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Monserrat Barahona
Laydi Santos
Gerardo González
Javier
Ruth Esther Ramírez
Itzayana Condado
Grado: 2do Grupo: A
Materia
Ética y valores II
Tema:
Cambio climático
Profesor:
Abelardo Alejandro Gerónimo
Fecha de entrega:
19/Junio/2019
Cambio climático
Terminología
La definición más general de cambio climático es un cambio en las propiedades estadísticas
(principalmente su promedio y dispersión) del sistema climático al considerarse durante
periodos largos de tiempo, independiente de la causa.2 Por consiguiente, las fluctuaciones
durante periodos más cortos que unas cuantas décadas, como por ejemplo El Niño, no
representan un cambio climático.
El término a veces se usa para referirse específicamente al cambio climático causado por la
actividad humana, en lugar de cambios en el clima que pueden haber resultado como parte de
los procesos naturales de la Tierra.13 En este sentido, especialmente en el contexto de
la política medioambiental, cambio climático se ha convertido en sinónimo de calentamiento
global antropogénico. En las publicaciones científicas, calentamiento global se refiere a
aumento de las temperaturas superficiales mientras que cambio climáticoincluye al
calentamiento global y todos los demás efectos que el aumento de los niveles de gases de
efecto invernadero produce.14 La Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático, define al cambio climático en su artículo 1 párrafo segundo, como un cambio de
clima atribuido directa e indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la
atmósfera y que se suma a la variabilidad natural del clima observadas durante períodos de
tiempos comparables.15
Causas de los cambios climáticos
El clima es un promedio del tiempo atmosférico a una escala de tiempo dado que
la Organización Meteorológica Mundial ha estandarizado en 30 años16. Los distintos climas se
corresponden principalmente con la latitud geográfica, la altitud, la distancia al mar, la
orientación del relieve terrestre con respecto a la insolación (vertientes de solana y umbría) y a
la dirección de los vientos (vertientes de Sotavento y barlovento) y por último, las corrientes
marinas. Estos factores y sus variaciones en el tiempo producen cambios en los principales
elementos constituyentes del clima: temperatura atmosférica, presión
atmosférica, vientos, humedad y precipitaciones.
Un cambio en la emisión de radiación solar, en la composición de la atmósfera, en la
disposición de los continentes, en las corrientes marinas o en la órbita de la Tierra puede
modificar la distribución de energía y el equilibrio térmico, alterando así profundamente el
clima cuando se trata de procesos de larga duración.
Animación del mapa mundial de la temperatura media mensual del aire de la superficie
En última instancia, para que se produzca un cambio climático global, debe actuar
algún forzamiento climático, es decir, cualquier factor que incida en el balance de energía del
sistema climático, modificando la cantidad de energía que el sistema recibe del Sol o la
cantidad de energía que el sistema pierde por emisión desde la Tierra al espacio exterior. Los
forzamientos pueden ser las variaciones en los parámetros orbitales de la Tierra, en
el albedo terrestre, en la concentración de gases de efecto invernadero, en la concentración
de aerosoles tanto de procedencia natural, como son los procedentes de erupciones
volcánicas, como los de origen antropogénico que proceden de actividades humanas, entre
otros.
Otros factores como la distribución de los continentes pueden terminar afectando a alguno de
los forzamiento e inducir un cambio climático global. Por ejemplo, la ocupación del océano
ecuatorial por una gran masa de tierra, como ocurrió con el supercontinente Rodinia durante
el Neoproterozoico, puede contribuir a una mayor reflexión de de radiación solar, aumentando
el albedo y produciendo cierto enfriamiento que puede provocar la formación de hielo que, a
su vez, vuelve a aumentar el albedo, en un ciclo conocido como realimentación hielo-albedo17.
La fragmentación de Rodinia18 hace unos 700-800 millones de años, pudo exponer mayor
cantidad de corteza terrestre a la erosión por lluvia y provocar que el Ciclo Geoquímico
Carbonato-Silicato aumentara el secuestro de CO2 atmosférico contribuyendo a una
disminución de la temperatura que terminase induciendo una glaciación global, más conocida
como bola de nieve.
