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Es obra del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo.

El arcángel San Miguel, representado en el


centro de la composición

Vestido de marrón oro, persigue en el Cielo a los ángeles rebeldes a Dios.

Fantasmagórica escena de gran abigarramiento compositivo que no deja prácticamente espacios


libres.

Los ángeles celestiales desalojan a los rebeldes del cielo con violencia, de forma que abajo están
los condenados al infierno y arriba los ángeles buenos.

Un enorme sol orienta las figuras de la parte superior que manejan tanto largas trompetas como
espadas, visten con túnicas blancas en alusión a la pureza.

La parte inferior ya es otra cosa; caótica y terrible, los ángeles rebeldes se van transformando en
horribles seres monstruosos con formas de animales y en posturas retorcidas. Sus caras denotan
sufrimiento y terror.

Una curiosidad que debes descubrir: dos ángeles malos (y cochinos) están expeliendo

Ventosidades de forma ostensible....¿los ves?.


Pieter Brueghel el Viejo

(Breda, Países Bajos, h. 1525 - Bruselas, 1569) Pintor holandés. Principal pintor flamenco del siglo
XVI, en cuya obra culmina la tradición pictórica iniciada en el siglo anterior por Jan van Eyck, en la
actualidad es considerado una de las grandes figuras de la historia de la pintura. Realizó sobre
todo cuadros de paisaje, de género y de escenas campesinas, en los que con un estilo inspirado en
el Bosco reflejó la vida cotidiana con realismo, abundancia de detalles y un gran talento narrativo.

Pieter Brueghel aprendió el oficio con Pieter Coeke. En 1551 se incorporó al gremio de pintores de
Amberes e inmediatamente después emprendió un viaje por Europa, que lo llevó a Francia, Italia y
Suiza. Lo que más le impresionó de su periplo fueron los paisajes de los Alpes, de los que realizó a
su vuelta una serie de dibujos que fueron grabados.

En 1563 Pieter Brueghel se trasladó a Bruselas y contrajo matrimonio. Se centró entonces en la


pintura y produjo numerosas obras, muchas de ellas por encargo de famosos personajes. Para el
banquero Niclaes Jonghelinck realizó, por ejemplo, la famosa serie de los Meses, que incluye
Cazadores en la nieve (noviembre-diciembre) y La vuelta del ganado (septiembre-octubre), entre
otras obras maestras.

En el folclore y los refranes populares buscó la inspiración para sus obras más descriptivas y
pintorescas, desde La parábola de los ciegos y Juegos de niños hasta el El banquete de bodas.
También realizó obras religiosas, en particular entre los años 1562 y 1567, que, aunque no
constituyen lo mejor de su producción, dan pruebas de su gran originalidad estilística.

Pieter Brueghel tuvo dos hijos pintores, Pieter el Joven (Bruselas, 1564 - Amberes, 1638) y Jan
(Bruselas, 1568 - Amberes, 1625). El segundo fue muy reputado como pintor de flores y se ganó el
sobrenombre de Brueghel de «velours» (terciopelo) por su magistral tratamiento de las texturas
delicadas. El primero realizó copias y variaciones de las pinturas de su padre, a menudo de gran
calidad, con las que se ganó muy bien la vida.

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/brueghel.htm
Bruegel hará una representación terrenal de la vida campesina, gentes con sus alegrías y tristezas,
sus vicios y virtudes, en las que la naturaleza es casi siempre una aliada.

Por supuesto, Bruegel (o Brueghel) admiraba a El Bosco y desde sus inicios como aprendiz lo
consideró un maestro. De su biografía, muy incompleta, se sabe que consiguió un gran éxito
(Vasari lo llegó a citar en sus «Vidas de artistas») e inició una dinastía de artistas que llegaría a
nietos y bisnietos. Viajó a la Italia del renacimiento, pero de este viaje lo que más le impactó
fueron los Alpes, que retrató iniciando un interés por el género paisajístico. Se sabe también que
era un hombre de muy buen humor y amigo de las fiestas campesinas. Vestido como uno de ellos,
se colaba en ferias y bodas como un invitado más y tomaba notas sobre el comportamiento y la
estética de los invitados. Quizás por ello también es conocido como Bruegel el Campesino. El
artista falleció a los 45 años.

Esta afición por los temas populares está presente en la práctica totalidad de su producción
artística, aunque pinta también algún que otro cuadro religioso. Sus obras retratan personajes
tomados del natural mientras celebran un acontecimiento (agricultura, caza, juegos, danzas,
fiestas, proverbios…). Son colectivos de gentes a varias distancias, haciendo varias acciones. Al
acercarnos descubrimos un increíble tratamiento de los detalles, tanto en figuras como en el
paisaje.

