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Ganadería
Dados los estudios en el 2006 el manejo de
ganado y terrenos del pastoreo es una
actividad muy extendida en el ámbito de las
actividades agropecuarias, las cuales implican
una serie de operaciones que, como casi todas
las actividades humanas, pueden producir
impactos ambientales, algunos de los cuales
pueden ser negativos.
La ganadería es uno de los principales responsables de los graves problemas
medioambientales de hoy en día. Se requiere una acción urgente para hacer
frente a esta situación”, asegura Henning Steinfeld, jefe de la Subdirección de
Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector de la FAO.
La actividad ganadera figura entre los sectores más perjudiciales para los cada
día más escasos recursos hídricos, contribuyendo entre otros aspectos a la
contaminación del agua, la eutrofización (proliferación de biomasa vegetal
debido a la excesiva presencia de nutrientes) y la destrucción de los arrecifes
de coral. Los principales agentes contaminantes son los desechos animales, los
antibióticos y las hormonas, los productos químicos utilizados para teñir las
pieles, los fertilizantes y pesticidas que se usan para fumigar los cultivos
forrajeros.
El sobrepastoreo afecta al ciclo del agua, e impide que se renueven los recursos
hídricos tanto de superficie como subterráneos. La producción de forraje obliga
a desviar importantes cantidades de agua.
La pesca
La pesca y la acuicultura, que representan
una importante fuente de alimentos y de
medios de vida para un gran número de
personas, hacen frente a varios problemas
fundamentales.
El exceso de la pesca no sólo reduce la
existencia de especies, sean o no objeto de
pesca, sino que también causa un fuerte impacto en el ecosistema marino. Más
aún, una mala administración sumada a esta actividad le hace perder a la
industria pesquera miles de millones de dólares de ingresos potenciales.
La agricultura
La agricultura representa la mayor proporción de
uso de la tierra por el hombre. Sólo los pastos y los
cultivos ocupaban el 37 por ciento de la superficie
de tierras de labranza del mundo en 1999. Casi dos
terceras partes del agua utilizada por el hombre se
destina a la agricultura. En Asia, la proporción
aumenta hasta cuatro quintas partes.
La producción agropecuaria tiene unos profundos efectos en el medio ambiente
en conjunto. Son la principal fuente de contaminación del agua por nitratos,
fosfatos y plaguicidas. También son la mayor fuente antropogénica de gases
responsables del efecto invernadero, metano y óxido nitroso, y contribuyen en
gran medida a otros tipos de contaminación del aire y del agua. Los métodos
agrícolas, forestales y pesqueros y su alcance son las principales causas de la
pérdida de biodiversidad del mundo. Los costos externos globales de los tres
sectores pueden ser considerables.
La agricultura afecta también a la base de su propio futuro a través de la
degradación de la tierra, la salinización, el exceso de extracción de agua y la
reducción de la diversidad genética agropecuaria. Sin embargo, las
consecuencias a largo plazo de estos procesos son difíciles de cuantificar.
La contaminación de las aguas subterráneas por los productos y residuos
agroquímicos es uno de los problemas más importante en casi todos los países
desarrollados y, cada vez más, en muchos países en desarrollo.
La contaminación por fertilizantes se produce cuando éstos se utilizan en
mayor cantidad de la que pueden absorber los cultivos, o cuando se eliminan
por acción del agua o del viento de la superficie del suelo antes de que puedan
ser absorbidos. Los excesos de nitrógeno y fosfatos pueden infiltrarse en las
aguas subterráneas o ser arrastrados a cursos de agua. Esta sobrecarga de
nutrientes provoca la eutrofización de lagos, embalses y estanques y da lugar
a una explosión de algas que suprimen otras plantas y animales acuáticos.
La agricultura es también una fuente de conta-minación del aire. Es la fuente
antropogénica dominante de amoníaco. El ganado representa
aproximadamente el 40 por ciento de las emisiones globales, los fertilizantes
minerales el 16 por ciento y la combustión de biomasa y residuos de cultivos
el 18 por ciento aproximadamente.
Minería
Los emprendimientos de extracción y
procesamiento de minerales comprenden
una serie de acciones que producen
significativos impactos ambientales, que
perduran en el tiempo, más allá de la
duración de las operaciones de extracción
de minerales. Los proyectos de este sector se relacionan con la extracción,
transporte y procesamiento de minerales y materiales de construcción.
Pero la explotación de los productos mineros como carbón, níquel o gas natural
si no se efectúan como es debido causan negativos impactos ambientales,
irreversibles.
Según un estudio hecho por el Instituto Nacional de los Recursos Naturales
(Inderena), el impacto ambiental que causa la explotación minera es grande.
Las transformaciones que causan al medio ambiente inciden en los recursos
hídricos, geológicos, biológicos, atmosférico y socio-económico. Algunas de
esas consecuencias son prevenibles, pero otras, irremediablemente, no pueden
evitarse.
Algunas de las consecuencias negativas de la minería moderna para el medio
ambiente, que resultan ser de las más importantes, son las siguientes:
Cambios en la morfología del terreno: la extracción de minerales sobre
la superficie de la tierra da lugar a grandes excavaciones. Además, se
deforestan grandes extensiones de tierra, teniendo como consecuencia
las pérdidas de suelo por la erosión, pérdida de hábitats de muchas
formas de vida, pérdidas de biodiversidad o alteración de algunos ciclos
biogeoquímicos como el del agua.
Contaminación del aire: las extracciones de minerales liberan polvo y
otros gases tóxicos al medio ambiente, que se originan en las explosiones
que rompen las rocas. Estos gases pueden generar graves problemas
respiratorios a los seres humanos y animales que habitan las zonas
próximas. Además, son gases que pueden subir a la atmósfera y ser
causantes del efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático y a
sus terribles consecuencias.
Contaminación a las aguas superficiales: en ocasiones, los materiales
químicos que se utilizan o liberan durante las extracciones, no son
tratados correctamente y pueden filtrarse accidentalmente hacía las
aguas superficiales, contaminándolos y ocasionando graves perjuicios
para su fauna y flora como su pérdida. Animales, en muchos casos, que
se alimentan por filtración, de manera que los compuestos tóxicos
pueden pasar a través de las cadenas tróficas.
Contaminación de aguas subterráneas: los desechos de las minas suelen
ser lavados por el agua de la lluvia y a veces son llevados y filtrados hacía
los yacimientos de agua subterránea, contaminándolos.
Daños a la flora y a la fauna: daños que se producen como consecuencia
de los puntos anteriores. Se disminuyen la cantidad de especies, se las
desplaza de su hábitat, etcétera.
Los impactos negativos de la extracción de minerales al medio ambiente
también dependen en una gran proporción del tipo de explotación minera,
distinguiéndose fundamentalmente dos tipos de minas: minas subterráneas y
minas a cielo abierto.
La explotación forestal
La deforestación y tala indiscriminada de bosques,
selvas y otros ecosistemas para poder extraer sus ma
deras es uno de los problemas ambientales más grave
que sufre el planeta y que está provocando otros
problemas socioambientales.
El realizar una tala indiscriminada logra provocar un
daño ambiental irreparable en el ecosistema y que
muchas veces queda el sitio queda muerto biológica y económicamente.
El mal manejo del bosque puede aumentar la erosión y sedimentación de los
recursos acuáticos, interrumpir la hidrología, causar mayor inundación,
escasez de agua y degradación de los ecosistemas acuáticos, reducir los
recursos genéticos e intensificando los problemas socioeconómicos.