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Carácter moral y deberes éticos

FAVIQLA RIVERA CASTRO


Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, México

RESUMEN. Los defensores de la ética de la ABSTRACT. Proponents of virtue ethics


virtud usualmente califican a la ética kan" usually charge Kantian ethics with being
tianacomo una moralidad centrada en el act-centered because, they claim, its main
acto porque, sostienen, su principal objeto object of moral evaluation are particular
de evaluación moral son los actos particu" acts. This has the unwelcome consequence
lares, con lo cual un acto puede ser moral- that an act can be morally worthy though
mente bueno a pesar de que el carácter de the character who performs it is not virtu-
quien lo lleva a cabo no sea virtuoso. ous. They also claim that ethics should fo"
Sostienen que, por el contrario, la ética cus on the character of persons such that
debe centrarse en el carácter de las per- only those acts that are the expression of a
sonas, de modo que un acto es moralmente virtuous characters can be morally good.
valioso sólo cuando es la expresión de un My purpose in this article is to show that
carácter virtuoso. El propósito de este ar" the main object of moral evaluation in
tículo es mostrar que, en contra de lo que Kantian ethics is the character of persons.
sostienen los partidarios de la ética de la The categorical imperative does not de-
virtud, el principal objeto de evaluación mand the performance of particular acts,
moral en la ética kantiana es el carácter de but the adoption of maxims of ends, which
las personas. El imperativo categórico no maxims are principIes to guide a complete
exige la realización de actos particulares, life. 1 claim that the adoption of such max-
sino la adopción de máximas de fines, las ims necessarily requires theacquisition of
cuales son principios para una vida comple- a virtuous character so that whoever com-
ta. Sostengo que la adopción de estas máxi- mits herself to living according to ethical
mas necesariamente requiere la adquisición principIes both performs good acts and ac-
de un carácter virtuoso, de tal modo que quires a virtuous character.
quien se compromete sinceramente con los
principios éticos lleva a cabo acciones bue-
nas y tiene también un carácter moral.

La ética de la virtud usualmente se presen- ción de actos particulares, un acto puede


ta como una alternativa superior a las teo- ser correcto a pesar de que el agente que
rías morales kantianas y utilitaristas con el lo lleva acabo tenga un carácter moral"
argumento de que considera el carácter de mente malo, lo cual es insatisfactorio.
los agentes como el objeto principal de Piénsese, por ejemplo, en el mentiroso
evaluación moral, mientras que las segun- compulsivo que es capaz, en cierta oca"
das se centran en la corrección de los actos sión afortunada, de sobreponerse a su in"
particulares. La supuesta superioridad se clinación a mentir y dice la verdad porque
basa en que si nos centramos en la evalua- lo considera su deber; su acto de veracidad

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NOTAS Y DISCUSIONES

será moralmente correcto aunque su carác- requiere la adquisición de un carácter vir-


ter siga siendo malo. En cambio, si toma- tuoso.
mos el carácter como el objeto principal
de evaluación moral, las acciones moral-
mente buenas serán aquellas realizadas
por personas virtuosas, en cuyo caso ya no En el primer capítulo de la Fundamenta-
surge la posibilidad de elogiar el acto y ción para una metafísica de las costum-
reprobar el carácter al mismo tiempo. Des- bres 3 Kant sostiene que el objeto de eva-
de este punto de vista, un acto moralmente luación moral es la máxima de la acción y
correcto llevado a cabo por alguien con un sostiene que una máxima moralmente meri-
carácter moralmente deficiente es por ello toria es aquella que podemos querer como
también moralmente deficiente. Como los ley universal. Las máximas son aquellos
kantianos y los utilitaristas supuestamente principios con base en los cuales una per-
se centran en los actos particulares como sona actúa; por ello, Kant se refiere a ellas
el objeto principal de evaluación moral, un como «principios subjetivos» (FMC,
acto correcto no puede ser moralmente de- Ak. IV, 4Dln). No obstante, como lo men-
ficiente aunque la persona que lo realiza cioné en la introducción, es muy común
tenga un carácter moralmente malo. La pensar que el objeto de evaluación moral
objeción contra las así llamadas «morali- en la moralidad kantiana son las acciones.
dades del acto» es que pierden de vista la La razón de ello es que Kant se refiere a
importancia del carácter en la evaluación las acciones particulares como moralmente
moral porque sistemáticamente subordi- buenas cuando las máximas en que se
nan el valor del carácter al valor de los ac- basan también lo son. Pero deja muy clara
tos particulares I . la relación de prioridad: el valor moral de
En lo que sigue voy a asumir que los una acción depende del valor moral de la
defensores de la ética de la virtud tienen máxima. Por tanto, el imperativo categóri-
razón al afirmar que la teoría moral debe co exige que actuemos con base en ciertas
centrarse en el carácter de las personas máximas, esto es, aquellas que podamos
como el objeto principal de evaluación querer como leyes universales.
moral. Comparto con ellos la intuición de Dos de los ejemplos explícitos de
que cuando un acto moralmente correcto máximas que aparecen en la Funda-
es realizado por una persona con un carác- mentación son los siguientes: «En base al
ter moralmente deficiente, el acto mismo egoísmo adopto el principio de abre-
tiene que ser deficiente también. Vaya viarme la vida cuando ésta me amenace a
sostener, sin embargo, que la ética kan" largo plazo con más desgracias que
tiana no es una moralidad del acto, al amenidades prometa» (FMC, Ak. IV,
menos no en el sentido criticado por los 422). «Cuando me crea sumido en un
defensores de la ética de la virtud 2. En mi apuro económico, pediré dinero a crédito
interpretación, la ética kantiana también y prometeré devolverlo, aunque sepa que
considera al carácter de los agentes como nunca sucederá tal cosa» (FMC, ibid.). En
el objeto principal de evaluación moral. ambos casos le interesa mostrar que estas
Para defender esta tesis voy a proceder en máximas no son moralmente aceptables
dos pasos. Primero mostraré que el con- porque, sostiene, no son universalizables.
tenido de las exigencias éticas no es la Estos ejemplos dejan claro que una máxi-
realización u omisión de actos particu- ma es un principio o regla para la rea-
lares, sino la adopción de máximas moral- lización de un cierto tipo de acciones, y no
mente buenas. En un segundo paso vere- meramente para una acción específica
mos que dicha adopción necesariamente irrepetible. También es manifiesto que la

