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Introducción
En esta Unidad didáctica nos ocupamos de los cuadros neuróticos con sus
diferentes formas de gravedad y sintomatología creciente de angustia generada
por la represión secundaria, como mecanismo general y, en un segundo mo-
mento, el agregado de mecanismos específicos que dan forma y contenido a
cada neurosis.
Quedan tres cuadros más: los cuadros narcisistas, los cuadros límites y los
cuadros psicóticos.
Vamos a plantearlo así: una persona puede tener consumo o uso al azar de
una sustancia, que es lo que suele suceder en la neurosis, es decir, un Yo mejor
constituido no se va a dejar arrastrar a una adicción, por lo cual las sustancias
no van a formar parte de una estrategia de desmentida como mecanismo estruc-
tural para hacer frente a los traumas.
Objetivos
• Describir, dentro de los cuatro cuadros estructurales en psicopatología y
psiquiatría, los cuadros narcisistas (cuadros neuróticos, cuadros narcisis-
tas, cuadros límites y cuadros psicóticos).
Red conceptual
Cuadros narcisistas
Cuadros narcisistas
* Podemos decir que los cuadros neuróticos y los cuadros narcisistas son de origen
psicógeno esencialmente, es decir, las fallas de estructuración mental se deben a
fallas en los procesos identificatorios de ensamblado del Yo.
La relación con el mundo va a estar generada por las múltiples escenas vi-
vidas, donde las principales darán un marco fantasmático al cuadro psíquico
que la persona presenta, fruto del entramado de los procesos identificatorios
que permiten pensar la realidad y discriminarla, junto con los mecanismos
defensivos utilizados.
Estos mecanismos son para los dos primeros cuadros, a saber: para la neu-
rosis, la represión, y para los cuadros narcisistas, la desmentida. Entendiendo
la visión mecanicista y estructuralista, que es clave, que hay una estructura
principal y los demás, en su interior son síntomas, no comorbilidades, es decir,
no coexisten, son parte del mismo cuadro.
Estos son los puntos de fijación, algunos naturales, como las etapas oral, anal
y fálica; otros frutos de traumas; otros dichosos; su mezcla completa yace en el
Yo y genera un cuadro clínico.
Las depresiones endógenas, que pueden ser leves, moderadas o severas, que
son alrededor de un 10% de las depresiones, se independizan, pero no comple-
tamente de la influencia psicológica, y son las depresiones puras (unipolares) o
como parte del espectro bipolar, pudiendo llegar a ser psicóticas, libradas a su
evolución sin tratamiento, como las graves bipolares, en la psicosis maníaco-
depresiva (bipolar de tipo 1).
• La depresión mayor del DSM®, con tan solo 2 semanas de síntomas depresi-
vos, puede ser psicógena o endógena, y hay que ver en qué cuadro de base
está; eso orientará completamente la terapéutica.
* neurótico
Dos semanas de síntomas como refiere el DSM , de depresión mayor en un cuadro
®
Es curioso y llamativo, sobre todo, más si vamos unas décadas atrás, cómo
se niega y desmiente de parte del pensamiento médico como paradigma, la
integración causal anímica en el desencadenamiento de las enfermeda-
des. Esto es fruto de un pensamiento mecanicista según el cual en el cuerpo
existen mecanismos solo a revertir en la enfermedad mediante fármacos que
operan sobre esos mecanismos.
El Yo, con sus articulaciones al Ello, al Superyó, son tres instancias psíquicas
integradas que iremos describiendo, pero con las que ya nos fuimos familiari-
zando en los cuadros neuróticos.
Demás está decir que la sede del aparato psíquico del sujeto es el Yo, base y
producto de las identificaciones familiares, con lo que el sujeto se nombra a sí
mismo, y hace frente al mundo, con un proyecto de vida.
Son seis lugares, de dos modelos o tópicas que, a su vez, se ven inmersos en
dos formas de enfrentar el placer o principio de placer, y de la discriminación
de la realidad, o principio de realidad, dos formas de enfrentar el placer y la
realidad que terminan siendo destinos para el sujeto: las pulsiones de vida,
que son las sexuales y de autoconservación, la alimentación y el cuidado pro-
pios, y la pulsión de muerte, cuando un mal destino desorganiza la vida del
sujeto y le produce daño de diferentes maneras.
