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“Para Tales, todas las cosas son arrastradas como en flujo, según la
naturaleza del primer principio de su generación.” (Philosophumena, I, 1)
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“No hay un principio primordial de lo infinito: pues sería un límite. Como
principio, es inengendrado e indestructible; pues lo que es engendrado, es
necesario que tenga un fin, y hay un término para cada destrucción. Por
ello, como decimos, no parece que de esto haya principio, sino por el
contrario, que esto es el principio de las otras cosas y las contiene y rige a
todas, como dicen todos los que no suponen otras causas (tales como la
inteligencia y la amistad), fuera del infinito. Y piensan que este es lo
divino: inmortal e indestructible, como dicen Anaximandro y la mayor parte
de los naturalistas.” (Aristóteles, Física, III, 4)
“[Y dice] que la Tierra se mantiene equilibrada, sin estar sostenida por
nada, permaneciendo en reposo, a causa de la distancia equidistante en
que se halla de todas las partes.” (Hipólito, Philosophumena, I, 6)
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“Explica que los hombres al comienzo, nacieron en el interior de los peces
y después de haber sido nutridos como los escualos, y haberse
convertido en capaces de protegerse, fueron finalmente arrojados y
tocaron tierra.” (Plutarco, quaest. conviv., 730).
“De la misma manera, decía, en que nos sostiene nuestra alma, que es
aire, así el soplo y el aire circundan el mundo entero.”(Aecio, I, 3, 4).
29. “Prefieren, pues, los mejores, una cosa única en vez de todas [las
demás], gloria eterna, antes que cosas mortales; la mayoría, en cambio,
quiere atiborrarse como ganado.”(de Clem., Stromat, V, 60).
57. “Maestro de los más es Hesíodo: creen que tenía la más grande
sabiduría, este que ni siquiera conoció el día y la noche; pues son una
sola cosa.” (de Hippol. , Refut., IX, 10, 2).
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[¿el fuego?], cuando se mezcla con aromas, se denomina según el gusto
de cada uno [de ellos]” (de Hippol., Refut., IX, 10, 8).
30. “Este cosmos, uno mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de
los dioses ni de los hombres, sino que siempre ha sido, es y será fuego
eternamente viviente, que se enciende según medidas y se apaga según
medidas.”(de Clem., Stromat., V, 105).
90. “Del fuego son cambio todas las cosas y el fuego es cambio de todas,
así como del oro [son cambio] las mercancías y de las mercancías el oro.”
(de Plut., De E., 18, p. 388 E)
53. “Pólemos [la guerra] es el, padre de todas las cosas y el rey de todas,
y a unos los revela dioses, a los otros hombres, a los unos los hace libres,
a los otros esclavos.”(de Hippol., Refut. IX, 9, 4).
80. “Es preciso saber que la guerra es común [a todos los seres], y la
justicia es discordia, y todas las cosas se engendran por discordia y
necesidad.”( de Orig., Contra Cels., VI, 42).
94. “El sol, pues, no traspasará sus medidas; si no las Erinnias, ministras
de Dike, sabrán encontrarlo”. ( de Plut., De exil,, 11, p. 604 A).
41. “Una sola cosa es lo sabio, conocer la Razón, por lo cual todas las
cosas son gobernadas por medio de todas.” (de Diogen. Laert., IX, I).
45. “Los límites del alma, por más que procedas, no lograrás encontrarlos
aun cuando recorrieras todos los caminos: tan hondo tiene su logos.” ( de
Diogen. Laert., IX, 7).
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52. “El evo (Aión) es un niño que juega y desplaza los dados; de un niño
es el reino.” (de Hippol., Refut., IX, 9, 4).
PITAGORISMO
(PITÁGORAS DE SAMOS 580 - 532 a.C.)
“Pitágoras, hijo de Mnesarco, llevó las investigaciones más lejos que los
demás hombres y eligiendo entre estos escritos (estudiados por él)
reivindicó como sabiduría personal suya, lo que no era sino vasta
erudición (polimathía) y arte de maldad.” (Heráclito, frag. 127[129 Diels-
Krank]. Este párrafo ha sido tomado de Heráclito, Mondolfo, p. 45)
“Lo que Pitágoras decía a sus compañeros, nadie puede saberlo, con
seguridad, ya que ni el silencio era casual entre ellos. Por otra parte, eran
especialmente conocidas estas doctrinas: 1) la que afirma que el alma es
inmortal, 2) que transmigra de una a otra especie animal; 3) además, que
dentro de ciertos períodos los sucesos acaecidos una vez, vuelven
nuevamente, y nunca hay nada absolutamente nuevo, y 4), que es
necesario creer que todos los seres vivientes están unidos por lazos de
parentesco. En efecto, parece que quien por primera vez introdujo en
Grecia estas creencias, ha sido Pitágoras.” (Dicearco, citado en Porfirio.
