostrarle cuanto lo amo, sin palabras.

Lo escucho gemir mientras eso su cuello y sigo acariciando su miembro, con cuidado y
lentamente. Sus uñas se encajan en mi piel y su respiración se acelera cuando mis movimientos
empiezan a ser rápidos, el pre-semen me ayuda a estimular mis movimientos. Gime y se
convulsiona bajo mi cuerpo y sus caderas se restriegan en mi miembro, estimulándolo al tiempo
que gime mi nombre en voz baja.

-Harry....- escucho susurrar- Harry, por favor...


-¿Qué quieres, Lou? Dímelo.

-Quiero que me tomes, ahora mismo.

Sus gemidos se convierten en demandas, con su voz firme y gruesa, se ha transformado ante mis
ojos de la inocencia al chico divertido y juguetón que amo.

Su mano viaja a mi miembro y mientras él me acaricia yo tomo el valor de hacer algo que nunca
he hecho. Sus piernas me acorralan contra su ingle. Mi mano viaja hasta su hendidura y empiezo
a estimularlo con mis dedos. Los dos estamos tan receptivos y excitados que no me toma mucho
tiempo cegarme ante la imagen de su rostro sonrosado y su sumisión. Me mira mientras tomo
lugar y entro en él lentamente, sus ojos se cierran y sus labio se abren pero nada sale de ellos.

-Louis... estás...muy...apretado.- digo con dificultad mientras tomo sus caderas para ayudarme a
entrar completamente en él.- Muy...caliente...

Gruño y gimo mientras lo siento moverse, creando fricción. Sus piernas me obligan a moverme,
cerrándose entre mi cuerpo para empujarme hacia adelante y atrás. Mis brazos van a ambos
lados de su cabeza y quedamos frente a frente, mientras aumento mis movimientos.

-Lo haces muy bien...- me dice mientras me besa la punta de la nariz-. Es como si ya lo hubieras
hecho antes.

-Aprendo rápido...

-Tuviste el mejor maestro.

Cierra los ojos y gime cuando doy una estocada entro de él, alejándome y entrando tan rápido
que casi puedo sentir sus ojos dar la vuelta.

-Si... claro que si.


En un movimiento rápido lo tomo entre mis brazos y lo acuno en mi pecho, entrando en él tan
rápido que siento el orgasmo aferrarse en mi estómago, dispuesto a liberarse en cualquier
momento. Sus manos me toman del cabello y lo estiran para llevar sus labios a los míos, sus
piernas se aferran a mi espalda casi dolorosamente, su espalda se arquea mientras en una
inesperada sincronía los dos llegamos al mismo tiempo y gritamos el nombre del otro.

Es una sensación desgarradora y fuerte, tanto que la cabeza me da vueltas por un tiempo hasta
que dejo de sentir las convulsiones del orgasmo. Nos separamos solo para abrasarnos y
meternos bajo las sabanas. Por la ventana ya se puede ver a luna adornar el cielo nocturno. Louis
se paga a mí y lo abrazo por la cintura, respirando el olor de su cabello. Nuestras piernas están
entrelazadas y es difícil descifrar cual es que cada quien.

"¿Es natural amar con tanta intensidad? Enamorarte de alguien tan desgarradoramente, en tan
poco tiempo. Es simplemente algo aterrador pero ¿No es eso en los que se va la vida? Algo tan
atemorizante como la misma muerte; el amor.

¿Por qué no aceptar tu destino y morir enamorado?

Podrían dispararme ahora mismo y yo sería feliz con la idea de la total ignorancia a lo que hay
mas allá... porque tuve lo mejor aquí.

Porque no dejé que el miedo me venciera.

¿Es natural amar con tanta intensidad?

No sabrás las respuesta hasta que llegue tu día. Así que disfruta tu muerte en la tierra. La
ignorancia del amor eterno. Solo cierra los ojos.

Y ama."

______________
Al despertar por la mañana sabíamos que el día había llegado. Louis y yo despertamos y nos
besamos sin importar que tan mas nos viéramos. Nos abrazamos por horas hasta que nuestros
estómagos pidieron comida.

Desayunamos entre risas y sonrisas; extrañaría estos días, a todos ellos.

Hicimos bromas estúpidas e iniciamos una pelea de comida fuera de la cafetería, el instituto
quedó cubierto por cientos de colores y olores distintos. Madame Dur se unió a la lucha.

