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ACTIVIDAD.

1-LEER EL CUENTO Y REALIZAR LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:

BIOGRAFÍA DE TADEO ISIDORO CRUZ


(1829-1874)
(Jorge Luis Borges, El Aleph (1949)

I'm looking for the face I had


before the world was made.

EL SEIS DE febrero de 1829, los montoneros que, hostigados ya por Lavalle, marchaban
desde el Sur para incorporarse a las divisiones de López, hicieron alto en una estancia cuyo
nombre ignoraban, a tres o cuatro leguas del Pergamino; hacia el alba, uno de los hombres tuvo
una pesadilla tenaz: en la penumbra del galpón, el confuso grito despertó a la mujer que dormía
con él. Nadie sabe lo que soñó, pues al otro día, a las cuatro, los montoneros fueron
desbaratados por la caballería de Suárez y la persecución duró nueve leguas, hasta los pajonales
ya lóbregos, y el hombre pereció en una zanja, partido el cráneo por un sable de las guerras del
Perú y del Brasil. La mujer se llamaba Isidora Cruz; el hijo que tuvo recibió el nombre de Tadeo
Isidoro.
Mi propósito no es repetir su historia. De los días y noches que la componen, sólo me
interesa una noche; del resto no referiré sino lo indispensable para que esa noche se entienda. La
aventura consta en un libro insigne; es decir, en un libro cuya materia puede ser todo para todos
(1 Corintios 9:22), pues es capaz de casi inagotables repeticiones, versiones, perversiones.
Quienes han comentado, y son muchos, la historia de Tadeo Isidoro, destacan el influjo de la
llanura sobre su formación, pero gauchos idénticos a él nacieron y murieron en las selváticas
riberas del Paraná y en las cuchillas orientales. Vivió, eso sí, en un mundo de barbarie
monótona. Cuando, en 1874, murió de una viruela negra, no había visto jamás una montaña ni
un pico de gas ni un molino. Tampoco una ciudad. En 1849, fue a Buenos Aires con una tropa
del establecimiento de Francisco Xavier Acevedo; los troperos entraron en la ciudad para vaciar
el cinto: Cruz, receloso, no salió de una fonda en el vecindario de los corrales. Pasó ahí muchos
días, taciturno, durmiendo en la tierra, mateando, levantándose al alba y recogiéndose a la
oración. Comprendió (más allá de las palabras y aun del entendimiento) que nada tenía que ver
con él la ciudad. Uno de los peones, borracho, se burló de él. Cruz no le replicó, pero en las
noches del regreso, junto al fogón, el otro menudeaba las burlas, y entonces Cruz (que antes no
había demostrado rencor, ni siquiera disgusto) lo tendió de una puñalada Prófugo, hubo de
guarecerse en un fachinal: noches después, el grito de un chajá le advirtió que lo había cercado
la policía. Probó el cuchillo en una mata: poro que no le estorbaran en la de a pie, se quitó las
espuelas. Prefirió pelear a entregarse. Fue herido en el antebrazo, en el hombro, en la mano
izquierda; malhirió a los más bravos de la partida; cuando la sangre le corrió entre los dedos,
peleó con más coraje que nunca; hacia el alba, mareado por la pérdida de sangre, lo desarmaron.
El ejército, entonces, desempeñaba una función penal; Cruz fue destinado a un fortín de la
frontera Norte. Como soldado raso, participó en las guerras civiles; a veces combatió por su
provincia natal, a veces en contra. El veintitrés de enero de 1856, en las Lagunas de Cardoso,
fue uno de los treinta cristianos que, al mando del sargento mayor Eusebio Laprida, pelearon
contra doscientos indios. En esa acción recibió una herida de lanza.
En su oscura y valerosa historia abundan los hiatos. Hacia 1868 lo sabemos de nuevo en
el Pergamino: casado o amancebado, padre de un hijo, dueño de una fracción de campo. En
1869 fue nombrado sargento de la policía rural. Había corregido el pasado; en aquel tiempo
debió de considerarse feliz, aunque profundamente no lo era. (Lo esperaba, secreta en el
porvenir, una lúcida noche fundamental: la noche en que por fin vio su propia cara, la noche que
por fin oyó su nombre. Bien entendida, esa noche agota su historia; mejor dicho, un instante de
esa noche, un acto de esa noche, porque los actos son nuestro símbolo.) Cualquier destino, por
largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el
hombre sabe para siempre quién es. Cuéntase que Alejandro de Macedonia vio reflejado su
futuro de hierro en la fabulosa historia de Aquiles; Carlos XII de Suecia, en la de Alejandro. A
Tadeo Isidoro Cruz, que no sabía leer, ese conocimiento no le fue revelado en un libro; se vio a
sí mismo en un entrevero y un hombre. Los hechos ocurrieron así:
En los últimos días del mes de junio de 1870, recibió la orden de apresar a un malevo, que
debía dos muertes a la justicia. Era éste un desertor de las fuerzas que en la frontera Sur
mandaba el coronel Benito Machado en una borrachera, había asesinado a un moreno en un
lupanar; en otra, a un vecino del partido de Rojas; el informe agregaba que procedía de la
Laguna Colorada. En este lugar, hacía cuarenta años, habíanse congregado los montoneros para
la desventura que dio sus carne a los pájaros y a los perros; de ahí salió Manuel Mesa, que fue
ejecutado en la plaza de la Victoria, mientras los tambores sonaban para que no se oyera su ira;
de ahí, el desconocido que engendró a Cruz y que pereció en una zanja, partido el cráneo por un
sable de las batallas del Perú y del Brasil. Cruz había olvidado el nombre del lugar; con leve
pero inexplicable inquietud lo reconoció... El criminal, acosado por los soldados, urdió a caballo
un largo laberinto de idas y de venidas; éstos, sin embargo lo acorralaron la noche del doce de
julio. Se había guarecido en un pajonal. La tiniebla era casi indescifrable; Cruz y ¡os suyos,
cautelosos y a pie, avanzaron hacia las matas en cuya hondura trémula acechaba o dormía el
hombre secreto. Gritó un chajá; Tadeo Isidoro Cruz tuvo la impresión de haber vivido ya ese
momento. El criminal salió de la guarida para pelearlos. Cruz lo entrevió, terrible; la crecida
melena y la barba gris parecían comerle la cara. Un motivo notorio me veda referir la pelea.
Básteme recordar que el desertor malhirió o mató a varios de los hombres de Cruz. Este,
mientras combatía en la oscuridad (mientras su cuerpo combatía en la oscuridad), empezó a
comprender. Comprendió que un destino no es mejor que otro, pero que todo hombre debe
acatar el que lleva adentro. Comprendió que las jinetas y el uniforme ya lo estorbaban.
Comprendió su íntimo destino de lobo, no de perro gregario; comprendió que el otro era él.
Amanecía en la desaforada llanura; Cruz arrojó por tierra el quepis, gritó que no iba a consentir
el delito de que se matara a un valiente y se puso a pelear contra los soldados junto al desertor
Martín Fierro.

