El Comunicador Social - Periodista Que Requiere La Sociedad Digital.

El
comunicador social – periodista que requiere la sociedad digital.

Andrés Barrios Rubio.
Comunicador Social – Periodista.
Especialista en Edición Digital y Multimedia.
Magister en Administración de Empresas con Especialidad en Dirección de Proyectos.
El comunicador social – periodista que requiere la sociedad digital.
Eje Temático:
Competencias Digitales en la Formación Periodística
o
Periodismo y Transmedia.
Autor:
Andrés Barrios Rubio
andres.barrios@utadeo.edu.co
andres.barrios@outlook.com
Director Emisora Óyeme UJTL

Coordinador Programa de Tecnología en Producción Radial
Docente Asociado II
Programa de Comunicación Social - Periodismo
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
Investigador Principal Proyectos
“Usos y consumos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación

TIC”
“Cómo influencian las redes sociales la generación de contenidos y el
establecimiento de la agenda radial colombiana”
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano

Bogotá – Colombia.
El comunicador social – periodista que requiere la sociedad digital
Estamos en un entorno en el que todos los días los medios sufren cambios
estructurales y funcionales que los obligan a replantear su accionar y a reinventar
sus usos y esquemas; se puede decir que nos encontramos en un mundo en el
que se pasó de una cultura de imprenta a una cultura de la pantalla donde surgen
nuevas prácticas sociales que crean dispositivos a la medida de cada uno,
elementos en los que conjugan el texto, el audio y el video configurando nuevos
medios en los que se generan nuevas formas de interacción.
Lo antes planteado implica un replanteamiento en la labor profesional de los

comunicadores sociales – periodistas, pero al mismo tiempo un cambio en los
procesos de formación que brinda la academia en busca de responder a las
necesidades del mercado, pues se requieren hoy periodistas “transmedia” que
estén capacitados para llegar a un público conformado por la generación @,
jóvenes con nuevas coordenadas espacio-temporales que delimitan el espacio
virtual y gracias a la tecnología tienen al mundo en la palma de su mano.

El comunicador social – periodista que requiere la sociedad digital
Entre los medios de comunicación y la academia siempre ha existido una barrera

o resquemor entre unos y otros que sale a flote cada día. La academia de manera
frecuente al interior de las asignaturas, seminarios, conferencias y demás eventos
critica a los medios de comunicación (funcional y éticamente), así como el actuar
de quienes están detrás del micrófono (lenguaje, ética, enfoque, temas, entre
otros.)
Desde las empresas mediáticas se dice que las Facultades de Comunicación

Social están pasando por su peor momento al no tener definidas las carreras,
pues aprecian un cambio constante de los pensum académicos y al recibir a los
practicantes o profesionales recién graduados, encuentran que se le da bastante
importancia a las redes sociales y aquello que ofrecen las TIC, sin que los
estudiantes o egresados evidencien lo que es fundamental, el proceso de
investigación en busca de la verdad y el saber comunicar dichos hechos a través
de una estupenda redacción que se amolda a las estructuras propias de cada uno
de los medios. Otros, por su parte, dicen que en las Facultades de Comunicación
se enseña mucho del pasado pero se aprende poco de los desafíos del futuro
(Noguera, Martínez, Grandino, 2011).
Se infiere, sin fundamento alguno, que la academia nunca se ha cuestionado en

qué está fallando en la formación de los nuevos comunicadores y el qué esperan
los medios de esos profesionales. Quienes afirman ello, sustentan su
planteamiento al decir que desde los medios existe una preocupación por la falta
de práctica al interior de las mallas curriculares, lo cual deja en evidencia que los
estudiantes no logran experimentar la realidad del medio de comunicación y el
mundo laboral, pues pese a que se realizan trabajos prácticos al interior de las
asignaturas, el entorno académico apuesta muy poco por las producciones
comerciales, que finalmente es a lo que se enfrentan los profesionales al llegar a
la vida laboral, pues los medios son un negocio y el objetivo es vender.
Los directores de los medios de comunicación dicen que las universidades no

logran enamorar a los estudiantes con el medio, se aprecia que hoy todos quieren
llegar a ser figuras sin recorrer el camino, se les olvida que el título no lo da todo y
que es necesario acumular experiencia, ir escalando y conocer el día a día de los
medios. La teoría es el fundamento para desarrollar la práctica, pero también es
indispensable saber operar equipos, realizar trabajo de producción, redactar,
manejar las normas de ortografía, conocer el funcionamiento de las ramas
legislativa, ejecutiva y judicial, en fin, un equilibrio entre lo académico y lo práctico
que finalmente es la esencia del oficio en sí. No se puede desconocer que el
comunicador debe estar preparado para analizar, cuestionar, confrontar,
estructurar un discurso y dar su versión de los hechos.
En defensa de las facultades de Comunicación Social – Periodismo hay que decir
que, así no se quiera reconocer o por lo menos no se evidencie, existe un claro
esfuerzo por estar a la vanguardia de los avances tecnológicos y el cómo afectan
estos el desarrollo del actuar profesional del comunicador de hoy, así como sus
distintos campos de acción; por ello, se apuesta por una formación integral desde
las teorías de la comunicación, los medios, los campos, las nuevas tecnologías y
aquellos elementos que hacen del estudiante un profesional integral. De ahí, que
exista una preocupación por desmitificar las redes sociales, las TIC y enseñarle a
los estudiantes que se deben analizar sus estructuras, comportamientos y
accionar, pues son un estupendo canal de información, promoción y
autopromoción que tienen que integrar a los planes de comunicación, personales y
profesionales, de modo que sean un eslabón más de la cadena comunicativa.
De lo anterior queda en evidencia que vale la pena recabar en una serie de