El cambio climático actual es, de manera muy probable, como Inés totalmente antropogénico y
se relaciona principalmente con la intensificación del efecto invernadero debido a
las emisiones industriales procedentes de la quema de combustibles fósiles.34 Las
contribuciones probables de los forzamientos naturales y la variabilidad interna al cambio de la
temperatura global desde 1951 son insignificantes4.
En Nueva Zelanda, por ejemplo, los glaciares Fox y Franz Josef se han ido derritiendo
rápidamente en los últimos años, por ello ahora es demasiado peligroso que los turistas
caminen sobre ellos.
“Cuando vine en 2008 por primera vez a Franz Josef, el glaciar cubría esta roca donde nos
encontramos y había probablemente unos 10 o 20 metros más de glaciar por encima de mi
cabeza. Así que ahora estaríamos sentados en un montón de hielo. Pero al igual que una
barra de pan que va reduciendo su tamaño dentro de una bolsa, aquí la capa de hielo también
es cada vez más fina por ello el glaciar se derrite a mayor velocidad”, explica el experto
Wayne Costello.
Estos glaciares se derriten a un ritmo sin precedentes. El agua baja por la montaña
arrastrando muchísimas rocas a su paso. El mismo fenómeno se observa hoy en todos los
glaciares del mundo.
“Sabemos que los glaciares de todo el mundo, incluyendo los glaciares Fox y Franz Josef,
reaccionan así a unas temperaturas cada vez más elevadas. Además retroceden en periodos
de tiempo cada vez más cortos. Creo que a largo plazo, el retroceso de un glaciar a gran
escala, si tomamos como base los datos desde 1800, se produce como consecuencia del
cambio climático”, asegura Heather Purdie, de la Universidad de Canterbury.
Más de 13 millones de personas se podrían ver afectadas por este fenómeno de aquí a 2100,
aseguran los expertos.
En el Estado de Luisiana, una comunidad está ya siendo reubicada. Se trata del primer caso
en Estados Unidos como consecuencia del aumento del nivel del mar.
“Creo que necesitamos seguir adelante con nuestros análisis. Necesitamos saber cuál es el
impacto del aumento del nivel del mar ahora mismo sobre todo en relación a las inundaciones
en la costa. Nuestros informes podrían ayudar a las autoridades a diseñar los planes
adecuados para luchar contra este fenómeno construyendo infraestructuras e informando a la
gente a través de campañas de sensibilización, por ejemplo”, explica Deepak Mishra de la
Universidad de Georgia.
Con una de las costas más pobladas del país, el Estado de Florida es uno de los que corren
un mayor riesgo. Tres de sus condados podrían ver cómo el 80% de su población abandona
sus casas.
Y para exigir medidas que frenen el cambio climático y mostrarse a favor de un consumo
energético sostenible, el pasado 19 de marzo más de 350 monumentos del todo el mundo
apagaron sus luces. “La Hora del Planeta” fue una inciativa global lanzada por la Fundación
Mundial para la Naturaleza (WWF).
Son múltiples las consecuencias del cambio climático para los humanos y muchas de ellas
están totalmente relacionadas:
Reciclar. Cada vez son más las personas concienciadas con el reciclaje y la separación de
residuos para darles una nueva vida sin necesidad de nuevas materias primas. Esto evita la
contaminación y el derroche de energía que se produce al fabricar productos nuevos.
Utilizar el transporte público. Los vehículos privados son responsables del 10% de las
emisiones totales de gases de toda la Unión Europea. Utilizando el transporte público se
reducen de forma notable dichas emisiones, aún más si se apuesta por métodos sostenibles
como caminar o utilizar la bicicleta.
Adquirir productos ecológicos y eficientes. A la hora de comprar, es aconsejable apostar
por productos de temporada y de productores locales, que no requieren un consumo de energía
para su importación. Por otro lado, los electrodomésticos con etiqueta europea de eficiencia
energética contaminan mucho menos que los tradicionales.
CONCLUSION