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Tarea 3 - Seminario de Legislación - 1º C

Luis del Puerto

En el capítulo I del Estatuto del Funcionario Docente, el artículo 1 establece los requisitos para
ejercer la función pública. Varios de sus incisos ponen condiciones similares a las de otro cargo
público, como la edad requerida o el certificado médico de aptitud física y mental. Asimismo,
otros incisos establecen cuestiones de carácter moral o conductual, hay antecedentes "penales
y morales" que inhabilitan el ejercicio de la docencia (inciso c), y también se exige una
conducta acorde a las obligaciones del cargo (inciso d) y los fines del Organismo (en este caso,
la ANEP). Otra exigencia planteada, obviamente, es poseer el título de maestro para la
educación primaria y, para los demás subsistemas, título docente o probada idoneidad en la
materia, debidamente acreditada.

En el artículo 2, se habla de las formas de ejercer la docencia. Por lo que plantea el estatuto,
además de quienes lo hacen de manera directa -dictando clases, podríamos decir-, también se
comprende como ejercicio indirecto de la función docente a las direcciones, los orientadores,
adscriptos; a los que también alcanza este estatuto.

El segundo capítulo, comprende los artículos 3 y 4, que enuncian los derechos y deberes del
funcionario docente.

En torno a los deberes del docente, podemos distinguir una primera parte donde se habla de
su forma de ejercer la docencia, nuevamente hay un énfasis en los valores que debe mantener
un docente, sus conocimientos, su desempeño, el respeto al alumno y su autonomía. Podemos
ver aquí que buena parte de esta legislación se emparenta -o, mejor dicho, se inspira- en lo
que vimos sobre los principios de la Educación en la Constitución de la República.

Luego, el estatuto dispone un par de incisos que ahonda en la idea de un docente ecuánime,
que respete "la independencia de la conciencia moral y cívica del educando", favoreciendo la
valoración crítica de todas las posturas en el estudio de los temas de su asignatura y, por
supuesto, absteniéndose de utilizar su espacio de labor profesional con fines proselitistas.

Finalizando el artículo 3 sobre los deberes del funcionario docente, algunos incisos hablan
sobre su encuadre institucional, el docente debe respetar cierta línea jerárquica y respetar las
normas del Ente, tiene una autoridad y tiene cometidos a desempeñar definidos por la
institucionalidad educativa.

En los derechos del docente, se enuncian la libertad de cátedra -también consagrada en la


Constitución-, la libertad de conciencia y de opinión; dentro del marco de laicidad y sin que se
efectúe ningún tipo de coacción, lo que violaría las libertades del educando mencionadas
anteriormente. En el inciso c y d, vemos que el estatuto considera aspectos del desarrollo
profesional del funcionario docente, para lo que prevé un apoyo por parte de la ANEP, sin
perturbar el funcionamiento del servicio.
En la parte final del artículo 4, se expresan derechos como el de recibir una calificación por su
labor y acceder a su legajo, solicitar correcciones al mismo, o poder pedir un traslado. Estas
son garantías que brindaría el Ente al funcionario en su trabajo.

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