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1.

LA EPISTEMOLOGÍA COMO FUNDAMENTO DE LA REFLEXIÓN


PEDAGÓGICA.

1.1 CONCEPTUALIZACIÓN DE EPISTEMOLOGÍA Y DE EPISTEMOLOGÍA DE LA


PEDAGOGÍA

Ante el espejo de la existencia y la realidad humana, el hombre se enfrenta a una


multiplicidad de datos que le dicen algo de su ser. Que lo definen y le permiten tomar
partido respecto a aquellas realidades que no le son propias, o que asocia a su
conocimiento, es decir, aquellas situaciones o eventos que le permiten afirmar,
negar o poner en duda su existencia. De manera que las grandes preguntas que el
hombre hace, son: ¿quién soy, qué se, qué conozco, qué puedo saber?, de estos
cuestionamientos se encarga la teoría del conocimiento, mientras que la
profundidad que permite comprender el proceso de cómo se da el conocimiento, le
corresponde a la epistemología.

Así mismo, de la epistemología de la pedagogía pueden tomarse dos perspectivas


que la definirán, una que se orienta al reconocimiento que involucra la relación entre
las teorías y la práctica como tal; y la otra que le da actualidad, vitalidad, y que se
orienta a la comprensión de las relaciones de complejidad que involucran no solo al
educando respecto a lo que aprende, si no que mira el contexto en que se da el
conocimiento para resolver situaciones problema del entorno y del quehacer
pedagógico.

Por la importancia de los conceptos y su compresión como fundamento, se hace


necesario hacer una profundización por separado.

1.1.1 Epistemología.
Sobre epistemología se ha escrito ampliamente, los diccionarios definirán el término
por sus raíces etimológicas, el vocablo proviene del griego (episteme),
conocimiento, y - (logía) estudio. La epistemología estudia la naturaleza y validez
del conocimiento.

“El conocimiento es inherente a la vida y la supervivencia de las especies. Cada una


de ellas, en función de su nivel de desarrollo biológico, requiere de conocimientos,
mínimos y elementales en algunas de ellas, y más complejos a medida que
desarrollan su sistema nervioso. De lo que no hay duda es que no se puede vivir sin
conocer.” (Ballester Brage & Colom Canellas, 2012, pág. 17)

Abarca (pág. 7), en teoría del aprendizaje constructivista hace una aproximación:
Epistemología significa “discurso sobre la ciencia”. El pensar (luego del enorme
trabajo de los antiguos y de los medievales), de filosófico, se vuelve científico. En el
siglo XX, el pensar, cada vez más frecuentemente, se ha acompañado y relacionado
con el pensamiento que se repliega sobre sí mismo, para examinar sus propios
mecanismos internos. Entonces, las definiciones usuales de epistemología son: 1)
el estudio del conocimiento, en el mundo anglosajón; 2) la doctrina de los
fundamentos de la ciencia (según las varias connotaciones), en el mundo científico;
3) la disciplina que se ocupa de las relaciones entre cada disciplina o materia de
estudio.

Ahora bien, tomando una posición como punto de partida, es necesario tener en
cuenta que el estudio filosófico de la naturaleza y el alcance de lo que podemos
saber, es lo que se conoce como teoría del conocimiento o gnoseología, es una
visión más general del conocimiento, mientras que la epistemología tiene una
relación más específica, no mira al objeto en si, como algo que se puede conocer,
o de lo que se puede saber, si no que va a la base y hace la pregunta kantiana,
¿Cómo es posible el conocimiento?. Ballester (2012, pág. 17), lo explica en los
siguientes términos: La cuestión epistemológica, no incide tanto en el conocer -
¿Qué es conocer, o qué es el conocimiento?- cuanto en las relaciones que se
manifiestan entre el conocer y el saber. De hecho conocer y saber no es lo mismo
aunque el segundo depende de la existencia previa del primero.

