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La Epidemiología es una ciencia cuyo objeto de estudio se refiere no solamente a

la incidencia de las enfermedades en los individuos, sino también al origen,


prevalencia, distribución, descenso y erradicación de estas, esto sin considerar
necesariamente la etiología de la enfermedad menciona Alarcón (2009).1
Entre las razones por las cuales la Epidemiología es importante dentro del área de
la salud se encuentran disminuir la morbilidad y la mortalidad, establecer la
magnitud de la enfermedad, conocer su historia natural, plantear un-- pronóstico,
llevar a cabo una evaluación para brindar asistencia sanitaria y proponer medidas
terapéuticas y preventivas, tanto para enfermedades ya existentes como futuras de
acuerdo con Gordis (2015).2
La salud pública ayuda a la Epidemiología en cuanto a la prevención y erradicación
de enfermedades; Frenk (2016) menciona que la salud pública es una herramienta
que procura preservar el estado de salud de la población mediante programas
gubernamentales, cooperación social y concientización general.3
Se menciona entonces que la Epidemiología es un estudio más teórico que práctico
y que se apoya de herramientas como la estadística y la demografía; y la salud
pública es un estudio con aplicaciones totalmente prácticas. La aplicación de
términos y herramientas propias de ambas disciplinas es esencial para el desarrollo
de este ensayo en el que se investiga acerca de la leucemia.
Habiendo ya considerado los conceptos de Salud Pública y Epidemiología es
preciso comenzar a desarrollar el problema de salud acerca del cual se trata este
ensayo; así pues, la leucemia se define como el cáncer de los tejidos que forma la
propia sangre en el organismo, incluyendo la médula ósea y el sistema linfático.
Considerándola como una enfermedad que involucra a los leucocitos, siendo estos,
poderosos combatientes de infecciones; los cuales se dividen en condiciones
normales de manera organizada, a medida que el cuerpo los necesita 1.

La leucemia se caracteriza por tener una proliferación clonal, autónoma y anormal


de los leucocitos, que dan origen al resto de las células normales de la sangre,
implicando que una célula temprana sufra un cambio genético que hará que se
produzca sin control una clona anormal de sí misma. Cuando las células anormales
invaden otros tejidos, se producirá una falla del funcionamiento del órgano que se
ocupa; finalizando en la proliferación de células anormales sin control (cáncer
leucémico)2.

Las manifestaciones clínicas de la leucemia dependen del grado de insuficiencia de


la médula ósea debido a la proliferación de blastos, para producir los eritrocitos,
leucocitos y plaquetas de manera normal, por otro lado, la sintomatología depende
también de las repercusiones por la infiltración de éstas a otros órganos. Las
manifestaciones clínicas y físicas que generalmente se presentan son:

 Conteos bajos de leucocitos, especialmente de monocitos o neutrófilos.


 Dolor o sensibilidad en los huesos.
 Fiebre o escalofríos.
 Fatiga persistente, debilidad.
 Ganglios linfáticos inflamados, agrandamiento del hígado o del bazo.
 Infecciones frecuentes o graves.
 Piel pálida, pequeñas manchas rojas en la piel (petequia).
 Pérdida de peso sin razón aparente.
 Sudoración excesiva, sobre todo por la noche.
 Tendencia al sangrado y a la formación de moretones3.

Estos síntomas suelen ser vagos y poco específicos, por lo que pueden ser
confundidos con los de la influenza u otras enfermedades frecuentes. Debido a esto
se presentan diferentes pruebas para el diagnóstico y clasificación de la Leucemia
como son:

 Análisis de sangre.
 Hemograma completo y prueba diferencial. Mide el número de leucocitos,
eritrocitos y plaquetas del organismo.
 Pruebas de médula ósea. Se obtienen por biopsia y aspirado de médula
ósea.
 Exámenes de rutina en microscopio. Permiten la observación del tamaño,
forma y otras características de los linfocitos para su clasificación.
 Tratamientos para la identificación de células leucémicas (Citoquímica,
Citometría de flujo e inmunohistoquímica).
 Pruebas para la identificación de alteraciones cromosómicas características
de la Leucemia (Prueba cromosómica estándar, Hibridación in situ con
fluorescencia (FISH), Reacción en cadena de la polimerasa (PCR)).
 Interpretaciones Imagenológicas del cuerpo. Tomografía computarizada
(rayos X), Resonancia Magnética (ondas de radio).
 Ecografía (ultrasonido). Permite observar los ganglios linfáticos cercanos a
la superficie del cuerpo o para observar órganos agrandados.

