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EN EL ADULTO MAYOR
Docente:
NCR: 8437
VIII SEMESTRE
PSICOLOGIA
La depresión constituye uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en las personas de
edad avanzada y sus principales características principales es la alteración grave que tiene en sus
estado de ánimo, en la que predomina una tristeza profunda en su ser que interfiere de forma muy
significativa en la persona que la padece, presentándose alteraciones de la parte afectiva en donde
predominan los sentimientos, de tristeza, decaimiento, irritabilidad, y una sensación subjetiva de
malestar e impotencia ante las exigencia s de la vida , la perna deprimida también siente afectada
el área cognitiva” en donde se presentan pensamientos negativos sobre sí mismos, el mundo y el
futuro, rumiaciones persistentes, dificultades de memoria, de concentración y de toma de
decisiones) , su esfera conductual ( en la que predominan sus síntomas como el abandono de
actividades anteriormente motivadoras y placenteras, la reducción del contacto social, la lentitud
ala hablar o al andar) y la esfera somática ( en la que se producen alteraciones del apetito o el
sueño entre otras). Por todo ello, el síndrome depresivo supone una alteración global de la vida
psíquica del individuo, como una afectación especial de la vida afectiva, del estado de ánimo y del
humor.
Objetivos específicos.
- Promover los acompañamientos de familiares y cuidadores dentro del hogar casa geriátrica
Años de Luz.
CONTEXTO
En Colombia como en otros países del mundo se está viviendo un proceso de transición
epidemiológica y cada vez es más importante la población, aumentando el número de adultos
mayores, en los que la depresión es una enfermedad que genera impacto y en la morbilidad y
mortalidad y pocos estudios nacionales se han enfocado a analizar su comportamiento y sus
factores asociados, Según los Estudios de cortes transversales sobre los datos de la encuesta
nacional de demografía y salud del año 2010 (ENDS 2010) que encuesto 50.000 hogares con
17.574 adultos mayores encuestados. Se realizó una regresión logística binaria y múltiple para
establecer las variables asociadas a la depresión. Resultados: Se encontró una prevalencia global
de 9,5%, siendo mayor para el sexo femenino (11,5%, OR =1,74), menor prevalencia de depresión
a medida que aumenta la escolaridad (OR=0.14), mayor depresión en presencia de discapacidad
(OR=14,21) y en las comorbilidades como enfermedades cerebrales (OR=2.09), cardiacas
(OR=1.49), diabetes (OR=1.19), Alzheimer (OR=2,13) entre otras, no se encontró asociación con
variables como edad, estado civil. El comportamiento de la depresión en adultos mayores en la
población estudiada es similar a la de otros países, se deben hacer estudios prospectivos y de
intervención para establecer mejor las variables relacionadas.
Por lo anterior descrito se reconoce que una de las enfermedades que impacta y contribuye al
deterioro de la salud en la población del adulto mayor es la depresión con estadísticas variables de
prevalencia en los distintos países y que a pesar de ser menos prevalente en los adultos mayores
genera serias consecuencias y está asociada a un aumento de la mortalidad que repercuten en
alteraciones importantes en la calidad de vida de esta población, en la atención primaria el
reconocimiento de los trastornos depresivos es menor del 50% y solo una pequeña cantidad de
estas personas reciben tratamiento es por eso que para fines de salud pública es muy importante
implementar medidas que tengan impacto en este grupo poblacional que se hace cada vez más
importante en esta población y uno de los primeros objetivos es reconocer cuales son los factores
asociados a la depresión en las diferentes poblaciones para poder tomar medidas efectivas y
solventar en lo posible los factores modificables y poder tener un mayor índice de diagnóstico y
tratamiento temprano de esta condición.
Respecto a las adaptaciones del tratamiento determinadas por el contexto desde donde ese
realiza la terapia cabe diferenciar entre la intervención psicológica realizada en entornos
institucionalizadas( residencias, centros de día, hospitales sociosanitarios, etc. ) y las
intervenciones llevadas a cabo en contextos no institucionalizados como el domicilio del paciente
o la consulta, la intervención del psicólogo en instituciones pueden estar sujetas a las horas de
atención psicológica que tienen asignadas el centro, lo que permite en caso de que estas sean
suficientes, una organización de la intervención de tipo interdisciplinar que atiende al individuo
orientado a quienes lo tratan( profesionales de centros o familiares) y que establece programas y
talleres preventivos o de tratamiento, según sea la necesidad, la atención en institutos no
institucionalizados presenta unas características que no se pueden disponer de los datos fiables
sobre la atención de consulta psicológica por depresión en personas mayores porque resulta difícil
conocer con exactitud los datos tomando en consideración tanto de la atención pública como
privada. Existen casos no registrados en pacientes mayores de 80 años que no asisten a terapia lo
cual no significa que no existe este trastorno depresivo en los mayores de edad residentes en sus
domicilios acuden a consulta por otros motivos pero por padecer cierto grado de tristeza, desilusión
y desanimo.
