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José Navarro Talavera

Los diagramas euclidianos, los objetos geométricos emergentes y conocimiento


ampliativo

En este trabajo describo un caso de estudio sobre puntos inversos en diagramas euclidianos;
analizo el caso desde la tesis del carácter emergentista [pop up] y ambiguo de los objetos
geométricos.

Descripción del caso de estudio.

Teorema a demostrar: el punto inverso P’ de un punto P con respecto a un círculo C puede


construirse geométricamente con el solo uso del compás. P’ es el punto inverso de P con
respecto a un círculo C –al que no pertenece P– siempre que OP*OP’=r2 . Consideremos el
círculo C con centro en O y el punto P fuera de C. El segmento construido a partir de los
puntos P y O constituyen un radio. A continuación, se traza un arco cuyo radio tiene la
longitud de la línea OP, intersecta la circunferencia C en el punto R y la intersecta en el
punto S. Posteriormente, consideremos a los puntos R y S como centros de dos arcos, los
cuales se intersectan mutuamente en dos puntos: el punto O y el punto P’. Ahora estamos
en posición de trazar dos triángulos. El triángulo mayor se forma a partir de unir los puntos
R y P, P y O, R y O. El triángulo menor se construye uniendo los puntos O y P’, P’ y R, R y
O.
Un paso crucial en la demostración del teorema consiste en mostrar que el triángulo
mayor y el triángulo menor son isósceles. Empecemos con el triángulo mayor. Los
segmentos PR, PO y OR son los lados del triángulo. Los lados PR y PO tienen la misma
longitud. Esto por lo siguiente. Por un lado, P es el centro de un arco; por el otro, R y O son
dos puntos del arco cuyo centro es C. Consecuentemente, la longitud de los segmentos PR
y PO es idéntica. Por definición de triángulo isósceles, podemos concluir que el triángulo
mayor es isósceles.
Veamos el caso del triángulo menor que está formado por los segmentos: P’O, P’R
y OR. Puesto que P’ y O son punto de una circunferencia cuyo centro es R, la longitud de
los segmentos P’R y OR es idéntica. Teniendo dos lados de idéntica longitud y por
definición de triángulo isósceles, podemos concluir que el triángulo menor es un triángulo
isósceles.
Habiendo demostrado que los triángulos mayor y menor son isósceles, también
podemos concluir que los triángulos son similares: su escala es distinta pero el grado de sus
ángulos es el mismo. Veamos la manera en que llegamos a este resultado.
En el diagrama podemos ver que uno de los ángulos base del triángulo mayor y
menor es el mismo, a saber, POR y P’OR. Siendo triángulos isósceles, resulta que POR
=ORP y que P’OR=OP’R. Más todavía, puesto que POR=P’OR, entonces
OP’R=POR =ORP . Finalmente, por principio geométrico, el grado del tercer ángulo
del triángulo mayor y menor es el mismo. Consecuentemente, el triángulo mayor y el
triángulo menor son similares: tienen diferentes escalas, pero el grado de los ángulos
gemelos es idéntico.
Por último, si los triángulos son similares, entonces es verdadera la igualdad entre
proporciones OP/OR=OR/OP’ y, consiguientemente, OP*OP’=r2. Pero OP*OP’=r2 no sería
el caso a menos que P’ sea el punto inverso de P relativo a una circunferencia C –tal que P
no es un punto de C.

La emergencia de los objetos geométricos

Las nociones comunes son reglas de construcción e inferencia: nos dicen qué (trazos) se
puede introducir en un diagrama y qué se puede inferir del mismo. No es este el caso para
los objetos que se pueden abstraer (leer fuera) de un diagrama –los objetos emergentes
[pop-up objects] (Macbeth, 2010).
Los objetos geométricos emergen cuando dos líneas se cruzan o cortan mutuamente.
La peculiaridad de los objetos geométricos emergentes reside en el hecho de que no hay
reglas explícitas que se apliquen para construirlos o abstraerlos de un diagrama. A partir de
la intersección de dos segmentos de línea se obtiene un punto. A partir de la intersección de
tres segmentos obtenemos un triángulo. Asimismo, los objetos geométricos emergen y
están disponibles para una demostración incluso si no sirven propósito alguno a la misma
demostración. Por ejemplo, en nuestro diagrama, a partir del cruce de segmentos emerge el
triángulo PP’R, pero éste no cumple una función central en la demostración sobre puntos
inversos. Me parece que este hecho ejemplifica la idea de que no hay reglas explícitas que
regulen cuándo debemos abstraer un objeto geométrico de un diagrama.
Los diagramas también tienen la peculiaridad de que, a partir del trazo de segmentos
que se intersectan, puede emerger más de un objeto geométrico. Me parece que dos objetos
geométricos pueden emerger del mismo trazo de manera diacrónica y sincrónica.
Consideremos un caso de emergencia diacrónica en nuestro diagrama. El segmento OR
surge de unir los puntos O y R –que también son objetos emergentes. Evidentemente, el
segmento OR es radio del círculo trazado en el diagrama. Posteriormente, al trazar líneas
adicionales, emergen los triángulos POR y P’OR. El primer triángulo tiene como base el
segmento OR y el segundo lo tiene como lado. En otras palabras, distintos objetos
geométricos emergieron a lo largo de la misma demostración. Ahora consideremos un caso
de emergencia sincrónica. Después de haber trazado los segmentos punteados de los que
emerge el triángulo POR, se traza el segmento punteado RP’. A partir del trazo de este
segmento emergen los triángulos P’OR y PP’R –aunque ciertamente el segundo triángulo
no juega ningún papel relevante en la demostración relativa a puntos inversos.

