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ISFD N° 6 Sujeto de la Educación Primaria

APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje humano y por tanto más reciente filogenéticamente y necesario para las formas
Pozo Municio, Ignacio (1996, 1998). Psicología y Educación, Alianza Editorial, más complejas del aprendizaje explícito.
Madrid Esta distinción entre dos formas de aprendizaje, una más repetitiva o
mecánica, y otra más reflexiva o consciente, está presente en múltiples posi-
ciones teóricas (resumidas en POZO, 1989), desde la distinción entre pensa-
miento reproductivo y productivo en la Gestalt (WERTHEIMER, 1945) o la dis-
CAPÍTULO 6: LA PSICOLOGÍA COGNITIVA DEL APRENDIZAJE tinción entre procesos inductivos y deductivos en la formación de conceptos
hecha por VYGOTSKY (1934) a la contraposición entre aprendizaje memorístico
y significativo en AUSUBEL, NOVAK y H ANESIAN (1978) o los aún más recientes
Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospe -
cho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar, pensar es olvidar diferen-
desarrollos de la psicología de la instrucción, que diferencian los cambios
cias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino acumulativos en el aprendizaje y los procesos de reorganización del conoci-
detalles, casi inmediatos. miento (G AGNÉ y GLASER , 1987; Pozo, 1989; VOSNIADOU y BREWER , 1987;
J ORGE LUIS BORGES, Funes el memorioso VOSS, 1984). La figura 2.5 contraponía ambos enfoques del aprendizaje, pero
señalando ya entonces que deben entenderse como subsistemas de un meca-
Para defenderse había aprendido de memoria verdaderas flotas de palabras y ba- nismo común y complejo, en el que los niveles superiores integran a los más
terías de respuestas. Tenía que estar dispuesto a decir y a hacer cualquier cosa primitivos pero a su vez se apoyan en ellos, ya que, como ya señalaba PINILLOS
que pudiera sobrevenir. Si primero tenía que entenderlo, menuda pesadez. Si las (1975), éstos suelen funcionar con menos costo y de modo más eficiente en
preguntas seguían siendo para él sólo una especie de señal y matraqueaba sin condiciones adversas (por ejemplo, escasez de recursos cognitivos, ausencia de
vacilar lo que le pedían, como una cotorra, no había nada que objetar, la rspues - motivación, ausencia de conocimientos en la memoria con los que relacionar el
ta pasaba. ¡Lo había conseguido! Un barco, definido por los límites del mar se
nuevo material, etc.) al ser menos vulnerables y dependientes del propio con-
podía aprender.
STEN NADOLNY, El descubrimiento de la lentitud
trol del aprendiz.
De esta forma, ambos sistemas de aprendizaje deben entenderse no sólo
como complementarios sino en buena medida como una continuación el uno
La integración de asociación y construcción en un sistema complejo del otro. Aunque pueden encontrarse diferencias radicales entre el aprendizaje
asociativo y la construcción de conocimientos (como las que reflejaba aquella
Acabamos de ver que el aprendizaje desempeña una función muy impor- figura 2.5) también puede hallarse una continuidad entre ellos. Así, vimos en el
tante en el buen engranaje de nuestros procesos cognitivos, al facilitar una capítulo 2 que una concepción estática del constructivismo (consistente en
amplificación de nuestra capacidad funcional de memoria de trabajo. De hecho asumir que los nuevos aprendizajes se apoyan en los anteriores) no sólo es
todos los procesos cognitivos, como se verá con más detalle en el próximo compatible, sino necesaria, para que los mecanismos asociativos cumplan su
capítulo, constituyen un sistema en interacción, en el que la función dinámica y función adaptativa. Los procesos de condensación del conocimiento en chunks
adaptativa del aprendizaje hace posible la modificación funcional, si no estruc- o la automatización, basados en un aprendizaje asociativo, implican recuperar
tural, del resto de los procesos. Estas funciones adaptativas del aprendizaje, que aprendizajes anteriores de la memoria permanente. Lo que diferencia a esta
hacen de nuestro sistema cognitivo una máquina tan potente, se alcanzan, como recuperación de la que tiene lugar en un aprendizaje constructivo es su carácter
vimos en el capítulo 2, a través de dos procesos complementarios: un primer meramente instrumental, ya que no sirve para organizar el nuevo aprendizaje ni
sistema de aprendizaje asociativo, compartido con otras muchas espe- cies modificar los conocimientos anteriores. En cambio, en un aprendizaje cons-
animales y por tanto filogenéticamente muy antiguo, relevante sobre todo para tructivo se produce un intento de asimilar u organizar los nuevos aprendizajes
el aprendizaje implícito, y un segundo sistema, que se articula sobre el anterior, a partir de conocimientos anteriores, dando lugar a una reflexión consciente
de aprendizaje constructivo o por reestructuración, específicamente sobre los propios contenidos de la memoria permanente, lo que no sucede en
Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

un aprendizaje asociativo, que se limita a reforzar o debilitar esos aprendizajes je, hacen que nuestra capacidad asociativa obtenga resultados impensables en
previos, pero sin modificar su sentido ni su organización. otras especies, como la detección de regularidades complejas en el ambiente, la
Estas diferencias se reflejan en los distintos efectos que cada tipo de condensación de la información en forma de chunks o la automatización de los
aprendizaje tiene sobre los conocimientos ya almacenados, o si se prefiere en conocimientos.
dos formas distintas de conectar los dos sistemas de memoria a través del
aprendizaje. Mediante el aprendizaje asociativo nos limitamos a recuperar co- La adquisición de regularidades
nocimientos de la memoria permanente a la memoria de trabajo y añadir nue-
vos aprendizajes sin apenas modificar los ya existentes, sino en su probabilidad Un primer proceso asociativo está dirigido a extraer regularidades del
de activación futura. En cambio, el aprendizaje constructivo se produce a tra- entorno, estableciendo secuencias predictivas de sucesos y conductas, que nos
vés de los aprendizajes previos, que cambian, en mayor o menor grado, su pro- permiten vivir en un mundo más predecible y controlado. Parece ser que dis-
pia organización o estructura como consecuencia de haber servido para organi- ponemos de una sofisticada calculadora implícita que nos permite computar
zar un nuevo aprendizaje. En todo caso, estas diferencias deberán quedar más covariaciones en el ambiente con bastante precisión, detectando no sólo qué
claras en las próximas páginas en las que se desarrollan estas dos formas de sucesos tienden a acontecer juntos (por ejemplo, dar a un botón del mando a
aprender y, sobre todo, en la Tercera Parte del libro, cuando me centre en los distancia y comenzar a parpadear una lucecita en el televisor) sino también qué
diversos resultados de aprendizaje debidos a uno u otro tipo de procesos, o hechos no suceden juntos (¡la lucecita también parpadea sin que yo le dé al
como suele suceder a la interacción de ambos. botón!). De hecho, el aprendizaje asociativo de regularidades se basa en detec-
tar no sólo covariaciones simples (dos hechos que ocurren juntos), como supo-
nían las primeras teorías del aprendizaje animal, como la de PAVLOV (1927),
Aprendizaje asociativo
basadas en la idea simple de la contigüidad, sino relaciones en todo el “espacio
Esta forma ancestral de aprender, que nos emparenta entrañablemente no de contingencia entre dos hechos cuando la probabilidad de que ocurran juntos
sólo con todos los mamíferos, sino también con otros vertebrados e incluso es mayor que la de que ocurran por separado (no siempre que el niño llora la
invertebrados, alcanza sin embargo en la especie humana nuevas posibilidades, madre le atiende, pero la probabilidad de que le atienda es mayor cuando llo-
ya que nuestra capacidad computacional es considerablemente superior a la de ra…, así que aprende a llorar; no siempre que se forman esas nubes panzudas
cualquier otra especie, lo que nos permite establecer muchas más relacion es o llueve, peor suele hacerlo, así que cogeré el paraguas). Detectar contingencias
asociaciones entre informaciones, conductas o sucesos. Así como una máquina y no sólo covariaciones requiere un sofisticado sistema de cómputo, con un alto
que juega al ajedrez es capaz de computar miles, si no millones, de jugadas más valor adaptativo, ya que nos permite anticipar los hechos más probables a partir
que la mente humana por segundo, nosotros podemos computar muchas más de un antecedente y obtener ciertas consecuencias probables mediante nuestra
relaciones que el resto de los organismos. Pero a diferencia de lo que les pasa conducta. Es un mecanismo asociativo, implícito, del que no tenemos
a las máquinas que juegan al ajedrez, que carecen de “criterio” para dar sentido conciencia y que no usamos deliberadamente. De hecho muchos aprendizajes
a esa fuerza bruta (a pesar de lo cual ganan al 99,99% de las personas que se de estadística, que detectan con facilidad las regularidades que se producen en
enfrenten a ellas), nosotros podemos gobernar y controlar mejor nuestra su ambiente, no llegan nunca a entender la noción de correlación ni el espacio
capacidad asociativa a través de procesos conscientes ligados al aprendizaje de contingencias ( NISBETT, 1993; PÉREZ ECHEVERRÍA, 1990), ya que ese apren-
constructivo. Por último, no debemos olvidar que nuestro aprendizaje se pro- dizaje se basa en procesos constructivos y no en simples mecanismos asociati-
duce siempre en el marco de una cultura que no sólo fija las demandas (como vos.
vimos en el capítulo 1) sino que nos proporciona instrumentos y “prótesis” Sin embargo, aunque nuestra detección de contingencias, y la de otros
adecuadas para incrementar las posibilidades de aprendizaje (ver capítulo 5). animales parientes nuestros que comparten los mismos mecanismos de apren -
Estas tres ventajas, nuestra mayor capacidad de cómputo, la reorganización a dizaje, es bastante precisa, no es exacta ( PÉREZ ECHEVERRÍA, 1990; NISBETT ,
través de procesos constructivos y la mediación cultural en nuestro aprendiza- 1993). En general tendemos a sobrevalorar los casos positivos (de coocurren-
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