Para lograr resultados positivos dentro de la terapia psicológica a la población de la tercera edad
se debe recalcar la importancia de implicar no solo a al apersona mayor que está afectada de
depresión sino también a los cuidadores o familiares que los atienden y apoyar esto debe
complementarse la intervención dirigida al paciente con orientaciones y pautas claras de
interacción pata quienes los cuidan; otra realidad que se debe tener en cuenta son las persona s
mayores que viven solas o en compañía de otras personas mayores ya que este hecho dificulta la
detección y planificación adecuada de la atención psicológica, una vez mencionadas los aspectos
generales que se deben considerar dentro del contexto para adaptar cualquier intervención
psicológica dirigida a la población del adulto mayor se debe considerar las aportaciones que
orece la terapia cognitiva conductual que se ofrece para el tratamiento de la depresión.
Este aumento en la expectativa de vida trae consigo muchos desafíos siendo casos de gran
importancias en el área de la salud del adulto mayor, tomando en consideración que el aumento de
la longevidad muchas veces es acompañado de un incremento en la prevalencia de morbilidad
como consecuencia, principalmente de las patologías crónicas de carácter físico y o mentales así
como las discapacidades (Alba et al., 2201); Entre las principales patologías en el ámbito de salud
mental se encuentran en este tipo de población donde se identifica la presencia de trastornos de
depresión y ansiedad (Díaz et al; Montorio, nuevo, Lozada & Márquez, 2001; Villalobos et al.,
2002); La depresión según Díaz et al. (2002), Presenta una prevalencia mundial en la población
anciana que fluctúa entre un 3 a un 5 % y en cuanto a la ansiedad a nivel mundial se estima que
entre 10 a un 20% de los AM mayores de 55 años, presentan síntomas ansiosos significativos,
observándose además una alta comorbilidad con el trastorno depresivo, la cual alcanza
aproximadamente a un 47% (Montorio et al., 2201; Sánchez, 2000).
En esta teoría planteada por Gubrium (1972; 1973), se intenta unificar los factores personales
con los sociales ósea, se concibe la vejez como el resultado de la interacción entre la otra persona
y su entorno (físico y social). Poe ello, se defiende que en el nivel de actividad de un apersona
mayor hay tres factores que inciden fundamentalmente y son la salud el dinero y los apoyos
sociales (Fernández López, 1994; Mishara y Riedel, 1986).
Según esta teoría, la salud es determinante ya que muchas personas están muy limitadas por las
enfermedades que padecen; en cuanto a la situación económica, una situación precaria seria otra
condición negativa que acudiría como factor limitante en la actividad de los ancianos, en muchos
países, desarrollados hay un porcentaje elevado de personas de edad que perciben unos ingresos
que apenas llegan a la subsistencia, Respecto a los apoyos sociales, la desintegración familiar por
muerte de uno de los conyugues, o la falta de relaciones sociales actuarían condicionando la
conducta de los ancianos, en resumen según J. Gubrium todos los factores del medio social que
actúen limitando la actividad son negativos para la vejez.
Está demostrado que no todo el organismo envejece al mismo ritmo. Cada sistema orgánico
tiene el suyo propio, a menudo influido por factores genéticos. Dentro del sistema nervioso central,
los procesos degenerativos no son uniformes (Dichgans & Schulz, 1999). Este factor debe tenerse
en cuenta al hacer afirmaciones sobre el envejecimiento. La heterogeneidad, que es de regla en el
comportamiento, se encuentra también en el substrato biológico de la conducta y la vivencia.
Crucialmente, la vejez es etapa biográfica, señalada por ciertos atributos exteriores, de acuerdo con
el reloj social que cada comunidad tiene. Internamente, esta etapa es marcada más por lo que es
que por lo que se hace; Es frecuente encontrar personas afectadas por la opinión que de ellas tienen
los otros, mantenida a lo largo de años, que contrasta con la opinión propia. Por esto se puede
afirmar que el concepto de vejez es una construcción social que tiene sus bases en los imaginarios
culturales que se elaboran sobre esta etapa, así como en épocas pasadas o en algunas culturas donde
las personas viejas eran o son reverenciadas como portadoras de sabiduría, experiencia y de las
tradiciones de las culturas. En este momento son consideradas inservibles debido a los modelos
económicos que nos rigen, en los cuales el valor está dado por lo que se pueda aportar.