1.1.2 Epistemología de la pedagogía.

En cuanto a la epistemología de la pedagogía es necesario aclarar que los


fundamentos aquí referidos tienen origen en de la propuesta de Edgar Morín sobre
el pensamiento complejo. De manera especial el Doctor Ramón Abarca (2002), que
por su amplia experiencia y estudio hace un aporte significativo, permite
conceptualizar la epistemología de la pedagogía en el siguiente desarrollo:

La epistemología pedagógica se puede entender como el estudio de la complejidad


interna de la pedagogía tanto en su presentación prognóstico-decisional como en la
diagnóstico-interpretativa. La epistemología pedagógica pretende reflexionar sobre
las modalidades con las que se puede estructurar tal complejidad, aun conservando
la unidad del saber fundamental, que es precisamente el pedagógico. Por ello, la
epistemología pedagógica asume el hecho de que la pedagogía sea un conjunto de
saberes y en cuanto tal más semejante a la ingeniería que a la medicina.

La epistemología de la pedagogía es una epistemología propia de un área


conceptual que debe resolver problemas prácticos, históricamente inaplazables. Por
tanto, la epistemología debe ser referida a la práctica, tiene como objeto propio no
la educación, sino más bien, la teoría; estudia las modalidades con las que los
saberes sectoriales entran a formar parte del área de saber pedagógico a fin de
ofrecer respuestas a los problemas educativos planteados por las situaciones
históricas; así mismo requiere la presencia simultánea de los cuatro momentos que
se han sucedido a lo largo de la humanidad:

1) Momento prelógico: aún no se habla de pedagogía, se da en la relación


establecida entre padres e hijos, para solucionar problemas de la cotidianidad.
2) Momento filosófico: al momento de resolver una tarea, se nota un problema
técnico evidente (decoración, espacios, materiales, costes, etc.), pero sobre todo,
hay la declaración de un estilo de vida, que, en definitiva, se define como una
“filosofía de la vida”.

3) Momento científico: después de la campaña larga y victoriosa conducida por los


científicos frente a la naturaleza, se considera que llegó el momento de colocar bajo
la investigación empírica también al hombre, tanto en su comportamiento individual
como en el grupal. El eco de la exigencia de Galileo por interesarse “ya no de las
esencias, sino de los afectos”, alcanza al hombre.

No se trata de razonar sobre la naturaleza humana, sobre el concepto de


personalidad, sobre los principios que rigen los diversos modos del “deber ser” para
la formulación de un estatuto ético; el interés se traslada a los aspectos constatables
del comportamiento humano que se hacen cada vez más notables respecto a los
definibles deductivamente. La educación ya no se afronta como un tema para
planificaciones, si antes no se estableció su configuración constatable
objetivamente. Todas las disciplinas que ofertan instrumentalización para recoger
datos se hacen interesantes para la pedagogía: al comienzo la psicología, luego la
psicología de la edad evolutiva, la clínica y la sociología. Hoy, se ha hecho más
compleja la acción del estudioso de epistemología que pretenda seguir
constantemente el desarrollo de la creciente articulación interna de la pedagogía.

4) Momento lingüístico: si en el área del saber pedagógico confluyeron disciplinas


tan diferentes, obviamente, cada una con sus propios métodos y sus propios
resultados, ésta se expresará con su propio lenguaje específico. Si la educación es
estudiada por la economía con el lenguaje económico y por la psicología con el
lenguaje psicológico, ¿en qué relación se pueden poner los dos lenguajes diferentes
que, por lo demás, deben concluir en el objeto idéntico, y al mismo tiempo,
conservar su especificidad y autonomía, para no traicionar sus propios resultados y
su capacidad significativa? El problema del lenguaje en pedagogía obligó a los
estudiosos a replantear completamente el status epistemológico de la pedagogía.

