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D. L. M ORILLAS
VICTIMOLOGÍA:
L
a Victimología ha sido la gran olvidada de las ciencias socia- R. M. PATRÓ
UN ESTUDIO
les y jurídicas. Sin embargo, a partir de 1973, se inicia un M. M. A GUILAR
reconocimiento internacional que ha permitido su actual
inserción no sólo en las esferas descritas sino también en la propia
sociedad. Mucho se ha avanzado desde que Von Hentig y Mendelsohn,
allá por finales de la década de los cuarenta, comenzaran a alertar
sobre la especial importancia que debe reunir el estudio de la víctima
SOBRE LA VÍCTIMA
hasta la actualidad, donde las investigaciones victimológicas, las
Y LOS PROCESOS
VICTIMOLOGÍA:
Victimología y la víctima, la incidencia de los factores victimógenos
en los procesos de victimización, las relaciones víctima-victimario,
la prevención victimal o el papel actual de la víctima en la legisla- David Lorenzo MORILLAS FERNÁNDEZ
ción española; y b) un análisis de los principales procesos de victi-
mización existentes en la sociedad: violencia doméstica, delitos vio- Rosa María PATRÓ HERNÁNDEZ
lentos, agresión y abuso sexual, acoso laboral y escolar y delincuen-
cia organizada.
Marta María AGUILAR CÁRCELES
En definitiva, se presenta una obra de temática exclusivamente
victimológica donde se compagina el estado evolutivo de la
Victimología y todas las cuestiones que la rodean, desde su origen
hasta las actualidad, prestando una especial atención a los procesos
de victimización vigentes hoy día que preocupan a la sociedad por
las altas tasas de criminalidad presentadas y la relevancia que para
los sujetos víctimas de tales delitos conlleva.
www.dykinson.com
VICTIMOLOGÍA:
UN ESTUDIO SOBRE LA VÍCTIMA
Y LOS PROCESOS DE VICTIMIZACIÓN
DAVID LORENZO MORILLAS FERNÁNDEZ
Profesor Titular de Derecho Penal y Criminología
Universidad de Murcia
VICTIMOLOGÍA:
UN ESTUDIO SOBRE LA VÍCTIMA
Y LOS PROCESOS DE VICTIMIZACIÓN
Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede
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cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
© Copyright by
David Lorenzo Morillas Fernández
Rosa María Patró Hernández
Marta María Aguilar Cárceles
Madrid, 2011
ISBN: 978-84-9031-702-0
Depósito Legal:
Preimpresión por:
Besing Servicios Gráficos S.L.
Teléfono (91) 855 14 64
Índice
Prólogo ...................................................................................................................... 1
I. ORIGEN
Crimen social
Delito
Víctima Desastres naturales
Delincuente Víctima
Ataque de animales
ción criminal; iii) las víctimas de conductas criminales –destacando las mesas
sobre violencia familiar y delitos violentos durante el nacional-socialismo–; iv)
la víctima en el proceso de victimización; v) el tratamiento de las víctimas, re-
paración y prevención; y vi) la víctima en el sistema de justicia penal.
— IV Symposium Internacional de Victimología, celebrado en Tokio y Kioto en
1982, circunscrito a: i) ámbito de los problemas generales de la Victimología;
ii) investigaciones empíricas; iii) nuevos problemas victimales surgidos por
la aparición de delitos –en particular, cuello blanco y medio ambiente–; y iv)
asistencia a las víctimas desde el prisma de la compensación, restitución,
servicios y centros de crisis.
— V Symposium Internacional de Victimología, celebrado en Zagreb (Croacia)
en 1985. Los temas abordados fueron: i) cuestiones teóricas y conceptuales;
ii) investigaciones; iii) víctimas de abuso de poder; iv) mecanismos para ase-
gurar justicia y reparación para las víctimas; v) asistencia a las víctimas y
prevención de la victimización; y vi) acciones regionales, interregionales e
internacionales.
— VI Symposium celebrado en Jerusalén en 1988 en donde se siguen las líneas
de los encuentros anteriores y se profundiza en: i) los programas de asis-
tencia a las víctimas; ii) victimización de determinados colectivos: mujeres,
niños, ancianos y homosexuales; y iii) se debatió sobre lo concerniente a las
víctimas de catástrofes nucleares y medio ambientales.
— VII Symposium organizado en Río de Janeiro en 1991 donde el tema nu-
clear del evento fueron las disquisiciones en torno a la naturaleza científica
de la Victimología sobre las tesis de una ciencia autónoma –o en proceso de
alcanzarla– o una disciplina científica.
— VIII Symposium celebrado en Adelaida (Australia) en 1994, bajo la rúbrica
“Victimización y violencia”, el cual trató las siguientes temáticas: i) parado-
jas y paradigmas; ii) investigación sobre crimen y víctima; iii) cuestiones le-
gales; iv) violencia intrafamiliar; v) estrés postraumático; vi) prevención de
la victimización; vii) servicios para las víctimas; y viii) derechos humanos.
— IX Symposium Internacional de Victimología, celebrado en Amsterdam en 1997,
bajo el lema “Protección de las víctimas”, abordó las siguientes cuestiones: i) el
delito como fenómeno social; ii) los derechos constitucionales de las víctimas de
delitos; iii) el creciente fenómeno de la violencia doméstica; iv) las iniciativas le-
gislativas victimales surgidas en Europa del Este; y v) los datos derivados de las
encuestas de victimización realizadas en más de cuarenta países.
— X Symposium Internacional de Victimología, celebrado en el año 2000 en
Montreal (Canadá) con el título “Investigación y acción para el tercer mile-
nio”. Trató temas como apoyo y compensación política, protección interna-
cional para víctimas de abuso de poder o prevención victimal.
— XI Symposium de Victimología, celebrado en Stellenbosch (Sudáfrica) en
2003 bajo el lema “Nuevos horizontes de la Victimología”. Las principales
temáticas abordadas fueron: i) atención a las víctimas; ii) víctimas de críme-
nes transnacionales; iii) los derechos victimales en el sistema de justicia pe-
nal; iv) justicia restaurativa; y v) naturaleza y alcance de la victimización.
— XII Symposium Internacional de Victimología, celebrado en Orlando (USA)
en 2006 bajo el lema “Realzando la Misión”, subdividiéndose los paneles en
cinco grandes categorías: a) Defensa y derechos de las víctimas: ¿Se conver-
tirá la Justicia de la víctima en el nuevo estándar del sistema de justicia pe-
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 13
1. Concepto
2. Características
2.2. Método
ESQUEMA 1
Fases del diseño de investigación
Modelo conceptual
Conclusiones Positivas
2.2.2. Interdisciplinariedad
2.3. Objeto
pregunta de cuál de los dos resultaría más adecuada creo que es nece-
sario adentrarse en los conceptos de víctima para responder a seme-
jante cuestión si bien ya adelanto que, a mi juicio, ambas percepciones
presentran sus pros y contras, no debiendo cerrar la Victimología las
puertas a una u otra, máxime cuando la última lleva implícita la pri-
mera, si bien a efectos prácticos la restringida resultará siempre más
útil si bien no por ello ha de excluirse la amplia ya que esto supondría
eliminar del campo victimológico situaciones muy relevantes –piénse-
se, por ejemplo, en las víctimas de accidentes–. Pero es más, Tamarit
Sumalla ha relatado muy bien la trascendencia que tiene el concepto
amplio cuando, antes de estar tipificado en el Código Penal, había una
serie de fenómenos, no constitutivos de delito, con unas connotacio-
nes muy graves para la víctima: stalking –acecho, con connotaciones
predatorias–, bullying –acoso o intimidación, básicamente entre igua-
les, con especial interés en la población adolescente), mobbing –acoso
laboral–, harassment –acoso moral– (…) que ya eran objeto de estudio
por parte de la Victimología, ante las cuales no puede cerrar los ojos.
En otras palabras: la mayoría de conductas que en un futuro serán
constitutivas de delito, por cuanto generan un daño en la víctima, an-
tes de su incorporación al Código Penal han sido sometidas a un se-
guimiento desde un prisma victimológico –incluso criminológico, de
acuerdo a la acepción crimen social–.
2.4. Funciones
Detectados pero no declarados Cifra negra que puede ser cuantificada gra-
No detectados cias a las estadísticas victimales
cia de control, eliminando las zonas sin vigilancia o aquellas que den
una sensación de impunidad al delincuente.
Un ejemplo muy útil que puede ayudar a entender la dimensión
y utilidad de los programas de prevención victimal puede encontrar-
se en un aeropuerto donde, para evitar la sustracción de los bienes
de miles de pasajeros que circulan cargados de maletas diariamente
–conviene recordar que, al igual que en otras dependencias donde el
tráfico de personas es multitudinario y constante, hay individuos que
acuden a estos espacios buscando una víctima a la que sustraer algún
bien– se recuerda constantemente por megafonía que los pasajeros no
deben separarse de sus pertenencias. Otro buen ejemplo sería, dado
el aumento de robos en viviendas durante los meses de verano en zo-
nas muy pobladas, los consejos o precauciones dadas por las autorida-
des a los propietarios de las viviendas para disuadir a los hipotéticos
delincuentes14.
Como ha podido comprobarse en los ejemplos enunciados, ambos
tienen un destinatario común: la hipotética víctima que, en caso de
acotar semejantes precauciones, disminuirá el riesgo de ser victimi-
zada; esto es, semejante función de la Victimología complementa las
tradicionales visiones sobre la prevención del delito, las cuales han
venido centrándose en las figuras del delincuente y del propio delito
en sí, contemplando una tercera vía de prevención, muy útil, por otro
lado, ya que integra actuaciones, en algunos casos muy básicas, de
los principales interesados en que un hecho ilícito no concurra: las
víctimas.
Semejante función ha sido y es muy debatida en el seno de la propia
Victimología ya que, como señala Barberet, muchos victimólogos en-
tienden que prevenir la victimización es un trabajo que corresponde a
los criminólogos porque implica involucrarse en prevenir la conducta
típica de los infractores si bien otro sector de la doctrina victimológica
considera que la prevención es algo esencial para la Victimología. En
mi opinión, como quiera que la Victimología se integra en el campo
de conocimiento de la Criminología la solución a la tesitura planteada
es clara: la prevención criminal y victimal es una cuestión meramente
criminológica si bien, debido a la propia configuración de esta cien-
14
Entre otras, por ejemplo, no comentar con nadie el tiempo en que la casa
va a permanecer vacía, reducir los signos externos de abandono del hogar, entregar
una llave a alguien de confianza para que periódicamente entre y abra las persianas,
mueva objetos (…).
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 39
3. Definición propuesta
1. Victimología y Criminología
a todos aquellos factores que tuación; esto es, en consideración del delincuente, delito y en-
guarden conexión con el delito torno social, la aplicabilidad de la Victimología resalta sobre
(se advierte que al ser su objeto todo las funciones de rehabilitación, asistencias, protección y
de estudio más amplio también ayuda a las víctimas, así como la prevención de posibles victi-
lo serán los fines de la misma). mizaciones secundarias.
43
44 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
Delito
(Derecho Penal)
Delincuente Víctima
(Criminología) (Victimología)
3. Victimología y Penología
5. Victimología y Psicología
6. Victimología y Biología
7. Victimología y Sociología
8. Victimología y Antropología
1. Victimología tradicional
ESQUEMA 2.
Contribución victimal de Ellenberg
Sería importante señalar que si bien esta autor incide en que los
factores víctimo-contribuyentes pudieran ser controlados o reducidos
con la finalidad de disminuir los niveles de criminalidad hacia una
víctima concreta, no hace mención alguna a las características psico-
lógicas definitorias de la figura del agresor, pues solamente se centra
en su persona como parte de la relación víctimo-criminal.
Por su parte, Wolfgang destaca por su aportación empírica a los es-
tudios victimológicos; es decir, realiza una de las primeras aportaciones
aplicadas al margen de los postulados teórico-especulativos de autores
precedentes. El análisis práctico de las relaciones entre la víctima y su
ofensor le llevaron a acuñar el concepto de “precipitación victimal”,
mediante el cual define la motivación del agresor partiendo de una víc-
tima provocadora. En sus textos la aplicación de la citada terminología
se ciñe a los delitos de homicidio, siendo en estos la víctima quien pre-
viamente hacía uso de la provocación y del empleo de armas.
La teoría de Wolfgang supuso un cambio drástico en lo que iba a
considerarse como un período de tránsito a favor de la consideración
de la figura de la víctima, pues si bien rompe con el estereotipo de la
víctima como sujeto pasivo, lo hace de una forma que la vincula con
su participación en el hecho delictivo.
En esta línea, y respecto a la consideración inicial de la figura de la
víctima, señala Schafer que su primera conceptualización respondería a
una doble caracterización; esto es, tanto a la promoción de su figura de
la víctima como objeto de tutela como, y en su vertiente más negativa, a
la posible atribución de la culpabilidad respecto al ilícito, siendo dicha
responsabilidad funcional de la víctima la que acentuaría los aspectos ne-
gativos respecto a la mención ya señalaba Wolfgang (SCHAFER, 1977).
