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Para protegerse contra lo maligno – pagano

Vela altar 1 Figura Vela altar 2


Incensario
Vela roja 1
Vela blanca 1
Vela roja 2 Vela blanca 2 Vela consultante Vela blanca 3 vela roja 3
Vela blanca 4
Vela roja 4

Procedimiento:

- Encienda las velas del Altar 1 y 2.


- Encienda el incienso.
- Encienda la vela del Consultante, piense intensamente en el vestido
blanco.
- Encienda las velas blancas 1, 2, 3 y 4. Diga:

“He aquí un círculo de pureza alrededor del


átomo de ... (nombre) ... cuyo espíritu arde en
medio. Es una protección presente para él; es el
gran puriftcador”.

- Encienda las velas rojas 1, 2, 3 y 4. Diga:

“Reforzando el círculo de pureza hay un círculo concéntrico


de fuerza que otorga energía espiritual a ...
(nombre) ... Protegido contra cualquier daño, contra
cualquier mal. Se purifica y renace de nuevo”.

- Piense en el Consultante, esta alegre y despreocupado, no existe mal a su


alrededor, tampoco temor a ningun mal.
Despues de unos minutos, diga:

“Existe un dios al que no piden gracia mis fieles,


pobres como yo: observo el mundo y sus asuntos.
Aprecia el bien y olvida el resto;
y el placer, sea cual sea mi oración,
no ofende mi modesto credo.
¡Bebo alegre y dejo mi destino
en manos de Dios, el amigo de la Buena Gente!
Junto a mi almohada la pobreza,
se sienta la melancolía, pero no le presto atención,
porque gracias al amor y a la esperanza, sabes,
sueño en un lecho de plumas.
No es mío el Dios genuino que los sacerdotes crean,
es gentil el Dios ante el que me inclino.
¡Bebo alegre y dejo mi destino
en manos de Dios, el amigo de la Buena Gente!
El déspota conquistador borracho de poder,
la danza decadente de las naciones y las dinastías,
el polvo de los cascos de su orgulloso corcel
embadurna la frente sagrada de los reyes.
Arrástrate, arrástrate, hasta la gran caída,
¿Cómo acabarán tus glorias? No lo sé.
¡Bebo alegre y dejo mi destino
en manos de Dios, el amigo de la Buena Gente!
¡Oh, nuestro sacerdote, amigo de presagios,
con sus profecías oscuras!
¡Como le gusta festejar en el fuego del infierno.
El fin del tiempo, el instante de la muerte!
¡Ven, Ceridwen, tus mejillas infladas,
en llamas bajan las nubes tormentosas!
¡Bebo alegre y dejo mi destino
en manos de Dios, el amigo de la Buena Gente!
¿Cómo, que Dios es un Dios de cólera? ¡Puf!
El es el creador de todo y ama todo lo que crea;
nos ofrece el vino, mis queridos amigos,
el amor viene con su ayuda creadora;
se disipan los encantos de todo,
las pesadillas de los sacerdotes se alejan alegres
¡Bebo alegre y dejo mi destino
en manos de Dios, el amigo de la Buena Gente!”.

Luego sientese y piense como se evapora todo mal. Vea al Consultante


alegre y libre. Sientese pensando en todo ello hasta que las velas se
consuman y finalmente, se apaguen.

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