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NOTAS y DISCUSIONES

máxima especifica un tipo de acto (<<abre- la ética de la virtud. En primer lugar, una
viar la vida», «prometer devolver un persona puede actuar con base en máxi-
crédito») a realizar por alguna razón, fin o mas moralmente buenas en ciertas oca-
motivo (<<cuando las desgracias superen a siones a pesar de que su carácter sea mo-
las amenidades» ,«pedir dinero a crédi- ralmente deficiente. Piénsese de nuevo en
to»). Lo que quiero destacar es que las el mentiroso compulsivo que es capaz de
máximas no especifican únicamente el decir la verdad en ciertas ocasiones por el
tipo de acto externo a realizar, sino que motivo del deber. De acuerdo con Kant,
contienen también las razones, motivos O actuar por el motivo del deber es verse
fines por los cuales tales actos se llevan a movido por el pensamiento de que la
cabo. Este punto surge claramente en el moralidad exige la acción. En este caso, el
primer capítulo de la Fundamentación mentiroso es capaz de actuar con base en
cuando Kant compara las acciones de un una máxima moral (una máxima de deber)
filántropo en dos momentos de su vida: a pesar de que su carácter es moralmente
primero, el filántropo ayuda por incli- deficiente. Esto sugiere que, al menos in-
nación y, después, por deber. Los actos directamente, la ética kantiana le otorga
externos del filántropo son los mismos, a prioridad al valor moral de las acciones
saber, ayudar, pero Kant sostiene que sólo por encima del valor del carácter. En se-
la segunda acción tiene valor moral gundo lugar, al sostener que las máximas
porque, nos dice, sólo en el segundo caso son el principal objeto de evaluación
la máxima es moralmente meritoria. Las moral, Kant deja de lado a los sentimien-
máximas, entonces, contienen las razones, tos, a los que considera carentes de valor
motivos o fines por las cuales se actúa, y moral 4 . Deja muy claro que el valor moral
el mismo acto externo puede llevarse a de una acción guiada por una máxima
cabo con base en máximas diferentes. moralmente buena no se ve afectada en lo
Sobre las máximas también es impor- más mínimo, ni de manera positiva ni
tante mencionar que no tienen por qué ser negativa, por los sentimientos e incli-
explícitas en el momento de la acción. La naciones que se experimentan (FMC, 4,
tesis de Kant es que toda acción se realiza 398-399). El valor moral reside en lo que
con base en alguna máxima, pero éstas, en el agente se determina a hacer, no en los
la gran mayoría de los casos, están implí- sentimientos e inclinaciones que, según
citas, y en algunos de ellos podemos re- Kant, tienen lugar en él y respecto de los
construirlas a partir de lo que hacemos y cuales es pasivo. En la sección sobre el
de nuestras motivaciones. Pero en muchas sentimiento moral en la Introducción a
situaciones, precisamente porque nuestros Principios Metafísicos de la Doctrina de
motivos Son opacos, también lo son las la Virtud 5 señala que «no es conveniente
máximas. Esto no representa un problema llamar a este sentimiento sentido moral
para Kant porque a él le interesa estable- porque con el término "sentido" se en-
cer las máximas con base en las cuales tiende por lo común una facultad teorética
debemos actuar. La evaluación de la con- perceptiva, referida a un objeto; por el
ducta pasada o ajena no figura de manera contrario, el sentimiento moral (como el
importante en su teoría. placer y el desagrado en general) eS algo
Esta aclaración sobre las máximas meramente subjetivo, que no suministra
sirve para rechazar la creencia de que el conocimiento» (PMDV, Ak. VI, 400). El
objeto principal de evaluación moral en la hecho de que el mentiroso compulsivo
ética kantiana son los actos particulares. tenga que superar su fuerte inclinación a
Sin embargo, no es suficiente para respon- mentir no le resta nada al valor moral de
der satisfactoriamente a los defensores de su acción de decir la verdad por deber. La

