Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El Autocontrol se perfila como aquella aptitud y habilidad esencial de la inteligencia emocional, que
puede ser aprendida y que engloba cualquier conducta controlada exclusivamente por variables
autogeneradas (físicas, sociales o cognitivas), que traten de alterar la probabilidad de ocurrencia
de otra conducta, cuyas consecuencias, podrían resultar aversivas para el individuo.
Entre otras cosas, implica identificar cómo influyen en nuestras reacciones factores como nuestros
pensamientos y valoraciones; los cambios fisiológicos que experimentamos ante determinadas
situaciones; y los comportamientos y acciones a las que tendemos.
El control de las emociones significa comprenderlas y, luego, utilizar esta comprensión para
transformar las situaciones en nuestro beneficio. Esto depende de componentes internos, ya que
cada persona podría reaccionar de formas distintas ante una misma situación.
El autocontrol ha sido definido por primera vez en 1973 por la American Psychological Association
como “la habilidad para reprimir o la práctica de represión de reacciones impulsivas de un
comportamiento, deseos o emociones”. Pese a eso, pueden ser identificados tres abordajes
intelectuales: El Psicoanalítico, La teoría del aprendizaje y el de La neuropsicología soviética.
Freud ha defendido la idea de que el autocontrol estaba asociado al desarrollo de la fuerza del ego.
Ahora bien, el superego sería el que controlaría la propia conducta y el comportamiento moral y,
por lo tanto, sería una característica estable de la personalidad. El comportamiento moral, a su vez,
seria influenciado por acontecimientos durante el desarrollo que tendría una fuerte influencia sobre
el grado de autocontrol desarrollado por el sujeto.
Para Skinner sin embargo, el autocontrol no sería un rasgo o disposición y sí un proceso por el
cual el individuo cambiaría su probabilidad de respuesta, alterando las variables en las cuales la
respuesta es una función, teniendo una gran influencia del entorno social. Así, visto como
resultante del aprendizaje social, el autocontrol ha sido estudiado por varios autores de
importancia.
En el caso de la neuropsicología soviética Luria y Vygotsky han tenido una visión diferente,
diciendo que problemas con la inhabilidad del niño para el uso adecuado de auto instrucción verbal
estaría relacionado con la falta de autocontrol de los impulsos. Específicamente Luria ha destacado
que el comportamiento es controlado por el habla, siendo ella una reguladora del comportamiento
infantil.
Otros autores también se han preocupado en estudiar el autocontrol. Entre ellos se puede hacer
referencia a Meichenbaum, quien ha enfatizado que el autocontrol no representa un proceso
unitario y sí multidimensional, involucrando componentes situacionales, perceptuales, cognitivos,
actitudes y motivaciones. Todavía, el autor ha afirmado que cada uno de esos componentes puede
ser considerado dentro de la perspectiva de desarrollo.
Para Harter es importante destacar tres aspectos relevantes para el estudio del autocontrol, siendo
ellos, los procesos cognitivos básicos, los procesos de internalización y los procesos afectivos y
motivacionales. Principalmente en lo que se refiere al papel de los procesos afectivos y
motivacionales en el establecimiento de patrones más aceptables de autocontrol, el autor ha
afirmado que apenas la recompensa no sería responsable por internalizar funciones, sino que
también el desarrollo tendría participación, por ejemplo, en el caso de la función motivacional.
1
ADOLESCENCIA
DEFINICIÒN
La adolescencia, como periodo del desarrollo del ser humano abarca por lo general el periodo
comprendido de los 11 a 20 años, en el cual él sujeto alcanza la madurez biológica y sexual; y se
busca alcanzar la madurez emocional y social; a su vez la persona asume responsabilidades en la
sociedad y conductas propias del grupo que le rodea. Por ello está referida a un proceso de
adaptación más complejo que el simple nivel biológico, e incluye niveles de tipo cognitivo,
conductual, social y cultural. Este periodo, es reconocido en casi todas las culturas a nivel mundial
y según Coon (1998) está determinado por 4 factores:
La dinámica familiar
La experiencia escolar
El marco cultural que ha estructurado el ambiente social para la puesta en
práctica de normas y límites
Las condiciones económicas y políticas del momento.
BÚSQUEDA DE IDENTIDAD
El proceso de establecer la identidad, para el adolescente, conlleva integrar experiencias del
pasado, adaptarse al presente, y tener una visión sobre el futuro, proceso que resulta complicado
para el individuo ya que lo anterior se presenta en conjunto con los cambios físicos. Presentando
constantes fluctuaciones en el estado de ánimo, debido en parte, a la personalidad desarrollada
por medio del ambiente familiar y cultural del adolescente.
