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Este pez (de nombre científico Engraulis ringens) tiene un rol protagónico en el mar
peruano, ya que cientos de diferentes especies de peces, mamíferos y aves marinas
dependen de ella para su alimentación. Se trata de una especie de forraje, es decir,
es la presa principal de muchas otras especies, ya que se encuentra cerca de la
superficie del mar, desciende para escapar de sus depredadores durante el día.
Este pequeño pez –el largo del adulto es menor al de un lapicero– vive en la
Corriente de Humboldt presente en las costas de Perú y Chile.
Rol Ecológico. Su importancia primordial radica en ser la pieza fundamental del ecosistema de la
Corriente de Humboldt. Convierte los abundantes nutrientes del fitoplacton, siendo el alimento
de otros peces como el jurel, bonito, caballa, atunes, y también de otras como los lobos marinos,
aves guaneras, ballenas y delfines.
Alimentación. A la par, juega un papel clave para la alimentación, no solo por el consumo de esta
especie rica en proteínas de alta calidad, pues contiene vitaminas como la A y D, hierro, Omega 6 y
Omega 3, sino también por que es alimento de muchos peces populares.
Gastronomía. Definitivamente, la anchoveta sostiene a muchas otras especies con los que se
preparan platos emblemáticos como el cebiche, escabeche, tiraditos, entre otros, que han
contribuido a que Perú se consolide como el primer destino gastronómico de Sudamérica.
Turismo. No hablamos aquí del avistamiento o pesca deportiva de la anchoveta, pero sí de las aves
costeras, lobos marinos, entre muchos otros, que son atractivo turístico y fuente de ingresos. Su
supervivencia descansa en parte en la salud de las poblaciones de anchoveta.
Durante esta época anómala, los vientos se debilitan o cambian de dirección, por lo que ingresan
aguas cálidas, trayendo consigo fuertes lluvias e inundaciones. Estas aguas cálidas tienen menor
productividad. Bajo estas condiciones, las anchovetas se esconden en las aguas muy profundas,
fuera del alcance de las redes de pesca y de los animales que normalmente se alimentan de ella.
Por eso, durante El Niño se alteran el comportamiento de muchas especies de peces que
dependen de la anchoveta, siendo cada vez menos disponibles, a la vez favorece a otras especies
más propias de aguas cálidas como el perico y la concha de abanico. Por otro lado, hay una mayor
mortalidad de lobos y aves marinas. La caída de la población de anchoveta conlleva un efecto
dominó que afecta a titulares de embarcaciones pesqueras, plantas de procesamiento hasta
propietarios de restaurantes, distribuidores de harina de pescado, empresas de turismo, entre
otros.
Aunque es una especie resistente, ya hemos experimentado un colapso de esta pesquería en dos
ocasiones, debido a la falta de precaución ante las alteraciones que provoca El Niño y la sobre
extracción de recursos. La historia ha demostrado que relajar las reglas en épocas de riesgo con
una mirada a corto plazo conduce a una crisis para el ecosistema, las pesquerías y los empleos e
ingresos que dependen de estas.