Sunteți pe pagina 1din 56

CONTRACAMPO LIBROS

TIEMPOS MODERNOS
Colección dirigida por Mariel Manrique / Hernán Manuret
ENSAYOS SOBRE LA TEMPORALIDAD
EN EL ARTE Y LA POLÍTICA
Tiempos modernas
Ensayos sobre la temporalidad en el arte yla política
Jacques Ranciére

Titulo original:
Modem Times
Essays on Temporality in Art and Politics

Copyright © 2017 by Multimedijalni Institut Jacques Ranciére


Copyright © 2017 by Jacques Ranciére

Copyright de la traducción:
© Mariel Manrique

© dela presente edición:


Asociación Shangrila Textos Aparte
Avenida Reina Victoria, 22, principal A
39004 Santander - Cantabria
Tel. 942 078 469
www.shangriIaediciones.com
shangrila©shangrilaediciones.com

Imagen portada
El hombre de la cámara, Dziga Vertov, 1929 TRADUCCIÓN

Imágenes interior
Mariel Manrique
El hombre de la cámara, Dziga Vertov, 1929 - pp.8, 36, 62 y 112.
Las uvas de la im, John Ford, 1940 - p288.
Juventud en marcha, Pedro Costa, 2006 - p.88.

Marzo 2018

ISBN: 978»8£1-947616—5-2
Depósito legal: SA 32013

Todos los derechos reservados.


Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización
escrita de los titulares del copyright, bajo las
sanciones establecidas por las leyes, la reproducción
total o parcial de esta obra por cualquier medio o
procedimiento, comprendidos la reprografía y el
tratamiento informático, y la distribución de ejemplares
dela misma mediante alquiler o préstamo públicos.
TIEMPO, NARRACIÓN, POLÍTICA EL MOMENTO DE LA DANZA
p.7 p.65

IV

LA MODERNIDAD REVISITADA LOS TIEMPOS DEL CINE


p.37 p.93
TIEMPO,
NARRACIÓN,
POLÍTICA
Empezaré por situar el tema de este ensayo dentro del
marco dela investigación que he estado realizando durante más
de cuarenta años. Esta investigación se ha concentrado aparen-
temente en objetos y áreas muy distantes entre si: de las formas
de emancipación de los trabajadores a los regímenes de identi-
ficación del arte; de los principios de la democracia a las trans-
formaciones de la ficción Iiterariaj de la teoría de la igualdad
intelectual a las formas de consenso construidas por los aparatos
dominantes. Una preocupación principal, no obstante, vincula
mis investigaciones en esas áreas en apariencia distantes: esas
diversas prácticas y conocimientos implican una cierta cartogra-
fía de un mundo común. Cartografían un mundo común al de—
terminar formas de visibilidad de los fenómenos, formas de
inteligibilidad de las situaciones y modos de identificación de
eventos y conexión entre eventos. Asi, determinan las maneras cosas y las situaciones, y pueden identificarse y conectarse los
en las que los sujetos ocupan este mundo comun, en terminos acontecimientos de un modo que hace sentido. La ficción se
de coexistencia o exclusión, tanto como la capac¡dad de esos su- pone en marcha cada vez que debe producirse un sentido de re—
jetos de percibirlo, entenderlo y transformarlo. Propuse deno- alidad. Por eso la política y las ciencias sociales utilizan la ficción
minar "distribución de lo sensible" a este grupo de relac¡ones tanto como las novelas o las películas. Y la narrativa del tiempo
entre maneras de ser, ver, pensar y hacer que determina alavez está en el corazón de las ficciones que toman inteligibles, es
un mundo común yla manera enla que esos sujetos partrc¡pan decir, aceptables, las situaciones. Una narrativa del tiempo siem-
del mismo. . pre es una ficción sobre la justicia el tiempo. La idea de una "jus—
Las categorías de tiempo y temporalidad Juegan— un rol ticia del tiempo” recuerda la famosa afirmación de Anaximandro,
clave en dicha distribución. Una narrativa del tiempo s¡empre mayormente conocida por el comentario de Heidegger: ”Allí
define dos cosas a la vez. En primer lugar, dichanarrativa define donde las cosas tienen su origen, alli ocurre también su destruc-
el contexto del mundo de la experiencia que compartimos con ción, de acuerdo a la necesidad, porque se dan una a otra justicia
los demás; eso que es dado como el ahora de nuestro presente, y reparación, conforme al orden del tiempo"… Mi texto tratará
la manera en la que este presente depende de un pasado o también acerca de la relación entre la justicia y el orden del
rompe con el mismo y permite o prohibe, por lo tanto, un deter— tiempo, aunque lo hará con un marco teórico muy distinto.
minado tipo de futuro. De esta forma, se trazan lineas dw¡sor¡as Consideré necesario volver a poner en escena esta dra-
entre lo posible y lo imposib|e, lo necesario y lo contmgente. maturgia de la justicia del tiempo a fin de cuestionar la noción
Pero también se definen modos de ser en el propio—tiempo, lo positivista del tiempo subyacente a las descripciones dominantes
que significa modos de estar en sintonía o fuera de smtoma con de nuestro presente desde el colapso del Imperio Soviético. En
el mismo, de participar en un poder de verdad o error inherente versiones más o menos sofisticadas —el fir'i de la historia, el fin
a su desarrollo. La narrativa del tiempo, en consecuenc¡a, nos de los grandes relatos, u otras versiones semejantes—, estas des-
cripciones aspiran a establecer una división nítida entre dos for—
dice simultáneamente qué es lo que hace posible una tendencra
del tiempo y hasta qué punto aquellos que viven en ella son ca— mas de temporalidad. Dicen que lo 'que ha desaparecido con el
paces de aprehender lo posible. Esta articulacion entre pos¡bili- Imperio Soviético no es meramente un sistema político y econó-
dad y capacidad es la ficción que está en el nucleo de cualqurer mico. Tampoco un período histórico orientado por esperanzas
distribución de Io sensible. revolucionarias. Es un cierto modelo de temporalidad, un mo—
A esta altura, debo hacer una observación acerca dela no- delo en el que el curso del tiempo estaba determinado por una
ción de ”ficción". Una ficción no es la invención de un mundo téleología inmanente, animada por el poder de una verdad in—
imaginario. Por el contrario, es la construcción de un contexto terior cuya manifestación portaba la promesa de un futuro de
en el que puede percibirse la coexistencia de los su1etos, las justicia. En esa visión, lo que queda luego del colapso es la rea-

10 11
las pasadas ilusiones de la historiajy las sólidas realidades del
lidad desnuda del tiempo, un tiempo vaciado de cualquier ver—
dad interior y cualquier promesa de justicia y devuelto a sucurso presente esconde una división dentro del ”presente" mismo, un
ordinario. Había distintas maneras de entender este curso ordi— conflicto sobre lo que está presente y sobre qué es un presente.
Parece entonces necesario volver a pensar la "justicia del
nario del tiempo. Nuestros gobiernos y medios de comun1cac10n
dominantes lo consideraban la administración experta del pre- tiempo” que estaba en el centro de los denominados "grandes
relatos” y que surte todavia sus efectos en nuestro presente: no
sente y de sus resultados inmediatos, calculando las probabili-
solo era una trama vinculada a expectativas asociadas con la su-
dades de prosperidad ofrecidas por medidas adoptadas para los
meses sucesivos y destinadas a verificarse en esos meses_por cesión y conexión horizontal de los acontecimientos, sino tam-
modalidad
venir. Los intelectuales insatisfechos equiparaban esa
bién con una jerarquía de temporalidades.
Para entender este punto, debemos rastrear su genealo-
con una sombría edad post—histórica, caracterizada por el rei-
nado del presente que era, a su vez, el reinado del consumo, la gía muy lejos en el pasado hasta llegar al texto que estableció,
comunicación y el descreimiento desbordante. El optimismo ofi- para el mundo occidental, las reglas de la ficción e impuso un
cial y el catastrofismo insatisfecho, sin embargo,¡comparhan la patrón de racionalidad del tiempo que excede largamente los li—
misma visión de un presente que habia dicho adios las
a grandes mites de la ficción confesa, es decir, la Poética de Aristóteles. La
esperanzas y las ilusiones perdidas de un tiempo historicoorien- labor del poeta, dice Aristóteles, no es hacer versos; es construir
tado por una promesa de justicia. Uno de mis compatriotas una ficción, lo que significa construir una estructura de raciona-
acuñó la palabra ”presentismo” para denominar este tiempo uni- lidad causal que vincula los acontecimientos en una totalidad.
dimensional. Porque no se trata de contar cómo sucedieron los acontecimien-
Pero pronto resultó que este presente absoluto no se tos. Se trata de contar cómo pueden suceder, de narrarlos como
había liberado tan fácilmente de las pasiones engendradaspor los efectos de su propia posibilidad. El poeta construye así una
el peso del pasado yla anticipación del futuro. Los paises remen— trama causal cuya progresión está determinada por dos grandes
temente despojados del futuro comunista pronto_asmt¡ero_n a la relaciones: una relación entre la buena fortuna yla mala fortuna
plaga del revival de narrativas nacionales y conflictos etmcos y y una relación entre la ignorancia y el conocimiento. La tragedia
religiosos. Las políticas de consenso de losestados parlamenta- construye un orden temporal conforme el cual los individuos al-
rios occidentales fueron presa de similares narrativas obsoletas canzan el conocimiento al serjuzgados por su injusticia —una in—
basadas en el terror causado por las otras razas, pueblos y reli- justicia que es ala vez causada por su ignorancia. De esta forma,
giones. Y finalmente, sucedió que la administraaon experta y
la tragedia anuda un vínculo duradero entre una trama dejusti—
pragmática del libre mercado exigía sacrifimos en el presente cia y una trama de conocimiento. Existen dos puntos importantes
para construir la prosperidad futura o evitar, Simplemente, una en esta relación. La trama de conocimiento y justicia es una
inminente catástrofe. Parece asique la oposición Simplista entre trama que relata eventos fuera de su posibilidad. De acuerdo a

12 13
Aristóteles, esta posibilidad adopta dos formas: necesidad y ve— La justicia del tiempo parece tener, así, dos caras. Está la
rosimilitud. Este es un punto cuya importancia se ha soslayado justicia poética del proceso que hace que los hombres activos
a menudo: la necesidad científica y la verosimilitud poetica ¡se se muevan de la buena fortuna a la mala fortuna y dela igno—
establecen desde el principio como formas equivalentes del Vin- rancia al conocimiento. Pero también está, por debajo de esta
La
culo racional de los acontecimientos en un tiempo dado. razon posibilidad y sosteniéndola, la otra clase de justicia que es el
tema de la República de Platón, la justicia que consiste en una
para ello es que ambas se oponen a la ”mala" forma del tiempo:
el tiempo de la mera sucesión, el tiempo enel que las cosas distribución bien ordenada delos tiempos y los espacios, las ac-
pasan una después de otra, como hechos particulares o contin- tividades y las capacidades, que descansa en una condición pri-
gentes. Aristóteles lo destaca en el noveno capitulo de su iºoe- mera anunciada en el inicio del relato acerca dela fundación de
tica, cuando opone la vinculación causal de la ficcion poet¡ca a la ciudad. Esta condición es mantener en el espacio del taller a
la mera sucesión de hechos que caracteriza a la historia —o ala aquellos que no tienen tiempo de hacer otra cosa que el trabajo
crónica. Ahora bien, esta jerarquía poética descansa en una je— que no puede esperar.
rarquia social que opone dos formas de tiempo ViVid0 y dos cla- Pienso que es necesario volver a poner en escena estas
ses de seres humanos. Hay gente cuyo presente esta Situado dos dimensiones del tiempo si queremos entender la lógica en
dentro del tiempo de los acontecimientos que pueden ocurrir acción en los denominados ”grandes relatos" y las formas de su
el
—el tiempo dela acción y de sus fines, que es tambien tiempo supervivencia en nuestro presente. De hecho, los grandes relatos
del conocimiento y del ocio; en resumidas cuentas, el tiempo de modernos están basados en una doble distribución de los tiem—
aquellos que tienen tiempo y que, por esa razón, son llamados pos. Por un lado, aplicaron la racionalidad causal de la ficción 3
hombres activos. Y hay gente que vive en el presente de las cosas la sucesión histórica que Aristóteles había opuesto a ella. En ese
que simplemente suceden, una después de otra,gente que Vive sentido, podemos decir que descartaron laºjerarquía delas tem—
en el tiempo restrictivo y repetitivo de la producuon y reproduc- poralidades. Convirtieron el mundo donde las cosas suceden una
ción de la vida; en resumidas cuentas, en el tiempo de aquellos de5pués de otra en un mundo estructurado por las leyes de la
que no tienen tiempo: esos hombres son llamados paswos, no conexión causal. Aún más, el marxismo localizó la matriz de la
porque no hagan nada, sino porque reciben paswamente el relación causal de los acontecimientos humanos en el oscuro do-
el
tiempo, sin disfrutar ni los fines dela acción ni tiempo de ono minio dela producción cotidiana de la vida material y opuso esa
que es un fin en si mismo. De esta forma, la racmnal¡dad causal racionalidad causal desde abajo a los acontecimientos superfi-
de la vinculación temporal entre acontecimientos esta atada a ciales pertenecientes a la vida gloriosa delos "hombres activos".
una distribución jerárquica de las temporalidades, que es una De igual modo, el marxismo creó una nueva forma de conexión
distribución de formas de vida. entre necesidad y posibilidad, entre el conocimiento dela nece—
sidad yla posibilidad dejusticia. Con escasas excepciones, la vin—

14 15
culación trágica equiparaba el desplazamiento de la ignorancia posibilidad. La jerarquía de las temporalidades que previamente
al conocimiento con un desplazamiento dela buena fortuna ala había sido una distancia entre dos mundos separados se volvía
mala fortuna. El conocimiento que los héroes trágicos alcanza— ahora una distancia entre dos formas de habitar el mismo
ban alfinal era el conocimiento del error que era la causa de su mundo. El mismo proceso histórico se vivía de dos maneras di—
mala fortuna. Por el contrario, el nuevo relato de la racionalidad ferentes: había personas —una minoría de personas— que vivían
histórica propuso un pasaje de la mala fortuna —o la injusticia— en el tiempo de la ciencia, que es el tiempo de la conexión cau-
dela dominación y la explotación a la buena fortuna —0 la justi- sal; y había personas —la mayoría— que vivian en el tiempo de la
cia— basada en el exacto conocimiento de sus leyes. El propio ignorancia, el tiempo de la sucesión yla repetición de los hom-
desarrollo de la necesidad producía la posibilidad de una ruptura bres pasivos, que los hacía oscilar entre la adhesión al presente,
con su regla. la nostalgia por el pasado yla anticipación ilusoria de un futuro
Por lo tanto, la Historia se convirtió en la ficción ejemplar todavía imposible.
de una conjunción entre el despliegue del tiempo, la producción No fue entonces una mera fe en un futuro producido por
de conocimiento y la posibilidad de justicia. La evolución histó- la evolución temporal lo que animó las grandes narrativas de la
rica en si misma producía una ciencia de la evolución que per— necesidad histórica. Fue la escisión interna de esa necesidad en
mitía a los agentes históricos jugar un rol activo en la un principio de posibilidad y un principio de imposibilidad. El co—
transformación dela necesidad en posibilidad. Sin embargo, en nocimiento dela necesidad fue tanto la ciencia dela posible des—
la narrativa marxista, la diferencia de temporalidades que habia trucción dela dominación como el conocimiento de su necesaria
sido descartada porla afirmación dela racionalidad del proceso reproducción y el diferimiento sin fin de su destrucción. Esta es-
histórico pronto reapareció en su propio centro. El proceso his- cisión descansaba en la división entre el tiempo del proceso cau-
tórico que pavimentaba los caminos del futuro también produoa sal y el tiempo dela mera sucesión. Si esto' es así, está claro que
nuevas formas de distancia y diferimiento. No solo arrojaba a al— ni la trama dela necesidad histórica ni su'escisión interna se han
gunas clases al pasado y las hacía actuar como un freno al futuro. desvanecido en el denominado reino del presente. Lo que hoy
También producía y reproducía en la práctica cotidiana del vemos en acción es una reorganización del juego entre necesi-
tiempo del trabajo, y en los modos de ver, pensar y hacer que dad, posibilidad e imposibilidad. Mientras el fin dela gran narra-
esta engendraba, el velo dela ideología que mantenía ala gente tiva marxista se anunció en todas partes con bombos y platillos,
a distancia del conocimiento del movimiento real de las fuerzas la dominación capitalista y estatal simplemente se adueñó del
históricas. La necesidad, entonces, producía lo posible y repro- principio dela necesidad histórica. Más que nunca, la obediencia
ducía su imposibilidad. Y la ciencia de la historia tenía que inte— ala necesidad y su conocimiento se afirmó como el único camino
grar este dilema, para ser a la vez la ciencia de las condiciones de lo posible, el camino dela buena fortuna. Pero ese camino ya
de posibilidad del futuro yla ciencia delas condiciones de su im- no podía ser el camino de una ruptura. Por el contrario, la buena

