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LECTURA-RESUMEN

Para empezar, el origen de la sexualidad se inicia cuando la evolución de la vida, es decir, la

evolución de las especies, transita del modo de reproducción asexual al sexual. De esta manera

se produce la diferenciación de seres complementarios en cada especie, portadores de gametos,

como forma óptima- de reproducción, y por tanto de supervivencia; desde ese momento se

puede- hablar de sexo, de sexualidad, de dos formas. El ser humano se caracteriza por la

conciencia que posee de sí mismo, por tanto es consciente de su propia identidad. La identidad

sexual es una categoría permanente del yo pues todo ser humano se sitúa en el mundo desde su

conciencia de pertenecer a un sexo determinado y de vivir e interpretar esta realidad como lo es

la sexualidad. Asimismo la conformación de la identidad global del ser humano es

evidentemente sexuada. Es decir, no podemos entendernos a nosotros mismos sin la dimensión

sexual, por tanto nos situamos en el mundo en tanto que personas sexuadas, a partir de nuestro

cuerpo sexuado y en relación con los demás en un entorno portador de un discurso acerca de la

sexualidad.

En primer lugar, la regulación social de los comportamientos sexuales ha legitimado la

desigualdad entre las mujeres y los hombres que surge del propio dimorfismo a partir del

establecimiento de una relación jerarquizada, de tal modo que las mujeres han sido consideradas

bajo un estatus inferior a los hombres. Tal consideración se expresa en el imaginario social, en la

narrativa simbólica, en la construcción de la subjetividad, en la percepción de la realidad, en las

pautas educativas, etc., generando la estructura responsable de la construcción social de los

sexos. Cabe resaltar que la sexualidad desde sus inicios más que difícil para los hombres, ha sido

complejo para las mujeres puesto que hay una visión existente en donde la mujer es considerada

desde las antiguas culturas como un objeto sexual que da placer pero que no debe sentirlo, se le
hace sentir que nacieron para darle placer a los hombres y traer hijos al mundo cual maquina

sexual y asimismo no poder sentirse plenas y realizadas de gozar de una sexualidad sana y sin

reprensión alguna, esto no solo se ve o se ha visto desde la antigüedad o en alguna cultura en

específico, esto también se refleja en la actualidad y en los diferentes grupos sociales en donde la

mujer es vista como una ama de casa y sin oportunidad de realizarse en la vida, pues todavía en

pleno siglo XXI existen hombres con dicho pensamiento. Por ello se establece un debate entre

las posturas más biologicistas que tienden a legitimar los modos de ser mujer u hombre,

primando esencialmente los principios biológicos, y las posturas más culturalistas,

fundamentalmente desde el feminismo, que tienden a minimizar las bases biológicas frente a la

construcción social.

En segundo lugar, la concepción de sexualidad que defendemos entiende la sexuación como un

proyecto enormemente flexible y plástico donde los conceptos «mujer» «hombre» tienen un

valor referencial. Hay que tener en cuenta que como resultado de la sexuación habría tantos

modos de ser mujer u hombre como personas. Por ejemplo, una persona transexual o

transgenérica, deberían defender su propia identidad, la que estas personas decidan desde su

realidad, y ajustar, integrar y asumir las posibles contradicciones, para llegar a ser mujer u

hombre a su modo, para sí mismos y para los demás. Cabe hacer un paréntesis, y es que en la

actualidad en la que estamos inmersos hoy en día existen diferentes modos de ver la sexualidad y

de querer vivirla, así como la elección del sexo en el cual he de sentirme como ser humano

pleno, y además se alega mucho sobre la manera en la que se ha optimizado la sexualidad a tal

punto de discriminar dicho comportamiento como algo desadaptado. Pero en teoría se puede

decir que la sexualidad debe ser un acto pleno y libre de coerción alguna y que mientras se de

amor la persona puede vivir su sexualidad como lo prefiera, cabe resaltar que hoy en día se alega
mucho este derecho de sexualidad y que han sido muchos los procesos por los cuales las

diferentes comunidades sexuales han tenido que defender su forma de sentirse realizados, y se ha

logrado que se mitigue un poco el rechazo social pero más sin embargo sigue en proceso de

adaptación social puesto que las organizaciones religiosas obstruyen dicha concepción y alegan

tener bases bíblicas para no concebir otras ideologías de género, si no la natural propia desde los

inicios. Por ello, Según, Félix López, el deseo sexual, siendo una dimensión de la sexualidad, es

vivido como búsqueda de placer y no es posible anularlo y que el deseo sexual debe ser

conocido, reconocidas sus manifestaciones, vividas con naturalidad, integradas en la propia

identidad y regulado conforme al conjunto de valores y opciones personales. Por otro lado, como

lo indicó Freud (1972), la pulsión sexual es una realidad limítrofe entre lo biológico y lo psíquico

enormemente flexible, de tal modo que el deseo sexual puede ser satisfecho directa y libremente,

puede ser reprimido, aplazado, sublimado, etc. Asimismo, desde el punto de vista del desarrollo

personal, nos parece adecuado contribuir a que cada persona comprenda mejor la dinámica de su

propio deseo sexual, sea capaz de regularla, haciendo uso de la razón, la «razón lúcida» en

términos del propio Félix López, tenga las suficientes habilidades sociales como para compartir

la satisfacción con la persona deseada, tenga la suficiente capacidad de tolerancia a la frustración

como para aceptar los rechazos y disponga de un sentido de la ética de las relaciones

interpersonales que le permita satisfacer su deseo en un espacio de igualdad, exento de

imposiciones y violencia.

Por otra parte, el deseo erótico es una de las dimensiones esenciales de la sexualidad. Es vivido

como una experiencia emocional subjetiva. Como toda emoción, genera una tendencia de acción

hacia la búsqueda del placer a través de experiencias eróticas, vividas de manera auto erótica o

compartida, con personas del mismo o distinto sexo.


A continuación esta es una de las citas más relevantes de Félix López, quien hablo de los

siguientes pensamientos conforme a la sexualidad:

 El ser humano puede verse ayudado en la búsqueda de dar sentido a su vida, o por lo

menos a soportar mejor las inevitables dificultades y sufrimientos.

 Nos ayuda a salir de nuestra soledad inclinándonos a la búsqueda del encuentro y

comunicación con el otro.

 La sexualidad vivida satisfactoriamente es también fuente de comprensión para con los

demás de eliminación de la rigidez y el moralismo, como lo es también de racionalidad,

pues no necesita tergiversar, racionalizar los verdaderos motivos de la conducta. Es, en

definitiva, una fuente de amor a la vida, de biofilia, de actitud positiva frente a sí mismo,

los demás y las cosas.

Otra aportación de interés en la aproximación al concepto de sexualidad es la aportada por

Herant Katchadourian (1979), quien consideraba que los significados de la sexualidad podrían

agruparse o derivarse en dos grandes categorías: a) La que hace referencia a la «división

orgánica como hombres y mujeres», y a las cualidades que las distinguen. b) La que hace

referencia al comportamiento erótico y a determinados aspectos físicos o de personalidad,

asociada o relacionada con lo erótico.

Por otro lado, La cultura en general, desde el origen primitivo de socialización hasta nuestros

días, ha ido conformando atribuciones a la realidad sexo, es decir, contenidos acerca del papel

que se espera de las mujeres y de los hombres.

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