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HISTORIA Y GEOGRAFÍA

MIJAIL BAJTIN
ENSAYO

LA CULTURA POPULAR
EN LA EDAD MEDIA
Y EN EL RENACIMIENTO
EL CONTEXTO DE ~RANC::OIS
RAB ELAI S

Versión de
Julio Farcat y César Canroy

Alianza Editorial
Introducción
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Primera edjción en «Alianza Universidad»: 1987


Primera edición en «Ensayo»: 1998
Tercera reimpresión: 2003

En nuestro país, Rabelais es el menos popular, el menos estudiado,


el menos comprendido y estimado de los grandes escritores de la literatura
mundial.
No obstante, Rabelais está considerado como uno de los autores euro·
peos más importantes. Bélinsky 1 10 ha calificado de genio, de «Voltaire}>
del siglo XVI, y estima su obra como una de las más valiosas de los siglos
pasados. Los especialistas europeos acostumbran a co10carla -por la fuerza
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegida por la Ley, que establece
penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por dafto~ y perjui-
de sus ideas, de su arte y por su importancia histórica- inmediatamente
cios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, bn todo o después de Shakespeare, e incluso llegan a ubicar10 a la par del inglés. Los
en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución románticos franceses, sobre todo Chateaubriand y Ruga, lo tenían por uno
artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la pre- de los genios más eminentes de la humanidad de todos los tiempos y pue-
ceptiva autorización.
blos. Se le ha considerado, y se le considera aún, no s610 como un es-
critor de primer orden, sino también como un sabio y un profeta. He aquí
un juicio significativo de Miche1et: «Rabe1ais ha recogido directamente la
sabiduría de la corriente popular de los antiguos dialectos, refranes, prover-
bios y farsas estudiantiles, de la boca de la gente común y los bufones.
»Y a través de esos delirios, aparece con toda su grandeza el genio del
© Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1987, 1988, 1989, 1990, ] 995, 1998, 1999,2002, siglo y su fuerza profética. Donde no logra descubrir, acierta a entrever,
2003 anunciar y dirigir. Bajo cada hoja de la floresta de los sueños se ven frutos
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; teléf. 91 393 8888
que recogerá el porvenir. Este libro es una rama de oro.» 2
www.alianzaeditorial.es
ISBN: 84-206-7907-0 1. Bélinsky Vissarion (1811-1848), lfder de la crítica y la filosofía rusa de van-
Depósito legal: M. 16.684-2003 guardia.
Impreso en C1osas-Orcoyen, S. L. Polígono Igarsa 2. Michelet: Historia de Francia, Flammarion, t. IX, pág. 466. Se refiere a la
Para cuellos de J arama (Madrid) rama de oro profética que Sibila entregó a Eneas. En las citas, .los subrayados son
Printed in Spain del autor.
Es evidente que los juicios y apreciaciones de este tipo son muy rela. imágenes rabelesianas incluso ahora siguen siendo en gran medida enig-
tivos. No pretendemos decidir si es justo colocar a Rabelais a la par de máticas.
Shakespeare o por encima o debajo de Cervantes, etc. Por lo demás, el El único medio de descifrar esos enigmas, es emprender un estudio
lugar histórico que ocupa entre los creadores de la nueva literatura europea en profundidad de sus fuentes populares. Si Rabelais se nos presenta
está indiscutiblemente alIado de Dante, Boccacio, Shakespeare y Cervan. como un solitario, sin afinidades con otros grandes escritores de los cua-
teso Rabelais ha influido poderosamente no sólo en los destinos de la lite· tro últimos siglos, podemos en cambio afirmar que, frente al rico acervo
ratura y la lengua literaria francesa, sino también en la literatura mundial actualizado de la literatura popular, son precisamente esos cuatro siglos
(probablemente con tanta intensidad como Cervantes). Es también indu· de evolución literaria los que se nos presentan aislados y exentos de afi-
dable que fue el más democrático de los modernos maestros literarios. Para nidades mientras las imágenes rabelesianas están perfectamente ubicadas
nosotros, sin embargo, su cualidad principal es la de estar más profunda. dentro de la evolución 'milenaria de la cultura popular .
.mente ligado que los demás a las fuentes populares (las que cita Michelet Si Rabelais es el más difícil de los autores clásicos, es porque exige,
son exactas, sin duda, pero distan mucho de ser exhaustivas); el conjunto para ser comprendido, la reformulación radical de todas las concepciones
de estas fuentes determinaron su sistema de imágenes tanto como su con· artísticas e ideológicas, la capacidad de rechazar muchas exigencias del
cepción artística. gusto literario hondamente arraigadas, la revisión de una multitud de no-
y es precisamente ese peculiar carácter popular y, podríamos decir, ra· ciones y, sobre todo, una investigación profunda de los dominios de la
dical de las imág~nes de Rabelais lo que explica que su porvenir sea tan literatura cómica popular que ha sido tan poco y tan superficialmente
excepcionalmente? rico, como correctamente señala Michelet. Es también explorada.
este carácter popl,ilar el que explica «el aspecto ~o literario» de Rabelais, Ciertamente, Rabelais es difícil. Pero, en recompensa, su obra, des-
quiero decir su'resistencia a ajustarse a los cánone~ y reglas del arte lite- cifrada convenientemente, permite iluminar la cultura cómica popular de
rario vigentes desde el siglo XVI hasta nuestros días, independientemente varios milenios, de la que Rabelais fue el eminente portavoz en la lite-
de las variaciones que sufriera su contenido. Rabelais ha rechazado estos ratura. Sin lugar a dudas, su novela puede ser' la clave que nos permita
moldes mucho más categóricamente que Shakespeare o Cervantes, quienes penetrar en los espléndidos santuarios de la obra cómica popular que han
se limitaron a evitar los cánones clásicos más o menos estrechos de su permanecido incomprendidos e inexplorados. Pero antes de entrar en ellos,
época. Las imágenes de Rabelais se distinguen por una especie de «ca- es fundamental conocer esta clave.
rácter no oficial», indestructible y categórico, de tal modo ¡que no hay La presente introducción se propone plantear los problemas de la culo
dogmatismo, autoridad ni formalidad unilateral que pueda armonizar con , tura cómica popular de la Edad Media y el Renacimiento, discernir sus
las imágenes rabelesianas, decididamente hostiles a toda perfección defi.• dimensiones y definir previamente sus rasgos originales.
nitiva, a toda estabilidad, a toda formalidad limitada, a toda operación y Como hemos dicho, la risa popular y sus formas, constituyen el campo
decisión circunscritas al dominio del pensamiento y la concepción del menos estudiados de la creación popular. La concepción estrecha del ca-
mundo. rácter popular y del folklore nacida en la época pre-romántica y rematada
De ahí la soledad tan especial de Rabelais en el curso de los siglos si· esencialmente por Herder y los románticos, excluye casi por completo la
guientes: es imposible llegar a él a través de los caminos trillados que la cultura específica de la plaza pública y también el humor popular en toda
creación artística y el pensamiento ideológico de la Eutopa burguesa, si· la riqueza de sus manifestaciones. Ni siquiera posteriormente los especia.
guieron a 10 largo de los últimos cuatro siglos. Y si bien es cierto que en listas del folklore y la historia literaria han considerado el humor del
ese tiempo encontramos numerosos admiradores entusiastas de Rabelais, pueblo en la plaza pública como un objeto digno de estudio desde el
es imposible, en cambio, hallar una comprensión total, claramente formu- puntn de vista cultural, histórico, folklórico o literario. Entre las nume·
lada, de su obra. roS>lSinvestigaciones científicas consagradas a los ritos, los mitos y las
Los románticos, que redescubrieron a Rabelais, como a Shakespeare obras populares, líric~s y épicas, la risa no ocupa sino un lugar modesto.
y a Cervantes, no supieron encontrar su centro y no pasaron por eso de Incluso en esas condiciones, la naturaleza específica de la risa popular
una maravillada sorpresa. Muchos son los comentaristas que Rabelais ha aparece totalmente deformada porque se le aplican ideas y nociones que le
réchazado y rechaza aún; a la mayoría por falta de comprensión. Las' son ajenas pues pertenecen verdaderamente al dominio de la cultura y la
estética burguesa ~ontemporáneas. Esto nos permite afirmar, sin exagera. ciudades. La risa acom añaba también las ceremonias y los ritos civiles de
ción, que la profunda originalidad de la antigua cultura cómica popular no: la vida caE 'ana: .así, os"'b~fones·Y·1é)s"";toñr;S;;-as'ístrartSiéñipre-á-rá~ )
nos ha sido rev~lada. füñeioñé"S"'delceremonial serio, parodiando sus actós (proclamación de los j
Sin embargo',' su amplitud e importancia eran considerables en la nombres de los vencedores de los torneos, ceremonias de entrega del dere- ,f
Edad Media y en el Renacimiento. El mundo infinito de las formas y cho de vasallaje, de los nuevos caballeros armados, etc.). Ninguna fiesta !

manifestaciones de la risa se oponía a la cultura oficial, al tono serio, reli· se desarrollaba sin la intervención de los elementos de una organización
gioso y feudal de la época. Dentro de su diversidad, estas formas y mani. cómica; así, para el desarrollo de una fiesta, la elección de reinas y reyes
festaciones -las fiestas públicas carnavalescas, los ritos y cultos cómicos, de la «risa».
los bufones y «bobos», gigantes, enanos y monstruos, payasos de diversos Estas formas rituales y de espectáculo organizadas a la manera cómi-
estilos y categorías, la literatura paródica, vasta y multiforme, etc.-, po- ca y consagradas por la tradición, se habían difundido en todos los países
seen una unidad de estilo y constituyen partes y zonas únicas e indivisi· europeos, pero en los países latinos, especialmente en Francia, destaca-
bles de la cultura cómica popular, principalmente de la cultura carna· ban por su riqueza y complejidad particulares. Al analizar el sistema rabe-
valesca. , lesiano de imágenes dedicaremos un examen más completo y detallado a
. / ...., \ , .,"
Las múltiples manifestaciones de esta cultura pueden subdividirse en 1as mIsmas. í 1 .. ¡"'it
tres grandes categorías: i T~~~.13~~~.~9.~,~Q¡~ª,uj&.~gg~.,;ªJ~,.ro~ij,~f.~-Sg!BiSl!I1
. ,P.L~~
1) Formas y rituales del espectáculo (festejos carnavalescos, obras có· sentaban una diterencia notable, una diferencia de J2rincipio,podríamos l
micas representadas en las plazas públicas, etc.); ~jl~r"CY:liQ:;r;s:w;-moñr~:Ql.r¿~r¡§.:~rri~:;a~~J;:~,Igl
2) Obras cómícas verbales (incluso las parodias) de diversa naturale· sia o del Estado feuda1.2~r.~s~,~u"una visión del mundo, del hombre y de ,
za: orales y escritAs, en latín o en lengua vulgar; la-;-reJacioñeshüffiaiilir"t~iarmente diferente, deliberadamente no-oficial, ¡
¡
I '.

3) Díversas formas y típos del vocabulario. famílíar y grosero (insu1- exterior a la Iglesia y al.Estado; parecían haber construido, al lado del
tos, juramentos, lemas populares, etc.). mundo oficial, un segundo mundo y unaJ!.&!~n..1.c;;.ti.1f!.
.•~~ ...~ los hombres ;
Estas tres categorías, que reflejan en su heterogeneidad un mismo as- de la Edad Medía pertenecían en una proporción mayor o menor y en la ¡,
pecto cómico del mundo, están estrechamente interrelacionadas y se com- que vivían en fechas determinadas. Esto creaba una especie de dualídad ;
binan entre sí.
Vamos a definir previamente cada una de las tres formas. I ~; ~~:;k~~~T~;rt'd;1r:~d~~~~~~f~'
r~$ñfiit~_rrJgE§~ES!~:iJij)jl?;;ti~~ci&;"-d~'''G~'ris7tp;p~í;;'''~~'ía '
Edad Media deforma también el cuadro evolutivo hist9Eiw de la cultura
Los festejos del carnaval, con todos los actos y ritos cómicos que con- europea en los siglos siguientes. - y. i:' t\f.\C l t;\ (1)
tienen, ocupaban un lugar muy importante en la vida del hombre medieval. La dualidad en la. percepción del mundo y la vida humana ya existían
Además de los carnavales propiamente dichos, que iban acompañados de en el estadio anterior de la civilización primitiva. En el folklore de los
actos y procesiones complicadas que llenaban las plazas y las calles du- pueblos primitivos se encuentra, paralelamente a los cultos serios (por su
rante días enteros, se celebraban también la «fiesta de los bobos» (festa organización y su tono) la existencia de cultos cómicos, q\!,esonyg:.tí~.jL,.g
stultorum) y la «fiesta del asno»; existía también una «risa pascual» (rísus l~in~s en obtet~~,",.9~~.hw:lª-Y.,.,,b.lª,~fumia.J~,!~!~,li~l!,,~k~Ji.,.J??1.~~J~,-
paschalís) muy singular y libre, consagrada por la tradición. Además, casi mente a los ffiilos'serlOs, mitos cómicos e injuriosos; panilelamente a los
todas las fiestas religiosas poseían un aspecto cómico popular y público, héroes, sus sosias paródicos. Hace muy poco que los especialistas del fol-
consagrado también por la tradición. Es el caso, por ejemplo, de las «fies~ klore comienzan a interesarse en los ritos y mitos cómicos.1
tas del templo», que eran seguidas habitualmente por ferias y por un rico Pero en las etapas primitivas, dentro de un régimen social que no ea-
cortejo de regocijos populares (durante los cuales se exhibían gigantes,
enanos, monstruos, bestias «sabias», etc.). La representación de los mis- 1. Véanse los interesantísimos análisis de los sosias cómicos y las reflexiones que
terios acontecía en un ambiente de carnaval. Lo mismo ocurría con las éstos suscitan en la obra de E. Meletinski, El origen de la epopeya heroica, Moscú,
fiestas agrícolas, como la vendimia, que se celebraban asimismo en las 1963 (en ruso).
1 n¿cía todavía ni las clases ni el Estado, los aspectos serios y cómicos de que una escena destruiría el carnaval (e inversamente, la destrucción del
¡la divinidad, del mundo y del hombre eran, según todos los indicios, igual. escenario destruiría el espectáculo teatral). Los espectadores no asisten al
j mente sagrados e igualmente, podríamos decir, «oficiales». Este rasgo pero c~roIDlal,sino Cll!.elo viven) ya que el carñaval está hecho para"todó7r
t siste a veces en algunos ritos de épocas posteriores. Así, por ejemplo, en I p:eblo. Durante ercarM~ar~otraviaa"que·'1a"deJ.··t{'1r'ff¡fv1rt:-·~üñ-
la Roma antigua, durante la ceremonia del triunfo, se celebraba y se escar. P"o";iliíeescapar, porciueeréarMval-;;-·tieñeAñiii.-·_~¡trroñ1erit espaciar:'En
necía al vencedor en igual proporción; del mismo modo, durante los fu. e curso e a 1esta so o pue e V!VlIse de acuer o a sus eyes, es decir
t> nerales se lloraba (o celebraba) y se ridiculizaba al difunto. Pero cuando de acuerdo a las leyes de la libertad. El carnaval posee un carácter uni-
se establece el régimen de clases ycte Estad;, sélüí'Ce1iñP'QSíf>leotorgar a versal, es un estado peruITar Jefñi'iiñaO: su renacimiento y su renovación
ambos aspectos derechos iguales, de modo que las formas cómicas -algu- en los que cada individuo parúcipa. Esta es la esencia misma del carnaval,
nas más temprano, otras más tarde-, adquieren un carácter no oficial, su y los que intervienen en el regocijo lo experimentan vivamente.
sentido se modifica, se complica y se profundiza, para transformarse final- La idea del carnaval ha sido observada y se ha manifestado de forma
melnte en las formas fundamen~es_j~._~~E~~~~~t:_A.:..la cosmovisi~ y l~ muy sensible en las saturnales romanas, que eran experimentadas como un
cu tura popu lares. ~ , retorno efectivo y completo (aunque provisorio) al país de la edad de oro.
, Es el c;SOcte los regocijos carnavalescos de la Antigüedad, sobre todo Las tradiciones de las saturnales sobrevivieron en el carnaval de la Edad
las saturnales romanas, así como de los carnavales de la Edad Media, que Media, que representó, con más plenitud y pureza que otras fiestas de la
están evidentemente muy alejados de la risa ritual que conocía la comu- . misma época, la idea de la renovación universal. Los demás regocijos de
nidad primitiva. tipo carnavales~ñ1Jm'iüi" os~yeñCarruíbañ"la idea del. carnaval en una
¿Cuáles son los rasgos típicos de las formas rituales y de los espec- forma menos plena y menos pura; sin embargo, la idea subsistía y se la
táculos cómicos d~'la Edad Media, y, ante todo, d.1áJ es su naturaleza, es concebía como una h'.?da p~visional..itJgs mQldes de••k~2!~aria (es
decir su modo de existencia? decir, oficial).
No se trata por supuesto de ritos religiosos, como en el género de la En este sentido el carnaval no era una forma artísúca de espectácu. !

