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UNIDAD 3.

CARACTERÍSTICAS DE LOS PROGRAMAS DE


INTERVENCIÓN CONDUCTUAL CON NIÑOS

ACTIVIDAD 5: JUSTIFICACIÓN

TUTORA: MTRA. MONICA JASMIN MONTOYA GARCÍA

ALUMNAS:

BONILLA BRISEÑO FABIOLA

GÓMEZ AYALA GUADALUPE

OLVERA VAZQUEZ MARTHA

GRUPO: 9711
Justificación

A. Las razones por las cuales es importante trabajar las conductas


problemas o negativas en los niños y adolescentes

De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, en México habitaban 39.2 millones


de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, lo que representa el 32.8% de la
población, es decir, uno de cada tres residentes del país correspondía a una
persona menor de 18 años, (INEGI, 27 abril de 2018).

Actualmente se estima que entre 3 y 5 de cada diez niños y adolescentes muestran


conductas desafiantes ocasionales, y 2 de cada 10 adoptan una conducta
oposicionista habitualmente. (Céspedes, 2012)

La experiencia de padres y maestros, apoyada en diversas investigaciones dirigidas


por psicólogos y educadores, ha demostrado que los únicos métodos para enfrentar
malas conductas se sustentan en la identificación de factores que los facilitan, que
las provocan, las mantienen e incrementan. (Cardoze, 2007)

Lo anterior implica que un tercio de la población es menor de 18 años, y al ser este


un alto porcentaje en México, resulta relevante e importante conocer y/o trabajar las
conductas problemas o negativas en los niños y adolescentes.

Sin duda son muchas las problemáticas infantiles que se presentan y dan origen o
pueden influenciar en el desarrollo de problemas emocionales o conductuales,
Garaigordobil & Maganto (2013), establecen las siguientes categorías de acuerdo
al SPECI1: Retraimiento, somatización, ansiedad, infantil-dependiente, problemas

1
Screening de Problemas Emocionales y de Conducta Infantil, es un instrumento diseñado para identificar en pocos minutos
la presencia problemas emocionales y de conducta en niños entre los 5 y los 12 años de edad.
de pensamiento, atención-hiperactividad, conducta perturbadora, rendimiento
académico, depresión y conducta violenta.

Asimismo, se debe tomar en cuenta lo mencionado por García (2011), que


establece que la mayoría de los niños muestra en algún momento y circunstancia
conductas problemas o negativas que pueden considerarse como “normales”,
además, hay que considerar que ciertas conductas problemas o negativas cumplen
una función en las distintas etapas del desarrollo y se debe tener en cuenta que el
conjunto de creencias y normas sociales influyen en el comportamiento de los
individuos dentro de su contexto social; al mismo tiempo, la familia, el barrio y la
escuela, es decir, el ambiente donde se desarrolla el niño, determinará la
probabilidad de aparición de conductas problemas o negativas temporales o
definitivas, por lo cual resulta de gran importancia poder identificar en qué momento
ya no es una conducta “normal”.

Sin embargo, teniendo en cuenta todo esto, también es importante denotar la


intervención en todo momento aun cuando la conducta problema o negativa en ese
momento sea “normal”.

¿Porque la intervención?
Es de suma importancia tener en cuenta el momento en que hay que intervenir en
el caso de una conducta problema o negativa fuera de lo normal, ya que estas
conductas repercuten en los niños o adolescentes en su adaptación a los contextos
en los que se desenvuelve llámese escuela, familia y social esto afectando su
desarrollo psicológico, por ejemplo:

➔ Escuela: Un niño o adolescente problema impide el desarrollo normal de las


actividades en las aulas, puede generar conflictos entre el profesor y otros
alumnos, puede presentar maltrato ya sea siendo el alumno un maltratador
o el maltratado (bullyng) y puede ocasionar vandalismo a la institución.
➔ Familia: La familia es un caso muy especial ya que puede ser la que genere
algún tipo de conducta negativa y a su vez puede ser la que ayude al
paciente. Una familia que tenga un niño o adolescente en condiciones de
conducta problema o negativa será una familia que tenga un desgaste de
recursos morales, físicos y económicos.

➔ Sociedad: La conducta problema o negativa repercute en la sociedad de


manera que los problemas que pueda generar (deserción escolar, atención
psicológica, médica, psiquiátrica, delincuencia, etc.) afectan a todos de
diversas maneras, por ejemplo nadie quiere un delincuente en su calle y el
hecho de llevarlo a la cárcel ya genera gastos de manutención para la
sociedad, el hecho de que un adolescente ya no estudie lo convierte en un
“nini” que hay que buscar la forma de que trabaje o estudie dando a la
sociedad un trabajo extra y en todos los casos se necesitarán los recursos
económicos de todos para solventar esta serie de problemas.