Bruegel busca el realismo, no la idealización típica del renacimiento y muchas de sus pinturas
ponen de manifiesto lo absurdo y lo vulgar, reflejando las debilidades y locuras humanas. A veces
roza incluso la subversión cargando más la crítica social. No olvidemos que Felipe II de España (y
Flandes) quería prohibir muchas de las celebraciones colectivas representadas por Bruegel.

https://historia-arte.com/artistas/pieter-bruegel
Se cree que nació en la ciudad de Breda, Brabante (hoy Holanda).

Sus dos hijos, Pieter el Joven y Jan, fueron también pintores.

Discípulo de Pieter Coecke en Bruselas. En el año 1551 ingresó en el gremio de pintores de


Amberes.

Sus primeras obras son paisajes. Con gran habilidad para captar la esencia de las diferentes
estaciones, como Cazadores en la nieve (1565, Kunsthistorisches Museum, Viena) y Urracas en la
horca (1568, Hessiches Landesmuseum, Darmstadt, Alemania).

Desde 1555, se dedicó a hacer grabados que luego publicó la casa impresora del artista gráfico
Hieronymus Cock. A últimos de la década de 1550 inició una serie de grandes paneles pintados
que representaban diferentes aspectos de la vida rural flamenca. El primero fue una
representación enciclopédica de dichos populares, Proverbios flamencos (1559, Staatliche
Museen, Berlín); le siguieron El combate entre carnaval y cuaresma (1559) y Juegos infantiles
(1560, ambos en el Kunsthistorisches Museum, Viena). Entre los últimos se incluyen La Kermesse y
El banquete de boda (ambos de 1566-c. 1568, Kunsthistorisches Museum, Viena).

En 1565 completó un grupo de obras que representaban paisajes y actividades humanas a través
de las estaciones. La más conocida es Cazadores en la nieve (Kunsthistorisches Museum, Viena).
De esta época es también El triunfo de la muerte (c. 1560, Museo del Prado, Madrid).

En 1563 contrajo matrimonio con la hija de Coecke, Maria Coecke van Aelst y se radicaron en
Bruselas, donde residió hasta su muerte, el 5 de septiembre de 1569.

https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/18/Pieter%20Brueghel%20el%20Viejo
Técnica : Óleo sobre lienzo de lino preparado al antiguo sobre bastidor con llave de estiramiento,
más acabado (pátina y barniz resquebrajado) dando la apariencia de una obra de varios siglos de
edad

Original

Técnica : Óleo sobre panel

Tamaño : Alto 117,4 cm - ancho 162 cm

Autor : Pieter I Bruegel el Viejo (1525-1569)

Titulo : la Caída de los Angeles Rebeldes (1562)

N° de artículo : 210

Museo : Museo Real de Bellas Artes en Amberes (Bélgica)

Escuela : Escuela flamenca

Época : Gótico

Categoría : Pintura surrealista


Caída de los ángeles rebeldes

Pieter Brueghel el Viejo

Titulo original: De val van de opstandige engelen

Fecha: 1562

Estilo: Renacimiento del Norte

Perìodo: Antwerp Period (1554-1562)

Serie: Boschian series

Género: pintura religiosa

Media: óleo, panel

Localización: Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica

Dimensiónes: 117 x 162 cm

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tema se inspira en un pasaje del Apocalipsis (12, 2-9)


Desde los curiosos ojos de nuestra Hipatia nos sumergimos en los infiernos de la mano del pintor
Pieter Bruegel el Viejo (hacia 1525-1569). A pesar de que en su época la ciencia fue dando pasos
clarificadores, siguieron persistiendo en la población creencias populares tradicionales. Tuvo una
dura y corta vida, eran tiempos difíciles, las guerras, las epidemias, los duros fenómenos naturales,
había que culpar a alguien de todo ello. En quién descargar todas estas desgracias, en los
demonios, pero también era necesario castigar a sus aliados humanos, que no eran otros que los
brujos y las brujas. Muchas personas fueron torturadas, y condenadas a arder en la hoguera sobre
todo las mujeres por su connivencia con el diablo.

La caída de los ángeles rebeldes (1562), P. Bruegel El Viejo.

