Sunteți pe pagina 1din 4

Acta 29/4 - IDENTIFICACION – FREUD

A partir de las identificaciones se va formando el aparto psíquico, es decir que las distintas
instancias psíquicas, yo-ello-superyó se forman por identificación.
La palabra identificación además de ser un término popular, posee distintos significados de
acuerdo con la mirada de cada autor.
Desde el psicoanálisis:
 Tiene un carácter reflexivo (“identificarse”, “identificarnos”).
 Aspecto estructurarte del psiquismo
 Proceso defensivo
 Proceso inconsciente (construcción de síntomas)
Las identificaciones implican una modificación permanente en el yo o súper yo del sujeto. El
cumulo de identificaciones a lo largo de la vida van a ir formando el carácter y personalidad de
cada uno.
Se hablan de dos tipos de identificación, la primaria y la secundaria.
La identificación primaria es el primer lazo afectivo previo a cualquier diferenciación y carga
afectiva de objeto a partir de la cual se va formando el yo. Se refiere a la incorporación del sujeto
aun no diferenciado. Es la identificación con semejantes, los padres, que permiten la constitución
del yo. Se da en el momento del narcisismo primario y todavía no hay una diferenciación yo no-
yo.
La identificación en si supone con el objeto un lazo afectivo a partir del cual el sujeto incorpora al
objeto, tomándolo como modelo.
Hay dos procesos a través de los cuales nos vinculamos con el objeto:
1. Querer TENER al objeto: elección de objeto
2. Querer SER como el objeto: identificación
El infant para ser quien es se tiene que identificar con un semejante que lo hace lo que es y
atravesamiento del complejo de Edipo mediante el niño va a estar atravesado por dos deseos el
querer TENER a mama y querer SER como papa.

Cuando aparece la castración, las cargas libidinales puestas en el objeto se reprimen, se


subliman y se renuncia al objeto incestuoso. Se sale del complejo de Edipo con un súper yo
producto de las identificaciones y el nucleo duro de una identidad sexual determinada (masculina
o femenina) que terminara de edificarse en la adolescencia.
Es decir, en un primer momento cuando funciona en el niño el yo ideal donde se proyecta el
narcisismo de los padres, no hay prohibición, luego aparece la castración y el niño se ve
atravesado por la realidad; se da cuenta que no es ese ideal.
Así, se forma el superyó que lleva implícito la prohibición del incesto y el Ideal del Yo, heredero
del narcisismo primario, de esta manera no se renuncia totalmente a los sueños de grandeza e
ideal sino que estos se postergan.
Ese yo ideal magnifico desaparece pero se conserva como expectativa y surge el ideal del yo que
promueve la sublimación y la represión. Busca hacer cosas para ser ese todo poderoso, va a
tener que trabajar para lograr lo que quiere, es una instancia de aspiración.
El ideal del yo se forma por la identificación, de distintos tipos, con los padres. La pérdida del
objeto se transforma en una identificación.
Ahora bien, la identificación secundaria se da luego de la separación sujeto-objeto. Es una