Para el adolescente es necesario lograr una serie de objetivos imprescindibles en el logro de su
identidad, para quedar inserto en la sociedad adulta con una sensación de bienestar, eficacia
personal y madurez en todos los procesos de su vida, sin embargo, no existe un acuerdo general
en cuanto al orden de adquisición de dichos objetivos, lo anterior debido a las diferencia entre
individuos; el lograr estos objetivos prepara el terreno para que el individuo adquiera las
habilidades de afrontamiento necesarias para funcionar en el entorno social que le rodea
ETAPAS
Adolescencia temprana
Inicia en la pubertad, entre los 10 y 12 años se presentan los primeros cambios físicos, e
inicia el proceso de maduración psicológica, pasando del pensamiento concreto al
pensamiento abstracto, el adolescente trata de crear sus propios criterios, socialmente
quiere dejar de relacionarse y de ser relacionado con los niños, pero aún no es aceptado por
los adolescentes, desarrollando en él una desadaptación social, incluso dentro de la familia,
lo cual constituye un factor importante, ya que puede causar alteraciones emocionales como
depresión y ansiedad, que influyen en la conducta, contribuyendo al aislamiento. Estos
cambios se denominan “crisis de entrada en la adolescencia”; agregado a lo anterior se
presentan cambios en su medio: escuela, maestros, compañeros, sistema educativo,
responsabilidades. La familia (la presencia del padre, madre o tutor) se convierte en un
factor importante en como el adolescente vive esta etapa ya que el apoyo y la autoridad le
ayudarán a estructurar su personalidad y a superar la ansiedad que le provoca enfrentarse al
cambio.
Adolescencia intermedia
Inicia entre los 14 y 15 años. En este periodo se consigue un cierto grado de adaptación y
aceptación de sí mismo, se tiene un parcial conocimiento y percepción en cuanto a su
potencial, la integración de su grupo le da cierta seguridad y satisfacciones al establecer
amistades, empieza a adaptarse a otros adolescentes, integra grupos, lo que resuelve
2
parcialmente el posible rechazo de los padres, por lo que deja de lado la admiración al rol
paterno.
Adolescencia tardía
CAMBIOS
Desarrollo físico
El desarrollo físico del adolescente no se da por igual en todos los individuos, por lo cual en
muchos casos este desarrollo se inicia tempranamente o tardíamente. Los adolescentes que
maduran prematuramente muestran mayor seguridad, son menos dependientes y
manifiestan mejores relaciones interpersonales; por el contrario, quienes maduran
tardíamente, tienden a poseer un auto-concepto negativo de sí mismos, sentimientos de
rechazo, dependencia y rebeldía. De ahí la importancia de sus cambios y aceptación de
tales transformaciones para un adecuado ajuste emocional y psicológico (Craig, 1997;
Delval, 2000; Papalia et. al., 2001).
Desarrollo psicológico
Desarrollo emocional
3
Desarrollo social
ADOLESCENCIA NORMAL
4
Los adolescentes normales presentan conductas que manifiestan una abierta confianza en sí
mismos, establecen buenas relaciones con sus pares, son leales en las relaciones afectivas, pero
también exhiben la habilidad para “prenderse” y “desprenderse” de los padres, compañeros y
amigos con asombrosa rapidez y sin sentir angustia. La “normalidad” en este proceder consiste en
la capacidad de adaptación al grupo y el vivir en armonía con la mayoría de los pares, en lugar de
crear conflictos. De manera que el adolescente adquiera y desarrolle una autoestima que le
proporcione confianza para desplegar conductas seguras y participativas, tanto con la familia como
la sociedad.
EL AUTOCONTROL EN LA ADOLESCENCIA:
Ya se ha definido al autocontrol como la capacidad emocional que posee una persona para
manejar los sentimientos de manera adecuada; aunque el regular las emociones positivas, no
implica control cuidadoso, caso contrario si se tratara de situaciones emocionales negativas, tales
como: el temor, las fobias, la preocupación y ansiedad, la ira o el odio, en efecto, en la etapa de la
adolescencia estos estados emocionales se presentan de diversas formas.
En la adolescencia la preocupación se produce por el efecto de las relaciones sociales, para
algunos adolescentes, el hecho de ser ignorados por un grupo o pasar al frente de la clase puede
construir una experiencia aterradora.