Los pecados debían ser castigados, su universo de seres sobrenaturales sigue la estela de otro
pintor flamenco como él, El Bosco, pero lo hace creando sus propios registros. Todas las
supersticiones populares las incorpora a sus pinturas. Sus escenas son muy abigarradas, son una
forma diferente de ver el mundo, mezcla lo cómico y lo grotesco. Su editor Jérôme Cock le encargó
los modelos para la serie de grabados Los siete pecados capitales, que Bruegel firma en 1557 con
la h todavía que desaparecerá de su apellido dos años más tarde (Bozal, 2004). En esta serie
plasma el mundo del pecado, seres bestiales ejerciendo una brutalidad aplastante. Los hombres
luchan y se matan unos a otros, vemos demonios, animales fantásticos, un mundo cruel que
atemoriza.

Bruegel pinta el origen de los demonios en su cuadro La caída de los ángeles rebeldes (1562), se
trata de la expulsión de los ángeles del cielo por parte del arcángel San Miguel en el centro de la
composición con una armadura dorada, al cuestionar la autoridad divina. En el lienzo podemos ver
dos partes diferenciadas, en la superior el cielo con la luz que representa lo divino, en la inferior
los ángeles convertidos en demonios que han caído en la oscuridad. Los ángeles llevan ropas de
colores luminosos, largas trompetas y sus espadas, los demonios están desnudos y algunos en
posiciones grotescas, se transforman en mezclas abominables de peces, reptiles o insectos. Hay
también mejillones, objetos cotidianos, animales fantásticos, una extraña mariposa, el infierno es
el caos.

https://losojosdehipatia.com.es/cultura/arte-2/los-demonios-y-la-muerte-nos-acompanan/
La caída de los ángeles rebeldes

Tótum revolútum de ángeles a hostia limpia.

Retrato del artista Pieter Bruegel

Flandes, 1562

Renacimiento del Norte de Europa

Religión

Guerra

Título original: De val der opstandige engelen

Museo: Museo real de Bellas Artes de Bélgica, Bruselas (Bélgica)

Técnica: Óleo (117 cm × 162 cm.)

Escrito por: Miguel Calvo Santos

Bruegel se acerca a su ídolo Hieronymus Bosch (El Bosco) en esta locura que mezcla violencia,
religión, dinamismo y un viaje de LSD.

Un tótum revolútum de figuras humanoides —y no tanto— en plena batalla campal, que


suponemos que es la batalla entre ángeles buenos y malos que se describe en el Apocalipsis (12,
7–9).

San Miguel era el general del bando pro-Dios y ahí lo vemos en el centro del cuadro, con armadura
dorada y extendiendo sus alas, repartiendo hostias como panes a los seres monstruosos que le
hacen frente.

El bando de los ángeles rebeldes, como sabéis, fue derrotado en esta batalla. Y el jefe de ellos
condenado a vivir en la tierra donde por lo visto sigue haciendo de las suyas. Bruegel pinta a este
ejército con las formas más monstruosas imaginables, híbridos que van desde peces a insectos,
pasando por aves y anfibios, moluscos, plantas y minerales, y por supuesto humanos, con una
mezcla de todos ellos. Todo tan psicotrópico como lo haría su ídolo H. Bosch.

El artista se centra más bien en la derrota del ejército de Lucifer, en la caída de estas criaturas que
venían de ese remolino en el cielo y se están estampando contra la sucia y dura tierra. Todo
pintado con el realismo que solo podría tener un sueño o una alucinación (o el Apocalipsis).

El colorido de este cuadro es además perfecto. Tierras y azules dominan el conjunto, y de repente
Bruegel introduce acentos rojos, verdes, azules y blancos… Una forma genial de ordenar un poco
ese caos.

https://historia-arte.com/obras/la-caida-de-los-angeles-rebeldes
Pieter Bruegel el Viejo - “La caída de los ángeles rebeldes” (1562, óleo sobre tabla, 117 x 162 cm,
Musées Royaux des Beaux-Arts, Bruselas)

“Apareció en el cielo otra señal, y vi un gran dragón de color de fuego, que tenía siete cabezas y
diez cuernos, y sobre las cabezas siete coronas.” Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles
peleaban con el dragón, “y pelearon el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado
su lugar en el cielo. Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás,
que extravía a toda la redondez de la tierra, y fue precipitado en la tierra, y sus ángeles fueron con
él precipitados.” (Apocalipsis 12, 3-12)