62 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
2. Victimología constructivista
3. Victimología crítica
4. Victimología académica
5. Victimodogmática
TIPO DE
TRADICIONAL ACADÉMICA CONSTRUCTIVISTA CRÍTICA DOGMÁTICA
VICTIMOLOGÍA
TEMPORALIDAD Finales de la primera mitad Etapa de tránsito Segunda mitad del s. XX (auge en torno a los años Últimas décadas del s.
del s. XX (40-70) 80) XX hasta la actualidad
CARACTERÍSTICAS
— La precipitación victi- esferas (terapéutica, intervenciones.
mal; esto es, la propia económica, etc.) • Seguridad social.
víctima es considerada • Vertiente omnicom-
responsable de los he- prensiva del saber.
chos criminales. • Datos oficiales.
• Sistema interactivo: contexto
bio-psico-social de influencia
recíproca.
• Se basa en fundamentos La figura del agresor sigue Visión demasiado huma- Demasiado exigen- Lenta y costosa adapta-
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización
de elevada abstracción siendo la gran estudiada en nitaria y altruista discu- te con las políticas ción del derecho a las
teórica. el sistema vigente. tida por la Victimología existentes. demandas sociales.
• Falta de parcialidad y obje- crítica.
tividad en los escasos estu-
dios empíricos realizados.
CRÍTICAS
• Legitimación de la
victimización.
71
72 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
Han sido los citados encuentros los que han permitido aunar fuer-
zas para reunir a diversos especialistas y así demandar, desde la esfera
de una sociedad necesitada de ser escuchada, un hueco en las políti-
cas internacionales existentes.
Teoría del Mundo Justo Al igual que la teoría de la atribución, los postulados del `mundo
justo´ defienden un tipo de victimización secundaria, pues si las víc-
tima ha sufrido un determinado hecho criminal era porque verdade-
ramente se lo merecía.
Teorías del Aprendizaje Las personas podrían aprender lo beneficioso de asumir el rol de
víctima y actuar conforme al mismo.
En esta línea cabría afirmar que si bien son múltiples las teorías
de innegable aportación al avance de la Victimología, ninguna de ellas
se ha orientado directamente a dar cobertura a este campo, sino que
más bien se han desprendido de las mismas diversos postulados que
han contribuido a dar solidez a muchos de los planteamientos poste-
riores sobre el ámbito señalado.
Por último, y ya para finalizar, cabría añadir que a pesar de las con-
tribuciones referidas también han existido importantes impedimentos
que han enlentecido la progresión de la Victimología. En este sentido,
quizá una de las razones de esta tardía ampliación de los postulados
de corte criminológico a la esfera de la Victimología se encuentra en
la figura del agresor, en la contemplación ciudadana que hace desde
hace años se tenía del mismo. Éste representaba tanto un sistema de
alarma tanto comunitario como individual, como un favorecimiento
de la inseguridad ciudadana alimentado por el miedo, el temor y el
pánico, suponía el centro de atención, el foco de humillación y dolor
de muchos, así como el punto de identificación de otros tantos.
Es este último aspecto el que denota la mayor preocupación so-
cial. El identificarse con personas que cometen actos vandálicos, que
realizan todo aquello que desean sin reparo social alguno, sin respeto
por las normas vigentes ni por los bienes jurídicos de los demás. El
ciudadano medio desea adquirir los mismos beneficios que consigue
el ladrón cuando roba, evadir los impuestos que le son atribuidos, o
incluso dañar a un tercero cuando el daño causado resulta para su
persona desmerecedor, pero, en cualquiera de los casos, el poder del
sistema de Justicia vigente permite frenar las consecuencias que pu-
dieran resultar de la desinhibición de sus actos.
Además de todo ello, y si la incertidumbre de las posibles recom-
pensas pudieran conllevar la comisión de actos castigados penalmen-
te, esta inseguridad o desasosiego quedaría desterradas `gracias´ a la
sibilitando al sujeto su huída, el escape acontece cuando el estímulo ya está presente,
desencadenando consecuentemente, y siempre con posterioridad, el alejamiento del
individuo. Un ejemplo de evitación se encontraría en la mujer que sufre violencia de
género y decide salir de su casa antes de que llegue el marido a su casa; por su parte,
se catalogaría como escape en dicho ejemplo cuando la mujer observa al marido en-
trando por la puerta.
Concretamente, y aplicado al ejemplo al caso de la Indefensión Aprendida, la
evitación y el escape serían mecanismos que en ningún caso tendrían cabida, pues
la mujer sufriría las consecuencias de dicho maltrato o agresión sin posibilidad de
huída alguna.
80 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
CUADRO 3
Paradigmas, modelos y tendencias aplicados a la Victimología39
BIBLIOGRAFÍA
I. CONCEPTO
1. Contenido etimológico
2. Gramatical
3. Congresual
4. Doctrinal
semejante tesis, por tanto, quedarían relegados todos los demás afec-
tados de forma mediata por el delito a la consideración de terceros.
De otra, se consideraría víctima no sólo al sujeto pasivo sino a toda
persona física o jurídica que directa o indirectamente sufra un daño
notable como consecuencia inmediata o mediata de la infracción.
En términos parecidos a esta segunda posición doctrinal se ma-
nifiesta Rodríguez Manzanera al definir a la víctima desde un doble
punto de vista: a) victimológico general, «individuo o grupo que pade-
ce un daño por una acción u omisión propia o ajena, o por causa for-
tuita»; y b) victimológico criminal, «aquella persona física o moral que
sufre un daño producido por una conducta antisocial, propia o ajena,
aunque no sea el detentador del derecho vulnerado».
Bustos Ramírez entiende que las víctimas no sólo son los afectados
por cualquier delito contra las personas (homicidio, detención ilegal,
injuria, violencia doméstica...) sino que también habría que incluir a
todos aquellos afectados personalmente por delitos contra el funcio-
namiento del sistema (intoxicados por el medio ambiente, por la ca-
lidad del consumo, etc.); aunque, de otro lado, considera diferente la
situación si se trata de la colectividad o del Estado como tal ya que,
según el autor en cita, es dudoso hablar de víctima, en el sentido antes
expuesto, y se ha de usar mejor el término sujeto pasivo. Continúa su
razonamiento con la necesidad de diferenciar entre el concepto de
víctima de la Victimología y el del Derecho penal puesto que ambos
son sustancialmente distintos. Así, frente a los conceptos penales que
se han venido manejando, para la Victimología se identifica con cual-
quier afección que sufra una persona en sus derechos, definición que
escapa a la del Derecho penal; así, por ejemplo, para la Victimología
el testigo, en cuanto se encuentre desprotegido en su función, o el pro-
pio delincuente, en la medida en que le sean negados sus derechos,
pueden ser también víctimas, aunque el Derecho penal no las recoja
como tales.
5. Toma de posición
VICTIMOLÓGICA GENERAL
Cuadro 1
Relaciones entre la víctima, el delito y el crimen
Presencia (●)/ Ausencia (○)
de los elementos Respuesta en base a la posible exis-
Supuesto en la configuración de las hipótesis tencia o no del supuesto planteado*
VÍCTIMA DELITO CRIMEN
No es posible la ausencia de víctima
ante la existencia de los otros dos
A ○ ● ●
componentes para ninguno de los
tres supuestos.
No es posible crimen sin víctima, so-
B ○ ○ ● bre todo si atendemos a dicho sujeto
pasivo como colectividad.
Mientras que al no existir delito no
sería posible aceptar el concepto de
C ● ○ ● víctima desde la vertiente jurídico-
penal, las otras dos posturas sí admi-
tirían su contemplación.
Únicamente aceptada por la victimo-
D ● ○ ○ lógica general (supuestos de catástro-
fes naturales, autovictimización, etc.)
E ● ● ○ Inadmisible.
**
La respuesta dependerá en todo caso de la definición de víctima que se comprenda; esto es,
la defendida por la postura jurídico-penal, victimológica criminal o victimológica general.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 109
1. El proceso de victimización
Figura 1
PROCESO DE VICTIMIZACIÓN
Persona/
Colectivo Víctima Víctima
2. Tipos de victimización
1. Conceptualización
2. Características definitorias
V. ESTADÍSTICAS VICTIMALES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXO I
EJEMPLO DE ENCUESTA DE VICTIMIZACIÓN59
VII.10. ¿Han existido en la familia de origen de su pareja o cónyuge, malos tratos físicos?:
1.Sí 2.No. 3.NS/NC .......................................................................................................................|_|
VII.16. Durante los malos tratos, que el le inflingió (o inflinge), tuvo (o tiene) su
pareja o cónyuge algún ingreso propio: 1. Sí, todo el tiempo; 2.Sí, a veces; 3.Nunca..................|_|
VII.17. Si, durante los malos tratos que el le inflingió (inflinge) tuvo (tiene) ingresos,
aunque fueran (sean) esporádicos, me podría indicar la cuantía mensual de los más
cercanos a la actualidad......................................................................................|_||_||_|,|_||_||_|
59
Encuesta de victimización utilizada en la investigación coordinada por
Morillas Cueva sobre 338 casos a mujeres maltratadas en Andalucía.
146 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
VIII.8.1.Durante VIII.8.2.Después
VIII.8.2.9. Otros(Especificar)......................|_|
ANEXO II
EJEMPLO DE AUTOSONDEO
Se trataría de un autosondeo con el que se quiere medir la inciden-
cia en el consumo de drogas de la población universitaria española. Al
tratarse de un autosondeo interesa tanto la población consumidora
como la que no.
Número de veces
4.1. Responde con el grado de acuerdo 0 1-2 3-4 5-10 11-20 21-30
días días días días días días
3.1.1. Bebidas alcochóicas A B C D E F
3.1.2. Tabaco A B C D E F
3.1.3. Haschis A B C D E F
3.1.4. Marihuana A B C D E F
3.1.5. Cocaina A B C D E F
3.16. Heroina A B C D E F
3.1.7. Crack A B C D E F
3.1.8. Éxtasis A B C D E F
3.1.9. Anfetaminas A B C D E F
3.1.10. LSD A B C D E F
3.1.11. Pegamentos inhalados, etc... A B C D E F
3.1.12. Otras A B C D E F
Capítulo tercero
TIPOLOGÍAS VICTIMALES
I. INTRODUCCIÓN
1. Mendelsohn
ESQUEMA 1
Tipología victimal de Mendelsohn
Mínima Máxima
responsabilidad CRITERIO DE CULPABILIDAD CORRELATIVA responsabilidad
víctima víctima
2. Von Henting
Subraya este autor que las causas del delito debieran responder a
una contemplación de la denominada “víctima-contribuyente”; es de-
cir, abre camino hacia una novedosa `conceptualización interactiva´
entre las figuras implicadas en el pensamiento criminológico tradicio-
nal. El interés por la citada relación provoca un cambio en la visión
de la persona victimizada, y no tanto en cuanto a la consideración de
sus derechos, sino en su vinculación como posible sujeto activo en la
trama criminal60.
En la relación entre la víctima y el ofensor, la primera de ellas
pudiera suponer amplias consecuencias en cuanto a la valoración de
la responsabilidad penal del segundo, por lo que se considera ahora
en dicha interacción la posible cooperación incluso provocación de
la misma. Se trata pues de señalar qué características de un sujeto lo
hacen especialmente predisponente a sufrir o participar en un deter-
minado delito, en averiguar la `propensión victimal´ o características
específicas de la persona a experimentar futuras victimizaciones, en
analizar su nivel de riesgo o vulnerabilidad.
Von Henting parte de un modelo integrador que aporta los cono-
cimientos y explicaciones necesarias para que, con posterioridad, re-
dactase en su obra El delito (1975) una segunda tipología victimal.
Esta segunda elaboración se establece en base a cuatro criterios; a
saber: 1) características de la situación; 2) actitudes propias de sujeto
(impulsos y eliminación de inhibiciones); 3) capacidad de resistencia;
y 4) propensión a ser víctima (HENTING, 1975).
Con todo ello, y enlazando con la clasificación de Mendelsohn
anteriormente citada, cabría destacar antes de continuar que ambos
autores abordan una tipología victimal en base a dos aspectos especí-
ficos: 1) la interacción víctima-ofensor; y 2) los factores determinantes
de los papeles de cada uno de los sujetos implicados en la trama cri-
minal (LANDROVE DÍAZ, 1998).