cia) frente a los negativos (ausencia de uno o ambos hechos), una tendencia cuyo aprendizaje se analizará en el capítulo 8. Estas teorías implícitas, aunque
general en el funcionamiento intelectual humano ( CARRETERO y GARCÍA M A- se sustenten en mecanismos de aprendizaje asociativo, actúan una vez más
DRUGA, 1984; NISBETT , 1993). Pero además, solemos leer esas contingencias en también mediante procesos constructivos, ya que nos hacen percibir la realidad
función de nuestras expectativas previas ( PÉREZ ECHEVERRÍA, 1990), producto a través de ellas, de forma que organizan nuestra percepción y acción en el
de nuestros aprendizajes anteriores almacenados en la memoria permanente. mundo, distorsionando nuestras representaciones y desviándonos del principio
Por ejemplo, si presentamos a grupos de fumadores y no fumadores datos so- de correspondencia (recuerde el lector, si ya lo ha olvidado, el simple ejercicio
bre la contingencia entre el tabaquismo y las enfermedades respiratorias posi- que hizo en el capítulo 2, a partir de la figura 2.3 de la pág. 59, que mostraba
blemente encontraremos que el aprendizaje y el recuerdo de esos datos está que nuestra teoría implícita sobre el movimiento de los objetos no suele ser una
sesgado por las expectativas previas: los fumadores tenderán a infravalorar las copia de la realidad sino más bien al revés, los movimientos que percibimos
consecuencias nocivas del tabaco en comparación con los no fumadores (PÉREZ son el reflejo de nuestras representaciones). Los mecanismos que nos permiten
ECHEVERRÍA, 1990). Aunque nuestros mecanismos asociativos detectan con detectar estas regularidades complejas en el mundo y generar a partir de ellos
bastante precisión los cambios ambientales, son interpretados a través de co- estructuras implícitas de conocimiento son posibles, entre otras cosas, por la
nocimientos recuperados de la memoria permanente, es decir, mediante meca- optimización que hacemos de nuestros limitados recursos cognitivos, a través
nismos constructivos. En el capítulo 8 presentaré algunos ejemplos de esta de otros procesos de aprendizaje asociativo, como la condensación de la infor-
interacción entre asociación y construcción en el aprendizaje de regularidades mación, a la que nos dirigimos ahora, o la automatización del conocimiento.
y de cómo los resultados de ese aprendizaje distorsionan o sesgan la realidad
percibida, en contra del principio de correspondencia, en que se basa el apren - La condensación de la información
dizaje asociativo (descrito ya en el capítulo 2).
Pero en las situaciones de aprendizaje no hay sólo secuencias predictivas Tal como señalé en el capítulo anterior, la capacidad limitada de la me-
y de control entre dos hechos, sino que en cada instante se nos presentan mu- moria de trabajo –en torno a siete elementos independientes en los que adultos
chas informaciones sobre las que tenemos que aprender (otra vez la avalancha normales cuando la tarea impide recurrir a conocimientos previos que amplifi-
informativa). A pesar de las limitaciones de nuestros sistemas de memoria, quen esa capacidad- restringe la información que puede ser atendida y, en con-
tenemos la capacidad de cómputo suficiente para, en palabras de ROSCH (1978), secuencia, aprendida. Un mecanismo de aprendizaje asociativo para incremen-
detectar la “estructura correlacional” del mundo más allá de ciertas cadenas tar esa capacidad es condensar o fundir aquellos elementos de información que
simples de sucesos mediante mecanismos implícitos de aprendizaje asociativo tienden a producirse juntos en forma de chunks (que en inglés viene a signifi-
(LEWICKI, 1986). Aprendemos a relacionar los rasgos que tienden a ocurrir car trozo) o piezas de información, que se recuperan como una única represen-
juntos con una mayor probabilidad y de modo más redundante, elaborando tación. Para aprender un número de teléfono, o para hacer la tarea de la figura
ciertas “categorías naturales” o conceptos probabilísticos, como los (casi siem- 5.3, en vez de aprender por separado cada cifra,
pre) barbudos hermanos Smith de la figura 3.1 en la pág. 75 (sobre este tema 3 - 1 - 5 - 2 - 8 - 1 - 4,
pueden consultarse con más detalle POZO, 1989, o DE VEGA, 1984). Nuestra Se pueden agrupar o condensar en tres trozos de información o chunks,
categoría de “pez” se basa en los rasgos que con más probabilidad tienden a 315 - 28 - 14,
aparecer juntos, por lo que tiende a incluir a los delfines. Nuestra categoría de de forma que aunque el número de cifras que tenemos que recordar es el mis-
“alumno listo pero poco trabajador” se basa también en una configuración o mo, la cantidad de información se reduce a tres unidades o piezas, con lo que la
constelación de rasgos probables, que hemos aprendido, inductivamente, detec- tarea se facilita. Lo relevante para la capacidad de la memoria de trabajo no es
tando regularidades en los alumnos, sin que tal vez nos hayamos parado nunca la cantidad de información, sino el número de elementos independientes, es
a reflexionar sobre el significado de esas categorías. Aunque no son muy decir, arbitrarios o yuxtapuestos que deben procesarse (SIMON y KAPLAN, 1989).
“científicas”, esas categorías nos resultan muy útiles. Esa es la función de las Cuando varios elementos se condensan en uno solo consumen los recursos
“teorías implícitas” (POZO et al., 1992; RODRIGO, RODRÍGUEZ y MARRERO, 1993),
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Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

correspondientes a un elemento (recuérdese, una familia que va a comprar gnóstico preciso a partir de una radiografía en sólo dos o tres segundos ( LES-
junta es para nuestra memoria un cliente haciendo una sola demanda). GOLD et al., 1988) o ajedrecistas recordando posiciones de ajedrez ( CHASE y
El mecanismo mediante el que se condensa la información es la repeti- SIMON, 1973; HOLDING, 1985).
ción o el repaso. Suele ser un mecanismo de aprendizaje explícito que utiliza-
mos para recordar listas de datos no organizados. Se caracteriza porque su
recuperación, como un todo, tiene que adoptar, para ser eficaz, un formato
idéntico al aprendizaje. Recordamos esas letanías tal como las aprendimos. El
camarero que nos “canta” la carta que se ha aprendido como un mensaje con -
densado, si le pedimos que nos repita algún plato, tiene dificultades para recu-
perar el hilo desde otro punto que no sea el principio. O el aprendiz que recita,
con musiquilla un salmo incomprensible y que luego, misterios de la memoria
y el olvido, está condenado a recordar toda su vida ese himno sin sentido, eso
sí, siempre en el mismo orden (todavía hay cerca de mí quien recita himnos
aprendidos para el remoto, grisáceo, examen de Reválida, como “calcopirita,
sulfuro de cobre y de hierro, blanca, irisada, sistema tetragonal, se funde en el
FIGURA 6.1. En la posición 1, correspondiente a un problema de ajedrez, los
carbón, dando SO2, calor…”). Todos los aprendices hemos adquirido conoci -
expertos tienen un mejor recuerdo porque agrupan las piezas en diferentes chunks.
mientos condensados de este tipo cuyo significado las más de las veces no En cambio la posición 2 corresponde a una distribución aleatoria de las piezas en la
hemos llegado nunca a vislumbrar. A veces, como en el ejemplo anterior, po- que no es posible formar esos agrupamientos, por lo que no hay diferencias en el
demos elaborar un poco más esos materiales, mediante rimas, músicas y otros recuerdo entre expertos y novatos en ajedrez (adaptado de Chase y Simon, 1973, y
trucos mnemotécnicos, facilitando su recuperación, pero sin que por ello ese Holding, 1985).
material resulte más significativo o comprensible (como se verá en los capítu-
los 10 y 11).
Por ejemplo, en el caso de estos últimos, uno de los más estudiados, los
Pero no sólo aprendemos a condensar información verbal. Si a una per -
expertos en ajedrez recuerdan muchas más piezas cuando se trata de posiciones
sona que no es adicta al futbol le presentamos un video con algunas escenas y
habituales en ajedrez, ya que forman configuraciones con varias piezas, redu-
luego le pedimos que recuerde lo que ha visto, tendrá dificultades para infor -
ciendo la demanda cognitiva de la tarea (figura 6.1, posición 1). En cambio,
marnos de algo que no sea lo más relevante (si fue o no gol o por dónde entró
cuando las piezas se distribuyen al azar sobre el tablero, el recuerdo de los
el balón en la portería). En cambio, una persona entrenada en ver fútbol, un
buen aficionado, recordará mucha más información (con qué pierna le dio al jugadores expertos es mucho menor y no se diferencia del que alcanzan perso-
nas no especializadas en ese juego (figura 6.1, 2), ya que no es posible activar
balón, de dónde venía el centro, cuántos defensas había en el área). Ese mejor
esos chunks o paquetes de información sobreaprendida para reconocer la posi-
recuerdo se deberá, entre otras cosas, a que el experto en fútbol no ve elemen -
ción de las piezas. En el rendimiento experto esos chunks no se limitan a con-
tos aislados (jugadores de uno u otro equipo, el balón), ve “jugadas”, configu-
densar la información, agregando unos elementos a otros de modo arbitrario,
raciones de elementos que constituyen auténticos chunks, o paquetes de infor-
como en nuestras letanías y latiguillos escolares. Además sirven para organizar
mación condensada, de forma que con la misma capacidad de memoria puede
y dar sentido a esa información, en la medida en que este aprendizaje asociati-
atender a muchos más clientes o elementos. De hecho, se ha comprobado que
vo suele acompañarse de una comprensión de los mecanismos que subyacen a
la formación de esos chunks explica el excelente rendimiento de expertos en
esos agrupamientos, basada en un aprendizaje constructivo (el ajedrecista no
tareas propias de su dominio cuando se les compara con personas más novatas,
sólo reconoce rápidamente una defensa india de rey, también comprende cuán-
menos entrenadas ( CHI, GLASER y FARR, 1988), sean físicos haciendo ecuacio-
nes matemáticas ( LARKIN, 1985), o médicos especialistas realizando un dia- do, cómo y contra quién hay que utilizarla; el médico reconoce un enfisema
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