reflexiones encaminadas al campo de la comunicación en Red obligando
indudablemente a hacer referencia a la interactividad, hipertextualidad y el hablar
del lenguaje y las características transmedia. El mundo de hoy exige a la
academia entregar a la sociedad profesionales que estén preparados para
enfrentar los nuevos hábitos de consumo y se puedan desenvolver de manera
apropiada en la nueva forma de expresividad (modelos de navegación, enlaces,
adaptación de géneros, producción de contenidos).
Una generación de comunicadores transmedia para el público de la

generación @.
La sociedad de la información y el conocimiento trajo consigo una serie de

replanteamientos en la forma de actuar y proceder del ser humano, al tiempo que
modificó el quehacer de las profesiones en un entorno virtual y digital que
conlleva, para el caso de la comunicación, replantear la concepción de los medios
de comunicación, el campo de acción del profesional y por consiguiente los
procesos de formación, llevando a las distintas instituciones a la creación de
espacios virtuales en las diversas modalidades educativas, al tiempo que se
generan empresas de comunicación que desde la academia brindan un primera
experiencia profesional al estudiante.
Desde 2005 los cambios, tecnológicos y sociales, se han presentado a la

velocidad de la luz, las TIC dieron mayor velocidad a cada uno de los sucesos y
acontecimientos, la comunicación se aceleró, cobro mayor importancia la
movilidad y la digitalización de la información, hoy lo importante no es memorizar
el dato sino dar cuenta de él y saber cómo acceder a dicha información en el
momento en que se requiere; es un entorno en el que la accesibilidad cobra
relevancia, pues ello genera desigualdades en un mundo en el que unos cuentan
con mayores recursos frente a otros.
Esas desigualdades, como lo afirmó Teresa Quiroz en el VI Encuentro
Panamericano de Comunicación celebrado en Córdoba – Argentina en Junio de
2013, permiten desarrollar diferentes maneras de apropiarse de las tecnologías,
mecanismos que traen consigo cambios desde el lenguaje y la educación que
abarcan un nuevo tipo de lectura, pues hoy no solo se leen textos escritos, sino
también imágenes. Un espacio en el que no se presenta una lectura lineal de los
acontecimientos, sino una lectura hipertextual con la cual se están ampliando las
posibilidades de reflexión y referencias.
El mundo globalizado de hoy da mayor relevancia a la formación de bloques

regionales en los que a nivel económico, político y social los países hermanos
encuentran la forma de unir fuerzas y mostrar a ese otro, que se encuentra fuera
del bloque, diferentes propuestas. A nivel educativo, en el campo de la
comunicación, Latinoamérica está viviendo una etapa inédita en la que tanto la
academia como las ONG profundizan en el modo de entender el rol de la
comunicación en la construcción social y el lugar que ocupan los receptores, hoy
vistos como usuarios de un servicio, en esa construcción.
Lo antes planteado implica una modificación desde los parámetros actuales de

estructura del currículo y el contenido del pensum que manejan los docentes en la
formación de comunicadores, pero es coherente con los estudios investigativos de
la comunicación y las ciencias sociales que vinculan tres aspectos: la enseñanza –
investigación, la enseñanza – campos y la investigación – campos. El
Comunicador Social – Periodista está inmerso en un entorno social, y por lo
mismo debe estar al tanto de las transformaciones que la tecnología genera en
éste y en el desarrollo de la sociedad.
En la sociedad actual existe una estrecha relación entre el cambio tecnológico y el

cambio social, que debe ser objeto de reflexión por parte del Comunicador Social
– Periodista, sobre todo porque esa relación se expresa en nuevas formas de
transmitir la información y nuevas posibilidades comunicativas que amplían el
campo de acción del profesional en comunicación. Es por ello que desde la
academia se debe buscar orientar al estudiante en la reflexión y construcción de
conocimiento sobre las TIC, haciendo énfasis en las nuevas formas de
agenciamiento y circulación de la información, con la que cuentan los medios en la
construcción de realidad de las audiencias. El entorno del comunicador y su
quehacer profesional se ha visto impactado por las constantes innovaciones
tecnológicas que han traído consigo un sinnúmero de artefactos con los cuales los
usuarios han establecido y generado relaciones, redes y comunidades que entran
a redefinir la profesión, los medios y las sociedades (Codina, 1996).
Indiscutiblemente lo que se conoce como medios tradicionales, es decir, prensa,

radio y televisión se encuentran en un afán desesperado por migrar sus
contenidos a la red, ya sea para ofrecer un servicio complementario o para crear
una simbiosis mediática, en la cual se generan nuevos modelos de actuación del
comunicador basados en procesos interactivos, esquemas de información y
recursos expresivos que hacen uso del texto, el audio y el video (lenguaje
característico y propio de cada uno de los medios convencionales) para
transformarse en lo que ahora se denominan cibermedios (Castells, 2009).
Los medios en la Web (cibermedios) son plataformas a través de las cuales se

emiten contenidos (interactivos e hipertextuales) que son mediadores entre los
hechos y el público bajo un esquema de publicación y actualización en la Web; se
puede decir que se conserva la finalidad que se tenían con los medios
convencionales y lo que cambia es la forma en que se lleva a cabo la producción
informativa (Rincón, 2009). En este momento los medios tradicionales se
encuentran en un proceso de reinvención en el que a través de plataformas
multimedia entran en el entorno digital, espacio donde encuentran nuevos
formatos, contenidos y lenguajes para llegar a nuevos públicos, al tiempo que
abren otras alternativas de ingreso económico, posibilidades de pauta.
Se puede decir que el eje transversal de los estudios de comunicación se