liturgia cristiana, a la que están relacionados por antiguos lazos genéricos. lo teatral, sino más bien una forma concreta de la vida misma, que no
El principio cómico que preside los ritos carnavalesca s los exime comple- era simplemente representada sobre un escenario, sino vivida en la dura-
tamente de todo dogmatismo religioso o eclesiástico, del misticismo, de la ción del carnaval. Esto puede expresarse de la siguiente manera: durante
piedad, y están por lo demás desprovistos de carácter mágico p encanta- el carnaval es la vida misma la que juega e interpreta (sin escenario, sin :
torio (no iden ni exigen nada). Más aún, ciertas formas carnavalescas tablado, sin actores, sin espectadores, es decir sin los atributos específicos
s~~_l!~~..Y~.L~era...paw. !~ffiÍfóreligioso. Todas estas formas son "deci- de todo espectáculo teatral) su propio renacimiento y renovación sobre la
didamente exteriores a la Igles'Ía y a 1arcll'gron. Pertenecen a una esfera base de mejores principios. Aquí la forma efectiva de la vida es al mismo
particular de la vida cotidiana. tiempo su forma ideal resucitada.
Por su carácter concreto y sensible y en razón de un poderoso ele- Los bufones y payasos son los personajes característicos de la cultura
mento de jfego) ~e relacionan Ereferentemente con las formas artísticas y cómICa de la Eaa<f1vIedta. En crerto modo, los vehículos permanentes y
.:.n!~ad~s_de~~e~§..deci.t CQo.lª~J§itE~s aere~~~Cu[o teatral. Y'e's consagrados del principio carnavalesca en la vida cotidiana (aquella que se
'-Verdad que las fOrmas del espectáculo teatral de la Edad Media se ase- desarrollaba fuera del carnaval). Los bufones y payasos, como por ejemplo
f meja? en lo e.sencia! a los carnavale~ populares, de los que forman .parte el payaso Triboulet, que actuaba en la corte de Francisco 1 (y que figura
en C1erta med1da. Sm embargo, el nucleo de esta cultura, es decir el caro también en la novela de Rabe1ais), no eran actores que desempeñaban su
.1 naval, no es tampoco la forma puramente artística del espectáculo teatral,
¡
papel sobre el escenario (a semejanza de los cómicos que luego interpre-
y, en general, no pe.rtenec: al dominio. del arte. ~~~á~i_~~adoen las fron- tarían Arlequín, Hans Wurst, etc.). Por el contrario, ellos segu!an sien-
teras. ~D:!re~2~-JJLy'1da ....E.n reahdad es la V1da m1sfua-;presentada do bufo~lW'-P..~~s !.1}_!<l~s las cir~stancias de su ~da. Co~ •.!~es,
Cónlos elementos característicos del juego. eñcarñálian una formá" especimavloa;'ii-ra~vez-ieal"'naeaf"'Se sitÚa:""
De hecho, el carnaval ignora toda distinción entre actores~cta. han -¿ñ ia fronte'faeñtre~'ravi({a"y"'eI-arte('Br"ttmr""estenr1mermedia), ni
dores. También ignora la e~xLs.u3orma- em~ionaria. Ya personajes excéntricos o estúpidos ni actores cómicos .
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14 / 'd Mijail Bajtin La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento --- \15

t /En suma, durante el carnaval es la vida misma la que interpreta, y


\
segunda vida del pueblo, que temporalmente penetraba en..e~ reino utópic<\
~ durante cierto tiempo el juego se transforma en vida real. Esta es la na- de la universatidaa:-creIa1ibertacraé'1a'iúar~~üña¡¡r¿¡¡:- \\
~ turaleza específica del carnaval, su modo particular de existencia. "CñCáinEío;1as1iestas"'oficiJ'~~~ 1;""Éd~;rütectia'Ttanr;';;de la Ígle- \
El carnaval es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de sia como las del Estado feudal) no sacaban al pueblo del orden existente, \
\ la risa. Es su vida festiva. La fiesta es el rasgo fundamental de todas las ni eran capaces de crear esta segunda vida. Al contrario, contribuían a con- ~
formas de ritos y espectáculos cómicos de la Edad Media. Todas esas sagrar, sancionar y fortificar el régimen vigente. Los lazos con el tiempo :;
formas presentaban un lazo exterior con las fiestas religiosas. Incluso el se volvían puramente formales, las sucesiones y crisis quedaban totalmente \
carnaval, que no coincidía con ningún hecho de la vida sacra, con ninguna relegadas al pasado. En la práctica, la fiesta oficial miraba sólo hacia atrásl(.:;¡
fiesta santa, se desarrollaba durante los últimos días que precedían a la hacia el pasado, del que se servía para consagrar el orden social present~j.0
gran cuaresma (de allí los nombres franceses de Mardi gras o Caréme- La fiesta oficial, i,n::h;.so-a pesar suyo a veces~,.tsn~í~ ~<;onsa,grN.J~st~~L;
prenant y, en los países germánicos, de Fastnacht). La línea genética que
une estas formas a las festividades agrícolas paganas de la Antigüedad, y
l§~t h inmutab,l1ldª~eren~ª~ª ,ª"~
11l~~ •.Sl,u,fre8!~~,e:
j;;~~~"~~d~.~~.<2!~;Á,~!?~s~/l!a~~~<religiosos, .po!,~!.tS9.~.,X_!R2E~l,e~ ;~;~~;~-
que incluyen en su ritual el elemento cómico, es más esencial aún .• teso La tiesta era el tnunto dela verdaitpreFáb'ñéaeIa,'Víctói-wsa-:cromman-
Las festividades (cualquiera que sea su tipo) son una forma primordial 'te'~que asumía la apariencia de una verdad eterna, inmutable y perentoria.
determinante de la civilización humana. No hace falta consideradas ni expli- Por eso el tono de la fiesta oficial traicionaba la verdadera naturaleza de
cadas como un producto de las condiciones y objetivos prácticos del tra- la fiesta humana y la desfiguraba. Pero como su carácter auténtico era
bajo colectivo, o interpretación más v~lgar aún, de la necesidad biológica indestructible, tenían que tolerada e incluso legalizada pardalmente en las
(fisiológica) de descanso periódico. Las festividades siempre han tenido un formas exteriores y oficiales de la fiesta y concedede un sitio en la plaza
contenido esencial, ún sentido profundo, han expresado siempre una con- pública.
cepción del mundo: Los «ejercicios» de reglamentación y perfeccionamien. A diferencia de la fiesta oficial, el carnaval era el triunfo de una espe-
to del proceso del trabajo colectivo, el «juego del trabajo», el descanso o cie de liberación transitoria, más allá de la órbita de la concepción domi-
la tregua en el trabajo nunca han llegado a ser verdaderas fiestas. Para ~lante, la abolición provisional de las relaciones jerárquicas, privilegios, re-
que lo sea hace falta un elemento más, proveniente del mundo del espíritu glas y tabú::. S;...oponía a toda perE.:..t~~l~~..!cj.?,.P~!~~~
y de las ideas. Su sanción debe emanar no del mundo de los medios y
re~rnen~aJ!~;"~=~~"~'~1.J1U~~~~.L.~~p,J!;s.<;p;k!2;w.. .,
condiciones indispensables, sino del mundo de los objetivos sup~riores de •. a a o lC10nae las relaCIOnes JerarqUlcas posela una slgmficacIOn muy
la existencia humana, es decir, el mundo de los ideales. Sin esto, 'no existe especial. En las fiestas oficiales las distinciones jerárquicas se destacaban
clima de fiesta. \ \ (- 1'.\J/C' a propósito, cada personaje se presentaba con las insignias de sus títulOS'¡
Las fiestas tienen siempre una relación profunda con el tiempo. En la grados y funciones y ocupaba el lugar reservado a su rango. Esta fiesta
base'de-las"f1estas'fiay'siempre' 'Una''concepd6ñ-'aetétiñinaCfa y concreta tenía por finalidad la consagración de la desigualdad, a diferencia del car-
del tiempo natural (cósmico), biológico e histórico. Además las fiestas, en naval en el que todos eran iguales y donde reinaba una forma especial
todas sus fases históricas, han estado ligadas a períooos de cdsis, de tras- de contacto libre y familiar entre individuos normalmente separados en la
torno, en.Ja ;iQ! delaliañrrmeza-;-~tr'soetectaa""y"ael
i

"hom15re~'L(ñiUerte vida cotidiana por las barreras infranqueables de su condición, su fortuna,


~urrección,laSsumroñes"T1areñóvaéloñ'coris'tiFuyeron siempre los su empleo, su edad y su situación familiar.
aspectos esenciales de la fiesta. Son estos momentos precisamente (bajo A diferencia de la excepcional jerarquización del régimen feudal, con
las formas concretas de las diferentes fiestas) los que crearon el clima su extremo encasillamiento en estados y corporaciones, este contacto libre
típico de la fiesta. y familiar era vivido intensamente y constituía una parte esencial de la
Bajo el régimen feudal existente en la Edad Media, este carácter fes- visión carnavalesca del mundo. El individuo parecía dotado de una segun-
tivo, es decir la relación de la fiesta con los objetivos superiores de la da vida que le permitía establecer nuevas relaciones, verdaderamente hu-
existencia humana, la resurrección y la renovación, sólo podía alcanzar su manas, con sus semejantes. La alienación desaparecía provisionalmente. El \;
plenitud y su pureza en el carnaval y en otras fiestas populares y públicas. hombre volvía a sí mismo y se senda un ser humano entre sus semejantes.
La fiesta se convertía en esta circunstancia en la forma que adoptaba la
~---,- El auténtico humanismo que caracterizaba estas relaciones no era en abso-

l~
\
luto fruto de la imaginación o el pensamiento abstracto, sino que se expe- Erasmo, Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Guevara
rimentaba concretamente en ese contacto vivo, material y sensible. El y~tleveao;_ y tañibien pffi ~~n~'de-IOSbuTOñesaIema"fí~i;-»
8

ideal utópico y el real se basaban provisionalmente en la visión carnava· (Nárreñrtteratür), Hans Sachs, Fischart, Grimmelshausen y otros. Sin co-
lesca, única en su tipo. nocer esta lengua es imposible conocer a fondo y bajo todos sus aspectos r=:"
En consecuencia, e~ta eliminación provisional, a lª vez ideal y efectiva, la literatura del Renacimiento y del barroco. No sólo la literatura, sino ~
~ las relaci.o!!~iw . ..enl~19.L!Ll~~JÍduos, creaba en fa plaza pú. también las utopías del Renacimiento y su concepto del mundo estaban 4
blica un tipo particular de' comunicación i~~b1e en situaciones nor- influidas por la visión carnavalesca del mundo y a menudo adoptaban sus .
males. S.~,~laboEJ2~~as. ~~,B~s.i~~L9~!J~ngºgi~_L9~J.Q~~s, formas y símbolos.
~~ fran"cas Y...~~QOStJ:i.cdQ);u~~:.q]Jeabolían toda distancia ~~i. Explicaremos previamente la naturaleza compleja del humor carnava-
~..<?~Sn cogl1mk~ción,.lWerad~~I~i:il2!~K€9rrkñte;de}~ ~tisuz.ta y lesca. Es, ante todo, un -humor festivo. No es en consecuencia una reac-
~,gw.A~03.' Esto produjo el ~acimient~renguaje carna· ción individual ante uno u otro hecho «singular» aislado. La risa carna-
valesco típicQ...del cual encontraremos numerosas muestras en Rabela1s. valesca es ante todo patrimonio del pueblo (este carácter popular, como
-- A lo largo de siglos de evolución, el carnaval medieval, pre~gurado dijimos, es inherente a la naturaleza misma del carnaval); todos ríen, ,1~
en los ritos cómicos anteriores, de antigüedad milenaria (en los que inclui· risa es «general»j en segundo lugar, es universal, contiene t6das las cosas
mos las saturnales) o~ó ':~~. P!%>i.~.~~~ra~ ..E!.9~~ª'-..e~eJ~~~~~
.. y la gente (incluso las que participan 1ñer carnaval), el mundo entero
, ~.?rmas· y slmbOros del carnaval.y'jIDr~n~.mitir la cosmOVlSl0n parece cámico y es percibido y considerado en un aspecto jocoso, en su /1
lil carnavalesca uñitaria-pero·-coiriplejii'-Cfer-pueblo. Esta visión, opuesta a alegre relativismo; por último esta risa es ~mbivalente: alegre y llen.a.de ir:!
Ij \ todo 10 previsto y perfecto, a toda pretensión de inmutabilidad y eterni- alborozo, pero al mismo tiel\lpo burlona y ~arcástica,~ni:ga y ~fi~mal am,o!- t)
\\\?ad, necesitaba mapifestarse con unas formas de expresión dinámicas y cama taja y resucita a la ve~: ~ ve..,\e ,.J ~ (/),··(h-: .3.,l N.
l ~ •...... ...-
l. biantes (proteicas) fluctuantes y activas. De allí que todas las formas y sím· ¡ Una importante cualidad de la risa en ~la fiesta popular es que escar-
bolos de la lengua carnavalesca estén impregnadas del lirismo de la sucesión nece a los mismos burladores. El pueblo no se" excluye a sí mismo del
y la renovación, de la gozosa cO~E!~nsión _~.=JA...!ela!i~i.4~d~e l~s V$r- mundo en evolución. También él se siente incompleto; también él renace
.il\.bks.~~.Jasau~c!~4~~." qg1l)imm..t<;~.:..
Se caracteriza principalmente por la y se renueva con la muerte.
lógica origiñaI~de las cosas «al revés» y «contradictorias», de las permu- Esta es una de las diferencias esenciales que separan la risa festiva
~ones constant~g~o ry lo b;jo (la .«rueda ») (fef frente el~;, t popular de la risa puramente satírica de la época moderna. El autor satí~:
y por las diversas formas de parodias, inversi.9.!l<;§l....d.~g~_~q.~~iones,p~ofa- rico que sólo emple2 el humor negativo, se coloca fuera del objeto aludido"
n~~s~mien!.Q§.-.Y..J;I~!~~~t.~.li~E.tQ§.l>RhE~~. La se~ vida, el y se le opone, 10 cual destruye la integridad del aspecto cómico del mun-
segundo mundo de la cultura popüiar se construye en cierto modo como do; por 10 que la risa negativa se convierte en un fenómeno particular.
parodia de la vida ordinaria, como un «mundo al revés». Es preciso señalar ~or el contrario, la risa E2E..ularambivalente expr~sa un~~~?!:_~
sin embargo que la parodia carnavale~a está muy alé)a'da de la parodia mundo en plena evolución ener güe esfañiñClüictosTos que r¡en.
J moderna puramente negativa y formal; en efecto, al negar, aquélla resucita -rrétemOS5eñarar···~peciaIñí~nU;·'er;:alliter· útópi;;·y·<~f~-~osmovisión
> y lrenueva a la vez. ~.~_~~gación~.J.!aE::.~~&. siempre aje!Ul-ª-.)a de esta risa festiva, dirigida con.t.ra todaconcepci6n. dé ·sú~iCfá'd.""E'Sta
~...QQlID1aL. . risa mantiene viva aún, con un cambio súS'ta'ñCial'de sentid;:la burla
. En la presente introducción, nos hemos limitado a tratar muy rápida- ritual de la divinidad, tal como existía en los antiguos ritos cómicos. Pero
mente las formas y los símbolos carnavalescos, dotados de una riqueza y los elementos culturales característicos han desaparecido, y sólo subsisten
originalidad sorprendentes. El objetivo fundamental de nuestro estudio es los rasgos humanos, universales y utópicos.
hacer asequible esta lengua semiolvidada, de la que comenzamos a perder Es absolutamente necesario plantear adecuadamente el problema de la
la comprensión de ciertos matices. Porque ésta es, precisamente, la lengua risa popular. Los estudios que se le han consagrado incurren en el error
que utilizó Rabelais. Sin conocer1a bien, no podríamos comprender real-' dé inó3eñÚtarla groseramente, interpretándola dentro del espíritu de la
mente el sistema de imágenes rabelesianas. Recordemos que esta lengua literatura cómica moderna, ya sea como un humor satírico negativo (desig-
carnavalesca fue empleada también, en manei'a y proporci6n
~_"" __ ~""'_"~'-"--"" • _~ ••• _.,.~ •.•.••• ~_"."N" .~ •• _ • •••••• " •.••_ •...••_. __ .••••• , ..••••, .~."..,.. ••-...." .••••.••••.••• .,. ••• _ ._ .••.•• _ .• ",.-
df;;~;~~:por
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nando así a Rabelais como autor exdusivamente satírico) o como una
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I
1 risa agradable destinada únicamente a div,ertir, lige~a y desprovista de pr~. La risa influyó en las más altas esferas del pensamiento y el culto
fundidad y fuerza. Generalmente su caracter ambIvalente pasa desapercI- religioso.
1 bido por completo. Una de las obras más antiguas y célebres de esta literatura La Cena
Pasamos ahora a la segunda forma de cultura cómica popular: las de Cipriano (Coena Cypriani), invirtió con espíritu carnavales~o las Sa-
obras verbales en latín y en lengua vulgar. No se trata de folklore (aun. gradas .E.s~rituras (B.iblia y Evang~lios). Esta parodia estaba autorizada por
que algunas de estas obras en lengua vulgar puedan considerarse así). Esta la tradiclOn de la rzsa pascual (rzsus paschalis) libre; en ella encontramos
literatura está imbuida de la cosmovisión carllilvalesca, utilizaba amplia- ecos ~~janos de las satur~ales romanas. Otra obra antigua del mismo tipo,
mente la lengua de las formas carnavalescas, se desarrollaba al amparo Vergzlzus Maro grammatzcus, es un sabihondo tratado semiparódico sobre
de las osadías legitimadas por el carnaval, y en la mayoría de los casos la gramática latina, como también una parodia de la sabiduría es>9lá~ c..'{ ~,
estaba fundamentalmente ligada a los regocijos carnavalescos, cuya parte Y... de los m~todos ~i~nt.íHco,s.. sls E.ri.q~mio§
•••<kJ!L~~,g,Megi,ª. Estas dos )
literaria solía representar.! En esta literatura, la risa era ambivalente y fes. obras .inauguran la literatura cómica medieval en latín y Uejercen una in.
tiva. A su vez esta literatura era una literatura festiva y recreativa, típica fluencIa preponderante sobre sus tradiciones y se sitúan en la confluencia
de la Edad Media. de la Antigüedad y la Edad Media. Su popularidad ha persistido casi hasta
t, Ya dijimos que las celebraciones carnavalescas ocupaban un importante la época del Renacimiento. Como consecuencia, surgen dobles paródicos
¡ lugar en la vida de las poblaciones medievales, incluso desde el punto de vis- de los elementos del culto y el dogma religioso. Es la denominada parodia
d ta de su duración: 'en las grandes ciudades llegaban a durar tres meses por sacra, uno de los fenómenos más originales y menos comprendidos de la·
,I ~
año. La influencia de la cosmovisión carnavalesca sobre la concepción y el meratura medieval.. . ()~~ V \.~,9
. pensamiento de lo~ hombres, era radical: les obligaba a renegar en cierto Sabem~s qu~ existen ~umerosas lit~gias pa.ródicas (Liturgia de los be- 11~,'\
modo de su condlción oficial (como monje, clérigo ,o sabio) y a contem· bedores, Lztu~gza de los Jugadores, etc.), parodias de las lecturas evangéli- !\~i
/ pIar el mundo desde un punto de vista cómico y carnavalesco. ~ sólo cas, de las plegarias, incluso de las más sagradas (como el Padre Nuestro ¡
el Ave María, etc.), de las letanías, de los himnos religiosos de los sal~ 1\
\ los escolar~~Q.L~!.~I~~~~,~,".,s,!~.Q;J.amh~QJ2~/~.(;.lesi!J~i.c;.o,~~~~~l!..~iera~'luía
! } y¡oscIOctos teologos se permltIan alegres dIstracclOnes durante las cuales mos, así como imitaciones de las sentencias evangélicas, etc. S~ escribieron J
,,/ se desprendían de su piadosa gravedad, como en ei caso de los «juegos testamentos paródicos, resoluciones que parodiaban los concilios, etc. Este J
monacales» (Joca monacorum), título de una de las obras más apreciadas nuevo géner~ literario. casi infinito, ~staba c?nsagrado por la tradición y ¡
de la Edad Media. En sus celdas de sabio escribían tratados mas o menos tolerado en CIerta medida por la IgleSIa. HabIa una parte escrita que exis- ,f
paróc{icos y obras cómicas en latín. tía bajo .la égi~a .de la «risa pascual» o «risa navideña» y otra (liturgias I
La literatura cómica medieval se desarrolló durante todo un milenio y plegatlas pa~odicas) que estaba en relación directa con la «fiesta de los 1
y aún más, si consideramos que sus comienzos se remontan a la antigüe. tontos» y era mterpretada en esa ocasión. }
dad cristiana. Durante este largo período, esta literatura sufrió cambios Además, existían otras variedades de la literatura cómica latina como
muy importantes (menos sensibles en la literatura en lengua latina). Sur· por ejemplo, las disputas y diálogos paródicos, las crónicas paródi~as, etc:
gieron géneros diversos y variaciones estilísticas. A pesar de todas las dife· Sus autores debían poseer seguramente un cierto grado de instrucción -en
\ rencias de época y género, esta literatura si.gue siendo -en diversa pro- al~unos casos muy elevado-. Eran los ecos de la_risa de los carnavales pú-
1 porción- la expresión de la cosmovisión popular y camavalesca, y sigue bhc~ que repercutía~,.;n J?~.,~~LosCle los monasterIoS, iIñiv7!SictaeIes""y"
Cffié.gIÓ--S:'··,-,,·""-, ..· ·
'''''''-'''''.J~•.''~-'' ~~ .Jo('.N,
1, empleando en consecuencia la lengua de sus formas y símbolos.
.. ¡, ••••~."." •••.••• C!',¡.:;c,-.,....~;_-{O;:;.il!."..J ••.•.. ~ ••• ~ •••• ,~.~~,lI6 ••;::,.;y, ••!.~V'..r{.~~~:I.

I La literatura latina paródica o semi·paródica está enormemente difun: •..•.


