Sunteți pe pagina 1din 17

Capítulo 4 .

- Ecología de
comunidades
4.1 Limitaciones del enfoque
poblacional: el estudio de las
comunidades

El estudio de las poblaciones presenta varias limitaciones. A veces, es difícil


determinar dónde termina una población y dónde empieza otra porque muchos
organismos tienen una distribución espacial continua que puede abarcar
decenas de kilómetros.

Por otro lado, algunos organismos son, en realidad, algo más que simples
unidades individuales. Así sucede con los insectos sociales o con algunas
especies de álamos "clónicos" en las que varios troncos "individuales" pueden
pertenecer a un único individuo genético.

En la naturaleza, las poblaciones no existen de una manera aislada sino que


están rodeadas por poblaciones de otras especies. El enfoque poblacional
presupone que es posible separar una población determinada del resto de las
poblaciones con las que convive y con las que interacciona. En realidad, las
poblaciones naturales forman parte de un nivel de integración superior y más
complejo: el de las comunidades biológicas.

Una comunidad es el conjunto de todas las poblaciones de


organismos vivos de todas las especies que se encuentran en un
área determinada en un momento determinado.

Esta definición lleva implícitas tres ideas:

- La convivencia de especies diferentes en una misma área.

- La composición de las comunidades es relativamente constante en el tiempo.

- La comunidad tiende a un estado de equilibrio dinámico.

La comunidad es, por tanto, un conjunto de especies que coexisten en el


espacio y en el tiempo y que, además, interaccionan.

De hecho, para algunos autores, una comunidad es como un tipo de


superorganismo con sus propios mecanismos de homeostasis (tendencia de
los sistemas biológicos a resistir el cambio y permanecer en estado de
equilibrio).

Igual que una población se caracterizaba por una serie de atributos que no
aparecían en los individuos aislados, la comunidad tiene a su vez cinco
características básicas propias de este nivel de integración:

- Diversidad de especies.

- Una forma y una estructura de crecimiento.

- Dominancia: de las numerosas especies que se pueden encontrar en una


comunidad, sólo unas pocas tienen un éxito biológico tal que su tamaño, su
abundancia o su actividad determinan las condiciones bajo las cuales se han
de desarrollar las demás especies de la comunidad.

- Abundancia relativa de las especies.

- Estructura trófica: las relaciones alimentarias de una comunidad determinan el


flujo de energía y de materia dentro de la misma comunidad.

Hay comunidades que están en equilibrio y comunidades que están


cambiando. Los cambios son temporales. Se les denomina sucesión de la
comunidad y conducen a una comunidad climax estable.

4.2 Métodos de estudio: la


teledetección

Para estudiar una comunidad se emplean los mismos métodos de muestreo


que se utilizan para elaborar los censos de las poblaciones.

Sin embargo, las relaciones que se establecen entre las poblaciones de


especies diferentes permiten el empleo de métodos de trabajo más
sofisticados.

La teledetección permite obtener información sin entrar en contacto directo


con los objetos de estudio, utilizando sensores que captan una determinada
señal (radiación luminosa o infrarroja, señales sonoras...). La teledetección
tiene múltiples aplicaciones en ecología:

- Estudio de factores ambientales concretos: temperaturas, el relieve del


terreno, la profundidad de una capa de hielo...

- Estudios estructurales de una comunidad: contenido hídrico en plantas,


área foliar, observación nocturna del comportamiento de animales...
- Dinámica de comunidades: variaciones estacionales, cambios en los límites
de las comunidades, efectos de la dispersión de contaminantes, recuperación
de las comunidades tras los incendios...

El empleo de fotografías aéreas puede aportar mucha información


acerca de la estructura de la comunidad en estudio.

4.3 Clasificación: biomas y ecoclinas

Las comunidades se pueden clasificar en función de la forma de crecimiento de


las especies vegetales dominantes. La forma de crecimiento es, simplemente,
la estructura visible de las plantas.

