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ENTRADA:

En esta solemnidad de todos los santos se nos presenta visualmente a todos los que
por Cristo ya han sido redimidos y nos revela que nosotros también seremos
redimidos al seguir el ejemplo de aquellos que ya están con Dios. Dispongámonos a
participar de esta Eucaristía con fe y confianza.

PRIMERA LECTURA: Apocalipsis 7, 2-4. 9-14


San Juan nos narra que en una de sus visiones vio una muchedumbre tan grande
imposible de contar. Era la gente de todas las razas, naciones, pueblos y lenguas
vestidos de blanco cantando y alabando al Cordero.

SEGUNDA LECTURA: 1er. De Juan 3, 1-3


San Juan nos recuerda que todo aquel que tenga en Dios su esperanza será purificado
y podrá ver a Dios en todo su esplendor.

EVANGELIO: Marcos 10, 46-52


En el santo evangelio Jesús nos dice: dichosos porque nuestra verdadera recompensa
será grande en los cielos.

PRESENTACIÓN DE LOS DONES:


Al ofrecer estos dones de Pan y Vino llevemos al altar nuestra vida al Señor con su
bondad y poder nos purificara y nos dará una nueva infusión de amor a nuestro ser.

COMUNIÓN:
Cristo nos espera en el sacramento de la comunión. Acerquemonos

DESPEDIDA:

Hoy, 1ro de noviembre, nos hemos reunidos para celebrar la solemnidad de


Todos los Santos. Con mucha alegría recordamos a todos aquellos hermanos y
hermanas que nos han precedido en el camino de la fe y que ahora gozan de la
plenitud de la vida con el Padre Celestial y con Jesús resucitado. Animados por
el ejemplo de vida y la intercesión de todos los santos caminemos con la
esperanza de conseguir nosotros también la santidad.

Primera lectura: Apocalipsis 7, 2-4.9-14 (Triunfo de la multitud de los


elegidos)

Hoy en el texto evangélico escucharemos las bienaventuranzas, el programa


de felicidad que nos propone el Maestro. Presten mucha atención a esta
primera lectura, en ella contemplaremos la imagen del libro del Apocalipsis que
describe la plenitud de los que han conseguido esa bienaventuranza para
siempre.
Segunda lectura: I de Juan 3, 1-3 (Veremos a Dios tal cual es)

Vamos a escuchar la segunda lectura, San Juan en su primera carta resume


muy bien en qué consiste la esperanza cristiana: todos los bautizados somos
ya, aquí y ahora, hijos de Dios, pero todavía con limitaciones, tenemos la
esperanza de llegar a serlo un día en plenitud.

Tercera lectura: Mateo 5, 1-12a (Las bienaventuranzas)

Son santos quienes recorren el itinerario universal de santidad que señalan las
bienaventuranzas. Las vamos a escuchar ahora. Los santos hicieron realidad
en su vida el programa del reino de Dios que las bienaventuranzas contienen
para todos. La santidad no es una competencia olímpica para romper marcas
anteriores, sino un caminar al paso cotidiano, conducido por el Espíritu que nos
transforma en imagen de Cristo, si nosotros colaboramos.

La Iglesia conmemora hoy a los fieles difuntos, a todos los nos que han
precedido en este mundo y los cuales ˆesa es nuestra esperanza˜viven felices
hoy en la Casa del Padre. Parece oportuno dedicar esta asamblea litúrgica a
nuestros mayores y así desde hace muchos años, el Abad san Odilón, de
Cluny, en el año 998, prescribió que todos los monasterios de la orden,
celebrarán un día después de la Solemnidad de Todos los Santos, una memoria
general por todos los difuntos. Ya, en el siglo XIV, el Papa admitió esta
celebración para toda la Iglesia. Ese es el origen de la conmemoración de esta
fiesta.

Primera lectura: Job 19,21.23-27a

La primera lectura, sacada del Libro de Job, es un anticipo profético de la


Resurrección gloriosa de Cristo y de la que, un día, nos beneficiará a todos.
Anuncia Job la resurrección desde la destrucción biológica del cuerpo mortal.
Escuchemos.

Segunda lectura: Fl 3, 20-21

La segunda lectura de hoy procede de la carta del Apóstol san Pablo a los
Filipenses. Nos recuerda que un día tendremos nuestro cuerpo inmortal y
glorificado, gracias a la promesa y fuerza que Cristo tiene. Nuestra esperanza
está en esa vida futura que esperamos. Pongan mucha atención a este
mensaje.

Tercera lectura: Mc 15, 33-39;16, 1-6


El evangelio de Marcos que escuchamos hoy nos narra el episodio terrible de la
muerte de Jesús en la Cruz. Y él, como es igual a nosotros en todo, pues
murió, como moriremos todos nosotros. Pero a los tres días resucitó. Y esa
resurrección es nuestro camino también. La muerte es solo un paso a la vida
eterna. Y Jesús se sometió a ella para salvarnos a todos. Su muerte y
resurrección nos transformará a todos. Les invito para que se pongan de pie
para que cantemos el Aleluya.

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