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razón es que como la inclinación no eS una que sobreponerse, muestra una falta de ar"
forma de percepción o conocimiento de monía entre la razón y los sentimientos:
los rasgos morales de la situación en la mientras la razón le indica que debe ayu-
que se encuentra, sino algo meramente dar, sus sentimientos le dicen que no tiene
subjetivo, no afecta en nada al valor moral porqué hacerlo. Según los partidarios de la
de su comportamiento. ética de la virtud, esta armonía es precisa-
Un ejemplo del propio Kant es su se- mente la característica de un carácter vir-
gunda versión del filántropo que ayuda al tuoso y quien carezca de ella posee un
prójimo por deber. Ahora nos pide que carácter moralmente deficiente.
imaginemos al filántropo como una per- Para ofrecer una respuesta más ade-
sona «fría e indiferente al dolor ajeno». cuada a los críticos será necesario conside-
Presenta su ejemplo de tal modo que la rar con más detenimiento el contenido de
persona ayuda a otros a pesar de que no los deberes éticos, así como la función de
experimenta ningún sentimiento que lo los sentimientos morales en la práctica
podría mover a ayudar. El punto que le in- de la virtud. Mi objetivo es mostrar que la
teresa enfatizar es que el valor moral de ética kantiana exige algo más que la mera
una acción reside en la máxima: siempre realización de acciones moralmente meri-
que la persona actúe según una máxima torias,a saber, la adquisición de un carác-
moralmente buena (tal como «ayudar a ter moral, y que este último se caracteriza,
otros porque es mi deber»), su acción será en parte, por la presencia de ciertos sen-
moralmente meritoria al margen de los timientos morales.
sentimientos que exprese o deje de expre-
sar. Pero esto es precisamente lo que re- 2
chazan los partidarios de la ética de la vir-
tud, ya que consideran que los sentimien- La idea de que la moralidad kantiana se
tos tienen valor moral y que, por tanto, centra en los actos particulares como el
son objetos apropiados de evaluación objeto principal de evaluación moral a ex-
moral. Esta perspectiva tan diferente sobre pensas del carácter de los agentes se debe
los sentimientos se debe a que, a diferen" también a la tendencia a confundir las exi-
cia de Kant, se les considera modos de gencias de la ética y las de la justicia. Kant
percepción sobre los aspectos moralmente divide los deberes morales en deberes de
relevantes de las acciones o estados de virtud (o éticos) y de justicia (o jurídi-
cosas. En el caso del filántropo, su indife" cos) 6. Los deberes éticos constituyen el
rencia frente al dolor ajeno es reprobable dominio de lo que podemos llamar «mora-
moralmente porque esta actitudes un lidad personal», mientras que los de justi-
modo de percibir la situación de los cia son aquellos que la autoridad política
demás: al reaccionar con indiferencia, el se encarga de hacer valer por medios
filántropo percibe el dolor ajeno como coactivos. Distingue entre los deberes éti-
algo que no tiene por qué moverlo a hacer cos y los jurídicos de acuerdo con el tipo
nada; o más bien, al reaccionar con in" de legislación. Sostiene que toda legis-
diferencia el filántropo no percibe el dolor lación tiene dos elementos: una ley que
ajeno como una razón para ayudar. Si los representa una acción como objetivamente
sentimientos son modos de percepción, necesaria y un incentivo que constituye el
entonces pueden ser apropiados o ina- elemento subjetivo en la determinación a
propiados. Desde este punto de vista, al- la acción exigida por la ley (PMDV,
guien que cumpla con su deber, pero ex" Ak. VI, 218). Nos dice que, en consecuen-
perimente sentimientos que son contrarios cia, toda legislación puede distinguirse por
a su convicción moral y a los que tiene el incentivo: la legislación «que hace de

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una acción un deber y de ese deber, a la cumplimiento. Los deberes son estrictos,
vez, un incentivo es ética», mientras que en cambio, cuando la ley exige actos par-
la legislación «que no incluye al último en ticulares pero no máximas. Por ejemplo, el
la ley y, por tanto, admite también otro in- deber de hacer el bien es ético porque exi-
centivo distinto de la idea misma del deber ge la adopción del fin de ayudar a los
es jurídica» (PMDV, 6, 219). A primera demás como algo valioso en sí mismo, sin
vista parece que la diferencia entre los de- especificar qué acciones en particular se
beres éticos y los jurídicos reside en que deben llevar en cabo; en cambio, el deber
los primeros exigen la realización de cier- de cumplir los contratos es estricto porque
tos actos por incentivos morales, en tanto exige la realización del acto externo sin
que los segundos permiten cualquier tipo importar el motivo.
de incentivo, sea moral o bien de la Kant también divide los deberes mo-
inclinación. rales en perfectos e imperfectos. Sobre
Esta manera de expresar la distinción ellos nos dice que únicamente los deberes
entre los deberes éticos y los jurídicos de virtud pueden ser imperfectos y que su
apoya la tesis de que tanto la ética cama la cumplimiento es meritorio, mientras que
justicia exigen la realización u omisión de dejar de observarlos no es demérito, sino
actos particulares, y que sólo se distinguen únicamente falta de valor moral (PMDV,
en que la ética además exige motivos Ak. VI, 390). Esto sugiere que el cumpli-
morales. Sin embargo, en la Introducción miento de los deberes perfectos no es me-
a Principios metafísicos de la doctrina de ritorio y que su omisión implica culpabili-
la virtud Kant sostiene que los deberes ju- dad. Es muy común en la literatura tratar
rídicos son de obligación estricta porque como equivalentes las distinciones estric-
exigen acciones (a realizar u omitir), to/amplio y perfecto/imperfecto. Usual-
mientras que los deberes éticos son de mente se asume que «amplio» significa lo
obligación amplia porque exigen la adop- mismo que «imperfecto» y que este tipo
ción de máximas de fines pero no especifi- de deberes permiten cierto margen para
can qué debamos hacer en particular para decidir qué hacer con miras a su cumpli"
cumplirlos 7. Sobre los deberes amplios miento ya que exigen la adopción de má-
nos dice lo siguiente: «Si la ley sólo puede ximas de fines; como no exigen ninguna
ordenar la máxima de las acciones, no las acción en particular, se supone que su
acciones mismas, esto es un signo de que cumplimiento es meritorio. También se
deja un margen (latitudo) al arbitrio libre piensa que los deberes que exigen actos
para el cumplimiento (la observancia), es particulares a realizar u omitir son perfec-
decir, que no puede indicar con precisión tos o estrictos y que, por ello mismo, su
cómo y cuánto se debe obrar con la acción cumplimiento no es meritorio sino debi"
con vistas al fin que es a la vez un deber. do 8. De acuerdo con esta lectura, todos los
Pero por deber amplio no se entiende un deberes de virtud son amplios e imperfec-
permiso para introducir excepciones a la tos, y todos los jurídicos son perfectos y
máxima de las acciones, sino sólo el de estrictos. La dificultad, sin embargo, es
limitar una máxima del deber por otra (por que Kant sugiere en varios lugares que
ejemplo, el amor universal al prójimo por tenemos deberes éticos perfectos.
el amor paternal), con lo cual se amplía En la Principios metafísicos de la doc-
realmente el campo de la praxis virtuosa» trina de la virtud encontramos que el fin
(PMDV, Ak. VI, 390). ético de promover la propia perfección da
Un deber que exige la adopción de un lugar tanto a deberes perfectos como im-
fin deja mucho margen para determinar perfectos. Dentro de los primeros Kant
qué acciones llevar a cabo con miras asu menciona el deber negativo de no suici-

