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INTRODUCCION
MARCO TEORICO
METODOLOGIA EXPERIMENTAL
Remediación
El cuadro que emerge sobre los malos comprendedores es el de niños que son malos
haciendo inferencias y conectando las ideas en los textos, no solo cuando leen, sino
también cuando se les lee. La memoria operativa puede tener un papel en estas
habilidades y dos de nuestros estudios mostraron que los malos comprendedores tenían
memorias operativas deficientes si se los comparaba con un grupo con mayores
habilidades. Sin embargo, es poco probable que todas las dificultades puedan explicarse
en función de la memoria operativa, dado que el estudio final mostró que las habilidades
inferenciales pueden ser entrenadas. Es posible pensar, sin embargo, que este
entrenamiento no afectó la capacidad de memoria operativa de estos niños. Una
posibilidad es que el entrenamiento en inferencias proporcionó a los malos
comprendedores estrategias que los ayudaron a compensar sus deficiencias en memoria
operativa.
IMPLICANCIAS EDUCATIVAS
Medidas de comprensión
Mejorar la comprensión
Los estudios delineados más arriba mostraron modos en que la comprensión puede
mejorarse. Obviamente, hay muchas otras (para una revisión, ver Oakhill & Garnham,
1988). Nuestros propios estudios de entrenamiento han mostrado que marcados
incrementos en la comprensión pueden lograrse en breves períodos de entrenamiento.
Sin embargo, como se ha señalado, muchas preguntas importantes permanecen sin
respuesta, por lo que me gustaría finalizar con dos notas de advertencia. En primer
lugar, la mayor parte de los procedimientos para mejorar la comprensión suponen que
los malos lectores se beneficiarán de la enseñanza de las estrategias que los buenos
lectores utilizan habitualmente. Sin embargo, el hecho de que los malos
comprendedores no hayan adquirido estas habilidades puede significar, en algunos
casos, que no están en condiciones de hacerlo. No puede darse por sentado que los
malos comprendedores pueden convertirse en buenos meramente intentando enseñarles
las habilidades que los buenos comprendedores poseen.
En segundo lugar, puede ser necesario que la instrucción en habilidades tales
como el monitoreo de la comprensión se limite a niños que ya han adquirido las
habilidades básicas de lectura. La introducción de tales estrategias en niños que
continúan luchando para dominar el reconocimiento básico de palabras puede resultar
contraproducente porque pueden no tener suficiente capacidad de procesamiento para
realizar ambas tareas a la vez. En consecuencia, parecería sensato esperar hasta que los
niños tengan mayores habilidades de decodificación antes de introducir el
entrenamiento en estrategias de comprensión. Los niños deberían de todos modos
aprender desde el principio que la comprensión es el principal propósito de la lectura. El
entrenamiento en habilidades conscientes de comprensión, sin embargo, no debe ser
introducido demasiado pronto.
DIRECCIONES FUTURAS
Has dos áreas principales en las cuales nuestro trabajo puede ser ampliado, en primer
lugar, el tema del rol de la memoria operativa en la lectura de los niños ha sido
escasamente explorado. Los resultados de nuestro experimento utilizando una tarea de
memoria de dígitos sugieren que la comprensión lectora en niños depende, no en un
sistema de memoria operativa específico del lenguaje sino en un sistema de memoria
operativa general. Sin embargo, para comprender con mayor profundidad el rol de la
memoria operativa en la comprensión lectora infantil debemos saber cómo el
desempeño en una variedad de tareas (verbales, numéricas, espaciales) se relacionan
con la comprensión lectora (ver Daneman & Tardif, 1987). Otros test de memoria
operativa (verbal/lingüística) puede ser aún mejores predictores de la comprensión
lectora que el test que utilizamos. Adicionalmente, puede resultar útil descubrir si la
comprensión en general, o solamente ciertas habilidades de comprensión, se relacionan
con la memoria operativa. Hemos identificado varias áreas en las que los malos
comprendedores presentan deficiencias. Estas incluyen: realizar inferencias e integrar
información de distintas partes del texto, comprender pronombres y otras expresiones
anafóricas y monitorear la comprensión. Sin embargo, no conocemos la relación entre
las habilidades de memoria operativa y estos aspectos específicos de la comprensión de
textos. La memoria operativa puede ser particularmente importante para aquellos
aspectos de la comprensión de textos, tales como la comprensión de pronombres o el
monitoreo de la comprensión, que tienen requerimientos simultáneos de
almacenamiento y procesamiento. Puede ser menos importante para tareas que se
apoyan más en el recuerdo literal.
El otro modo importante en el que nuestro trabajo necesita ser ampliado es el
área del entrenamiento para mejorar la comprensión. Necesitamos evaluar los efectos de
largo plazo de nuestras técnicas de entrenamiento. Los estudios de entrenamiento que
hemos realizado se limitaron a un grupo de edad. No es claro si entrenamientos
similares serían apropiados para oros niveles, o si niños menores o mayores se
beneficiarían de distintos tipos de entrenamiento. Adicionalmente, los tipos de
entrenamiento que hemos usado han sido bastante limitados. Por ejemplo, no hemos
explorado la efectividad de otras posibles técnicas para ayudar al desarrollo de la
comprensión, ni hemos explorado su algún programa remedial en particular debe ser
adaptado a los requisitos específicos de distintos tipos de malos comprendedores.
RECONOCIMIENTOS
REFERENCIAS