Estos son los cuatro cuadros clínicos, el Yo de este sujeto que busca o no
nuestra ayuda utiliza diferentes mecanismos de defensa, cada vez más primiti-
vos, desde la represión de los cuadros neuróticos, la desmentida de los cuadros
narcisistas, la escisión, idealización primitiva, de los cuadros límites, y el recha-
zo de la realidad, y la forclusión de los cuadros psicóticos.
Cuadros narcisistas
Destacamos los siguientes conceptos:
• El Ello y el Superyó.
Una vez que hemos visto los cuadros neuróticos, donde la represión prima-
ria era fundante del aparato psíquico, junto con las identificaciones primarias,
ya que estas generan el soporte identificatorio para que una mente se moldee
y tenga lugar, que haya un sujeto humano, y que luego de irse estableciendo
el proceso identificatorio se generen lugares en la mente, en ese Yo incipiente,
algo así como un edificio de tres pisos, con sótano, planta baja y primer piso.
El primer piso, el más visible pero de similar tamaño a los demás pisos, es
el Yo, sede de todas las identificaciones, que se sostienen en su nombre y pro-
yecto, y que tiene como función integrar todos los estímulos corporales cenes-
tésicos y exteroceptivos, todas las influencias pulsionales y también trata de in-
tegrar la relación con el mundo, con el pasado, con el presente y con el futuro.
La prohibición del incesto y de matar al otro serían los dos principales orga-
nizadores mentales, como leyes superyoicas, que ahora ya fueron internalizadas
en el Yo y ponen límite al goce y a la destrucción agresiva del otro; así, el Yo
recibe del Ello la fuerza de las pulsiones que querría satisfacer, y evalúa a la
mirada del Superyó, si es conveniente, ahora o de esta manera.
* Elsatisfacción,
Yo termina reprimiendo ciertos impulsos pulsionales, más allá del interés en la
o postergándolos, tolerando la frustración, es decir, antepone el princi-
pio de realidad al principio de placer (Freud, 1923).
Así entendemos estos tres pisos, donde todos los pisos están interconecta-
dos, pero el Yo es el que intenta decidir, en la vida del sujeto, operando con
los traumas vividos, las alegrías y múltiples acontecimientos históricos que lo
condicionan.
Si recordamos la otra tópica, lugar en griego, los otros tres lugares, incons-
ciente, preconsciente y consciente, nos daremos cuenta de que el preconscien-
te, y sobre todo muy claramente el consciente, tienen su sede en la conciencia
del Yo.
Tanto la gran identificación primaria fundante, los cimientos, que dan paso
al resto de identificaciones secundarias que integran el edificio, junto con la re-
presión primaria, empiezan a ubicar los contenidos más complejos y primarios
reprimidos, los deseos más profundos y las prohibiciones más profundas, que
* Elsaber
inconsciente así, manifestado por los lapsus, actos fallidos, chistes y sueños, es el
de lo no sabido (Lacan, 1973); por eso la sorpresa que causa y la represión
o negación sobre esos contenidos que nuestro Yo, consciente, preconsciente o in-
conscientemente ejerce.
Por último, la etapa del Yo real definitivo. A diferencia del anterior, dis-
crimina la realidad externa sensorial de la realidad producto de la mente. Aquí
se avanza y se crea el principio de realidad, aparecen parámetros mentales de
discriminación entre realidad psíquica y física, interna y externa.
Luego, él y la madre que da, nutritiva, son uno, de placer, Yo de placer puri-
ficado, lo doliente o frustrante o displacentero, se atribuye a algo externo; esta
atribución es el primer rudimento de pensamiento.
La función del juicio de existencia real de una cosa del mundo representada
en la mente es un interés del Yo-realidad definitivo (Freud, 1925).
* Enpsiconeurobiológicamente
el medio, sobrevienen múltiples alegrías y traumas, y según cómo fue armado
y su genética de base responde su estructura mental
con diferentes recursos psíquicos, desde las principales escenas familiares y del
entorno que lo organizaron.