PRINCIPALES FORMAS DE CRECIMIENTO EN PLANTAS TERRESTRES

Árboles Plantas leñosas que pueden superar los tres metros de altura.

Lianas Plantas trepadoras y las enredaderas.

Matorrales Plantas leñosas menores que raras veces superan los tres metros de altura.

Epífitas Plantas que crecen sobre otras plantas por encima de la superficie del suelo.

Herbáceas Plantas perennes que carecen de tallos leñosos.

Talofitas Líquenes, musgos, hepáticas.

Las formas de crecimiento reflejan las condiciones del medio. Bajo


condiciones ambientales similares se producen formas de plantas
similares.

La forma de crecimiento de las especies dominantes determina el tipo de


vegetación característica de la comunidad. Estos tipos de comunidades
mayores de plantas también reciben el nombre de biomas.

Los principales biomas son:

- Bosque tropical lluvioso (o bosque tropical húmedo): Ocupa regiones de


pluviosidad elevada (entre 1500 y 4.000 mm/año) y temperatura constante
(entre 26ºC y 27ºC). El bosque es denso y pluriestratificado. Los árboles son
grandes y, junto a las lianas, ocupan todo el espacio aéreo. La luz apenas llega
hasta el suelo y, por este motivo, los musgos y los líquenes son escasos. Las
abundantes precipitaciones y las altas temperaturas someten a los suelos a un
continuo proceso de degradación. La mayor parte del agua de lluvia vuelve a la
atmósfera por evapotranspiración. De esa manera, los bosques tropicales
colaboran de una manera decisiva en el reciclaje del agua y en el
mantenimiento de las precipitaciones a nivel planetario. La fauna y la
vegetación son muy variadas y muchas especies de plantas y de insectos
todavía no han sido clasificadas por los taxónomos. Amazonia, Congo,
Malasia.

- Bosque subtropical lluvioso: Se encuentra en regiones húmedas


subtropicales que sufren variaciones estacionales de pluviosidad y
temperatura. Su estructura y su composición no es tan exuberante como las de
los bosques tropicales. Brasil, zonas altas de Africa, sudeste de Asia.

- Bosque monzónico: En regiones tropicales que tienen una estación


primaveral moderadamente seca. Es un bosque alto y pluriestratificado.
Centroamérica, India y sudeste de Asia.

- Bosque lluvioso templado: En las regiones más frías, la pluviosidad es


elevada y constante a lo largo del año. El bosque es moderadamente alto, muy
denso y tiene pocos estratos. Las hojas permanecen verdes todo el año y,
generalmente, son pequeñas y coriáceas. Abundan los líquenes y los musgos.
Tasmania, Nueva Zelanda, Chile.

- Bosque caducifolio: Ocupa regiones con un invierno frío y un verano


húmedo, entre templado y caluroso. Las precipitaciones son abundantes y se
reparten a lo largo de todo el año. Los suelos son ricos y húmedos. Los árboles
son altos, de estructura simple y caducifolios. Hay también un estrato de
arbustos y otro herbáceo. Este de Norteamérica, Europa y China.

- Bosque de coníferas: Es característico de regiones frías. Los inviernos son


largos y duros mientras que los veranos son cortos y fríos. Predominan las
coníferas, con hojas aciculares o con forma de escama, y pueden tener gran
tamaño. Están adaptados a condiciones de sequedad, ya que no pueden
asimilar el agua congelada del suelo. El suelo es pobre, pues las bajas
temperaturas impiden los procesos de descomposición de la materia orgánica.
La fauna, como alces, caribús y corzos, está condicionada por el clima y pasa
el invierno gracias a las reservas de grasa que acumula durante el verano.
Oeste de Norteamérica, norte de Europa y Siberia.