La vida del ser humano es definida desde diferentes puntos de vista: biológico, entendido por la
posición y las expectativas respecto a la duración potencial de los años de vida y se acompaña de
elementos que miden la capacidad funcional de los sistemas vitales. La posición presente y
expectativa respecto a su duración potencial en años de vida, debe ser acompañada de elementos
que midan la capacidad funcional de los sistemas vitales cuya situación limita o prolonga el ciclo.
Es lógico entender que este tipo de edad es al que comúnmente le llamamos edad, con la única
diferencia de que aquí no es cuántos llevas, sino cuántos te quedan, en términos de vida biológica;
Por otra parte, está el punto de vista de la Psicología que se relaciona con la capacidad de
adaptación que manifiestan las personas ante los diferentes eventos de la vida, por lo que es algo
similar a lo que se llama "madurez" en el lenguaje cotidiano, y de hecho esta capacidad se logra a
través de los años con la experiencia que se va acumulando. La capacidad que el sujeto manifiesta
para adaptarse a los distintos cambios estructurales se hace evidente hoy; los históricos por
ejemplo, que una sociedad puede plantear al sujeto, puesto que en la vida de una persona se suscitan
muchos cambios a nivel social, partiendo del hecho de que de una generación a otra se viven
situaciones drásticamente diferentes y más en el presente que, con el agigantado avance de la
ciencia y la tecnología, los estilos de vida cambian frecuentemente.
Otro aspecto es el social que tiene que ver con los roles y hábitos sociales que el sujeto es capaz
de asumir en relación con el término medio del contexto con los que desempeñarían otros
miembros del grupo social y los que pudiera asumir en un momento dado. Este último papel se
puede entender con mayor claridad a través de la sociología, en donde lo fundamental consiste en
el tipo de roles que ocupan las personas en una estructura social. Por lo tanto, esta edad es definida
por el rol que un sujeto ocupa en la sociedad, dentro del cual se involucra en las actividades del
sujeto y su poder correspondiente; Las Representaciones Sociales del adulto mayor también
pueden ser evidenciadas en las teorías que se manejan sobre la vejez:
Desde la antropología San Román (1989) habla de “imagen idílica del anciano en el seno
familiar de épocas pretéritas”. Exactamente se dirige a la marginación diciendo que: “el anciano
empieza a estar marginado cuando se le suplanta su rol social y esto ocurre ahora y ha ocurrido
siempre”. (Sentilecto et al., 2007).
Desde los aportes de la terapia cognitivo conductual en el tratamiento para la depresión esta la
terapia de conducta que plantea interesantes aportaciones para el tratamiento de la depresión en
personas mayores, partiendo de una visión contextual tanto en la explicación del origen del
trastorno como en su tratamiento, diversos estudios realizados desde este enfoque constatan que
personas deprimidas presentan un mismo patrón de comportamiento, caracterizado por la
existencia de un entorno muy poco “reforzante” ( bajo nivel de refuerzos positivos) en los ámbitos
personal y social, muy pocas conductas orientadas a la consecución de objetivos , proyectos o
iniciáticas y conductas de queja, lamentación o infravaloración, según este modelo , los familiares
y las personas del entorno del paciente inicialmente tiene den a reforzar estas conductas con una
actitud protectora y bien intencionada, pero de manera progresiva dejan de hacerlo ante la negativa
del paciente de participar en actividad propuestas , así como “ aversivo” que resulta par ellos la
compañía basada en quejas y lamentaciones constantes, llegados a este punto el paciente
deprimido termina confirmando claramente la certeza de su aislamiento y la falta de refuerzo
positivo e inicia así un círculo vicioso que mantiene y agrava la situación estos cambios son
generados cuando se presentan accidentes, o empiezan a vivir solos o cuando están siendo
cuidados por la enfermedad del alzhéimer cuyo nivel de dependencia va en aumento con el tiempo
la pérdida de autonomía funcional se debe al propio proceso natural de envejecimiento.