Algunos de los temores en esta etapa son asociados con miedo a fracasar en la escuela, a
inadecuación en las situaciones vocacionales, a las enfermedades, a ser lastimado, a la muerte, a
la congruencia personal, a las pulsiones inmorales, a la maldad o a las tentaciones, miedo a los
padres, a conocer gente, a la soledad, a la apariencia personal, a las multitudes, al sexo opuesto, a
grupos o situaciones adultas, a las citas, a las fiestas, a cierto tipo de gente, a hablar frente a un
grupo o a otras situaciones que surgen en relación con los grupos sociales.
En ocasiones, los adolescentes se enfurecen por su propia incapacidad para realizar una tarea o
para hacer algo que desean. Se enojan por sus propios errores, se frustran cuando no pueden
pintar el cuadro que imaginan o cuando no pueden obtener la calificación que desean, al recibir
una baja calificación en un examen o porque no pueden pegarle a la bola de beisbol de la manera
como quisieran. Por otro lado, la manera como los padres administran la rabia u odio y el conflicto
puede influenciar el desarrollo de las estrategias de regular emociones de los adolescentes a
través de la observación directa.
Algunos adolescentes afortunados prácticamente están libres de situaciones estresantes o que
generen ansiedad, no sólo por los factores constitucionales y hereditarios, sino también porque en
el ambiente donde crecieron tuvieron pocas cosas de las cuales preocuparse. Todas sus
necesidades físicas fueron cubiertas, fueron amados, aceptados, respetados y admirados por sus
padres; tuvieron oportunidades normales de compañía, contactos sociales y nuevas experiencias;
recibieron la guía y disciplina necesarias para ayudarlos en su socialización; tuvieron éxito en sus
experiencias escolares, aprendieron normas aceptables de conducta y se ajustaron bien a la
sociedad, en síntesis, no tienen motivo para sentirse ansiosos.
Sin embargo, otros adolescentes son criados en condiciones totalmente opuestas a las descritas.
Aprendieron desde muy pequeños que no podían confiar en que sus padres para cumplir sus
necesidades básicas de comida, seguridad o contacto físico, no fueron realmente amados,
aceptados, alabados o animados, sino se les rechazó, criticó, empequeñeció o ignoró. Esas
experiencias estimularon la duda constante acerca de su valor y de sus capacidades y talentos. La
escuela resultó un desastre y carecían de amigos. La tensión, la confusión y los conflictos eran
casi continuos y extremadamente perturbadores.
En tales circunstancias, las y los adolescentes crecen en un estado casi constante de tensión y
ansiedad, dificultando su capacidad de autocontrol.
La preocupación se convierte en un estilo de vida, por lo que muchos reaccionan de manera
excesiva a las frustraciones y sucesos cotidianos y se muestran ansiosos por lo que va a suceder.
Por su parte Frydenberg y Lewis (1991) citado por Rice plantean que algunos adolescentes dudan
de sí mismos, de las otras personas y de los resultados de la mayor parte de las situaciones.
Independientemente de que la gente o las circunstancias lo justifiquen, llevan consigo la ansiedad
a todas las relaciones o acontecimientos que encuentran.
5
Las investigaciones realizadas por Salovey & Sluyter (1997), sugieren que padres deprimidos
poseen un número de deficiencias en la crianza que pueden influenciar directamente el desarrollo
de las habilidades reguladoras de estos adolescentes, ellos pueden aprender estrategias
adaptativas ineficaces para regular la emoción al observar a sus padres deprimidos, rabiosos, o
experimentando conflictos maritales. Aunque las investigaciones se han enfocado en la adquisición
de estrategias adaptativas no efectivas, los adolescentes también aprenden maneras adaptativas
de regular emociones al observar a los padres, maestros y otros adultos que interactúan entre ellos
de manera productiva.
Para Royo (1998), los esfuerzos de una educación emocional en la adolescencia debe buscar
entre sus propósitos enseñar a disfrutar la emoción por las situaciones o retos ante la vida, de
forma que puedan controlar las mismas para alcanzar estados de ánimo positivos, la competencia
del autocontrol emocional accede a construir, agrupar y solidarizar ante sociedades e implica la
propia definición de la identidad personal y viabiliza la convivencia entre los pares.