Vida de Pitágoras, 19).
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determinaciones y las proporciones de las armonías; y como, por otra
parte, les parecía que toda la naturaleza por lo demás estaba hecha a
imagen de los números y que los números son los primeros en la
naturaleza, supusieron que los elementos de los números fuesen los
elementos de todos los seres, y que el universo entero fuese armonía y
número. Y todas las concordancias que podían demostrar en los números
y en las armonías con las condiciones y las partes del universo y con su
ordenación total, las recogieron y coordinaron.”(Arist. Metaf., I, 5, 985).
“Pues bien, también ellos parece que piensan que el número es principio
que constituye no solo la materia de las cosas que son, sino también sus
propiedades y disposiciones, y que los elementos del número son lo Par e
Impar, [ilimitado y limitado], y que el Uno se compone de ambos (en
efecto, es par e impar), y que el Número deriva del Uno, y que los
números, como queda dicho, constituyen el firmamento [cielo] entero.
Otros, entre ellos mismos, dicen que los principios son diez, los
enumerados según la serie (de los opuestos): Límite-Ilimitado [Finito-
Infinito], Impar-Par, Unidad-Pluralidad, Derecho-Izquierdo, Macho-
Hembra, En reposo- En movimiento, Recto-Curvo, Luz-Oscuridad, Bueno-
Malo, Cuadrado-Rectángulo”( Arist. Metaf., I, 5, 986. La trad. en este caso
es de Tomás Calvo. Metafísica. Gredos).
“Alcmeón de Crotona, dice que la mayor parte de las cosas humanas son
parejas de opuestos...sea que él haya tomado esta teoría de los
pitagóricos, sea que ellos de él.” (Aristóteles, Metafísica, I, 5)
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retornó a Italia en 399 a.C. Simmias y Cebes, locutores del Fedón
platónico, habían sido sus discípulos. La autenticidad de los fragmentos
de Filolao está afirmada por varios críticos, entre ellos Diels, y es negada
por otros, como Bywater y Burnet.
“La mayoría de los pueblos dice que la Tierra está situada en el centro del
universo…pero los filósofos itálicos, llamados pitagóricos sostienen lo
contrario. Dicen que en el centro está el fuego y que la Tierra es una de
las estrellas, que, con su movimiento circular en torno al centro, da origen
a la noche y al día. (…) Piensan que el lugar más noble le corresponde a
la cosa más preciosa y que el fuego es más precioso que la Tierra, el
límite más que lo intermedio y que la circunferencia y el centro son límites.
(…)” (Aristóteles, De caelo B 13, 293/ cita tomada de Kirk et al. pp. 481-
482).
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“Hay un solo Dios, el más grande entre los dioses y los hombres, que no
se asemeja a los hombres ni por el cuerpo ni por el pensamiento”(frag.
23).
“Homero y Hesíodo han atribuido a los dioses, todas las cosas que son
objeto de vergüenza y de censura entre los hombres: hurtos, adulterios y
engaños recíprocos.” (fr. 11)
“Pero si los bueyes, los caballos y los leones tuviesen manos y con ellas
pudiesen dibujar y realizar obras como los hombres, los caballos
dibujarían figuras de dioses semejantes a los caballos, y los bueyes a los
bueyes, y formarían sus cuerpos a imitación del propio.” (fr.15)
Las yeguas que (me) llevan tan lejos cuanto (mi) ánimo podría
alcanzar, (me) iban conduciendo luego de haberme guiado y puesto
sobre el camino abundante en palabras de la divinidad, que por todas las
ciudades, (?) lleva al hombre vidente. Por él era llevado. Por él, en efecto,
me llevaban las muy atentas yeguas tirando del carro. Unas doncellas
empero iban mostrando el camino.