encuentra en la perspectiva crítica desde la cual se miran los procesos sociales y
el rol de los comunicadores como constructores de sentido, lo cual obliga a centrar
la mirada en las industrias culturales, específicamente en los procesos de
recepción bajo un entorno de digitalización en el que se empieza a conceptualizar
y definir el profesional Transmedia.
En la actualidad el comunicador está frente a nuevos desafíos como emisor, pues

el entorno mediático de hoy trajo al panorama una serie de nuevos medios y
plataformas en las que los receptores cobran mayor importancia al convertirse
también en productores de sentido. Un espacio en el que todos están llamados a
construir bajo un entorno de colaboración en el que se potencian actividades y
proyectos de autonomía individual y colectiva, lo cual implica un uso y apropiación
de la tecnología.
Hablar de convergencia implica hacer referencia a “el acercamiento de todas las

formas de comunicación mediatizada en una forma electrónica y digital,
impulsadas por los ordenadores” (Gutiérrez 2009:144). Es decir, romper las
fronteras tradicionales existentes entre los diferentes medios, las habilidades
profesionales y el rol del comunicador (Tejedor, 2006).
La convergencia de medios y plataformas afectan el ámbito tecnológico,

empresarial, profesional y editorial de los medios de comunicación, propiciando la
integración de herramientas, espacios, métodos de trabajo y lenguajes
anteriormente disgregados de forma que los comunicadores elaboran contenidos
que se distribuyen a través de múltiples plataformas, mediante los lenguajes y
códigos propios de cada una.
Es necesario que el profesional de hoy tenga claro, bajo este escenario de medios
tradicionales y nuevos medios en entornos virtuales y digitales, de quién y para
quién es la comunicación, pues se requiere encontrar la ruta que permita centrar a
la sociedad con el entorno y el contexto actual del mundo de hoy en donde lo
público no es solo lo que sale en los medios. Llegó el momento en el que las
palabras deben salir de los escombros, en los que se encuentran, para recobrar su
sentido y dar fuerza a los proyectos que por ahora no pasan de ser simples
proyecciones.
Los medios de hoy dentro de sus estrategias de difusión tienen claro y le apuntan
a distribuir sus contenidos en múltiples plataformas de modo que se incremente la
posibilidad de difusión y consumo de la información; ello trae consigo la
integración de las salas de redacción y equipo periodístico de modo que se
comparten la producción y contenidos de los medios tradicionales (prensa, radio y
televisión) en una propuesta digital que los integra bajo un nuevo esquema de
producción, distribución y consumo.
El entorno digital cambió el quehacer del comunicador a nivel empresarial y

tecnológico, hoy se debe estar preparado para afrontar los nuevos entornos de
elaboración y distribución de contenidos para cada uno de los medios y
plataformas que se tienen al alcance del profesional (Scolari, 2004). La
comunicación de hoy rompe con la comunicación lineal y unidireccional e implica
una serie de cambios fundamentales respecto a las rutinas del periodismo
tradicional, da mayor relevancia al receptor en un proceso en el que las audiencias
dejaron de ser pasivas para convertirse en activas, productoras de información y
guía de las agendas de los medios (Quim, 2005).
En el marco de la sociedad de la información y el conocimiento la producción,

circulación y apropiación de contenidos toma protagonismo bajo un claro concepto
de respeto por la libertad de expresión y de información en el que se conserve el
respeto a las diversidades lingüísticas. Un trabajo que pide dejar de lado el afán
inmediatista de los medios y las redes sociales e implica el aprendizaje de los
contextos bajo los cuales se produce la información, ello conlleva crear procesos y
acciones que aborden los problemas de la sociedad de hoy.
Se debe hacer frente al cambio de época, ese espacio en el que se replantean los
paradigmas y cada uno está llamado a hacer parte de la formación de un mundo
nuevo en el que la comunicación tiene una misión transformadora en la formación
de actores sociales y políticos preparados para pensar en un contexto global en
donde el bloque regional se visualiza desde sus propios intereses sin perder la
esencia que lo caracteriza.
La incorporación de las TIC en el quehacer del ser humano y de la academia

conlleva a regularizar las sensaciones, ello es, desarrollar un proceso de
culturización e interiorización en el que las personas asumen la tecnología y la
vinculan a cada una de sus actuaciones, creando una identidad digital, esa
apariencia con la cual interactuar con el otro.
Asumir las tecnologías implica una serie de definiciones sociales en las que los
artefactos tecnológicos se constituyen en herramienta fundamental y
condicionante de los diálogos entre la gente, aparatos que irrumpen en la
cotidianidad para asegurar su espacio y lugar propio en la vida del ser humano. Se
convierten en elementos diferenciales de poder en el que los poderosos (industria,
mercados, entes reguladores) establecen una estrategia o táctica para interactuar
con los débiles (usuarios), lo que se puede considerar como un pacto de
simulación de autonomía y control, una micro política doméstica de tensiones y
disputas en la que la posición de apagado se borró simbológicamente, pues nadie
se quiere desconectar, brindar un espacio de libertad al otro tecnológicamente
hablando.
Las redes sociales se convirtieron en el nuevo escenario de participación e

implicación para hablar de lo público, ese espacio de expresión social, de
reclamación, de unión y de organización ciudadana en el que se interactúa con los
otros sobre un tema de interés común. Sin embargo, tanto adultos como chicos
han generado una dependencia a las nuevas tecnologías y los entornos digitales,
al punto que ya se empieza a notar cierto tipo de hastío a esa subordinación, un
desencanto a tener que estar amarrado a la red.
La interacción y la inmediatez de las redes y aquellos elementos que proporcionan