..'"G literatura cómica la~in.a de la Edad Me~a llegó a su apoteosis du-/>¡ "
¡,dida. Poseemos una cantidad considerable de manuscritos en los cuales rante el apogeo ~el Rena~ImIe~to, con el glogzo d,f:!a. ~oc!f!.!,~ Erasmo C'\~:
Ila ideología oficial de la Iglesia y sus ritos son descritos desde el punto de (una de las creaClones mas emmentes del humor carnav;'fesco en la lite-"'"
.
mundial) y con las Cartas de hombres Oscuros (Epistolae obscu-
).

VIsta comIco. \~ \ ", n • \ \}-.l ratura


-" "..\ \7 G) " '....) ., rorum virorum).
1. Una situación análoga se observaba en la Roma antigua, donde los atrevi· . La ~teratura cómica en lengua vulgar era igualmente rica y más va-
mientos de las saturnales se transmitían a la literatura cómica. nada aun. Encontramos en esta literatura escritos análogos a la parodia
sacra: plegarias paródicas, homilía s (denominados sermones alegres en Fran.
establecer en la vida ordinaria. Era un contacto familiar y sm restric-
cia), canciones de Navidad, leyendas sagradas, etc. Sin embargo, 10 predo-, ciones.
minante eran sobre todo las parodias e imitaciones laicas que escarnecen
C?m~, r:sultad?, la n~e;a. forma d~ comunicación produjo nuevas for-
al régimen feudal y su epopeya heroica.
mas linguIStlCas: generas meditas, cambIOSde sentido o eliminación de cier.
Es el caso de las epopeyas paródicas de la Edad Media que ponen ÚISformas desusadas, etc. Es muy conocida la existencia de fenómenos
en escena animales, bufones, tramposos y tontos; elementos de la epopeya similares en la época actual. Por ejemplo, cuando dos personas crean víncu-
heroica paródica que aparecen en los cantators, aparición de dobles cómi- ~os de amistad, la distancia que las separa se aminora (están en «pie de
cos de los héroes épicos (Rolando cómico), etc. Se escriben novelas de Igualdad») y las formas de comunicación verbal cambian completamente:
caballería paródicas, tales como La mula sin brida y Aucassin y Nicolette. se t~t:an.' emplean dimi?utivos, incluso sobrenombres a veces, usan epíte-1
Se desarrollan diferentes géneros de retórica cómica: varios «debates» caro tos InJUrIOSOSque adqUIeren un sentido afectuoso; pueden llegar abur. ¡
navalescos, disputas, diálogos, «elogios» (o «ilustraciones»), etc. La risa larse la una de la otra (si no existieran esas relaciones amistosas sólo un!
carnaval replica en las fábulas y en las piezas líricas compuestas por va· tercero podría ser objeto de esas burlas), Ealmotearse en 1~da...e.Jn-: ,
guants (escolares vagabundos). duso en .el ~ien:re (gesto carnavalesca por ex¿eÍenciaI necesit'an' pulir; n;
Estos géneros y obras están relacionados con el carnaval público y uti· ~llengua!e m evItar los tabúes, por lo cual se dicen palabras y expresioned
lizan, más ampliamente que los escritos en latín, las fórmulas y los símbo- lllconvementes, etc. ;
los del carnaval. Pero es la dramaturgia cómica medieval la que está más Pero aclaremos que este contacto familiar en la vida ordinaria moder-
estrechamente ligaCfa""aIcarnavaL La primerá pie~~c6mica:=que conser· n~ e~tá muy lejos del contacto libre y familiar que se establece en la plaza
vamos- de Adarp. de la ItaTI;," El juego de la fnramada, es una exce- publIc~ durante el carnaval popular. Falta un elemento esencial: el carác-
lente muestra de"la visión y de la comprensión d~ la vida y el mundo ter ~ve~sal, el clima de fiesJ?.l-.]; idea utópica, la concepción.ñ:rQ.tul1Sl.r
puramente carnavalescos; contiene en germen numerosos elementos del fu. crermundo. E~ ge~l al otorgar un contenido cotidiano a ciertas fiestas
turo mundo rabelesiano. Los milagros y moralejas son «carnavaliza'dos» en ~eI carnaval, ,aunque manteniendo su aspecto exterior, se llega en la actua-
mayor o menos grado. La risa se introduce también en los misterios; las lIdad a perder s~ sentido ~terno profundo. Recordemos de paso que cier-
diabluras-misterios, por ejemplo, poseen un carácter carnavalesca muy mar· tos elementos rItuales antIguos de fraternidad sobrevivieron en el carna-
cado. Las gangarilla s son también un género extremadamente «carnavali· val~ adoptan~o un nuevo sentido y una forma más profunda. Ciertos ritos
zado» de fines de la Edad Media. I antlguos se Incorporaron a la vida práctica moderna por intermedio del
Hemos tratado superficialmente en estas páginas algunas de las obras carn,aval, pero perdieron casi por completo la significación que tenían
en este.
más conocidas de la literatura cómica, que pueden mencionarse sin nece·
sidad de recurrir a comentarios especiales. Esto bastará para plantear es- El nuevo tipo de relaciones familiares establecidas durante el carna-
cuetamente el problema. Pero en 10 sucesivo, iI medida que analicemos la val se refleja en una serie de fenómenos lingüísticos. Nos detendremos en
algunos.
obra de Rabelais, nos detendremos con más detalle en esos géneros y obras,
y en otros géneros y obras menos conocidos. ,El lenguaje famili~ de ~aJll~bli~~§~~.E~racteriza por el uso fre-
cuente de p"roserías o sea "'/e . 1 'b--"~"'~·"·~·~··~"'""""-···~>·-
r' _··"º~"••_,,,.:~·,,.·_ .....
,_·~~JU1~~~~E~.~Y.~l?t,,2,J~~.,,.!!UB,tw.§a~h~¡¿."y'.eces
~yj.ill:g~~:X.;C2}~.r~~;~~~s.Desde el punto de vista gramatical y semánti-
ca, las. grosenas estan normalmente aisladas en el contexto del lenguaje
Seguiremos ahora con la tercera forma de expresión de la cultura cómi·
y conSideradas con:o fórmulas fijas del mismo género del proverbio. Por
ca popular, es decir con ciertos fenómenos y géneros del vocabulario fami·
lo tanto, ~uede .~1tmarse que las groserías son una clase verbal especial
iiar y público de la Edad Media y el Renacimiento. Ya dijimos que duo
d.ellenguaJe ~amlhar. ~?r s,? orig<:!l.t.l? son _homogéneas y cumplieron fun· !1
rante el carnaval en las plazas públicas, la abolición provisoria de las
diferencias y barreras jerárquicas entre las personas y la eliminación de
Cl~n~~~
prl.011 tI va.
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es~e~lalmente .mágicO'YéñCaiÚáioriOéñla'~comuñícaé1ón \
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7:>·~"""':"' •• ll'Y'f\"I •••••I).'l4< ~"""'~'''''''''''''~~'~\,:/;:'\- .••••~., •.•• ....,~1<~ ..,.;1".:; """"' __ ""0-'

ciertas reglas y tabúes vigentes en la vida cotidiana, creaban un tipo espe-


~~"~o"que nos interesa más especialmente son las groserías blasfematorias
cial de comunicación a la vez ideal y real entre la gente, imposible de
dirigidas a las divinidades y que constituían un demento necesario de los
cultos cómicos más antiguos. Estas blasfemias eran ambivalentes: de~ra- por eso aún no se ha descubierto la esencia de estos fenómenos, que fue·
daban y mortificaban a la vez que regeneraban y renovaban. Y son preCIsa- ron estudiados únicamente desde el punto de vista de las reglas culturales,
mente estas blasfemias ambivalentes las que determinaron el carácter verbal estéticas y literarias de la época moderna, sin ubicarlos en la época a la que
típico de las groserías en la comunicación familiar carnavalesca. En efect~, pertenecen. Fueron, por el contrario, modernizados, 10 que explica por qué
durante el carnaval estas groserías cambiaban considerablemente de sentI- fueron interpretados erróneamente. El tipo particular de imágenes cómi·
do, para convertirse en un fin en sí mismo y adquirir así univ~rs~lidad y cas, unitario en su diversidad y característico de la cultura popular de la
profundidad. Gracias a esta metamorfosis, las palabrot~~_.~~~u~~.!.:.. Edad Media no ha sido comprendido, por ser totalmente ajeno a los tiem·
~aci§n .1k...lL~~~!.~,.,],~!.~~J!tto. aeIi' Vida secundana car- pos modernos (sobre todo al siglo XIX). Daremos a continuación una defi-
navalesca. nición preliminar.
Desde muchos puntos de vista, los ;uramentos son similares a las Se suele destacar el predominio excepcional que tiene en la obra de

;b~a~~~~1É1fu~~gñ:Er~~}~~a~~~~
groserías. También ellos deben considerarse como un género verbal espe·
cial con las mismas bases que las groserías (carácter aislado, acabado y auto-
sufi~iente). Si inicialmente los juramentos no tenían ninguna relaci9n con ~1. Son imágenes exageráaas e hlpertrofulcras. 'Mücllosbautlzaron a
la risa al ser eliminados de las esferas del lenguaje oficial, pues infrin· Rabelais con el título de gran poeta de la «carne» y el «vientre» (Víctor
gían s~s reglas verbales, no les quedó otro recurso que el de imrlantarse Rugo, por ejemplo). Otros le reprocharon su «fisiologismo grosero», su
en la esfera libre del lenguaje familiflr. Sumergidos en, el ambiente del «biologismo» y su «naturalismo», etc. Los demás autores del Renacimien-
carnaval, adquirieron un valor cómico y se volvieron ambivalentes .. to tuvieron inclinaciones literarias análogas, aunque menos fuertes (Be-
Los demás fenómenos verbales, como por ejemplo las obscemdades, caccio, Shakespeare y Cervantes). Algunos 10 interpretaron como unaf-'
\ corrieron una suerte similar. El lenguaje. familiars~._~.~irtió en cierto «rehabilitación de la carne» típica de la é,poca~surgida como reacción al ¡ 'T )
,\ modo en receptáculo donde seJ"g[niiJráiQñ'"l~S"~l1.e§._'i5:.tba]es: pr~- ascetismo med~1':"'1t""'\l'e'ees'"S'e-1f(8é'Hmóconsiderarl~coiño-üña-·mállifés. ,,_..'
:~'\151dasy eIií:ñinaoásde'-tá'comúnicación oficial. A pesar de su heterogenel- tació~ típicade~ra~vida burguesa, es decir del iriterés material del homo
laa-a'üiigmarTá,'esi'áSPa1abras"asiiñiIarolni-éosmovisión carnavalesca, mo- economicus en su aspecto privado y egoísta.
dificaron sus antiguas funciones, adquirieron un tono cómico general, y se Las explicaciones de este tipo son sólo formas de modernización de
, convirtieron, por así decirlo, en las chispas de la llama única del carnaval, las imágenes materiales y corporales de la literatura del Renacimiento; se
llamada a renovar el mundo. I le atribuyen significaciones estrechas y modificadas de acuerdo al sentido
Nos detendremos a su debido tiempo en los demás aspectos originales que la «materia», y el «cuerpo» y la «vida material» (comer, beber, ne-
del lenguaje familiar. Señalemos, como conclusión, que este lenguaje ejer. cesidades naturales, ctc.) adquirieron en las concepciones de los siglos si-
ció una gran influencia en el estilo de Rabelais. guientes (sobre todo el siglo XIX).
Sin embargo, las imágenes referentes a la vida material y corporal en
Rabelais (y en los demás autores del Renacimiento) son la herencia (un
Acabamos de pasar revista a las tres principales fuentes de expresión tanto modificada, para ser precisos) de la cultura cómica popular, de un
de la cultura cómica popular de la Edad Media. Los fenómenos que he- tipo peculiar de imágenes y, más ampliamente, de una concepción estética
mos analizado ya han sido estudiados por los especialistas (sobre todo la de la vida práctica que caracteriza a esta cultura y la diferencia claramente
literatura cómica en lengua vulgar). Pero han sido estudiados en forma de las culturas de los siglos posteriores (a partir del clasicismo). Vamos
aislada, totalmente desligados de su seno materno, esto es de las formas a darle a esta concepción el nombre convencional de [;~aziSlfitrpl(rté/iiJ,
rituales y los espectáculos carnavalescos, por 10 cual no se tuvo en cuenta En el realismo grotesco (es decir en el sistema de iiágenes de la 00- \
la unidad de las cultura cómica popular en la Edad Media. Todavía no han tura cómica popular) el principio material y corporal aparece bajo la forma'\
sido planteados los problemas de esta cultura. universal de fie,sta utópica. Lo cósmico, 10 social y 1~~cor~E~~E •• , ,Y,gados (i
Por esta razón no se comprendió la concepción cómica del mundo, úni- indisoluble~n,~!l __l}ll&.J2Ial'l~§~~.Q.~_e kig¡Yl~tEkJs ".@..s,g,t]!p'?-to
ca y profundamente original, que está detrás de la diversidad y la hetero~e. a1egre y bieñhechor. .
neidad de estos fenómenos, que sólo representan su aspecto fragmentano. """--Eil""a'"realismogrotesco, el elemento espontáneo material y corporal j

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í es un principio profundamente positivo que, por otra parte, no aparece remonias de los nuevos caballeros armados y en otras ocasiones solemnes.
bajo una forma egoísta ni separado de los demás aspectos vitales. El prin- ~uroerosas degradaciones de la ideología y del ceremonial caballerescos
cipio material y corporal es percibido como universal y popular, y como que aparecen en el Don Quijote están inspiradas en la tradición del realis-
tal, se opone a toda separación de las raíces materiales y corporales del mO grotesco. .
mundo, a todo aislamiento y confinamiento en sí mismo, a todo carácter La gramática jocosa estaba muy en boga en el amblente escolar culto
ideal abstracto o intento de expresión separado e independiente de la tierra de la Edad Media. Esta tradición, que se remonta al Vergilius grammati_¡
y el cuerpo. El cuerpo y la vida corporal adquieren a la vez un carácter cus, se extiende a lo largo de la Edad Media .Y el Renacimiento ~':lbsis>te
cósmico y universal; no se trata tampoco del cuerpo y la fisiología en el
sentido estrecho y determinado que tienen en nuestra época; todavía no
~ 2r.alw~~~,y~~,,~2t~gi?:,s".,t,~~~~!~lij!~ ..?sd~~~.rop! ti ¡
Oceigen~al. En esta gramática, todas ras categonas gramatlca1es, casos, tOr- "'¡
I están singularizados ni separados del resto del mundo. ;:S~v-;bales, etc., son transferidas al plano material y corporal, sobre todo
El portador del principio material y corporal no es aquí ni el ser bio- erótico.
lógico aislado ni el egoísta individuo burgués, sino el pueblo, un pueblo ~ sólo las parodias en el sentido estrecho del término, sino también
que en su evolución crece y se renueva constantemente. Por eso el ele- las demás formas del realismo grotesco tienden a degradar, corporizar y
mento corporal es tan magnífico, exagerado e infinito. Esta exageración vulgarizar. Esta es la cualidad esencial de este realismo, q.ue lo sep~ra
tiene un carácter positivo y afirmativo. El centro capital de estas imágenes de las demás formas <<nobles»de la literatura y el arte medleval. La nsa
de la vida corpor;l y material son la fertilidad, el crecimiento y la super- popular, que estructura las formas ~el realismo grotesc~, .estuvo siempre
ab~ndancia. I;.,a.~~,!n..~n.~~~!.~~.~~~~.!i~J~J14~L?Jª~~~L~Ly
cor~r~l no s,on at:,i- ligada a lo material y corporal. La nsa degrada y matenahza.
. bUIdas a un ser b~ologlco alslado o a un mdlvlduo economlCO pnvado y ¿Cuál es el carácter que asuinen estas degradaciones típIcas del realis-
T~ . egoísta, sino a uná especie de cuerpo popular, colect~vo y genérico (aclara- mo? Responderemos sucintamente por ahora, ya que el estudio de las obras
remos más tarde el sentido de estas afirmaciones).' La abundancia y la de Rabelais nos permitirá, en los capítulos siguientes precisar, ampliar y I
universalidad determinan a su vez el carácter alegre y f~~~i~{p.o'c<?,~idia- profundizar nuestra concepción al respe~~o. . . Q, l,?, ~\''ti ~
te. Y. ~ I
Ea) de las iID.ágf;.!l~.L~.t~,~0~~"~&,t$;fi~J,:Y~:,~?i:~~:~h El principio I
En el realismo ,grotesco, la degradaclOn de 10 subhme no tlene un ea-
'material y corporal es el principio de la fiesta, del o'anquete de la ale-
rj.s~,~E1éimªL9.",t~laJiY~_1g~~~~~ij':!ii§ioi~~
gría, de la «buena comida». Este rasgo subsiste considerablemente en la
literatura y el arte del Renacimiento, y sobre todo en Rabelaisl
com.pl::~ y. r~gllr?J.,~::¿~FJJ.~~!"?J!/¿'o{{rgt;~o.
Lo ~<~1to»es el clelo; l~ «baJO» es I
la"Üerra;I'a"h;rra es el princlplO de absorclOn (1a tumba y el vlentre), y a 1
1 El rasgo sobresaliente det realismo grotesco es .la {!egradqctó~ la vez de nacimiento y resurrección (el seno materno). Este es el valor to- \
transfereñCíu["~;;:m""it~ii[~Y:¿ciñórar-de'lo"
[ la elev~él;J'~~piJitU!llJAeal pográfico de 10 alto y lo bajo en su aspecto cósmico. En su faz corporal,
,{i abstract~fu el caso, por eJ'emplo, de 'i;:roeñé/CiprTá~i (La Cena de Ci- alto E~. !9
1 Ftáñ;;¡-q~e hemos mencionado, y de otras parodias latinas de la Edad
que no está nunca separada estrictamente de su faz cósmica,
~!.~~m~RP"J·W¡....cl.JQ§.t.t~ la ~~w~.lq.J~¡ljg...p,Qf. ••~~~lJR~~r.~~J.e
Media extraídas de la Biblia, de los evangelios y de otros textos sagra- él vientre y el trasero. El re';1fsmo grotesco y la parodIa medleval se asan J

dos. En ciertos diálogos cómicos muy populares en la Edad Media, como, e;~t~s';¡'gnm~;~i~~~s absolutas. Rebajar ,consiste en apro~i~a~ a la tierra, l'
por ejemplo, los que sostienen Salomón y Marcoul, hay un contrapunto entrar en comunión con la tierra concebIda como un pnnCIpIO de absor-.
1 entre las máximas salomónicas, expresadas con un tono grave y elevado, y ción y al mismo tiempo de nacimiento: al degradar, se amortaja y se siem- j f{
f las máximas jocosas y pedestres del bufón Marcoul referidas todas preme-
\ ditadamente al mundo material (beber, comer, digestión, vida sexual).!
bra a la vez, se mata y se da a luz alg? su~erior. Degradar sig~ifica entrar 1 "-
en comunión con la vida de la parte lllfenor del cuerpo, el Vlentre y los"
J Debemos aclarar además que uno de los procedimientos típicos de la comi-
órganos genitales, y en consecuencia también con los actos como el coito,
cidad medieval consiste en transferir las ceremonias y ritos elevados al el embarazo, el alumbramiento, la absorción de alimentos y la satisfacción
plano material y corporal; así hacían los bufones durante los torneos, las de las necesidades naturales. La degradación cava la tumba corporal para
ft-·¡· {\~~. \ "',.j!, .]".
dar lugar a un nuevo nacimiento. De allí 9ye nO.';.~,!1~,;:c1usivamente ~
"} 1. ' Los diálogos de Salom6n y Marcoul, degrad:mtes y pedestres,
" larcs a los diálogos sostenidos entre Don Quijote y Sancho Panza.
son muy simio valor negativo sino también P2~~j~2_y..-!r8$.u.f,;.t..~.dill~
... ~".A;Eze~:¡;~.,~._
1~~~.:rg8~i.~·?:~f~:.~€f§:,@,ª-~ro es sólo disolución en la nada y en la
.... ' .- l_'r:> 0., N"L:,\. ti l:.:t; \. e 1\ f l (,~.,\
t i\ ~,t'L,i. \