La terapia de conducta considera que la depresión está causada por la situación en la que uno
está ( carácter contextual) y no por la situación en la que uno está ( carácter contextual) y no por la
situación que uno tiene dentro de sí, en consecuencia el tratamiento se dirige a la reorganización
de las contingencias ambientales, con este propósito se han desarrollado técnicas y programas al
aumento de actividades agradables y las disminución de sucesos desagradables , así como a la
mejora de las habilidades sociales de los pacientes ancianos, y desde un entorno residencial ,
implicando a otros profesionales del centro como enfermeras , fisioterapeutas y animadores o desde
la propia consulta , implicando cuidadores y familiares, se pueden emplear diversas técnicas que
faciliten la terapia de conducta y que resultan muy interesantes si se aplican de manera adecuada,
estas intervenciones están destinadas a movilizar a la persona deprimida par que inicie conductas
y actividades agradables de manera progresiva , hasta que consiga de manera progresiva hasta que
consiga normalizar su actividad y recupera la satisfacción personal , este enfoque subraya la
importancia de que el paciente mayor deprimido aumente su nivel de actividad en aquello que le
resulte potencialmente satisfactorio según sus características personales, los psicólogos deben
indagar en los conocimientos de esta preferencias y aficiones mediante la entrevista , los
autoinformes o los autorregistros , una vez se logra disponer de la información suficiente que
permite conocer que actividad son o serían capaces de movilizar a la persona deprimida, se deben
elaborar un programa de actividades basadas en la asignación gradual de tareas reforzantes,
tomando como referente la técnica de modelamiento de aproximaciones sucesivas, esto e
empezando por actividades que implican poco esfuerzo en el paciente.
A medida que la persona empieza aumentar su nivel de participación en tareas qu ele resulten
satisfactorias y le pongan un mínimo de esfuerzo se puede ir a aumentando ene l paciente en la
realización de actividades, muchas de estas actividades tienen múltiples efectos beneficiosos para
el bienestar del paciente, la tarea puede permitir mejorar la interacción social de la persona
deprimida, puede favorecer la realización personal del paciente a darse cuenta de los avances y
felicitarlo por todo y cada uno de su logros se considera que esta intervención debe realizarse en
compañía de sus familiares o cuidadores cerca de adulto mayor para garantizar el éxito del
intervención, dentro de esta terapia el reforzamiento en el paciente se debe trabajar paralelamente,
la disminución de quejas esto es frecuente en las personas deprimidas que tienden a expresar su
disgusto e insatisfacción. Esto afecta su rehabilitación puesto que se concentra en el área negativa
dinamitando su estado emocional y se estanca más el estado emocional del paciente.
Desde el enfoque conductual la aplicación de la técnica del refuerzo diferencial parece la más
adecuada. consiste en un primer momento reforzar al paciente por cualquier conducta que no seas
queja al mismo tiempo que se ignoran con delicadeza, los comentarios y temas de conversación
que inicien la negativización de la interacción ( por ejemplo ignorar la lamentación relativa al
desinterés que tiren el paciente por todo lo que lo rodea, al tiempo que se intenta provocar una leve
sonrisa con comentarios como que “ guapa estad Dolores, cuando sonríe o ¿ qué suerte tiene de
que su hermana la visite tan a menudo Dolores? De esta g forma se pretende que el paciente vaya
disminuyendo los comentarios de queja y disgusto y se acostumbre a hacer comentarios o hablar
de temas mucho más positivos para él y quienes lo rodean, con la técnica de refuerzo referencial
se inicia un cambio en al inercia y la dinámica comunicativa, la colaboración de familiares y
cuidadores resulta fundamental por lo tanto se deben formar y motivar para que conozcan y
comprendan y apliquen la técnicas escogidas y las incorporen en sus dinámicas cotidianas con
naturalidad, espontaneidad y calidez.
Sus propuestas:
Esta terapia se basa en la premisa fundamental de que muchas personas con malestar emocional
( ya se trate de estado de ánimo depresivo, inseguridad o agresividad , u otros) tiene frecuentemente
interiorizadas un aserie de autoexigencias de tipo claramente irracional, el autor aunque propone
un total de once, señala que son la stress creencias irracionales primarias, la necesidad de ser
amado y aprobado por todo el mundo, la necesidad de tener éxito o demostrar competencia y
habilidad personal en todo aquello que se realiza y en todo momento; la necesidad de tener una
vida fácil y sin problemas, obteniendo un estado de bienestar sin experimentar dificultades o
sacrificios para ello, Ellis denomina a estas auto-exigencias creencias irracionales puesto que
resultan imposibles de lograr de ,manera permanente, a pesar de esto la persona que siente malestar
emocional se rige frecuentemente por ellas de forma absolutista e inflexible. Cuando la realidad
le muestra que no se cumplen estas creencias, se genera un sentimiento de fracaso e inutilidad; es
aquí donde la tarea del terapeuta consiste en ayudar al paciente a tomar conciencia de cuando su
malestar se rige por auto-exigencias y anti-irracionales y enseñarles a sustituirlas activamente por
otra acreencias más racionales de tipo anti-exigencial y anti- absolutista, mas adaptativas. Así el
terapeuta contribuye a que el paciente se dé cuenta de que ser bueno y competente, aunque
deseable, no es posible siempre en todos los ámbitos y en todo momento y que es normal
equivocarse y no ser perfecto; que ser amado y aceptado por todo el mundo es totalmente
imposible, ya que lo habitual es ser aceptados por unos y rechazados por otros ; y que la vida no
tiene que ser fácil y sin dificultades, puesto que todo el mundo tiene a lo largo de su trayectoria
vital momentos dulces y momentos amargos, y que ninguno de los dos dura de manera eterna.
