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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÒN E

IMPUNIDAD”
I.E.S.T.P. INSTITUTO DE EDUCACIÒN
SUPERIOR TECNOLÒGICO
LURIN PÙBLICO LURIN

FACULTAD DE CONTABILIDAD
CONTABILIDAD GENERAL II

ALUMNO

CRISTHIAN MEDINA

TURNO CICLO
DIURNO 2019 II

LIMA-2019
INTRODUCCION

El Derecho comercial surge en la Edad Media, frente a la rigidez y formalismo del Derecho
civil, pues los comerciantes sienten la necesidad de unas normas que se adapten mejor a
los requisitos del comercio. Dejan de aplicar entre sí la normativa rígida del derecho civil, y
crean un derecho autónomo, que no surge por imposición del Estado, sino por su
aceptación social y que se plasma en costumbres recogidas por recopilaciones hechas por
asociaciones de comerciantes. ¿Cómo se impone este derecho, si no tenía respaldo
público? A través de tribunales arbitrales de las propias corporaciones de comerciantes
(conocidos como “Consulados”), cuyas sentencias no eran ejecutivas por imposición
pública sino por presión social.

Este sistema de Derecho mercantil de clase cubre desde la baja Edad Media hasta la
Revolución francesa, y en España hasta las reformas de Fernando VII, ya en el siglo XIX.
Las únicas imposiciones estatales fueron las leyes de quiebra y los requisitos para la
creación de sociedades, para lo que se exigía autorización real (fue típico el privilegio
concedido a la Compañía de las Indias). Fuera de esto, la intervención del poder estatal se
limitaba a la promulgación de Ordenanzas, recopilaciones de normas consuetudinarias con
aprobación real, como la de Bilbao de 1737.

Estas Ordenanzas de Bilbao, inspiradas en las Ordenanzas francesas de Luis XIV, llegan
a aplicarse en un ámbito nacional vía consuetudinaria, y más tarde en 1792 Carlos IV
termina por imponer su vigencia al declararlas “universalmente recibidas en sus Reinos
para los asuntos mercantiles”. En su esencia, el Derecho mercantil medieval pervive -
aunque parezca increíble - hasta la transformación radical de finales del XVIII, cuya
expresión más violenta es la Revolución Francesa, y cuyas bases ideológicas son los
principios de igualdad y libertad - libre iniciativa y libre competencia en lo económico.
1. Evolución del Derecho Comercial

Según la opinión general, resulta imposible delimitar la materia comercial en los sistemas
jurídicos de la Antigüedad, toda vez que estos carecieron de normas que regularan en
forma especial al comercio y los comerciantes. Es cierto y evidente, que los sistemas
vigentes en ese estadio histórico, regularon cuando menos en embrión muchas de las
instituciones o actos que hoy consideramos como de comercio; pero también lo es que las
condiciones políticas, económicas y culturales de la época no hicieron sentir la necesidad
de la existencia de una rama especial para regularlos, de tal manera que tales actos
constituían una especie indiferenciada en la totalidad de los actos jurídicos. Las normas
reguladoras de los actos considerados ahora como de comercio carecían de autonomía y
se encontraban dentro del ámbito de las normas jurídicas generales o, cuando más dentro
del Derecho Privado.

1.1. Edad Antigua.

El comercio, como fenómeno económico y social, se presentas en todas las épocas y


lugares. Por ello aún en los pueblos más antiguos pueden encontrarse normas aplicables
al comercio, o más bien, a algunas de las relaciones e instituciones a que aquella actividad
da origen. Así sucede en los sistemas jurídicos de Babilonia, Egipto, Grecia, Fenicia,
Cartago, etc.

Sin embargo, en esos sistemas jurídicos no existió un Derecho especial o autónomo, propio
de la materia mercantil. Es decir, no existió un Derecho Mercantil como hoy lo entendemos,
sino tan sólo normas aisladas relativas a determinados actos o relaciones comerciales.