las TIC permiten acceder a cualquier persona, pero eso implica también el ser
accesible en todo tiempo sin importar el tipo de actividad o día de la semana en
que se está; situación que obliga a poner límites en la accesibilidad de alguna
manera, pero no se sabe cómo dejar de depender de la tecnología, pues nadie se
anima a desconectarse de los nudos que generan las redes y decirle al otro que
no le cuente más de eso que no quiere saber, prácticamente se puede decir que
requieren una receta médica denominada “dieta de pantalla”.
Por lo antes referenciado, es importante aprender a actuar en el campo digital,

comprender que las redes sociales son una plataforma que abre un mecanismo de
expresión e información en aquellos lugares en donde el monopolio de los medios,
económicos y políticos, ocultan cierto tipo de información. De ahí la importancia de
saber enviar información, al tiempo que se promocionan y difunden contenidos con
el fin de captar ideas; el emplear de manera correcta esquemas de comunicación
en el que se estructuran mensajes que lleven a la acción, pues “el gran desafío es
pasar del click al compromiso social” (Cahn, 2010:Web).
Desde esta perspectiva, el proyecto que se propone en el apartado siguiente

permitirá integrar las seis dimensiones del profesional de la comunicación social –
periodismo presentadas por García (2009:102) y Salaverría (2010:22):
empresarial, tecnológica, de contenidos, comunicativa, usuarios y profesional. Un
trabajo que resalta la importancia de la investigación en comunicación, en el
campo de las nuevas tecnologías y está sustentado en cuatro aspectos de
estudio: el uso y consumo de las TIC1, la creación de un medio universitario
virtual2, la readecuación, replanteamiento y relanzamiento de un medio virtual3 y la
influencia de las redes sociales en la creación de contenidos y en el
establecimiento de la agenda mediática4, enmarcándose en un espectro más
amplio del fenómeno de la globalización de la cultura, de los consumos
informativos y culturales y de las transformaciones sociales mediadas y
mediatizadas por las nuevas tecnologías.
Con ello se busca identificar la influencia de las nuevas tecnologías en el quehacer

del comunicador de hoy, con el fin de avanzar en la comprensión de las
transformaciones culturales y sociales derivadas de la introducción de las TIC en
la sociedad de la información y el conocimiento. Es fundamental resaltar la
importancia que tiene el entorno digital y los procesos que ello implica, lo cual lleva
a los medios de comunicación a adaptarse a la evolución tecnológica de las
audiencias, establecer rutas de acción y fijar un campo de acción para los
comunicadores.
Una empresa de comunicación que parte desde la academia
Si bien es cierto que el papel de la academia está en el investigar, teorizar,

contextualizar, confrontar, y conceptualizar el por qué de cada una de las acciones
del comunicador en su campo de acción, es igualmente relevante el enseñar a los
estudiantes, a través de talleres y laboratorios de medios, que la teoría es el
fundamento para desarrollar la práctica.
En un mundo en el que se aprende a través de las pantallas, está invadido por la

realidad aumentada, los libros interactivos, los micros formatos, los videojuegos; la
generación @ requiere asimilar los conceptos junto con las interfaces que hacen
parte de su campo de acción; espacios en los que la transcodificación de
esquemas y procesos exige una práctica guiada desde la academia y qué mejor si
es a través de plataformas virtuales en las que se potencian las características de
los medios y se contribuye a la formación de un sólido profesional transmedia.

1
Proyecto de investigación “Uso y consumos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación” Fase I y II,
realizado en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano por el grupo Comunicación – Cultura – Mediación en la sub
línea Tecnocultura y Comunicación por los investigadores Andrés Barrios Rubio y Gloria Consuelo Fajardo Valencia durante
los años 2006 – 2008 y 2009 – 2011.
2
Proyecto de investigación “Radiola UJTL: Propuesta de una emisora universitaria en Internet que desarrolla un espacio de
opinión y participación para sus estudiantes” realizado por el investigador Andrés Barrios Rubio para obtener el título de
Especialista en Edición Digital y Multimedia otorgado por la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano en 2006.
3
Proyecto de investigación “Diseño de un plan para el relanzamiento de la emisora Óyeme UJTL utilizando técnicas de
dirección de proyectos del PMI y las redes sociales”, realizado por los investigadores Andrés Barrios Rubio, Sandra Catalina
Betancur Paz y Aquiles Rodríguez Ribón para obtener el título de Magister en Administración de Empresas con
Especialidad en Dirección de Proyectos otorgado por la Universidad de Viña del Mar en 2012.
4
Proyecto de investigación “Cómo influencian las redes sociales la generación de contenidos y el establecimiento de la
agenda radial colombiana” realizado en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano por el grupo Comunicación – Cultura
– Mediación en la sub línea Tecnocultura y Comunicación por los investigadores Andrés Barrios Rubio y Gloria Consuelo
Fajardo Valencia durante el año 2011 y 2013.
Se trata de generar una estrategia que de cohesión a la labor educativa, así como
a la extensión y proyección social de los programas, a través de una plataforma
que busca la integración de medios, esquemas y prácticas en una empresa
académica, de alcance no solo institucional, en la que tanto estudiantes, docentes
y egresados producen una propuesta comunicativa de calidad que aporta a la
construcción de una opinión pública.
Una empresa informativa en la que los estudiantes comprenden el nuevo entorno

profesional y se capacitan para estructurar propuestas para la decodificación
inmediata a través de los medios Web, los dispositivos portátiles, los distintos
mecanismos de recepción, así como para los podcast en los que el usuario hará
uso de ellos en un momento y lugar indeterminado por el emisor. Se habla de una
transformación de la profesión en donde el receptor cobra gran protagonismo
como partícipe activo del proceso comunicativo, lo cual implica un replanteamiento
de la relación entre el medio y su público.
Es un entorno en el que el comunicador requiere potenciar, aquello que es

