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RESUMEN 2
1. INTRODUCCIÓN 2
2. INFORMACIÓN 3
2.1 E. coli productora de toxina Shiga (STEC) 3
2.2 Mecanismo de patogenicidad 4
2.3 Incidencia y prevalencia 8
2.4 Alimentos de riesgo 17
2.4.1. Carne 18
2.4.2 Otros 19
2.5 Estrategias de mitigación 21
2.5.1 Prevención de la contaminación en la cadena alimentaria 22
Alimentación del ganado 24
Vacunación del ganado 24
Efectividad de antimicrobianos y bacteriofagos 25
Sistema de barreras 25
Efectividad de los ácidos orgánicos 26
2.5.2 Uso del calostro vacuno 26
2.5.3 Estrategias recientes para el tratamiento de toxi-infecciones con STEC 27
2.5.4 Uso de la irradiación para mitigar la presencia de STEC 28
2.6 Normativa 29
3. DISCUSIÓN 30
4. CONCLUSIÓN 32
5. BIBLIOGRAFÍA 32
RESUMEN
Escherichia coli productor de toxina Shiga (STEC) causa casos esporádicos y brotes
1
de diarrea con o sin sangre, Colitis hemorrágica (CH) y Síndrome Urémico-Hemolítico
(SUH), siendo este último, endémico en Argentina, el país con la mayor incidencia de
SUH en el mundo. Tanto éste, como otros microorganismos, son causantes de
millones de muertes debido a las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). El
serotipo de STEC O157:H7 es el predominante, pero existen serotipos como
O26:H11; O103:H2; O111:NM; O121:H19 y O145:NM, entre otros, que también
causan enfermedades graves en humanos. Los rumiantes en general y el ganado
vacuno en particular, han sido señalados como los principales reservorios de STEC,
y los alimentos de origen cárnico como el vehículo más frecuente, destacándose el
consumo de carne contaminada mal cocida, aunque el contagio también puede
producirse por el consumo de agua, vegetales, jugos y lácteos contaminados o no
pasteurizados. STEC posee distintos mecanismos que le confieren su característica
de patógeno, entre los que se encuentra su capacidad de adherirse a los enterocitos,
la producción de toxinas Shiga (el más importante) y otros factores de virulencia.
Actualmente, se están investigando distintas estrategias para reducir la portación de
STEC en el ganado bovino, tales como vacunas y probióticos. La toxina shiga (Stx)
es esencial para el desarrollo del SHU, trastorno no bacteriémico toxémico, que
podría tratarse con anticuerpos. En esta dirección, es que se están desarrollando
tratamientos con anticuerpos monoclonales humanizados que neutralizan la Stx a
nivel sistémico. Recientemente se ha visto que los sueros policlonales resultan una
excelente opción para una terapia de amplio espectro. Un desafío importante será la
capacidad de identificar rápidamente y con exactitud los pacientes infectados con
STEC. Hay una estrecha ventana de tiempo para intervenir y prevenir las posibles
secuelas relacionadas al SUH, por lo que se están desarrollando, con este fin,
métodos rápidos de detección.
1. INTRODUCCIÓN
Las ETAs siguen constituyendo uno de los principales desafíos para la Salud Pública.
Se estima que en el mundo se producen 1700 millones de episodios de diarrea por
año, los que ocasionan 2,2 millones de muertes, de las cuales 1,8 millones
corresponden a niños menores de 5 años (Bigeon, 2016). Teniendo en cuenta estos
valores, hay que destacar que el desarrollo de estrategias de prevención y control de
estas enfermedades requiere de la participación y colaboración de diferentes áreas
de trabajo, como son la medicina humana y veterinaria, los organismos reguladores
de la producción, la industria alimentaria y la vigilancia epidemiológica, y sobre todo
la educación de la comunidad en materia de seguridad alimentaria (Bigeon, 2016).
En la actualidad se reconocen más de 250 ETAs cuyas causas pueden ser de origen
infeccioso, tóxico o toxiinfeccioso. En las de origen infeccioso, los agentes etiológicos
pueden ser parásitos, bacterias o virus. Algunas de las bacterias que se transmiten
por alimentos incluyen Salmonella spp, Staphylococcus aureus, Bacillus cereus,
Clostridium perfringens y Clostridium botulinum por nombrar solo un pequeño número
de ellas; sin embargo, en los últimos años se detectaron brotes ocasionados por
2
patógenos emergentes como Escherichia coli productor de toxina Shiga (STEC) y re-
emergentes que pusieron de manifiesto la fragilidad de los programas de protección
de alimentos para prevenir y controlar las ETAs (Bigeon, 2016).