Debemos puntualizar que muchos de los problemas de conducta que no son


atendidos a en la niñez o adolescencia, además del sufrimiento que representan
para el menor y su familia, conllevan a consecuencias personales que se extienden
hasta la edad adulta, así como consecuencias sociales y un costo económico y
productivo para la sociedad, (Benjet, 2009).

B. Mencionar la tendencia actual de las conductas problema en niños y


adolescentes.

Se debe tener en cuenta que la niñez y la adolescencia en sí, generan demasiados


y muy rápidos cambios que propician conductas conflictivas en niños y
adolescentes. Sin embargo, todos los ámbitos alrededor de la niñez y la
adolescencia han cambiado, nos referimos a:
➔ Familiar: Las familias han cambiado en muchos aspectos, actualmente es
difícil encontrar familias numerosas, la familia ahora es pequeña y en muchos
casos solo se tiene un hijo. Es más común encontrar que ahora existen
familias monoparentales, solo mama o solo papa, esto genera que la solidez
del núcleo familiar ya no sea tan estable hay cambios con mayor frecuencia,
un cambio importante en las familias es que las madres y los padres trabajan
sin poder dedicar mucho tiempo a sus hijos, es difícil adaptarse a estos
cambios para los niños y los adolescente de la manera rápida en que
suceden. Esto genera mayor inseguridad en sus miembros generando así
problemas conductuales.

Cabe mencionar que lo anterior es una tendencia actual debido a la


diversidad con respecto al concepto de familia nuclear, sin embargo es
imperante considerar que el desarrollo psicosocial más importante comienza
en el núcleo familiar, independientemente de quienes lo conformen; algunos
de los conflictos que pueden modificar y determinar el comportamiento del
niño/adolescente y futuro adulto son los siguientes:

- Ambiente familiar conflictivo


- Maltrato físico o psicológico
- Desintegración familiar
- Disciplina autoritaria
- Ambigüedad en normas disciplinarias

El estilo negligente y permisivo son los que presentan mayores relaciones con
los problemas de conducta que aparecen en niños y adolescentes, el estilo
autoritario, proporciona mejores resultados que los anteriores, pero peores que el
estilo democrático que está considerado como el mayor protector de este tipo de
conductas. (Douglas, 1997)
➔ Social: Los grandes avances tecnológicos, el acceso a demasiada
información ha impactado sobre la conducta de los niños y adolescentes, en
la mayoría de los casos en forma negativa ya que estos medios ofrecen
contenidos erróneos por ejemplo como la fisonomía que debe tener una
mujer para ser bella, la marca de ropa que debes usar para verte bien, etc.
Esto hace que como sociedad perdamos los valores y normas de una
convivencia sana y segura para nuestros niños y adolescentes. El
individualismo se apodera de esta sociedad olvidando el esfuerzo y el trabajo
a largo plazo para generar cosas positivas. Los niños y los jóvenes
actualmente quieren que sus problemas sean resueltos con un botón sin
tener que esforzarse.

El dominio de la tecnología es una necesidad en la actualidad ya que está


presente casi en todos los aspectos de la vida, nos encontramos frente a una
generación empoderada, según el Diccionario de Acción Humanitaria y
Cooperación al Desarrollo (2006) referido al proceso de incremento de
fortaleza en este caso es más de tipo moral y que supone un aumento de la
autoestima y auto concepto, es decir, con niños y jóvenes que en algunas
áreas tienen autoridad sobre los adultos y que son sabedores de la
ignorancia del adulto en un mundo digital y la incapacidad para tomar el
control.

➔ La otra cara del cambio conductual en niños y adolescentes es la violencia


que se vive a nivel mundial, como sociedad se debe erradicar en todos los
contextos la violencia que se ejerce sobre los niños y adolescentes, con el
fin de tener una humanidad más sensible a la violencia para que la elimine.

C. Describir los aportes de tratar y estudiar la conducta problemática en


niños y adolescentes a la psicología clínica
Actualmente los problemas de conducta de niños y adolescentes ha tomado mayor
interés entre investigadores, profesores, padres de familia y psicólogos, Ramírez
(2018) menciona que estos problemas son complejos en su solución porque
implican una adecuada detección, un diagnóstico acertado y un proceso de
intervención eficaz. Por ello, las diversas disciplinas y teorías que se ocupan de
ese tema, han formulado propuestas diversas.

En García (2011), se establece que todas las hipótesis etiológicas actuales postulan
un origen multicausal de los trastornos del comportamiento perturbador. Los
modelos explicativos de los últimos años tratan de dar cuenta de la heterogeneidad
de estos trastornos integrando aspectos biológicos, psicológicos, familiares y
sociales. Algunos aportes que menciona son:

➔ Comorbilidad de los Trastornos.