Esta terapia fue inicialmente presentada en la obra Terapia Cognitiva de la depresión en la que
el autor no solo expuso su hipótesis sobre la naturaleza cognitiva del trastorno sino que también
propuso la estructura en que debe basarse el tratamiento e incluyo descripciones detalladas de las
técnicas que lo configuran, numeroso estudios han mostrado su eficacia, y durante años fue
considerado por muchos especialistas como el tratamiento psicológico de recolección en caso de
depresión hasta que en 1996, Jacobson y algunos colaboradores realizaron un transcendente
estudio de análisis de componentes eficaces en la TC que marcó el inicio de un nuevo rumbo en
las terapias Cognitivo- Conductuales. Aparece así el planteamiento de la Terapia de Activación
Conductual y con ellas las Terapias de Conducta de Tercera Generación que destallaran más
adelante.
Las terapias psicológicas disponibles para el tratamiento de la depresión que han demostrado
ser eficaces en investigaciones de rigor científico contrastado, destaca a las terapias cognitivo
conductual como una de las terapias que piden aplicase a cualquier edad aunque se considera
ciertas adaptaciones del tratamiento a las características del adulto mayor se debe tener presente
estas características muy presentes para aplicar la terapia cognitivo- conductual a esta población.
La población está envejeciendo en los últimos años. Las personas que llegan a una edad
avanzada pueden presentar diferentes reacciones emocionales, que pueden ser aversivas para ellos,
ya sea por problemas físicos asociados a la edad, como dolores, enfermedades, o por problemas
relacionados con la familia, económicos, la institucionalización, la soledad, la pérdida de su pareja
u otros seres queridos. Todos estos factores pueden hacer que el anciano caiga en un estado de
ánimo deprimido, ansioso, estresante, que puede interferir considerablemente en su calidad vida
(Chachamovich, Fleck, Laidlaw, y Power, 2008).
Una de las terapias más utilizadas para afrontar los problemas a los que se enfrentan los ancianos
deprimidos es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), que está dirigida a la modificación de los
pensamientos desadaptativos de estos mayores por otros más adaptativos. También se centra en la
eliminación de los síntomas depresivos que estos padecen. En este trabajo se ha mostrado
diferentes estudios en los que se ha aplicado estas terapias y se ha observado su eficacia en la
disminución de los síntomas depresivos en ancianos y la enseñanza de estrategias de afrontamiento
para este trastorno.
La Terapia de Aceptación y compromiso (Hayes et al., 1999; Wilson y Luciano, 2002; Hayes y
Stroshal, 2004) es una terapia que pretende que los mayores consigan aceptar sus pensamientos,
sentimientos, comportándose en dirección a sus valores. ACT ha mostrado su eficacia para tratar
los problemas a los que se enfrentan los ancianos ya sean depresión o cualquier otro caracterizado
por la lucha contra los eventos privados aversivos.
La evidencia acerca de la eficacia de ACT con ancianos con trastornos del estado de ánimo es
aún escasa, aunque los resultados de los pocos estudios publicados hasta la fecha (Karlin et al.,
2013; Roberts y Sedley, 2016; Ruiz Sanchez et al. 2014; Wetherell et al. 2011) son prometedores.
REFERENCIAS
Psicoterapia grupal para adultos mayores con depresión y ansiedad Andrés F. Correa-Palacio
Recuperado de: https://www.viguera.com/sepg/pdf/revista/0602/602_0051_0059.pdf
Aldana Olarte, R., & Pedraza Marin, J. A. (2012). Análisis de la depresión en el adulto mayor
en la encuesta nacional de demografía y salud 2010 (Doctoral dissertation, Universidad
del Rosario).
Gerena, R. M., Gracia, C., Espejo, Y., Cano, J., & Sánchez, A. (2010). Propuesta de modelo
de intervención psicosocial en el adulto mayor desde los acercamientos de un semillero de
investigación. . Revista de Investigaciones UNAD, 9(1), 103-116.