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cambio climático
El cultivo de algas para después hundir las plantas maduras hasta el fondo del mar podría ser
una forma eficaz de combatir el calentamiento. Entonces, ¿por qué no lo hacemos?
viernes, 30 de agosto de 2019 Por Todd Woody
«Las algas por fin están viviendo su momento de fama», afirma Halley Froehlich, científica
marina de la Universidad de California, Santa Bárbara.
Es la autora principal de un nuevo estudio que cuantifica por primera vez la capacidad global
para el cultivo de algas a gran escala para contrarrestar las emisiones de carbono terrestres y
cartografía áreas del océano aptas para el cultivo de macroalgas.
El cultivo de algas en solo el 3,8 por ciento de las aguas federales de la costa californiana —o
un 0,065 por ciento del océano global disponible para cultivar macroalgas— podría neutralizar
las emisiones del sector agrícola estatal de 50 000 millones de dólares, según el estudio,
publicado el jueves en la revista Current Biology.
Actualmente, las algas se cultivan a pequeña escala para su uso en alimentos, medicinas y
productos de belleza. Sin embargo, los científicos se oponen al establecimiento de plantaciones
industriales para cultivar algas hasta su madurez, cosecharlas y hundirlas en las profundidades
del océano, donde el dióxido de carbono capturado quedaría sepultado durante cientos o miles
de años.
Descubrieron que plantar macroalgas en solo un 0,001 por ciento de las aguas destinadas al
cultivo de macroalgas y hundirlas en el mar podría compensar las emisiones de carbono de la
creciente industria internacional de la acuicultura, que suministra la mitad de los alimentos
marinos del mundo. En total, el estudio concluye que hay 48 millones de kilómetros cuadrados
de océano aptos para el cultivo de algas.
Hay inconvenientes
Froehlich indica que «aún no existe la tecnología» para secuestrar algas en las profundidades
del océano. «Espero que este estudio genere debate entre los ingenieros y los economistas sobre
qué haría falta para establecer mecanismos reales».
Carlos Duarte, un importante científico de algas del Centro de Investigación del mar Rojo en
Arabia Saudí, asistió a una presentación sobre los hallazgos del estudio en abril.
«El nuevo estudio se suma a anteriores investigaciones y estimaciones globales que apuntan a
la acuicultura de algas como una importante vía para mitigar el cambio climático», escribe por
email, indicando que no había revisado el artículo científico final. «Opino que las estimaciones
son muy conservadoras y que hay mucho más potencial si se mantiene el cultivo de forma
adecuada».
«Las algas son un material muy valioso y hay formas más útiles de emplear este material que
deshaciéndose de ellas en el fondo del mar, contribuyendo al mismo tiempo a la mitigación del
cambio climático», afirma.
De hecho, Froehlich y otros ecólogos marinos llaman a las algas el «carbono carismático», por
la capacidad polifacética de las macroalgas para abordar una serie de males medioambientales
en el océano o en tierra.
«Los cálculos demuestran que las algas pueden ser una herramienta muy eficaz para combatir
el cambio climático, pero el mercado debe validarlas», afirma Scotty Schmidt, director
ejecutivo de Primary Ocean, una empresa de Los Ángeles que trabaja en un proyecto financiado
por Estados Unidos para desarrollar tecnologías que desplieguen plantaciones de algas a gran
escala.
«El cultivo de algas solo para el secuestro de carbono no es un negocio viable en este momento,
ya que apenas existe un mercado de carbono dispuesto a aceptar créditos de compensación con
algas», afirma.
La estrategia de Primary Ocean consiste en extraer material de las algas que pueda venderse
para usos agrícolas. Schmidt afirma que, si pueden obtener beneficios de dichas ventas y se
dispone de créditos de carbono, la empresa podría secuestrar los residuos de las macroalgas.
Hacer que los contadores del crédito de carbono acepten las algas como fuente legítima de
reducción de gases de efecto invernadero es uno de los principales retos.
«La ciencia y la demanda están ahí; el obstáculo es un catalizador que haga que la producción
supla la demanda», afirma Duarte. «Específicamente, necesitamos protocolos de créditos de
carbono que puedan utilizarse para reclamar créditos de carbono a partir de la acuicultura de
algas y también entornos legislativos que faciliten las desgravaciones y las licencias para la
acuicultura de algas».
Pese a la longitud de la costa apta para el cultivo de algas, Estados Unidos apenas tiene
operaciones de acuicultura marítimas. Se prevé que China y otros países asiáticos que producen
la mayor parte de las algas de acuicultura asuman un papel protagonista en el establecimiento
de las macroalgas como fuente de «carbono azul».
