Sunteți pe pagina 1din 5

DERECHOS FUNDAMENTALES

Comenzando con una pequeña definición de lo que son derechos fundamentales, podemos

acertar en decir que los derechos fundamentales son aquellos derechos y precisamente

libertades que poseen todos los ciudadanos es decir todos aquellos que están bajo determinado

ordenamiento jurídico. Por tanto son estos los que están recogidos en las codificaciones de los

diferentes ordenamientos jurídicos al rededor del mundo, ahora con respecto a un pequeño

análisis de la historia de lo que son los derechos fundamentales podemos decir que para

fundarse un derecho fundamental, tiene que cumplir ciertas características que conllevan a la

proclamación de este como un derecho fundamental, eso quiere decir que el derecho sea

Inalienable, Irrenunciable, imprescriptible e indivisible, aunque estas características muchas

veces son razones de discusión por las cuales se dice que estos derechos tienen que

interpretarse de acuerdo a donde se estén enfatizando por el motivo de que estos pueden

atravesar un contexto cultural en el que pueden verse contrariados tanto la cultura como el

derecho fundamental, ahora además de esas características también tienen una historia que

viene detrás de ellos;

La historia de la aparición y evolución de los derechos fundamentales comienza en la Edad

Media. En la Antigüedad no sólo no existieron reconocimientos por parte del poder, sino que

ni siquiera se planteó el tema en el terreno teórico; lo cual, por otra parte, no puede sorprender

si se tiene en cuenta que para que surja la conciencia de que la persona es portadora de unos

ciertos derechos y valores para la realización de los cuales posee unos derechos innatos e

indeclinables es preciso, ante todo, que exista el concepto mismo de persona, el cual, fue una

aportación del cristianismo. Por otra parte, la toma de conciencia de que existen unos

derechos que las leyes tienen que respetar exige la previa creencia en un Derecho que está por
encima del positivo, y hasta bien avanzada la Edad Media, no hallaremos una sólida

construcción del iusnaturalismo. Pero, aun contando con una doctrina iusnaturalista, todavía

no se encuentra el terreno abonado para elaborar una teoría de los derechos fundamentales,

porque ésta había de basarse, lógicamente, en una teoría de los derechos subjetivos.

En efecto, los llamados derechos fundamentales tienen, unas características típicas, pero son,

desde luego, derechos subjetivos, facultades del sujeto; y es el caso que el pensamiento

medieval, aun conociendo el concepto, como ya lo conocieron los romanos, no acierta a

construir una teoría del derecho subjetivo, con lo que falta la base lógica, necesaria, para

poder hablar de los derechos fundamentales. Por eso, ni siquiera en el Medievo podemos

hallar expresiones vigorosas y sistemáticas de los derechos fundamentales, que, en la forma

como hoy los entendemos, no aparecen en la vida política de Europa hasta entrada ya la Edad

Moderna.

En efecto, los documentos medievales sobre la materia contienen no auténticas declaraciones,

sino privilegios que el monarca concede a un grupo de súbditos, a un estamento social, a los

habitantes de una ciudad, etc…

Ahora en la Edad Moderna, por diferentes fases, pero hay un dato que debemos destacar

como muy característico, a saber: que a partir del siglo XVI ya no encontraremos, como hasta

ahora, privilegios o concesiones a favor de grupos o estamentos determinados, sino que las

garantías y seguridades ofrecidas por el poder real se dirigen a todos los súbditos, con lo que

se instaura un principio de generalidad que ya no será abandonado.

Un paso más en el proceso evolutivo de los derechos fundamentales; va a producirse

cuando en las Declaraciones se borre esa referencia exclusiva a un pueblo determinado y no

hable ya de los derechos de los ingleses, sino de los derechos de los hombres. Esta
universalización de los derechos fundamentales reconoce como una de sus causas el influjo

del espíritu iusnaturalista, del Derecho Natural que tan sistemáticamente había construido la

Escuela racionalista durante el siglo XVII y que pregonaba como uno de sus dogmas

centrales la existencia de un ordenamiento jurídico superior al positivo y aplicable a todos los

hombres, del que se desprendían unos derechos igualmente atribuibles a todo ser humano.

Este paso, con el que se inician las auténticas Declaraciones de derechos modernas, lo dan

también los ingleses, pero no en las islas, sino en las colonias americanas, en el momento

mismo de acceder a su independencia.