Retomando de nuevo la idea de su influencia en la clasificación vic-
timal y antes de desarrollar cada una de ellas, se presenta a continua-
ción el siguiente esquema representativo de la tipología de Von Hentig:
60
Se entiende en este sentido todo grado de responsabilidad que, por mínimo
que sea, pudiera serle atribuido a la víctima.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 159
ESQUEMA 2
Tipología victimal de Von Henting
- Niños
- Mujeres
Clases generales - Ancianos
- Débiles y enfermos mentales
Primera - Inmigrantes, minorías y tontos
clasificación “Víctimas especialmente
vulnerables”
-
Deprimido
“El criminal
-
Ambicioso
y su víctima” Tipos psicológicos -
Lascivo
(1948) -
Solitario
-
Atormentador
TIPOLOGÍA -
Bloqueado, excluido y agresivo
VICTIMAL
- - Aislada - Espacial
Situaciones de la víctima - Próxima - Familiar
- Profesional
- Ánimo de lucro
Impulsos y eliminación - Ansias de vivir
de inhibiciones en la - Agresivas
Segunda víctima
clasificación - Sin valor
3. Fattah
ESQUEMA 3
Tipología victimal de Fattah
- Víctima deseosa o suplicante - Edad
Grado de - Víctima que consiente libremente - Predisposiones - Sexo
responsabilidad - Víctima sin consentimiento biopsicológicas - Estado físico
- Alcoholismo
Clasificación - Profesión
victimal - Víctima no participante - Nivel económico
- Predisposiciones
sociales - Sociabilidad
- Víctima latente o predispuesta
4. Neuman
ESQUEMA 4
Clasificación victimal de Neuman
VÍCTIMAS INDIVIDUALES
Inexistente Culposa Dolosa
• Inocentes • Provocadoras (legítima defensa) • Por propia determinación (suicidio)
• Resistentes • Provocadoras genéricas. • Delincuentes.
• Cooperadoras o coadyuvantes.
VÍCTIMAS FAMILIARES
• Niños golpeados y explotados económicamente (trabajo, instigación a robar).
• Mujeres maltratadas.
• Delitos del ámbito conyugal (violación, incesto).
VÍCTIMAS COLECTIVAS
La comunidad como •
Alta traición.
nación •
Sedición.
•
Levantamientos
•
Toda otra forma de conspiración para derrocar un gobierno legítima-
mente establecido
La comunidad social • Terrorismo subversivo.
• Genocidio.
• Etnocidio.
• Delitos de “cuello blanco” cometidos por particulares (fraude banca-
rio, financiero).
• Polución de la atmósfera, la tierra y las aguas.
• Falsificación de medicamentos.
• Falsificación de alimentos.
• Tráfico internacional de drogas.
• Compra fraudulenta de armas de guerra.
• Abuso de poder gubernamental.
• Terrorismo de Estado.
• Abuso de poder económico y social.
• Evasión fraudulenta de capitales por funcionarios.
• Ocultación de “beneficios” por funcionarios.
• Monopolios ilegales.
• Especulaciones ilegítimas desde el poder (con motivo del conocimien-
to de desvalorizaciones monetarias, por ejemplo).
• Fraudes con planos urbanísticos.
• Persecuciones políticas a disidentes de todo tipo.
• Censura y uso abusivo de medios de comunicación.
Determinados gru- • Leyes que crean delincuencia (drogadictos, usuarios, tenedores).
pos comunitarios por • Menores con conductas antisociales.
medio del sistema • Detenidos en sede policial (vejaciones, tratamiento cruel, torturas).
penal • Inexistencia de asistencia jurídica.
• Exceso de detenciones preventivas.
• Prisiones de máxima seguridad promiscuas, que sólo atienden al depósito.
• Inoperancia en la reinserción social de liberados (definitivos o
condicionales).
• Dificultades para el resarcimiento económico de las víctimas.
VÍCTIMAS DE LA SOCIEDAD O DEL SISTEMA SOCIAL
• Niños material o moralmente abandonados
• Enfermos.
• Minusválidos
• Locos
• Ancianos
170 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
5. Joutsen
ESQUEMA 5
Tipología victimal de Joutsen
- Victima concienzuda o diligente
Precaución/ prevención - Víctima facilitadora
- Víctima invitadora
Características
consideradas en la
persona de la víctima - Victima provocadora
Implicación/ intencionalidad - Víctima consentidora
- Víctima instigadora
- Víctima simuladora
CUADRO 2
Variantes implicadas en la toma de decisiones de la víctima
Conciencia del
Tipo de víctima Consideración de la prevención
riesgo
CUADRO 3
Críticas a la tipología victimal de Aníyar de Castro.
GRUPO TIPO DE VÍCTIMA Objeción de Rodríguez Manzanera
6.2. Gulotta
- Simulada
Víctima falsa - Imaginaria
Tipología - Accidental
victimal - Fungible - Indiscriminada
Víctima real - Imprudente
- Alternativa
- Participante - Provocadora
- Voluntaria
6.3. Stanciu.
6.5. Henderson
6.7. Zaffaroni
6.8. Schneider
1. Jiménez de Asúa
ESQUEMA 7
Tipología victimal de Jiménez de Asúa
Indeterminadas o indefinidas
Real
Víctimas
Resistentes
Determinadas Presunta
Coadyuvantes
2. Peris Riera
ESQUEMA 8
Tipología victimal de Peris Riera.
a) Víctima fungible
o infungible
- Por imprudencia
- Alternativas
b) Víctima participante
Clasificación - Provocadoras
victimal c) Falsas víctimas - Voluntarias
d) Víctimas ocultas
3. Landrove Díaz
ESQUEMA 9
Tipología victimal de Landrove Díaz
- Accidentales
- Víctimas no participantes - Indiscriminadas
Experiencias
individuales
- Poco precavidas
generadas tras la
- Provocadoras
victimización - Víctimas participantes - Alternativas
- Voluntarias
Victimización Tipología - Víctimas familiares
primaria victimal
- Víctimas colectivas
- Factores personales
Sistematización - Víctimas especialmente - Factores sociales
de la persona vulnerables
victimizadas Victimización
secundaria - Víctimas simbólicas
(clasificación)
- Simuladora
- Falsas víctimas - Imaginaria
Victimización
terciaria
4. Beristáin Ipiña
5. Morillas Fernández
ESQUEMA 10
Tipología victimal de Morillas Fernández
Imaginaria
Falsa
Simulada
Especialmente vulnerable
Víctima inocente Accidental
Común
Víctima Individual Víctima voluntaria
Víctima provocativa
Real Víctima culpable
Difusa
Colectiva
Colectiva propiamente dicha
BIBLIOGRAFÍA
I. CUESTIONES PREVIAS
GRÁFICO 1
Sexo de la víctima (n=22.512)
Hombre
41,7%
Mujer
58,3%
Este mismo informe, relativo al año 2007, determinó que el sexo de la vícti-
74
tal –noviazgo, matrimonio, parejas de hecho (…)–, con lo que excluirían las
relativas a menores, pero que sí pueden ser víctimas de violencia doméstica
–piénsese, en el maltrato de un padre sobre su hijo de diez años–; ancianos,
similar al anterior –verbigracia, violencia ejercida de un hijo o nieto sobre
su padre/madre o abuelo/a–; o simplemente entre hermanos.
Semejante situación se agrava aún más desde el año 2009, instan-
te a partir del cual, y hasta la fecha, los estudios, siquiera de violencia
de género, no hablo ya de doméstica –lo cual parece una utopía–, des-
aparecen prácticamente de las fuentes oficiales, las cuales se centran
única y exclusivamente en el análisis estadístico de las mujeres muer-
tas a manos de su pareja o expareja, lo cual denota una incomprensi-
ble laguna estadística e investigadora en los dos-tres últimos años.
No obstante, la siguiente gráfica, sobre las cautelas enunciadas
anteriormente, comporta la distinción de casos según el número de
denuncias producidas en el año 2010 y la mayoría o minoría de edad
de las víctimas de violencia doméstica77.
GRÁFICO 2
Edad de la victima (n=22.512)
Menor de
edad
6,3%
Mayor de
edad
93,7%
GRÁFICO 3
Edad de las víctimas de violencia de género (n=63.347)
30000
21567
21338
20000
10000
960 11055
389 3336 3734 968
0
Menos 16-17 18-20 21-30 31-40 41-50 51-64 Más de
de 16 64
GRÁFICO 4
Parentesco con autor (n=103.028)
Otros parientes
Hijos/as 14%
6%
P/Madres
7%
Pareja/expareja
73%
GRÁFICO 5
Relación entre pareja/expareja (n=74.249)
Novio Exnovio
Excompañero
3% 4% Cónyuges
sentimental
32%
21%
Compañero Excónyuges
sentimental 12%
28%
GRÁFICO 6
Nacionalidad de la violencia domética en 2010 (n=22.512)
Extranjera
15,0%
Nacional
85,0%
mujeres muertas por violencia de género eran españolas frente al 38,3% extranjeras
(INSTITUTO DE LA MUJER).
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 221
82
Véase, a modo de ejemplo, los postulados de la Estadística Moral, la Escuela
de Chicago, la teoría del entorno físico (…).
83
No obstante, sí se evidencia un leve incremento, aunque no representativo,
durante la noche, los fines de semana, los meses de verano y en período vacacional
(MORILLAS CUEVA ET AL).
224 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
BIBLIOGRAFÍA
Criminal C C D D
Víctima C D C D
SUJETO SENTIMIENTO
Criminal A A A I I I R R R
Víctima A I R A I R A I R
236 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
sino que habría que considerar la manera de actuar general del sujeto
en base a las características de personalidad que lo definen.
Del mismo modo, el carácter dinámico de las relaciones advierte
sobre la reciprocidad de las impresiones en los actores implicados;
esto es, cuando se percibe se es a la vez percibido, también los demás
forman sus ideas sobre nosotros. En este sentido, juegan un papel pri-
mordial las expectativas y percepciones previas, las cuales tienden a
configuran las respuestas de la propia interacción.
Así pues, una vez realizada esta breve introducción sobre el proce-
so perceptivo, se establecen ahora las que serían las principales apli-
caciones en la esfera victimológica; es decir, al análisis concreto de las
percepciones relativas en la interacción de la pareja penal.
a) Búsqueda de sensaciones o
conductas de alto riesgo
Delito
ITER
CRIMINIS DELINCUENTE
ITER
VÍCTIMA
VICTIMAE
Delito
ITER
CRIMINIS DELINCUENTE
ITER
VÍCTIMA
VICTIMAE
Delito
ITER
CRIMINIS DELINCUENTE
ITER
VÍCTIMA
VICTIMAE
Delito
ITER DELINCUENTE
CRIMINIS
ITER VÍCTIMA
Aparición de nuevas
VICTIMAE víctimas
252 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
Delito
ITER DELINCUENTE 1
CRIMINIS
DELINCUENTE 2
ITER
VICTIMAE VÍCTIMA
BIBLIOGRAFÍA
ESQUEMA 1
El proceso de denuncia en la víctima
Factores criminógenos
Implicación en la
Factores victimógenos Hecho criminal esfera judicial
Consideración de la existencia de
Relación víctima- victimizaciones previas
criminal
Encuestas de
Favorecimiento SI NO victimización
o negativa a
Control denunciar
DENUNCIA Cifra negra
Apertura del
Prevención victimal proceso penal
subordinada a la prevención Víctima: agente de control
criminal social informal
Contacto con
Informe y registro de tasas de agentes e
criminalidad y victimización instituciones
externas
Afectación e implicación en
el sistema político vigente
Seguridad ciudadana general
(víctimas potenciales)
Oficinas de
Instauración de mecanismos asistencia,
Sujetos victimizados preventivos efectivos y atención y
eficientes protección a las
Criminales (impedimento de
víctimas
comisión de nuevos ilícitos)
IMAGEN 1
Símil entre la “cifra negra” y la figura de iceberg.
A modo de ejemplificación, la “cifra negra”
como dato estimado a partir de las encuestas de
Víctimas conocidas victimización podría asemejarse a la figura de
(denuncia) un “iceberg”, pues siendo la mayoría de casos
los que responden a la víctima oculta, dormida
o sumergida, no se estimaría ni una tercera par-
te de los verdaderamente denunciados.
Del mismo modo, podría advertirse
Víctimas estimadas que los casos que `salen a la luz´ no serían
(cifra negra) tan efectivos a la hora de demandar políti-
cas preventivas, como si todos los sucesos
fueran considerados en la esfera legal.
*
El nivel de riesgo, o `graduación de la víctima potencial´, haría referencia a la
mayor o menor posibilidad de la persona a ser victimizada. Si bien en todos los
casos el riesgo es un hecho patente, se entiende mayor la vulnerabilidad de los
sujetos victimizados por entender que ya han sido `el blanco´ de ciertos sujetos,
así como por la afectación o secuelas que, dejadas tras el acontecimiento criminal,
les hace más propensos a victimizaciones posteriores (encuentro con el sistema de
Justicia). No obstante, dentro del primer gurpo de sujetos podrían hallarse aque-
llos que, no teniendo ningún tipo de responsabilidad en el delito por ser estos for-
tuitos o azarosos, sufren gravemente las consecuencias del mismo (accidente de
tráfico).