16 17
lismo y del futuro socialista que este preparaba. A fines del S XX
fortuna quela necesidad podía prometer era la “única" posible,
una única posibilidad estrictamente predicada en relación con la
se revisó el escenario. La condición de la buena fortuna por veni;
era la destrucción de las formas anticuadas heredadas del a-
optimización del funcionamiento del orden existente. La teleo—
sado, como los códigos laborales yla legislación regulatoriapde
Iogía histórica fue reemplazada por una simple alternativa: o esa
única posibilidad producida por la buena administración del
las condiciones de empleo, planes de salud y sistemas de pen—
SIOI'I, servicios públicos y afines.
orden existente o el gran colapso.
Sin embargo la mera reproducción no era en sí misma . Los que bloqueaban el camino al futuro eran ahora los tra-
bajadores apegados todavía a esas reliquias arcaicas Para ser
mera reproducción, no era el reino del "simple" presente. Por el
contrario, implicaba una nueva cartografía de lo posible y una
castigado, este pecado contra el orden del tiempo tenia que re-
baut¡zarse. Así fue como los logros sociales alcanzados en el pa-
nueva trama narrativa del tiempo común y sus requerimientos.
La necesidad histórica fue rebautizada "globalización". Y pareció
sado-por las luchas de los trabajadores fueron rebautizados

que la globalización estaba en si misma orientada a un telas. El


priv¡legios" yla guerra se condujo contra esas personas privile—
giadas y egoístas que protegían sus intereses de corto plazo con-
telas era "ya no más Revolución". En su lugar, se alzaba el triunfo
tra los intereses de largo plazo dela comunidad toda. Sobre esta
del libre mercado global. Pero este triunfo también tenía sus con-
base, muchos intelectuales de izquierda rescataron en mi país
diciones. También exigía sacrificios. No era simplemente una
los argumentos dela ciencia marxista para defender a los gobier—
cuestión de ajuste empírico al flujo y reflujo del mercado. No era
nos de derecha en su lucha contra los "privilegios” del pasado
una cuestión de ajuste entre dos tiempos, el tiempo racional del
proceso global dela producción yla distribución capitalista dela
El sentido dela necesidad histórica todavía estaba ahí y el hecho
riqueza y el tiempo "empírico” de los individuos que viven enla
de que ya no condujera al triunfo dela Revolución sino al triunfo
del libre mercado era una consideración sétundaria.
temporalidad delas cosas que pasan"una después de otra”; por
Por otro lado, la ”gran narrativa" fue tomada y reciclada
ejemplo, el tiempo del trabajo y el momento de la paga, o el
por los administradores del orden que se suponía que iba a des—
tiempo del retiro yla pensión. La trama dela globalización incluía
trozar. Es cierto que queda todavía otra versión de esa narrativa
una sub-trama ala que, en forma significativa, sele dio un nom—
bre enla Unión Europea con ecos del viejo término "Revolución".
una versión que se reafirma a sí misma como una crítica del
orden capitalista del tiempo. Pero esta versión crítica también
Se la llamó "Reforma”; no un número de medidas empíricas
opuestas a la abstracción del símbolo revolucionario sino otro
debe ser revisada. No acusa tanto a la injusticia del sistema como
a la ignorancia de sus víctimas, los habitantes del tiempo de las
símbolo de necesidad histórica y una nueva narración dela gue-
cosas que simplemente pasan una después de otra. El discurso
rra delos tiempos. En el S. XIX, Marx y Engels habian estigmati-
zado a los artesanos y pequeño-burgueses apegados a ideales y
oficial los denuncia como gente ignorante incapaz de adecuarse
al tiempo del libre mercado globalizado. El discurso crítico hace
formas sociales obsoletas que impedían el desarrollo del capita-
un diagnóstico opuesto y simétrico: les reprocha adaptarse de— profecia del Juicio Final. En el primer caso, esla trama dela re—
masiado bien al tiempo del libre mercado y cumplir con susre— petición, la eterna denuncia dela eterna reproducción dela ne-
querimientos, ya sea bajo la forma pasiva de_una mternahzac¡on
cesidad. En el segundo caso, esla trama dela espiral catastrófica
enla que una humanidad de individuos flexibles y consumidores
de su "libertad", delos valores dela personalidad flex¡ble, el nar—
cisismo consumista y otros valores asociados, o en el reclamo
narcisistas se precipita por voluntad propia hacia el día del Juicio
activo de valores anti-autoritarios y libertarios destmados¡a des- Final, en el que expiará de una vez y para siempre sus pecados
contra el orden del tiempo. En resumen, el tiempo del proceso
truir los obstáculos tradicionales al reino de esa libertad .
En el primer caso, la crítica del fetichismo, el consumoo causal que implica la posibilidad dela ruptura se ha escindido en
el espectáculo preocupada en el pasado con la demostracwn dos tiempos que cancelan, ambos, esta posibilidad: un tiempo
del funcionamiento dela máquina capitalistaapu'nta ahora con- de eterna reproducción y un tiempo de declinación y catástrofe.
tra los denominados “individuos democráticos , hauendolgs Así es como la lógica del juicio de la historia se redistri—
responsables de la reproducción del sistema. Enel segun _o huye de acuerdo a dos dramaturgias. La primera retrotrae al tri—
bunal de la historia el conocimiento de los remedios necesarios
caso, se acusa a las formas colectivas de revuelta anti-autoritaria
de construir modos de subjetivación exigidos por las nuevas for— para mantener vivas nuestras sociedades; la segunda hace de
mas del desarrollo capitalista. Ese fue el argumento de un influ— esta vida misma la escena de un Juicio Final. Ambas dramaturgias
se adecuan a la trama dominante de la necesidad de hoy en día,
yente libro sociológico, El nuevo espíritu del capitalismo [Luc
Boltanski — Eve Chiapello, 1999]. De acuerdo a susautores, los
esto es, la trama de una ”crisis". En tiempos de Marx, la crisis

jóvenes estudiantes rebeldes de 1968 habían sustituido”la tra- económica era el signo de la irracionalidad existente en el cora-
dición dela crítica social por una nueva forma de critica Iartis- zón de la racionalidad capitalista, un signo que apuntaba a su
tica basada en valores individualistas como la autonomia y la muerte inminente. Hoy funciona exactamente en la dirección
creatividad. Así, le habían dado al capitalismo, luego dela CI'ISIS
opuesta. La crisis se ha convertido en la base misma dela racio-
nalidad capitalista. Por un lado, ”crisis" es solo otra manera de
de 1973, los medios para regenerarse a si mismº, al integrar
esos valores de autonomía y creatividad en las nuevas formas decir ”globalización". Es la denominada realidad ”irremediable”
de administración flexible. _ d | que dicta la destrucción de todas las formas de diferimiento que
El pensamiento "crítico" termina entonces sostemen oe impiden el gobierno del libre mercado. Pero la crisis también se
discurso oficial, al mostrar de manera incesante como el Sistema ha convertido en el signo perpetuamente visible de identificación
se reproduce constantemente a si mismo y absorbe,¡en su propio entre ese gobierno yla ley de la necesidad científica.
dinamismo, cualquier forma de subversion. Esta logica circu ar Por detrás del sentido económico del concepto, esta iden-
se presta en si misma a dos tramas, una de las cuales pnwleg;a tificación reactiva su primer significado, el significado médico.
No obstante esta reactivación implica una distorsión que cambia
la demostración de conocimiento mientras la otra favorece a
la relación entre la noción de crisis y el tiempo dela enfermedad. s¡c¡ón entre el tiempo de aquellos que saben y aquellos que no

En la tradición hipocrática, la crisis era un momento bien defi— saben. Al mismo tiempo, por supuesto, esta identidad de salud
nido. Era el momento final de la enfermedad, cuando el médico y enfermedad, de norma médica y falta moral, permite ser inter-
habia hecho todo lo que podía y dejaba que el enfermo afrontase pretada de acuerdo al esquema catastrófico que hace dela crisis
en soledad la batalla final en la que o bien podía morir o salir cu— una crisis general o un juicio final de los pecados humanos.
rado. En el nuevo escenario, sin embargo, se trata exactamente No hemos salido del tiempo de los grandes relatos. Los
de lo contrario: la crisis ya no es el momento de la resolución relatos que construyen adhesión a la dominación o los relatos
sino el estado patológico en si mismo. La crisis económica se que claman confrontarla continúan atrapados en la lógica ficcio-
transformó en una crisis social o incluso antropológica, un estado na|_que nos remite a Aristóteles: la lógica de una conexión nece-
permanente de enfermedad de la sociedad o la humanidad. Y saria entre los acontecimientos, basada en una distribución
esta enfermedad crónica le confiere todo el poder al personaje
jerarquica de temporalidades. En la sombra del denominado
al que acostumbraba ceder el paso en el antiguo escenario, es
presentismo” reinante, todas las autoridades estatales finan-
decir, al médico. Si la crisis designa el estado general del mundo,
c¡eras, mediáticas y científicas trabajan sin cesar para pioducir
está claro que lo que requiere es el cuidado atento e ininterrum- esas distancias que toman a los mismos individuos a la vez de-
pido delos doctores. A decir verdad, esos "doctores" son las au- pendientes de la justicia del tiempo global y constantemente en
toridades estatales y los poderes financieros que administran el falta ante ese tiempo. Trabajan para reproducir tanto la ficción
estado delas cosas denominado "crisis", lo que implica decir que la
de necesidad global como la diferencia entre quienes viven en
la enfermedad llamada ”crisis” no es sino la buena salud de un el tiempo del conocimiento que hace justicia y quienes viven en
el tiempo culpable de la ignorancia. El discurso oficial y el dis—
sistema de explotación. Pero el hecho de llamar "crisis" a este
proceso normal nos permite protegernos de la distancia entre curso crítico, la ficción del progreso y la buena fortuna y la fic-
los enfermos que viven en el tiempo patológico de la sucesión, cion el
dela decadencia yla mala fortuna dan vueltas en mismo
en el que "crisis" significa pérdida del empleo, reducción del sa- Circulo. Si queremos salir del círculo y volver a pensar la justicia
lario o pérdida de los beneficios del Estado de Bienestar, y los del tiempo, quizá debamos cambiar riuestro foco y desplazarnos
que viven en el tiempo de la ciencia, en el que "crisis" significa de la dimensión horizontal del progreso y/o la decadencia hacia
la necesidad general conocida porla ciencia yla enfermedad de la distribución vertical delos tiempos. Para ello, me gustaría vol-
la gente ignorante que debe ser tratada. Esto confirma tanto la ver sobre algunos aspectos de la justicia del tiempo con los que
ciencia de los científicos como la ignorancia de los ignorantes me encontré mientras trabajaba en las formas de emancipación
pero también la culpa de estos últimos, cuya enfermedad con- del trabajador yla teoría dela emancipación intelectual.
siste en su incapacidad de adaptar su tiempo al tiempo global. Lo primero que aprendí puede decirse muy sencilla—
La gran narrativa de la justicia del tiempo regresa ala simple opo— mente: la injusticia más radical sufrida por aquellos que están

23
sometidos a la injusticia dela explotación es la injusticia deno
lación delos movimientos del pensamiento con los movimientos
tener tiempo, la injusticia dela distribución delas temporalida—
del cuerpo construía una lógica compleja de distancias entre una
temporalidad de renovada servidumbre y una temporalidad de
des. Porque esta distribución no solo los atrapa en la coacc¡on
libertad adquirida; dos formas de temporalidad que ocupan el
material del trabajo. También les da un cuerpo y un alma, una
manera de ocupar el tiempo y el espacio, de ver, de hablar y de mismo espacio de tiempo. Pero el primer paso de la recupera-

pensar adaptada a esa coacción. Esto es lo primero que aprendi


ción era la decisión de introducir en una narrativa ese tiempo
y lo aprendí al leer un texto que comenté variasveces que, por definición, había sido el tiempo excluido del orden de
manera
en distin—
la narración, el tiempo donde nada pasa excepto la reproducción
tos contextos, porque fue determinante en mi de en-
tender lo que significa la emancipación y cómo vmcula con el
se
del tiempo, esto es, la distribución delos tiempos. El carpintero
no contaba su día de trabajo; construía una ficción. Convertía el
tiempo y el espacio. Me refiero a la narracion del trabajo diario
escrita alrededor de 1840 por el carpintero Gauny. Tal como lo tiempo en el que, por definición, nada pasa en un tiempo en el
narra Gauny, el trabajo diario no es solo un fragmento deI-pro- que, en cualquier momento, puede suceder una multiplicidad
ceso global de la explotación capitalista que se diVide a simismo de micro-acontecimientos. En consecuencia, el trabajo cotidiano
en un tiempo de reproducción de la fuerza de trabajo y un ya no era el microcosmos en el que la ciencia reconoce la ley de

tiempo de producción del valor de plusvalía. Es tambien ocu- la un sistema de producción. Ese trabajo se convertía en un tiempo
pación a la que el trabajador está obligado. Una ocupacmn no
de redistribución de tiempos. Esa redistribución era en si misma
tambien la expresión de una redistribución previa; a fin de escribir, el car—
es simplemente la práctica de una actividad; es una ma—
nera de ser en el tiempo y en el espacio. En este sentido, el
bajo diario es la necesidad cotidiana que reproduce sm cesar a
tra- pintero había tenido que tomarse el tiempo que no "tenía”, con-
virtiendo el tiempo del descanso destinado a reponer las fuerzas
división de temporalidades que es una divi5ion de las
formas de
del trabajador en el tiempo del esparcimiento que pertenece a
aquellos que no están sometidos a la coacción del trabajo.
vida. Pero es también el flujo concreto de horas y minutos, uno
tras otro, en el que una distancia posible puede entraren juego Este es el punto: antes que una línea tendida entre los
en relación con esa reproducción habitual; un trabajo po5ible acontecimientos pasados y futuros, el tiempo es un medio, una
del cuerpo y la mente que recupera, a pesar de la coacc¡on del forma de vida. Esto es lo que podía aprenderse de la narrativa
espacio, la desviación de una mirada que lleva el pensamiento del trabajo cotidiano. Desde este punto en adelante, es posible
hacia otra parte, o, a pesar dela coacción del tiempo, ladivision pensar en una justicia del tiempo que no esté encomendada al
de un pensamiento que hace que el cuerpo trabaje mas rapido proceso global de la marcha del tiempo sino que trabaje, por el
o más despacio y, en cualquier caso, de una manera diferente. contrario, como una re-división interna del tiempo, como la pro-
ducción de distancias que no son manifestaciones de ignorancia
En La noche de los proletarios, analicé la dramaturgia de las
horas construida de esta manera por Gauny. Mestre como la re- y diferimiento sino rupturas positivas de la lógica normal de la
división de temporalidades. Desde este punto en adelante, es de conexión excede largamente el contexto de un método edu—
posible pensar en otra forma de conexión temporal, anclada en cativo. El poder del momento que inicia otro tiempo también ca—
lo que era el tiempo malo, empírico, de la crónica, el momento racteriza los dias revolucionarios en los que aquellos que estaban
que viene meramente después de otro momento. Cada uno de entre los hombres ”pasivos” olvidaron que "el trabajo no puede
esos momentos es ala vez el punto por el que pasala reproduc- esperar” y abandonaron sus talleres para afirmar en las calles su
ción dela distribución de tiempos y el punto de una pos¡ble dis- participación en un tiempo común. En un texto célebre, Walter
tancia y una posible redistribución. El momento, ¡entonces, noes Benjamin vio ese tiempo como una explosión poderosa del con-
el tiempo de lo efímero opuesto a la larga durac¡on y su conexron tinuum temporal, simbolizada por el hombre del que se dice que,
durante la revolución parisina de julio de 1830, disparó contra
causal; es el poder de engendrar otro tiempo al redistribmr los
pesos en la balanza de los destinos. Es el mismo poder del mo: los relojes callejeros para detener el tiempo, como Josué dete-
niendo el sol. La que producen este tipo de días es más bien la
mento que engendra otra línea de temporalidad que encontre
en el corazón de la teoría de la emancipación intelectual en el apertura de otro tiempo en el que se borra la evidencia que es—
trabajo de Joseph Jacotot que analicé en El maestro ignorante. tructura el orden temporal del tiempo, en el que se reconfigura
Por un lado, está el tiempo normal del progreso pedagógico, el la distribución delo posible y, con ello, el poder de aquellos que
tiempo determinado como una progresión cuyos pasos deben habitan el tiempo. Es un nuevo tiempo común, hecho de ruptu-
darse en el orden correcto, desde la simplicidad original corres- ras del orden temporal dominante.
pondiente a un estado de ignorancia a la complejidad del cono- Este poder del momento que engendra otro orden de
acontecimientos y otra forma de conexión entre acontecimientos
cimiento. Se supone que este camino de la ignorancia al
conocimiento es a la vez un camino dela desigualdad a la ¡gual- ha tenido un destino contradictorio en los tiempos modernos.
dad. Pero, de hecho, es la temporalidad de la infinita reproduc- Por una parte, la tradición revolucionaria-marxista lo envió al
ción de la desigualdad. Por el otro lado, está el tiempo de la lado del ”mal tiempo", el tiempo del momento efímero y delos
emancipación, un tiempo que puede arrancar en cualqwer punto futuros imaginarios en contraste con la temporalidad dela acción
y comenzar en un momento cualquiera y expandirse al crear co- predicada sobre la base del conocimiento del proceso histórico.
nexiones inesperadas desde ese punto y ese momento aleato- Por la otra, la ruptura en la escala del tiempo fue el principio de
rios. Esto es lo que implican las máximas aparentemente otra revolución, la moderna revolución del arte de ficción lla—
simplistas que Jacotot sostiene contra el orden explicativo delas mado literatura. Esta revolución cuestionó muy precisamente la
cosas: Todo está en todo y Aprende algo y relaaonalo con todo oposición aristotélica entre el tiempo dela sucesión y el tiempo
el resto conforme este principio: todos los hombres tienen una de la conexión causal. Pienso en el texto de Virginia Woolf titu—
inteligencia idéntica. Un nuevo tiempo puede nacer de ese lado Ficción moderna (Modem Fiction, 1925) que denuncia la ti-
"algo” que puede encontrarse en “todo”. Esta forma temporal ranía de la trama y opone a las falsas secuencias de causa y

26 27
efecto la verdad de esos átomos de tiempo que caen incesante— la nueva textura dela narrativa, mientras abandonaba a sus per—
mente en nuestras mentes y que el escritor debe transcribir. Esta sonajes al infortunio de aquellos que desean vanamente tener
ruptura del orden temporal en la ficción fue vista a menudo el tiempo que no tienen.
Pienso que hoy sería útil volver a pensar en este juego de
como la posición elitista y sesgada de la literatura que se toma
su tiempo para detallar los sentimientos varios de frívolas almas a tres entre las narrativas de los procesos globales, la tempora—
burguesas. Pero esto sería olvidar que esa ruptura de la escala lidad delos momentos de emancipación y el tiempo de la ficción
temporal fue ante todo un rechazo dela oposición entre dos ca- literaria, 3 fin de salir de la gran narrativa de la necesidad pre-
tegorias humanas. El tiempo de los átomos que caen uno tras sente en esas dos versiones dela administración delo único po—
otro es el tiempo común delos humanos supuestamente activos 5ible o la catástrofe final. En particular, me parece útil que hoy
y de los humanos supuestamente pasivos. Es el tiempo que la volvamos a pensar en las posibles conexiones entre el tiempo vi-
heroína de Virginia Woolf, la Sra. Dalloway, comparte con todas v¡do por los individuos y los momentos de afirmación colectiva
Por un lado, parece necesario debatir ciertos análisis que se han
esas vidas anónimas que atraviesan su camino. Es el tiempo de
todas esas vidas que luchan por romper el orden que las man- puesto de moda acerca de la conformidad de la individualidad
tiene encerradas en el sentido equivocado de la barrera del fleXible' o "subjetividad neoliberal” con la ley de un proceso
tiempo. Detrás del día de la Sra. Dalloway, preocupada con los global que ejerce su dominio sobre el tiempo de vida íntegro de
preparativos de una fiesta, podemos sentirla presencia de otro cada uno. Es imposible para mi suscribir el análisis de Hardt y
día descripto por Flaubert: el día dela hija del campesino, Emma Negri, que, desde esta supuesta identidad entre tiempo de tra-
Bovary, que contempla a través de su ventana el flujo siempre bajo y tiempo de vida, aspiran a extraer la conclusión inversa: la
idéntico del tiempo de las horas e intenta inventar una historia de un futuro tiempo comunista que ya está presente en las for—
que pueda quebrar la quebrar la repetición de ese orden; y de— mas actuales de la producción capitalista. Las experiencias con-
trás de este día está el día del carpintero, Gauny, que transforma temporaneas de trabajo imponen más bien las experiencias de
sus horas de servidumbre en horas de libertad. La ficción literaria un tiempo lleno de agujeros, un tiempo discontinuo y pleno de
moderna puso en su corazón este tiempo donde la lucha entre recesos; pasajes incesantes del empleo al desempleo, el desarro—
la buena fortuna y la mala fortuna puede ocurrir en cualquier llo de puestos de trabajo a tiempo parcial y todas las formas de
hora del día; un tiempo hecho de una multiplicidad de micro- intermitencia; la multiplicación de aquellos que pertenecen a la
acontecimientos cuya democrática coexistencia e interpenetra- vez al tiempo del trabajo asalariado y al tiempo dela educación
diarios,
y
ción se contrapone al tiempo dela subordinación que caracteriza al tiempo artístico y al tiempo delos pequeños trabajos
a la ficción tradicional. Pero esto también significa que la ficción aquellos que fueron entrenados para un trabajo específico
literaria moderna creó, fuera del tiempo recuperado por hom- están empleados en un trabajo completamente diferente, aque-
bres y mujeres condenados ala cotidianeidad, un tiempo propio, llos que trabajan en un mundo y viven en otro. Quizá este tiempo

