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Si queremos rastrear los orígenes y las vicisitudes de las respuestas al test del
paciente. Se debe tener en cuenta la situación global en la cual se dan las
respuestas al test.
- El de su situación profesional.
- El de su rol en la situación de test.
- El de su personalidad.
Estos puntos de vista no son en realidad separables. Los problemas
profesionales, técnicos y personales están íntimamente ligados.
a) El aspecto voyeurista
El examinador está en una posición de Voyeur psicológico. “Espía” el interior
de las personas pero nunca entra en una relación más íntima con ellas. Es
necesario mantener una relación de este tipo para completar los tests que haya
que tomar. El examinador no necesita devolver ninguna información. Él
averigua pero no devuelve información alguna.
Por otro lado, la oportunidad de esta situación voyeurista avalada por el test
puede estimular una indagación excesiva, en una búsqueda ávida de detalles
de las respuestas y verbalizaciones. Esto pondrá inevitablemente al paciente
en alerta y aumentará la tensión en la relación de test.
b) El aspecto autocrático
El aspecto autocrático y dominador de su rol implica poca participación de
control en la relación. Aunque inactivo por largos períodos durante el examen,
es él quien controla la relación y lo que sucede. El examinador le dice al
examinado qué hacer, cuándo hacerlo y cuándo dejar y algunas veces hasta
cómo hacerlo. Despierta por lo tanto ansiedad, rebelión, sumisión y muchas
otras reacciones. El examinador es en este caso un árbitro psicológico. En
realidad los pacientes luchas con más o menos éxito para mantener ellos
mismos el control de la situación pero aun así están bajo el “látigo” del
examinador. Este implícitamente permanece dominante.
La completa libertad y falta de reglas es justamente otra clase de control, y NO
la ausencia de este.
Su manera de usar, abusar o esconder su dominio puede tener mucho que ver
con la calidad y la cantidad de las producciones del paciente y su propia
interpretación de ellas.
c) El aspecto oracular
El aspecto oracular es también una constante en el rol clínico del examinador.
Él extrae inferencias importantes de signos y símbolos, conoce los significados
ocultos, predice cambios de hechos e implícita o explícitamente aconseja.
Otra contribución a la concepción oracular del rol del examinador puede ser
puesta por el paciente: los pacientes comúnmente proyectan en los doctores
terapeutas y profesionales afines poderes mágicos y adivinatorios.
d) El aspecto piadoso
Por definición el rol del examinador es siempre inútil aún si solamente se lo
toma como un sentido indirecto o auxiliar. El paciente recurre al psiquiatra en
búsqueda de ayuda y éste lo envía al examinador con la seguridad de que el
informe del examinador aumentará la efectividad de comprensión del caso y el
tratamiento. Hemos visto cómo en un nivel primitivo de experiencia el examinar
al paciente implica connotaciones voyeuristas, cómo el preguntar y dirigir
implican connotaciones autocráticas y cómo el comprender implica
connotaciones oraculares. De la misma forma el ayudar al paciente implica
connotaciones “piadosas”.
Se sabe que el examinador siempre hará lo posible para ayudar al paciente sin
importar cuán mal se encuentre éste. Intentará además dominar sus propias
necesidades y resentimientos y no tratará de comprender los problemas del
paciente. A menudo los pacientes tienden a adjudicar este rol al examinador y
muchas veces eso lo encuentra a éste último desprevenido. El examinador
entonces puede optar por varias actitudes. Una de ellas es abandonarlas y
frente al paciente se puede manifestar distante y sin interés. Otra será la de
tomar al paciente como objeto de interés teórico y de investigación En
consecuencia sus informes serán impersonales.
c) El examinador dependiente
Según esta orientación el testear puede ser encarado como un medio para
obtener gratificación receptiva.
f) El examinador sádico
El examen puede transformarse en un rastrear los aspectos degradantes y
humillantes de los otros. Esta situación facilita una dominación socialmente
aceptada con respecto al paciente. Cuando además las tendencias dominantes
del paciente son el desprecio y la humillación, la situación de test se puede
convertir en una relación sádica. El examinador con estas características hará
informes que contendrán denuncias, ignorando los aspectos más sanos del
paciente.
h) El examinador masoquista
El examinador en este caso puede aceptar las exigencias narcisistas del
paciente, el abuso y el no cumplimiento de la consigna, actuando en tal forma
que se exacerbe este comportamiento. Por ejemplo, puede dejar que el control
de la prueba se le escape y la situación entera se vuelva relativamente
desorganizada. Su placer en testear puede derivar de la ansiedad que provoca
en sus pacientes y las dificultades resultantes de esta situación que él crea
para sí mismo.
La combinación de los distintos aspectos tiene que ser interpretado como las
distintas facetas de la personalidad del examinador que se manifestarán según
las circunstancias personales de éste y ante los distintos pacientes.
a) Violación de la intimidad
Así como el examinador está en una posición de Voyeur psicológico, el
paciente está en la posición de víctima pasiva del Voyeur. Sería incorrecto
referirse al rol del paciente como el de un exhibicionista. Generalmente el
paciente ni busca espontáneamente esta situación y este exponerse en el otro
no es aceptado fácilmente. El paciente se siente espirado y no sabe co
seguridad qué aspectos suyos se están observando. No solamente está
confiando sus aspectos más íntimos sino que lo hace con un extraño.
Él debe funcionar en una situación que no ha elegido, debe enfrentarse con sus
problemas y con un extraño, debe permanecer en una situación más o menos
amenazante y desagradable y debe estar en buenos términos con alguien que
de alguna manera es exigente y distante.
Por el otro lado por sus ansiedades neuróticas y por sus necesidades
masoquistas de sufrir, se resistirá a ayudarse. Porque sus defensas están
amenazadas por ele examinador, el paciente tomará precauciones
prematuramente. Además de los peligros de ser observado por el examinador
voyeurista y omnisapiente hay temor a observarse uno mismo.
d) Tentaciones regresivas
Pedir y recibir ayuda es difícil y doloroso para los pacientes. Por lo general el
paciente se siente molesto y confundido en sus esfuerzos por encontrar él
mismo una solución satisfactoria a sus problemas. Entonces regresa a una
posición pasiva y desamparada en la cual exige a una figura real o fantaseada
que lo salve. Pero al mismo tiempo tiene resistencias. Entonces necesita
defenderse de estos impulsos regresivos, negando o alejándose en una actitud
arrogante, rebelde e inflexible.