pulmonar pero también comprende cuáles son sus causas, sus interacciones con procesamiento. Aunque posiblemente siempre quede un vestigio de control, y
otras dolencias y las formas adecuadas de tratarlo). con él de consumo de recursos, cuanto más automatizada esté una conducta
En todo caso, aunque se acompañe en ocasiones de procesos constructi- menos costosa será su ejecución o recuperación (BAJO y C AÑAS, 1991). Al final
vos que multiplican su efecto, la condensación de información permite formar del capítulo señalé ya las ventajas que se derivan para el sistema cognitivo de
en la memoria permanente piezas de información que se “disparan” en presen- este proceso de automatización. De hecho, ninguna conducta humana compleja
cia de los indicios adecuados, recuperándose de forma conjunta, rápida, precisa podría ejecutarse con eficiencia si alguno de sus componentes no se hallara
y con escaso costo cognitivo. Siguiendo la lógica de los modelos conexionstas, automatizado como consecuencia del aprendizaje (desde escribir en el ordena-
podemos decir que mediante este tipo de aprendizaje asociativo se hacen más dor o tocar el piano, hasta jugar al tenis o preparar una paella, o incluso produ-
sólidas las conexiones entre las unidades o átomos componentes, de forma que, cir y comprender el discurso hablado). La automatización de algunos compo-
como sucede con los gases inertes, se constituyen en moléculas de conocimien- nentes aquellos que han sido sobreaprendidos como consecuencia de su repaso
to casi indisolubles o irrompibles, liberando su energía para que puedan hacer- reiterado, permite dedicar recursos cognitivos a lo que hay de nuevo en la tarea
se simultáneamente otras tareas. De hecho, el mecanismo de condensación de (poco podremos escribir en el ordenador si tenemos que andar buscando cada
la información no sólo “funde” o “compila” el conocimiento, también suele letra que queremos pulsar, o difícil nos será expresarnos en un idioma en el que
automatizarlo ( ANDERSON, 1983). tenemos que “pensar” cómo construir cada frase, dónde va el verbo y qué pre-
posición le acompaña, con lo que consumiremos todos los recursos disponibles
La automatización del conocimiento y apenas podremos “pensar” en lo que finalmente queríamos decir). A partir de
la figura 6.2 es fácil comprender los beneficios de la automatización del cono-
Otro proceso de aprendizaje asociativo que se produce como consecuen- cimiento.
cia de la práctica reiterada, y muchas veces ciega o al menos miope, de una
secuencia de acciones o conocimientos, es la automatización. A medida que PROCESOS CONTROLADOS PROCESOS AUTOMÁTICOS
ciertas representaciones se condensan y se recuperan juntas, en una sola pieza, ▪ Consumen atención ▪ Apenas consumen atención
habitualmente también se van automatizando, es decir, se van ejecutando con ▪ No son rutinas aprendidas ▪ Se adquieren por aprendizaje
un consumo cada vez menor de recursos atencionales. Podemos decir que, con ▪ Son flexibles y se adaptan a nuevas situa- ▪ Una vez adquiridas, se modifican con difi-
ciones cultad
la práctica repetida, ciertos aprendizajes se consolidan hasta el punto de que ▪ Requieren esfuerzo consciente ▪ No requieren esfuerzo consciente
pasan de ser actividades controladas, en la memoria de trabajo, a ser rutinas, ▪ Pierden eficacia en condiciones adversas ▪ Se ejecutan eficazmente en condiciones
sin apenas control consciente. adversas
En psicología cognitiva, se asume que hay tareas (leer este libro, arreglar ▪ Producen interferencia en situaciones de ▪ No interfieren en la ejecución de una se-
la lavadora, evaluar el logro de los objetivos didácticos propuestos) que con - doble tarea gunda tarea
sumen muchos recursos cognitivos. A partir de SHIFFRIN y SCHNEIDER (1977) se
FIGURA 6.2. Diferencias entre procesos controlados y automáticos, según Shiffrin y
dice que estas tareas requieren procesos controlados, u “operaciones realizadas
Schneider (1977).
bajo control voluntario del sujeto, que requieren gasto de recursos atencionales
y que el sujeto percibe subjetivamente pudiendo dar cuenta de ellos” (DE VEGA ,
Una primera ventaja de las conductas automatizadas frente a las que re-
1984, pág. 126). En cambio otras tareas (andar, hablar, posiblemente conducir
quieren procesos más controlados es su rapidez de ejecución. El conocimiento
o preparar el café) se pueden realizar sin apenas consumo de energía cognitiva,
automatizado se “dispara”, de modo inmediato y casi obligado, sin control, en
mediante procesos automáticos, que consisten en “operaciones rutinarias so-
presencia de los indicios adecuados (como se verá en el apartado dedicado al
breaprendidas que se realizan sin control voluntario del sujeto, no utilizan re-
proceso de recuperación, a ser posible los mismos indicios que estaban presen-
cursos atencionales y en general el sujeto no es consciente de su realización”
tes durante el aprendizaje). Las personas que han automatizado habilidades
(ibíd.). La figura 6.2 destaca las principales diferencias entre ambos tipos de
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Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

consumen menos tiempo en ejecutarlas que los aprendices que realizan esas suelen añadir nada nuevo, pero eso en contextos en que es necesario reproducir
mismas tareas de modo controlado. Esto es válido para los “buenos lectores” si una conducta en las mismas condiciones y ante las mismas metas es muy útil
se les compara con los “malos lectores” ( LEÓN, 1991), en la resolución de (otra vez el jugador de baloncesto lanzando tiros libres, el ajedrecista practi-
ecuaciones matemáticas ( LARKIN, 1985) o, como ya mencionara antes, en el cando un gambito Evans o el cocinero que prepara la paella repiten exactamen-
diagnóstico médico ( LESGOLD et al., 1988). Las ventajas que se derivan de esta te la misma rutina para alcanzar siempre las mismas metas). Los expertos, que
respuesta inmediata resultan obvias en muchas tareas, al facilitar tiempos de disponen de rutinas automatizadas, cometen menos errores que los novatos que
reacción más rápidos. Un conductor, un jugador de baloncesto o un pianista ejecutan esas mismas tareas de modo más controlado ( CHI, GLASER y FARR ,
sobreviven o viven de esa rapidez en la ejecución. En otros casos, cuando se 1988; ERICSSON y SMITH, 1991).
trata de tareas más reflexivas, como hacer un diagnóstico médico o leer un Además esta mayor precisión del procesamiento automático frente al
texto, esas ventajas pueden ser menos aparentes, pero también se producen ya controlado se acentúa en el caso de que, por cualquier motivo, haya que recu-
que permiten procesar más información en la misma cantidad de tiempo. No perar ese conocimiento en condiciones más adversas. Como sostiene KARMI-
obstante, hay ocasiones, las menos, en que el automatismo nos hace cometer LOFF-SMITH (1992), las conductas automatizadas se hallan “encapsuladas”, por
errores fatales. La respuesta se dispara ante los indicios habituales sin que nos utilizar la expresión de FODOR (1983) aunque no su idea, constituyendo paque-
demos cuenta de una leve diferencia en la situación que nos conduce a un error tes cerrados que, una vez en marcha, apenas se ven afectadas por factores aje-
irreparable. NORMAN (1988, pág. 144 de la trad. cast.) propone un divertido nos. Uno se admira al ver a Carlos Sainz y otros pilotos de rallies derrapando
ejemplo que todos los que trabajamos con ordenadores hemos vivido alguna sobre viene, tierra o agua. Pero en realidad se trata de conductas automatiza-
vez, al dejarnos arrastrar por el hábito y responder ciegamente a las típicas das, inflexibles, y cerradas en sí mismas. Cuando, como en los anuncios de
preguntas que siempre nos hace el ordenador, con ánimo de entorpecernos o aspirinas, la fatiga, el abatimiento o la migraña nos acosan, más vale recurrir a
por pura cabezonería, cada vez que le pedimos urgidos e impacientes que haga conductas automatizadas, firmemente consolidadas, que se ejecutan por sí
algo, que imprima o borre un documento: mismas de modo un tanto autista, y nos dejan a solas con nuestros pesares.
Una última, y muy importante, ventaja de los conocimientos automati-
USUARIO : Elimina de mi memoria “mi obra más importante”. zados, recogida en los rasgos que acabo de describir, es que su eficacia se man-
ORDENADOR : ¿Estás seguro de que quieres eliminar de la memoria “mi obra más tiene incluso en situaciones de tarea múltiple. La realización simultánea de dos
importante”? conductas que requieren un procesamiento controlado produce una interferen -
USUARIO: Sí.
cia mutua que reduce notablemente la calidad de cada una de ellas, como
ORDENADOR : ¿Estás seguro?
USUARIO : Sí, claro.
cuando en el dial de la radio se superponen dos emisoras de forma que acaba-
ORDENADOR : Queda eliminada de la memoria “mi obra más importante”. mos por no escuchar ni una ni otra. Dados los límites de nuestra memoria de
USUARIO : Coño, mierda. trabajo no podemos realizar dos o más tareas complejas de forma simultánea
(hacer una paella, leer este libro, programar el video y jugar con la niña), a no
Por fortuna no todas nuestras conductas automatizadas acaban por dejar- ser que alguna o algunas de ellas estén automatizadas, de forma que liberen
nos tan perplejos y deprimidos. En general suelen ser muy eficaces, ya que recursos para ejecutar esas otras tareas sin apenas interferir en ellas. A medida
además de rápidas en su ejecución suelen ser muy precisas, es decir, a ejecu- que automatizamos un conocimiento (por ejemplo, conducir o comprender el
tarse siempre igual, de forma bastante mimética. Lo asombroso no es que se inglés hablado) vamos siendo capaces de usarlo en paralelo a otras tareas (es-
haga en dos segundos un diagnóstico médico a partir de una radiografía, sino cuchar la radio, fijarnos en el nuevo hipermercado que han abierto y pensar en
que sea certero (yo también puedo hacer un diagnóstico en sólo dos segundos, la reunión de la que acabamos de salir, todo ello mientras conducimos). Cuan -
echándole un poco de imaginación). Las conductas automatizadas se hacen un do la tarea automatizada, por surgir un imprevisto (una pelota que cruza botan-
tanto a ciegas, son como una alfombra que se desenrolla siempre igual. No do la calle, una vaca que se pasea melancólica por el arcén) nos exige recupe-
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