- Bosque mediterráneo: El clima característico de las regiones mediterráneas


presenta un invierno suave y un verano seco y caluroso. Las lluvias no son muy
abundantes. Los árboles son relativamente pequeños, excepto en Australia, y
de hojas esclerófilas. El estrato arbustivo es a menudo espeso y limita la luz
que llega hasta el estrato herbáceo, lo que hace que éste sea escaso.
Australia, California y Mediterráneo.

- Bosque sabanoide: Elevada pluviosidad veraniega seguida de una larga


estación seca. Árboles pequeños, en formación abierta, con un nivel inferior de
grupos de pastos tropicales. Llanura brasileña y africana, norte de Australia.

- Bosque espinoso y maleza: En climas secos tropicales. Los árboles son


pequeños y a menudo espinosos. A nivel de suelo se encuentran plantas
suculentas anuales y hierbas. Brasil, Africa, India.
- Estepa: Los inviernos son fríos y secos mientras que los veranos son
húmedos y calurosos. Los suelos son muy ricos. La vegetación está compuesta
de zonas de matorral abierto con hierbas anuales y pasto. Norteamérica,
Australia, nordeste de Europa, norte de Asia y Argentina.

- Sabana: Es un pastizal tropical, húmedo, con o sin árboles. Su origen se


puede deber al fuego, a condiciones del suelo adversas o a ambos. Se
encuentra en zonas de clima seco con inviernos cortos y lluviosos. Abundan las
plantas gramíneas y las leguminosas. La fauna característica la componen
grandes carnívoros y grandes herbívoros. En toda la región Tropical.

- Brezal: Como la sabana tropical, el brezal puede deber su origen al fuego, a


condiciones del suelo adversas o a ambos. Es una formación de matorrales
grandes y espaciados y árboles pequeños también espaciados. Distribuida por
todo el mundo en localidades concretas.

- Desierto seco: Regiones calurosas de pluviosidad muy baja que oscila entre
los 0 y los 200 mm/año. Hay oscilaciones bruscas de temperatura, con
diferencias de 35 ºC entre el día y la noche. Los suelos son pobres y están muy
erosionados y degradados. La vegetación es escasa y poco variada. Las
plantas se han adaptado a carencias severas de agua desarrollando
enormemente sus sistemas radiculares y minimizando al máximo la superficie
de las hojas. La fauna también está adaptada a estas condiciones: la mayoría
de los animales limitan su actividad a períodos nocturnos, reducen sus
pérdidas de agua y obtienen el agua que necesitan de las plantas suculentas y
de los fluidos corporales de otros animales. Norteamérica, África, Australia.

- Tundra: La precipitación es baja pero la humedad ambiental es alta. Abundan


los líquenes y los musgos y también se puede encontrar gramíneas y arbustos
enanos. La vegetación presenta adaptaciones específicas a estas condiciones
ambientales extremas: las hojas son pequeñas y aciculiformes con peciolos
cortos o inexistentes para así facilitar la absorción del agua y de los nutrientes,
que son limitados. La fauna es algo más rica, pues tiene la posibilidad de
emigrar a zonas más cálidas durante la época fría. Existen grandes herbívoros,
como el reno, y pequeños roedores.

- Desierto frío: Límite de las capas de hielo, glaciares y campos de nieve


permanente. Vegetación escasa, principalmente líquenes, musgos y algunas
plantas herbáceas.

Puesto que las formaciones vegetales reflejan las condiciones del medio
ambiente, es posible predecir qué tipo de bioma se desarrollará bajo unas
determinadas condiciones ambientales.

El siguiente gráfico relaciona algunos biomas con la temperatura y las


precipitaciones. Existen otros factores ambientales, como los efectos del fuego
y del suelo, que en el área delimitada por la línea discontinua, pueden alterar el
equilibrio entre las formaciones leñosas (el bosque) y las formaciones
herbáceas (pradera y matorral).
Figura 4.1: Representación gráfica de la correlación existente entre el clima y los biomas.