Escherichia coli (E. coli) es una bacteria gramnegativa con forma de bacilo, de la
familia Enterobacteriaceae; forma parte de la microflora anaerobia facultativa normal
del tracto intestinal de humanos y animales (López, 2018). En las últimas décadas se
han descubierto cepas de esta bacteria que causan patologías diarreicas,
denominadas E. coli patógenas. Las cepas patógenas poseen factores de virulencia
que sumados al tipo de enfermedad que producen han permitido agruparlas en
patotipos: E. coli enteropatógena (EPEC), E. coli enterotoxigénica (ETEC), E. coli
enteroinvasiva (EIEC), E. coli de adherencia difusa (DAEC), E. coli enteroagregativa
(EAEC) y E. coli shigatoxigénica (STEC) (Méndez et al., 2013). El presente trabajo se
centrará únicamente en la STEC.
En Uruguay ocurren entre 10 y 15 casos nuevos de infecciones por STEC por año, y
la tasa de incidencia es de 4 a 5/100.000 niños menores de 5 años, aproximadamente
(Varela et al., 2008). En Argentina la OPS considera que el SUH es endémico, con
400 casos nuevos por año y una incidencia estimada para el año 2005 de 14/100.000
niños menores de 5 años. La infección se adquiere habitualmente por el consumo de
carne mal cocida o de otros alimentos contaminados con heces, principalmente, de
rumiantes domésticos; los cuales constituyen el reservorio más importante para estos
agentes (Varela et al., 2008).
2. INFORMACIÓN
3
está determinada por el daño de las células endoteliales2 de los pequeños vasos del
colon, riñón y sistema nervioso central. Como esos tejidos no forman parte del epitelio
intestinal donde coloniza STEC, se postula que el daño endotelial es una
consecuencia directa de la acción de la Stx que, liberada por las bacterias atraviesa
la barrera intestinal y ganan acceso a la circulación sanguínea (Pistone et al., 2006).
Las infecciones por STEC se transmiten a los humanos a través del agua y alimentos
contaminados, y por el contacto con personas o animales infectados. E. coli O157:H7
se identificó por primera vez como un patógeno humano en 1982 a partir de dos brotes
de colitis hemorrágica ocurridos en Oregon y Michigan, EE.UU., atribuidos al consumo
de hamburguesas en restaurantes de una cadena de comida rápida (Bigeon, 2016).
E. coli O157:H7 es el serotipo STEC aislado con mayor frecuencia en personas con
diarrea, y al que se le atribuye la ocurrencia de la mayoría de los grandes brotes; pero
existen otros serotipos STEC no-O157 que también pueden causar enfermedad
(Rivas et al., 2008). La OMS reconoció que existen 6 serotipos (O26:H11, O103:H2,
O111: NM, O113:H21 y O145: NM) con potencial patogénico. Sin embargo, se debe
considerar y tener en cuenta que la prevalencia de serotipos asociados a
enfermedades severas varía según el país y la región (Bigeon, 2016).
La bacteria segrega una proteína, que es inyectada en las membranas de las células
huésped por el sistema de secreción tipo tres (T3SS), y que actúa como receptor de
2 Células endoteliales: célula aplanada que recubre el interior de los vasos sanguíneos y capilares,
formando parte de su pared
3 . Enterocito - Células epiteliales del intestino
4
la intimina4 , una adhesina (proteica) que se encuentra en la superficie de la
membrana bacteriana. Es por ello que la proteína segregada se denomina “Receptor
Translocador de Intimina” (Tir). La generación de numerosas uniones intimina-Tir
permite la adhesión del microorganismo al enterocito (figura 1) (Farfán et al, 2016).
Las toxinas producidas por STEC pertenecen a dos subgrupos, Stx1 y Stx2,
inmunológicamente diferentes pero estrechamente relacionados (Stx2 presenta un
5
56% de homología en su secuencia con Stx1). Cada cepa puede presentar uno o
ambos (Dodd et al, 2017).
El ingreso a la célula y la
distribución de las toxinas hacia
los diferentes órganos ocurre
principalmente por tres Figura 2. La toxina shiga está compuesta por dos subunidades:
mecanismos (Farfán et al, 2016). -La subunidad A tiene dos fragmentos, A1 con actividad enzimática y A2, el cual se une a
la subunidad B.