rar el control, abandonamos de inmediato las otras tareas subsidiarias, hasta porcionar las instrucciones y condiciones adecuadas, para que éstos repitan sin
que volvemos a la rutina. desmayo esa información hasta consolidar, condensar y automatizar esos pa-
Como dije antes, casi todas las conductas o conocimientos humanos re- quetes de información. En muchas condiciones de instrucción ni siquiera se
levantes (conducir, escribir, cocinar o comprender el origen del Universo) re- cumplen esas condiciones idóneas, que incluirían evitar que los paquetes de
quieren una automatización de algunos de sus componentes porque todas ellas, información sean demasiado pesados o abultados, cuidando que el número de
en mayor o menor medida, requieren hacer varias tareas a la vez, cada una de elementos o piezas de información no sature la capacidad de trabajo de los
las cuales, si fuera ejecutada de modo controlado, agotaría nuestros recursos aprendices, y un apoyo o tutoría durante el aprendizaje para evitar errores que,
cognitivos. La capacidad de hacer varias tareas a la vez es un requisito impres- debido al encapsulamiento o pérdida de control sobre el conocimiento automa-
cindible para un funcionamiento cognitivo eficiente. Cuando Gerald Ford era tizado, luego son más difíciles de subsanar, ya que el conocimiento automati -
presidente de los Estados Unidos su prestigio intelectual era tan elevado que se zado, como refleja la figura 6.2, es muy poco flexible.
decía de él que era incapaz de mascar chicle y andar a la vez sin tropezarse. Dadas estas condiciones, la condensación y automatización de la infor-
Incluso tareas aparentemente no muy complejas como escribir a máquina se mación puede resultar eficaz para el aprendizaje de información verbal literal
apoyan en la realización de múltiples tareas en paralelo, por procesos de auto- (en el capítulo 10) o de técnicas rutinarias (en el capítulo 11). Sin embargo, aun
matización ( GENTNER , 1988). De hecho, buena parte del aprendizaje de proce- en estos ámbitos su eficacia es limitada si no se acompaña de un aprendizaje
dimientos, analizado en el capítulo 11, se apoya en estos procesos de automati- constructivo. En primer lugar es poco recomendable que la mayor parte de la
zación. Alunas de las hazañas cognitivas que más nos impresionan a los legos actividad intelectual del aprendiz sea meramente reproductiva porque se gene-
en esas tareas, como la traducción simultánea o jugar partidas de ajedrez simul- ran y consolidan hábitos y actitudes hacia el aprendizaje esencialmente pasi-
táneas contra 25 contrincantes a la vez, ganando 24 y haciendo unas tablas (lo vos, receptivos, en los que el aprendiz se acostumbra a no tomar la iniciativa, a
meritorio no es jugar 25 partidas a la vez, yo también puedo jugar 25 simultá- no interrogarse sobre el mundo, a esperar respuestas ya elaboradas para fagoci-
neamente haciendo unas tablas, pero perdiendo las otras 24), se basan en la tarlas en vez de intentar sus propias respuestas. Estos hábitos, como se com-
automatización de conocimientos que los demás mortales sólo podemos utili- probará en el próximo capítulo, provocan pautas motivacionales y estilos de
zar de manera muy controlada. aprendizaje en los que el aprendiz tiende a no asumir la responsabilidad, el
control o la autonomía del propio aprendizaje, que resultará siempre subsidia-
La utilidad limitada de la condensación y la automatización rio de las instrucciones del maestro. De esta forma, se está impidiendo a ese
aprendiz implicarse de forma activa en su aprendizaje y, en definitiva, aprender
Con lo dicho hasta ahora puede parecer que la condensación y la auto- a aprender, una de las metas esenciales de nuestra cultura del aprendizaje, es-
matización del conocimiento, y de modo más general, el aprendizaje asociati- colar y no escolar, descrita en el capítulo 1.
vo, son recursos eficaces y necesarios ante cualquier demanda o necesidad de Además, la adquisición de esos paquetes cerrados de información tiene
aprendizaje. De hecho, durante mucho tiempo, durante muchos siglos incluso sólo una utilidad relativa para futuros aprendizajes. Si en la cultura tradicional
si adoptamos una perspectiva histórica (como en el capítulo 1), el aprendizaje del aprendizaje se asumía que todo lo relevante debía conservarse en la memo-
se ha basado sobre todo en “memorizar” o repetir ciegamente ciertas informa- ria permanente de los aprendices, porque no había soportes alternativos de
ciones con el fin de condensarlas y automatizarlas. Aún hoy buena parte del acceso fácil y generalizado a esa información, en esta sociedad de la informa-
aprendizaje escolar y no escolar sigue basándose, de forma muchas veces im- ción deberían de “empaquetarse” sólo aquellos conocimientos que vayan a ser
plícita y un tanto descuidada, en estos procesos asociativos. Además de las claramente funcionales para la adquisición de otros conocimientos, es decir,
razones culturales apuntadas, este predominio del aprendizaje asociativo se aquellos que se usen con frecuencia como un instrumento en situaciones de
debe también a que resulta más fácil de poner en marcha que otras formas de doble o múltiple tarea. Cuando yo era niño, me obligaron a “empaquetar” to-
aprendizaje más complejas. Basta con que el maestro presente de modo explí- dos los elementos de la tabla periódica, todas las capitales de África, todos los
cito y detallado la información que deben “empaquetar” los aprendices, y pro- ríos de España con sus innumerables y cada vez más secos afluentes, unas
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Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

