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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO

“LOS SISTEMAS DE RECONVENCIONALES EN EL PROCESO CIVIL”

Integrante
Mercy Pretell Castillo

Docente
Dr.Diógenes Jiménez Dominguez

V CICLO

Chimbote – Perú
INTRODUCCION:

La reconvención es una demanda independiente a la originalmente impuesta, pero forma

parte del mismo proceso. La respuesta debe ser por escrito y al momento en que es

recibida por el juzgado se considera el proceso de reconvención. El juzgado que

inicialmente recibió la primera demanda debe estar preparado para la resolución de la

segunda demanda.

La reconvención, también conocida como demanda reconvencional, es aquella demanda

judicial que ejerce el demandado, en el mismo proceso judicial, al momento de contestar

la demanda de la que ha sido objeto. ... En síntesis, la acumulación de pretensiones en

contra del demandante es lo que se conoce como reconvención.

Reconvención es el proceso y el resultado de reconvenir. Este verbo refiere a

castigar a una persona por algo que ha realizado o expresado. En el ámbito judicial,

reconvenir es la acción que un demandado lleva adelante para responder a

aquel que impulsó un proceso en su contra.


LA RECONVENCIÓN

El derecho de acción siendo el medio que permite la transformación de la

pretensión material en procesal, y en razón de ser abstracto, requiere de una expresión

concreta, y que realiza a través de la demanda.

Existen muchas definiciones de la demanda. VESCOVI. (1984), nos dice “la

demanda es un acto de iniciación del proceso. Es un acto del procedimiento que,

normalmente, da comienzo al proceso. En él se ejerce el poder de la acción y se deduce

la pretensión”. (p.76)

El maestro MONROY, G. (1998), define la demanda, como “la declaración de

voluntad a través de la cual un sujeto de derecho, en ejercicio de su derecho de acción,

plantea dos exigencias a dos sujetos de derecho distintos” (p. 256).

Por un lado, exige al Estado le otorgue tutela jurídica, en tanto éste es sujeto

pasivo del derecho de acción. Por otro, exige a un sujeto de derecho que someta su interés

sobre un determinado bien jurídico, al interés que él tiene respecto del mismo. Esta última

exigencia (...) recibe el nombre de pretensión. La demanda, entonces es la expresión

concreta del derecho de acción, y es también el instrumento que contiene la pretensión

dirigida al emplazado.

En suma, por la demanda, el actor ejerce el derecho de acción, somete al órgano

jurisdiccional su pretensión o pretensiones contra otra persona o personas, instaurando

una relación jurídica procesal entre éstas y el juez, con el objeto de que este último

resuelva el conflicto y otorgue tutela jurisdiccional a quien le corresponde.

Según RAMOS, F. (1999), sostiene que “La reconvención es una verdadera

demanda distinta de la ya presentada. La reconvención no se dirige a impedir que prospere


la demanda, sino que contiene pedimentos independientes susceptibles de determinar la

condena del actor (Pág. 48).

Para IDROGO, T. (2002), “ la reconvención es la pretensión procesal que el

demandado propone al demandante en el acto de contestación de la demanda con la

finalidad de que el juez que está conociendo la pretensión originaria se pronuncie en una

sola sentencia; es decir, es una demanda autónoma que puede tener o no relación, con la

demanda primigenia (pág.317)”.

Existen muchas definiciones de la demanda. Así, VESCOVI. 1984, (p.76)

puntualiza que la demanda es un acto de iniciación del proceso. Es un acto del

procedimiento que, normalmente, da comienzo al proceso. En él se ejerce el poder de la

acción y se deduce la pretensión

DEVIS ECHEANDIA resume que la demanda tiene tres aspectos:

a) es un acto de introducción al proceso,

b) un instrumento para formular la pretensión y

c) como objeto del proceso.

En consecuencia, la demanda es el acto procesal por el cual el actor ejercitando el

derecho de acción solicita al juez satisfaga su pretensión. También es el primer acto del

proceso, es la manifestación concreta del principio de la iniciativa privada, es también,

un acto jurídico procesal y no un derecho, entre otros conceptos que se le asigna.

El procesalista argentino ROBERTO BERIZONCE, define la reconvención

como una nueva acción deducida por el demandado contra el actor en el escrito que

responde, con el objeto de que el mismo juez conoce en la demanda originaria principal

la resuelva, por los mismos trámites y en una sola sentencia. La contrademanda, según la
doctrina, es la pretensión intentada por el demandado dentro del mismo proceso,

caracterizado porque guarda conexidad con la pretensión principal.

El derecho de contradicción

Se puede afirmar que el derecho de contradicción en proceso, cuyo titular es el

demandado, es un derecho equivalente al derecho de acción que corresponde al actor, y

que ambos encuentran su origen en el derecho a la tutela jurisdiccional

En consecuencia se puede conceptuar, como un derecho subjetivo, público,

abstracto y autónomo que tiene toda persona que ha sido demandado y emplazado en un

proceso para exigir del Estado tutela jurisdiccional.