28 29
fragmentado vuelve a poner enla agenda actual la problemática estrategias de larga duración que conectan momentos en base
dela emancipación, la de un conflicto cuya sede esla ocupac10n a una conexión de medios y fines. Pero esta simple oposición
de momentos y cuyo objetivo es la división jerárquica de tem— omite considerar el juego mucho más complejo dela división y
poralidades, la división entre actividad y pasividad dentro del el acto de compartir los tiempos. Es precisamente este juego lo
tiempo de trabajo yla división entre pausa y esparc1miento den- que resume la palabra "ocupación". Esta palabra, en efecto,
tro del tiempo de la inactividad. Quizá esta guerra porla apro- vuelve a la cuestión de la justicia encarnada en la distribución
piación del tiempo precario sea el principio de una nueva delos espacios y los tiempos. La justicia de la república platónica
conexión entre las rupturas individuales y colectivas. Esto es consistía en una distribución de ocupaciones, que imponía a
exactamente lo que se ocurrió varios años atrás en Francia con cada uno la permanencia en el tiempo y espacio adecuados a su
la huelga de los llamados "intermitentes del espectáculo”: Al actividad específica. Es contra esta distribución del tiempo que
principio, esta huelga se relacionaba con amenazas concernien- los trabajadores fabriles del S. XX ocuparon sus' fábricas para
tes a la compensación por desempleo de esos artistas cuyo transformar el lugar dela explotación en el espacio de un poder
tiempo se divide entre las horas visibles de trabajo y el tiempo colectivo de los trabajadores. Hoy, en cierto modo, el parque o
necesario para su preparación. Pero el curso de la huelga revelo la calle toman el lugar de la fábrica para una población de tra-
dos tendencias opuestas: algunos delos actores del movimiento bajadores dispersa a causa delos tiempos y espacios de sus tra—
deseaban mantenerla especificidad de sus demandas categóri— bajos y obligada a crear, dentro dela circulación delos espacios
cas mientras que otro grupo deseaba, por el contrario, generali— urbanos, el lugar para un tiempo común. Es también el lugar
zar esas demandas. Querían mostrar que su tiempo intermitente donde, en la misma afirmación de una distancia, pueden reu—
de "artistas" era la forma general a la que tendía su precario nirse las diversas experiencias de tiempo fragmentado —múlti—
tiempo de trabajo, pero también echar luz sobre una nueva ples experiencias de desposesión y recuperación del tiempo
forma de lucha contra esta condición de precariedad: la forma- características del tiempo presente del trabajo precario, un pre-
ción de un tiempo común construido en el interior de una nueva sente común al pequeño vendedor en una calle tunecina cuyo
guerra sobre la asignación de los tiempos. suicidio provocó la Revolución de los Jazmines y a los estudian-
Desde este punto de vista, puede resultar interesante tes graduados y sin trabajo en los parques ocupados de Nueva
analizar ciertas formas recientes de lucha colectiva. Desde la Pri- York y Madrid. Tal vez ocupar como un pueblo anónimo el sitio
mavera Árabe al movimiento español "Indignados", a los movi— indeterminado de la circulación mientras los trabajadores de
mientos Occupy, de Madrid a Nueva York o de Atenas a ayer ocupaban el sitio de trabájo que los había reunido implique
Estambul. Su importancia ha sido a menudo cuestionada en volver a colocar en el centro del conflicto la noción de la distri—
nombre de una simple división delos tiempos, oponiendo a las bución de los espacios. No resulta indiferente que el debate en
reacciones espontáneas y su efímera existencia el tiempo delas torno a uno de los lugares más significativos delas ocupaciones,

30 31
la Plaza Taksim en Estambul, comenzara en parte como un con— ción. Sabemos cómo los movimientos recientes volvieron a
flicto relativo al uso futuro del lugar, una cuestión concerniente poner nuestra atención en esas formas alternativas de organi—
ala transformación de un sitio de esparcimiento abierto a todos zac¡on del tiempo de la vida que jugaron un enorme rol en los
como sitio de uso indeterminado en un complejo de poder y un movimientos pasados de los trabajadores bajo la forma de un
espacio comercial. Pero también es significativo que la ocupa- futuro anticipado en el presente.
ción de lugares fuera asimismo el tiempo de un encuentro entre Por supuesto, estos movimientos también volvieron a
múltiples experiencias temporales que también se tradujeron poner en debate la contradicción de estas formas de anticipa—
en múltiples formas de acción sobre el tiempo. Es como si las ción. Pero mi problema no es en esta ocasión indicar los modelos
nuevas formas de acción colectiva, en lugar delas tradicionales correctos o incorrectos de futuro. Es simplemente invitamos a
temporalidades estratégicas, estuvieran implementando esas reexaminar los modelos dominantes que hoy nos sirven para
formas de coexistencia de temporalidades que la revolución Ii- pensar las relaciones entre el flujo histórico del tiempo global
teraria opuso a la tiranía gastada de la trama. La temporalidad las formas de dominación y el tiempo de nuestras vidas.Propuse
de la ocupación es la conjunción de varias formas de recupera- operar un doble desplazamiento en relación con estos modelos
ción del tiempo. Hay interrupciones del curso normal de las dominantes. Contra los análisis que declaran ayudarnos a salir
horas del día y acciones que el standing man simbolizaba en su del tiempo de los grandes relatos y que están dedicados a un
performance en la Plaza Taksim, manteniéndose de pie, silen- unico presente, intenté demostrar cómo la narrativa de la conti-
'

cioso, durante ocho horas, frente al Centro Cultural Atatiirk, un nuidad histórica continúa estructurando el tiempo dominante al
tiempo de interrupción que es también una de esas nuevas for— precio de una transformación de las promesas de liberación en
mas de encuentro entre el tiempo de una performance artística afirmaciones desilusionadas de sujeción o profecías de una ca—
y el de una acción política. Hay formas organizacionales para el tástrofe final. Recordé cómo esta narrativa deºla necesidad está
tiempo colectivo de la discusión y decisión autónomas en rela- enraizada en una división jerárquica del tiempo que se reproduce
ción con las formas institucionales dela vida pública. Hay formas sm cesar. Intenté mostrar cómo otro pensamiento del tiempo y
de organización del colectivo cotidiano. Y hay un esfuerzo por de sus posibilidades puede extraerse de las formas de la lucha
instalar en un proceso de larga duración esos momentos de re- de clase, así como de las formas dela narrativa que han contro-
construcción de un tiempo común bajo la forma de instituciones vertido esta división jerárquica del tiempo y continúan hacién—
que afirmen la capacidad de cada uno en cada lugar, dentro del dolo hasta hoy.
sistema dominante, en el que la administración del tiempo fun-
ciona como una producción de distancias, esto es, una produc—
ción de incapacidades, desde el sistema de producción de bienes
a la transmisión del conocimiento o la circulación de informa-

32
33
LA MODERNIDAD
REVISITADA
Debo clarificar el tema que trataré en este capítulo. En
varios textos debati la denominada interpretación "modernista”
de la modernidad artística como autonomía del arte, su sepa-
ración de las formas dela cultura dela mércancía y el compro—
miso de cada arte con su propio medioÍ Mi primer punto fue
que una revolución artística no puede ser simplemente una re-
volución en las prácticas del arte. Porque el Arte no existe en si
mismo. Aunque los historiadores de arte suelen comenzar con
las pinturas rupestres prehistóricas, el Arte solo existe dentro
de un régimen específico de identificación que permite que ob—
jetos y performances hechos con muy diversas técnicas y desti—
nos sean percibidos como pertenecientes a un único modo de
experiencia. No es una mera cuestión de ”recepción” de las
obras de arte. Se trata de la estructura exacta dela experiencia
en la que son producidas. Esta estructura está constituida por quico. Por lo tanto, la anti—representación significa mucho más
instituciones concretas (lugares para performances o exhibic¡o- quela destrucción de la figuración en las artes visuales. Significa
nes, modos de circulación y reproducción) pero también por la destrucción de este conjunto de correspondencias o, en mis
modos de percepción y afección, conceptos, narrativas yjuicios propios términos, de esta "distribución de lo sensible". Lo que
que las identifican y les dan un sentido. Es este régimen integral denomino "revolución estética” es esta redistribución de las re-
de experiencia lo que hace posible que palabras, relatos, for— laciones entre las prácticas artísticas y sus modos de visibilidad
mas, colores, movimientos y ritmos sean percibidos y pensados e inteligibilidad.
como arte. De lo expuesto derivan dos consecuencias, relativas a las
Si esto es así, significa que el Arte no es el nombre de una nociones a través delas que hemos tratado de "historizar" y ”po-
práctica inmemorial dela especie humana en general. El Arte es litizar" la revolución estética, particularmente las nociones de
una configuración histórica que existe en el mundo occ¡dental "modernidad”, ”modernismo" y “vanguardia". En primer lugar,
desde fines del S. XVIII. Sin duda, hubo muchas artes —muchas estas naciones son incapaces de conceptualizar el conjunto de
maneras de hacer— que existieron antes. Pero fueron encerradas transformaciones que afectaron la lógica del régimen represen—
en una división —esto es, una jerarquia— de ocupaciones huma- tativo. En cambio, dichas nociones ofrecen interpretaciones par—
nas que impedía al Arte constituir una esfera específica de ex- ticulares de esas transformaciones, interpretaciones particulares
periencia. Las bellas artes fueron los retoños delas denominadas que hacen de ellas la implementación de una voluntad artística
artes liberales, que se distinguían de las artes mecánicas porque consciente de cumplir con los requerimientos de los "tiempos
eran el pasatiempo de los hombres libres. Los principios que es- modernos". Ahora bien, este "cumplimiento" ha sido represen-
tructuraban el régimen representativo del arte descansaban en tado a menudo de una manera muy simplista como la…adapta-
esta división de las actividades humanas. La representación no ción a la evolución de la historia concebida como una línea de
significaba la imitación de la realidad mediante las técnicas del dirección única. 0 ha sido descripto como una voluntad de adhe-
arte. Significaba una legislación de imitación que sometia las sión a la aceleración dela "vida moderna”: el hechizo dela elec—
prácticas del arte a un conjunto de reglas que determinaban que tricidad, los ritmos de las máquinas, la velocidad de los
objetos o personajes podían o no podíán_ser tema del arte y que automóviles, la dureza del acero y el cemento, entre otras cir—
forma artística era la adecuada para cada tema, de acuerdo a su cunstancias. Sin embargo, las nociones de ”modernidad", ”mo-
valor (alto o bajo). En definitiva, esa legislación implicaba la ins- dernismo" y ”vanguardia” implican un entrelazamiento
cripción delas prácticas artísticas en un sistema de concordanc¡a complejo de temporalidades, un conjunto complejo de relacio-
total entre las producciones artísticas y las disposiciones "natu— nes entre el presente, el pasado y el futuro; entre la anticipación
rales" de aquellos a quienes estaban dirigidas. Esas disposiciones yla demora; la fragmentación yla continuidad; la inmovilidad y
”naturales" eran realmente las reglas de un orden social jerár— el movimiento. Asumo que así es porque el tema de la moder—

40 41
nidad no es simplemente una cuestión de ruptura entre el pa- cial rompe, afirma Greenberg, "Iasrnociones establecidas de las
sado y el presente en una línea horizontal. La modernidad se que los artistas y escritores dependen en gran parte para comu—
vincula con la dimensión vertical del tiempo, lo que implica su nicarse con sus audiencias... Las verdades que involucran la reli—
rol en la distribución delo sensible. Ya he planteado mi postura: gión, la autoridad, la tradición, el estilo, son puestas en cuestión
antes que una línea tendida del pasado al futuro, el tiempo es de modo que los artistas ya no son capaces de estimar la res—
una forma de distribución de los seres humanos, un modo de puesta de sus audiencias a los símbolos con los que trabajan".
división entre dos formas de vida. La forma de vida de quienes Esto es lo que les sucedió a los artistas modernos. En un cierto
tienen tiempo y la forma de vida de quienes no lo tienen. Inten- punto del desarrollo del capitalismo, estos artistas se encontra—
taré volver a pensar qué puede significar el "modernismo" en ron en la misma situación de los artistas de la Antigiiedad, que
relación con esa distribución. Lo haré concentrándome en un cayeron en las sutilezas del alejandrinismo y las linduras de la
trabajo singular que es una implementación emblemática de la gracia helenística cuando su arte dejó de estar arraigado en la
voluntad modernista y, en consecuencia, una ilustración emble- - vida colectiva de las ciudades democráticas griegas.

mática de los temas en discusión en la narrativa "modernista" Este análisis recoge el famoso concepto hegeliano del fin
del tiempo. No obstante, antes debo establecer los términos del del arte: cuando el arte ya no puede ser el florecimiento de una
problema de la "temporalidad moderna” en base a dos textos, forma de vida, se convierte en la pura manifestación del virtuo-
cada uno de los cuales epitomiza una ilustración paradigmat¡ca sismo técnico, una mera auto—demostración. Se convierte en la
dela paradoja modernista. imitación del arte, lo que significa el fin del arte. Ahora bien, es
Comenzará con el texto que formuló el paradigma domi— precisamente este hegeliano "fin del arte” lo que Greenberg
nante del modernismo artístico, antes de convertirse en el transforma en el futuro del arte. La vanguardia, dice Greenberg,
blanco principal del denominado "posmodernismo". Me refiero está cada vez más y más separada dela vida dela gente; por eso
a ”Vanguardia y Kitsch", el texto de Clement Greenberg publi- está cada vez más y más dedicada, estrictamente, a imitar el
cado en 1939. Pienso que, ya sea que estuvieran de acuerdo con hecho de imitar. Entonces surge la pregunta: ¿por qué un crítico
el texto de Greenberg o lo rechazaran, los comentaristas no pres— marxista llama ”vanguardia” a una práctica que es un mero pro-
taron suficiente atención,a este aspecto. La paradoja es que el ducto dela evolución inexorable de una civilización en decaden-
análisis de Greenberg predica la adhesión a los valores "moder— cia? Una vanguardia modernista semejante evoca mucho más el
nistas" en el arte basándose en la imposibilidad de escapar de ánimo desencantado del denominado ”posmodernísmo". La res-
una necesidad histórica descripta como un proceso de declina- puesta de Greenberg acentúa aun más la paradoja: la diferencia
ción. Les recuerdo cómo planteó Greenberg la cuestión: cuando entre el alejandrinismo yla vanguardia, dice, es que la segunda
el desarrollo de una forma social llega a un punto en el que re- se mueve hacia adelante mientras que el primero está inmóvil.
sulta incapaz de justificar sus formas particulares, esa forma so- Esto es más bien un débil privilegio, dado quela única razón por

4.2
4—3
la quela vanguardia se mueve es que no puede hacer otra cosa. dela época, otra ronda de los mismos dioses cuya pintura se ad-
En cierto modo, la vanguardia está obligada a ser aun más deca- mira tanto en Homero [...]. Bancos y aranceles, diarios y comités

dente que el alejandrinismo. Pero está obligada a hacerlo, dice electorales, metodismo y unitarianismo, son cosas chatas y des-
Greenberg, porque hay otra forma de arte que él denomina lucidas para personas insignificantes pero reposan en los mismos
”reta-guardia", aunque esta llamada ”reta-guardia" está perfec— c¡mientos prodigiosas dela ciudad de Troya y el templo de Delfos
tamente en sintonía con el desarrollo dela sociedad capitalista, y pasan tan rápido como ellos. Nuestro Iogro/ling', nuestros es-
es decir, la cultura kitsch que ofrece productos de factura indus- trados y sus debates políticos, nuestras pesquerías, nuestros ne-
trial para el consumo delos hijos e hijas delos campesinos que gros y nuestros indios, nuestras jactancias y nuestros repudios,
ahora disfrutan en las metrópolis industrializadas de un tiempo la cólera de los granujas y la pusilanimidad de los honestos, el
de ocio para el que ninguna tradición cultural los había prepa— comercio del Norte, las plantaciones del Sur, los desmontes del
rado. El vanguardismo, en pocas palabras, es la aceleración de Oeste, Oregón y Texas, no han sido cantados todavía. Sin em—
la decadencia capitalista que debe ganar la carrera ala expresión bargo, América es un poema en nuestros ojos; su vasta geografía
viviente del desarrollo capitalista encarnada en la cultura kitsch. deslumbra la imaginación y no tendrá que esperar sus metros
Pienso que esta extraña concepción dela vanguardia solo mucho tiempo” “

puede ser entendida como un juicio retrospectivo de una van- Si pongo el acento en este manifiesto, no es simplemente
guardia y un modernismo previos. A través de esta rara combi- porque su fe en la llegada delos nuevos tiempos resuena como
nación de progreso y decadencia, Greenberg proclama el fin de el inicio de una era de la ”modernidad" que la justificación pa-
otra confusión —o conflación— de tiempos, una confusión o con— radójica de la vanguardia Según Greenberg parece cerrar. El
flación que había sostenido el auténtico modernismo histórico punto no es solo que Emerson ve el futuro de una nueva poesía
al que Greenberg desea poner fin. Para entenderla complejidad en la prosa del mundo americano mientras Greenberg no ve
temporal del proyecto modernista, propongo que regresemos al otro futuro para el arte que la separación radical de esta prosa.
diagnóstico formulado, un siglo antes del diagnóstico de Green- El punto es la exacta construcción del tiempo que sostiene al
berg, por otro pensador americano, Ralph Waldo Emerson, que proyecto modernista. '

dio su propia respuesta al desafío hegeliano en un ensayo titu-


lado ”El poeta". Así planteó Emerson la cuestión: "El tiempo yla
* [N. de I]: El logro/¡ing designa etimológicamente el hecho de
naturaleza nos ofrecen muchos dones, pero no todavía el hom-
hacer rodar troncos de madera hasta una orilla. Se convirtió
bre de este tiempo, la nueva religión, el reconciliador que espe- luego en un deporte en el que uno de los participantes, sobre
ran todas las cosas [...]. En América aún no hemos tenido un un tronco, se esfuerza por hacer caer al otro al agua. También
genio de ojo tiránico capaz de reconocer el valor de nuestros ma— se transformó en una metáfora para designar los intercambios
teriales incomparables y percibir, en la barbarie y el materialismo de favores políticos.