La interdisciplinaridad pedagógica no sólo se distribuye en referencia a los cuatro


momentos considerados, sino que cada uno de éstos permanece abierto a la
creación de subsistemas culturales con especificación sectorial, y de esta forma, se
configura una segunda modalidad de calificación de la epistemología pedagógica.

Ahora bien, el doctor Abarca (2002) precisa que hasta el momento en que el saber
pedagógico se basaba en la deducción y no disponía de un adecuado instrumento
empírico-observador, la pedagogía fue predominantemente prospectiva y que en su
desarrollo histórico se notan dos grandes clases de proposiciones pedagógicas: las
prognósticas y las diagnósticas. Cuando el pensar científico tomó en consideración
también al hombre, como objeto de la propia investigación, entonces se abrió el
camino para una pedagogía diagnóstica cuyas características estructurales son
profundamente diferentes.

En cuanto a la pedagogía prognóstica, implica una planificación del hombre para el


futuro, mientras que la pedagogía diagnóstica, una elaboración conceptual más
exacta, tanto respecto a los datos con que se opera como respecto a situaciones
hipotetizables. (Abarca Fernández, 2002, págs. 6-12).

1.2 EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO.

El problema radica en la discusión sobre cuál es la fuente y validez universal del


conocimiento. El debate se centra en tres tópicos, el primero está en la definición y
conceptualización del sujeto, el segundo se orienta a la validez de la fuente y el
tercero, a la relación sujeto –objeto.

1.2.1 El sujeto.
En cuanto al sujeto y debido a que sólo en algunos ambientes intelectuales se debate
o se toca el tema, en el contexto del común de las gentes, éste no trasciende, no
importa, no tiene sentido, como no tiene sentido pensarse como sujeto, ni tampoco
pensar, lo cual es ya un problema.

La ontología del ser reconoce que cada ente es sujeto en la relación con los objetos
que puede conocer. Ser objeto y sujeto son posiciones correspondientes en el más
alto nivel a la persona humana que es sujeto de los actos que siguen al conocimiento
de todos los seres con los que se relaciona, incluso sujeto consigo mismo en la
medida que se conoce (Borella, 2008), es decir, la definición del sujeto corresponde
a la relación que se pueda encontrar respecto al objeto que se conoce.

Desde otra perspectiva ha de precisarse: Al sujeto lo define su relación con el


entorno, en su contexto, inmerso en una cultura, por lo cual, en la medida que el
ser reconoce su realidad cultural, entonces es sujeto; en consecuencia, el
desinterés por los acontecimientos que marcan el devenir de una sociedad hace
que ésta carezca de sujetos, en tanto más haya un acercamiento a la realidad
contextual de la persona, puede decirse que hay conciencia de sujeto.

1.2.2 La fuente del conocimiento.

El segundo problema tiene que ver con la fuente del conocimiento, según sea
devenida de la razón o la experiencia.

Al hacer un juicio la lluvia moja el césped” los datos de la información proporcionada


son expresión del uso dado a los sentidos, - la vista, el tacto-, la experiencia, y de
manera tácita, a la relación interna causal de los acontecimientos narrados, la razón.
En esta breve descripción del juicio el problema está en la discusión ¿cuál de las
dos fuentes proporciona el contenido al conocimiento?
El racionalismo.

Nada que no haya pasado por el rasero de la razón es verdadero. El racionalismo


considera que el contenido de todo conocimiento es dado por la razón, su fuente no
puede estar en la experiencia o en los afectos, el conocimiento no es experiencia
aunque parta de ella y la explique, pues no se origina en ella.

El empirismo.

El espíritu del hombre es una tabla en blanco sobre la cual escribe la experiencia,
no hay conocimientos apriori como podría afirmar el racionalismo, es decir, no hay
conocimientos anteriores a la experiencia. La validez del conocimiento está en el
contenido que se percibe por los sentidos y se procesa en el intelecto como un
insumo que le permite al hombre apropiarse de su realidad y su ser.

Relación sujeto objeto.