«En Estados Unidos, es probable que sea más fácil obtener una licencia para una plataforma
petrolífera que para la acuicultura de algas», afirma Duarte.
«Esto es sin duda una de las dos únicas veces que se han producido incendios como estos» en
el Amazonas, afirma Thomas Lovejoy, ecólogo y explorador de National Geographic.
«No cabe duda de que se trata de una consecuencia del reciente repunte de la deforestación»,
afirma.
Los datos publicados por el INPE a principios de este mes indicaban que se ha talado más
superficie forestal en Brasil solo este verano que en los tres años anteriores.
«En los años anteriores, [los incendios forestales] estaban muy vinculados a la ausencia de
lluvia, pero este ha sido un año bastante húmedo», afirma Adriane Muelbert, ecóloga que ha
estudiado el papel que desempeña la deforestación del Amazonas en el cambio climático.
«Esto nos lleva a pensar que estos son incendios provocados por la deforestación», afirma.
Además de para la obtención de madera, muchos árboles amazónicos se talan para plantar soja
o abrir espacio para los lucrativos pastos de ganado. La quema se utiliza habitualmente para
deshacerse de los árboles con rapidez. Al igual que los incendios forestales que afectan a
California, la mayoría son prendidos por humanos, pero después se descontrolan.
Lovejoy describe un sistema cíclico en el que la deforestación provoca la pérdida forestal, hace
que la región sea más seca y provoca aún más deforestación. Gran parte de la lluvia del
Amazonas la genera el propio bosque húmedo, pero ante la desaparición de los árboles, las
precipitaciones decrecen. A los expertos les preocupa que esta espiral descendente seque
todavía más la selva y lo empuje a un punto de inflexión en el que se parezca más a una sabana
que a un bosque lluvioso. «El Amazonas tiene este punto de inflexión porque fabrica la mitad
de su propia lluvia», afirma Lovejoy. Por eso, según él, «el Amazonas debe ser gestionado como
sistema».
La protección del Amazonas se considera una de las formas más eficaces de mitigar el efecto
del cambio climático. El ecosistema absorbe millones de toneladas de emisiones de
carbono cada año. Cuando se talan o se queman esos árboles, no solo liberan el carbono que
almacenan, sino que desaparece una herramienta para absorber las emisiones de carbono.
«La destrucción de cualquier bosque representa una amenaza para la biodiversidad y las
personas que utilizan dicha biodiversidad», afirma Lovejoy. Añade que «la gran amenaza es
que mucho carbono entra en la atmósfera».
Muelbert afirma que es demasiado pronto para calcular la cantidad de carbono que podrían
haber emitido los incendios forestales de este mes de agosto. El Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático publicó un informe a principios de mes en el que afirmaba
que al mundo no le sobran bosques si queremos evitar los peores impactos del cambio
climático.
«Es una tragedia», afirma Muelbert sobre los incendios forestales y la deforestación
responsable de ellos. Según ella, se trata de «un crimen contra el planeta y un crimen contra la
humanidad».
«La botella de plástico transformó la industria de las bebidas y cambió nuestros hábitos en muchos
sentidos», afirma Peter Gleick, cofundador y presidente emérito del Instituto Pacífico de Oakland,
California, y autor de Bottled and Sold: The Story Behind Our Obsession with Bottled Water. «Nos
hemos convertido en una sociedad que parece pensar que, si no tenemos agua a mano, pasarán cosas
terribles. Es una tontería. No es como si antes la gente se muriera de sed», afirma.
Para 2016, el año en que las ventas anuales de agua embotellada en Estados Unidos superaron
oficialmente las de refrescos, el mundo había abierto los ojos a la floreciente crisis de residuos plásticos.
El rechazo a la saturación de botellas descartadas que atascan los cursos de agua, contaminan los mares
y ensucian el interior ha sido rápido. De repente, llevar botellas de agua de plástico ya no está de moda.
Lo que está de moda es llevarlas puestas: la última moda es la ropa de diseño hecha con botellas de agua
recicladas. Existe un mercado creciente de lujosas botellas rellenables de acero inoxidable, entre ellas
una botella de edición limitada cubierta de miles de cristales Swarovski que vale casi 2000 dólares.