determinante en la radio, el lenguaje de la imaginación que dará sentido y
permitirá explotar al máximo la convergencia de medios a través de una
plataforma en línea que ya empieza a dar características propias a esos nuevos
medios de comunicación que cuentan con nuevas formas de emisión y recepción
de la información, así como usos y consumos por parte del usuario (Carrasco y
Saperas, 2013).
“Se pasa de la convergencia de medios o multimedia a la

convergencia multiplataforma. Nace una nueva concepción
comunicativa interactiva en la que predominan, además de las
aportaciones específicas de cada una, las sinergias,
interrelaciones y vinculaciones entre ellas para explotar los
medios, contenidos y servicios con unas orientaciones de
adaptación y creación de otros lenguajes en los que la
navegación, hiperenlaces e interactividad se sitúan como los ejes
para el avance”. (Cebrián 2011: Web)
El comunicador debe manejar una estrategia comunicativa para interactuar con el

usuario no solo a través del medio sino en el correo, el chat, los foros, las redes
sociales y demás mecanismos de comunicación proporcionados por las TIC,
dando de esta manera respuesta a las cinco características del paradigma de la
tecnología de la información: la información como materia prima, capacidad de
penetración y sus efectos, lógica de interconexión, la flexibilidad, y la convergencia
de tecnologías en un sistema integrado (Lara y Vera, 2003).
De ahí surge la propuesta de crear desde la academia empresas mediáticas en las

que se abre un espacio a la comunidad universitaria para expresar sus ideas,
sentimientos, opiniones y al tiempo que tienen un primer acercamiento a una de
las herramientas de trabajo profesional, es decir un medio interactivo, digital y
virtual que hace uso del texto, el audio y la imagen, para permitirles acceder a la
experiencia de una práctica guiada desde la academia y por qué no generar
nuevos medios que serán su herramienta de trabajo en el futuro.
Un medio que hace uso de las diferentes herramientas tecnológicas del momento,
al mismo tiempo, que explota la creación de nuevos medios, hecho que ayuda a
acrecentar la labor pedagógica de las Instituciones Educativas. Es demostrar que
desde las aulas universitarias se puede generar una empresa mediática, un
proyecto de educación, comunicación y desarrollo comunitario.
La propuesta implica no solo pensar en las características de los medios

tradicionales sino el cómo se ven impactados por las nuevas integraciones que
llevan a hablar de los cibermedios, espacios en los que es indispensable un
propuesta gráfica que agrega a la plataforma de emisión un elemento lúdico, cuyo
objetivo es el de hacer de este proyecto una publicación agradable y fácil de
comprender para todos aquellos interesados.
Es aquí donde se mezclan la empresa mediática y académica para generar en el

profesional de la comunicación social – periodismo las seis dimensiones
propuestas por García (2009:102) y Salaverría (2010:22), referenciadas
anteriormente en este texto y que ahora se desarrollarán:
Dimensión empresarial: Es fundamental que los futuros profesionales

comprendan que los medios, al igual que las organizaciones, son una
empresa en todas sus dimensiones, que debe responder con planes
gerenciales estructurados (Marketing, ventas de servicios, recursos
humanos, resolución de conflictos, gestión de riesgos, planes de
adquisición, gestión de cambios, etc.) ante el ambiente cambiante local,
nacional, y universal. Esto conlleva el dominar los componentes de gestión
que permite la integración de medios y estrategias que permitirán una
óptima administración de los recursos humanos, financieros y materiales
con los que se cuentan.
Dimensión tecnológica: Todos los días surgen nuevos dispositivos y

herramientas que el comunicador debe dominar desde su operatividad, pero
desde luego desde su concepción, uso y consumo, para de este modo
vincularlas a su quehacer profesional y esquemas de comunicación con los
cuales llegar al usuario y conseguir el objetivo propuesto.
En este momento todos, tanto medios como comunicadores, deben recurrir

a la tecnología para generar una identidad digital que les facilite el captar
nuevos públicos bajo un concepto de participación, e interrelación en el que
se convierte a la audiencia en una red social, para lograr una mayor
interacción de ésta, al conceder al usuario la facultad de publicar y
compartir sus propios contenidos. Es un proceso en el que se debe diseñar
la mejor estrategia para cautivar nueva audiencia y conservar la existente, y
así ayudar a lograr la tan anhelada consolidación en el mercado mediático.
Se habla de una estrategia que requiere del uso de las redes sociales,
indudablemente el mejor mecanismo que existe hoy para crear una
reputación digital que se reafirma y potencia con el contacto permanente
con los usuarios o seguidores; un escenario propicio para la visibilización y
el dialogo directo con la audiencia (intercambio de ideas y pensamientos,
así como fotos y videos). Mecanismos que refuerzan la propuesta gráfica y
de contenidos que se ofrecen en la plataforma del medio.
Dimensión de contenidos: El espacio mediático de hoy habla de medios a

la carta, es decir espacios de comunicación en donde el usuario casi que
personaliza aquello que quiere consumir (información, música, deportes,
entretenimiento, concursos, entre otros) bajo un esquema de inmediatez,
flexibilidad y lealtad que cuente con un soporte media mix en el cual tener el
texto para profundizar en el análisis, el sonido para acompañar el desarrollo
de un eje narrativo y la imagen que de cara a aquello que ocurrió y se está
contando.
Ya no se habla de una estrategia programática sobre franjas, la clave hoy

está en masificar el servicio de la comunicación alcanzando grandes
núcleos a través de la diversificación de canales (edad, clase social, estilo
de vida, ocupación, hábitos, niveles culturales, actividades particulares) y
alternativas de consecución del material.
Lo antes planteado implica identificar y conocer muy bien a su usuario, pues