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 271
Presencia del
hecho criminal
Eje espacio-temporal
Acción
Ausencia del
hecho criminal
Omisión
ESQUEMA 3
La teoría del estilo de vida de Hindelang
Expectativas de
rol
Características Adaptaciones Estilo de vida
demográficas x Individuales x Trabajo
x Subculturales x Ocio
x Edad
x Sexo
Restricciones
x Raza Amistades y Exposición al
estructurales
x Ingresos ambiente riesgo
x Estado civil
x Económicas
x Formación
x Familiares
x Profesión
x Educativas VICTIMIZACIÓN PERSONAL
x Legales
a) Modelo evolutivo
b) Modelo social
c) Modelo situacional
BIBLIOGRAFIA
I. LEYES VICTIMALES
1. Introducción
INSERTAR GRÁFICO!!!
300 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
ciones van dirigidas a los centros escolares con el fin de influir en los
contenidos curriculares, impartir una enseñanza en la que primen los
valores de la tolerancia, el respeto, la paz y la igualdad, así como, de
otro lado, mejorar la formación de diversos grupos de profesionales
en el tratamiento de los problemas derivados de los malos tratos; iii)
recursos sociales, buscaba la creación de una infraestructura suficien-
te para dar cobertura a las necesidades que puedan tener las víctimas,
entre otras, la creación de oficinas de asistencia a las víctimas en los
órganos judiciales y fiscales, desarrollo de servicios de atención, re-
habilitación y seguimiento de las víctimas, reforzar su defensa legal
(…); iv) sanidad, proponía adoptar y difundir un protocolo sanitario
e incluir en los Servicios de Atención Primaria de Salud actuaciones
para la prevención de la violencia, además de potenciar la sensibiliza-
ción de los profesionales de la salud y que, a través de los Servicios de
Atención al Paciente, se informe a las mujeres víctimas de la violencia
sobre los recursos sociales disponibles; v) legislación y práctica jurídi-
ca, donde se querían impulsar propuestas de modificación de algunos
artículos del Código Penal y de las leyes procedimentales, como, por
ejemplo, la diligencia de protección a la víctima o el distanciamien-
to del agresor; y medidas judiciales, tendentes a agilizar los proce-
sos judiciales, establecer un programa informático para que, en los
juzgados y tribunales, se pudieran obtener datos sobre antecedentes
de otras denuncias, elaborar un protocolo de colaboración y coordi-
nación en las distintas instancias implicadas (...); y vi) investigación,
incidiendo en la mejora del conocimiento que se tiene sobre los actos
de violencia mediante la elaboración de estadísticas, estudios e inves-
tigaciones sobre este tipo delictivo.
ESQUEMA 1.
Factores implicados en el desarrollo de un trauma121
ACONTECIMIENTO TRAUMÁTICO
Futuros riesgos
sante debe revestir suma gravedad para la integridad personal, siendo el diagnóstico
del primero de estos empleado bien cuando el TEPT no se considera de suma grave-
dad, bien cuando no se reúnen todos los criterios para el cumplimiento de este último.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 333
TABLA 1
Indicadores de recuperación ante un suceso traumático
Indicadores que favorecen la recupera- Indicadores que negativos
ción de un suceso traumático o de cronificación de las secuelas
de un evento traumático
diente”, alude a una manera de hacer justicia retributiva; es decir, que cada indivi-
duo respondiese en igual medida por el daño causado.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 337
delictiva como una ofensa al status quo, como una razón de Estado
que, por afectar directamente a la existencia y seguridad, su sanción
debiera ser delegada en el mismo.
La concienciación política y social sobre la necesidad de precisar nue-
vos mecanismos de justicia, así como en la consideración de la compen-
sación y resarcimiento de los daños causados en las víctimas, han sido el
motor del cambio de paradigma, una nueva contemplación de la justicia
que surge en respuesta a otros enfoques más desestabilizadores y menos
prometedores en un Estado de Derecho, como una corriente de actuali-
dad que deja al margen la ‹‹retórica de venganza›› (ACORN, 2004).
Ya desde el Congreso Internacional de Criminología del año 1993 en
Budapest, así como en otras convenciones Internacionales (Australia,
1994; Amsterdam, 1997; Montreal, 2000) la expresión restorative justice
toma sus primeros impulsos en cuanto a la implicación de las partes en
el proceso penal y, en todo caso se orienta la acción principalmente a
hacer justicia mediante la reparación del daño causado por el crimen.
En la esfera internacional, su aparición se consolida a partir de la
Resolución 12/ 2002 sobre Principios básicos para la aplicación de jus-
ticia restaurativa en materia penal, declaración impulsada a partir del
X Congreso de las Naciones Unidas de prevención de crimen y justicia
penal. Preludios de tal cometido se observan previamente en la con-
sideración de prestación y cooperación de inculpado, tal es el caso de
la Decisión Marco del Consejo de la Unión Europea de 2001 sobre el
estatuto de la víctima en el proceso penal, así como la prevista un año
más tarde por el mismo Órgano sobre la lucha contra el terrorismo en
su mención al arrepentimiento del condenado.
Se establece en cualquier caso como un modelo de complemen-
tariedad a los mecanismos existentes, no siendo en ningún supuesto
más que la adaptación a una respuesta evolutiva de comprensión del
delito en base al respeto y dignidad ciudadana, una nueva forma de
hacer justicia que ‹‹favorece el entendimiento y promueve la armonía
social mediante la recuperación de las víctimas, los delincuentes y las
comunidades›› (TAMARIT SUMILLA, 2006).
Se entiende pues que efectivamente se trata de un nuevo proceder
en la justicia, un novedoso sistema de actuación no tanto en lo refe-
rente a su estructura, sino más bien en la consideración activa de las
partes involucradas en el proceso. En este sentido, señala Sampedro
Arrubla que ‹‹la justicia restaurativa no reconoce el proceso penal
338 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
como un simple proceso de sanción frente a una falta, va más allá, ad-
mite que el delito causa un daño y que este, además de ser sancionado,
debe ser reparado para sanar las heridas. No es una justicia sanciona-
dora, es reparadora, y, como tal, reconoce que los actores del conflicto
deben participar en su solución›› (SAMPEDRO ARRUBLA, 2005).
Del mismo modo, afirma Márquez Cárdenas que ‹‹la justicia res-
taurativa es una nueva manera de considerar a la justicia penal, la cual
se concentra en reparar el daño causado a las personas más que en
castigar a los delincuentes. La justicia restaurativa es una justicia de
consenso, de participación en la solución del conflicto originado con
el delito por todos sus afectados›› (MÁRQUEZ CÁRDENAS, 2010).
Se instaura pues como un movimiento novedoso tanto en el cam-
po de la victimología como en el de la criminología, reconociendo que
la comisión de un hecho delictivo repercute en distintas personas y
esferas sociales, e instando en todo caso a la participación de las par-
tes implicadas durante el proceso penal. Se advierte así de una triple
finalidad, esto es: a) la restitución o reparación de los daños causados,
b) en base a mecanismos conciliadores o de cooperación entre víctima
y victimario, y c) con resultados más favorables para cualquiera de las
partes implicadas.
Llegado a este punto del desarrollo, y si bien la concepción de la
justicia reparadora sustenta su principio básico en la restitución del
daño y armonía social, también se sintetizan entre sus postulados bá-
sicos los siguientes puntos (TAMARIT SUMALLA, 2006):
Se comprende el delito como una ruptura de las relaciones y
vínculos sociales más que una infracción de Ley, derivando de
tal afirmación la necesidad de incidir sobre los perjuicios que
afectan a los bienes jurídicos personales y en el reestableci-
miento de acuerdo y conciliación entre las partes.
Promover el conocimiento de las circunstancias (riesgos y
oportunidades) que han favorecido el hecho criminal, de ma-
nera que la restitución se centre tanto en las causas de su inicio
como en la reparación de las consecuencias.
Los propósitos de la justicia reparadora se centran en el resar-
cimiento de los daños en la víctima primaria y posteriormente
sujetos indirectamente afectados; del mismo modo, se entiende
en el agresor la oportunidad de reintegrarse y colaborar con la
comunidad.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 339
apoya la iniciativa de una futura y pronta política que reglamente medidas de resolu-
ción de conflictos como alternativa a las vías más punitivas.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 343
TABLA 2
Técnicas de resolución de conflictos.
RELACIÓN
TIPO DE PARTICIPACIÓN PARTICIPACIÓN
GANANCIAS-
RESOLUCIÓN DE UN TERCERO DE LAS PARTES
PÉRDIDAS
*
En este sentido cabría advertir que, mientras el árbitro tiene control sobre
los resultados y las partes sobre el proceso, en los Tribunales es la tercera parte quien
tiene el control tanto del mismo proceso como de los resultados del mismo.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 347
2.1. Conceptualización
A modo de ejemplo, los posibles acuerdos adoptados por las partes como eje
134
TABLA 3
Las fases de la mediación penal en los diferentes momentos
del proceso judicial135
INSTRUCCIÓN ENJUICIAMIENTO
135
Elaboración propia a partir de ORDÓÑEZ SÁNCHEZ, B.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 361
El artículo 116 del Código Penal refiere que ‹‹toda persona crimi-
nalmente responsable de un delito o falta lo es también civilmente,
si del hecho derivaren daños o perjuicios››, aspecto que denota la va-
loración de la gravedad de los hechos causados así como su subsa-
nación cuando fuere estimable. Se trata además de la incorporación
de un matiz que adecua a su vez la mayor prudencia de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal en el momento de exigir responsabilidades
al presunto culpable.
362 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
se traduce en una tarea imposible. Así pues, mientras los daños enten-
didos como subsanación física y tangible pudieran ser solventados,
la cobertura de las necesidades intrínsecas del sujeto constituyen el
verdadero problema del resarcimiento.
No es innegable la subjetividad sobre la naturaleza del daño cau-
sado y percibido por el sujeto pasivo, pero la solución reparatoria de-
bería existir bajo cualquier circunstancia. Con ello se quiere decir que
las políticas debieran actuar de manera integral en la restitución de
la víctima, acentuando en mayor medida aquellas afecciones de índo-
le psicosocial. En este sentido, se advierte la contemplación de todos
aquellos aspectos extrínsecos que pudieran ser cubiertos mediante
una indemnización económica y que, en todo caso, pudieran subven-
cionar una posible intervención psicológica.
En general, la responsabilidad civil sería para la víctima un tipo
de asistencia o reparación, sobre todo a nivel económico y de cober-
tura de las necesidades sociales del sujeto que, bajo ningún concepto,
debieran serle restringidas.
Por último, cabría hacer mención a los sistemas de indemniza-
ción pública a las víctimas del delito, mediante los cuales se entien-
de que tales coberturas a cargo del Estado deberían justificarse por
(RODRÍGUEZ MANZANERA, 2010):
— La cobertura de necesidades indiscriminada; es decir, al igual
que el Estado se ocupa de las condiciones precarias de los
más desfavorecidos, debiera igualmente tutelar a las víctimas
de los delitos.
— Obligación de indemnizar a las víctimas de actos criminales y
de prestar ayuda financiera a los sujetos afectados, facilitando
a si mismo su colaboración con el sistema de Justicia. En este
sentido, se le insta tanto a que denuncie, así como a su parti-
cipación durante el proceso judicial y a que contribuya en la
detección de nuevos posibles casos de criminalidad.
— La condición de precariedad que caracteriza a la mayoría de
los delincuentes, de lo que se deducen los pocos beneficios
que podrán obtener las víctimas de los mismos (insolvencia
económica).
— Sustentación en un plan políticamente establecido de asisten-
cia a las víctimas, evitando dejar al arbitrio del Juez la deci-
sión de las prestaciones.
364 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
Por otro lado, señala el mismo autor cuáles serían los impedimen-
tos o defectos con que podría encontrarse una indemnización bajo la
responsabilidad estatal, señalando a tal efecto: a) el incremento de la
criminalidad (víctimas fraudulentas); b) injusticia al diferenciar las
víctimas en base al tipo de ilícito experimentado (terrorismo, acciden-
tes de tráfico); y c) aumento en la carga económica y gastos estatales,
lo que podría llevar consigo una distribución inadecuada de posibles
recursos imprescindibles en otros ámbitos (sanitario).
En general, el dilema se sostiene sobre si la reparación debe quedar
exclusivamente a cargo del infractor o si, por el contrario, el propio
Estado debiera intervenir, sea total o parcialmente, en la recuperación
personal y social de la víctima. En cualquier caso, este último tipo de
ayudas se inspiran en el “principio de solidaridad”, pues tal y como re-
fiere Herrera Moreno: ‹‹El Estado asume la indemnización de los daños
sufrido por las víctimas de hechos criminales, no para suplir la indem-
nización que corresponde al infractor (autor o autores responsables del
delito) sino como mecanismo de auxilio a la víctima para evitar un des-
amparo transitorio (dilación en el tiempo de la resolución judicial por
la que se acuerda la indemnización) o definitivo (en los supuestos en los
que no se descubre al culpable o éste resulta insolvente)››.