Siendo así, el actor y el demandado son los sujetos activos y, el Estado el sujeto

pasivo, estableciendo de ésta manera la relación jurídica de la acción.

CARACTERÍSTICAS DE LA RECONVENCIÓN

La reconvención supone, en el proceso civil, que el demandado no sólo se limita

a contestar las alegaciones del actor y a oponerse, total o parcialmente a las mismas, sino

que aprovecha el mismo proceso para demandarle a él o incluso demandar a otros sujetos.

Es el reflejo de la consigna de la “economía procesal” ya que se utiliza (y se

aprovecha) el proceso instado, para debatir en él otras pretensiones que introduce el

demandado, y que se dilucidan en el proceso, conjuntamente, con las del demandante.

La regulación normativa proviene de los artículos 405 y ss de la LEC 1/2000.

El artº 405, establece que la primera obligación del demandado, es la de contestar

a la demanda. En primer lugar debe contravenir, total o parcialmente, lo que se le imputa

en el proceso. Así, establece el primer párrafo del artº 405, que, en la contestación a la

demanda, que se redactará en la forma prevenida para ésta en el artículo 399, el


demandado expondrá los fundamentos de su oposición a las pretensiones del actor,

alegando las excepciones materiales que tuviere por conveniente. Si considerare

inadmisible la acumulación de acciones, lo manifestará así, expresando las razones de la

inadmisibilidad. También podrá manifestar en la contestación su allanamiento a alguna o

algunas de las pretensiones del actor, así como a parte de la única pretensión aducida.

Por tanto, su primera conducta debe ser la de contestar, antes de plantearse reconvenir.

Establece el segundo párrafo del citado artº que en la contestación a la demanda habrán

de negarse o admitirse los hechos aducidos por el actor. El tribunal podrá considerar el

silencio o las respuestas evasivas del demandado como admisión tácita de los hechos que

le sean perjudiciales.

Por tanto, su primera diligencia (la del Letrado que firma la contestación), es

cuidar en oponerse a todas las pretensiones de la demanda o de admitirlas parcial o

totalmente, pero de forma expresa y consentida.

También habrá de aducir el demandado, en la contestación a la demanda, las

excepciones procesales y demás alegaciones que pongan de relieve cuanto obste a la

válida prosecución y término del proceso mediante sentencia sobre el fondo, (parr. 3).

El artº 406 es el que se destina a los requisitos y características de la reconvención.

Establece claramente el citado artículo que, al contestar a la demanda, el demandado

podrá, por medio de reconvención, formular la pretensión o pretensiones que crea que le

competen respecto del demandante. Sólo se admitirá la reconvención si existiere conexión

entre sus pretensiones y las que sean objeto de la demanda principal.

El párrafo 2 establece que no se admitirá la reconvención cuando el Juzgado

carezca de competencia objetiva por razón de la materia o de la cuantía o cuando la acción

que se ejercite deba ventilarse en juicio de diferente tipo o naturaleza.


Sin embargo, podrá ejercitarse mediante reconvención la acción conexa que, por

razón de la cuantía, hubiere de ventilarse en juicio verbal.

Como hemos dicho anteriormente, al demandado primero se le obliga a contestar

la demanda y oponerse, o no, a todas las pretensiones del actor. La reconvención se

propondrá a continuación de la contestación (párrafo 3 del artº 406) y se acomodará a lo

que para la demanda se establece en el artículo 399. La reconvención habrá de expresar

con claridad la concreta tutela judicial que se pretende obtener respecto del actor y, en su

caso, de otros sujetos.

Es ilustrativa la advertencia de la LEC: en ningún caso se considerará formulada

reconvención en el escrito del demandado que finalice solicitando su absolución respecto

de la pretensión o pretensiones de la demanda principal.

Esta advertencia y lo prevenido en el párrafo 4 (Será de aplicación a la reconvención lo

dispuesto para la demanda en el artículo 400) nos indican las características de la

reconvención:

1º.- En primer lugar, debe ajustarse a los requisitos de la demanda principal

(recogidos en el artº 399). Tanto es así, que al escrito de reconvención se le puede

denominar “Demanda reconvencional”. Y ello por cuanto lo que está cumpliendo la

reconvención es el mismo trámite que la demanda principal que inició el proceso. Es

decir, la demanda reconvencional recoge las alegaciones del actor “reconvencional”, así

como sus pretensiones (en forma de Suplico).