Entre esas normas los autores hacen especial mención de las llamadas "Leyes rodias" (de
la isla de Rodas), que en realidad constituyeron una recopilación de un conjunto de usos
sobre el comercio marítimo. Esas "leyes" han alcanzado fama a través de su incorporación
al derecho romano.
Derecho Romano

Tampoco puede hablarse de la existencia de un derecho mercantil –especial o autónomo-


en el sistema jurídico de Roma. Roma no conoció un Derecho Mercantil como una rama
distinta y separada en el tronco único del Derecho Privado (ius civile), entre otras razones,
porque a través de la actividad del pretor fue posible adaptar ese Derecho a las
necesidades del tráfico comercial.

En el antiguo derecho se encuentran instituciones que más tarde fueron consideradas


comerciales. Aparecieron formas jurídicas aisladas que formaban parte del derecho común,
pero no existió un conjunto de disposiciones comerciales que constituyeran un todo
organizado.1

1.2. Edad Media.

El Derecho comercial como Derecho especial y distinto del común, nace en la Edad Media,
y es de origen consuetudinario.

El auge del comercio en esa época, el gran desarrollo del cambio y del crédito, fueron entre
otras las causas que originaron la multiplicación de las relaciones mercantiles, que el
Derecho común era incapaz de regular en las condiciones exigidas por las nuevas
situaciones y necesidades del comercio.

El nacimiento del Derecho Comercial como tal, está ligado íntimamente a la actividad de
los gremios o corporaciones de mercaderes que se organizan en las ciudades comerciales
medievales para la mejor defensa de los intereses comunes de la clase. Las corporaciones
perfectamente organizadas, no solo estaban regidas por sus estatutos escritos, que en su
mayor parte recogían practicas mercantiles, sino que además instituyeron tribunales de
mercaderes (jurisdicción consular), que resolvían las cuestiones surgidas entre los
asociados, administrando justicia según usos o costumbres del comercio.
Es así que, en el seno de los gremios y corporaciones, principalmente en las florecientes
ciudades medievales italianas, va creándose un conjunto de normas sobre el comercio y
los comerciantes, tendientes a dirimir las controversias mercantiles, normas de origen
consuetudinario, que son aplicadas por los cónsules, órganos de decisión de aquellos
gremios o corporaciones.

Estas normas consuetudinarias, y las decisiones mismas de los tribunales consulares,


fueron recopiladas en forma más o menos sistemática, llegando a constituir verdaderos
ordenamientos mercantiles de la época.

1.3. Época Moderna.

Fue en Francia donde propiamente se comenzó no solo a comprender y sentir la necesidad


reclamada por la actividad del comercio, sino también se satisfizo cumplidamente,
asentando la piedra angular sobre que se ha levantado el edificio del moderno Derecho
Mercantil, el que desde entonces, emancipándose completamente del Derecho Romano,
del Derecho común y de los Derechos forales, no solamente ha adquirido una verdadera
autonomía jurídica, sino que tiende a obtener un carácter de universalidad internacional,
llegando su influencia, como es natural, hasta modificar los preceptos del Derecho Civil de
cada pueblo, pues el cotejo de los diversos códigos mercantiles, su estudio comparativo
por los jurisconsultos y su perfeccionamiento constante, conducen inflexiblemente a
correcciones del Derecho Civil, que de todas maneras tiene que estar en armonía con el
Derecho Mercantil de cada Estado.

Fue así que partiendo de obras como el Code Merchant francés de 1673 un gran número
de Estados redactaron legislaciones similares para regular la materia que nos compete.
Este gran movimiento legislativo de todas las naciones trajo consigo un gran movimiento
científico en la esfera de la literatura jurídica del derecho mercantil, cuyas obras de estudio
forman hoy una riquísima biblioteca. Sobre todo la materia de la legislación comparada
adquirió, como era de esperarse, un gran desarrollo, pues siendo el comercio cosmopolita
por su naturaleza y por el grande impulso que en los tiempos modernos le comunican las
pacíficas relaciones internacionales, los tratados, las vías de comunicación marítimas y
terrestres, es natural que el Derecho Mercantil, reflejo de las necesidades del comercio,
tienda a buscar esa unidad de preceptos y doctrinas, esa universalidad de principios que
exige el cosmopolitismo del tráfico en sus diversas manifestaciones. Entre los varios ramos
de la legislación mercantil hay algunos en que más se ha acentuado la necesidad de
uniformar el Derecho de las distintas naciones, como sucede en lo relativo a las letras de
cambio entre muchos otros aspectos.