Es evidente que existe una importante correlación entre los tipos de biomas y
las condiciones ambientales. Los biomas dominantes cambian cuando las
condiciones ambientales cambian. Estas variaciones ambientales son
graduales. Del mismo modo que se establece un gradiente de precipitaciones y
de temperaturas, se establece también un gradiente de biomas denominado
ecoclina.

Figura 4.2: Ejemplo de ecoclinas. Conforme aumenta el grado de aridez, las comunidades
van desde el bosque tropical lluvioso hasta el desierto. Del mismo modo, conforme disminuye
la temperatura, las comunidades dominantes van desde el bosque tropical hasta la tundra.
4.4 Los cambios en una comunidad:
la sucesión

Una de las características de las comunidades es el cambio. Una superficie de


suelo que haya perdido toda su vegetación a causa, por ejemplo, de un
incendio no permanece yerma. Con el tiempo se asientan en ella nuevas
especies que interaccionan con su medio ambiente y provocan cambios en uno
o en más factores ambientales. Las modificaciones de las condiciones
ambientales permiten que se establezcan nuevas especies. Estos cambios
temporales se denominan sucesión.

4.4.1 Sucesión primaria y sucesión secundaria

La sucesión es un proceso universal de desarrollo de una comunidad por la


acción de la vegetación sobre el ambiente que conduce al establecimiento de
nuevas especies.

La sucesión es una pauta continua, direccional y no estacional de


colonización y extinción de las poblaciones de especies en una
comunidad.

Es posible hablar de sucesión primaria y de sucesión secundaria.

La sucesión primaria se inicia en zonas que no han estado ocupadas


previamente por otras comunidades. Son terrenos vírgenes (después de la
erupción de un volcán, tras la formación de una isla) en los que el ambiente es
totalmente hostil. En el medio terrestre, esta etapa puede durar miles de años,
pues a menudo implica la construcción del suelo.

La sucesión secundaria ocurre después de que una perturbación (una


enfermedad, un incendio, la tala de un bosque) haya alterado el equilibrio de la
comunidad. El suelo no ha sido destruido y aún conserva raíces, plantas que
pueden volver a rebrotar, semillas, etc.

Después de una perturbación, la comunidad tiende a un estado de equilibrio


denominado vegetación climax. La vegetación climax es el estado final de una
sucesión en el cual el sistema está en equilibrio con el ambiente físico y biótico
y, en consecuencia, no varía mientras no cambien las condiciones ambientales.
La vegetación clímax es una vegetación estable que depende de las
condiciones climáticas. Así, la vegetación climax de los bosques mediterráneos
de Catalunya (España) es el encinar, mientras que la vegetación climax de los
bosques del Montseny (zona central de Catalunya) es el hayedo.

Figura 4.3: La sucesión primaria a menudo implica la formación de un suelo.

4.4.2 Tipos de perturbaciones: consecuencias de un incendio

Algunas comunidades sufren perturbaciones regulares cada cierto tiempo. Por


ejemplo, el aumento de ramas secas en un bosque hace que el riesgo de
incendios aumente. Así, algunos bosques sufren incendios con baja frecuencia,
esto es, separados por intervalos de tiempo muy largos, pero de gran
intensidad mientras que otros bosques sufren incendios con más frecuencia
pero menos destructivos. Las comunidades mediterráneas son un buen
ejemplo de perturbaciones de alta frecuencia. En estos casos, el fuego es un
sistema dinámico "natural". En los bosques tropicales no hay incendios
naturales, pero sí existen otros tipos de perturbaciones. Se ha calculado que
sobre cada cm2 de superficie cae un objeto (un fruto o una rama) una vez cada
6 ó 7 años.

Los efectos que una perturbación causa sobre una comunidad dependen de:

- Tamaño de la perturbación: extensión de la perturbación.

- Intensidad de la perturbación: fuerza del agente perturbador.

- Severidad de la perturbación: medida del daño ocasionado.

- Frecuencia de la perturbación.