2-Menciona qué similitudes y diferencias pueden observarse con el mismo episodio


relatado en la obra de José Hernández (Narrador, punto de vista, lenguaje, críticas a la
leva forzosa, etc.)

El Narrador: En el texto de “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz” está relatado por un narrador
omnisciente ya que no está presente, pero observa todo lo que a éste le sucede y lo que pasa en
la historia, como un gran conocedor de absoluta realidad. En comparación a este texto, en el
Martín Fierro el narrador es el protagonista, ya que tiene conocimiento de lo que piensa y lo
escribe desde el punto de vista del personaje principal y de lo que siente.
En el texto de Tadeo Cruz el lenguaje más renovado y actualizado con el fin de ampliar la
precisión de la comprensión. Borges restaura la poesía gauchesca y le rinde homenaje, y
muestra respeto y admiración reviviéndola en una lengua literaria que no la transforme en una
tradición nacional acabada y vetusta. Debido a esta razón emplea este tipo de narrador, el cual le
permite continuar la historia tanto de Fierro como de Cruz hasta darle un final acabado y
completo a cada personaje.
Dentro del relato, la función del narrador es que el lector puede enterarse de lo que les sucede a
cada uno de los protagonistas y comprender lo que ellos sienten sin saber de quiénes trata cada
cuento. Es al final cuando concretamente se da a conocer la identidad de los protagonistas. El
cuento está escrito en primera persona, en una lengua culta, pero sencilla y
despojada………………………………………………………………………...

Para revelar la conciencia del personaje, el narrador señala y fija enunciados tales como:
"Comprendió que un destino no es mejor que otro pero que todo hombre debe acatar el que
lleva adentro". Así logra dos propósitos fundamentales: en primer término, "completar" el
poema de Hernández, renovado, actualizado y accesible para su mejor entendimiento. Y en
segundo término, restituir la obra de arte que es la poesía gauchesca y rendirle homenaje,
mostrarle respeto y admiración, vivificarla en una lengua literaria que no la transmute en una
tradición nacional sin validez y efectividad. .