Practica Numero 8 pendiente

Es ahora pertinente el describir cuáles son los principales factores que favorecen el
desarrollo de leucemia en la población. “…Las leucemias agudas constituyen el
grupo de neoplasias más frecuentes en la edad pediátrica” (Atienza, 2016, pp. 380),
considerando esto los factores de riesgo a mencionar serán enfocados al riesgo de
que el bebé, producto de un embarazo, desarrolle leucemia.1
Un factor de riesgo es definido como “…cualquier rasgo, característica o exposición
de un individuo que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión”
(OMS), en este caso, leucemia.2 Guzmán, Barceló, Taureaux, Reyes y Moncada
(2007) mencionan que son factores de riesgo para la leucemia “…los campos
electromagnéticos en la vivienda, humo del tabaco en el embarazo, antecedentes
de cáncer en familiares lejanos y tóxicos ambientales”. Se infiere entonces que una
familia que resida cerca de centros que emitan campos electromagnéticos posee
mayor probabilidad de que sus integrantes, principalmente los menores de edad,
padezcan leucemia. Se asume también que a mayor número de electrodomésticos,
mayor riesgo habrá para los integrantes de la familia.3
Contextualizando los tóxicos ambientales a un ámbito familiar cotidiano se habla de
los plaguicidas como factores de riesgo importantes en el padecimiento de la
leucemia, esto es mencionado por Hernández, Zonanna y Zaragoza (2009) y más
recientemente por Travieso y Campo (2017), y pone en alerta a comunidades que
se encuentren expuestas al uso de pesticidas, como es el caso de las comunidades
rurales, las cuales en la mayoría de las situaciones sufren de una condición
socioeconómica pobre, por lo tanto, el desarrollo de leucemia por parte de alguno
de sus integrantes significaría un problema grave cuya solución escaparía de sus
posibilidades desde un punto de vista económico.4, 5
Estudios realizados han asociado el padecer leucemia a factores de riesgo
conductuales y dietéticos tales como el índice de masa corporal elevado, ingesta
reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y
consumo de alcohol. Por lo que se ha exhortado a la población a llevar un estilo de
vida saludable y a acudir al médico (OMS, 2018).6
La importancia de definir los factores de riesgo para leucemia radica en la
posibilidad de alertar a la población acerca de ellos y así mantenerlos al margen.
En este apartado se menciona que es preciso desarrollar hábitos y conductas de
alimentación y ejercicio sanas, además de utilizar los electrodomésticos el menor
número de veces posible.