identificación secundaria a la pérdida de objeto que puede ser tanto una pérdida total o parcial del
vínculo erótico.
Estas identificaciones suponen un vínculo amoroso y pueden ser:
 Totales
 Parciales: se identifica con un rasgo, síntoma o emoción (por ej. Histeria)
 Regresivas: se regresa desde una elección de objeto a una identificación. Nunca
renunciamos a un deseo, siempre esperamos recuperar el objeto perdido, esto lo
hacemos a partir de la identificación. Se regresa de la pérdida del objeto al identificarse
con él. (por ejemplo la niña que se identifica con la tos de su padre= no puedo tener a
papa entones soy como papa)
Esto quiere decir que somos un cumulo de identificaciones de objetos perdidos.
Las identificaciones parciales son cotidianas mientras que las identificaciones con el objeto total
son propias de la psicosis, son masivas, el yo se transforma en el objeto.
El proceso de identificación
Hay dos tiempos en este proceso:
1. Buscar un modelo en el cual proyectar mí ideal, eso que poseo peor no tengo.
2. Me identifico con ese modelo.
Esto quiere decir que las identificaciones continúan a lo largo de toda la vida, aunque en los
momentos de constitución del psiquismo es mas predominante.
A lo largo de la vida nos enfrentamos con distintas situaciones nuevas, frente a las cuales se
pueden tomar dos actitudes:
1. Remitiendo lo nuevo a lo viejo. Acomodo lo nuevo a lo que ya se: produce estancamiento.
2. Buscar alguien que sepa hacerlo y copiarlo, identificarse con esa persona: se aprenden
cosas nuevas.
A dicho modelo se lo elije siguiendo al ideal del yo, se lo coloca en un lugar de ideal. Uno mismo
le atribuye cualidades y condiciones a aquel modelo que quizá otros no ven o no posee. Se lo
pone en un lugar de ideal admirado: “yo quiero ser como él”.
En última instancia esta elección del modelo va a remitir al yo ideal. Cuando se elije un objeto de
identificación se trasladan los ideales propios, que la persona tiene pero potencialmente, a
aquella persona.
El ideal le manda al yo sublimar hasta que se encuentre un modelo en el cual proyectar el ideal.
Estas identificaciones post edipícas se diferencian de las pre edipicas ya que en las primeras la
identificación es con aquello que refuerza lo que tiene y rechaza lo que no tiene. Y coinciden en
que en ambas se busca un modelo y es el mismo proceso.
Por lo tanto, las identificaciones post edipicas están condicionadas por aquello que ya se adquirió
a la salida del Edipo, la IDENTIDAD.
Se debe “hacer propio” aquello con lo que nos identificamos para así poder poseer; si no se
posee se lo vive como alienado, como si fuera el deseo del otro y no propio. Debido a la
ambivalencia hacia los ideales pueden surgir identificaciones contrapuestas.
Las identificaciones reciprocas, por otra parte, son las identificaciones con un otro que “nos
admira”. Uno quiere ser como un ideal, pero es posible identificarse con “un inferior”. Por ejemplo,
si el docente no puede identificarse con el rol del alumno no podría captar las dificultades de este.
Guarda cierta relación con la empatía pero la identificación es un proceso más inconsciente.