se le debe proporcionar un producto pensado desde diferentes aspectos: el
comportamiento, su día a día, sus necesidades básicas, sus necesidades
complementarias y su “modus operandi”; permitiendo de esta manera
estructurar un material acorde con las necesidades del receptor.
Dimensión comunicativa: Como es conocido por muchos, el comunicador

requiere dominar el lenguaje de la sociedad y cada uno de los medios que
emplea para hacer llegar su mensaje al público. Signos y significantes
socialmente aceptados y estandarizados que permiten comprender e
interpretar productos, acontecimientos y actos; son herramientas
conceptuales que permiten estructurar estrategias de transmisión a través
de los diversos medios y plataformas de comunicación.
En una sociedad eminentemente visual es indispensable unir los conceptos

lingüísticos con los semióticos para estructurar una composición con la cual
llegar al receptor con el fin de generar una sensación y comprensión
determinada, pues no se puede olvidar que en las plataformas digitales
confluyen los diversos medios y lenguajes para dar vida a lo que se conoce
como cibermedios.
Sin lugar a dudas, para esta dimensión, se requiere tener muy presente las
teorías y modelos de la comunicación, las cuales ilustran la forma de cómo
hacer efectivo el proceso de transferencia de información, y cómo debe ser
tratada ésta para hacerla interesante antes de llevarla al usuario.
Dimensión de usuarios: Los medios de comunicación en la sociedad de la

información y el conocimiento son un espacio en el que unos y otros de una
u otra manera contribuyen para el desarrollo, mantenimiento y
fortalecimiento de la actividad profesional. Se convirtieron en un espacio en
donde todos opinan, enseñan y aprenden de diversos temas, sea por el
aporte intelectual de unos u otros, o por las mismas experiencias vividas en
cada uno de los ámbitos.
Teniendo claro que el principal eje de la red y por ende de la vida digital es
el respeto por las diferencias, la autoría y los conceptos de los demás, se
pueden reseñar que es obligación del Comunicador Social – Periodista
proporcionar al usuario de su cibermedio o ciberespacio una propuesta
comunicativa que sea: sitio de encuentro, punto permanente de discusión,
fuente de consulta, lugar de contacto nacional e internacional, espacio de
proyectos, repositorio de noticias, imágenes, documentos y demás
elementos hipervinculados en la propuesta de contenidos.
Dimensión profesional: El Comunicador Social – Periodista basado en la

inmediatez del mercado y las exigencias de las nuevas tecnologías de la
información - Internet y multimedia - debe apropiarse de las exigencias de
los nuevos medios y conocer, comparar, analizar y cuestionar las
propuestas de contenidos en la red. Ello implica conocer las estructuras
básicas del lenguaje y la creación en Internet para generar proyectos
interactivos que estén a la vanguardia de los avances tecnológicos y los
usos que hace de estos el público, esa persona que tiene una necesidad de
comunicación inmediata y un deseo permanente de participación; espacios
en los que se moldea una experiencia determinada.
Se puede decir que el comunicador de hoy, además de talento, innovación y

creatividad, requiere dos cualidades básicas: la especialización en el medio, sus
lenguajes, contexto y mecanismos de actuación, y el manejo de las nuevas
tecnologías (Lara, Vera, 2003). El entorno comunicativo y el desarrollo de
diferentes aplicativos pide en el mercado laboral profesionales actualizados,
capacitados para analizar e interpretar la realidad de modo que ayude a la
construcción de un entorno social globalizado con las características particulares
de cada cultura.
La teoría como base de la práctica permitirá que esos profesionales de hoy no

dependan de las estructuras amplias y en algunos casos aniquiladoras que
existían en los medios de comunicación, las bases de personal se han reducido y
exigen un comunicador independiente facultado para ir al lugar de los hechos,
conseguir el material requerido, contrastar fuentes, elaborar la información, editar
las notas y ponerlas al aire. Es tiempo de cambiar, de moverse, de aceptar retos,
de esforzarse y de trabajar, en todos los sectores y en todos los niveles
jerárquicos; es momento también de comunicar, de informar, de hablar, de
expresar; una etapa de relación directa del comunicador con el medio y con
individuos, con grupos, con personas que expresan sus propias opiniones y
dejaron de ser masas indiferenciadas o corporaciones anónimas.
El entorno digital de hoy exige un profesional capacitado para crear y enfrentar

nuevas estructuras, formatos y audiencias, en las que a través de un entorno
colaborativo se reinventa, potencia y modifica el uso y consumo de los productos
ya existentes. Como dijo Alejandro Pisciteli en el XIII Encuentro Latinoamericano
de Facultades de Comunicación Social, “estamos siendo actores de la tercera
revolución filosófica que es Internet, pasamos de una cultura de imprenta a una
cultura de la pantalla donde surgen nuevas prácticas sociales que crean
dispositivos a la medida de cada uno; ya no se lee con los ojos sino con las manos
y el cuerpo, todo depende de la mano; para un chico, un libro es un iPad que se
quedó sin pilas”.
La sociedad de hoy llego a la era transmedia, esa etapa de la revolución digital en