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NOTAS y DISCUSIONES

darse, y entre los segundos Se encuentra el kantiana, al menos parcialmente, se centra


deber de cultivar los talentos y capaci, en los actos y no en el carácter. Para sos"
dades naturales. De manera paralela, el fin tener que, por el contrario, el principal ob,
ético de promover la felicidad de los de" jeto de evaluación en la ética kantiana es
más da lugar a dos tipos de deberes: los de el carácter de las personas es necesario
amor y los de respeto. Dentro de los pri, mostrar que la ética siempre exige la
meros encontramos el deber de hacer el adopción de máximas de fines, aun en el
bien y de fomentar el sentimiento de la caso de deberes que exijan la realización u
simpatía hacia las necesidades ajenas; y omisión de acciones específicas.
dentro de los segundos están los deberes Con el fin de separar los dos pares de
negativos de evitar vicios como la arra" categorías de deberes propongo la carac,
gancia. Si bien no dice que los deberes de terización siguiente. La distinción am,
amor sean imperfectos y los de respeto plio/estricto claramente concierne al con,
perfectos, sí lo sugiere cuando afirma que tenido del deber: o bien el deber exige la
«la omisión de los deberes de amor, sim" adopción de una máxima de fin, o bien la
plemente, es falta de virtud (peccatum). realización u omisión de algún acto parti,
Pero la omisión del deber que surge del cular sin importar la máxima. Esto con,
respeto debido a cada hombre en general cuerda con la afirmación de Kant de que
es un vicio (vitium). Porque olvidando los los deberes éticos siempre son amplios
primeros no se ofende a hombre alguno; porque exigen la adopción de máximas,
mientras que la omisión de los segundos mientras que los jurídicos Son estrictos
daña al hombre en su legítima pretensión» porque se limitan a prescribir o prohibir
(PMDV, Ak. VI, 464). actos particulares. Como también sostiene
En vista de la existencia de los deberes que sólo los deberes de virtud o éticos
éticos perfectos es necesario ofrecer una pueden ser imperfectos, entonces todos los
caracterización de la distinción perfecto/ deberes jurídicos son perfectos, mientras
imperfecto que sea independiente del par que los de virtud pueden ser perfectos o
estricto/amplio. Para los fines de este tra, imperfectos. Esta segunda distinción
bajo este punto cobra cierta importancia parece referirse al beneficiario del deber,
porque quienes suscriben la equivalencia es decir, a si el deber se le debe a alguien
de las dos distinciones suponen que cuan, en particular o no. Kant dice que el cum,
do un deber es perfecto no se exige la plimiento de un deber imperfecto es meri,
adopción de ninguna máxima aunque torio, mientras que su omisión no implica
se trate de un deber ético. Por ejemplo, culpabilidad sino falta de valor moral.
Thomas Hill sostiene que los deberes per, Para que la omisión de un deber imperfec-
fectos exigen la realización de actos par, to no implique culpabilidad tiene que
ticulares, pero no la adopción de alguna tratarse de un deber que no se le deba a al,
máxima y que, por tanto, «uno podría ob- guien en particular. Como él mismo lo
servar un deber perfecto llevando a cabo señala, «olvidando los primeros no se
el tipo correcto de acto sin haber adoptado ofende a hombre alguno». Por ejemplo, el
ningún principio relevante para la situa, deber de hacer el bien es imperfecto por,
ción, pero uno no podría observar un de- que su cumplimiento no se le debe a nadie
ber imperfecto de la misma manera» 9. Me en particular: a quién ayudar, cuándo y de
interesa rechazar esta postura porque la qué manera se le deja al arbitrio de cada
afirmación de que algunos deberes éticos, persona. En cambio, la omisión de un de,
por ser perfectos, exigen la realización u ber perfecto sí implica culpabilidad pre-
omisión de actos particulares sin importar cisamente porque hay alguien en particu-
la máxima apoya la tesis de que la ética lar a quien su cumplimiento se le debe y,