DUELO Y MELANCOLIA – FREUD


En el articulo “La Transitoriedad” Freud describe la actitud de dos personas ante la contemplación
de la naturaleza. Uno de ellos se mostraba taciturno, no lo disfrutaba, mientras que el otro no lo
valoraba. Su actitud en general era de no interés ya que sabían que eso que estaban viendo, con
el invierno iba a desaparecer.
De esta manera se afirma que la posibilidad de valorar algo esta puesta en la transitoriedad de las
cosas. Según Freud el valor no radica en el tiempo que dure, sino en el significado que cada uno
le dé. “La transitoriedad no lleva de por si a una desvalorización sino que al contrario, hay un
aumento, se torna más apreciable.”
Ante la imposibilidad de disfrutar aquello que no es eterno se presenta la no tolerancia a la
perdida. Aceptar una perdida supone un trabajo psíquico para elaborar dicha situación.
Permanentemente nos estamos afrontando a perdidas, por lo tanto el poder aceptarlas es una
capacidad necesaria.
Hacemos referencia a tres actitudes frente a la perdida, dos extremas y una normal:
1. Se acepta la perdida y de elabora el duelo
2. Imposibilidad para elaborar la pérdida. Hay hastío del mundo y actitud depresiva. (pasiva)
3. Revelación ante la pérdida: descarta situaciones y no se queda en ninguna para no
perderla. (maniaca)
El duelo y la melancolía son instancias críticas de cómo se actúa ante la perdida y cómo actúan
las identificaciones. Se diferencian en que el duelo ante la pérdida es una situación normal
mientras que la melancolía es patológica.
Abraham ya había escrito sobre esto y hace referencia a las distintas etapas libidinales. Freud
toma aspectos de este pero afirma que olvido de que lo principal del duelo y la melancolía es
entenderlo desde el punto de vista metapsicológico, dinámico, lo importante son los mecanismos
que se utilicen para afrontarlo.
El duelo y la melancolía son entonces, reacciones ante una perdida, tienen síntomas similares
como:
 Dolor: como una “hemorragia libidinosa” según Freud
 Falta de iteres por el mundo. Todo el interés esta puesto en el objeto perdido.
 Imposibilidad de amor: toda la energía libidinal esta puesta en el objeto perdido. No
quedan restos para dedicarle a los demás
 Inhibición: falta de creatividad, interés, ganas.
 Por último, en el duelo el mundo está empobrecido porque ya no está el objeto amado en
el. Mientras que en la melancolía lo que esta empobrecido es el yo: hay una
desvalorización de si mismo.
El duelo supone un trabajo psíquico para poder aceptar la situación de perdida ya sea de un ser
querido, algo simbólico o ideal.
La elaboración de la perdida implica la aceptación y renuncia al objeto. Este trabajo psíquico es
largo y doloroso y consta de volver a cargar esos recuerdos para luego desinvestirlos, ante cada
uno la realidad mostrara que el objeto ya no está. Concluido el trabajo de la elaboración de la
perdida la libido puesta en ese objeto perdido se retira y puede cargar a otro objeto. Esto es a lo
que Freud llama el Proceso de Duelo Normal.
Por su parte, en la melancolía hay un yo empobrecido, constantes auto reproches y se da el
complejo de insignificancia.
Aparte de esta actitud el melancólico de comporta de una manera que no concuerda con esto:
hay cierta arrogancia y orgullo, exhibe su miseria, su desvalorización, como si sobre el hubiera
caído una injusticia. Según Freud “si tan mal se siente algo de razón debe tener”.
Las críticas que el melancólico se hace sobre si mismo son querellas y reproches que antes le
hacía al objeto. El melancólico se identifica con el objeto perdido: “la sombra del objeto recae
sobre el yo”. Se trata de una identificación regresiva ya que se produce una regresión de la
elección de objeto al narcisismo.
Hay una doble identificación. Los reproches que el hacia al objeto ahora el objeto se los hace a él
y el superyó hostiga al yo del sujeto como el sujeto hostigaba al objeto perdido.
La lucha del sujeto con el objeto vía identificación se transforma en un conflicto intra psíquico. El
objeto desaparece de la realidad y se incorpora de forma masiva al yo. La identificación supone
una incorporación de modo oral canivalistica: lo destruye.
La extrema melancolía lleva al suicidio del sujeto: que en realidad es un asesinato del objeto
perdido con el cual se identifico. Para que suceda esto la elección de objeto tuvo que ser
narcisista: se elije en base a su propio yo y se colocan aspectos propios en el otro. Por lo tanto
cuando el objeto se pierde, se pierde el yo.
Las condiciones para que se dé la melancolía son:
1. Que el sujeto hay tenido con el objeto gran fijación, es decir que el otro actuaba como
parte de si mismo
2. Escasa resistencia de investidura, una labilidad que hace que esa carga puesta en el
objeto fácilmente se transforme en una identificación regresiva.
Mientras más narcisista es la elección, mas ambivalente es la relación con el objeto.
La libido en la melancolía tiene dos destinos:
1. El regreso a la identificación, que supone una incorporación al modo oral-canivalistico
2. El regreso al sadismo anal.
En la etapa oral no hay una diferenciación yo no-yo y la incorporación por amor supone la
destrucción. Mientras que en la anal hay un acto de reafirmación, supone dominar al otro. Ya hay
una diferenciación yo no-yo y hablamos de dos sub etapas, la retentiva: retengo al objeto y la
expulsiva: no lo quiero. De esta manera se puede ver la ambivalencia hacia el objeto. El
melancólico no puede mantener un vinculo con el objeto porque lo incorpora (regresión a lo oral) y
lo destruye (regresión a lo anal), de esta manera el objeto queda desvalorizado.
El melancólico no sabe lo que perdió con lo que perdió; aquello que perdió tiene significancia
narcisista.

S-ar putea să vă placă și