* Esproduce
decir, el exceso de energía traumática, o la falta profunda de sostén afectivo,
importantes alteraciones de la neuroendocrinoplasticidad, fallas en los set
point de la regulación neuroendocrina del cortisol, que son memorias a largo plazo
del trauma, además de las representaciones reverberantes que los traumas ocasio-
nan y que realimentan los daños neuroplásticos al cerebro.
Pero para diagnosticar neurosis debemos sostener que este cuadro clínico
usa centralmente la represión como mecanismo defensivo central originario, y
general, al que en un segundo momento al fracasar parcialmente la represión,
se le agregan mecanismos secundarios específicos que dan nombre a cada sub-
tipo de neurosis.
* Así, volvemos a tener en cuenta cómo este sujeto posee un buen armado yoico,
pero que puede empeorar de acuerdo con lo vivido.
* Esde decir que un correcto diagnóstico es una gestalt, pasada, presente y futura, don-
se ven y se calibran cuáles son los síntomas y qué síntomas y mecanismos hacen
pensar en un cuadro clínico. Recordemos que una golondrina no hace verano, ni
una taquicardia, insuficiencia cardíaca.
Las neurosis graves limítrofes, paso anterior a las locuras neuróticas, son la
primera forma más o menos crónica de funcionamiento neurótico, pero que
retrotraen por tratamiento o por el curso más satisfactorio de su vivenciar.
Este mecanismo fue especialmente invocado por Freud para explicar el feti-
chismo. Se relaciona con la angustia de castración, “no puede ser que mi madre
esté castrada, sin pene como veo a mi padre”, las personas lo atraviesan, con
una inicial desmentida, temporaria, seguida de la represión, que permite vía la
identificación llegar a una sexualidad satisfactoria.
El nombre inicial fue de renegación como nombre del mecanismo, que pro-
viene de la negación, pero es mucho más radical, profunda y específica, que la
negación que es un mecanismo general, es decir que no define el diagnóstico
de un cuadro.
* Lael sujeto
renegación es el reemplazo de una realidad por otra no cualquiera sino la que
encuentra patológicamente para suplantar la realidad sufriente displa-
centera.
La renegación consiste en la negación de una representación a través de la suplan-
tación por otra representación, objeto, o sujeto o cosa.
¿Qué quiere decir que hay una escisión del Yo en el proceso de esta defensa frente
a los traumas?
Que en el esquema inicial freudiano acerca de este mecanismo para las per-
versiones, renegar la percepción y reconocer la carencia, persiste toda la vida
una junto a la otra, dominando esta tensión renegatoria a través de la desmen-
tida, la vida del sujeto.
El travesti se ofrece como mujer y así lo siente, pero sabe que anatómica-
mente nació hombre, no está psicótico, no alucina.
* Lacastración
desmentida es un mecanismo de defensa ante la angustia de la amenaza de
y apunta a la percepción de la realidad externa, no genera un rechazo
de la realidad de tipo psicótico, sino que reemplaza una realidad perceptiva por
otra.
* Enparental
realidad, pareciera ser que los traumas afectivos profundos frente a la relación
y familiar generan puntos de fijación que alteran el proceso identificatorio
o lo facilitan, y si los traumas son severos, el desarrollo mental quedará fijado a
una parte del todo del desarrollo de la sexualidad, o intentará generar un parche
patológico para relacionarse con el semejante.
Ya más adelante explicaremos este cuadro, pero cabe decir que el perverso
conoce lo que reniega, pero queda escindido de su conciencia en lo cotidiano, lo
que sí se observa es el parche, una representación alterada, fruto de una fijación
patológica del pasado traumático, y el goce, que como parche suelda la fijación
y la atornilla, desmintiendo la angustia traumática original, desmintiendo para
sí y para los otros lo que originariamente su mente ha renegado.
* Esta ley, mal internalizada, generará un Superyó defectuoso, que se presentará con
una alteración también defectuosa identificatoria yoica, generando las perversio-
nes, psicopatías, adicciones, hipocondría y las psicosomáticas.
Pero hay otros traumas que son escenas, que por el daño que producen, en
una estructura más primitiva, utilizan la renegación como mecanismo defen-
sivo patológico. Los abandonos profundos han suscitado que se reniegue la
pérdida, intentando encontrar al objeto amado en una persona casi idéntica
físicamente, en la voz, en el carácter, y la desmentida sobreviene en forma
constante, donde el goce de creer haber encontrado a la persona perdida obtura
el trauma del abandono y la pérdida.