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NOTAS y DISCUSIONES

puede, por tanto, exigirlo en caso de omi- con su valor incondicionado. En cambio,
sión. Esto no significa que siempre se trate ayudar a los demás en la consecución de
de una persona específica exclusivamente. sus fines y cultivar los talentos y capaci-
Hay deberes perfectos que se le deben a dades propias es, según Kant, hacer algo
cada persona en particular porque su más de lo estrictamente debido a la hu-
omisión implicaría tratarlos como meros manidad concebida como fin negativo, y
medios. Kant señala que «la omisión de es por ello meritorio.
los [deberes de respeto] daña al hombre en La segunda implicación proviene de la
su legítima pretensión», los cuales son de- manera en que Kant concibe los deberes
beres que se le deben a cada persona en imperfectos. Como vimos, nos dice que su
particular. Aquellos deberes que se le observancia es meritoria, en tanto que de-
deben a un individuo en específico exclu- jar de cumplirlos no implica culpabilidad.
sivamente son las obligaciones incurridas, Sin embargo, algunos tipos de acciones
tales como el cumplimiento de las prome- que caen claramente bajo los deberes im-
sas y los contratos. Esto concuerda con su perfectos parecen ser obligaciones más
tesis de que el cumplimiento de los de- perfectas. No es lo mismo dejar de ayudar
beres imperfectos es meritorio: como se le al extranjero que vive en algún lugar re-
debe ayuda a nadie en particular, la con- moto, que al vecino que acaba de sufrir un
ducta es meritoria cuando se ayuda a al" accidente doméstico y nos pide auxilio. Si
guien, pero no hay culpa cuando se deja bien tenemos el deber de ayudar al próji-
de hacerlo; y como se le debe respeto a to- mo en general, tenemos la libertad de de-
dos, la actitud correspondiente no puede cidir a quién ayudar, cuándo y de qué ma-
ser meritoria, mientras que la falta de res- nera, y los criterios obvios para hacer estas
peto implica culpabilidad. elecciones parecen ser la proximidad, la
Esta doble distinción tiene dos impli- urgencia de la necesidad ajena, y las rela-
caciones incómodas que debo mencionar. ciones especiales que mantenemos con
En primer lugar, resulta extraño que el ciertas personas. Es natural que la presión
deber de cultivar los talentos, por ser im- para ofrecer ayuda resulte mayor cuando
perfecto, no nos lo debamos a nosotros se trata de alguien cercano, como el veci-
mismos. El deber es amplio, por ser éti- no, que cuando el necesitado es un extran-
ca, lo cual significa que se exige la adop- jero en un país remoto. No obstante, Kant
ción de la máxima, pero no la realización sugiere que en ningún caso tenemos Una
de alguna acción en particular. Como el obligación perfecta, aunque el ejemplo del
único beneficiario de un deber hacia uno vecino muestra que dejar de cumplir con
mismo somos nosotros mismos, parece un deber imperfecto a veces sí puede
que tendría que ser perfecto. Sin embar- implicar culpabilidad. Pienso que no es
go, Kant parece suponer que el desarrollo posible resolver esta dificultad si nos man-
de la propia perfección natural es hacer tenemos dentro de lo que Kant sostiene
más por nosotros mismos de lo que es- explícitamente, pero la labor de inter-
trictamente nos debemos; por ello, el pretación necesaria para aclarar este punto
cumplimiento de este deber es meritorio. rebasa los límites de este trabajo.
Esto se debe a su tesis de que la hu- Lo que a mí me interesa establecer es
manidad es un fin negativo, es decir, un que los deberes éticos, a diferencia de los
fin contra el cual no debemos actuar nun- jurídicos, son amplios; lo cual significa
ca. Estrictamente, lo que nos debemos a que siempre exigen la adopción de una
nosotros mismos y a los demás es abste- máxima, sea que se trate de un deber per-
nernos de tratar a la humanidad propia y fecto o de uno imperfecto. En ambos casos
ajena de maneras que sean incompatibles es imposible satisfacer las exigencias de la

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NOTAS y DISCUSIONES

ética si no se actúa con base en una máxi- firmes a lo largo de una vida completa, lo
ma de fin. Aun en el caso de los deberes cual supone la práctica constante de las
éticos negativos, como no suicidarse y no acciones exigidas por las máximas. Lo que
tratar a los demás con arrogancia, la exi" me interesa destacar es que esta práctica,
gencia no es meramente abstenerse de rea- si es exitosa, tiene como consecuencia la
lizar los actos externos correspondientes. adquisición de un carácter moral. Kant
El deber exige ciertamente abstenerse de sostiene que el progreso en la adopción de
realizar ciertos actos externos, pero en el las máximas éticas nunca puede concluir,
medida que es ético, la omisión debe y es a este esfuerzo constante a lo que él
basarse en una máxima de fin, la cual es- denomina «virtud». Concibe a la virtud
pecifica las consideraciones éticas por las como una lucha y se refiere a ella como
cuales tales actos no deben lIevarse a fortitudo moralis, como «la capacidad y el
cabo. Tanto en el caso del suicidio, como propósito deliberado de oponer resistencia
en el de la arrogancia, se exige que actue- [...] al adversario de la intención moral en
mos movidos por una actitud valorativa nosotros» 11. Agrega que «la virtud es la
hacia nosotros y hacia los demás, respecti- fuerza de la máxima del hombre en el
vamente. No es suficiente no suicidarse cumplimiento de su deber» 12. En la segun-
por temor a la muerte: uno debe preservar da Crítica define a la virtud como «la in-
la propia vida porque se valora a sí mismo tención moral en combate» 1" Y en la Re-
como un fin incondicionado. Igualmente, ligión señala que la virtud es una «palabra
se debe evitar la arrogancia en el trato con que (tanto en griego como en latín) sig-
los demás movidos por el reconocimiento nifica denuedo y valentía y, por lo tanto,
del valor incondicionado de la humanidad supone un enemigo» 14. La adopción de las
en otras personas. Esto último es claro máximas éticas supone, entonces, una
cuando Kant sostiene que el sentimiento lucha constante contra los incentivos con-
de respeto acompaña el cumplimiento de trarios a la moralidad, de tal modo que lo
los deberes de respeto hacia los demás importante desde un punto de vista moral
(PMDV, 6,448). no es cumplir con el deber de manera oca-
Hasta ahora hemos visto que la ética sional, sino la firme determinación, a lo
kantiana no exige la mera realización u largo de una vida completa, de convertir a
omisión de actos externos, sino la adop- las máximas éticas en rasgos del propio
ción de máximas de fines. A continuación carácter.
veremos por qué esta adopción necesaria- ¿Cómo es posible lograr semejante
mente requiere el desarrollo de un carácter transformación? En la Religión Kant
moral y por qué, debido a ello, este último sostiene que, en la medida que el deber
es el principal objeto de evaluación moral. exige una «revolución» moral, tal revolu-
ción debe ser posible. Sin embargo, nos
3 dice: «cuando el hombre invierte el funda-
mento supremo de sus máximas, por el
A diferencia de la Fundamentación, en cual era un hombre malo, mediante una
donde el énfasis recae en el mérito moral única decisión inmutable (y con ello viste
de acciones particulares, en Principios un hombre nuevo), en esa medida es,
metafísicos de la doctrina de la virtud según el principio y el modo de pensar, un
Kant deja claro que la adopción de máxi- sujeto susceptible del bien, pero sólo en
mas de fines éticos es un proyecto a largo un continuo obrar y devenir es un hombre
plazo 10. La exigencia ética no es actuar bueno; esto es: puede esperar que con una
con base en estas máximas en ciertas oca- pureza semejante del principio que ha
siones, sino adoptarlas como principios adoptado como máxima suprema de su