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Capitulo octavo
ASPECTOS PSICOLÓGICOS
EN VÍCTIMAS DE DELITOS VIOLENTOS
I. VIOLENCIA Y TRAUMA
2. Concepto de trauma
Tabla.1
Criterios diagnósticos del trastorno de estrés
postraumático según el DSM-IV-R
A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido (1) y (2):
(1) La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimien-
tos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás.
(2) La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los
niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados.
B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de
las siguientes formas:
(1) recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que
se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto
puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos
del trauma.
(2) sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En
los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
(3) el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo
(se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y epi-
sodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse).
Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico.
(4) malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan
o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
(5) respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad gene-
ral del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes
síntomas:
(1) esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
(2) esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
(3) incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
(4) reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.
(5) sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
(6) restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor).
(7) sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar
una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y
como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
(1) dificultades para conciliar o mantener el sueño
(2) irritabilidad o ataques de ira.
(3) dificultades para concentrarse.
(4) hipervigilancia.
(5) respuestas exageradas de sobresalto
E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.
F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
Tabla 2
Criterios diagnósticos propuestos
para el Trastorno de Estrés Postraumático Complejo.
Carlson y Dalenberg (2000), del National Center for PTSD (Palo Alto,
VA) y del Trauma Research Institute (San Diego, California), propusieron
un modelo mediacional del impacto de experiencias traumáticas que in-
tenta integrar las principales conclusiones derivadas de la investigación
sobre trauma psicológico y explicar las conexiones causales entre las
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 381
CONTEXTO
Apoyo social (emocional, informacional, tangible)
Existencia de otros estresares o problemas adicionales
1. Características de la situación
2. Características individuales
Tabla 3
Daño psíquico en víctimas de delitos violentos
(adapt. de Esbec, 2000 y Echeburúa, 2005)
Tabla 4
Intervenciones de apoyo psicológico
(adaptado de Martín y Muñoz, 2009)
Intervención temprana
(primeros momentos pos- Primeros auxilios psicológicos
teriores al suceso)
Intervención a corto-me-
Intervención en crisis Apoyo social (emocional,
dio plazo (en el primer
informacional y tangible)
mes posterior al suceso)
Tabla 5
Criterios para la búsqueda de ayuda profesional en víctimas
(Echeburua, 2004)
Tabla 6
Ejes principales del tratamiento psicológico en víctimas de sucesos violentos
(tomado de Echeburúa, Amor y Corral, 2006)
Sensación de acortamiento del futuro • Proyección hacia el futuro (p.ej., planificación rea-
lista de actividades y de relaciones interpersonales,
visualización de cambios positivos en el futuro, etc)
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Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 405
I. DELIMITACIÓN TERMINOLÓGICA
bres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean
o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a
ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.
Se trataría de un concepto que agruparía la violencia ejercida por
un hombre hacia la mujer dentro de una relación de matrimonio o
análoga, sin necesidad de que existiera convivencia entre las partes –
piénsese, por ejemplo, en una pareja de novios–, siendo la motivación
que la origina una situación de discriminación, desigualdad o poder
de aquél sobre ésta.
Su incriminación penal aparece contemplada desde dos perspec-
tivas: una, como actos individuales de violencia; y, otro, ya existente
antes de la entrada en vigor de la citada Ley, de manera habitual.
b1) Violencia sobre la esposa o persona vinculada al autor por
relaciones familiares análogas. Aparece incriminada en el
artículo 153.1 del Código Penal en los siguientes términos:
II. TIPOLOGIAS
dinada por Morillas Cueva en la que se analizaron 338 casos de mujeres maltratadas
en Andalucía, estableciendo correlaciones con otros estudios de tamaño muestral
menor desarrollados a lo largo de la geografía española.
418 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
jer. Con esta previsión inicial semejante numeración del maltrato pue-
de quedar configurada de la siguiente forma:
A) Físicos. Comprendería todo acto no accidental que provoque o
pueda provocar daño físico o enfermedad. Suelen abarcar desde sim-
ples contusiones y erosiones hasta heridas por arma, ya sea blanca
o de fuego. Tradicionalmente, el cuadro lesional más frecuente suele
estar conformado por excoriaciones, contusiones y heridas superficia-
les en la cabeza, cara, cuello, pechos y abdomen; predominando, de
forma particular, la rotura de tímpano.
En cuanto a su fenomenología, la investigación empírica dirigida
por Morillas Cueva, que versó sobre el estudio de 338 casos de maltra-
to en Andalucía, determinó los siguientes núcleos144:
TABLA 1
Tipología del maltrato físico
Nunca 1-2 veces 3-10 veces + 10 veces Total
Pellizcos 63,4% 6,3% 10,1% 20,2% 317
Empujones 12,1% 9,3% 17,8% 60,7% 321
Bofetadas 24,2% 14,2% 19,2% 42,5% 318
Puñetazos 35,6% 16,4% 11,4% 36,6% 317
Patadas 44,7% 13,8% 12,9% 28,6% 318
Golpes 28,6% 10,2% 15,2% 46% 315
Golpes con objetos 53,2% 15,5% 11,1% 20,3% 316
Tirones pelo 45% 11% 12,9% 31,1% 318
Quemaduras 94,3% 3,8% 0,6% 1,3% 316
Herida (arma blanca) 90,2% 7,9% 1,3% 0,6% 316
Herida (arma de fuego) 98,4% 0,9% 0,3% 0,3% 316
Estrangulamiento 47,2% 24,7% 14,6% 13,6% 316
Agresión sexual 49,2% 8,2% 7,9% 34,7% 317
Otros 52,3% 21,5% 10,8% 15,4% 65
145
Incluye categorías muy minoritarias, por lo que en el análisis detallado que
se realiza posteriormente no son tenidas en consideración, como “escupir”, “echarla
de casa”, o “no dejarla entrar en alguna habitación”.
424 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
1. La escalada de la violencia
FIGURA 1
Escalada de la violencia (Romero, 2004)
Asesinatos
Visibilidad
Maltrato físico
Deterioro
autoestima
autonomía
Maltrato psicológico
Microviolencias / Micromachismos
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 431
2. El ciclo de la violencia
FIGURA 2
Ciclo de la violencia (Walker, 1984)
1.- ACUMULACIÓN DE
TENSIÓN
3. CALMA, 2. EXPLOSIÓN DE
AMABILIDAD VIOLENCIA
O AFECTO
TABLA 3
Principales consecuencias de la violencia doméstica en la salud
(adaptado de OMS, 2002)
Consecuencias • Muerte
Fatales • Suicidio
• Mortalidad maternal
GRÁFICO 1
Repercusiones psicopatológicas asociadas a la violencia de género147
147
Datos obtenidos de GOLDING (1999), en Guía de Práctica Clínica de de-
tección y actuación en salud mental ante las mujeres maltratadas por sus parejas,
Consejería de Sanidad y Consumo de la Región de Murcia, 2011. Disponible en www.
guiasalud.es/GPC/GPC_470_maltratadas_compl.pdf.
438 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
V. FACTORES DE RIESGO
Según Patró y col. (2009), cuando se habla de los malos tratos ha-
cia la mujer dentro de las relaciones de pareja, una de las preguntas
que comúnmente se formulan es “¿por qué una mujer permanece en
una relación en la que es maltratada?, ¿por qué lo aguantan?”. En
el ámbito de la investigación supuso un interrogante al que, inicial-
mente, se le intentó dar respuesta buscando un único factor explicati-
vo. Las primeras y apresuradas respuestas consistieron en buscar ese
factor en la propia víctima, sugiriendo que podría deberse a un com-
ponente masoquista presente en la mujer (Snell, Rosenwald y Robey,
1964). Según esta teoría, la mujer buscaba voluntariamente el dolor o
incluso lo provocaba, y disfrutaba sufriéndolo, razón por la cual per-
manecía con el maltratador. Así, la supuesta personalidad patológica
de estas mujeres constituiría, a la vez, la causa del maltrato y la ra-
zón del mantenimiento de éste. Inmediatamente, como consecuencia
de la polémica que creó esta hipótesis, surgieron una gran cantidad
de investigaciones que reevaluaron y demostraron lo obsoleto de esta
teoría y subrayaron lo erróneo que puede llegar a ser el culpar a la víc-
tima de la conducta delictiva del agresor.
La cuestión entonces por resolver consistía en averiguar qué fac-
tores hacen que, una vez que el maltrato ha dado comienzo, la mujer
que es víctima de ellos permanezca durante mayor o menor tiempo en
la relación. Las investigaciones posteriores en el campo de la sociolo-
gía no consideraron la victimización como evidencia de patología y, en
su lugar, enfatizaron la falta de opciones de la mujer como razón prin-
cipal de su permanencia en la relación. En la línea de lo indicado por
autores como Lorente (2001), las mujeres permanecen en la relación
sin poder salir, no quedándose que es diferente. La pregunta cambió
entonces su formulación, y los estudios se centraron en responder a
preguntas tales como “¿cuáles son las dificultades que encuentran las
víctimas de malos tratos para escapar de la situación?, ¿qué es lo que
les impide abandonarla?”. Entre las más destacadas, que pueden estar
implicadas en mayor o menor medida en cada caso concreto, se pue-
den citar las siguientes:
A) Sistema de creencias tradicional sobre roles sexuales. Primero,
y entre los más generales, se encontrarían las creencias aso-
ciadas al compromiso con el matrimonio y a la vergüenza
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 443
TABLA 4
Estrategias de control y consecuencias en la mujer maltratada148
Privación: limitar o reducir la po- – Separación de cualquier otro referente externo al propio
sibilidad de satisfacer las necesida- maltratador (“confinamiento mental”)
des básicas (personales, sociales y – Inseguridad respecto al futuro
laborales) – Incapacidad para cambiar las circunstancias vitales
(frustración)
– Dificultad para buscar ayuda y apoyo
– Tensión cotidiana que agota y debilita
Intimidación: causar o infundir – Estado de alerta constante ante agresiones siempre im-
miedo, temor o terror predecibles, incontrolable e inevitables
– Hiperactivación de la respuesta fisiológica de estrés
– Atrapada y paralizada (“sin posibilidad de escape”)
– Desarrollo de trastornos de ansiedad
lud mental ante las mujeres maltratadas por sus parejas, Consejería de Sanidad y
Consumo de la Región de Murcia, 2011, págs. 37-39. Disponible en www.guiasalud.
es/GPC/GPC_470_maltratadas_compl.pdf.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 449
GRÁFICO 2
¿Qué hace cuando va a ser maltratada? (n = 338)
Bloqueo 6%
Sumisión 11%
Diálogo 16%
Callarse 19%
Defensa 20%
Evitación 33%
Huída 37%
GRÁFICO 3
Tendencia particular de las categorías (n=322)
Por lo tanto, casi las dos terceras partes de las mujeres quedan
bloqueadas durante el episodio de malos tratos mientras el resto es
capaz de reaccionar con conductas de huída o de defensa. Esto se
debe, como explica García Zafra, a una consecuencia del síndrome
de la mujer maltratada, en concreto a lo que se denomina indefensión
aprendida; esto es, la mujer, tras fracasar en su intento por contener la
agresión y con secuelas importantes –falta de autoestima, depresión,
ansiedad, etc.–, fruto de los episodios violentos sufridos con anteriori-
dad, termina asumiendo que la violencia que su pareja está ejerciendo
sobre ella es inevitable, siendo la respuesta conductual muy baja, por
lo que decide no hacer nada y no buscar más estrategias para frenar
o evitar la agresión. La respuesta se torna pasiva, al ver que no hay
forma de evitar los malos tratos, la mayoría se quedan paralizadas o
bloqueadas. De ahí la importancia de la ayuda externa para romper
con el ciclo de la violencia, y acabar con una situación cada vez puede
más peligrosa para la salud y la vida de la víctima.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 451
GRÁFICO 4
Tendencia particular de las categorías (n=316)
son una muestra de amor, hay que sacrificarse por la familia, algo habrá
hecho para que se porte así con ella, etc.). No obstante, es importante el
incremento de denuncias por malos tratos debido, entre otras cosas, a
la respuesta legal y al mayor respaldo social existente. Además, la mujer
está mejor informada respecto a sus derechos y posibles ayudas, con-
tando con abogados y abogadas de oficio, lo que facilita la denuncia.
Díaz Aguado (2002), del mismo modo, también puso de relieve que
uno los objetivos de los programas educativos de prevención de la vio-
lencia contra la mujer debe consistir en favorecer la construcción de una
identidad no sexista contraria a la violencia, al igual que resulta desta-
cable la integración de la lucha contra el sexismo y la violencia dentro
de una perspectiva más amplia basada en la defensa de los derechos hu-
manos. La autora considera precisa la educación en: a) la empatía y en
el respeto de los derechos humanos; b) la superación de los estereotipos
sexistas que llevan a justificar la utilización de la violencia contra la mu-
jer; c) la comprensión de la naturaleza y factores que influyen en su apari-
ción, su dinámica y las consecuencias o secuelas que ocasiona; d) el desa-
rrollo de la empatía y la solidaridad hacia las víctimas; e)el desarrollo de
habilidades alternativas a la violencia y de habilidades y estrategias que
protejan contra la victimización. Por su parte, según Naciones Unidas, en
su Informe sobre el estudio a fondo de todas las formas de violencia con-
tra la mujer (ONU, 2006): “la prevención primaria exige que se cambien
las actitudes y se cuestionen los estereotipos existentes en la sociedad y
que se preste asistencia a las comunidades que procuran poner fin a la
aceptación de la violencia contra la mujer. También requiere del empo-
deramiento político y económico de las mujeres para superar su posición
subordinada en la sociedad” (par. 337).