El eje en los cubos emitía un sonido silbante al ponerse incandescente -
pues lo aceleraba un par de bien torneadas ruedas, una por cada lado -
cuando apresuraban la conducción las doncellas Helíades que antes
habían abandonado las mansiones de la Noche hacia la luz y se habían
quitado de la cabeza los velos con sus manos
Allí están las puertas de las sendas de la Noche y del Día, enmarcadas
por un dintel y un umbral de piedra. Estas, etéreas, se cierran con
enormes hojas de las cuales la justicia, prodiga en castigos, posee las
llaves de usos alternos. A ella aplacaron las doncellas con suaves
palabras persuadiéndola hábilmente de que para ellas el cerrojo
asegurado quitara pronto de las puertas. Estas, al abrirse, produjeron un
insondable hueco entre las hojas, cuando giraron en sus goznes uno tras
otro los ejes guarnecidos de bronce y provistos de bisagras y pernos. Por
allí, a través ellas, derechamente las doncellas condujeron por el ancho
camino el carro y las yeguas.
La diosa me acogió con afecto y tomando mi diestra en la suya, se
dirigió a mí y me habló de esta manera: “Oh, joven, compañeros de
inmortales aurigas, tú que con las yeguas que te llevan alcanzas hasta
nuestra casa, ¡salud! Pues no es un mal hado el que te ha inducido a
seguir este camino -que está, por cierto, fuera del transitar de los
hombres, sino el Derecho y la justicia. Es justo que lo aprendas todo,
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tanto el corazón imperturbable de la persuasiva verdad como las
opiniones de los mortales, en las cuales no hay creencia verdadera.
No obstante, aprenderás también esto: cómo las apariencias habrían
tenido que existir genuinamente, siendo en todo (momento) la totalidad de
las cosas.
Fragmento 2
Pues bien, yo (te) diré -tú preserva el relato después de escucharlo-,
cuáles son las únicas vías de investigación que son pensables:
Una, que es y que no es posible que no sea, es la senda de la
persuasión, pues acompaña a la verdad. La otra, que no es y que es
necesario que no sea, ésta, te lo señalo, es un sendero que nada informa,
pues no podrías conocer lo que, por cierto, no es (porque no es factible) ni
podrías mostrarlo.
Fragmento 3
Pues lo mismo es (para) pensar y (para) ser
Fragmento 4
Observa empero las cosas que, aunque ausentes, están firmemente
presentes para la mente, pues no zanjará la conexión de lo que es con lo
que es, ni dispersándolo por todas partes ordenadamente ni reuniéndolo.
Fragmento 5
Me es indiferente dónde comience, pues allí volveré de nuevo.
Fragmento 6
Es necesario que lo que es (para) decir y (para) pensar sea, pues es
(para) ser, pero (lo que) nada (es) no es (para ser). A estas cosas te
ordeno poner atención, pues de esta primera vía de investigación te
(aparto), y luego también de aquella por la cual los mortales que nada
saben yerran, bicéfalos, porque la inhabilidad en sus pechos dirige su
mente errante. Son arrastrados, sordos, ciegos a la vez, estupefactos,
una horda sin discernimiento, que considera al ser y no ser lo mismo y no
lo mismo. La senda de ellos es revertiente.
Fragmento 7
Pues jamás se impondrá esto: que cosas no son sean. Tú, empero, de
esta vía de investigación aparta el pensamiento y que el hábito inveterado
no te fuerce a dirigir por esta vía el ojo sin meta, el oído zumbante y la
lengua; juzga en cambio con la razón la combativa refutación enunciada
por mí.
Fragmento 8
Sólo un relato de una vía queda aún: que es. En ella hay muchísimos
signos: que siendo ingénito es también imperecedero, total, único
inconmovible y completo.
No fue jamás ni será, pues ahora es todo junto, uno, continuo. Pues,
¿Qué génesis le podrías buscar? ¿Cómo y de dónde ha crecido? No te
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permitiré decir ni pensar: “de lo que no es”, pues no es decible ni
pensable que no es.
¿Qué necesidad lo habría impulsado a nacer, después más bien que
antes, a partir de lo que no es nada? De este modo, es necesario que sea
del todo o que no sea. Tampoco de lo que no es permitirá jamás la fuerza
de la convicción que se genere algo a su lado, en vista de lo cual ni
generarse ni perecer le consiente la justicia aflojando las cadenas, sino
que lo mantiene sujeto. La decisión respecto a estas cosas reside en esto:
es o no es. Pero se ha decidido ya, como es necesario, abandonar una
impensable e innombrable (pues no es una vía verdadera) y tomar la otra
que es y es veraz.
¿Cómo podría ser después lo que es? ¿Cómo podría generarse?