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NOTAS Y DISCUSIONES

albedrío y con la firmeza de ese principio modo que se adquiera un carácter moral-
se encuentre en el camino bueno (aunque mente bueno. Desde luego, es posible imi-
estrecho) de un constante progresar de lo tar la virtud llevando a cabo las acciones
malo a lo mejor» 15. que haría una persona virtuosa sin por ello
Esta doble perspectiva sobre la «revo- llegar jamás a la virtud misma. Uno puede
lución» moral se debe, desde luego, a los de manera mecánica ayudar al prójimo sin
dos puntos de vista que ineludiblemente, poder jamás hacerlo por los motivos que la
según Kant, tenemos que adoptar sobre ética exige. Es por ello que Kant sostiene
nosotros mismos: en tanto que seres libres, que la virtud no puede basarse en el hábito
tenemos que concebimos como capaces de (PMDV, Ak. VI, 383-384). Para que la
adoptar las máximas éticas mediante una práctica sea virtuosa no puede consistir en
«decisión inmutable»; pero, en tanto que la mera repetición de ciertos actos exter-
seres susceptibles a la influencia de los in- nos, sino que tiene que proceder de máxi-
centivos de la sensibilidad, tenemos que mas éticas con base en las cuales uno se ha
admitir que la revolución tiene que ser propuesto actuar. El propósito de laprácti"
gradual, ya que no podemos cambiar nues- ca es más bien el siguiente. Por un lado,
tra sensibilidad mediante una «decisión», quien ha resuelto adoptar máximas éticas
sino solamente a través de la práctica necesariamente tendrá que actuar en con-
constante de acciones éticas. Esto no sig- sonancia, de otro modo su resolución no
nifica que mientras desde el punto de vista habrá sido genuina. Por el otro, Kant
inteligible sí es posible adoptar las máxi- sostiene que la práctica auténtica y exitosa
mas éticas, desde el punto de vista sensi- de acciones éticas produce efectos en la
ble sólo nos queda progresar. Más bien sensibilidad. Ello es claro en un pasaje fre-
quiere decir que la autenticidad de la reso- cuentemente citado: «Hacer el bien es un
lución de adoptar dichas máximas de- deber. Quien lo practica a menudo y tiene
pende de la conducta efectiva y de la éxito en su propósito benefactor llega al fi-
transformación de la sensibilidad. Por eso nal a amar efectivamente a aquel a quien
Kant afirma, en el pasaje anterior, que la ha hecho el bien. Por tanto, cuando se dice:
«decisión inmutable» sólo nos hace «sus- debes amar a tu prójimo como a ti mismo,
ceptibles al bien». La genuina adopción de no significa: debes amar inmediatamente
las máximas éticas sólo puede tener lugar (primero) y mediante este amor hacer el
en un progreso constante, esto es, en la bien (después), sino: ¡haz el bien a tu próji"
virtud. Aunque la adopción de una máxi" mo y esta beneficencia provocará en ti el
ma es lo que él denomina una «acción in- amor a los hombres (como hábito de la in-
terna» (PMDV, Ak. VI, 218) no hay mane- clinación a la beneficencia)!» 16.
ra de llevar a cabo tal acción al margen de Kant sostiene que no podemos tener el
las acciones externas. Si bien es verdad deber de experimentar sentimiento alguno,
que estas últimas no pueden ser un signo ya que no tenemos control directo sobre
seguro de una máxima ética, sí son una nuestros sentimientos. Pero también nos
condición necesaria. Alguien que está dice que podemos llegar a producir ciertos
comprometido con la máxima de hacer el sentimientos de manera indirecta. Alguien
bien ayudará al prójimo, y si no lo hace, que practique la beneficencia por motivos
entonces su «compromiso» no habrá sido éticos probablemente adquirirá con el
genuino. tiempo ciertas actitudes, disposiciones y
La pregunta importante para los fines sentimientos. Tal vez adquiera mayor in"
de este trabajo es por qué, según Kant, la terés en la necesidad ajena y aprenda a
práctica constante de acciones éticas puede reaccionar con una disposición natural a
tener el efecto de transformar el carácter de ayudar. Kant mismo pensaba que los sen~