Lahey y Loeber (1994) aseguran que la evolución y severidad del trastorno
negativista y el trastorno de la conducta están estrechamente ligados a otras
condiciones como niveles desadaptativos de ansiedad, depresión y trastorno
por déficit de atención con hiperactividad.
➔ Modelo del Procesamiento de la Información Social Dodge.
Dodge (1993) propone un modelo explicativo de la agresión y del
mantenimiento de los trastornos de conducta basado en el procesamiento de
la información. Según Dodge, las experiencias infantiles interactúan en la
memoria con las estructuras de conocimiento. Estas estructuras son
esquemas derivados de experiencias tempranas, expectativas sobre
sucesos futuros y vulnerabilidad afectiva.
➔ Modelo de Patterson de Interacción Coercitiva
Patterson (1982) describe un modelo de interacción familiar que denomina
«coercitivo». Según Patterson, el análisis de las secuencias de interacción
familiar muestra que la presencia de conductas relativamente triviales
(desobediencia, quejas, burlas o gritos, entre otras) que pueden entrar en la
categoría más leve del trastorno perturbador proporciona una base de
aprendizaje para conductas agresivas de mayor amplitud. Este progreso está
determinado por los reforzamientos proporcionados por los miembros de la
familia en distintas secuencias de interacción (Koch y Gross, 2002).
➔ Modelo de Lynam basado en el patrón comórbido de problemas de
conducta e hiperactividad
Lynam (1996) trata de identificar a los niños que pueden desarrollar
conductas antisociales dentro de la gran cantidad de niños que en un
momento dado pueden presentar conductas antisociales en la infancia. Este
modelo se centra en la necesidad de predecir qué niños con problemas de
conducta seguirán desarrollándolos con mayor gravedad en la edad adulta,
tanto por la dinámica propia de la progresión evolutiva, como por la propia
naturaleza de los trastornos que engloba.
➔ Modelo ecológico de Frías-Armenta y Colaboradores
Este modelo, basado en el modelo ecológico propuesto por Bronfenbrener
(1987) para explicar el desarrollo de la conducta humana, concibe el
ambiente ecológico del individuo como un conjunto de sistemas sociales
estructurados en distintos niveles.

Referencias:

Benjet, C. (2009). La salud mental de la niñez y la adolescencia en América Latina


y el Caribe. Epidemiología de los trastornos mentales en América latina y el
Caribe. Pp 234. recuperado
de:https://books.google.com.mx/books?hl=es&lr=&id=VpX64YMGAKoC&oi
=fnd&pg=PA234&dq=salud+mental+adolescentes+unicef&ots=9JT6wr903I
&sig=_xvw_GO8YeZs80UPOnKpRgg_vzU#v=onepage&q&f=false

Canal, R. (n.d.). Intervención en conductas problemáticas. III Congreso “La Atención


a la Diversidad en el Sistema Educativo”. Universidad de Salamanca.
Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO). Recuperado
de: https://campus.usal.es/~inico/actividades/actasuruguay2001/4.pdf

Cardoze, D. (2007) Los problemas de disciplina en la escuela: manual para


docentes. Panamá: Colección de manuales y textos universitarios.
Recuperado de de:
http://www.meduca.gob.pa/04unad/DNEE/page/Los%20problemas%20de
%20conducta%20en%20la%escuela,%20Manual%para%20el%20doce.pd
f

Céspedes, A. (2012) Niños con pataletas. Adolescentes desafiantes. Cómo manejar


los trastornos de conducta en los hijos. Santiago de Chile: Ediciones B Chile
S. A

Douglas, R. (1997) The defiant child: a parent´s guide to oppositional defiant


disorder: Maryland: Taylor Trade Publishing

Garaigordobil, M., y Maganto. C. (junio 2013). Problemas Emocionales y de


conducta en la infancia: un instrumento de identificación y prevención
temprana. Padres y Maestros. 351, pp. 34-39. Facultad de Psicología,
Universidad del país Vasco. Recuperado de:
http://www.web.teaediciones.com/Ejemplos/PyM_351_RevJun_def.pdf

García, A. (2011). Trastornos de la conducta. Una guía de intervención en la


escuela. Recuperado de:
http://www.psie.cop.es/uploads/aragon/Arag%C3%B3n-trastornos-de-
conducta-una-guia-de-intervencion-en-la-escuela.pdf

INEGI. (27 abril 2018). Estadísticas a propósito del niño. Comunicado de Prensa
No. 167/18. Recuperado de:
hhttps://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/nino2
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Ramírez, F.J. (febrero, 2018). Diagnóstico de los problemas de conducta infantil.


UNAM, FES Zaragoza. Pp. 5-87. Recuperado de:
https://www.zaragoza.unam.mx/portal/wp-
content/Portal2015/publicaciones/libros/Conducta-Infantil-2018.pdf

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