4—5
El primer elemento en esta construcción del tiempo es consciente de si mismo enla Ciencia. Por eso el arte, que era la
una división interna del presente. Por un lado, Emerson afirma expresión de ese espíritu en la materialidad externa dela piedra
que es en el presente, en la propia “barbarie" o caos del pre— esculpida, la superficie pintada o el metro poético, había perdido
sente, donde debe encontrarse la nueva inspiración para la po— su contenido sustancial y habia tendido a transformarse en vir—
esía. El privilegio del presente es el privilegio de una forma de tuosismo formal. 0 arte o modernidad, ese es el dilema hege—
temporalidad. El presente es el tiempo dela coexistencia. La po- liano. Para refutar este diagnóstico, debemos refutar el conjunto
esía debe inspirarse en la multiplicidad de fenómenos heteroge— de temporalidades que lo fundamentan. No estamos en el
neos que hacen el presente de América. La tarea del poeta es ”tiempo del después", el tiempo alejandrino en el que el arte ha
extraer un hilo común de todos estos fenómenos, expresar el po- perdido su contenido, dice Emerson. Por el contrario, "todavía”
tencial de vida que atraviesa su diversidad. La poesía debe no somos modernos. Pero este "todavía" está, a su vez, dividido.
desarrollarse ahora en base a esta temporalidad de coexistencia, Esto significa que la prosa del nuevo continente aún no ha en-
una temporalidad "democrática” opuesta al viejo modelo aris- contrado su expresión. Aún vemos estos nuevos fenómenos
totélico que hacia de la poesía la construcción de una historia, como cosas, situaciones y personajes prosaicos, confinados en
lo que significa una manera de subsumir una sucesión de eventos la relación económica y egoísta entre un valor de uso inmediato
en una trama de conexión causal. De esto se trata el privilegio y un abstracto valor de cambio. Se debe dar otro valor alas mis—
del presente. . mas cosas, personajes y situaciones, como símbolos de una
Pero, al mismo tiempo, el presente está dividido. En Cierto forma de vida colectiva.
sentido, no está presente para si mismo. El tiempo todavía no El problema "moderno" es construir un nuevo sentido de
ha producido el "hombre de este tiempo", dice Emerson. Esta comunidad, un nuevo tejido sensorial en el que las actividades
expresión no.significa solo que el tiempo no ha llegado al punto prosaicas adquieran la dimensión poética qUe les permita com-
en el que producirá la poesía que expresa su novedad. De un poner un mundo común. Sin embargo, no es cuestión de esperar
modo más radical, dicha expresión significa que el tiempo mo- que el Tiempo produzca la concordancia entre la prosa de los in—
derno no es contemporáneo de si mismo. Esta cuestión de la tereses materiales y el sentido espiritual del nuevo mundo. El
”no-contemporaneidad" es crucial para la definición del moder— nuevo poeta debe anticiparla, darle una expresión que todavía
nismo. El diagnóstico de Hegel sobre el "fin del arte" descansaba no ha alcanzado. Si e5ta tarea es posible, es porque, lejos de
en una aserción de contemporaneidad: la modernidad había estar en los tiempos alejandrinos, ese nuevo poeta vive en el
sido alcanzada. La vida colectiva de la gente estaba ahora ade— amanecer de tiempos homéricos, en un tiempo en el que la ra-
cuadamente encarnada en las formas institucionales dela eco- cionalidad dela economía política yla administración todavía no
nomía, el gobierno constitucional y la administración. Y el han disciplinado el caos de los intereses materiales y las activi-
espíritu que animaba el progreso de la Historia se había vuelta dades prosaicas. Es en esta auténtica "tardanza" de la moderni—

46 4—7
dad donde debemos encontrar el hilo que haga posible anticipar Marx y Emerson. El arte no tiene lugar en el análisis de Marx.
un nuevo tejido de comunidad. Es desde esta ruidosa falta de ar— Pero es como si el análisis de Emerson anticipara a su vez el rol
monia del presente que debemos encontrarla armonía del fu- anticipatorio que los artistas marxistas asignarían a sus prácticas
turo, el pulso salvaje de la nueva vida. Aunque el término no en los tiempos de la Revolución Rusa, un rol al mismo tiempo
existía en ese momento, creo que la formulación emersoniana exigido y rechazado porla combinación marxista de acción polí-
de la tarea del poeta nos ofrece la mejor perspectiva de lo que tica francesa y ciencia alemana.
puede significar una ”vanguardia". La vanguardia no es solo el Quiero enfatizar este punto acerca del conflicto de mo—
batallón que marcha separado y adelante del resto del ejército. - dernidades con una corta secuencia de un filme, concretamente,
Tampoco es el último batallón que resiste al ejército triunfante El hombre dela cámara, de Dziga Vertov. Este filme, estrenado
de la cultura de la mercancía. La vanguardia está situada en la en 1928, es parte de un proyecto ampliamente compartido en
diferencia de los tiempos modernos con ellos mismos. aquella época por los artistas soviéticos de vanguardia, a pesar
Si insisto en este diagnóstico, es porque está muy próximo de sus divergencias: el proyecto de acabar con la separación
al formulado en ese mismo momento por un pensador más fá- entre arte y vida, de no seguir utilizando los medios del arte para
cilmente asociado con la idea de vanguardia que Emerson, con- producir obras artísticas destinadas al divertimento delos cono—
cretamente, Karl Marx. En sus textos de 1843, Marx refutaba la cedores del arte o los estetas burgueses sino para crear nuevas
tesis hegeliana que definía la modernidad como el tiempo dela formas de vida colectiva. Se trata de un filme revolucionario. Sin
concordancia entre el pensamiento y su mundo; por el contrario, embargo, un filme revolucionario no es un filme sobre la revolu-
el presente de Alemania daba pruebas, decía Marx, de una per— ción. No es una obra artística perteneciente a un arte llamado
fecta falta de armonía. El filósofo alemán ya habia elaborado una cine y dedicada a la representación de un acontecimiento social
teoría de la liberación humana que no tenía correlación con la llamado Revolución. Es una actividad que forma parte de todas
miseria feudal y burocrática dela Alemania contemporánea. Por las actividades que constituyen el comunismo no como un sis-
esa precisa razón, Alemania podía alcanzar una revolución inau- tema politico sino como un nuevo tejido de experiencia común
dita, una revolución humana que salteara el paso de una revo- sensible. Por eso en este filme no hay'historia, no hay personajes,
lución meramente política. Pero podía hacerlo solo con una no hay palabras que cuenten lo que sucede en pantalla. Hay una
condición: adoptar la energía de la transformación activa del pura conexión de esos acontecimientos que hacen el presente
mundo que los luchadores revolucionarios franceses habían sa— de cada día en una ciudad moderna, desde el despertar en la
bido desplegar sin ser capaces, no obstante, de darle una formu- mañana hasta el ocio nocturno, pasando por las actividades del
lación teórica al nivel de esa época y de sus acciones. Utilizar el trabajo en las fábricas, las tiendas o el transporte público.
poder de anticipación extraído de la propia tardanza del presente Ahora bien, esta estructura temporal no debería pensarse
en construir un nuevo futuro esla narrativa del tiempo común a en términos de una oposición entre ficción y documental. La his—

48
49
toria de un dia en la ciudad es también una "forma ficcional", dena de producción, un minero en ._una mina, un cajero en una
emblemática de la ficción moderna en si misma. Ha sido imple- tienda, dactilógrafos en una sala de dactilografía o empleados
mentada en dos trabajos literarios ejemplares de esa época, es- en una central telefónica. Todas esas actividades están cortadas
pecíficamente, el Ulises (1922) de Joyce y La señora Dal/away en secuencias muy breves que se alternan a un ritmo muy veloz.
(1925) de Virginia Woolf. Así ha sido porque el "día" no es tanto Por lo tanto, es muy fácil ver en el filme, como en muchos pro—
un espacio de tiempo como un patrón de temporalidad. En este yectos futuristas de la época, una adhesión naif a esos nuevos
patrón, la sucesión de momentos es solo un medio para desple— ídolos ”modernos" constituidos por la máquina, la velocidad, el
gar otra temporalidad, la dela multiplicidad de eventos que su— automatismo, el taylorismo, etc. Semejante perspectiva de can—
ceden al mismo tiempo y disuelven la personalidad de los didez modernista, sin embargo, es rápidamente cuestionada por
personajes ficticios en el ámbito dela vida anónima. La "historia la selección —o más bien la ausencia de selección— de las activi-
de un día" entraña la revolución ficcional que la propia Virginia dades que componen la sinfonía comunista. Aunque la extrema
Woolf había proclamado pocos años antes en su ensayo Ficción fragmentación del montaje puede evocar la división taylorista de
moderna (Modem Fiction, 1925), en el que denunciaba la "tira— las tareas, tan alabada en la Unión Soviética en aquella época,
nía" de la estructura narrativa y ponía patas arriba el privilegio esa división pronto parece ser el exacto opuesto de lo que hace
aristotélico de la conexión causal racional de la trama sobre la el montaje. El montaje de Vertov no fractura una única tarea en
sucesión empírica de hechos que se suceden uno después de un número de operaciones complementarias. Al contrario, reúne
otro. La verdad de la experiencia, clamaba Woolf, esla lluvia de una multiplicidad de tareas diversas que nada tienen en común
átomos que caen uno después de otro, pero también uno entre excepto el hecho de que todas son ejecutadas por manos activas.
muchos otros. El filme de Vertov no es un documental. Es un tra- Entre las acciones articuladas por el montaje, vemos cómo se
bajo de ficción que obedece al principio de la ficción moderna: hacen las uñas en un salón de belleza o los gestos de un Iustrador
enarbola la sucesión como un sitio de coexistencia contra la co- callejero de zapatos tanto como una prensa rotativa, el empa—
nexión causal dela trama. quetado de cigarrillos en una linea de producción o el torrente
Al mismo tiempo, no obstante, el filme proclama que no de agua en una planta de energía hidráulica. El ritmo acelerado
es una obra de arte sino el resultado de "una actividad dela mano de la máquina no está aquí para celebrar el trabajo taylorista o
y el ojo cuya especificidad es trenzar el hilo entre la multiplicidad la gloria industrial. Lo que se celebra no es la industria o el tra-
de actividades que no solo ocupan el tiempo de un día sino que bajo soviéticos. Es el comunismo como tal, la equivalencia de
constituyen la realidad de la actividad comunista. Por eso, du— todos los movimientosén la gran sinfonía igualitaria del nuevo
rante el filme la cámara se muestra como una máquina entre mundo. La fragmentación de todas las actividades en unidades
otras máquinas, mientras vemos al camarógrafo y a la monta- equivalentes de movimiento resulta en el flujo de un presente
dora ejecutar los mismos gestos que un trabajador en una ca- continuo y homogéneo. El montajejuega aquí el rol asignado por

50 51
Emerson al "poeta por venir", antes adoptado por un autor que contemplan entonces una nueva puesta en escena de su activi—
fue mucho más influyente en el nuevo mundo soviético: Walt dad cotidiana como una actividad "comunista", la construcción
Whitman. El montaje teje el hilo espiritual que conecta todas las de un nuevo mundo común. Pero, en realidad, lo que muestran
actividades y lo hace sean estas nobles o vulgares, modernas o esas secuencias es una condensación de la actividad través de
arcaicas, burguesas o proletarias. Considerando el resultado, pa— un número limitado de espectáculos que, más que recordamos
rece difícll considerar el hecho de hacer las uñas en un salón de los momentos del día, sintetizan y simbolizan su movimiento
belleza ola actividad del Iustrador callejero de zapatos como ilus- total. Entre esos espectáculos, se le concede a uno en especial
traciones dela nueva sociedad comunista. Pero debemos recor— un alto rol emblemático: la danza. La danza juega aquí un rol
dar aquí lo que Emerson decía acerca delos tiempos "bárbaros". dual. Es el símbolo de la energía colectiva, epitomizada en la
Es del propio caos de los tiempos y los mundos en conflicto de rueca de la fábrica yla sonrisa de la trabajadora femenina; y es
donde se extrae el hilo espiritual del comunismo. Vertov habia el símbolo del trabajo cinematográfico del montaje, que conecta
puesto en práctica este principio de una manera mucho más ra- todos los movimientos giratorios. Ahora bien, la pregunta es la
dical en La sexta parte del mundo (1926), una película en la que siguiente: ¿Cómo entender este privilegio? Asumo que, en la
había mostrado la realidad de una nueva vida comunista en las conjunción dela danza y el cine, la que se celebraba no era solo
repúblicas asiáticas de la Unión Soviética con imágenes de cara- un nuevo arte sino un nuevo paradigma artístico, el paradigma
vanas de camellos o renos a través de la tundra, pescadores del nuevo arte en movimiento que ejecutaba ahora la tarea del
kalmyks alzando sus redes, cazadores siberianos desenfundando "poeta por venir”, la tarea del arte que da a los nuevos tiempos
sus arcos, nómades jugando al polo con cabezas de cabra 0 co- su expresión espiritual y a la nueva comunidad, su respiración
miendo carne de venado cruda bañada en sangre todavía hume- común. Si la danza alcanza ese lugar, en un contexto en el que la
ante y caliente, o musulmanes inclinándose a orar. Lo comunista obra de arte ya no es una obra de arte sino la presentación a si
no es la naturaleza de las actividades. Es el ritmo del montaje misma de una nueva vida comunista, es porque, durante dos o
que las reúne y crea una comunidad delas auténticas discrepan- tres décadas, la danza —o una cierta visión de la danza— se había
cias temporales que las caracterizan. convertido en el paradigma de un nuevo arte, lo que también
Ahora bien, este movimiento totalizador adopta un as— significa el paradigma de una nueva conjunción de arte y vida.
pecto muy específico que aparece al final de El hombre dela cá- Pero no debemos adoptar una vision simplista de esta conjun-
mara, cuando la sinfonía de todos los movimientos se condensa ción entre el modernismo artístico y el dinamismo de la vida
en un pequeño número de símbolos. Es un momento estratégico nueva. Lo que las tres bailarinas ejecutan en el filme de Vertov
en el filme de Vertov, el momento en el que la síntesis de todas nada tiene que ver con esas máquinas danzantes que eran tan
las actividades se presenta en una sala de cine a aquellos que populares en aquellos tiempos en la Unión Soviética. Su danza
han ejecutado esas actividades durante el día. Los espectadores no expresa la vitalidad de un cuerpo colectivo. No expresa nada

52
53
sino el movimiento. Si deseamos entender lo que une el libre llarmé, la danza de Loie Fuller no esla ejecución de una práctica
movimiento delas bailarinas y el movimiento automático delas artística divorciada de una comunidad de símbolos y valores y
máquinas, la ejecución del arte yla ejecución del trabajo, la pro- obligada a explorar las meras potencialidades de su medio. Por
ducción dela energía eléctrica enlas plantas de energía soviéti- el contrario, esa danza es un intento de crear una nueva forma
cas yla luz en la pantalla de la sala de cine, debemos hacer un de simbolización de lo común. En el escenario de un music hall,
desvío y plantear la cuestión a un poeta francés que aparente— Loie Fuller ejecuta un movimiento que simboliza el momento de
mente nada tenía que ver con la Revolución Marxista, concreta- aparición y desaparición que transforma los fenómenos natura-
mente, Stéphane Mallarmé. les en un mundo común sensible. De tal modo, su performance
En 1893, Mallarmé asistió al espectáculo que en París es el puente que sortea la distancia moderna entre naturaleza y
ofreció Loie Fuller, una compatriota de Emerson y Greenberg, y cultura. Restablece la unidad que parecía perdida en la situación
trató de formular los principios de la "estética restaurada" cuyas moderna de la poesía "sentimental". En este sentido, el arte de
formas exhibían los movimientos giratorios quela bailarina des- la bailarina americana es "griego”. La unidad de forma y conte—
plegaba con el crepé de su vestido. Mallarmé formuló estos prin— nido también implica la concordancia de una performance artís—
cipios en un conjunto de tres pares, tres oposiciones que son tres tica con una forma de vida colectiva, una concordancia que había
formas ejemplares de entrelazamiento del tiempo. En primer sido simbolizada, desde Winckelmann y Hegel, porla escultura
lugar, según Mallarmé, la imagen giratoria de Loie Fuller es al clásica griega. Pero esta nueva Grecia es una Grecia americana.
mismo tiempo ”una intoxicación de arte" y ”un logro industrial". Encuentra sus fuentes en la energía salvaje del nuevo mundo.
Luego, Loie Fuller proviene de América pero es griega. Final- Esta energía crea una forma inaudita de clasicismo: la unión de
mente, Loi'e Fuller es clásica en la medida en la que es entera- la "intoxicación del arte" con un "logro industrial". La afirmación
mente moderna. Pero empecemos por la última afirmación. Es de Mallarmé se refiere al rol especifico jugado porla técnica en
clásica en la medida en la que es enteramente moderna. Es mo- el show de Loie Fuller, a los reflectores queiluminan su vestido
derna en la medida en la que la danza de Loie Fuller no cuenta y dan a su movimiento giratorio la intensidad del fuego o los co-
una historia, no expresa una emoción que el espectador deba lores del arcoiris. Esos reflectores no "están ahí como un medio
atribuir a un personaje. Tiene lugar en un escenario despojado técnico de iluminar la performance de la artista. Forman parte
de todo decorado realista. Su danza es solo el de'spliegue de un de la performance en si misma; su colocación a ambos lados y
movimiento giratorio amplificado por el crepé del vestido. Es la debajo del escenario expande el movimiento radiante dela per—
creación de un medio a través de la mera expansión del movi- formance. Sellan la unión ”moderna” entre arte e industria, que
miento. En este sentido, esta performance moderna emblema- es también la unión moderna entre el espíritu y la materia, el
tiza un auténtico concepto de clasicismo. ”Clasicismo" significa movimiento yla luz.
indiscernibilidad entre forma y contenido. Tal como lo ve Ma—

54-
55
Esta unión del arte y la industria, esta unión del arte de de la discusión entre Apolo y Dionisio,___el frenesí del libre movi—
la luz y el arte del movimiento, es lo que sostiene el trabajo del miento se remonta a la definición schilleríana de un estado es—
cineasta ruso. Pero esta unión implica que el movimiento dela tético como estado de equilibrio entre actividad y pasividad que
danza tiene una característica específica: es un movimiento perturba las coordenadas habituales de la experiencia sensible.
libre, un movimiento que no tiene otro propósito que si mismo. La idea de Schiller sobre este estado de equilibrio sigue un mo-
Este aspecto habia sido enfatizado por Isadora Duncan, otra bai— delo ofrecido por la descripción de Winckelmann del Torso de
larina americana. Lo que la hace relevante para entender la aso— Belvedere, el Torso de un Hércules inactivo en el que el pensa-
ciación de danza, industria y comunismo en Vertov no es tanto miento del héroe que disfruta la gloria de sus hazañas pasadas
la simpatía temprana de Duncan porla Revolución Rusa sino su se expresa solo en la ondulación de los músculos, que fluyen
concepción del libre movimiento, no el movimiento libremente entre si como las olas del mar que suben y bajan de continuo.
decidido por el artista sino, por el contrario, un movimiento que La ola se convertiría en un emblema de la danza porque es un
no es objeto de elección ni voluntad, un movimiento semejante emblema de la equivalencia entre movimiento y quietud, acti—
al ritmo dela vida universal —el ritmo de una vida que nunca co— vidad e inactividad.
menzó y no conoce finales ni interrupciones posibles. El libre A fin de entender cómo la ola se convertiría también en
movimiento es un movimiento continuo, un movimiento que en- un emblema dela nueva vida comunista, debemos remontamos
gendra otro movimiento sin cesar. Esta continuidad descarta la todavía un poco más atrás. El movimiento inmóvil de la ola o la
oposición entre movimiento y reposo. Es bien sabido que Dun- equivalencia entre actividad y pasividad en el librejuego artístico
can formó su visión del libre movimiento a partir del movimiento debe pensarse en relación con una célebre distinción de Aristó—
inmóvil de las figuras pintadas en jarrones griegos. En conse— teles en el octavo libro de su Política. Aristóteles oponía dos for—
cuencia, es fácil interpretar su visión como una forma de candi- mas de ”inactividad” que también definenº dos formas de
dez, una idea "apolinea” de la danza que olvida el frenesí temporalidad: está el descanso, que es la pausa, la relajación
dionisíaco de las fuerzas inferiores. No obstante, podemos res- que necesitan los cuerpos dedicados al trabajo antes de una
ponder que esa es su propia manera de reconciliar Ia moderni- nueva tensión. Y está el ocio, el tiempo'libre de aquellos no so-
dad americana con el clasicismo griego a fin de servir al presente metidos a la coacción del trabajo. Ahora bien, debemos recordar
de una nueva comunidad. La danza moderna, reinventada a par— que esta jerarquía dela inacción se corresponde con una jerar—
tir de las inmóviles figuras de movimiento en los jarrones grie- quía de la acción. Aquellos que podían disfrutar el ocio eran
gos, descarta la oposición nietzscheana entre la forma artística ”hombres activos" u ”hombres libres”, que no estaban someti-
apolínea y la expresión dionisíaca de fuerzas inconscientes. La dos a la limitación de un trabajo cotidiano. Se los llamaba ”acti—
forma en si misma, la quietud dela linea incesantemente ondu- vos"'p0rque podían proyectarfrente a si mismos los fines de su
Iante, expresa el furioso torrente de la vida universal. Más allá acción o actuar por el mero placer de actuar. Los hombres ”pa-