Corrimos y gritamos, sonreímos y besamos. Después de la ducha salimos al patio, los


automóviles empezaban a llegar por las pertenencias de los chicos.

La nostalgia empezó a hacerse presente.

-Así que esto es todo...- dijo Josh mientras abrazaba a Niall y a Javier por los hombros.

-Fue un buen año.

Todos nos quedamos en silencio, esperando que alguien más hablara. Pero el silencio era
cómodo, no necesitamos decir nada. Solo nos quedamos en silencio y vimos como llegaban los
automóviles.

Ahora Josh y Niall están acostados bajo uno de los arboles frente al lago. Javier habla con Nick y
sonríe. Liam tiene una videollamada con Danielle donde le muestra cómo está arreglando el
departamento donde vivirán juntos. Christopher se encuentra gritando algunas cosas a unos
chicos de la mudanza, Zayn se fuma un cigarrillo mientras lo ve a la distancia, rodando los ojos de
vez en cuando.

Louis está arreglando algunas cosas en la oficina, pero aun puedo sentir su calor a mi lado.

Y en este preciso instante siento que todo está bien, que todo está yendo de acuerdo a un plan
mayor. Algo que no puedo evitar pero sé que no es ni por mucho el final, es una sensación que
me reconforta.

Tal vez es el destino diciéndome que no me preocupe. Que no acabará así.

Mientras veo a mis amigos por última vez y veo como el atardecer cae sobre nosotros sé que
todo estará bien.

A lo lejos, en la puerta del instituto veo la sombra de Louis acercarse. Por ahora es solo un punto
en la lejanía pero a medida que se hace más grande veo el plan que se ha creado sin darme
cuenta.

No importa la distancia, ni los obstáculos. Al final del día, él siempre regresará a mí.

FIN.

=================

NOTA FINAL.

Bien, solo quería agradecerles a tod@s los que leyeron mi historia, a quienes me dijeron sus
opiniones y quines me alentaron para seguirla cuando me estaba aburriendo de ella.

También quiero decirles que NO HAY EPÍLOGO.

El final que escribí estaba planeado así desde el principio. No hay nada más que eso, lo demás
pueden rellenarlo ustedes a su gusto.

Si me decepcionó que a muy pocas personas les hubiese agradado el final, supongo que no
entendieron bien que era lo que queria transmitir.
Como sea, solo quería agradecerles el estar conmigo mientras escribía, por esperar cuando no
tenía inspiración para seguir, por mis cambios violentos en la escritura jaja (:

Este no es mi fin en wattpad. Ya no me será posible seguir escribiendo tan seguido como antes,
"Sé que había dicho que me iba pero no puedo, me gusta mucho escribir y compartir con
ustedes" :)

All the love.-Samantha

=================

Cuatro años después

Las calles están totalmente abarrotadas, los autos suenan sus bocinas con desesperación, las
personas en las calles corren de un lado a otro.

Aun tengo tiempo de admirar la ciudad antes de volver a New York así que me encamino a una
cafetería que ya ve visitado antes, hace unos años, cuando estaba en el instituto. Frente a ella se
encuentra el St. James Park, ahora congelado gracias al frío de diciembre y lleno de pequeños
copos de nieve.

Entro al establecimiento, ahora un poco más grande -muchas coas han cambiado desde que me
fui, y muchas más cambiaran cuando regrese-, una chica de cabello rubio y ojos un poco rojos
por el sueño se acerca a mi y toma mi pedido.

-Un café de vainilla, por favor y una dona de chocolate.

Ella asiente y da la vuelta, por inercia empiezo a inspeccionar el lugar, una costumbre que tome
de mi vida en New York, algo que tienes que hacer para no perder ningún detalle. Las paredes
color beige y con pequeños detalles en madera hacen el ambiente un poco hogareño, las mesas
de roble y las sillas confortables te hacen sentir relajado, el local huele a café, vainilla y azúcar,
los techos parecen llenos de pequeñas estrellas que brillan cuando los automóviles alumbran con
sus tenues luces.

No puedo evitar pensar en Louis, hacía mucho tiempo que no pensaba en él. Han pasado cuatro
años desde la última vez que lo vi, dos desde la última vez que hablamos. Seis meses desde que
decidí olvidarme de él.