la que internet se define como medio, con sus características propias (lenguaje,
códigos, estructura, aportaciones de los medios ya existentes, entre otros).
Espacio en el que las redes sociales juegan un papel importantísimo, no como
mecanismo de autocomplacencia, sino como herramienta de comunicación. Ello
no implica caer en el error grave de creer que las redes son el periodismo, hay que
tener muy claro que la plataforma es una herramienta del periodismo. Los
sistemas de redes sociales como Twitter y los teléfonos inteligentes, que hacen
muchas cosas, le hacen creer a la gente que es periodista, que cualquiera que
tome una foto en la calle está haciendo un registro periodístico, que cualquiera
que escribe una frase informativa en Twitter es periodística y resulta que el oficio
es muy superior a la tecnología; el oficio del periodismo se apoya en la tecnología,
pero siempre es el mismo, al igual que hace 20 o 40 años e incluso como será
dentro de 100 años, es un oficio que tiene unas reglas, unos esquemas, unas
características y unas condiciones que la gente que accede a las redes sociales o
que tienen tecnologías como la de los teléfonos inteligentes no tiene y no tiene la
obligación de tener.
Las redes sociales, que para el ser humano son un hobby, al interior de los medios
juegan un papel muy importante: como una herramienta para saber de qué está
hablando la gente en todos los países y regiones del mundo, como una forma de
comunicación con el público, como una forma de promover el contenido que saldrá
al aire. La influencia de las TIC y las redes sociales en los medios de
comunicación es enorme, porque en la medida que hay más dispositivos móviles
conectados a las redes sociales, llegando a más población, más personas van a
reportar lo que ven. Es imposible competir con esto. Lo importante es que quienes
hagan los contenidos en los medios tradicionales tomen la información de las
redes como una pista y no como un trabajo final y en lugar de copiarla, la
complementen y/o la desarrollen.
Por lo hasta acá reseñado, se debe fortalecer en el profesional el criterio

periodístico, cualidad fundamental en la selección de contenidos de los medios;
será muy difícil competir con la inmediatez de las redes sociales, pero si serán un
buen insumo para encontrar pistas que se verán proyectadas en estupendos
contenidos periodísticos. Nadie niega que el contenido del medio debe estar
determinado tanto por el gusto de la audiencia como por el criterio de los propios
medios, pues como cualquier empresa, debe oír lo que sus "clientes" quieren y
después armar su propia estrategia, de acuerdo a ese conocimiento y a su criterio.
“Se puede decir que cada vez se avanza más hacia una tendencia a la
personalización del comunicador y a un periodista-marca con una credibilidad
propia en la Red, no necesariamente ligada a la del medio para el que trabaje”
(Noguera, Martínez, Grandino, 2011:61). Las TIC y las Redes Sociales marcan en
el mundo de hoy otro ritmo de vida, para muchos este es un mundo de
contradicciones en el que se confrontan los de arriba, los de abajo, todos contra
todos. El ser humano se encuentra en medio de un espacio en el que unos
proponen y otros escogen, las alternativas son varias y por ello hay que saber
comportarse en ese mundo digital que rodea a esta sociedad de la información y
la comunicación.
Se pasó del mundo analógico al digital, no sólo a nivel de tecnología, sino en la

forma de pensar que tiene la gente, el ser humano está preparado para realizar
múltiples tareas al mismo tiempo; en el entorno digital de hoy no se puede hablar
de usuarios, todos son actores sociales constructores de interacción,
conversación, intercambio de información y manifestando opiniones, en busca de
visibilidad. Las redes sociales y las TIC se han convertido en una gran herramienta
para aumentar la experiencia, tanto para el receptor como para los periodistas que
transmiten las noticias. Los procesos han cambiado, el público tiene un diálogo
directo e instantáneo con un programa o un reportero, el medio tiene a su alcance
un mecanismo de promoción más efectivo y directo; es un entorno de
comunicación en el que los profesionales de la comunicación tienen un inmenso
potencial para vincular al receptor en la producción y consumo de noticias.
Dominar el concepto, estructura y accionar de cada una de las herramientas

tecnológicas y las redes sociales no es un capricho de la academia por satisfacer
a los jóvenes estudiantes de comunicación, se trata de una necesidad en el
entorno digital donde se requiere saber estructurar el mensaje que se quiere hacer
llegar a los demás, pues las tecnologías son como un virus que se expande
rápidamente y va generando una serie de relatos que el propio usuario ayuda a
expandir. Los medios de comunicación dejaron de ser estructuras aisladas y
entendieron la importancia de su convergencia, por ello el profesional de hoy debe
saber moverse en ese entorno en el que tanto los medios, como los profesionales
de la comunicación, encuentran una oportunidad y un complemento para su
trabajo de comunicación en la sociedad, que en últimas es lo que es el periodismo.
Cómo responde la academia a las necesidades del mercado comunicativo y

de los medios.
Hoy se aprende a través de las pantallas, es un mundo invadido por la realidad

aumentada, los libros interactivos, los micros formatos, los videojuegos. La
generación @ comienza su proceso de formación mediante interfaces, en la que la
transcodificación de esquemas y procesos exige el rediseño de los entornos
educativos, la reinvención del aula. Las tecnologías piden estudiantes que
comprendan la importancia de leer, escribir, construir, publicar contenidos
colaborativos y de su autoría, para lo cual es indispensable conocer, manejar,
incorporar e interactuar en comunidades virtuales que permiten establecer redes
(Zambrano, 2012).
Un entorno en el que los futuros comunicadores necesitan aprender a dominar

múltiples narrativas, dimensiones y campos de acción en los cuales
desenvolverse, espacios de trabajo en los que emerge la colaboración y la
construcción en colectivo, una narrativa que implica una transformación de nivel, la
mezcla de realidad y ficción, así como la combinación de formatos tradicionales; la
tecnología es el eje central de la interacción entre los sujetos.
Se debe enseñar a comprender que el éxito de un medio en el entorno digital está