Para culminar este apartado, la competencia emocional del autocontrol incluye un rango integral en
el sentido de que la regulación emocional incide en el control de los pensamientos, acciones e
impulsos fisiológicos, en efecto Bisquerra (2000), expone maneras específicas de interacción:
reconstrucción cognitiva, relajación, bienestar físico, placeres sexuales, diversiones sanas y
responsables, áreas en las cuales los adolescentes están comenzando a aprender a funcionar
como futuros adultos efectivos para la sana convivencia.
Los cambios son lo suficientemente importantes como para que los reconozcamos sin problemas:
Desarreglo emotivo: a veces con la sensibilidad a flor de piel y otras en las que parece carecer de
sentimientos. Es por eso que un día nuestra hija nos sorprende con un abrazo y otro día rechaza
cualquier muestra de cariño. Un día sin motivo aparente se despierta dando gruñidos, simplemente
porque sus hormonas posiblemente le estén jugando una mala pasada.
Narcisismo: Se reconoce al adolescente cuando comienza a serlo, simplemente por las horas que
le dedica al espejo. Le concede una importancia extrema a su físico: puede lamentarse por un
grano en la nariz, obsesionarse por la ropa, por estar gordos o delgados. Quieren estar
constantemente perfectos aunque su visión de la estética no tenga nada que ver con la nuestra.
a) Individual: como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto, las excentricidades en
el vestir, o en su forma de hablar o de pensar. Necesita reformar, transformar el mundo, ser distinto
y especial.
b) Social: aquí está la rebelión juvenil: Rebelión en cuanto a los sistemas de valores de los adultos
y las ideas recibidas. Achacan al adulto sobretodo su falta de comprensión y el hecho de que
atenta contra su independencia. Hay una necesidad clara de participación, la uniformidad en
lenguaje y en vestimenta de los adolescentes, no es más que la necesidad de afecto, de ser
considerado, aprobado por el propio grupo, y que a veces lo viven de una forma obsesiva.
Veamos ahora que sentimientos reales acompañan a estas manifestaciones, y que son
consecuencia directa de las crisis que está atravesando:
6
Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios físicos que no siempre van
parejos con su crecimiento emocional, puesto que la pubertad, es decir la madurez física, siempre
precede a la psíquica, con lo que a veces se encuentran con un cuerpo de adulto, que no
corresponde a su mente, y por lo tanto no se reconocen, y desarrollan una fuerte falta de confianza
en sí mismos.
Sentimientos angustia: puesto que existe una frustración continua. Por una parte le pedimos que
actúe como un adulto (en sociedad, responsabilidad) y por otra se le trata como un niño, se le
prohíbe vestir de una u otra forma, o se reglamentan sus salidas nocturnas, etc…
Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que se manifiesta por:
La pubertad en los hombres se inicia con la primera eyaculación, la cual ocurre aproximadamente
entre los 12 y 16 años de edad. En esta época aumenta fuertemente la testosterona, una hormona
que produce el cambio de voz, la barba, el vello púbico, y el cuerpo "masculino" del varón.
La testosterona, además, influye en el estado de humor del adolescente. Existen dos ciclos de
testosterona: uno de 24-48 horas y otro de aproximadamente 5 semanas. Estos ciclos determinan
el humor del varón y su interés sexual. Diariamente hay un pico de testosterona en la madrugada
(que causa los "sueños húmedos" y los sueños eróticos) y un pico a mitad del ciclo de cinco
semanas el cual no se puede determinar físicamente (a no ser que se hagan exámenes
hormonales) pero se infiere indirectamente por un mayor nivel de actividad, entusiasmo, energía,
sociabilidad, y sensualidad.
Es curioso que, en contraste con las mujeres, quienes en su mayoría están informadas antes de
que ocurra su primera menstruación, la mayor parte de los jóvenes no tienen idea de lo que es ni
significa su primera eyaculación. Así resulta que, los varones experimentan durante la pubertad
mayores sentimientos de culpa, tienen menor información sexual, y menor comunicación con sus
padres sobre aspectos de la sexualidad que las mujeres.
7
Perfil de la Mujer Adolescente
8
Acorde a las investigaciones realizadas en el Hospital Saint Joan de Deu (2011) por diversos
autores, se asegura que las jóvenes nunca antes habían tenido tan al alcance muchas de las
facilidades que antes no existían además de protecciones sociales. Tienen a su disposición
psicólogos, psicoterapeutas y centro a los cuales acudir. En contraste, sin embargo, nunca se
habían sentido tan solas, recibiendo las migas del tiempo productivo de su familia.
