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El relato trata sobre lo ocurrido la noche del 9 de Junio de 1956, y a lo que conllevaron los
hechos de esa misma noche. Un grupo de civiles (algunos involucrados en la conspiración que
quería poner fin a la Revolución Libertadora, otros no) fueron detenidos antes de la aplicación
de la Ley Marcial, para luego ser conducidos al basural de José León Suárez, donde iban a ser
fusilados, algunos pudiendo escapar. El autor se introduce en una investigación en la que
contactará a los sobrevivientes para descubrir el desarrollo de los hechos ocurridos en una de
las jornadas más negras de la historia argentina. Descubre que los sobrevivientes fueron siete y
los fusilados fueron cinco. Los fusilamientos quedaron impunes pero el autor logra su
cometido: dejar plasmado la versión no oficial de los hechos y, así, un futuro y valorable
ejemplo.
- LOS HECHOS: Consta de 18 capítulos en total (14. ¿Dónde está Tanco?; 15. La revolución del
Valle; 16. "A ver si todavía te fusilan"; 17. " Pónganse contentos"; 18. " Calma y confianza; 19.
Que nadie se equivoque...; 20. ¡Fusilarlos!; 21. "Le daba pecado..."; 22. El fin del viaje; 23. La
matanza; 24. El tiempo se detiene; 25. El fin de una larga noche; 26. El ministerio del miedo;
27. Una imagen en la noche; 28. "Te llevan"; 29. Un muerto pide asílo; 30. La guerilla de los
telegramas; 31. Lo demás es silencio...;) Esta fracción del texto narra cómo se llevaron a cada
uno de los hombres del departamento; el traslado a la Unidad regional de San Martín; el
traslado al lugar de fusilamiento; las conversaciones entre los presos; el fusilamiento
propiamente dicho y el modo en que se salvaron los sobrevivientes. También relata sobre el
alzamiento de Valle y Tanco y sobre cómo fueron reprimidos.
-LA EVIDENCIA: Consta de seis capítulos en total (32. Los fantasmas; 33. Fernández Suárez
confiesa; 34. El expediente Livraga; 35. La justifica ciega; 36. Epílogo; 37. Aramburu y el juicio
histórico;). Esta fracción del texto narra la reproduccion del expediente formado por la
denuncia de Livraga, las declaraciones de los implicados, víctimas y victimarios y el fallo final.
Ciertos aspectos de la vida cotidiana, descriptos por el autor en Operación Masacre, nos
permite comprender y ubicarnos en el contexto de la década del 50. Comenzando por la
descripción del barrio de Florida hasta la descripción de la gente que vive allí, nos es
suficiente para situarnos corréctamente. Rodolfo Walsh relata "El municipio regatea el
agua y las obras sanitarias, hay baches en los pavimentos, faltan letreros indicadores en las
esquinas, pero el pueblo vive a pesa de todo [...] Ofrece los violentos contrastes de las
zonas en desarrollo [...] Las esquinas están mal iluminadas y hay que cruzarlas con
precaución para no enfangarse en lo charcos provocados por la falta de desagües"
(Capítulo 3. Don Horacio - Primera parte del libro) Como puede apreciarse el barrio
descripto es un barrio de clase trabajadora no acomodada con ciertas comodidades pero
también con ciertas carencias. También describe a la familia promedio que vive en este
barrio, trabajadora, con una familia no muy numerosa, a los que le gusta el deporte, que
protestan contra el gobierno "sin exaltarse contra el alza de la vida". Una familia tipo de
clase media de Buenos Aires, haciendo énfasis en obreros especializados, que nos ayuda a
unir esta realidad con el avance de la industrialización por el modelo de sustitución de
importaciones.
Describe también el barrio de Boulogne. Lugar donde residía la clase obrera relacionada
con el transporte en su mayoría y, por lo general, relacionados también con la resistencia
peronista. Trabajadores que estaban sufriendo persecuciones como la situación de
Carranza. Así también describe a la familia de Garibotti. Se hacen referencia también a los
medios de transporte que utilizaban para ir a trabajar. Walsh describe la persecución a la
que en momentos del gobierno de la autodenominada Revolución Libertadora eran
sometidos todos aquellos sospechados de ser peronistas y que incluso podía llegar a
abatirse sobre sus familiares más cercanos, incluso sobre sus hijos de corta edad: "A las
ocho de la mañana siguiente la sacaron a Elena de la casa de sus parientes, la llevaron sola
a la comisaría y la interrogaron durante cuatro horas. ¿Llevaba panfletos su padre? ¿Era
peronista su padre? ¿Era un delincuente su padre?" (Capítulo 1. Carranza - Primera parte
del Libro) Describe otra realidad, que es la vida de un oficinista como Mario Brión, una vida
que no iba afuera de lo común.
Con estos aportes de Rodolfo Walsh entonces, además de la investigación clave que hizo
en su obra literaria, también se rescatan valores históricos y sobre todo sociales de
mediados de la década de los 50.
También podríamos considerar que el primer sobreviviente es Juan Carlos Livraga, ya que la
investigación de Walsh comienza cuando escucha hablar de que él era "el fusilado que vive".
Juan Carlos Livraga es la primer persona que estuvo en el fusilamiento que habla con Rodolfo
Walsh, por lo tanto, el primer sobreviviente en contarte lo sucedido esa noche del 9 de Junio
de 1956. Gracias a que el autor escucha de él, es que comienza la investigación, y es ahí donde
reside su importancia.
