Diáspora Venezolana

La migración venezolana ha venido cambiando aceleradamente, no solo en

número sino que ha cambiado su perfil. Ya hoy no solo emigran profesionales y
técnicos pertenecientes a la clase media o media alta con familia, descendientes
de extranjeros; hoy la diáspora ha alcanzado bachilleres y técnicos de oficio,
pertenecientes a la clase media baja y los más pobres. Las condiciones
socioeconómicas actuales del país hacen casi imposible identificar y diferenciar
los migrantes, sin embargo, los medios por los que se viaja y las circunstancias en
las que se emigra son cada vez más extremas y demuestran la vulnerabilidad del
venezolano. Es necesario entender que esta emigración venezolana se da por la
percepción que tienen estos ciudadanos de factores negativos que perciben en el
contexto, tales como la inseguridad, el difícil acceso a los alimentos y las
medicinas, dificultad para encontrar empleo calificado y bien remunerado, entre
otros y que se perciben de manera más fuertes en épocas postelectorales, de
protestas y con el aumento inflación económica.

Producto de esta diáspora se observan como consecuencias más relevantes: El

envejecimiento de la población debido a la salida de población joven, dejando en
muchos casos los menores bajo la custodia de sus mayores, lo cual lleva a una
merma en rendimiento escolar y la escolaridad en general; y en muchos casos el
aumento de la niñez abandonada. Una disminución en el rendimiento laboral de
las empresas sobre todo las del estado debido a la disminución de la gente
trabajadora y su sustitución por personas con poca o ninguna capacitación.

En este sentido el gobierno revolucionario ha implementado una serie de medidas

que permitan disminuir el impacto de esta migración. Quizás la medida más
evidente es la del Plan Vuelta a la Patria, de la cual poco se conoce sobre su
operatividad salvo los anuncios de la llegada a de los aviones cargados de
repatriados al país; pero poco se conoce sobre las condiciones en las cuales
regresan y sobre el apoyo que se les brinda una vez que llegan al país; entiéndase
no hay un plan comunicacional que permita al resto de la ciudadanía conocer al
respecto de manera tal que se pueda incentivar la vuelta a la patria de otros tantos
venezolanos.

Por otra parte el Plan Chamba Juvenil, que ha dado oportunidad de empleo a
muchos venezolanos reemplazando a muchos de los migrantes, sin embargo la
ubicación de estos jóvenes ha sido desde la percepción del venezolano un tanto
desordenada y no ha surtido desde lo que implica la efectividad del trabajo
productivo el efecto deseado.
Ante la situación y con el fin de evitar que la migración siga deteriorando la vida de
los venezolanos, la productividad de las empresas del estado y las privadas,
minimizar el bajo rendimiento y la deserción escolar, se plantea la inmediata
implementación de medidas que motiven a la ciudadanía y favorezcan su calidad
de vida, mediante la potenciación de empleo bien remunerado de acuerdo a las
capacidades y competencias de cada individuo; centrar los recursos y esfuerzos
en mejorar las condiciones de las escuelas y los docentes evitando la creación de
nuevas instituciones, establecer un plan de reubicación de los docentes y personal
de las escuelas a las cercanías de sus residencias disminuyendo con ello los
gastos de transporte y alimentación, ajustar los horarios de trabajo sin menoscabo
de la calidad de la atención. Generar un programa de capacitación remunerada en
los centros de trabajo para cubrir las necesidades de personal de manera optima.