cuantas poesías de Bécquer y las interminables obras completas de Lope de Aprendizaje constructivo
Vega, además del mentado binomio de Newton, las operaciones para calcular
La principal limitación del aprendizaje asociativo es que repitiendo y
la raíz cuadrada o para hacer cálculos logarítmicos. ¿Qué queda de aquellos
juntando piezas jamás lograremos comprender lo que estamos haciendo. JOHN
paquetes con tanto trabajo aprendidos? Supongo que andarán perdidos por
SEARLE (1984, pág. 38 de la trad. cast.) propone una situación que ilustra cla-
algún remoto desván de la memoria, aunque la verdad, me producen más nos-
ramente la imposibilidad de comprender por procesos meramente asociativos.
talgia que interés en recuperarlos.
Es la parábola de la “habitación china”:
Sólo aquella información que recuperamos con cierta frecuencia por re-
sultarnos útil o instrumental (la tabla de multiplicar, algunos símbolos quími- Imaginemos que se le encierra a usted en una habitación y en que esa habitación
cos, pero no todos, cierto vocabulario de una lengua extranjera, ciertas opera- hay diversas cestas llenas de símbolos chinos. Imaginemos que usted, como yo, no
ciones de cálculo de uso corriente, etc.) merece ser empaquetada de esta forma. entiende chino, pero que se le da un libro de reglas en castellano para manipular
De lo contrario la recuperación de lo aprendido, por más que se practicara en esos símbolos chinos. Las reglas especifican las manipulaciones de los símbolos de
manera puramente formal, en términos de su sintaxis, no de su semántica. Así una
su momento, es muy difícil, ya que, como se indica en el próximo capítulo, la
regla podría decir: ‘toma un signo changyuan-changyuan de la cesta número uno y
información que se aprende de modo ciego y rutinario, aunque se recupere con ponlo al lado de un signo chngyoun-chongyoun de la cesta número dos’. Su-
mucha rapidez y eficacia en contextos similares al de aprendizaje, apenas se pongamos ahora que son introducidos en la habitación algunos otros símbolos chi -
activa en otras situaciones. Hay que recuperarla igual que se aprendió. Cuando nos y que se le dan reglas adicionales para devolver símbolos chinos fuera de la
no se comprende el significado de esos conocimientos automatizados (¿qué es habitación. Supóngase que usted no sabe que los símbolos introducidos en la habi -
la calcopirita de aquella balada escolar? ¿y el sulfuro de cobre y magnesio?) tación son denominados ‘preguntas’ y los símbolos que usted devuelve fuera de la
sólo se recuperan como un “paquete” cerrado, en las mismas condiciones de su habitación son denominados ‘respuestas a las preguntas’. He aquí que usted está
aprendizaje, y no sirven para generalizarlos a ningún contexto o situación nue- encerrado en su habitación barajando sus símbolos chinos y devolviendo símbolos
va. chinos en respuesta a los símbolos chinos que entran. Sobre la base de la situación
En definitiva, como muestran las comparaciones entre expertos y nova- tal como la he descrito, no hay manera de que usted pueda aprender nada de chino
tos antes referidas, la automatización de conocimientos permite convertir tareas manipulando esos símbolos.
complejas en ejercicios rutinarios, realizados con toda facilidad y sin apenas La parábola de SEARLE (1984) está dirigida a mostrar la imposibilidad de
consumo de recursos cognitivos ( POZO y PÉREZ ECHEVERRÍA, 1995). La recupe- que los sistemas artificiales de conocimiento, meras máquinas de asociar o
ración de conocimientos condensados y empaquetados de la memoria perma- computar, que carecen de estados mentales y conciencia, puedan comprender
nente por procesos de reconocimiento a partir de indicios adecuados (uno de nunca lo que hacen, y ha dado lugar a una amplia polémica (POZO, 1989; RIVIÈ-
los tipos de recuperación tratado en el próximo capítulo) convierte las tareas RE, 1991). Sin embargo, aquí sirve para otro propósito conectado, mostrar que
más complejas en rutinas sobreaprendidas. Pero el aprendizaje no puede redu- comprender es algo más que aprender a juntar cada una de las partes que com-
cirse a una automatización rígida. Los expertos no son “autómatas” que repitan ponen el puzzle. La comprensión requiere no tanto juntar o yuxtaponer los
una y otra vez, de forma ciega, la misma conducta. La automatización de cono- elementos de información como organizar esos elementos, relacionándolos
cimientos sirve para liberar recursos cognitivos que pueden dedicarse a otras dentro de una estructura de significado. Intente el lector aprender el siguiente
tareas más complejas sobre las que ejercer el control y para las cuales las con- texto:
ductas automatizadas son meramente instrumentales, nunca un fin en sí mis-
Una vez que se ha estado moviendo simplemente en torno a un sistema de baja in-
mas. El médico especialista, el jugador de ajedrez o simplemente el buen afi - tensidad, por ejemplo, como normalmente suele hacerlo, puede seguir moviéndose
cionado al fútbol o a la cocina mediterránea no sólo tienen conocimientos con- predominantemente hacia esa baja. Esta se llenará rápidamente convirtiéndose en
densados y automatizados, producto de un aprendizaje asociativo, sino que seguida en una alta, después de lo cual lo que se ha acumulado saldrá hacia afuera,
también pueden comprender y dar significado a lo que hacen, al haber cons- dejando una baja profunda hacia la cual se precipitará por segunda vez antes de salir
truido modelos y teorías desde los que interpretar sus aprendizajes. de nuevo. La cadena exacta de sucesos será más complicada debido al efecto
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

amortiguador omnipresente de la rotación. Habrá fluctuaciones violentas de inten- texto trata de las altas y bajas presiones que producen los cambios y perturba -
sidad que producirán a su vez nuevas fluctuaciones. La teoría nos dice que el pe - ciones meteorológicos, formando parte de un ciclo climático (caótico, añadirá
ríodo de una oscilación (el cambio de una baja a una alta y nuevamente a una baja) LORENZ , 1993, pero eso es otra cuestión). Sin duda, todos hemos vivido muchas
será comparable a un día. veces la sensación de leer un texto (sea sobre el origen del Universo, las osci -
Tal vez si se repite muchas veces se pueda lograr condensar y automati- laciones del precio del dinero o las teorías conexionistas del aprendizaje) o
zar semejante trabalenguas (cosa que francamente no recomiendo). Pero tal incluso unas instrucciones (para programar el video, para montar una estantería
aprendizaje será poco duradero y proco transferible, es decir, poco eficaz, se- o para revisar el filtro de la lavadora) sin entenderlo realmente, sin poderlo
gún los criterios establecidos en el capítulo 3. Realmente lo que puede ayudar a conectar de modo significativo con conocimientos previos.
aprender mejor ese texto es comprender de qué trata. ¿Qué es esa cosa que se De hecho, esta es una experiencia demasiado habitual en la práctica de
mueve, se acumula y se precipita? ¿Y esas intensidades altas y bajas en qué los aprendices, que se ven obligados a “condensar” textos y materiales de
consisten? ¿Y qué rotación es esa que amortigua el efecto? ¿Pero qué efecto? aprendizaje, devolviendo, como en la habitación china, palabras in mucho sig-
Por procesos de aprendizaje asociativo, por repetición, el lector no llegará nun- nificado para ellos. Como indiqué al comienzo de este capítulo, cuando la si -
ca, como sucedía en la habitación china, a entender nada. Se necesita un apren- tuación de aprendizaje se vuelve adversa, porque no entendemos qué tenemos
dizaje distinto, constructivo, que se base en comprender el significado del ma- que aprender, porque no nos interesa, o porque no tenemos tiempo para apren-
terial y no sólo en intentar “copiarlo” literalmente con más o menos fortuna. derlo, recurrimos a procesos de aprendizaje asociativo, más primitivos, y me-
Ese aprendizaje constructivo se dirigirá a extraer el significado del texto, de ahí nos vulnerables (PINILLOS, 1975). Si queremos evitar, como aprendices o como
que se le llame también aprendizaje significativo ( AUSUBEL, NOVAK y HANE- maestros, estas frecuentes regresiones a nuestros aprendizajes más primarios,
SIAN, 1978; CARRETERO , 1993; COLL , 1986; POZO, 1992). ¿Cuál es el significado debemos comprender las condiciones que debe reunir una situación de apren -
del texto? ¿De qué trata realmente? La clave para recordar un mayor número dizaje para favorecer la comprensión mediante procesos constructivos.
de ideas del texto es logar formarse una idea general sobre su contenido. Y
tampoco es fácil, ya que el texto es bastante abstracto. El lector sólo podrá Las exigencias cognitivas del aprendizaje constructivo
entenderlo –aumentando sin duda su recuerdo de él si alguien mañana le pre-
guntara qué ha estado leyendo- si es capaz de activar alguna idea general a la Los requisitos necesarios para que se produzca un aprendizaje construc-
que vincular lo leído. Esa idea deberá extraerla de su bagaje conceptual de tivo, dirigido a la comprensión, son más exigentes que aquellas fáciles condi-
conocimientos previos. Esta es la idea central del aprendizaje constructivo: se ciones requeridas por el aprendizaje asociativo. A partir de las ideas de AUSU-
BEL, NOVAK y H ANESIAN (1978) y de otras consideraciones, la figura 6.3 esta-
trata de un proceso en el que lo que aprendemos es el producto de la informa -
ción nueva interpretada a la luz de, o a través de lo que ya sabemos. No se trata blece las principales condiciones que deben cumplirse para que se produzca un
de reproducir información, sino de asimilarla o integrarla en nuestros conoci - aprendizaje constructivo.
mientos anteriores. Sólo así comprendemos y sólo así adquirimos nuevos signi- Comenzando por las características que debe tener el material de apren-
ficados o conceptos. De alguna forma comprender es traducir algo a las propias dizaje para que pueda ser comprendido, la principal exigencia es que tenga una
ideas o palabras. Aprender significados es cambiar mis ideas como consecuen- organización conceptual interna, es decir, que no constituya una lista arbitraria
cia de su interacción con la nueva información. de elementos yuxtapuestos. Cuando aprendemos un número de teléfono, no
Así, si a estas alturas el lector aún no ha logrado dar significado al texto existe una relación lógica entre una cifra y la siguiente, sino que la relación
anterior (adaptado de LORENZ, 1993, pág. 99 de la trad. cast.), le ayudará a entre ellas es arbitraria o casual. Por eso no es muy sensato preguntarse por qué
comprenderlo y desde luego a recordar su significado saber que lo que se mue- una persona tiene ese número de teléfono y no otro. No hay nada que com -
ve en ese texto vaporoso es el aire, que lo que fluctúa, sube y baja es la presión prender en un número de teléfono, es algo arbitrario. Lo mismo sucede con
del aire, y que lo que rota incansablemente es la Tierra, y que en definitiva el muchos materiales de aprendizaje. Aunque existen unas reglas mínimas, la
mayor parte de los conocimientos ortográficos son meramente arbitrarios. A no
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Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