La macropinocitosis es el
mecanismo que permite el ingreso
de Stx a los enterocitos (Farfán et
al, 2016).
STEC segrega una proteína, denominada proteína P, la cual actúa como un estímulo
externo que produce la activación de los receptores tirosin-quinasa que se encuentran
en las membranas de los enterocitos. Éstos, al activarse, desencadenan una cascada
de señalización dentro de la célula, la cual induce cambios en la actina que forma
parte del citoesqueleto de las células (Dodd, et al 2017).
6
enterocitos (Dodd, et al 2017).
2. Transcitosis
3. Endocitosis
Una vez que las toxinas llegan a las células endoteliales, la subunidad B de las
mismas se une al receptor Gb3, lo que provoca la invaginación6 de la membrana
celular y el consecuente ingreso de la toxina al citoplasma de la célula. Luego, el
fragmento A1 de la subunidad A, con actividad N-glicosidasa, conduce a la inhibición
de la síntesis proteica y provoca la muerte celular (Farfán, et al 2016).
7
Se sabe que las células endoteliales renales son las que expresan el receptor Gb3 en
mayor proporción, por lo que son las más propensas a sufrir daños en presencia de
Stx (Dodd, et al 2017).
El daño finalmente causado en las células endoteliales del riñón, activa a las
plaquetas y leucocitos, conduciendo a la formación de trombos de fibrina en los
capilares, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia el glomérulo7, y provoca la pérdida
de función del riñón, provocando el SUH. Además, la acumulación de fibrina en los
vasos daña a las plaquetas y a los glóbulos rojos que los atraviesan. Es por esto, que
esta patología se caracteriza por un bajo recuento de plaquetas, destrucción de
glóbulos rojos (anemia hemolítica) e insuficiencia renal aguda (uremia), lo que explica
el porqué de su nombre (Dodd, et al 2017).
Se sabe que la ingesta de fibra produce, por fermentación en el colon, ácidos grasos
de cadena corta, como el butirato. Este compuesto aumenta la expresión del receptor
Gb3, responsable del ingreso de Stx a las células endoteliales. Se ha realizado
experimentos con ratones, y se ha observado que los que son alimentados con dietas
ricas en fibra, ante una infección con E.coli O157:H7, resultan en una mortalidad
mayor respecto a los ratones alimentados con ingestas bajas en fibra (Dodd, et al
2017).
STEC posee un plásmido (pO157), que codifica genes para diferentes proteínas,
algunas de ellas con actividad enzimática, cuyas funciones están enfocadas a mediar
la unión a la célula hospedera, degradar glicoproteínas y regular mecanismos de
inflamación y citotoxicidad (Farfán, et al 2016).
Desde el año 2015, la CCFH (Codex Committee on Food Hygiene) solicitó a la FDA
(Food and Drug Administration) y WHO (World Health Organization) generar un
reporte con información relevante acerca de STEC. Cabe destacar que los resultados
que obtuvieron abarcan infecciones producidas por alimentos, pero también por la
contaminación en general. De este informe se desprende que en los países del
sudeste de Asia los alimentos propensos a generar infección son vegetales, frutas y
carne de pequeños rumiantes, mientras que en las regiones de África, América,
8
Europa y el este del mediterráneo, la mayor fuente de infección es la carne. Ésto
podría deberse a la cultura de cada país y sus respectivas costumbres alimentarias
(FAO, 2018).
A su vez, es importante destacar que cambios en la producción, la distribución y el
consumo de comida producen un cambio en la exposición a STEC (FAO, 2018).
De los datos proporcionados por la FAO y los países miembros de la OMS, los
principales grupos que fueron monitoreados son carne, lácteos, nueces, semillas y
brotes de semillas, siendo el número de diferentes grupos de alimentos identificados
como un riesgo de transmisión de STEC cada vez mayor con el tiempo (FAO, 2018).
9
En total, el conjunto de datos incluyó 919 brotes de STEC, la gran mayoría informada
en la región AMR. Del total de brotes, 328 (36%) fueron causados por un alimento
simple (es decir, que contiene una sola categoría de alimentos), 79 (9%) por un
alimento complejo (que contienen ingredientes de varias categorías de alimentos) y
512 (56%) no fueron atribuidos a una fuente (Tabla 1)(FAO, 2018).