La ambigüedad del diagrama geométrico

Considerando que más de un objeto geométrico puede emerger –sincrónica o


diacrónicamente– del cruce de dos líneas, me parece que la el fenómeno emergentista
explica la ambigüedad de los objetos geométricos. A continuación hablaré del papel de la
ambigüedad dentro de las demostraciones euclidianas. Hay dos ambigüedades en el
diagrama y ambas juegan un papel central en la demostración. La primera ambigüedad se
da entre los triángulos POR y P’OR. Por un lado, la base del primero es un lado del
segundo y la base del segundo es una sección de un lado del primero. Debido a este
coincidencia entre los segmentos que constituyen los triángulos, podemos ver que el ángulo
POR del triángulo POR es idéntico al ángulo P’OR del triángulo P’OR. Un paso en la
demostración consiste en establecer que los triángulos emergentes son similares: el grado
de sus ángulos es idéntico pero tienen distinta escala. Sabemos que los triángulos son
similares porque son isósceles y porque vemos que comparten un ángulo base: POR o
P’OR. La ambigüedad entre los ángulos POR y P’OR da cuenta del hecho de que
podamos ver que dichos ángulos son idénticos.
La segunda ambigüedad se observa en el segmento OP. Esta ambigüedad contribuye
a establecer que si OP/OR=OR/OP’, entonces OP*OP’=r2 –es decir, que P’ es el punto
inverso de P. Sabemos que OP/OR=OR/OP’ si y sólo si OP*OP’=OR*OR y sabemos que
el segmento OR es tanto base del triángulo POR como radio del círculo. Por consiguiente,
OP*OP’=r*r y OP*OP’=r2.

La relación entre conocimiento ampliativo geométrico, ambigüedad y emergencia.

De acuerdo con Macbeth, la práctica de la geometría euclidiana es, en contraste con un


sistema axiomático, similar a un sistema de deducción natural: las nociones comunes no
constituyen premisas o puntos de partida, sino que dichas nociones constituyen las reglas
que constriñen aquello que se puede concluir –como en un sistema de deducción natural.
De igual manera, Macbeth considera que los diagramas euclideanos amplían nuestro
conocimiento: en la fase final de un diagrama tenemos conocimiento que no teníamos en la
fase inicial de la construcción diagramática.
Concedamos que la geometría euclidiana tiene un carácter lógico deductivo y
amplía nuestro conocimiento. En principio, uno podría pensar que las dos características
son inconsistentes considerando la posición estándar según la cual el razonamiento lógico
deductivo no amplía nuestro conocimiento, sino que es meramente explicativo o un
requisito de consistencia lógica. La tensión es meramente ilusoria. En primer lugar, las
reglas inferenciales –las definiciones y nociones comunes– gobiernan lo que se puede
inferir y construir en un diagrama, pero no aquello que se puede abstraer de un diagrama –
como los objetos geométricos emergentes. En segundo lugar, el carácter emergente y
ambiguo de algunos objetos geométricos explica el carácter ampliativo del conocimiento
derivado de la geometría euclidiana. En la demostración del punto inverso, comenzamos
con un círculo y un segmento punteado. El segmento punteado no representa el lado de un
triángulo isósceles sino hasta después de haber trazado las demás líneas de las que emerge
el triángulo. Esto significa que la información que tenemos al final de una demostración no
está contenida en la información que tenemos inicialmente y, por ende, los diagramas
euclidianos ofrecen conocimiento ampliativo.

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