Una vez establecida la definición de leucemia desde el punto de vista


epidemiológico-clínico, es de vital importancia conocer la magnitud del problema y
su impacto en la población, puesto que es uno de los objetivos de este ensayo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2018), el cáncer es la segunda
causa de muerte en el mundo; en 2015, ocasionó 8,8 millones de defunciones;
aproximadamente una de cada seis defunciones en el mundo se debe a este
padecimiento, y cerca del 70% de las muertes por cáncer se registran en países de
ingresos medios y bajos.
En México, la leucemia es el cáncer de mayor frecuencia en la población menor de
20 años de edad, ya sea por herencia o por mutación genética. Los tipos de cáncer
que más afectan a la población son los desarrollados en los órganos
hematopoyéticos (médula ósea, bazo y timo). Tomando en cuenta los datos de
morbilidad hospitalaria por tumores malignos, se observó que durante 2014, el
cáncer en órganos hematopoyéticos fue el de mayor presencia en hombres con un
59.2%; mientras que en mujeres menores de 20 años de edad fue del 61.1 %.
Durante el lapso de 2011 a 2016, dos de cada 100,000 habitantes de 0 a 17 años
fallecieron anualmente por un tumor en órganos hematopoyéticos. Entre los jóvenes
de 18 a 29 años, murieron tres de cada 100,000 hombres contra dos de cada
100,000 mujeres por esta causa, a esto se suma que la leucemia es el cáncer más
común en niños, pues es la responsable del 50% de las muertes, de acuerdo con
datos reportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2018).
Por otra parte, el Estado de México se ubica en el primer lugar de casos
diagnosticados de cáncer en el país, dato reportado por el centro Oncológico del
ISSEMyM (2018) que atiende a más de 4 mil de los 15 mil casos en la entidad
anualmente, ocupando la leucemia los primeros lugares. En cuanto a la población
infantil, el mayor número de casos de cáncer se relacionan con leucemias, según
datos revelados por el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM, 2018).

Con los datos ya recabados acerca de en qué grupos poblacionales se han


presentado más casos de leucemia se puede ahora realizar un análisis estadístico
para predecir qué grupos son los más propensos a desarrollar leucemia en un futuro
cercano y así implementar acciones para alertar a estos sectores poblacionales.
A nivel nacional el INEGI (2015) ha registrado un aumento constante en el número
de habitantes desde hace más de 50 años, en 1960 se censaron 34, 923, 129
habitantes, en 1980 fueron 66, 846, 833, en el año 2000 se registraron 97, 483, 412
y en el 2015 fueron 119, 938, 473 habitantes. El factor poblacional no es realmente
un factor que determine el número de casos de leucemia que se han de desarrollar,
no obstante, es lógico pensar que mientras mayor sea la población que habita en la
República Mexicana habrá una atención médica menos personalizada y completa,
y mientras no mejore el nivel económico del país, tratar los casos nuevos de
leucemia será menos factible.1
El porcentaje de mujeres en la nación ha sido superior al de hombres desde hace
más de 50 años, en 1970 el porcentaje de hombres fue de 49.9% y desde entonces
solo ha descendido manteniendo valores alrededor de 49 y 48%, en 2015 se registró
un valor de 48.6. De párrafos anteriores se menciona que el cáncer en órganos
hematopoyéticos afecta a las mujeres en 1.1 por ciento más que a los hombres, el
hecho de que en México habiten más mujeres que hombres es un factor a
considerar, puesto que son un sector en riesgo para casos de leucemia. 1, 2
El factor más importante a analizar para los fines de este apartado es el etario, esto
debido a que la leucemia afecta en mayor medida a la población menor de 20 años,
(en algunos casos se incluyen individuos menores hasta de 30 años). Tan solo el
22.4% correspondía a mujeres de entre 0 y 24 años en el 2015, y el 22.9%
correspondía a hombres del mismo grupo etario, esto significa que para el año en
curso, 2019, aun se habla de que el 45.3% de la población mexicana es susceptible
a sufrir casos de leucemia, razón por la cual la leucemia es un caso importante a
tratar cuando se trata de Salud Pública.1, 2
Para el Estado de México las estadísticas se muestran similares a las nacionales,
aumento en la cantidad de habitantes, mayor número de mujeres que de hombres
y un alto número de personas jóvenes, tanto así que en el Estado de México en el
año 2014 residían 4, 396, 952 habitantes de 0 a 14 años; en el 2019 este grupo
sigue siendo vulnerable a padecer casos de leucemia.
Una clasificación de enfermedades es un sistema de categorías a las cuales se le
asignan entidades morbosas de acuerdo con criterios establecidos. Cuyo propósito
es permitir el registro sistemático, análisis, interpretación y comparación de los datos
de mortalidad y morbilidad recolectados en diferentes países o áreas, así como en
diferentes épocas.1 Es utilizada para convertir los términos diagnósticos y de
problemas de salud, de palabras a códigos alfanuméricos que permiten su fácil
almacenamiento y posterior recuperación para el análisis de la información. 2
Compuesta de tres volúmenes:
a) Volumen I. Lista tabular.
b) Volumen II. Manual de instrucciones.
c) Volumen III. Índice alfabético.
Dentro de esta clasificación, la enfermedad de la leucemia se encuentra adaptada
en el apartado de Tumores [neoplasias] malignos del tejido linfático, de los órganos
hematopoyéticos y de tejidos afines (C81–C96) en el cual se encuentran algunas
de las clasificaciones de la leucemia establecidas como son:
 C91 Leucemia linfoide, C92 Leucemia mieloide, C93 Leucemia monocítica,
C94 Otras leucemias de tipo celular especificado, C95 Leucemia de células
de tipo no especificado y C96 Otros tumores malignos y los no
especificados del tejido linfático, de los órganos hematopoyéticos y de
tejidos afines. 3