El tercer problema planteado, está en la relación sujeto objeto, pues hay quienes
consideran que el sujeto es activo y causa del conocimiento sobre los objetos que
le son ajenos a él y por tanto los objetos son elementos para ser aprehendidos.
Desde otra perspectiva el objeto posee la información que le facilita al sujeto
identificarse y saberse el mismo, el sujeto siendo inanimado cobra actividad en
cuanto es información cognoscente y provoca al sujeto que conoce.

El problema fue tratado por la filosofía presocrática y hace referencia a la forma


como se percibe el ser, respecto a la sustancia, de donde se deduce que no hay
saberes universalmente válidos.

La filosofía antigua va a entrar en debate respecto a los presocráticos y considerará


la unidad entre saber y objeto. Ya en el siglo XVll al XVIII, el problema tiene que
ver con las ciencias naturales y se hace una distinción entre lo subjetivo de la
sustancia material que le es opuesta.

Con Descartes se descubre el yo, condición sobre la cual, no se puede dudar,


posteriormente Kant va a demostrar la estrecha relación existente entre el sujeto y
el objeto, y expresa que la objetividad es una forma de actividad del sujeto y solo se
conocen fenómenos. Desde la propuesta Hegeliana, sujeto y objeto son realidades
idénticas que se desarrollan en el espíritu absoluto como un proceso dialéctico de
auto reconocimiento; más adelante el materialismo dialéctico con Marx, va a referir
que el objeto es transformación y liberación del sujeto que se pronuncia como
actividad del sujeto frente al objeto, de manera que el conocimiento es un producto
de la relación sujeto objeto.

Así, cada momento en la historia de la filosofía y del pensamiento del hombre


debatirá y sacará sus conclusiones entorno al contenido y fuentes del conocimiento,
según sea la apropiación que se tenga de cómo el sujeto interviene ante el objeto y
su relación con la realidad que involucra a la persona en su contexto y cultura.

1.3 LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.

¿Es posible el conocimiento?, es la pregunta que surge como un imperativo, cuando


se trata el problema de la epistemología. A tal interrogante responde la filosofía
desde las siguientes posiciones epistemológicas: el escepticismo, dogmatismo,
solipsismo, relativismo y el criticismo.

El escepticismo.

Desde el concepto se argumenta que no es posible conocer, da una respuesta


negativa a la pregunta por la posibilidad de éste; y, al mismo tiempo que da razones
para dudar, pone en duda las razones con las que se justifica el conocimiento.
Gutiérrez (2003) encontró que, “Aunque esto parece una actitud extraña y
extravagante, a lo largo de la historia de la filosofía se han presentado argumentos
que abogan a favor de tal postura; y no sólo eso, si se analizan, ¡parecen
convincentes!, cita a Strawson y explica que el escéptico no es, estrictamente,
alguien que niega la validez de ciertos tipos de creencias, sino alguien que cuestiona,
aunque sea sólo al inicio y por razones metodológicas, que nuestras razones para
sostenerlas no son adecuadas, de la misma manera refuerza sus argumentos
refiriendo la raíz griega del sustantivo "escéptico" que viene del verbo griego
skeptomai que significa "examinar" o "considerar" cuidadosamente. (Toledo Garcia,
2004, págs. 4o -46)

Dogmatismo.

Un dogma es un enunciado que debe aceptarse por sí mismo sin ponerlo en duda,
por ende, es así y no de otra manera, sin más argumentos que los que da la razón.
El término viene del griego dogma, opinión, decisión. Filosóficamente, es la doctrina
según la cual las facultades cognoscitivas humanas pueden, de manera espontánea
y con plena certeza, alcanzar la verdad, es decir, afirma la posibilidad del
conocimiento.

El dogmatismo considera la plena confianza en la razón al momento de conocer,


pues la razón es la única que puede establecer la regla de la verdad, todos los
conocimientos son asumidos como verdaderos, aun la opinión y los que tienen que
ver con juicios de la fe.