2º.- En segundo lugar, debe exponer, numerados y separados los hechos y

fundamentos de derecho; se designarán los datos del actor, con su domicilio, y también

el nombre y apellidos del procurador y del abogado, cuando intervengan. Los hechos se
narrarán de forma ordenada y clara con objeto de facilitar su admisión o negación por el

demandado al contestar.

LAS PARTES PROCESALES

Las partes procesales son las personas que intervienen en un proceso judicial para

reclamar una determinada pretensión o para resistirse a la pretensión formulada por otro

sujeto. A la persona que ejercita la acción se la llama “actor” (el que “actúa”), “parte

actora”, o bien “demandante”. A la persona que se resiste a una acción se la llama “parte

demandada”, o, simplemente “demandado”.

 El principio de dualidad de partes: implica que, como regla general,

en todos los procesos, las partes ocupan siempre una de estas posiciones o roles:

demandante o demandado. Como se verá, puede haber más de dos partes en el

proceso, pero en principio cada una de ellas debe situarse en una de estas

posiciones (es decir, puede haber varios demandantes y/o varios demandados).

 El principio de contradicción o audiencia: supone que las partes

tienen que tener la posibilidad de defenderse de las pretensiones, argumentos y

pruebas presentados por la parte contraria. Desde luego, no puede condenarse a

una persona a la satisfacción de una determinada pretensión si no se la ha citado

adecuadamente a juicio como parte demandada. Cuestión distinta es que esta parte

no se persone o comparezca, es decir, no se presente formalmente en el proceso,

en cuyo caso podría ser condenada en rebeldía (la rebeldía no se utiliza aquí en su

significado habitual, sino que significa simplemente que alguien correctamente

citado no ha comparecido en el proceso).

Por otra parte, una vez que ambas partes han comparecido, el principio de

audiencia implica que deben ser “oídos”, es decir, deben tener la oportunidad de
defenderse en todo momento de los argumentos o pruebas presentados por la

contraparte. De lo contrario, nos encontraríamos ante un supuesto de indefensión,

contrario al derecho a la tutela judicial efectiva.

 El principio de igualdad de partes: la regla general en Derecho

Procesal es que el órgano judicial debe mantenerse en una posición de

neutralidad y tratar a ambas partes por igual (lo que, en parte, deriva del

principio de contradicción). Así pues, el principio de igualdad de partes

supone que éstas se encuentran en una posición sustancialmente idéntica,

ostentando las mismas facultades y cargas.

No se admitirá la reconvención cuando el Juzgado carezca de competencia

objetiva por razón de la materia o de la cuantía o cuando la acción que se ejercite deba

ventilarse en juicio de diferente tipo o naturaleza. Sin embargo, podrá ejercitarse mediante

reconvención la acción conexa que, por razón de la cuantía, hubiere de ventilarse en juicio

verbal.

La reconvención se propondrá a continuación de la contestación y se acomodará

a lo que para la demanda se establece en el Ley 1/2000 de 7 de Ene (Enjuiciamiento civil)-

399 Ley de Enjuiciamiento Civil. La reconvención habrá de expresar con claridad la

concreta tutela judicial que se pretende obtener respecto del actor y, en su caso, de otros

sujetos. En ningún caso se considerará formulada reconvención en el escrito del

demandado que finalice solicitando su absolución respecto de la pretensión o pretensiones

de la demanda principal. Será de aplicación a la reconvención lo dispuesto para la

demanda en el Ley 1/2000 de 7 de Ene (Enjuiciamiento civil)-400 Ley de Enjuiciamiento

Civil.
La reconvención podrá dirigirse también contra sujetos no demandantes, siempre

que puedan considerarse litisconsortes voluntarios o necesarios del actor reconvenido por

su relación con el objeto de la demanda reconvencional.

Tanto la demanda como la contestación, son los actos que fijan el contenido del

proceso. Dependiendo de ellos, se determinará el órgano judicial que debe conocer y los

pasos que se deberán seguir, ya que dan forma al proceso.

Una vez que se contesta la demanda, o si pasa el plazo de tiempo previsto para

poder contestarla, el secretario judicial convocará a las partes a la llamada audiencia

previa al juicio, regulada en el Ley.

BIBLIOGRAFIA

ECHANDIA, D. (1984); Teoría General del Proceso; T.I; Edit. Universidad S.R.L.; Bs.
As. Argentina.

IDROGO, T. (2002) Derecho Procesal Civil, T.I: Proceso de Conocimiento; Marsol Perú
Editores, S.A., Lima, Perú.

MONROY GALVEZ, Juan; Citado por Víctor Ticona Postigo, “El debido proceso y la
demanda civil”, 1998, p. 256.

RAMOS, F. (1999); Enjuiciamiento Civil; T.I; j. M. Bosh Editor; Barcelona, España.

VESCOVI, Enrique; Teoría General del Proceso, Editorial Temis, Bogotá - Colombia,
1984, p.76.

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