ser que tengamos un amplio y profundo conocimiento de la etimología de las cimientos previos y motivación deben tenerse en cuenta, de acuerdo con la
palabras, su ortografía no puede comprenderse. Otro tanto puede suceder con figura 6.3, para diseñar las actividades de aprendizaje.
la fonética de lenguas extranjeras como el inglés o con las teclas que hay que
apretar para conseguir que este documento se archive en el disco duro del or- Condiciones del aprendizaje constructivo
denador.
Mientras que la limitación en el aprendizaje asociativo depende sobre
todo de la cantidad de material presentado, las restricciones para la compren- Relativas al material Relativas al aprendiz
sión dependen más de la organización interna de ese material. Sólo podrán
comprenderse aquellos materiales que estén internamente organizados de for-
ma que cada elemento de información tenga una conexión lógica o conceptual
con otros elementos. Así, frente a los aspectos ortográficos, las reglas gramati- Organización
interna Vocabulario y Conocimientos Predisposición
cales o sintácticas de una lengua extranjera pueden y deben ser comprendidas. terminología
(estructura previos sobre el favorable hacia
Lo mismo sucede con un texto sobre los cambios producidos por la Revolución lógica o adaptados al tema la comprensión
Industrial en las necesidades sociales de educación y aprendizaje, con el mon - conceptual alumno
taje de un circuito eléctrico o con la preparación de una paella (tienen una se- explícita)
cuencia lógica que hay que respetar y a ser posible comprender). Mientras que Búsqueda del
la información arbitraria, que sólo puede aprenderse por procesos asociativos
(aunque podamos utilizar alternativamente algún recurso mnemotécnico que

nos ayude a recordarla mejor, como se verá en el capítulo 11), es como una Significado Sentido
cadena, cada elemento unido al eslabón siguiente, en fila india, de forma que si
perdemos un eslabón ya no podemos recuperar el resto del material, la infor-

mación organizada se parece más a un racimo de uvas, o a un árbol de conoci- de lo que se aprende
mientos (como los que representan la organización semántica de la memoria
permanente, tal como ilustraba la figura 5.4), en los que podemos establecer FIGURA 6.3. Condiciones o requisitos para que se produzca un aprendizaje cons -
relaciones diversas entre los elementos y recorrer diferentes rutas para recupe- tructivo a partir de Ausubel, Novak y Hanesian (1978) (Adaptado de Pozo, 1992).
rar el conocimiento. De ahí que, como quedó dicho en el capítulo 3 y justifica-
ré con más detalle en el próximo capítulo, el aprendizaje constructivo produzca
una recuperación más duradera y transferible que el aprendizaje asociativo. Para que un aprendiz comprenda un material conviene que tenga una ac-
Además de requerir que el material de aprendizaje tenga una estructura titud o disposición favorable al aprendizaje constructivo. Normalmente com-
conceptual explícita, conviene que la terminología y el vocabulario empleado prender requiere más esfuerzo, supone más consumo de recursos cognitivos,
no sea excesivamente novedoso ni difícil para el aprendiz. Hay que dosificar la que repasar simplemente ( ALONSO TAPIA, 1995; NOVAK y GOWIN, 1984). Como
aparición de términos tan opacos como contingencia, chunk, conexionismo o se verá en el próximo capítulo, el aprendizaje constructivo está más ligado a un
interferencia proactiva, y si es necesario incluirlos, explicar e ilustrar su signi- aprendizaje autónomo, cuya meta fundamental es el deseo o interés por com -
ficado de un modo comprensible para el lector, es decir, conectándolo con sus prender, que a una motivación guiada por recompensas externas al propio
conocimientos previos. En suma, el material no sólo debe estar organizado en aprendizaje. Comprender algo requiere mayor implicación personal, mayor
sí mismo –la mayor parte de los materiales de instrucción, sea una lección, las compromiso en el aprendizaje, que seguir ciegamente unos pasos marcados,
instrucciones para usar una olla o un texto científico, presumen de estar bien obedeciendo el dictado de unas instrucciones. Comprender implica, en mayor o
organizados- sino que debe estar organizado para los aprendices, cuyos cono- menor medida, una construcción personal del significado de la tarea. Dos per-
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

sonas que reproducen algo intentarán reproducirlo igual. Comprender es siem- Alrededor de cien segundos después del big-bang, la temperatura habría descen-
pre traducir un material a las propias palabras, reconstruirlo a partir de los pro- dido a mil millones de grados, que es la temperatura en el interior de las estrellas
pios conocimientos almacenados en la memoria permanente. Así, este párrafo, más calientes. A esta temperatura protones y neutrones no tendrían ya energía su -
y no digamos el capítulo o el libro en su conjunto, tienen tantos significados ficiente para vencer la atracción de la interacción nuclear fuerte, y habrían comen -
zado a combinarse juntos para producir los núcleos de átomos de deuterio (hidró -
como lectores potenciales que traten de reconstruirlo (para algunos será una
geno pesado), que contienen un protón y un neutrón. Los núcleos de deuterio se
defensa desmedida del constructivismo, para otros una posición tibia y eclécti-
habrían combinado entonces con más protones y neutrones para formar núcleos de
ca; habrá incluso quien lo encuentre carente de significado, de conexión lógica helio, que contienen dos protones y neutrones, y también pequeñas cantidades de
entre sus partes, o, por el contrario, con demasiada densidad o significado). un par de elementos más pesados, litio y berilio.
Cada lector construye su propio libro, como cada espectador construye
su película y la degusta luego en la memoria, esa pantalla privada que tenemos Al sacar estas líneas del contexto general del libro, a no ser que el lector
en la trastienda, porque cada lector o espectador, como cada aprendiz, intenta tenga unos notables conocimientos sobre química o astrofísica, el texto puede
dar significado a partir de los conocimientos previos que activa desde su me- parecerle tan oscuro y denso como un agujero negro. Como muestran estos
moria permanente. Esta es otra condición para que se produzca un aprendizaje ejemplos, para que haya aprendizaje significativo es necesario que el aprendiz
constructivo. El texto presentado unas páginas más atrás, aun poseyendo una pueda relacionar el material de aprendizaje con la estructura de conocimientos
organización lógica, debió de resultar incomprensible para muchos lectores, que ya dispone. Siempre que una persona intenta comprender algo –sea un
afanados en aprenderlo, tal como se les pedía, hasta que no lograron conectarlo maestro que se pregunta por qué los aprendices tienen dificultades especiales
con un conocimiento previo recuperado de su memoria permanente gracias a la para entender la naturaleza corpuscular de la materia o del propio aprendiz que
información recibida (el texto trata de cambios en la presión atmosférica). A intenta comprender la transformación de un líquido en un gas- necesita activar
partir de ella, es posible proporcionar una organización a lo que parecían fra- una idea o conocimiento previo que le sirva para organizar esa situación y dar-
ses deslavazadas o inconexas (el texto se insertó con esta función ilustrativa, le sentido. En los últimos años se han desarrollado considerablemente los estu-
pero me temo que muchos lectores hayan sufrido ya esta experiencia en más de dios sobre los conocimientos previos de maestros y, sobre todo, aprendices, en
una ocasión a lo largo del libro, sin que yo lo pretendiera y por consiguiente sin muy diversas áreas. Sabemos mucho sobre los conocimientos previos que tie-
que luego, hábilmente, lo remedie). Basta con que nos digan de qué trata el texto nen los aprendices (y a veces los maestros) en diversos dominios de conoci-
para que activemos ese conocimiento del que ya disponemos, de modo que cada miento (a partir, por ej., de la excelente síntesis de VOSS, WILEY y CARRETERO ,
una de las partes del mismo cobra significado. De nada valdría el título si 1995), como el conocimiento científico (por ej., BLACK y LUCAS, 1993; DRIVER ,
hiciera referencia a un conocimiento que no poseemos, tal vez a algu- nos GUESNE y TIBERGHIEN, 1985; DRIVER et al., 1994; POZO et al., 1991), el conoci-
lectores les haya sucedido, aun sabiendo su contenido siguen sin entender- lo; miento sobre la sociedad y su evolución histórica (CARRETERO, POZO y ASENSIO,
esta es una experiencia muy frecuente para muchos aprendices que se en - 1989; CARRETERO y V OSS, 1994; DELVAL, 1994: RODRIGO, 1994), el conocimien-
cuentran párrafos o apartado de sus libros de texto encabezados por títulos tales to matemático (GÓMEZ GRANELL y FRAILE, 1993; PÉREZ ECHEVERRÍA, 1994; RES-
como “La estequiometria” o “El pleistoceno”, que les sugieren aún menos que NICK y FORD, 1981), el uso de las tecnologías ( N ORMAN, 1988), la producción
el propio contenido del texto. No se trata sólo de saber de qué va a tratar el artística (GARDNER, 1982; EISNER , 1985), las habilidades motoras (RUIZ, 1994),
texto; la terminología y las ideas expresadas deben ser acordes con los cono- la ética y la moral ( DÍAZ-AGUADO, 1990; TURIEL, 1983) o incluso el conoci-
cimientos previos de los aprendices. Intente si no el lector comprender el si- miento religioso y teológico ( HUEBNER , 1985). Y por supuesto conocemos al-
guiente texto, tomado de la Historia del tiempo de STEPHEN H AWKING (1988, gunos de los modelos o teorías implícitas sobre el aprendizaje y la instrucción
pág. 158 de la trad. cast.), que pretende divulgar la teoría del big-bang sobre el con los que aprendices y maestros se acercan a las tareas de aprendizaje
origen del Universo: (CLAXTON, 1990; STEVENSON y PALMER , 1994; un resumen puede encontrarse en
el próximo capítulo).