El dogmatismo supone que lo real no es algo turbio, que no se pueda captar por la
razón humana, sino que está abierto y dirigido a ella, sin limitaciones. La adquisición
de la verdad se realiza con plena certeza, es decir, sin que se dé la posibilidad de
error siempre y cuando la facultad cognoscitiva actúe correctamente. (Biblioteca
católica digital).

Solipsismo.

Viene del latín solus ipse, que traduce uno mismo. Desde la postura epistemológica
del solipsismo, también se considera la posibilidad del conocimiento, desde ésta se
enuncia que lo único que uno puede saber es que solo existe uno mismo. Cazasola
(2007), hace algunas consideraciones que pueden ayudar a esclarecer el concepto;
afirma que como teoría gnoseológica es una de las radicales, señala que además
es una doctrina que no admite más realidad ni existencia que la del sujeto que
percibe; de manera que lo realmente existente y que se puede conocer, es la
conciencia del sujeto que percibe, lo que quiere decir que el mundo es del tamaño
de la mente que lo concibe; el sujeto es creado por la propia mente, como la realidad
en que se está inmerso. El solipsismo se fundamenta en el idealismo, como principio
que permite conocer el ser de una cosa en cuanto es percibido por el sujeto, por
alguien y ese alguien es Dios, de manera que si alguna cosa existe, es porque
continua siendo percibida por el absoluto eterno, es decir, Dios.

Relativismo.

Quienes han intentado delimitar el concepto de relativismo aseveran que es posible


un tipo de conocimiento relativo a un determinado grupo social o cultural, pero niega
el conocimiento absoluto o universal, sin embargo es peligroso llegar a generalizar
el concepto, pues el término ha llegado a significar tantas cosas que se complejiza
su definición y para algunos autores, incluso su utilidad.
Del Castillo encontró que el relativismo cabe entenderlo como el simple
reconocimiento de las diferencias de las formas de pensar y los modos de vida que
se han dado y que quizá aún se dan entre las sociedades y culturas humanas.

En este sentido, el relativismo sólo sería una de las virtudes cultivadas por la cultura
ilustrada y cosmopolita, unida a la capacidad de desapego y autocrítica, así como a
una saludable tolerancia. Por otro lado, según parece, se pinta al relativismo como
el origen de todos los males (la desvalorización de los valores, la destrucción de los
ideales universales de Verdad, Justicia e Igualdad, etc.). Por lo visto, la herejía
relativismo acaba con la racionalidad humana, con la igualdad, con todo... Pero ¿por
qué desde la era colonial los mismos portavoces de la Razón Universal no han
dejado de invocar el lema relativista de que «lo correcto» (o sea, «lo verdadero» en
términos de creencias, y lo «moralmente correcto» en términos de conductas) sólo
se puede entender como «lo correcto para una sociedad o cultura dada» (DEL
CASTILLO, Sf.)

El criticismo.

Desde la postura y la propuesta Kantiana, la pregunta que se formula el criticismo


al examinar las afirmaciones de la razón humana, no da cuanta de objetos
conocidos despreocupadamente, si no que se preocupa por los motivos del
conocimiento, no solo se preguntará si es posible el conocimiento, si no que irá más
profundamente y se cuestionará ¿Cómo es posible, el conocimiento?, la pregunta
refiere a la base de todo conocimiento, de ahí que el criticismo no sea escepticismo
ni dogmatismo, la pregunta es reflexiva y critica.

Parafraseando los preliminares de la crítica de la razón pura de Francisco Larroyo


(1987), publicados por la editorial Porruá, hay que reconocer que el criticismo es la
postura del pensamiento moderno más importante de la modernidad, Kant es su
creador, va más allá de formular una teoría del conocimiento.