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NOTAS Y DISCUSIONES

timientos de amor y de respeto pueden lle" máxima de deber, sí son un signo del pro"
gar a acompañar la práctica exitosa de greso moral realizado, y su ausencia evi"
acciones procedentes de la máxima de dencia la falta de virtud. Desde el punto de
promover la felicidad ajena. Estos sen" vista de la ética kantiana, la acción del
timientos son completamente subjetivos, mentiroso de decir la verdad por deber es
lo cual significa que no nos pueden ayudar ciertamente moralmente buena, pero el
a discernir qué debemos hacer. Pero su carácter está muy lejos de ser virtuoso. Al
presencia nos permite detectar con más fa- igual que en la ética de la virtud, las ac"
cilidad las situaciones en las cuales cierto ciones virtuosas sólo pueden ser el pro"
tipo de conducta moral es necesaria, ade" ducto de un carácter virtuoso.
más de ser una señal del progreso logrado Los defensores de la ética de la virtud
en la adopción de las máximas éticas. usualmente rechazan la concepción kan"
Regresemos ahora al ejemplo del men" tiana de la virtud como progreso moral y
tiroso compulsivo. La dificultad señalada como lucha contra los incentivos contra"
por los partidarios de la ética de la virtud rios a la moralidad. Con mucha frecuencia
es que una ética centrada en los actos par" se sostiene que la virtud consiste en la ar"
ticulares no hace justicia a la importancia monía entre las resoluciones de la razón y
del carácter moral. Algunos actos del los sentimientos. Kant no rechaza este ide"
mentiroso podrán ser moralmente buenos, al propiamente, sino que lo considera im"
pero su carácter no deja de ser vicioso. Sin posible para las seres humanos. Según su
embargo, ahora podemos ver que no se concepción de la naturaleza humana es
trata de una objeción contra la ética kan" inevitable que aun los más virtuosos pue"
tiana. Mientras que las acciones moral- dan verse tentados a otorgarle prioridad a
mente buenas pueden coexistir con un los incentivos del amor propio sobre los
carácter todavía vicioso, éste no es el caso de la moralidad. Ello no significa que una
en la adopción de máximas éticas porque, persona virtuosa en esta situación actúe de
si tal adopción es genuina, ello se verá re" manera contraria a su deber moral, pero sí
flejado no sólo en las prácticas, sino tam- implica que la ética siempre se le presen-
bién en los sentimientos que se experi- tará como una exigencia. En todo caso,
mentan. Cuando el mentiroso compulsivo este desacuerdo no concierne a cuál sea el
tiene que reprimir su deseo de mentir objeto principal de evaluación moral: tan"
muestra su escaso progreso moral, esto es, to Kant como los partidarios de la ética de
su falta de virtud. Si la exigencia de la éti" la virtud están de acuerdo en que tal objeto
ca no fuera la firme adopción de máximas es el carácter de las personas y no sus ac"
de fines a lo largo de una vida completa, tos particulares. El desacuerdo Se refiere a
su acción no sería deficiente éticamente, las posibilidades humanas de eliminar los
pero la ausencia de sentimientos apropia" incentivos contrarios a la moralidad.
dos hace que sí lo sea. En este sentido, Otro desacuerdo importante concierne
Kant señala que «lo que no se hace con a la naturaleza misma de los sentimientos.
placer, sino sólo como un servicio com- Los partidarios de la ética de la virtud
pulsivo, carece de valor interno para aquel usualmente conciben los sentimientosco"
que obedece su deber con ello, y no se lo mo modos de percepción y, por tanto,
ama, sino que se evita en lo posible la como fuentes de conocimiento. Alguien
ocasión de practicarlo» 17. Ésta es clara" que experimenta el deseo de ayudar per-
mente la situación del mentiroso compul" cibe la situación en la que se encuentra
sivo. Si bien los sentimientos morales no como una situación en la que se debe ofre"
aumentan ni disminuyen el mérito moral cer ayuda. El sentimiento le indica, por así
de una acción particular basada en una decirlo, qué debe hacer. La práctica de la

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NOTAS y DISCUSIONES

virtud consiste precisamente en la edu- vicioso es capaz de acciones moralmente


cación de los sentimientos para que nos buenas. La presencia de incentivos
guíen de manera adecuada. Kant, como contrarios a la moralidad hace que las ac-
hemos visto, pensaba que los sentimientos ciones éticas sean más difíciles de lo que
son meras reacciones subjetivas incapaces resultan para un persona virtuosa en senti-
de ofrecernos información sobre los ras- do kantiano, pero no puede hacerlas im-
gos moralmente relevantes del mundo. Por posibles, al menos en principio. Uno de
ello pensaba también que no son suscepti- los efectos de la práctica de la virtud es
bles de educación mediante la razón. Sin precisamente lograr que la sensibilidad
embargo, de nuevo el desacuerdo nada sea propicia a las resoluciones de la
tiene que ver con cuál es el objeto princi- razón. Kant no puede sostener que sólo
pal de evaluación moral. Aunque los sen- las acciones de un carácter virtuoso son
timientos sean subjetivos, el progreso en tanto virtuosas como moralmente buenas
la formación del carácter sigue siendo el porque ello sería contrario a su tesis de la
objeto central de la ética.
libertad de la voluntad. Si fuéramos inca-
Nada de lo dicho hasta aquí, sin em-
paces de hacer a un lado los incentivos
bargo, tiene el propósito de negar que, en
contrarios a la moralidad y actuar por de-
la ética kantiana, el mérito moral de una
acción no depende en modo alguno de la ber, tendríamos que concebirnos a no-
virtud del carácter. La acción moralmente sotros mismos como determinados por
buena del mentiroso compulsivo sigue te- nuestras inclinaciones. En mi opinión,
niendo valor moral a pesar de que su ca- éste es un rasgo valioso de la ética kan-
rácter no sea virtuoso. Esto no significa tiana al margen de qué tesis metafísicas
que la ética de Kant se centre, por tanto, sobre la libertad se quieran sostener. Es
en los actos particulares. Hemos visto que importante que una teoría ética pueda
está dirigida a la adquisición de un carác- otorgarle algún tipo de valor moral a las
ter moral caracterizado por su firme com- acciones moralmente correctas, hechas
promiso con las máximas éticas y la ad- por motivos morales, pero que provienen
quisición de sentimientos morales. Lo que de un carácter que no es virtuoso. Se trata,
sí significa es que se trata de una ética de sin duda, de acciones valiosas, las cuales,
la autonomía. Se sigue de la tesis de la li- según Kant, son los primeros pasos en el
bertad de la voluntad que aun el carácter camino de la virtud.