Punto de vista: Primera persona – Es cuando el narrador utiliza la primera persona gramatical
(yo, nosotros -as). El empleo de este indicador supone mayor cercanía al lector y le ofrece al
texto un significado escénico especial, lo hace más vivido. El empleo de la primera persona
viene acompañado del uso de la tercera y del tuteo en este cuento. Es decir, el autor explica la
vida e imprevistos de los personajes de su cuento de una manera que atrapa al lector. En este
caso, existe como un dialogo o interacción entre el trabajo de Hernández y Borges, pues Borges
actúa a partir del texto del Martín Fierro.

El lenguaje: El texto de Tadeo Isidoro Cruz es un cuento que le da origen al personaje que en el
Martín Fierro no lo tiene y habla un lenguaje moderno; en cambio en el Martín Fierro no está
relatado ni se da una idea de cómo fue la vida de Cruz, o algo relacionado con su historia
particular, sólo relata una experiencia amorosa entre una mujer y un hombre que muere de un
hachazo. Además, el poema de Hernández tiene un estilo gauchesco, es decir, es poesía escrita
por un letrado, que exalta la vida nacional, empleando términos que provienen de la poesía
gaucha, de los payadores, y adopta la forma de Poema. La cultura argentina debe ser, según
Borges, abierta y permeable, y buscar un lenguaje natural, sin folclorismos ni vocablos cerrados
y accesibles exclusivamente para un círculo de eruditos.

Críticas a la leva forzosa: Todo el Martín Fierro es una crítica a la ley de leva. Por lo tanto, el
cuento de Borges también tiene ese perfil. Las transformaciones económicas que se produjeron
a mediados del siglo XIX como resultado de diferentes cambios y la modernización del país
tuvieron consecuencias profundas en el modo de vida de los gauchos ya que las tierras, las
cuales eran pertenecientes a las familias adineradas, comenzaron a ser alambradas por sus
propietarios. Ya no era posible para los gauchos andar por la pampa en su caballo enlazando el
ganado para subsistir, que pastaba salvaje y libre, como acostumbraban hacerlo antes.
Además habían más trabas: el tendido de vías del ferrocarril, el posicionamiento de postes de
telégrafo y, se agrega a todo lo anterior, que los gringos constituían una competencia
como mano de obra disponible.

Esta situación se vio agravada por un componente político: la “ley de leva”, la cual consistía en
permitir a la policía de la campaña detener a todo aquel que no estuviera trabajando en alguna
estancia como peón, que estuviera momentáneamente en una pulpería, y enviarlo a la frontera
sur a luchar contra los indios. También se les confiscaban las tierras. “La ley de Vagos y
Malentretenidos” los cercaba cada vez más, y los aislaba de su núcleo familiar,
convirtiéndoles la vida en miserable, aunque luchaban con valentía y fiereza avanzando hacia el
desierto.
De ahí que al gaucho sin papeleta de conchabo (comprobante de trabajo, sobre todo del servicio
doméstico o de clases bajas) se lo denominaba “gaucho malo” o “gaucho matrero”, como si
fuera un delincuente por no poseerlo. El reclutamiento de los gauchos para el servicio de
frontera, defendiendo las tierras contra las continuas invasiones de los malones, era muy
estricto, no admitía excepciones, y dio lugar a una serie de injusticias, ya que eran reclutados no
solamente los gauchos sin conchabo sino también aquellos que poseían su propio rancho y su
familia y eran reclutados por capricho de la autoridad local. Quedaban familias sin jefe de
hogar, mujeres solas, etc. Era común el abuso. Esto dio lugar a que el gaucho escapase y se
convirtiese en un desertor el cual sería perseguido por las partidas de policías con las cuales
debía enfrentarse continuamente. Un círculo vicioso.
La crítica a esta ley se desprende y se explicita en el final del cuento: “Comprendió su íntimo
destino de lobo, no de perro gregario; comprendió que el otro era él. Amanecía en la desaforada
llanura; Cruz arrojó por tierra el quepis, gritó que no iba a consentir el delito de que se matara a
un valiente y se puso a pelear contra los soldados junto al desertor Martín Fierro.”