Porque si se generó, no es, ni si ha de ser alguna vez. De este modo, la
génesis se apaga y el perecer se extingue. Ni es divisible, pues es todo
homogéneo. Ni hay más aquí, lo que le impediría ser continuo, ni hay
menos, sino que todo está lleno de lo que es. Por ende, es todo continuo,
pues lo que es está en contacto con lo que es.
Además, inamovible dentro de los límites de grandes ataduras, no tiene
comienzo ni término, puesto que la génesis y el perecer han sido
apartados muy lejos: los rechazó la convicción verdadera. Permaneciendo
idéntico y en el mismo (sitio), yace por sí mismo, y así permanece estable
allí mismo, porque la poderosa Necesidad lo mantiene sujeto dentro de
las ataduras del límite que lo cerca, puesto que no es lícito que lo que es,
sea incompleto. Pues es no-indigente; si no fuese así, carecería de todo.
Lo mismo es pensar y el pensamiento de que es. Porque sin lo que es,
cuando ha sido expresado no hallarás el pensar; pues ninguna otra cosa
es ni será aparte de lo que es, ya que el Destino lo ató para que sea un
todo e inmóvil. Por ello es (mero) nombre todo aquello que los mortales
han establecido convencidos de que es verdadero: generarse y perecer,
ser y no ser, cambiar de lugar y mudar de color resplandeciente.
Además, puesto que hay un límite extremo, está completo desde toda
dirección, semejante a la masa de una esfera bien redonda, igualmente
equilibrada desde el centro en toda dirección; pues no es correcto que
sea algo más grande ni algo más débil aquí o allá. Pues no existe algo
que no sea que le impediría llegar a su semejante, ni existe algo que sea
de modo que de lo que es, haya aquí más y allá menos, porque es del
todo inviolable. Por ende, siendo igual desde toda dirección, alcanza
uniformemente sus límites. Con esto concluyo para ti el confiable
razonamiento y el pensamiento acerca de la verdad (…)
“Si las cosas son múltiples, es necesario que sean todas las que son, y no
más ni menos que éstas. Pero si son todas las que son, son en número
limitado.
Si las cosas son múltiples, son también infinitas: ya que siempre hay otras
intermedias entre los entes, y nuevamente otras en el intervalo entre
estas, y así los entes son de número infinito.” (fr. 3)
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“Si la unidad (elemento de lo múltiple) no tuviese tamaño, ni existiera
siquiera. Pero si existe, es menester que cada una (parte de lo múltiple)
tenga cierto tamaño y un cierto espesor, y que la una esté a cierta
distancia de la otra. Y lo mismo puede repetirse para la que se halla frente
a ella. Porque también ella tendrá una magnitud y habrá algo en frente.
Pero esto mismo puede decirse una vez y repetirse siempre (al infinito)
con igual razón, pues ninguna parte de él (múltiple) será la última, ni
ninguna estará sin relación con la otra (que se halle frente a ella). Pues si
(tal unidad) fuese agregada a otro ente, no lo tornaría mayor, pues
estando privada de magnitud, si es agregada, no tiene ninguna capacidad
para contribuir a acrecentar cualquier magnitud. Y de esta manera, el
agregado sería nulo. Pero, si quitándola de otra cosa, esta otra, tampoco
se convertirá en menor, ni agregándola aumentará es evidente que era
nulo lo que ha sido añadido, y nulo lo que se quitó. En conclusión: pues
entonces, si las cosas constituyen una pluralidad, es preciso que, al
mismo tiempo, sean grandes y pequeñas: tan pequeñas como para no
tener magnitud, y tan grandes de modo de ser infinitas.” (fr. 1-2)
[La dicotomía y el Aquiles] “Cuatro son los razonamientos, que presentan
dificultad a quienes quieren resolverlos. El primero es el de la
imposibilidad del movimiento, por la necesidad de que el móvil alcance el
medio antes que el término.” (Arist., Fís., VI, 9, 239)
El segundo (razonamiento) es el llamado el Aquiles: consiste en esto: que
el más lento no será alcanzado jamás, en una carrera, por el más veloz,
pues es necesario que el perseguidor llegue primero al lugar del que ha
partido el perseguido, de manera que el más lento lo precederá
necesariamente siempre, por alguna distancia. Este es el mismo
argumento de la dicotomía, pero difiere al no dividir en dos la cantidad
obtenida. La conclusión del argumento, es pues, que el más lento no es
alcanzado; y deriva por el mismo camino que en la dicotomía (porque en
ambos se llega a la imposibilidad de alcanzarlo); de modo que es