11
Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

Esos conocimientos previos son, en su inmensa mayoría, si no en su to- pretenden dar cuenta, de los desajustes entre mapa y territorio, volviendo a la
talidad, resultado de aprendizajes anteriores, abarcando toda la gama de apren- metáfora adoptada en el capítulo 2 al presentar el enfoque y nueva información
dizajes esbozada en el capítulo 4, desde los conductuales o sociales, a los con- puede percibirse mejor a partir de la analogía que sugieren DRIVER , GUESNE y
ceptuales y procedimentales. La mayor parte de esos conocimientos previos TIBERGHIEN (1985):
tienen una naturaleza implícita, más que explícita ( POZO et al., 1991, 1992; Consideremos lo que puede suceder cuando un chico nuevo llega a una
RODRIGO, 1994), al haberse adquirido a través de la detección de regularidades clase. Cuando llega hay varias posibilidades que pueden ocurrir: puede no rela-
en el ambiente, a la que me he referido anteriormente, en forma de teorías im- cionarse en absoluto con los otros estudiantes y permanecer aislado; puede
plícitas (en el capítulo 8) o por mecanismos de influencia e identificación so- unirse a un grupo que ya existe; o su presencia puede provocar una reorganiza-
cial como representaciones sociales (cuyo aprendizaje se abordará en el capítu- ción de los grupos de amigos de la clase en su totalidad. El mismo estudiante
lo 9). Otros conocimientos previos tienen, en cambio, su origen en situaciones podría además integrarse de modo distinto en función de la clase que lo reciba.
de aprendizaje explícito producidas en contextos instruccionales, haciendo Lo mismo sucede con el aprendizaje constructivo. Dependiendo no sólo
necesaria una cuidadosa construcción de las secuencias instruccionales en las de la naturaleza de la relación existente sino sobre todo del grado en que el
que esos conocimientos se recuperen. La naturaleza de esos diversos conoci- aprendiz tome conciencia o reflexione activamente sobre los conflictos entre
mientos previos variará en función de los procesos de aprendizaje mediante los sus conocimientos previos y la nueva información, podemos encontrarnos con
que se hayan adquirido (sobre los que puede profundizarse más en POZO et al., diversos procesos, que implican diferentes niveles de construcción. De modo
1991, o RUSSELL, 1993). Pero, sea cual sea su origen, cuando esos conocimien- sintético, a partir de los procesos de equilibración del conocimiento propuestos
tos previos se utilizan, muchas veces de modo implícito, para organizar y dar por PIAGET (1975), pero también de los procesos de aprendizaje postulados por
sentido a nuevos aprendizajes, su interacción con los nuevos materiales de los teóricos del esquema ( N ORMAN, 1982) y por otros autores (véase POZO ,
aprendizaje acaba, mediante procesos de construcción dinámica, por modificar 1989), se pueden establecer cuatro niveles de construcción (o reconstrucción)
esos conocimientos previos, haciendo que a partir de ellos se construyan nue- de los conocimientos previos como consecuencia de esa asimilación de nueva
vas representaciones. Sin embargo, el producto de ese aprendizaje constructivo información.
varía en función de la naturaleza de esa interacción y de los procesos construc- Lo primero que puede suceder sin duda es que esa asimilación (o cons-
tivos que se generen a partir de ella. trucción estática según el concepto usado en el capítulo 2) no dé lugar a ningu-
na acomodación (o construcción dinámica), es decir, que el aprendiz no detecte
Los procesos de construcción del conocimiento ningún conflicto que justifique modificar, aunque sea mínimamente, sus cono-
cimientos previos. Por tanto no habrá ningún aprendizaje constructivo. Esta
Cuando una nueva información es procesada u organizada a través de situación, de escaso relieve teórico, es sin embargo muy frecuente en situacio-
ciertas estructuras de conocimiento previo el grado de reconstrucción a que se nes de aprendizaje real, ya que, al ser la mayor parte de los conocimientos pre-
ven sometidas esas estructuras depende de cómo perciba el aprendiz la relación vios implícitos más que explícitos, los aprendices no suelen percibir su falta de
entre esa nueva información y sus conocimientos previos. En lugar de ser un ajuste a la “realidad” ( POZO et al., 1992).
proceso automático de reforzamiento o consolidación de los conocimientos que Pero también puede suceder, a poco que el aprendiz se vea forzado a re-
tienen éxito, como en el caso del aprendizaje asociativo, la construcción de flexionar sobre sus propios conocimientos implícitos, que detecte alguna pe-
conocimientos requiere tomar conciencia de las diferencias entre esa nueva queña anomalía, un desfase, que pueda incorporar a través de procesos de cre-
información y las estructuras que intentan asimilarla o comprenderla. Mientras cimiento, utilizando la terminología de NORMAN (1982) por ser más clara que la
que los procesos asociativos se apoyan en el éxito de aprendizajes anteriores, de PIAGET (1975), como una excepción o una información adicional que añadir
incrementando su probabilidad de ocurrir, los procesos constructivos tienen su a su esquema o estructura cognitiva. Por ejemplo, volviendo al oscuro texto
origen en la toma de conciencia de los fracasos, o desequilibrios en la termino- presentado en la página 157, tal vez el lector, tras descubrir el contenido signi-
logía de PIAGET (1975), entre las representaciones y la “realidad” de la que ficativo del mismo, incorpore como información adicional a su esquema de
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

cambios en la presión atmosférica la influencia de la rotación de la Tierra, de la dado de conocimiento. Tal vez a muchos lectores el dichoso texto al que veni-
que nunca había sido consciente. Con frecuencia, los procesos de crecimiento mos regresando una y otra vez, aún después de conocer su contenido, siga pa-
sirven para dar cuenta de las anomalías o desajustes entre las estructuras cogni- reciéndoles igualmente opaco, pero puede también que genere en ellos la nece-
tivas y la información recibida, en forma de “excepciones que confirman la sidad de reconstruir sus nociones de presión atmosférica y cambio meteoroló-
regla” (POZO, 1989). Cuando sucede un imprevisto (por ejemplo, los objetos no gico, para lo que no bastará con leer ese texto; la reestructuración es un proce-
caen como esperamos o un aprendiz rinde de modo distinto a nuestras predic- so, no un momento en el aprendizaje. Asumir la teoría newtoniana sobre el
ciones) podemos buscar una explicación ad hoc de esa anomalía, que tiene por movimiento de los objetos, la teoría corpuscular de la materia o la psicología
finalidad preservar, con el menor cambio posible, nuestras estructuras concep- cognitiva del aprendizaje puede requerir un profundo cambio conceptual (cuya
tuales. En la evolución del conocimiento científico LAKATOS (1978) habla de dinámica se trata en el capítulo 10), que, como hemos visto, se apoya en otros
modificaciones en el cinturón protector de una teoría con el fin de preservar su niveles de construcción anteriores que no sólo van facilitando sino que van
núcleo duro cuando se ve enfrentada con datos que la contradicen. creando la necesidad de esa profunda reestructuración de nuestros conocimien-
Cuando esas anomalías se hacen frecuentes, se va haciendo más difícil tos. Como quedó dicho en el capítulo 2, la importancia del aprendizaje por
atribuirlas a factores externos a nuestros conocimientos previos o teorías. Se reestructuración no reside tanto en su frecuencia (por fortuna es mucho menos
hace necesario un ajuste de esos conocimientos previos, que se logra por pro- frecuente que otras formas de aprendizaje asociativo y constructivo de efectos
cesos de generalización (extensión del ámbito de aplicación de un conocimien- más leves) como en la profundidad de los cambios que genera. Los terremotos
to previo) o de discriminación (reducción de ese ámbito de aplicación). En son infrecuentes pero no por ello menos importantes para las comunidades que
general tiende a ser más fácil discriminar (construir una estructura o categoría los viven, que tardan largo tiempo en reconstruir su vida y adaptarse a la nueva
nueva, por procesos de escisión, diferenciada de la anterior, que englobe a todas situación.
las excepciones) que generalizar (integrar las excepciones generando una nueva Este proceso de construcción gradual del conocimiento, desde el simple
categoría más general a partir de varias categorías ya existentes). El aprendiz crecimiento (que resulta claramente compatible con los procesos de aprendiza-
de física puede verse obligado a diferenciar entre velocidad y acelera- ción para je asociativo, dada su naturaleza acumulativa y escasamente organizativa) has-
dar cuenta del extraño comportamiento de los objetos que caen ( PO- ZO, 1987; ta la más profunda reestructuración, ha sido estudiado en diversos dominios de
POZO y C ARRETERO, 1992). Volviendo al texto sobre la presión atmos- férica, conocimiento y con diversos enfoques, desde los ya mencionados procesos
puede diferenciarse ese tipo de presión de otras formas de presión o bien al piagetianos de la equilibración en el desarrollo cognitivo ( PIAGET, 1975), o el
contrario, generalizar, e intentar ver lo que tienen en común esas oscilacio- nes cambio conceptual en la historia de la ciencia ( ESTANY, 1990; LAKATOS, 1978;
de altas y bajas presiones con el funcionamiento de una olla a presión, o incluso THAGARD, 1992), hasta los cambios que tienen lugar como consecuencia del
con la influencia de la presión en la flotación de los cuerpos. aprendizaje y la instrucción (CHI, SLOTTA y DE LEEUW, 1994; POZO, 1989, 1994;
Sin duda esta última relación, la conexión entre situaciones inicialmente VOSNIADOU, 1994). El análisis de esos procesos constructivos en cada uno de
diferentes mediante la construcción de una nueva estructura conceptual que dé esos dominios sería demasiado prolijo. Pero una simple situación, nada extra-
cuenta de lo que tienen de común situaciones aparentemente tan dispares, es ña a la práctica cotidiana, puede ayudar al lector a entender mejor esos proce-
una vía para la reestructuración de esos conocimientos anteriores, el cambio sos. Imagine, pues, a un maestro que plantea a sus aprendices un examen que
más radical, y ocasional, que se produce como consecuencia del aprendizaje cree bastante difícil. Comienza a corregir los exámenes y se encuentra en pri-
constructivo. La reestructuración implica reorganizar todo el “árbol de cono- mer lugar con el de un estudiante que en ocasiones anteriores ha suspendido
cimientos” (THAGARD, 1992) de forma que lo que estaba en las raíces pase a ser claramente. Sin embargo, este examen está casi perfecto. ¿Qué ha sucedido?...
una rama o bifurcación o que, al revés, lo más periférico pase a ser central o confiese el lector, la respuesta inmediata es suponer que ha copiado, es decir,
fundamental. En la historia de los aprendizajes personales, como en la de las resolver el conflicto entre expectativa previa y datos mediante una respuesta de
teorías científicas, se producen cada cierto tiempo “revoluciones conceptuales” crecimiento, que no modifica en nada la teoría previa (ni sobre el examen ni
que reorganizan y cambian radicalmente nuestra forma de entender un dominio sobre ese aprendiz en particular), sino únicamente añade nueva información.
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Capítulo 6: La psicología cognitiva del aprendizaje