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(,::j !'f
.• Mijail Bajtin

destrucción absoluta sino también inmersión en 10 inferior productivo, don. relación a las ideas y los cultos sublimes; con el rol del ~~f~!Ltr¡;nte ,al
de se efectúa precisamente la concepción y el renacimiento, donde todo ~remonÜí1 seriü:eraerascamestolendas con 'reIaci6n a. la Cuaresma; e,tc.
crece profusamente. Lo «inferior» para el realismo grotesco es la tierra Er;a~g;;p~rnci~iO···regeneFai:1ór"exISte~·f(;daví1í7·aüñque torma ateimad;, en
que da vida y el seno carnal; lo. inferiores. siempre uPEc!'!1i.~!.rfo. en las imágenes pedestres de los molinos de viento (gigantes), los alber-
Por eso la parodia medievaf'ño'Stpare¿e"'en'nadá"a la parodia literaria gues (castillos), los rebaños de corderos y ovejas (ejércitos de caballeros),
puramente formal de nuestra época. los venteros (castellanos), las prostitutas (damas de la nobleza), etc.
La parodia moderna también degrada, pero con un carácter exclusiva· Es un típico carnaval grotesco, que convierte el combate en cocina y
mente negativo" carente, 2s.~~"I;i~~~~~~~'¡;~~~9..t,~. Por eso la parodia banquete, las armas y los cascos en utensilios de cocina y tazones de afei-
\ como género y la degradacion' en general no podnan conservar, en la tar y la sangre en vino (episodio del combate con los odres de vino), etc.
época moderna, su extensa significación originaria. Las degradaciones (pa. Este es el sentido primordial y carnavalesco de la vida que aparece
ródicas y de otro tipo) son también muy características de la literatura en las imágenes materiales y corporales en la novela de Cervantes. Es
del Renacimiento, que perpetúa de esta forma las mejores tradiciones de prc:cisamente este sentido el .que eleva el estilo de su realismo, su u~~e!r
la cultura cómica popular (de modo particularmente completo y profundo sahsmo y su profundo utoplsmo popular. ';;:CJ .
en Rabelais). Pero ya en esta época el principio material y corporal cambia Pero, con todo, !g~~!.E9~~.S~1~_,9Ek.!2.§~qm~m,ªp.~Jil~~,!=er'
de signo, se vuelve paulatinamente más estrecho y su naturalismo y ca· vaJlJ~:t,lJ1.l s:arácter privado y personal" ,Y'p'9.IJ2~,l~ill2~.,,~J?sgJ!eñ.~.<;~~..x
rácter festivo se atenúan. Pero este proceso sólo está en su comienzo aún seQomesticati;'son'rel:iajacE5r-ñfiii,;cl'. q~ac.se,s~!12~j~óvil~~N~,!~ida
en esta época, com,o lo demuestra claramente el ejemplo de Don Quijote. cotidiana individual, al de objetos d~ codicia y posesiónegoÍ'sta. Ya no es lo
La línea principal de las degradaciones paródicas conduce en Cervantes iílferior positivo. capaz de engendrar '¡'~'~íiéfá'y"'r~ñ;;;r, un obstácu, '~fn;'
a una comuniónCÓn la fuerza productora y regeneradora de la tierra y el lo estúpido y moribundo que se levanta contra las aspiraciones del ideal.
cuerpo. Es la prolongación de la línea grotesca. Pero al mismo tiempo el En la vida cotidiana de los individuos aislados las imágenes de lo «in-
f principio material y corporal comienza a empobrecerse y a debilitarse. En- ferior» corporal sólo conservan su valor negativo, y pierden casi total-
;~ tra en estado de crisis y desdoblamiento y las imáw~,ds.J~,,~~~t!:.:. mente su fuer-ill positiva; su relación con la tierra y el cosmos se rompe
1; rial y corporal comienzan a adquirir una vi~l. y las imágenes de lo «inferior» corporal quedan reducidas a las imágenes
, --r:apañíaaé-Sa!icnoPáhza;"stCápetlto"f"sft'sed, son aún esencial y pro- naturalistas del erotismo banal. Sin embargo, este proceso sólo está en sus
fundamente carnavalescas; su inclinación por la abundancia y lk plenitud comienzos en Cervantes.
no tiene aún carácter egoísta y personal, es una propensión a la abundan- Este aspecto secundario de la vida que se advierte en las imágenes
cia general. Sancho es un descendiente directo de los antiguos demonios materiales y corporales, se une al primero en una unidad compleja y con-
barrigones de la fecundidad que podemos ver, por ejemplo, en los céle· tradictoria. Es la vida noble, intensa y contradictoria de esas imágenes lo
bres vasos corintios. En las imágenes de la 0ebida y la comida están aún que otorga su fuerLa y su realismo histórico superior. Esto const~~l,' \
vivas las ideas del banquete y de la fiesta. drama original del principio material y corporale,n la..llier3;!HE~del Rena..:r\ \
El materialismo de Sancho, su ombligo, su apetito, sus abundantes ne- dm.leñfO':~-éíctÍerpo~y '1ás·"cosas·soit
sustiárctasaratierra engendradora •y ''<--1
cesidades naturales constituyen «10 inferior absoluto» del realismo grotesco, apart~d~;del a;~r~'unlversal' ~l"que'esiában"uniClos"eñ'·Tr'cuffUrapopufif. \
la alegre tumba corporal (la barriga, el vientre y la tierra) abierta para , En l~ c~nciencia ártístÍCá'e ideo16gk~;'d~i' R~r;;a~i'~fo';'\~sta"ruptüra I
acoger el idealismo de Don Quijote, un idealismo aislado, abstracto e in· no ha sido aún consumada por completo; 10 «inferior» material y corporal \\.
sensible; el «caballero de la triste figura» necesita morir para renacer más cumple aún sus funciones significadoras, y degradantes, derrocadoras y re- ,
fuerte y más grande; Sansh9_~ ...d_~ct~o natural, corporal Y~.E!!iv~sal generadoras a la vez. Los cuerpos y las cosas individualizados, «particula- \
~~. las pretensiones individuales, ab~tr.actas y--CspTaiuaTes; además Sancho res», se resisten a ser dispersados, desunidos y aislados; el,!ealis~~4s~ \)
representatambien'-a-:rarf~iacorño' 'correctivo popular de la gravedad unila- nacimiento no ha. cortado aún el cordón umbilical que 10s une al vientre
teral de esas pretensiones espirituales (10 inferior absoluto ríe sin cesar, Te-~~ndo"d~"G-ti~r~~ y el pueblo. El cuerpo y las cosas individuales no \ ,¡'
es la muerte que ríe y engendra la vida). El rol de Sancho frente a R.<)ll coinciden aún consigo mismo, no son idénticos a sí mismos, como en el
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Quijote podría ser compilrado con el rol de las parodias médievale~ _~!l:.
_~-- ~.- --- -- •... --- .•---_.~.__ ..•~..-~...~- realismo naturalista de los siglos posteriores; forman parte aún del con- ,
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La cultudpop~lar,en,la Edad Media y en el Renacimiento ¡-! C\\¡ (;"\ (, (, 29


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junto corporal creciente del mundo y sobrepasan por lo tanto los límites ~"I;E~f~~d.~~:~~~~~~f~~~~~~'~-~~-~~':!:~'s!. :.s..!!,Il~~l~~_~el.~~~P'?,_~~~~co
de su individualismo; lo privado y 10 universal eStán aún fundidos en una
unidad contradictoria. La visión carnavalesca del mundo es la base pro- Pero es evidente' que las imágenes grotescas no permanecen en ese es-
funda de la literatura del Renacimiento. tadio primitivo. El sentimiento del tiempo y de la sucesión de las esta-
La complejidad del realismo renacentista no ha sido aún aclarada sufi. ciones se amplía, se profundiza y abarca los fenómenos sociales e históri-
cientemente. Son dos las concepciones del mundo que se entrecruzan en cos; su carácter cíclico es superado y se eleva a la concepción histórica del
el realismo renacentista: la primera deriva de la cultura cómica popular; tiempo. y entonces las imágenes grotescas, con su ambivalencia y su acti-
la otra, típicamente burguesa, expresa un modo de existencia preestablecido tud fundamental respecto a la sucesión de las estaciones, se convierten en "-._,,
y fragmentario. Lo que caracteriza al realismo renacentista es la sucesión el medio de expresión artístico e ideológico de un poderoso sentimient{ "').
de estas dos líneas contradictorias. El principio material del crecimiento, de la his~oria y de sus éontingencias, que surge con excepcional vigor e~ r..-
inagotable, indestructible, superabundante y eternamente riente, destrona- el Renacimiento. "J
dor y renovador, se asocia contradictoriamente al «principio material» fal- Sin embargo, incluso en este estadio, y sobre todo en Rabelais, las
sificado y rutinario que preside la vida de la sociedad clasista. t imágenes grotescas conservan una naturaleza original, se diferencian clara-
Es imprescindible conocer el realismo grotesco para comprender el rea- mente de las imágenes de la vida cotidiana, pre-establecidas y perfectas.
lismo del Renacimiento, y otras numerosas manifestaciones de los perío- Son imágenes ambivalentes y contradictorias, ue, consideradas desde el
<' """'d'~' ><~~~ ~.-..--'!'
dos posteriores del realismo. El campo de la literatura realista de los tres la e~l~tica e . a. vi a E2,tt-
pU~,to~~,S.~Y.i~IU~ie"tÜ;,fL,~~q~,gf;,9~~,.<;..~~e~irde
z-e~rj!ftq!-,E!!~S;~!1,J1~m~"m.Qp~tt~sas y horribles.
últimos siglos está/prácticamente cubierto de fragmentos embrionario s del
realismo grotesco, .-fragmentos que a veces, a pesar de su aislamiento, son
diá~7toP"e~~t,~t~~~~4a
Li nueva concf/peion:histórica que las incorpora les confiere Un sentIdo ~ I
capaces de cobrar ·su vitalidad. En la mayoría de los casos se trata de imá- rente, aunque conservando su contenido y materia tradicional: el coito, el
genes grotescas que han perdido o debilitado su polo positivo, su ,relación embarazo, el alumbramiento, el crecimiento corporal, la vejez, la disgre_¡
con un universo en evolución. Unicamente a través de la comprensión del gación y el despedazamiento corporal, etc., con toda su materialidad inme-
realismo grotesco es posible comprender el verdadero valor de esos frag. diata, siguen siendo los elementos fundamentales del sistema de imágenes
mentas o de esas formas más o menos vivientes. grotescas. Son imágenes que se oponen a las clásicas del cuerpo humano
La imagen grotesca caracteriza un fenómeno en proceso d cambio y perfecto y en plena madurez, depurado de las escorias del nacimiento y el
1
metamorfosis incompleta, en el estadio de la muerte y del nacimiento, del desarrollo.
crecimientu y de la evolución. La actitud respecto al tiempo y la evolución, Entre las célebres figuras de terracota de Kertch, que se conservan en
es un rasgo constitutivo (o determinante) indispensable de la imagen gro- el Museo Ermitage de Leningrado, se destacan ancianas embarazadas cuya
~,¡ tesca. El otro rasgo indispensable, que deriva del primero, es su ambiva· vejez y embarazo son grotescamente subrayados. Recordemos además, que
lencia, los dos polos del cambio: el nuevo y el antiguo, lo que muere y lo esas ancianas embarazadas ríen.1 Este es un tipo de grotesco muy caracte-
que nace, el comienzo y el fin de la metamorf01is, son expresados (o esbo- rístico y expresivo, un grotesco ambivalente: es la muerte encinta, la
~ zados) en una u otra forma. ~'~f\\:-'Y;l \ ~;Í' e é, muerte que concibe. No hay nada perfecto, estable ni apacible en el cuer-
Su actitud con relación al tiempo, que está en la base de esas formas, po de esas ancianas. Se combinan allí el cuerpo descompuesto y deforme
su percepción y la toma de conciencia con respecto a éste durante su de- de la vejez y el cuerpo todavía embrionario de la nueva vida. La vida es
sarrollo en el curso de los milenios, sufren como es lógico una evolución descubierta en su proceso ambivalente, interiormente contradictorio. No
y cambios sustanciales. En los períodos iniciales o arcaicos del grotesco, el hay nada perfecto ni completo, es la quintaesencia de lo incompleto. Esta
tiempo aparece como una simple yuxtaposición (prácticamente simultánea)
de las dos fases del desarrollo: principio y fin: invierno-primavera, muerte·
nacimiento. Esas imágenes aún primitivas se mueven en el círculo biocós-
mico del ciclo vital productor de la naturaleza y el hombre. La sucesión
es precisamente la concepción grotesca del cuerpo.
1\diferencia de los cánones modernos, el cuerpo grotesco no está se-
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1. Ver a este respecto H. Reich: Der Mimus. Ein literar-entwicklungsgeschichtli-


de las estaciones, la siembra, la concepción, la muerte y el crecimiento, (ber Versuch, Berlín, 1903. El autor los analiza en forma superficial, desde un punto
son los componentes de esta vida productora. La noción implícita del tiem· de vista naturalista.
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1
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..TI.mltes..El enfasl~ esta puesto iglesias rurales de los siglos XII y XIlI. ,.....
' en las partes del cuerpo en que éste se abre al mundo extenor o penetra Esta imagen del cuerpo ha sido desarrollada en diversas formas en los I
./ en él a través de orificios, protuberancias, ramificaciones y excrecencias espectáculos y fiestas populares de la Edad Media; fiestas de los bobos, cen-
tales como la boca abierta, los órganos genitales, los senos, los falos, las cerradas, carnavales, fiesta del Cuerpo Divino en su aspecto público y po;-
barrigas y la nariz. En actos tales como el coito, el embarazo, el alumbra- pular, en las diabluras-misterios, las gangarilla s y las farsas. Esta era la
miento, la agonía, la comida, la bebida y la satisfacción de las necesidades única concepción del cuerpo que conocía la cultura popular y del es-
naturales, el cuerpo revela su esencia como principio en crecimiento que pectáculo.
traspasa sus propios límites. Es un cuerpo eternamente incompleto, eterna- En el dominio de 10 ll.terario, la ~rodia me_dieval~l~l!;_.
mente creado y creador, un eslabón en la cadena de la evolución de la mente en la concepción "grotesca del cuerpo. Esta concepClOn estructura
especie, o, más exactamente, dos eslabones observados en su punto de l~-k;~derruerPo"eñ "El"enorn;;'~asa de leyendas y obras asociadas
unión, donde el uno entra en el otro. Esto es particularmente evidente con a las «maravillas de la India» y al mar céltico y sirve también de base a
respecto al período arcaico del grotesco. las imágenes corporales en la inmensa literatura de las visiones de ultra-
Una de las tendencias fundamentales de la imagen grotesca del cuero tumba, en las leyendas de gigantes, en la epopeya animal, las fábulas y
po consiste en exhibir dos cuerpos e,!.. ~º;..
l,l}!9_.que.da..k.Yida~Q~rece
, bufonadas alemanas.
d· E's slem.pre-...;,. Además esta concepción del cuerpo influye en las ,groserJ<!§,im.m.~ca.
y_otro_~~s.~c, do~ducW.Q...Y.. ..,1Jlnz.ad-º-~_.~~~_Q,...
eb..l_· 1 un' I -~.
• " ' ~l.QD~..•y'jy!..a.m.~IllQ.s.".2e
excepcional importancia para la comprensión de
cuerpo en estado (1, e embarazo y alumbraIDlento, o por lo menos listo para
la literatura del realismo grotesco.
concebir y ser fe~ndado con un falo u órganos genitales exagerados. Del Estos elementos lingüísticos ejercieron una influencia organizadora di-
primero se desprende, en una u otra forma, un cuerpo nuevo. recta sobre el lenguaje, el estilo y la construcción de las imágenes de esa
_. (' ..En contraste.,.-.CQn_la.ux.i~g¡l.§"~º~"..lo~_.s;áp'ºp~~.,.!!!9E~~~s}~ ..~L~u~po literatura. Eran 'fórmulas dinámicas, que expresában la verdad con fran-
,e i _t~.ne....siempr.e
...una.edad.mu}(_,Ce.I~-ª-QJ;u!.L!l~<:.i.~~,~fI:!Q..Y...lª_1JlU~xt~~.
primera queza y estaban profundamente emparentadas por su origen y sus funcio-
~:'! infancia y la vejez, el seno que lo concibe y el que lo amortaja -se acen- nes con las demás formas de «degradación» y «reconciliación con la tie-
túa la proximidad al vientre y a la tumba-o Pero en sus límites, los dos rra» pertenecientes al realismo grotesco renacentista. Las groserías y obs- I
cuerpos se funden en uno solo. La individualidad está en proceso de diso- . cenidades modernas han conservado las supervivencias petrificadas y pura- ./:
!lución; agonizante, pero aún incompleta; es un cuerpo simultán~amente en mente negativas de esta concepción del cuerpo. §.~~~~~~íasl o el til~.91 ~~J
; el umbral de la tumba y de la cuna, no es un cuerpo único, ni tampoco de expresiones tales como «vete a oo.» humillan al destinatario, de acuerdo f
; son dos; dos pulsos laten dentro de él: uno de ellos, el de la madre, ! mn.$l,..1J}..S:tq~Q_~~ .es qeclt;, rQjfeipac~an a ú¡ar -;r~eili;.~~.i.~ii~.(')~
;. está a punto de detenerse. aR§plu.to,a la región genital o a la tumba corporal (o infierno's corporales) :
I Además, ese cuerpo abierto e incompleto (agonizante-naciente-o a punto donde s~rá de~truid~ yengC:;tlclrado de nuevo. . .., - .~- ..-. -:/.,
de nacer) no está estrictamente separado del mundo: está enredado con I ~ñ1¡jKgiósefías contemporáneas no queda nada de ese sentido ambi- '('
él, confundido con los animales y las cosas. Es un cuerpo cósmico y re" w.~~ªtªet6~, S.I1J.Q.JI.t?:ª~~iO:ll~:,,!!~g~"~~~~srñ.<[[~rin-
presenta el conjunto del mundo material y corporal, concebido como lo s?1.t2_J)_~F9-;-
<termo dejos .sist€mas..signW..e.~~_y de vaI~~~~as nuevas
«inferior» absoluto, como un principio que absorbe y da a luz, como una I~QgR~,,~sasex.:pre.sionesest~llJ9.!l!..lmet.!~3É.La.é!l~arPbién 10 estañ' en la
tumba y un seno corporales, como un campo sembrado cuyos retoños han ' org~nización del mundo): ql}~dan los fragmentos de una-Teñgua··extranjera
llegado a la senectud. en la que- antaño podía 'decirse algo, pero que ahora sólo expresa insultos
Estas són, simplificadas, las líneas directrices de esta concepción origi. carentes de sentido. Sin embargo, sería absurdo e hipócrita negar que
nal del cuerpo. Esta alcanza su perfección en la obra genial de ,~abe1ais, 1. En la obra vastÍsima de E. Male, El arte religioso del siglo XII, XIII y de
en tanto que en otras obras literarias del Renacimiento se debilita"y-se fines de la Edad Media en Francia, se puede encontrar una amplia y preciosa docu-
diluye. La misma concepción preside el arte pictórico de .J~.!§~~J~9~,i mentacióIisobre los motivos grotescos en el arte medieval, tomo l, 1902; tomo n,
y Brueghel el Viejo. Elementos de la misma se encuentran ya en los fres· 1908; tom~~nl, 1922.
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conservan no obstante un cierto encanto (sin ninguna referencia erótica
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perpetuamente imperfecto del cuerpo y, en general, pasan desapercibidos
por otra parte). Parece dormir en ellas el recuerdo confuso de la cosmo· e1.]!i.fuli~-;:;Ji.·,:sg!c]E~i.O'~" fl~a.:ioriía.~~tg,ª~!~_~~·-Ja.-que~ ..
visión carnavalesca y sus osadías. Nunca se ha planteado correctamente el está situada lo más lejos posible del seno materno y de la tumba, 'es '(leor;'
problema de su indestructible vitalidad lingüística. I de
aIefa(k"a:r~1ci~~ d€ i;~'<~un;brales>; la'viaa' ilidivldti"al:Ef énfasis está
En la época de Rabelais las groserías y las imprecaciones conservaban puesto en la individualidad acabada y autónoma del cuerpo en cuestión. Se
aún, e~ el d<;>miniq.de gJe_I?Bua..E~pu,lar ~e la. ~'::"~~E~~ó ~;!..~yela,,!: describen sólo los actos efectuados por el cuerpo en el mundo exterior,
significación integ~al y sobre toc.Io,SlJ.pQfc>._P?~~:Y0J_,~~Qc;,r.gQor.Eran Qctosen los cuales hay fronteras claras y destacadas que separan al cuerpo
expres'lones protiIrÍdamente emparentadas con las démás formas de degra. del mundo y los actos y procesos intracorporales (absorción y necesidades
daciones heredadas del realismo grotesco, con los disfraces populares de naturales) no son mencionados. El cuerpo individual es presentado como
las fiest;s y carnavales, con las imágenes de las diabluras y de los infier- una entidad aislada del cúerpo popular que lo ha producido.
nos en la literatura de las peregrinaciones, con las imágenes de las gan- Estas son las tendencias primordiales de los cánones de la nueva época.
garillas, etc. Por eso estas expresiones podían desempeñar un rol primordial Es perfectamente comprensible que, desde este punto de vista, el cuerpo
en su obra. del realismo grotesco les parezca monstruoso, horrible y deforme. Es un
Es preciso señalar especialmente la expresión estrepitosa que asumía cuerpo ue no ti n~-,ahllk.4.!ntro de la «~tética de la belleza» creada
la concepción grotesca del cuerpo en las peroratas de feria y en la boca en a época modem~. ._.-- ---.----.---~".,-,-~
del cómico en la 'plaza pública en la Edad Media y en el Renacimiento. ""-·Eíi<Oñ;~~~·'i~~r~ducción, así como en nuestros capítulos siguientes (so-
Por estos medios; esta concepción se transmitió hasta la época actual en bre todo el capítulo V), nos limitaremos a comparar los ~ánones grotesco
sus aspectos mejór conservados: en el siglo XVII sobrevivía en las farsas y clásico de la representación del cuerpo, estableciendo las diferencias
de Tabarin, en l~s burlas de Turlupin y otros 'fepómenos análogos. Se que los oponen, pero sin hacer prevalecer al uno sobre el otro. Aunque,
puede afirmar qu'e la concepción del cuerpo del realismo grotesco y fol· como es natural, colocamos en primer plano la concepción grotesca, ya que
kIórico sobrevive hasta hoy (por atenuado y desnaturalizado que sea su ella es la que determina la concepción de las imágenes de la cultura cómica
aspecto) en varias formas actuales de lo cómico que aparecen en el circo popular en Rabelais: nuestro propósito es comprender la lógica original del
y en los artistas de feria. -+-
º~
Esta concepción, de la. qg~,~fªb.::)JI.lO.s
canon grotesco, su especial voluntad artística. En el dominio artístico es "
.. slat:_!-!llil).!!!rod,~ció~YE.eli- . un patrimonio común el conocimiento del canon clásico, que nos sirve de
min';~':~'~";~~ueñtra'e\7Í'éfeñtémente en con~t~di<;:ciónJorm~Lco~los cánones . guía hastá cierto punto en la actualidad; pero no ocurre lo mismo con el
lii:erátíos'-y'pt~sticos'de hrAntiguedad'~dásica» 1 que han sido la bas-eoeIa canon grotesco, que hace tiempo que ha dejado de ser comprensible o del
I