necesario que haya también la misma solución. (ibíd)
“Reducidos son los poderes difundidos por las partes del cuerpo; y
muchos males vienen a turbar sus pensamientos. Los hombres ven solo
una pequeña parte de una vida que no es vida; condenados a temprana
muerte, son raptados y se diluyen como humo. Cada uno de ellos está
persuadido solo de lo que encuentra por azar, y, arrastrado en todas las
direcciones, se jacta de descubrir el todo. Tan difícil es que estas cosas
sean vistas o escuchadas por los hombres o comprendidas por sus
inteligencias. Tú, pues, que has llegado hasta aquí, sabrás no más de lo
que a la inteligencia humana le es posible. ” (fr.2)
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(fr.4). “Contempla cada cosa por el intelecto; no permanezcas inerte, con
los ojos atontados” (del frag.17). “(A lo divino) no es posible acercársele
tanto como para poder alcanzarlo con los ojos y aferrarlo con las manos,
que es el medio de persuasión que llega con mayor fuerza hasta el
corazón humano.”(frag. 133)
“Sabe que cuatro son las raíces de toda cosa: Zeus brillante, Hera
nutricia, Edoneus y Nestis, que nutre con sus lágrimas las fuentes de vida
para los mortales.”(fuego, aire, tierra, agua). (frag.6)
“Ellos (los elementos) permanecen los mismos; pero pasando los unos a
través de los otros, se convierten en distintos de aspecto; de tal manera
se cambian por la mezcla. Porque todos los seres, todos los que han sido,
son y serán, nacen de estos: árboles, hombres y mujeres, fieras, aves y
peces que viven en el agua, y los númenes longevos a los que se les
rinde culto.” (del frag. 21)
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ellos, sucesivamente, por poderoso juramento (frag. 30) todos los
miembros del dios, sucesivamente, fueron agitados.” (frag 31)
“Con referencia al nacer y al morir, los griegos no tienen una opinión justa.
Ninguna cosa nace ni ninguna cosa perece; sino que cada una se
compone y se descompone de cosas ya existentes. Y así debiera
llamarse rectamente al nacer, reunirse, y al parecer, separarse” (frag. 17).
“Y estando así estas cosas, conviene creer que en todas las cosas que se
reúnen hay muchas y variadas cosas, y las semillas de todas las cosas,
teniendo formas de todos los géneros y colores y sabores” (del frag. 4).
“Y ninguna cosa es igual a otra cosa, sino que aquello que abunda más,
más distintamente da y dio su característica a cada cosa (del frag.12).
Estando cada cosa caracterizada de acuerdo a lo que en ella predomina,
en efecto, parece oro aquello en que predomina las partículas oro, si bien
haya en él todas las cosas.” (Simplicio, Física, 272)
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la mezcla de todas las cosas (de lo húmedo y de lo seco, y del calor y del
frío, y de lo luminoso y lo oscuro, y de la multitud de tierra contenida) y la
gran cantidad de las semillas infinitas, ninguna semejante a otra. Pues
ninguna de las cosas aparece como igual a otra. Y hallándose, así las
cosas, conviene creer que todas las cosas estuviesen en el Todo.” (Del
frag. 4)
“Él dice que estando todas las cosas reunidas y en reposo, por un tiempo
infinito, el Intelecto introdujo el movimiento y las separó” (Arist. Física,
VIII, I, 250).
“Las otras cosas tienen todas alguna parte de cada cosa; pero el Espíritu
es infinito y dotado de fuerza propia, y no está mezclado con cosa alguna,
sino que se halla solo de por sí mismo. Porque si él no estuviese en sí
mismo, sino que se hallara mezclado con otra cosa, participaría de todas
las cosas, aunque solo estuviese mezclado con una sola cosa; porque en
toda cosa hay parte de cada cosa... ...El Espíritu es siempre todo igual; es
lo más grande como lo más pequeño. Ninguna cosa es igual a otra, sino
que cada cosa fue y es manifiestamente aquello de lo que contiene en
mayor grado...Pues el Espíritu es la más sutil, la más pura de todas las
cosas y tiene razón sobre toda cosa y posee el máximo poder. Y el
Espíritu domina a todas las cosas, grandes o pequeñas, que tienen un
alma (vivientes).
Y el Espíritu conoce todas las cosas, las mezcladas y las separadas y
distintas. Y el Espíritu ordenó todas las cosas, todas las que deberán ser,
las que fueron y no son, y las que son ahora; y puso orden en esta
revolución (rotación) en la que se encuentran arrastrados ora los astros, y
el sol, la luna, el aire y el éter ya separados (Del frag.12).
