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fotosíntesis
Las plantas son organismos autótrofos, lo que significa que producen
su propio alimento y sustentan a otros organismos. Sin el sol, no
habría fotosíntesis y la vida no sería sustentable.
Las plantas utilizan una parte específica del espectro solar (luz) para
la fotosíntesis, lo que se conoce como radiación fotosintéticamente
activa (RFA) (Figura 1). La RFA es la región de la radiación solar entre
400 y 700 nm.
Estomas
La fotosíntesis ocurre principalmente en las hojas de las plantas; sin
embargo, puede ocurrir en los tallos, pero en un porcentaje mínimo.
Este proceso inicia cuando el CO2 entra a la hoja a través de los
estomas (abertura de las hojas) (Figura 2). La mayoría de los estomas
se encuentran en la parte inferior de la hoja para evitar la pérdida
excesiva de agua. Los estomas permiten el intercambio de CO2,
oxígeno y vapor de agua entre la hoja y el medio ambiente.
La fotosíntesis: un proceso de 2 pasos
El proceso de la fotosíntesis se realiza en dos pasos, la reacción
dependiente de la luz y la reacción independiente de la luz. La
reacción dependiente de la luz (se necesita luz) se lleva a cabo en los
tilacoides y convierte la luz en energía química. La energía química
que se produce en la reacción dependiente de la luz se usa para fijar
el CO2 y reducirlo a carbohidratos, que es la reacción independiente de
la luz o ciclo de Calvin. Este ciclo se lleva a cabo en el estroma del
cloroplasto. Los productos de estas reacciones son la glucosa, que es
usado por la planta, y el oxígeno, que es liberado a la atmosfera a
través de los estomas.
Las plantas se diferencian por la forma que utilizan para fijar el CO2;
como resultado, se pueden clasificar las reacciones independientes de
la luz como vía C3, vía C4 y vía CAM. Las plantas C3 están adaptadas
a climas templados y las plantas C4 están adaptadas a climas cálidos
y secos. Las plantas CAM son principalmente cactus; estas abren los
estomas durante la noche para reducir la pérdida de agua por
transpiración.
Calidad de la luz
Como se mencionó anteriormente, las plantas realizan la fotosíntesis mientras
están expuestas a la radiación RFA; esto se refiere a la calidad de la luz
(Figura 1). Como se menciona anteriormente, la clorofila absorbe de forma
más eficiente la luz azul violeta y la luz roja. Por lo tanto, es preferente
exponer a las plantas a esta calidad de luz, a cierta intensidad (cantidad de
energía). Al seleccionar luz suplementaria y, especialmente, cuando se trabaja
únicamente con luz artificial, es importante elegir la fuente correcta de luz.
Por ejemplo, las bombillas incandescentes tienen una eficiencia baja
ya que la mayor parte de la energía se usa para calentar la lámpara;
además, la mayor parte de la energía luminosa se proporciona en la
región roja. Las lámparas de sodio de alta presión (HPS, por sus
siglas en inglés) y los diodos emisores de luz (LED) son las fuentes de
luz más eficientes del mercado. Las lámparas HPS tienen dos puntos
críticos en la región de RFA, uno pequeño en la región azul y uno más
grande que se extiende a las regiones amarilla, naranja y roja del
espectro.
Intensidad de la luz
Sin importar la fuente de energía luminosa, las plantas necesitan una
intensidad de luz mínima para iniciar el proceso de fotosíntesis; esto se llama
punto de compensación de la luz. Este punto es donde el CO2 absorbido es
igual al CO2 liberado. A medida que aumenta la intensidad de la luz y la
cantidad de energía proveniente de una fuente de luz, mayor será la velocidad
de la fotosíntesis.
Temperatura
La temperatura afecta a la actividad de las enzimas responsables de ayudar en
las reacciones químicas en el ciclo de Calvin. A temperaturas bajas, la
actividad de las enzimas es lenta. A medida que aumenta la temperatura, las
enzimas que ayudan en estas reacciones químicas aumentan su actividad hasta
un punto crítico, que es el valor óptimo de temperatura. A esta temperatura,
las plantas logran la velocidad de fotosíntesis más alta.
Dióxido de carbono
Además del agua y la luz, el otro componente principal necesario para la
fotosíntesis es el dióxido de carbono (CO2). Es importante mantener valores de
CO2 suficientemente altos para la fotosíntesis. El CO2 ingresa a través de los
estomas de la hoja (Figura 2); este organelo se abre y cierra según diversos
parámetros. Cuando la planta está bajo estrés hídrico, expuesta a vientos de
gran velocidad, experimenta deficiencias de nutrientes o el déficit de presión
de vapor es muy alto, los estomas se cierran, lo que interrumpe el intercambio
de oxígeno, CO2 y vapor de agua entre la planta y la atmósfera. Como
resultado, disminuye la velocidad de la fotosíntesis.
Dentro del invernadero
En los invernaderos, es importante intercambiar todo el volumen de
aire rico en oxígeno desde el interior del invernadero con aire exterior
y fresco varias veces por hora para mantener niveles de
CO2 favorables dentro del invernadero. Esto es más importante
durante el invierno, ya que el invernadero se cierra al entorno para
minimizar la pérdida de calor.
Las plantas C3 se podrían beneficiar de la inyección de CO2 en un
invernadero ya que aumentaría la velocidad de fotosíntesis de estas
plantas, hasta cierto punto, a medida que aumenta el CO2. La
velocidad de fotosíntesis de las plantas expuestas a altas
concentraciones de CO2 puede aumentar aún más a medida que
aumenta la temperatura hasta el valor óptimo de temperatura.