estética del Renacíinienfo:" . .---.-,...-------~ que sólo tenemos una comprensión distorsionada. La tarea de los historia-
Es~s cánones'consideran al cuerpo de manera completamente diferente, dores y teóricos de la literatura y el arte consiste en recomponer ese ca-
I

en otras etapas de su vida, en relaciones totalmente diferentes con el non, en restablecer su sentido auténtico. Es inadmisible interpretarlo desde 11
mundo exterior (no corporal). Dentro de estos cánones el cuerpo es ante el punto de vista de las reglas modernas y ver en él sólo los aspectos JI ~~L
. todo algo rigurosamente acabado y perfecto. Es, además, algo aislado, so- que se apartan de estas reglas. El canon grotesco debe ser juzgado dentro \ ...
/. litario, separado de los demás cuerpos y cerrado. De allí que este canon de su propio sistema.
, elimine todo lo que induzca a pensar en algo no acabado, todo lo rela- No interpretamos la palabra «canon» en el sentido estrecho de con·
I cionado con su crecimiento o su multiplicación: se cortan los brotes y re· junto determinado de reglas, normas y proporciones, conscientemente esta-
toños, se borran las protuberancias (que tienen la significación de nuevos.1, blecidas y aplicadas a la representación del cuerpo humano. Es posible com-
vástagos y yemas), se tapan los orificios, se hace abstracció~}!:!..:.sta~o'JI' prender el canon clásico dentro de esta acepción restringida en ciertas eta·
, pas de su evolución, pero la imagen grotesca del cuerpo no ha tenido
1. No la AntigÜedad en general: en la antigua comedia dórica, en el drama sa·
tírico, en la comedia siciliana, en Aristófanes, en los mimos y atelanas (piezas bufo- I nunca un canon de este tipo. Su naturaleza misma es anticanónica. Em-
neseas romanas) encontramos una concepción análoga, así como también en Hipócrates, ,plearemos la acepción «canon» en el sentido más amplio de tendencia
Galeno, Plinio, en la literatura de los «dichos de sobremesa», en Atenea, Plutareo, determinada, pero dinámica y en proceso de desarrollo (canon para la re·
Macrobio y muchas otras obras de la Antigüedad no clásica. presentación del cuerpo y de la vida corporal). En el arte y la literatura

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La cultura popular en la Edad Media y ~~ el Renacimiento ,,~ 3S

del pasado podemos observar dos tendenci~s, a las que ??demos adjudicar
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grotesCas una denominación general y permanente, es decir una termino-
convencionalmente el nombre de cánones grotesco y claslco.
logía especial; tampoco ha sido ubicado ni precisado teóricamente.
" Hemos definido aquí esos dos cánones en su expresión pura y limitada, Los elementos esenciales del realismo se han formado durante las tres
¡Pero en la realidad histórica viva, esos cánones (incluso el clásico) nunca fases del grotesco antiguo: arcaico, clásico y post.antiguo. Es un error
, han sido estáticos ni inmutables, sino que han estado en constante evo- considerar al grotesco antiguo sólo como un «naturalismo grosero», como
lución, produciendo diferentes variedades históriéas de 10 clásico y 10 gro- se ha hecho a veces. Sin embargo, la fase antigua del realismo grotesco no
tesco. Además, siempre hubo entre los dos cánones muchas for~as ~e in. entra en el marco de nuestro estudio.! En los capítulos siguientes tratare-
teracción: lucha, influencias recíprocas, entrecruzamiento s y combmaclünes. mos sólo los fenómenos que han influido en la obra de Rabelais. '_',
Esto es válido sobre todo para la época renacentista, como 10 hemos seña. El realismo grotesco se desarrolla plenamente en el sistema de imágenes I
lado. Incluso en Rabelais, que fue el portavoz de la concepción grotesca de la cultura cómica popular de la Edad Media y alcanza su epopeya artís- I
del cuerpo más pura y consecuente, existen elementos del canon clásico, tica en la literatura del Renacimiento. ' _\
sobre todo en el episodio de la educación de Gargantúa por Pornócrates, y En esta época, precisamente, aparece el término «grotesco», que tuvo
en el de Thé1eme. En el marco de nuestro estudio, 10 más importante es en su origen una acepción restringida. A fines del siglo xv, a raíz de exca-
la diferencia capital entre los dos cánones en su expresión pura. Centrare. vacíones efectuadas en Roma en los subterráneos de las Termas de Tito, se
mas nuestra atención sobre esta diferencia. descubrió un tipo de pintura ornamental desconocida hasta entonces. Se
la denominó «grottesca», un derivado del sustantivo italiano «grotta»
(gruta). Un poco más tarde, las mismas decoraciones fueron descubiertas
Hemos denominado convencionalmente «realismo grotesco» al tipo es. en otros lugares de Italia. ¿Cuáles son las características de este moti~o
pecífico de imágenes de la cultura cómica popular en todas sus manifes· ornamental? C'~'-
taciones. Discutiremos a continuación la terminología elegida. \ El descubrimiento sor1?rendió a la QRi.nión..&oJlt~m.P2ránea por el juego I!
Consideremos en primer lugar el vocablo «grotesco». Expondremos la insóli~, f~ico y libre de las formas ve etales, ~a1es-y-líuiñáooS-l:
historia de este vocablo paralelamente al desarrollo del grotesco y su teoría. ~onfiíñaranytrañSt~~ab;;~;U;; sí.- ~~di~tingúian as "fron- !
El método de construcción de imágenes procede de una época muy teráS
c ariíS-e1:rfeftesqile' "viden -~';;o; «reIñOSñaturales» en el ámbito '
antigua: 10 encontramos en la mitología y el arte arcaico de tpdos los pue· habitual del mundo: en el grotesco, esas fronteras son audazmente supe-
bIas incluso en el arte pre-clásico de los griegos y los romanos. No desapa. radas. Tampoco se percibe el estatismo habitual típico de la pintura de la
rece' tampoco en la época clásica, sino que, excluido del arte oficial, con· realidad: el movimiento deja de ser de formas acabadas (vegetales o anima-/:,'
tinúa viviendo y desarrollándose en ciertos dominios «inferiores» no ~a· les) dentro de un universo perfecto y estable; se metamorfosea en un ¡ !
nónicos: el dominio de las artes plásticas cómicas, sobre todo las minia: movimiento interno de la existencia misma y se expresa en la transmutación i I
turas, como, por ejemplo, las estatuillas de terracota que .hemos me~cio-, de ciertas formas en otras, en)aJroperfección eterna de 1~.e~~J~1Jcia. ¡ u

nado las máscaras cómicas, silenos, demonios de la fecundidad, estatuillas Se percibe en ese juego ornamental una libertad y una ligereza excep-
popuÍares del deforme Thersite, etc.; en las pinturas de 10~jarrones cóplÍ.. cionales en la fantasía artística; esta libertad, además, es concebida como ~
cos, por ejemplo, las figuras de sosias cómicos (Hércules, Ulises), escenas de JJ!!! al~~~c~s4?I.!!!!. c?o§.sonrierÍte.:....Les indudable que Rafael y sus a1~-
noscomprendieron y transmitieron con justeza el tono alegre de esta deco-
comedias, etc.; y también en los vastos dominios de la literatura cómic~
relacionada de una u otra forma con las fiestas carnava1escas; en el dranu
I ración al pintar las galerías del Vaticano a imitación del estilo grotesco?
satírico, antigua comedia ática, mimos, etc. ~~"e.)~_1\nti~eda?.J~
1. El libro de A. Dieterich: Pullcinella. Ponpeyanische Wandbilder und ro-
I im~gen grotesca atravi,~~~.~~.!~.~~~~~_~~!?.~~?,.LE~()vaciQ~, y a~arc~ ca~l_ mische Satyrspiele, Leipzig, 1897 (Pulcinella, pintura mural pompeyana y dramas
I tódas las esferas del arte y la literatura. Nace entonces, baJO la influencia satíricos romanos), contiene una documentación muy importante y observaciones pre-
preponderañte del arte orie~ta1; i:iñañ~éva variedad de grotesco. Pero como ciosassobre el grotesco de la Antigüedad, y también parcialmente de la Edad Media
el pensamiento estéticoy "ártlstico de la Antigüedad se había desarrollado y el Renacimiento. Sin embargo, el autor no emplea el término «grotesco». Este libro
en el sentido de la tradición clásica, no se le ha dado al sistema de imágenes
I conservaa\ÍD su actualidad.
, 2. Citemos también la notable definición del grotesco que da L Pinski: «En
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r. ':- '. {/'.,. (' \, -MiÍaÚBajtin Lacultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento
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Esa es la característica fundamental del motivo ornamental romano al pasa a ser una vida de galaiLQQ.tJíLOtra s~ introduce a la fiesta en 10 ¡
que se designó por primera vez con esa palabra inédita, considerándolo un cErd!:!'!.g!,~~~':,51~e~.~ed~.rel~g~u..w~ rivada, doméSilca y la· 1
fenómeno novedoso, Su sentido era muy limitado al principio. En realidad, ~~'; Los ant1guo~ ?,tlvIfeglOs de las fiestas públicas se resttlngen ca a 1
la variedad del motivo ornamental romano encontrado era sólo un frag. vez mas. La cosmOVlS1oncarnavalesca típica, con su universalismo, sus osa- :
mento (un resto) del inmenso universo de la imagen grotesca que existió días, su carácter utópico y su ordenación al porvenir comienza a transfor.' ,1
en todas las etapas de la Antigüedad y que continuó existiendo en la Edad !Darse en simple humor festivo. La fiesta casi deja de ser la segunda vida
Media y en el Renacimiento. Ese fragmento reflejaba los rasgos caracterís. del pueblo, su renacimiento y renovación temporal. Hemos destacado el
ticos de este inmenso universo, 10 que aseguraba la vitalidad futura del adverbio «casi» porque en realidad el principio festivo popular carnavalesco
nuevo término y su extensión gradual al universo casi ilimitado del sistema es indestructible. Reducido y debilitado, sigue no obstante fecundando los
de imágenes grotescas. diversos dominios de la "ida y la cultura.
Pero la ampliación del sentido del vocablo se realizó muy lentamente, Hay un aspecto que debemos señalar. La literatura de esos siglos no
sin una conciencia teórica clara acerca de la originalidad y la unidad del estará ya sometida a la influencia directa de la deb::itada cultura festiva
mundo grotesco. El primer intento de análisis teórico, o, para seIt más pre· popular.. ~a cosmovisión carnavalesca y el sistema de imágenes grotescas
cisos, de simple descripción y apreciación del grotesco, fue el de Vasari, siguen VIVIendoy transmitiéndose únicamente en la tradición literaria so-
quien, sobre la b.ase de un juicio de Vitruvio (arquitecto romano que es· bre todo en la tradición literaria del Renacimiento. \ hJ\LM~'I.Úl\-CiC\})
tudió el arte de la época de Augusto) emitió un juicio desfavorable sobre ~grotes~o ?egenera, al Ee~der s~~~~ la ..cultura popular
el grotesco. Vitnivio, a quien Vasari cita con simpatía, condenó la nueva de la plaza publica y al convertIrse en una pura tradicióñlIterana -sepro-
moda «bárbara» ,que consistía en «pintarrajear ~os muros con monstruos ~sJiPi~'ªª¡t7ormaltzac¡6ñJ;¡;;i¡;ágéñ~s:ir;t~;;~> '~~;ñavaiéscas 10
en lugar de pintar imágenes claras del mundo de ,los objetos»; en otras clue pe::n_i~e.,~_artereñtesteñaeñC1aS7rtiTIZ;rl;~~~onfu;;-=J;~~;;:·P~-;ta
t." palabras, condenaba el estilo grotesco desde el punto de vista de posicio- fOiffiiiIadón no"'e's--úillc'iúñemeexterr¿;r7T~;~>;Z;-'~afmm;¡g~ot~~ y )
~'5- nes clásicas, como una violación brutal de las formas y proporciones «na· carnavalesca, su vigor artístico y heurístico, genera'lízador subsiste en todos'
turales». los acon~ecimientos importantes de la época (siglos XV~I y XVIII): en la
Esta era también la opinión de Vasari, opinión que predominaría du- c~mmedta del/Jarte (que conserva su relación con el carnaval de donde pro.
rante mucho tiempo. Iniciada la segunda mitad del siglo XVIII, surgió una Viene), en las comedias de Moliere (emparentadas con la commedia del/Jar-
comprensión más profunda y amplia del grotesco. I te), en la novela cómica y las parodias del siglo XVII, en las novelas filo-
En los siglos XVII y XVIII, mientras el canon clásico reinaba en los do- sóficas de Voltaire y Diderot (Las ¡ayas indiscretas y Jacobo el Fatalista),
minios del arte.y la literatura, el grotesco, ligado a la cultura cómica po- en las obras de Swift y en varias más. En estos casos, a pesar de las dife-
pular, estaba separado de la última y se reducía al rango del cómico de renc~asde ~ar~cter y orientación, la forma del grotesco carnavalesco cumple
baja estofa o caía en la descomposición naturalista a que nos hemos referi· funclOnes Similares; ilumina la osadía inventiva, permite asociar elementos I
do. En esta época (para ser precisos, a partir de la segunda mitad del h~?géneos, aproxb'ñar 10 que está lejano, ayuda a li6rarse de loeas coÍí- )
\ siglo XVII) asistiinos a un proceso de reducción, falsificación y empobreci. v~§e.0~~~~:~S~~~~::éJe1J§pen~bánaTesY·habituares. p=ertiiife ....
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\ \ miento progresivos de las formas de los ritos y espectáculos carnavalescos ~~ll~ll..~~,s_ 0loS el uruver~~ll~ender astitqü["puntO 'lo~éXis- _
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dera urucrad de los aspectos que abarcan el término grotesco y de su carác-
el grotesco, la vida pasa por todos los est;d¡~s; d~sde los infe;i~res inertes y primi· ter artístico específico progresa muy lentamente. Por otra parte, esta pala-
tivos a los superiores más móviles y espiritualizados, en una guirnalda de formas bra tuvo sus d~bletes: «arabesco» (aplicado en un sentido ornamental) y
diversas pero unitarias. Al aproximar lo que está alejado, al unir las cosas que se
«~~lesco;> (aplicado en un sentido literario). A raíz del punto de vista
excluyen entre sí y al violar las nociones habituales, el grotesco artístico se parece a
la paradoja lógica. A primera vista, el grotesco parece sólo ingenioso y divertido, pero claslco reman te en la estética, esta comprensión teórica era imposible.
en realidad posee otras grandes posibilidades» (1. Pinski: El realismo en la época En la segunda mitad del siglo XVIII se producen cambios fundamenta-
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renacentista, Ediciones literarias del Estado, Moscú, 1961, págs. 119-120, en ruso), les en el campo literario y estético. En Alemania se discute vehemente-
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La cultu~~ ~opular ~n la Ed~d Media y en el Renacimiento
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mente el pers~naje de Arkquín, que entonces figuraba obligatoriamente en ciones puramente literarias del realismo grotesco (por ejemplo, la parodia
todas las representaciones teatrales, incluso en las más serias. Gottsched y latina de la Edad Media). La falta de un punto de vista histórico y siste-
los demás representantes del clasicismo pretendían erradicar a Arlequín lIlático determina que la elección de los materiales quede libre al azar. El
del escenario «serio y decente», y lograron su propósito por un tiempo. autor comprende muy superficialmente el sentido de los fenómenos que
Lessing, por el contrario, salió en defensa de Arlequín. analiza; en realidad, se limita a reunirlos como curiosidades. A pesar de
I