El Espíritu, que es eterno, está ciertamente todavía donde están todas las
otras cosas, es decir, en la masa envolvente, como en lo que estuvo
unido a ella y en lo que se separó.” (Frag.14)
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rapidez, Y la rapidez produjo la fuerza. Su rapidez no se asemeja a la
rapidez de ninguna de las cosas que se hallan ahora entre los hombres
sino que es de una velocidad mucho mayor. (Frag. 9). Lo húmedo, y lo
denso, el frío y lo oscuro, se reunieron en el lugar en que ahora se
encuentra la tierra, mientras que lo raro, el calor, lo seco, se dirigieron
hacia la región exterior del éter.” (Frag. 15)
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“Leucipo y su compañero Demócrito afirman que son elementos lo lleno y
el vacío, llamando al uno ser y al otro no-ser: a lo lleno y sólido lo llaman
ser; a lo vacío e inconsistente lo denominan no-ser (por eso dicen que el
ser no tiene, de ninguna manera, más realidad que el no-ser, ni el cuerpo
más que el vacío): estas son las causas de los seres, por lo que se refiere
a la materia.” (Arist. Metaf. I, 4, 985)
“En cuanto a los cuerpos compuestos, el que tiene más vacío es el más
ligero, y más grave el que tiene menos...Casi lo mismo dice de lo duro y
de lo blando; duro es lo denso, blando lo raro, y más o menos en
proporción. Pero, en lo duro y en lo blando, en lo grave y en lo ligero,
difieren la posición y la repartición de los vacíos. Así, el hierro es más
duro y el plomo más pesado: porque el hierro tiene una composición más
desigual y vacíos más frecuentes y considerables...el plomo menos vacío,
pero una estructura completamente uniforme...Por lo que se refiere a las
otras cualidades sensibles, ninguna tiene una realidad sustancial, sino
que todas son afecciones de la mudable sensación, de la que nace la
representación. En efecto, no tienen una realidad sustancial, ni el frío ni el
calor, sino que los producen la transformación de la forma y el cambio
nuestro. La prueba de que no existen por naturaleza se encuentra en el
hecho de que no aparecen de la misma manera a los diversos animales,
sino que lo que a nosotros nos parece dulce, para otros es amargo y para
otros ácido, y para otros, aún ácido y astringente y análogamente sucede
con las otras cualidades. Además, los mismos sujetos pacientes cambian
de temperamento, de acuerdo a la edad y a las vicisitudes, por lo que
resulta evidente que la disposición es causa de la representación. He aquí
todo lo que se debe admitir en general, para las cosas sensibles.”
(Teofrasto, De sensu, 61-64)
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“Ninguna cosa sucede sin razón, sino que todas acaecen por una razón y
por necesidad” (Leucipo, frag.). “Demócrito hace derivar de la necesidad
todas las cosas de las que se sirve la naturaleza, omitiendo indicar el fin”
(Arist. De gener. animal, V, 8, 789).
“Por esto, muchos consideran eterno el, acto, como Leucipo y Platón,
pues afirman que existe siempre el movimiento, pero no dicen qué
movimiento y por qué causa se produce, ni tampoco porqué es de tal
manera, ni cuál es su causa”(Arist., Metaf., XII, 6, 1071).
“Dicen algunos que el alma es, sobre todo y primeramente, el principio del
movimiento. Creyendo que lo que no se mueve no tiene capacidad de
mover otra cosa, colocaron el alma entre los seres en movimiento (Arist.,
De anima., I, 2, 403). Y afirman que el alma, como ella se mueve, mueve
también al cuerpo en que se halla; por ejemplo Demócrito...dice, en
efecto, que moviéndose las esferas indivisibles, por el hecho de no estar
nunca en reposo debido a su naturaleza, arrastran consigo y mueven a
todo el cuerpo.” (ibíd., I, 3, 406)
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exterior, penetrando por la inspiración otras formas atómicas de la misma
especie... (De anima, cit., I, 2, 403). Estas, entrando y resistiendo a la
presión, impiden que salga el alma interior de los animales. Por eso que el
vivir y el morir consisten en el inspirar y expirar, pues, cuando vence el
aire circundante, comprimiendo, y lo que entra desde el exterior no puede
oponerle más resistencia, porque hace falta la posibilidad de inspirar,
entonces sobreviene la muerte a los animales: pues la muerte es la salida
de estas formas del cuerpo, por comprensión del aire ambiente (De
respirat.cit. c. 4).
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