Con motivo de la necesidad de uniformar por lo menos ciertos aspectos del Derecho
Mercantil entre las diversas naciones se comenzaron a celebrar congresos y conferencias
entre estas para llegar a acuerdos y tratados. Siendo la primera de ellas la reunión en Berna
en 1878, a la cual le han seguido innumerables intentos a través del tiempo con el fin de
lograr la tan deseada obtención de acuerdos que produzcan la uniformidad tan necesaria
en materias mercantiles.

2. Concepto de derecho comercial

Es el conjunto de instituciones jurídicas que rigen las relaciones entre los comerciantes
derivados de la realización de los actos de comercio; estos a su vez tienen el carácter de
determinar la naturaleza jurídica de orden mercantil.

Para el autor Cervantes Ahumada, el Derecho Comercial, es también considerado como el


conjunto de instrumentos que la norma establece, para lograr el intercambio comercial
legitimado por el derecho.2

El autor Rafael De Pina Vara; sostiene que resulta muy difícil definir al Derecho Comercial,
toda vez que la ley mercantil establece supuestos de naturaleza comercial sin que estos
sean ejecutados materialmente por comerciantes, por ello se determina que el derecho
mercantil o comercial no regula las relaciones entre comerciantes, sino que se enfoca a la
ejecución misma del acto de comercio.3

Siguiendo a Sánchez Calero, podemos definir al Derecho Comercial como “la parte del
Derecho Privado que comprende el conjunto de normas jurídicas relativas al empresario y
a los actos que surjan del ejercicio de su actividad económica”.4 Las notas fundamentales
de este concepto son las siguientes:

a. Parte del Derecho Privado: Se trata de un aparte del Derecho Privado, la cual es una
de las dos categorías fundamentales en que se divide el Derecho Objetivo. El Derecho
Privado se preocupa de regular las relaciones entre los particulares, y en concreto el
Derecho Comercial regula las relaciones de los empresarios entre sí, o las de éstos con
sus clientes. Pero en la actualidad no se puede decir que se trate solamente de Derecho
Privado, ya que el creciente intervencionismo estatal hace que muchas normas de Derecho
administrativo y fiscal modulen las normas comerciales.

b. Derecho de los empresarios: El empresario es el sujeto de las relaciones que


constituyen la esencia de este Derecho. Lo cual no impide que excepcionalmente las
normas de derecho Mercantil puedan aplicarse a casos en los que no intervenga un
empresario, como puede ser en el supuesto de la letra de cambio.

3. Fuentes del Derecho Comercial

Entendemos por fuente de donde brota surge o nace. Por lo que las fuentes del Derecho
Mercantil son aquellas que procuran el nacimiento de normas, sin embargo dichas no son
exclusivas del Derecho Mercantil.

Debemos partir forzosamente de la distinción entre "fuente material" (elemento que


contribuye a la creación del derecho: convicción jurídica de los comerciantes, tradición,
naturaleza de las cosas y otros factores morales, económicos, políticos, etc.) y "fuente
formal", o sea la forma externa de manifestarse el Derecho positivo.

Acotado así el tema, no puede haber en realidad una teoría propia de las fuentes del
Derecho Mercantil, porque este Derecho no ofrece formas especiales de manifestación,
distintas de las del Derecho Civil: tanto uno como otro se exteriorizan en dos fuentes
fundamentales: la ley y la costumbre; el Derecho se manifiesta o por palabras o por actos;
o reflexiva y mediatamente a través del Estado, o espontánea e inmediatamente por la
sociedad misma. No hay, pues, una diversidad de fuente. Hay una diversidad de normas
(las normas contenidas en la ley o en la costumbre mercantil), la rúbrica "Fuentes del
Derecho Mercantil" contiene una expresión equívoca impuesta por la doctrina tradicional.
No tratamos, en efecto, de las fuentes del Derecho Mercantil como modos o formas
peculiares de manifestarse este Derecho, sino de las normas (legales o consuetudinarias)
relativas a la materia mercantil. La ley y la costumbre mercantil, en tanto que fuentes del
Derecho, en nada se diferencian de la ley mercantil y la costumbre civil. La diferencia está
en su respectivo contenido (relaciones sociales que regulan, necesidades que satisfacen).