Por su parte, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) no permite


el acceso de forma gratuita a la información en la que se establecen las estrategias
y acciones epidemiológicas llevadas a cabo que permiten observar el
comportamiento evitabilidad de las demoras en las sospechas, diagnostico,
tratamiento y mortalidad de los casos incidentes en Leucemia para orientar a la toma
de decisiones mediante la producción de información epidemiológica útil para la
salud pública. De igual forma, el Boletín Epidemiológico en su publicación más
actual (11 marzo 2019) no establece la difusión de la morbilidad para la Leucemia,
solo lo hace para enfermedades de transmisión sexual, displasias, neoplasias,
enfermedades neurológicas y de salud, entre otras.4
Dentro de la enfermedad de la Leucemia, las tasas de morbilidad y mortalidad no
pueden ser medidas con exactitud para esta enfermedad en general debido a su
gran extensión y desglose de otras enfermedades de su tipo.

El objetivo básico de la vigilancia epidemiológica es explorar la información referida


a la salud, para orientar la toma de decisiones y la planificación de estrategias de
prevención y control. La descripción de los patrones de ocurrencia de las
enfermedades y la investigación de sus causas permite identificar los grupos más
expuestos o susceptibles; estratificar los riesgos y orientar las acciones preventivas
y de control de una manera eficaz y eficiente1. Con la finalidad de cumplir cada uno
de estos objetivos, han surgido diversos estudios epidemiológicos, de entre los
cuales se mencionan, ejemplifican y analizan a continuación los de tipo transversal,
de casos y controles, y los de cohorte.

Las investigaciones de corte transversal o de prevalencia estudian simultáneamente


la exposición y la enfermedad en una población bien definida en un momento
determinado.2 Debido a la aplicación de estos estudios, durante los últimos años se
ha experimentado un incremento pronunciado en el número de casos de leucemias.
A través de diferentes estudios en la República Mexicana, se establecieron los
patrones de prevalencia basados en los factores de riesgo presentes como
presencia o ausencia de seguridad médica, edad, ubicación, etc.

Con la aplicación de estudios de tipo transversal se han establecidos las siguientes


afirmaciones; la leucemia linfoblástica aguda es la causa más frecuente de cáncer
en la población pediátrica, mientras que la leucemia linfocítica crónica es
característica de los adultos mayores. Se determinó a la leucemia mielomonocitica
como la variedad de leucemia mieloide más frecuente3. En cuanto a la variedad
linfocítica crónica, el género masculino ha mostrado una mayor afectación (60% de
los casos); siendo estos datos de gran relevancia, ya que, de acuerdo con diversos
estudios poblacionales, tanto la respuesta como la severidad de la enfermedad son
menores en los pacientes del género femenino que en los del género masculino
(71% vs 83%)4.
En conclusión, este tipo de estudios poblacionales (prevalencia) permiten obtener
datos de gran relevancia para planear diversas políticas poblacionales y ensayos
terapéuticos, y aun en la práctica médica cotidiana durante los diagnósticos
diferenciales por grupo etario.

