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Al golpe de la vida,
perdemos la esperanza;
hemos roto el camino
y el roce de tu planta.
SALMODIA
Ant 1. Nos diste, Señor, la victoria sobre el enemigo; por eso damos gracias a tu
nombre.
Ant. Nos diste, Señor, la victoria sobre el enemigo; por eso damos gracias a tu
nombre.
Salmo 43 II
Salmo 43 III
Todo esto nos viene encima,
sin haberte olvidado
ni haber violado tu alianza,
sin que se volviera atrás nuestro corazón
ni se desviaran de tu camino nuestros pasos;
y tú nos arrojaste a un lugar de chacales
y nos cubriste de tinieblas.
PRIMERA LECTURA
Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que vivís en el monte de Samaría, que
oprimís a los pobres, maltratáis a los míseros y decís a vuestros maridos: «Trae
de beber.» El Señor lo jura por su santidad: Llegarán días sobre vosotras en que
os levantarán con garfios, a vuestros hijos con ganchos; saldréis por las
brechas, cada cual por la que tenga delante, y os arrojarán hacia el Hermón -
oráculo del Señor-.
Aunque yo os retuve la lluvia tres meses antes de la cosecha, hice llover en una
ciudad y no en la otra, una parcela fue regada, y la parcela donde no llovió se
secó; aunque dos o tres ciudades caminaban vacilantes a otra ciudad para
beber agua, y no se hartaban; no os convertisteis a mí -oráculo del Señor-. Os
herí con tizón y neguilla, sequé vuestros huertos y viñedos, vuestras higueras y
vuestros olivares los comió la langosta, pero no os convertisteis a mí -oráculo
del Señor-.
Por eso, así te voy a tratar, Israel, y porque así te voy a tratar, prepárate a
encararte con tu Dios; él formó las montañas, creó el viento, descubre al
hombre su pensamiento, hace la aurora y la oscuridad, camina sobre el dorso
de la tierra. Su nombre es el Señor de los ejércitos.
SEGUNDA LECTURA
Por ello, el Señor, para ir convirtiendo los dones corporales en remedio del
espíritu y pasar de la curación de los cuerpos a la salud de las almas, se separó
de las turbas que lo rodeaban y, con sus apóstoles, subió a un monte cercano.
Sentóse entonces en la sublimidad de la cátedra mística, indicando con el lugar
escogido y con la actitud tomada que él era aquel mismo que en otro tiempo
había hablado a Moisés, también desde un monte; pero con la diferencia de
que entonces lo hizo con gran severidad y con palabras terribles, y ahora, en
cambio, lo hacía con bondad y clemencia, para que así se cumpliera lo que
había anunciado el profeta Jeremías: Mirad que llegan días -oráculo del Señor-
en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. Después
de aquellos días -oráculo del Señor-: Pondré mi ley en su pecho, la escribiré en
sus corazones.
El mismo, por tanto, que había hablado a Moisés se dirige ahora a los
apóstoles: así la ágil mano del Verbo iba grabando en los corazones de los
discípulos los mandamientos de la nueva ley, pero no como entonces, rodeado
de densas nubes, ni por medio de truenos y relámpagos que atemorizaban al
pueblo, alejándolo del monte, sino con la manifiesta suavidad de un diálogo
que se dirige a los que están cerca. De esta forma la suavidad de la gracia
anulaba la aspereza de la ley, y el espíritu de adopción suplantaba el temor
servil.
Y cuál sea la doctrina de Cristo, se manifiesta en sus mismas palabras; con ellas
el Señor quiere declarar los diversos grados por los que debe ir subiendo quien
desea llegar a la felicidad eterna. Dichosos los pobres de espíritu -dice-, porque
de ellos es el reino de los cielos. A qué pobres se refiera la Verdad, tal vez
quedaría confuso si dijera sólo: Dichosos los pobres, sin añadir de qué clase de
pobreza se trataba; a muchos, en efecto, se les podría ocurrir que era sólo
cuestión de aquella indigencia material que muchos padecen por necesidad y
que ella era suficiente para merecer el reino de los cielos. Pero al decir:
Dichosos los pobres de espíritu, el Señor manifiesta que el reino de los cielos
pertenece a aquellos que son pobres más por la humildad de su espíritu que por
la carencia de fortuna.
ORACIÓN.
OREMOS,
Oh Dios todopoderoso, de quien procede todo don perfecto, infunde en
nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa
nuestra vida, aumentes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo
conserves. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
Of La Tr Sx Nn Vs Cm
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
SALMODIA
RESPONSORIO BREVE
CÁNTICO EVANGÉLICO
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus hijos y
nunca desatiende sus súplicas, y digámosle con humildad:
Ilumínanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo;
que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.
Padre nuestro...
ORACION
A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, te pedimos
humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre en la
claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.