La Ley.

La ley es la principal fuente formal del Derecho Mercantil, y en nuestro sistema, elaborarla
corresponde al Congreso de la Unión según establece la fracción X del artículo 73
Constitucional, que a la letra dice "El Congreso tiene facultad: ……Para legislar en toda la
República sobre hidrocarburos, minería, industria cinematográfica, comercio,……"Sin
embargo, para los fines de nuestro estudio, entendemos por ley mercantil no solamente las
normas emanadas del Poder Legislativo Federal, sino también otras que dictó el Ejecutivo
por delegación y en uso de las facultades extraordinarias que recibió del Legislativo; las
que contienen los tratados internacionales celebrados por el mismo Ejecutivo con
aprobación del Senado; así como aquellas dictadas por el Ejecutivo en ejercicio de sus
funciones, para proveer al exacto cumplimiento de todas las anteriores normas.

En consecuencia, entendemos por norma mercantil, toda aquella disposición obligatoria de


carácter general y abstracto emanada del Estado Federal y provista de una sanción
soberana que regulan la materia delimitada como mercantil.

Ahora bien, nuestra legislación mercantil se encuentra sumamente dispersa, toda vez que,
por una parte, muchas de las materia que originalmente se encontraban reglamentadas en
el Código de Comercio, se han segregado de él a virtud de leyes derogatorias; y por la otra,
se han expedido múltiples ordenamientos que han venido a regular materias no
comprendidas antes en dicho Código, de aquí que pueda decirse que nuestra legislación
mercantil se encuentra integrada por el Código de Comercio y por las leyes derogatorias y
complementarias de él.
En cuanto a las leyes derogatorias del Código podemos citar como ejemplos a la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, la Ley General de Sociedades Mercantiles,
la Ley sobre el Contrato de Seguro, la Ley General de Sociedades Cooperativas, entre
otras.

Por lo que toca a leyes complementarias es posible citar (por dar un par de ejemplos) la
Ley Orgánica del Banco de México, la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito y
la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones.

La ley mercantil de carácter general, es el Código de Comercio, el cual integra los aspectos
generales del Derecho Mercantil, pues es dentro de su mismo cuerpo, Derecho sustantivo
y adjetivo, pero además se encuentra apoyado por una serie de leyes y reglamentos que
regulan materias específicas a las cuales llamamos "Leyes Especiales del Derecho
Mercantil".

La contemplación del campo legislativo mercantil descubre un fenómeno interesante: la


abundancia de leyes especiales, que contrasta con la escasez de estas leyes en el Derecho
Civil, como si en el Derecho Mercantil la tarea codificadora hubiese sido mucho más
restringida. Pero esta no es la razón. La razón está en que la insuficiencia de los Códigos
para regir todas las relaciones sociales cuyo ámbito abarcan, se muestra más claramente
en Derecho Mercantil. Los nuevos hechos, necesitados de nueva ordenación jurídica, se
producen más rápidamente y en mayor número en la vida mercantil. Los Códigos de
Comercio nacen para quedar pronto anticuados y es preciso recurrir a una legislación
casuista y complementaria, que la vida civil, desarrollada a un nivel más lento, no reclama
con pareja urgencia.

Estos hechos son los que han dado lugar a la promulgación de múltiples leyes especiales,
que han venido a modificar o a completar la regulación contenida en el Código.

4. Historia del código de comercio peruano

Para investigar cuál ha sido la historia del vigente Código de Comercio peruano hay que
.remontarse al siglo pasado. Y no porque este código tenga como fecha de inicio de
vigencia el año de 1902 y esto lleve a pensar entonces que, por tanto, fue durante los años
próximos anteriores a 1902, durante los cuales se preparó o se realizó la elaboración o
redacción de este código de comercio, sino porque, en realidad, como se comprobará más
adelante, dicho código es del siglo pasado, aun cuando tenga como fecha de inicio de
vigencia el año de 1902.