3-Cita pasajes del texto donde el narrador: menciona la multiplicidad de interpretaciones


suscitadas por el Martín Fierro.
Las diferentes interpretaciones surgen ya desde que José Hernández era hijo de gaucho y mujer
de buena familia. Pasó parte de su infancia y juventud en el campo, y actuó activamente en las
luchas de su país, haciéndose partidario de Rosas, lo que le fomentó la enemistad con
Sarmiento. El gaucho, ¿es un vago o es un perseguido? ¿Tiene valores?

El poema Martín Fierro, del argentino José Hernández, convierte la figura del gaucho en
símbolo de la tradición nacional argentina, contraponiéndolo a las tendencias europeizantes de
la ciudad y a la corrupción de la clase política. Esta obra es la que va a encumbrar la figura
gauchesca hasta darle categoría de héroe. El gaucho argentino era un jinete cuidador de ganado,
semejante al charro mexicano, al huaso chileno, al llanero venezolano, al cowboy
estadounidense, o al chaqueño boliviano (gaucho). Su rol en la sociedad era muy humilde, pero
su talla espiritual era mayor que la de las clases altas. Esta circunstancia lo eleva al sitial de los
héroes.

Pero también sucede lo contrario. Al gaucho se los criticaba como lastre y mala persona, pero en
cambio Hernández había visto la otra cara de la moneda, reconocía sus valores. Por ejemplo:
respeto por la vida ajena (“el hombre no mate al hombre / ni pelee por fantasía”); respeto a la
propiedad ajena (“pues no es vergüenza ser pobre / y es vergüenza ser ladrón”); respetoa la
autoridad (“obedezca el que obedece / y será bueno el que manda”); respeto a los mayores
(“respeten a los ancianos / el burlarlos no es hazaña”);reclamo de las instituciones básicas para
el hombre de campo(“debe el gaucho tener casa / escuela, iglesia, derechos”);considera
necesario el trabajo como forma de realización personal (“debe trabajar el hombre / para ganarse
su pan”); como medio de subsistencia (“el trabajar es la ley / porque es preciso alquirir”); y
como modo de inserción en la comunidad (“me he decidido a venir / a ver si puedo vivir / y me
dejan trabajar”).("Consejos de Martín Fierro a sus hijos". CANTO XXXII, Segunda Parte)
Martín Fierro es reclutado para luchar en la guerra fronteriza contra el indio, pero deserta y se
convierte en un fugitivo de la ley. Su inferioridad social gauchesca y la mala reputación que
obtiene tras la muerte del negro lo obligan a aislarse. La sociedad, especialmente las fuerzas
gobernantes, lo transforman en un antihéroe. Martín Fierro pasará a encarnar en la obra las
figuras del asesino y del héroe. Desde el punto de vista del gobierno es un forajido y un
bandido. Para el pueblo es un hombre valiente que vive de acuerdo con sus propias reglas. Nos
dice Borges en su introducción al Martín Fierro que éste: “se convirtió […] en un hombre tan
vívido y complejo que ha sugerido interpretaciones contrarias. Para algunos es un forajido un
cualquiera con algunas muertes sobre su conciencia; para otros, fue un héroe

El gaucho posee diversas cualidades, entre ellas una de las más importantes es el coraje, la
valentía, ya que muchas veces a través de su canto dice lo que siente, no se queda callado y se
atiene a las consecuencias. Dice que el poder o la capacidad del habla es un atributo que le dio
Dios, para poder expresarse libremente. El gaucho en su habla transmite vivencias, experiencias,
sentimientos y enseñanzas. A sus hijos les aconseja para evitar que cometan los mismos errores
que él cometió. Les dice que deben trabajar, respetar, jamás robar, matar, amenazar. Un valor
que resalta mucho el gaucho es la amistad. Varias veces recuerda lo que significa para el
hombre, y como se debe actuar con un amigo.

José Hernández era un luchador encarnizado de los derechos del hombre del campo y de la
causa nacional, por lo tanto reflejó en el protagonista la oposición a la organización social de la
época, es decir, su inadaptación a un régimen cuyos dirigentes desprecian al hombre de campo o
solo les interesa su valor como votantes. Uno de los autores prestigiosos que realizan críticas
hacia el gaucho es Domingo Faustino Sarmiento en su obra “Facundo”. En el Martín Fierro se
leen: otras características negativas acerca del gaucho:

“No tiene hijos, ni mujer, Él nada gana en la paz /ni amigos, ni protectores, y es el primero en la
guerra; /pues todos son sus señores no le perdonan si yerra,/sin que ninguno lo ampare. que no
saben perdonar,/Tiene la suerte del güey: porque el gaucho en esta tierra/ y adónde irá el güey
que no are! sólo sirve pa´votar.”