El problema, restringido en apariencia, era mucho más amplio y con· todo, y debido en especial a los documentos. que contiene, el trabajo de
tenía disyuntivas de principio: ¿podía admitirse dentro de la estética de , Flogel sigue siendo importante todavía.
la belleza y lo sublime elementos que no respondían a esas reglas?, ¿po. Moser y Fl6gel conocen solamente lo cómico grotesco, o sea lo gro-
día admitirse el grotesco? Justus M6ser dedicó un pequeño estudio (publi. teSCObasado en el principio de la risa, al que atribuyen un valor de goce
cado en 1761) a este problema: Harlekin oder die Verteidigung des I y alegría. M6ser se dediéa a la commedia dell'arte y Flogel al grotesco
Grotesk·Komischen (Arlequín o la defensa de lo grotesco cómico). Ar. medieval. i', " " ,o, ., .:-

lequín en persona hablaba en defensa del grotesco. M6ser destaca qUe ~ ';.'.,..,"~"t" ,l.:, ( \ t f t_,· ,,' ,\', '" '. ; -:.1 ,
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A r1eqmn es un personaje GISa o e un ffilcrocosmos a que pertenecen - ''')(,:.
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Colombina, el Capitán, el Doctor, etc., es decir el mundo de la commedia Pero en la misma época en que aparecieron estas obras, q~/p~ied~ri; (
dell'arte. Este mundo posee una integridad y leyes estéticas especiales, un orientadas hacia el pasado, hacia las etapas anteriores de lo grotesco, éste
criterio propio de la perfección no subordinado a la estética clásica de la I entraba en una nueva fase de su desarrollo. En la época pre·romántica ~
belleza y lo sublime. Al mismo tiempo, M6ser opone ese mundo a la co- a principios del romanticismo se produce una resurrección' del grotesco!
micidad «inferior» de los artistas de feria que poseen una noción estrecha : adquiere ahora un nuevo sentido. Sirve,.!ntonces, I2,ar ~.x resat-.,l,lllli...Y.\áQ.q.
de lo grotescoiA continuación M6ser revela ciertas particularidades dd I del n::tpldE su~I~Yy'~.~,WsPYJ4.~ª¡'.!D,Yy'~~~ja?~ AeJa_..~i~iónpopular y car~
mundo grotesco: lo califica de «quimérico» por su tendencia a reunir lo ! navalesca de los siglos precedentes (aunque conserva alguno de'sus d~·
heterogéneo, comprueba la violación de las proporciones naturales (carác- I m~~ios). G-~oveIa'-ae'''St~r~e';'Vfda
y opiniones de Tristán Shandy, 'es la
ter hiperbólico), la presencia de lo caricaturesco, explicando la risa como primera expresión importante del nuevo tipo de grotesco subjetivo (es una
una necesidad de gozo y alegría del alma humana. La obra de M6ser, aun· paráfrasis original de la cosmovisión de Cervantes y RabeIais en la lengua
\ que limitada, es la primera apología del grotesco. subjetiva de la época). Otra variedad del nuevo tipo de grotesco es la
En 1788, el crítico literario alemán Flogel, autor de una !listoria de la novela grotesca o negra.
literatura cómica en cuatro tomos y de una Historia de los bufones de El grotesco subjetivo se desarrolló en forma patente y original sobre
la corte, publica su Historia de lo cómico grotesco.! Califica de gro- todo en Alemania. Allí nació la dramaturgia del Sturm und Drang, el ro-
tesco a lo que se aparta considerablemente de las reglas estéticas corrientes manticismo (Lenz, Klinger, el joven Tieck), las n~velas de HIppel y Jean-
y contiene un elemento material y corporal claramente destacado y exagera· Paul y la obra de IJoff~nn, que influyeron fundamentalmente en la evo-
do. Sin embargo, la mayor parte de la obra está consagrada a las mani· lución del nuevo grotesco, así como en la literatura mundial. Fr. Schlegel
festaciones del grotesco' medieval. Fl6gel examina las formas que asumen las y Jean-Paul se convirtieron en los teóricos de esta tendencia. ;El grotesco
fiestas populares (<<fiestade los locos», «fiesta de los burros», los elemen· romántko fue un acontecimiento nOJ(!blLcientro de la literatur"á' mundiaL •.•'

::i;2d:r~:e;'~:sb~~oiin: ::~2:t: ~iifu;~i~~i~~if~~~~i5t:~~~¡~;~á


~:~;s~~e1M,:&~u(Éf~:i~:d:ad~~d
niños despreocupados, etc.), gangarillas, farsas, juegos del Mardi Gras,
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taj,~.:.~.~clO.na,
h:mo,. s~nte,nClos<?l.,,"e~~!.S~.,2.' }._i~~!.~
__,.a.?!.?. ..~~?."~~t,~tal,,,-x
..<I<;Ígic.~,~
ciertas formas cómicas populares y públicas, etc. En general, F16gel en· , rQE!l!~!, aspiracIón a lo perfect01c,()I?Pl~~0 .Y.~n.~Y9So,~i9-as¡jlmQ~Y.,.JJ.1Ui,~- \
casilla un poco las dimensiones de lo grotesco: no estudia las manifesta· r~l?o ae
-lbs' ~1?s'6f6s-ilumimstás, optimismo .jI!g~n..\:lR._"Q~.~~2.~h ..!.~....
El
romanticismo grotesco rechazó todo eso y se apoyó sobre todo en las tra-
1. El libro de Flogel fue reeditado en 1862, un poco retocado y ampliado en: diciones del Renacimiento, especialmente en Shakespeare y Cervantes, que
Fr. W. Ebeling: La historia de lo cómico-grotesco de Flogel, Leipzig,' 1862. Es~e
texto fue reeditado cmco veces. Las citas que aparecen en nuestro estudio son extra.!· fueron re-descubiertos. El grotesco de la Edad Media fue recuperado a
das de la primera ediCión de Flogel a cargo de Max Brauer. través de las obras de estos dos escritores. Sterne influyó poderosa¡nente en
':'.( C..0,..' \" 9"" \' '. CC' '::{.
\
el.romanticismo grotesco, hasta tal punto que se le puede considerar como máscara y comienza a reflexionar sobre el mundo y los hombres con la
su conductor. crueldad de la sátira.
Con el predominio de las tradiciones literarias, la influencia directa de La degeneración de la comicidad grotesca, la pérdida de su fuerza rege·
las formas carnavalescas de los espectáculos populares (ya muy empobre. neradora, produce nuevos cambios que separan más profundamente al gro·
cida) se debilita. Debe señalarse sin embargo la influencia muy importante tesco de la Edad Media y el Renacimiento del grotesco román.tico. Los
del teatro popular (sobre todo del teatro de marionetas) y de ciertas foro cambios fundamentales, o más notables, ocurren con relación lo terri ~e.
mas cómicas de los artistas de feria. El unLverso del grpt~.§fo.r9l?:~nti~o_ l;l..t~en.ta$.nwYm~A~ CQ~O te
A diferencia del grotesco de la Edad Media y del Renacimiento, rela. y~5.:..npal Ilom~~e.. E.! 1ll~E-d.?~~!:l3..n?~~e_t!a~~!2EP~H~ronto ~~tl.ndo
cionado directamente con la cultura popular e imbuido de su carácter uni· e$J!J:}p,r. U~~mmbrado y tra~~_~E..ª2.r revela s1L!specto terri~~.
versal y público, el grotesco romántico es un grotesco de cámara, una Esta es la tendencia genéraI aeI grotesco romántico (en sus formas extre·
eJJ~~_.~c~r,~~y'al_~~~. el in~iví?üo-repres~~:e~~~~~.~~ mas, más prototípicas). La reconciliación con el mundo, cua9-do ~e ºf2; 1,
...ª~.:su~ ~lsla?:~~l1!o.La cosmov:slOn carn~vales~a es. tras-
ci!:flS!a..._~B.~~~a~~ duce, ocurre en un plano subjetivo y llrico incl:USQ...roí~lkP. En cambio el '
puesta en cierto modo al lenguaje del pensaffilento filosofico ¡dealista y grotesro- de'-IaECIaaNIe""dia-y eTR~;clmiento,~sociado a la cultura cómi·
subjetivo, y deja de ser la visión vivida (podríamos incluso decir corporal. ca popular, representa 10 terrible mediante los espantapájaros cómicos,
mente vivida) de la unidad y el carácter inagotable de la existencia, como donde es vencido por la risa. Lo terrible adquiere allí un cariz extravagante
era en el grotésco de la Edad Media y el Renacimiento. y alegre.
El principi9 de la risa sufre una transformación muy importante. La Lo grotesco integrado a la cultura popular se aproxima' al mundo hu·
risa subsiste, por cierto; no desaparece ni es excluida como en las' obras mano, 10 corporiza, lo reintegra por medio del cuerpo a la vida corporal
«serias»; "gero/en el rom:mticismo grotes~9._~ rl:~.~.~~.~_~~~~l toma la (a diferencia de la aproximación romántica, enteramente abstracta y espi.

Y2- ~~~cf~i~~';~~~;~ii;·~¿r:':;ji!
~~l.c€~~§i~~re,
Ron,fas
FJ
noctur·
ritual). En el grotesco romántico, las imágenes de la vida material y coro 1
poral: beber, comer, satisfacción de las necesidades naturales, coito, alum- \

l
.""'En una de ras obras maestras del grotesco romantlco, bramiento, pierden casi por completo su sentido regenerador y se transfor- i
nas, de Bonawentura (seudónimo de un autor desconocido, quizá Jean. manen «vida inferior». Las imágenes del grotesco romántico son general.
Gaspard Wetzel) I encontramos opiniones muy significativas sobre la risa mente la expresión del temor que inspira el mundo y tratan de comunicar
en boca de un vigilante nocturno. En cierta ocasión el narradpr dice sobre ese temor a los lectores (<<asustarlos»). Las imágenes grotescas de la
la risa: «No hay en el mundo un medio más poderoso que la risa para cultura popular no se proponen asustar al lector, rasgo que comparten
oponerse a las adversidades de la vida y la suerte. El enemigo más pode· con las obras maestras literarias del Renacimiento. En este sentido, la
roso queda horrorizado ante la máscara satírica y hasta la desgracia retro- novela de Rabelais es la expresión más típica, no hay ni vestigios de mie-
cede ante mí si me atrevo a ridiculizarla. La tierra, con la luna, su satélite
sentimental, no merecen más que la burla, por cierto». Esta reflexión des·
do, la alegría 10 invade todo. ~_~~_~.~~~1,~~.2~!.~.cl~..!~1!lXw.
~ t~I;;.oL
más que ninguna otra novela.
taca el carácter universal de la risa y el sentido de cosmovisión que posee, ~H~y'-~'tros'rasgos-deCgrOtesco romántico que denotan debilitamiento
rasgo obligatorio del grotesto; se glorifica su fuerza liberadora, pero no de la fuerza regeneradora de la risa. El tema de la locura, por ejemplo, es
se alude a su fuerza regeneradora, y de allí que pierda su tono jocoso y muy típico del grotesco, ya que permite observar al mundo con una mira-
alegre.
J El autor (a través del narrador, el sereno) da otra definición original:
investiga el mito del origen de la risa; la risa ha sido enviada a la tierra
da diferente, no influida por el punto de vista «normal», o sea por las
ideas y juicios comunes. + ..··1
Pero en el grotesco popular, la locura es una parodia feliz del espíritu :
por el diablo y se aparece a los hombres con la máscara de la alegría, y oficial, de la seriedad unilateral y la «verdad» oficial. Es una locura <<Íes- !
éstos la reciben con agrado. Pero, más tarde, la risa se quita la alegre tiva» miéntras que en el romántico la locura adquiere los acentos sombríos \
y trágicos del aislamiento individual. ---'
1. Nachtwachen, 1804. (Ver edición R. Steinert: Nachtwachen des Bonawenturo, El tema de la ,máscara es más importante aún. Es el tema más com-
1eipzig, 1917.) p.lejQ..y.._lle.l}.9_.~_§~g!!.do
_~~-ª_~.t!J!~_1?Qp.w..ar.La máscara expresa la ale-
r- "
'..-I:1'Í:'': ,---.
gría de las suc~~i~~~•.y_,,~~epc.arn~ci9!J:~~!)~_~.~g!.~. r~l~tiyida?_y la nega. todos que los diablos eran buena gente» .* A veces el diablo y el infierno
c!~ d~:I~iaéiíti<I~d. y. d~l, sen.tid~. ~i~o,~ l~Jl~.Rª-ciQg.-º~Jª ..~~~!~auto- son escrItos como meros «espantapájaros» divertidos. Pero en el grotesco
i~~.Q.!i§~~~J.~IlY~~!!1ci~encia Eo.gs.is.~_1_pismQL.la máscara es una .<:~presión romántj~g,sL4.iah!2,.s!l~~~E!1_ ~l espanto, la melancolía, la tragedia. L~ risa
d~ .las tra.Qsferencias, de las ..met3,mo¡fQ.sis,..ae]a'.YI<ilª~ión ª~Jªs ..JJ;º~1teras iáIe'iMl se vuelve. sombría y' mafigña~""~-',-~.-,--,-- --
n~.~!ªk(i, ..de la ridiculización, de los _~()Jm:~ombJ:es;la!J.1~§,c;.~ª.~ncarnael --'-féng~;~'''éñ''cu'eñta 'que"'en'''érgrotesco romántico, la ·ambivalencia se
pri~c!pio .4el juego, de la' vJda·,._~~tªbIece_una,rdación. el!ge. ~_a ..reaiTdlidYla transforma habitualmente ~n un contraste estático y brutal o en una antí·
imagen ,indiyid~~l,. ~ementos c~!..a<;te,~~!!~~s ...4<: !.<?s.ritos.y...!~.~c~~Culos'mas tesis petrificada. ' O 0\
ant:jguos. El complejo simbolismo de las máscaras es inagotable~"Bastaría Así, por ejemplo, el sereno que narra las Rondas nocturnas tiene '1
~on recordar que manifestaciones como la parodia, ,la caricatura, la mueca, como padre ~L~lo..J se ríe e.,!l 19s
c?E!P~~l!!~ar.s.~ª.JlJl~.~at:J.l~t,9m.~~aaaj .1.
los melindres y las «monerías» son derivados de la máscara. Lo grotesco teIflplos'y1Tora en los bUrdeles. De esta forma, la antigua ridíCUlIZación ¡
se manifiesta en su verdadera esencia a través de las máscar~sT'-- irtúaf'(felidívlníaáC1yta"fls¡""'éñ-e1 templo, típicos en la Edad Media du-I
- ·..·Fñ~ér'i~rotesco-r~á--máSatrá'estrseparada de lá' cosmovisión rante la fiesta de los locos, se convierten a principios del siglo XIX en la
popular y carnavalesca unitaria y se debilita y adquiere otros sen~idos aje- risa excéntrica de un ser raro en el interior de un templo.
nos a su naturaleza original: ~~JPá~_s..a:a di~i~~t~_~.n.Cl1b~e, ...engañ~~ En Señalemos por último otra particularidad del grotesco romántico: la \
una cultura popular orgánicamente mtegrada la máscara no pOdla cumplir predilección por la noche: Las rondas nocturnas de Bonawentura, los
esas funciones. En el roman.tici§...lI!..Qlla máscara pierde casi totalmente su Nocturnos de Hoffmann. Por el contrario, en el grotesco popular la
f~.nción..!_eg~p'e~a~~!.~'hLFe:~ova~ora ;-·y-~qu.i~!~=
~i.JºQQ]~g~?!E.: Suefe luz es el elemento imprescindible: el grotesco popular es primaveral, ma·
disimular un vacíp horroroso, la <<nada»(tema qt¡e se destaca en las Ron- tinal y auroral por excelencia.! D\ t\ I t·j i,': \. r\t
das nocturnas, de Bonawentura). Por el contrario, ~n el grotesco popular Estos son los elementos que caracterizan el r~manticismo grotesco ale·
la máscara cubre la naturaleza inagotable de la vida y sus múltiples rostros. mán. Estudiaremos ahora la teoría romántica del grotesco. En su Con-
Sin embargo, también en el grotesco romántico, la máscara 'conserva 'Versación sobre la poesía (Gesprach über die Poesie, 1800), Friedrich
rasgos de su indestructible naturaleza popular y carnavalesca. Incluso en SchIegel examina el concepto de grotesco, al que califica generalmente
la vida cotidiana contemporánea la máscara crea una atmósfera especial, como «arabesco». Lo considera la «forma más antigua de la fantasía hu-
como si perteneciera a otro mundo. La máscara nunca será uJ;la cosa más I mana» y la «forma natural de la poesía». Encuentra elementos de grotesco
entre otras. I en Shakespeare, Cervantes, Sterne y Jean-Paul. Lo considera la mezcla
Las marionetas desempeñan un rol muy importante en el grotesco ro- fantástica de elementos heterogéneos de la realidad, la destrucción del
mántico. Este tema no es ajeno, por supuesto, al grotesco popular. Pero orden y del régimen habituales del mundo, la libre excentricidad de las
el romanticismo coloca en primer plano la idea de una fuerza sobrehuma- imágenes y la «sucesión del entusiasmo y la ironía».
na y desconocida, que gobierna a los hombres y los convierte en marione- I En su Introducción a la estética (Vorschule der Aesthetik), Jean-Paul
taso Esta idea es totalmente ajena a la cultura cómica popular. El tema señala con gran agudeza los rasgos del grotesco romántico. No emplea la
grotesco de la tragedia de la marioneta pertenece exclusivamente al ro· palabra grotesco, sino la expresión «humor cruel». Tiene una concepción
manticismo. muy amplia del mismo, que supera los límites de la literatura y el arte:
,¡ El tratamiento de la figura del demonio permite distinguir claramente incluye dentro de este concepto la fiesta de los locos, la fiesta de los
J las diferencias entre los dos grotescos. En las diabluras de los misterios burros (<<misasde los burros»), o sea los ritos y espectáculos cómicos me-
{ medievales, en las visiones cómicas de ultratumba, en las leyendas paró· dievales. Entre los autores renacentistas cita con preferencia a Rabelais y
f dicas y en las fábulas, etc., el diablo es un despreocupado portavoz ambi- a Shakespeare. Menciona en especial la «ridiculización del mundo» (Welt-
1 valente de opiniones no oficiales, de la santidad al revés, la expresión de Verlachung) en Shakespeare, al referirse a sus bufones «melancólicos» y
l ~l.~p
...
lo inferior y material, etc. N.J ... L!lLngyJt."r~~ft~,!~~~O!~#.~?
(en Rabelais, el personaje Eplstemón, de vuelta del infierno, «asegura a
JlLextra.fu> a Hamlet. . \
1. Para ser precisos, el grotesco popular refleja el instante en que la luz sucede/
1. Nos referimos aquí a las máscaras y a su significación en la cultura popular a la oscuridad, la mañana a la noche y la primavera al invierno. !
de la Antigüedad y la Edad Media, sin examinar su sentido en los cultos antiguos. * Rabelais: Obras Completas, Pléiade, pág. 296; Livre de Poche, t. 1, pág. 39~.
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Jean-Paul comprende perfectamente el carácter universal de la risa es e~.gran parte la e~tética de la deformidad. PEa,. al mis~o tiempo, ~~
grotesca. «El humor cue!» no está dirigido contra acontecimientos negati. debilita el valor autonomo del grotesco, considerándolo como instrumento
déCóñttiíste'¡;ar;-1'a'éxa1taci6ñ~~lW§:~ul51ime~'LO .grotesco y l~ sublime
vos aislados de la realidad, sino contra toda la realidad, contra el mundo
se~'é6mpléTan-ri:iú-tUaiñeiífe;'--su"~nidad(q;;5hákespeare alcanzó en grado
perfecto y acabado. 10 perfecto es aniquilado como tal por el humor. Jean.
Paul subraya el radicalismo de esta posición: gracias al «humor cruel» el superlativo) obtiene la belleza auténtica que el clásico puro no pudo al-
mundo se convierte en algo exterior, terrible e injustificado) el suelo se canzar.
mueve bajo nuestros pies, sentimos vértigo, porque no vemos nada esta- En William Shakespeare) Hugo escribe los análisis más interesantes
ble a nuestro alrededor. y más concretos sobre la imagen grotesca y, en especial, el principio cómi-
Jean-Paul encuentra la misma clase de universalismo y radicalismo en co, material y corporal. Estudiaremos su punto de vista más adelante, 'por-
la destrucción de los fundamentos morales y sociales que se opera en los que Hugo expone allí, además, su opinión sobre la obra rabelesiana.
ritos y espectáculos de la Edad Media. El interés por lo grotesco y sus fases antiguas incluye a los demás
No separa lo grotesco de la risa: comprende que e! grotesco no puede autores románticos franceses, aunque debemos destacar que en Francia
existir sin la comicidad. ~ el grotesco está considerado como una tradición nacional. En 1853, Teófilo
Pero su teoría reduce la risa al humor, desprovisto de la fuerza rege· Gautier publicó una selección titulada Los Grotescos) donde estaban
neradora y renov~dora positiva de la misma. Destaca el carácter melancólico reunidos los representantes del grotesco francés, con un criterio muy am-
del humor cruel y afirma que el diablo (en su acepción romántica, por su- plio: encontramos a Villon, los poetas libertinos del siglo XVIII (Teófilo de
puesto) sería un/gran humorista. Aunque Jean-Paul cita situaciones rela· Viau, Saint-Amant), Scarron, Cyrano de Bergerac e incluso Scudéry.
tiva~ al grotesco, medieval y renacentista (inclqso Rabelais), expone en A modo de conclusión, debemos destacar dos hechos positivos: 1) los
románticos buscaron las raíces populares del grotesco; 2) no se limitaron a
realIdad la teoría del grotesco romántico: a través de ese prisma, consi-
dera las etapas anteriores del grotesco desde el punto de vista román- atribuir al grotesco funciones exclusivamente satíricas.
tico, en forma similar a la interpretación que hizo Steme de Rabelais y Por supuesto, nuestro análisis de! grotesco romántico no ha sido exhaus-
Cervantes. tivo. Además, nuestro análisis ha sido unilateral, incluso polémico, al in-
Al igual que Schlegel, descubre el aspecto positivo del grotesco fuera tentar iluminar las diferencias entre e! grotesco romántico y e! grotesco .,
d~ la comicidad, lo concibe como una evasión hacia un plano espiritual, popular de la Edad Media y el Renacimiento. Hay que reconocer que e! (
romanticismo ha hecho un descubrimiento positivo de conSIderablelmP~or-1