Claro que no he podido dejarlo atrás como yo esperaba, él ahora es un jugador importante de
Doncaster y aparece en cada canal de deportes en América y Reino Unido. Y aunque yo no sea
una fanático del deporte mis compañeros de la universidad eran muy diferentes... nunca dije que
lo conocía, nunca dije que estaba enamorado de él, que lo extrañaba cada día que pasaba. Nuca
mencioné a Louis Tomlinson y la forma en que me hacía sentir el chico más especial que alguna
vez piso la tierra.

Ahora estoy por acabar la universidad, ya tengo algunas ofertas de trabajo con disqueras
profesionales y gracias al trabajo de Gemma he conocido a algunos cantantes que necesitan
nuevos compositores, pero sé que algo falta. Tengo un hueco justo en el pecho, a un lado de mi
corazón, una necesidad constante de afecto. El amor que no recibo de la persona indicada desde
hace años. Intenté tener una relación, intenté volver a amar a alguien como a Louis, para
arrancarlo de mi memoria y convertirlo en un recuerdo lindo pero indoloro, pero no pude, no
encontré nunca a alguien que me ayudara a combatir el sentimiento, nunca nadie fue lo
suficientemente fuerte para arrebatarlo de mi.

Él hizo lo mismo, las noticias no dejaban de seguirlo después de firmar su contrato por miles de
libras y entonces apareció una noche, después de una fiesta en un club privado tomado de la
mano de un hermoso chico de cabello rubio ondulado y cuerpo de atleta, ese día sentí que era
momento de avanzar pero ¿Alguna vez han experimentado lo que es ver al amor de tu vida tomar
la mano de alguien más, como sosteniendo su mundo? Mis calificaciones bajaron, mis amigos se
preocuparon y yo no sentía nada, nada más que la culpa por haberme ido, por alejarme de él.

Todavía recordaba el último mensaje que envió, era una tarde soleada de verano y el sol
golpeaba con toda su fuerza sobre las calles, yo tenía algo de prisa. Junto con mi amigo Brandon
llegábamos tarde a una conferencia obligatoria sobre el cambio climático -y no era que no me
importaba como estamos matando a nuestro planeta, pero yo estaba en una semana de
exámenes finales que encontrar tiempo para asistir fue un gran reto-. Mientras corríamos para
llegar a tiempo entre cientos de cuerpos de todos los tamaños y colores mi celular sonó, una y
otra vez en el bolcillo de mi pantalón pero yo no respondí a la llamada, seguí corriendo.

Cuando paró y finalmente encontré mi lugar entre la multitud pude ver las llamadas perdidas y un
mensaje:

De: Lou

Quería escuchar tu voz antes de que entrara a la cancha pero tal vez estas ocupado, espero que
estés muy bien Hazz, por favor no te estreses con los exámenes, no quiero que vuelvas a tener
problemas de salud por eso.

Te amo y deséame suerte,

tal vez hoy pueda hacer mis sueños realidad.

Después de eso estuvo tan ocupado, tan lleno de ofertas, papeles, entrenamiento, y yo estaba
demasiado ocupado, exámenes, clases, trabajos extras, tan ocupados que nos olvidamos de que
un simple mensaje era lo único que teníamos para saber del otro. Tenía una pequeña esperanza
de verlo estas vacaciones, pero era tan pequeña que no me afectó lo suficiente cuando no se
presentó a la fiesta de navidad que organizamos Niall y yo, donde vimos a Zayn, Josh, Liam y
Danielle, donde pudimos ver a Christopher y a su nuevo novio, un hermoso modelo ruso. Ellos no
hicieron preguntas, así que no tuve que inventar una historia menos dolorosa que admitir que
nosotros mismos destruimos lo que teníamos.

La chica llega con mi pedido y vuelvo a la realidad, ahora está nevando más fuerte y las calles
empiezan a abarrotarse, el trafico se hace presente.

Mi celular empieza a sonar, puedo ver el nombre de Niall en el identificador.

-Hola Niall.
-¡Harry! ¿Estás en el aeropuerto? -puedo escuchar su voz un poco adormecida y algunos pasos a
su alrededor-.

-Aun no, mi vuelo sale en unas horas más, estoy en una cafetería del centro.

-¿Frente al St. James?

-Sí, ¿Pasa algo?- pregunto preocupado.

-No, solo quería desearte un buen viaje, nos veremos a la próxima.

Sonrío y me despido, cuando cuelga dejo el celular sobre la mesa y tomo un trago del café,
empieza a calentar mi cuerpo a medida que llega a mi estómago. Puedo escuchar a las personas
a mi alrededor, hablando, discutiendo, riendo. Ya no tengo nada que hacer en Londres, tengo que
regresar a New York y terminar mis estudios, titularme, decidirme por un trabajo y seguir con mi
vida de algún domo aceptable.