Aunque el pensamiento ingles con Locke había planteado el tema de la naturaleza


del entendimiento humano, reconociendo los esfuerzos y alcances de este para
rechazar el escepticismo, no comprendió el lado positivo de la cuestión, en cuanto
se queda corto en las posibilidades creadas por la razón humana en ciencia y
moralidad, en arte y religión, en suma dentro de la cultura entera. De la misma
manera expresa que la filosofía critica de Kant descubre sus límites y los acepta,
fundado en los principios de ella, dando validez al saber científico y en
consecuencia: Kant enseña que las perspectivas del conocimiento científico son
inagotables, como lo ha llegado a señalar de manera dramática la ciencia
contemporánea. En cambio, hace ver que no es posible como ciencia el saber
metafísico tradicional, el saber acerca de Dios, de la inmortalidad del alma y de la
finalidad del universo. (Kant, 1987, págs. Xlll - XVll).

1.4 CONFIGURACIÓN CONCEPTUAL DE LA PEDAGOGÍA.

El saber pedagógico requiere de plantearse como una construcción de


comprensiones, es decir, se convierte en una estrategia analítica que lee y ve los
discursos, las prácticas y las instituciones de la educación, para comprender la
significación que se desprende de sus unidades, conceptos, políticas y el sentido
oculto implícito e invisible que posee, como se dirá en la introducción al libro
pedagogía y epistemología (2011, pág. 17).
1.4.1 Fundamento epistémico del saber pedagógico.

La pedagogía tiene autonomía con relación a las demás disciplinas que conforman
las ciencias de la educación, lo cual implica que su objeto se diferencie de manera
diáfana del que investigan otras disciplinas que tratan sobre el problema amplio y
genérico de la formación del hombre o de la transmisión social del conocimiento.

Así, el objeto del saber pedagógico son las prácticas pedagógicas del aula y de la
escuela en las que los sujetos se comprometen en la construcción del conocimiento,
como efecto que transforma el contexto de la escuela y la sociedad, por su novedad
o como reproducción de saberes ya aprendidos, sin perder de vista la relación que
se tiene y debe mantenerse con otras disciplinas. (Vargas, pág. 1 Sf.) Si bien la
pedagogía no se preocupa por los contenidos o las técnicas, se concentra en la
actividad sobre los valores para discernir desde ellos y para responder por ellos, de
ahí que sea un imperativo la experiencia para construir ideales, así como la manera
de materializarlos como apropiación del sujeto.

La pedagogia como la educacion, tienen preguntas espitemologicas distintas, pues


como se ha visto, la epistemología confronta y trabaja distintos temas, según el
contexto pedagógico en que se den. Ahora bien, la pedagogía implica ser entendida
como espacio educativo donde se dan relaciones del saber con su construcción y la
práctica.

1.4.2 Relación entre pedagogía y epistemología.

Encontrar el punto convergente donde la relación epistemología- pedagogía se


evidencie, implica reconocer lo dicho en el aparte de epistemología de la pedagogía
al inicio del módulo, sin embargo, cabe precisar que la pedagogía es saber
pedagógico, lo cual no quiere decir, que el saber pedagógico sea el nombre de
alguna teoría pedagógica que pueda remplazar la pedagogía, la educación, la
didáctica, las ciencias de la educación o el currículo; en este contexto se considera
saber pedagógico porque se ha asumido la pedagogía como saber. Esta
conceptualización facilitará que cualquier investigador de la educación se situé en el
conocimiento, como si estuviera en un campo abierto donde pudiera desplazarse e
identificar metas y limites desde las regiones más sistematizadas hasta los espacios
plurales que están en permanente intercambio entre sí.

En la relación existente entre pedagogía y epistemología, lo importante no es definir


la pedagogía como ciencia, como se desarrolla en las ciencias naturales, se trata
más bien, de un proceso particular donde el saber es el que permite establecer
puentes, caminos y encuentros con otros saberes y aun con otras disciplinas
formales. (Zuluaga, Echeverrí, Martínez, Quiceno, Saenz, & Álvarez, 2011, págs. 24-
29).

