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5 estrategias para calmar la ansiedad en los niños.

Experta en investigaciones sobre el desarrollo infantil da a conocer algunas de las


acciones clave para ayudar al menor a ganarle la batalla a esta emoción
La actitud de no querer despegarse de la mano o pierna de papá o mamá cuando tiene
que hacer una actividad solo, puede ser señal de que el menor está ansioso.

Si notas que tu hijo(a) tiene a veces o regularmente un comportamiento de ansiedad, es


importante que le enseñes desde temprana edad cómo controlarlo debido a que
psicológicamente se sabe que éste empeora con el tiempo y puede llegar a hasta alterarle
su sistema nervioso.

1. Está bien sentirse ansioso

Como los niños de corta edad rara vez son capaces de definir y expresar sus emociones,
puede resultar difícil para los padres identificar la ansiedad en sus retoños ya que ésta se
manifiesta de diferentes maneras. Sin embargo, de acuerdo con Pelini, existen
algunas banderas rojas que facilitan la identificación.

Entre esas banderas están el llanto cada vez que tiene que ir a la escuela o justo antes de
su clase de natación o de béisbol; manifestarse extremadamente pegajoso al cuerpo de
papá o mamá cuando está a la expectativa de tener que realizar una actividad solo y no
querer que los padres desaparezcan de su vista.

Como la ansiedad puede provoca dolores psicosomáticos, el menor puede quejar de


dolor de cabeza o estómago o llegar a vomitar. Igualmente, puede manifestar su
ansiedad poniéndose de mal humor, haciendo un gran berrinche o mostrándose violento
o agresivo.

Si alguna de las anteriores señales se manifiestan, el primer paso para ayudar al niño(a)
a manejar la ansiedad es “enseñarle a identificar que está sintiendo y dejarle saber que
es normal estar ansioso(a)”.

2. Identificar qué actividades los calman

“Hay actividades sensoriales, visuales, liberadoras de la tensión [como es el caso del


trampolín] o de concentración de la atención que son eficaces para ayudar a calmar la
ansiedad en los menores”, explica la experta.

En esta estrategia, el punto clave es estar seguros que el hijo o la hija comprenda que la
ansiedad es una emoción normal que puede manejarse y que cuando éste(a) se sienta
ansioso(a) debe realizar alguna de las actividades que lo calman.
3. No proteger ni menos sobre proteger

La sobre protección puede empeorar las cosas. Así que en lugar de proteger o sobre
proteger al menor de situaciones que le provocan ansiedad, Pelini dice que hay que
ayudarlo a enfrentar todo lo que desencadena su estado emocional.

“Con pequeños pasos se puede motivar al hijo a salir de su zona de confort hablando de
las situaciones que provocan su ansiedad, repasando los peores escenarios posibles y
haciendo una exprese varias ideas sobre las reacciones apropiadas a estos escenarios:
‘¿qué es lo peor que puede pasar?’, ‘¿qué crees que harías?’, ‘¿qué pasar si …? ‘,’¿qué
puedes hacer si …?‘, son algunas de las pregunta a hacerle al menor para que el mismo
se conteste y aprenda cómo calmarse”, dice Pelini.

Pisa con cuidado cuando empujes a tu hijo fuera de su zona de confort. No ayuda a un
niño ansioso que necesita su presencia dejándola sola en una fiesta. Sin embargo, usted
la tranquiliza al reducir gradualmente el tiempo que pasa con ella durante sus eventos
sociales.

4. Controlar la propia ansiedad

Los estudios evidencian que los padres propensos a la ansiedad son más propensos a
criar niños con trastornos relacionados con ésta. Es así que, de acuerdo con la experta, el
mayor problema que enfrentan los padres con este tipo de disposición es usar estrategias
ineficaces en el intento de proteger a su hijo de la ansiedad. Y para prevenir esto, los
psicoterapeutas recomiendan que los padres sanen sus traumas de infancia y lidien con
sus miedos.

Otro punto importante es saber cuándo deberían alejarse de la vista del hijo cuando
están ansiosos, ya que, los menores adoptan comportamientos de padres, al ser estos sus
primeros educadores.

“Se debe recordar que la forma como un hijo reacciona ante las situaciones depende en
gran medida de cómo los padres reaccionan ante éstas”, asegura Pelini. “Elegir ser más
optimista sobre cómo se perciben los eventos de la vida diaria y no calificarlos siempre
como situaciones peligrosas o irresolubles ayudará a disminuir la ansiedad en los hijos”.
5. Buscar ayuda

La ansiedad infantil, lamentablemente, puede ser señal de problemas más serios. Así
que de notar que un hijo manifiesta este comportamiento, la experta recomienda buscar
ayuda profesional si:

 La ansiedad le causa angustia considerable al menor.

 El niño(a) es retraído y se le dificulta estar cerca de otras personas.

 La ansiedad le impide participar en eventos sociales o relacionados con la escuela.

 El menor también muestra muchos problemas de comportamiento.

 El niño(a) evita el contacto visual, incluso con miembros de la familia.

 El papá, la mamá o ambos padres se sienten abrumados e incapaces de ayudar al menor


a controlar y superar los problemas relacionados con la ansiedad, implementando en él
las estrategias efectivas y apropiadas que se tienen de acuerdo con la edad.

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