Allá por el año de 1895, exactamente el 6 de noviembre de ese año, fue presentado a la
entonces Cámara de Diputados un proyecto de ley por los diputados Felipe de Osma, José
M. Manzanilla, Germán Leguía, M. J. Pozo, J. D. Cáceres y Washington Ugarte, que
proponía la adopción del Código de Comercio español de 1885 y la elección de una
comisión que informara acerca de las reformas que fuese necesario introducir en él.

Se puede apreciar bien, entonces, que después de diez años de la puesta en vigencia del
mencionado Código de Comercio español de 1885, ya en el Perú se proponía la
incorporación de este código en su normatividad.

Pero esta observación no debe causar sorpresa porque en ese año, 1895, se encontraba
vigente el Código de Comercio de 1853 que era resultado a su vez de la incorporación del
Código de Comercio español de 1829 a la normatividad peruana. De tal manera que
cuando en 1895 se proponía la incorporación de un código extranjero a la normatividad
peruana, ya en el Perú existía un precedente.

Tal parece que en 1895 los «legisladores» peruanos al ver que ya en España habían
cambiado de código de comercio derogando el anterior de 1829, se hacía necesario
también aquí entonces, por lógica, tener que hacer los mismo; es decir, cambiar de código
de comercio. Pues hubiese sido ilógico e inconsecuente continuar utilizando el Código de
Comercio de 1853, que era el mismo de España de 1829 y que ya había sido derogado y
sustituido por otro en dicho país diez años atrás en 1885.

Estas circunstancias han debido ser sin duda las que motivaron a los diputados
anteriormente mencionados a proponer en 1895 la adopción de un nuevo código de
comercio en el Perú.

Lo que sucedió a continuación entonces fue que la propuesta de estos diputados fue
tomada en cuenta, pues de acuerdo a los datos obtenidos de los propios dictámenes
legislativos con los que se discutió y aprobó la adopción del Código de Comercio de 1902,
después de la presentación del proyecto de ley -en el que se proponía la adopción del
Código de Comercio español de 1885- en 1895, hubo de transcurrir dos legislaturas para
que finalmente se presentara el dictamen con el que se aprobó la incorporación de dicho
código a la normatividad peruana. Fue en las sesiones del año 1897 en las que ese
dictamen fue ampliamente discutido y aprobado, quedando así, por tanto, aceptada la
propuesta de adopción del Código de Comercio español de 1885 5

Pero este proyecto de ley no llegó a ser ley del Estado porque en ese año (1897) se
clausuró el Congreso sin que el Senado hubiera tenido tiempo para ocuparse del asunto.
Fue entonces cuando a comienzos del año siguiente (1898), como el Congreso estaba
inactivo, tomó riendas en el asunto el Poder Ejecutivo, pues éste participaba en la misma
medida de las aspiraciones de los diputados que habían presentado el proyecto de ley. El
Poder Ejecutivo (exactamente el gobierno de Nicolás de Piérola) expidió entonces un
decreto el 28 de febrero de 1898 mediante el cual se nombró a los doctores Luis Felipe
Villarán y Felipe de Osma y Pardo miembros de la comisión encargada de adaptar el
Código de Comercio español de 1885 a nuestras costumbres mercantiles, forma de
gobierno y organización de los juzgados y tribunales, disponiendo a su vez que la Cámara
de Comercio de Lima agregara un comerciante, quien unido a los dos anteriores
completaría dicha comisión.

De esta manera quedó conformada completamente esta comisión, a la que precisamente


dicho decreto denominó «Comisión encargada de adaptar el Código de Comercio español
de 1885 a nuestras costumbres mercantiles, forma de gobierno y organización de los
juzgados y tribunales»6, comisión que fue creada por el decreto del 28 de febrero de 1898
y que fue propuesta por el proyecto de ley que fue presentado por los diputados ya
mencionados, en 1895.

