a. El Parlamento y los derechos de propiedad i. Las guerras civiles de Inglaterra en el siglo XVII (la de 1650 y 1688) propiciaron una revolución burguesa que permitió la unidad jurisdiccional, de mercado en todo el país; abolió los privilegios de los estamentos del régimen feudal. Todo ello le brindó una movilidad social necesario para la revolución industrial. ii. En los cambios drásticos se encuentran que la Corona dejó de imponer contribuciones y levas arbitrarias a la población y de ceder monopolios comerciales y privilegios fiscales. Sin impuestos confiscatorios permitió la acumulación del capital y el crecimiento económico gracias a la ampliación tributaria que generó por lo cual se incrementó la recaudación del Tesoro. iii. Pero hay cambios positivos como que el Parlamento brindo la garantía de los derechos de propiedad que permitió una organización económica más eficiente. Otro cambio fue cercar los campos abiertos, permitiendo crear dos nuevos agentes: de noble feudal a propietario privado; y de campesino a asalariados. Brindó también una legislación de patentes que fomentó la actividad innovadora. Por último, protegió a la propiedad privada a través de los Tribunales y policías, esto generó una serie de consecuencias como la reducción de costos de transacción a la par que creó mercados amplios e integrados generando la especialización productiva, la división del trabajo y como consecuencia futura las economías de escala.
b. Una política mercantilista menos rigurosa
i. Esto se debe al pragmatismo con el que se aplicó a la política mercantilista en Inglaterra. En una de estas condiciones, no compitió con los empresarios creando reales fábricas (aquí el mercantilismo no alcanzó la forma empresarial). Esto generó que los gremios entrasen en decadencia. ii. Las medidas mercantilistas estuvieron vigentes incluso en la legislación, pero en su mayoría fueron ignoradas y evitadas por los nuevos propietarios y los empresarios que dominaban el Parlamento. De esta manera se encaminó hacia una práctica de economía de mercado. iii. Entre las leyes que no se aplicaron con totalidad fueron las leyes contra la usura y de la especulación bursátil. iv. En Gran Bretaña no hizo falta la intervención del estado porque la mayoría de obras públicos e incluso los colegios fueron construidos y financiados por los empresarios. v. A pesar de todo esto, el gobierno siguió rigiendo el comercio exterior como interno con leyes proteccionistas que favorecieron a compañías de comercio viejas. Sin embargo, prevalecieron los monopolios y privilegios gubernamentales hacia las compañías coloniales. vi. Un caso ejemplar es la industria textil del algodón que fue controlada por medidas proteccionistas, pero a su vez generó un impulso en su desarrollo al igual que las inmigraciones de artesanos holandeses. Sin embargo, la innovación se hizo presente y se creó el fustán que permitió quedar exento de la prohibición de producción de algodón al ser una mezcla de dicho material con lino. El hilo resultante fue uno más resistente lo cual propiciaría la mecanización del hilado. vii. Las medidas proteccionistas y las guerras napoleónicas generaron una serie de dificultades en el comercio exterior, los aranceles proteccionistas subieron en Inglaterra, lo que obligó la importación de contrabando.
c. El papel positivo de la beneficencia y de la alta presión fiscal
i. Inglaterra tuvo una beneficencia pública bien organizada que recaía a los Ayuntamientos. El aspecto positivo de la ley de pobres es que brindaba subsidios salariales a los trabajadores en paro estacional lo que permitía que se quedasen en la localidad cuando se necesite trabajo, es decir, garantizar la oferta de mano de obra. Destaca el Asilo de pobres que los educaba en los principios del trabajo fabril. ii. El aumento de la presión fiscal hizo posible el financiamiento militar del país (ejército y armada marina) para asegurar amplios mercados coloniales, importante para la figura del imperio. Pero este financiamiento también fue positivo porque se importaba material bélico y a su vez se desarrollaban nuevas tecnologías. iii. El Parlamento también modifico las reglas de juego más propicias al crecimiento económico generando así: que la carga fiscal por contribuyente sea menor implicando que la tributación sea para toda la población; la sacralización de la propiedad privada; el establecimiento de libertades personales garantizadas; y una estabilidad política e instituciones ya asentadas al cambio que se estaba dando y que se lograba por medios pacíficos. iv. Las invasiones napoleónicas por toda Europa permitieron que el continente participe en el proceso industrial, aunque de con secuelas de economía a corto plazo.