Ellas dicen ser “libres” pero se encuentran atadas a la familia, escuela, el grupo de amigos, las
redes sociales, los medios de comunicación, las modas, entre otros, para satisfacer esa necesidad
de estas siempre ocupadas, con el fin de evitar la soledad, el aburrimiento.
Asimismo, resultan ser mucho más tolerantes que solidarias, y al estar expuestas al bombardeo
publicitario de los medios, cambian radicalmente sus gustos y preferencias durante la búsqueda de
su propia identidad. Cabe aclarar que ello las lleva al consumismo y a adoptar una actitud muchas
veces, superficial. Se encuentran en la búsqueda de íconos con los que identificarse como
cantantes, modelos e ídolos adolescentes famosos.
Finalmente, se aprecia en ellas una falta o disminución de la práctica de valores como esfuerzo,
responsabilidad, compromiso, participación y abnegación.
MARCO CONCEPTUAL
AUTOCONTROL
El autocontrol se define como la capacidad de postergar una recompensa que será mayor en el
futuro, en lugar de obtener un refuerzo inmediato pero pequeño. De esta manera para promover
conductas de autocontrol se han realizado estudios con palomas que han ayudado a entender el
cómo se puede cambiar de una conducta inmediatista a una más controlada.
En estudios con palomas Grosch y Neuringer (1981), observaron que éstas prefieren las
recompensas inmediatas y pequeñas, mas sin embargo en aquel estudio los investigadores
pusieron un plato en la parte trasera de las jaulas, el cual no tenía ninguna relación con la entrega
de reforzadores, mas sin embargo las palomas cambiaron sus conductas para obtener
reforzadores demorados, las palomas picaban el plato, tratando de tolerar el tiempo que debían
esperar para obtener la recompensa.
Otro procedimiento se llevó a cabo en personas con lesiones cerebrales, Dixon, Horner, and
Guercio (2003), donde los sujetos preferían en principio una recompensa inmediata pero pequeña,
pero a través de un procedimiento llamado “actividad simultanea”, los participantes pudieron
aumentar la tolerancia a esperar y un poco más y recibir el reforzador mayor, mientras realizaban
otro tipo de actividades.
ADOLESCENCIA
La adolescencia es un periodo en el
desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que
comienza con la pubertad. Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones
médicas, científicas y psicológicas, pero generalmente se enmarca su inicio entre los 10 a 12 años,
y su finalización a los 19 o 20.
Algunos psicólogos consideran que la adolescencia abarca hasta los 21 años e incluso algunos
autores han extendido en estudios recientes la adolescencia a los 25 años. En la cultura popular,
muchas características de los adolescentes se atribuyen a los cambios físicos los cuales se llaman
furia de hormonas. Hay poca evidencia de que este es el caso, sin embargo. Al estudiar el
desarrollo del adolescente, la adolescencia puede ser definida biológicamente, como la transición
9
física marcada por el inicio de la pubertad y la terminación del crecimiento físico, cognitivo, como
los cambios en la capacidad de pensamiento abstracto y multi-dimensional, o socialmente, como
un período de preparación para los roles adultos.
Es "la etapa de la vida durante la cual el individuo busca establecer su identidad adulta,
apoyándose en las primeras relaciones objetales-parentales internalizadas y verificando la realidad
que el medio le ofrece, mediante el uso de los elementos biofísicos en desarrollo a su disposición y
que a su vez tienden a la estabilidad de la personalidad en un plano genital, lo que sólo es posible
si se hace el duelo por la identidad infantil".
El término proviene del latín “adolescer”, y significa ir creciendo, desarrollarse hacia la madurez,
hacerse adulto. Hay diferentes conceptualizaciones sobre el término. Algunos ubican la
adolescencia como un periodo vital entre la infancia y la adultez. Otros la conciben como un
‘segundo nacimiento’, en tanto entienden que en ese periodo se reavivan ciertos conflictos
relacionados con el estado de indefensión del bebé, enfrentado a un mundo que le es caótico y
desconocido
Mauricio Knobel “describió el síndrome de la adolescencia normal con las siguientes
características: búsqueda de sí mismo y de la identidad, tendencia grupal, necesidad de fantaseo e
intelectualización, crisis religiosa, desubicación temporal, evolución de la sexualidad desde el
autoerotismo hacia la hetero sexcualidad, actividad social reivindicatoria, contradicciones sucesivas
en la conducta, separación progresiva de los padres, fluctuaciones del humor
10