Aquí los múltiples traumas afectivos que ha vivido el sujeto son activamente
renegados frente al descubrimiento iniciático de un goce prometedor de aliviar
una falta, de una falla afectiva en la vida del sujeto.
* Eldesde
sujeto pasa a quedar fijado patológicamente a un goce del otro, del semejante,
donde quedó detenida su libido, desde donde por el trauma, se desarrolla un
punto de fijación, y conductas compensatorias enfermas de goce, allí el sujeto que-
da fijado en transformaciones anómalas. Por ejemplo, la paidofilia, el fetichismo, el
transvestismo, el exhibicionismo, el voyeurismo, la necrofilia.
El Yo más primitivo, con una identificación más pobre en los cuadros nar-
cisistas, presenta otro mecanismo acorde más primitivo, para hacer frente a la
percepción traumática.
Y esto no es solo para las perversiones, lo es para las adicciones, para las
psicosomáticas, para las psicopatías y para las hipocondrías.
son los más específicos, pero también se presenta en las neurosis la renegación,
no como mecanismo específico, sino utilizado esporádicamente, y los cuadros
narcisistas también hacen uso de la represión, además de la renegación y des-
mentida, en dos tiempos. Quiere decir que los mecanismos pueden ser los fun-
dantes de la estructura de un cuadro clínico, por ejemplo, la represión en las
neurosis, pero lejísimos están de ser los únicos mecanismos defensivos de cada
cuadro.
Las perversiones
Vamos a detallar los demás cuadros, aparte de que comenzamos a ejemplifi-
carlos, como las perversiones, citamos el trauma y su percepción renegada de
la escena correspondiente, y el fetiche como desmentida posterior encontrada
para asegurar un goce que obture la angustia del trauma, lo mismo sucedería
con el transvestismo, por ejemplo.
De allí deviene la búsqueda que proporciona una fijación del goce para ha-
cer frente a los avatares de la vida, en este tipo de cuadros.
* Latrauma
renegación es el intento de negar primitivamente la percepción del trauma,
singular para la historia de cada sujeto, cuadro que como todo cuadro en
psicopatología, psicoanálisis y psiquiatría, debe ser reconstruido como escena sin-
gular de ese sujeto.
del DSM®), recordemos que los traumas son lo que se debe reconstruir como un
rompecabezas, un grupo pregnante de escenas traumáticas, coronadas por una
que como fantasma principal organiza al conjunto.
* medio
Y el Yo real definitivo, como aceptando lo placentero y displacentero, en relación al
y al semejante, en principio la madre, como primer modelo de manejo eficaz
de la gratificación y frustración, y en relación con los padres, generando realidad
incorporando la frustración, y por lo tanto, juicios de existencia, valederos, al incor-
porar lo displacentero.
Ahora agregamos otro elemento clave, hay una modalidad de relación entre
los padres esencial, que va a dar el marco al cuadro clínico del niño, es decir,
todo este marco de constitución del narcisismo normal, de un Yo normal
la estructura o cuadro neurótico, con rasgos neuróticos, obsesivos, fóbicos, his-
téricos, o bien generar un cuadro narcisista (patológico), cuadros límites o
los cuadros psicóticos. Esto va depender central y primariamente de la estruc-
turación psíquica de cada uno de los padres, y de la dinámica del interjuego
relacional entre ellos, y con el niño, sus hermanos y el medio.
* Para ser muy claro, las fallas de estructuración del medio familiar, y en un grado
más lejano social, generan los cuatro cuadros clínicos, las neurosis, narcisistas, lí-
mites y psicosis.
Si bien es cierto que el psicoanálisis está errado en postular como única cau-
sa la causa psíquica o forclusión como generadora de psicosis, o la psiquiatría
biológica en considerar, por ejemplo, las esquizofrenia como una enfermedad
del cerebro, con causa genética, preponderante o fallas del neurodesarrollo, o
la psiquiatría dinámica, tomando la mezcla de ambos factores, en una solución
de compromiso.