Pendiente Practica 10

Otros tipos de estudios epidemiológicos son los estudios de cohorte, que son de
tipo observacional o no experimental y son mejor definidos como aquellos en los
que …individuos están sometidos a determinadas exposiciones mientras que otros no;
ninguno de los sujetos manifiesta los desenlaces clínicos de interés al inicio del estudio,
aunque todos están en riesgo de padecer dichos desenlaces con el tiempo; y tras un periodo
de seguimiento dado se miden y comparan los mismos entre los grupos de expuestos y no
expuestos (García, 2017, pp. 137).1
Existen varios ejemplos de la aplicación de estudios de tipo cohorte en del tema de
la leucemia, la mayoría relacionados al desarrollo de nuevos padecimientos en
pacientes que presentan la enfermedad. Los factores de riesgo que se describen en
estos estudios son regularmente los tratamientos utilizados para combatir a este
tipo de cáncer y a las condiciones en que estos son llevados a cabo. Como ejemplo
se menciona el artículo escrito por Taicz et al (2018), en el que se describe un
estudio de cohorte retrospectivo, el cual analiza el tiempo de hospitalización de
niños con leucemia, esto asumiendo al factor de riesgo como el desarrollo de
bacteriemia asociada a catéter.2
El problema que se genera en estudios de cohorte es la presencia de sesgos, para
reducirlos es necesario establecer criterios de exclusión y definir los parámetros a
estudiar. En la investigación realizada por Taicz et al (2018) por ejemplo, …se
excluyeron los pacientes con microorganismos en hemocultivos considerados
contaminantes (por ejemplo, Staphylococcus coagulasa
negativa, Micrococcus sp, Corynebacterium sp no asociado a catéter) y los pacientes con
diagnóstico inicial de leucemia aguda pero que en el momento de la bacteriemia hubieran
recibido un trasplante de precursores hematopoyéticos (Taicz et al; 2018).2
En los estudios de cohorte es conocido el uso tanto de incidencias acumuladas
como de razón de tasas, ambas medidas relacionadas a la obtención del riesgo
relativo (Fajardo, 2017). El uso de esta medida de asociación acoplada a
investigaciones que observen el estado de salud en pacientes con leucemia se ve
ejemplificado en el documento elaborado por Peña (2017) en el que entre varias de
sus conclusiones se redacta que “…los pacientes que no recibieron
antibioticoterapia precoz tienen RR: 1.4 (IC95%= 1.161 – 1.903) veces más riesgo de
tener una estancia hospitalaria prolongada (mayor de 96 horas), siendo esta
relación estadísticamente significativa. P=0.006” (Peña, 2017).3, 4
Los estudios epidemiológicos son ampliamente utilizados en investigaciones
referidas al estado de salud-enfermedad de las poblaciones humanas; estas
investigaciones, aplicadas a la leucemia, son realizadas con la finalidad de obtener
información para preservar un estado de salud adecuado en pacientes que padecen
este tipo de cáncer.

El Plan Sectorial de Salud a nivel federal, que abarca el periodo 2013-2018, no


involucra acciones relacionadas directamente con la leucemia, engloba las
enfermedades derivadas de tumores malignos y neoplásicas, mas solamente
menciona las estadísticas relacionadas con estas enfermedades, como son
prevalencia, mortalidad, incidencia.
En cuanto al Plan de Desarrollo del gobierno del Estado de México, que comprende
del periodo de 2017-2023, se reconoce a las enfermedades neoplásicas como la
tercera causa de muerte, en relación con enfermedades no relacionadas con la
obesidad. Sin embargo, las propuestas de tratamiento y prevención son
globalizadas, la línea de acción principal es agrandar el sistema de atención a la
salud en el Estado de México, procurando así que los servicios de salud estén al
alcance de todos.2
En ninguno de los programas o planes disponibles se contempla a la leucemia tal
cual, anteriormente fue mencionado que es globalizada a las enfermedades
neoplásicas, el gobierno federal actual no tiene vigente un plan de salud.

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