Según datos también de los dictámenes legislativos, esta comisión «trabajó asiduamente
durante ocho meses» después de los cuales presentó el Código al Poder Ejecutivo y éste
lo sometió a la Cámara de Diputados del mismo año (1898)7 Pero no hubo tiempo en esa
legislatura ni en la ordinaria de ese año para tratar esa materia, razón por la cual iba a
demorar más el proceso de. aprobación del Código. Fue entonces cuando intervino la
Cámara de Comercio de Lima, que estaba muy interesada en la pronta aprobación, y
presentó en 1899 al Poder Ejecutivo una exposición en la que pedía se sometiera el Código
al Congreso extraordinario que estaba funcionando en aquel momento.

El Poder Ejecutivo accedió y remitió el Código al Congreso extraordinario, para lo cual se


formó en éste una Comisión auxiliar de legislación que se encargaría de examinar el
Código. Este hecho podría llevar a pensar entonces que la «adaptación» que hizo la
comisión encargada para ello fue muy «técnica» y «elaborada», pues para su revisión el
Congreso se vio en la necesidad de crear una Comisión auxiliar de legislación. En la
segunda parte de este trabajo se comprobará si ello fue realmente así.

La Comisión auxiliar de legislación se dedicó entonces a examinar el Código. Y la revisión


que hizo dio como resultado tres dictámenes legislativos que son precisamente de los
cuales se está obteniendo toda esta información. El primero de estos dictámenes fue un
dictamen de mayoría y el segundo uno de minoría. Ambos fueron emitidos con fecha 1 de
diciembre de 1899. Y el tercer y último dictamen fue un dictamen concordado emitido con
fecha 5 de diciembre de ese mismo año.

En el primer dictamen, el de mayoría, la Comisión auxiliar de legislación simplemente


reprodujo las consideraciones que expusieron los miembros de la Comisión encargada de
adaptar el Código de Comercio español para emprender su obra, las mismas que
terminaban con la propuesta de varias conclusiones. De estas conclusiones las más
importantes eran la aprobación del proyecto de Código de Comercio preparado por esta
última comisión, la autorización al Poder Ejecutivo para la publicación del Código y que la
fecha de inicio de vigencia fuera el 17 de marzo de 1900.

Pero en el segundo dictamen, el de minoría, la Comisión auxiliar de legislación expuso que


había hecho un estudio exhaustivo de la necesidad de la reforma del Código de Comercio
en el Perú, de cómo y por qué se había dirigido esta reforma a la adopción del Código de
Comercio español de 1885, así como expuso las modificaciones que hizo a este código la
Comisión encargada de adaptarlo y las principales reformas que finalmente este nuevo
código introduciría en la legislación vigente de ese entonces.

El segundo dictamen finalizaba también con la propuesta de varias conclusiones. De ellas


las más importantes eran la aprobación del proyecto de Código de Comercio presentado
por el Poder Ejecutivo y que la fecha de inicio de vigencia fuese el 18 de marzo de 1900
porque ése era el día de la apertura de los tribunales en el siguiente año judicial de 1900.
Es de mucha importancia destacar que en estos dos dictámenes legislativos la Comisión
auxiliar de legislación del Congreso empezó a emitirlos haciendo notar, y por ende
criticando, la injustificada, para ellos, falta de Exposición de motivos en este proyecto de
Código de Comercio. Así, en el dictamen en minoría se observó lo siguiente: «esta clase
de obras no deben venir como ahora, sin una exposición de motivos que facilite su estudio
y comprensión»8 De la misma forma, en el dictamen en mayoría también se observó lo
siguiente: «Habiéndose omitido por ellos, la exposición de motivos que debía anteceder al
trabajo de aliento que emprendieron» 9

En la segunda parte de este trabajo se comprobará también si era injustificada o no la falta


de exposición de motivos, así como si fue realmente un «trabajo de aliento».

A través del dictamen concordado la mencionada comisión presentó igualmente varias


conclusiones, siendo la primera y más trascendente de ellas la de aprobación del proyecto
de Código de Comercio que había remitido el Poder Ejecutivo. De tal manera que lo único
que en realidad hizo esta comisión a través de dicho dictamen fue simplemente, pues,
aprobar el proyecto de Código de Comercio.