Lo cierto es que todas las causas son posibles y de hecho acontecen y son
generadoras de patología psiquiátrica, pero la vulnerabilidad genética suele em-
pezar con mayor fuerza en los cuadros límites y avanzar más marcadamente en
las psicosis, que ya desarrollaremos, pero la causa psicógena en algunos casos
puede ser claramente decisiva, en los cuadros neuróticos, en los cuadros narci-
sistas, en algunos cuadros límites y en algunas psicosis.
* Todas
sujeto.
las causas son posibles per se y combinadas en el psiconeurodesarrollo del
trauma y como falta de ley, que origina una corriente de funcionamiento men-
tal, habiendo atacado los procesos perceptivos de dicha alteración traumática,
haciendo como si no existieran, y la otra corriente, a resultas de la escisión, de
la fractura, que conoce lo que debería haber sido, sin vivir semejante trauma, o
estableciéndose una legalidad adecuada intrafamiliar y social.
* Entonces se entiende que al ver lo que produce trauma, o al ver el goce anormal
intrafamiliar, se ataquen con la renegación lo percibido y vivido, y en su punto
cúlmine, el Yo se escinda en el proceso mismo de defensa, instaurando las dos
corrientes mentales.
* Laheces,
amenaza para desencadenar la angustia es siempre la pérdida: del pecho, las
el pene o el amor, ya que estas regiones corporales, o sus productos meta-
bólicos, o la gran necesidad del sostén del amor de otro, organizan la vida comple-
tamente del sujeto, en las etapas tan tempranas de su desarrollo.
Esto podrá y debe hacerse extensivo a cualquier tipo de lazo parental, ya sea
un modelo matriarcal, o de dos padres, o dos madres, ya que inevitablemente
habrá un acuerdo entre una pareja de padres deseantes, un acuerdo sobre las le-
yes de intercambio, un acuerdo sobre el goce, y un límite sobre el goce del otro.
Lo que falta agregar es que las escenas más traumáticas de esos momentos
son responsables de la fijación, mecanismo que explica que la intensidad de la
escena traumática fija temporalmente al sujeto en una estrategia inconsciente/
consciente de actos e imaginarizaciones para enfrentar la realidad frustrante
y podemos agregar injusta, porque la violencia estructurante para ese niño es
dañina y no querida por él.
Fetichismo
El fetiche como reemplazo del falo materno se torna como prueba perma-
nente del reconocimiento de una ausencia, logrando con ello incidir en el trá-
mite con cierta eficacia de la angustia de castración. Sin embargo, este proceso
coloca al perverso en una imposibilidad de relación con el objeto y el deseo,
puesto que la capacidad de pensar y aceptar, la diferencia entre los sexos se
torna inaccesible, quedando como resto una lógica de rechazo (Pardo, 2006).
Hasta el momento, se comprende que la creación del fetiche sirve para rene-
gar de la realidad de la castración para escapar de la angustia.
Las dos corrientes existentes generadas por la escisión, es decir, por la rup-
tura del Yo, en el proceso defensivo, una devendrá en la perversión misma,
cuya base es el claro predominio de la renegación, y la otra corriente mental
es la que es fruto de la renegación, pero también de la represión, por lo tanto
sería la que establece comportamientos más normales y que pueden derivar en
cierta adaptación al mundo sin generar gran patología, o servir como fachada
de adaptación normal y transformarse a través de la desmentida en parte del
encubrimiento de la perversión.
Transvestismo
El travestismo implica una excitación sexual recurrente e intensa a partir del uso
de prendas del sexo opuesto, que puede manifestarse como fantasías, impulsos o
comportamientos.
Por otro lado, la fijación a una falla identificatoria anormal hace que un
sujeto, identificado patológicamente, busque el goce donde quedó fijado siendo
niño, provocando un abuso sexual a un menor o pedofilia.
Sadismo
Las personas con trastorno de sadismo sexual han actuado según sus deseos
irrefrenables o tienen fantasías debilitantes o angustiantes con temas sexual-
mente sádicos. La afección también debe haber estado presente durante 6 o
más meses.
Masoquismo
• Quemándose a sí mismos.
• Pueden buscar a una pareja que puede ser un sádico sexual. Las activida-
des con una pareja incluyen ser: ser atado, con los ojos vendados, azotado,
flagelado con látigo, humillado con orina o defecación, obligado a travestir-
se, parte de una violación simulada.