56
sivos" eran denominados tales porque sus actividades estaban están conectados dentro del mismo movimiento común. Pero lo
destinadas exclusivamente a la satisfacción de necesidades in- están a condición de que cada una de esas acciones esté desco-
mediatas. Por eso también se los denominaba hombres "mecá— nectada de su propia temporalidad y delos fines que esta persi—
nicos", hombres atrapados en el universo de los medios, el gue. Los detractores de Vertov ya habían destacado este punto
universo dela necesidad. en relación con sus primeros filmes: sus máquinas podían com—
Lo que epitomiza el libre movimiento de la ola es el re- poner una sinfonía impresionante de movimiento, pero nadie
chazo de la jerarquía de tiempos y movimientos que dividió ala sabía cómo funcionaban ni qué producían.
humanidad en dos clases, los hombres libres y los hombres me- Este es el punto. Vertov no "representa" el comunismo
cánicos. Este es el rechazo simbolizado por el arte dela luz y el como resultado de una organización yjerarquía de tareas plani-
movimiento que conjuga "intoxicación artística” y "logro indus— ficadas. Crea el comunismo como el ritmo común de todas las
trial”, al epitomizar una redistribución total de lo sensible. Esta actividades. Ahora bien, este ritmo común supone que todas las
redistribución de la jerarquía de los tiempos es lo que hace po- performances comparten la misma característica: el rechazo. Por
sible la reconciliación de la modernidad consigo misma. Y es la supuesto, esta condición se opone a los requerimientos estraté-
tarea que el arte de vanguardia debe cumplir al enmarcar un gicos del Partido Comunista en cuanto ala edificación del comu—
nuevo sensorium igualitario en el que todas las actividades sean nismo. Desde el punto de vista del partido, la identidad
iguales y formen parte del mismo movimiento global. El pro— comunista de medios y fines es un fin a ser alcanzado en el futuro
blema es que esta igualdad tiene una condición. El libre movr- estableciendo en principio sus condiciones de posibilidad. Las
miento es un movimiento que no está subordinado a fin alguno, máquinas en la fábrica, los gestos de los trabajadores y las per—
sino a su propio cumplimiento. En este sentido, cumple con una formances en los teatros no son demostraciones equivalentes al
idea del comunismo expresada en los textos del joven Marx que libre movimiento. Son herramientas que ayudan“a construir, cada
evoqué anteriormente: el comunismo es el estado en el que el una a su modo, las condiciones de posibilidad” de ese futuro. Se
trabajo —que esla expresión dela actividad genérica delos seres ha advertido de inmediato en este sentido el conflicto inmemo—
humanos— ya no está subordinado a la mera necesidad de ga- rial entre libertad artística y coacción politica. Pienso que es más
narse el sustento. En resumen, el comunismo es la forma de vida fructífero pensar en ello como un conflicto entre dos comunis—
en la que los ”hombres mecánicos" se han convertido en hom- mos que son también dos construcciones dela temporalidad del
bres libres porque los medios y fines de sus acciones se han con— comunismo como tal. Desde el punto de vista de la vanguardia
vertido en una única y misma realidad. Es este tipo de de Estado, el comunismo no puede ser anticipado, no puede
comunismo el que atestiguan los movimientos delas bailarinas, existir antes de que se hayan colocado sus cimientos materiales.
la rueca en la fábrica y los gestos de los trabajadores en la línea Desde el punto de vista del comunismo estético, el comunismo
de producción y los empleados en la central telefónica, porque no puede existir si no se ha anticipado la construcción de un

58
59
nuevo sensorium común. Podemos resumirlo como el conflicto invasión de la cultura kitsch, puede caracterizar a esta última
entre el paradigma franco-alemán y el paradigma griego—ameri— como la cultura nacida de una desastrosa consecuencia dela in-
cano de la modernidad, en los que el conflicto opone, a su vez, dustrialización: los hijos y las hijas delos campesinos enviados a
dos concepciones del conflicto de los tiempos que caracteriza a los ciudades industriales descubrieron alli, junto al cronograma
la modernidad. estricto del trabajo fabril, la existencia de un tiempo vacío ese
Sabemos cómo se zanjó la discusión. Los constructores tiempo de ocio que siempre había sido el privilegio de los hom—
del comunismo “real” urgieron a los artistas a desistir de la pre- bres libres. De igual modo, descubrieron una capacidad desco—
tensión de entrelazar las formas sensibles de una nueva comu— nocida, ”una nueva capacidad para el aburrimiento" y por lo
nidad. Solo podía haber una temporalidad: la temporalidad de tanto, "presionaron a la sociedad para que les proveyéra una
los medios y los fines, que era también la temporalidad del tra- clase de cultura adaptada a su consumo", una demanda satisfe—
bajo y el descanso. La que los artistas soviéticos tenían que hacer cha porla cultura kitsch que ahora amenaza al Arte como tal
era servir a la estrategia del partido representando los esfuerzos Un análisis semejante se reduce a una restauración de la
y los problemas de la gente real y entreteniéndolos luego de sus sentencia platónica: los artesanos deben quedarse en su taller y
dolores de parto, lo que implicaba retornar a la vieja lógica del hacer el trabajo para el que la divinidad les dio las aptitudes
régimen representativo. Esta represión del proyecto histórico apropiadas, porque el trabajo no espera. El desastre para la cul—
modernista abrió el camino para la invención de un nuevo "mo- tura, sugiere Greenberg, ocurre cuando los hijos e hijas de los
dernismo" en tiempos de Clement Greenberg. Lo que nos sor— campesmos gozan del ocio del que no pueden gozar. Esta podría-
prende en el análisis canónico de Greenberg es que borra por ser laidea ba5ica delo quela posteridad llamaria, irónicamente
completo esta combinación de comunismos que es también una modernismo y vanguardia. ,
combinación de tiempos. Lo que subsiste en su análisis esla tem-
poralidad única y en una sola dirección dela sociedad capitalista,
que produce tanto la separación dela vanguardia delos pensa-
mientos y símbolos comunes y el desencadenamiento dela cul-
tura kitsch. Desde esta perspectiva, la cultura estalinista del
realismo socialista no está basada en la represión del proyecto
artístico comunista. Es solo la versión rusa de la cultura kitsch.
Esta desestimación del conflicto de modernidades también barre
con la redistribución de tiempos que estaba en el corazón del
proyecto modernista. Una vez que Greenberg ha reducido el con-
flicto de las dos modernidades y los dos comunismos a la mera

60
61
EL MOMENTO
DE LA DANZA
Debo especificar el ángulo desde el que examinará la
cuestión del lugar de la danza en la "teoría" o la relación de la
"teoría" con la danza. Carezco de una competencia específica
en materia de danza. No propondrá una teofía de la danza como
una forma de arte. Tampoco ofrecerá una'ontología del cuerpo
danzante. En su libro Aliteraciones (2005), Jean-Luc Nancy pro-
como
,

puso dicha ontología de la danza la expresión de una se-


paración original. Otro filósofo contemporáneo, Alain Badiou,
propuso una visión de la danza como una metáfora del pensa-
miento, como la expresión de una capacidad original del cuerpo
de mostrar el acontecimiento de pensar antes de que este acon-
tecimiento tenga un nombre. En un sentido fenomenológico,
Nancy nos invita a percibir al mismo tiempo el movimiento ori—
ginal del cuerpo danzante y el movimiento original del pensa-

67
miento. En su modo axiomático, Badiou deletrea, siguiendo a occidental desde el S. XVIII. En lo que concierne ala danza, po-
Mallarmé, los "axiomas" de la danza. En ambos casos, el filósofo demos señalar no solo el momento histórico en el que fue aña—
se sitúa a si mismo, de una manera material o imaginaria, dida a la lista de las artes incluidas en esa esfera sino el
“frente" a un cuerpo danzante y comienza a decirnos qué ”su- momento en el que encarnó un nuevo paradigma artístico, lo
cede” en el momento en el que ese cuerpo empieza a moverse. que significa un nuevo paradigma de la relación del pensa-
Pero para mi, dicho "comienzo" del movimiento de la danza y miento con su exterior y del arte con el no—arte. Hay un ”mo—
del pensamiento sobre este movimiento siempre viene después. mento de la danza". Este término no designa meramente un
El cuerpo danzante ya debe haberse instalado en una cierta espacio de tiempo entre los años '90 del S. XIX y los años '30
forma de visibilidad y debe haberse establecido un cierto hori- del S. XX, cuando sele concedió ala danza la dignidad de la alta
zonte de pensamiento para dicha puesta en escena del origen cultura y el estatus de un nuevo paradigma artístico. Si nos re-
de la danza. Estas afirmaciones filosóficas son posibles porque, ferimos a la etimología de la palabra, un ”momento” no es solo
en un momento histórico determinado, la danza se convirtió en una sección de tiempo sino el movimiento producido por cierto
un paradigma del arte. Ahora bien, esto implica dos relaciones equilibrio, o desequilibrio, de los pesos en las balanzas. Diga-
principales. Convertirse en un paradigma artístico significa, en mos, en mi lenguaje, una cierta redistribución de lo sensible:
primer lugar, convertirse en un paradigma de la relación entre una redistribución de las relaciones entre lo que los cuerpos
lo que es arte y lo que no lo es, por ejemplo, entre una pintura hacen y las maneras en las que este hacer es percibido y se co-
en un museo y una mercancía en el escaparate de una tienda o necta con otros modos de hacer a fin de componer un mundo
entre los movimientos del cuerpo en un escenario y los gestos común. Este momento de redistribución y el lugar de la danza
de un cuerpo en un taller o en la calle. En segundo lugar, esto en el mismo serán el tema de mi ensayo.
significaconvertirse en un paradigma dela relación entre el pen- Para aproximarme al tema, propongo que empecemos
y
samiento algo que no lo es —la luz de una pintura, el desarrollo con una corta secuencia del filme en tomó al cual intenté cons-
de una melodía o el movimiento de un cuerpo en el espacio. truir mi comprensión de la "modernidad", concretamente, El
Para que un ”teórico” se coloque frente a una obra de arte y hombre de la cámara, de Vertov. No es un filme sobre la danza,
proponga una teoría de ese arte, ya debe existir un cierto con— sino un filme cuyo propósito es construirel sensorium común de
junto de relaciones entre el pensamiento, el espacio, la luz, el una nueva vida social. Y esta es precisamente la razón porla que
movimiento, los cuerpos, etc. Esto es lo que denomino una "dis- puede hacernos entender el rol jugado porla danza no simple-
tribución de lo sensible". Lo que llamamos arte son algunos mente como un arte, sino como la ejecución de un movimiento
nudos privilegiados dentro de esta distribución. Estos nudos son capaz de simbolizar el movimiento total del mundo.
configuraciones históricas. El arte como la configuración espe— El punto es quela danza aparece en un momento muy es-
cífica de una esfera de la experiencia ha existido en el mundo pecifico en el filme de Vertov. Sucede al final del filme, en el mo—

68
69
mento en el que este regresa a la sala de cine donde había co— la película: el movimiento extático de una bailarina se mostraba
menzado. Mientras tanto, el filme ha seguido las diversas activi- idéntico al movimiento de la vida, que era también el movi—
dades que constituyen el presente de la vida cotidiana en una miento dela máquina. La danza parece ser el arte que simboliza
ciudad moderna, desde el despertar en la mañana hasta el ocio una cierta idea de modernidad artística en sintonía con una
nocturno, a través delas actividades delos trabajadores fabriles, cierta idea dela nueva vida revolucionaria.
empleados de comercio, conductores de autobús, bomberos, Ahora bien, el problema comienza cuando nos formula—
etc. Y el montaje ha construido el movimiento global resultante mos la siguiente pregunta: ¿Qué idea, exactamente? Esta comu—
de su interconexión. Estamos ahora en el momento en el que la nidad de movimiento que expresa el movimiento de la
síntesis de todas esas actividades es presentada a aquellos que comunidad puede ser vista como el revival de un paradigma de
las ejecutaron durante el día. La conexión de todas las activida- la "política del movimiento" que se retrotrae a las Leyes de Pla—
des se condensa en un número limitado de performances que tón. Es el paradigma de la comunidad coral de la que todos los
no son tanto remembranzas del dia como símbolos de la fusión ciudadanos forman parte con su propio cuerpo en movimiento,
de todas las actividades en el mismo movimiento global. La ma- en oposición al teatro en el que asisten pasivamente a la función
yoría de los símbolos, no obstante, están tomados de las activi- —es decir, a la mentira— dela representación, en la que los acto-
dades que han puntuado el día: por ejemplo, los gestos de los res expresan emociones que no sienten, porque son emociones
empleados en una central telefónica o los movimientos de los falsas prestadas por un poeta a personajes de ficción. La danza,
autobuses que cruzan las calles. Pero este no es el caso de las entonces, es el arte de la comunidad activa, la manifestación di—
tres bailarinas que aparecen en pantalla. Su performance no es recta de una vida que ignora la separación, la pasividad yla men-
la rememoración de una actividad que fue parte del día —ni si- tira del espectáculo. Era todavía el modelo de la chorea en la
quiera de las formas de entretenimiento nocturnas. Su danza no quela comunidad disfrutaba concretamenteºde los lazos de her—
pertenece a la crónica del dia; solo pertenece al filme como tal. mandad que Rousseau oponía a las sombras del teatro en su
De manera significativa, su danza se sobreimprime a otras imá- Carta a d'Alembert sobre los espectáculos publicada en 1758.
genes, para sintetizar y simbolizar el movimiento global que las Este revival del viejo modelo espartano es un eco de la revolu-
actividades antes mencionadas han compuesto durante el día y ción proclamada en esa misma época por un coreógrafo, Nove-
la energía común en acción en la rueca de la fábrica, la sonrisa rre, que denunció, en sus Cartas sobre la danza y el ballet (1760),
del trabajador fabril, los movimientos de los trenes o los auto- la naturaleza mecánica de las convenciones del arte aristocrático
buses, Ia velocidad de la motocicleta del camarógrafo yla velo- de este último. A fin de convertirse en un arte verdadero, la
cidad con la que su mano gira la manivela de la cámara. Es esta danza debía desestimar el virtuosismo delas piernas que dibu-
comunidad de movimiento lo que se sintetizó también en los dos jan elegantes figuras en el suelo y elaborar un lenguaje de mi-
pósters diseñados por los hermanos Sternberg para promocionar mica y gestos, para contar historias y expresar las situaciones y

70 71
sentimientos de personajes similares a los dela vida real, en toria. Pero no contar una historia _no basta. El punto es el si-
todas las condiciones sociales. El arte convencional de la acción guiente: no contar en absoluto, no usar el propio cuerpo para
dramática y el arte "mecánico” del ballet podian desestimarse "contar" algo. Esta danza no expresa la verdad interior de emo-
y reemplazarse por un arte único del cuerpo ejecutante ”hablán- ciones humanas. Tampoco expresa las fuerzas inconscientes que
dole" ala audiencia en el lenguaje universal del movimiento. habitan en los cuerpos. Solo expresa movimiento. Movimiento
Sabemos que esta identificación de lenguaje y movi- como movimiento, quiero decir, una forma de movimiento que
miento a través de la expresión probó ser influyente en la historia no es un medio para alcanzar determinado propósito ni la expre—
integral de la performance en los tiempos modernos y en todos sión de un determinado sentimiento, emoción o fuerza incons—
los intentos de establecer una coincidencia entre un nuevo arte ciente que yace detrás como su causa. Lo que las tres bailarinas
y una nueva forma de vida. Y puede parecer absolutamente re— ejecutan en el filme no es una danza maquinica, como las que
levante interpretar de esta forma el lugar asignado a los emble- estaban tan en boga en ese momento enla Unión Soviética y ha—
mas de la danza en un filme que aspira a ser un filme sin bían sido inmortalizadas en una famosa fotografía de Margaret
palabras, un !'experimento cinematográfico" escrito solo en el Bourke—White. Tampoco es una danza "expresiva", que exprese
lenguaje del movimiento que condense la energía de todos los la nueva vida comunista mediante un ovillo de cuerpos apilados,
movimientos que son parte de la nueva vida comunista. En la como sucede en la danza de Mary Wigman. Lo que las tres bai—
misma época, en Alemania, la palabra más fuertemente asociada larinas ejecutan es el libre movimiento, un movimiento que no
con la propuesta de una reforma de la danza era precisamente está subordinado a nada exterior a si mismo.
la palabra ”expresión" (Ausdruck). Sin embargo, no es en este Esto es lo que da ala danza su lugar estratégico. La danza
sentido que el filme de Vertov conecta la danza con la idea de no es solo un nuevo arte, un arte cuyo movimiento autónomo
un arte que exprese el movimiento de la nueva vida. Tanto el ha sido liberado tanto de los vínculos narrativos de la historia
viejo paradigma platónico como las reformas modernas del tea- como del lenguaje mimático dela pantom'ima. Un arte siempre
tro y el ballet, en tiempos de Diderot y Noverre, rechazaban la extrae su importancia del hecho de ser más que un arte particu—
”mentira” dela mímesis a favor dela verdad del movimiento ex— lar, de ser también un paradigma duna alegoría del arte. La
presivo. Pero en ambos casos, esta verdad del movimiento era danza llega a este lugar en un filme que aspira a ser un experi—
la verdad del movimiento como un lenguaje, un lenguaje directo mento artístico revolucionario porque, durante dos o tres déca-
del cuerpo que proveía las emociones del alma con su vocabu— das, se ha transformado en la alegoría de un arte nuevo, de un
lario adecuado. arte libre. Ahora bien, la cuestión central es entender qué signi-
Por lo tanto, la mímesis teatral fue reemplazada por una fica exactamente esta ”libertad” y cómo se muestra a si misma.
suerte de hiper—mímesis. En cambio, el movimiento de la baila— Al respecto, pienso que vale la pena regresar a dos figuras que
rina de Vertov es íntegramente a-mimético. No cuenta una his- funcionan como telón de fondo dela bailarina de Vertov y en-

72
73
carnan esta ”libertad" dela danza como la libertad de un nuevo vado de su cabeza, expresaba esa meditación solo mediante las
arte y, posiblemente, de una nueva vida social. ondulaciones delos músculos, que fluían uno en el otro tal como
La primera figura es Isadora Duncan y su idea y práctica las olas del mar que continuamente se alzan y retroceden. La ola
del libre movimiento. El libre movimiento no es un movimiento no es solo una metáfora del poder universal de la vida. Es el pa—
en el quela artista se expresa a si misma y combina libremente radigma de una cierta idea del arte como una presencia fuera de
los gestos de su performance. Un movimiento no solo es libre si misma enla precisa equivalencia entre movimiento y quietud,
debido al hecho de que está determinado por una fuerza ex- actividad e inactividad.
terna. Es libre cuando no está determinado por fuerza alguna, El momento de la danza es el momento en el que esta
incluida la fuerza de una decisión deliberada. Es libre cuando es puede emblematizar una idea del arte como la presencia del
su propio poder de generación. El libre movimiento es un movi- pensamiento fuera de si mismo. Es también el momento en el
miento semejante al ritmo preciso dela vida universal que nunca quela identidad entre actividad e inactividad que simboliza esta
ha comenzado y no conoce interrupciones ni finales. Es un mo- presencia revela su importancia política. Lo que está en cuestión
vimiento continuo que engendra otro movimiento sin cesar. En en esta equivalencia esla perturbación de una distribución total
este movimiento continuo no existe la oposición entre movi- delo sensible. El libre movimiento no es simplemente el torrente
miento y reposo. Ya destaqué cómo tampoco existía la oposición universal de la vida. Es movimiento que deroga la exacta dife-
entre apariencia apolínea y fuerzas dionisíacas inferiores. La fre- rencia que separa a dos tipos de seres humanos: por un lado, los
nética bailarina de Vertov, como la propia Duncan, es una suerte ”hombres activos” que podían proyectar frente a si mismos los
de mánade apolínea. La energía de la nueva belleza, la energía fines de sus acciones o actuar por el mero placer de actuar o in—
de la belleza del nuevo mundo, ya está dada en el movimiento cluso gozar dela pura inactividad del ocio; por el otro, los ”hom—
continuo y regular de la ola sobre la playa. La ola encarna la ¡den- bres pasivos” u "hombres mecánicos”, destinados a trabajar,
tidad entre la serena ondulación de la línea y el frenesí de la vida cuyas actividades eran solo medios inmediatos para fines inme—
universal. Esta identidad está en el centro del régimen estético diatos y cuya única forma de inactividad era la pausa, la relaja-
del arte. Recibió su expresión teórica enla definición schilleríana ción necesaria de los cuerpos antes'de una nueva tensión. La
del estado estético como un,estado de equilibrio entre la activi- danza es un arte nuevo en el sentido de que ofrece un paradigma
dad yla inactividad. Pero la conceptualización de Schiller fue po- artístico que la toma equivalente a una redistribución total de
sible porla idea de libre movimiento que ya estaba presente en lo sensible, en la que la jerarquía tradicional de los cuerpos, los
la paradójica descripción de Winckelmann del Torso de Belve- movimientos y las temporalidades ha sido destruida. La ola epi-
dere. Winckelmann describía un Hércules inactivo, privado de tomiza el rechazo de la jerarquía del tiempo y el movimiento que
las extremidades necesarias para la acción, un héroe que medi— dividía a la humanidad en dos clases. Por eso el natural e inme—
taba sobre sus hazañas pasadas pero, como también estaba pri- morial movimiento de la ola podía adaptarse al nuevo mundo