**

Cundo termino mi café el sol ya ha desaparecido por completo, la nieve sigue cayendo. Busco a
la chica que me atendió para poder retirarme y ahí está, un par de ojos azules llenos de promesas
y travesuras, su sonrisa se ensancha cuando me mira y nuestros ojos se encuentran. Siento que
mi sangre se detiene, que el tiempo se congela, que mi corazón se ha salido de mi cuerpo y ha
empezado una carrera contra todo pronóstico, mi respiración se detiene, empiezo a temblar, algo
está realmente mal.

Cada paso que da nos une, la distancia desaparece, ahora tiene más tatuajes, el cabello un poco
más largo, sus facciones son duras pero es el mismo chico del que me enamoré.

Se acerca, y yo olvido como respirar de nuevo, no quiero esto, no quiero verlo cuando sé que
tendré que alejarme de nuevo. Me acostumbraré a su compañía, a escuchar su voz dirigirse a mí
una vez más, a la forma en que sus ojos me miran solo a mi, aunque ahora tiene a alguien más.
-Hola Hazz.

No puedo seguir viéndolo, bajo la mirada y siento que toma asiento a mi lado.

-¿Harry?

-¿Qué haces aquí, Loui?- mi voz sale un poco ruda, pero solo son mis nervios, había olvidado
cómo se sentía estar a su lado.

-Sabes muy bien que hago aquí, Hazz. Vengo a decirte todos los mensajes que no dije en dos
años.

-No hagas esto, Louis. No quiero volver a perderte.

Su sonrisa, puedo ver como se ensancha y después siento su mano tocar la mía. Le miro, hay
algo en él que me hace querer besarlo como la última vez, volver a dormir en sus brazos, quiero
simplemente tocarlo.

-Nunca me haz perdido. Simplemente nos alejamos un poco pero sigo siendo tuyo.

Quiero creerle, quiero volver atrás el tiempo en los días en los que solo su mirada me convencía
de que el mundo estaba bien. Pero ahora ya es diferente. Recuerdo a ese hermoso chico de
cabello rubio y castaño, recuerdo sus dedos entrelazados, sus sonrisas. Y claro que el anillo en
su dedo no me da muchas esperanzas.

-Tu estas con alguien más ahora.

Su mirada va a su dedo y una sonrisa aparece.- No es lo que estas pensando, Hazz. No es para
nada lo que está pasando por tu pequeña y hermosa cabecita. Yo me comprometí en matrimonio
con el amor de mi vida unos cuatro año atrás.
-Louis...

-¿Me extrañaste? -pregunta y puedo notar la inseguridad en su voz, como si hubiera una
respuesta negativa esperando por salir.

Casi puedo tirarme al suelo y reírme, es realmente doloroso que piense que para mí no era tan
especial. Que podría olvidar.

-Creo que esa no es la expresión correcta, Louis. Hice algo más que extrañarte estos cuatro
años.

Ahora nos miramos, no sé cuando empezamos pero es exactamente como recordaba, pero un
poco más fuerte, más maduro. Siento todo lo que sentía cuando estábamos juntos pero más
intenso. Veo cada parte de su rostro, sus ojos, sus labios, su barbilla, sus mejillas sonrosadas por
el frio. Es el chico del que me he enamorado, del que he estado enamorado todos estos años.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?

-Niall.

-Niall... - sonrío, claro que Niall tenía que estar involucrado.

-Siempre fue un buen amigo.

-Y siempre quiso que estuviera contigo.

Su sonrisa vuelve a estallar en su rostro.- Él sabe lo que es bueno.

Puedo estar toda una vida mirándolo, sin decir una sola palabra. No necesito siquiera respirar, no
notaría el paso del tiempo. ¿Cuándo fue que me enamoré de él de esta manera? ¿Cómo fue que
no lo dejé atrás?

-Entonces... ¿Hablaras tu o lo haré yo?- pregunta sacándome de mi ensoñación.

-No sé qué quieres que diga.

-Qué tal empezar por un ¿Cómo estás?

-Estoy bien... mi vida está en relativa calma.

-¿Cómo va la universidad?

-Estoy acabando mi último año y me titularé muy pronto...

-¿Piensas volver...Indefinidamente...?

No estoy listo para esta plática, no puedo, no con él.