4-Cita casi literalmente versos del texto de Hernández.

“Ansí me hallaba una noche/ contemplando las estrellas/ que parecen más bellas/ cuando uno es
más desgraciao/ y que Dios las haiga criado/ para consolarme en ellas/…”

“Es triste en medio del campo/ pasarse noches enteras/ contemplando en sus carreras/ las
estrellas que Dios cría/ sin tener más compañía/que su soledá y las fieras…”

“cuando el grito del chajá/ me hizo parar las orejas/…”

“Como lumbriz me pegué/ al suelo para escuchar/…”

“ansí tendido de panza / puse toda mi atención/…”

“Me refale las espuelas/ para no peliar con grillos/ me arremangué el calzoncillo/ y me ajusté
bien la faja/ y en una mata de paja/ probé el filo del cuchillo/…”
“’Vos sos un gaucho matrero’/ dijo uno haciéndose el gueno/…”

“Por suerte en aquel momento/ venia coloriando el alba/y yo dije:”si me salva/ la Virgen de este
apuro/en adelante le juro/ ser más bueno que una malva/…”

“Tal vez en el corazón/lo toco un santo Bendito/a un gaucho que pegó el grito/y dijo Cruz no
consiente/que se cometa el delito/ de matar ansí a un valiente”…

“ Y ahí nomás de me a parió/dentrándole a la partida/yo les hice otra embestida/ porque entre
dos era robo/ y el Cruz era como lobo / que defiende su guarida/….”

Los siguientes son elementos comunes de enorme similitud y conexión entre el Poema de
Hernández y el cuento de Borges:

*” Se escondió en un fachinal, noches después escuchó el grito del chajá. “

* “Su grito le advirtió que la policía estaba cerca. “

*” Probó el cuchillo en una mata, se quitó las espuelas. Prefirió pelear a entregarse.”

* “Fue herido en el antebrazo, en el hombro, en la mano izquierda. Malhirió a los más bravos,
peleó con mucho coraje. “

*” Marchó hacia el alba, mareado por la pérdida de sangre.”

*” En la noche, mirando las estrellas, el grito del chajá le hizo parar las orejas.”

* “Pegó su oído al suelo y cuando escuchó el sonido de los caballos, supo que venían jinetes.”

*” Se refaló las espuelas, ajustó su faja y en una mata de paja probó el filo de su cuchillo. Ató
al pasto su caballo y le acomodó la cincha y aguardó a los policías.”

* “Lo acusaron de gaucho matrero, lo venían a atrapar, pero él no se quiso entregar. Echó mano
a su facón un poco temeroso. Luchó con valentía contra todos los jinetes.”

* “Vio colorearse el alba y rezó prometiéndole a la Virgen que si lo salvaba, sería buena
persona.”

5-¿Qué datos introduce el narrador para darle mayor veracidad a la biografía?

El narrador fija fechas en su narración, de hecho, el cuento comienza con una fecha: “El seis de
febrero de 1829”. De esta forma está determinado el tiempo y el espacio en el que trascurre la
acción, especifica hechos, lo que había sucedido allí cuarenta años atrás, la ejecución de Manuel
Mesa, y nombra al desconocido que engendró a Cruz:

“En los últimos días del mes de junio de 1870, recibió la orden de apresar a un malevo, que
debía dos muertes a la justicia. Era éste un desertor de las fuerzas que en la frontera Sur
mandaba el coronel Benito Machado en una borrachera, había asesinado a un moreno en un
lupanar; en otra, a un vecino del partido de Rojas; el informe agregaba que procedía de la
Laguna Colorada. En este lugar, hacía cuarenta años, habíanse congregado los montoneros para
la desventura que dio sus carne a los pájaros y a los perros; de ahí salió Manuel Mesa, que fue
ejecutado en la plaza de la Victoria, mientras los tambores sonaban para que no se oyera su ira;
de ahí, el desconocido que engendró a Cruz y que pereció en una zanja, partido el cráneo por un
sable de las batallas del Perú y del Brasil. Cruz había olvidado el nombre del lugar; con leve
pero inexplicable inquietud lo reconoció... El criminal, acosado por los soldados, urdió a caballo
un largo laberinto de idas y de venidas; éstos, sin embargo lo acorralaron la noche del doce de
julio. Se había guarecido en un pajonal.”