74- 75
de la industria que es el mundo dela electricidad, el mundo de están "solas”. En segundo lugar, esas imágenes de danzas se al—
la energía inmaterial que anima al mundo material. El libre mo— ternan con imágenes de la audiencia. En tercer lugar, ceden su
vimiento simboliza la abolición dela distinción entre los hombres lugar a otros símbolos conla que están conectadas porla misma
libres y los hombres mecánicos porque es un movimiento en el idea de movimiento continuo: aviones en el cielo, empleados en
que los medios y los fines ya no están disociados. Esta indistin- la central telefónica, tipistas en un pool, autobuses en la calle,
ción está en el centro del régimen estético del arte. Encuentra hasta la famosa imagen de la rueca y el rostro sonriente, so-
su formulación más célebre en la tercera definición de lo Bello breimpreso, de una trabajadora textil. En resumen, la idea un
según Kant: “La Belleza es la forma de la finalidad de un objeto, único movimiento común está, al mismo tiempo, producida, du-
en tanto sea percibida en el mismo en forma separada de la re- plicada y rota porla constante relación de una imagen con otra.
presentación de un objeto". Pero la indistinción antes referida La danza, por lo tanto, no ofrece un simple paradigma de unidad.
está también en el corazón de la formulación marxista original Procura un paradigma de relación. Se conecta siempre con algo
dela "revolución humana” que va más allá dela mera revolución mas, remite siempre a otra cosa.
política: la revolución humana suprime la alienación que hace a Para entender esta relación, debemos regresar a otra bai-
los trabajadores usar el trabajo, que esla actividad esencial y ge— larina que precedió a Isadora Duncan en la revolución de este
nérica del ser humano, como un mero medio para la reproduc— arte. Me refiero a Loie Fuller. Vale la pena examinar la manera
ción de su existencia. La danza es el arte "estético" por en la que Mallarmé comentó su movimiento giratorio en su
excelencia. Y porque lo es puede sintetizar también la sinfonía texto acerca de ”Los principios fundamentales del ballet” (1893),
comunista en la que todas las actividades son iguales y forman en el que formula los principios de una ”estética restaurada" tal
parte de un mismo movimiento global. como podía encontrarse en "las sutilezas incluidas en los miste—
Pero el punto no es solo lo que simboliza el nuevo arte de rios de la danza". La performance giratoria de Loi'e Fuller no es
la danza. Es cómo lo simboliza. La performance de las bailarinas la expresión de un tipo de movimiento universal de la vida sino
… :' E " en el filme de Vertov no esla energía vital dela comunidad que una imagen que genera otras imágenes. Ella es, dice Mallarmé,

" …:
. ._—"IFJ;

estalla en escena. Es una imagen del movimiento articulado con una figura que ilustra ”muchas imágenes giratorias que tienden
otras imágenes del movimiento a través del montaje. En primer hacia un desdoblamiento distante", una imagen giratoria que
lugar, las bailarinas bailan en una sobreimpresión; su imagen implica, al mismo tiempo, ”una intoxicación de arte" y un ”logro
aparece sobre un piano. Debajo de ellas, en el teclado, vemos industrial". La ”intoxicación” artística está provista por la mera
las manos de un pianista y, detrás de esas manos, los gestos de "emoción” del vestido desplegado de Loie Fuller. El texto francés
un director cuya imagen también está sobreimpresa. Luego, la dice: ”avec le seul émoi de sa robe". La traducción inglesa dice:
imagen del director se esfuma pero el teclado se multiplica a par— ”with a tiny shiver of her dress”, lo que describe correctamente
tir de su propio reflejo, de tal modo que las bailarinas nunca la performance de Loie Fuller pero pierde el tropo implícito en
el ”émoi” de Mallarmé. ”Emoi” es una palabra ligeramente ar— mismo". La interpretación artificial _de la bailarina desplegando
caica que asumió, en tiempos de Mallarmé, un matiz más senti- y volviendo a plegar su vestido crea un espacio al dibujar la fór-
mental. El uso de esta palabra torna la paradoja aun más mula más abstracta del despliegue de las formas del desdobla-
sorprendente: toda la “emoción" expresada por la danza de Loie miento y el enrollamiento, la aparición yla desaparición, que
Fuller esla emoción de una prenda de vestir, algo que no se su- convierte el fenómeno natural en las formas de un mundo sen—
pone que sienta emoción alguna. La "emoción del movimiento” sible común: la salida y la puesta cotidiana del sol, la apertura
es el único contenido dela penºormance. Como indiqué en el ca- de las flores, el vuelo delos pájaro o la espuma blanca dela ola.
pitqu anterior, esta identidad entre forma y contenido no debe Pero esta "auto-expansión" no es simplemente el ascenso y el
malinterpretarse. Dado que el medio de la danza es el cuerpo descenso de una ola. Es más bien un movimiento de traducción
en movimiento del propio artista y Loie Fuller es al mismo en los dos sentidos dela palabra. El movimiento de la bailarina
tiempo la autora, la coreógrafa y la intérprete, su performance libera fuera de si mismo pero también afuera mismo "saltos de-
solitaria puede evocar el denominado paradigma dela autono- corativos de océanos, atardeceres, perfume y espuma". El movi—
mía artística yla especificidad del medio. Pero este no es el caso. miento solo se da a través de una cadena de metonimias; no la
Lo que hace paradigmática la danza de Loie Fuller no esla inter- ola, sino la espuma; no la puesta de sol, sino los saltos de los
pretación de una artista que usa su cuerpo para producir, con el atardeceres, etc. Y, lo que es más importante, esos "saltos de

' “" ! ” … 1 3 — 7 L ? l , : f º 4 r z T t - n * _ >


artefacto de una tela, el movimiento que desee. Los movimien- océanos, atardeceres, perfume y espuma" no existen en el esce—
tos que produce no son movimientos cualesquiera. Todos ellos nario; solo existen como la traducción quela ensoñación del es-
representan el mismo patrón de movimiento fundamental, un pectador hace del movimiento giratorio de la bailarina. El
movimiento de atrás hacia adelante, una expansión fuera de si movimiento de la vida impersonal solo existe a través de una
misma y un retiro dentro de si misma. En el ballet, este movi- doble traducción: un movimiento dela bailarina que crea un mí—
miento hacia adelante y hacia atrás fue absorbido y pervertido /ieu fuera de si misma y un movimiento del espectador, que tra-
porla coacción dual dela narratividad expresiva y el virtuosismo duce el texto o más bien uno de los posibles textos que el
mecánico que también implicaba la relación jerárquica dela es- movimiento de la bailarina escribe en silencio.
trella con el grupo anónimo. La danza de Loie Fuller lleva el mo- Esta doble traducción complica el paradigma del libre mo-
vimiento de la star 3 su verdad: la expansión a través de la cual vimiento. En ciertosentido, el análisis de la unión entre ”intoxi—
la auto-afirmación del individuo se pierde a si misma en el poder cación artística" y ”logro industrial" provisto por la performance
de lo no-individual. conjunta de la danza de Loie Fuller y de los reflectores dándole
En lugar de explorar las potencialidades de su medium, los colores del fuego o el arcoiris parece ofrecer el mejor modelo
Loie Fuller se mueve para crear un milíeu, el lugar de una relación para la unión entre la danza delas bailarinas yla rueca dela fá-
o una mediación en la que su movimiento "se expande a si brica en el filme de Vertov. Pero, al mismo tiempo, divide la per—

78 79
formance. La interpretación delas bailarinas no esla encarnación la aptitud general del cuerpo para recibir ideas. La danza no es
dela nueva vida. Es solo una manera de “escribirla", una meta- un arte, dice Badiou; es todavía la manifestación no-artística de
fora que traduce la energía delas ruecas en las fábricas o los ges— la disposición del cuerpo para el arte. El primer encuentro es por
tos de los empleados en la central telefónica antes de ser lo tanto el momento en el que el cuerpo es atraído a su destino
traducida, a su vez, por ellos mismos. No es necesario que una aéreo, de acuerdo con la definición platónica del hombre como
"máquina de danza” haga la mímica de los movimientos hacia ”planta del cielo". Sabemos, de todos modos, que el esfuerzo de
adelante y hacia atrás de los pistones. En cambio, es la rueca de los bailarines y coreógrafos modernos ha sido habitualmente el
la fábrica la que se torna idéntica al movimiento giratorio delas opuesto: devolver el cuerpo danzante a la tierra, haciéndolo ma-
bailarinas. Pero esto también significa que la gran sinfonía del nifestar sus raíces terrestres. En tiempos de Vertov, este movi—
movimiento dentro dela cual el arte debería haber desaparecido miento se expresaba mejor en la posición sentada de Wigman,
es todavía un estadio de metáforas enlas que todas las activida- con sus manos presionando sus rodillas para hacerlas golpear
des son imágenes, indefinidamente traducibles unas en otras. más fuertemente sobre el suelo. En épocas de Yvonne Rainer y
Ya he señalado el aspecto político del problema: esta 5…- el Judson Dance Theatre, los bailarines querían quela danza re-
fonia comunista del movimiento se enfrentó a la concepción es- tornara a los actos ytareas ordinarias del cuerpo en movimiento:
tratégica del poder comunista. Quiero concentrarme aquien el caminar, cambiar de dirección, sacudir la cabeza, liberar los bra-
problema de la danza en si misma y su rol como paradigma de zos, apoyarse, enderezarse, manipular objetos, etc. Pero me pa-
un nuevo arte, es decir, un nuevo modo de presencia de pensa- rece que tanto la interpretación filosófica del cuerpo
miento en los cuerpos y una nueva relación entre el arte y el no- sustrayéndose de la tierra y el intento artístico de devolver la
arte. Es desde esta perspectiva que me gustaría extraer de esta danza al suelo y la cotidianeidad convalidan, si bien de modos
puesta en escena cinematográfica de la danza algunas conclu- opuestos, esta visión de la danza como "el Origen del arte”, el
siones relativas a la danza en si misma. El punto es que este momento de una relación solitaria y primitiira entre el cuerpo y
marco cuestiona la forma dominante enla que el paradigma del el suelo. La que sugiere el montaje de Vertov, por el contrario,
nuevo arte dela danza ha sido entendido, es decir, el paradigma es quela danza no está ”sola”. En la seCuencia que he analizado,
de un primer encuentro entre arte y vida. Comencé con dos las tres bailarinas bailan en sobreimpresión, bailan como parte
ejemplos de una interpretación histórica de este primer ”encuen— de un movimiento global, una danza de las máquinas, de la cá-
tro". Con Nancy, la danza es el momento original en el que un mara, dela multitud. Podemos decir: este es el artificio del mon—
cuerpo comienza a sustraerse de la indiscernibilidad primitiva taje. Pero la relación entre la danza y el montaje no es un
materializada por el suelo en el que yace, como el niño en el artefacto arbitrario. El montaje es la práctica dejuntar cosas que
vientre materno; con Badiou, la danza esla primera performance no van juntas o que no parecen irjuntas o que incluso todavía
intelectual del cuerpo, que se sustrae dela tierra para manifestar no se han visto irjuntas. Este el caso dela relación entre los pies
y el vestido desplegado de la artista americana de music-hall y Pero este no es el caso. Una traducción no es una trans—
la ensoñación íntima de un delicado poeta francés. Pero es tam— misión de movimiento. Mallarmé nos recuerda la diferencia.
bién el caso dela relación entre el arte de la danza, el trabajo en Entre la performance del artista y la traducción del espectador
la cadena de producción en las fábricas soviéticas, las actividades hay una distancia. La danza no es el movimiento que produce
diarias de hombres y mujeres ordinarios y el montaje fílmico que otro movimiento. Es una síntesis singular de estados sensibles
los reúne. En el filme de Vertov, esa analogía está enfatizada por que requiere, de parte del espectador, una síntesis adicional. Esta
la analogía entre la rotación de la bailarina, la rueca de la má- relación no tiene un lenguaje propio. Se expresa bajo la forma
quina, el gesto del camarógrafo que gira la manivela dela cámara de un quiasma; hay un movimiento del cuerpo y hay una enso—
y el de la montadora que corta y pega los fragmentos del filme. nac¡on que intenta sortear la distancia inventando un equiva—
La danza simboliza la traducibilidad de todos esos movimientos. lente del movimiento. Tiene que hacerlo porque el movimiento
Es verdad que esta simbolización está reducida a un mínimo: una en sí mismo está dividido. Esto es lo quiere decir la provocativa
equivalencia formal de gestos, una igualdad matemática de can- afirmación mallarmeana de quela bailarina "no baila". En cam—
tidades de movimiento. Sin embargo, esta equivalencia debe ser bio, la bailarina escribe. No obstante, lo que escribe no es una
simbolizada. Una forma de movimiento debe traducir la equiva- composición de los movimientos y las figuras pertenecientes al
lencia de todos los movimientos y crear en consecuencia una dis- vocabulario del ballet. En otras palabras, este lenguaje no es un
tancia en el centro de la sinfonía panteísta del movimiento. "lenguaje de movimiento". Esta destinado a ser un casi-lenguaje
Cuando esta simbolización es propuesta a los espectadores, les que escribe una "metáfora de nuestra forma”. Pero esta metá—
da un sentido dela sinfonía que ellos tejen en su actividad coti- fora, a su vez, no tiene traducción en ningún diccionario de tro-
diana; pero se los da como espectadores. El movimiento giratorio pos. Por el contrario, resuelve la precisa indeterminación de lo
de la danza colectiva debe combinarse con el movimiento hacia que ”dice”. La danza puede ser el arte que, más que ningún otro,
atrás y hacia adelante entre los individuos como agentes de la encarna la paradoja kantiana de la "finalidadsin un fin". Es un
sinfonía y por si mismos, como espectadores en la sala de cine. movimiento desconectado de los fines usuales del movimiento
Por supuesto, la respuesta de estos espectadores ficticios está pero no puede restringirse a sí misma a la mera afirmación de
estrictamente determinada —y, restringida— por el director. Vertov un ejercicio cuyo fin_está en si mismo. Está destinada 0, aunque,
la reduce a una mera fascinación ante los trucos de montaje que de hecho, no tiene destino. Es una traducción que exige otra tra-
reúnen cosas que habitualmente no están juntas. El montaje no ducción. Lo hace incluso si no es un texto, porque es más que
es solo una práctica. También es una creencia, y el corazón de movimiento; es una síntesis de estados sensibles, una forma de
esta creencia es la ilusión pedagógica, la idea de quela conexión síntesis heterogénea que necesita ser completada y puede serlo
de ideas en la mente del estudiante/espectador reproduce la co- solo al ser traducida por un traductor que no tiene diccionario y
nexión propuesta por el maestro/artista. compone a partir de lo que ve —otra clase de síntesis. La danza
es la traducción de un texto que todavía debe ser escrito, en otro ballet? Creo que esto sucedió porque el—problema no son tanto
lenguaje, por quienes lo miran. Aun en términos kantianos, po- las zapatillas sino lo que significan, o lo que traducen. Lo que
demos decir que la danza es un arte de ideas estéticas, esas ideas vuelve a salir a la luz no esla nostalgia del esplendor pasado del
de la imaginación que sortean la distancia entre los fines cons- sino
ballet el modelo de ”traducción", ola relación análoga entre
cientes del arte yla experiencia estética de una finalidad sin pro- dos mov¡mientos. Estoy pensando en una pieza cuyo título tanto
pósito. En opinión de Kant, esas ideas estáticas siguen siendo las como su fecha, son emblemáticos. Esla pieza de Lucinda ¡Childs
del artista, aunque no es consciente de su producción. Con Ma- simplemente denominada Dance y creada a fines de los '70
llarmé, se comparte la producción con el espectador. La bailarina Pienso que, a través de todas las transformaciones de la danza
es la artista que siempre hace más de lo que hace y cuya penºor— moderna” y ”posmoderna”, es posible trazar una línea que una
mance necesita ser completada por "ideas" que no son las suyas danza
la de Loie Fuller, tal como la vio Mallarmé, la danza dun—
sino las del espectador/traductor. caniana ejecutada en Elhombre dela cámara yla coreografía de
Pienso que este doble movimiento de traducción es lo que Lucinda Childs. No pienso simplemente en la apoteosis del mo—
confiere a la danza su función paradigmática. La puesta en es— vimiento presentada por el crescendo de figuras repetitivas que
cena filosófica y politica de la danza como un origen del arte o inscriben en el espacio la música repetitiva de Phil Glass Pienso
como el arte dela nueva comunidad es una variación particular en el "artificio” de la pantalla transparente en la que las
imáge—
de la puesta en escena análoga presente tanto en la reseña del nes de la danza fueron proyectadas, según un montaje imagi—
poeta acerca de un espectáculo en el Folies Bergére como en la nado por Sol LeWitt, de manera que la danza fue ejecutada en
coreografía comunista de la nueva vida. Pero estas formas par- dos espacios al mismo tiempo: en el espacio real del escenario
ticulares de volver a poner en escena deben olvidar la escena y en el espacio imaginario construido por las imágenes ampliadas
"original", que no es precisamente una escena de origen sino una delos bailarines en la pantalla de tul. :

escena de "traducción". Ahora bien, ocurre lo mismo con la re- La danza fue ejecutada como su propia traducción —una
presión del no-origen que con la represión del origen. Sale a la traducción que luce en si misma como una analogía dela ope-
superficie una y otra vez. Este salir a la superficie ha estado en ramon de traducción ejecutada por los espectadores. El encanto
el centro de las reflexiones concernientes al destino de esa sub- Visual de Dance parece estar lejos del "minimalismo" de princi-
versión democrática de la danza proclamada a principios de los pios de los '60. Pero la duplicación del movimiento que pone
'60, cuando se intentó que Terpsicore cambiara las zapatillas de en acción está todavía en'línea con la división de la performance
la vida prosaica por las zapatillas de ballet y los pies descalzos de
la danza expresiva.1 ¿Por qué tantos bailarines que en principio
habian adoptado este programa reintrodujeron formas y secuen- 1. BANES,Sally, Terpsichore in Sneakers. Postmodern Dance, Con-
cias de movimiento tomadas en préstamo del vocabulario del necticut: Wesleyan University Press, 1980.
que caracterizaba una pieza como Street Dance (1964), endla
tarea| formance nos ofrece una sorprendente analogía con esta traduc—

obos
que se asignaba alos bailarines enla calle la prosaica e ción. En un momento de alta intensidad, la cámara abandona las
señalar pequeños detalles delos edificios, los
escaparates dos cajas y se concentra en un rostro: el rostro de un muchacho
letreros alos espectadores, que eran los unicos
que observa an atento, que observa y escucha la performance, lo que equivale a
la escena, con la ayuda de una cinta, a traves de las ventanas decir que la completa. Este breve primer plano puede recordar-

de un Iglffiecho es que el proceso de traducción ya puede ser ob- nos otro filme sobre otra performance: la versión de Ingmar
Bergman de Laf/auta mágica (1975), cuando la cámara nos hace
servado en formas minimalistas de performance. Pienso en este
caso en una de las Five Dance Constructions presentada en N|ew
percibir la música dela Obertura tal como se ”refleja" en el rostro

York en 1961 por Simone Forti, concretamente, Platfor;ns. 22


de una muchacha. Aun más atrás en el pasado, también pode—
mos recordar un texto de Eisenstein en el que este explica que
performances volvieron a ejecutarse varias veces y una faejna
filme. Platforms pre;en
tuvo la idea del ”montaje de atracciones" mientras observaba,
ejecuciones fue registrada en un una durante un ensayo, el rostro de un muchacho en el que se refle-
reny)
performance extremadamente minimalista. Un hom
mujer se meten dentro de cajas de madera, de modo que
ha
ay jaban todos los acontecimientos dela obra. Eisenstein quería ex-
traer de esta experiencia la idea de un arte que deliberadamente
nadie visible en el escenario. Podríamos dear, en terminos m ,
llarmeanos, que nada tiene lugar sino el lugar. PeroMalla|rme producía los efectos reflejados en ese rostro, a fin de "arar" la

añade a ese "nada” un "excepto". En Un golpe de dados, e su— mente del espectador. Pero esto continuó siendo la ilusión dela

plemento excepcional es la Constelación ”en alguna superficie maestría inherente a la filosofía del montaje, la ilusión que con-