- Predictibilidad de la perturbación: variaciones del tiempo medio que transcurre


entre las perturbaciones.
Algunos autores consideran que el fuego es una fuerza evolutiva y que
forma parte de la dinámica de muchas comunidades naturales.

Para estudiar los efectos que ejerce un incendio sobre una comunidad, se parte
inicialmente de una superficie ocupada por una misma comunidad que ha
sufrido varios incendios a lo largo del tiempo.

Figura 4.4: Este gráfico muestra los efectos de un fuego sobre una comunidad que ha sufrido
varios incendios a lo largo del tiempo.

Se observa que cuanto mayor es la cantidad de biomasa (esto es, de materia


viva) mayor es el riesgo de incendio porque hay más materia combustible que
puede arder.

La probabilidad de un incendio es proporcional a la cantidad de biomasa.

Se dice que un incendio es salvaje cuando se alcanzan temperaturas muy


elevadas y el frente del fuego es difícil de detener. El fuego se extiende
rápidamente y afecta a una gran superficie de terreno con mucha intensidad.
Una vez extinguido, la vegetación no puede rebrotar porque el suelo ha sufrido
alteraciones importantes.

Un sistema de gestión del suelo y de prevención de incendios son los


denominados fuegos prescritos o controlados. Un fuego controlado, a
diferencia de los incendios salvajes, apenas forma brasas por donde pasa ya
que el frente del fuego se desplaza con rapidez. De esa manera, los efectos
sobre el suelo son mínimos y las posibilidades de regeneración del sistema
máximas.
Figura 4.5: Los fuegos controlados alcanzan temperaturas más bajas durante menos tiempo
que los fuegos salvajes.

Los principales efectos del fuego sobre una comunidad son:

EFECTOS DEL FUEGO

Sobre la vegetación.

Destrucción.

Pérdida de fuerza en las raíces.

Pérdida de cobertura sobre el suelo.

Pérdida de área foliar.

Pérdida de biomasa.

Pérdida de evapotranspiración.

Sobre el suelo.

Formación de capas hidrófobas.

Sobre el paisaje.

Aumento de la erosión.

Pero no todos los efectos de un incendio son negativos. Algunas especies de


pinos, por ejemplo Pinus banksiana, tienen piñas tardías que no se abren
después de su maduración, pues sus escamas están selladas con resina. Esta
resina empieza a derretirse cuando la piña alcanza una temperatura de 60ºC.
Estas mismas piñas pueden resistir temperaturas próximas a los 350° durante
un minuto antes de arder. En estos casos, las semillas todavía son viables por
lo que después de un incendio forestal se produce un establecimiento masivo
de plántulas de la especie Pinus banksiana. Así, el fuego es un factor
importante dentro de la dinámica de algunas comunidades como, por ejemplo,
los bosques de coníferas o las praderas.

Determinadas comunidades ecológicas, como los bosques de encinas,


presentan mecanismos naturales de defensa contra los incendios. En efecto,
las arbustos propios de un encinar como el rusco (Ruscus aculeatus), la hiedra
(Hedera helix), el viburno (Viburnum tinus) o el boj (Buxus sempervirens), son
mucho más difíciles de quemar que las especies que aparecen en las primeras
fases de la sucesión como el romero (Rosmarinus officinalis), el brezo (Erica
multiflora), o la retama negra (Cytisus scoparius).

Las denominadas plantas pirófitas han llegado a desarrollar adaptaciones


especificas para aprovecharse del fuego o para resistirlo mejor. Las plantas
pirófitas se pueden clasificar así:

PLANTAS PIRÓFITAS

Rebrotadoras obligadas.
Pirófitas activas
Rebrotadoras facultativas.

Pirófitas pasivas Germinadoras obligadas.

Las rebrotadoras obligadas rebrotan inmediatamente después de un


incendio, aprovechando sus reservas de agua y glúcidos o bien una vez han
aparecido las primeras lluvias. Por ejemplo la garriga (Quercus coccifera) y el
brezo (Erica multiflora).