~~::~~:~::,o~:~
leJOSde lo perfecto y acabado, que es destruido por e! humdr.!
Gñcta:eL~escúbtíñile'ñto
-den~~1d¿osuoíetlvo, ,profUñaó7íñtiíñ;-ém;;-
~~~~~~;a:t~~~~¡~:%:á~~
:ill;:~~tr~:;~~
Víctor Hugo planteó e! problema del grotesco con e! prólogo a Crom-
well y después en su obra William Shakespeare) de un modo interesante y
característico del romanticismo francés.
Hugo otorga un sentido muy amplio a la imagen grotesca. Descubre f~cilitado por e! empleo del método grotesco, capaz de superar e! dogma- \\
la existencia de lo grotesco en la antigüedad pre-c1ásica (la hidra, las ar- tlsmo y todo elemento perfecto y limitado. El infinito interno habría po-
pías: los cíclopes) y en varios personajes del período arcaico y, después, dido descubrirse en un mundo cerrado, perfecto y estable, en e! que el
clas~ca como perteneciente a este tipo a toda la literatura post-antigua, 1I acaecer y los valores estuvieran divididos con fronteras claras e inmutables.
partlr de la Edad Media. «Por el contrario, en e! pensamiento moderno Para convencerse de esto bastaría comparar los análisis racionalistas y
enco~tramos lo grotesco por doquier: por un lado crea lo deforme y lo exhaustivos de los sentimientos internos hechos por los clásicos, con las
hornble y por el otro lo cómico y bufonesco.» * imágenes de la vida íntima en Steme y los románticos. La fuerza artística
El aspecto esencial del grotesco es deformidad. La estética del grotesco e interpretativa del método grotesco sobresale en forma cortante. Pero
esto supera los límites de nuestro estudio.
1. S7 encuentran, en las obras literarias de Jean-Paul, numerosas imágenes re- Agregaremos algo más sobre la concepción del grotesco en la estética
presentat~~as d~l grotesco romántico, sobre todo en sus «sueños» y «visiones». (Ver de Hegel y Fischer.
la seleccron editada por R. Benz: Jean Paul Triiume und Visionen 1954). Este Hegel alude exclusivamente a la fase arcaica del grotesco, a la que
libro contiene muestras notables del grotesco nocturno y sepulcral. '
define como la expresión del estado espiritual pre-clásico y pr'e-filosófico.
* Víctor Ruga, Cromwell, París, A. Lemerre, 1876, pág. 18.
i j MijaiJ Bajtin
Sobre la base de la fase arcaica hindú, Hegel define el grotesco con tres basa esencialmente su concepción en sus análisis de la obra rabelesiana.
cualidades: 1) mezcla de zonas heterogéneas de la naturaleza, 2) exagera- por esto nos detendremos sobre el particular más adelante.
ción y 3) multiplicación de ciertos órganos (divinidades hindúes con múl·
tiples brazos y piernas). Ignora totalmente el rol de la comicidad en lo
grotesco, y lo trata por separado. En el siglo XX se produce un nuevo y poderoso renacimiento del gro-
En esto, Fischer disiente de Hegel. Según él, la esencia y la fuerza tesco, aunque hay que reconocer que el término «renacimiento» puede
motriz del grotesco son lo risible y lo cómico. «El grotesco es lo cómico difícilmente aplicarse a ciertas manifestaciones del grotesco ultra-moderno.
en su aspecto maravilloso, es lo cómico mitológico». Estas definiciones La línea de evolución es muy complicada y contradictoria. Sin embar-
son profundas. go, en general, se pueden destacar dos líneas principales. La primera es el
Debemos recordar que en la evolución cumplida por la estética filosó- I grotesco modernista (Alfred Jarry, los superrealistas, los expresionistas, etc.).
fica hasta el presente, el grotesco no ha sido comprendido ni estimado en Este tipo de grotesco retorna (en diversas proporciones) las tradiciones del
su justo valor ni ubicado como corresponde en el sistema estético. grotesco romántico; actualmente se desarrolla bajo la influencia de existen·
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Después
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del romanticismo,
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a partir de,....,-"-".-
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la segunda
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mitad
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del siglo XV!..!&- cialistas. La segunda línea es el grotesco realista (Thomas Mann, Bertold
, el interés por lo. grotesco se. debilita brutalmente, tanto en la literatura Brecht, Pablo Neruda, etc.) que continúa la tradición del realismo gro-
¡ c'OñiO'"enla"'hfstori~"'dé"lllfté¡;ttir;:: 'é~-;ñd~"~~ lo menciona, el grotesco tesco y de la cultura popular, reflejando a veces la influencia directa de las
¡ es relegado a la categoría de la comicidad vulgar y de baja estofa, o es formas carnavalescas (Pablo Neruda).
interpretado como una forma especial de la sátira, destinada a atacar acon- No nos proponemos definir las cualidades del grotesco' contemporáneo.
tecimientos individuales puramente negativos. De esta forma desaparecen Nos referiremos solamente a una teoría de la tendencia modernista, expues-
la profundidad' y' el universalismo de las imágenes grotescas. ta en el libro del eminente crítico literario alemán WoHgang Kayser titu-
En 1894 aparece la obra más voluminosa sobre el tema: Historia de lado Das Groteske in Malerei und Dichtung, 1957 (El grotesco en la
la sátira grotesca, de Schneegans (Geschichte der grotesken Satyre), de- pintura y la literatura): En efecto, la obra de 'Kayser es el primer estu·
dicado sobre todo a Rabelais, a quien el autor considera como el más dio, y por el momento el único, dedicado a la teoría del grotesco. Con·
grande representante de la sátira grotesca; contiene un breve sumario sobre tiene un gran número de observaciones preciosas y análisis sutiles. No
algunas manifestaciones del grotesco medieval. Schneegans es el represen- aprobamos, sin embargo, la concepción general del autor.
tante más típico de la interpretación puramente satírica de lo grotesco. Kayser se propuso escribir una teoría general del grotesco, y descu-
Según él, el grotesco es siempre y exclusivamente una sátira negativa, es brir la esencia misma de éste. En realidad, su obra sólo contiene una
la exageración de lo que no debe ser, que sobrepasa lo verosímil y se teoría (y un resumen histórico) del grotesco romántico y modernista, y
convierte en fantástico. Por medio de la exageración de lo que no debe para ser exactos sólo del grotesco modernista, ya que el autor ve el gro-
ser, se le asesta a éste un golpe mortal y social, afirma. tesco romántico a través del prisma del modernista, razón por la cual su
Schneegans no comprende en absoluto el hiEerbolismo positivo de lo comprensión y su apreciación están distorsionadas. La teoría de Kayser es
material y C.~!Pºr~L~J2.E,~gtQte,S¡;Q.Jne9i~y~ry:~~9b~Ji~. 'Tampoco capta totalmente ajena a los milenios de evolución anteriores al romanticismo:
la fuerza regeneradora y renovadora de la risa grotesca. Sólo conoce la risa fase arcaica, antigua (por ejemplo, el drama satírico o la comedia ática),
puramente negativa, retórica y triste de la sátira del siglo XIX, e interpreta Edad Media y Renacimiento integrados en la cultura cómica popular. El
las manifestaciones del grotesco en la Edad Media y el Renacimiento desde autor ni siquiera investiga estas manifestaciones (se contenta con mencio-
ese punto de vista. Este es un ejemplo extremo de «modernización» dis- narlas). Basa sus conclusiones y generalizaciones en análisis del grotesco
torsionada del concepto de la risa en la historia de la literatura. El autor romántico y modernista, pero es la concepción modernista la que deter-
no comprende, además, el universalismo de las imágenes grotescas. Su mina su interpretación. Tampoco comprende la verdadera naturaleza del
concepción es típica de los historiadores de la literatura de la segunda grotesco, inseparable del mundo de la cultura cómica popular y de la
mital del siglo XIX y primeras décadas del xx. Incluso en la actualidad
subsiste el sistema de interpretación puramente satírico de lo grotesco, 1. Esta obra ha sido reeditada p6stumamente en 1960-1961, en la colección
sobre todo en relación a la obra de Rabelais. Ya dijimos que Schneegans ~Rowohlts deutsche Enzyk1opadie». Nuesttas citas se basan en esta edición.
cosmov1Sl0n carnavalesca. En el grotesco romántico, esta naturaleza está nueva estructura vital, franquea los límites de la unidad, de la inmutabi-
debilitada, empobrecida y en gran part~ reinterpretada. Sin embargo, en Ud,d ficticia (o eogañosi) del muñdo eXistente. EIg~te§.0!~C~dñ([é1'-j·
el romanticismo los grandes temas originarios del carnaval conservan re- ~tü!á cómica po¡Jiirar, tieñdesIerñpre~- a¿'-uña u otra forma, a retornar"
alp~ís de i!l ~~?(de oro deSaturno y contiene la 'posibilidad viviente"4e.
miniscencias del poderoso conjunto al que pertenecieron. Esta reminis.
cencia eclosiona en las mejores obras del grotesco romántico (con una fuero
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este retorno.
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1 za particular, aunque de diferente tipo, en Sterne y HoHmann). Sus obras -También el grotesco romántico contiene esta posibilidad (si no dejaría

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J son más poderosas, profundas y alegres que su propi~ concepción subje. de serio), pero dentro de las formas subjetivas que le son típicas. El mun-
tiva y filosófica del mundo. Pero Kayser ignora esas reminiscencias y no do existente se vuelve de repente un mundo exterior (en la terminología
las investiga. El grotesco modernista que estructura su concepción olvida de Kayser), porque se manifiesta precisamente la posibilidad de un mundo
casi por completo estas reminiscencias e interpreta de manera muy forma. verdadero en sí mismo, el mundo de la edad de oro, de la naturalidad
lista la herencia carnavalesca de los temas y símbolos grotescos. carnavalesca. El hombre se encuentra consigo mismo, y el mundo existente
¿Cuáles son, según Kayser, las características fundamentales de la ima. eS destruido para renacer y renovarse después. Al morir, el mundo da a I

gen grotesca? t luz. En el mundo grotesco, la relatividad de 10 existente es siempre feliz,


Es sorprendente leer sus definiciones por el tono lúgubre, terrible· y 10 grotesco siente la alegría del cambio y transformación, aunque en algunos
espantoso que manifiesta en general al exponer su concepción del grotesco. casos esa alegría sea mínima, como ocurre en el romanticismo.
En realidad, este'tono es ajeno a la evolución del grotesco anterior al ro· E_U?;~~t~.0~.4~sJª~ª.L~.!l
. ..Y~~_m.§s que el aspecto utópico (<<laedad.Ae
manticismo. Hemps dicho que el grotesco medieval y renacentista, basado , or.~~X.ap'arecs.~º..~Lg~.Qt~.s.<;Q ..p'rei9.í!iáñiiCo,- po hajo'lá 'foi:~~ der)~p~,ª:
en la cosmovisión' carnavalesca, está exento de esos elementos terribles y miento abstracto o de emociones internas, sino en la realidad total d~l
esp~ntosos y eS,/en general, inofensivo, alegre y
luminoso. !:-~~-:ra indl~iduQ: pen'sañ:llentü;'señtliniéntos y cuerpo. La participación del cuero
t~!.!!bk.:.n el mundo habitual se.,.t~~~f?!-I!!.l!~n_eL.ca!1}a."Ilal~sco
en a}egres p;~dquiere ~n;-lñipo¡:iañcia "cápÍtil1'para- el grotesco. C-""Ié e..-P O
.~~mªm:!pájátos--{:ómicoK»:El' miedo es la expresión exagerada de' uña: se· Sin embargo, la concepción de Kayser no da cabida a lo material y
riedad uni1aterar-Y-'esfúpida que en el carnaval es vencida por la risa (Ra. corporal y sus renovaciones perpetuas. Tampoco aparecen el tiempo, ni
belais elabora magníficamente este tema en su obra, sobre todo a través los cambios, ni las crisis, es decir lo que se realiza bajo el sol, en el hom-
del «tema de Malbrough»). La libertad absoluta que necesita el grotesco bre, la tierra y la sociedad humana, ambiente donde se desarrolla el ver-
no podría lograrse en un mundo dominado por el miedo. ¡ dadero grotesco.
Para Kayser, lo esencial del mundo grotesco es «algo hostil, extraño Hay una definición de Kayser del grotesco modernista muy típica: «Lo
e inhumano» (<<dasUnheimliche, das Verfrendete und Unmenschliche»; grotesco es la forma de expresión de «ello"» (pág. 137).
pág. 81). Para Kayser «ello» representa algo más existencialista que freudiano;
Kayser destaca sobre todo el aspecto extraño: «El grotesco es un mun· «ello es la fuerza extraña que gobierna el mundo, los hombres, sus vidas
do que se vuelve extraño (<<dasGroteske ist die entfremdete Welt», pá- y sus actos». Kayser reduce varios temas fundamentales del grotesco a una
gina 136). Expone esta definición comparando el grotesco con el mundo sola categoría, la fuerza desconocida que rige el mundo, representada a
de los cuentos, el cual, visto desde fuera, puede definirse también como través del teatro de marionetas por ejemplo. Esa es también su concepción
un universo extraño e insólito, pero no como un mundo que se ha vuelto de la locura. Presentimos en el loco algo que no le pertenece, como si un
ajeno. En el mundo grotesco, por el contrario, 10 habitual y cercano se espíritu inhumano se hubiera introducido en su alma. Yit dijimos_que ~
vuelve súbitamente hostil y exterior. Es el mundo nuestro que se con· grotesco l!tWza _4~Jorma radicalmente distinta el tema de la locura pa.~a
vierte de improviso en el mundo de otros. l~rs~._d_<:d~Ltl!klL~Y._~L9id--~~~=~ut:!~o»=i ~i?~ci1i~~HÉE3i~-
Esta definición, aplicable a ciertas expresiones del grotesco moderno, una perspectiva independiente, apartada del mundo convencional.
-......- - ,.~~ ,-.-, -., -- ~ -~--,-,. ~--- -. - .. -..".".~-.. "f: .- -,-$"."-;"'"

no se adapta a las características del romántico y, menos aún, a las fases Kayser se refiere con frecuencia a la libertad de a fiñtasla caracte-
anteriores. rística del grotesco. Pero ¿cómo podría existir libertad en un mundo do-
,\: En rdealidadalmel
grotedsco,incluso el romántico, ofrece la posibilidad de minado por la fuerza extraña del «ello»? La concepción de Kayser con-
.\' un mun o tot ente iferente, de un orden mundial distinto, de una tiene una contradicción insuperable .
~!s!~l~J!!nf!§n d~l.g!()t~~SQ !~.f!-ªE_3.~~~~~9~_L~
es forIE~s grot~sc~ ~nterpreta la lucha de la vida contra la muerte dentro del cuerpo
\ ?_c:..?-$f.e~sjdfldjYb.!!IP..ª-~
..~~ que .s:~ba,~.~~",~e..a~~!!-y.~c}~~_a!es: El gro· del mdivlduo como la lucha de la viej.a vida recalcitrante contra la nueva
I tesco derriba esa necesidad y descutJre su caracter relativo y limItado. La vida naciente, como una crisis de relevo.
\ necesidad se presenta históricamente como algo serío, incondicional y pe· Leonardo da Vinci dijo: «Cuando el hombre espera con feliz impa-
i rentorío. En realidad la idea de necesidad es algo relativo y versátil. La ciencia el nuevo día, la nueva primavera, el año nuevo, no comprende que
J risa y la cosmovisión carnavalesca, que están en la base del grotesco, des..
de este modo aspira a su propia muerte». Aunque expresado de esta for-
truyen la seriedad unilateral y las pretensiones de significación incondicional ma el aforismo no sea grotesco, está inspirado sin embargo en .1aconcep-
e intemporal y liberan a la vez la conciencia, el pensamiento y la imagina. ción carnavalesca del mundo. 7-
ción humanas, que quedan así disponibles para el desarrollo de nuevas . En el sistema ~e im:~g~nes g:otescas la muerte y la renovación son
J~_,
l posibilidades. ~~ ..,allí que, D.I1 .. .cjert~...EJª9,9.,,ca.r.D.?y.~!~~~?,.?.~
.. ~o~c~:.~ lllseparables del conJunto' vItal, e mcapaces de infundir temor. .,.1
': I~) precede y prepara los grandes cambi~~l incluso .en. el, ~~rnpo d~Ja ciencia. Recordemos que en el grotesco de la Edad Media y el Renacimiento
A: "'--En eTmunCló-grotesco-er«ello'»'es desmitificado y transformado en «es:'> hay elementos cómicos incluso en la imagen de la muerte (en el campo
pantapájaros cómico»; al penetrar en ese mundo, incluso en el mundo del pictórico, por ejemplo, en las «Danzas Macabras» de Holbein o Durero). La
grotesco romántico, sentimos una alegría especial y «li~~ndos~)~ en el )en. figura del espantapájaros cómico reaparece con más o menos relieve. En
samie:lto y la imaginacIi5il-:-',. ------ ... - .-.' ..-. los siglos siguientes, especialmente en el siglo XIX, se perdió la compren-
.. Analizaremos:dos aspectos más de la concepción de Kayser. sión de la comicidad presente en esas imágenes, que fueron interpretadas
Afirma que «.en el grotesco no hay temor a la muerte, sino a la vida». con absoluta seriedad y unilateralidad, por lo cual se volvieron falsas y
Esta afirmaci<$n,hecha desde un punto de vista existencialista, opone anodinas. El siglo XIX burgués sólo tenía ojos para la comicidad satírica I /
la vida a la muérte, oposición que no existe e~ el sIstema de imágenes
. , . '. ~ , ...
una nsa retonca, tnste, sena y sentenclOsa (no en vano ha sido compara- ! i'
grotescas, donde la muerte no aparece como la negación de la vida (enten. da con el látigo de los verdugones). Existía además la risa recreativa tran- /'"
dida en su acepción grotesca, es decir la vida del gran cuerpo 'popular). quilizadora y trivial. " \
La muerte es, dentro de esta concepción, una entidad de la vida en una El tema de la muerte concebida como renovación, la superposición de
fase necesaria como condición de renovación 'y rejuvenecimiento perma· la muerte y el nacimiento y las imágenes de muertos alegres, cumplen un
nentes. La muerte está siempre en correlación con el nacimiento, la tumba papel fundamental en el sistema de imágenes de Rabelais, por lo cual las
con el seno terrestre que procrea. Nacimiento-muerte y muertb-nacimiento analizaremos concretamente en los capítulos siguientes.
son las fases constitutivas de la vida, como lo expresa el espíritu de la El último aspecto de la concepción de Kayser que examinaremos es su