marcado por el análisis que se realice a los datos de los interesados y el diseño de
planes de acción para hacer más eficiente el proceso de producción, dada la
capacidad de planeación, gestión, medición, control, y otro tipo de potencialidad
organizativa de las técnicas de proyectos. “El futuro de los medios estará en
aquellos que entiendan los cambios en los comportamientos del público y sepan
elaborar anuncios y contenido que supla los intereses de cada usuario” (Jaokar y
Fish, 2009:45).
La sociedad de hoy requiere profesionales de la comunicación con una nueva

forma de pensar para enfrentarse a los medios, el contexto y la audiencia; seres
que crean una identidad digital y se incorporan a los procesos de socialización con
nuevos ejes narrativos que empaquetan la información y los contenidos en los
nuevos medios y plataformas digitales de modo que agenda el accionar y la
realidad que viven los usuarios. Un entorno en el que primará la relación entre los
medios, el comunicador y su audiencia, espacios en los cuales existirá un
mecanismo de interacción para comentar, opinar, calificar y compartir el contenido
que se proporciona.
La comunicación deben estar orientada al plan estratégico del medio, vincular a

cada uno de los actores en los contenidos y utilizar diversas herramientas para
llegar al público objetivo siempre teniendo en cuenta los nuevos medios y las
diferentes herramientas que brindan las nuevas tecnologías, sin dejar de lado los
medios tradicionales. Se trata de una gestión de las comunicaciones que asegure
la generación apropiada de mensajes en tiempo, la recopilación, la distribución, el
almacenamiento y la disponibilidad de la información necesaria en todo momento.
Se puede decir que el perfil del comunicador transmedia está definido, el campo
de acción está determinado, la generación @ está ávida de interacción con los
comunicadores, los usuarios y los medios, el mundo está globalizado y la
tecnología cada día trae nuevos dispositivos para cada uno, el entorno digital
invita a la academia a abordar los nuevos actores de los cibermedios.
Los nuevos valores de la comunicación entre el medio y sus usuarios están

sintetizados en tres aspectos: instantaneidad, mayor cobertura y comunicación
bidireccional. El periodista de la era transmedia requiere saber que los medios son
nuevos, por ello se requieren nuevos lenguajes y esquemas, productos a los que
el usuario enfrente con el tacto y tenga interacción, el público de hoy está
conformado por la generación @, jóvenes con nuevas coordenadas espacio-
temporales que delimitan el espacio virtual.
No se trata de formar generaciones de comunicadores que crean que el

periodismo consiste en dominar los formatos, manejar un computador, saber
moverse en Internet, descargar archivos, crear audios mp3, manejar un iPad o un
iPhone, defenderse en Skype, entre otros, cosas que cualquier persona sin mayor
sustento y estudio lo puede hacer. Se debe formar profesionales con un
conocimiento básico y concreto de la Constitución, los estamentos del Estado, las
normas de redacción, los géneros y los formatos propios de cada medio; lo que
realmente es el oficio y la esencia de la comunicación y el periodismo en un
entorno real.
A los medios deben llegar hoy en día jóvenes con más “madera”, con mayor
vocación, gente que no entre porque no tenía otra cosa que estudiar; se requiere
gente con más conciencia que refleje en su actitud, ganas de aprender, de
formarse y de confrontarse. No pueden seguir llegando de la academia, al ámbito
laboral, personas que pese a tener unas sólidas bases teóricas y conceptuales les
falta tener un mayor contacto con los medios; de ahí que surjan propuestas de
empresas mediáticas digitales desde la academia, espacios que permiten forjar,
en una práctica guiada desde las Universidades, un profesional que responda a
las necesidades del mercado; ello acompañado de una formación humanística,
que despierta la iniciativa, la capacidad de propuesta.
El comunicador de hoy requiere gestionar perfiles, estructurar mensajes oportunos

y efectivos a las audiencias objetivo, es decir saber planificar cada uno de los
pasos y las acciones que se emprenden en el mundo digital; ser un estratega que,
bajo una táctica determinada, se encarga de generar conversación con el receptor
y forjar y consolidar una comunidad en la red. Detrás de una cuenta siempre hay
personas, y, en concreto, el profesional que es el encargado de crear y establecer
esa voz diferencial, quien detecta y satisface las necesidades y otras cuestiones
relacionadas con la audiencia. Para los medios es fundamental un profesional de
estas características, pues debe crear, analizar, entender y direccionar la
información producida para las redes sociales, además de monitorear acciones y
crear estrategias de comunicación digital, nada menos.
Se habla de una profesión que mezcla elementos de periodismo (es

imprescindible saber redactar a la perfección) y marketing (hay que saber cómo
crear contenido y acciones promocionales para lograr captar la atención de una
audiencia dispersa y fragmentada). Para un comunicador la base de su trabajo
debe ser la formación continua y la capacidad de adaptarse a las nuevas
circunstancias y recursos que aparezcan, pues en un sector que avanza, cambia y
evoluciona tan rápidamente como es el de las TIC, si no es capaz de ir con la
corriente se quedará estancado y obsoleto.
De todo lo anterior surge el cuestionamiento del papel de los medios frente a dicho
entorno en su actuar diario y la relación con las audiencias. Es urgente centrar la
mirada en el cómo influencian las redes sociales y las TIC la creación de
contenidos y el establecimiento de la agenda mediática. Ello implica hacer
referencia al criterio periodístico en la selección de la información, los nuevos
valores de la comunicación entre los medios y sus usuarios, y la construcción de
una serie de redes en las que sus audiencias participan abiertamente con los
medios.
Es decir la responsabilidad y revalidación de la esencia de la profesión está dada

desde la academia para que sean los medios quienes modifiquen su accionar,
validen el conocimiento adquirido por los Comunicadores Sociales – Periodistas,
dando valor así a la responsabilidad social del medio y del profesional.
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