Como siguiente paso dicho proyecto fue remitido a la Cámara de Senadores de ese
entonces para su correspondiente revisión y aprobación, para lo cual emitió también su
respectivo dictamen. Pero dicha revisión, aprobación y dictamen senatorial no se realizaron
inmediatamente, sino luego de nueve meses. Así es como, recién con fecha 1 de setiembre
de 1900, se expide el dictamen del Senado.

En el dictamen del Senado éste también propone, al igual que en los demás dictámenes,
varias conclusiones; siendo la primera y más trascendente de ellas la de aprobación de las
conclusiones venidas en revisión de la Cámara de Diputados con excepción de sólo
algunas normas que se indicaron.

Nuevamente es muy significativo y destacable el hecho de que también en este dictamen


se observó la falencia de exposición de motivos de este proyecto de codificación mercantil:
«Tarea muy fácil sería juzgar su trabajo, si estuviera acompañado de una motivación más
o menos extensa, o siquiera de una exposición de plan, que ayudase a su estudio»10

Pero aun con esta última aprobación efectuada por el Senado en 1900 no pudo llegar
todavía a entrar en vigencia este código de comercio. Ello se debió a que el Congreso
consideró conveniente discutirlo y revisarlo todavía en las sesiones parlamentarias de las
siguientes legislaturas del año 190 l. Durante este año las conclusiones de los tres
dictámenes fueron, pues, discutidas, revisadas y finalmente aprobadas en sesiones
parlamentarias tanto de la Cámara de Diputados como de la Cámara de Senadores de ese
entonces.

Finalmente, transcurridas las legislaturas del año 1901 el Congreso remitió el proyecto de
Código de Comercio al Poder Ejecutivo para su promulgación. Es así como finalmente el
Poder Ejecutivo de ese entonces, exactamente el gobierno de Eduardo López de Romaña,
promulgó el Código de Comercio el 15 de febrero de 1902 disponiéndose que su vigencia
comenzara a regir el 1 de julio de ese mismo año, como efectivamente rige hasta nuestros
días. Este lapso de meses entre la promulgación y la puesta en vigencia obedeció a que
se consideró que se requería algún tiempo para su necesaria difusión y divulgación, tal
como siempre se estila hasta la fecha con las leyes de importancia como son los Códigos.

