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Escuela de filosofía
Historia del pensamiento costarricense
Jessick Smith Corao B56904
El país de paz:
Los autores que se han ido citando a lo largo del presente texto señalan a la
idea de paz como constituyente de la identidad nacional costarricense. La cita de
Constantino Lascaris realizada al inicio del texto es un ejemplo de lo dicho, Molina
menciona que “la imagen de una república agrícola, igualitaria, pacífica y blanca […] es
una construcción cultural que se resiste a desaparecer” (2010, p. 2), la paz también se
reafirma como constituyente de la identidad nacional durante el arranque de lo que
se considera como Estado Benefactor.
Afirma Gólcher (1993):
La democracia y la paz se convierten en los elementos ejes
sobre los cuales el Estado benefactor va a centrar su elemento de
cohesi6n en torno a la identidad nacional. El discurso oficial basa la
identidad nacional alrededor de estos dos conceptos y se transmite
continuamente la perfección del sistema democrático vigente y la
paz económica y social que se disfruta. Ambos conceptos fueron
reforzados con un hecho clave, como lo fue la abolición del ejército
nacional y podemos decir que es sobre ellos que se ha sustentado
la identidad nacional costarricense hasta el presente. (p. 97).
La idea de paz se entiende entonces como inmutable a través de la historia de
Costa Rica, país donde se “quiere” que viva siempre el trabajo y la paz. El hecho de
que el país no tenga ejército ha servido incluso para alarde de que la nación
costarricense es pacifica, sin embargo algunas veces suceden actos que permiten
cuestionar tal manera de imaginar a la población costarricense. Así también Gólcher
menciona que el ideal de paz en la identidad nacional costarricense desarrolla una
noción de superioridad de Costa Rica con respecto a otras naciones
Afirma Gólcher:
Es notorio que, en este proceso de reafirmaci6n de los
elementos de paz y democracia, se reforzara un tercer elemento que
estuvo presente en la identidad nacional desde los primeros años de
vida independiente; el sentimiento de superioridad sobre otras
sociedades; ya no solo sobre los otros países del Istmo
Centroamericano, sino también sobre América Latina. (1993, p. 97).
Ahora bien, ¿es Costa Rica un país pacífico? La paz parece perderse con forme
avanza el tiempo en el país, el temor a los asaltos o al acoso callejero son
acontecimientos que perturban la tranquilidad de muchas personas comúnmente.
Problemas en los estadios de futbol terminan trágicamente con lesiones graves,
también acontece el suicidio infantil, corrupción sobre empresas cementeras, se
puede continuar nombrando actos que perturban aquello que se entiende como paz.
Puede que Costa Rica no sea el país más violento de América Latina, pero
pensar en la paz como constituyente de la identidad nacional no resulta ser el acto
más sincero que se puede realizar. Pensar en la población costarricense como pura
vida, o siempre con actitud de respeto ante la paz. Desde una perspectiva de índole
más filosófico se puede iniciar el cuestionamiento de si realmente existe algo como
la paz, si tal condición se puede dar en la sociedad humana. Tal cuestión no resulta
del todo pertinente en el presente texto, sin embargo es un problema que puede ser
comprendido a partir de cómo la paz constituye un imaginario de identidad nacional,
y no que es algo que se viva realmente en las calles de Costa Rica.
Conclusiones:
Considerando a la identidad nacional costarricense como producto de un
proyecto político fundamentado en la herencia europea que impulsa a la
desigualdad, se puede comprender cómo uno de los constituyentes de tal identidad
(la paz) resulta ser un agregado más en esas características que no resultar ser del
todo ciertas en la población costarricense, en conjunto con la blancura y la igualdad
en general que se ha tratado de imponer a partir de la identidad nacional. La
igualdad que se ha tratado de imponer a partir del Estado liberal de finales de siglo
XIX parece promover más la desigualdad a partir de la negación del otro, acto que
no se podría considerar como pacífico debido a su rechazo a las diferencias.
Para buscar una mejora en la sociedad costarricense hay que reconocer los
problemas, posiblemente no se puede solucionar lo que no se conoce, negar las
diferencias y problemas no es parte de la solución. Reconocer las diferencias y
problemas puede hacer que la paz en Costa Rica sea más posible que tratando de
convencer a la población de que el país ya es igual y pacífico.
Bibliografía:
Gólcher, E. (1993). Reflexiones en torno a la identidad nacional costarricense.
Anuario de Estudios Centroamericanos. 19 (2), pp. 91-99.
Lascaris, C. (1975). El costarricense. San José: Editorial Universitaria
Centroamericana.
Molina, I. (2002). Costarricense por dicha. San José: Editorial UCR.
Molina, I. (2010). Identidad nacional y cambio cultural en Costa Rica durante la
segunda mitad del siglo XX. San José: Editorial UCR.
Montero, M. (1984). Ideología, alienación e identidad nacional. Caracas:
Ediciones de la biblioteca de la Universidad Central de Venezuela.
Sojo, C. (2013). Igualiticos: la construcción social de la desigualdad en Costa
Rica. San José: EUNED.
Víquez, P. (1979). El pensamiento liberal, Antología. San José: Editorial UCR.