Las botellas de plástico y los tapones son el tercer y cuarto artículo de plástico más recogido en las
limpiezas de playas anuales de Ocean Conservancy en más de 100 países. Los activistas se concentran
en la botella como la siguiente en la lista de prohibiciones después de las bolsas de plástico. Las
localidades de Concord, Massachusetts, y Bundanoon, Australia, ya han prohibido las botellas; también
lo han hecho muchos parques públicos, museos, universidades y zoos de Europa y Estados Unidos. El
mundo en vías de desarrollo —donde 2200 millones de personas aún carecen de acceso a agua
potable, según Naciones Unidas, y donde el agua embotellada es la única opción segura— se está
adelantando al problema. En junio, Kenia anunció que prohibiría los plásticos de un solo uso en playas
y parques nacionales, bosques y áreas de conservación a partir de junio de 2020. Por su parte, la
Corporación Municipal del Sur de Delhi prohibió las botellas de agua desechables en todas las oficinas
municipales.
Una nueva vida para las botellas
Mientras la atención del público a la crisis de los residuos plásticos disminuye, el mundo está inundado
de soluciones para las botellas. En general, se distribuyen en dos categorías: iniciativas para reducir el
uso de las botellas de plástico e iniciativas para encontrar nuevas formas de encargarse de las botellas
cuando se tiran.
Por ejemplo, en Londres abundan las iniciativas para reducir las botellas de plástico. El alcalde Sadiq
Khan anunció que planea construir cien fuentes nuevas para rellenar botellas. La pasada primavera, se
les dio a los corredores del Maratón de Londres bolsitas de algas comestibles en el kilómetro 37 que
contenían una bebida para deportistas. Y Selfridges, la cadena secular de grandes almacenes de
Londres, ha retirado las botellas de plástico de sus cafeterías en favor de las botellas de vidrio, las latas
de aluminio y los puntos de rellenado.
Una vez las botellas se han convertido en residuos, emprendedores de todo el mundo recurren a ellas
para convertirlas en cartuchos de tinta para impresoras, postes para vallas, tejas, moquetas, pisos y
barcos, solo por mencionar algunos artículos. Incluso se han construido casas con botellas. La más
reciente es una casa moderna de tres pisos a orillas del río Meteghan en Nueva Escocia que, según sus
promotores, es capaz de resistir a un huracán de categoría 5. Solo hicieron falta 612 000 botellas.
En laboratorios, aparecen de forma regular nuevas versiones de botellas que afirman ser biodegradables
o compostables, y los químicos de la industria del plástico experimentan con el «reciclaje químico», es
decir, convertir los polímeros en sus monómeros constituyentes para fabricar botellas de
plástico nuevas.
No todas las soluciones son escalables a un nivel que genere una diferencia perceptible y la mayoría —
entre ellas las biodegradables— requieren que se lleve a cabo la parte más elemental y menos funcional
de la vida útil de la botella. Alguien tiene que recogerlas.
Las tasas de reciclaje siguen siendo bajas. En 2016, se recogieron menos de la mitad de las botellas
compradas en todo el mundo. Según Susan Collins, directora ejecutiva del Container Recycling
Institute, las botellas nuevas de PET fabricadas en Estados Unidos solo contienen un 7 por ciento de
material reciclado. Aunque los consumidores de refrescos devolvían las botellas de vidrio y recogían el
reembolso en las décadas previas a la invención del PET, las empresas de bebidas han fomentado el
reciclaje y se han opuesto a la legislación de depósito de botellas bajo el argumento de que les
cuesta demasiado dinero.
Las empresas de bebidas se han comprometido a utilizar más botellas reciclables en el proceso de la
fabricación, una meta que pretende reducir la producción de resina nueva e incrementar las tasas de
reciclaje añadiendo valor a la recuperación de botellas.
PepsiCo se comprometió a aumentar un 25 por ciento el contenido reciclado en todos sus envases de
plástico para 2025. Nestle Waters se comprometió a fabricar solo envases reciclables para 2025 y
aumentar el contenido reciclado de las botellas un 35 por ciento para 2025 a nivel internacional y un
50 por ciento en Estados Unidos, centrándose en la marca Poland Spring. Además, el contenido
reciclado de las marcas europeas aumentará un 50 por ciento para 2025.
Coca-Cola se comprometió a reciclar una botella o una lata por cada una que venda la empresa para
2030 y aumentar un 50 por ciento el material reciclado en sus botellas de plástico para 2030.
¿PLANETA O PLÁSTICO?
Tres cosas que puedes hacer para formar parte de la solución:
1. Lleva una botella reutilizable.
2. Escoge latas de aluminio en lugar de botellas de plástico cuando sea posible.
3. Recicla todas las botellas de plástico.
¿Hacer que pague el consumidor?
Mark Murray, director ejecutivo de Californians Against Waste, afirma que la recuperación de los
residuos plásticos no mejorará mucho hasta que se le otorgue un mayor valor, algo que se lograría
incrementando el precio del producto.