Ahora bien, el maestro sigue corrigiendo y se encuentra nuevos contraejem - enfrentemos a tareas de aprendizaje con ciertos rasgos característicos, propios
plos: otros estudiantes con historia de fracasos que hacen muy bien el examen. de esta nueva cultura del aprendizaje.
Posiblemente esta acumulación de conflictos, lleve a modificar la idea previa,
por ejemplo, sobre el examen, que resulta mucho más fácil de lo previsto, qui- Fomentando la construcción… a través también de la asociación
zás porque se trata de la simple aplicación de algoritmos sobreaprendidos, que
Ante la nueva cultura del aprendizaje, los maestros deben dedicarse al
no requieren de los aprendices tomar decisiones o planificar las tareas. La idea
negocio de la construcción y fomentarla en sus aprendices. Hay tareas y pro-
previa sobre los exámenes se ajusta, por procesos de diferenciación entre pro-
yectos de trabajo, más adecuados para ello que otros y desde luego se puede
blemas y ejercicios. También cabe pensar que en un futuro próximo nuevas
escribir un tratado, o varios ( ALONSO TAPIA, 1991; CARRETERO, 1993; COLL,
experiencias similares, nuevos conflictos entre lo esperado y lo encontrado,
PALACIOS y M ARCHESI, 1990; LACASA, 1994; MC G ILLY, 1994) sobre las formas
puedan llevar a ese maestro incluso a reestructurar su propia teoría implícita
más efectivas de lograrlo. Aquí mencionaré sólo algunos rasgos que deben
sobre el rendimiento de los “malos” aprendices, las causas de sus fracasos y la
tener las tareas de aprendizaje que quieran alejarse de la rutina del aprendizaje
forma en que se les puede ayudar a superarlos.
asociativo, propio de la cultura tradicional del aprendizaje que aún predomina
Hay dos rasgos principales que merecen ser destacados en ese proceso.
en numerosos contextos de instrucción. Como el desarrollo de estas ideas va
Se trata, como decía PIAGET (1975), de un proceso de equilibración, es decir, a
ser el objeto de buena parte de las páginas que aún le quedan por delante al
medida que accedemos a niveles de construcción más complejos el equilibrio
lector si tiene ánimos para ello, enviaré sólo seis “telegramas” encadenados:
entre conocimientos previos y nueva información es cada vez mayor. Es más
difícil encontrar situaciones que generen conflictos o desequilibrios a los ex-
(1) basarse más en la solución de problemas o tareas abiertas que en cum-
pertos que a los novatos en un dominio ( POZO y CARRETERO, 1992). Los exper-
plimentar ejercicios cerrados,
tos en un dominio tienen unas estructuras conceptuales más ajustadas a ese
(2) que induzcan al aprendiz a concebir el aprendizaje como un proceso de
dominio. Pero ese mayor equilibrio se debe a que sin duda han pasado por
hacerse preguntas más que de encontrar respuestas ya acabadas, elabo-
procesos de reestructuración –que multiplican los efectos de sus aprendizajes
radas por otros,
asociativos, tratados con anterioridad- producto de una mayor toma de con-
(3) fomentando la activación y toma de conciencia progresiva de sus pro-
ciencia sobre su propio conocimiento. Aunque el experto disponga de muchas
pios conocimientos y la regulación de los propios procesos cognitivos en
rutinas automatizadas, que el aprendizaje ha acabado por volver en buena me-
el aprendizaje,
dida implícitas ( STEVENSON y PALMER , 1994), tiene también un mayor conoci-
(4) centrando el aprendizaje en los propios aprendices, de forma que lo per -
miento explícito, autorreferente, de las estructuras conceptuales desde las que
ciban como una tarea autónoma de la que deben hacerse responsables,
asimila las tareas de aprendizaje a las que se enfrenta. En suma, y este es el
que debe tener como meta principal aprender y profundizar en su propio
segundo rasgo general que quiero destacar, a medida que se accede a niveles
conocimiento y no sólo servir como vehículo para otras recompensas,
más profundos –o más elevado, como prefiera el lector- de construcción del
(5) evaluando el aprendizaje de forma divergente, fomentando la diversidad
conocimiento, la toma de conciencia va haciéndose cada vez más autorreferen-
de resultados, en lugar de buscar un rendimiento convergente, homogé-
te, se va dirigiendo cada vez más hacia el propio conocimiento y cada vez me-
neo y uniforme para todos los aprendices y
nos a la realidad que pretenden representar, cada vez más al mapa y no tanto al
territorio. Al fin y al cabo, el conocimiento científico, y en general el conoci - (6) diseñando el aprendizaje como una tarea de cooperación social dentro de
miento disciplinar complejo ( GARCÍA, 1995), no trata tanto de la “realidad” una comunidad de saber, en vez de, como señala irónicamente Carretero
como de los modelos que tratan de representar esa realidad. Dándole la vuelta a (1993), concebirlo siempre como un “vicio solitario”.
la idea de Koffka de que no vemos el mundo tal como es sino como somos Puede que en ciertos contextos de instrucción este tipo de organización
nosotros, construir implica por tanto verse a uno mismo reflejado en el mundo. del aprendizaje sea innecesario (por tener como meta exclusiva un aprendizaje
Y para que los aprendices y los maestros hagamos tal cosa se requiere que nos asociativo o repetitivo, como aprender a usar la fotocopiadora para una sola y
APRENDICES Y MAESTROS, La Nueva Cultura del Aprendizaje

simple tarea o aprenderse el N.I.F.) o poco viable, por las condiciones restrin-
gidas en que tiene lugar ese aprendizaje (que serán objeto de la Cuarta Parte del
libro). En esos casos (y en general también para todas las situaciones en que el
aprendizaje constructivo sea la meta prioritaria, que debería integrar otras
formas más elementales de aprender asociando) conviene recordar algu- nos
principios que deben regir el aprendizaje asociativo:

(1) Establecer las asociaciones o contingencias adecuadas entre las conduc-


tas de los aprendices y ciertos sucesos ambientales relevantes, de forma
que tiendan a favorecerse las conductas eficaces y a reducir su probabili-
dad las menos eficientes.
(2) Seleccionar aquella información que resulte funcional en otras tareas de
aprendizaje posteriores, en especial de naturaleza constructiva, propor -
cionando oportunidades adecuadas para su práctica reiterada y continua-
da.
(3) Fomentar la automatización y condensación de ese conocimiento ins-
trumental para nuevos aprendizajes, mediante ejercicios que integren ca-
da vez más información, diseñando, controlando y supervisando la prác-
tica de los aprendices, de forma que se les proporcione información ade-
cuada para corregir sus errores y mejorar la eficacia de sus rutinas.

Como vemos, mientras que estos últimos principios forman parte de la


tradición cultural más asentada desde épocas bastante remotas (capítulo 1) las
tareas dirigidas al aprendizaje constructivo implican profundos cambios, una
verdadera reestructuración, en la forma en que aprendices y maestros se acer-
can usualmente al aprendizaje, cambio que afecta a los motivos que tienen unos
y otros para aprender y a la propia concepción o enfoque desde el que se aborda
el aprendizaje. Cambios, en definitiva, también en algunos de los pro- cesos
auxiliares del aprendizaje, que son el objeto del siguiente capítulo.

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