Sunteți pe pagina 1din 3

El pueblo de Dios (Estudio de Romanos)…

“...a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a
vosotros, de Dios vuestro padre y del Señor Jesucristo.” Romanos 1.7

Que increíbles primeros 7 versos en la epístola a los Romanos, estos nos demuestran la
importancia de estudiar meticulosamente la Biblia, y como podemos aprender tanto de tal vez
para nuestros ojos pequeñas frases, pero que en realidad han sido planeadas e inspiradas por
Dios mismo para guiarnos, hacernos sabios, y alimentarnos. Hasta ahora hemos visto, como se
presenta el Apóstol Pablo así mismo dejándonos ejemplo a nosotros, la importancia de las
escrituras y la soberanía de Dios en la Fe Cristiana, también hemos visto a Jesucristo y las
pruebas de que él es el Mesías, también vimos la intervención del Espíritu Santo en el
evangelio y la importancia que tiene la resurrección en nuestras vidas, a partir del verso 5
aprendimos características acerca de un verdadero siervo de Dios, en el verso 6 vimos el
llamado eficaz que Dios hace a cada cristiano, y ahora veremos qué es lo que nos hace su
pueblo.
Solo veremos dos características de la vida cristiana, pero espero nos empiecen a dar una
identidad, pues estas verdades son solo para nosotros y aquellos que comparten nuestra Fe,
están abiertas a todo el mundo, pero se aplican solo aquellos que tienen Fe en Jesucristo en
arrepentimiento por sus pecados, en otras palabras a todos aquellos que nacieron de nuevo.
También este verso nos dará grandes razones para dar las gracias a Dios, glorificar su nombre,
y vivir totalmente dependientes de Él, para mí personalmente es muy edificante aprender
cómo es Dios y que es lo que ha hecho y continua haciendo por mí, y cada cristiano debería
sentirse igual, pues que podría ser más importante que conocer a Dios.
Pablo comienza este verso terminando su saludo inicial, y está a punto de comenzar a escribir
una verdad tras otra con la intención de que la Iglesia sea fortalecida, y viva, y entienda como
es y en que está basada la vida cristiana. Así que como debemos hacer con toda la Biblia
prestemos toda nuestra atención a entender que nos quiere decir en este verso.
Y vemos escrito: “…a todos los que estáis en Roma, amados de Dios…”, Pablo sabemos que le
está escribiendo a la Iglesia en Roma, una Iglesia que él no conocía personalmente, pero de la
cual había escuchado bastante y tenia preocupación, pero ahora al leerla nosotros debemos
tomarla como si hubiera sido escrita para nosotros pues de cierto modo así lo fue, pues por la
providencia de Dios ahora la tenemos en nuestras manos. Y de esta manera encontramos la
primera característica acerca del pueblo de Dios y es que son “…amados de Dios…”, la gente
muchas veces lee algo así y lo toma a la ligera pues estamos acostumbrados por la sociedad en
la vivimos que el amor muchas veces no significa nada pues la gente dice amar pero sigue
haciendo daño a sus supuestos seres queridos, la gente dice amar y en el nombre del amor,
roba, mata, engaña, destruye, así que en términos mundanos el amor no significa mucho, y la
explicación bíblica para esto es porque en sí, el mundo no puede amar, pues está alejado de la
única fuente de amor verdadero que es Dios, y es este Dios que dice que nos ama, ¿pero
quiénes somos nosotros para que nos ame?, sabemos que Dios amo al mundo en general y lo
demostró con la muerte de Jesucristo , pero en este lugar empezamos a conocer el amor
especifico de Dios por aquellos que son suyos, el amor que tiene por aquellos que pertenecen
a su Iglesia, el amor que tiene por aquellos que él llamo, que él justifico y va a glorificar, y debo
decirles este es el único y más asombroso amor que nunca alguien pueda imaginar, pues este
amor, todo lo soporta, todo lo espera, todo lo sufre, y nunca dejara de ser, y este es un amor
lejos de cualquier invención humana, este es un amor eterno, si leemos Romanos 8 desde el
verso 35 leemos esto: “¿Quién nos separara del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... (v.37) Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amo. Por lo cual estoy seguro de que
ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro.”, esta es una de la promesas más increíbles que un verdadero
cristiano tiene, pues si tu Fe realmente es sincera, y tu arrepentimiento también, y
verdaderamente vives una vida de constante santificación, habiendo sido hecho una nueva
criatura y perseveras en la fe, este es el tipo de amor que Dios tuvo, y tiene hacia ti, pero no
porque hayas hecho alguna de esas cosas, sino que esta clase de amor que Dios tiene por ti es
la que hace que El mismo haga que esas cosas sean una realidad en tu vida, así que debemos
entender que el ser cristiano es lo mejor que pudo haberte pasado en toda tu vida, pues si eres
cristiano significa que el Dios creador de todo el universo, te ama y nunca dejara de hacerlo, el
hecho de que Pablo les diga a los romanos “amados de Dios” no es algo que simplemente lo
dijo porque si, sino es algo realmente muy profundo y debe hacernos sentir realmente