Evidentemente, Bruegel no podía prescindir de los pocos datos que aparecen en el texto.
Podemos ver la lucha de los ángeles buenos contra los ángeles rebeldes, que caen a la tierra ya
convertidos en demonios, y a San Miguel, el arcángel guerrero, al que podemos distinguir
fácilmente porque siempre lleva armadura, dándole leña al dragón de las siete cabezas. Cuesta un
poco encontrarlas todas, pero están, aunque no siempre se ven las coronas. El resto del cuadro es
cosecha propia. Desde un punto indeterminado del cielo, que se pierde en la lejanía, brota a
presión un chorro de seres estrafalarios en dirección a la tierra. Los ángeles vuelan alrededor, con
sus espadas en alto, procurando que la manada no se desperdigue demasiado. La parte inferior del
cuadro es un despiporre absoluto, con varios personajes soltando ventosidades a medida que van
cayendo

https://www.elcuadrodeldia.com/post/154540802368/pieter-bruegel-el-viejo-la-ca%C3%ADda-
de-los-%C3%A1ngeles
la pintura "demoníaca" de Brueghel el Viejo: La caída de los ángeles rebeldes

'La caída de los ángeles rebeldes', de Brueghel el Viejo | Crédito: Wikipedia.

Si hay un pintor que llegó a crear una obra comparable –en lo que se refiere a la representación de
composiciones complejas y repletas de personajes fantásticos– a la del también flamenco El
Bosco, ese fue sin duda Pieter Brueghel el Viejo.

Su relativamente corta carrera dio lugar a varias decenas de pinturas, de las que hoy sólo se
conservan poco más de cuarenta, repartidas en varios museos de todo el mundo, aunque las
colecciones más importantes se reparten entre el Kunsthistorisches Museum de Viena y los Reales
Museos de Bellas Artes de Bruselas.

Es precisamente en esta última institución donde se conserva una de las obras maestras de este
genio de la pintura flamenca: ‘La caída de los ángeles rebeldes’, un óleo sobre tabla en el que
Brueghel quiso emular –y superar– el arte de El Bosco.

En la época en la que Brueghel realizó esta pintura –hacia 1562–, el estilo pictórico dominante
estaba influido por la moda italiana. El pintor de Breda, sin embargo, decidió recuperar la tradición
plasmada por El Bosco, para entonces ya pasada de moda. Y al seguir la estela de su paisano,
Brueghel dio forma a una de las obras más fascinantes de todo su tiempo.

La pintura refleja un pasaje del libro del Apocalipsis, concretamente el momento en el que los
ángeles rebeldes son expulsados y derrotados por el arcángel San Miguel y sus cohortes. Así, la
obra muestra al arcángel –con armadura dorada y capa azul– en el centro de la tabla, luchando
contra el dragón de siete cabezas coronadas.

Un detalle de las hordas demoníacas compuestas por seres híbridos | Crédito: Wikipedia.

Los ángeles caídos, representados con formas demoníacas de aspecto fantástico y una clara
influencia de las obras de El Bosco, forman una muchedumbre que, en remolino, son expulsados
por los ángeles desde un círculo de luz situado en las alturas, hasta ocupar con sus cuerpos
monstruosos dos tercios de la pintura.

Lo más destacable de la obra, además de la abigarrada composición formada por incontables


cuerpos que se retuercen en medio de la lucha, es la original e imaginativa forma en la que
Brueghel representó a los demonios. Para ello, tomó elementos existentes en el mundo natural –
animales, plantas y seres humanos– y los combinó con objetos creados por el hombre hasta dar
lugar a unos seres híbridos surgidos de la peor de las pesadillas.

Fruto de ese ejercicio creativo encontramos figuras sorprendentes, con demonios con cabeza de
hombre, alas de mariposa y cuerpo de pez, bestias imposibles con aspecto de reptil e insecto en
un mismo cuerpo, o instrumentos musicales con cabeza y extremidades.
La maestría de Brueghel al representar a toda esta colección de seres deformes y repulsivos
consigue dotar a la obra de una atmósfera desagradable e inquietante, que sin lugar a dudas debió
causar una notable desazón en los espectadores de su época.

Otro detalle de la pintura de Pieter Brueghel

La pintura –que junto al resto de la obra de Brueghel ha sido objeto de un reciente estudio
elaborado por la historiadora Tine Meganck, de los museos de Bruselas–, aprovecha la
representación del episodio del Nuevo Testamento para transmitir el mensaje de los peligros del
orgullo del Hombre, aunque incluye –según las últimas investigaciones–, alusiones al arte, el
conocimiento y la política de la época del artista, en un momento previo a la Rebelión holandesa.

Toda una obra cumbre de la pintura universal repleta de mil y un detalles que sólo es posible
adivinar con una visión detenida y minuciosa de la pintura.

https://www.taringa.net/+info/la-pintura-demoniaca-de-brueghel-el-viejo-la-caida-de-los_12yp0w

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