Un total de 226 brotes que involucran casos de SUH se notificaron en el período del
estudio, la gran mayoría (96%) en la región AMR, donde el 55% fue causada por
alimentos simples, el 9% por alimentos complejos y el 36% no fue atribuido a una
fuente (Tabla 1)(FAO, 2018).
Tabla N°1: Número y proporción de brotes causados por simple, complejo y desconocido
alimento en regiones WHO
10
Europa
Tabla N°2: Resumen estadístico de STEC relacionado con humanos, principales alimentos y
animales.
11
La Tabla 2 resume las estadísticas a nivel de la UE relacionadas con las infecciones
humanas por STEC y la incidencia y prevalencia de STEC en alimentos y animales,
respectivamente, en la UE, durante 2012–2016 (EFSA, 2016).
Tabla N°3 : Casos de STEC informados en la Unión Europea en el periodo 2012- 2016
12
En 2016, se informaron 6.548 casos de infecciones por STEC, incluyendo 6.378 casos
confirmados, en la UE (Tabla 3). Veinticinco MS informaron al menos un caso
confirmado de STEC y tres MS informaron cero casos (EFSA, 2016).
Los índices más altos de notificaciones específicas por país se observaron en Irlanda,
Suecia, los Países Bajos y Dinamarca (15.60, 6.48, 3.92 y 3.68 casos por 100.000
habitantes, respectivamente). Seis países (Bulgaria, Grecia, Letonia, Polonia,
Portugal y Eslovaquia) informaron ≤ 0,1 casos por cada 100.000 habitantes (EFSA,
2016).
Por otra parte, analizando el momento del año en que se obtuvieron los diagnósticos,
se observó una clara tendencia estacional en los casos confirmados de STEC en la
UE entre 2008 y 2016, con más casos reportados durante los meses de verano
13
(Figura 5) (EFSA, 2016).
Los resultados de las pruebas estadísticas de tendencias para este período deben
interpretarse con cautela debido a un gran brote en 2011. En los años posteriores al
brote (2012-2016), la tendencia general de la UE no mostró ningún aumento o
disminución significativos (EFSA, 2016).
Figura N°5 :Tendencia de casos de STEC confirmados en humanos, en EU/EEA, por mes
entre 2008-2012.
Estados Unidos:
14
Figura N°6 : Índice de infecciones producidas por STEC reportado por LEDs, por serogrupo,
y por mes. Entre 1996-2015 en EEUU.
Por otra parte, se observó que la edad del infectado es importante, ya que niños de 1
a 4 años tuvieron la mayor incidencia de infección en todos los grupos de edad, tanto
para O157 como para serogrupos no O157. A su vez, las diferencias más grandes en
la incidencia entre los serogrupos O157 y no O157 se observaron en niños de 1 a 4
años de edad (3,34 frente a 4,22 casos por 100.000 habitantes) y en niñas <1 año
(0,87 frente a 1,96 casos por 100.000 de población) (NCEZID, 2015).
Argentina:
15
La bacteria E. coli tiene la característica de ser sumamente efectiva. “Para contraer
cólera, se necesitan 10 millones de la bacteria que lo produce. Para la salmonella,
son necesarias 1 millón de bacterias. Para el SUH, alcanza con sólo 100 bacterias”,
explica el doctor López. “Es una bacteria muy eficiente para dar la enfermedad”. Y
una vez adquirida la enfermedad, no hay tratamiento, sólo una terapia de sostén Commented [1]: “Que haya más o menos casos de SUH
depende exclusivamente de la casualidad, no de la
(Medina, 2017). causalidad. En Argentina no se hace absolutamente nada
para tratar de evitarlo. No hay una sola campaña de
prevención”, afirma Miguel Angel Caracciolo, presidente de
Observando el boletín integrado de Vigilancia, realizado por la dirección nacional de la Asociación para la Prevención del Síndrome Urémico
epidemiología y análisis de la situación de salud en Argentina, se pueden ver los Hemolítico (APRESUH), con base en Bahía Blanca y que
desde hace ocho años, cuando su hijo de entonces 10 años
siguientes gráficos: contrajo la enfermedad, trabajan en el tema.
Y la realidad es que a pesar de la gravedad que conlleva la
enfermedad y las secuelas que puede dejar, no es muy
conocida (Clarin, 2017).