El saber es la categoría que remplaza la vieja noción de condiciones históricas,


sociales y políticas que se usaban para explicar que los objetos se producen en una
historia, un tiempo, un espacio y en relación a un problema. Estas condiciones
generales son mecánicas, abstractas y no dicen o no ubican el lugar preciso de
donde surgen o emergen los objetos del conocimiento. Por el contrario, la categoría
saber explica que un objeto, un concepto o un sujeto, se producen en una condición
de saber, es decir, primero que todo en un campo abierto y plural y no en una
disciplina. (Zuluaga, Echeverrí, Martínez, Quiceno, Saenz, & Álvarez, 2011, pág. 16).

Ahora bien, la relación entre pedagogía y epistemología, está en la comprensión de


cómo la teoría y el saber se relacionan para solucionar los problemas propios de la
educación. De manera que, el saber se constituye en herramienta para identificar el
problema y su forma.
1.4.3 Estatuto epistemológico de la pedagogía.

Al referir el término estatuto, da la impresión de ser un concepto altamente elaborado


que por sí mismo representa y da solides, lo cual da pie para que sea mal empleado.
Caminado bajo la guía conceptual del Dr. Nelson Campos Villalobos (2007, pág. Párr
1) Estatuto viene del latín stare, con el significado de estar en pie o estar firme, lo
que quiere decir que el conocimiento que posee o proporciona alguna ciencia tiene
validez científica y se asienta en la verdad, de manera que, el estatuto es el corpus
que da validez científica a una disciplina.

El siguiente gráfico presenta los requisitos de un estatuto epistemológico:

En cuanto a las ciencias de la educación, se presenta un problema, y es que no


tienen un estatuto epistemológico propio, como sí lo tiene la pedagogía, lo cual no le
da solidez, ya que no hay un corpus que las sustente a todas; lo mismo ocurre con
las ciencias sociales, no han resuelto a plenitud su estatuto epistemológico, con la
salvedad, que al estar enfrentadas a la complejidad humana, no se puede esperar
que se estructuren a semejanza de las ciencias duras, que tienen otros objetos de
estudio. Sin embargo, también hay que esperar que en las ciencias sociales exista
una rigurosidad científica en el tratamiento de los problemas, que sus conclusiones
puedan ser validadas y que los experimentos que realiza puedan ser repetidos por
otros investigadores, obteniendo similares resultados.

De esta manera Campos (2007), se acerca al estatuto epistemológico de la


pedagogía, afirmando que esta posee un estatuto epistémico propio y una tendencia
integradora del fenómeno educacional, para lo cual argumenta que en el siglo XIX
se hizo algún intento por hacer coincidir los términos pedagogía con ciencia de la
educación, lo cual no tiene ninguna objeción filosófica, ya que la primera tenía un
estatuto epistemológico aceptado. El problema surge y aún continúa, cuando el
término abarca a varias ciencias, con lo cual un estatuto epistemológico común
resulta ambiguo, por la diversidad de saberes, metodologías, lenguajes y
contenidos que poseen entre todas. (págs. párr. 2-3).

1.5 CONSTITUCIÓN DE LA PEDAGOGÍA COMO CIENCIA.

Todo el entorno del ser humano es un libro abierto que le invita a reconocerse como
sujeto, en cuanto es un ser situado y de realidades; por lo cual, comprender,
diferenciar y clasificar el conocimiento, es esencial en la vida del ser humano.