Asfixiofilia
La asfixiofilia se considera un subtipo de trastorno de masoquismo sexual.
En este trastorno, las personas restringen su respiración (asfixia parcial) en
el momento del orgasmo o cerca de él para exacerbar la experiencia. Por lo ge-
neral, la gente usa prendas de vestir (p. ej., bufandas, ropa interior) como lazo
para ahogarse. El lazo suele estar sujeto a un objeto en el ambiente.
Pedofilia
El trastorno pedófilo se caracteriza por fantasías, impulsos o conductas
sexualmente excitantes, intensas y recurrentes que involucra a adolescentes
prepúberes o jóvenes (generalmente 13 años o más); se diagnostica solo cuando
las personas tienen 16 años o más y son 5 años mayores que el niño, blanco de
las fantasías o conductas.
* Lase considera
pedofilia es una forma de parafilia que causa daño a los demás y, por lo tanto,
un trastorno parafílico.
El abuso sexual contra los niños constituye una parte importante de los
actos sexuales criminales que se informan. No obstante, los criterios legales
pueden ser diferentes de los psiquiátricos. Por ejemplo, la actividad sexual en-
tre un joven de 19 años y un joven de 15 años puede ser un delito y no un
trastorno pedófilo, dependiendo de la jurisdicción. Los estándares etarios de
diagnóstico se aplican a las culturas occidentales y no a las muchas culturas
donde se acepta la actividad sexual, el matrimonio y la maternidad a edades
mucho más tempranas que en Occidente.
La mayoría de los pedófilos son varones. La atracción puede ser hacia niños
pequeños, niñas pequeñas o ambos, pero los pedófilos prefieren niños del sexo
opuesto en una relación 2:1. En la mayoría de los casos, el adulto conoce al
niño y puede ser un miembro de la familia, un padrastro o una persona con al-
guna autoridad (p. ej., un maestro). Mirar o tocar parece más prevalente que el
contacto genital. Los pedófilos exclusivos se sienten atraídos sólo por niños; los
tipos no exclusivos también pueden sentirse atraídos por los adultos; algunos se
sienten atraídos sólo por niños con quienes están relacionados (incesto).
* Sirenunlopaciente niega atracción sexual hacia los niños, pero las circunstancias sugie-
contrario, algunas herramientas de diagnóstico pueden ayudar a confirmar
dicha atracción: el tiempo de visualización de materiales eróticos estandarizados
por seguimiento a través de la red.
* Siestablece
los médicos tienen sospechas razonables de abuso sexual o físico infantil, la ley
que debe ser comunicado a las autoridades.
Estos resultados son más probables cuando no hay otros trastornos psiquiá-
tricos, en particular trastornos de la personalidad.
Exhibicionismo
El exhibicionismo se caracteriza por conseguir la excitación sexual a través
de la exposición de los genitales, habitualmente ante un extraño que está
desprevenido. También puede referirse a un deseo potente de ser observado por
los demás durante la actividad sexual. El trastorno de exhibicionismo implica
actuar sobre estos impulsos sin el consentimiento de otra persona o experimen-
tar malestar significativo o deterioro funcional debido a tales deseos e impulsos.
Alrededor del 30% de los delitos contra la integridad sexual en hombres, que
son detenidos son exhibicionistas. Tienen la tasa de reincidencia más alta entre
todos y aproximadamente el 20-50% vuelven a ser detenidos.
* Elmiento
voyeurismo implica actuar sobre los impulsos y fantasías voyeurs sin el consenti-
de la otra persona o experimentar malestar significativo o deterioro funcio-
nal debido a tales deseos e impulsos.
Aclaración
“Buena parte de la oposición que han suscitado estas tesis mías se explica
por el hecho de que se hace coincidir la sexualidad de la cual yo derivo los sín-
tomas psiconeuróticos con la pulsión sexual normal pero el psicoanálisis enseña
todavía algo más. Muestra que los síntomas en modo alguno nacen únicamente
a expensas de la pulsión sexual llamada normal (no, al menos, de manera exclu-
siva o predominante), sino que constituyen la expresión convertida (konvertiert)
de pulsiones que se designarían perversas (en el sentido más lato) si pudieran
exteriorizarse directamente, sin difracción por la consciencia, en designios de
la fantasía y en acciones. Por tanto, los síntomas se forman en parte a expensas
de una sexualidad anormal; la neurosis es, por así decir, el negativo de la per-
versión” (Freud, 1905).