Numero. Enda
funde la construcción de una performance con la construcción
vacante y superior", la traducción luminosa del
pieza de Simone Forti, el suplemento es solo Il)ets:
un Sllbld0.
de su efecto. El reflejo en el rostro del espectador solo completa
la performance del artista a través del milieu de la traducción
uno¡a .o
á
sus cajas distantes, el hombre yla mujer se Silban el ro. el que el artista pierde su maestría. en
De esta forma, la historia de amor y la performance artistica se Podríamos decir que estoy comentando un filme acerca
reducen a la mínima manifestación de la vida humana y
zer-
el mo-

alrede gr,
vimiento: la respiración. Pero esta respiracwn conducwa la
formance mientras los espectadores, sentados a su
de la performance en lugar dela performance en si misma. Pero
lo que el filme nos permite percibir es precisamente que este

una"cancwlnde ”en si misma” debe ser cuestionado. Porque la performance de


asocien ese silbido distante, en la lejanía, con
amor y separación; por ejemplo, la "antigua melodia ,
del pastor que Tristán, que yace lejos de Isolda,
lahme ¡Occli
escuc aa
la danza no puede reducirse solo ala performance de un cuerpo
en movimiento. La danza no es el origen del arte. En cambio, es
S un arte de la traducción. Nos lo recuerda una performance re-
mienzo del tercer acto en la ópera de Wagner. Un Silbid0 no e ciente, Around the Tab/e, concebida en 2008 por dos coreógra-
un cuerno inglés, por cierto. Pero el filme que documenta la per— fos franceses, Anne Kerzerho y Loi'c Touzá. Reúnen en un lugar

86
87
una multiplicidad de personas que usan sus cuerpos y desarro—
llan sus habilidades de diversas maneras para realizar sus acti-
vidades diarias. Pero el propósito de esta reunión ya no es
inventar una forma de danza similar alos gestos ordinarios del
cuerpo, como era el caso en los '60. Los que se reúnen en este
lugar no ejecutan ningún gesto. En cambio, se sientan a una
mesa y hablan. Traducen sus gestos en una narración y escuchan
las narraciones quela otra gente alrededor dela mesa hace con
sus propios gestos. Este intercambio de traducciones nos re-
cuerda uno delos principios dela emancipación intelectual for—
mulado hace largo tiempo por Joseph Jacotot: un hombre
emancipado es un hombre capaz de hablar sobre la actividad
que realiza, capaz de concebir su habilidad como una forma de
lenguaje, no un sistema de signos sino una alocución que es una
manera de tejer una forma de comunidad. Una comunidad
emancipada, dice Jacotot, es una comunidad de artistas, una co-
munidad de narradores y traductores. Es quizá en este sentido
inesperado que la danza, como dijo Mallarmé, es un ”arte em-
blemático" o un emblema del arte.
LOS TIEMPOS
DEL CINE
Estas observaciones acerca de los tiempos del cine perte—
necen a una investigación más extensa relativa a las ficciones del
tiempo. Denomino ”ficciones del tiempo" a las formas de estruc-
turación de las relaciones temporales y los inodos de racionali-
dad de la conexión temporal que estructuran nuestros modos
de percibir la política yla Historia, así como la literatura y el arte.
Esta definición implica una redefinición de la noción de ficción.
Estamos acostumbrados a oponer la ficción, entendida como la
invención de seres imaginarios, ala realidad dela acción —y, par-
ticularmente, dela acción política que transforma el mundo. Sin
embargo, sabemos, desde Aristóteles, que la ficción es mucho
más quela invención de seres imaginarios. Es una estructura de
racionalidad. Es un modo de presentación que toma perceptible
e inteligibles cosas, situaciones y acontecimientos. Y es un modo
de conexión que construye formas de coexistencia, sucesión y trucción de una temporalidad presentes en estos filmes, la trans-
causalidad entre acontecimientos y les confiere a estas formas formación de estos modos en la historia del cine y su relación
la modalidad de lo posible, lo real o lo necesario. En este sentido, conla historia global a la que pertenecen y que desean expresar.
la ficción es necesaria cada vez que debe producirse un sentido Me gustaría mostrar cómo, para contar el tiempo al que perte-
de realidad (una idea delo dado y de su racionalidad). Los polí— nece, el cine utiliza su recurso más esencial, es decir, su capaci—
ticos, los periodistas o los cientistas sociales hacen uso de esto dad de situar distintos tiempos en uno solo. Los tres momentos
cada vez que deben decir: está es la situación dada, esta es la cinematográficos que he elegido implementan una multiplicidad
razón porla que es así y este es el futuro que, en consecuencia, de combinaciones entre distintas maneras de construir una tem-
podemos predecir. Por eso puede ser útil cambiar nuestra ma- poralidad: continuidad y fragmentación, conexión y repetición,
nera de pensar las relaciones entre el arte yla política ola ciencia sucesión y coexistencia. Estas combinaciones, a su vez, nos ofre—
social. En lugar de analizar obras, novelas o películas como efec— cen diversas maneras de aprehender el tiempo histórico. Inten-
tos de causas sociales, puede resultar interesante analizar las for— taré mostrar cómo lo hacen a través de una tensión entre tres
mas de la narración cinematográfica como modelos de formas principales de temporalidad: el tiempo de la narración,
presentación de hechos, de estructuración del tiempo y de co— el tiempo de la representación y el tiempo del mito.
nexión racional que pueden ayudarnos a entender modos de Una vez más, partirá de la obra en torno a la cual intenté
presentación de lo dado, de construcciones de tiempo y de ra- construir una comprensión de la modernidad, específicamente,
cionalidad causal presentes en la política o las ciencias sociales. El hombre dela cámara, de Vertov, que continúa siendo el tes—
Es desde esta perspectiva que les hablaré de tres filmes, timonio más sorprendente de un momento de conjunción entre
pertenecientes a tres momentos diferentes de la historia del la experimentación con el nuevo medio cinematográfico y la
cine: el momento experimental de los años '20; el momento clá- gran experimentación social llamada revolúción. Desde el prin-
sico de Hollywood en torno a los años '40; y el momento con— cipio, el filme afirma una homogeneidad'temporal radical. No
temporáneo. Cada uno de estos filmes nos habla de su tiempo, nos cuenta ninguna historia. Es ”un experimento en la comuni-
es decir, del momento histórico en el que fue realizado. En varios cación cinemática de hechos reales". Estos términos deben ser
sentidos, son testimonios de las esperanzas y los conflictos, las tomados al pie de la letra. El cine no es un lenguaje destinado a
desilusiones y los desastres que marcaron la historia del S. XX. proveer información acerca de una realidad existente fuera del
Pero también, y esto es más importante, a fin de hablar de su mismo. Las palabras de este lenguaje son realidades en si mis-
tiempo, estos filmes hacen un cierto uso de las formas cinema- mas: son momentos, movimientos, gestos tomados en préstamo
tográficas dela temporalidad. Por lo tanto, examinar algunos de de la vida cotidiana y el trabajo. Y comunicar no significa infor-
sus momentos significativos me permitirá mostrarlas complejas mar; significa conectar. En cuanto al cine, significa movimiento.
relaciones entre diversas líneas temporales: los modos de cons- La ”comunicación cinemática" consiste por lo tanto en la cons—

96 97
trucción del movimiento global en el interior del cual todos los el filme va del despertar matutino al entretenimiento nocturno,
movimientos están conectados. Significa, si se quiere, la movili— no es en absoluto una crónica que sigue la sucesión delas horas.
zación de todos los movimientos por medio de la máquina del Es la construcción de un tiempo común, lo que significa un
movimiento. El lenguaje cinematográfico construye la realidad tiempo simultáneo que toma sincrónicas todas las actividades
sensible del comunismo, el tejido sensible dela nueva vida, gra- del día. Esta construcción se hace por medio del montaje, que
cias al movimiento que reúne en una única totalidad las activi— corta todas esas actividades en muy breves fragmentos y los
dades de una multiplicidad de movimientos de cuerpos y reúne de tal modo que pueden penetrarse unos a otros y man—
máquinas. Esto también significa que el nuevo lenguaje es más tenerse unidos en un ritmo colectivo muy veloz. Para ver cómo
que un lenguaje de imágenes, y que el montaje no es simple- funciona esto, vale la pena observar un número de secuencias
mente una manera de acercar imágenes distantes, como dice reunidas en la mitad del filme a fin de componer una vasta sin-
Godard en sus Historias del Cine (1988—1998). Es una manera de fonía de gestos manuales: gestos de una manicura en un salón
acercar tiempos, de situar una multiplicidad de temporalidades de belleza, de un barbero en su tienda, de costureras trabajando
en un único flujotemporal. con sus agujas en su hogar o en un taller con máquinas de cos—
Vertov construye este tiempo común dentro de una uni— tura, de cajeros usando ábacos o cajas registradoras, de Iustra—
dad temporal dada por la duración de un día, desde el despertar dores callejeros de zapatos, de policías haciendo señales de
enla mañana a la jornada de trabajo en oficinas, tiendas o fábri- tráfico, de trabajadoras empaquetando cigarrillos en un fábrica
cas, y el entretenimiento nocturno. Destaqué anteriormente la de tabaco, de un grupo de mecanógrafos, etc.
significación de esta unidad temporal común a filmes "documen- Lo que nos sorprende en esta sinfonía del movimiento es
tales" como Berlín: Sinfonía de una Gran Ciudad (1927), de Wal- la extrema fragmentación: aproximadamente ciento veinte
ter Ruttman, y obras literarias como el Ulises (1922) de James tomas en menos de cuatro minutos. Más adelante, el movi-
Joyce y La señora Dal/away (1925) de Virginia Woolf. El "experi- miento alcanzará una velocidad de treinta y cinco tomas en
mento” cinematográfico de Vertov sigue la lógica de la "ficción veinticinco segundos, sin contar las dobles exposiciones. Ahora
moderna” que ha abolido la antigua jerarquía aristotélica de las bien, se imponen dos observacione's acerca de la función y el
temporalidades e inventado un tiempo de coexistencia igualita- significado de la fragmentación. Una interpretación extendida,
rio hecho de una multiplicidad de eventos sensoriales, todos inspirada en parte en Lukács y en parte en Benjamin, consideró
igualmente significativos o insignificantes, que conectan la vida la fragmentación como la evidencia de una ”pérdida de expe-
de cualquier individuo con la gran vida anónima que no conoce riencia", una ineptitud para coordinar sus elementos, caracte—
jerarquía alguna. Es el tiempo democrático de la nueva ficción rística dela modernidad. En este caso, sin embargo, parece que
que Vertov equipara con la construcción del tiempo comunista, la fragmentación no es en absoluto una experiencia de pérdida
dentro.del que todas las actividades están entrelazadas. Aunque y desorientación. Muy por el contrario, cuanto más fragmenta—

98
99
dos están los elementos, más pueden conectarse con un todo, habitante de un tiempo ¡do que interviene en el tiempo de los
bajo la forma de una conexión racional mucho más rigurosa que vivos. En los filmes de Vertov sucede exactamente lo contrario:
la vieja conexión narrativa de causas y efectos. La percepcwn las sobreimpresiones hacen que el pasado y sus sombras se des—
de ese rigor, no obstante, puede conducir a una malinterpreta- vanezcan en la luz idéntica de un presente absoluto. Demues-
ción simétrica, que asimila esta conexión integral de los gestos tran que solo hay un tiempo, al reducir todo los gestos de los
fragmentados con un lógica taylorista. Mostré previamente que cuerpos a unidades equivalentes de movimiento. Todas las di-
la fragmentación puesta en marcha por Vertov hace exacta- mensiones del tiempo pueden reducirse al Movimiento y todos
mente lo contrario. En lugar de fracturar una tarea en un con- los movimientos son equivalentes y homogéneos.
junto de operaciones complementarias, borra todas las Así es como el filme consuma la tarea requerida por su
diferencias en el interior de una tarea y entre las diferentes ta— tiempo y entreteje la temporalidad común de la nueva vida.
reas entre si. Hace de ellas unidades idénticas de movimiento ºpone a la temporalidad de la ficción representativa, basada en
que se fusionan en un único contínuum sensible. A tal fin, Vertov la lógica causa/efecto, una temporalidad específica, característica
cancela la especificidad delos movimientos y los gestos. Los se- dela modernidad estética: la temporalidad dela representación.
para dela temporalidad determinada por sus propios fines y de Pienso que este es un aspecto que Godard pasa por alto cuando
la jerarquía delas formas de vida alas que pertenecen. Por eso opone el poder de la imagen, abierto a una multiplicidad de com-
las operaciones de una manicura que hace las uñas de una binaciones, a la limitación dela trama, impuesta porla industria
mujer pudiente en un salón de belleza, de los trabajadores de de Hollywood. La imagen cinematográfica se abre al juego delas
una línea de ensamblaje en una fábrica de tabaco, de un Iustra- metamorfosis como una fracción de tiempo. Cuando Godard
dor callejero de zapatos o delos empleados de una central te- opone la imagen ala trama, olvida que la forma temporal que la
lefónica se tornan equivalentes, aunque algunas de ellas modernidad estética predica contra la vieja"lógica de la historia
pertenezcan ala vieja burguesía y otras, al nuevo mundo indus- es la forma de la representación, la forma del movimiento que
trial y socialista. Todas son operaciones hechas por manos en el despliega y experimenta una serie de metamorfosis antes de vol-
mismo presente, y basta fragmentarlas y acelerarlas para que ver a plegarse sobre sí misma. En este sentido, la construcción
se vuelvan equivalentes y constituyan un contínuum homogé— del día cinemático esla construcción de una representación. Por
neo. Vale la pena destacar, al respecto, el uso de otro recurso eso Vertov incluyó conspicuamente en su día una representación
cinematográfico: la doble exposición. En el cine expresionista específica tomada en préstamo de un filme anterior: los trucos
de los años '20, las dobles exposiciones se utilizaron general- de un ilusionista que produce una serie de metamorfosis para
mente para montar el asombroso encuentro entre dos mundos, delicia delos niños. Por eso, también, el tiempo del día está en-
el mundo delos vivos y el mundo de los muertos. Le daban car— cerrado en otro tiempo: el tiempo de la pelicula. El filme co-
nadura a un personaje específico, el fantasma o el vampiro, el mienza en una sala de cine donde, al final, se muestra la sinfonía

100
101
del día a los espectadores que son realmente sus actores, es tradicionales de labranza como en el delirio de ceremonias reli—
decir, los personajes anónimos capturados por la cámara en sus giosas. Lo nuevo no consiste en el automatismo perfecto delas
actividades cotidianas. Esta función nocturna está destinada, de máquinas. Muy por el contrario: el tractor largamente esperado
hecho, a reducir la multiplicidad de momentos a unos pocos sím— se rompe en el preciso momento de su primer trabajo; y para
bolos del movimiento colectivo: los gestos de los empleados de ayudar a repararlo, Marfa, la orgullosa koljosiana, debe sacrificar
la central telefónica que crean nuevas conexiones sin cesar, la su vestido y su modestia. Las máquinas son objetos de amor y
sonrisa de la trabajadora sobreimpresa al movimiento de la sacrificio. Asi es como la desnatadora se convierte en un objeto
rueca, los gestos de un director musical, trompetas cuyas imá- de adoración eucarística. Las representaciones del nuevo tiempo
genes se fusionan en un unísono visual, bailarinas cuya danza no son trucos de ilusionista; son grandes ceremonias orgiásticas,
expresa el dinamismo de la sinfonía colectiva e incluso una ca— ilustradas en el filme de Eisenstein por el toro en celo o el des—
mara que sale de su caja.y ceremoniosamente se inclina ante la borde de chorros de leche. Para Eisenstein, el lenguaje del filme
audiencia antes de volver a la misma. A fin de oponerse al no es el lenguaje de la representación que se despliega y se
tiempo de las viejas historias sentimentales, la gran y unánime pliega otra vez. Es un lenguaje primitivo a través del cual el nuevo
sinfonía de la vida comunista debe equipararse al tiempo de la tiempo histórico se comunica con el tiempo inmemorial del mito.
pura representación que se despliega antes de volver a plegarse En contraste absoluto con Vertov, Eisenstein hace del trabajo del
sobre si mismo. montaje una desincronización delos tiempos.
Esta manera de equiparar la nueva vida comunista a la La desincronización trabaja de una manera distinta en el
alegre sinfonía de los movimientos iguales originó muchas críti- cine de Hollywood, esa ”fábrica de sueños” que Godard con—
cas. Me concentrará solo en una de ellas. Más precisamente, me trasta con la fábrica de sueños soviética. Me gustaría mostrar
concentrará en un filme rodado un año después de El hombre esto a través de un filme que sigue en apariencia una lógica na-
dela cámara, que puede considerarse su refutación práctica. Se rrativa tradicional, con un guion tomado de una novela exitosa,
trata de La línea general (1929), de Eisenstein, cuyo título origi- que trata un gran tema contemporáneo y se estructura en torno
nal, Lo viejo y lo nuevo, oponía claramente dos tiempos y dos a un personaje principal interpretado por una estrella. El filme
formas de vida. Eisenstein muestra a su colega Vertov que no es The Grapes of Wrath (Las uvas de la ira), rodado por]ohn Ford
hay alegre sinfonía que conduzca en un tiempo común la cosmé- en 1940 y basado en la novela de John Steinbeck, en la que se
tica de uñas en un salón de belleza y el trabajo en un línea de relata el éxodo de los granjeros de Oklahoma forzados a aban—
ensamblaje. Está el ritmo del viejo mundo y el ritmo del nuevo. donar su tierra tanto por el Dust Bowl como por el progreso de
Pero eso no es todo. Lo que diferencia el ritmo del nuevo mundo la mecanización, antes de encontrarse en California con la brutal
no es el hecho de ser sincrónico e ir más rápido. Es el hecho de explotación de los peones agrícolas por los trusts capitalistas de
ser más frenético. El viejo mundo no consiste tanto en métodos la industria frutícola. Me gustaría mostrar quela linea aparente-

102 103
mente recta de la narración es quebrada desde el inicio por otra vela ofrece un relato sintético de Ia,__forma en la que sucedieron
temporalidad cuya construcción cinematográfica puede verse en los desalojos. Aquí, la historia está vista desde la perspectiva de
un extracto que tiene lugar en la casa desierta en la que Tom un personaje, Muley. Pero este personaje parece emerger dela
load, recién salido dela cárcel y acompañado por Casy, el predi— nada en la casa vacía, donde la luz de una vela ilumina tenue—
cador apartado de su cargo, busca a su familia en vano. No la en— mente los rostros perdidos en la oscuridad. Solo un pequeño
cuentra. En cambio, encuentra a otro campesino, Muley, que vive ruido orienta a Tom y su vela hacia el rostro alucinado de Muley,
en la casa como un fantasma y le cuenta cómo su propia granja un rostro que parece asediado por el acontecimiento que ha vi-
fue destruida por tractores. vido. Muley lo evoca en primer lugar en un intenso monólogo,
La secuencia entera parece estar estructurada en torno a con un tono casi shakesperiano. Luego se produce una disolución
dos imágenes shockeantes: la llegada de los tractores que pare— que parece seguirla dirección de su mirada y conecta ese diálogo
cen monstruos mitológicos y, luego, la aparición del tractorista de sombras conla narración del desalojo de una forma muy par—
con su casco y sus guantes de cuero, a quien la toma en contra- ticular. Es como si estuviéramos viendo no lo que sucedió sino
picado también convierte en un monstruo mitológico. San imá- quelo que se imprimió enla retina de Muley y ahora obsesiona
genes cuyas versiones originales reconocemos de inmediato. San su rostro íntegro. De esta manera, el desalojo, que es el punto
réplicas exactas del ejército de tractores y el héroe delos nuevos de partida de la historia, solo existe en la mirada obsesionada y
tiempos celebrados porla cámara de Eisenstein. En La línea ge- la alucinada voz de este personaje fantasmal, cuya interpretación
neral, el tractor es el instrumento que permite que la labranza de ocho minutos determina la dinámica de todo el filme antes
colectiva le gane a los kulaks contrarrevolucionarios. Aquí, el de desaparecer para siempre.
tractorista encarna todavía la imagen de la nueva era. Pero la Asi, todo sucede como si, con esta interpretación episó—
imagen ha cambiado de bando, tal como efectivamente sucedió. dica, se hubiera roto la relación entre la historia y la Historia. El
El glorioso tractorista se ha convertido en un instrumento del desalojo es el acontecimiento que enviará a la familia load y al
anónimo poder delos bancos, que llega tan lejos como para des- ex predicador hacia California. Este acontecimiento, sin embargo,
truir la casa delos campesinos para obligarlos a marcharse. Ha- solo habrá existido visualmente como la pesadilla o el trauma de
bría muchas cosas para decir. acerca de esta inversión de la un individuo que no se marchará: un individuo quela Historia ha
imagen dela Modernidad. Pero elijo concentrarme en el tipo de golpeado y separado, por esa misma razón, delas combinaciones
temporalidad en la que dicha inversión ocurre, y en la relación narrativas que conducen a una acción hacia sus fines y a una his-
que esta temporalidad establece entre dos cosas: la historia que toria hacia su conclusión. Esos ocho minutos que marcan el paso
cuenta la película y el proceso histórico de la que es testigo. dela Historia se levantan como un fragmento aislado dela trama
El punto es que, en este preciso momento, el filme pone librado a la interpretación de un actor secundario que, durante
en marcha una sorprendente operación de condensación. La no- esos pocos minutos, habrá hecho su propio filme. De hecho, este