Intentando darle una explicación a semejante nivel de
desconocimiento, Federico asegura: “El SUH es una
enfermedad políticamente incorrecta porque deja al desnudo
muchas falencias políticas y de la sociedad. Una de las vías
de transmisión es el agua contaminada, en un país donde
faltan cloacas y agua de red, tampoco tenés un control de los
alimentos como debería haber, en los jardines no se hacen
los controles que se deberían hacer. Son todas cosas que
debería hacer el Estado. Entonces, todo lo que no se hace
queda reflejado con esta enfermedad” (Clarin, 2017).
lo dejo aca por las dudas
Commented [2]: “Que haya más o menos casos de SUH
depende exclusivamente de la casualidad, no de la
causalidad. En Argentina no se hace absolutamente nada
para tratar de evitarlo. No hay una sola campaña de
prevención”, afirma Miguel Angel Caracciolo, presidente de
la Asociación para la Prevención del Síndrome Urémico
Hemolítico (APRESUH), con base en Bahía Blanca y que
desde hace ocho años, cuando su hijo de entonces 10 años
contrajo la enfermedad, trabajan en el tema.
Figura N°7: Casos y tasas por 100.000 habitantes de SUH en Argentina, entre 2010 y 2017. Y la realidad es que a pesar de la gravedad que conlleva la
enfermedad y las secuelas que puede dejar, no es muy
conocida (Clarin, 2017).
Intentando darle una explicación a semejante nivel de
desconocimiento, Federico asegura: “El SUH es una
enfermedad políticamente incorrecta porque deja al desnudo
muchas falencias políticas y de la sociedad. Una de las vías
de transmisión es el agua contaminada, en un país donde
faltan cloacas y agua de red, tampoco tenés un control de los
alimentos como debería haber, en los jardines no se hacen
los controles que se deberían hacer. Son todas cosas que
debería hacer el Estado. Entonces, todo lo que no se hace
queda reflejado con esta enfermedad” (Clarin, 2017).
lo dejo aca por las dudas
Uruguay
16
En Uruguay es difícil obtener información estadística de afectados por STEC ya que
la vigilancia de ETA requiere de múltiples actores (Ministerios, Intendencias,
Laboratorios) que actúen coordinadamente en plazos acordes. Otro factor que afecta
al registro y vigilancia de ETA es la notificación tardía y la no disponibilidad del
alimento tóxico para su análisis, lo cual hace que muchas veces no pueda darse con
la bacteria responsable del brote (MSP, 2017). En definitiva es difícil su detección y
llegar a la raíz del problema. Durante el 2016 detectaron 47 brotes de ETAs, sobre
todo en los meses de calor, afectando un total de 663 personas (MSP, 2017).
Figura N°4 : Distribución de brotes de enfermedad transmitida por alimentos según agente
etiológico (MSP, 2017).
Según los registros del 2016 en Uruguay solo se a detectado un brote infeccioso de
E. Coli, sin especificarse la cepa responsable (Figura 4). Como ya se destacó es
complejo el diagnóstico de dicha enfermedad, siendo un patógeno emergente en
nuestro paìs, los protocolos y técnicas son relativamente nuevas.
Para reafirmar este concepto, recién en mayo de 2002 se aisló por primera vez en
Uruguay Escherichia coli O157:H7, productora de Stx a partir del coprocultivo de una
niña de 16 meses procedente de Melo, con diagnóstico de SUH (Gadea, M. et al.,
2004). Esto muestra que la detección de E. Coli en Uruguay es una práctica reciente,
de no más de 20 años.
17
2.4 Alimentos de riesgo
Se han detectado STEC en tractos gastrointestinales de vacas, ovejas, cabras,
búfalos, guanacos, cerdos, perros, gatos, roedores, (Bigeon, 2016) aves, moscas,
humanos, (López, 2018) y en animales silvestres (Leotta et al., 2006). Como ya se
mencionó, los bovinos son considerados los mayores reservorios de esta bacteria y
son, por su volumen de consumo, el mayor vector de contagio al humano.
Otro factor a considerar es el tipo de crianza del ganado. Existen evidencias que
demuestran que el ganado alimentado en sistema de cría intensiva 8, tiene tres veces
más prevalencia de la bacteria que los alimentados por pastura. Dicho fenómeno se
explica por una alteración en la microbiota natural, el pH y alteración de ácidos grasos
(Bigeon, 2016). Además, en crianza con una alta concentración de animales y un
ambiente seco, el aire puede favorecer a la circulación de la bacteria en el ambiente
(Baker et al., 2016).