Es cierto que alguno de estos cuadros producen mucho daño, pedófilos, sá-
dicos, abusadores que llegan al acceso carnal, pero el resto no lo hacen, de
ninguna manera, y muchas veces han recibido la intolerancia social, que es una
forma grave de patología.
* Eltología
concepto psicoanalítico de goce del otro es clave para entender toda la psicopa-
y la psiquiatría en general, ya que así como debemos entender que cada
estructura tiene un armado yoico, particular, un manejo pulsional, un Ello que debe
manejar de acuerdo con el principio de placer y realidad, y un Superyó a medida,
neurótico, perverso, limítrofe o psicótico, es esencial comprender que esto determi-
na un goce particular para cada estructura, y que el goce inevitablemente siempre
se desenvuelve hacia el otro: por eso, el goce del otro, concreto hacia el semejante,
es otro indicador más diagnóstico de cada cuadro.
Pinel pensó la psicopatía como una forma de manía, sin el déficit cognitivo,
pero con daños graves en la capacidad afectiva. El psicópata no experimenta
remordimientos por sus actos y no repara en medios para conseguir sus metas.
Pritchard utiliza el término que más nos ilustra, refiere que el psicópata
padece de locura moral.
* Elel psicópata se relaciona siempre procurando su placer o la utilización del otro para
logro de sus metas, sin desarrollar vínculos afectivos reales. Su mundo afectivo
está marcado por el utilitarismo y el pragmatismo en la consecución de sus metas.
Una vez logradas, el otro será desechado o eliminado.
* Ambos, el psicópata y el antisocial, son cuadros narcisistas, que enfrentan las reali-
dades traumáticas de su historia con la renegación y la desmentida posterior como
mecanismo complementario, en un segundo momento.
• Psicópatas hipertímicos.
• Psicópatas depresivos.
• Psicópatas fanáticos.
• Psicópatas explosivos.
• Psicópatas desalmados.
• Psicópatas abúlicos.
• Psicópatas asténicos.
Psicópata hipertímico
Personalidad hipomaníaca, se ubicaría dentro del espectro bipolar, baja
tolerancia a la frustración, tendencia a la irritabilidad, muy extrovertidos y
prácticamente invasores del terreno ajeno, invaden para ganar terreno, tenden-
cia a comprometerse en mucho a la vez y luego no poder sostener esas tareas,
dentro de sus características encontramos la mitomanía hasta llegar al extremo
de la pseudología fantástica, creando una historia y una personalidad que ter-
mina creyendo hasta él mismo.
Dice Schneider:
Psicópata depresivo
Se caracterizan por ser difíciles de tolerar, mirada negativa en todo, suelen
tener rasgos obsesivos o paranoides, atentos a la crítica o la desvalorización,
rígidos en su conducta, critican la forma pero no el fondo, arruinan la vida de
las personas cercanas.
Dice Schneider:
Psicópata fanático
Presenta una combinación entre sintomatología psicopática y paranoide.
Es decir que los psicópatas pueden tener un elevado tono paranoide, donde
predomina el goce del otro, y la manipulación, junto con su sintomatología
paranoide y reivindicatoria, pero el daño hacia el otro, su goce, es la marca de
esta lucha, por momentos fanática pero psicopática.
Por ello, el diagnóstico diferencial entre ambas vale la pena citarse aquí a
través de lo referido por Schneider, donde parecen una forma que combina los
dos cuadros, que creemos debemos separar.
Según Schneider:
Son personalidades que desean aparentar más de lo que son; esta necesidad
de estimación puede en parte mostrarse mediante un modo de ser excéntrico,
otra actitud posible es la del autoalabanza.
Dice Schneider:
Psicópata explosivo
Aquí se evidencia el cuadro narcisista patológico, donde la profunda ne-
cesidad afectiva, al gatillarse, vuelca el resentimiento, en la ira impulsiva de
descarga del daño sufrido, estableciendo una fijación. Y así tenemos la fijación
y repetición de dicho goce en la violencia de género o familiar.