Tierra en el Fausto de Goethe.1 La muerte está incluida en la vida y deter· análisisde la risa grotesca.
mina su movimiento perpetuo paralelamente al nacimiento. El pensamiento Esta es su definición: «La risa mezclada al dolor adquiere, al entrar
en lo grotesco, los rasgos de una risa burlona, cínica y finalmente satánica».
Kayser concibe la risa grotesca igual que el sereno de Bonawentura
Gebtll't tmd Grab, y Jean·Paul con su teoría de la «risa cruel», es decir, dentro de la expre-
Ein ewiges Meer, sión romántica de lo grotesco. La risa no es un elemento de alegría rege-
Ein wechselnd Weben,
nerador, liberador y creador.
Ein gliihend Leben
Por otra parte, Kayser capta perfectamente la importancia del proble-
(El nacimiento y la tumba, ma de la risa grotesca, y evita resolverlo en forma unilateral (ver pág. 139,
Un mar eterno, op. cit.).
Un movimiento sucesivo,
Una vida ardlente} cambio y renovación. Esto es muy típico de la concepción de Goethe. Hay dos con-
cepciones completamente diferentes del mundo: en una la vida y la muerte se opo-
Aquí la vida y la muerte no son opuestas; el nacimiento y la tumba están super- nen, en la otra, el nacimiento y la tumba se confunden entre sí. A esta última
puestos, ligados al seno procreador y absorbente de la tierra y el cuerpo, forman concepci6n pertenece la cultura popular y es en gran parte también la concepción
simétricamente parte de la vida, como fases necesarias del conjunto vital en perpetuo del poeta.
El grotesco es la forma predominante que adoptan las diversas corrien. cuerpos en el interior de uno, el brote y la división de la célula viva. En
tes modernistas actuales. La concepción de Kayser les sirve en 10 esencial el realismo grotesco y folklórico de calidad, como en los, organismos uni·
de fundamento teórico, permitiendo esclarecer· algunos aspectos del gro. celulares, no existe el cadáver (la muerte del organismo unicelular coincide
tesco romántico. Pero es inadmisible extender esta interpretación a las con el proceso de multiplicación, es la división. en dos células, dos orga-
demás fases evolutivas de la imagen grotesca. nismos, sin «desechos»), la vejez está encinta, la muerte está embarazada,
El problema del grotesco y su esencia estética sólo puede plantearse todo 10 limitado, característico, fijo y perfecto, es arrojado al fondo de 10
y resolverse correctamente dentro del ámbito de la cultura popular de la «inferior» corporal donde es refundido para nacer de nuevo. Pero durante
Edad Media y la literatura del Renacimiento, y en este sentido Rabelais la degeneración y disgregación del realismo grotesco, el polo positivo desa-
es particularmente esclarecedor. Para comprender la profundidad, las múl· parece, desaparece el nuevo eslabón de la evolución (reemplazado por la
tiples significaciones y la fuerza de los diversos temas grotescos, es preciso sentencia moral y la col1cepción abstracta), y sólo queda un cadáver, una
hacerla desde el punto de vista de la unidad de la cultura popular y la vejez sin embarazo, pura, igual a sí misma, aislada, separada del conjunto
cosmovisión carnavalesca; fuera de estos elementos, los temas grotescos se en crecimiento en el seno del cual estaba unida al eslabón siguiente en la
vuelven unilaterales, anodinos y débiles. cadena de la evolución y el progreso.
No queda más que un grotesco mutilado, la efigie del demonio de la
fecundidad con el falo cortado y el vientre encogido. Esto origina las imá-
No cabe duda en cuanto a 10 adecuado del vocablo «grotesco» apli. genes estériles de 10 «característico», y los tipos «profesionales» de abo-
cado a un tipo/especial de imágenes de la cultura popular de la Edad gados, comerciantes, alcahuetes, ancianos y ancianas, etc.; simples másca-
Media y a la li~eratura del Renacimiento. ¿Perla hasta qué punto se jus. ras de un realismo falsificado y degenerado. Estos tipos existían también
tifica nuestra ~nominación de «realismo grotesco,»? en el realismo grotesco, pero no constituían la base de la vida. En reali-
En esta introducción sólo daremos una respuesta preliminar a esta dad, esta nueva concepción del realismo traza nuevas fronteras entre los
cuestión. cuerpos y las cosas; separa los cuerpos dobles y poda del realismo grotesco
Las características que diferencian de manera tan marcada el grotesco y folklórico las cosas que han crecido con el cuerpo, trata de perfeccionar
de la Edad Media y el Renacimiento en comparación al grotesco román· cada individualidad, aislándola de la totalidad final. La comprensión del
tico y modernista (ante todo la comprensión espontáneamente materialista tiempo está también sensiblemente modificada.
y dialéctica de la existencia) pueden calificarse correctament~ de realistas. La literatura llamada del «realismo burgués» del siglo XVII (Sorel,
Nuestros ulteriores análisis concretos de las imágenes grotescas confirma· Scarron y Furetiere), además de contener elementos puramente carnava-
rán esta hipótesis. lescos, está llena de imágenes grotescas estáticas, sustraídas casi al trans-
Las imágenes grotescas del Renacimiento, ligadas directamente a la curso temporal y a la corriente evolutiva. Como consecuencia, su naturaleza
cultura popular carnavalesca (en Rabelais, Cervantes y Sterne), influyeron doble se divide en dos, su ambivalencia se petrifica. Algunos autores, como
en toda la literatura realista de los siglos siguientes. Las grandes corrientes Régnier por ejemplo, tienden a considerar a esta literatura como precur-
realistas (Stendhal, Balzac, Ruga, Dickens, etc.) estuvieron siempre liga- sora del realismo. En realidad son sólo restos --casi desprovistos de sen-
das (directamente o no) a la tradición renacentista, y la ruptura de este tido--, del potente y profundo realismo grotesco.
lazo condujo fatalmente a la falsificación del realismo, a su degeneración Al comienzo de nuestra introducción dijimos que ciertas manifesta-
en empirismo naturalista. ciones de la cultura popular, al igual que los géneros típicos del realismo
A partir del siglo XVII ciertas formas del grotesco comienzan a degene- grotesco ya han sido estudiados en forma exhaustiva y capital, pero siem-
rar en «caracterización» estática y estrecha pintura costumbrista. Esto es pre desde el punto de vista de los métodos histórico-culturales e histórico-
una consecuencia de la concepción burguesa del mundo. Por el contrario, literarios predominantes en la época (siglo XIX y primeras décadas del xx).
1 el verdadero grotesco no es estático en absoluto: se esfuerza por expresar No sólo se estudiaron las obras literarias, por cierto, sino también ciertos
1 en sus imágenes la evolución, el crecimiento, la constante imperfección de fenómenos específicos, tales como las «fiestas de los locos» (Bourquelot,
! la existencia: sus imágenes contienen los dos polos de la evolución, el seno Drews, Villetard); «la risa pascual» (Schmid, Reinach, etc.), «la parodia
) tido del vaivén existencial, de la muerte y el nacimiento; describe dos sacra» (Novati, Ilvoonen, Lehmen) y otros fenómenos que, en realidad, es-
capaban al dominio del arte y la literatura. También se estudiaron otras qe
la historia la cultura cómica a la historia del mimo, es decir a un
manifestaciones de la cultura cómica antigua (A. Dieterich, Reich, Corno único género cómico, si bien muy característico de fines de la Antigüedad.
ford, etc.). Los folkloristas contribuyeron también a iluminar el carácter y Para el autor, el mimo es el centro y casi el único vehículo de la cultura
la génesis de los diferentes motivos y símbolos pertenecientes a la cultura cómica medieval como derivación del mimo antiguo.
cómica popular (bastaría citar la monumental obra de Frazer La rama Al investigar la influencia del mimo, Reich sobrepasa las fronteras
dorada. Existe en conjunto un número considerable de obras científicas de la cultura europea. Esto conduce fatalmente a exageraciones, al rechazo
dedicadas a la cultura cómica popular.! Nos referiremos a ellas posterior. de aquellos elementos que no se adaptan al lecho de Procusto del mimo.
mente. Debemos aclarar que Reich escapa a veces de sus propios límites y con-
Pero, por desgracia, esta inmensa literatura, con muy pocas excepcio. cepciones, ya que la abundancia de su documentación es tal que le obliga
nes, carece de espíritu teórico, no llega a establecer generalizaciones teóri- a evadirse del marco demasiado estrecho del mimo. En segundo lugar,
cas con amplitud y valor de principio. De allí que esta documentación casi Reich moderniza y empobrece un tanto el sentido de la risa y su mani-
infinita, minuciosamente reunida y estudiada escrupulosamente, no tiene festación anexa, o sea el principio material y corporal. Dentro de su sis-
suficiente unidad ni está interpretada como corresponde. Lo qu~ para no· tema, los aspectos positivos de la risa, su fuerza liberadora y regenera-
sotros es el mundo unitario de la cultura popular, aparece en estas obras dora, son suprimidos aunque el autor conoce perfectamente la filosofía
como un conglomerado de curiosidades heterogéneas, difícil de incluir en antigua de la risa. El universalismo de la risa popular, su carácter utópico
una historia «seria» de la cultura y la literatura europeas, a pesar de sus y de cosmovisión, no son comprendidos ni apreciados en su justa medida.
grandes proporciones. • Pero es sobre todo el principio material y corporal el que aparece particu-
Este conjunto de curiosidades y obscenidades está fuera de la órbita larmente debilitado: Reich lo considera desde el punto de vista del pensa-
de los problem~ú¡ «serios» de la creación literaria que se plantean en miento moderno, abstracto y discriminador, de allí que su comprensión
Europa. Así se explica por qué la potente influencia ejercida por la cultura sea estrecha y casi naturalista.
cómica popular sobre la literatura y el «pensamiento metafórico» de la Son estos dos aspectos los que, a nuestro entender, desvirtúan la con-
humanidad, no ha sido estudiada en profundidad. cepción de Reich. Sin embargo, debe reconocerse que ha contribuido mu-
Expondremos ahora brevemente dos ensayos que han tenido el mérito cho al correcto planteamiento del problema de la cultura cámica popular.
de plantear esos problemas teóricos y tratar el tema desde dos ángulos Es lamentable que su libro, enriquecido con una documentación actuali-
diferentes. ! zada, original y audaz, no haya ejercido más influencia en el momento de
En 1903, H. Reich publicó un grueso volumen titulado El mimo su aparición.
Ensayo de estudio histórico de la evolución literaria. Nos referiremos a menudo a esta obra.
El tema del libro es en realidad la cultura cómica de la Antigüedad Citaremos además el libro de Konrad Burdach, Re/arma, Renacimiento
y la Edad Media. Esta obra proporciona lma abundante documentación y Humanismo, Berlín, 1918. Este estudio breve interpreta el problema de
muy interesante y precisa. El autor ilumina. con justeza la unidad de la la cultura cómica popular desde un punto de vista diferente. No menciona
tradición cómica clásica y medieval. Capta también la relación antigua y nunca el principio material y corporal. Su única obsesión es la idea-imagen
fundamental de la risa con las imágenes de lo «inferior» material y cor- del «renacimiento», de la «renovación» y la «reforma».
poral, lo que le permite adoptar una posición justa y fructuosa frente al Burdach se propone demostrar cómo esta idea-imagen del renacimiento
problema. (y sus variedades), originada en la antiquísima mitología de los pueblos
Pero en última instancia, Reich no plantea realmente éste, debido a orientales y antiguos, sobrevivió y evolucionó durante la Edad Media. Per-
nuestro entender, a dos razones. En primer lugar, Reich trata de reducir maneció además dentro del culto religioso (liturgia, ceremonia del bautis-
mo, etc.), donde se estereotipó en el dogma. En el siglo XII, una época de
1. Entre las obras soviéticas se destaca la de O. Freidenberg, La poética del
renacimiento religioso (Joaquín de Flora, Francisco de Asís y los espiritua-
tema y del estilo (Goslitizdat, 1936), obra que reúne una inmensa documentaci6n
fo1klórica relativa al tema (para la Antigüedad sobre todo). Sin embargo, estos docu- listas), esta idea-imagen del renacimiento volvió a desarrollarse, exten-
mentos son tratados principalmente desde el punto de vista de las teorías del pen- diéndose a sectores populares más amplios, adquiriendo emociones exclu-
samiento pre-lógico. Además el problema de la cultura cámica popular no se plantea. sivamente humanas y despertando una imaginación poética y artística, para
La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento ~ I 2 O LJ
convertirse así en la expresión del impulso creciente de renacimiento y poral, y sus degradaciones y profanaciones características, puede ser califi-
renovación en el ámbito terrenal, es decir dentro del dominio político, so- cada (no sin cierta exageración) de catolicismo carnavalizado, Los elemen-
cial y artístico. i toS de la cosmovisión carnavalesca son muy fuertes también en la obra
Burdach rastrea el proceso lento y progresivo de la secularización de de Rienzi.
la idea-imagen del renacimiento en Dante y en las ideas y la actividad de Estos elementos, que según Burdach habían preparado el Ren::cimien-
Rienzi, Petrarca, Bocaccio, etc. to, poseen en toda su fuerza el principio liberador y renovador, aunque
Burdach considera con justeza que un acontecimiento histórico como expresado a veces en forma harto limitada. Sin embargo, Burdach no
el Renacimiento no podía ser el resultado de búsquedas destinadas exclu- I toma en cuenta para nada este principio. Para él sólo existen los tonos
sivamente a la obtención de conocimientos o a los esfuerzos intelectuales serios.
de individuos aislados. Dice así: En suma, Burdach, ai tratar de comprender mejor las relaciones del
«El Humanismo y el Renacimiento no son los productos del conoci- Renacimiento con la Edad Media, prepara a su modo el planteamiento del
miento (Produkte des Wissens). No deben su aparición al descubrimiento problema.
por parte de los sabios de monumentos perdidos del arte y la cultura an-
tigua, a los que tratan de insu1lar nueva vida. El Humanismo y el Rena-
cimiento nacieron de la espera y la aspiración apasionada e ilimitada de Aquí queda planteado nuestro estudio. Sin embargo, el tema funda-
una época que envejecía.. y cuyo espíritu, agitado en .sus profundidades, mental de éste no es la cultura cómica popular, sino la obra de Francisco
ansiaba una nueva juventud». • Rabelais. En realidad, la cultura cómica popular es infinita, y, como hemos
Consideramos ,que Burdach acierta plenamente al rechazar la interpre- visto, muy heterogénea en sus manifestaciones. A este respecto nuestra
tación del Renacitniento co!'J.o originado en fuentes de sabiduría libresca, interpretación será puramente teórica y consistirá en revelar la unidad, el
investigaciones ideológkas individuales y «esfuerzos intelectuales». Tiene sentido y la naturaleza ideológica profunda de esta cultura, es decir su
razón también al afirmar que el Renacimiento se gestó durante 'la Edad valor como concepción del mundo y su valor estético. El mejor medio
Media (sobre todo a partir del siglo XII), y que la palabra «renacimiento» de resolver el problema planteado es trasladarse al terreno mismo donde
no sigrufica en absoluto «renacimiento de las ciencias y artes de la Anti- se formó esta cultura, donde se concentró y fue interpretada literalmente,
güedad», sino que posee una significación más amplia y cargada de sentido, en la etapa superior del Renacimiento; en otras palabras, debemos ubi-
arraigada en las profundidades del pensamiento ritual, especdcular (rela- camos en la obra de Rabelais. Su obra es sin duda irremplazable para
tivo al espectáculo), metafórico, intelectual e ideológico de la humanidad. comprender la esencia profunda de la cultura cómica popular. En el uni-
Sin embargo, Burdach no vio lÚ comprendió la esfera fundamental donde verso que este autor ha creado, la unidad interna de todos sus elementos
se desarrolló la idea-imagen del Renacimiento, es decir la cultura cómica heterogéneo s se revela con claridad excepcional, hasta tal punto que su
popular de la Edad Media. El deseo de renovación y de <<lluevanacimien- obra constituye una verdadera encic10pedia de la cultura popular.
to», «el ansia de una nueva juventud» estructuraron la cosmovisión car-
navalesca encarnada de diversos modos en las manifestaciones concretas
y sensibles de la cultura popular (espectáculos, ritos y formas verbales). Con esto hemos concluido nuestra introducción. Agreguemos simple-
Esto constituía la «segunda vida» festiva de la Edad Media. mente que volveremos sobre estos temas y afirmaciones en el desarrollo
Manifestaciones diversas, que Burdach considera como precursoras del de nuestro estudio. Concretaremos entonces esos temas y afirmaciones un
Renacimiento, reflejaban a su vez la influencia de la cultura cómica popu. tanto abstractas y teóricas, sobre la base de las obras de Rabelais y de las
lar, y en esta medida, se anticiparon al espíritu renacentista. Es el caso expresiones de la Edad Media y la Antigüedad que le sirvieron (directa-
de Joaquín de Flora y de San Francisco de Asís sobre todo y el movi- mente o no) como fuente de inspiración.
miento por él fundado. No es una casualidad que San Francisco se designa-
ra a sí mismo en sus obras con el nombre de «juglar del Señor» (iocu-
latores Domini). Su original concepc~ón del mundo con su «alegría espi-
ritual» (laetitia spiritualis) su bendición del principio material y coro
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