-¿No piensas contestar?

-Es tu turno.

Su mano aun sostiene la mía, aun me transite su calor.

-¿Es mi turno de decirte como estoy o de darte una explicación?

-Lou...
-Sé que fue mi culpa.

-No estoy culpando a nadie.

-Yo me he culpado dos años por eso, no veo el motivo de que tu no hagas lo mismo.

-Fue mutuo, los dos teníamos cosas que hacer, sabíamos que iba a pasar, dos años habían sido
demasiado.

-¿Por qué piensas así?

Mi corazón se congela cuando su mano recorre mi mejilla con cuidado, como si pudiera hacerme
daño. Su pulgar me acaricia con delicadeza, quiero llorar por alguna razón, es mucho,
demasiado. Siento mil cosas a la vez.

-Yo tampoco seguí enviando mensajes. No volví a llamarte, dejé que pasara. No contesté cuando
me necesitaste, no pregunté por tu éxito.

Entonces su contacto se va, como si nunca hubiera estado ahí. Siento que vuelve a faltar algo.

-Yo no quería que lo hicieras. No volví a llamarte porque cambié de numero y borré el tuyo,
aunque quisiera, aunque muriera por volver a escucharte decidí dejarte. Nunca supe si
contestaste, si volviste a llamar. Yo tome una decisión por los dos.

-¿Qué?- aun estoy tratando de organizar sus palabras en mi mente para crear una idea
coherente, para entenderlo- ¿Tú hiciste qué?

-Lo sé, fui el hombre más tonto por dejarte, por tratar de dejar que hicieras una vida en New York,
que experimentaras. No quería atarte a mí, No quería que esperaras por mis llamadas porque yo
no tenía el tiempo para dedicarte. Te amaba Harry y me dolía la sola idea de pensar en ti
esperando por un momento.
No puedo seguir con esta plática, ni siquiera estaba preparado para volver a verlo. Me levanto de
la mesa y dejo veinte libras sobre la mesa. Tomo mi chaqueta, guardo mi celular y doy la vuelta,
dejándolo atrás. Cuando algo del local el frio de Londres me pega directo en el rostro, me congela
pero sigo adelante. Tengo que llegar al aeropuerto en cuatro horas, tengo que alejarme de aquí.

Paso la calle hasta llegar al parque y simplemente respiro, respiro y dejo que todo salga. Escucho
a Louis gritar mi nombre pero no dejo de caminar. Claro que siempre fue más rápido y correr no le
cuesta nada, cuando llega a mi lado me toma del codo y me hacer parar frente a él.

Ahora es más alto pero aun puedo verlo sin problemas.

-Lo siento, sé que no debí hacerlo pero te amaba tanto que maldita sea, no podía hacerte eso.

-Yo sé, lo sé. No podíamos estar juntos pero no por eso era necesario desaparecer ¡Dios!
¿Nunca pensaste que siendo el nuevo prodigio del futbol estarías en todos lados? ¡Nunca pude
olvidarte porque siempre estabas ahí! Mis compañeros hablaban de ti y ¿Qué podía hacer yo?
Solo sonreía y fingía que no sabía quién eras, decía que el futbol nunca me interesó, pero
siempre estabas presente en sus conversaciones, si trataba de estar con alguien ese alguien no
eras tu y no podía avanzar, me emborrachaba en un maldito bar donde todos veían los malditos
partidos y tu nombre aparecía uno o dos veces, y era suficiente. Fue fácil para ti, sin embargo.

Puedo ver el cambio de sus ojos, sus músculos tensarse.- ¿Fue fácil para mi? ¿Cómo puedes
decirlo? No sabes nada, Harry, no sabes lo que fue para mi. Me arrepentí al momento,
malditamente lloré pero no pude hacer nada, estaba penando en tu felicidad, dejando la mía a un
lado. No he podido dejar de arrepentirme en dos malditos años y cuando no pude llegar a la
reunión pensé que no volvería a verte en mucho tiempo... pero Niall me dijo que podía hacer algo,
que te había notado un poco raro y yo pensé que era por mi, malditamente me alegré de que
fueras infeliz sin mi porque así podría tener una maldita oportunidad. Ahora estas aquí, y no sé
como sentirme, porque sé que volverás a irte.

Me suelto de su agarre, nuestra conversación se está desviando y el tiempo pasa. Tengo que
abordar un avión en cuatro horas y apenas tengo tiempo de llegar al aeropuerto.