«Si una empresa me vende agua en un recipiente con una porción individual, yo debería pagar el coste
completo de introducir ese agua en un recipiente con una porción individual, que incluye recuperar
dicho recipiente cuando sea un residuo. Estas iniciativas voluntarias están bien. Pero la clave es ajustar
el precio».
Ben Jordan, director de política medioambiental de Coca Cola, declaró que Coca Cola estaba
reevaluando los programas de depósito de botellas en todo el mundo, así como los cinco tipos
principales de sistemas de reciclaje a nivel internacional para determinar cómo maximizar la
recuperación de residuos plásticos a nivel local. Indicó que las operaciones de Coca Cola en Ciudad de
México reciclan casi el cien por cien del PET.
«Todos estamos de acuerdo en este tema», afirma. «¿Existen formas que no requieran envases?
¿Existen lugares a los que se puedan llevar envases propios? Por todos los envases de ahí fuera, ya sea
una botella de PET o una lata de aluminio, ¿cómo podemos hacerlos más sostenibles de lo que eran
ayer?».
Bart Elmore, profesor de la Universidad del Estado de Ohio y autor de Citizen Coke: The Making of
Coca-Cola Capitalism, afirma que las empresas de bebidas deberían ser inteligentes y aprender una
lección de su propia historia: ponle un precio a una botella y la recuperarás.
Un mapa de la contaminación entre la contaminación atmosférica Entonces, Xin Zhang, el autor del
Los investigadores analizaron datos y los trastornos psiquiátricos», estudio, especuló que la
de Estados Unidos y Dinamarca para afirma Ioannis Bakolis, contaminación dañaba la materia
establecer este vínculo. En Estados epidemiólogo del King’s College blanca del cerebro.
Unidos, estudiaron 11 años de datos London que no participó en este
de seguros médicos de 151 millones estudio.
de personas que habían presentado Con todo, sostiene que el El cerebro en la naturaleza
reclamaciones por cuatro trastornos hecho de que el estudio se base en En Inglaterra, los científicos están
psiquiátricos: trastorno bipolar, datos por condados añade supervisando actualmente cómo
depresión grave, trastorno de demasiadas variables como para podría estar afectando la calidad del
personalidad y esquizofrenia. determinar de forma concluyente aire de las ciudades a 250 niños. Los
También analizaron la epilepsia y la que la contaminación atmosférica niños llevan mochilas fabricadas por
enfermedad de Parkinson. provoque trastorno bipolar y Dyson que analizan la calidad del
A continuación, examinaron depresión. aire e indican cuándo y dónde
los datos de calidad del aire, el agua atraviesan los mayores niveles de
y la tierra de la EPA y buscaron los Los efectos en el cuerpo humano contaminación.
lugares donde se solapaban las Gran parte del saber científico sobre Las autoridades municipales
reclamaciones y los altos índices de los efectos de la contaminación afirman que esta información
contaminación. El solapamiento atmosférica al cerebro se debe a ayudará a mejorar la salud pública.
entre la contaminación atmosférica estudios en perros y roedores. Un Rzhetsky también espera
y el trastorno bipolar era el más estudio llevado a cabo en 2002 que los profesionales de la salud
evidente. analizó los efectos de la mental que tratan trastornos
Para replicar sus hallazgos contaminación vinculada al tráfico neurológicos analicen los factores de
en Estados Unidos, los en perros callejeros. Se observaron riesgo medioambiental.
investigadores colaboraron con daños pulmonares, nasales y Utilizar un medio ambiente limpio
científicos daneses para estudiar el cerebrales. para tratar dichos trastornos sería
efecto de la contaminación en «Lo que ocurre en el cerebro es algo «el santo grial», afirma.
Dinamarca. A diferencia de Estados parecido a la inflamación», afirma Aunque los científicos aún
Unidos, los datos daneses no Rzhetsky. «Provoca síntomas tratan de establecer un vínculo
examinaban datos regionales, sino el similares a la depresión [en sólido entre la contaminación y los
nivel de exposición de una persona a perros]». problemas mentales, sí se ha
la contaminación atmosférica En una investigación determinado que estar en la
durante la infancia. Como en publicada el año pasado, un equipo naturaleza posee beneficios
Estados Unidos, la exposición a la científico de Pekín descubrió que psicológicos. Cuando estamos
contaminación atmosférica se inhalar partículas en suspensión rodeados de naturaleza —ya sea en
asociaba a mayores índices de privaba a la gente de su inteligencia un bosque virgen o en un parque
trastorno bipolar y depresión. provocaba calificaciones inferiores local— hacemos un favor a nuestros
«Estos hallazgos se suman a las pruebas verbales y matemáticas. cerebros estresados
pruebas de estudios previos sobre la
existencia de un posible vínculo