NOTAS

1 Véase la introducción de Roger Crisp al libro edi- llano, como es el caso de la edición recién citada.
tado por él How Should One Uve? Essays on the Vir- 4 Para una explicación de por qué los sentimientos

tues, Oxford, Clarendon Press, 1996. son irrelevantes para el valor moral véase de Christine
2 En este trabajo me centraré en la ética kantiana. Korsgaard, «Prom Duty and for the Sake of the No-
3 Fundamentación para una metafísica de las cos- ble: Kant and Aristotle on Morally Good Action» en
tumbres, edición castellana de Roberto R. Aramayo Stephen Engstrom y Jennifer Whiting (eds.), Aristo-
Madrid, Alianza Editorial, 2002. En las referencias a tle, Kant, and the Stoics. Rethinking Happiness and
las obras de Kant en el texto principal aparecen las Duty, Cambridge, Cambridge University Press,
iniciales de la obra citada seguidas por el volumen y 1996).
número de página de Kants gesammelte Schriften (pu- 5 «Principios metafísicos de la doctrina de la vir-

blicados por la Preussische Akademie der Wissens- tud», en La metafísica de las costumbres, traducción
chaften, Berlín) los cuales usualmente aparecen en los de Adela Cortina y Jesús Conill, Madrid, Tecnos,
márgenes de las páginas en las traducciones al caste- 1989.

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NOTAS Y DISCUSIONES

6 Algunos intérpretes han cuestionado que los de- g Sobre este punto véase Qnora O'Neill, Towards

beres de justicia pertenezcan al dominio de la moral. Justice and Virtue. A Constructive Account of Practi-
En «La distinción entre derecho y moral en el pensa- cal Reasoning, Cambridge, Cambridge University
miento de Kant» (Revista Latinoamericana de Filoso- f>ress, 1996, p.l86; Thomas Hill, «Kant on Imperfect
fía, vol. XXVII, núm. 2, 2001) sostengo que estos de- Duty and Supererogatioll», en Dignity and Practical
beres sí son morales. Sobre este punto véase Allen Reasoning in Kant's Moral Theory, Ithaca, Comell
Wood, «The Final Form of Kant's Practical Philo-
University Press, 1992, p.l48; Nancy Sherman, Ma-
sophy», en Nelson Potter et al. (eds.), Kant's Me-
king a Necessity of Virtue. Aristotle and Kant on Vir_
taphysics of Morals. The Southern Journal of Philo-
sophy, XXXVI, suplemento, 1997, pp.l-20; Paul Gu" tue, Cambridge, Cambridge University Press, 1997,
yer, «Comments: Justice and Morality,» en Potter et pp.332 y 335; Allen Wood, Kant's Ethical Thought,
al. op. cit., pp.21-28; Thomas Pogge, «ls Kant's Cambridge, Cambridge University Press, 1999,
Rechtslehre Comprehensive?», en Potter et. al., op. pp. 324-325.
cit., pp 161-88; Otfried Hoffe, «Recht und Moral: ein 9 Hill, op. cit." p.l56.
kantischer ProblemaufriB», en Neue Hefte für Philo- 10 Desarrollo este tema en mi libro Virtud y justicia

sophie, 17,1979, pp. 1-36, Y «Kant's PrincipIe of Jus- en Kant, México, Fontamara 2003.
tice as a Categorical Imperative of Law»,en Yirmi- 11 PMDV, Ak. VI, 380.
yahu, Yovel (ed.), Kant's Practical Philosophy Re- 12 PMDV, 6, 394.
considered, Dordrecht: Kluwer Academic, 1989. 13 Crítica de la razón práctica, traducción de Ro-
7 El encabezado de la sección VI de la Introducción
berto R. Aramayo, Madrid, Alianza Editorial, 2000, y
a Principios metafísicos de la doctrina de la virtud
traducción de Dulce María Granja, México, Universi-
dice: «La ética no da leyes para las acciones (porque
dad Autónoma Metropolitana,ZOOl; Ak. V, 84.
esto lo hace el fus), sino sólo para las máximas de las
14 La religión dentro de los límites de la mera ra-
acciones». El título de la sección siguiente (VII) dice:
«Los deberes éticos son de obligación amplia, mien- zón, traducción de Felipe Martínez Marzoa, 2.a edi-
tras que los deberes jurídicos son de obligación estric- ción, Madrid, Alianza, 1981; Ak. VI, 57.
ta». Kant empieza esta última sección indicando que 15 Religión, Ak. VI, 47-48.

«esta proposición es una consecuencia de la anterior», 16 PMDV, Ak. VI, 402.

es decir, del encabezado de la sección anterior. 17 PMDV, Ak. VI,484.

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