5. El Código de Comercio de 1902


Nuestro código de 1902 aún vigente, consta de cuatro libros:
 El Libro Primero, bajo el título De los Comerciantes y del Comercio en
General, del cual, apenas, si quedan sus dos o tres primeros artículos en
vigor, pues todo lo demás ha sido expresa o tácitamente derogado, caso
uno y otro, de las Casas de Comercio, Martilleros, Libros de Contabilidad,
el régimen del comercio en la mujer casada, y otros
 El Libro Segundo, de los Contratos Especiales de Comercio, de los
cuales sólo quedan cinco, a saber, Contrato de Comisión Mercantil,
Transporte, Seguros, Cuenta Corriente Mercantil y Prenda. El 13 de
Mayo de este año 2003 se publicó en el Diario Oficial “El Peruano” el
proyecto de Ley de Garantías Mobiliarias que de promulgarse, derogaría
el Contrato de Prenda. La derogatoria de los otros cuatro fue propuesta
por la Comisión Especial encargada de la Reforma del Código de
Comercio, entre los años 1997-1998, cuando se presentó el Proyecto de
Ley Marco del Empresariado, lo que jamás prosperó. En Abril del 2002
el Congresista doctor Daniel Estrada Pérez asumió con la Comisión
Redactora del Proyecto y con la Cámara de Comercio de Lima, el
compromiso de liderar la gestión y el debate para, efectuando los ajustes
necesarios, lograr su pronta promulgación.
 El Libro Tercero trata Del Comercio Marítimo. Ya se ha informó, en el
acápite anterior, que la Comisión Especial presentó un Proyecto de Ley
General de Navegación Marítima. La sola transcripción de sus artículos
635, 636, 674 y 701, nos relevan de mayores comentarios:
“Art. 635.- Si estando de viaje llegare a noticia del capitán que habían aparecido
corsarios o buques de guerra contra su pabellón, estará obligado a arribar al
puerto neutral más inmediato (...)”
“Art. 636.- Si se viere atacado por algún corsario y después de haber procurado
evitar el encuentro y de haber resistido (...)”
Art. 674.- Tampoco devengarán flete las mercaderías que se hubieren perdido
por naufragio o varada, ni las que fueren presa de piratas o enemigos (...)”
Art. 701.- A petición del fletador podrá rescindirse el contrato de fletamento: 4)
Si salido el buque a la mar, arribare al puerto de salida, por riesgo de piratas,
enemigos o tiempo contrario y .. (...)”
No cabe duda que ahora, cuando las naves que surcan los mares del mundo,
cuentan con ayudas de tecnología de última generación, computadoras de
alerta para enfrentar los riesgos marítimos, bodegas, carga, estiba,
acoderamiento, zarpe, ingreso a bahía y otros, eso de mantener regulación
sobre piratas y corsarios, nos da la imagen de un total desajuste entre realidad
y norma. En la práctica, el comercio marítimo se regula por Tratados
Internacionales, disposiciones de las Conferencias Marítimas y regulaciones de
la Organización Mundial del Comercio Marítimo. Se tiene presentado, desde
hace cinco o seis años y con los documentos arriba citados, un Proyecto de Ley
de Navegación Marítima. Naturalmente, en poco más de cinco años, tienen que
haberse producido cambios de distinto orden. Habrá que revisarlo rápidamente
para ponerlo a diciembre del 2003 o principios del 2004. Solo falta voluntad
política.
 El Libro Cuarto, De la Cesación de Pagos y de las Quiebras, fue
sustituido inicialmente por la Ley 7566, de la década de los años 30.
Recién en los años 90, la Ley 26116 de diciembre de 1992, denominada
Ley de Reestructuración Empresarial le modificó totalmente el esquema,
acogiendo las nuevas corrientes europeas, en especial de Bélgica, Italia,
Inglaterra y Francia. En 1996 se expide el D. Leg. 845 el cual bajo la
denominación Ley de Reestructuración Patrimonial no sólo incorpora
como sujeto susceptible de la insolvencia a la persona natural, no
considerada por la ley 26116, sino que crea un Procedimiento Preventivo
a tal situación. Después de varias normas creadas y promulgadas con
fines coyunturales, en Octubre del 2002 se dicta la Ley 27809 bajo el
título Ley General del Sistema Concursal con vocación de mayor
permanencia y recogidas las enseñanzas de los prácticamente diez años
de vigor desde el cambio, en 1992.

CONCLUSIONES

 La historia del Derecho Comercial Peruano se caracterizó porque está


incorporados códigos extranjeros, los adaptaron e incorporaron a la
normatividad peruana, el primero fue el código de comercio de 1953 y el
segundo es el que rige actualmente desde el año 1902.
 El Perú, nunca se ha elaborado o creado un código de comercio, pues
solamente se ha adaptado a otros otros códigos de comercio.
 No se tomó en consideración si el código de comercio español era acorde o
ajustado a la realidad comercial peruana de aquella época. En otras palabras,
al adoptarse este código de comercio extranjero no se tomó en cuenta o estudio
la realidad comercial peruana.
 Y se podría decir ¿era necesario incorporar un código de comercio extranjero y
no elaborar uno propio?

BIBLIOGRAFIA

 Cervantes Ahumada, Raúl. "Derecho Mercantil". 3a. edición, Ed. Herrero, S.A.
México, 1980.
 De Pina Vara, Rafael. "Diccionario de Derecho", 3a. Edición, Ed. Porrúa. S.A.
México 1973.
 Sanchez Calero, Fernando. “Principios de derecho mercantil”, 22ª edición, Ed.
Aranzadi. España 2017
 LAMA, Miguel de la, “Dictámenes legislativos del Congreso”, en Código de
Comercio, Lima, 1902
 Medina Vergara, Jaime. “Derecho comercial”. 4ª edición.Ed. Temis S.A.
Colombia, 2008

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