18
Tabla N° 4: Alimentos vectores de E.Coli O157 en EE.UU 2001. Fuente: (López, 2018)
2.4.1. Carne
El peligro de contaminación en la carne se da en centros de faena por transferencia
desde cueros contaminados con materia fecal o por contacto directo de la materia
fecal con carcasa del animal durante el eviscerado.
2.4.2 Otros
La contaminación en la leche se atribuye a la contaminación de origen fecal, aunque
se ha sugerido la posibilidad de que cepas de STEC sean agentes de mastitis
subclínicas9 (Alvarez, 2014).
19
En relación a productos lácteos se han aislado cepas de STEC en leche cruda, leche
pasteurizada y queso (Navarro, 2017). Puede mencionarse un brote de O157:H7 en
el año 1993, donde se constató que fue por el consumo de leche sin pasteurizar
vendida en las tiendas de Oregon, EE.UU. (William, 1997).
El 52% de las intoxicaciones se han asociado al consumo de carne bovina, pero cada
vez más se registran casos de intoxicación por consumo de alimentos frescos,
vegetales (Bigeon, 2016). La contaminación de vegetales puede adjudicarse a la
fertilización de los suelos con materia fecal, contaminación al cosechar, o en el
procesamiento (Bigeon, 2016). También al tener contacto directo con animales de
campo contaminados (WSDH, 2018), moscas u otros insectos así como riego por
agua contaminada (FAO, 2011).
Respecto a estas matrices parece importante hacer mención a la cepa del serotipo
O104:H4 responsable del brote asociado a semillas germinadas contaminadas que
afectó, en Alemania y Francia, a 3.126 individuos, otros 773 desarrollaron SUH y 46
fallecieron en 2011 (Otero, 2014).
20
Personas intoxicadas no deberían manipular alimentos, ya que continúan liberando
los patógenos, que afectarían la inocuidad de los mismos (Bigeon, 2016). Así mismo,
la falta de higiene en la manipulación de alimentos, sobre todo aquellos prontos para
el consumo o que no sufrirán tratamiento térmico, significan un riesgo para el
consumidor .
21
de los alimentos que ha establecido la OMS, pueden prevenir la transmisión de los
agentes patógenos responsables de muchas enfermedades transmitidas por los
alimentos, incluyendo las causadas por STEC (OMS, 2018).
Entre las cinco claves para la inocuidad de los alimentos, se destaca la importancia
de mantener la limpieza, lavando bien las frutas y verduras, especialmente si se
comen crudas (OMS, 2018). Sin embargo un estudio presentado en la Reunión Anual
de la Sociedad de Microbiología General que se celebra en Liverpool, Reino Unido,
muestra que la E. Coli O157:H7 usa estructuras, flagelos, para penetrar las paredes
celulares de la planta. Cuando la STEC está presente en la superficie de la planta
puede eliminarse por lavado, pero cuando penetra en las membranas de las células
vegetales se vuelve inmune al mismo (Betelgeux, 2014).
22
estén presentes en las semillas en niveles bajos pueden alcanzar rápidamente niveles
suficientemente altos para causar enfermedades. Las publicaciones científicas
proponen tratamientos de descontaminación microbiológica de semillas que pueden
lograr diversos niveles de reducción de patógenos. Actualmente no se dispone de un
tratamiento que garantice la producción de semillas libres de patógenos. Están en
curso investigaciones para encontrar tratamientos de descontaminación
microbiológica eficaces que permitan una reducción suficiente de los patógenos en
las semillas, especialmente cuando dichos patógenos están en el interior de las
mismas (Codex Alimentarius, 2007).
La publicación de la OMS Cinco claves para cultivar frutas y hortalizas más seguras
informa a los trabajadores rurales que cultivan frutas y vegetales, sobre prácticas
esenciales para evitar la contaminación microbiana de productos frescos durante la
plantación, el crecimiento, cosecha y almacenamiento. En estas cinco claves, se pone
énfasis nuevamente en la higiene personal y en la importancia de proteger los campos
de la contaminación fecal por animales. Se debe evaluar y gestionar los riesgos del
agua utilizada para riego, así como también mantener limpios y secos los equipos de
cosecha y las instalaciones de almacenamiento (OMS, 2018).