Ahora ya pasando a otro siglo más concretamente en el siglo XIX, la lucha por los derechos

fundamentales se orienta hacia la conquista de los derechos sociales, económicos y culturales,

que garanticen el trabajo, la libertad de sindicación, sufragio universal, derecho a la

educación, etc.… y como finalización del siglo XIX tenemos una parte destacada en la que se

abandona el procedimiento de formular los derechos fundamentales en solemnes

Declaraciones, para dar cabida a los mismos en las Constituciones de los Estados, con lo que

ya no son simples enunciaciones programáticas, sino que quedan incorporados a la norma

jurídica fundamental de cada país.

Durante el siglo XX Hans Kelsen plantea que “los derechos naturales son un vestigio del

derecho natural que se resiste a morir luego de la demoledora crítica racionalista a la teología

como explicación del orden humano y social” (Arango, 2008: 2). Para Kelsen, los derechos

fundamentales son expresión de normas positivas que fijan las correspondientes obligaciones

en cabeza de determinadas personas, por lo que no hay derechos sin obligaciones ni estas

pueden existir sin que a su vez existan normas positivas que las consagren (Kelsen, 1993).

Ahora aquí en Colombia a partir de que la Constitución dejó de ser entendida como un

sistema de garantías, para convertirse en un sistema de valores fundamentales, con principios


de justicia social y derechos económicos y sociales, se dio lugar al desarrollo de una rica

jurisprudencia de los tribunales constitucionales europeos y en particular el alemán, sobre el

contenido concreto de los derechos fundamentales; el cual ha estado alimentado por viejas y

nuevas teorías constitucionales, que han incidido en el fortalecimiento del Estado

constitucional, sin embargo no bastaría repetir que los derechos fundamentales no han sido

construidos mediante la organización de normas que tienen una misma estructura, sino que en

cambio parten de un núcleo que funciona como norma-principio que hace necesaria la

garantía de la libertad; a partir de ese núcleo se desarrolla un entramado de normas que tienen

diferente estructura que se adapta a las necesidades y a las tradiciones culturales de cada

contexto social en el que se aplican. Es por ello que puede decirse de los derechos

fundamentales que son universales y al mismo tiempo que tienen un carácter histórico y

evolutivo para cada cultura.

Pasándonos a la época contemporánea en Colombia la constitución de 1991 le da un giro a la

forma en como

En Colombia, con la constitución de 1991 se da un giro a la forma como debía verse


el estado de derecho con la connotación social, con lo que se implementa toda una
serie de reconocimientos especiales a los ciudadanos. De hecho, la Constitución
vigente contempla
Las diversas teorías de los derechos fundamentales constituyen aportes adecuados
para el desarrollo de los derechos de libertad en sus realidades, como también
resultan insuficientes para resolver por sí solas los problemas contemporáneos de la
falta de realización de los derechos fundamentales en todas las regiones con
culturas diferentes.82 Por eso, hay que recordar que junto a las teorías de los
derechos fundamentales, se encuentran diversas concepciones jurídico culturales de
Estado, sociedad, economía y naturaleza, que deben poner en relación de
interdependencia a los derechos fundamentales con las variables culturales de cada
Estado constitucional, para afrontar integralmente la teoría y la praxis de los
derechos fundamentales.83

En este entendido, la realidad constitucional latinoamericana está caracterizada


básicamente por la necesidad de desarrollar o de ajustar la dogmática de los
derechos fundamentales a las demandas y desafíos contemporáneos; proceso en el
cual, el perfeccionamiento de la jurisdicción de la libertad con base en la mirada
atenta a la realidad y también a la dogmática europea, ayudará a la recuperación del
sentido de la teoría y de la práctica de los derechos fundamentales para el
fortalecimiento del Estado democrático constitucional. De lo contrario, los derechos
fundamentales quedarán reducidos a un ejercicio semántico de los mismos y
sometidos a los poderes fácticos de turno, experiencia propia de los Estados
neoliberales en América Latina.84

PRIMERA. Desde un plano filosófico, entendemos que los derechos fundamentales


encuentran su justificación o fundamentación última en la idea de un orden
normativo natural distinto del positivo, frente a aquellos que los conciben como un
simple dictado del legislador a favor de los ciudadanos. SEGUNDA. Desde un orden
histórico, los derechos fundamentales de naturaleza individual, han sido
complementados con otros de carácter social y grupal, lo cual, permite alcanzar una
visión integral o total de estos derechos, algo que es acorde con la idea del hombre
como ser falleciente, pues, no está de más recordar aquí, que el hombre, ni es
bueno ni malo por naturaleza, ni es sólo individuo o sólo socio, sino un ser
ambivalente con personalidad individual y social por naturaleza.

S-ar putea să vă placă și