104 105
actor secundario no es nadie en absoluto. Es un símbolo de un rece y en el que desaparece Muley no esla temporalidad pasiva
momento de la Historia americana yla leyenda americana. John de la ignorancia y el consentimiento, opuesto al tiempo de la
Qualen es un actor de ascendencia noruega, que interpretó du— conciencia yla acción. Es el tiempo de una inscripción de lo irre—
rante treinta años el rol de granjero inmigrante que ha encon- parable. Este tiempo rechaza, en apariencia, cualquier historia
trado su lugar en el nuevo mundo americano. Siete años antes, de salvación colectiva. Pero también es eso lo que imprime en
había actuado en Our Dai/y Bread (El pan nuestro de cada día, estas historias las marcas de lo irreconciliable. El recto camino
1934), el filme de King Vidor rodado al inicio dela era Roosevelt de la historia está imbuido, entonces, de otro tiempo. Por otro
que mostraba a los trabajadores desempleados abandonando la lado, el filme cuenta la historia del granjero que, gracias a su
ciudad y encontrando una nueva vida en una fraternal comuni- éxodo, descubre la realidad dela guerra de clases yla conciencia
dad campesina. El momento culminante del filme, el esfuerzo de de la clase trabajadora militante. Pero este camino de la oscu-
la comunidad entera para cavar un canal que permitiera irrigar ridad hacia la luz está imbuido de una historia de sombras, que
la tierra, parecía una réplica americana de las tramas soviéticas avanza de noche a noche, de claroscuro a claroscuro, de una
acerca delas comunidades pioneras. Siete años después, en Las alucinación a otra. Es durante la noche cuando Tom, cerca del
uvas de la ira, asistimos alfin del sueño fraternal encarnado por final del filme, encuentra otra vez, en una carpa iluminada por
el mismo actor. velas, a Casy, el predicador apartado de su cargo, convertido en
De esta forma, la interpretación singular del hombre po— un líder sindical a punto de ser asesinado por los secuaces del
seído conecta las heridas infligidas porla Historia con un tiempo trust. Y es también durante la noche cuando se despide de su
fuera de la pantalla, el tiempo fuera del tiempo histórico, el madre. Desaparece en la oscuridad mientras le promete estar
tiempo del mito. La visión alucinada de Muley derrota a la épica presente en el futuro cada vez que los hombres y las mujeres
soviética del tractorista. Su desaparición parece un eco de las peleen por su dignidad. De esta forma, el'militante del futuro
tramas brechtianas que oponen aquellos que hacen la historia se transforma, a su vez, en una presencia"invisible, una sombra
a aquellos que la padecen pasivamente. El filme de Ford es el hundida en la misma noche dela que había emergido Muley
exacto contemporáneo de la Madre Coraje de Brecht, la historia antes de esfumarse. '

de una mujer que se rehúsa a ver que está sirviendo ala guerra Esta travesía dela noche hacia la noche y delas sombras
librada contra los seres humanos porla lógica del provecho. En hacia las sombras no borra la violencia del testimonio acerca de
los años '50, Roland Barthes resumió el efecto dialéctico de la la brutalidad dela explotación de clase. Muy por el contrario, el
obra con una afirmación sorprendente: "es porque vemos a testimonio se torna más radical a través de la dimensión mítica
Madre Coraje ciega que vemos lo que ella no ve". Sin embargo, que los tres cuerpos alucinados de Tom, Casy y Muley ofrecen al
la división de tiempos en el filme de Ford nos ofrece una dialéc- éxodo de los granjeros privados de sus tierras. Este entrelaza—
tica diferente. El tiempo fuera dela pantalla desde el que apa- miento de tiempos no puede concebirse dentro del marco con—

106 107
ceptual trazado por Godard, es decir, la oposición entre la ¡ma— una grilla más contemporánea, esta,__modernidad clásica ha sido
gen, abierta en todas direcciones, y la trama que anula su po— opuesta a menudo a un momento posmoderno en el quela po-
tencial de metamorfosis. En cambio, la trama cinematográfica sibilidad de construir una trama sobre el estado delas relaciones
está hecha de la tensión entre diferentes regímenes de "imagi— sociales se perdió en los grandes desastres del S. XX y el colapso
cidad" cuyos encuentros y shocks crean diferentes temporalida— de los grandes relatos sobre la Historia y la sociedad. Pienso, sin
des en el mismo cohtinuum temporal. El filme describe la lucha embargo, que el denominado relato posmoderno no da cuenta
de clases de dos maneras. Al principio, de acuerdo al modelo delos entrelazamientos y complejidades de los filmes que inten-
aristotélico del pasaje de la ignorancia al conocimiento y de la tan dar cuenta de nuestro presente. En mi libro sobre Béla Tarr*,
felicidad al infortunio, pero también como la repetición de una traté de mostrar el modo complejo en el que sus filmes entre-
serie alucinada de destellos en la oscuridad. La lucha de clases cruzan el tiempo del final del comunismo con el tiempo de su
se describe a través dela disyunción de dos temporalidades que inicio, utilizando una forma narrativa que hace emerger la posi-
comparten la misma duración. Y es precisamente a través de esta bilidad de lo nuevo del tiempo mismo de la repetición. Quiero
disyunción como se testimonia el shock dela Historia. concentrarme ahora en otra combinación de temporalidades en
Esta disyunción, no obstante, tiene lugar dentro de un una secuencia de un filme que trata, de una nueva forma, el viejo
marco clásico. La "clásico" en ese marco es el equilibrio entre problema aristotélico delas relaciones entre el tiempo de la fic-
una historia lineal y los huecos, estasis y vértigos quela animan. ción y el tiempo de la crónica.
Según la tradición hegeliana, el momento clásico en el arte es el Este filme, Juventude em Marcha (Colossal Youth en in—
momento en el que existe una concordancia entre su forma y su glés, [Juventud en marcha, en español], 2006), pertenece a la
contenido. El momento clásico en el cine puede ser definido serie de cuatro filmes que el cineasta portugués dedicó a la vida
como el momento en el que el arte de las imágenes en movi— de un puñado de inmigrantes caboverdianos y unos pocos out—
miento es capaz de incluir dentro dela continuidad de su movi- siders en los suburbios de Lisboa. Estos filmes pueden parecer
miento los huecos temporales que la contradicen. Puede el punto final de una trayectoria en la que el punto de partida
pensarse este equilibrio como la expresión de un momento his— fue la sinfonía del movimiento de Vertov y el punto intermedio,
tórico en el que las fuerzas en conflicto están en si mismas en la representación de la lucha de clases al modo de Ford. Nos
una situación de equilibrio que las hace fácilmente visibles e in— muestran trabajadores sin trabajo, sin clase trabajadora ni lucha
terpretables. Esto es lo que diferencia la edad clásica del cine de
su edad simbólica, en la que el cine pretendió construir por sus
propios medios el tejido sensible de un nuevo mundo. Según la * [N. de T.]: Béla Tarr, le temps d'aprés, París: Capricci, 2011
lógica hegeliana, el momento clásico es seguido por el momento [trad. cast.: Béla Tarr, el tiempo del después, Santander: Shan-
romántico, en el que forma y contenido vuelven a separarse. En grila, 2013].

108 109
de clases, y, finalmente, sin la esperanza de un futuro. Parecería personajes. Este tiempo extra no nos dice más sobre sus condi—
entonces quela única temporalidad adecuada para estos traba— ciones de vida y las razones por las que las padecen. En cambio,
jadores sin una clase trabajadora fuera la temporalidad ahistórica confiere a sus cuerpos un poder de perturbación que nos hace
de la crónica —la que Aristóteles opuso a la temporalidad de la perder el sentido de las conexiones normales entre una situa-
ficción trágica y Althusser, a la racionalidad dialéctica del teatro ción, sus causas, la manera en la que es vivida y las consecuen-
brechtiano en su artículo sobre el Piccolo Teatro. A primera vista, cias que pueden extraerse de todo ello. Esta perturbación
este tiempo de la crónica parece adaptarse perfectamente a la desemboca sobre todo en la dificultad de ordenar las escenas
investigación desarrollada por Pedro Costa durante varios años, en un contínuum temporal. Una escena mostrada en la indiscer—
primero en las barrios miserables y luego en los cubos blancos nibilidad del presente parece comprensible solo como una remi—
de las casas en las que se realoja a los antiguos habitantes de niscencia del pasado. En otro episodio, vemos a Ventura
esos barrios tras su destrucción. Y esta inmersión en el tiempo y prepararse para ir a trabajar con un colega antes de verlo solo
el espacio delo cotidiano parece estar adecuadamente simboli- entre dos retratos en el Museo Gulbenkian. Me gustaría concen-
zada en el titulo de su segundo filme, En el cuarto de Vanda (No trarme ahora en la más extraña de estas rupturas temporales,
quarto da Vanda, 2000), el resultado de dos años transcurridos situada cerca del final del filme. Ventura visita a su amigo Lento,
en ese cuarto en el que Vanda, su hermana y los amigos de esta que le cuenta cómo perdió a su mujer y sus hijos en el incendio
última discuten sus vidas sin cesar mientras preparan droga. De que el mismo provocó, desesperado ante sus miserables condi-
la misma manera, Juventud en marcha parece seguir el tiempo ciones de vida.
lento de sus personajes y especialmente el de su personaje prin- Lo primero digno de destacar en este pasaje es la súbita
cipal, Ventura, el albañil caboverdiano: pequeñas escenas de la ruptura que separa dos espacios y dos tiempos. Inmediatamente
vida cotidiana, asuntos y accidentes de trabajo, encuentros con antes, Ventura estaba en la calle, la monótona calle de un barrio
un empleado municipal para obtener un apartamento municipal miserable donde acababa de visitar a una de sus hijos imagina-
donde alojar una familia imaginaria, varias visitas y conversacio- rios. Lo vemos en la entrada de su nuevo y ya deteriorado edifi-
nes. Esas escenas de la vida cotidiana pueden parecer pura ma- cio. Luego, hay una súbita explosión en la pantalla: el color
teria documental. Pero esta no ,es precisamente la manera en la marrón dela puerta quemada, con sus llagas, ocupa toda su su-
que normalmente funciona un filme documental. La lógica ordi- perficie y nos hace entrar en otro tiempo y espacio (algo así
naria del documental exige ir rápido, elegir los signos que nos como el cruce del puente en Nosferatu). Aparentemente, no hay
permitirán caracterizar una situación social y conectar lo que ningún fantasma detrás de la puerta. Solo Lento, el amigo de
vemos a una vision e interpretación general de las relaciones so- Ventura. Lo hemos visto durante el filme. De manera constante,
ciales y su evolución histórica. Pero esto no es lo que hace Pedro el cineasta ha opuesto su figura robusta y un tanto obtusa a la
Costa. Por el contrario, Costa pasa demasiado tiempo con sus figura felina, salvaje y elegante de Ventura. Frente a Ventura,

110 111
Lento encarna al obrero inmigrante rudo e ¡letrado a quien Ven- inmigrantes caboverdianos durante el rodaje del filme, y el acon-
tura intenta en vano enseñar el texto de una carta de amor diri- tecimiento fue incluido en la interpretación que Ventura y Lento
gida a su amada en Cabo Verde. Pero ahora Lento abandona su presentan no como actores sino como cuerpos en los quela His—
apariencia rústica. Se convierte en un visionario que emerge de toria imprimió sus marcas y cicatrices y que, por tal razón, pue-
la noche, como Muley en Las uvas de la ira. Toma la mano de den simbolizar un destino común.
Ventura. Ambos están de pie frente a nosotros como actores en Lo mismo puede decirse de los trabajadores ”reales" de
el escenario de un teatro, y su diálogo adopta el trono de una Pedro Costa como del granjero ficticio de John Ford. Sus inter—
salmodia trágica con sus voces alternadas. Más tarde, Lento re- pretaciones testimonian la violencia de la Historia en la medida
citará con orgullo la carta de amor que siempre había sido inca- en la que está localizada en un tiempo fuera de la pantalla. El
paz de aprender. Mientras tanto, adopta el mismo tono Lento que vemos aquí es una suerte de muerto viviente, un ha-
ceremonioso para contarnos el incendio y la forma desesperada bitante del Infierno que regresa a nuestro mundo para ser testigo
en la que se arrojó porla ventana con su mujer y sus hijos, para de los infiernos existentes en el mismo. Su cuerpo opaco se ha
escapar de él. convertido en una superficie de inscripción en la que la vida de
Es una ruptura radical con la temporalidad dela crónica. todos aquellos que comparten su condición puede percibirse tal
Pero también es una ruptura con cualquier lógica de continuidad cual es, es decir, una vida de muertos vivientes. Es como un ha-
narrativa. Porque el Lento que habíamos visto hasta entonces no bitante del Infierno, que habla desde un lugar situado más allá
tenía hijos, y su esposa todavía estaba en África. Más aún, el dela vida, que Lento puede juzgar la carrera de Ventura, que ha
filme ya nos lo había mostrado muerto luego de caer de un poste conseguido un documento de identidad, una tarjeta de seguri-
mientras intentaba conectar su miserable casa a la red eléctrica. dad social y un apartamento municipal, pero termina su vida
Dado que somos incapaces de conectar este episodio con el con- solo, con todas las heridas infligidas porla explotación capitalista.
tínuum del filme, percibimos con claridad lo que había perma- Así es como el tiempo de la interpretación se conecta con el
necido ambiguo debido a la forma fragmentaria y el ritmo lento tiempo del mito para relatar el paso dela Historia sobre los cuer-
del filme: los episodios que vemos no son momentos de la vida pos. Este entrelazamiento de temporalidades rompe entonces
cotidiana de Lento registrados porla cámara. Son ficciones. Pero el marco consensual en el que nuestras sociedades perciben a
son ficciones de un tipo muy específico. No son historias de per— Ventura, Lento y sus semejantes. Perturba de una doble manera
sonajes imaginarios interpretados por actores; son pequeñas es- el lugar que el régimen dominante de lo visible asigna al traba-
cenas que condensan los acontecimientos de sus vidas y de la jador migrante. Por un lado, los pobres inmigrantes son más que
vida de aquellos que comparten el destino delos obreros inmi- pobres inmigrantes: son artistas, capaces de transformar sus his—
grantes en las metrópolis de la Europa capitalista. La historia con— torias en un número de escenas e interpretar a los actores delas
tada por Lento no es su historia. Pero le ocurrió a una familia de mismas. Por el otro, son menos que inmigrantes: son muertos

112
113
vivientes, habitantes del Infierno. Ahora bien, esta identidad de Vertov puso en escena el final de la lucha de clases en la
los muertos vivientes es también una doble identidad. Por una gran sinfonía del movimiento. Ford puso en escena su persisten-
parte, Lento y Ventura son seres mutantes, similares a los zom— cia, a costa de dotar a una trama de lucha y conciencia de una
bis, los hombres-leopardo o las mujeres-pantera representados interpretación singular que conectaba el tiempo de la Historia
por un cineasta contemporáneo de John Ford que es uno delos con el tiempo fuera dela pantalla del mito. En el caso de Pedro
maestros más admirados por Pedro Costa, especificamente, Jac- Costa, el entrelazamiento del tiempo de la interpretación y el
ques Tourneur. Por la otra, Lento y Ventura son jueces venidos tiempo del mito ha absorbido por completo la narración y se
del Infierno para juzgar a los vivos. afirma a si mismo como la única expresión posible de la violencia
De esta forma, la crónica familiar de la vida de los inmi- dela explotación yla violencia de su rechazo. Esta forma de tem-
grantes en los suburbios de Lisboa, como la gran épica de los poralidad cinematográfica puede entonces abrirse a una interro-
campesinos expulsados de su tierra y de sus hogares, se abre a gación radical acerca de la temporalidad, hoy en día, de la
una disyunción radical de temporalidades. La fábula cinemato— política en si misma.
gráfica clásica fue capaz de incluir temporalidades discordantes.
La marca de lo irreparable solo determinó una escisión casi im-
perceptible en el despliegue de la trama. Pero la narración del
deambular delos trabajadores migrantes contemporáneos ya no
permite esta absorción. El tiempo fuera dela pantalla, el tiempo
de lo irreparable y del mito, está situado ahora en el corazón de
la crónica. La marca de la Historia sobre los cuerpos impide al
filme desplegarse como una conexión de acontecimientos que
trazan un arco desde un principio hasta un final. Del mismo
modo, esa marca nos impide "leer" las leyes de la sociedad y la
Historia en el desarrollo de la narrativa. La estructura temporal
con la que el filme da cuenta de las transformaciones de su
tiempo se sitúa en el intervalo que separa a un tiempo dela His-
toria —es decir, un tiempo de explotación— escrito como heridas
y cicatrices sobre los cuerpos y un tiempo de la interpretación,
en el que los mismos cuerpos vuelven a interpretar las heridas
que han sufrido.

114 115
ORIGEN DE LOS TEXTOS

Tiempo, Narración, Política fue en principio una conferen- El proyecto de esta serie dedicada a la politica del tiempo
cia dictada por invitación del Instituto de Ciencias Sociales de fue concebido para responder la invitación a dictar una serie de
Skopje en mayo de 2014. Su texto fue reescrito para su presen- conferencias en distintos países de la ex—Yugoslavia cursada por
tación en el Cal Arts Institute de Los Angeles en enero de 2015. Edicija Jugoslavija. Gracias a Ivana Momáilovió (Edicija Jugosla—
vija) por organizar estos ciclos y a Leonardo Kovaéevié, Petar
La modernidad revisitada fue en principio una conferencia Milat (MaMa, Zagreb) y Zdravko Vulin y Aleksandar Oparnica
dictada por invitación del Centro Cultural de Estudiantes (SKCNS) (SNKCS, Novi Sad) por su participación en el proyecto. Gracias a
de Novi Sad en mayo de 2014. todas las personas e instituciones que me dieron la bienvenida
y discutieron mis tesis.
El momento de la danza fue un texto presentado en la
conferencia "Dance in/and Theory" organizada porla Brown Uni—
versity (Providence) en abril de 2014.

Los tiempos del cine fue una conferencia dictada por invi—
tación del Multimedijalni institut (MaMa) en Zagreb y el Depar-
tamento de Filosofía de la Universidad de Sarajevo en octubre
de 2015. Su primera versión había sido presentada en el contexto
del festival“Cinema Ritrovato”, en Bologna, en julio de 2015.

S-ar putea să vă placă și