Con el fin de mejorar la calidad de los alimentos, la FAO promueve el uso de buenas
prácticas de gestión en el sector lechero y de producción de carne vacuna. Se han
creado manuales, tales como la publicación conjunta FAO/FIL, Guía de Buenas
Prácticas en Explotaciones Lecheras; material de capacitación y programas de
intervención para mejorar la manipulación y elaboración higiénica de la leche, además
de pruebas y controles de calidad. En cuanto al sector de la producción de carne, se
creó el manual FAO de Buenas Prácticas para la Industria de la Carne, orientado a la
industria de la carne para países y economías en vías de desarrollo, en su tarea para
lograr la más alta calidad y los requerimientos de seguridad tanto para la exportación
como para mercados locales (FAO, 2011).
23
fortalecer los sistemas y servicios de salud pública veterinaria, relacionados con
temas de supervisión veterinaria e inspección del faenado de animales, inspección de
las carnes e higiene en los mataderos. Se exige la aplicación de buenas prácticas de
higiene, de prácticas de gestión, basadas en el Análisis de Peligros y de Puntos
Críticos de Control (APPCC) y de prácticas de inspección de carnes para minimizar
la contaminación fecal de las carcasas (FAO, 2011).
24
del ganado bovino con proteínas del T3SS de Escherichia coli enterohemorrágico
EHECO157 disminuye la excreción fecal de E. coli O157:H7 (Mercado, 2006). Las
investigaciones actuales tienen por objeto mejorar la comprensión de los factores que
inciden en la liberación por parte de los animales de altas cantidades de E. coli
patógena (supertransmisores). También se enfocan en la identificación de estos
animales y las granjas que son la fuente de infección. Esto permitiría aplicar mayores
controles para limitar los riesgos de contaminación a causa de dichos animales o
granjas (FAO, 2011).
Sistema de barreras
Algunas cepas de E. coli pueden desencadenar respuestas en condiciones difíciles
que mejoran su crecimiento y persistencia. Las STEC por ejemplo, pueden tolerar
condiciones ácidas en jugos de frutas y en carnes y lácteos fermentados (FAO, 2011).
A nivel industrial se utilizan un conjunto de estrategias para controlar Escherichia coli
O157:H7, llamado sistema de barreras. En la industria frigorífica, se aplica este
sistema. Se utiliza como estrategia de control post-sacrificio el lavado del animal con
agua fría o caliente, como un método efectivo para remover la contaminación visible
del cuero, previo a entrada a planta, siguiendo con el lavado de carcasas, que tiene
por objeto remover la contaminación visible. El resultado varía según distancia,
temperatura y presión de agua (López, 2018). Otra alternativa es hacer un lavado de
las reses con agua ozonizada, el ozono actúa como desinfectante, sin embargo, es
muy oxidante y puede producir oxidación de lípidos. Puede cambiar el color de la
carne dando un aspecto de carne cocida dado que oxida la hemoglobina a
metahemoglobina (Pertierra, 2008). Con el recorte o trimming se remueve de forma
25
mecánica cualquier contaminación visible con cuchillo. Es uno de los puntos críticos
de control más importantes durante el proceso de faena para eliminar la mayor
contaminación fecal posible. La pasteurización con agua caliente o vapor es una
etapa posterior al lavado; se debe dispensar agua o vapor a más de 74°C, de
preferencia entre 82-85°C por 6,5 segundos, seguido de enfriamiento rápido (López,
2018).
26
obtenidos, les permiten considerar el uso del calostro hiperinmune como una
herramienta nutracéutica que podría usarse para prevenir el SUH; además de la
prevención primaria (higiene personal, cocción completa de los alimentos, lavado de
alimentos, evitar la contaminación cruzada, mantenimiento de la cadena de frío,
consumo de agua potable, etc.). Si bien este descubrimiento reciente aún no ha sido
aplicado en humanos, es un importante avance para la prevención de esta
enfermedad (Consejo Argentino sobre seguridad de alimentos y nutrición, 2018).
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síndrome urémico hemolítico comienza 72-96 horas después. Por lo tanto, en un
ensayo que implica la intervención con un fármaco que neutraliza la toxina es
fundamental realizar precozmente el diagnóstico preciso y estar preparados para
intervenir de inmediato. Es por esto que se está trabajando en la implementación de
un test rápido de detección de Stx en materia fecal, el cual se encuentra aún en el
proceso de validación (Hiriart et al, 2018).