456 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
2. Detección y derivación
TABLA 6
Valoración sociosanitaria del maltrato (SNS, 2006)
BIOPSICOSOCIAL
DE LA SITUACIÓN DE VIOLENCIA
TABLA 7
Recursos específicos de atención para mujeres víctimas de violencia
(adaptado de SNS, 2006)
• Teléfonos de información 24 horas del Instituto de la Mujer: 900 191 010/900 152
152 (para mujeres sordas)
• Servicio de Atención de Urgencias y Emergencias: 112
• Policía Nacional: 091
• Guardia Civil: 062
3. Intervención
BIBLIOGRAFÍA
1. Delimitación terminológica
o sin lesiones evidentes, pero percibidas por el adulto que las inflinge
como dañinas›› (PEDREIRA MASSA, 2003).
Indica el citado autor que el polimorfismo constituiría la caracte-
rística fundamental que habría de estar presente en cada una de las
definiciones de maltrato, entendiendo la inclusión tanto de aspectos
físicos, psicológicos y emocionales, como de acciones activas y pasi-
vas, cuando se habla de maltrato infantil (PEDREIRA MASSA, 2003).
No obstante, se considera más pertinente extender dicha noción de
`polimorfismo´ no solo a las acciones de terceros –entendiendo la
acepción amplia del concepto (compañeros de clase, maestros, veci-
nos,…)–, sino también a las diversas formas de contextualización del
citado hecho (familia, escuela), así como a las negligencias que, por
parte en su mayoría de los distintos profesionales de los diversos ám-
bitos (médicos, trabajadores sociales, abogados, psicólogos,..), pudie-
ran desprenderse (ausencia de detección, diagnóstico inadecuado o
erróneo, etc.).
En esta línea, indica Morillas Fernández que el término maltrato
infantil dentro del ámbito familiar ha de referirse a toda aquella acción
u omisión consistente en poner en peligro la salud física o mental o la
seguridad de un menor de dieciocho años por parte de sus familiares
o personas responsables de su cuidado (MORILLAS FERNÁNDEZ,
2003), aunque la pregunta en estos casos vendría a dar respuesta a
si el menor exclusivamente recibe maltrato dentro del seno familiar
o si, por ende, dichos comportamientos pudieran acontecer en otros
contextos y por personas no constituyentes del núcleo habitual de
convivencia.
Por su parte, Catalán Frías definiría el maltrato infantil como
«aquella acción, omisión o trato negligente, no accidental, que priva
al niños de sus derechos y bienestar, que amenaza y/o interfiere su
ordenado desarrollo físico, psíquico o social, y cuyos autores pueden
ser personas, instituciones o la propia sociedad››. Continua la autora
diciendo que ‹‹se incluiría en la misma lo que se hace (acción), se deja
de hacer (omisión) y lo que se realiza de manera inadecuada (negli-
gencia)» (CATALÁN FRÍAS, 2010).
Igualmente, algunos autores utilizan a denominación de Síndrome
del Niño Maltratado (SNM). A tal efecto baste señalar a Torres
Sánchez cuando define mediante tal acepción como ‹‹una de las for-
mas que asume el fenómeno de violencia doméstica, constituyendo
472 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
una entidad pediátrica y legal que pude definirse por el daño físico o
psicológico inferido a un niño mediante agresiones reiteradas en el
tiempo provocadas por uno o más adultos que están a cargo de la víc-
tima››. Prosigue la misma afirmando que los elementos esenciales del
referido Síndrome serían los siguientes: a) la consideración de menor
como víctima en cualquier etapa del desarrollo; b) el agresor es uno
o más adultos, cuya vinculación con el menor es parental o institu-
cional, entre otras; c) la cronicidad de la agresión; y d) el daño o efec-
to consecuente pudiera ser tanto físico como psicológico (TORRES
SÁNCHEZ, 2010).
En consecuencia, este concepto de violencia doméstica a niños no sólo
debe producirse en el contexto tradicional de ámbito familiar cuando se
hace alusión a la responsabilidad de tales figuras sino que ha de extenderse
también a aquellas personas responsables de su cuidado (tutor, curador,…)
y tratamiento profesional (psiquiatra, médico de familia,…).
En definitiva, y recopilando lo dicho hasta el momento, entende-
ría el maltrato en la infancia como el conjunto de acciones provoca-
das al menor de edad, y que efectuadas de forma intencional y rei-
terada por familiares o cualquier otra persona de su entorno social
cercano, propiciarían el desarrollo de graves secuelas en el desarrollo
de su personalidad. En este sentido, se hace mención a seis aspectos
imprescindibles a considerar en la definición de maltrato, estos son:
a) conjunto de acciones llevadas a cabo, ya sean por acción u omisión,
con consecuencias tanto físicas como psicológicas o emocionales; b)
la víctima es el menor de dieciocho años, al cual se le consideraría
indefenso y desprovisto de mecanismos de defensa ante estas situacio-
nes; c) intencionalidad, pues no existe accidentalidad en cuanto a la
conducta efectuada, entendiendo así la deliberación del autor; d) rei-
teración o frecuencia del comportamiento que se realiza; e) contexto
del maltrato, incluyendo en ello tanto el ámbito familiar como extra-
familiar (que incluiría el maltrato institucional); y f) se amenaza el de-
sarrollo e integridad del menor, favoreciendo el desarrollo de conduc-
tas desadaptadas e inmaduras para su edad y afectando el desarrollo
de su personalidad en las etapas presentes y posteriores (AGUILAR
CÁRCELES, 2009).
Se podría hablar en todo caso del concepto de “Victimología evo-
lutiva” acuñado por Finkelhor para definir a este tipo de victimización
sobre menores, la cual respondería fundamentalmente a dos grandes
aspectos; a saber: a) el mayor riesgo de victimización que caracteriza
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 473
medad por parte de los padres o personas al cuidado del niño con el
único fin de crear un proceso de diagnóstico y atención médica conti-
nuado. Entre las características del mismo destacan:
f1) Aparición de un conjunto de signos o síntomas producidos o
alegados por algún miembro de la familia, principalmente la
madre.
f2) El niño se somete a las pruebas pertinentes tendentes a obte-
ner un diagnóstico (análisis, exploraciones…).
f3) El perpetrador desconoce la causa de la supuesta enfermedad.
f4) Los síntomas y signos desaparecen cuando el menor es sepa-
rado de la persona causante del daño.
La sintomatología es muy variada en tanto que unas veces son sín-
tomas inventados por la madre u otras aparecen por la falsificación
de las muestras biológicas o la administración de fármacos al menor.
Ejemplos de este tipo de maltrato pueden ser el dar ciertas medicinas
al niño para que le sobrevengan convulsiones o hipoglucemia y así
tener que acudir al médico, añadir sangre o azúcar a la orina, llevarlo
al médico sin signos aparentes de enfermedad alguna y describir la
madre aquellos que piensa que padece su hijo (...). En cualquier caso,
como señalan Delgado Rubio, Gárate Aranzadi y Martín Bejarano
(2001), las manifestaciones clínicas más comunes son digestivas, ab-
dominales, hemorrágicas, neurológicas, nefrourológicas y cutáneas,
manifestadas mediante fiebre prolongada, síndrome de inmunodefi-
ciencia, epilepsia, intoxicaciones (…).
En cuanto a la persona del simulador o individuo que provoca
dicho síndrome, Meadow determinó que en un 95% de los casos de
Síndrome de Münchausen por poderes la madre era la responsable de
este tipo de maltrato (MEADOW, 1982).
Como ya he señalado, muchos autores lo aprecian como una ma-
nifestación de otro tipo de maltrato, principalmente del físico o del
psíquico. Por el contrario, creo necesario considerarlo como una ti-
pología específica de violencia doméstica contra el niño ya que sur-
ge como mezcla de varios tipos de los anteriormente referidos, sien-
do ese carácter plurifactorial lo que permite su estimación de forma
independiente.
Edition, Revised (DSM-IV-TR), Barcelona, 2000.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 481
160
Más información en Instituto Madrileño del Menor y la Familia, Atención al
Maltrato Infantil desde Salud Mental, Conserjería de Servicios Sociales, Madrid, pág.
54. Referencia en www.madrid.org.
161
Instituto Madrileño del Menor y la Familia, Boletín Epidemiológico de la
Comunidad de Madrid, nº 12, volúmen 7, año 2001, pág. 34.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 483
GRÁFICO 1
Tipología del maltrato a menores
50
60% 55%
50%
40% 31,60%
30%
20%
6,10%
10% 3,50% 3,90%
0%
Maltrato Abuso Maltrato Maltrato Negligencia
inexistente sexual físico emocional
FIGURA 1
Representación del modelo ecológico
en base a la interpretación de J. Belsky
‹‹El niño es una víctima propicia para la mayor parte de los de-
litos y aún más para la violencia doméstica dada su indefensión y su
más que probable incapacidad para acusar al agresor›› (MORILLAS
FERNÁNDEZ, 2003).
No existe una opinión unánime en la doctrina criminológica a la
hora de determinar un prototipo de menor víctima de malos tratos. A
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 489
GRÁFICO 3
Edad de los menores objeto de malos tratos (%)
16-18 años
12-15 años 6% 0-3 años
17%
34%
8-11 años
19% 4-7 años
24%
2. Desencadenantes
TABLA 1
Clasificación de los factores de riesgo según Amorós Galitó.
Afectación del nivel
Comportamientos Asociados a los Repercusiones de la
socio-económico
parentales menores estructura familiar
y laboral
TABLA 2
Situaciones psicosociales de riesgo. Eje V de la CIE-10.
Multiaxial de la infancia y adolescencia164
164
Fuente tomada del Equipo de Salud Mental Infanto-Juvenil del distrito de
Tetuán (Madrid). Referencia en www.madrid.org.
494 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
TABLA 3
Factores de riesgo individuales: características de los padres y de los menores
FACTORES INDIVIDUALES
CARACTERÍSTICAS
CARACTERÍSTICAS DE LOS PADRES
DE LOS NIÑOS
1. Características demográficas 4. Personalidad 1. Características físicas
– Edad – Aislamiento, soledad – Edad
– Sexo – Impulsividad – Sexo
– Estatus socioeconómico – Falta de autocontrol – Niños prematuros y/ o con
– Nivel educativo bajo – Baja tolerancia al estrés bajo peso
(analfabetismo) – Escasa capacidad empática – Niños con defecto congénito
– Etnia: pertenencia a grupos – Trastornos psicopatológi- – Niños con minusvalía física
étnicos marginados cos y/ o depresivos y/ o psíquica
2. Historia de crianza – Escasa tolerancia a la – Niños con patrones alimen-
– Malos tratos frustración ticios o de sueño defectuo-
– Carencia afectiva o maltra- – Desconfianza hacia el sos (“niños difíciles”)
to emocional futuro – Niños con problemas
– Desatención – Fanatismo fundamentali médicos crónicos, incluidas
– Desestructuración y ruptu- sta(sectarismo, filosofía y dificultades evolutivas y
ra familiar morales extremas, …) alimentación que requieren
– Paso por instituciones de 5. Conductas desadaptativas de especial atención
acogida – Prostitución – Historia reciente de
3. Características del rol – Delincuencia enfermedades serias o
parental – Alcoholismo fallecimiento de herma-
– Falta de experiencia en cui- – Drogodependencia nos u otros familiares
dar niños (desconocimiento significativos
necesidades alimenticias, – Características físicas de
horarios,…) los niños que cumplen las
– Paternidad temprana (falta expectativas de los padres
de conocimiento sobre 2. Personalidad y /o conducta
las necesidades evolutivas – Temperamento difícil
y psicológicas, actitudes – Hiperactividad/ apatía
inadecuadas, exceso de – Desobediencia/
actividades sociales y pro- oposicionista
fesionales, etc.) – Baja responsabilidad
– Fracaso escolar
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 495
TABLA 4
Factores de riesgo familiares
FACTORES FAMILIARES
ESTRUCTURA FAMILIAR INTERACCIÓN Y DINÁMICA FAMILIAR
– Familia numerosa 1. Relaciones familiares 2. Interacción
– Escasa diferencia de edad entre los – Escasa integración padres-hijos
hermanos familiar (discusio- – Separación
– Varios niños pequeños en el hogar nes, agresiones,…) padres-hijos
– Padres adolescentes – Escaso ajuste de la – Estilo disciplinario
– Hijos no deseados. El maltrato comien- pareja conyugal punitivo
za ya en el embarazo por el rechazo y – Estrés permanente – Escasa habilidad
la falta de cuidado materno (maltrato – Mala comunicación para distinguir
prenatal) – Inadecuación en sentimientos
– Familia monoparental los límites o reglas – Carencia de víncu-
– Ausencia de uno de los progenitores familiares los afectivos
– Padrastros – Rupturas repetidas – Baja cantidad
– Padres separados o divorciados en la estructura y calidad de las
– Convivencia inestable con el compa- familiar interacciones
ñero (no padre biológico) – Ausencias prolon- – Bajas expectativas y/
– Escaso apoyo por la familia extensa gadas del domicilio o exageración de las
(abuelos, tíos,…) familiar mismas por parte de
los padres sobre el
rendimiento acadé-
mico del menor
TABLA 5
Factores de riesgo ambientales
FACTORES AMBIENTALES
CLASE SOCIAL,
MOVILIDAD
TRABAJO, NIVEL
VIVIENDA RED SOCIAL GEOGRÁFICA
SOCIOECONÓMICO Y
FAMILIAR
CULTURAL
– Desempleo – Ausencia de – Aislamiento – Emigración
– Baja autoestima vivencia – Escaso soporte o – Nomadismo
profesional – Falta de apoyo social – Cambios frecuen-
– Insatisfacción laboral habitabilidad – Rechazo social tes de domicilio
– Trabajo de la mujer fue- – Hacinamiento
ra del hogar (sobre toso
en los casos de abusos
sexuales intrafamiliares)
– Ingresos insuficientes
– Estrés laboral
TABLA 6
Factores de riesgo socioculturales
FACTORES SOCIOCULTURALES
DESARROLLO ECONÓMICO-SOCIAL IDEOLOGÍA SOCIAL
– Crisis económica – Actitudes hacia la infancia, mujer, familia y
– Bienestar social paternidad
– Movilidad social – Actitudes hacia la marginación
– Actitudes hacia la violencia
496 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
la tonicidad del esfínter anal, esto es, la consistencia del anillo muscu-
lar que cierra el recto. Pese a ello, el facultativo no ha de sacar conclu-
siones erróneas y practicar todo tipo de prueba tendente a esclarecer
los hechos ya que, por ejemplo, la presencia de una fisura anal no
tiene por que ser síntoma de maltrato sexual, que puede serlo, sino
también que ha podido ser provocada por el estreñimiento que sufren
los niños, por enemas, supositorios (…) (LACHICA LÓPEZ, 1999).