6- ¿Cuáles son las razones por las que el narrador sólo relata en detalle una noche en la
vida de Cruz?

Martin Fierro era un desertor, y escapó hacia el desierto, allí se encuentra con una patrulla
militar comandada por Cruz: mantienen una lucha "desigual" y al observar Cruz la valentía de
Martin Fierro este decidió ayudarlo...pasando a ser también un desertor....a partir de allí, ambos
parten hacia el desierto, hacia una aventura de seguir con vida. Sólo detalla una noche, porque
en ese momento Cruz se cambia de bando, viendo el carácter de Fierro… y aceptando que de
nada valía matarlo. Y luego escucha de la boca de Fierro todo lo que le había pasado, el ser en el
presente así, contra su voluntad... y el haber perdido a su mujer, y el hecho de encontrar a sus
hijos como peones de cuadre, que apenas lo reconocían por su aspecto avejentado.

En Biografía de Tadeo Isidoro Cruz, Borges cuenta el instante, y sólo ese instante le interesa,
cuando Cruz define su identidad al comprender su íntimo destino de lobo, no de perro gregario;
"Comprendió que el otro era él. Amanecía en la desaforada llanura; Cruz arrojó por tierra el
quepis, gritó que no iba a consentir el delito de que se matara a un valiente y se puso a pelear
contra los soldados, junto al desertor Martín Fierro". En ese instante la ética es la que define la
identidad y es aquí cuando Borges se identifica con el desertor.

7-¿Cuáles son los dos momentos en que a Cruz se le revela su propia naturaleza a pesar de
los esfuerzos que realiza para someterse a la ley?

Una noche, Cruz siendo joven, estaba tranquilo pero fue insultado y molestado por un borracho.
Cuando se repitió la situación, Cruz lo bajó de una cuchillada, lo dejó tendido. Fue perseguido
por esto, y reclutado por le ejército porque estar en el ejército era una forma de pagar condenas
y penas. Con el tiempo, luchó valientemente, y ascendió en el ejército, con el cargo de sargento.

Una noche, tuvo que salir a perseguir a un matrero que había matado a un moreno y a un vecino
de laguna Colorada; Cruz, de pronto tiene una certeza: conoce el lugar, lo recuerda. Y siente
que ya vivió ese momento, cuando él era el perseguido….“El criminal, acosado por los
soldados, urdió a caballo un largo laberinto de idas y de venidas; éstos, sin embargo lo
acorralaron la noche del doce de julio. Se había guarecido en un pajonal. La tiniebla era casi
indescifrable; Cruz y los suyos, cautelosos y a pie, avanzaron hacia las matas en cuya hondura
trémula acechaba o dormía el hombre secreto. Gritó un chajá; Tadeo Isidoro Cruz tuvo la
impresión de haber vivido ya ese momento.”

Hay un segundo momento en la encrucijada. En Biografía de Tadeo Isidoro Cruz, tiene valor y
cuenta el instante, y sólo ese instante le interesa, cuando Cruz define su identidad al comprender
su íntimo destino de lobo, no de perro gregario; "Comprendió que el otro era él. Amanecía en la
desaforada llanura; Cruz arrojó por tierra el quepis, gritó que no iba a consentir el delito de que
se matara a un valiente y se puso a pelear contra los soldados, junto al desertor Martín Fierro".
En ese instante la ética es la que define la identidad y es aquí cuando Borges se identifica con el
desertor.

El cuento “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz” se enlaza al poema de J. Hernández cuando Cruz,
siendo sargento de la policía rural, encuentra al gaucho prófugo, Martín Fierro, quien debía dos
muertes a la justicia. Allí, él observa la valentía con que este hombre luchaba contra la policía
con el fin de liberarse del acecho, aunque sus captores lo superaran en cantidad. Cruz se ve
reflejado en Fierro ya que él había estado en la misma situación años atrás y es por eso que
decide cambiar de bando, uniéndose al gaucho, peleando por la misma causa: la libertad.…
El procedimiento que se lleva a cabo para unir el cuento con el poema es sumamente
interesante: una expansión debido a que el narrador cuenta la vida de Cruz antes de su encuentro
con Fierro, es decir, focaliza la vida, el destino y la identidad de Cruz para que así se entienda
mejor por qué éste decide traicionar a la partida y aliarse al gaucho prófugo. En el relato se
desarrolla las acciones de un modo tal, que ellas respetan la ficción armada por Hernández y
resultan, así, complementarias y con pleno sentido.

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