especiales, pues lo somos, porque por la rebelión de todo el mundo contra Dios pocos son los
que hallan este amor, y es este amor el que nos hace más que vencedores, pues las
tribulaciones van a venir, el hambre, la desnudez, los peligros e incluso la muerte, pero será
este amor el que nos impulse a perseverar hasta el final. Ahora lo que el apóstol continúa
diciendo va de la mano con lo que acabamos de ver, pues dice “…llamados a ser santos…”, y
es muy importante esto pues algunos que realmente no son cristianos podrían usar como
escusa lo que acabamos de aprender sobre el amor, para pecar, viviendo vidas carnales con la
excusa de que Dios igual los ama, pero esto no puede ser así, pues la segunda característica del
pueblo de Dios que Pablo nos da es que el pueblo que Dios ama, es un pueblo Santo, una
mejor traducción de esta sección es “Santos por el llamado”, lo que significa es que Dios
cuando él nos llama nos hace santos, algo que debemos entender es que la palabra “santos”
no siempre significa perfección o perfectos, lo que en realidad significa es ser “apartados
para”, cuando ven gente que es moralista que dice hacer buenas obras y no hacer nada malo
pero no tiene a Dios, ellos no son santos, sino que siguen siendo pecadores, pues la única
forma de ser santos es tener comunión con el único ser realmente santo y este es Dios, el
significado de que somos “santos porque él nos llamo” es que él nos aparta para él mismo, un
cristiano ya no le pertenece al mundo, o las riquezas, o a la filosofía, o al pecado, un cristiano
le pertenece a Dios, y fue apartado de todo lo demás, en las palabras de Jesucristo en Juan
15.19 el les dice a los discípulos “no sois del mundo”, en Juan 17.9 nos dice: “Yo ruego por
ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son.” Pablo escribe en
Romanos 14.8 “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.
Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.” Esto es lo que nos hace santos,
el que Dios nos ha hecho suyos, somos un pueblo totalmente separado de todo, somos otra
entidad, otra forma de vida, otra especie por así decirlo, Dios nos ha hecho de su pertenencia,
el nos separa de todo para que seamos de Él, y los primeros cristianos entendían esto, pues
por esto Pablo les escribe a los Filipenses y les dice que su ciudadanía está en los cielos no en
este mundo (Filipenses 3.20), el Apóstol Pedro en su primera epístola trata a sus lectores como
“extranjeros y peregrinos” (1 Pedro 2.11), y es porque eso es lo que un cristiano es, y esta es la
razón por la que el apóstol Pablo llama santos a todas las personas dentro de las Iglesias a las
que escribió (2 Corintios 1.1; Efesios 1.1, Filipenses 1.1; Colosenses 1.2; 1 Tesalonicenses 5.27),
ahora hay una razón por la que Dios nos aparta para él, hay una razón por la que él nos llama y
nos hace suyos y es porque tiene un propósito para nosotros, y este propósito es la
santificación, el propósito de Dios para cada una de las personas que él separa para él es
hacerlo a imagen y semejanza de Jesucristo (Romanos 8.29), esta es la obra que el comienza
en aquellos santos, separados para él, y va perfeccionando en el transcurso de nuestra vida, y
esta es una de las características del pueblo que el ama, el los santifica con su palabra, los va
perfeccionando, no los deja como eran antes sino que los santifica, extrae el viejo hombre que
estaba viciado a los pecados de este mundo y nos va haciendo como su hijo Jesucristo, nos
disciplina y nos abre los ojos a sus mandatos, pone temor en nosotros para que no nos
alejemos de él. Hoy esto es algo realmente ignorado, pues podemos ver gente que lleva 10 o
20 años en el cristianismo y siguen iguales, no cambian, siguen siendo esclavas del pecado, no
se ven frutos de santificación, pero aun así creen que son parte del pueblo de Dios porque un
día repitieron una pequeña oración, o porque van a la iglesia los domingos, pero en la semana
siguen siendo como el mundo, esa es una gran mentira, tu eres parte del pueblo de Dios,
porque él con el amor que tiene por ti te ha llamado, te ha separado para él, te ha hecho una
nueva criatura y te santifica cada día, pero no estamos hablando acerca de ser perfectos por si
a caso, esto no es acerca de perfección sino de dirección, Pablo dice en Filipenses 3.12 “No que
lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello por
lo cual fui también asido por Cristo Jesús”, Pablo no dice que ya sea perfecto pero camina
hacia la perfección, este es un cristianismo que avanza no se queda estático, hoy mucha gente
utiliza la excusa de que “no hay nadie perfecto”, pero la diferencia del pueblo de Dios es que
en lugar de poner excusas para la imperfección lucha por avanzar, mejorar, cambiar, y en su
camino se nota como Dios los va santificando cada vez mas. Así que el pueblo de Dios es un
pueblo amado por él, con un amor que nada puede quebrantarlo, y es un pueblo santo,
apartado para ser suyo a los cuales santifica.
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados del
Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad…” 2 Tesalonicenses 2.13
Avívame

S-ar putea să vă placă și