Las rebrotadoras facultativas tienen la capacidad para sobrevivir al fuego


más reducida que las rebrotadoras obligadas, pero muestran mayor efectividad
en la reproducción por semillas, el crecimiento posterior de las plántulas y la
rápida maduración. No obstante son capaces de rebrotar cuando el fuego no
ha afectado excesivamente al individuo. Algunos ejemplos son el tomillo
(Thymus vulgaris) y la lavanda (Lavandula angustifolia).

Las germinadoras obligadas no ven alterado su proceso de germinación por


los incendios, pues sus semillas son igualmente viables antes que después del
shock térmico. Son ejemplos el romero (Rosmarinus officinalis) y el pino
carrasco (Pinus halepensis)

4.4.3 Modelos de sucesión

Se han elaborado diferentes modelos que pretenden explicar qué mecanismos


operan en una sucesión y cómo unas especies son sustituidas por otras.
En la figura 4.6 A, B, C y D representan a cuatro especies diferentes que
aparecen en las distintas fases de la sucesión, según tres modelos diferentes
de sucesión.

Según el modelo de facilitación, cada fase del proceso hace que se den las
condiciones necesarias para que desaparezcan las especies de dicha fase y
para que se dé paso a un nivel de organización más complejo con especies
diferentes.

En el modelo de tolerancia cualquier especie puede iniciar el proceso de


sucesión. No obstante, algunas especies son competitivamente superiores y
terminan siendo las especies dominantes en la comunidad clímax.

En el modelo de inhibición, cualquier especie puede desplazar a otra. El


resultado final, esto es, el tipo de comunidad clímax, dependerá de cual sea la
especie que aparezca en las primeras fases de la sucesión.

Figura 4.6: Modelos teóricos de sucesión: de facilitación, de tolerancia y de inhibición.

Tras una perturbación, las fases de una sucesión se suceden como sigue:
Figura 4.7: En la figura se muestra cómo se suceden fases de una sucesión tras una
perturbación.

En cada etapa de la sucesión, la complejidad de las relaciones entre las


distintas especies que forman la comunidad aumenta y, generalmente, también
aumenta la diversidad biológica hasta que, finalmente, se alcanza un equilibrio
estable.

4.4.4 Cambios cíclicos en una comunidad

Las comunidades también experimentan cambios cíclicos no direccionales.


Estos cambios se repiten una y otra vez y forman parte de la dinámica interna
de una comunidad. Generalmente son debidos a las diferentes fases del ciclo
vital de las especies dominantes como, por ejemplo, a la disminución del vigor
en las plantas perennes a causa de la edad, o a variaciones climáticas
periódicas.

4.5 Diversidad de las especies

Algunas comunidades complejas, como el bosque tropical lluvioso, están


formadas por varios miles de especies diferentes de animales y plantas
mientras que en otras comunidades, como en la tundra, sólo hay unos pocos
centenares. No todas las comunidades biológicas tienen el mismo número de
especies ni todas las especies están igualmente representadas en una
determinada comunidad.

La riqueza de especies es la medida más sencilla de la diversidad y


se determina contando el número de especies diferentes que
componen la comunidad.

En las comunidades naturales, la diversidad de especies se distribuye según la


Ley de Raunkiaer: hay muchas especies poco frecuentes y pocas especies
muy frecuentes.

Figura 4.8: Según la ley de Raunkiaer, en una comunidad abundan las especies poco
frecuentes mientras que las especies más frecuentes son menos abundantes.

Es posible obtener un índice sencillo de la diversidad de una comunidad:

Sin embargo, esta expresión plantea un problema: cada vez que aumenta el
tamaño de la muestra N, el valor numérico de este índice disminuye. Por ese
motivo es aconsejable utilizar la siguiente expresión:

donde

d: índice de diversidad.

S: número de especies.

N: número de individuos.