El Codex Alimentarius
establece que “para la irradiación de cualquier alimento, la dosis mínima absorbida
deberá ser la suficiente para lograr la finalidad tecnológica, y la dosis máxima
absorbida deberá ser inferior a la dosis que comprometería la seguridad del
consumidor o la salubridad o que menoscabaría la integridad estructural, las
propiedades funcionales o los atributos sensoriales. La dosis máxima total absorbida
transmitida a un alimento no deberá exceder de 10 kGy, excepto cuando ello sea
necesario para lograr una finalidad tecnológica legítima”.
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2.6 Normativa
La normativa alimentaria uruguaya está basada en el Reglamento Bromatológico
Nacional. El decreto N° 215/006 del Poder Ejecutivo, referente a la carne picada,
determina entre otros parámetros microbiológicos ausencia para Escherichia coli
O157:H7. En el caso de las hamburguesas, según el decreto N° 39/015 deberán
responder a los requisitos microbiológicos establecidos según los criterios y planes
de muestreo para aceptación de lotes de la Comisión Internacional de
Especificaciones Microbiológicas de los Alimentos (ICMSF), entre los que se exige,
ausencia de E. coli O157:H7 en 65 g. Entre otras disposiciones generales, para leche
tratada térmicamente, se incluye que no deberá contener Salmonella ni otros
gérmenes de reconocida patogenicidad, incluyéndose en este último grupo a la STEC
(RBN, 2009).
La Unión Europea aprobó el uso de ácido láctico en las canales bovinas a través del
Reglamento UE 101/2013 en el cual autoriza su empleo en canales enteras, medias
reses y cuartos únicamente mediante pulverización o nebulización en
concentraciones comprendidas entre el 2% y 5%. El ácido láctico debe cumplir las
especificaciones establecidas en el Reglamento UE 231/2012 y en condiciones
controlables y comprobables dentro de un sistema de gestión basado en los principios
de HACCP (Santapaola, 2013).
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ausencia de STEC” en germinados (serogrupos O157, O26, O111, O103, O145 y
O104) (ASPB,2015).
Tabla Nº6 : Decreto 209/2013, modificación del decreto 2073/2005, referido a semillas
germinadas (brotes). (UE)
3. DISCUSIÓN
Las infecciones por STEC son transmitidas a los humanos por distintos alimentos, los
cuales pueden variar de una región a otra debido a las costumbres alimentarias de
cada país; pero lo que es una constante para todos es que la infección se contrae,
principalmente, por alimentos contaminados con heces de animales infectados (ya
sea por la faena del propio animal, por abonar las cosechas con su excremento, como
por insectos vectores). En consecuencia, es importante para la mitigación de este
patógeno tomar medidas de control desde el pre-sacrificio de los animales para
consumo, hasta la preparación de los alimentos en el hogar.
En cuanto a las técnicas de mitigación, parece pertinente destacar los avances de los
últimos años en técnicas como irradiación en el Uruguay, aunque creemos que para
que esto pueda generar un impacto es necesario trabajar con información clara y
pública, de modo que la población entienda los beneficios y riesgos de esta técnica,
para luego ser aceptado su uso en alimentos.
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ve una tendencia creciente en afecciones por brotes no-O157:H7 en los últimos años,
superando en número a los brotes por O157:H7 (Figura Nº 6).
Para poder tener una visión global de todas las cepas presentes, es necesario poner
a punto nuevas técnicas más completas de caracterización de cepas que permitan
ampliar la gama de aislación, lo cual parece ser una apertura a nuevas
investigaciones.
4. CONCLUSIÓN
Como conclusión podemos decir que se debe enfatizar en el control y la prevención
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de la contaminación con STEC a lo largo de toda la cadena agroalimentaria.
Ampliando el foco, ya no solo a la produccion y comercializacion de carne, sino
también a los vegetales, lácteos y agua, que son vehículos de transmisión cada vez
más relevantes. También es de suma importancia la realización de programas de
educación para la población en general, y así concientizar sobre los riesgos, las vías
de transmisión y las maneras de prevenir la infección provocada por este patógeno.
5. BIBLIOGRAFÍA
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urémico hemolítico en la Ciudad”. Buenos Aires: Diario Clarín. ciudad_0_rkXf8L8BZ.html
34
coli aislado de aguas residuales de “La Taboada”. Universidad Nacional Mayor
de San Marcos Facultad de Ciencias Biológicas E.A.P. de Genética y
Biotecnología. Lima, Perú.
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