-Bueno, te perdono y tú me perdonas y aquí está el final que debimos dar hace cuatro años.
Adiós, Louis.

Pero mi salida no sale como lo planeé porque él me toma de los hombros al tiempo que me da
una vuelta, y ahora estamos frente a frente y sus labios están tan cerca y yo no puedo evitar
lamer los míos. Y su mano en mi nuca, y su respiración al compas de la mía, y ahora sus labios
están sobre los míos y es como una película, le correspondo porque lo necesito y le abrazo por la
cintura atrayéndolo a mi mientras él toma mi nuca con ambas manos para sostenerme, para
evitar que me aleje, aunque no pensaría en dejar de besarlo en toda una vida.

Lo necesitaba, a él y a nadie más. Lo necesitaba y ahora que lo tengo no puedo parar porque ya
no siento ese vacío en mi pecho, porque era él quien lo llenaba y ahora está aquí, ha vuelto y no
puedo dejarlo. Nos besamos hasta que no puedo sentir los labios, hasta que dejo de sentir en
absoluto.

Y al separarnos no lo hacemos del todo, me abraza y yo lo hago aun más fuerte, mi cabeza se
esconde bajo su mandíbula y pudo escuchar el latido de su corazón corriendo la misma carrera
que yo. Ahora será mas difícil dejarlo.

-Por favor dime que vas a volver.

No puedo prometer nada, no quiero hacerlo. No puedo simplemente mentir u obligarme a mi


mismo a volver.

-Louis...

-Por favor.

-Tú ya estas con alguien, Louis.

-No sé de que hablas.- siento su respiración en mi cabeza, jugando entre mis mechones hasta
llegar a mi piel y darme calor.
-El chico rubio, con el que apareces en las revistas... hasta Stan está con ustedes. No quiero
interponerme.

Su risa llega a mí, la vibración en su pecho me golpea.- No, él solo fue... no fue nadie, Harry. Lo
siento por eso, yo... no pensé... no era nadie. Ahora está con Stan, ellos están muy enserio, creo
que ha caído por él. No pude amar a nadie después de amarte a ti.

No quiero apartarme pero debo hacerlo. Tengo que irme, aun no puedo volver. Me alejo pero
nuestras manos se unen, la inercia que no se ha perdido.

-Tengo que irme.

-Lo sé...

-Louis, nunca te olvidé, y no creo empezar a hacerlo ahora.

-Espero no empieces a hacerlo nunca, yo aun tengo que casarme contigo.

Sonrío sin pensarlo.- Siempre dices cosas tan... locas.

-Solo digo la verdad, estoy tan malditamente cansado de dormir sin ti.

Se acerca y me besa la mejilla, la nariz y por ultimo un beso rápido en los labios, susurrando un:

-Por favor, vuelve.

Sonríe y da la vuelta.

Se despide moviendo su mano de un lado a otro pero ya no veo su rostro. Y no me muevo, no


respiro, no hago nada. Sólo lo veo alejarse. Hasta que se pierde en la obscuridad del parque y
doy la vuelta. Sigo sonriendo, y no voy a parar de hacerlo.

Tomo el primer taxi que veo y le pido que me lleve al aeropuerto, en mi cartera se encuentra el
ticket con el que tengo que recoger mi equipaje y el boleto de avión. Veo la nieve caer, los autos
pasar, a las personas refugiarse del frio, veo las luces de colores, los arreglos navideños.

Al cerrar los ojos puedo revivir el beso, los sentimientos y mi corazón vuelve a correr. En mi
bolsillo mi celular vibra, una y otra vez hasta que por fin lo tomo y leo los mensajes de un número
desconocido.

De: (01582)*****

Olvide decirte una cosa.

De: (o1582)*****

Te amo. Aun lo hago y no parare de hacerlo ahora.

Vuelvo a guardar mi celular, mi sonrisa ahora es más grande. Y lo sé, siempre lo he sabido pero
ahora estoy seguro. Voy a volver, y estaré con él, no importa cuánto tiempo tome ni que tan difícil
sea mantener nuestra relación. Al final, el destino que se escribió para nosotros, es el de estar
juntos.

-Yo también te amo, Louis.

_________________________________
Han pasado tres meses desde que terminé la historia pero siempre quise hacer este capitulo, no
es un final, es solo una escena extra, pero quería compartirla con ustedes. Espero le haya
gustado, gracias por haber estado conmigo.

All the love,

Samantha :)

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