Citando a Schneider:
Psicópata desalmado
Locura moral, refería Prichard.
Psicópata abúlico
Aquí podemos ubicar quizás a los fronterizos, de la debilidad mental, un
trastorno leve de la capacidad intelectual, aquellos sujetos manipulables
que colaboran con un ilícito, sin ser autores ni tomar parte en la trama princi-
pal.
Funcionan como una pluma al viento, si están entre ladrones roban y si es-
tán en un convento rezan, sacan ventaja del dejarse llevar, sacan provecho sin
tomar decisiones, Schneider destaca: “Se entregan sin resistencia alguna a los
influjos, son personas sugestionables”.
Psicópata asténico
Aquí observamos, dentro del cuadro narcisista patológico del psicópata, un
narcisismo corporal patológico mal estructurado como sintomatología que
acompaña al cuadro principal, por lo tanto al estar el Yo corporal mal estructu-
rado se vuelve la mirada hacia el propio cuerpo como foco de atención.
* base,
Como observamos, en esta clasificación de Schneider, cualquier temperamento de
desde la profunda abulia, las depresiones, las hipertimias, hasta el fanatismo
o la explosión, pueden terminar siendo psicópatas, es decir, quedar fijados a un goce
del otro, sumamente destructivo, en forma más sutil, o más grosera, desalmada.
Estos son:
• Impulsividad.
• Ausencia de autocontrol.
• Irresponsabilidad.
* Elpuede
psicópata tiene condición más estructural, mayor fijeza sintomática; el antisocial
responder más a su síntoma o al síntoma de la época.
cuando son objeto de maltrato. Este genotipo afectaría el desarrollo del córtex
orbitofrontal, que parece ser un centro cerebral básico para el desarrollo moral.
Algunas hipótesis sugieren que las personas con fuertes tendencias anti-
sociales no han aprendido sobre los sentimientos de la forma que lo hace la
mayoría de la gente, y esto se relacionaría con las anomalías en el circuito cere-
bral subyacente a los procesos lingüísticos y afectivos. El uso del lenguaje sería
manipulativo y no tanto para expresar estados internos.
* Eses decir que nuevamente no debemos confundir síntoma con un cuadro estructural,
muy distinto el control y manipulación de un psicópata o perverso, del de una
caracteropatía obsesiva, o histérica, o de un borderline (Celis Sierra, 2014).
* Lafrustraciones
grave limitación de relacionarse adecuadamente frente a las gratificaciones o
que los vínculos producen hace que estos sujetos impliquen una ac-
tuación vengativa, del conflicto que han vivido en su pasado, ahora actualizado,
no como resentimiento profundo, sino vengando dicho resentimiento, gozando al
controlar y dañar al otro, reemplazan daño sufrido y resentimiento por goce y daño,
ahora son los victimarios, o los que pervierten, en forma activa, o no pasiva, como lo
hubieran vivido antes, generando una escena en el otro, donde proyectan su propio
conflicto, y lo reviven identificatoriamente, pero como una reedición, sin resolverlo,
solo patológicamente, lo vuelven a revivir.
* Por otro lado, cuanto más caótico sea el medio en que se cría un niño y cuanto más
inadecuados sus cuidadores, más probable es que no se den los límites necesarios
para que el niño tenga que tener en cuenta las consecuencias de sus actos impul-
sivos.
Otro rasgo de la experiencia del self en el paciente psicopático que merece atención
es la envidia primitiva, el deseo de destruir lo que más desea (Klein, 1957).
Esa tensión violenta, tanto de cualquiera de los dos extremos, o ismos, ma-
chismo o feminismo, genera distribuciones anómalas de poder y encubre ne-
cesidades de encarnar roles y lugares que permitan una identificación posible.
* Sires,asídisminuyen
no sucede, por prevalecer la pugna violenta imaginaria entre los progenito-
sus efectos de límite, separación o habilitación de las diferencias,
haciendo fallar el trabajo de identificación. Si fallan las identificaciones, da por
resultado un Yo mucho más pobre, un narcisismo patológico que da origen a los
cuadros narcisistas.
Actividad
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