Como último, podríamos considerar a otro "primer sobreviviente" a Julio Troxler, que es el
primero en escaparse una vez que ya están los detenidos en el basural de José León Suárez. El
libro lo relata cómo "En el camión Troxler ha tenido la flecha de su cuerpo. Casi toca las rodillas
con la mandíbula. -¡Ahora!- aulla y salta hacia los dos vigilantes. [...] les junta las cabezas a los
vigilantes y tira uno a cada lado, como muñecos. Da un salto y se pierde en la noche." (Capítulo
23. La matanza- Segunda Parte del libro). La importancia podría radicar en que gracias a que él
saltó del vehículo, distrajo al resto de los polícias, ayudando a que algunos de los detenidos
pudieran salvarse. De todas formas, en contraste con la relevancia de Livraga y Torres, la
trascendencia de que Troxler sea el primer sobreviviente es paupérrima.
La Revolución del Valle fue el frustrado levantamiento cívico-militar del 9 de junio de 1956
contra el gobierno del general Pedro Eugenio Aramburu, quien había asumido el gobierno de
facto el 13 de noviembre de 1955, tras la autodenominada "Revolución Libertadora", que
derrocó a Juan Domingo Perón en septiembre del mismo año. Conspiraban para diseñar un
movimiento que exigía el cese de la persecución al peronismo, la restitución de la Constitución
de 1949 y libertad a los presos políticos. Los conductores del movimiento eran los generales
Valle y Tanco; los coroneles Cogorno, Alcibíades Cortínes, Ricardo Ibazeta y capitán Jorge
Costales, entre otros. En la noche del 9 de junio el general Juan José Valle encabezó una
asonada con focos aislados en Buenos Aires, La Plata y La Pampa. El intento concluyó al cabo
de unas pocas horas. Tres días más tarde, el 12 de junio de 1956, el general Valle fue fusilado.
La represión costó la vida de más de veinte personas, militares y civiles. Intentaron instalar a
las 22.00 una radio clandestina en Avellaneda, pero a las 22.30 un comando del gobierno los
arrestó a todos. La proclama solo se escuchó en la provincia de La Pampa, donde actuaba el
coronel Adolfo Philippeaux. También quisieron ocupar Campo de Mayo, sublevado por los
coroneles Ricardo Ibazeta y Alcibíades Eduardo Cortínes; el Regimiento II de Palermo, por el
sargento Isauro Costa; la Escuela de Mecánica del Ejército, por el mayor Hugo Quiroga; el
Regimiento 7 de la Plata, por Cogorno. Hubo civiles armados y militares que intentaron
sublevarse en Santa Fe, Rosario (tomaron por varias horas el Regimiento), Rafaela y Viedma.
Excepto en La Pampa, la mayoría de los jefes de la sublevación fueron apresados. El grupo de
civiles, entre otros, operando en Florida, en la calle Hipólito Yrigoyen 4519, donde se reunieron
Lizaso, Carranza, Garibotti, Brión, Rodríguez, Troxler, Gavino, Giunda, Díaz, Torres, Livraga y Di
Chiano. Es gracias a esto que la policía interviene en esta propiedad deteniendo a personas
que no tenían relación con la Revolución del Valle.
1. Que el 9 de junio de 1956 detuvo personalmente a un grupo de hombres entre los que
estaba Livraga.
2. Que la detención de esos hombres se produjo a las 23 horas del 9 de junio, es decir una hora
y media antes de promulgarse la ley marcial.
3. Que esos hombres no habían participado en el motín.
4. Que esos hombres no opusieron ninguna clase de resistencia al arresto.
5. Que a la madrugada esos hombres fueron fusilados, "por orden del Poder Ejecutivo", según
Fernández Suárez." (Capítulo 33. Fernandez Suárez confieza - Tercera parte del libro).
¿Cómo intenta Fernández Suárez "salvarse" de un juicio civil?
Fernández Suárez, el jefe de la policía que dio la orden de fusilar a los prisioneros, movió
influencias para que la causa pasara a la justicia militar. Demás está aclarar, que el juez
castrense no encontró delitos en el accionar de ningún funcionario policial, menos aún en el
Jefe de la Fuerza.
D. A. Fernández Suárez
Teniente Coronel jefe de Policía" (Capítulo 34. El expediente Livraga - Tercera parte del libro).
"Este fallo, al pasar la causa a una titulada justicia militar, igualmente cómplice y facciosa, dejó
para siempre impune la masacre de José León Suárez." (Capítulo 35. La justicia ciega - Tercera
parte del libro).
Se habla de asesinato y no de fusilamiento, debido a que hubiera sido esto último si se juzgara
a Livraga y al resto de los detenidos bajo la Ley Marcial. Pero habiendo sido detenido antes de
que esta ley entrara en vigencia, estando regido por el codigo penal, se lo tiene que juzgar bajo
ese mismo código.
Justamente bajo este mismo código se estaría violando el Art. 18 de la Constitucion Nacional,
tal cual expresa Walsh en Operación Masacre. "Ésa, pues, es la mancha imborrable, que salpica
por igual a un gobierno, a una justicia y a un ejército: Que los detenidos de Florida fueron
penados, y con la muerte, y sin juicio, y arrancándolos a los jueces designados por la ley antes
del hecho de la causa, y en virtud de una ley posterior al hecho de la causa, y hasta sin hecho y
sin causa. No habrá ya malabarismos capaces de borrar la terrible evidencia de que el gobierno
de la revolución libertadora aplicó retroactivamente, a hombres detenidos el 9 de junio, una
ley marcial promulgada el 10 de junio. Y eso no es fusilamiento. Es un asesinato." (Capítulo 35.
La Justicia Ciega - Tercera parte del Libro).