Para Ballester y Colom (2012), el conocimiento científico ha representado una


distinción especial frente a otros tipos de conocimiento como el religioso, el
metafísico o cualquier otro, quizá porque la ciencia ha sido responsable de múltiples
cambios en la calidad de vida de las personas.
La ciencia surge de la necesidad de dar respuestas a la multiplicidad de preguntas
que el hombre se hace ante las realidades naturales que enfrenta a diario. La ciencia,
entonces, es la culminación del arduo camino explicativo tras el mito; mucho antes
de los comienzos de la civilización moderna, los hombres habían adquirido una gran
información acerca de su medio ambiente, habían superado las explicaciones
míticas e iban aprendiendo a conocer las sustancias que alimentaban el cuerpo y las
aplicaciones del fuego. Habían adquirido la habilidad de transformar las materias
primas en vestidos, utensilios y alimentos e incluso habían aprendido los
fundamentos de la agricultura, de comunicarse entre sí y aun de gobernarse. Sin
embargo, este conocimiento tiene éxito en la medida que se dio un uso consiente del
saber a partir de un método. (pág. 24).

1.5.1 La epistemología y el conocimiento científico.

El hecho epistemológico, pretende comprender la relación que se da entre


conocimiento y saber para encontrar su validez universal. Respecto a la ciencia, su
fin último es, distinguir la ciencia autentica.

Revisando distintas fuentes, se coincide en que el termino ciencia proviene del latín
sciencia, correspondiente al griego episteme, otra definición es: Cognitio certa per
causas, (el conocimiento de las causas especificas), lo cual permite evidenciar que
el concepto aun es en su definición confuso; a pesar de ello, la definición que da un
corpus a esta reflexión, será la que trata de entender por ciencia cualquier saber que
obtiene los conocimientos que lo conforman de forma rigurosa, constatada utilizando
métodos abiertos a todos los miembros de la comunidad científica. En consecuencia,
el método científico es uno de los rasgos característicos de la ciencia ya que no es
posible construir una ciencia donde no hay método científico; además, se precisa,
que la mayoría de investigadores están de acuerdo en que los componentes del
método científico son la observación y la experimentación. Se dice que el progreso
intelectual tiene lugar en las épocas en que se realizan experimentos y se observan
críticamente sus resultados.

Ahora bien, el método científico es algo más que la observación y el experimento.


Los científicos formulan teorías que pretenden explicar los resultados de la
investigación y hacer posible predecir con exactitud observaciones futuras. Pero,
¿Cómo se llega de las observaciones a la teoría? Y ¿cómo son mejoradas o
corregidas las teorías en la ciencia? Hay varias respuestas alternativas y en conflicto.
Las más relevantes se pueden reducir a tres básicas: el método inductivo, el método
deductivo y el método hipotético deductivo.

En la filosofía de la ciencia se ha trazado una distinción entre razonamiento inductivo


y razonamiento deductivo. Gran parte del razonamiento real es la mezcla de los dos.
Sin embargo, el razonamiento de la lógica y de las matemáticas es casi siempre
deductivo, mientras que en la vida ordinaria el razonamiento inductivo es
probablemente más habitual que el deductivo.

La deducción consiste en sacar las conclusiones que se siguen de las premisas. Se


dice que es “preservadora de la verdad” porque la verdad de la conclusión, de una
inferencia deductiva, está garantizada siempre que sus premisas sean verdad. De
otra manera la inducción consiste en reunir hechos concretos y luego generalizar a
partir de ellos. Está basado en la experiencia, en la razón y en el experimento.
(Ballester Brage & Colom Canellas, págs. 37-40).
El siguiente cuadro ayuda a comprender la relación de los métodos:

Basado en Wallace (1989), citado por Ballester y Colon (2012, pág. 37).

En cuanto al método hipotético –deductivo, se dice que es el más usado por los
científicos, consiste en hacer observaciones a partir de problemas planteados en el
campo que se esté investigando, para luego exponer una hipótesis, una ley
explicativa hipotética, que finalmente se utiliza como premisa en un argumento
deductivo. Desde otra perspectiva a partir de la ley hipotética, se sigue la
confrontación mediante la experimentación controlada, y si la teoría no se ajusta a
los datos, se formula una nueva hipótesis o se modifica según los resultados y
conclusiones obtenidas en el proceso.

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