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La Cultura y Civilización Griega

La Civilización Griega fue una cultura que floreció en el Mediterráneo a


partir aproximadamente del año 1200 a.C. hasta la llegada de los romanos
en el siglo III a.C. Su núcleo se hallaba en la península llamada
Peloponeso y la región continental inmediata, además de las islas del Mar
Egeo. Sin embargo, se extendió hacia la península de Anatolia (actual
Turquía), el norte de África, la península itálica, Sicilia y el Mar Jónico. En
cierto momento de la historia se expandieron por Asia hasta casi alcanzar
la India.
Se le asigna la denominación “Grecia” a tres principales ciudades-
naciones que convivían en la zona, y que celebraban alianzas, pero que
también rivalizaban y combatían entre sí: Atenas, Esparta y Jonia.

Sociedad
La geografía griega, dividida esencialmente en ciudades-estado, hacía
que en cada una de ellas hubiera un gobernante, regente o rey que
llevaba los asuntos políticos y administrativos, con frecuencia asesorados
por adivinos que buscaban designios en las estrellas o consultaban
oráculos. Pero no parece que hubiera una estructura teocrática rígida.
Los jefes militares ocupaban posiciones de respeto, si bien podían
dedicarse a otras actividades al retirarse. A veces un jefe militar destacado
podía convertirse en rey por sus méritos, por una muerte repentina, o
derrocando al rey en ejercicio.
Los habitantes podían dedicarse esencialmente a las actividades que
mejor les parecieran, y había una relativa movilidad social. Los esclavos
solían encontrarse entre los prisioneros capturados en las guerras.
Economía
La economía griega, dadas las características insulares de la región, se
basaba principalmente en el comercio y la pesca, aunque la agricultura
también fue una actividad que se llevaba a cabo. Debido a la expansión
que tuvieron los griegos en la zona del Mediterráneo, una considerable
porción de los ingresos también provenía de los tributos recibidos por los
pueblos sometidos a su esfera de influencia.

Religión
La religión en Grecia era de un carácter plural. Diferentes regiones y
diferentes actividades humanas rendían culto a diferentes dioses. Además,
estaban los semidioses que también ayudaban a los humanos en ciertos
asuntos muy específicos.
Existía una mitología básica donde el universo ordenado, o cosmos,
surgía del desorden o caos. De allí nacía Gea, la Tierra que engendraría a
su propio esposo: Urano, el cielo. Ellos eran los padres de Cronos, el
tiempo, que se uniría a Rea para procrear a los
olímpicos: Hera, Zeus, Afrodita, y demás dioses que serían de vital
importancia en las actividades humanas.
Arte y cultura
El arte griego por el que se tiene mayor predilección es la arquitectura,
pero particularmente la que se dedicaba a erigir templos y lugares de
reunión. Fueron construidos poniendo especial atención en los detalles.
La escultura también fue un arte destacable, con predilección de escenas
mitológicas; además desarrollaron un altísimo nivel de detalle en la
representación escultórica de la figura humana.
La pintura iba de la mano de la alfarería, ya que vasijas y platos tenían
pintadas escenas de diversa índole, y en ellas la figura humana aparecía
más bien estilizada.
El teatro y la literatura de Grecia han sido de lo más destacado. Autores
como Homero, Safo o Esopo han dejado una herencia escrita que, si bien
se ha perdido en parte, ha sido suficiente para apreciarlos en su grandeza.
Ciencia
La ciencia, tal como la conocemos ahora en cuanto a metodología,
experimentación, resultados y codificación del conocimiento, nació en
Grecia.
Gran cantidad de términos científicos son de raíz griega, además de la
enorme influncia que tuvieron matemáticos, inventores filósofos y
médicos en las generaciones siguientes.
Tres nombres, por ejemplo, de personajes que vivieron en secuencia, han
pasado a la posteridad como lo más selecto del conocimiento científico
de los griegos: Sócrates, Platón y Aristóteles.
Decadencia
La actividad científica, cultural e intelectual de los griegos ya se
encontraba bastante agotada para el siglo III a. C. Las polis se habían
enfrascado en guerras intestinas que las deterioraron, si bien no las
llevaron a la ruina. Sin embargo, no pudieron contener el avance del
emergente Imperio Romano, que acabó absorbiendo a Grecia, y
adoptando muchos de sus usos y costumbres.

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