b2.3) Introducción de objetos en vagina o ano. Suele producir las
mismas lesiones que en los dos apartados anteriores, añadiendo si
cabe irritación vulvar, vulvovaginitis, erosiones, heridas, etc.
C) Fotografía de las lesiones. Suelen ser útiles para acompañar el
informe médico y poder sacar posteriores conclusiones una vez que el
niño se ha recuperado de las mismas. Una de ellas debe de realizarse
de cuerpo entero o, en su defecto, de la zona afectada y otra en detalle
de la lesión, para apreciar las características de la misma. Asimismo
en ambas debe de constar la fecha en que se hicieron.
D) Pruebas complementarias. El médico debe de realizar, como ya
se ha referido en más de una ocasión, todas aquellas pruebas que es-
time necesarias para desvelar la naturaleza de las lesiones y proceder
a su tratamiento. Entre las mismas hay que destacar la radiológica, la
oftalmológica o la recogida de muestras, principalmente en los casos
de maltrato sexual, que serán remitidos a laboratorios especiales para
determinar la identidad del presunto agresor.
E) Ingreso hospitalario. Cuando sea necesario el médico debe de
ordenar el ingreso del menor. En el caso de que los padres o tutores
denegaran el ingreso, deberá de solicitarlo al juez de guardia.
F) Comunicar la existencia del maltrato a las autoridades compe-
tentes mediante la remisión del parte de lesiones (GUTIÉRREZ DÍEZ,
1999). No obstante, éste debiera de acompañarse de algún tipo de do-
cumentación adjunta donde se describiera de forma precisa el alcan-
ce, tipología y caracteres de las lesiones observadas en el menor. A tal
efecto, y tomando el ejemplo de la Comunidad de Madrid, pudiera
arbitrarse un modelo común de informe que permitiera no sólo llevar
un registro de casos de maltrato a niños sino describir con absoluta
precisión la naturaleza, caracteres y demás aspectos relevantes de las
lesiones presentadas por el menor (Figura 2).
502 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
FIGURA 2
Prototipo de parte de lesiones para los supuestos de maltrato al menor
ESQUEMA 1
Proceso de atención al maltrato infantil
desde el ámbito de salud mental165
165
GRUME: Grupo de Menores de la Policía Judicial; EMUME: Equipo de Mujer
y Menor. Guardia Civil; EOEP: Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica.
Referencia del Programa de Atención al Maltrato Infantil desde Salud Mental,
Instituto Madrileño del Menor y la Familia, Consejería Servicios Sociales, referencia
en www.madrid.org.
504 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
FIGURA 3
Representación del número de casos conocidos y desconocidos
sobre el maltrato infantil
DESCONOCIDOS
166
Adaptación de la representación del iceberg de Morales y Costa (1997) toma-
da del Observatorio de la Infancia, Maltrato infantil. Notificación, detección y regis-
tro de casos, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, 2006. Referencia en
www.observatoriodelainfancai.msps.es.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 505
V. EL MALTRATO EN CIFRAS
FIGURA 4
Hoja de notificación del maltrato físico y abandono
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 509
FIGURA 5
Representación de las cifras conocidas del maltrato infantil
mediante la comparación con la figura de un iceberg
Lo que los
servicios ven
Lo que los
servicios no
ven
GRÁFICO 4
Tipología de maltrato por sexo
Niñas Niños
GRÁFICO 5
Distribución en la segunda tipificación de la gravedad del maltrato
Grave 23%
Moderado 11,60%
Leve 10,30%
Maltrato
ine xistente
55%
GRÁFICO 6
Distribución del maltrato según la nacionalidad del menor
Desconocido
Otra 10,30% 9,70%
Rumanía 0,40%
Ecuador 5,50%
GRÁFICO 7
Figura que notifica el maltrato
57,70%
60%
50%
40%
30%
15% 17,50%
20%
GRÁFICO 8
Distribución de notificaciones por fuente de detección (%)
Centros de protección 0
Actualizaciones de expedientes 0,4
Sin especificar 1,3
ONGs y entidades conveniadas 1,6
Otros organismos oficiales 1,8
Sistema educativo 2,3
Unidades propias 3,2
Sistema Sanitario 4,3
Particular 11,1
Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado 17,1
Sistema judicial 28,5
Centros de Servicios Sociales 28,5
0 5 10 15 20 25 30
TABLA 7
Sintomatología general manifiesta en el menor
en base a la etapa de desarrollo
TABLA 8
Valoración consecuencias psicológicas en menores maltratados
del Proyecto PEDIMET (López-Soler, 2008)
Trastornos psicopatológicos:
Trastorno por estrés postraumático
Depresión
Ansiedad
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
Oposicionismo Desafiante
Otros
Sintomatología:
Problemas Atención Inquietud
Desorientación Ambivalencia emocional
Desolación Aturdimiento
Crisis de Ira Oposicionismo
Confusión Tristeza
Labilidad emocional Baja tolerancia frustración
Culpabilidad (creencia merecer maltrato) Irritabilidad, agresividad
Angustia Aislamiento/sumisión
Negación de la realidad Temores
Autodesprecio Desconfianza
Autolesiones Problemas Aprendizaje
Baja adaptación personal y social Actitud seductora relaciones interpersonales
TABLA 9
Buenas prácticas en España sobre recogida de datos
y seguimiento del maltrato infantil (tomado de ChildOnEurope,
European Network of National Observatories on Chilhood, 2009)
A. Región de Murcia
La Comunidad Autónoma de Murcia desarrolló el Programa Experimental Detección, notifica-
ción y registro del maltrato infantil entre 2003-08, a través del Dirección General de Familia y Menor,
en colaboración con el Ministerio de Educación, Política Social y Deportes. Concretamente incluía:
— La formación de profesionales que trabajan en contacto con niños, niñas y adolescen-
tes (aproximadamente 1.300 trabajadores sociales, 600 policías, 60 profesionales de la
Educación y 60 de los servicios sociales);
— La elaboración de estudios epidemiológicos sobre la incidencia y la prevalencia del mal-
trato infantil (analizando los datos aportados por especialistas de servicios sociales, sa-
nidad y policía), véase Memoria 2007 de la Dirección General de Familia y Menor en
http://www.carm.es/ctra/menoryfamilia.
— El desarrollo de protocolos de actuación funcional y homogénea cuando se enfrentan con
casos de maltrato infantil (se han publicado 5.200 manuales y 5.300 guías para los dife-
rentes sectores profesionales), véase http://www.carm.es/ctra/cendoc/publicaciones/list_
menoryfamilia.asp.
— La prevención de casos de maltrato infantil por medio de la identificación temprana (se
han publicado 6.600 copias de notificación y 400 carpetas para los diferentes sectores
profesionales), véase http://www.carm.es/ctra/contenido.asp?Id=2109.
— Sensibilización entre los profesionales y la sociedad, a través de campañas en los medios
(prensa, radio y televisión). Véase http://www.carm.es/psocial/contenido.asp?id=1955.
— El Programa Experimental de Murcia ha asumido la responsabilidad de la coordinación
entre todos los profesionales y trabajadores de instituciones públicas y privadas centradas
en la infancia en lo que a medidas de detección, intervención y prevención del maltrato
infantil se refiere.
B. Comunidad de Madrid
Programa de Atención al Maltrato Infantil. Desde 1988, se han realizado numerosas activida-
des para la prevención de los abusos infantiles en la Comunidad de Madrid y se han desarrollado
diversos programas y publicaciones, como:
— La protección de los niños y niñas en situación de riesgo social: guía para la escuela,
Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, 1989.
— Guía para la detección precoz de riesgos del niño recién nacido y del niño en Educación
Primaria, Ministerio de Sanidad, 1991.
— Atención al maltrato infantil desde el ámbito sanitario, Consejería de Sanidad de la
Comunidad de Madrid, 1993.
— Programa de prevención, atención y tratamiento de situaciones de maltrato infantil en la
Comunidad de Madrid.
— Programa para la detección del riesgo social en neonatología, Instituto Madrileño del
Menor y de la Familia, 1999.
— Maltrato infantil: Prevención, diagnóstico e intervención desde el ámbito sanitario,
Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, 1995-1996.
— El Programa de atención al abuso infantil, se creó en 1997 para: a) contar con una forma-
ción común entre los profesionales; b) unificar criterios para la detección y notificación
de los casos, c) establecer protocolos comunes y dar coordinación a la intervención y d)
desarrollar un sistema de registro de los casos de abuso infantil detectados.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 535
BIBLIOGRAFÍA
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LAZARUS, R.S., Estrés y emoción, Bilbao, 2000.
538 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
I. CONCEPTO Y TIPOLOGÍAS
nes; suele ser una persona viuda que convive con algún descendiente
y padece algún tipo de enfermedad o trastorno por lo que necesita
la atención de su cuidador, resultando muy habitual la presencia de
alguna demencia, principalmente alzheimer, lo cual le imposibili-
ta comunicar la situación que se encuentra viviendo. Junto a ello,
además, suele arrastrar algún tipo de problema funcional como, por
ejemplo, incontinencia, agitación nocturna, (…). Esta situación se
agrava aún más si sufre aislamiento social y no tiene alrededor amis-
tades o conocidos.
Por lo que al victimario se refiere, el sexo es indiferente ya que
tanto el masculino como el femenino desarrollan semejante acción
si bien los primeros se caracterizan por maltratar físicamente y las
segundas por desarrollar conductas vinculadas a la negligencias;
guarda parentesco con la víctima –principalmente hijos aunque no
hay que descartar a los nietos–; no asume las responsabilidades que
debe adoptar con el anciano por lo que no es capaz de prestarle las
atenciones precisas, luego todo aquel acto reivindicativo del ascen-
diente será entendido como una provocación o molestia que debe
tomarse; guarda una dependencia del anciano, ya sea desde el punto
de vista económico o de la vivienda; suele ser una persona agresiva
que pierde el control de la situación con relativa frecuencia siendo
incapaz de resolver problemas por lo que acude frecuentemente a
la violencia para intentar subsanarlos; presenta escasas relaciones
sociales; es común que haya tenido o tenga problemas laborales –in-
cluso pérdida de trabajo– o se haya separado de su cónyuge; y suele
ser consumidor de alcohol, drogas e incluso presente alguna depen-
dencia a fármacos.