Pero estas medidas de la diversidad conceden la misma importancia a las


especies raras que a las especies más comunes y no tiene en cuenta el
número de individuos de cada una de ellas. Para superar este problema, se
utiliza el concepto de heterogeneidad, que combina el número de especies y
la abundancia relativa de cada una de ellas. La heterogeneidad de una
comunidad es mayor cuanto mayor es el número de especies y cuando cada
especie está igualmente representada.

Para determinar la heterogeneidad de una comunidad, los ecólogos han


recurrido a la teoría de la información que se basa en el hecho de que no todos
los signos que conforman un mensaje, las letras por ejemplo, tienen la misma
probabilidad de aparecer. Del mismo modo, la diversidad de una comunidad
será alta cuando resulte difícil predecir a qué especie pertenecerá un individuo
elegido al azar y baja cuando la probabilidad de acertar sea alta.

Hay seis factores que explican por qué unas comunidades tienen más
diversidad y, en consecuencia, un mayor número de especies diferentes, que
otras:

- El tiempo disponible para la formación de especies.

- La heterogeneidad espacial.

- La competencia.

- La depredación.

- La estabilidad del medio.

- La productividad del hábitat.

4.6 Estructura de una comunidad:


cadenas alimentarias y niveles
tróficos

La transferencia de energía en forma de alimentos desde el origen en las


plantas pasando por los herbívoros hasta los carnívoros se denomina cadena
alimentaria. Las cadenas alimentarias no suelen tener más de cuatro o cinco
eslabones (por ejemplo, pino-áfido-araña-curruca-halcón). Las cadenas
alimentarias no están aisladas unas de otras sino que están interconectadas
formando redes alimentarias. Cualquier comunidad puede estructurarse en
función de las redes alimentarias, que no son más que todas las relaciones
tróficas que establecen los organismos que forman la comunidad.

Dentro de las redes alimentarias es posible reconocer la existencia de los


llamados niveles tróficos.
Figura 4.9: Niveles tróficos.

Los productores son las plantas que utilizan la energía solar para producir
sustancias ricas en energía química. Constituyen una parte esencial de la
comunidad ya que todos los demás organismos dependen, directa o
indirectamente, de ellos para obtener energía.

Los consumidores se alimentan de materia orgánica. Los consumidores


primarios son los herbívoros y los parásitos vegetales que se nutren
directamente de los productores. Los consumidores secundarios son los
carnívoros que se alimentan de los herbívoros y los parásitos de los
organismos del nivel anterior. Los consumidores terciarios son los carnívoros
que se alimentan de otros carnívoros y los parásitos de los organismos del
nivel anterior.

También son organismos consumidores aquellos que se alimentan de materia


orgánica muerta (organismos saprobios) como cadáveres (organismos
necrófagos), residuos (organismos saprófagos) y excrementos (organismos
coprófagos).

Los organismos descomponedores o reductores descomponen la materia


orgánica y la devuelven al suelo o a la atmósfera para que pueda ser asimilada
por los organismos productores.
Figura 4.10: Finalmente, los organismos productores, los herbívoros y los carnívoros son
descompuestos por los organismos descomponedores.

Así, en la naturaleza se pueden encontrar tres tipos de cadenas tróficas:

- Cadenas de depredadores.

- Cadenas de parásitos.

- Cadenas de saprobios.

La clasificación de un organismo dentro de una red trófica se basa en la función


que este organismo tiene en la comunidad. Así, una especie puede ocupar más
de un nivel trófico. Por ejemplo, el macho del tábano se encuentra en el
segundo nivel, pues se alimenta de néctar y de jugos vegetales, mientras que
la hembra, que es un parásito, se encuadra en el tercer nivel.

El concepto de nivel trófico facilita el estudio del flujo de materia y de energía


dentro de una comunidad y pone de manifiesto la diferencia de las relaciones
que existen dentro de un nivel trófico con las relaciones que existen entre dos
niveles tróficos consecutivos.

S-ar putea să vă placă și