Del mismo modo, en los supuestos en los que la persona mayor
no dependa del cuidado de un familiar por encontrarse en un centro
asistencial, supuesto también incluido en este tipo de violencia por las
particularidades ya referidas, Morera ha establecido el siguiente perfil
de maltratador de ancianos internados en centros: personal auxiliar
de entre veinticinco y treinta y cinco años con escasos elementos de
formación profesionales para atender las demandas de un anciano en
semejante situación lo que hace que concurra con facilidad a la vio-
lencia para subsanar lo que entiende como problemas si bien no dejan
de ser demandas de la persona mayor.
Por último, en cuanto a la intensidad y frecuencia de la violen-
cia se refiere, Osuna Carrillo de Albornoz (2010) ha concretado tres
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 551
16000000
12000000 14729082
8000000 11356529
8162123
4000000 6554134 7018801 7527269
0
2002 2007 2012 2017 2033 2049
40%
30%
30,70%
20% 23,80%
15,78% 16,27% 17,45%
10% 15,90%
0%
2002 2007 2012 2017 2033 2049
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 557
V. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
• Quejas de agresiones • Cambios en los hábitos • Quejas de agresión • Retiros de dinero irre- • El cuidador parece can-
físicas. alimentarios o problemas sexual. gulares o atípicos del sado o estresado.
• Caídas y lesiones no para dormir. • Conducta sexual que no anciano. • El cuidador parece muy
explicadas. • Actitud de temor, confu- coincide con las relacio- • Retiros de dinero incom- preocupado o indiferente
• Quemaduras y hemato- sión o resignación. nes habituales y la per- patibles con los medios • El cuidador culpa a la
mas en lugares sospecho- • Pasividad, retraimiento o sonalidad anterior del de la persona de edad. persona de edad por
sos o de tipo sospechoso. mayor depresión. sujeto. • Cambio de un testamen- ciertos actos, como la
• Cortes, marcas en los • Indefensión, desesperan- • Cambios no explicados to o título de propiedad incontinencia.
dedos u otros indicios za o ansiedad. en la conducta, como la que deja la vivienda o el • El cuidador se comporta
de uso de medios de • Afirmaciones contra- agresividad, retraimiento dinero a “nuevos amigos agresivamente.
inmovilización. dictorias u otras ambi- o automutilación. o parientes” • El cuidador trata a la
• Pedido demasiado reite- valencias que no son el • Quejas frecuentes de • Falta de una propiedad. persona de edad como
rado de recetas de medi- resultado de la confusión dolores abdominales o • La persona de edad no a un niño o en forma
camentos o poco uso de mental. hemorragias vaginales o puede encontrar joyas o inhumana.
los medicamentos. • Renuencia a conversar anales inexplicadas. efectos personales. • El cuidador tiene antece-
• Desnutrición o deshidra- abiertamente. • Infecciones genitales re- • Movimientos sospecho- dentes de abuso de sus-
tación sin una causa que • La persona evade el con- currentes o hematomas sos en la cuenta de la tar- tancias psicotrópicas o
guarde relación con la tacto físico con su cuida- alrededor de las mamas o jeta de crédito. de maltratar a otros.
enfermedad. dor, no lo mira a los ojos en las zonas genitales. • Falta de comodida- • El cuidador se niega a
• Signos de atención y evita la comunicación • Prendas íntimas desga- des, pese a que la per- que la persona de edad
inadecuada o de poca verbal. rradas, manchadas o sona de edad podría sea entrevistada sola.
higiene. • La persona mayor es ensangrentadas. permitírselas. • El cuidador se pone a la
• Búsqueda de atención sa- dejada de lado por los • Problemas de salud física defensiva cuando se le
nitaria con varios médi- demás. o mental sin tratamiento. pregunta algo, puede ser
cos o en centros de aten- • El nivel de atención que hostil o esquivo.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización
Servicios sanitarios
Atención sanitaria
Procedimiento judicial
Tabla 2
Pautas sobre la elaboración de planes de seguridad en el domicilio.
(Moya y Barberá, 2005)
La persona mayor no tiene ca- El profesional tendrá que decidir si precisa ser lle-
pacidad para tomar decisiones vada de forma urgente a un lugar seguro y actuar en
y se encuentra en una situa- consecuencia:
ción de riesgo grave, o bien Informar al Juzgado de Guardia.
tiene capacidad y acepta la Valorar ingreso hospitalario urgente si la situación
actuación. clínica (deterioro físico o psicológico) lo requiere.
Ponerse en contacto con los Servicios Sociales.
Valoración de ingreso en centro social o sociosani-
tario por emergencia social.
Solicitar ayuda a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Llamar al teléfono de emergencias: 112.
570 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
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Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 571
1. Definición y caracterización
TABLA 1
Delitos conocidos contra la libertad sexual (Martín Parra, 2006).
Conocidos Esclarecidos % Detenciones
175
Datos disponibles en www.inmujer.gob.es.
578 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
GRÁFICO 1
Delitos conocidos de abuso, acoso y agresión sexual en 2009 (%)
Agr esión sexual con penetración 20%
Acoso sexual 5%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
GRÁFICO 2
Delitos conocidos contra la libertad e indemnidad sexual cometidos en
el ámbito familiar y según la relación entre víctima y victimario (%)
47,10%
50,00%
40,00% 32,50%
30,00%
14,50%
20,00%
5,90%
10,00%
0,00%
Cóyuge/ análogo Padre/ madres Hijo Otro pariente
TABLA 2
Factores que aumentan el riesgo de cometer una agresión sexual
(Jewkes, Pen, Garcia-Morato, 2002)
TABLA 3
Principales consecuencias psicológicas en mujeres víctimas
de agresiones sexuales (Echeburúa y Corral, 2006)
Los niños con mayor riesgo de padecer abuso sexual suelen ser
aquellos que presentan una capacidad reducida tanto para la resisten-
cia como para la denuncia del hecho. Complementando lo expuesto
588 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
182
En este sentido, MACCOBY y MARTIN (1983) distinguen cuatro estilos educati-
vos: democrático, autoritario, permisivo y negligente, los cuales, dependiendo del grado
de control y afecto, promoverán determinadas características en el menor, un desarrollo
más o menos adaptado socialmente. Ver también CASTRO FORNIELES, J., (2005).
183
De la misma forma sucedería para el caso de mujeres maltratadas.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 589
TABLA 4
Características relacionadas a la víctima, abusador y familia en su
vinculación con el abuso sexual en la infancia184
Características de la víctima
Características de la familia
GRÁFICO 3
Víctimas con antecedentes familiares (n=100) (%)
C.I. bajo 5%
Antecedentes pensales 5%
Antecedentes de agresión sexual 6%
Hacinamiento 6%
Problemas conyugales 9%
Sin un progenitor 9%
Maltrato 10%
Abuso sustancias 10%
Antecedentes psicológicos 15%
Desestructuración 27%
0% 5% 10% 15% 20% 25% 30%
Para definir con mayor claridad los efectos que produce el abuso
sexual en la infancia, he querido destacar las diferentes consecuencias
provocadas en el sujeto atendiendo a la edad en que dicho maltrato se
experimenta. Si bien no puede hablarse de una clasificación tajante
sobre tal asunto, pues son muchos los factores que condicionan seme-
jante circunstancia, se podría afirmar que existe una mayor probabi-
594 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
TABLA 5
Efectos a corto plazo atendiendo al nivel de desarrollo del menor
Adolescente — Depresión.
(13-18 años) — Retraimiento social.
— Baja autoestima.
— Ideas repetitivas de suicidio y conductas autolesivas.
— Trastornos somáticos.
— Conductas antisociales (consumo de drogas y/ o alcohol, escapa-
das del hogar, falta de asistencia a la escuela,…).
— Comportamiento sexual precoz (embarazo).
— Problemas de identidad sexual.
CUADRO 1
Proceso de aprendizaje de la conducta sexual adulta.
Experiencias Condicionadas
(vinculadas a personas adultas Respuesta Sexual
que consienten en la relación) Condicionada
SOCIALIZACIÓN
SEXUAL
Estímulos Incondicionados Respuesta Sexual
(estimulación física directa Incondicionada
mediante masturbación o (excitación y orgasmo)
relación sexual)
DESVIACIÓN
SEXUAL Estímulos Condicionados Respuesta Sexual
(antisociales) Condicionada
(sexo forzado con mujeres o
niños a través de pornografía,
imaginación y práctica)
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 601
4 años 1% 12 años 5%
11 años 11%
GRÁFICO 5
Nivel de desarrollo cognitivo de las víctimas (n=100) (%)
GRÁFICO 6
Víctimas con antecedentes personales (n=100) (%)
GRÁFICO 7
Tipos de secuelas sufridas por las víctimas (n=100) (%)
BIBLIOGRAFIA
I. ACOSO LABORAL
1. La violencia en el trabajo
o más personas por parte de otra/s que actúan frente aquella/s desde
una posición de poder (no necesariamente jerárquica). Dicha expo-
sición se da en el marco de una relación laboral y supone un riesgo
importante para la salud” (FIDALGO Y COL., 2009).
5. Consecuencias psicológicas
CUADRO 1
Consecuencias psicológicas en víctimas de acoso laboral
1. Definición y caracterización
CUADRO 2
Tipos de manifestaciones de maltrato entre iguales
del estudio epidemiológico incluido en el informe
del Defensor del Pueblo-UNICEF (2000).
CUADRO 3
Comportamientos de acoso escolar más frecuentes
según el Estudio Cisneros X (Piñuel y Oñate, 2007).
Comportamientos Porcentaje
CUADRO 4
El acoso escolar como proceso o ciclo de eventos
(Calvo y Ballester, 2007; tomado de Rigby, 1999)
Interacción agresor/víctima
Percepción de debilidad y
vulnerabilidad
4. Consecuencias psicológicas
CUADRO 5
Consecuencias psicológicas entre víctimas de violencia y acoso escolar
(Piñuel y Oñate, 2007)
Disminución de la autoestima 57 %
Somatizaciones 55 %
Depresión 54 %
Sintomatología de Estrés postraumático 53 %
Autoimagen Negativa 53 %
Ansiedad 43 %
Autodesprecio 38 %
Flashbaks 29 %
BIBLIOGRAFIA
1. Introducción.
tivas que no siempre son acertadas y que pueden llevar a desembocar en un cuadro
clínico conocido como el Síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple o
Síndrome de Ulises.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 657
CUADRO 1
Diferencias conceptuales entre tráfico ilícito y trata de personas
El sujeto decide libremente realizar el viaje Vulneración de los derechos más elemen-
aunque las condiciones sean inhumanas. tales de la persona: dignidad humana.
Los efectos suelen darse sobre todo a nivel Consecuencias físicas y psicológicas
físico y son consecuencia sobre todo del devastadoras.
trasiego del viaje y de sus condiciones.
202
Para más información ver las estadísticas del año 2009 sobre las victimas de
tráfico de seres humanos en la demarcación de la guardia civil según nacionalidad.
Referencia en www.inmujer.gob.es.
Victimología: Un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización 661
CUADRO 2
Causas o condicionantes que favorecen el tráfico y trata de personas.
SEMEJANZAS
CUADRO 3
Principales secuelas del tráfico humano y trata de personas
con fines de explotación sexual
II. TERRORISMO
1. Introducción
CUADRO 4
Creencias legitimadoras del terrorismo y sus funciones psicosociales
(De la Corte y col. 2007)
Argumentos y creencias que precisan los Conexión psicológica entre ciertos fines
objetivos colectivos a los que debe aspirar justos y deseables para la comunidad
la comunidad de referencia de los grupos de referencia y los atentados y acciones
terroristas y que especifican las activida- terroristas.
des (violentas) que se consideran necesa-
rias para alcanzar dichos objetivos.
1. Introducción
2. Características generales
2.1. Fases
ESQUEMA 1
Ámbitos de aplicación de las técnicas persuasivas217
1. Entorno cotidiano o Aislamiento del exterior: separación del mundo exterior que lo lleva a
desvincularse o desprenderse de los apoyos y vínculos sociales. Se trata de
Procedimientos que encapsular y aislar al sujeto de manera que sea más fácil la interacción con
intervienen sobre el los miembros del grupo, el cumplimiento de los límites establecidos y, en
medio próximo al definitiva, la transformación de la identidad.
sujeto, quedando o Control de la información. Es el propio grupo el que decide el tipo de
limitada su libertad a información que será comunicada al sujeto, lo que fomenta en mayor
la manipulación o medida el aislamiento ya referido.
control externo de los o Creación de un estado de dependencia existencial. La integración en el
mismos, pues entiende grupo compromete a la integridad e intimidad personal, entendiendo que
que un cambio en el cualquier tipo de preocupación deberá de ser compartida y solventada
medio pudiera entre sus miembros. Se trata de un claro ejemplo de la fuerza del
modificar sus compromiso colectivo, de la interdependencia de los miembros llevado al
comportamientos. extremo de la despersonalización.
217
Adaptado de RODRÍGUEZ CARBALLEIRA, A., ‹‹La actuación de las sectas
coercitivas››, Cuaderno del Instituto Vasco de Criminología 18, 2004, págs. 255 y ss.
690 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
BIBLIOGRAFÍA